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UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

CURSO: LITERATURA LATINOAMERICANA III

PROFESORA: MG. JUDITH PAREDES MORALES

INFORME

TEMA: LO ONÍRICO EN LA POÉTICA DE TTT

NOVELA: “TRES TRISTES TIGRES”

AUTOR: GUILLERMO CABRERA INFANTE

ALUMNA: CARMEN AURORA ÁLVAREZ CUCHO

FACULTAD: HUMANIDADES

ESCUELA: LINGÜÍSTICA Y LITERATURA

ESPECIALIDAD: LITERATURA

AÑO: IV CICLO: VII


En este presente informe se realizará a partir de la novela Tres Tristes Tigres
(1967) de Guillermo cabrera Infante, escritor cubano cuya novela fue censurada
por motivos políticos. El tema- problema: ¿Cuál es la importancia de lo onírico
dentro de TTT? La novela plantea muchos temas que juegan con el lenguaje y la
temática social cubana con el paso de la Modernidad, la música, el habla popular,
los medios de comunicación como el cine y los cabarets, La Habana será el
escenario donde confluyan este carnaval, nostalgia y ruinas de sus personajes
marcados por el desamor, el erotismo, la muerte, las mujeres, las fantasías y el
recuerdo en múltiples voces fragmentadas. Entonces, el lenguaje será el tema
principal inagotable con múltiples juegos de palabras muy evidentes con un
análisis formal del texto, crea un nuevo tipo de lenguaje y mundo posible
:neologismos, trabalenguas, refranes, dialectos, metáforas ,metonimias entre otros
recursos retóricos contados desde la perspectiva de Laura, Arsenio Cué, Silvestre,
Bustrófedon, Eribó y el fotógrafo Codac .En este caso, lo onírico, es decir, el
sueño tiene relevancia pues se desarrolla en medio del caos de la pisque de los
personajes como cuando se menciona y evoca a Bustrófedon, la vida nocturna y
bohémica de la ciudad, la música como el bolero, bachata y en el mismo lenguaje
que se renueva constantemente con otras lenguas, las experiencias amorosos
frustradas ,nostalgia por el pasado y el juego que realiza la novela como si fuera
un laberinto ,una ciudad o la imagen de una mujer para hablar de la literatura,
cuestionar y parodiar el régimen de poder socialista y la entrada de la Modernidad
como el cine ,la conjugación de mundos posibles con la realidad y la ficción desde
una perspectiva más contemporánea y menos histórica , la mitificación del paraíso
cubano ,la crítica hacia la ciencia y el mito que vive con la cabalística, los
pitagóricos, la música incluso en el sueño mismo pues la realidad es
contradictoria, sin sentido ,basada en relaciones por azar e incomprensible termina
por ser un juego infinito por el cual luchamos y vemos los sueños y fantasías no
ser conforme el deseo, pues por medio del lenguaje, se reconstruye o ,si se
adopta una mirada más crítica, se de-construye la realidad.

El sueño
Es un tema presente en Cué y Codac, pues ambos son idealistas aunque esta
premisa no significa que los demás personajes no lo sean. El sueño tiene un valor
simbólico relacionado al mito, la fantasía, el inconsciente encriptados en un
lenguaje metafórico pues no requiere de un complejo juego de palabras al nivel
sintáctico como los poemas, los refranes, los dialectos, las repeticiones, el juego
del espejo al revés en una página entre otros recursos. En un primer momento,
como ya se ha mencionado, la novela cuestiona la noción de razón que proviene
de Occidente para comprender la realidad como si esta fuera racional, coherente y
completa desde un análisis científico o desde la óptica del espejo en reflejar pues
todo lo que no se guie de un método, no puede ser científico como la Pseudo
ciencia pitagórico, el mito del tambor de Eribó, las profecías bíblicas, el horóscopo,
la experiencia misma que provoca la música en la Tropicana como parte del
sentimiento dionisíaco de la vida ,o mejor dicho de la tragedia hasta la propia
playa (la naturaleza en la ciudad que progresa) tiene un significado sobre la vida
vista entro de la contradicción, la literatura, el arte, la fatalidad y la fantasía que
cada uno se proyecta y re-crea .El sueño de Laura será contado por Cué, el actor
de gran popularidad y un erudito en la música a su amigo Silvestre, el escritor que
escribe la mayor parte de la historia, será quien se casa con Laura, la mujer que
realmente amo el primero. En este sueño narrado indirectamente y con duda, pues
él dice que no es su sueño sino el de ella pero oculta su identidad además que
puede ser una invención de sí mismo donde proyecta sus fantasías y miedos. Un
punto de interés es que la novela plantea un reto para el lector entre cada narrador
heterodiegético interno pues no solo rebasa el nivel sintáctico sino el semántico y
pragmático para hallar un sentido ante este carnaval, esta vida bohémica, hechos
inverosímiles, fantasías de cada personaje sobre su vida y los personajes con los
que interactúan como es el caso de Bustrofedon, que rompe y desestructura el
lenguaje con su visión sobre la contradicción, el mundo de Lewis Carroll, la
literatura, el cine entre otros recursos intertextuales . En esta cita, Arsenio Cué le
cuenta a Silvestre el sueño:

“Sueño de la amiga
Ella dormía. Soñaba. Recuerda que era de noche en la noche del sueño. Sabe
que está soñando pero el sueño del sueño le pertenece a otro soñador. Se
hace negro muy negro en el sueño. Se despierta del sueño en el sueño y ve en su
realidad-sueño que todo está negro. Se asusta. Quiere encender la luz, pero no
alcanza el conmutador. Si su brazo se alargara. Pero eso no pasa más que en
los sueños y ella está despierta. ¿Lo está? El brazo le crece y crece y atraviesa
el cuarto (ella lo siente, cree que lo ve más negro en la negrura del sueño-
realidad) pero lento, muy lenta, l,e,n,t,a,m,e,n,t,e y mientras el brazo viaja hacia
la luz en dirección del botón de la luz, alguien, una voz en el sueño, cuenta al
revés, del nueve abajo, y justo cuando la cuenta llega al cero su mano alcanza el
conmutador y se hace una luz blanca-blanca, increíble, de un blanco terrible,
pavoroso. No hay ruido pero teme o sabe que hubo una explosión. Se levanta
aterrada y comprueba que sus brazos son de nuevo sus brazos. Quizá el
brazo que creció fue otro sueño en el sueño. Pero tiene miedo. Sin saber por
qué va al balcón. Lo que ve desde allí es espantoso. Toda La Habana, que es
como decir todo el mundo, arde. Los edificios están derruidos, todo es
destrucción. La luz de los incendios, de la explosión (ahora está cierta ella de
que hubo un estallido apocalíptico: recuerda que en el sueño piensa en esta
misma frase) alumbra la escena como si fuera de día. De entre las ruinas sale un
jinete. Es una mujer blanca que monta un caballo gris. Galopa hasta el edificio
en que estaba el balcón, que por un extraño milagro está intacto, el balcón,
colgando entre hierros calcinados y la jineta se detiene bajo el balcón y mira hacia
arriba y sonríe. Está desnuda y tiene el pelo largo. ¿Será Lady Godiva? Pero no
es ella. Esa jineta, esa pálida mujer es Marilyn Monroe. (Se despierta.).”(1967:
400-401).

En este sueño de Laura, se intenta explicar mediante la fantasía entre los límites
de la realidad y sueño ,el relato bíblico y la parodia el mundo paradójico de lo
onírico donde se cuestiona hasta qué punto ese sueño le pertenece a ella o es
una invención de otra persona, alude al mito de la cavernas de Platón, la realidad
es el sueño, es más una simulación pero simbólica pues le anuncia la decadencia
de la Habana , la ciudad significativa cubana en ruinas que aparentemente con su
asombroso progreso es la protagonista no solo como escenario sino como
“identidad” de los personajes. Esta ciudad ya se ve en conflicto frente a la
modernización dada por el Capitalismo que promete hacer a las mujeres famosas
como salida fácil para ser populares a cambio de sus cuerpos y pocas veces su
talento, los cinemas donde la cultura popular consume el cine de Hollywood con
su bella apariencia, las clases sociales que surgen como Vivian Smith, la industria
del entretenimiento y la música en los cabarets como parte de la guía turística de
la ciudad mitificada de exótica, subdesarrollada y carnavalesca. La mujer es un
símbolo importante de erotismo como deseo y frustración de la figura masculina
pues se guían bajo esa apariencia bella del maquillaje, su baile, el cuerpo, la
vestimenta y todo lo que tenga que ver con mostrar el cuerpo para conseguir una
mejor posición económica sin dejar de lado su sensualismo, la fatalidad para
algunas y la nostalgia. La parodia está en el relato bíblico y la pintura de la
Revolución Francesa donde es una mujer semidesnuda montada en un jinete
quien anuncia la libertad pero solo de los burgueses. En este caso ,la mujer alude
a la destrucción pues como símbolo La Habana es femenino comparándola con la
figura de Cuba Venegas, quien ha logrado ser famosa a costa de su cuerpo,
sensualidad y belleza para ser modelo y cantante, debe aparentar este rol y
mantenerlo así tenga que romper sus relaciones personales y familiares ,cambiar
de nombre y ser educada bajo la figura para ser parte del mundo del
entretenimiento y espectáculo : un mero objeto vacío de diversión que ha
asimilado referentes culturales no de su lugar de Origen sino de Norteamérica .Un
ejemplo claro es cuando la mujer que monta le jinete sea Marilyn Monroe, una
estrella de cine norteamericana conocida más por ser un sex simbol de su tiempo
hasta la actualidad por su cabellera rubia e ingenuidad que aparentaba “la rubia
tonta” es otro estereotipo para vender una imagen comercial del cine que
Hollywood alcanzaba con gran éxito en Latinoamérica ante la ficción que
recreaban en sus superproducciones. Si se compara el contexto cubano, se ve la
transculturación y la imitación que Cuba hace de EEUU porque quire
modernizarse.

“Te voy a decir el nombre de la mujer del sueño. Se llama Laura. Esperé que
saltara. Lo esperé desde hace semanas, lo esperé todo el día, por la tarde, por la
noche temprano. Ya no lo esperaba. Tenía lo que no tienen ustedes para saberlo:
su cara frente a la mía. —Fue ella quien soñó el sueño. — ¿Y? Me sentí
ridículo, más que nunca. —El sueño, es de ella. —Ya me lo dijiste. ¿Qué
más? Me quedé callado. Traté de encontrar algo más que refranes y frases
hechas, una frase por hacer, palabras, alguna oración regada por aquí y por allá.
No era ni pelota ni ajedrez, era armar un rompecabezas. No, un juego de bloques
de letras. —La conocí hace días. Un mes o dos, mejor dicho. Hemos salido,
salimos juntos. Pienso, creo. No. Me voy a casar con ella. — ¿Con quién?
Sabía bien con quién. Pero decidí jugar con sus reglas. —Con Laura. Hizo un
gesto como si no entendiera. —Laura, Laura Elena, Laura Elena Día. —Never
heard of her. —Laura Día.” (1967:414).

Cué le confiesa que la mujer de sus sueños es Laura pero luego se da cuenta que
Silvestre se casará con ella porque la conoció hace unos días y termina por
negarla pues dice conocer a otra Laura y no la tal Laura Díaz aunque su
interlocutor sabe la sorpresa que le ha dado el actor, pues este siempre ha
obtenido a todas las mujeres que ha deseado por su fama y status social. Esta
confesión, hace que Cué de alguna manera aparente no sentir nada hacia su
amigo, cuando se siente frustrado, se desahoga con el alcohol y sus fantasías.

Sueño de Arsenio Cué:

“Estoy sentado en el Malecón y miro al mar. Estoy sentado en el muro hacia la


calle, pero miro al mar aunque le dé la espalda. Estoy sentado en el Malecón y
veo el mar. (Las repeticiones son del sueño, la extrañeza también.) No hay sol
o no hay demasiado sol. En todo caso hay buen sol. Me siento bien. No estoy
solo, es evidente. A mi lado hay una mujer que tendría una cara de gran
belleza si solamente pudiera verla. Parece que está conmigo, que es mi
compañera. Al menos no hay tensión ni deseo sino la placidez que da la compañía
de una mujer que fue muy bella o muy deseada y ya no lo es. Ella debe estar
vestida de noche, pero no me asombro. Tampoco pienso que es una
excéntrica. El Malecón no está junto al mar ya más: nos separa una larga
playa blanca. Hay gente que coge sol. Otra gente nada o rema sobre la arena.
Algunos niños juegan en una plancha de cemento blanco, radiante, cercano al
muro. Ahora el sol es fuerte, muy fuerte, demasiado fuerte y todos nos sentimos
violentados, aplastados, quemados por este sol repentino. Algo avisa de un
peligro o hay un aviso incierto que se transforma enseguida en una realidad:
la playa —y no sólo la arena blanca sino el mar que ya no es azul, sino blanco, no
sólo la tierra, el agua también, se levantan— se repliega y sube sobre ella misma.
El sol es tan fuerte que el vestido negro de mi compañera comienza a arder y
su cara invisible es blanca y negra y ceniza de un golpe. Me tiro del muro
hacia la playa o hacia lo que era la playa y que es ahora una pradera de cenizas y
echo a correr, sin acordarme de mi compañía, olvidando por el miedo no
solamente mi cariño, también el placer de tenerla. Todos corremos, menos
ella, que se queda ardiendo tranquila en el muro. Corremos corremos
corremos corremos corremos corremos hacia la playa que es ahora, ya, una
enorme sombrilla. Salvarse consiste en llegar a la sombra. Corremos todavía
(hay un niño que se cae y otro que se sienta en el suelo, ¿fatigado?, pero no
tienen importancia ni para su madre que sigue corriendo, aunque mira atrás un
momento en la carrera) y casi llegamos a la sombrilla de blanca arena y blanco
mar y ahora de blanco cielo. Cuando veo que la sombra de la sombrilla se borra
con una luz blanca, es el momento en que distingo también que la columna no
tiene la forma de una sombrilla sino de un hongo, que no es una protección
contra la luz asesina, que es ella misma la luz. En el sueño este momento
parece demasiado tarde o no tener ya importancia. Sigo corriendo.” (1967:191-
193).

Cue cuenta su sueño a Silvestre, este piensa que se ha inventado todo incluso la
mujer que ama, pues no cree que este sea capaz de amar en serio pues se ha
acostado con Vivian ,Beba, Irenita entre otras mujeres pues sabe la inestabilidad
de su amigo para mantener una relación amorosa como casarse o pertenecer a
una sola mujer, allí su fama de actor ,del que siempre finge ser otra persona y otro
papel como el seductor .En el sueño, describe como en el anterior un peligro de
destrucción y caos, ya sea por medio de la olas de la playa y el sol que arde, van
quemando a las personas que se encuentran en ella .La mujer ,que al mismo
tiempo está cerca y lejos de él, no tiene rostro, al parecer, pero se deduce que es
Laura, a quien deja para salir huyendo a refugiarse y no siente remordimientos en
dejarla abandonada quemándose .Cuando cree estar salvado por un paraguas
bajo la sombra , se da cuenta que de esta es donde proviene la misma luz. El
miedo es evidente y por eso huye, arriesgarse a casarse con Laura o reconocer
que está enamorado de aquella mujer que tiene un hijo, ha sido modelo, vive con
una amiga que gracias a esta, la conoce le resulta impensable pues prefiere huir
tenerla infinitamente y repetitivamente en el sueño pero la realidad es otro golpe,
no espera a nadie menos el tiempo perdido solo en recuerdos. Lo efímero es algo
recurrente en los personajes para evitar la soledad y la nostalgia, optan por el
juego .La mujer, otra vez, un objeto frustrado para Cué, inaccesible y que le causa
cierto miedo poseerlo y salvarlo pues él espera no hacer algo por sí mismo sino
que otro lo haga por él. Finalmente, la historia devela que su amigo se casa con
Laura y no es él. Además su vida pasada se mezcla la intriga como cuando fue a
pedirle a su padre que lo reconociera y le diera educción para ser actor, este
amenaza con matarle de un disparo, la amistad con Bustrófedon, su lógica en la
teoría pitagórica donde todo está escrito en números. La naturaleza, la mujer y el
mito o “lo irracional” confluyen dentro de lo onírico, se intenta jugar entre el
acercamiento y el alejamiento a la herida que lleva cada personaje como Cué
detrás de su apariencia construida él mismo.

“Ella cantaba boleros

Soñé que salía durante 68 días consecutivos al golfo nocturno y no conseguía ni


siquiera un pescado, ni una sardina y Bustrófedon y Eribó y Arsenio Cué no
dejaban salir conmigo a Silvestre porque decían que yo estaba completa y
definitivamente salao, pero el día 69 (un número de suerte en La Habana de
noche: Bustrófedon dice que es porque es capicúa, Arsenio Cué tiene otras
razones y Rine también: es el número de su casa) estaba de veras en el mar, solo,
y de entre las aguas azules, violetas, ultravioletas, venía un pez fosforescente
que era largo y se parecía a Cuba y después se achicaba y era Irenita y se
volvía prieto, negruzco y era Magalena y cuando lo cogí, que picó, comenzó
a crecer y a crecer y se hizo tan grande como el bote y se quedó boyado,
bocarriba, jadeando, haciendo ruido con su boca de hígado, ronroneando,
rugiendo y después hacía otros ruidos, como los que hace un tragante tupido, y se
quedó quieto y comenzaron a aparecer tiburones, picúas, pirañas, que tenían
caras desconocidas, pero una de ellas se parecía muchísimo a Gianni Boutade y
otra al Emsí y tenía una estrella en la boca y otro era Vítor Perla y llevaba una
perla en el buche y el buche era como una corbata de sangre y empecé a jalar
cordel y pegué mi pez a la borda y le decía pez grande, mi pez enorme, noble
pez, yo te arponié, yo te cogí, pero no dejaré que ellos te coman y empecé a
subirlo al bote y metí su cola dentro del bote, que ahora era blanco, radiante y el
pez se veía negro azabache y luego comencé a luchar con sus costados que
eran blandos, como de gelatina y vi que era una aguamala por ese lado y di
otro tirón y perdí el equilibrio y caí dentro del bote, y todo el pez se me vino
encima y no cabía en el bote y no me dejaba respirar y me estaba ahogando
porque sus agallas me caían en la cara por sobre la boca y la nariz y me
respiraba el aire todo el aire no sólo el aire que tenía que respirar el de afuera
sino el aire de mi nariz y de mi boca y de mis pulmones y me dejaba sin
ningún aire y me ahogaba. Me desperté. Dejé de luchar con el noble pez del
sueño para pelear, pujar, patear al felón cachalote de la realidad que estaba sobre
mí y me besaba con sus inmensos labios de bofe, me besaba los ojos, la
nariz, la boca y me mordía las orejas, y el cuello y el pecho y La Estrella se
resbalaba de sobre mi cuerpo y volvía a montarse y hacía ruidos extraños,
increíbles, como si cantara y roncara a la vez y entre estos mugidos me decía mi
negro mi amor quiéreme dale un besito a tu negra anda anda anda y cosas
así, que me hubieran hecho reír si no me faltara el aire y le di un empujón con
toda mi fuerza haciendo palanca con la pared (porque había llegado hasta la
pared empujado por aquella masa en expansión, atropellado por aquel universo
que se me encimaba) y le hice perder el equilibrio y se cayó de la cama y en
el suelo se quedó jadeando y bufando y me levanté de un salto y encendí la luz
y la vi: estaba completamente desnuda y sus senos tan gordos como sus brazos,
dos veces más grandes que mi cabeza, se caían uno para un lado y llegaba al
piso y el otro le daba por sobre el rollo central de los tres grandes rollos que
dividían sus piernas de lo que hubiera sido su cuello si lo tuviera y el primer rollo
después de los muslos era una especie de prolongación de su monte de venus y
vi que Alex Bayer tenía razón, que ella se depilaba toda porque no tenía un solo
vello en el cuerpo y aquello no podía ser natural, aunque nada era natural en La
Estrella. Fue entonces que me pregunté si no sería una marciana. Si los
sueños de la razón dan monstruos, ¿qué dan los sueños de la sinrazón?
Soñé (porque de nuevo me dormí: el sueño es tan persistente como el
insomnio) que los marcianos invadían la tierra no como temía Silvestre en
naves que se posaban sin ruido en las azoteas o infiltrándose como espíritus
armados en la materia terrestre o invadiéndonos en forma de microbios que
crecerían en los animales y en los seres humanos, sino con formas
marcianas, criaturas con ventosas capaces de hacer otras paredes con el aire y
descender y ascender por escaleras invisibles y con paso majestuoso sembrar el
terror desde sus presencias negras, brillantes, silenciosas. En otros sueños o en
el mismo sueño de otra forma eran ondas sonoras que se metían entre
nosotros y nos encantaban, como sirenas: en cualquier rincón brotaba una
música que alelaba, un son paralizante y nadie hacía nada por resistir aquella
invasión del espacio exterior porque nadie sabía que la música era el arma secreta
y final y no había quién se tapara los oídos no ya con cera ni siquiera con los
dedos y al final del sueño yo trataba de levantar las manos hasta las orejas,
porque comprendía, pero tenía las manos pegadas y la espalda pegada y el
cuello pegado con cola invisible, y me desperté fuera de la cama, con un charco
de sudor debajo del cuerpo, en el piso. Recordé entonces que me había tirado en
el suelo al otro extremo del cuarto, cerca de la puerta y allí me dormí. ¿Tenía el
guante de un motorista en la boca? No lo sé porque no sentía más que un sabor a
bilis y sed y ganas de vomitar más que de beber, pero lo pensé bien antes de
levantarme. No tenía ganas de ver a La Estrella, fuera monstruo o persona,
dormida en mi cama, roncando con la boca abierta y los ojos medio cerrados
dando vueltas para un lado y para el otro: uno nunca tiene ganas de encontrarse
al despertar con su pesadilla de la noche antes.” (1967:145-146).
Codac es quien narra su mismo sueño, claramente la naturaleza, lo onírico y la
mujer se repiten como temas recurrentes pero esta vez la naturaleza está en el
pez que él quiere capturar y lo logra con esfuerzo pero cuando intenta recoger a
su presa, esta sobrepasa sus expectativas con el peso y se le viene encima como
siendo un peligro pues puede ahogarlo en la nariz y la boca con su respiración.
Recuerda a las mujeres más bellas que ha conocido a Cuba Venegas, Irenita,
Magdalena pero nadie se compara a Estrella, la cantante afro de boleros con la
que se obsesiona Codac no por su belleza ni su cuerpo sino porque roza entre lo
animal y lo humano es algo fuera de esta realidad, un ser fantástico, una divinidad
o un monstruo cuando canta, hay en ella un espiral de autodestrucción .Este sabe
del gran talento que tiene Estrella para cantar pues es lo único excepcional en ella
más que su cuerpo o su apariencia que va modificar pues ella se rehúsa a no ser
solo maquillada, es un espectáculo grotesco para el fotógrafo. Este realiza una
fiesta en su honor para presentarle a las personas de la industria que fracasaría
pues el empresario no iría esa noche y ocasionaría el caos pues ella se
emborracha también lo hace por la petición de Alex Bayer pues esta representa un
peligro para su pareja (es homosexual) . Estrella, al principio, le miente al fotógrafo
diciendo que ella es una sirvienta pero resulta ser todo lo contrario, tiene un
esposo e hijo pero este muere. Finalmente, la cantante logra debutar y salir de
Cuba pero su fama no durará, mucho pues morirá en el silencio y será olvidada,
solo conocida por pocos. El recuerdo de Estrella le trae nostalgia lo asedia pues
él reconoce el talento que ella tiene para la música: vivirla, más allá que pueda ser
objeto de deseo. Sin embargo, por su apariencia física y grotesca, le causa miedo
y cierto asco, rechazándola en el plano carnal pues él es el objeto y no ella quien
lo desea y quiere acostarse con este. Ante esta situación de falta de control y su
masculinidad admite su deseo pero por el lado de un sexualidad reprimida que no
puede consumirse pues incluso cuando Silvestre va al hotel y le cuenta su
experiencia con Ingrid Bérgamo, se encontró con Estrella y esta le cuenta que el
fotógrafo la violó entre comillas, es como herir su masculinidad y se desata la risa
y la burla.
“Soñé que era una lombriz de la tierra, rosada, y que iba a visitar a mi madre
a la casa de la calle Empedrado y que subía las escaleras, pero yo caminaba así
de pie, como camino y nadie se asombraba. Subía las escaleras y aunque era
de día estaba muy oscuro y en un descanso de la escalera había un gusano
negro, que me violó. Después yo estaba en medio del río sobre una piedra con
mis gusanitos y todos eran rosados como yo, menos un gusanito que tenía unas
manchas negras y que era el que siempre estaba más pegado a mí. Entonces
yo con mi cola lo empujaba a él y él regresaba y yo lo volvía a empujar. Yo quería
apartarlo de los otros gusanitos y él me miraba con una cara de lástima, pero
mientras más cara de pena ponía más rabia me daba. De pronto le di un
empujón y lo tiré al agua.” (1967:253).

Puede ser este sueño un metáfora de Codac intenta encriptar su sexualidad pues
si bien le gusta y sale con diversas mujeres en las noches incluso conoce a Cuba
Venegas pues la ha descubierto pero eta lo rechaza, se siente usado por ellas.
También conoce a un travesti que tiene nombre de hombre, sabe de la
promiscuidad en lo cabarets, la relación de adolescentes con hombres mayores y
la sexualidad en las calles de la Habana pero el admite que deseó a Irenita, Cuba
Vengas, Magdalena pero se admite enamorado de Estrella pero con ella no puede
alcanzar una relación sexual, solo un deseo contradictorio. Como ya se ha
mencionado, los personajes se frustran ante el deseo que no pueden cumplir ni
satisfacer en la realidad, lo completan en el sueño pero este les devela lo que
ocultan detrás de sus acciones y lo que todos observan. No tiene inclinaciones
homosexuales pero tampoco puede descartarse .Quizás el gusano puede ser la
propia Estrella quien deconstruye su masculinidad pues la novela cuestiona el
género a partir del performance, la supuesta moralidad, el erotismo, el deseo
puesto en lo corporal pues el cuerpo tiene un gran valor como mercancía y la
fantasía de una sociedad en decadencia, del entretenimiento: la exhibición y
destrucción cuyos seres que habitan en ella se encuentran desencantados,
solitarios y frustrados en no poder salir de ella.

Bibliografía:
Cabrera, G. (1967).Tres Tristes Tigres. Recuperado de:
file:///C:/Users/CARMEN/Downloads/tres-tristes-tigres-cabrera-infante-
guillermo.pdf. (Fecha de consulta: 07/07/2019).

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