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La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) fue

proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París en


1948, tras el tremendo impacto de la Segunda Guerra Mundial. 30 derechos
humanos fundamentales inquebrantables de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos incluyen los derechos básicos que toda persona debe
disfrutar para tener una vida digna. Se dividen en:

Derechos civiles y políticos

Todos los derechos civiles y políticos garantizan nuestra capacidad para


participar en la vida civil y política en condiciones de igualdad. Nadie (ni el
Estado, ni una empresa, ni un grupo o una persona) puede privarnos de ellos.
Nacemos libres e iguales en dignidad y derechos. Tenemos:

Derecho a la vida. Todos los seres humanos tenemos derecho a vivir


libres y con seguridad. Nadie tiene derecho a privar de vida a otra persona y,
sin embargo, todavía hay países donde se practica la pena de muerte. En
Amnistía trabajamos para poner fin a las ejecuciones y abolir la pena capital en
todo el mundo y en toda circunstancia, por ello celebramos recientemente que
tres países Guinea, Mongolia y Burkina Faso abolieron la pena de muerte en la
ley para todos los delitos. Gambia firmó un tratado internacional por el que se
comprometió a no llevar a cabo ejecuciones y a adoptar las medidas
necesarias para abolir la pena de muerte en su legislación, mientras que
Guatemala se convertía en abolicionista para los delitos comunes.

Derecho a no ser sometido ni sometida a esclavitud ni servidumbre:


Hay Estados, empresas y grupos armados, entre otros agentes, que no lo
respetan.

Derecho a no recibir daños ni torturas: La tortura sigue siendo un


método utilizado para aterrorizar y disuadir a personas de emprender acciones
consideradas “amenazantes” por muchos gobiernos.

Derecho a la no discriminación. Todo hombre, mujer, niño y niña


tienen como derecho a estar libres de discriminación.

Derecho a que nadie sea detenido arbitrariamente:


En Amnistía luchamos para que esto no ocurra y que, si sucede, se haga
justicia.

Derecho a la presunción de inocencia: para evitar casos como los de


Guantánamo donde todavía permanecen 60 personas recluidas desde hace
una década o más sin cargos ni juicio.

Derecho a la privacidad: Algunos gobiernos espían todo lo que


hacemos en Internet.

Derecho a la libre circulación, a buscar asilo y a tener una


nacionalidad: Actualmente hay más de 25,4 millones de personas refugiadas.
Se trata de una crisis de envergadura mundial pero no tanto por la enorme
cifra, sino por el lugar donde se encuentran estas personas: unos pocos países
se ven obligados a hacer mucho más de lo que les corresponde, sencillamente,
por su proximidad a zonas de crisis; mientras que otros, los más ricos, hacen
poco o nada.

Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, opinión


y expresión: Expresar tu opinión de forma abierta, publicar en redes sociales,
participar en manifestaciones, entre otros. debería ser un derecho para todos y
todas. Pero en muchos países hay gente que va a la cárcel o sufre algo
peor simplemente por hablar o manifestarse.

Derecho a participar en la vida política: Tenemos derecho a votar o a


formar parte del gobierno de nuestro país. Además, todos los votos deben de
tener el mismo valor.

Los derechos civiles y políticos: tienen su expresión jurídica vinculante


en diversos tratados internacionales, como el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP). El Comité de Derechos Humanos de
la ONU vela porque se cumplan las disposiciones de este pacto.

Derechos económicos, sociales y culturales:

Cuando trabajamos, tenemos derecho a recibir un salario digno y a


tener tiempo para descansar. Cuando tenemos una necesidad especial (en el
caso de sufrir una enfermedad o no tener empleo), tenemos derecho a recibir
protección social. Son sólo dos ejemplos de los derechos económicos,
sociales y culturales (DESC), que también son derechos humanos. Incluyen:

1-Derecho a la alimentación: Todas las personas tienen derecho a


acceder a una alimentación saludable, pero alrededor de 795 millones de
personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para llevar una vida sana
y activa (casi una de cada nueve personas en la tierra), según datos
del Programa Mundial de Alimentos.

2-Derecho a la educación: Sean de la etnia, religión o nacionalidad que


sean, los y las menores tienen derecho a la educación. Sin embargo, 124
millones de niños y niñas en todo el mundo no van a la escuela, según datos
de UNICEF.

3-Derecho a la salud: Todos y todas tenemos derecho a vivir en un


medio ambiente saludable y a recibir atención médica.

4-Derecho a la vivienda: La vivienda debería ser accesible a todas las


personas que, además, deberían tener cierta seguridad de tenencia que las
proteja de desalojos forzados, hostigamiento y otras amenazas.
5-Derecho a la cultura y la ciencia. Acceder a bibliotecas, museos,
teatros, cines o estadios son solo algunos ejemplos de derecho a la cultura.
También se incluye el derecho a disfrutar de los beneficios de los avances
científicos.

6-Derecho humano al trabajo y al descanso. Toda persona tiene


derecho al trabajo, así como a su libre elección. También se tiene derecho a la
misma remuneración por un mismo trabajo realizado. Además toda persona
tiene derecho al descanso, al disfrute de tiempo libre y a una limitación
razonable de las jornadas de trabajo. El ser humano construye demasiados
muros y no suficientes puentes

Revolución Francesa

El siglo XVIII fue llamado el siglo de las luces (lumieres) así aluden
al movimiento cultural que se desarrolló en Europa entre 1715 y 1789 que
propuso disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón.
En Francia se integraron los intelectuales del ilusionismo en torno al
Enciclopedismo, y el movimiento se conoció con el nombre de Ilustración. En
Inglaterra se llamó Enlihtenment y sus seguidores organizaron clubes.

Las ideas de esta época están inflamadas de optimismo al futuro se


renueva la fe mediante la razón, se confía en la posibilidad de instalar la
felicidad en la tierra y de mejorar al hombre, esta ansiedad por realizar una
nueva sociedad forjo una experiencia política reformista, el
de positivismo ilustrado consistió en utilizar el poder de la monarquía absoluta
para llevar a cabo el programa renovador de la Ilustración desde el estado. La
Ilustración fue especialmente fecunda en cuanto se refiere al pensamiento
político las cuales contribuyeron con el pensamiento de Montesquieu con
Bentham, Voltairey Rousseau.

Con la teoría renovadora del liberalismo de Locke por obra de


Montesquieu y Bentham a tiempo con Rousseau formulan la doctrina de la
democracia.

En la práctica la conjunción del Liberalismo y democracia comienza a


producirse con la revolución norte americana y el sistema de gobierno
organizado por la constitución de Filadelfia las cuales influyeron
determinantemente en las doctrinas del siglo XVIII en la Revolución Francesa.

La revolución se originó por la incapacidad del despotismo ilustrado para


superar las contradicciones existentes y agudizadas por el antiguo régimen
(secases y miseria tanto en el campo como en la ciudad). La burguesía puso
en marcha un proyecto revolucionario para solucionar la crisis de esta manera
las ideas que durante todo un siglo se agitaron en pro de un cambio profundo
de la sociedad, a partir de una transformación del hombre bajo los principios de
la igualdad, fraternidad y libertad.

La revolucion que se inicio en 1789 la cual libera gran diversidad de


fuerzas sociales y deja al descubierto un hervidero de ideas y tendencias, la
burguesía accede al poder y se inicia con la declaracion de los derechos del
hombre lo que sé llamado el tercer estado.
Soboul nos relata las condiciones en que surgio esta revolucion: "A
finales del siglo SXIII la estructura social de Francia seguia siendo
esencialmente aristocracia: conservaba el carácter de su origen, de la epoca en
que la tierra constituia la unica forma de riqueza social y, por tanto, conferia a
quienes la poseian al poder sobre de quienes la cultivadan

La declaracion de los derechos del hombre y del ciudadano (1789), es


una declaracion compuesta de 17 articulos y precedida de un preambulo,
cuyo texto fue aprobado por los miembros de la asamblea constituyente
francesa del 17 al 26 de agosto de 1789. Influyo en ella la declaracion
deindependencia de los E.U.A. (4 de julio 1776) y de los otros seis estados
americanos de 1777 a 1784, asi como el pensamiento filosofico de Rousseau,
Mosquieu, Condorcet y entre otros del S. XVIII.

Sé presedia hacer una declaracion de princio de validez universal. Sin


embargo, era, en gran parte, una obra redactada por y para la burguesía.

En el preambulo, introducía a la problemática de la importancia de los


derechos humanos, de la siguiente manera:

"Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea


Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido y el desprecio por los
Derechos del Hombre son las únicas causas de las desgracias publicas y de
la corrupción de los gobiernos..."

Se definía los derechos naturales del hombre que, según el art. 2, eran
imprescindibles. Entre ellos se admitían solo derechos civiles; en primer lugar,
la libertad (art. 1 y art. 2), en sus diversas formas: individual (art. 7, art.8 y art.
9), de pensamiento (art. 10 y art. 11), de prensa (art. 11) y de credo (art. 10).
Sé fijada como limite de esta libertad el ejercicio de derechos análogos por los
otros miembros de la sociedad (art. 4 y art. 5); sé reforzado el carácter
intangible de la propiedad (art. 2 y art. 17), y se instituía una fuerza publica que
velara por la seguridad de los ciudadanos y de sus bienes.

En nuestra Constitución (de 1991) se encuentran consagrados en el


Capítulo 1, denominado "De los derechos fundamentales". En este capítulo
se hallan el derecho a la vida (art. 11); el derecho a la libertad e igualdad (art.
13); el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica (art. 14); el
derecho a la intimidad; al buen nombre (art. 15); al libre desarrollo a la
personalidad (art. 16); la libertad de conciencia (art. 18); libertad de cultos y
religiosa (art. 19); la libertad de opinión, información y de prensa (art. 20); el
derecho a la honra (art. 21); el derecho de petición (art. 23); el derecho al
trabajo (art. 25); la libertad al trabajo (art. 26); la libertad de enseñanza (art. 27);
las garantías procesales (art. 28); el debido proceso y el derecho a la defensa
(art. 29); el derecho a la segunda instancia (art. 31); y el derecho a no declarar
contra sí mismos (art. 33).

También se encuentran consagrados el derecho de asilo (art. 36); el


derecho de reunión (art. 37); el derecho de asociación, (art. 38); el derecho a
laparticipación ciudadana en la conformación, ejercicio y control del poder
político (art. 40); en especial el derecho a ejercer las acciones populares de
inconstitucionalidad y de nulidad (art. 40, num. 6o).

Derechos Humanos de la Segunda Generación.

Son aquellos derechos humanos que permiten al individuo colocarse en


condiciones de igualdad frente al Estado, con el objeto de reclamar de la
autoridad pública el deber de proteger los derechos económicos, sociales y
culturales, entre los cuales hallamos el derecho a la propiedad, el acceso a los
bienes materiales, los derechos familiares, la salud, la educación, la cultura y
los derechos laborales.

En la primera mitad del siglo XX surgen estos derechos; concretamente,


después de la segunda guerra mundial. Estos derechos se consagraron en la
"Declaración americana de los derechos y deberes del hombre", aprobada el 2
de mayo de 1948 y la "Declaración universal de los derechos humanos"
proclamada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las
Naciones Unidas.

En nuestra Carta Política se encuentran consagrados en el Capítulo 2


o "De los Derechos Sociales, Económicos y Culturales". En este capítulo
se encuentran los derechos de la familia (art. 42); la igualdad de derechos
para la mujer (art. 43); los derechos fundamentales de los niños (art. 44); el
derecho a la protección y formación integral de los adolescentes (art. 45);
derecho a la protección y asistencia de las personas de la tercera edad (art.
46); el derecho a la seguridad social (art. 48); el derecho a la salud (art. 49); y
el derecho a la vivienda digna (art. 51).

Así mismo, el derecho a la recreación, al deporte y el aprovechamiento


del tiempo libre (art. 52); los principios mínimos fundamentales del estatuto del
trabajo (art. 53); el derecho a la negociación colectiva (art. 55); el derecho
de huelga (art. 56); el derecho a la propiedad privada (art. 58); la propiedad
intelectual (art. 61); el derecho a la educación, (art. 67); la autonomía
universitaria (art. 69); el acceso a la cultura (art. 70); el derecho a acceder a los
documentos públicos (art. 74); y el derecho a acceder al espectro
electromagnético (art. 75).

Derechos Humanos de la Tercera Generación.

Se denominan derechos colectivos de la humanidad o derechos de las


nuevas generaciones. El Profesor mexicano Héctor Fix-Zamudio los denomina
derechos difusos y los define como aquellos "derechos subjetivos e intereses
legítimos que pertenecen a personas indeterminadas y a
diversos grupossociales distribuidos en varios sectores, y que se refieren a
ámbitos como el consumo, el medio ambiente, el patrimonio de la humanidad,
entre otros".

En este grupo se clasifican el derecho a la paz, el derecho a


la calidad de los bienes, productos y servicios comerciales, el derecho a gozar
de un ambiente sano, el derecho al espacio público, etc.

En nuestra Constitución, el Capítulo 3 trata de los Derechos Colectivos


y del Ambiente. Este capítulo comprende el derecho a un ambiente sano (art.
79); el derecho al espacio público (art. 82); así mismo se halla el control de
calidad y servicios ofrecidos y prestados a la comunidad (art. 78); y el manejo y
aprovechamiento de los recursos naturales (art. 80).

En síntesis, según la estructura de la Constitución colombiana, el orden


de consagración de los derechos corresponde, en gran parte, a la clasificación
de los derechos humanos, así:
DERECHOS FUNDAMENTALES: DERECHOS HUMANOS DE 1ª
GENERACION

DERECHOS SOCIALES, ECONOMICOS Y CULTURALES:


DERECHOS HUMANOS DE 2ª GENERACION

DERECHOS COLECTIVOS Y DEL AMBIENTE: DERECHOS


HUMANOS DE 3ª GENERACION

De otra parte, no debemos olvidar que, obstante la amplia consagración


de derechos en nuestra Carta Política, el artículo 94 consagró la llamada
"cláusula abierta", según la cual, la enunciación de los derechos que hace la
Constitución no se puede entender como única o como taxativa, pues serán
derechos humanos todos los que sean inherentes a la persona humana.

LOS MECANISMOS PROCESALES DE PROTECCIÓN DE LOS


DERECHOS HUMANOS EN EL DERECHO INTERNACIONAL Y EN EL
DERECHO COLOMBIANO.

En vigencia de la Constitución Política de Colombia de 1886 se


celebraron pactos internacionales de derechos humanos que consagran
cláusulas reguladoras de los mecanismos de protección.

En la Constitución y en las reformas que se le introdujeron


posteriormente no se consagraron estos mecanismos, pese a que Colombia
intervino como parte en la mayoría de dichos pactos. Con la Constitución de
1991 se logró el reconocimiento expreso de los derechos fundamentales y,
además, el establecimiento de mecanismos de protección, para la garantía de
los derechos humanos. Al respecto, debemos destacar que la sola enunciación
de éstos nunca será suficiente, sin la consagración paralela de mecanismos
procesales para su protección, que garantizan su eficacia o aplicación
práctica.

Los siguientes pactos internacionales han consagrado tales


mecanismos:
Declaración americana de los derechos y deberes del hombre, expedida
en Bogotá en mayo de 1948 (artículo XVIII).

Declaración universal de los derechos del hombre, aprobada en París


por la asamblea general de las Naciones Unidas en diciembre de 1948 (en el
artículo 8º).

Carta internacional de derechos humanos o "Pacto internacional de las


Naciones Unidas sobre derechos civiles y políticos", expedido en Nueva York
en diciembre de 1966 (en el numeral 3º del artículo 2º). Este Pacto se aprobó
por medio de la ley 74 de diciembre 26 de 1968.

Convención americana sobre derechos humanos o "Pacto de San José


de Costa Rica", suscrito el 22 de noviembre de 1969 en San José de Costa
Rica (en el artículo 25). Este Pacto fue incorporado al ordenamiento jurídico
colombiano, mediante la ley 16 de diciembre 30 de 1972.

Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos


Humanos o "Protocolo de San Salvador", fue suscrito en San Salvador el 17 de
noviembre de 1988 (art. 1º).

Veamos ahora la incorporación de los pactos internacionales de los


derechos humanos en el ordenamiento jurídico colombiano:

Los pactos internacionales que hayan sido ratificados por el Congreso


de la República forman parte del ordenamiento jurídico colombiano, a partir de
la entrada en vigencia de las leyes aprobatorias de dichos pactos, de
conformidad con el artículo 76, numeral 18, de la Constitución de 1886.

Posteriormente, este procedimiento de incorporación normativa se


reconoció por el Constituyente de 1991 en el artículo 93 de la Carta, ordenando
la prevalencia de esos tratados, con relación al ordenamiento jurídico interno
y, en segundo lugar, la interpretación de los derechos constitucionales a
la luz de tales tratados.

Esta prevalencia de normas en el ordenamiento jurídico colombiano


implica que el tratado (incorporado por la ley) sea superior jerárquicamente a la
ley ordinaria (y, por lo tanto, a las normas infralegales), pero supeditado a la
supremacía de la Constitución, toda vez que la ley aprobatoria del tratado tiene
control de constitucionalidad por parte de la Corte Constitucional, en la forma
prevista en el numeral 10 del artículo 241 de la Constitución.

Si los derechos constitucionales tienen esta connotación normativa-


interpretativa, es lógico que deben tener una efectiva protección originada en
los compromisos internacionales que el Estado colombiano adquirió (en el
ámbito internacional) al suscribir los pactos que lo obligan (internamente) a
regular normativamente los mecanismos de protección de los derechos
humanos contenidos en los pactos internacionales.

El Constituyente de 1991 reconoció la necesidad de regular mecanismos


de protección de los derechos humanos y, por ello, entre otros, consagró la
"acción de cumplimiento" en el artículo 87 de la Constitución, de cuyo texto
se desprende que dicha acción es un derecho público, efectivo, sencillo, breve
y rápido, cuyo objetivo es "amparar derechos", respecto de los cuales no
procedan otros mecanismos de protección, tales como la acción de tutela,
las acciones populares, el habeas corpus y el habeas data. A continuación
definimos brevemente esos mecanismos procesales de protección de los
derechos humanos:

Regulada en el artículo 86 para la protección de los derechos


constitucionales fundamentales, el cual expresa:

"Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces en
todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí
misma o por quien actué a su nombre, la protección inmediata de sus derechos
constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o
amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.

"La protección consistirá en una orden para que aquél respecto de quien
se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de
inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo
caso, éste lo remitirá a la Corte Constitucional para su eventual revisión.
"Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro
medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio irremediable.

"En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de
tutela y su resolución.

"La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede
contra particulares encargados de la prestación de un servicio público o
cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de
quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o indefensión".

La Acción de Tutela.

Consagradas en el artículo 88 para proteger los derechos e intereses


colectivos, cuyo texto reza:

"La ley regulará las acciones populares para la protección de los


derechos e intereses colectivos o relacionados con el patrimonio, el espacio, la
seguridad y la salubridad públicos, la moral administrativa, el ambiente, la
libre competencia económica y otros de similar naturaleza que se definen en
ella.

"También regulará las acciones originadas en los daños ocasionados a


un numero plural de personas, sin perjuicio de las correspondientes acciones
particulares.

"Así mismo, definirá los casos de responsabilidad civil objetiva por


el daño inferido a los derechos e intereses colectivos" .

Las acciones populares han sido recientemente reglamentadas por el


Congreso, mediante la Ley 472 del 5 de agosto de 1998.

Las Acciones Populares.

Prevista en el artículo 87, según el cual:

"Toda persona podrá acudir ante la autoridad judicial para hacer efectivo
el cumplimiento de una ley o un acto administrativo.
"En caso de prosperar la acción, la sentencia ordenará a la autoridad
renuente el cumplimiento del deber omitido".

La acción de cumplimiento fue reglamentada el año pasado mediante


la Ley 393 de 1997.

La Acción de cumplimiento.

Este mecanismo procesal de protección no se encuentra ubicado en el


capítulo 4 enunciado, sino en el capítulo 1 de los derechos fundamentales, en
el artículo 30 de la Carta que expresa:

"Quien estuviere privado de su libertad, y creyere estarlo ilegalmente,


tiene derecho a invocar ante cualquier autoridad judicial, en todo tiempo, por sí
o por interpuesta persona, el Habeas Corpus, el cual debe resolverse en el
término de treinta y seis horas" .

El "habeas Corpus".

El "habeas data".

Así mismo en el capítulo 1, artículo 15 de la Constitución se consagra


este mecanismo cuyo texto, expresa:

"Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a


su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual
modo, tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se
hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de entidades
públicas y privadas.

"En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la


libertad y demás garantías consagradas en la Constitución (...)" .

En suma, los derechos fundamentales se protegen en forma directa con


la acción de tutela; los derechos colectivos con las acciones populares; la
libertad física con el habeas corpus y el derecho a la intimidad y al buen
nombre con el habeas data. Por su parte, la acción de cumplimiento permite
hacer exigible las obligaciones y los deberes que las leyes o los actos
administrativos le imponen a las autoridades, protegiendo directamente algunos
derechos consagrados o reconocidos en esta normatividad, e indirectamente,
los derechos humanos contenidos en los pactos internacionales (ratificados por
ley), o en la Constitución de Colombia. Sin embargo, la variabilidad y viabilidad
de dicha protección se debe contemplar en cada caso, lo cual hace compleja la
naturaleza jurídica de esta acción.

Fuera de los mecanismos procesales de protección de los derechos


humanos anteriormente mencionados, pueden existir otros que el Legislador
establezca, de conformidad con lo dispuesto en el art. 89 de la Constitución,
que expresa:

"Además de los consagrados en los artículos anteriores, la ley


establecerá los demás recursos, las acciones, y los procedimientos necesarios
para que puedan propugnar por la integridad del orden jurídico, y por la
protección de sus derechos individuales, de grupo o colectivos, frente a la
acción u omisión de las autoridades públicas".

Derechos Humanos de la Primera Generación.

El fin primordial de estos derechos humanos es la protección de los


derechos civiles y las libertades públicas. En este grupo se incluyen los
derechos a la seguridad y a la integridad física y moral de la persona humana,
así como también los derechos políticos en el más amplio sentido de la
palabra, tales como el derecho a la ciudadanía y el derecho a la participación
democrática en la vida política del Estado.

Estos derechos se consagraron inicialmente en la "Declaración universal


de los derechos del hombre y del ciudadano", en Francia, en 1787.

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