Profesorado de Educación Primaria.

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1°año- Sujeto de la Educación Primaria (P.E.P.)
Año: 2013.-

 Concepto de psicología del desarrollo. (CLASE 1)

Ciencia que estudia el cambio en el comportamiento ligado al transcurrir del tiempo en términos
de edad cronológica. Se ocupa de los procesos evolutivos del ser humano a lo largo de las
edades.-
 Carácter normativo del cambio:
- Aquel que nos acontece a todos: lo “normal”.
- Se producen en la generación completa.
- Son predecibles.
 Conceptos básicos y fundamentales:
CRECIMIENTO: Cambios morfológicos en un período de vida del sujeto. Es de carácter
cuantitativo. (físico, peso, estatura, proporcionalidad).
MADURACIÓN: Cambios que se producen en el comportamiento que suelen estar determinados
por un plan biológico de toda la especie: ej. Aprender a caminar. Consisten en el alcance de la
plenitud de una función. Es de carácter cualitativo.
DESARROLLO: Cambio de comportamiento provocado por el contexto y determinado, no por una
especie, sino por una sociedad o cultura. Consiste en el despliegue de potencialidades y
capacidades. Concepto implícito de aprendizaje.
DIFERENCIACIÓN: distinción biológica entre sexos. El género se divide en masculino y femenino,
sobre la base biológica diferenciada (variación hormonal, gonadal, etc.).
 Tipos de Cambio:
- Cuantitativos: lo que cambia es la cantidad de respuesta que emite un sujeto. Por ejemplo que
aprenda más palabras.
- Cualitativos: Se produce un cambio en la naturaleza de la respuesta que el sujeto da. Por
ejemplo que mejore su capacidad de hablar, los términos son más específicos.
No todos los autores piensan que el desarrollo tenga estos dos cambios. Unos dicen que sí, otros
que solo cualitativos. Tanto la maduración como el crecimiento tienen ambos tipos de cambio.
 Ámbitos del desarrollo
 Biofísico: Estudia el desarrollo físico (crecimiento), el desarrollo motor (maduración), el desarrollo
sensorial y todos aquellos contextos que afectan al crecimiento, al desarrollo y a la maduración de
un sujeto. Por ejemplo: la nutrición.
 Cognitivo: Estudia el desarrollo del pensamiento y de las capacidades intelectuales y a aquellos
contextos que lo afecten: aprender a hablar, escribir, leer, inteligencia, memoria.
 Socio-afectivo: Capacidad de sentir sentimientos y expresarlos, relacionarse con los demás. Y
aspectos del ambiente que lo modifican.
Aunque diferenciemos ámbitos, todos ellos están entrelazados. El sujeto es un todo, pero para
avanzar en el estudio tengo que estudiarlo por separado.
 Biogenéticos.
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Todos los seres humanos traemos una herencia genética que se refleja en cada una de nuestras
conductas individuales.
La base biológica influye y en parte determina nuestra constitución física y psicológica.
 Ambientales.
Son los contextos en los que el sujeto se desenvuelve. Todos los contextos influyen entre sí de
modo que todo el conjunto repercute al niño que se está formando, de manera que provoca en él
unos efectos específicos. Debe contemplarse al sujeto desde la multifactorialidad.
 Contexto cultural. El aporte de valores, costumbres, comportamientos cotidianos que nos definen
y diferencian de las demás culturas. Concepto de cultura occidental y cristiana.
 Contexto étnico: es decir, la influencia de la raza determina y/o modifica los comportamientos de
las personas.
 Contexto socio-económico. Implica un determinado nivel de vida de un país. Y cómo él, influye en
los comportamientos del ser humano.
 Contexto histórico. Cada generación nace en un contexto definido que determina las condiciones
en las que el sujeto va a desenvolverse a lo largo de su vida. Determina las circunstancias de vida
de cada generación.
 Contexto familiar. Es el primer contexto de referencia. En él aparecen los primeros núcleos
afectivos, educativos, ambientales. Todo contexto familiar va a predeterminar su comportamiento
posterior.
 Rasgos y experiencia individual. Los rasgos individuales están relacionados con los datos
biogenéticos propios de cada persona. La experiencia es mía, única e intransferible. Los cambios
no normativos van a ser explicados desde las experiencias individuales. La experiencia va a
determinar el desarrollo de cada individuo.

La Persona Humana y su Dignidad.- (CLASE 2)

Partimos de la definición de persona humana de Boecio1 (s. V): “rationalis naturae
individua substantia”: sustancia individual de naturaleza racional. En ella se destacan 2 aspectos
fundamentales:
 La persona es una unidad subsistente:
 Es un individuo, por ser singular, indistinto en sí y distinto de los demás.
 Le llamamos subsistente a una realidad que existe por sí misma como algo completo y
acabado, distinto de los demás individuos.
En otras palabras, la persona es un centro ontológico subsistente e intrínsecamente
indiviso.
Esto es porque posee un alma que actúa como forma del cuerpo, como elemento
unificador y que da una distinción particular a aquello que actualiza. La persona humana es
subsistente, espiritual e inmortal, porque tiene como principio activo, un alma subsistente,
espiritual e inmortal.-

1
Boecio: gran filósofo del s. VI considerado como la principal autoridad en lógica de la Edad Media.
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Necesariamente esta afirmación nos lleva al 2° aspecto de la afirmación de Boecio:

 La persona humana es de naturaleza racional. Es decir, está dotada de dos potencias: la
inteligencia y la voluntad; cuyos actos son el amar y querer. Ambos actos expresan la
presencia en la persona humana de una característica distintiva: La libertad. Aristóteles ya
definía a la persona como el “animal racional”, para dar cuenta de estas realidades del
hombre.
Dignidad de la persona humana.-
Cabe ahora destacar que la expresión “dignidad de la persona humana” viene a ser un
modo redundante, o un innecesario hincapié en lo que ya está significando el ser persona. Del latín
per- sonare. Dar explicación: destacar, sobresalir.
Según el Cristianismo la peculiar excelencia y dignidad de la persona humana obedece a 2
hechos significativos:
1.- El hombre ha sido creado por Dios a su Imagen y Semejanza. En este acto creador,
muestra su Paternidad con el hombre. Lo creó filialmente. Y puso a su mando el dominio de toda
la Creación. Él es Dueño y Señor del Universo Natural.
2.- No suficiente con esto, Dios eleva al Hombre a la vida sobrenatural, por medio de la
Redención de nuestro Señor Jesucristo, el Dios hecho Hombre. y por este acto de amor infinito, el
hombre es habilitado e invitado a participar de la mismísima Vida divina.
A la luz de la enseñanza cristiana, concepto de dignidad de la persona humana cobra por
tanto, la obligación ya no solo de respetar, sino de amar a todo ser humano como prójimo. Y esto,
por un poderoso respaldo: así ha tratado y considerado Dios al hombre: con respeto y amor
infinito.
En el sentido cristiano, dignidad de la persona humana, implica un valor absoluto, pero
que a su vez se deriva de haber sido absolutamente valorado por el Ser Absoluto, Dios.
Dignidad ontológica y dignidad moral- Distinciones.-
Que atribuyamos de valor absoluto a la persona humana no supone prejuzgar que ese
mismo valor absoluto haya de adscribirse a todo lo que la persona hace. Es necesario distinguir 2
tipos de dignidad:
1.- una que es propia del ser persona y que podemos designar con el nombre de dignidad
ontológica, dado que se deriva del tipo de ente que la persona es, y ser persona es en sí mismo
una dignidad.-
2.- otra dignidad que por “apropiación”, obtiene una buena persona por el uso
moralmente recto que hace de su libertad y que designamos como dignidad moral.- Leer cita de
Millán Puelles.-
La persona humana ¿a qué está sujeta? (CLASE 3)

Es necesario aproximarnos a la comprensión del hombre por sus causas últimas: Dios,
Patria y Familia.
Estas instituciones son fundamentales y necesarias ya que, por ellas, el hombre recibe una
identidad, la respuesta a un ¿quién soy? Por ellos, conocemos nuestro Origen y nuestro Fin.
Sabemos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Dios Patria y Familia, nos dan un nombre, que
nos delimita y nos distingue de los demás. En el antiguo Testamento, Dios cuando termina algún
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aspecto de su creación, lo culmina poniéndole un nombre, lo define y lo perfecciona

nomenclándolo:

Dios dijo: “Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una
separación entre ellas […] Y Dios llamó Cielo al firmamento”.

Dios dijo: “Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo
firme. Dios llamó Tierra al suelo firma y Mar al conjunto de las aguas”.

“Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creo varón y mujer.”

De manera análoga, sucede con el hombre: estos 3 principios lo nombran y al hacerlo, lo

señalan y, de alguna manera, le otorgan una misión, le marcan un camino.

Dios Creador, nos da la vida, nos da el Ser y nos mantiene en él. “En Él vivimos, nos
movemos y existimos”, como dice el libro de los Hechos de los Apóstoles. En el instante de la
concepción, de la unión de un óvulo y un espermatozoide, Dios infunde un alma, y deja de ser una
célula minúscula, perdido en el cuerpo de la mujer, para pasar a ser un “ser humano”, un
“hombre” sobre el cual Dios ya tiene pensado, desde toda la eternidad, un Plan Providente.

Además, conocemos por el dato revelado, que la obra divina no termina con la creación.
Dios se encarna y redime a todo el género humano, subsanando la herida del pecado original, que
estaba impresa en el corazón del hombre. Así el hombre se transforma, nada más y nada menos,
que en hijo de Dios y heredero del Cielo (por la acción del bautismo). Aquí el hombre recibe
nuevamente un nombre: el de cristiano.

Por nuestra Patria, recibimos el nombre de argentinos. La Patria es un concepto que

comprende mucho más que el territorio. Es más complejo y más amplio que su extensión física. El
Padre Alberto Ezcurra nos enseña que la Patria son “también los argentinos que viven sobre ese
territorio, los argentinos que han muerto por ese territorio y aquellos que un día vendrán”. Resulta
que la Patria parece definirse (más que por la extensión de tierra) por todos aquellos hombres que
la han conformado a lo largo de los tiempos. El Padre Ezcurra continúa diciendo: “Por eso la Patria
es una familia grande. […] Es mi familia y todas las otras familias que están unidas porque
habitamos el mismo territorio, porque hablamos la misma lengua, porque compartimos una
tradición común, una historia común, si miramos al pasado, y un mismo destino si miramos hacia
el presente y el futuro”.

La Patria en otras palabras, es la Tierra de nuestros Padres. Más aún, la idea que tuvieron
nuestros Padres respecto de esa extensión de tierra. Nuestros próceres fueron y son la Causa
Eficiente de nuestra Argentina, ya que plasmaron un pensamiento, una intención, una idea que
contiene un orden específico de índole político, económico, social, cultural y religioso para ser
implementado en la sociedad. De esta forma, la propia Patria se forja así misma por la acción de
sus mismos hombres y otorga a cada uno de sus habitantes una Cosmovisión Natural, un ser
social natural particular; es decir, un modo de ver, juzgar y analizar la realidad.

Por nuestra familia, recibimos el nombre propio. De los 3 principios que dan ser al
hombre, la familia no es, bajo ningún punto de vista, la de menos importancia. Por ella, el hombre
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recibe no solo la vida física sino también se transmiten todos los valores, costumbres y virtudes
que la definen y distinguen como tal o cual familia.

La importancia de la familia reside en lo siguiente: ella es el instrumento por la cual se

transmite y se vehiculiza de alguna manera el Ser dado por Dios y por la Patria:

 Somos humanos y tenemos un alma infundida por Dios. Porque tenemos una madre y
un padre que se unieron en un acto sexual y concibieron. Y en ese mismo instante,
Dios coopera con el Don de la Vida. (Observar la importancia que tiene la familia en el
Plan Divino)
 Nacemos a la vida sobrenatural por medio de los sacramentos. Y es la familia quien
debe transmitir estos beneficios. ¿Quién debe enseñarnos e inculcarnos el amor a
Dios, a la Ssma. Virgen María, a la Eucaristía, a la Oración (es decir, al diálogo con Dios)
a los sacerdotes? ¿El amor al Santo Padre? La Familia. No por nada, se le ha dado el
nombre de “Iglesia Doméstica”. Y a los padres, “la voz de Dios en la Tierra”.
 Nacemos argentinos. ¿Pero quién es la responsable de transmitir el amor a la Patria, a
nuestro terruño, a nuestra lengua, nuestras raíces, a nuestros Próceres y nuestros
símbolos Patrios, a la bandera? La Familia. Por eso nos referimos a ella como la
“Patria chica”.
Entonces vemos que la misión de la Familia es de carácter insustituible e indelegable. Lo
que no hace la familia por sus hijos, no puede hacerlo nadie. No de la misma manera, ni con la
misma intensidad.
Justicia: Virtud que SUJETA AL HOMBRE.
Según lo desarrollado hasta ahora, podemos decir, sin ánimo a equivocarnos, que por todo
aquello que el hombre recibe, se constituye en un deudor. Recibe de Dios la Vida (natural y
sobrenatural); recibe de la Patria el ser nacional y, por último, recibe de la familia la vida física, la
identidad personal, los valores, costumbres y virtudes propios de ella. Por lo tanto, el hombre
debe devolver, debe pagar de alguna manera todos los bienes recibidos (demás está decirlo)
gratuitamente. Es por ello necesario referirnos al concepto de Justicia.
Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico, define a la Justicia como: “el modo de
conducta, es decir el hábito, según el cual un hombre, movido por una voluntad constante e
inalterable, da a cada cual su derecho”.
En otras palabras, la Justicia consiste en dar a cada uno lo que le corresponde, en
igualdad y porque le es debido.
Dios, la Patria y la Familia no han dado el Ser, como ya hemos explicado. Entonces, cabe
preguntarnos lo siguiente: ¿existe la posibilidad de saldar semejante deuda? ¿Podemos devolver
en igualdad lo que a Dios, a la Patria o a la Familia le es debido? La respuesta es simple. No, no
podemos. Estas son Deudas Impagables.
El filósofo Joseph Pieper nos enseña que “existen deudas que, por su naturaleza, excluyen
la posibilidad de su plena satisfacción, por muchos que sean los esfuerzos del deudor para
cancelarlas.” Esto significa que el hombre podrá ser el mejor cristiano, el más patriota o el mejor
hijo sobre la faz de la tierra, pero aún así el débito, con estos principios del ser, estará impago. La
desproporción y la desigualdad de esta relación seguirán presentes.
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El filósofo continua diciendo: “Las relaciones que se caracterizan por tal desproporción son
precisamente aquellas que determinan, desde su raíz, la existencia humana. Por lo tanto, es
natural y propio del justo (que tiene firme y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo), el que
experimente con particular agudeza esta desproporción, esta desigualdad que ningún género de
medida podría determinar”
Veamos ahora cómo se distingue la justicia respecto de sus distintos objetos y cuáles son
las virtudes que se derivan de ella.
Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico nos enseña lo siguiente: “El hombre por
constitución es deudor, por varias razones a otras personas, según los distintos grados de
perfección que estas posean y los diferentes beneficios que de ellas ha recibido. Según este doble
punto de vista, Dios ocupa por completo el primer lugar, puesto que él es absolutamente perfecto y
que respecto de nosotros, es supremo principio de ser, y de gobierno; pero secundariamente,
conviene este título a nuestros padres y a nuestra patria, de los cuales hemos recibido educación y
vida. Y por consiguiente, después de serlo de Dios, el hombre es deudor sobre todo, a sus padres y
a su patria. […] Por lo tanto, así como corresponde a la virtud de la religión el dar culto a Dios,
asimismo, en grado inferior, corresponde a la piedad rendir culto a los padres y a la patria”.
De la Justicia entonces, deriva en 1° lugar la virtud de la Religión. La religión es la virtud
por la cual el hombre toma conciencia de una total y absoluta dependencia respecto de su Dios.
Nos enseña Sto. Tomás: “La obra de la Justicia divina supone siempre la obra de la Divina
Misericordia y se funda en ella.” Dios no tiene deuda alguna, no tiene que pagarnos ni devolvernos
nada y aún así nos colma de bendiciones. El hombre lo recibe todo de Dios sin merecer nada.
Entonces, la religión se funda en la conciencia de la sobreabundancia recibida de Dios y el intento
de parte del hombre de querer subsanar esta deuda contraída gratuitamente. El cristiano debe
ser INQUIETO.
En 2° lugar, deriva de la virtud de la religión, la virtud de la Piedad respecto de nuestros
padres y nuestra Patria. Esta virtud consiste en el rendir culto a nuestros antepasados. Analicemos
entonces, la amplitud de la deuda que tenemos con nuestra nación:
 Consideremos el bien que supone el idioma y la inagotable sabiduría que este entraña.
 Pensemos en la seguridad que proporciona el orden jurídico. (Dalmacio Velez Sarsfield.
Autor del Código Civil.)
 Pensemos en el legado musical y artístico de nuestra patria (el folclore, el baile folclórico) y
todas las expresiones artísticas en general.
 Consideremos las libertades de las cuales gozamos hoy, que son el fruto de las luchas de
nuestros próceres: las guerras de la independencia. No somos colonia española ni inglesa.
 También pensemos en el trabajo silencioso y callado de cada día, de aquellos que
trabajaron por esta nación.
De la conciencia de esta deuda, nace la gratitud. Nace el respeto, interiormente vivido y
exteriormente manifestado, para con nuestros padres. Gratitud por esta herencia que hemos
recibido. La piedad, nos enseña el padre Ezcurra, es una virtud que nos hace mirar al pasado.
Pero, no basta con dar las gracias. No basta con dar respetos por todo lo recibido. Dice
unos de los himnos de la Liturgia de las Horas: “No basta con dar las gracias sin dar lo que las
merece: a fuerza de gratitudes se vuelve la tierra estéril”. Es decir, esa herencia recibida, ese
legado de nuestros Padres, engendra en nosotros una responsabilidad, una obligación. Nos exige,
que nos pongamos a trabajar por nuestra Patria, por su defensa, crecimiento y soberanía.