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ORIGINALES Rev. Logop., Fon., Audiol., vol. XI, n.

º 2 (197-203), 1991

EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA. REFLEXIÓN SOBRE


LA VALIDEZ DE LOS MODELOS EXPLICATIVOS ACTUALES
Por Miguel P. Fernández
Profesor Ayudante de Psicología.

F. Ramos Campos
Decano de la Facultad de Psicología.

INTRODUCCIÓN tades en el aprendizaje de la lectura; pareciendo más


un cajón de sastre en el que todo cabe (por supuesto,

A
ntes de comenzar a analizar las dificultades en con distinto apellkido) que un término con una base
el aprendizaje de la lectura y sus modelos ex- metodológica, teórica y clinica válida (en ciertos as-
plicativos, es de sentido común precisar lo que pectos recuerda a las antiguas clasificaciones de la de-
entedemos por una conducta lectora normal, exenta de presión). Si esto ocurre con la terminología y concep-
patologías, y a partir de ahí, considerar como trastor- tualización utilizada en los trastornos, es comprensible
no, otra conducta lectora que se desvíe de esa pauta, la existencia de una multiplicidad de fundamentos teó-
satisfactoria y positiva para el individuo. En líneas ge- ricos, metodológicos y evaluaciones de un mismo tras-
nerales, desde nuestro punto de vista, el acto lector o torno; debido, en parte, al hecho de dónde ponen los
conducta lectora, se entiende como la acción de pro- autores el énfasis como etiología posible de ese tras-
cesar, comprender, analizar e interpretar un texto, uti- torno —ya sea neuropsicológica, lingüística, social, o
lizando para ello factores externos (inherentes al texto psicopedagótica... esta etiología subyacente—; olvi-
mismo y ambientales) y factores internos (input senso- dándose de los demás factores implicados en la tarea,
rial, procesadores neuropsicológicos, esquemas cogni- o como mucho, relegándose a un segundo plano. En la
tivos, conocimiento previo, etc.); asimismo, entende- actualiad, o más en concreto, en esta última década, si-
mos al sujeto lector como un procesador, comprensor, guen vigentes los tres modelos matriciales preponde-
analizador e intérprete ACTIVO de la información rantes —desde una perspectiva histórica—: neuropsi-
existente en el texto; y considerando, por último, que cológico; correlacional y psicopedagótico; y cognitivo.
el acto lector implica componentes fisiológicos, cogni- Modelos de quienes han derivado otros enfoques, bien
tivos, ambientales y lingüísticos predominantemente. producto de la interacción de dos modelos, bien como
Con lo que se puede deducir fácilmente lo complejo y evolución de uno en particular. Así surgen los modelos
multidimensional que resulta el prendizaje de la lectu- secuenciales, procesales, interactivo, modular. Mode-
ra, por lo que no es de extrañar que las dificultades y los o enfoques que en este trabajo intentaremos anali-
trastornos de este acto sean tan numerosos y que pro- zar y revisar someramente, en la medida de lo posible.
liferen los trabajos de este área de investigación, con
resultados tan dispares; con problemas de orden meto-
dológico, teórico, conceptual, terminológico, experi- VALIDEZ DE LOS MODELOS EXPLICATI-
mental y práctico; base para ello, reseñar un hecho cri- VOS ACTUALES DE LA LECTURA
ticable en el ámbito terminológico, ya que parece exis-
tir una tendencia en los últimos años a denominar con De los tres enfoques citados en el apartado anterior,
el término «Dislexia» todo tipo de trastornos y dificul- nos limitaremos a analizar los enfoques neuropsicoló-

Correspondencia: Francisco Ramos Campos. Profesor Titular de la Facultad de Psicología. Avenida de la Merced, s/n. 37005 Salamanca.

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gico y cognitivo, independientes e interaccionados dos, y por lo tanto, serían los responsables de las difi-
—ya de por sí densos y complejos—, los cuales van a cultades en el procesamiento de la lectura. Esta polé-
dar lugar a las teorías más en boga, y por ende, que mica originó dos teorías divergentes:la teoría unicau-
más investigación han generado, de los años 80 (léa- sal (Knights y Bakker, 1976; Dalby, 1979; Leong,
se modelos procesales, secuenciales, modulares, etc...) 1976; Orton, 1937; Rourke, 1976; autores encuadra-
Aunque algunos autores persistene n defensa de la te- dos dentro de la neuropsicología clásica. Ver, también,
sis que sitúa los orígenes de la neuropsicología en las Wagner y Torgensen, 1987; Shankweiler y Crain,
aportaciones de médicos y neurólogos como Broca, 1988; dentro ya del enfoque cognitivo) y la teoría
Baterman, Dejerine, Morgan, etc... (ver Romero, multicausal. En la primera se postula la dificultad lec-
1986) junto con el enfoque clínico; parece más plau- tora —ya sea denominada dislexia evolutiva o retraso
sible pensar que estos orígenes de la neuropsicología madurativo— como una entidad unitaria; aunque hoy
humana se sitúen en años posteriores —en concreto, parece existir ya un cierto acuerdo en considerar a la
en mitad del presente siglo—, ya sea entendida la dislexia evolutiva, no como una entidad unitaria y ho-
neuropsicología como ciencia que investiga los fun- mogénea, sino como una entidad, en la cual se pueden
damentos biológicos de la vivencia y del comporta- dar diversos subtipos disléxcios (ver Ramos et al.
miento (ver Guttmann, 1976) y se parta de la moder- 1990). Dentro de ete enfoque, D. Shankweiler (1986)
na psicofísica (Krech, 1950), o sea entendida como el defiende la independencia del aparato lingüístico —el
estudio de la relación entre la función cerebral y la cual, se divide en dos niveles de procesamiento: es-
conducta (Hebb, 1949) (Ver Manga y Ramos, 1986a) tructura y proceso— con respecto a los demás órga-
abriendo una vasta vía de investigación en áreas espe- nos cognitivos, aparato que cuenta con estructuras ce-
cíficas de la neuropsicología clínica, neuropsicología rebrales específicas, subdividiéndose en diversos sis-
del desarrollo, neuropsicología experimental o la neu- temas autónomos: fonológico, léxico, sintáctico y
ropsicología de las dificultades de aprendizaje. Mode- semántico. Para Shankweiler (1986), la mayor fuente
los que dan importancia a la etiología orgánica de los de dificultades de la lectura se da en el procesamien-
trastornos de la lectura, llámese déficit funcional o to de la memoria de trabajo y en las habilidades me-
anatómica, o llámese retraso madurativo; en conjun- talingüísticas requeridas en la ortografía, y no en un
tión con los otros factores ya citados, implicados en déficit d elas estructuras básicas del lenguaje; todos
conducta lectora. los síntomas de retraso en la lectura reflejan lo qeu
A partir de la fusión del enfoque neuropsicológico Shankweiler denomina «déficit unitario subyacente».
con el modelo cognitivo surgieron dos nuevas pers- En la teoría multicausal surgen dos tendencias; por
pectiva dentro de la nueva neuropsicología cognitiva, una parte, el enfoque de la dobler vía y, por otra, el en-
a finales de los años 70 y principios de los 80: el mo- foque de la triple vía. Los autores quedefienden la teo-
delo procesal y el modelo secuencial. ría de la doble vía postulan la existencia de dos rutas,
o vías, de procesamiento de la información, esto es, la
ruta directa o léxica, y la ruta indirecta o fonológica.
Modelo procesal Para A. Baddeley (1988) son dos rutas alternativas e
independientes, sin conexión entre ellas; sin embargo,
En el modelo procesal se enfatizan los conceptos para Stuart y Coltheart (1988) la ruta fonológica es
proceso y estructura; y se entiende que el proce- más importante en el aprendizaje d ela lectura que la
samiento de la lectura —información— se realiza ruta léxica, la cual parece estar al servicio de la ruta fo-
mediante la conexión del input lingüístico con las es- nológica; rutas que en un principio fueron denomina-
tructuras lingüísticas cerebrales por medio de un pro- das «procedimiento sub-léxico» (ruta fonológica) y
cesador lingüístico específico. Partiendo de este fun- «procedimiento léxico» (ruta léxica) (ver Coltheart,
damento, la discusión entre los diferentes autores del 1987). Para estos autores, la alteración en una de las
modelo cognitivo se ha centrado, durante los últimos dos vías causará diferentes subtipos de dislexias adqui-
años, en cuales son los elementos que estarían altera- ridas, así cuna alteración en la vía directa (léxica)dará

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como resultado una dislexia superficial si se altera el cual la ruta «m» (morfémica) juega un papel central
área encargada de las asociaciones grafema-fonema; en en la ejecución del acto lector; ya que mediante la ruta
tanto que si el sujeto nopuede asociar las letras a su so- «m» se accede a los dos procesadores superiores (fo-
nido correspondiente, entonces la dislexia se denomina nológico y semántico). Sin embargo, a pesar de esta
profunda. Y por último, la alteración en la ruta indi- realción del modelo de Seymour con la Psicología
recta o fonológica es causa de la llamada dislexia se procesal, y más en concreto con la teoría multicausal
denomina profunda. Y por último, la alteración en la de la doble vía, los defectos de los que adolece su teo-
ruta indirecta o fonológica es causa de la llamada dis- ría secuencial reducen la validez de este modelo para-
lexia fonológica, en la cual el sujeto presenta dificultad explicar los comienzos del rpoceso lector (ver Stuart y
para leer palabras sin sentido. Sin embargo, según Br- Coltheart, 1988). Stuart y Coltheart (1988), con su es-
yant e Impey (1986), parece existir una dificultad fo- tudio longitudinal, aportan nuevos datos para una teo-
nológica general entre los niños disléxicos, hipótesis ría alternativa al aprendizaje de la lectura por etapas,
que es apoyada por autores como Frith y Snowling argumentando que no siempre sucede éste a través de
(1983), Baddeley et al. (1982), Bradley y Bryant las mismas etapas, y aunque esto ocurra así mayorita-
(1978) y Bryant y Bradley (1980); como corolario a la riamente, se dan casos en los que el orden de las eta-
anterior hipótesis, postulan que ninguno de los sínto- pas no es el preestablecido por los modelos secuen-
mas que pueden aparecer en las dificultades en la ad- ciales de Marsh et al. (1981); Frith (1985); y Seymour
quisición de la lectura, son exclusivos de las dislexias (1984) (ver Stuart y Coltheart, 1988). Además, la li-
fonológica o superficial (ver Bryant e Impey, 1986). mitación de la segmentación fonémica es inherente a
No obstante, Bryant e Impey (1986), encuentran, por los modelos secuenciales (ver Treiman y Baron, 1981);
otra parte, una estrecha relación entre las denominadas en tanto que Stuart y Coltheart (1988) entienden que la
dislexia fonologica y dislexia superficial con la hipóte- segmentación fonémica es la precursora de la adquisi-
sis de Baron (1979) y Treiman (1984) sobre los «niños ción lectora; y proponen como un significativo predic-
chinos» comparable a la primera dislexia y los «niños tor de la edad lectora el estado o destreza fonológica
fenicios» comparable a la segunda dislexia. son necesarios para que se de el aprendizaje del acto
Stuart y Coltheart (1988) replican, de manera acer- lector.
tada, en su trabajo, la conclusiones aportadas por el La teoría de la triple vía, más que ser un enfoque di-
modelo secuencial de Seymour (1984), modelo que vergente sobre el aprendizaje de la lectura, con res-
también se puede considerar de doble vía, dual léxico pecto a la teoría de la doble vía, es una evolución, o
(ver fig. 1); según el cual el procesamiento visual de mejor dicho, una matización de ésta; ya que surge
la información se considera holístico-analítico, que no como consecuencia de las insuficiencias conceptuales
es más que el dualismo fonológico-léxico, sólo que de las que adolece la teoría de la doble vía para expli-
visto desde una perspectiva diferente; no obstante, car la dislexia evolutiva (Morton y Patterson, 1980;
para Syemour (1984) la dislexia fonológica surge por Seymour, 1987). Concluyendo, lo que la teoría de la
problemas fonológicos primarios, lo que, según él, al- triple vía propone es una subdivisión de la vía indi-
tera el desarrollo del léxico alfabético y ortográfico. recta —fonológica— en dos; la vía fonológica léxica
En trabajos posteriores (ver Seymour 1987), entra más y la vía fonológica no léxica; claro está, además de la
de lleno en el modelo procesal, defendiendo la hipóte- ya coemntada vía directa o léxica, o también denomi-
sis de que el proceso básico de la lectura es una inter- nada visual-ortográfica (ver Mitchell, 1982; Paterson,
acción de tres sistemas (ver fig. 2): el procesador vi- 1981; Seymour, 1987).
sual, dividido en tres subsistemas, analizador visual,
ruta «m», ruta «g»; el procesador fonologico, com-
puesto por dos subsistemas principalmente, «arcxhi- Modelo secuencial
vos fonémico» y «archivo de vocabulario»; y el pro-
cesador semántico, que se divide a su vez en «atribu- Si en el modelo procesal se enfatizaban los con-
tos semánticos» y «comparaciones». Proceso en el ceptos proceso y estructura; en el modelo secuencial

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lo que se enfatiza es la evolución secuencial del Por último, el tercer modelo, la teoría de Seymour
aprendizaje del acto lector. Para los autores encua- (1984), está basado en los modelo de Marsh et al.
drados en este modelo, el aprendizaje de la lectura se (1981) y Frith (1985), a partir de los cuales, Sey-
sucede a través de una serie de etapas o fases; mo- mour sugiere un modelo de tres etapas (al igual que
delo, dentro del cual hemos encontrado tres teorías en la teoría de Frith): la primera etapa, denominada
predominantes, con tres clasificaciones secuenciales logográfica, en a cual el niño discrimina visualmen-
diferentes (dada la limitación metodológica, concep- te las palabras a partir del vocabulario conocido. En
tual y explicativa deestas teorías, únicamente enu- la segunda etapa, llamada alfabética, el niño realiza
meraremos brevemente cada una): correspondencias grafema-fonema y fonema-grafe-
Modelo de Marsh et al. (1981), propone una teo- ma, o lo que es lo mismo, las correspondencias en-
ría de cuatro etapas con un mayor énfasis en los fac- tre las letras y sus sonidos. En la tercera y útlima
tores cognitivos y evolutivos de la lectura. La pri- etapa, denominada ortográfica, el niño internaliza
mera etapa se denomina de conjetura lingüística, en un sofisticado modelo de ortografía.
la cual, el niño, cuando lee, intenta adivinar el sig- Como se puede comprobar, las diferentes teorías
nificado de una palabra desconocida, mediante el del modelo secuencial se encuentran con evidentes
contexto lingüístico en el que se encuentra esa pala- limitaciones a la hora de explicar eficazmente el
bra. La segunda etapa, es la de discriminación de aprendizaje de la lectura; según estas teorías, todos
conjeturas, ampliación de la anterior, donde el niño los niños han de pasar a través de las mismas etapas
ya utiliza estrategias de similaridad visual y lingüís- y en el mismo orden, lo que no tien epor qué ser así.
tica. En tercera etapa el niño ya es capaz de reali- Existen evidencia sde niños con una evolución se-
zar una decodificación jerárquica, aquí el niño ya cuencial diferente en el orden y en la edad de paso
decodifica utilizando reglas convencionales y analo- de una etpa a la otra (ver Stuart y Coltheart, 1988);
gías. Sin embargo, este modelo se encuentra con di- por otra parte, el paso de una etapa a la otra queda
versos problemas para asumir el paso de una etapa muy poco clarificado en las tres teorías; ninguna de
a la otra. ellas explica ni operativiza con criterios homogéneos
El segundo modelo, la Teoría de Frith (1985), pro- y coherentes como ocurren estas transiciones se-
pone tres fases en la adquisiución de la lectura, iden- cuenciales.
tificadas mediante estrategias específicas de cada
una de ellas. La primera fase implicaría estrategias
logográficas, fase en la cual el niño reconoce pala- UNA REFLEXIÓN SOBRE EL ESTADO
bras familiares utilizando sus características gráfi- ACTUAL DE LAS INVESTIGACIONES
cas. En la segunda fase, de estrategias alfabéticas, el
niño utiliza estrategias ortográficas, aquí ya analiza No vamos a entrar en discusiones interminables
las palabras en unidades ortográficas sin necesidad sobre cuáles son las vías de acceso al lenguaje, si
de basarse en sus características gráficas ni en la son dos o, por el contrario, son tres; o si el modelo
convesión fonológica; en esta fase son las caracterís- procesal explica el aprendizaje de la lectura más
ticas semánticas y sintácticas las que determinan la acertadamente que el modelo secuencial. Hasta aquí
concepción de la ortografía. Este modelo presenta hemos analizado someramente los diferentes intntos
presumiblemente dos problemas, su capacidad expli- —más omenos existosos— de acercamiento al pro-
cativa y la evidencia en la que se apoya; en cuanto a blema. Por tanto, nos parece oportuno hacer una
lo primero, su capacidad es más descriptiva que ex- rflexión sobre ciertas cuestiones que los modelos
plicativa, y la evidencia sobre la que se asienta es citados en páginas anteriores nohan logrado solven-
bastante cuestionable, ya que parece haber una cier- tar; la primera cuestión, y quizás la más importan-
ta confusión de criterios sobre el rendimiento de los te, hace referencia a los criterios diferenciales etio-
niños entre las etapas logográfica y alfabética (ver lógicos utilizados en el diagnóstico de los diferen-
Torrey, 1979; Stuart y Coltheart, 1988). tes trastornos de lectura, ¿un caso de dislexia

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evolutiva es comparable a otro? ¿utilizan criterios ractivo, de múltiples niveles, guiado por el significa-
diferenciales homogéneos unos autores y otros? do y generador de hipótesis (Solé, 1989), parece di-
Ellis y Large (1987) plantean diversos problemas fícil seguir defendiendo los diseños clásicos, dado
inherentes a los diseños de caso único, como la in- las insufiencias de las que adolecen para abordar el
suficiencia que denotan las comparaciones normati- problema en su totalidad. Un planteamiento alterna-
vas, o la duda más que evidente sobre la relevancia tivo es el que realizan Ellis y Large (1987) en su tra-
entre un caso y otro; los estudios típicos realizados bajo concibiendo la muestra que estudian como una
con dos grupos (control-disléxico) lo que en reali- colección de casos individuales por una parte, y el
dad investigan es la probable relación que hay entre agrupamiento de los sujetos con perfiles similares,
la lectura y una/algunas de las muchas habilidades por otra, fraccionado en subgrupos homogéneos me-
requeridas en el acto lector, concluyendo el estudio diante técnicas de clusters; hecho que sumado a la
en peligrosas generalizaciones sobre la conducta utilización de un diseño longitudinal, aunque existen
lectora global. algunos errores metodológicos en el control de las
Por otra parte, el maremagnum terminológico variables de bloqueo, supone un gran avance en la
existente en las investigaciones sobre el aprendizaje investigación sobre el acto lector.
de la lectura hace aún más difícil llegar a un acuer- Quizás sea éste el camino a seguir en la investi-
do sobre los criterios a utilizar; porque ¿hacen refe- gación psicolongüística, ya que los más probable es
rencia al mismo constructo Baddeley (1988) y Stuart que la identificación de cambios evolutivos y de los
y Coltheart (1988) cuando nos hablan de la «ruta fo- procesos de organización en el individuo, sólo sea
nológica»? ¿es comparable esta «ruta fonológica» al posible cuando las mismas personas son estudiadas
«proceso fonológico» de Seymour (1987)? ¿una al- repetidamente en diferentes momentos de su vida.
teracióon en estas «diferentes» rutas causan losmis-
mos síntomas? Estamos seguros que investigaciones
futuras darán respuesta a estas preguntas. No obs- RESUMEN
tante, sería positivo para la moderna psicolingüística
un mayor esfuerzo en igualar los criterios diferen- En los últimos años se ha evidenciado un crecien-
ciales utilizados por los investigadores. te interés por el estudio de las dificultades de la con-
Otro punto impotante sobre el que merece la pena ductora lectora. Se han examinado diferentes méto-
reflexionar, hace referencia a los diseños experimen- dos de investigación de la lectura y sus alteraciones.
tales empleados en el estudio del aprendizaje de la Hemos revisado los dos modelos predominantes,
lectura y en el estudio de los problemas de la lectu- dentro de la Neuropsicología cognitiva, que explican
ra; los diseños de caso único, tanto como los estu- la adquisición de la lectura: el Modelo Procesal y el
dios transversales y las comparaciones nomotéticas, Modelo Secuencial; analizando los diversos proble-
han sido los denominadores comunes a lo largo de mas teóricos y metodológicos con que se encuentran
los últimos años en las diferentes investigaciones; dichos modelos. El objetivco de este artículo es efec-
diseños que sufren una serie de problemas metodo- tuar una reflexións obre la necesidad e utilizar dise-
lógicos como la insuficiencia de las comparaciones ños longitudinales, junto con una mayor adecuación
normativas, las criticables y peligrosas generaliza- en el uso de los criterios diferenciales etiológicos en
ciones de los diseños de caso único y de los estudios la investigación sobre las dificultades de la lectura.
transversales (por citar algunos); sin embargo, pare-
ce que está resurgiendo un acercamiento más ideo-
gráfico al problema lo que permite una diferencia- BIBLIOGRAFÍA
ción de los problemas, de la lectura en base a las ca-
pacidades psicolingüísticas del lector (Ellis y Large, Baddeley, A.D.; Ellis, N. C.; Miles, T. R.; y Lewis, V. J.: De-
1987). Si la investigación psicolingüística actual velopmental aacquired dyslexia. A comparison. Cognition,
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