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1 Posiciona la colchoneta.

Puedes utilizar una colchoneta de yoga o de gimnasia, pero debes


conseguir una que te brinde apoyo a la cabeza y al cuello y amortiguación necesaria para tener
comodidad. Pon la colchoneta en frente de ti.[1]

Si eres principiante en aprender a pararte de cabeza, puedes colocar la colchoneta contra la base
de una pared y practicarlo con el apoyo de dicha pared.[2]

Practicar pararse de cabeza contra una pared te ayudará a descifrar las áreas diferentes en tu
cuerpo que tienes que flexionar o equilibrar para mantenerte en esta posición.[3]

2 Posiciona tu cuerpo como si fuera una mesa. Arrodíllate en la colchoneta. Coloca las manos en
frente de ti y encima de la colchoneta de modo que te apoyes en las rodillas y manos. De esta
forma, debes de verte como una mesa.

Las manos deben alinearse con los hombros y las rodillas deben alinearse con las caderas.[4]
Flexiónate y deja que tus codos yazcan encima de la colchoneta.

3 Entrelaza los dedos y mete la cabeza. Con los codos separados a la altura de los hombros y
encima de la colchoneta, junta las manos y entrelaza los dedos.[5] Extiende los dedos pulgares
hacia el techo. Tus manos y codos deben formar un triángulo que esté a aproximadamente 12,7
centímetros (5 pulgadas) de la base de la pared.[6] Mete el mentón hacia abajo y coloca la corona
de la cabeza hacia la colchoneta. Coloca la parte posterior de la cabeza en las palmas de la mano a
medida que la corona recaiga sobre la colchoneta.[7]

Cambia la posición de tu cabeza según sea necesario hasta que encuentres una que sea cómoda.
Siempre debes aspirar a apoyarte en la corona con las manos apoyando la parte posterior de la
cabeza de modo que no tenses el cuello.

4 Levanta las rodillas para equilibrarte con los pies. Levanta las rodillas para enderezar las piernas.
El trasero debe estar en el aire y el cuerpo debe verse como una "V" invertida.[8]

5 Traslada los pies sobre la colchoneta. Puedes utilizar los músculos centrales para impulsar los
pies hacia el resto de tu cuerpo o trasládalos lentamente por encima de la colchoneta.[9][10] A
medida que traslades los pies, el trasero y las caderas comenzarán a alinearse con la espalda
cuando endurezcas la parte central de tu cuerpo y mantengas las caderas flexionadas.

Este movimiento elevará los hombros por encima de las orejas a medida que la columna vertebral
se enderezca.[11] Mantén firmes tus muñecas, manos, antebrazos y codos sobre la
colchoneta.[12]

Es posible que sientas que te caerás como en un salto mortal. Sin embargo, si practicas contra la
pared, te apoyará y te ayudará a ganar control de modo que puedas equilibrarte.

6 Levanta las piernas. Junta las rodillas con tus axilas. En este punto, debes estar sobre la punta de
tus pies.[13] Tensa la parte central de tu cuerpo y libera la punta de tus pies de la colchoneta.
Lleva tus rodillas flexionadas hacia el pecho y utiliza los músculos centrales para tratar lentamente
de levantarlas y extender las piernas rectamente hacia arriba.[14]

Si practicas contra la pared, puedes flexionar las rodillas para elevarlas y colocar los pies en la
pared.[15][16]
7 Desciende. Mantente parado de cabeza todo el tiempo que puedas cómodamente.[17] Cuando
estés listo para descender, flexiona las rodillas y baja las piernas juntas hacia la posición en
cuclillas que tenías con las piernas en frente del pecho.[18]

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