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Beatriz Guerrero Mojica

Pontifica Universidad Javeriana


Maestría en Archivística Histórica y Memoria

Archivo y Fuentes Visuales

Durante el curso nos estuvimos preguntamos cómo hacer para archivar lo inarchivable, e inclusive
reflexionar sobre la naturaleza misma del archivo, desde las formas singulares del arte, como desde
la filosofía y la historia. Para responder a estas cuestiones, hicimos un ejercicio práctico donde
debíamos sacar fotos aleatoriamente a una hora determinada. Este ejercicio nos ayudó a pensarnos
y replantearnos una manera de organizar un archivo muy distinta a la tradicional, donde lo
importante fue la de crear conexiones entre los objetos, en este caso concreto, las fotografías.
Objetos que, sin duda, están cargados de significado, objetos que se transforman constantemente
y cambian permanentemente en el tiempo. Es allí donde igualmente reflexionamos sobre la
importancia de la memoria y las corrientes de pensamiento. Ello debido a que, el significado que los
seres humanos le dan a su pasado, a su memoria, están en constante tránsito. Las diferentes
corrientes de pensamiento han dado paso a ontologías de la diferencia, y la manera en cómo las
personas se relacionan con los objetos. Pero esa trasformación de los objetos depende de las
relaciones sociales, en la medida en qué se le dé una importancia, un significado. Por ello todo
objeto es susceptible de volverse “cosa”1. Por tal motivo, el archivo puede agrupar elementos que
contengan información, pero lo primordial es, relacionar esa información con otro tipo de
elementos, y que a su vez estén cargados de vida y de agencia. En otras palabras, “cómo se
incorpora el problema de las relaciones entre imagen, tiempo y deseo —que en el campo de la
historia del arte y la curaduría se han venido trabajando a partir de los aportes de Georges Didi-
Huberman—al análisis de la construcción de un sujeto colectivo: la búsqueda por controlar y
determinar la interpretación de las cosas, por someterlas a una representación determinada, y

1
Tim, Ingold. “Llevando las cosas a la vida: Enriedos creativos en un mundo de materiales”, [Bringing Things
to Life: Creative Entanglements in a World of Materials, en: Realities Working Papers # 15, 2010,
www.manchester.ac.uk/realities. Traducción: Andrés Laguens, octubre 2011]
con ella la obliteración de temporalidades heterogéneas subyacentes y de otras significaciones
posibles”2.

Es así cómo, en este trabajo fotográfico quise evidenciar de algún modo emociones, pensamientos,
fragmentos, elementos inestables que pueden ir variando y mutando con el tiempo. Se busca una
descomposición en datos (pixeles), de la vida de Aureliano, pequeños fragmentos que se
encuentran, que narran instantes, pero que dejan entrever un mundo de posibilidades. Este tipo de
interpretación la podemos comprender mejor desde el arte de archivar, o el archivo como un
elemento artístico, que busca mediante la creación de los artistas, ir un paso más allá de la simple
catalogación estructural e inamovible del archivo3. Como bien lo señala el texto de Hal Foster, “El
archivo como impulso”:

“Los archivos en cuestión aquí no son bases de datos en este sentido; son recalcitrantemente
tangibles, fragmentados más que intercambiables, y como tales exigen la interpretación humana, no
un reprocesamiento maquínico. Aunque los contenidos de este arte son apenas indiscriminantes,
permanecen indeterminantes como los contenidos de cualquier archivo y, a menudo, se presentan de
esta manera, como pagarés para su posterior elaboración o indicaciones enigmáticas para futuros
escenarios (Gillick, 2002). A este respecto, el arte de archivo es tanto preproducción como
posproducción: menos preocupados por los orígenes absolutos que por los huellas desconocidas
(quizás «impulso de anarchivo» es la expresión más apropiada), estos artistas son, a menudo,
atraídos por comienzos frustrados o por proyectos incompletos, tanto en el arte como en la historia,
que podrían ofrecer nuevos puntos de partida4.”

Por eso, nuestra intención con este ejercicio, es reflexionar en torno a la naturaleza misma del
archivo y poder organizar algo, que, a simple vista, no tiene ningún sentido, pero que, en el fondo,
agrupa un montón de elementos con múltiples dimensiones, múltiples explicaciones, y múltiples
respuestas. De igual modo, como señala Anna Maria Guasch en su texto “Los lugares de la memoria:
el arte de archivar y recordar” se entiende como desde finales de la década de los años los sesenta
del siglo XX hasta la actualidad, hay un giro creativo hacia la consideración de la obra de arte «en
tanto que archivo» o «como archivo» siendo éste:

“es el que mejor encaja con una generación de artistas que comparten un común interés por el arte
de la memoria, tanto la memoria individual como la memora cultural, la memoria histórica y que
buscan introducir significado en el aparentemente hermético sistema conceptual y minimalista del
que parten (la mayoría de los artistas han sido etiquetados de «conceptuales», pero su recurso al
índice, a los sistemas modulares, a la fotografía objetiva, a la colección, la acumulación, la

2
Fernández Bravo, Álvaro, El museo vacío: Acumulación primitiva, patrimonio cultural e identidades
colectivas. Argentina-Brasil 1880-1945, Buenos Aires: Eudeba, 2017.
3
Guasch, Anna Maria. Arte y Archivo. 1920-2010, Ed. Akal, Madrid, 2011.
4
Foster, Hall, "El impulso de archivo”, en: Nimio (N.° 3), pp. 102-125, septiembre 2016.
secuencialidad, la repetición, la serie..., nada tiene de «tautológico», sino que busca transformar el
material histórico oculto, fragmentario o marginal en un hecho físico y espacial. Y en estos casos, el
archivo, tanto desde un punto de vista literal como metafórico, se entiende como el lugar legitimador
para la historia cultural. Como afirma el filósofo Michel Foucault, el archivo es el sistema de
«enunciabilidad» a través del cual la cultura se pronuncia sobre el pasado. 5”

Siguiendo pues, con esos planteamientos, el siguiente trabajo se denominó “Paralelos Urbanos de
una mente en suspenso”. Decidí incorporar diferentes variaciones de una misma fotografía para así
llegar a comprender su realidad, su entorno, su pasado y su visión del mundo. Para esto, tomé las
fotos originales como base de análisis, y proponer una diversidad de alternativas de esa misma
ciudad que Aureliano habita. Es una ciudad, que puede ser interpretada de muchas formas y colores,
partiendo de los diferentes estados de ánimo en el que se encuentre la persona. Puede que la
diversidad de la imagen esté asociada a la manera en cómo nos estamos sintiendo, la manera en
cómo nuestra mente visualiza el mundo, según emociones, sentidos, vacíos, anhelos, etc. Por ello,
se propuso trabajar con distorsiones, colores alegres, tonos fríos y cálidos, ya que la interpretación
puede variar, y puede componer disociaciones mismas de la realidad. Un poco la idea con este
trabajo fue pensar el archivo como un gran atlas, así como fue planteado por Aby Warburg con su
Atlas Mnsemosyne6, en la medida en cómo están dispuestas las fotografías, ya que: “cuando
colocamos diferentes imágenes –o diferentes objetos, como las cartas de una baraja, por ejemplo-
en una mesa, tenemos una constante libertad para modificar su configuración. Podemos hacer
montones, constelaciones. Podemos descubrir nuevas analogías, nuevos trayectos de
pensamiento”7. Se trabaja con la idea de un archivo de lo imposible, pero que podemos posibilitarle
su existencia. Porque este tipo de trabajos con imágenes visuales como las aquí presentadas, hablan,
dejan huellas, permite rastrear, aunque sea, una parte de la vida de una persona. Porque las
imágenes tocan siempre lo real, en palabras de Georges Didi-Huberman, las imágenes que se
transforman constantemente, inclusive, arden:

“Cuestión ardiente, cuestión compleja. Porque arde, esta cuestión quisiera encontrar sin demora su
respuesta, su vía para el juicio, el discernimiento, sino es para la acción. Pero, porque es compleja,
esta cuestión siempre nos retrasa la esperanza de una respuesta. Mientras tanto, la cuestión
permanece, la cuestión persiste y empeora: arde. Nunca, al parecer, la imagen –y el archivo que
conforma desde el momento en que se multiplica, por muy poco que sea, y que se desea agruparla,

5
Guasch, Anna Maria. Los lugares de la memoria: el arte de archivar y recordar. p.157
6
Didi-Huberman, Georges. Atlas. ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?, Ediciones de La Central, Madrid, 2011.
7
Óp. Cit. P.4
entender su multiplicidad–, nunca la imagen, se ha impuesto con tanta fuerza en nuestro universo
estético, técnico, cotidiano, político, histórico. Nunca ha mostrado tantas verdades tan crudas; nunca,
sin embargo, nos ha mentido tanto solicitando nuestra credulidad; nunca ha proliferado tanto y
nunca ha sufrido tanta censura y destrucción. Nunca, por lo tanto –esta impresión se debe sin duda
al carácter mismo de la situación actual, su carácter ardiente–, la imagen ha sufrido tantos desgarros,
tantas reivindicaciones contradictorias y tantos rechazos cruzados, manipulaciones inmorales y
execraciones moralizantes”8.

Esta idea de multiplicidad está igualmente elaborada desde mi propia creatividad y entendimiento.
Esto quiere decir que, intenté darle algún “orden” coherente a las 23 imágenes que me fueron
seleccionadas, pero en la media en qué iba asimilando las fotografías, me fui yendo por diversos
caminos y diversas maneras de percibir el espacio, fui evidenciando cómo la naturaleza está cada
vez más contrapuesta a las estructuras, la calle, los autos. Es por eso que decidí buscar una manera
de interpretar la mente de Aureliano, y cómo él en el fondo quiere imaginar un mundo diferente.
Ver la imágen como heterocronía, que pasa por procesos biológicos de la propia mente, que te
permite ver la realidad de muchas formas y colores, porque cada persona ve un mismo color de
manera diferente, pero también influyen los deseos, las pasiones y los sentimientos que se ven
atravesados por este mundo cada vez más gris y distanciado. Finalmente, este ejercicio es una
manera de repensar y reflexionar sobre la imagen visual y cómo puede ser interpretada y archivada,
pero igualmente se trata de un trabajo donde se busca “responder creativamente a la creatividad
de la incesante autotransformación del mundo9”.

8
Didi-Huberman, George. “Cuando las imágenes tocan lo real”, en: Georges Didi-Huberman, Clément Chéroux
y Javir Arnaldo, Cuando las imágenes tocan lo real, Cı ́rculo de Bellas Artes, Madrid, 2013.
9
McLean, S. 2009. “Stories and cosmogonies: Imagining creativity beyond ‘nature’ and ‘culture’”. Cultural
Anthropology 24(2): 213–245. DOI: 10.1111/j.1548-1360.2009.01130.x

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