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Universidad Abierta Para Adultos

Asignatura:
Educación para la paz y formación ciudadana

Tema:
Fundamentos teóricos de educación para la paz (unidad I)

Facilitador:
Ana Xiomary Cruz

Presentado por:
Álvaro Espinal

Matrícula:
16-10286

Carrera:
Educación, mención Matemática-Física

Grupo:
GV. 70

Correo personal: alen8704@gmail.com

Celular: 829-524-8620

Santiago de los Caballeros, 14 de julio de 2019


Introducción

La educación para la Paz se ha convertido en uno de los nuevos retos de la


educación. Aunque los ritmos de su implantación e integración en los centros
escolares puedan ser todavía muy desiguales, es preciso extender la
convicción de que la educación para la Paz es una necesidad, no un lujo
superfluo y que mejor que haciendo éste trabajo de sensibilización a través de
personas que son a su vez agentes sociales y que pueden transmitir éstos
valores al resto de la población. Para entender estos término de educación y
paz, al que suplantarse en el proceso de enseñanza aprendizaje de la
preparación profesional de hoy en día, lo que significaría vivir tranquilo en
armonía sin hacerle daño a nadie y tener una vida sin sosiego educando para
la paz.
Bienvenidos a nuestra primera semana de trabajo la cual tiene como
título Educación para la paz, conceptualización y origen. Después de
consultar la bibliografía recomendada, se le recomienda realizar las
siguientes actividades:

I-Presente un informe con los siguientes tópicos:

a) Una definición propia de educación para la Paz

Educar para la paz es una forma de educar en valores. La educación para la


paz lleva implícitos otros valores como: justicia, democracia, solidaridad,
tolerancia, convivencia, respeto, cooperación, autonomía, racionalidad, amor a
la verdad. La educación en valores es un factor importantísimo para conseguir
la calidad que propone nuestro sistema educativo.

La educación para la paz no es una opción más sino una necesidad que toda
institución educativa debe asumir. Los principios para una convivencia pacífica
entre pueblos y grupos sociales se han convertido en un imperativo legal.
Ahora se trata de conseguir que el derecho formal de la paz se convierta en un
derecho real.

b) Conceptualiza acerca del origen de la educación para la paz.

Educar para la paz es trabajar por un proceso educativo que signifique


contribuir a alejar el peligro de la guerra, poner fin al expolio de las zonas
empobrecidas del planeta, enseñar desde y para la no-violencia, aprender a
considerar el conflicto como un vehículo de cambio si sabemos resolverlo sin
recurrir a la violencia, integrar a los estudiantes en un proceso de
transformación de la sociedad hacia la justicia y a la armonía.
c) Describe las características que debe reunir el docente que educa para
la paz y redacta el perfil del educador para la Paz.

El docente debe saber cómo solucionar los conflictos y para que esto pueda
ser posible se debe dar un amplio consenso al respecto. Es decir que se debe
crear conciencia en los estudiantes y crear una cultura de paz.

El educador debe asentarse en una base sólida y realista. Cualquier intento de


educación si no tiene un buen fundamento en la realidad será poco efectivo. El
educador debe girar la idea de que cambiando las estructuras políticas,
económicas y sociales es suficiente para que haya paz.

Debe saber auto controlarse, debe saber estrategias y técnicas didácticas en el


aula. Educar para la paz es una forma particular de educar en valores. Cuando
educamos, consciente o inconscientemente estamos transmitiendo una escala
de valores. Educar conscientemente para la paz supone ayudar a construir
unos valores y actitudes determinados tales como la justicia, libertad,
cooperación, respeto, solidaridad, la actitud crítica, el compromiso, la
autonomía, el diálogo, la participación. Al mismo tiempo se cuestionan los
valores que son contrarios a la paz como la discriminación, la intolerancia, la
violencia, la indiferencia, el conformismo. Así la construcción de una cultura de
la paz fundamentada en los valores anteriores quiere decir que debe haber un
compromiso social desde todas las esferas generando políticas e
intervenciones que los refuercen.

Educar para la paz es una educación desde y para la acción. No se trata de


educar para inhibir la iniciativa y el interés sino para encauzar la actividad y el
espíritu combativo hacia la consecución de resultados útiles a la sociedad. Se
trata de participar en la construcción de la paz.

Educar para la paz es un proceso permanente y por tanto esto se ha de


recoger en los proyectos educativos. Esto también ha de quedar recogido en
los programas o intenciones de los agentes educativos no formales tal como
medios de comunicación, organismos no gubernamentales, administraciones
locales.
Educar para la paz supone recuperar la idea de paz positiva. Esto implica
construir y potenciar en el proceso de aprendizaje unas relaciones
fundamentadas en la paz entre los alumnos-padres-profesores; entre
ciudadano y poder. De ello se deriva la necesidad de afrontar los conflictos que
se den en la vida del centro y en la sociedad de forma no violenta.

Educar para la paz desde el currículo escolar implica darle una dimensión
transversal de forma que afecte a todos los contenidos de todas las áreas o
disciplinas que se estudian pero también a la metodología y organización del
centro. Esta habrá de establecer los mecanismos que la favorezcan.

2) Redacta una propuesta de enseñanza a partir del nuevo modelo


curricular dominicano para trabajar contenidos relacionados con
educación para la Paz.

La educación para la paz enfatiza en la pedagogías que se basa en un


egresado con un perfil amplio que propicia la concreción de los objetivos y los
principios didácticos de la educación y la cultura de paz, como el compromiso,
de la construcción de una mejor sociedad y el reconocimiento de las
posibilidades históricas de aprender a ser, a convivir y a participar en forma
activa con la comunidad. La concepción curricular de las disciplinas de la
especialidad, la formación pedagógica o general con contenido humanista y
humanístico cuenta con potencialidades para contribuir a tal propósito, siempre
y cuando desde su concepción disciplinar se diseñe.

Los contenidos de las asignaturas constituyen una potencialidad en tal


propósito, sobre todo en el desarrollo de competencias sociales, la
consolidación de la identidad nacional, en el aporte a los fundamentos
epistémicos de la construcción de la sociedad socialista cubana, la redimensión
de su sentido desde competencias axiológicas y conocimientos críticos. El
proceso de enseñanza aprendizaje favorece el diálogo y el ejercicio crítico
como uno de los presupuestos didácticos de la educación para la paz desde el
sistema de métodos de enseñanza.
El programa que se propone para los estudiantes de las carreras pedagógicas
sobre educación para la Paz y la convivencia, pretende intencionalmente, servir
para procurar una visión global de los problemas que hoy el hombre tiene que
hacer frente para lograr alejar las prácticas violentas directas, indirectas y
estructurales, haciéndolos partícipes de un poder que consiga inflexiones en
los rumbos establecidos para ellos que conlleve al mantenimiento de ese
esfuerzo en la búsqueda de la mayor coherencia posible entre la paz, el
desarrollo, el respeto de los derechos humanos y la justicia social, por un lado,
y los medios educativos y de acción con los que se pretende lograrlo.

En esta perspectiva se pretende poner de relieve la contradicción existente


entre las propuestas educativas que la sociedad se ha marcado y sus propias
prácticas cotidianas. La secuencia de contenidos abordados en el programa
conlleva a que el estudiante aprenda a utilizar las herramientas cognitivas,
procedimentales y metodológicas que ofrece la educación para la Paz y la
convivencia para contrarrestar las tendencias contrarias a ella y la
consolidación de una nueva manera de ver, entender y vivir en el mundo,
empezando por el propio ser y continuando con los demás.

3) Reflexiona acerca de los diferentes momentos en los que la familia


utiliza modos violentos como: gritos, castigos y golpes y explica cómo
afecta este comportamiento en el hogar, escuela y la comunidad.

El uso de la disciplina severa y castigo físico ha sido objeto de investigación en


los últimos años. La mayoría de los análisis ha probado que el castigo físico
causa más problemas que beneficios en los pequeños. Se mire por donde se
mire, un cachete, un bofetón, o pegar a un niño, no es la fórmula sancionadora
más efectiva para educar a los pequeños. El castigo físico hace daño no solo
ellos, como también a los padres y a toda la familia. Los efectos y los riesgos,
así como las consecuencias de una educación basada en la sanción física, son
visibles a los ojos de todos.
Usar una disciplina violenta afecta a los niños en gran magnitud como:

 Paraliza la iniciativa del niño, bloqueando su comportamiento y limitando


su capacidad para resolver problemas.
 No fomenta la autonomía de los niños.
 Ofrece la actitud violenta como un modo válido para resolver conflictos.
 Daña su autoestima. Genera sensación de minusvalía y promueve
expectativas negativas respecto a sí mismo.
 Les enseña a ser víctimas. Equivocadamente, muchos creen que la
agresión hace más fuertes a las personas que la sufren y les prepara
mejor para la vida, pero sabemos que no sólo no les hace más fuertes,
sino más proclives a convertirse repetidamente en víctimas.
 Interfiere en sus procesos de aprendizaje y por lo tanto, en el desarrollo
de su inteligencia, sus sentidos y su emotividad.

Tres propuestas a la no violencia

Genera y fomenta un ámbito de respeto, tratemos a los demás como nos


gustaría que nos traten. Aprendamos que mediante un diálogo respetuoso y
tolerancia podemos encontrar puntos de acuerdo para solucionar problemas.

La violencia no se debe aceptar bajo ninguna circunstancia, los pellizcos, los


jalones del brazo o el golpecito, son acciones que deben evitarse siempre.

Siempre expresa tu postura, la violencia psicológica puede estar camuflada


bajo distintas formas y es más frecuente de lo que se cree. Muchas veces
pensamos, no quiero generar problemas, o bien, temes que se alejen y se opta
por la sumisión. Si pensamos diferente, es importante expresarse con firmeza,
respeto y claridad.
Conclusión

Para concluir puedo asegurar que la paz es un valor universalmente reconocido


y profundamente arraigado en la sociedad. Una muestra de esto es la inclusión
de la educación para la paz en los centros escolares.

El sistema educativo ofrece la posibilidad de trabajar ciertos valores humanos


como la paz, desde la perspectiva de la transversalidad en el currículo. Es
decir, que cada profesor puede y debe introducir, en el ámbito de su materia de
enseñanza, la educación para la paz y la convivencia, permitiendo y
favoreciendo, en lo posible, la coordinación interdepartamental de las
programaciones didácticas.

Las medidas disciplinarias no siempre son el medio más adecuado ni el único


para enfrentarse a la violencia escolar. Este complejo fenómeno implica un
tratamiento mucho más integral, un análisis exhaustivo de la situación y de sus
posibles causas, una serie de propuestas globales de los diferentes sectores
sociales, un seguimiento y una evaluación de los programas aplicados.

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