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La gran problemática del arte peruano es la falta de críticos según Alejandro Romualdo Premio nacional
de poesía ,dibujante y pintor, ya que según el la mayoría de críticos son improvisados
En el Perú no hay críticos de oficio, es decir, cuya única y principal tarea es la de juzgar las obras de arte.
Desempeñan este papel los escritores, los propios pintores o los aficionados con una preocupación
específica en los problemas estéticos» según Salazar Bondy
Sebastián Salazar Bondy también toma en cuentala situación socioeconómica del Perú explica la poca
producción pictórica, y la casi inexistencia de la actividad crítica, hay además una falta de interés de parte
de las instituciones públicas y privadas en el arte
Según Fernando de Szyszlo artista peruano de 89 años "El arte actual es horrible. Antes juzgaba a los
pintores y decía que estaban equivocados. Pero hace unos meses me di cuenta que no son ellos. Es la
sociedad que se ha banalizado y hace que produzcamos ese arte banal.
Además, la mayor parte de las críticas de las manifestaciones culturales que llevan a cabo en Lima, rara
vez en el resto del país y aparece la revista Cultura Peruana. Una revista que dedica una columna «De
Arte» a los artistas nacionales, y una doble página a los extranjeros, a los artistas internacionales
considerados como más prestigiosos que los peruanos.
El papel de la crítica es de importancia para sensibilizar al público, pero su llegada es reciente, data de los
años 1920 con Teófilo Castillo. Crítico influyente era el maestro absoluto de la crítica artística, y desde
las columnas de revistas como Prisma, La Ilustración Peruana, Actualidades y Variedades distribuía
elogios, comentarios o censuras
La pintura o la poesía no sienten la necesidad de que se les haga explicaciones o prólogos para poder
entenderlas el artista que logra hacer sentir su arte, es un artista verdadero, Los artistas no deben sino
contemplar sentir y expresar
La crítica tiene un método y una función. El error que cometen algunos críticos es dejarse llevar por su
gusto personal la obra no debe valorarse sobre tal o cual tendencia
Para jugar a un artista se requieren detenimiento, compenetración e identificación con el artista el
verdadero critico no se deja llevar por comentarios o rencillas personales porque la sinceridad esta
sobre todo en el caso de la critica
Como se sabe, en 1992 Acha (Sullana, Perú, 1916 – Ciudad de México, 1995) dedicó un
libro completo a abordar el tema, Crítica del arte: teoría y práctica, y es llamativo la
manera en que se refiere a la critica La crítica no habla indistintamente de las obras de
arte ni emite sólo juicios negativos o positivos de ellas para descalificarlas , sino que
es parte fundamental tanto de la distribución, como de la producción y el consumo
del arte. Para él, las dos características más visibles de la crítica son «criticar
públicamente obras de arte y que éstas sean recién nacidas es decir nuevas Y es que
para que las obras de arte recién nacidas tengan aceptación y sean compradas deben
contar con los medios adecuados que les ofrecen los críticos de arte mediante sus textos
públicos.
Juan Acha establece una relación directa entre una buena critica y las obras recién nacidas
entre ellas hay reciprocidad para que la primera exista debe ser expresada en textos que
hablen de la segunda
Según Acha la critica no seria solamente un acompañamiento de las obras de arte sino que
también produce teorías de las obra de arte y a su vez esas formas teóricas tienen la
capacidad de transformar tanto la producción como el consumo del arte además la critica
con su análisis dirige tanto a los aficionados como a los productores y a los organizadores
de exposiciones de arte
Para la crítica, lo que vuelve pertinente una obra son sus innovaciones en un contexto determinado
y no la relación con la historia del arte
En términos generales, la propuesta de Acha es prestar atención a la relación que existe entre el
arte del presente (un arte que tiene un potencial de transformación y que apuntemos críticamente
a lo que significan o lo que podrían significar dichos cambios y dichas obras
La profunda comprensión de los genios, la historia y la cultura daban sentido a su crítica visión del arte
contemporáneo, del que fue crítico salvaje, usando descripciones como «una avant-garde de diseño
cuya novedad tiene toda la significación de una pizza de queso de cabra». Y dejaron huella sus miradas
despectivas a trabajos como los de Jean Michel Basquiat, Jeff Koons, Damien Hirst o Julian Schnabel,
cuya pintura comparó con la calidad interpretativa de Sylvester Stallone.
Hughes culpaba de la degeneración del arte no solo a artistas como Andy Warhol («no tiene nada que
decir»), sino a un mercado ciego y manipulable dirigido por el dinero. Y su mirada crítica se plasmó
también en Visiones americanas, un libro tras el que sufrió una depresión que durante años le llevó a la
medicación y la terapia.
Hughes lloró lo que veía como el declive de su país de adopción. «América, como la república, ha
perdido la vitalidad que una vez la hizo tan refrescante y atractiva -escribió-. América ya no es nueva y
el estilo coloquial y franco se ha diluido por una enervante combinación de sobrecarga mediática e
ironía posmoderna».