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Reunión

¿Qué es una reunión y para qué es una reunión?

Definición:

Una reunión es un acto o proceso por el que un grupo de personas se unen, como un conjunto, con
un propósito común.

Es la agrupación de varias personas en un momento y espacio dados, voluntaria o accidentalmente.


Puede llevarse a cabo de manera organizada y planificada, con un objetivo delimitado y con un
tiempo de duración planeado, pero también puede darse de manera espontánea, por razones
casuales y sin mayores propósitos.

Función:

Las funciones de las reuniones son muy diversas: informar, recoger información, formar,
intercambiar puntos de vista, llegar a acuerdos, generar ideas, tomar decisiones, etc. Los objetivos
de las reuniones son tan variados como los propios asistentes a las reuniones y los organismos a
los que representan. Por los equipos de trabajo en la empresa y según como se den las reuniones
serán las reuniones de trabajo.

Tipos de reuniones

Las reuniones pueden clasificarse en formal e informal:

1. Reunión informal: todo tipo de encuentro casual o premeditado, con fines de entretenimiento,
como una cena con amigos, ir al cine, eventos deportivos, fiestas, etc. Son los más comunes ya
que se encuentran presentes en casi todas las actividades diarias
2. Reunión formal: Estas son utilizadas principalmente en empresas y organizaciones. Tienen
diferentes fines pero su función principal es promover al trabajador y conseguir una actividad de
mejor calidad. Estas se clasifican a su vez en:
 Reunión informativa: este tipo de reuniones sirven para aclarar determinadas situaciones,
decisiones, ideas, etc. El informante o informantes esclarecen e informan al resto del grupo
lo expuesto y de esta manera evitan malentendidos. El ambiente es formal y la comunicación
unidireccional. Puede que parezca una charla informal pero su principal función es la de
informar cierto acto.
 Reunión consultiva: su función es estimular la creatividad de sus participantes ya que
promueve la actividad mediante consultas, preguntas, dudas de los mismos. El ambiente es
formal orientado a la participación voluntaria y espontánea de todos los protagonistas de

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dicha reunión. También suelen utilizarse para proponer una nueva actividad y estudiar la
reacción de los participantes, escuchar y diagnosticar problemas, proponer soluciones a los
mismos, etc.
 Reunión para provocar acción: este tipo es muy utilizada en las empresas y es de carácter
formal. Los participantes de esta reunión son incentivados para que actúen de una manera
determinada deseada por sus supervisores o personal de jerarquía más elevada. Requiere
la atención y promoción de sus protagonistas. El promotor debe presentar bases muy
sustentables y capaces de interesar a su público para que esta reunión tenga el éxito
deseado.
 Reunión de revisión: su función principal es analizar y sacar conclusiones de alguna
actividad anteriormente propuesta. Sirve para tener datos con los resultados concluyentes y
verificar si esta actividad tuvo éxito o no, en qué y cómo puede ser mejorada.
 Reuniones de negociación: Las empresas utilizan este tipo de reuniones con el objetivo
de alcanzar una meta en particular. Para esto el conductor debe poseer mucha habilidad y
experiencia, ya que se pueden perseguir metas muy altas. Para que estas tengan éxito se
requiere una gran organización y mucho estudio de cómo, cuándo, cuánto, por qué, se
produce esta reunión. Suelen utilizarse para mantener algún tipo de negocio con otra
organización, tomar decisiones sobre algún tipo de problema, diagnósticos determinados,
fijación de aumento de sueldo, de personal, etc.
 Reunión mixta: Con la palabra mixta se refiere a una mezcla, un conjunto, es decir, una
incorporación de todos o algunos conceptos de los anteriores tipos de reuniones, de esta
manera creando un grupo de ideas y nociones de una reunión de tipo variada. Es una de las
más comunes y utilizadas por las organizaciones. Se utilizan en todos los niveles de la
empresa. Sus principales funciones son una combinación de las funciones de las demás
reuniones como, por ejemplo, dar a conocer un problema, diagnosticarlo y conseguir una
solución; dar un anuncio y evaluar las reacciones, proponer una dinámica de trabajo, etc.

El conductor de la reunión

Para que una reunión sea eficaz, hay que prepararla, hay que conducirla y han de obtenerse
conclusiones y cumplir con sus objetivos.

La experiencia demuestra que no siempre se domina la técnica de la conducción, lo que hace que
nuestras reuniones no sean todo lo eficaces que todos quisiéramos.

El conductor de la reunión es la persona a quien se le ha asignado la responsabilidad de dirigir la


reunión y alcanzar el objetivo previsto.

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Debe tener cualidades como: Ser abierto, imparcial, animado, implicado, cordial, mediador,
normativo, sensible y saber pensar

La conducción eficaz sólo podrá practicarse de forma correcta si el conductor comprende que él
es uno más del grupo, por lo que ha de saber adaptarse a las diferentes circunstancias y hacer lo
posible para que todos los miembros del grupo expresen libremente sus opiniones. Naturalmente el
conductor tiene su propia opinión, que podrá defender en el momento adecuado, como cualquier
participante.

Cuando se dé la condición de superior jerárquico, todos los participantes conocen perfectamente


que, llegado el momento, podrá y/o deberá imponer la decisión que crea sea más conveniente para
los intereses del grupo. Para cualquier tipo de organización es absolutamente nefasto la existencia
de jefes o directivos, en permanente “estado de reunión”, que son incapaces de tomar a tiempo sus
propias decisiones.

El papel de la persona que conduce la reunión es:

1. que la reunión no se desvíe del objetivo propuesto (función de asignación) y al mismo tiempo
2. asegurarse que todos tengan la oportunidad de hablar y que se enfrenten las necesidades de
las personas (función de mantenimiento).

Con mucha frecuencia el supervisor asume la tarea de conducir la reunión, pero este papel puede
ser delegado.

Su papel antes de la reunión

Preparación de la reunión: Una vez fijados el tema y el objetivo de la reunión, el conductor de la


misma deberá prepararla con cuidado. Para ello habrá de tener en cuenta los siguientes pasos:

1. Redactar una convocatoria clara y motivadora, estableciendo el “orden del día”


2. Señalar el lugar, fecha, horario y duración de la reunión
3. Adjuntar al orden del día toda la documentación que será necesaria en el trascurso de la
reunión. De esta forma se evita que los participantes tengan que “inventar” datos que no tienen
a mano, recurrir a la improvisación de forma constante o abusar en la práctica de las intuiciones
personales.
4. Nombrar un Secretario (hablando previamente con el interesado)
5. Convocar a los participantes con antelación suficiente.
6. Convocar sólo a las personas que realmente puedan hacer aportaciones personales al tema o
les interese o estén afectadas por el mismo. A las personas “superfluas”, hay que hacerles ver
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la razón por la que se prescinde de ellas, ya que en ocasiones el hecho de asistir a una reunión
también es una cuestión de “status” personal.

Su papel durante la reunión

1. Presentar y delimitar el tema.


2. Precisar el objetivo a alcanzar.
3. Proponer un método para tomar decisiones.
4. Asegurar la función del secretario.
5. Solicitar la aportación de hechos, datos e ideas, ordenando las intervenciones, dar el turno de
palabra y no permitiendo las “conversaciones aparte”
6. Ir reformulando el contenido de las intervenciones, centrando al grupo sobre el objetivo y
haciendo síntesis: parciales y final.
7. Distribuir y controlar el tiempo.
8. Planificar las acciones a emprender y asegurarse que queden claros los papeles de “quién hace
qué”, “como” y “cuando”

Comenzar a tiempo es una buena práctica; también lo es el terminar a tiempo. La puntualidad, o su


falta, pueden convertirse en una tradición. Si la orden del día (o agenda) no ha sido distribuida antes
de la reunión, se puede hacerlo al comienzo de la misma. La persona que dirige la reunión puede
solicitar sugerencias para agregarlas al orden del día. Antes del comienzo de la reunión, los
empleados también pueden ser estimulados a sugerir temas para discutir.

Administración del tiempo

Definición:

La administración del tiempo es revisar y analizar nuestros conceptos sobre la correcta aplicación
del tiempo.

Existen distintas herramientas que pueden apoyar al correcto uso del tiempo. Puede estar enfocado
a la "Administración del tiempo" como a una aplicación administrativa de producción, o también,
administrar el tiempo realmente significa administrarse uno mismo, de tal manera que se pueda
optimizar el rendimiento del tiempo de que se dispone. El tiempo es una simple medida.

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Manejo del tiempo:

Todos lo hemos hecho, en más de una ocasión. Por más que lo queramos o necesitemos, no
podemos alargar o incrementar el tiempo que tenemos. Todos tenemos 24 horas en un día, 7 días
en la semana, etc., etc.

La diferencia entre la gente que es eficiente, productiva y está satisfecha y la que no, es la manera
en que administran, aprovechan y disfrutan de su tiempo. Cada persona necesita administrar el
tiempo de acuerdo a sus necesidades y forma de ser. Lo que es adecuado para una persona, puede
no serlo para otra.

La cantidad de estrés, insatisfacción o problemas que tenemos, puede ser una señal de mal manejo
del tiempo. El conocimiento de nosotros mismos, de nuestros valores y creencias personales, nos
ayuda a tomar las decisiones adecuadas cuando distribuimos nuestro tiempo, en las diferentes
áreas de nuestra vida. El problema es que con frecuencia no reconocemos dichos valores y
creencias, lo que repercute en la manera en que administramos el tiempo.

Los gurús en la materia han concluido, que lo que en verdad podemos administrar es Nuestra
Agenda Personal, recomendando que esta administración se ejecute en base a principios,
prioridades y valores de tal suerte que al final del día no haya frustración, sentimientos de culpa e
insatisfacción en el área profesional y personal del individuo.

Mitos en el manejo del tiempo:

A continuación se enumeran algunos mitos respecto al mal uso del tiempo y la forma en que
debemos prevenirlos, analicemos los siguientes:

1. No tengo tiempo: Cómo es posible que muchas veces hagamos esta afirmación, vemos a otras
personas que tienen similares y aún ocupaciones mayores que sí han tenido el tiempo, ¿qué
nos dice esto? Que lo que no hemos tenido es disciplina, a veces me he encontrado a personas
que tiene el valor de decir que en todo una semana no han tenido tiempo de hacer una llamada
telefónica ¿es creíble? Para nada, cuando somos personas organizadas nada debe escaparse
peor aún si es una prioridad, quizás en algún momento nos encontremos ante dos compromisos
que definitivamente no pueden cumplirse en determinado tiempo, aquí vemos dos situaciones
por un lado la falta de planificación que nos ha traído a que dos cosas importantes se traslapen
o bien la falta de carácter para manifestar claramente ¡es imposible entregarlo en ese tiempo
aun haciendo los máximos esfuerzos!, aunque usted puede descubrir después que nada es
imposible, pero eso lleva bastante estudio, práctica y tiempo.

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2. El tiempo vuela: La relatividad del tiempo existe y mucho tiene que ver en la forma en que
nuestros sentidos perciben el universo, pero la planificación nos dice que nosotros siempre
debemos tener el control de las circunstancias, las personas y empresas eficaces siempre
tienen respuestas satisfactorias porque emplean adecuadamente su tiempo.

3. Se nos vino el tiempo encima: Esto es un claro ejemplo de desorganización, usted debe
aprender a resolver las cosas en el momento en que se presentan, debe distinguir sus
prioridades, les personas orientadas a la excelencia siempre tienen un aspecto de serenidad,
los desordenados siempre tienen un aspecto de ansiedad.

4. Tenemos que recuperar el tiempo perdido: No se puede, las cosas que dejamos de hacer
ayer ya no podremos hacerlas nunca más, las personas comprometidas con sus objetivos
saben que un día perdido puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso, a veces estuvimos
a punto de cerrar un extraordinario negocio, pero hubo un detalle que lo dejamos para el día
siguiente y era importante, luego la idea no se ejecutó adecuadamente porque no tuvimos la
suficiente responsabilidad para hacer bien las cosas.

5. Soy esclavo del tiempo: El tiempo debe estar a nuestra disposición para lograr grandes
propósitos de vida, pero nosotros debemos manejarlo y jamás permitir estar esclavizado de
tal forma que no podamos disfrutar de muchas cosas bellas de la vida, la clave no es trabajar
más sino hacerlo de forma más inteligente.

Otros Mitos del tiempo

1. El mito de dividir demasiado el día en “trozos” de tiempo. Escuché hablar de una persona
que dividía el día en porciones de 10 minutos cada una de forma que planificaba con antelación que
hacer en cada una de ellas. No se si has probado hacer esto alguna vez, quizás un día puedas
seguir este consejo, pero al siguiente acabarás completamente hastiado de “porcionar” un valioso
día en trocitos de 10 minutos.

Porque no sirve el mito: Esto sería válido para un trabajo puramente mecánico y racional y aun
así no se podría conseguir una estabilidad al llevar a cabo esta práctica. La productividad profesional
hoy día necesita tanto de ser altamente lineales y racionales, como no-lineales y creativos. No hagas
de tu gestión del tiempo una cárcel.

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2. El mito de conseguirlo todo en un día o una semana. Con la Gestión del Tiempo, si te pasas
te lo pierdes. Esto quiere decir que, si un día o una semana soy “superproductivo”, es muy probable
que al día siguiente o la semana siguiente mi productividad sea mucho menor.

Porque no sirve el mito: Aunque podamos mejorar nuestra productividad personal, cuando nos
pasamos de querer ser productivos y conseguimos hacer muchas cosas en poco tiempo e incluso
alargamos más de la cuenta la jornada laboral, conseguimos que posteriormente nuestra
productividad se reduzca. Encuentra tu ritmo y mantenlo, ésa es la clave.

3. El mito de ser el dueño del tiempo. Por mucho que quieras, hoy en día trabajamos en red,
dependemos de otras personas para conseguir resultados. Muchas veces planificamos un día y
este acaba siendo muy diferente a como lo habíamos hecho. Un buen gestor de su tiempo, debe
de tener mucha autonomía para decidir qué y cuándo hacer, pero de ahí a querer ser el dueño del
tiempo hay mucho por recorrer. Acabar definitivamente con cierto tipo de imprevistos e
interrupciones es una quimera.

Porque no sirve el mito: La realidad supera a la ficción cuando hablamos de Gestión del Tiempo.
Sobre el papel es muy fácil planificar, reserva un 10-20% de tu tiempo para aquellas cosas que
durante el día acabarán apareciendo. Trabajar en equipo implica pedir disponibilidad de vez en
cuando y también poder ofrecerla a tus compañeros, clientes. Eso sí, evita las tentaciones.

4. El mito del momento productivo. Tendemos a pensar que sólo cuando estamos “manos a la
obra”, estamos produciendo. Sin embargo, en la mayoría de trabajos hoy día, la creatividad, la
generación de ideas, la reflexión, el razonamiento, son tan necesarias como la tarea en sí misma.
Muchos de nuestros proyectos que no se están llevando a cabo, están gestándose en nuestro
interior, el subconsciente tiene una relevancia muy alta en nuestra productividad. Por poner un
ejemplo, cuando voy a escribir un libro lo planifico con unos meses de antelación y durante esos
meses, no paro de tener ideas y de gestar el proyecto dentro de mí, cuando la gestación se ha
hecho correctamente “el parto” es de lo más sencillo. Fue tan importante el momento de implosión
(creatividad hacia dentro, la gestación) como el de explosión (creatividad hacia fuera, el parto).
Consejo: no seas demasiado crítico contigo mismo/a si no estás siendo lo productivo que deseas,
puede haber muchas razones subyacentes para que así sea.

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5. El mito de las tareas. Tendemos a pensar que tardaremos en hacer las tareas un tiempo
determinado. Sin embargo, algunas se nos atragantan más que otras. A la hora de ser productivos,
tenemos que saber sobre todo que tipo de tareas son más motivadoras para nosotros y cuáles no.
Es lógico que una tarea que no nos motive tanto tardemos más en realizarla debido a que la vamos
postergando. Mi consejo como algunos ya habréis escuchado en más de un post: Cómete ese sapo.
Es decir, lo primero que tienes que acometer en un día de trabajo son esas tareas que menos te
apetece hacer. Si no quieres postergarlas semana tras semana.

6. Tenemos que recuperar el tiempo perdido: No se puede, las cosas que dejamos de hacer ayer
ya no podremos hacerlas nunca más, las personas comprometidas con sus objetivos saben que un
día perdido puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso, a veces estuvimos a punto de cerrar
un extraordinario negocio, pero hubo un detalle que lo dejamos para el día siguiente y era
importante, luego la idea no se ejecutó adecuadamente porque no tuvimos la suficiente
responsabilidad para hacer bien las cosas.

Métodos para manejo de tiempo adecuado:

Método 1: Usar tu tiempo de forma productiva.

1- Crea el ambiente adecuado para trabajar. El ambiente en el que trabajes puede mejorar tu
productividad en general. No hay reglas estrictas sobre el ambiente de trabajo, por lo que
puedes escoger lo que consideres adecuado. Rodéate de adornos inspiradores que te ayuden
a sentir entusiasmo y pasión. Estos sentimientos te ayudarán a mantenerte concentrado y ser
productivo.
 Por ejemplo, quizás haya un artista en especial que te inspire. Compra algunas copias de
sus pinturas y cuélgalas en las paredes.
 Si puedes escoger un espacio determinado para trabajar, escoge uno que esté libre de
distracciones. Podría ser una mala idea que trabajes frente a la televisión, pero quizás
puedas colocar tu escritorio en un rincón de tu habitación y trabajar allí.

2- Enumera las tareas según su importancia. Asigna prioridades antes de empezar a abordar
tu trabajo del día. Las listas de cosas por hacer son herramientas grandiosas, pero deberás
organizarlas un poco, en lugar de solo escribir todo lo que tengas que hacer. Agrupa las tareas
según su importancia.

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 Antes de elaborar tu lista, anota las categorías según su importancia. Por ejemplo, hoy
deberás hacer las tareas clasificadas como “urgentes”. Será importante que te encargues
de las tareas clasificadas como “importantes, pero no urgentes”, pero podrán esperar un
poco. Si es necesario, podrás postergar las tareas de “baja prioridad”.
 Enumera las tareas bajo cada categoría. Por ejemplo, si tienes que terminar un informe para
el trabajo, esta sería una tarea urgente. Si tienes que empezar otro proyecto de trabajo, pero
la fecha límite es dentro de 2 semanas, esta sería una tarea “importante, pero no urgente”.
Si te gustaría salir a correr después del trabajo, pero no es algo vital, esta tarea sería de
“baja prioridad”.

3- No hagas varias tareas a la vez. Muchas personas suponen que hacer varias tareas a la vez
es una manera grandiosa de terminar más tareas cada día y controlar su tiempo de manera
inteligente. Sin embargo, si te concentras en varias tareas a la vez, esto puede volverte menos
productivo. Tardarás más tiempo en culminar las tareas, ya que no les brindarás toda tu
atención. En lugar de ello, concéntrate por completo en una tarea a la vez. De este modo, podrás
terminar el trabajo con más rapidez, lo que te permitirá aprovechar tu tiempo al máximo.
 Por ejemplo, puedes responder todos tus correos electrónicos y luego salir de tu cuenta para
encargarte de otra tarea. Por ahora no te preocupes por tu correo electrónico. Si necesitas
responder más correos en otro momento del día, podrás hacerlo luego de culminar la tarea
que tengas.

Método 2. Minimizar las distracciones:

1- Apaga tu celular. Apaga tu celular siempre que sea posible. Los teléfonos pueden quitarte
mucho tiempo del día que podrías emplear de forma más productiva. Si puedes entrar a Facebook
o revisar tu correo electrónico con facilidad, será más probable que lo hagas. Hazte un favor y apaga
tu celular cuando intentes hacer otras actividades. Si notas que coges tu celular por impulso para
postergar tus tareas, solo te toparás con una pantalla apagada.

 Si necesitas tener tu celular encendido, colócalo al otro lado de la habitación. Si no puedes


acceder a él con facilidad, será menos probable que lo uses. Asimismo, podrás desactivar toda
notificación de tu celular que no sea necesaria para tu trabajo.

2- Cierra los navegadores que no necesites. En la actualidad, muchas personas usan sus
computadoras o el internet para realizar su trabajo. Si trabajas con páginas abiertas como

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Facebook, Twitter u otras que te distraigan, esto será perjudicial para tus habilidades de gestión del
tiempo. Asimismo, podrías distraerte si tienes pestañas abiertas de proyectos antiguos o
búsquedas irrelevantes en internet. Adopta el hábito de cerrar las pestañas tan pronto como
termines de usar una página. Concentra toda tu atención en las páginas que sean necesarias para
tu trabajo.

3. Evita las interrupciones lo más que puedas. Las interrupciones perturbarán tu flujo de trabajo.
Si estás encargándote de una tarea y te detienes para hacer algo más, podrías tener dificultades
para volver al trabajo. Si estás trabajando en una tarea, intenta culminarla antes de empezar a
hacer otra cosa. Lo demás puede esperar mientras te esfuerzas por culminar una tarea.

 Por ejemplo, si notas que tienes que responder un correo electrónico mientras estás haciendo
algo más, no te detengas para responderlo. En lugar de ello, anota que tienes que enviar el
correo y hazlo después de culminar la tarea que estés haciendo.

 Ten en cuenta que a veces las interrupciones son inevitables. Por ejemplo, si recibes una
llamada telefónica urgente durante una tarea, definitivamente tendrás que responder. Haz tu
mejor esfuerzo por evitar las interrupciones, pero no te atormentes por las distracciones que
tengas de vez en cuando al trabajar.

Método 3. Ceñirte a un horario diario:

1- Usa un calendario digital. La tecnología es una manera grandiosa de gestionar tu tiempo y


mantener el control de las fechas límite, las citas, etc. Usa calendarios en tu celular y tu
computadora. Anota las tareas diarias, como las citas y tu horario de trabajo o de la escuela.
Programa recordatorios para las tareas. Por ejemplo, haz que tu celular te brinde un recordatorio
una semana antes de la fecha de entrega de un trabajo. Incluye tiempo para actividades como
estudiar y trabajar en tus proyectos.

 Además de tener un calendario digital, puede ser de utilidad que uses un calendario físico como
un respaldo. Puedes tenerlo en tu escritorio o llevarlo contigo en una agenda. En ocasiones, si
escribes a mano las tareas, esto puede ser de utilidad para recordarlas.

2- Identifica las horas en las que seas más productivo. Cada persona es productiva a diferentes
horas del día. Puede ser de utilidad que conozcas los momentos en los que seas más capaz de
usar el tiempo con inteligencia y que trabajes durante esas horas. Por ejemplo, si notas que tienes
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más energía durante las mañanas, trata de hacer la mayor parte del trabajo a esas horas. Podrás
realizar actividades relajantes que disfrutes durante la noche.

Consejos prácticos para manejo del tiempo:

1. Resuelve lo más importante primero.


Eso es lo que quiere decir primero, antes que cualquier otra cosa. Es básico. Es impresionante
cuantas personas revisan su correo electrónico y los medios sociales, leen el periódico y visitan el
YouTube y tantas otras cosas, antes de hacer lo que es más importante en su día, lo cual como
consecuencia, generalmente no se hace.

2. Di que no. A muchas cosas…

3. Duerme lo que necesites.


El promedio para la mayoría de las personas es de 7.5 horas de sueño. Ahorrar tiempo en el sueño
significa que no estarás tan productivo al siguiente día. Pensarás que al quedarte tarde o levantarte
temprano estarás aumentando horas para completar tu trabajo, pero tu productividad sufrirá y tu
creatividad y toma de decisiones serán obstaculizadas.

4. Enfócate.
Cuando digo enfócate, imagina que estás hipnotizado y que puedes concentrarte tan solo en la
tarea en la que estés trabajando. No existe otra cosa, incluyendo tu correo electrónico.

5. Comienza temprano.
Comienza a trabajar temprano y comienza con los proyectos mucho antes de su fecha límite.
Postergar acabará con tus ambiciones, tus sueños y tus metas. Postergar es tu peor enemigo,
trátalo como tal.

6. ¿Detalles?
No necesitamos detenernos en detalles, haz lo que tienes que hacer, complétalo ya, si buscas la
perfección, estarás encaminándote hacia el fracaso.

7. Convierte tus tareas más importantes en hábitos.


Si son tan importantes como cepillarte los dientes y peinarte, entonces conviértelos en una prioridad.

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8. Reduce las distracciones.
Ocupa menos tiempo en la televisión y deja de perderlo en el Internet. Vuelve al trabajo y deja estas
ocupaciones para cuando hayas completado tus actividades.

9. Programa tiempos límites.


Es importante tener una meta de tiempo para que te mantengas activo sabiendo que va a cumplirse
ese tiempo y que lo debes resolver antes. El trabajo se expande para llenar el tiempo distribuido,
de manera que solamente asigna lo que necesites y nada más.

10. Date un paseo.


Cuando termines una tarea, tómate un descanso y vete a dar un paseo corto antes de comenzar
con lo que sigue, te despejará la mente.

11. No te preocupes por tu larga lista de pendientes.


Enfócate en una cosa cada vez y sólo una, para que toda tu concentración y creatividad estén a tu
disposición sin ninguna distracción, cuando te ocupas de más de una, la mente necesita tiempo
para irse enfocando en cada una, lo que significa pérdida de tiempo y de concentración. Trabaja
hasta que vayas terminando cada una y tómate un respiro entre una y otra. No veas lo que te falta,
observa lo que ya has completado.

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