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Aunque siempre ha existido el suicidio infantil, parece que últimamente hay más casos, o por

lo menos se les está dando más importancia en los medios de comunicación con el objetivo de
concienciar a la población. Seguramente habréis oído la últimas noticias de Diego, el niño que
se suicidió tirándose por la ventana. Tenía 11 años y toda una vida por delante. Cuando leemos
una noticia así al principio no damos crédito, nos parece impensable que un niño pueda
siquiera pensar en la idea de quitarse la vida. ¿Qué clase de problemas puede sufrir para que
se le pase eso por la cabeza?

El suicidio en niños y adolescentes es un tema tabú del que apenas se habla. Sin embargo las
estadísticas nos muestran que es bastante común. Según la OMS (Organización Mundial de la
Salud) es la segunda causa de muerte más común entre la adolescencia y la juventud en el
mundo (15-30 años), cerca de 600.000 al año, siendo la primera los accidentes de tráfico. En
España sería la tercera causa de muerte por detrás de los accidentes de tráfico y el cáncer.

El tipo de método más utilizado tanto en adultos como en adolescentes es el ahorcamiento o


axfisia, saltar desde una gran altura, abuso de fármacos (mujeres sobre todo) y lesiones con
objetos afilados en los antebrazos.

¿Cuáles son los motivos del suicidio en adolescentes?

Algunos adolescentes no buscan verdaderamente el suicidio, si no que se quedan en intentos


de suicidio. Las tasas según el CIE son diferentes para los chicos y chicas. En las chicas las
tentativas de suicidio son mayores en comparación con los varones, los cuales consuman en
mayor proporción los suicidios. Esto muestra que una parte de los adolescentes que se
intentan suicidar no tienen una intención definitiva, solo es un intento de pedir ayuda a los
seres queridos que les rodean. Sin embargo un porcentaje alto lo consigue. ¿Qué motivos hay
detrás? Son individuales y personales, cada uno tiene sus razones y no se puede generalizar.
Sin embargo, se han visto algunas similitudes entre los pre y adolescentes que deciden acabar
con su vida.

- Trastornos psicológicos: no hay un trastorno mental común al suicidio pero si que se ha visto
que hay algunos diagnósticos comunes. Los trastornos de ansiedad, los trastornos relacionados
con el estado de ánimo (depresiones, trastorno bipolar...), de personalidad, de adaptación,
psicóticos y por último, de conducta. Y no solo afecta los trastornos psicológicos que el niño
pueda padecer si no que los trastornos de los padres también influyen sobre el niño.

-Problemas de adaptación: es una de las principales causas de suicidio infantil. Aparte de la


familia, el colegio o instituto es el principal ámbito relacional de los adolescentes y cobra
fuerza en estas edades. Por tanto, las relaciones sociales son en los chicos y chicas una
prioridad. En esta etapa de la vida están construyendo su propia identidad y el grupo de
iguales es vital para conocerse mejor a si mismos. Por eso los problemas con otros
adolescentes de edades parecidas les va a afectar enormemente. Dentro de este problemas
podemos incluir el famoso "bullying", que no es un asunto para tomarse a broma. De los
600.000 jóvenes que se suicidan al año en el mundo según la OMS, casi la mitad es debido a
maltrato por bullying.
Una de las razones es que a medida que crecemos aprendemos diferentes estrategias para
gestionar el estrés social, sin embargo los chicos y chicas de estas edades todavía no han
conseguido desarrollar estas habilidades y todo lo sienten por multiplicado.

Por otro lado, cada poco vemos noticias trágicas de niños que sufrieron bullying y
ciberbullying. Lo triste es que muchas veces los adultos (tanto padres como profesores) no son
conscientes de hasta que punto puede afectar el bullying a las víctimas hasta que es
demasiado tarde: "son cosas de niños", "ya se cansarán...".

Ante cualquier sospecha de bullying actúa inmediatamente y no lo retrases más. Estate atento
a las señales: fingir enfermedades para no ir a clase, aparecer con la ropa u otras pertenencias
rotas, ansiedad, agresividad, pérdida repentina de amigos, lesiones...

-El suicidio como escape. A veces cuando una persona plantea suicidarse es con el objetivo de
escapar de la realidad, de "descansar", aislarse, dejar de sufrir... Estos mismos motivos
también los tienen los niños pero con un pequeño matiz, cuando son tan pequeños los niños
no llegan a entender la verdadera irreversibilidad de la muerte, no piensan que es definitivo, si
no que la mayoría tienen el pensamiento mágico de que irán al cielo o que vivirán una segunda
vida reencarnados en otras personas. Esta forma de pensar es peligrosa porque lo hacen con la
expectativa de vivir una "vida" mejor en el fututo.

-Ambiente familiar. El clima familiar juega un papel vital como factor de riesgo en el suicidio.
Las discusiones y peleas entre padres, la violencia tanto física como verbal, las amenazas,
insultos, humillaciones hacia los hijos u otros miembros de la familia aumenta el riesgo de
trastornos, malestar y deseos de suicidio. Ver actos violentos entre los miembros de la familia
como las frecuentes peleas paterno-filiales alteran la salud psicológica de los chicos y chicas. Es
debido a que los más pequeños solo conocen el ámbito familiar como forma de relación y no
pueden descargar su ansiedad de ninguna otra manera. Además vivir la incertidumbre del "que
pasará" deteriora enormemente, es algo que pasa factura. Si además hay antecedentes
familiares de suicidios o intentos de suicidio hay una predisposición a imitar ese
comportamiento.

Señales de alarma

Fíjate bien en el comportamiento del niño porque el suicidio no es algo que se haga de un día
para otro, es una idea que se va "rumiando" poco a poco hasta que se decide ponerla en
práctica. Si en casa el ambiente es "normalizado" tal vez los problemas tengan su origen en el
centro escolar. Algunos señales de pensamientos suicidas son:

-El niño pasa por los síntomas típicos de depresión: cambios en el patrón de sueño, en el
apetito, falta de interés en las cosas que antes disfrutada, evita los eventos sociales,
irritabilidad o tristeza la mayor parte del día, cambios repentinos de humor, etc.

-Comentarios o ideas sobre la muerte.

-Repartir entre sus amigos o hermanos sus "cosas más queridas", notas de despedida, ser
repentinamente amable con todo el mundo, etc.
Por tanto, es importante intervenir ante cualquier sospecha de desequilibrio que captemos en
los niños con el fin de prevenir una tragedia. Es obligatorio detectar y tratar posibles trastornos
por los que esté pasando, sobre todo ante síntomas depresivos o ante problemas de
adaptación en el colegio o instituto.

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