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El principio de especialidad normativa según los juristas M. ATIENZA y J. RUIZ MANERO.

(lex specialis derogat legi generali), que ha sido calificado por nuestra jurisprudencia como
principio general del Derecho, junto con el de jerarquía (lex superior derogat legi inferiori) y
el de temporalidad o cronología de las normas (lex posterior derogat legi priori), es
considerado como un criterio tradicional de solución de las antinomias, entendiendo por
éstas las contradicciones normativas que se producen cuando, ante unas mismas
condiciones fácticas, se imputan consecuencias jurídicas que no pueden observarse
simultáneamente.

Otra de las exposiciones del presente principio es la aportada por ENNECERUS, KIPP y
WOLFF, que definen el Derecho Especial como aquel que se contrapone al Derecho
General, es decir, el «que se aparta de la regla general y es relativo a clases especiales de
personas, cosas y relaciones». Su esencia consiste en que «aparta a esas clases
determinadas de la esfera de imperio de una regla general, para someterlas a una
disposición especial, formando así un Derecho Especial, un jus proprium de esas clases,
que diverge del jus commune aplicable a lo demás». Ponen como ejemplo el Derecho
Mercantil con relación al Derecho Civil, al ser aquél un Derecho especial de los
comerciantes y del tráfico mercantil; otra definición bastante utilizada es la que nos ofreció
F. DE CASTRO, al enfrentar Derecho Común y Derecho Especial. El primero se refiere al
«conjunto de las disposiciones destinadas a reglamentar la vida social considerada en su
totalidad». Y el segundo es «aquel que contiene normas sólo sobre una institución o una
serie de relaciones determinadas.

La regla latina «lex especialis derogat legem generalem» implica una relación de especie a
género, resolviéndose el conflicto a favor de la ley especial (COBO DEL ROSAL-VIVES
ANTÓN) Según la regla 1ª del art 8: «El precepto especial se aplicará con preferencia al
general». La especial contiene todos los elementos de la ley general más otro u otros que
la especifican (HONIG), por lo que la relación es de índole formal (RODRÍGUEZ DEVESA-
SERRANO GÓMEZ) SERRANO BUTRAGUEÑO señala con acierto que para distinguir las
reglas de especialidad y absorción (o consunción), que se confunden fácilmente, hay que
tener en cuenta que el precepto especial contiene un aliud (algo distinto) del general,
mientras que el precepto absorbente añade un plus (algo más) sobre el consumido o
absorbido Por eso se pudo decir que todos los tipos cualificados o privilegiados (atenuados
o agravados) son normas especiales en relación con el correspondiente tipo ordinario
(DELGADO GARCÍA). La regla latina «lex especialis derogat legem generalem» implica una
relación de especie a género, resolviéndose el conflicto a favor de la ley especial (COBO
DEL ROSAL-VIVES ANTÓN) Según la regla 1ª del art 8: «El precepto especial se aplicará
con preferencia al general». La especial contiene todos los elementos de la ley general más
otro u otros que la especifican (HONIG), por lo que la relación es de índole formal
(RODRÍGUEZ DEVESA-SERRANO GÓMEZ) SERRANO BUTRAGUEÑO señala con
acierto que para distinguir las reglas de especialidad y absorción (o consunción), que se
confunden fácilmente, hay que tener en cuenta que el precepto especial contiene un aliud
(algo distinto) del general, mientras que el precepto absorbente añade un plus (algo más)
sobre el consumido o absorbido Por eso se pudo decir que todos los tipos cualificados o
privilegiados (atenuados o agravados) son normas especiales en relación con el
correspondiente tipo ordinario (DELGADO GARCÍA).

El principio de especialidad está penetrado por un sentido valorativo, pues -como dice
VIVES ANTÓN- norma especial es la que debe prevalecer por resultar más adecuada al
caso Pero debemos abandonar esta amplísima conceptuación del principio de especialidad
como criterio único para resolver los concursos de normas penales En primer lugar, porque
el art 8 establece otros criterios, como el principio de subsidiariedad y el de consunción. En
segundo lugar, porque el sentido más restringido de la especialidad («relación lógica de
género a especie») nos aleja de la indeterminación que sufriría tal principio si estuviera sólo
basado en la adecuación al supuesto que trata de resolver. Siguen siendo válidos los
ejemplos clásicos para comprender la relación de especie género. Así la figura básica de
homicidio es norma genérica respecto a las especiales atenuadas (eutanasia) o agravadas
(asesinato).

La técnica para la aplicación del principio de especialidad consiste, ante dos normas
penales que describen una conducta y un resultado en principio idénticos, en determinar el
elemento especializante o diferenciador, que puede ser el sujeto activo o pasivo, el objeto
material o cualquier elemento de la acción típica o modalidad ejecutiva.

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