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© FUOC • PID_00196345 Semiología
Índice
1. ¿Qué es la Semiología?...................................................................... 5
2. Semiología de la conciencia............................................................ 9
2.1. Vigilancia o estado de vigilia (arousal) ....................................... 10
2.2. Claridad de conciencia ............................................................... 13
2.3. Campo de conciencia ................................................................. 13
2.4. Conciencia del yo ....................................................................... 14
2.4.1. Conciencia del yo corporal ........................................... 14
2.4.2. Conciencia del yo psíquico ........................................... 14
3. Semiología de la atención............................................................... 16
4. Semiología de la orientación.......................................................... 18
5. Semiología de la memoria............................................................... 21
6. Semiología de la percepción........................................................... 25
6.1. Trastornos de la percepción ........................................................ 25
9. Semiología de la afectividad.......................................................... 44
9.1. Trastornos de la afectividad ........................................................ 46
Bibliografía................................................................................................. 59
© FUOC • PID_00196345 5 Semiología
1. ¿Qué es la Semiología?
Los signos se hacen objetivables durante el examen físico realizado por el pro-
fesional de la salud, por ejemplo, por medio de la palpación de la zona dolori-
da o de la observación de diferentes zonas de la piel, es decir, el signo es la va-
© FUOC • PID_00196345 6 Semiología
loración objetivable del profesional sobre el cuadro clínico del paciente. Para
el DSM-5, el signo es una manifestación objetiva de un estado patológico. Los
signos los observa el examinador en vez de comunicarlos la persona afectada.
Signos Síntomas
En estos ejemplos, se puede ver que el signo es mucho más objetivable, mien-
tras que el síntoma lo es menos y depende de la apreciación tanto de la perso-
na afectada como del profesional que lo tiene que dotar de significado.
Tanto los síntomas como los signos pueden ser clasificados, por un lado, como
primarios o secundarios; y, por otro lado, como orgánicos o funcionales. Aun
así, estos dos tipos de diferenciación no son excluyentes, sino complementa-
rios.
1)�Primario�frente�a�secundario
2)�Orgánico�frente�a�funcional
Por otro lado, los signos y síntomas se pueden conceptualizar de forma cate-
gorial o de forma dimensional. La conceptualización de un signo o síntoma de
forma categorial solo tiene en cuenta dos posibilidades: la persona lo presenta
o no lo presenta. En cambio, en la conceptualización dimensional, signos y
síntomas se valoran en función de un continuo, por ejemplo, en función de
la intensidad (así, la intensidad puede ser alta, baja o moderada). Tal como
se ha visto en el módulo “Bases conceptuales y sistemas de clasificación de la
psicopatología”, tanto la CIE como el DSM hacen una valoración categorial
de signos y síntomas, a pesar de las limitaciones de este enfoque.
Para acabar, hay que hablar de los términos síndrome y cuadro clínico.
Por ejemplo, en una primera entrevista se detecta que la persona que consulta presenta
febrícula postcoital, ideación autolítica, sudoración, sensación de que tiene el cuerpo
lleno de hormigas que andan por encima, temblores, le cuesta fijar la mirada en un punto
concreto, habla muy rápido y dice palabras que no entendemos y no existen. Este es el
cuadro clínico (descripción de signos y síntomas que presenta) pero todavía no se ha
determinado qué trastorno presenta y/o cuál es la causa.
2. Semiología de la conciencia
Conciencia de aque-
llo externo a un mismo
Hipervigilancia
Conciencia del yo
Conciencia�del�yo�psíquico Despersonalización
Desrealización
Trastorno de la identidad del yo
I Vigilancia�excesiva: durante emociones Conducta ineficaz: pobre adaptación y Desincronización: amplitud media o ba-
fuertes no existe adaptación óptima a la escaso autocontrol. ja, frecuencias rápidas.
realidad.
La atención no se puede fijar, es débil y
difusa.
II Vigilancia�atenta: flexibilidad y selecti- Conducta eficaz: autocontrol y adapta- Sincronización parcial: amplitud baja,
vidad de acción. ción. frecuencia rápida.
III Vigilancia�relajada: atención flotante, Conducta relajada: buena adaptación Sincronización: ritmo alfa óptimo.
asociaciones libres de pensamiento y relativa, tendencia a actitudes automá-
disminución de la conciencia del mun- ticas.
do.
IV Somnolencia: atenuación en el proceso Adormecimiento: conducta pobre y Ondas lentas: disminuye el ritmo alfa y
perceptivo. desadaptada, mala coordinación y des- aparecen ondas de baja amplitud (be-
orientación. ta).
V Sueño�ligero: mínima percepción de la Inmovilidad: no existe adaptación al Ondas fusiformes: voltaje bajo y un po-
realidad. mundo exterior. co rápido.
VI Sueño�profundo: nula percepción de Inmovilidad: no existe adaptación al Ondas delta: gran amplitud y lentitud.
los estímulos externos. mundo exterior.
A grandes rasgos, las alteraciones que se pueden observar en este nivel son las
de hipovigilancia e hipervigilancia.
1)�Somnolencia
2)�Obnubilación
(1)
Turbiedad y lentitud de pensamiento1. La claridad mental está incompleta con Diccionari enciclopèdic de medici-
na, 2000.
alteraciones perceptivas y en las actitudes (Kaplan, Sadock y Grebb, 1996).
3)�Sopor-estupor
4)�Coma
Existen diferentes niveles del estado de coma en el que puede estar una perso-
na, que se miden por la escala de Glasgow (Teasdale, 1974); el nivel más grave
es la muerte cerebral. Originalmente, esta escala fue creada para proporcionar
un método sencillo para valorar el nivel de conciencia de las personas que
habían sufrido un traumatismo craneal.
1)�Cuadros�crepusculares
Estos cuadros duran pocos minutos y suelen acabar en sueño, con amnesia
respecto al cuadro cuando la persona despierta.
sión de que las palabras y pensamientos vienen de fuera, etc. Puede aparecer
en los trastornos de ansiedad (crisis de angustia, trastorno de ansiedad gene-
ralizada y trastorno de estrés postraumático), trastorno de despersonalización,
depresión mayor, cuadros de intoxicación (cannabis, alucinógenos...) y en si-
tuaciones de fatiga y estrés.
3. Semiología de la atención
1)�Hipoprosexia
2)�Hiperprosexia
3)�Paroprosexia
4. Semiología de la orientación
5. Semiología de la memoria
1)�Amnesia
2)�Hipermnesia
3)�Paramnesias
a)�Paramnesias�del�recuerdo:
© FUOC • PID_00196345 24 Semiología
b)�Paramnesias�del�reconocimiento:
• Jamaisvu: El sujeto vive como una novedad una situación o ambiente que
conoce ampliamente.
4)�Ecmnesia
6. Semiología de la percepción
1)�Alteraciones�en�la�intensidad�de�la�percepción
2)�Ilusiones
© FUOC • PID_00196345 26 Semiología
3)�Alucinaciones
a)�Simples: Son aquellas en las que solo se perciben luces, sonidos, colores,
etc., sin ninguna forma determinada. Este tipo de alucinaciones son más pro-
pias de alteraciones orgánicas o neurológicas que de trastornos psicológicos.
4)�Pseudoalucinaciones
Las pseudoalucinaciones tienen las mismas características que las alucinacio- Pseudoalucionaciones
nes, pero la persona las sitúan en su espacio interior. Principalmente se pro-
Un ejemplo de pseudoalucina-
ducen en las modalidades visual y/o auditiva. ción sería si la persona relata
que escucha voces que le ha-
blan y que esas voces provie-
5)�Otras�alteraciones�de�la�percepción nen del interior de su cabeza.
(2)
Citado por Pifarré, 2011.
Se podría definir el pensamiento como un proceso mental propio del
hombre, que le permite reflexionar, juzgar, realizar abstracciones y pro-
ceder al análisis y a la síntesis (Moor2).
Trastornos�de�la�forma
Disgregación
Incoherencia
Perseveración
Tangencialidad
Circunstancialidad
Alogia
1)�Bradipsiquia
Las situaciones clínicas más frecuentes que cursan con bradipsiquia son los
trastornos depresivos, la catatonia inhibida y las intoxicaciones por drogas
(como por ejemplo heroína).
2)�Taquipsiquia
• Logorrea.
• Disminución del periodo de latencia de respuesta.
• Alta producción verbal (a menudo no se ha acabado una frase o expuesto
una idea cuando se inicia una de nueva).
• Cambios rápidos de tema.
• Sensación subjetiva de gran afluencia de ideas.
• Hiperprosexia.
3)�Fuga�de�ideas
• Hiperprosexia.
4)�Bloqueo�del�pensamiento
© FUOC • PID_00196345 31 Semiología
5)�Disgregación
6)�Incoherencia
7)�Perseveración
8)�Tangencialidad
Se define como la dificultad para centrarse en una idea, con tendencia a desa-
rrollarla mediante ideas relacionadas. Hay incapacidad para asociar pensa-
mientos en función de un objetivo. En respuesta a una pregunta, la persona
da información relacionada, pero realmente no se responde a la pregunta en
concreto.
9)�Circunstancialidad
Se define como la dificultad para exponer claramente una idea, con tenden-
cia a detenerse en detalles, aclaraciones y paréntesis innecesarios sin llegar al
núcleo central de la idea. Aun así, la persona es capaz finalmente de exponer
la idea si se le deja el tiempo suficiente, a diferencia de lo que sucede en la
tangencialidad.
10)�Alogia
Destacan los siguientes trastornos: ideas fijas, ideas sobrevaloradas, ideas ob-
sesivas e ideas delirantes.
1)�Ideas�fijas
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A diferencia de las ideas obsesivas, las ideas fijas tienen relación con algún
acontecimiento vivido por la persona, normalmente de fuerte carga emocio-
nal, como se ha dicho.
2)�Ideas�sobrevaloradas
Las ideas sobrevaloradas son creencias mantenidas por la persona con gran
convicción aunque la realidad objetiva no las confirme. Generalmente, de-
trás de este convencimiento, hay una implicación emocional importante que
mantiene la idea más allá de lo que sería razonable esperar. También las ideas
sobrevaloradas pueden estar sustentadas por creencias religiosas, éticas, polí-
ticas o sociales.
Igual que el delirio, las ideas sobrevaloradas son ideas falsas y mantenidas con
gran convicción; pero, a diferencia del delirio, las ideas sobrevaloradas no son
incorregibles: es decir, se mantiene la idea con menos intensidad que en el
caso del delirio y esto hace que la persona pueda hacer una crítica y corregir-
la (por ejemplo, cuando se la confronta con evidencias en contra o con argu-
mentos lógicos, o sencillamente cuando desaparece la carga emocional que la
sustenta). Aun así, la frontera entre idea delirante e idea sobrevalorada puede
ser difusa.
Las temáticas más frecuentes de ideas sobrevaloradas son la litigación, los celos
hacia la pareja, la hipocondría, la dismorfofobia e ideas relacionadas con las
propiedades (calorías, etc.) de los alimentos.
3)�Ideas�obsesivas
Las ideas obsesivas u obsesiones son contenidos mentales como, por ejemplo,
una idea, una palabra, un recuerdo, una imagen... que se imponen en el pen-
samiento reiteradamente y de manera intrusiva (involuntaria, no deseada) y
producen malestar y ansiedad.
© FUOC • PID_00196345 34 Semiología
El individuo reconoce que son producto de su mente. Aun así, las considera
absurdas, ya sea por el contenido, ya sea por la frecuencia desproporcionada
en que aparecen, por lo que lucha contra ellas para que no vuelvan a aparecer.
Por lo tanto, son egodistónicas y escapan del control voluntario.
4)�Ideas�delirantes
Una idea delirante o delirio es una idea falsa mantenida con gran convicción
por la persona y no modificable por argumentos lógicos o por evidencias em-
píricas en contra. El delirio presenta las características de incorregibilidad y
de irreversibilidad: la persona no tiene ninguna duda sobre la veracidad, la
idea delirante se mantiene inalterable incluso ante la prueba de realidad, no
es influenciable por la experiencia.
Para que una idea falsa sea considerada de tipo delirante, es necesario que
no se pueda justificar por el contexto social, político, cultural o religioso del
sujeto y que no sea compartida por los miembros del grupo social o cultural
al que pertenece.
© FUOC • PID_00196345 35 Semiología
o)�Delirio�erotomaníaco,�erótico,�de�amor�o�síndrome�de�Clérambault: Co-
rresponde a la convicción de que se es querido por alguien que, generalmente,
ocupa un rango social superior al propio, como por ejemplo un locutor de te-
levisión o una estrella de cine. A menudo, existe la convicción de que terceros
impiden que la pareja se encuentre. Frecuentemente, la persona con este tipo
de delirio intenta ponerse en contacto con su enamorado, hecho que le puede
ocasionar problemas legales.
Las personas que presentan delirios actúan en consonancia, puesto que para Otro ejemplo
ellas son reales. Así, la persona que tiene el delirio místico de creerse Jesucristo
Una posible consecuencia de
puede intentar suicidarse porque con su muerte salvará a la humanidad. la presencia de ideas deliran-
tes de ruina y pecado es que
el portador del delirio asesina
Las ideas delirantes preferentemente se presentan en los trastornos psicóticos, a los miembros de una misma
familia y posteriormente se sui-
pero también en otros trastornos que pueden cursar con síntomas psicóticos, cida.
esencialmente los trastornos de la afectividad. Aun así, el delirio puede apare-
cer igualmente en determinadas condiciones orgánicas, producto del abuso de
drogas o de situaciones médicas (por ejemplo, en el contexto de una demencia
o de un cuadro clínico que cursa con fiebre elevada).
Las temáticas delirantes pueden ser variadas en los diferentes trastornos, pero
hay ciertos temas que tienden a presentarse en determinados trastornos. Así,
en la esquizofrenia, las temáticas suelen ser extrañas, extravagantes e invero-
símiles, como la inserción del pensamiento, los delirios de posesión o los de-
lirios de control. En la paranoia, los delirios más característicos son las ideas
delirantes paranoides, las querulantes, las celotípicas y las erotomaníacas. Los
delirios celotípicos también son característicos de individuos que presentan
alcoholismo crónico, mientras que los delirios megalomaníacos lo son de los
episodios maníacos, y los delirios de ruina, culpa y pecado, de los episodios
depresivos. Los delirios somáticos pueden aparecer también en episodios de-
presivos y en casos graves de hipocondría, además de la esquizofrenia.
Tanto un tipo de comunicación como el otro tienen que ser explorados y esto
se hace principalmente mediante la observación y la entrevista; es decir, el
lenguaje se explora a partir del discurso de la persona y, en menor medida, por
las manifestaciones no verbales que se puedan presentar.
El mutismo puede ser total (en cualquier contexto y con cualquier interlocu-
tor) o selectivo (solo se presenta mutismo en determinados contextos y/o con
determinados interlocutores).
(3)
8)�Pararrespuestas: Es el caso en que se da una respuesta que no tiene ningún Conducta paradójica en el con-
texto de una privación de libertad.
tipo de relación lógica con la pregunta o demanda que se ha realizado. Puede
aparecer en cuadros confusionales, intoxicaciones por sustancias, esquizofre-
nia, cuadros histriónicos y síndrome de Gerstmann3.
8.3.1. Afasias
1)� Afasia� de� Broca� o� motora: La persona no puede decir palabras, a pesar
de que la musculatura del lenguaje no tiene ninguna alteración; la persona
comprende pero es incapaz de hablar. La alteración se da en la producción.
9. Semiología de la afectividad
Definir en qué consiste la afectividad no es una tarea fácil. Términos como por
ejemplo emociones, sentimientos, humor y estado de ánimo se toman a menudo
como sinónimos cuando estrictamente no lo son.
Trastorno�del�afecto Definición
Fuente: Extraído de J. M. Crespo (2006). Psicopatología de la afectividad. En J. Vallejo (Ed.), Introducción a la psicopatología y la
psiquiatría. Barcelona: Elsevier Mason.
© FUOC • PID_00196345 45 Semiología
Trastorno�del�afecto Definición
Afecto lábil Variabilidad anormal en el afecto, con cambios repetidos, bruscos y rá-
pidos de la expresión afectiva.
Afecto inapropiado Discordancia entre expresión afectiva y el contenido del habla o de las
ideas de la persona.
Fuente: Extraído de J. M. Crespo (2006). Psicopatología de la afectividad. En J. Vallejo (Ed.), Introducción a la psicopatología y la
psiquiatría. Barcelona: Elsevier Mason.
Tipos�de�estado�de�ánimo Definición
Fuente: Extraído de J. M. Crespo (2006). Psicopatología de la afectividad. En J. Vallejo (Ed.), Introducción a la psicopatología y la
psiquiatría. Barcelona: Elsevier Mason.
Pero también hay otras fuentes de información muy valiosas para valorar cuál
es el estado de ánimo de la persona. Estas otras fuentes de información son
las siguientes:
1)�Tristeza�patológica
En este estado, el individuo está pesaroso, triste y afligido sin que haya ningu-
na circunstancia que lo pueda explicar.
Hay que recordar que un estado anímico triste puede expresarse a través de
la apatía y la irritabilidad, circunstancia más frecuente en niños y adolescen-
tes. También detrás de alteraciones somáticas se puede esconder un estado de
ánimo de tristeza.
2)�Alegría�o�euforia�patológica
3)�Ansiedad�y�angustia
Estos son dos términos que se toman como sinónimos pero que en la tradición
de la Psicopatología tienen un matiz de diferencia. Ansiedad se relaciona con
el componente psíquico y angustia con el componente somático; pero, lo vol-
vemos a repetir, los dos términos se utilizan en la actualidad indistintamente.
La ansiedad es una respuesta compleja, que implica tres sistemas de respuesta: Ved también
el sistema fisiológico, el sistema cognitivo y el conductual. Es una emoción
Para ampliar información sobre
que, en condiciones adaptativas, prepara el organismo para la acción. Ahora la ansiedad podéis ver el apar-
bien, cuando la ansiedad se siente en exceso o hay una respuesta de ansiedad tado “Trastornos de ansiedad
y trastorno obsesivo-compulsi-
en situaciones en las que no la tendrían que desvelar, entonces la ansiedad vo” del módulo 3.
4)�Labilidad�afectiva
Este síntoma puede aparecer en los episodios de euforia patológica de los tras-
tornos bipolares, en la distimia, en la esquizofrenia, en el trastorno límite de
la personalidad y en algunas demencias.
5)�Indiferencia�o�frialdad�afectiva
En este caso, hay nula capacidad para presentar respuestas afectivas. Se pre-
sentan como personas frías, insensibles y que no se implican emocionalmente
en las situaciones.
6)�Rigidez�afectiva
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7)�Alexitimia
Este síntoma denota una imposibilidad, más o menos extensa, para identificar
los sentimientos y expresarlos mediante palabras. Implica dificultades impor-
tantes en la persona para reconocer y describir sentimientos, puesto que no se
han “mentalizado” las emociones, que se continúan expresando a través del
cuerpo, a pesar de que la vía corporal sea una forma de expresión más propia
de etapas evolutivas tempranas.
El término psicomotricidad fue utilizado por primera vez en 1905 por el neuró-
logo francés Ernest Dupré (1862-1921). En 1996 el Foro Europeo de la Psico-
motricidad definió el concepto de psicomotricidad de la manera siguiente:
“Basada en una visión global de la persona, el término ‘psicomotricidad’ integra las in-
teracciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser
y de expresarse en un contexto psicosocial. La Psicomotricidad, así definida, ocupa un
papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. Partiendo de esta con-
cepción, se desarrollan diferentes formas de intervención psicomotriz que encuentran
su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeduca-
tivo y terapéutico. Estas prácticas psicomotrices tienen que conducir a la formación, a
la titulación y al perfeccionamiento profesionales y constituir cada vez más el objeto de
investigaciones científicas”.
1)�Estereotipias�motoras
Puede aparecer en trastornos del sistema nervioso como las demencias, esqui-
zofrenia crónica con deterioro cognitivo importante y trastorno obsesivo-com-
pulsivo.
2)�Manierismos
© FUOC • PID_00196345 53 Semiología
3)�Tics
Los tics son característicos del síndrome de Gilles de la Tourette, pero también
de cuadros de ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo.
4)�Temblores
5)�Convulsiones
Pueden aparecer en epilepsia, foco irritativo del sistema nervioso central, cua-
dros histéricos y crisis de angustia.
6)�Ecopraxia
7)�Automatismos
8)�Acatisia
(4)
1) el sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM4) y Del inglés, non rapid eyemove-
ments
2) el sueño de movimientos oculares rápidos (REM).
Las alteraciones del sueño están bien definidas, con una prevalencia muy alta
en la población general, y cuyas manifestaciones clínicas pueden repercutir
en todos los ámbitos de la vida de la persona que las presenta. Son altamente
inespecíficas y por ello no orientan la dirección del diagnóstico.
La función del sueño se tiene que explorar siempre en el sujeto mediante pre-
guntas cortas y directas. Es importante diferenciar entre las horas de sueño real
que mantiene el paciente y la percepción subjetiva de este (calidad del sueño),
es decir, si el sueño es reparador o no. Hay que tener en cuenta las variaciones
asociadas a la edad (necesidad de menos horas de sueño y más repartido) y
otros factores, como los climáticos. Los recién nacidos duermen un promedio
de 16 a 18 horas al día. A la edad de un año, los niños usualmente duermen de
13 a 14 horas, número que va descendiendo hasta que alcanzan la adolescen-
cia. Los adolescentes generalmente requieren al menos ocho horas y media
de sueño cada día. La mayoría de los adultos necesitan ocho horas de sueño
para funcionar bien.
© FUOC • PID_00196345 56 Semiología
Los trastornos del sueño más frecuentes son los que siguen a continuación.
1)�Insomnio
b)�Insomnio�intermedio�o�intercalado�o�despertares�frecuentes: El paciente,
una vez iniciado el sueño, se despierta frecuentemente a lo largo de la noche.
2)�Hipersomnia
3)�Narcolepsia
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La aparición de la narcolepsia está provocada por una intrusión del sueño REM
en la vigilia.
4)�Síndrome�Kleine-Levin
5)�Pesadillas
Son sueños terroríficos y prolongados que dejan recuerdos vívidos, cuyos con-
tenidos se suelen centrar en amenazas para la propia supervivencia, seguridad
o autoestima o hacen referencia al estado mental o problemas del paciente.
6)�Miedo�o�terrores�nocturnos
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