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EL TRAUMA Y EL BIOTRAUMATISMO

Samuel Ciro Martínez


William Fernando Rodríguez Ramos

En sus inicios Freud le asigna al trauma un carácter principalmente sexual debido a


varios tipos de angustia y a la insatisfacción sexual que influyen en su aparición en
el sujeto. Aunque a lo largo del tiempo a esa postura le agregó una causa social
más cercana a las prohibiciones culturales y al malestar propio que habita en la
persona. Él sitúa la causa del trauma como una experiencia de desamparo la cual
choca con un sentimiento fuerte que produce una represión la cual no es tratable
mediante el -die Wegen- del discurso.

Siguiendo esta lógica el trauma para Freud aparece gracias a un evento reciente
que de alguna u otra manera guardar una relación con un suceso traumático del
pasado de la persona que había estado reprimido hasta el momento en que se hace
manifiesto en el síntoma.

Por otra parte, encontramos la postura que nos presenta la lectura en la cual todos
nacemos traumatizados no por el parto, ni por la primera inhalación si no, por el
hecho de no tener inscrito al otro. Siendo este un trauma perteneciente a la falta del
orden de lo simbólico más que un impacto en lo real. El texto puede darnos de
alguna manera a entender que el discurso que se usa hoy en día, el discurso
capitalista, lo que le brinda a las personas es una debilidad, una impersonalidad
hacia el otro, de lo cual, se puede decir que se mantiene vigente con ello el primer
trauma, el trauma de nacer y no entender al otro; el bio-traumatismo mediado por el
contexto y la forma de separar al trauma de la experiencia subjetiva respondiendo a
la demanda de la sociedad enfocada en un determinismo biológico..

Ahora si nos remontamos al origen del trauma, es posible identificar el papel del
desamparo como antecedente principal de las angustias estructurando los peligros
biológicos y psíquicos, es en este punto donde se establece la relación entre el
biotraumatismo y el traumatismo psíquico donde al momento de establecer un
trauma de lo real y de origen social, vemos una relación sobre cómo las angustias
configuran la represión pulsional y lo que el contexto social promueve mediante los
excesos como amenazas vitales.

Como características que pueden ser determinantes para diferenciar al trauma


Freudiano y el Biotraumatismo es que el primero se trata de una alteración que
afecta al orden de lo imaginario o lo simbólico, así como para Freud sin la
participación y represión subjetiva de la situaciones de peligro, no habría trauma;
mientras que el segundo es la falta de ellos dos y no encuentra su lugar ante un
trauma que ofrece resistencia por mediante la represión subjetiva del sujeto, quizá
allí es donde tienen su punto de inflexión ambos “enfoques”. Por supuesto, que esto
se ve acrecentado por el discurso moderno y el pensamiento individualista que está
predominando en nuestros días.

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