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Baterías: Seguridad Laboral

PROYECTO:
“Seguridad y salud laboral en los trabajos con baterías de automoción en el sector
del metal”.

© 2014, de esta edición:


Junta de Castilla y León.
Consejería de Economía y Empleo.

FINANCIACIÓN:
Junta de Castilla y León.
Consejería de Economía y Empleo.
Acción realizada al amparo del Acuerdo para la Prevención de Riesgos Laborales de Castilla y León.
2012-2015.

ELABORACIÓN:
Federación de Metal, Construcción y Afines (MCA-UGT Castilla y León).
Instituto de Formación y Estudios Sociales de Castilla y León (IFES).

DEPÓSITO LEGAL:
VA 541-2014

IMPRESIÓN:
Angelma, S.A.
Presentación
La fabricación de baterías, el manejo durante su uso y su gestión al final de
su vida útil conllevan numerosos riesgos laborales. Las baterías de arranque,
fabricadas a base de plomo, han sido durante décadas las baterías que se han
montado en los vehículos a motor. Sin embargo, con la aparición de los coches
híbridos y eléctricos, se han desarrollado nuevas baterías como las de Níquel Metal
Hidruro (NiMH) o las de Litio Ion (Li-Ion) que son
más adecuadas para los motores eléctricos de
tracción, principalmente por ser menos pesadas y
acumular mayor cantidad de energía. Esta mayor
gama de baterías ha hecho que también aumente
el número de riesgos a los que los trabajadores se
exponen.

Uno de los mayores riesgos durante la fabricación


de los diferentes tipos de baterías nuevas y durante
el reciclaje de las desechadas es la exposición a
metales tóxicos. Por ejemplo, tradicionalmente la
exposición al plomo de los trabajadores ha sido
una de las preocupaciones más importantes de los
profesionales de los sectores de fabricación y reciclaje ya que, independientemente
de su fuente de exposición (como la inhalación o ingestión), trae consigo gran
variedad de problemas de salud como, entre otros, anemia, disfunción
gastrointestinal, neuropatía periférica o disfunción del sistema nervioso central.
Además, el desarrollo de baterías de Níquel Cadmio para automoción expuso a
los trabajadores al cadmio, un metal altamente cancerígeno y contaminante.

Por otro lado, estos profesionales también están expuestos a otros riesgos durante
el manejo de baterías como exposición a atmósferas explosivas, principalmente
durante la carga o la exposición a riesgos eléctricos durante su manipulación.
Este riesgo es aún mayor con el incremento del número de coches híbridos y
eléctricos en circulación, ya que sus baterías son de alta tensión. Por ello, es
totalmente imprescindible que los profesionales que manipulen estos vehículos estén
muy bien formados, conozcan todos los protocolos de seguridad y estén
familiarizados con los diversos modelos con los que trabajan.

Por último, los trabajadores también se exponen a los riesgos derivados de los
procesos de fabricación, de reciclaje y del uso de diversa maquinaria
(trituradoras, hornos de fusión o carretillas elevadoras, etc.) como, entre otros,
exposición al estrés térmico y a los ruidos, sobreesfuerzos o atropellos.
Índice

1. TIPOS DE BATERÍA .................................................................... 5

1.1. Baterías de arranque ............................................................................. 5


1.2. Baterías de tracción .............................................................................. 7

2. FABRICACIÓN ............................................................................ 10

2.1. Baterías de plomo ................................................................................. 13


2.2. Baterías de litio .................................................................................... 17
2.3. Baterías de níquel ................................................................................. 18
2.4. Baterías de níquel cadmio ...................................................................... 19
2.5. Recomendaciones generales .................................................................. 20

3. ALMACENAMIENTO DE BATERÍAS ............................................. 22

3.1. Locales ................................................................................................ 22


3.2. Baterías nuevas .................................................................................... 23
3.3. Baterías en desuso ............................................................................... 24

4. MANEJO DE BATERÍAS EN SERVICIO ........................................ 26

4.1. Vehículos tradicionales .......................................................................... 28


4.2. Coches eléctricos e híbridos ................................................................... 36

5. TRATAMIENTO DE RESIDUOS .................................................... 42

5.1. Baterías de plomo ................................................................................. 44


5.2. Baterías alternativas ............................................................................. 54
1. Tipos de batería
Las baterías son sistemas electroquímicos que almacenan energía. Podemos
distinguir dos tipos de baterías:

Œ Baterías de arranque: usadas tradicionalmente en los vehículos


convencionales de motor de combustión interna que deben aportar durante el
arranque mucha energía en un instante.
Œ Baterías de tracción: soportan ciclos de descargas importantes y constantes,
se usan en los vehículos eléctricos y en los híbridos, así como en cierta
maquinaria como carretillas elevadoras y transpaletas eléctricas.

Los diferentes tipos de baterías que se utilizan tanto en los vehículos o maquinaria
de combustión interna como en los eléctricos e híbridos son principalmente: Plomo
(Pb), Níquel Cadmio (NiCd, en desuso), Níquel Metal Hidruro (NiMH), Níquel Zinc
(NiZn), Zebra (Cloruro de Sodio), Litio Ion (Li-ión) y Litio Polímero (Li-Po).

1.1. Baterías de arranque


Las baterías de plomo-ácido pueden subdividirse teniendo en cuenta distintos
criterios de selección, los más importantes son: por tipo de placas, de rejillas
(como plomo-antimonio, plomo-calcio o plomo-calcio-plata), por tipo de aleación, por
tipo de mantenimiento requeri-
do (con o sin él), por tipo de
electrolito y por el uso. En
general se pueden dividir en
dos:

Œ Baterías convenciona-
les de plomo-ácido:
formadas por placas de
plomo y placas separadas
de óxido de plomo. Estas
placas son sumergidas en
una solución electrolítica
compuesta de un 35% de
ácido sulfúrico y un 65%
de agua (aproximadamen-
te), que provoca una
reacción química que libera electrones, permitiendo así al flujo (a través de los
conductores) producir electricidad. El material activo de la placa positiva es

5
óxido de plomo (PbO2), el de la placa negativa es plomo poroso (Pb) y el
electrolito está disuelto en ácido sulfúrico (H2SO4). En estas baterías de ácido de
plomo, cuando el material de plomo se sumerge en una solución de ácido
sulfúrico se produce un voltaje eléctrico.
Œ Batería VRLA (valve-regulated lead-acid battery, batería de ácido-plomo
regulada por válvula): es la más comúnmente conocida como batería sellada o
batería libre de mantenimiento. Debido a su construcción, no requiere
ventilación, se pueden montar en cualquier orientación y no precisa un
mantenimiento constante. Hay dos tipos principales de baterías VRLA:
‰ Batería de Gel: es una forma de batería de plomo en la que está
enlazado el electrolito (líquido ácido sulfúrico) mediante la adición de
sílice, el cual convierte el electrolito resultante en una especie de gel. Los
gases generados durante el proceso se convierten en líquido dentro de la
batería de Gel (recombinación).
‰ Batería AGM (Absorbed Glass Mat, separador de vidrio absorbente):
cuentan con malla de fibra de vidrio entre las placas de la batería, que
sirve para contener el electrolito. El ácido es absorbido entre las placas e
inmovilizado por una alfombra de fibra de vidrio muy fino, esto permite
una rápida reacción entre el ácido y el material de la placa.

Tipología de baterías (datos orientativos)


Tecnología Plomo-Ácido Gel AGM
Voltaje 12V 6V y 12V 6V y 12V
Capacidad de la batería (Ah) de 40 hasta 180 de 16 hasta 210 de 33 hasta 225
Corriente de arranque en frío
de 330 a 920 de 180 a 1030 de 680 a 950
EN (A)
Cualquier Cualquier
Ángulo de montaje Sin inclinación
posición posición
DC, del 25% al
DC, 10% de la DC, cualquier
Requerimientos de carga 50% de la
capacidad amperaje
capacidad
Tras 8 meses Tras 2 años Tras 2 años
Tiempo de descarga mantiene el 35% mantiene el 85% mantiene el 90%
de la carga de la carga de la carga
Vida útil (ciclos carga /
Entre 350 a 400 Entre 550 y 600 Entre 950 y 1000
descarga)
En torno al
Máxima capacidad de descarga En torno al 75% 100%
55% - 60%
Posible pérdida Posible pérdida
Posible pérdida de electrolito Ninguna
de líquido de gel

Fuente: CESVIMAP (Centro de Experimentación y Seguridad Vial MAPFRE).

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Las mayores ventajas de las de plomo son su bajo coste y su fácil fabricación, en
comparación con las VRLA que son más caras; sus mayores inconvenientes son
un peso demasiado elevado y una duración de vida y autonomía limitada.

1.2. Baterías de tracción


Las baterías de plomo también se utilizan para la tracción de diferentes
vehículos cómo ciclomotores, bicicletas y vehículos eléctricos para discapacitados
(sillas o carritos eléctricos), así como baterías de tracción en carretillas elevadoras y
transpaletas eléctricas. Sin embargo, no se suelen utilizar en la unidad de
tracción eléctrica de los vehículos híbridos o eléctricos; su uso más común es
para el arranque del motor de combustión y aporte de la energía necesaria para el
mantenimiento de los circuitos eléctricos del vehículo.

Los vehículos híbridos y eléctricos utilizan otro tipo de baterías como vamos a ver a
continuación.

1.2.1. Baterías Litio Ion (Li-Ion)


Su utilización se ha extendido mucho
con el uso de los ordenadores portátiles
y los teléfonos móviles. Ahora esta
tecnología se está utilizando
también en los vehículos eléctricos.

Tiene grandes ventajas como que su


descarga es muy limitada en el tiempo,
no tiene efecto memoria y ofrece una
densidad energética importante, del
orden de 110 a 160 Wh/kg por lo que
aporta mayor autonomía. Sin embargo,
su precio es todavía muy elevado.
Las propiedades de estas baterías, su
elevada capacidad energética y su
capacidad para operar con un elevado número de ciclos de regeneración han
permitido el diseño de baterías ligeras, de pequeño tamaño y con un alto
rendimiento para las aplicaciones de la industria electrónica.

No todas las pilas de Litio son iguales y, sobre todo, se diferencian por el
material utilizado en el cátodo, uno de los componentes principales de estas
baterías. Para aplicaciones en automóviles, el sector se está centrando en las
tecnologías Litio Fosfato de Hierro (LFP) y Litio Titanato (LTO).

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Las baterías actuales de Litio-ión pueden ofrecer autonomías de 160 a 170
kilómetros en conducción normal. Hacia 2020 se espera doblarla hasta 300
kilómetros, lo que creará un mercado mucho más grande. Esta tecnología es
todavía muy cara, pero se espera que sus costes irán bajando al aumentar su
producción y mejorar su tecnología. Otros inconvenientes para su aplicación en
los coches eléctricos son su rápida degradación y su sensibilidad a las elevadas
temperaturas.

Dentro de las baterías de litio destacan las baterías de Litio Polímero que se
utilizan en numerosos prototipos. Su densidad energética es del orden de
100-110 Wh/kg y su durabilidad puede superar con facilidad los 1000 ciclos.

1.2.2. Baterías de Níquel


Las baterías de níquel no han proporcionado los rendimientos económicos que se
habían previsto en los planes de la industria complementaria de automoción, porque
la materia prima con la que se elaboran se ha encarecido ante una demanda que no
ha parado de crecer. El níquel se emplea en combinación con otros compuestos.

A. Baterías Níquel Metal Hidruro (NiMH)


Su comercialización se inició
a partir de 1990. En la
actualidad, los vehículos
híbridos, que combinan
un motor de combustión
interna con uno eléctrico,
emplean generalmente
estas baterías de NiMH.
Son un tipo de batería
recargable que utiliza un
ánodo de Hidróxido de
Níquel (NiOH) y un cátodo
con una aleación de Hidruro Metálico. Poseen una mayor capacidad de carga que las
de cadmio (entre dos y tres veces más que la de una pila de NiCd del mismo tamaño
y peso) y un efecto memoria menor.

Hasta 2005, su tasa de autodescarga era mayor que las de NiCd (un 30% mensual
frente a un 20%), por lo que eran más útiles para consumos continuos. En ese año
se desarrolló una variante de baja autodescarga (low self-discharge, LSD) lo que
permite almacenarlas durante largos períodos de tiempo sin dañar la batería por
desuso y pudiendo utilizarse de forma inmediata cuando sea requerido.

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B. Baterías Níquel Cadmio (NiCd)
Se usaron en algunos vehículos eléctricos; sin
embargo, la comercialización de las baterías que
contuviesen una cantidad superior a 0,002% de
Cadmio se prohibió a partir de febrero de 2008 a
causa de la nocividad del Cadmio para el medio
ambiente.

Su mayor ventaja es que tienen una duración


muy buena, con más de 1000 ciclos. En cambio,
sus mayores desventajas son la contaminación y el efecto memoria.

C. Baterías Níquel Zinc (NiZn)


Al no ser contaminantes, este tipo de baterías son un potencial competidor de las
clásicas baterías de plomo. Desde el año 2000, el desarrollo de un sistema de
electrodo de zinc estabilizado ha convertido esta tecnología en viable y
competitiva en relación a otros sistemas de baterías recargables disponibles en el
mercado. Son dos veces más caras que las baterías de plomo pero también ofrecen
el doble de densidad energética comparada a la batería de plomo (80 Wh/kg para
Ni-ZN, 30 Wh/kg para el plomo).

1.2.3. Baterías Zebra (Cloruro de Sodio)


Se componen de mate-
riales que son muy
abundantes como la sal
(NaCl) o el níquel (cuando la
batería esta descargada) y
hierro mantenidos al vacío en
un contenedor sellado. Es una
batería caliente: su tempe-
ratura interna de funciona-
miento va desde 270ºC hasta
350°C. Sus mayores ventajas
son que no tienen efecto
memoria, ofrecen una capa-
cidad energética alta de
120 Wh/kg y utilizan materiales reciclables al 100%. Estas propiedades las hacen
muy prometedoras para la propulsión de vehículos eléctricos. Sin embargo, tienen
problemas de seguridad por sus elevadas temperaturas de trabajo.

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2. Fabricación
Como es lógico existen claras
diferencias en los procesos de
fabricación de los diferentes tipos de
baterías. Sin embargo, algunos
procesos son comunes como los de
pesaje, trituración, mezcla, compresión
y secado de los ingredientes.

En las fábricas modernas muchas de


estas actividades se hacen en zonas
aisladas (con equipos herméticos) y de
forma muy automatizada. Por ello, la
exposición de los trabajadores a los
diversos ingredientes, que pueden ser dañinos para la salud como el plomo, suele
producirse durante los procesos de pesaje, carga y limpieza de los equipos.

En las más antiguas muchas de las operaciones de trituración, mezcla y otras, o


bien el paso de los ingredientes de una etapa a otra del proceso, se realizan de
forma mucho menos automatizada y donde existe una mayor exposición a estos
ingredientes por lo que el riesgo de inhalación de polvo o de contacto cutáneo con
sustancias corrosivas es alto. En general podemos dividir los riesgos en:

Œ Exposición a compuestos que son dañinos para la salud:


‰ La batería de acumuladores de plomo-ácido
entraña riesgos considerables de exposición al
plomo por lo que trataremos este tema de
forma específica.
‰ Los electrólitos que se utilizan en muchas
baterías contienen hidróxido de potasio, que
es un material corrosivo. Por ello, el aislamiento
y la protección cutánea y ocular son precauciones convenientes.
‰ Puede haber exposición a las partículas de metales tóxicos, como el
mercurio, el óxido de mercurio (auque el uso del mercurio está prohibido
en casi todos los países, en la UE no se podrá tampoco utilizar en las pilas
de botón a partir de otoño de 2015), el óxido de cadmio (prohibido en
la UE a partir del 31 de diciembre de 2016, salvo para los sistemas de
emergencia como las alarmas y en los equipos médicos), el níquel y sus
compuestos y el litio y sus compuestos.

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‰ El litio es un metal muy reactivo, por lo que el montaje de pilas de litio
ha de realizarse en un ambiente seco a fin de evitar que el litio reaccione
con el vapor de agua.
‰ El dióxido de azufre y el cloruro de tionilo, utilizados en algunas pilas
de litio, comportan riesgos respiratorios.
‰ Los electrólitos que se utilizan en muchas baterías contienen diversos
productos muy dañinos como el ácido sulfúrico o el hidróxido de
potasio, que es un material corrosivo.
Œ Las altas temperaturas que se producen en los procesos de fundición del
plomo pueden causar quemaduras o simplemente fatiga ante esta exposición.
Œ El ruido es otro riesgo, ya que muchas máquinas utilizadas (de compresión,
trituración, empaquetado, etc.) suelen ser ruidosas. Por este motivo, es esencial
que existan métodos de control del ruido y programas de conservación de la
capacidad auditiva. Para más información sobre las medidas preventivas que
hay que tomar para prevenir la exposición al ruido, ver el apartado 5.1.2.C.
Ruido.
Œ El uso de maquinaria como carretillas elevadoras, máquinas cortadoras, de
pegado térmico, de comprobación de fugas, de relleno del electrolito, etc.,
expone a los trabajadores a diversos peligros, que se agravan cuando no tienen
una formación específica en la utilización de esas máquinas. Para más
información sobre el uso de las carretillas elevadoras, ver el apartado 5.1.1.A.
Carretilla elevadora.

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Metales tóxicos

Metales
Nº Partes afectadas Industrias
pesados
Proceso de fabricación y acabado de
Huesos, cerebro, metales, fuegos artificiales, cerámicas,
1 ALUMINIO
riñones, estómago pinturas, artículos eléctricos; industria
de la fundición; fabricación de abrasivos
Fabricación de latón, bronce, cerámica,
Sangre, riñones,
tintes, productos de madera y pinturas;
sistema nervioso
2 ARSÉNICO proceso de fundición de cobre, zinc y
central, sistema
plomo; fabricación de sustancias y
digestivo, piel
productos de vidrio
Hígado, placenta,
Fabricación de baterías, pigmentos,
3 CADMIO riñones, pulmones,
galvanoplastia, artículos de bisutería
cerebro, huesos
Pulmones, hígado,
riñones, bazo, Galvanoplastia, soldadura, fabricación
4 CROMO glándulas de acero, curtido, fotografía, teñido y
suprarrenales, sangre, fabricación química
huesos y médula ósea
Cerebro, piel, pelo, Industria de la fundición, minería,
sistema nervioso producción de fungicidas y alguicidas,
5 COBRE
central, sangre, fabricación de cerámicas, joyas y
huesos monedas
Huesos, cerebro, Industria de la pintura, fabricación de
6 PLOMO sangre, riñones, baterías, soldadura, vidrieras, latón y
glándula tiroides bronce de fundición
Fundición, soldadura, fabricación de
Huesos, cerebro,
medicamentos, vidrio, cerámica,
7 MANGANESO sistema nervioso
aditivos para piensos, fabricación de
central
pila seca
Minería, industria de la fundición,
fabricación de espejos, fluorescentes y
bulbos, pesticidas y fungicidas de
Cerebro, riñones,
8 MERCURIO producción, fotografía, fabricación de
estómago, ojos, oídos
baterías de mercurio, instrumentos
con mercurio como termómetros y
barómetros, industria cloro-álcali
Pulmones, hígado,
Tinta, imanes, bujías, pinturas, acero
riñones, bazo,
inoxidable, soldadura, esmaltes,
9 NIQUEL glándulas
cerámica, vidrio, fabricación de
suprarrenales, sangre,
baterías, aleaciones
médula ósea
Sistema inmune, Fabricación de latón y bronce, pintura,
sangre, páncreas, goma, colorantes, baterías de níquel
10 ZINC
estómago, sistema zinc, conservantes de la madera y
gastrointestinal, gusto pomadas, galvanización

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2.1. Baterías de plomo
El plomo y sus derivados se utilizan en numerosos procesos industriales
como la fabricación de baterías, acumuladores eléctricos, pinturas para
mantenimiento, fundición, etc. En el sector de la fabricación de baterías la exposición
a este material es uno de los principales problemas para la salud de los trabajadores.

En la actualidad, la batería de plomo-ácido es la tecnología preferida para


todas las aplicaciones de batería de arranque, alumbrado y encendido de
los vehículos de motor de combustión convencionales, tales como automóviles y
camiones. De hecho, prácticamente todos los coches en la carretera utilizan una
batería de plomo ácido, al igual que los vehículos híbridos y eléctricos que requieren
este tipo de baterías para proporcionar energía a la electrónica de abordo y a los
sistemas de seguridad.

Existe un riesgo a su exposición durante los procesos de fabricación de


baterías, al igual que en su manipulación y durante la gestión de sus residuos. A
temperaturas de entre 500ºC y 600ºC, el plomo produce vapores que se combinan
con el oxígeno dando óxidos de metal que son susceptibles a ser absorbidos por
inhalación. Además, los derivados orgánicos se absorben fácilmente a través de la
piel.

La exposición en el entorno laboral al plomo y sus derivados dispone de valores


límite europeos tanto ambientales como biológicos. Así el Valor Límite Ambiental-
Exposición (VLA) para el plomo elemental, los compuestos inorgánicos de plomo y el
Plomo tetrametilo es de 0,15 mg/m3 y para el plomo tetraetilo 0,1 mg/m3. La

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exposición continuada al plomo puede originar una enfermedad profesional como lo
reconoce la legislación española (Real Decreto 1299/2006).

Si existe la posibilidad de exponerse al plomo en el puesto de trabajo, es importante


conocer cómo se produce este contacto con el fin de minimizar los daños sobre
nuestra salud. Existen tres formas en las que el plomo actúa sobre nuestro
organismo:

Œ Inhalación: al respirar el polvo de


plomo o el humo o vapor que se
produce durante diversos procesos.
En ocasiones, estas sustancias no
huelen a nada, por lo que no es fácil
saber que uno se está exponiendo a
este riesgo. Las emanaciones de
plomo se producen durante diversas
operaciones como cuando se calienta
el metal, durante su corte o en los
procesos de soldadura. La exposición al polvo de plomo se produce
principalmente cuando se corta metal que contiene plomo o cuando no se llevan
hábitos de limpieza que lo eliminan del entorno.
Œ Ingestión: sobre todo cuando se come, bebe o fuma en las áreas donde existe
contaminación por plomo. Aunque también cuando lo transferimos de la mano a
la boca, por ejemplo, al mordernos las uñas, chuparnos los dedos, tocarnos la
cara o si realizamos malas prácticas higiénicas.
Œ Absorción por la piel: para los trabajadores de este sector este no es un
riesgo mayor ya que, aunque la exposición dérmica es común, la piel solo
absorbe las formas orgánicas del plomo como el tetraetilo (el componente que
se utilizaba hace años en las gasolinas con plomo) que es cada vez menos
utilizado.

2.1.1. Efectos sobre la salud


Los efectos en la salud del plomo son los mismos independientemente de
la fuente de plomo o vía de exposición. La mayor parte del plomo que entra en
nuestro organismo se elimina sobre todo a través de la orina y en menor cantidad en
las heces, el sudor y las células muertas de la piel. El plomo restante que se queda
en el organismo (riñón, hígado, dientes... y sobre todo en los huesos, donde puede
permanecer durante décadas), posteriormente se introduce en la sangre. El
envejecimiento y el embarazo pueden aumentar los procesos de liberación.

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Una alta exposición al plomo durante un corto período de tiempo provoca efectos
agudos. La exposición a largo plazo en dosis más bajas puede causar efectos
adversos crónicos. Ambos tipos de exposición pueden dar lugar a efectos en
múltiples sistemas orgánicos, incluyendo los sistemas nervioso, renal, cardiovascular,
gastrointestinal, hematológico y reproductivo.

El plomo inorgánico ejerce un amplio espectro de efectos adversos que van


desde cambios sutiles que prácticamente no presentan síntomas, a los efectos
sintomáticos y, en casos agudos, a intoxicación por plomo.

Una variedad de problemas de


salud identificados con frecuencia
con la exposición al plomo
incluyen anemia, disfunción
gastrointestinal, neuropatía peri-
férica, disfunción del sistema
nervioso central (que va desde
alteraciones de la función mental,
cambios de humor, pérdida de la
audición y problemas de equi-
librio hasta alucinaciones y
coma), dolores músculo esque-
léticos y efectos negativos en el
sistema reproductor masculino. En general, el número y la gravedad de los síntomas
empeoran cuando existe un aumento de los niveles de plomo en la sangre:

Œ Síntomas leves: ligera fatiga, irritabilidad emocional, dificultad para


concentrarse y alteraciones del sueño.
Œ Síntomas moderados: dolor de cabeza, fatiga general, somnolencia, dolores
musculares y de articulaciones, temblor, náuseas, disminución del apetito, dolor
abdominal, estreñimiento o diarrea y disminución de la libido.
Œ Síntomas severos: dolor cólico abdominal, neuropatía periférica, encefalopatía
con convulsiones, delirio y coma.

Los primeros síntomas suelen ser sutiles e inespecíficos y afectan al sistema


nervioso, al aparato gastrointestinal o al sistema musculoesquelético. Los síntomas
pueden estar detrás de cambios fisiológicos.

Además de los síntomas asociados con exposiciones a dosis agudas, las


investigaciones más recientes muestran efectos vinculados a exposiciones
más bajas como la hipertensión, los efectos sobre la función renal, la disfunción
cognitiva y efectos adversos en el sistema reproductor femenino.

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2.1.2. Evaluación y control de la exposición al plomo
Para determinar si el plomo presenta un peligro en el lugar de trabajo, es
importante averiguar dónde y cómo se utiliza. El plomo se puede encontrar en
lugares que no son tan evidentes como en herramientas, pinturas viejas, estanterías,
etc. Por ello, para intentar controlarlo, lo primero que debemos hacer es valorar la
exposición que tenemos a él
durante nuestro trabajo.

Además, se deben llevar a cabo


mediciones regulares tanto del
aire como de diversas superficies
para conocer el nivel de plomo.
Una vez conocidos los resultados
de las mediciones, se desarro-
llará un plan de control con la
finalidad de reducir al mínimo la
exposición del trabajador al
plomo.

Las opciones para controlar esta


exposición tienen que seguir la siguiente jerarquía:

Œ Eliminación y sustitución como medidas de ingeniería que eliminan el


contaminante o proporcionan una barrera entre el trabajador y el contaminante.
Por ejemplo, el uso de campanas
de extracción y ventilación, uso de
sistemas que recogen el polvo en
las máquinas o equipos, ais-
lamiento de zonas de trabajo, etc.
Œ Adopción de medidas forma-
tivas, organizativas y de nue-
vos métodos de trabajo: formar
a los trabajadores para que
entiendan los riesgos asociados con
el plomo; formación sobre el uso
de EPIs; orden y limpieza; colocar
los equipos y las herramientas que
se exponen al plomo en lugares específicos; etc.
Œ Realizar controles médicos rigurosos y regulares que garanticen el
control de la salud de los trabajadores.

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2.2. Baterías de litio
La batería de iones de litio (también denominada batería Li-Ion) se compone
generalmente por varías celdas y emplea como electrolito una sal de litio.
La producción mundial de litio se concentra en la zona conocida como el Triángulo de
Litio (situado en Bolivia, Chile y Argentina; con aproximadamente entre el 50 y el
85 % de ese mineral), Estados Unidos y China.

Por lo general, las celdas y las baterías se producen en fábricas diferentes lo


que complica todos los temas de seguridad. En la siguiente imagen se puede
observar el proceso de fabricación de estas baterías.

2.2.1. Efectos sobre la salud


El litio es un compuesto muy reactivo, por lo que este tipo de baterías
deben ser producidas en ambientes completamente secos con el fin de evitar
que reaccione con el vapor de agua. Además, hay que tener en cuenta que en la
fabricación de algunas de estas baterías se utilizan compuestos peligrosos como:

Œ Dióxido de azufre: es un gas irritante y tóxico. Afecta sobre todo las


mucosidades y los pulmones provocando ataques de tos. Si bien este es
absorbido principalmente por el sistema nasal, la exposición de altas
concentraciones por cortos períodos de tiempo puede irritar el tracto

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respiratorio, causar bronquitis y congestionar los conductos bronquiales de los
asmáticos.
Œ Cloruro de tionilo: es tóxico, corrosivo y lacrimógeno.

2.2.2. Precauciones generales


ΠAl igual que otros metales alcalinos, el litio puro es altamente inflamable y
ligeramente explosivo, cuando se expone al aire y especialmente al agua,
por lo que hay que realizar todas las operaciones en ambientes muy secos.
ΠEs corrosivo por lo que requiere el empleo de medios adecuados de
manipulación para evitar el contacto con la piel y con los ojos. Hay que utilizar
los EPIs necesarios como ropa de trabajo, guantes y gafas.
Œ El litio no juega ningún papel biológico y se considera ligeramente tóxico.

2.3. Baterías de níquel


El níquel es un elemento natural muy abundante y esencial para el desarrollo de la
industria, además de ser uno de los metales más demandados. Reacciona con
dificultad en medios agresivos y se considera resistente a la corrosión. En la
fabricación de baterías se utiliza en combinación con otros compuestos
como el cadmio, el metal hidruro o el zinc.

2.3.1. Efectos sobre la salud


El efecto adverso más común de
exposición al níquel es una Exposición al Níquel
reacción alérgica cuando existe VLA-ED
un contacto directo de la piel. La ppm mg/m3
reacción más común es un
Níquel metal 1
salpullido en el área de contacto
Níquel, compuestos inorgánicos excepto
o incluso en otras áreas que no aquellos que están expresamente 0,2
indicados. Compuestos insolubles, como Ni
han estado en contacto. En
Níquel, compuestos inorgánicos excepto
menor medida, algunas personas aquellos que están expresamente 0,1
indicados. Compuestos solubles, como Ni
sensibles al níquel pueden sufrir
Níquel carbonilo, como Ni 0,05 0,12
ataques de asma tras su
exposición. VLA-ED: Valor Límite Ambiental-Exposición Diaria; ppm:
partes por millón; mg/m3: miligramos/metro cúbico.
Los trabajadores expuestos a
grandes cantidades de níquel, como en plantas que procesan níquel, han
experimentado bronquitis crónica y alteraciones del pulmón al inhalar cantidades de
níquel mucho más altas que los niveles que se encuentran en el ambiente. También

18
se ha observado un aumento en los índices de cáncer de pulmón y de las fosas
nasales.

Por otro lado, se ha constatado que los trabajadores que toman agua que contiene
altos niveles de níquel (esto puede deberse a unas malas prácticas higiénicas) sufren
dolores de estómago y efectos adversos en la sangre y los riñones.

2.3.2. Precauciones generales


La exposición a los compuestos del níquel puede controlarse con medidas
como el aislamiento y la automatización de las operaciones de pesaje y
mezcla. La producción de níquel sinterizado a partir de carbonillo de níquel, aunque
se realiza en maquinaria hermética, comporta una posible exposición al carbonillo de
níquel y al monóxido de carbono, ambos extremadamente tóxicos. Este proceso
requiere una constante vigilancia de las fugas de gas.

2.4. Baterías de níquel cadmio


Hay que recordar que a causa de la
nocividad del Cadmio para el medio Exposición al Cadmio
ambiente y la salud la comercialización de VLA-ED
las baterías que contienen una mg/m3
cantidad superior a 0,002% está
prohibida partir de febrero de 2008, salvo Cadmio (estabilizado) no pirofórico
Fracción inhalable 0,01
en dispositivos de emergencia y de alarma, Fracción respirable 0,002
equipos médicos y herramientas eléctricas
inalámbricas (Real Decreto 106/2008 sobre Cadmio (pirofórico)
Fracción inhalable 0,01
pilas y acumuladores y la gestión ambiental Fracción respirable 0,002
de sus residuos). Aunque es posible VLA-ED: Valor Límite Ambiental-Exposición Diaria;
mg/m3: miligramos/metro cúbico.
exponerse al mismo durante el
reciclaje del cadmio de las baterías
usadas.

En el proceso de fabricación, la exposición más importante al cadmio es la que se


produce en la manipulación del nitrato de cadmio y su disolución durante la
fabricación de pasta a partir de óxido de cadmio en polvo y en la manipulación del
polvo activo seco.

El pleno del Parlamento Europeo aprobó las nuevas normas acordadas con los
gobiernos europeos para prohibir el uso de metales tóxicos como el mercurio y el
cadmio en baterías, pilas y acumuladores. Esta restricción entrará en vigor el 31 de
diciembre de 2016.

19
2.4.1. Efectos sobre la salud
La sangre transporta el cadmio hacia el hígado donde se une a proteínas para formar
complejos que se transportan hacia los riñones. Allí se acumula, causando un daño
en el mecanismo de filtración, y causa la excreción de proteínas esenciales y
azúcares del cuerpo con el consecuente daño en los riñones. El cadmio acumulado
en ellos tarda bastante tiempo en ser eliminado por el cuerpo humano.
Otros efectos sobre la salud pueden ser: diarreas, dolor de estómago y vómitos
severos; mayor facilidad para fracturarse los huesos; fallos en los sistemas
reproductor (que puede causar infertilidad), nervioso central e inmunológico;
desordenes psicológicos; posible daño en el ADN o desarrollo de cáncer.

2.4.2. Precauciones generales


El aislamiento y la automatización de las operaciones de manipulación (como el
pesaje y la mezcla) reducen estos riesgos.

2.5. Recomendaciones generales


Aparte de cumplir al pie de la
letra con todas las normas de
seguridad de la empresa,
conviene recordar una serie
de recomendaciones:

ΠInformarse sobre los


riesgos para la salud que
conlleva la exposición a
todos estos metales.
Œ Exigir una formación
adecuada para manipularlos
correctamente, incluyendo
que hacer en caso de
emergencia, inhalación, ingestión o de contacto ocular.
Œ Utilizar los EPIs adecuados para su manipulación (como guantes, protección
ocular y ropa de trabajo) siguiendo las instrucciones de uso del fabricante.
Œ Asegurarse de que los EPIs utilizados se ajustan a tus características
personales y comprobar que se encuentran en perfecto estado de utilización.
Además, hay que informar de cualquier anomalía en los equipos de trabajo,
tanto de protección individual como colectiva, al responsable directo.

20
Œ Seguir unas pautas de trabajo correctas que eviten la exposición como son
mantener el lugar de trabajo limpio y ordenado, al acabar el trabajo limpiar los
residuos del lugar de trabajo y gestionarlos correctamente, etc.
Œ Llevar a cabo prácticas de higiene personal muy estrictas como lavarse
las manos y la cara frecuentemente y siempre antes de comer, beber o fumar;
si es posible conviene ducharse y cambiarse en el trabajo en lugar de en casa
para no dejar ningún resto de metales en nuestras prendas personales, vehículo
u hogar.
ΠUtilizar ropa y calzado de trabajo apropiado y, si es posible, no llevarlos
nunca a casa. En caso contrario, cuando se lleven a casa, mantenerlos
apartados del resto de ropa y cuando se laven hacerlo de forma separada.
Œ Evitar la inhalación del polvo del metal y del de sus derivados. Los
lugares donde se trabaje con estos productos deberán estar acondicionados
según la legislación existente. Si a pesar de todo puede persistir su presencia,
se deberá utilizar protección respiratoria provista de un filtro adecuado.
Œ Comer, beber y fumar solamente en zonas que estén libres del polvo y
de los gases que pueden desprender estos metales.
Œ Mantener unos controles médicos regulares.
Œ Tener en cuenta las señales en nuestro lugar de trabajo.

21
3. Almacenamiento de baterías
Como hemos visto existe una gran variedad de
baterías, cada una con unas características
específicas. Para definir la operativa del
almacenamiento en planta, en primer lugar es
necesario tener en cuenta la normativa
general a nivel de empresa.

A continuación vamos a dar unas normas


generales para el almacenamiento de las mismas,
aunque siempre hay que respetar las
condiciones de almacenamiento ofrecidas
por cada fabricante.

3.1. Locales
A nivel de almacén no hay incompatibilidades en que se encuentren diversos
tipos de baterías en un mismo espacio, siguiendo unos criterios lógicos (como nuevas
o en desuso, el orden de llegada o su tipología), siempre y cuando los envases que
contienen las baterías estén en perfectas condiciones y no muestren daños que
provoquen derrames visibles. Además, hay que seguir una serie de
recomendaciones:

ΠContar con locales apropiados. Por ejemplo aquellos donde se almacenan


baterías de plomo-ácido deben ser resistentes a la acción del agua,
incombustibles, tener estructura sólida, techo ligero, piso sólido, liso, lavable e
impermeable, no poroso y contar con sistemas
de detección y extinción de incendios.
ΠDisponer de pasillos y espacios ade-
cuados para permitir la maniobrabilidad de la
maquinaria (como carretillas elevadoras) con
el fin de evitar accidentes: caída de bultos,
golpes contra estanterías, etc.
Œ Mostrar la información que indique la clase
de riesgos que existen utilizando letreros
claros. Además hay que tener disponibles las
hojas de datos de seguridad de las baterías.
Œ Tener un sistema de control de derrames que evite comprometer las áreas
adyacentes.

22
3.2. Baterías nuevas
Para almacenar baterías nuevas tenemos que tener en cuenta las siguientes
consideraciones:

Œ Colocar las baterías para su almacenamiento en posición vertical, en lugares


secos, ventilados y libres de polvo, lejos de fuentes de calor tales como
estufas, hornos o radiadores.
Œ Mantener limpia la parte superior de la batería; esto evitará
cortocircuitos.
Œ Asegurarse de que los terminales se encuentran libres de corrosión; en
caso de existir, se podrán limpiar con una solución de bicarbonato de sodio,
seguido por agua limpia y luego con un trapo seco.
Œ Guardar las baterías en los contenedores originales; cuando ello no sea
posible, utilizar contenedores aislantes resistentes a los ácidos y al calor. La
fuga del líquido de la batería en otro tipo de contenedores puede provocar el
escape de gases e incendios.
Œ Comprobar visualmente el buen estado de cada batería, verificando que
no existan daños, tales como perforaciones o rajas, en sus cajas, que produzcan
la fuga de electrolito. Si hay electrolito, se deberá limpiar con una solución de
bicarbonato de sodio.
Œ Almacenar las baterías de Li-Ion en
zonas de buena ventilación y lejos de
cualquier foco de calor y/o humedad,
que pudiera facilitar reacciones de
autocombustión espontánea.
Œ Apilar los envases con baterías teniendo
en cuenta en todo momento el factor de
seguridad del apilamiento facilitado por los
fabricantes de los contenedores.
Œ En el apilamiento de las distintas baterías de una misma tipología dentro de un
mismo envase, poner especial cuidado en la protección de los bornes
para evitar cortocircuitos, bien con aislantes individuales o por medio de placas
de material aislante por capas.
Œ En caso de que las baterías tengan electrolito en estado líquido que pueda
derramarse, colocar las baterías dentro de envases homologados a tal
fin. Además, deberán estar colocados sobre cubetos de retención de líquidos o
bien que el almacén disponga de suelos impermeables con pendiente de
recogida de líquidos y su correspondiente medio de almacenamiento.

23
3.3. Baterías en desuso
La mayoría de las baterías que se desechan son de plomo; las baterías de los
coches híbridos y eléctricos (sobre todo de Níquel Metal Hidruro, NiMH, y de Litio
Ion, Li-Ion) se gestionan de forma muy específica como veremos en el punto sobre
manejo de baterías en los vehículos híbridos y eléctricos.

La primera consideración que hay que tener en cuenta es que la mezcla de residuos
incompatibles tiene asociados los riesgos de fuego, explosiones, reacciones violentas
y generación de gases inflamables o tóxicos, entre otros. Por ello, nunca deberán
de colocarse baterías de distintas cualidades dentro de un mismo envase
(plomo con NiCd o Li-ión, etc.) para evitar reacciones químicas que puedan generar
reacciones exotérmicas, explosivas, corrosivas, etc. A continuación se muestran
algunas recomendaciones generales de almacenaje y otras específicas para las de
plomo que son las más comunes:

ΠGenerales:
‰ Todo el material se deberá almacenar a cubierto y sobre suelo
impermeable.
‰ Tendrá que disponerse de un conveniente dispositivo contra
incendios con medios de extinción adecuados para los distintos tipos de
baterías que puedan almacenarse.

24
‰ Las baterías que presenten fugas se deberán almacenar
individualmente en contenedores plásticos resistentes. Por ejemplo, las
de plomo con ácido deben meterse en baldes de plástico con tapa).
‰ Las baterías se colocarán debidamente apiladas en palets. Para
evitar movimientos y mejorar la estabilidad se retractilarán.

Œ Baterías de plomo:
‰ Toda instalación, establecimiento o
actividad que genere estas baterías usadas
deberá contar con un lugar apropiado para
su almacenamiento, acondicionado de
manera segura para minimizar los riesgos
de derrames accidentales. Además, debido
a su contenido de ácido sulfúrico, estas se
deben almacenar para evitar el contacto con agua y soluciones
acuosas en general, soluciones alcalinas, oxidantes y reductores fuertes.
‰ Son residuos peligrosos porque contienen electrolito ácido y compuestos
de plomo. Su manejo por lo tanto debe realizarse cumpliendo la
normativa de residuos peligrosos.
‰ Antes de embalar las baterías usadas se deberá verificar que
todos los tapones de ventilación estén cerrados para evitar
posteriores derrames. Cuando sea posible, los tapones que faltan
deberán ser reemplazados.
‰ Las baterías usadas con electrolito líquido que no presenten fugas deberán
ser apiladas en posición vertical sobre palets de madera hasta, por lo
general, no más de 3 unidades de altura, para evitar que la pila se haga
inestable y que el peso rompa las baterías inferiores. También hay que
colocar las baterías del mismo tamaño en la misma capa para asegurar la
estabilidad del palet.
‰ Se debe evitar el contacto del electrolito con materiales
combustibles porque hay riesgo de fuego. Si el electrolito entra en
contacto con metales se puede liberar gas hidrógeno, que es inflamable y
explosivo.
‰ El ácido sulfúrico es un oxidante y como tal debe evitarse el contacto
con materiales tales como anticongelantes, aguarrás y aceites usados.
‰ Se deberá colocar una hoja de cartón grueso entre cada capa de
baterías para reducir su movimiento, absorber el electrolito que
pudiera verterse y evitar que los bornes de unas baterías perforen la
carcasa de las baterías apiladas encima.

25
4. Manejo de baterías en servicio
A la hora de realizar un manejo adecuado de los diferentes tipos de baterías tenemos
que diferenciar los tipos de vehículos que existen y que montan distintos tipos de
batería:

Œ Vehículos con Motor de Combustión Interna (MCI): un motor de


combustión interna es un tipo de máquina que obtiene energía mecánica
directamente de la energía química de un combustible como la gasolina, gasoil,
gas, etanol o biodiésel.
Œ Vehículos Híbridos Eléctricos (HEV,
Hybrid Electric Vehicle): combina un
motor de combustión y otro eléctrico que
sirve de ayuda. Disponen de unas baterías
extra que se auto-recargan con el motor
térmico y con la recuperación de la
energía cinética de los frenos a través del
alternador.
Œ Vehículos Eléctricos (EV, Electric
Vehicle): están propulsados total o
parcialmente por energía eléctrica
procedente de baterías que se recargan
en la red eléctrica. Estos vehículos se pueden clasificar en:
‰ Vehículo Híbrido Eléctrico Enchufable (PHEV, Plug-in Hybrid Electric
Vehicle): combina un Motor de
Combustión Interna (MCI) con
una batería y un motor eléctrico.
El motor de combustión interna
y/o el motor eléctrico propulsan el
vehículo en una configuración
paralela. Cohabitan dos fuentes
exteriores de energía, prove-
nientes de los combustibles que
permiten mover el motor térmico
y, de la electricidad suministrada
por la red que permite recargar la
batería. Lleva unas baterías más
grandes y potentes que le per-

26
miten recorrer los primeros kilómetros utilizando solo energía eléctrica
almacenada (por lo general entre 20 a 40 km).
‰ Vehículo Eléctrico de Batería (BEV,
Battery Electric Vehicle): está
propulsado únicamente por un motor
eléctrico. La fuente de energía
proviene de la electricidad almacenada
en la batería que se debe cargar a
través de la red. Se alimenta solo con
sus baterías y no emite ningún gas o
sustancia contaminante. Se recarga en
enchufes convencionales o en los de
carga rápida.
‰ Vehículo Eléctrico de Autonomía
Extendida (EREV, Extended Range
Electric vehicles): tiene las mismas
características que los vehículos
eléctricos de batería pero lleva
además un MCI (otra fuente
secundaria) que funciona como un
generador interno que recarga las
baterías permitiendo aumentar la
autonomía del vehículo.
Œ Vehículo impulsado por hidrógeno: utiliza hidrógeno diatómico como fuente
primaria de energía para propulsarse. Estos vehículos utilizan generalmente el
hidrógeno en uno de estos dos métodos:
‰ Combustión: el hidrógeno se quema en un motor de explosión, de la
misma forma que la gasolina.
‰ Conversión de pila de combustible: el hidrógeno se oxida y los
electrones que este pierde son la corriente eléctrica que circulará a través
de pilas de combustible que mueven motores eléctricos.

A continuación, vamos a ver como se deben manipular las baterías en los vehículos
con motores de combustión interna y posteriormente las de los vehículos eléctricos.

27
4.1. Vehículos tradicionales
En las baterías que utilizan estos vehículos aparecen diversos símbolos de seguridad.
Veamos lo que significan:

Hay que ceñirse a las indicaciones proporcionadas por el fabricante sobre


el manejo de la batería.

El ácido de la batería tiene un intenso poder corrosivo y causa irritación


severa y quemaduras sobre la piel.

Al manipular con baterías está prohibido hacer fuego, chispas, llama


abierta y fumar.

Para trabajos dedicados a la batería se debe utilizar una protección ocular.

Mantener a los niños alejados del ácido y de las baterías.

Existe peligro de explosión al cargar las baterías, ya que se producen


gases detonantes con un alto poder explosivo.

Las baterías inutilizadas no se deben eliminar a través de las basuras


domésticas.

Las baterías usadas se las debe eliminar entregándolas en un depósito


específico y solo en consideración de las disposiciones legales vigentes.

28
Con el tiempo, las baterías pierden su
capacidad de acumulación de carga, ya
que en cada descarga se produce una
pérdida de material activo. La vida de
una batería varía considerablemente
en función de diversos factores tales
como la calidad de las mismas, el modo de
empleo, la profundidad de las descargas o
su mantenimiento.

Por ello, la sustitución de baterías


constituye una actividad muy frecuente en
los talleres mecánicos, que comporta los
siguientes riesgos:

Œ Desprendimiento de hidrógeno y oxígeno débilmente cuando la batería se


encuentra en reposo, y en cantidad considerable cuando se encuentra en carga,
pudiendo generar atmósferas explosivas.
Œ Posibilidad de quemaduras si se produce el arco eléctrico, cuando una pieza
metálica o herramienta pone en contacto ambos bornes.
Œ Salpicaduras de ácido sulfúrico
sobre la piel o los ojos.

Otro factor de riesgo lo comporta el elevado


peso de estas baterías (las baterías de un
coche pueden sobrepasar los 20kg y las de
camiones y autobuses los 50 kg) lo que
puede provocar lesiones músculo-esqueléticas
si se realiza una manipulación incorrecta.

Por todo ello, contrariamente a lo que pueda


parecer, la manipulación o la sustitución de la
batería es conveniente que sea realizada
por un mecánico especializado. De esta forma se evitarán accidentes y averías
eléctricas producidos por una incorrecta manipulación.

Por otro lado, en los modelos de vehículos modernos, por lo general, se precisa de
la utilización de máquinas de diagnosis electrónica para su correcta
instalación y funcionamiento.

Por último, es necesario comprobar la batería una vez instalada y verificar el


correcto funcionamiento del alternador, lo que debe hacerse por personal
cualificado y con el instrumental adecuado.

29
4.1.1. Recomendaciones generales
Cuando se manipulan las baterías hay que tener en cuenta una serie de
recomendaciones de carácter general:

ΠAsegurarse de que los objetos de metal no contactan con los


terminales por lo que es necesario:
‰ Trabajar con herramientas totalmente aislantes, evitando depositar
encima de la batería elementos metálicos que
pueden originar cortocircuitos. Mantener las
herramientas de metal alejadas de las
baterías para evitar cortocircuitos.
‰ Evitar llevar puestos joyas o adornos de
metal como anillos, pulseras o colgantes.
Œ Inspeccionar la batería para comprobar que no
hay cables defectuosos, conectores corroídos,
roturas, abolladuras o abultamientos.
ΠIdentificar claramente los terminales positivo y negativo cuando se
quitan los cables de la batería para asegurarse de que se vuelven a conectar
correctamente. Desconectarlos comenzando por el polo negativo (-).
ΠUtilizar siempre llaves del
tamaño adecuado para
desapretar las tuercas de fijación
de cables y no realizar una
fuerza excesiva al apretar las
conexiones a los terminales de la
batería.
Œ Eliminar la corrosión de los
terminales de la batería y de
las abrazaderas, si fuera
necesario cepillarlos cuidado-
samente.
Œ Lavarse las manos con agua y jabón inmediatamente después de
trabajar con baterías.

Cuando sea necesario arrancar un vehículo que tiene la batería descargada,


utilizando para ello la batería de otro, hay que tener en cuenta las consideraciones
que se muestran en el recuadro de la siguiente página para realizar esta operación
en las condiciones de máxima seguridad.

30
Conexión de baterías entre vehículos
Antes de establecer el puente eléctrico, asegúrese también que ambas baterías son del
mismo voltaje o tensión, así como que también las dos tienen la misma capacidad de carga
en amperios hora (A-h). No obstante, la batería del coche que tiene la batería cargada puede
tener más capacidad en amperios que la que se encuentra descargada o baja de carga, pero
nunca a la inversa.

Es recomendable interconectar primero los


bornes positivos y después los negativos,
aunque la última conexión con la pinza
del cable negro (negativo) no se debe
establecer directamente en el borne
negativo de la batería descargada sino a
un punto metálico del chasis o bastidor
del coche que tiene la batería descargada. De
esta forma se evita que si al conectar la pinza
al borne salta una chispa, se pueda producir una explosión de existir alguna fuga de gas
hidrógeno de su interior.

Por norma general, el borne negativo de las


baterías de los vehículos se encuentra
conectado a algún punto del chasis o
bastidor, por lo que se crea así una conexión a
“tierra” común para todos los equipos y
dispositivos instalados en el coche. De esa
forma, los fabricantes consiguen ahorrar una
buena cantidad de cables en toda la instalación
eléctrica de los coches. Por esa razón, al
conectar la última pinza del cable negro al
chasis o bastidor del coche que tiene la batería descargada, el circuito eléctrico se establece de
la misma forma que si la conectáramos directamente al polo negativo de esa batería. Es
importante asegurarse de que esto es así.

No obstante, en caso excepcional, si no se encuentra ningún punto apropiado en el


chasis para conectar la pinza, no quedará otra alternativa que hacerlo directamente al
borne negativo de la batería descargada, siempre que previamente nos
aseguremos que la batería no presenta ningún tipo de deterioro.

También existen otros dispositivos que permiten arrancar el motor cuando la batería está
muy descargada como baterías portátiles para arrancador o “booster”. Al usarlos es muy
importante seguir las recomendaciones indicadas por el fabricante para realizar la operación
con seguridad.

31
4.1.2. Manipulación manual de baterías
Al transportar la batería, hay que tener en cuenta que es un objeto delicado que
requiere cierto cuidado en el transporte procurando que no sufra golpes y
evitando tumbar la batería para evitar su daño o incluso una pérdida de ácido de
graves consecuencias. Además, conviene hacer hincapié en que las baterías son
productos altamente contaminantes sometidos a reciclaje obligatorio y controlado
legalmente.

En la mayoría de las ocasiones es necesario quitar la batería del vehículo de forma


manual, esta operación puede producir lesiones como contusiones, cortes, heridas,
fracturas y lesiones músculo-esqueléticas en zonas sensibles como son los hombros,
brazos, manos y espalda, aparte de la fatiga física que puede ocasionar. Además, las
baterías de ácido-plomo pueden ser muy pesadas, como hemos dicho anteriormente,
por lo que es muy importante seguir una serie de recomendaciones:

Œ Informarse del peso de la batería y


tener en cuenta las recomenda-
ciones que se muestran en la
imagen. Cuando el peso de la batería y
la posición de manipulación sobrepase
los límites establecidos, se debe contar
con la ayuda de otros compañeros de
trabajo o de medios mecánicos como
grúas.
ΠUtilizar siempre que sea posible
medios auxiliares para el traslado e
izado de las baterías.

ΠCuando el peso lo permita se puede realizar las operaciones de forma manual


teniendo en cuenta los siguientes consejos:
‰ Planear el agarre, el alzado, la manipulación y el traslado: tipo de
ropa y equipo de protección individual adecuado (como guantes, delantal

32
impermeable, calzado o faja lumbar), uso de elementos de agarre, lugar
de colocación, etc.
‰ Preparar el recorrido y el lugar de colocación: limpiar el recorrido de
todo tipo de obstáculos y elementos peligrosos (manchas de aceite,
humedades, etc.).
‰ Organizar el lugar para que la manipulación se pueda hacer tan próxima
a la carga como sea posible. Si la
batería está colocada en una zona
de difícil acceso, pedir ayuda y
colocarla sobre algo que esté
situado a la altura de la cintura.
‰ En caso de que haya que
levantarla del suelo, posicio-
narse cerca de ella con las
piernas separadas y próximas a
la carga, en dirección hacia donde
se va a llevar, con un pie ligera-
mente adelantado para mejorar la
estabilidad. Flexionar las piernas,
echar la cadera hacia atrás, agarrar
la batería con ambas manos,
utilizando tanto los dedos como
parte de la palma, poner en tensión
los músculos del abdomen y utilizar los músculos de las piernas para
alzarla manteniendo la espalda lo más recta posible. Además se deben
mantener los brazos estirados para que la carga suba en suspensión.
‰ En caso de que haya que alzarla
hasta un lugar a la altura de los
hombros, utilizar un punto
intermedio de apoyo para
cambiar el agarre.
‰ Mientras se traslada, evitar girar el
cuerpo, en caso de tener que
hacerlo utilizar tan solo los pies, hay
que moverse de forma segura manteniendo estable y fija la carga
y no hay que ir mirándola, sino centrarse en el recorrido para evitar
tropiezos.
‰ A la hora de dejar la carga, intentar que sea en un lugar situado a la
altura de la cadera y tener cuidado de no pillarse los dedos.

33
4.1.3. Operaciones de carga de baterías
En la actualidad, la mayoría de las baterías son sin mantenimiento, esto es, no
necesitan añadir principalmente
agua destilada. Lo que sí es preciso
en cualquier caso es realizar
periódicamente una inspección
visual, para asegurarse de que la
carcasa no tiene roturas y que no
hay fugas.

Para revisar la carga, estas baterías


generalmente disponen de un
dispositivo que muestra el estado de
la misma. El sistema en concreto es
una ventana circular transparente, se la conoce como “ojo mágico”. Por lo
general, su color es verde cuando todo está correcto, negro si necesita ser cargada y
blanco o amarillo cuando ha llegado al final de su vida útil y necesita ser
reemplazada.

Las baterías de ácido diluido se han utilizado en los vehículos de


combustión interna durante décadas. El ácido sulfúrico que contienen es
peligroso y ha sido el origen de innumerables accidentes. Las no selladas generan
hidrógeno durante la carga pudiendo llegar a explotar si no se hace en buenas
condiciones. Requieren un mantenimiento regular debido a la necesidad de ir
añadiendo agua destilada al interior.

Cuando se trabaja con baterías hay que asegurarse de conocer de qué tipo son.
A continuación, se ofrece una serie de recomendaciones generales:

Œ Conocer de antemano dónde se encuentran las duchas y los lavaojos.


Además, hay que familiarizarse con el tratamiento adecuado de primeros
auxilios por si hubiera que hacer frente a las salpicaduras de ácido.
ΠContar con extintores y conocer como se usan de forma correcta.
Œ Realizar las operaciones en zonas bien ventiladas ya que las baterías de
plomo pueden producir mezclas explosivas de gases de hidrógeno (en
concentraciones superiores al 4% este gas es explosivo) y oxígeno cuando se
están cargando. Si la ventilación es mala, el hidrógeno se escapa creando una
atmósfera explosiva. También, se debe contar con alumbrado antideflagrante.
Œ Asegurarse de que no hay fuentes de ignición ni de calor que puedan
provocar chispas o llamas ya que el gas se puede prender provocando una
explosión y causar un grave accidente.

34
Œ Haber recibido formación sobre este tema y seguir las instrucciones del
fabricante de las baterías.
Œ Comprobar el tipo de batería que es. Si es con mantenimiento antes de
recargar una batería:
‰ Usar el equipo de protección individual adecuado (EPIs): gafas a
prueba de salpicaduras o pantalla para manejo de productos químicos, un
delantal, guantes antiácido y botas.
‰ Comprobar el nivel del electrolito; si el electrolito está cubriendo la
parte superior de las placas, no hay que agregar más agua, en caso
contrario añadir agua destilada hasta el nivel indicado. También hay que
comprobar el nivel del mismo después de la carga.
‰ Guardar el ácido en lugares frescos y sin contacto con la luz solar.
‰ Cuando se manipule ácido sulfúrico, para evitar salpicaduras peligrosas,
deberá echarse el ácido sobre el agua y nunca al revés.
‰ Antes de desechar restos de ácido sobrante se debe diluir con agua y
neutralizarse químicamente, pudiendo utilizarse una lechada de cal.
‰ Neutralizar cualquier solución de ácido sulfúrico derramado o
salpicado con bicarbonato de sodio y aclarar la zona afectada con agua
limpia. No permitir que el ácido se vierta en el alcantarillado.
‰ Utilizar recipientes y embudos no metálicos.
Œ Si la batería ha estado en un clima
frío, asegurarse de que no está
congelada, ya que podría explotar
durante la carga. Una batería
completamente cargada es muy
difícil que se congele ya que para
ello debe haber unos -70 ºC; sin
embargo, la temperatura de
congelación de una batería
descargada empieza en torno a los
-5 ºC.
ΠComprobar que los orificios de
ventilación de la batería están
limpios para evitar que el gas de
hidrógeno de la batería se acumule
y explote.
Œ Asegurarse de que el cargador es el apropiado para la batería y que está
desenchufado, antes de conectarlo a la batería.

35
4.2. Coches eléctricos e híbridos
Cada vez es más común encontrarse
con vehículos híbridos y eléctricos en
circulación. La carga rápida, el
intercambio de baterías y el
mantenimiento de estos
vehículos entrañan riesgos
importantes (como la electrocución
por alta tensión o el de incendio o
explosión en operaciones de carga
rápida). Además, las baterías
defectuosas han de ser gestionadas
para su envío al gestor final con el fin de reciclarlas o revalorizarlas por lo que los
mecánicos deben desconectarlas del vehículo siguiendo el protocolo de seguridad de
la marca y empaquetarlas adecuadamente para su envío.

Debido a que es una tecnología en pleno desarrollo, no hay unos protocolos


generales de actuación y los fabricantes de vehículos híbridos y eléctricos
tienen implementado en sus talleres oficiales procedimientos de
manipulación de los pack de baterías ya que la seguridad es uno de los
aspectos de mayor preocupación.

Sin embargo, cada vez hay más talleres independientes, que no están especializados
en estos vehículos, que ofrecen servicios, con lo que las posibilidades de que se
produzcan accidentes aumentan.

Por ello, es totalmente imprescindible que los profesionales que manipulen


estos vehículos estén muy bien formados, conozcan todos los protocolos
de seguridad y estén familiarizados con los diversos modelos.

4.2.1. Manipulación de baterías


Aunque, como hemos dicho cada marca tiene su propio protocolo que hay que seguir
rigurosamente el procedimiento de manipulación de las baterías, en líneas generales,
es el siguiente:

Œ Solamente personal cualificado y específicamente formado podrá


manipular el vehículo.
Œ Uso de EPIs: guantes, calzado de seguridad aislante y gafas de protección.
Asegurarse de que el personal conoce su uso y de que el material de seguridad
está en perfecto estado. Nunca utilizar el material si está húmedo.

36
Œ Identificar el modelo del vehículo, por lo general todos los fabricantes
acompañan la denominación del modelo con un anagrama identificativo. Este
anagrama puede quedar oculto a simple vista por lo que para asegurarnos de
que el vehículo es eléctrico o híbrido, es necesario localizar en el capó algún
cable naranja que indica que es cableado de alta tensión, clasificación
normalizada por el convenio del automóvil en base a la clasificación del Real
Decreto 614/2001.
Œ Cortar la alta tensión con el fin de
anular cualquier posible transferencia
de energía por el sistema eléctrico.
Para ello hay que retirar la llave de
contacto y esperar al menos 10 minutos
antes de tocar cualquier conector o
terminal de alta tensión.
ΠRetirar el conector servicio: estos
vehículos cuentan con un conector de servicio, como medida de seguridad
adicional, situado donde se aloja el pack, con el fin de anular el intercambio de
energía de la batería de alta tensión hacia el resto del vehículo.
Œ Señalizar el vehículo para impedir manipulaciones indebidas por
personal no cualificado del taller. El vehículo debe colocarse en una zona
delimitada y señalizada con los correspondientes avisos y advertencias de
seguridad para evitar la manipulación de personas ajenas.
Œ Inspeccionar el pack de baterías con
el fin de asegurarnos de que no hay
signos de daño físico o peligro de
derrame. Esto incluye golpes,
abolladuras, deformación, ausencia o
pérdida de protecciones, daños en los
cables o las conexiones de alto voltaje
incluidos los cables expuestos, o cables
con signos de provocar posible arco
eléctrico o incendio.
Œ Durante las operaciones de inspección y desmontaje del pack de
baterías, este nunca debe ser manipulado de ninguna otra forma a la
citada y a la estrictamente necesaria para su desconexión del
vehículo. Tampoco se debe desmontar ni exponer a ninguna acción que pueda
producir un arco eléctrico, una explosión o un derrame del electrolito.
Œ También hay que tener en cuenta las siguientes precauciones de seguridad
en caso de que se produzca alguno de los siguientes riesgos:

37
‰ Incendio: para el uso de los
equipos de extinción se
recomienda utilizar EPIs
completos con guantes de
latex o nitrilo bajo los guantes
de trabajo. También hay que
llevar equipos de respiración
autónomos (ERA), ya que las
baterías de alta tensión
contienen electrolitos (como
puede ser el Hexafluorofosfato
de litio, LiPF6) que expuestas a
las altas temperaturas liberan
compuestos como ácido
fluorhídrico, hidróxidos de
sodio o potasio, que son
altamente perjudiciales para la
salud. Además, si el incendio se localiza en la zona de las baterías de alta
tensión, será necesario sofocarlo con extintores tipo D (Fuegos metálicos).
‰ Derrames de la batería: el contacto con el electrolito de las baterías de
alto voltaje irrita la piel y los ojos. Cuando existe un derrame de un
electrólito, es necesario retener la fuga con un paño absorbente,
utilizando guantes aislantes de látex para proteger las manos y casco con
visera y/o gafas de seguridad para proteger los ojos y la piel. En caso de
que existiese contacto con la piel, es necesario quitarse la ropa
contaminada y lavar durante 20 minutos el área afectada con agua y
jabón. Si el contacto ha sido con los ojos, habrá que lavarlos durante 15
minutos con agua; debemos solicitar urgentemente atención médica
Œ Identificación del pack de baterías: tras comprobar el estado de la batería,
el taller debe solicitar su transporte a la empresa responsable del mismo en la
que se incluirá el código de fabricación y/o número de serie.
Œ Preparación de la batería para su expedición: se debe preparar la batería
para su envío identificándola correctamente y utilizando un embalaje original si
está disponible. En caso contrario, paletizar el pack colocándolo sobre un palet,
embalarlo con plástico y flejarlo con fleje resistente para asegurar su fijación. En
el caso de que la batería estuviese dañada, debe ser transportada en un envase
especial según normativa.

A continuación vamos a ver algunas consideraciones particulares de las baterías de


litio.

38
4.2.2. Baterías de litio
Este tipo de baterías tiene unas propiedades positivas (como son la ligereza
de sus componentes, su elevada capacidad energética y resistencia a la descarga,
bajo efecto memoria o su capacidad para funcionar con un elevado número de ciclos
de regeneración) que permiten fabricar baterías con un alto rendimiento, un
pequeño tamaño y variadas formas.

Sin embargo, también tiene propiedades negativas como son su rápida


degradación y sensibilidad a las elevadas temperaturas, que pueden provocar su
destrucción por inflamación o incluso explosión. Ello hace que en su configuración
como producto de consumo, haya que incluir dispositivos adicionales de seguridad,
que genera un coste superior y limita la extensión de su uso a otras aplicaciones.

Estas baterías pueden sufrir diversos fallos como:

ΠFuga del electrolito, por ejem-


plo:
‰ Fluoruro de hidrógeno (HF) o
el fluoruro de cobalto (CoF2).
‰ Fluidos inflamables y cáus-
ticos en pequeñas canti-
dades.
ΠFuncionamiento anormal: re-
acción química exotérmica, fuga o
ignición de gas, proyección de
materiales, etc.

A continuación mostramos los gases tóxicos que pueden generar estas baterías:

Gases tóxicos en el humo de las baterías de litio


Compuesto Efecto en la salud
Dolores de cabeza, nauseas, debilidad, cansancio, mareos,
Monóxido de carbono
confusión, alucinaciones, cianosis, muerte
Irritación de ojos, nariz y garganta; edema pulmonar;
Fluoruro de hidrógeno
quemaduras en ojos y piel; rinitis; bronquitis; afección ósea
En grandes concentraciones: corrosión de ojos, piel y vías
Trifluoruro de fósforo respiratorias; muy tóxico por inhalación, posible edema
pulmonar grave con posterioridad
Pentafluoruro de fósforo Irritación extrema de la piel, los ojos y las mucosas; muy
y oxifluor de fósforo tóxico, edema pulmonar

39
Este tipo de baterías se utilizan en los coches eléctricos e híbridos lo que
hace que pasen por numerosos centros de trabajo como los propios centros de
fabricación (tanto en las instalaciones destinadas a probar las baterías como en las
que se dedican a la fabricación y testeo de prototipos o a la fabricación en masa), los
centros de distribución y los servicios de venta y postventa de estos vehículos.

Ello hace que haya que tener un gran número de consideraciones en lo que
respecta a los temas de seguridad como
son:

Œ Riesgo eléctrico: ya que son baterías


complejas que suelen ser de alto voltaje
(300 voltios o más), que requieren
manipulación y que algunas pueden
estar dañadas con lo que aumenta su
peligrosidad.
Œ Riesgo a la exposición de sustan-
cias peligrosas como cuando existe
una fuga del electrolito y hay que
limpiarlo.
Œ Riesgo a la inhalación de gases
tóxicos que se pueden dar en diversas
circunstancias como cuando las
condiciones de almacenamiento no son
las correctas.

40
Œ Riesgo de incendio o explosión durante las tareas de manipulación o
almacenamiento.
Œ Riesgo en el traslado manual o mecánico ya que son baterías voluminosas,
pesadas y muy delicadas.

Todos estos riesgos se incrementan cuando hay que manipular baterías


que están dañadas y que requieren un almacenamiento y tratamiento muy
específico. También debemos valorar que en ocasiones hay que reparar estas
baterías para su posterior reutilización, con lo que los problemas de seguridad
aumentan.

En resumen, la tecnología de estas baterías es muy compleja y hasta el


momento no se conocen todos los problemas potenciales que puedan
ocasionar. Además, la experiencia en la manipulación y gestión de baterías en
formato tan grande es en la actualidad limitada y los estándares y protocolos de
seguridad no están todavía totalmente desarrollados. Por todo ello, no solo es
necesario contar con unas instalaciones y unos equipos totalmente adaptados para la
manipulación y almacenamiento de este tipo de tecnología sino llevar a cabo una
formación continua del personal que trabaja con ella para que esté al día de todas
las medidas de seguridad que se desarrollan.

41
5. Tratamiento de residuos
Las baterías de plomo-ácido gastadas (EWC 16 06 01) están sujetas a la normativa
de la UE sobre baterías (2006/66/CE) y a la correspondiente legislación nacional
sobre la composición y la gestión del final de ciclo de vida de las baterías. En España
el reciclaje de baterías de automoción se encuentra recogido en el Real Decreto
106/2008, de 1 de febrero, sobre pilas y acumuladores y la gestión ambiental de sus
residuos y el Real Decreto 943/2010, de 23 de julio, que modifica el anterior.

El gran incremento en el reciclado de todo tipo de baterías implica un aumento en


la gama de materiales a los que pueden estar expuestos los trabajadores,
tanto peligrosos como no peligrosos. Además, el aumento del volumen de residuos
dificulta la identificación de su procedencia y composición. No obstante, gracias a las
mejoras en el etiquetado, el seguimiento y el control de materiales, este proceso de
identificación se está facilitando.

El reciclaje de las baterías de


ácido y plomo ha sido el
pionero en el mundo del
reciclaje de baterías. La industria
de automoción ha logrado crear
una infraestructura que permite el
reciclaje de casi la totalidad de las
baterías que utiliza.

En España se recicla cerca del


100% de las baterías de plomo
que se sacan al mercado. Este tipo de baterías se componen fundamentalmente
de plástico polipropileno (7%), de agua y ácido sulfúrico del electrolito (23%) y de
plomo en diferentes formas (63%).

Desde el cierre de las minas de Peñarroya en 1992 el 100% del plomo que se
produce en España es reciclado. El polipropileno es enviado a recicladores de
plástico y se puede aprovechar para fabricar sillas, perchas o nuevos acumuladores.
Al ácido sulfúrico se le añade sosa cáustica dando como resultado sal de plomo y
agua que se usa en el mismo proceso de reciclaje.

En una planta de reciclaje de baterías lo primero que se requiere es que sean


separadas según su composición. Este primer proceso se puede realizar en parte
antes de que las baterías lleguen a la planta de reciclaje, lo que ahorra importantes
costes.

42
Dependiendo de la composición de las baterías, los procesos de reciclaje
son diferentes. Existen métodos bien establecidos para el reciclaje de las que
contienen plomo, níquel-cadmio, níquel y mercurio. Sin embargo, para el reciclaje de
otras, con tecnología más moderna, como las de níquel-hidruro o las de litio, los
procesos no se encuentran tan desarrollados. Entre los procesos más comunes para
el reciclaje de los diversos materiales se encuentran:

ΠEl plomo puede ser recu-


perado separando los di-
ferentes materiales que
componen la batería (plomo,
plásticos, ácido, etc.) antes del
procesamiento metalúrgico o
también se pueden procesar
todas las baterías en conjunto a
través de tratamiento térmico
donde los metales se recuperan
al final del proceso.
Œ Las baterías de NiCd se
procesan a través de una
técnica térmica similar, que
recupera el cadmio y hierro-níquel para la producción de acero.
Œ Las baterías que contienen mercurio (pilas de botón) se suelen procesar
utilizando un tratamiento térmico al vacío, en el que el mercurio se
vaporiza, después se condensa y finalmente se solidifica cuando las
temperaturas se reducen.
Œ En las baterías de NiMH se separan los materiales (plástico, hidrógeno
y níquel) en una cámara al vacío para evitar el escape de hidrógeno. El
resultado de este proceso es un producto con alto contenido de níquel que se
puede utilizar en la fabricación de acero inoxidable.
Œ Las baterías de Li-Ion se transforman en la actualidad a través de la
pirólisis (tratamiento térmico) o hidro-metalúrgico con la recuperación primaria
del contenido de metal.
Œ Las baterías de Zinc-carbono/aire y las alcalinas-manganeso pueden
reciclarse mediante diferentes métodos, en los que se incluyen fundición y
otros procesos térmicos metalúrgicos para recuperar el contenido de metal
(particularmente de zinc).

A continuación vamos a ver las recomendaciones preventivas más importantes que


hay que seguir dependiendo del tipo de batería que se esté reciclando.

43
5.1. Baterías de plomo
En la separación de las partes de la batería para su reciclado se generan
principalmente tres tipos de residuos: electrolito ácido, placas de plomo y
plásticos. Los dos primeros son peligrosos:

ΠElectrolito: es corrosivo, tiene alto contenido de plomo disuelto y en forma de


partículas y puede causar quemaduras en la piel y los ojos.
Œ Plomo y sus compuestos (dióxido de plomo y sulfato de plomo entre otros):
que, como ya hemos visto son altamente tóxicos para la salud humana,
ingresan al organismo por ingestión o inhalación y se transportan por la
corriente sanguínea acumulándose en todos los órganos, especialmente en los
huesos. La exposición prolongada puede afectar el sistema nervioso central,
cuyos efectos van desde sutiles cambios psicológicos y de comportamiento,
hasta graves efectos neurológicos, siendo los niños la población en mayor
riesgo.

En la siguiente imagen podemos ver el proceso que se realiza para su reciclado.

El grado de exposición a los diferentes riesgos laborales depende en gran medida del
tipo de maquinaria y del grado de modernización y de automatización de la fábrica.

44
5.1.1. Trituración
Esta operación está muy mecanizada y el principal riesgo se da en verter las baterías
usadas en las máquinas trituradoras. Para trasladar las pesadas baterías y colocarlas
en las máquinas que realizan la trituración y la separación de los diferentes
componentes se utilizan por lo general carretillas elevadoras. Un tipo de maquinaria
que se usa también en otras operaciones a lo largo de todo el proceso de reciclado.

A. Carretilla elevadora
La carretilla elevadora es un aparato autónomo apto para llevar cargas en voladizo.
Pueden ser eléctricas o con motor de combustión interna. Su utilización conlleva
diferentes riesgos:

Œ Para el conductor como vuelcos laterales o frontales, lesiones por la caída de


la carga, atrapamiento de manos o ropa, choque contra objetos fijos, o lesiones
por posturas inadecuadas.
Œ Para otros trabajadores como atropellos, aplastamiento por caída de la carga
o contra objetos fijos.
Œ Durante las operaciones de repostaje de combustible o recarga eléctrica
de la batería como incendios o explosiones.

Estos accidentes se producen principalmente por tres causas: mal estado de


la maquinaria (sistema de frenado, de
señalización, neumáticos, etc.), con-
diciones inadecuadas del lugar de
trabajo (desorden, mala iluminación,
pasillos estrechos, etc.) o no respetar
las normas de utilización o la
señalización, también por parte de los
peatones.

Normas de uso:

ΠNunca utilizarla sin haber


recibido una formación
adecuada (R.D. 1215/1997 por
el cual se establece las dis-
posiciones mínimas de seguridad
y salud para la utilización por los
trabajadores de los equipos
de trabajo) o en caso de

45
encontrarse mermado para su conducción debido a la toma de
medicamentos, alcohol o drogas.
Œ Realizar una comprobación antes de su puesta en marcha: brazos de las
horquillas, fugas, niveles de los líquidos en los motores de combustión
(anticongelante y aceite) o de la carga de la batería en la eléctrica, estado de
los frenos, embrague y claxon. En caso de anomalía, hay que prohibir su uso y
avisar al encargado.
ΠSubirse y bajarse utilizando los asideros o estribos, no hay que utilizar
otros elementos para ello como el volante o alguna palanca, ni tampoco pegar
un salto al bajar de la misma. También hay que recordar que antes de bajarse
hay que poner la carga en el suelo y detener completamente la máquina.
ΠDurante el levantamiento de la carga y la descarga, no sobrepasar la
carga máxima, ni aumentar el contrapeso para aumentar la carga; introducir la
horquilla a fondo; asegurarse tanto de que el palet o el contenedor utilizado
está en perfectas condiciones, como de que las cargas están perfectamente
equilibradas y amarradas; no levantar la carga con una sola horquilla. Al dejar la
carga, cerciorarse de que no hay nadie debajo ni ningún tipo de obstáculo.
Œ Durante la conducción:
utilizar el cinturón de
seguridad; sentarse correc-
tamente; no sacar el cuerpo
ni las extremidades fuera de
la cabina; mirar siempre en la
dirección de la marcha;
respetar todas las indi-
caciones (velocidad, altura,
longitud, etc.); evitar manio-
bras bruscas; avisar con el
claxon en los puntos
peligrosos (hay que tener
cuidado con sobreutilizarlo ya
que pierde su utilidad);
abordar las pendientes con
velocidad suficiente y los
descensos a muy poca
velocidad (el descenso con
carga debe realizarse marcha atrás y el montante inclinado hacia atrás, nunca
se debe atravesar de lado); no circular con la carga en alto, ya que provoca
inestabilidad, (la horquilla debe estar a 15 cm del suelo) ni con la horquilla

46
bajada en vacío; no pasar jamás por una pasarela o plancha sin tener la total
certeza de que es la adecuada y está en óptimas condiciones; tampoco pasar
sobre mangueras, cables o tubos flexibles que no estén protegidos.
Œ La utilización simultánea de dos carretillas para mover cargas pesadas o
muy voluminosas es una operación peligrosa que necesita precauciones muy
especiales. Solo debe efectuarse excepcionalmente y en presencia del técnico
responsable de la manutención.
ΠEn caso de vuelco, no hay que saltar; hay que tratar de inclinar el cuerpo
hacia el lado contrario del vuelco. Siempre hay que llevar puesto el cinturón de
seguridad.
ΠEn caso de llevar una carga que nos impida la visibilidad, realizar el
recorrido marcha atrás para tener una visibilidad óptima. Si no es posible, como
en las rampas, pedir la ayuda de alguien que sepa cómo señalizar las maniobras
y dónde situarse para evitar el peligro.
ΠCuando se vaya a dejar de utilizar, aparcarla en el lugar designado, fuera
de las zonas de paso, con las horquillas bajadas a nivel del suelo, echar el freno
de mano, parar el motor y volver a poner las llaves en su sitio.
ΠNo realizar las tareas de mantenimiento si no se tienen los
conocimientos; la persona que lo haga debe utilizar guantes, botas de
seguridad, ropa ajustada sin holguras y quitarse anillos, pulseras y collares para
evitar el contacto eléctrico con las baterías; detener el motor y esperar a que se
enfríe, seguir siempre las instrucciones del fabricante.

B. Drenaje del electrolito


Es importante que antes de
entrar en el proceso de
reciclado se haya eliminado
el electrolito ácido para
evitar que complique el proceso
de fusión-reducción del plomo.
En el proceso de trituración, las
máquinas modernas suelen
realizar esta operación.

En caso de que, por cualquier


motivo, haya un derrame del
electrolito hay que contener
el derrame (se puede utilizar
arena seca, tierra o Vermiculita)

47
y neutralizarlo con bicarbonato de sodio o cal. El ácido neutralizado debe ser
considerado como residuo peligroso.

En caso de que haya un contacto con el electrolito o con el compuesto de plomo, hay
que proceder de la siguiente forma dependiendo del tipo de contacto:

Œ Inhalación:
‰ Electrolito: hay que dirigirse a un lugar al aire fresco y pedir ayuda. Si la
respiración es difícil, se debe suministrar oxígeno al afectado y pedir
asistencia médica.
‰ Compuesto de plomo: alejarse de la fuente de exposición, lavarse la
nariz y los labios y hacer gárgaras.

Se debe buscar asistencia médica incluso si la persona parece estar


perfectamente bien.

Œ Ingestión:
‰ Electrolito: hay que beber abundante agua y no hay que inducir al
vómito. Se debe buscar asistencia médica inmediata.
‰ Compuesto de plomo: buscar asistencia médica inmediata.

No hay que provocar el vómito en la


persona, a menos que así lo indique
el centro de toxicología o un
profesional de la salud. Si la persona
vomita, hay que despejar sus vías
respiratorias para lo cual se debe
envolver un pedazo de tela limpio
alrededor de los dedos antes de
limpiar la boca y la garganta.

ΠContacto con la piel:


‰ Electrolito: hay que lavarse la
zona afectada con abundante
agua durante 15 minutos y
quitarse la ropa contaminada,
incluidos los zapatos.
‰ Compuestos de plomo:
lavarse con agua y jabón.
ΠContacto con los ojos del electrolito y del compuesto de plomo: hay que
lavarse con abundante agua durante 15 minutos y buscar atención médica.

48
C. Separación de partes
Las máquinas trituradoras
poseen un sistema mecánico-
hidráulico, el cual separa por
gravedad los diferentes compo-
nentes de la chatarra de
baterías. Entre los componen-
tes que son separados se
pueden mencionar el plomo,
los lodos de óxidos, o el
plástico polipropileno. Durante
este proceso hay que tener
especial cuidado con la
exposición al plomo y seguir
las recomendaciones que ya
hemos mencionado con ante-
rioridad.

El tamaño de estas instalaciones requiere que en ocasiones haya que realizar


algunos trabajos en altura. Las zonas con riesgo de caída de altura deben contar
con barandillas instaladas según normativa: “las barandillas deberán ser resistentes,
de una altura mínima de 90 centímetros y, cuando sea necesario para impedir el
paso o deslizamiento de los trabajadores o para evitar la caída de objetos,
dispondrán, respectivamente, de una protección intermedia y de un rodapiés” (R.D.
1215/1997). Además, las superficies de las escaleras deben ser antideslizantes, de
un material resistente al uso, estar señalizadas, así como deben disponer de una
buena iluminación. También hay que seguir unas recomendaciones generales:

Œ Evitar subir o bajar más de un escalón a la


vez y hacerlo con tranquilidad.
ΠUtilizar, siempre que sea posible, los
pasamanos.
ΠLlevar calzado de seguridad con plantilla
antideslizante.
ΠMantenerlas limpias, sobre todo evitar derramar
productos resbaladizos, como líquidos o grasa.
Œ Ante cualquier anomalía (pasamanos suelto, iluminación inadecuada, etc.)
evitar su uso colocando la señalización adecuada y comunicarla al
responsable de mantenimiento para que se subsane lo antes posible.

49
5.1.2. Fundición del plomo
El proceso principal de producción de plomo consta de cuatro etapas: sinterización,
fusión, despumación y afinado pirometalúrgico. Durante estas etapas se producen
diversos residuos contaminantes que pueden provocar problemas de salud.

Materiales del proceso de partida y residuos contaminantes generados en la


fundición y afino del plomo
Emisiones a la Residuos del
Proceso Materiales de partida Otros residuos
atmósfera proceso
Mineral de plomo, hierro, Dióxido de azufre,
sílice, fundente calizo, materia
Sinterización
coque, sosa, ceniza, pirita, particulada
de plomo
zinc, cáusticos, polvo de conteniendo
cámara de sacos filtrantes cadmio y plomo
Dióxido de azufre, Aguas residuales Escoria conteniendo
materia del lavado de la impurezas tales como
Fundición de Sinterizado de plomo,
particulada planta, agua de zinc, hierro, sílice y cal,
plomo coque
conteniendo granulación de sólidos de balsas de
cadmio y plomo escoria superficie
Lingote de plomo, ceniza Escoria conteniendo
Despumación de sosa, azufre, polvo de impurezas tales como
de plomo cámara de sacos cobre, sólidos de
filtrantes, coque balsas de superficie
Afino del Lingote de despumación
plomo de plomo

Los principales riesgos para la salud son:

Œ Inhalación: polvos de mineral durante el procesado y fusión de este, humos


metálicos (de plomo, arsénico y antimonio) durante la fundición, dióxido de
azufre y monóxido de carbono durante la mayoría de las operaciones de
fundición.
Œ Estrés térmico: por el calor de los hornos.
Œ Exposición al ruido: procedente de las operaciones de machaqueo, trituración
uso de los hornos y de maquinaria ruidosa.

Las precauciones comprenden: ventilación por extracción local de los polvos


durante las operaciones de transferencia; ventilación local y de dilución del dióxido
de azufre y el monóxido de carbono; un programa de control de ruido y de
protección auditiva; ropa y pantallas protectoras, periodos de descanso y líquidos
para el estrés por calor. Normalmente se utiliza protección respiratoria contra el
polvo, humos y dióxido de azufre. Es esencial el control biológico del plomo.

50
A. Inhalación de sustancias peligrosas
Como venimos repitiendo en esta guía es
fundamental controlar la exposición a
las sustancias peligrosas, en especial al
plomo, para prevenir sus graves efectos
en la salud. Como ya es un tema que
hemos tratado con anterioridad no nos
extenderemos en él.

Las principales enfermedades profesio-


nales, recogidas en el R. D. 1299/2006,
a las que los trabajadores de este sector
se exponen por la exposición al plomo
están relacionadas con la “Extracción,
tratamiento, preparación y empleo del
plomo, sus minerales, sus aleaciones, sus
combinaciones y de todos los productos
que lo contengan, y especialmente”:

Œ Fabricación y reparación de acumuladores de plomo.


Œ Revestimiento de metales por pulverización de plomo o el llenado de vacíos
(como al realizarlo en las rejillas de plomo).
Œ Recuperación de plomo viejo y de metales plumbíferos.

B. Estrés térmico
El estrés térmico por calor genera
varios tipos de riesgos que pueden
originar diversos daños a la salud
al:

ΠAumentar la probabilidad de que


se produzcan accidentes de
trabajo.
ΠAgravar dolencias previas
(enfermedades cardiovasculares,
respiratorias, renales, cutáneas,
diabetes, etc.).
Œ Producir diversas patologías
como erupciones cutáneas, calambres, síncopes por calor, deshidratación,
agotamiento por calor o golpe de calor.

51
En el estrés térmico influyen tanto factores externos (como la temperatura o el
tiempo de exposición) como personales (edad, estado de salud, obesidad, mala
forma física, falta de descanso, etc.). La capacidad de aclimatación al calor del
organismo es uno de los factores personales más importantes ya que hace que el
cuerpo sea capaz de tolerar mejor los efectos del calor y favorece los mecanismos de
termorregulación fisiológica (aumenta la producción del sudor para regular la
temperatura del organismo).

Los trabajadores con enfermedades


cardiovasculares, respiratorias, de la piel, de las
glándulas sudoríparas, gastrointestinales,
diabetes, insuficiencia renal o epilepsia son más
vulnerables frente al estrés térmico por calor,
por lo que no deberían trabajar en condiciones
de calor extremo. También la toma de ciertos
medicamentos (como antihistamínicos,
antidepresivos o tranquilizantes) influye en el
estrés térmico.

Las medidas preventivas más importantes


para hacer frente a este riesgo son:

ΠInformar a los superiores sobre


cualquier situación personal: si no se está
aclimatado al calor; si se ha tenido alguna
vez problemas con el calor; enfermedades
crónicas que se padecen; toma de medicamentos, etc.
ΠAdaptar el ritmo de trabajo a su tolerancia al calor.
ΠDescansar en lugares frescos cuando se tiene mucho calor. En caso de
sentirse mal, cesar la actividad y descansar en lugar fresco hasta recuperarse;
continuar trabajando puede ser muy peligroso.
ΠBeber agua con frecuencia durante el trabajo, incluso aunque no se tenga
sed. También es preciso seguir bebiendo agua cuando se está fuera del trabajo.
Œ No tomar alcohol (cerveza, vino, etc.) ni drogas. Evitar bebidas con cafeína
(café, refrescos de cola..., ya que además de influir sobre la circulación
sanguínea, es un diurético y minimiza las pérdidas de agua) y también las
bebidas muy azucaradas.
ΠEvitar comer mucho y las comidas grasientas; es conveniente comer
frutas y verduras.
ΠIr bien descansados al trabajo y ducharse y refrescarse al finalizar el
mismo.

52
C. Ruido
En los centros de reciclaje de baterías existe un nivel de ruido muy elevado
debido al uso de maquinaria muy variada: trituradoras, carretillas elevadoras,
maquinaria pesada, hornos de fundición, etc. Todo ello expone a los trabajadores a
niveles de ruido que pueden llegar a dificultar la actividad y causar daños en la salud
(perdida de audición, dolores de cabeza, disminución de la atención, alteraciones del
sueño, etc.).

Es conveniente recordar que la legislación española obliga a adoptar medidas


preventivas si se superan los 80 dB(A) de nivel diario equivalente y 137 dB pico (RD
286/2006). Es necesario que las empresas instauren un programa de control de
ruido y de protección auditiva con revisiones médicas regulares. Otras medidas
preventivas que hay que llevar a cabo con las siguientes:

ΠReducir el ruido en su
origen por lo que hay que
informar a los responsables
de aquellos aparatos o
máquinas que producen más
ruido del debido, o de
ambientes excesivamente
ruidosos. De esta forma se
podrán introducir medidas
preventivas como un ade-
cuado mantenimiento de la
maquinaria, insonorización
de espacios o instalación de
elementos que protejan del
ruido (pantallas acústicas en
zonas específicas, puertas y ventanas de cierre hermético...).
ΠEvitar los ruidos innecesarios por lo que no hay que tener encendida la
maquinaria ni las herramientas por más tiempo del estrictamente necesario.
Œ En caso de que no se pueda evitar la exposición al ruido por debajo de los
niveles admitidos, reducir el tiempo de exposición mediante la
reorganización del trabajo con la rotación de puestos o concesión de más
descansos en ambientes tranquilos.
Œ En último caso, utilizar equipos de protección auditiva (orejeras o
tapones), pero esta medida debe ser solamente con carácter complementario y
temporal, no como una medida de tipo permanente.

53
5.2. Baterías alternativas
Las baterías son un elemento
clave en el desarrollo tecno-
lógico del vehículo híbrido y
eléctrico por lo que las marcas
abordan de una forma
individual la gestión de las
baterías una vez llegan a su fin
de vida en el vehículo. Cada
uno de los fabricantes de
vehículos, incluyendo sus
concesionarios oficiales, se
responsabiliza de todo el
proceso de gestión desde la
recogida en origen hasta su
envío al gestor. Además, exis-
ten acuerdos con empresas específicas de reciclaje; en estos acuerdos se incluyen
apartados que impiden ceder las baterías a empresas ajenas a su circuito de gestión
para intentar controlar los desarrollos tecnológicos alcanzados.

Los fabricantes de automoción facilitan a sus concesionarios oficiales toda la


documentación y formación para llevar a cabo los procedimientos de
manipulación y desensamblaje específicos para extraer sin riesgo alguno las baterías
del vehículo y gestionar su envío a la empresa reciclaje.

Por otro lado, cuando una batería se empieza a agotar se reduce en gran medida su
utilidad para un coche eléctrico por lo que hay que reemplazarla. Sin embargo, a la
batería le queda todavía entre un 50-70% de su capacidad de carga y se
están estudiando formas en las que estas baterías podrían reutilizarse para otras
aplicaciones.

Esta capacidad de carga residual tan importante, y teniendo en cuenta que son
baterías de alta tensión, cercanas a los 400 voltios, presenta problemas en su
manipulación y puede causar graves lesiones e incluso la muerte por electrocución,
si se hace de forma incorrecta.

Por ello, una vez que llega el pack a la planta de reciclaje y antes de cualquier
operación de tratamiento dirigida a recuperar el contenido de las celdas, es
imprescindible realizar un procedimiento de acondicionamiento como son
la descarga de la batería y el posterior desensamblaje para la desconta-

54
minación de aquellos elementos diferentes a las celdas, como por ejemplo la carcasa
(plástica o metálica) o los cables eléctricos.

Hay que recordar que la manipulación de estas baterías debe ser realizada
obligatoriamente por personal cualificado y específicamente formado.
También hay que seguir los siguientes pasos:

ΠEmplear EPIs: guantes y


zapatos aislantes, gafas de
seguridad y ropa adecuada. Es
necesario asegurarse de que el
material de seguridad esté en
perfecto estado. Nunca utilizar
el material si está húmedo.
Œ Revisar la ficha técnica del
pack de baterías e identificar
las propiedades generales
como son marca, compuestos,
características físicas y quími-
cas, etc.
ΠInspeccionarlas visualmen-
te para comprobar la ausencia
de daños físicos o derrames del
electrolito.
Œ Comprobar los parámetros eléctricos como el estado del cableado de alta
tensión, conexiones, tensión total del pack (voltios) y tensión individual de cada
celda (voltios).
Œ Descargar el pack de baterías de la electricidad residual (que puede
encontrarse entre el 50 y el 70% y a una tensión cercana a los 400 voltios) de
la batería, algo imprescindible antes de cualquier proceso de reciclado.
Dependiendo del procedimiento utilizado (como sumergiendo las baterías en
agua saturada con sal o en un baño de nitrógeno líquido, uso de resistencias
óhmicas conectadas a motores o utilización de un ciclador; también puede
utilizarse una combinación de métodos de descarga) habrá que tomar unas
medidas preventivas u otras.
Œ Desacoplar el pack para optimizar el proceso piro metalúrgico o hidro-
metalúrgico posterior. Es una operación manual donde se separan las celdas
de la carcasa principal, de la tornillería y del cableado eléctrico.

El destino de las fracciones metálicas es el reciclado y el de las fracciones plásticas,


la valorización energética. Las celdas electroquímicas se gestionan para su reciclado

55
y para el aprovechamiento de los metales de valor que contienen (como cobalto,
níquel o cobre).

Los procesos de reciclado de baterías se dividen en dos tipos:

Œ Procesos piro-metalúrgicos: donde los metales se recuperan mediante


hornos a alta temperatura.
Œ Procesos hidro-metalúrgicos: donde los metales se recuperan por métodos
químicos acuosos.

La principal diferencia de estos procesos es el objetivo final de los mismos:


mientras el piro-metalúrgico tiene como objetivo recuperar metales
valiosos (como el cobalto y el níquel), el del hidro-metalúrgico es recuperar el
litio.

Teniendo en cuenta que en la actualidad se venden más vehículos híbridos que


eléctricos, existe una mayor necesidad de reciclar baterías de NiMH por lo
que el proceso piro-metalúrgico tiene ventaja ya que está preparado para
reciclar tanto baterías de Litio-ión como de NiMH de forma conjunta.

Sin embargo, las tendencias apuntan a un aumento en la adquisición de


coches eléctricos con lo que habrá un mayor consumo de las baterías de Li-Ion y
seguramente se llevarán a cabo más procesos hidro-metalúrgicos.

Veamos estos dos procesos y los riesgos que conllevan.

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5.2.1. Proceso piro-metalúrgico
Una vez la batería está descargada, se lleva a cabo un proceso piro-metalúrgico que
se divide en las siguientes fases como se puede ver en el gráfico:

A. Fundición
Las baterías con su carcasa de plástico se introducen en un horno para
evaporar el electrolito y fundir todos los metales. El grafito del electrodo se
utiliza como agente para reducir todos los óxidos de metales a su forma metálica. En
esta fase es fundamental controlar todo el proceso para mantener la seguridad y
evitar riesgos de fugas de compuestos orgánicos volátiles al aire.

Para que todo el proceso se realice de forma segura y sin riesgos es


imprescindible llevar un control muy estricto de la temperatura ya que las
baterías están selladas y contienen un electrolito. Si el tiempo no es suficiente para
permitir la salida del gas que se forma, aumentará demasiado la presión interna con
lo que el riesgo de explosión es muy alto.

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Además es esencial la instalación de equipos para el tratamiento de gases
ya que estas baterías contienen también plásticos, polímeros y otras sustancias con
halógenos que expuestos conjuntamente a altas temperaturas dan lugar a dioxinas
(compuestos químicos que se producen a partir de procesos de combustión que
implican al cloro que tienen elevada toxicidad y pueden provocar problemas de
salud) y furanos (líquido claro, incoloro, altamente inflamable y muy volátil, con un
punto de ebullición cercano al de la temperatura ambiente que es tóxico y puede ser
carcinógeno).

B. Refinado
Mediante distintos procesos la aleación, que contiene metales como cobalto, níquel,
cobre y hierro, producida en la fase anterior es tratada en ácido sulfúrico. Tras
muchas disoluciones y tras ajustar el pH de la disolución, se puede conseguir la
separación de los metales principales y se obtiene una disolución de sulfato de níquel
(NiSO4) y otra de cloruro de cobalto (CoCl2).

La disolución de NiSO4 es repurificada mediante la extracción del disolvente y se


produce la formación de cristales de NiSO4. Estos cristales se pueden transformar en
componentes esféricos de hidróxido de níquel (Ni(OH)2) para su aplicación potencial
en baterías secundarias.

La disolución de CoCl2 es también repurificada en una nueva extracción de


disolvente para producir una disolución pura de CoCl2 que es enviada a la siguiente
fase.

C. Oxidación
El CoCl2 es oxidado en un horno dedicado exclusivamente a este propósito.
El control estricto de los parámetros del proceso permite la obtención de un óxido de
cobalto de gran calidad, requerido para la obtención de un compuesto que también
contiene Litio. El producto final (litio óxido de cobalto, LiCoO2) es utilizado en la
fabricación de nuevas baterías de Li-Ion o Li-polímero como material para el cátodo.

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5.2.2. Proceso hidro-metalúrgico
En este proceso se recupera el litio de las baterías fuera de uso. La recuperación
de litio es bastante complicada debido a la inestabilidad y toxicidad de este
metal y a la reactividad, la capacidad de corrosión y la toxicidad de varios
subproductos (desencadenados por el litio) y de los compuestos intermedios que
pueden formarse durante el proceso de reciclado. Además, si durante el proceso el
litio es contaminado por otras sustancias, no se obtiene un litio lo suficientemente
puro.

En primer lugar, para reducir la reactividad de sus componentes y para hacer el


proceso más seguro hay que descargar las baterías de su carga residual. Para
ello, en ocasiones, también se somete a las baterías a un enfriamiento criogénico
(generalmente por medio de un baño de nitrógeno líquido) para reducir aun más la
reactividad de sus componentes. Con este proceso se logra que el desmontaje y la
trituración de las baterías se realicen de forma segura y no se corran riesgos (como
explosiones).

A continuación, se procede al tratamiento con agua, aquí la reacción del litio y sus
compuestos con el agua provoca la formación de sales que resultan en un
subproducto para los fabricantes de baterías. Durante este proceso es muy
importante mantener un pH alto para evitar la formación de sulfuro de
hidrógeno (H2S) que es altamente tóxico. Esto se suele conseguir añadiendo
hidróxido de sodio (NaOH) a la solución de forma muy controlada para evitar la
contaminación en las lamas de litio.

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En los tanques de reacción se forma
una gran variedad de sales de litio,
dependiendo de la tecnología química
de la batería, (como LiCl, LiCO3 y LiSO3).
La concentración de estas sales
aumenta a medida que la disolución se
satura y las sales precipitan. Las sales
precipitadas se bombean hacia un
tanque de sedimentación desde donde
se extraen y se procesan en una
filtroprensa. De aquí se obtiene una
disolución concentrada en sal con un
contenido en humedad en torno al 28 por ciento.

Con el objetivo de eliminar los sulfuros y purificar las sales, el concentrado se


coloca en un electrolito celular híbrido disuelto con ácido sulfúrico con lo
que se separan los iones Li+ de los diversos aniones, incluido el trióxido de azufre
(SO3). A continuación, a través de un sistema de membranas se obtiene hidróxido de
litio (LiOH) el cual se deshidrata y se le añade dióxido de carbono (CO2), de este
proceso se obtiene hidróxido de litio (LiOH) y carbonato de litio (LiCO3). Estos
compuestos se secan en un secador térmico y se empaquetan para la
comercialización. La eficiencia del proceso de recuperación de iones de litio es de
aproximadamente el 97%.

Durante este proceso hay que tomar las principales medidas preventivas:

ΠRecordar que mientras que los materiales que componen los electrodos de las
baterías de NiMH son relativamente estables en condiciones estándar de
trabajo, en las baterías de Li-ión se encuentra una mayor dificultad en
el proceso de reciclaje a causa de la gran reactividad de los materiales
que la componen, pudiendo comprometer la seguridad del proceso.
Œ Extremar las precauciones en el manejo de las baterías que todavía no
se encuentren descargadas ya que pueden tener una carga residual alta.
Hay que seguir en todo momento las instrucciones de los fabricantes.
Œ Utilizar los EPIs adecuados a cada operación conociendo como se usan
correctamente, manteniéndoles en buen estado e informando de cualquier
anomalía para que se sustituyan. Por ejemplo, durante el tratamiento con agua
se puede formar sulfuro de hidrógeno que es altamente tóxico por lo que hay
que utilizar equipos de protección respiratoria; cuando se este manipulando
ácido sulfúrico seguir las instrucciones que hemos mencionado en el apartado
anterior.

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