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VÍA DE LA PLATA

La Vía de la Plata es una de las infraestructuras romanas más singular de la península.


Se realizó para unir las importantes ciudades de Emérita Augusta (Mérida) con Astúrica
Augusta (Astorga). Vía de paso e intercambio de culturas y costumbres sería utilizada por los
primeros peregrinos del sur en su camino a Santiago.

Afortunadamente se ha conservado gran parte del trazado hasta nuestro días

La Ruta de la Plata o Vía de la Plata comienza en Sevilla, Andalucía, y atraviesa la Península


Ibérica horizontalmente para llegar a Santiago de Compostela. Es un recorrido de
aproximadamente 960 kilómetros repartidos en 38 etapas. También puedes hacer la Vía de la
Plata pasando por Portugal, pero nosotros nos limitaremos al camino que atraviesa el
territorio español.

A día de hoy se desconoce la procedencia del nombre de la Ruta de la Plata, pero según lo ha
expresado José Manuel Roldán Hervás en su libro Iter Ab Emerita Asturicam, El Camino de la
Plata, se considera que podría derivarse de la palabra árabe “balata” que significa enlosar y
que partiendo de este extraño vocablo árabe nació la aproximación castellana que más se
parecía a este sonido, que era “plata”. Todavía hoy en Siria se conoce por este nombre a los
caminos enlosados con piedras grandes e irregulares.

Es un recorrido de aproximadamente 960


kilómetros repartidos en 38 etapas.
La Vía de la Plata, el principal eje de comunicación del
occidente español, se convirtió en la ruta jacobea del sur
y actualmente es el itinerario elegido cada año por más
de 4.000 peregrinos en España para llegar a Santiago de
Compostela. Es una ruta con gran una gran riqueza en
cultura, turismo, arquitectura, y tal y como lo relatan los
peregrinos, es una experiencia muy enriquecedora
espiritual y socialmente.

Debido a la escasez de tiempo, algunos peregrinos


deciden comenzar la ruta en Mérida, Extremadura, y
conformarse con los 490 kilómetros que separan Mérida
de Astorga, pero la inmensa mayoría parte desde Sevilla.
Hay dos vías por las cuales se puede llegar a Santiago.
Algunos siguen el itinerario de la Vía romana hasta
Granja de Moreruela, Zamora, donde cogen el desvío del
Camino Sanabrés que tras 13 jornadas más les lleva
hasta Santiago; otros continúan por la Ruta de la Plata
hasta Astorga para enlazar con el Camino Francés.
¿Debo estar en forma?

El miedo a no estar lo suficientemente en forma no debe


ser un obstáculo que te impida decidirte a hacer el
Camino o que disminuya tu entusiasmo y ganas de
emprender esta aventura. Pero es importante que al
planificar el camino conozcas tu capacidad física para
adaptar las etapas que vayas a recorrer y poder medir el
esfuerzo que vas a ser capaz de hacer. Dosificar el
esfuerzo y seguir tu propio ritmo resulta primordial,
sobre todo al recorrer distancias largas o caminar
durante muchos días, como ocurre en una ruta tan larga
como la Vía de la Plata.

Es recomendable prepararse entrenando previamente


antes de hacer el Camino. Puedes empezar caminando
todos los días e incrementando gradualmente la
distancia diaria unas semanas o incluso meses antes de
empezar. Hay peregrinos que deciden entrenar con la
mochila cargada y el calzado que van a llevar en el
Camino, lo que ha resultado ser muy efectivo. También
está muy indicado hacer ejercicios de estiramiento y
calentamiento durante el Camino, sobre todo al inicio de
cada jornada.
Has de ser flexible al marcar tus objetivos, que no deben
ser inamovibles o te obliguen a realizar esfuerzos por
encima de tus posibilidades, ya que además de
frustración esto puede provocar lesiones. Los objetivos
diarios han de ser realistas y aunque supondrán un
esfuerzo físico considerable y constante, no has de
forzar tu cuerpo. Es importante que la manera de
caminar sea cómoda y encuentres un ritmo que puedas
seguir durante un tiempo prolongado y mediante el cual
puedas disfrutar de la compañía, mantener una
conversación o simplemente admirar el paisaje.

Etapas
La Vía de la Plata está señalizada con flechas amarillas,
que encontrarás a lo largo de todo el recorrido. Las
antiguas losas romanas han sido sustituidas por unas
flechas de un amarillo chillón muy fáciles de ver y
reconocer, gracias a las cuales resulta difícil perderse.

Las etapas que describiremos a continuación están


pensadas para ser realizadas en una sola jornada,
aunque en las etapas más largas indicamos dónde se
pueden acortar para poder descansar antes si fuera
necesario. Además, mencionaremos los tramos de difícil
acceso, las dificultades así como los monumentos y
edificios más destacados cuya visita embellecerá esta
travesía exponencialmente.
Al llegar a Sevilla deberás conseguir y sellar la Credencial
que te acredita como peregrino. Guárdala
cuidadosamente porque te acompañará a lo largo de
todo el Camino. Tendrás que sellar la Credencial al
cumplir cada etapa y también tendrás que enseñarla al
acceder a los albergues y pensiones.

Sevilla es una de las ciudades con más concentración de


monumentos y lugares emblemáticos de España que
valen mucho la pena ver. No es de extrañar que sea líder
en turismo. Recomendamos visitar la Catedral de Santa
María, declarada monumento histórico y Patrimonio de
la Humanidad por la UNESCO, la Giralda, los Reales
Alcázares y la Torre del Oro. Para obtener más
información podemos ir a la oficina de información y
turismo, donde nos indicarán qué ver más
detalladamente.

» Etapa 1: Sevilla – Guillena. 22,8 km.


Comenzamos la aventura de hacer el Camino de
Santiago por la Vía de la Plata a las puertas de la
Catedral de Sevilla, concretamente junto a la puerta de
la Asunción. Salimos de Sevilla tras atravesar el popular
barrio de Triana. Esta etapa es completamente llana y
no presenta grandes dificultades. El único inconveniente
es la exposición al abrasante sol, que puede resultar ser
uno de los mayores obstáculos si se realiza el Camino en
verano o primavera. Los peregrinos tendrán a su
disposición albergues, hostales y pensiones en Sevilla,
Santiponce y Guillena. Tras atravesar Santiponce, en el
kilómetro 11 se encuentran las ruinas de la ciudad
romana Itálica fundada en año 206 a. C., que se
convertiría en la capital de la Hispania Ulterior, donde
nació el emperador romano Trajano.

» Etapa 2: Guillena – Castilblanco de los Arroyos. 18,2


km.
Esta etapa nos introduce los paisajes típicos del Norte de
Sevilla, atravesando primero los olivares y pasando
después por el bosque mediterráneo en el que
predominan las encinas y jaras. La segunda etapa es
corta pero hay que tener en cuenta que no hay servicios
intermedios, por lo que deberemos ir bien
aprovisionados de agua y comida.

» Etapa 3: Castilblanco de los Arroyos – Almadén de la


Plata. 28,8 km.
Tiene una dificultad media. Tampoco dispone de
servicios intermedios. Comienza siendo una etapa algo
pesada en el tramo inicial de carretera, lo cual nos
puede resultar algo monótono. A medida que vamos
avanzando atravesaremos la dehesa y en los últimos
kilómetros se presentarán algunos ascensos y
descensos. La jornada finaliza en Almadén de la Plata.
Encontramos el albergue al otro lado del pueblo.
» Etapa 4: Almadén de la Plata – Monesterio. 34,4 km.
Si esta etapa te resulta demasiado larga, puedes optar
por hacer como muchos otros peregrinos, que deciden
dividirla y pasar la noche en un albergue en Real de la
Jara. Concluimos la jornada en Monasterio, ya en
Badajoz, Extremadura.

» Etapa 5: Monesterio – Fuente de Cantos. 21,2 km.


Dejamos atrás la dehesa y avanzamos por largas pistas
de tierra para adentrarnos en una vasta llanura
cultivable. Es una etapa corta en la que predomina un
descenso suave con desniveles moderados. No presenta
servicios de restauración intermedios.

» Etapa 6: Fuente de Cantos – Zafra. 24,6 km.


Es una etapa llana y sin dificultades. Atraviesa dos
localidades dotadas de servicios, Calzadilla de los Barros
y Puebla de Sancho Pérez. Una vez llegados a Zafra, cabe
mencionar que merece la pena visitar el Alcázar de los
Duques de Feria, construido en el siglo XV.

» Etapa 7: Zafra – Villafranca de los Barros. 19,2 km.


Es una etapa corta, que se puede alargar hasta
Almendralejo convirtiéndola en una etapa de casi 40
kilómetros, aunque no lo recomendamos ya que el
albergue aún se encuentra cerrado en 2017. En el
kilómetro 4 está el albergue turístico de Los Santos de
Maimona, con todos los servicios.

En el kilómetro 4 está el albergue turístico de Los Santos


de Maimona, con todos los servicios.
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» Etapa 8: Villafranca de los Barros – Torremejía. 27,7
km.
A pesar de ser una etapa larga, tiene una dificultad
media debido a que es bastante llana. Hay que tener en
cuenta la intensa exposición al sol y tomar precauciones.
No disponemos de servicios intermedios.

» Etapa 9: Torremejía – Mérida. 16 km.


Etapa corta, llana y sin servicios intermedios. Tras pasar
el Puente romano del Guadiana, llegamos a la capital de
Extremadura, Mérida. La ciudad fue fundada por el
emperador Octavio Augusto en el año 25 a.C. con el
nombre de Emerita Augusta.

En Mérida recomendamos ver el Arco de Trajano, la


Alcazaba Árabe, el Circo y el Anfiteatro romanos y el
Teatro Romano, uno de los monumentos más
importantes de España declarado Patrimonio de la
Humanidad en 1993.

» Etapa 10: Mérida – Alcuéscar. 36,4 km.


Tras salir de Mérida, cruzaremos el arroyo Albarregas
por el puente romano, punto que marca el inicio de la
calzada romana comúnmente conocida como Vía de la
Plata. La principal dificultad de esta etapa reside en lo
larga que es. Por lo demás, no tiene desniveles notables
y transcurre en gran parte por caminos de tierra
atravesando bosques y matorral mediterráneo. Si
decidimos dividir esta etapa, podremos pernoctar en
Aljucén, en el kilómetro 17.

» Etapa 11: Alcuéscar – Cáceres. 38,2 km.


Al igual que en el tramo anterior, esta etapa es muy
larga con desniveles moderados. Es posible acortarla
pasando la noche en el albergue de Valdesalor. Dejamos
atrás Badajoz para entrar en Cáceres, donde
encontraremos todos los servicios.

» Etapa 12: Cáceres – Cañaveral. 33,2 km.

Dejamos Cáceres atrás para volver a comenzar una


etapa larga y sin muchos desniveles. Los caminos son de
tierra con tramos pedregosos. En el kilómetro 22 en la
ribera del río Tajo llegamos al Albergue del Embalse de
Alcántara, que aún está cerrado hasta nuevo aviso. Para
llegar a Cañaveral debemos tomar el desvío en el
kilómetro 30 y bajar por el puente medieval de San
Benito. Ascendemos por la N-630 y llegamos, tras seguir
las flechas amarillas que nos indican el camino, a
Cañaveral, donde encontraremos un albergue y demás
servicios de restauración.

» Etapa 13: Cañaveral – Galisteo. 28 km.


No presenta ninguna dificultad relevante. Es una etapa
larga pero amena con un terreno montañoso y quebrado
en comparación a otras etapas. En el kilómetro 8
llegamos a Grimaldo, equipado con todos los servicios.
En Galisteo cabe resaltar que podremos visitar una
Muralla Almohade del siglo XII o la Torre de la Picota en
forma de pirámide octogonal que formó parte del
alcázar árabe.

» Etapa 14: Galisteo – Cáparra. 29,5 km.


En el kilómetro 10 está Carcaboso, donde encontramos
todos los servicios. En el kilómetro 11 el camino se
divide en dos y tenemos que escoger si seguir las flechas
amarillas que nos llevan por la alternativa más rápida u
optar por el cubo de granito H1 con una marca amarilla
que nos llevará por una la calzada primitiva. Ambas
elecciones son válidas y volverán a encontrarse en el
kilómetro 16. En el kilómetro 23 está la Carretera de
Olivia de Plasencia, que tiene un albergue. Antes de
llegar a Cáparra nos topamos con el Arco Romano,
aislado y solitario con una insólita belleza histórica que
parece transportarnos a otra época. Es considerado un
icono de la Vía de la Plata en España.

» Etapa 15: Cáparra – Baños de Montemayor. 28,5 km.


Una etapa larga con un relieve uniforme. Cuidado con la
escasa señalización. En el kilómetro 12,5 se nos presenta
una dificultad de acceso ya que hay que atravesar una
finca cercada y hay que saltar la valla. En el kilómetro 19
nos topamos con Aldeanueva del Camino dotada con
todos los servicios. El albergue de Baños de
Montemayor vuelve a estar abierto. No encontrarás
cajeros automáticos en las próximas localidades hasta
Salamanca.

» Etapa 16: Baños de Montemayor – Fuenterroble de


Salvatierra. 32,9 km.
Encontraremos bastantes tramos de subida durante esta
etapa. Hay servicios cada pocos kilómetros en las
localidades con las que nos cruzaremos a lo largo de esta
larga etapa. En el kilómetro 13 llegamos a Calzada de
Béjar, que marca el punto de transición entre
Extremadura y Castilla y León. En Fuenterroble de
Salvatierra nos encontramos con un lugar muy
emblemático en la Vía de la Plata, el albergue
parroquial, cuyo responsable el padre Blas lleva
acogiendo peregrinos desde hace más de 20 años hasta
la actualidad.

» Etapa 17: Fuenterroble de Salvatierra – San Pedro de


Rozados. 28,6 km.
Antes de empezar esta etapa hay que aprovisionarse de
agua, comida y los víveres que vayamos a necesitar, ya
que durante las horas que dure esta etapa no
encontraremos localidades ni servicios intermedios. En
el kilómetro 10 empieza la ascensión al Pico de la Dueña
a 1.169 metros de altitud. Tras descender nos
encontramos con un tramo largo, llano y algo monótono
antes de llegar a San Pedro de Rozados, donde
podremos reponernos y tendremos todos los servicios a
nuestra disposición.

» Etapa 18: San pedro de Rozados – Salamanca. 23 km.


Tras entrar en Morille en el kilómetro 4, atravesaremos
bosques y dehesas durante algunos kilómetros, y
después caminaremos por una zona menos verde y con
poca sombra hasta divisar la universitaria ciudad de
Salamanca. Cabe destacar que Salamanca tiene
importantes puntos de interés, entre los cuales
mencionaremos el Puente Romano en la ribera del Río
Tormes, destacado monumento histórico, la Universidad
de Salamanca, la más antigua de España, la Scala Coeli,
la Biblioteca Pública Casa de las Conchas, la Catedral
Vieja, la Catedral Nueva y la Plaza Mayor.
» Etapa 19: Salamanca – El Cubo del Vino. 36 km
El trayecto que separa las ciudades de Salamanca y
Zamora está dividido en dos largas etapas. La primera de
ellas es la más larga sin desniveles significativos. La
recorremos por caminos no asfaltados. En el kilómetro
15 nos topamos con Calzada de Valdunciel, la última
localidad que nos encontraremos hasta El Cubo del Vino,
20 kilómetros después.

» Etapa 20: El cubo del Vino – Zamora. 31,8 km


Es una etapa larga y llana de caminos de tierra rodeados
de viñedos y campos de cereales. Hay que tener cuidado
con la intensa exposición al sol. En el kilómetro 13 está
Villanueva del Campeán, que tiene un albergue, una
posada y un bar. Antes de divisar Zamora nos
encontramos con un tramo que bordea el río Duero.

En Zamora podremos visitar la Catedral de Zamora, la


Iglesia de Santa María Magdalena y el casco antiguo,
considerado un museo de arte románico al aire libre con
abundantes monumentos e iglesias de este estilo
arquitectónico.

» Etapa 21: Zamora – Montamarta. 18,6 km


Etapa sencilla, corta y llana, lo que nos permitirá salir un
poco más tarde y disfrutar de la ciudad de Zamora.
Transcurre por caminos de tierra con paisajes de campos
cerealistas. La única localidad intermedia es Roales del
Pan en el kilómetro 7. Encontramos el albergue de
peregrinos medio kilómetro antes de entrar a
Montamarta.

» Etapa 22: Montamarta – Granja de Moreruela. 22,9 km


Etapa tranquila y agradable sin desniveles que atraviesa
campos de cultivo por calzadas rurales. Pasa por dos
localidades intermedias con servicios.
Desafortunadamente, las obras de la nueva autovía A-66
han afectado el itinerario de esta ruta, causando cortes
en el trazado y estropeando el paisaje. Al llegar a Granja
de Moreruela nos encontramos con una bifurcación.
Podemos continuar la Vía de la Plata o bien siguiendo
por el norte hacia Astorga, enlazando después con el
Camino Francés en Asturias o bien yendo hacia el
noroeste por Sanabria y Ourense.

» Etapa 23: Granja de Moreruela – Benavente. 27,2 km.


Una etapa llana y plácida que sigue a la N-630
paralelamente por caminos y sendas de tierra. Hay 4
localidades intermedias con servicios. En Benavente nos
separamos de la N-630 que nos ha acompañado desde
Sevilla. Cabe recalcar que la iglesia de Santa María de
Azogue, es un monumento que no hay que perderse.

» Etapa 24: Benavente – Alija del Infantado. 21,9 km.


A la salida de Benavente no hay señalización, por lo que
deberemos dirigirnos por la carretera de la Estación tras
salir del albergue y girar dos veces a la izquierda para
volver a nuestra ruta. Es una jornada que discurre por
asfalto o carreteras locales. Nos despedimos de la
provincia de Zamora para adentrarnos en León. Hay dos
localidades intermedias con bares y farmacias pero
existe la posibilidad de que estén cerrados, por lo que
no vendría mal aprovisionarse antes de salir.

» Etapa 25: Alija del Infantado – La Bañeza. 22,1 km.


Etapa corta y llana que no presenta ninguna dificultad, y
que recorreremos por pistas de tierra. En La Bañeza
disponemos de un albergue para peregrinos.
» Etapa 26: La Bañeza – Astorga. 24,5 km.

Presenta desniveles moderados aunque es una jornada


apacible con localidades intermedias. Recomendamos
ver el Palacio Episcopal o la Catedral de Santa María en
Astorga.

Esta es la última etapa de la Ruta de la Plata antes de


enlazar con el Camino Francés que nos llevará, junto a
otros miles de peregrinos, hasta Compostela. Tras haber
recorrido más de 700 kilómetros, hemos dejado atrás
Andalucía, Extremadura y Castilla y León.
¿Qué llevar en la mochila?

La regla de oro que debemos tener en cuenta es: todo lo


que llevas, pesa.

En cuanto al peso de la mochila, se suele recomendar


llevar el 10% de nuestro peso corporal, pero este dato
ha resultado no ser real ya que el peso ideal que uno
puede llevar varía mucho de una persona a otra.
Nuestra recomendación es llevar el menor peso posible,
y que no supere los 8 kilos. Para evitar que la mochila
tenga un peso excesivo, es crucial procurar llevar
únicamente lo esencial.

Resulta curioso encontrar cajas llenas de prendas y


objetos personales que los peregrinos han dejado atrás
en los albergues tras darse cuenta de que era un peso
innecesario y totalmente prescindible.

Recomendamos usar prendas de tejidos sintéticos como


el poliéster ya que son cómodas, de fácil secado, evitan
las rozaduras y lo más importante, son ligeras. No está
indicado vestir prendas de algodón porque harán que
transpires mucho y se secarán con mayor dificultad que
otros tejidos. Lo ideal sería utilizar ropa técnica
deportiva. La ropa interior no debe tener costuras
delicadas o ser demasiado ajustada, para evitar la
aparición de llagas. Utilizar un buen sujetador sin aros ni
costuras con tirantes amplios.

En lo referente al calzado, hay que evitar las botas de


caña alta de montaña ya que lo más probable es que
hagan rozaduras en los tobillos y acaben siendo
demasiado pesadas e incómodas para caminar.

Son indicadas las botas de caña media o baja de suela


semirígida, las zapatillas de trekking o simplemente unas
zapatillas de deporte. Es imprescindible que las
zapatillas no estén nuevas o sin estrenar, porque
producirán ampollas, rozaduras e hinchazón y
ensanchamiento de los pies, lo cual resultará muy
molesto desde el principio. Para evitar esto, el calzado
que se vaya a utilizar debe de haberse acomodado al pie
al menos dos semanas previas a hacer el Camino.
Asimismo, hay que tener en cuenta que el calzado no
debe ser demasiado justo, puesto que debido al calor y
al ejercicio físico, el pie se ensanchará, y también porque
en las bajadas el pie va punteando, lo que aumenta el
riesgo de ampollas.
A continuación te proponemos una lista con lo que
necesitarás durante el camino:

Un par de zapatillas y un par de zapatos para descansar


al final del día. Pueden ser unas chanclas ya que no sólo
son cómodas sino que además te vendrán bien en las
duchas.
Dos o tres mudas de ropa
2 pantalones, uno corto si es en la época calurosa del
año.
3 juegos de ropa interior
1 sudadera
Gorra o sombrero para el sol
Cantimplora o botella de agua. Hay tramos en los que
las fuentes no son muy frecuentes.
Saco de dormir y esterilla que pese y ocupe poco. No es
necesario llevar un saco de alta montaña.
Una navaja y un spork (cuchara-tenedor) de plástico
Gafas de sol
Bastón de trekking. Te ayudará a caminar, a distribuir
mejor el peso y a impulsarte hacia adelante y hacia
arriba, lo que te supondrá una ventaja en las cuestas.
Cuesta abajo disminuirá el impacto en pies, piernas y
rodillas. Si vas a llevar un bastón de trekking, procura
que el mango sea de gomaespuma ya que con un mango
de plástico te saldrán ampollas.
Pinzas y mosquetones, o en su defecto, imperdibles. Al
acabar una jornada, cuando quieras lavar la ropa, en la
mayoría de casos no tendrá tiempo de secarse y deberás
empezar una nueva jornada llevando la ropa mojada en
la mochila. Por eso, muchos peregrinos la cuelgan de la
mochila para que se seque y poder guardarla después.
Detergente para lavar la ropa. Es opcional, ya que
podrás comprarlo en el camino.
Un pequeño botiquín con tapones para los oídos (para
evitar que los ronquidos te quiten horas de sueño en los
albergues), crema de sol y after sun, vaselina (aplicar
vaselina entre los dedos de los pies al iniciar cada
jornada prevendrá la aparición de rozaduras y ampollas,
aportará suavidad y ayudará a la moción al andar),
crema hidratante para pies y crema anti-ampollas,
betadine para curar pequeñas heridas y ampollas,
tiritas, repelente de insectos y alguna gasa.
Funda de almohada.
Toalla mediana o pequeña de microfibra de fácil secado.
Bañador, recomendado para los meses de calor.
2 0 3 pares de calcetines antiampollas, sin costuras y
transpirables.
Linterna, ya que si sales a caminar por la mañana
temprano durante algunas horas todavía estará oscuro y
es posible que haya niebla, así que es conveniente llevar
una pequeña linterna que no ocupe mucho espacio en la
mochila que te ayudará a ver mejor. En su defecto,
podemos utilizar la linterna del móvil.
Productos de higiene personal tamaño viaje (cepillo de
dientes, peine, desodorante, dentífrico, etc.)
Móvil y cargador.
La credencial de peregrino, DNI, tarjeta de la seguridad
social, tarjetas de crédito y documentos con la
información recopilada de la ruta a seguir, mapa, plan
del camino, puntos de interés, etc.

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