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CONCEPTO GENÉRICO
Desde el punto de vista jurídico, el concepto de actividad minera reviste mayor amplitud
que la corrientemente aceptada como explotación minera. Puede haber actividad minera antes
del conocimiento de la existencia de una mina, como también después de su agotamiento o
extinción, Esta reflexión de carácter interpretativo general, da la pauta orientadora de las diversas
gamas o enfoques que sobre el tema pueden existir, pues desde el punto de vista jurídico, por
actividad minera debe comprenderse todo lo relativo a la geología en relación con la existencia
de los minerales como componentes de este reino. Buscar minerales sin conocer su existencia,
comprende una de las facetas de lo que damos en llamar actividad minera; y, por consiguiente,
se encuentra comprendido dentro de esta específica rama del derecho público, el Derecho Minero.
(92)
DE PABLOS, Tomás; CÓDIGO DE MINERÍA DE LA REPÚBLICA DE ARGENTINA COMENTADO,
p. 248.
Como la industria minera tiene un contenido económico y el Derecho Minero es el ropaje
o la forma de ésta, antes o después de la explotación de los recursos minerales, habrán actividades
mineras. Así, el cateador con el solo hecho de observar las rocas que han sufrido variaciones
durante la formación de los minerales útiles por la presencia de aureolas (halos) de difusión,
afloramientos de los minerales útiles o por el estudio de tipos especiales de plantas que crecen en
los depósitos mineros, realiza actividad minera anterior a la explotación minera.<93)
(9i)
MAKS1MOV, A. y Otros; BREVE CURSO DE PROSPECCIÓN GEOLÓGICA, p. 187.
'
'
Son actividades de la industria minera, las siguientes: cateo, prospección,
exploración, explotación, labor general, beneficio, comercialización y transporte
minero.
A) ACTIVIDADES MINERAS
23. CATEO
o corte de prueba indagatoria que se hacen en las tierras o canteras para reconocer la
existencia y clase de minerales; al que antiguamente llamaron catas a los primeros
placeres de oro en el Brasil.
Es con el Decreto Ley Normativo de la Industria Minera N” 18225, que encontramos una
definición legal de cateo como acción de poner en evidencia indicios de mineralizaáón por medio
de labores mineras elementales.
El Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por Decreto Supremo
N° 014-92-EM, cuyo antecedente inmediato es el D. L. N° 18880, derogado, define el cateo,
agregando el término “conducente”, como: Acción conducente a poner en evidencia indicios de
mineralización por medio de labores mineras elementales.
Dentro de los “indicios naturales” se cuentan: Io Las zonas de rocas que han sufrido
variaciones durante la formación de los minerales útiles; 2o Aureolas (halos) de difusión; 3o
Afloramientos de los minerales útiles a la superficie; 4) Tipos especiales de vegetales que
(97)
MAKSIMOV, A. y otros; Op. cit., p. 187.
El cateo como actividad minera es una labor muy antigua vinculada a la radomancia o
predicción del futuro por medio de varas.
En minería el uso de la vara adivinadora en forma de “Y” de árboles y plantas como el
avellano o el sauce llorón, parece ser el antecedente más remoto en la búsqueda de depósito de
minerales, según se desprende de los gráficos de labores mineras en el medioevo y contenidos en
el libro De Re Mettalica, publicado en 1556 por Georgius AGRÍCOLA, padre de la metalurgia.
Con tal propósito, también se empleaban despabiladeras, tijeras, cuchillo y tenedor; un libro
abierto, el asa de un cubo, pinzas, alambre galvanizado, tenazas, pedazos de hierba, un bastón;
inclusive, aunque cause hilaridad, salchichas.
(98)
Respecto a esta forma de ubicar indicios de mineralización, Raúl Sánchez Díaz Llerena, poseía información
de los denuncios abandonados desde el año 1932 hasta el año 1991, así como de las concesiones caducas
por falta de pago del canon minero desde el año 1915 hasta el año 1992, publicadas de libre denunciabilidad.
Estas publicaciones indican la clase de sustancia específica y concreta del derecho minero revertido al
Estado peruano. Luego de solicitar y estudiar los expedientes de los derechos mineros del archivo del
Instituto Geológico Minero y Metalúrgico -INGEMMET, proporcionan valiosa información al inversor
nacional o extranjero. Son varios los casos en la praxis minera que ha posibilitado ubicar sustancias
minerales en área determinada.
(,9)
HOOVER, Iheodore J.; ECONOMÍA MINERA, pp. 380-383.
El sujeto que realizaba el cateo con la vara adivinadora, era llamado “zahori” y el
procedimiento consistía en:
Al hacer un estudio del terreno, el zahori sostiene uno de los extremos de la vara con
cada mano, manteniendo la parte más larga para arriba, y marcha a través del terreno. Cuando
se aproxima a una corriente de agua se ve que la rama se inclina hacia el suelo, a veces con tal
fuerza que la vara se rompe total o parcialmente.
Se asegura que el mismo fenómeno se repetirá siempre que se cruce el mismo punto,
incluso si el buscador Ueva los ojos vendados o si se emplea otro zahori experto; y que, si se
cava un pozo en el lugar indicado, se encontrará agua. El zahori se queja a menudo de
agotamiento y de vértigo y en algunos casos, las sensaciones internas que sufre al aproximarse
a un lugar determinado son tan notables, que desecha y se fía de sus sensaciones únicamente
para descubrir la supuesta localización de las fuentes subterráneas y las corrientes de agua.
Algunos pretenden también que son capaces de descubrir la situación de yacimientos minerales
de toda clase.(100'1
Actualmente, son escasos los testimonios de la existencia del zahori, debido a que el
hombre conoce cada día más la estratificación y las características geológicas de la tierra. Tal
conocimiento es más científico por la óptima formación de los Ingenieros Geólogos y de Minas,
estudiosos del potencial minero del Perú. Empero, existen personas que, si bien no tienen una
formación académica, tienen un conocimiento práctico adquirido en las páginas del libro de la
vida: la naturaleza. A estas personas se les llama en el Perú
En el Cateo hay tres elementos inseparables entre sí: uno subjetivo, el hombre; y otros
dos objetivos, la zona o superficie a catear y los trabajos o labores para lograr tal propósito.
Ninguno de estos elementos podría separarse uno del otro, aun cuando haya presencia de
afloramientos, halos u otros indicios.
<101)
La importancia de estos personajes ha sido descrito por Benjamín VICUÑA MACKENNA, EL LIBRO DEL
COBRE Y DEL CARBÓN DE PIEDRA EN CHILE, Imprenta Cervantes, Santiago de Chile, 1883, pp. 430
y 431, quien decía; “E) cateador antiguo y espontáneo y valiente, privado de todo estímulo, echado ahora
de cabeza al pozo de ordenanza, ha desaparecido de esta manera; y por semejante causa ya no se descubren
minas en Chile sino por sociedades anónimas, esto es por colectividades, que en el acto se resuelven en
pleito por el reparto, si el hallazgo resulta bueno; por los gastos, si se trueca en broza.
Y sin embargo de esto, según lo afirma nuestra experiencia casera y un divulgador ilustre (Simonin), es el
humilde labriego, guiado por su instinto o por la antorcha sorda de la casualidad, quien ha descubierto en
todas partes las más ricas minas del universo. No fueron Colón, ni Pizarro, ni Diego de Almagro, ni Hernán
Cortes los que en el Nuevo Mundo descubrieron a Potosí ni a Chanarcillo, a Guanajuato y Agua Amarga o
Cerro de Pasco. El que descubrió a Potosí era un indio cazador. El que descubrió a Pasco fue un pobre
pastor de llamas. El que descubrió a Chanarcillo era un arreador de borricos”.
las labores y trabajos que realiza, está regulado por la ley.
A esta regulación en el Derecho Minero se denomina sistemas, los mismos que responden
a criterios de libertad, autorización, restricción, libertad relativa o reglamentación; y, mixto, que
resulta de la yuxtaposición de las anteriores.
La clasificación que asumimos, con reparos, es la que resulta de integrar las realizadas
por Isaías PACHECO y Armando URIBE. La misma tiene como sustento instituciones jurídicas
administrativas como el permiso, licencia, autorización y concesión.
El Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, al establecer que
el cateo es libre sobre todo el territorio nacional, hace suyo el sistema de cateo libre. Como
excepción, hace suyo el sistema de cateo reglamentado o restringido,2 al señalar prohibiciones
para catear en áreas donde existen derechos mineros, áreas de no admisión de denuncios y
terrenos cercados o cultivados, sobre zonas urbanas o de expansión urbana, en zonas reservadas
para la defensa nacional, en zonas arqueológicas y sobre bienes de uso público.
Por ello, podemos decir que es propio del sistema de cateo libre la institución jurídica del
cateo propiamente dicho y del sistema de cateo restringido o reglamentado, la prospección y la
exploración; entendida estas, para los fines de su clasificación, como instituciones jurídicas
Por este sistema empieza la relación del dominio minero con el dominio común, civil o
superficial. Se puede catear por este sistema en terreno propio o en terreno ajeno; pero limitándose
en terrenos cercados o cultivados y en las demás previstas en la ley, que dicen relación con el
sistema de cateo restringido o reglamentado. Asimismo, se puede catear sobre terrenos baldíos o
eriazos regulados por el Decreto Ley N° 11061 de 15 de julio de 1949, que dispone que el Estado
entra en posesión de dichos terrenos.
En este sistema también hay una relación directa o indirecta entre los elementos que
componen el cateo: el área geográfica o territorio; los instrumentos necesarios; el cateador; y, el
acto administrativo. El acto administrativo ha de referirse al área geográfica donde existen
indicios de mineralización o puede darse el caso que, emanado el acto administrativo, con
posterioridad se encuentren los indicios o posibilidades de mineralización. Este acto otorga al
sujeto la facultad de realizar labores de cateo en áreas prohibidas o restringidas, denominándose
prospección; utilizándose para tal efecto, instrumentos elementales como el cincel, soplete y
martillo o combinándose estos con los métodos de prospección magnéticos, gravimétri- cos,
eléctricos, sísmicos, térmicos, radiactivos, aero-fotográficos y/o vía satélite, así con técnicas
avanzadas.(1M) Métodos de cateo técnico que la legislación peruana no ha previsto como sí lo
hacen los Códigos de Minería boliviano y brasilero. Empero, el empleo de instrumentos
elementales o técnicas depuradas, no varía el objeto de esta institución jurídica minera: ubicar
depósitos de mineralización.
Habíamos precisado que el Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de
Minería, establece que el cateo es libre en todo el territorio nacional (sistema de cateo libre); pero,
excepcionalmente, faculta a realizar esta actividad en la forma precisada, donde existan con-
cesiones mineras, áreas en las que se haya declarado la no admisión de denuncios, en las áreas
de reserva nacional, sobre bienes de uso público, terrenos cercados o cultivados, en zonas urbanas
o de expansión urbana, en zonas reservadas para la defensa nacional y en zonas arqueológicas.
Resulta importante explicar cada una de estas restricciones.
1) Concesiones Mineras
<103)
BALDEÓN RlOS, Juan Francisco; LA PROSPECCIÓN MINERA, Tesis de Bachiller en Derecho y Ciencia
Política, con recomendación de publicación, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de
Derecho y Ciencia Política, Lima, 1992, 357 pp.
Por el cúmulo de derechos reales que otorgan dichas concesiones mineras para el fin
económico que se haya concedido en el área determinada, hay restricciones a terceros, incluido
el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico -INGEMMET-, de realizar labores de cateo; aun
cuando su ejercicio sea con el objeto de buscar indicios de mineralización de sustancia distinta
a la otorgada (Artículos 8 y 9 del Reglamento de Procedimientos Mineros, aprobado por
Decreto Supremo N° 018-92-EM).
17, que trataba sobre el Cateo y Reconocimiento, no facultaba catear en área común sobre
sustancia diferente; más aun, no diferenciaba las sustancias concesibles.
A tenor del Artículo 25 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado
por Decreto Supremo N° 014- 92-EM, el Ministerio de Energía y Minas solo podrá autorizar
áreas de no admisión de denuncios, al Instituto Geológico Minero y Metalúrgico - INGEMMET,
por plazos máximos de cinco años calendario, con la exclusiva finalidad de que dicha institución
realice trabajos de prospección minera regional, respetando derechos adquiridos y áreas
colindantes a las zonas arqueológicas del país.
Empresa Minera del Peni directamente y/o a través de filiales o subsidiarias. Los particulares no
tienen tales atribuciones porque la misma ley solo faculta al INGEMMET.
La Declaración de No Admisión de Denuncios tiene tres elementos constitutivos e
inseparables entre sí: subjetivo, objetivo y temporal. Por el primero, el sujeto hábil para solicitar
las áreas de no admisión de denuncios es el INGEMMET. Segundo, la Declaración de No
Admisión de Denuncios recae sobre algo tangible o sensible como es el medio geográfico en
donde se realizarán únicamente labores de prospección, las mismas que también se refieren a
todas las sustancias que se encontrasen en él. Tercero, se refiere a que el área excluida de libre
denunciabilidad será por cinco (5) años calendario y sin posibilidad de solicitarse la ampliación
o prórroga del plazo en razón que actualmente la industria minera tiene el carácter de interés
nacional, limita al Estado a no declarar indefinidamente la no admisión de denuncios por los
particulares que cuentan muchas veces con mayores posibilidades económicas y financieras para
la exploración y explotación de los recursos minerales.
Por Ley N° 13769 las minas, aguas, tierras de montaña, petróleo e hidrocarburos que estaban
sujetos a la zona de influencia del sistema eléctrico del Mantaro, entre los meridianos 72 y 73 de
longitud oeste y los paralelos 10 y 15 de latitud sur, fueron declarados como no admisibles de
denuncios, quedando incluso suspendidos los expedientes administrativos en trámite. Con dicha
ley se creó la Corporación de Energía Eléctrica del Mantaro como persona jurídica de derecho
público interno.
0 regiones mineras.
Por Ley N° 16066 fue modificado el Artículo 75“ del Código de Minería de 1950,
señalándose que la suspensión de no admisión de denuncios sobre área determinada, tenía por
objeto prospectar dichas zonas por un plazo de dos (2) años para luego ser de libre
denunciabilidad.
Por Decreto Supremo N° 011-81-EM/VM, teniendo por sustento el Inc. a) del Artículo 29°
del Decreto Ley N° 18880 y su modificatoria contenida en el Artículo 29, Inc. a) del Decreto
Legislativo N° 35, se declaró la no admisión de denuncios mineros en todo el territorio nacional
hasta el 31 de julio de 1981, fecha en la que se promulgó la Ley General de Minería, mediante
Decreto Legislativo N° 109,
1 del Decreto Ley N° 18880, que con el mismo criterio usaba dicha disyunción.
Resulta importante resaltar que cuando la ley señala que el cateo y la prospección no podrán
efectuarse por terceros en áreas donde existen derechos mineros, áreas de no admisión de
denuncios y terrenos cercados o cultivados, salvo permiso escrito de su titular o propietario,
según sea el caso, no escapa a la crítica por utilizar dos institutos jurídicos: autorización a favor
del INGEMMET y permiso a favor del particular. En efecto, la ley al emplear la
expresión, permiso, que se formulará ante el titular de la concesión minera o
del propietario de terrenos cercados o cultivados, resulta
Actividades inadecuada y
mitieras
defectuosa.
El “permiso” consagrado en nuestra vigente legislación minera, tiene como fuente inmediata
en la legislación comparada, el Código de Minería de Chile de 1983 al establecer el Artículo 15
que se podrá catar y cavar, libremente, en terrenos abiertos e incultos, quienquiera sea su dueño.
En los demás terrenos, será necesario el permiso escrito del dueño o de su poseedor o
tenedor. Cuando el dueño sea ¡a Nación o la Municipalidad, el permiso deberá solicitarse del
gobernador o alcalde que corresponda.
(...)
Y por ende, los planes de desarrollo municipal abarcan todo lo concerniente a sus
respectivas jurisdicciones, que incluye las áreas
La solución legislativa a adoptarse con la cual no se haría otra cosa que reconocer la
casuística existente, materializada en la jurisprudencia uniforme y reiterada del Consejo
de Minería, es indicar que las Municipalidades carecen de competencia para delimitar
áreas factibles de explotación minera; asimismo, introduciendo una modificatoria al
Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería a fin de que la
Dirección General de Minería otorgue permisos para realizar labores de cateo y
prospección en zonas urbanas o de expansión urbana. Si pensáramos en otra alternativa,
podría adoptarse la prohibición de realizar actividades mineras en determinadas zonas
urbanas, como declara la Resolución Suprema de fecha 13 de abril de 1928,4
estableciendo que no podrá formularse denuncios mineros en el Cerro San Cristóbal de
Lima y en un radio de 1 Km. respecto a la cruz que se halla en dicho Cerro y evitarse
problemas como los generados al expedirse la Resolución Jefatural N° 00238-98-RPM
de fecha 30 de enero de 1998, que aprueba el título de concesión “EL ORIENTE”, Código
Nc010377897, de sustancias metálicas, ubicado en el distrito de La Molina, Lima, sin que
existiera prohibición legal alguna al aprobarse el titulo.
De este proceso han surgido núcleos humanos, villas, pueblos y hasta ciudades o han
crecido y prosperado otros centros ya existentes.Tal es por ejemplo, el caso de la ciudad de
Huancavelica, centro de explotación minera que data desde la colonia; igualmente ¡o es
Cerro de Pasco que, en una relación más estrecha, moderna y planificada se encuentra en un
actual proceso de transformación para convertirse en una ciudad moderna de nuestra
serranía. Otras ciudades como lio, San Juan de Marcona, Morococha, Casapalcci y muchas
más, son vivos ejemplos de lo expuesto.5
El Artículo 2°-in ñne- del Texto Unico Ordenado de la Ley General de Minería, establece
la prohibición de realizar cateo y prospección en zonas reservadas para la defensa nacional,
Actividades
salvo autorización previa de la entidad competente. De dicha norma mineras
la cuestión que surge es
saber qué es lo que se entiende por Zonas Reservadas para la Defensa la Nacional.
Una primera aproximación a la interpretación de la norma minera nos lleva a pensar que,
conforme declara el Artículo 71 de la Constitución de 1993:
Es decir, dicha extensión se consideraría como Zona de Reserva para la Defensa Nacional
donde estaría prohibido realizar labores de cateo y prospección.
Una segunda interpretación de la norma minera llevaría a manifestar que constituyen Zonas
de Reserva para la Defensa Nacional, el radio de influencia de extensión determinada medidos
desde cuarteles, fuertes, bases, puestos de vigilancia, puertos, campos y otros de uso militar; tal
como disponía el Artículo 14 del Código de Minería de 1900 y el Decreto Supre-
Aun cuando no hay definición legal algunaíl0B), entendemos por Zonas Reservadas
para la Defensa Nacional, sobre las cuales no es posible realizar labores de cateo,
prospección, expío- ración-explotación, beneficio y transporte minero, de acuerdo a una
interpretación lata del Artículo 22 del Reglamento de Procedimientos Mineros,
modificado por Decreto Supremo N° 022-94-EM, las obras e infraestructuras que
conforman el Sistema de Defensa Nacional.
miento entre un denuncio minero y una base militar o áreas de defensa nacional.
6) Zonas Arqueológicas
Las Zonas Monumentales -señala el Reglamento-, son los conjuntos arqueológicos cuya
magnitud los hace susceptibles de trato especial en lo que a investigación se refiere, pues su
fisonomía debe conservarse por razones de valor urbanístico de conjunto, valor documental
histórico-artístico y porque encierran un número apreciable de monumentos y/o ambientes
urbano-monumentales.
Finalmente, Zonas de Reserva Arqueológica, son aquellas que al no haber sido investigadas
intensivamente deben reservarse para el futuro, en tanto se desarrollen nuevas técnicas de
investigación.
El Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por Decreto Supremo
014-92-EM, al restringir la actividad de cateo en zonas arqueológicas, prohibiéndolo, se refiere
únicamente a las Zonas de Reserva Arqueológica. En efecto, como las Zonas Monumentales casi
siempre están ubicadas en Zonas Urbanas o de Expansión Urbana y las Zonas de Reserva
Arqueológica muchas veces en zonas no urbanas o de expansión urbana; resulta lógica la
prohibición que hace la ley minera.
<110
> MANUAL DE DERECHO ADMINISTRATIVO, p. 230.
Tratar acerca de la naturaleza jurídica del cateo, es pretender determinar a qué rama del
derecho pertenece, y si el ejercicio de esta actividad minera (derecho minero) es de naturaleza
Actividades mineras
real, personal o solo es una mera facultad. En la doctrina se explica utilizándose conceptos de
derecho civil y derecho público.
Desde que el Derecho Minero es considerado como un Derecho especial que regula las
relaciones en la industria minera, debido a que, como enseña Alfredo SOLF y MURO: el Derecho
común o civil resulta deficiente para regular ¡as relaciones derivadas de dicha industria, 6 las
actividades mineras reguladas por este derecho especial público, aun cuando se apliquen
supletoriamente normas de derecho civil para las relaciones contractuales, son instituciones de
Derecho Minero.
Para determinar qué dase de derechos origina el cateo, en la doctrina se establece que
constituye un derecho real de posesión, de servidumbre legal de superficie, servidumbre de
carácter personal o genéricamente como un jus in re reducido a un jus tollendi (Jorge BASADRE
AYULO, Alfredo SOLF y MURO, Tomás DE PABLOS y Attilio
a) Teoría Civilista
Denominamos teoría civilista porque para explicar la naturaleza jurídica del cateo, se
utilizan instituciones de derecho civil: posesión, servidumbre, propiedad inmobiliaria, superficie
o jus in re.
(113
> Artículo cit., pp. 174, 175.
La relación del sujeto con sus herramientas sobre el medio geográfico para buscar indicios
de mineralización no siempre es directa. A la relación directa el autor llama derecho real de
posesión, definido en el Artículo 896 del Código Civil como el ejercicio del hecho de uno o más
poderes inherentes a la propiedad. Por ello, al realizarse cateo aéreo-fotográfico, como informaba
el Código de Minería Boliviano de 1965, en tal caso no puede decirse que hay posesión directa o
de hecho sobre el área del terreno y tampoco el ejercicio fáctico del derecho de propiedad referido
al cateo, porque el mismo no siempre se hará sobre la superficie, sino, generalmente, sobre el
subsuelo donde se encuentra la esfera del dominio estatal.
En el Derecho Minero los depósitos minerales que se hallan dentro o sobre la tierra
pertenecen al dominio del Estado. ¿De qué dominio trata el autor?, ¿del minero o superficial?,
¿se puede decir que el cateo es un derecho real de posesión cuando el cateador se encuentra parado
sobre un bloque de roca mineralizada?. Además, olvida el autor que el objeto del cateo es la
búsqueda e investigación de la existencia de un depósito mineral y no en sí la posesión del área.
verdadera servidumbre legal de superficie, aun cuando falta el pre dio dominante, pues el subsuelo
Alo expresado manifestamos que en el vigente Código Civil no hay servidumbre sin la
existencia de un predio dominante, si no hay éste menos puede haber predio sirviente. De aceptar-
se que el cateo es una servidumbre legal de superficie, sobre la misma no podrían realizarse
labores que alteren la superficie; por tanto, siendo objeto del cateo la búsqueda e investigación de
indicios de mineralización, deviene en inconsistente lo expresado por el autor citado.
Actividades mineras
Respecto a lo expresado por este autor, tenemos también reparos cuando pretende
explicar la naturaleza jurídica del cateo como servidumbre de carácter personal. Esto
porque la servidumbre, como institución jurídica, no se da en atención a una. persona,
sino en atención al predio y reviste una limitación del derecho de propiedad por razón de
vecindad o colindancia. Al parecer el autor hace suya la doctrina de la servidumbre de
carácter administrativo, invocando una norma de derecho privado, por la cual es aceptada
la existencia de una servidumbre personal; pero dependiendo de un acto administrativo
que no es necesario en el cateo.
Finalmente, otra definición de carácter civilista del cateo es dada por Attilio
VIVACQUA. Establece el autor brasilero que la actividad del cateo tiene el carácter de
un jus in re, reducido
(11S>
Op. cit., pp. 24, 25.
a un jus tollendi: o direitto de faiscar e garimpar ñao tem caráter dejus in re. Reduzse a
um mérojus tollendi:(llí)
Observamos que el autor brasilero no considera el objeto del cateo: buscar, hurgar o
investigar depósitos minerales. Sería aplicable tal definición, si al dominio predial
también comprendiese el subsuelo, propio del sistema de accesión del dominio minero.
Esto no se da en el moderno Derecho Minero que hace suyo el sistema dominial del
Estado; por tanto, de aceptarse el cateo como un jus in re, jus tollendi o como derecho
real, implicaría aceptar que nuestro sistema de dominio minero es de accesión.
Entendido derecho público como la suma de facultades que los particulares tienen frente
al poder público y que representa una serie de limitaciones que el Estado se impone a sí mismo;
(121,
creemos que no debe considerarse a las labores de cateo sobre terrenos de dominio privado o
(11B
> A NOVA POLÍTICA DO SUBSOLO E O REGIMEN LEGAL DAS MINAS, p. 594.
ll7
< > TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO ROMANO, p. 255.
<118> RUIZ BOURGEOIS, Julio; INSTITUCIONES DE DERECHO MINERO CHILENO, T. II, p. 83.
público, como actos perturbatorios o delito de usurpación. Por ello, adhiriéndonos a la teoría que
considera el cateo como una mera facultad de derecho público, no como derecho subjetivo que
es genérico, pues dice relación con un derecho real o personal; decimos siguiendo a Julio RUIZ
BOURGEOIS, Juan Luis OSSA BULNES,*12® el Proyecto del Código de Minería de 1950 del
Actividades mineras
Dr. Raúl NORIEGA(123> y Guillermo GARCÍA MONTÚFAR, el cateo es la facultad que tiene
toda persona de realizar labores de búsqueda o investigaciones encaminadas a determinar indicios
de la existencia de un depósito mineral, siendo de naturaleza pública, intransferible e
intransmisible al constituir una mera facultad reconocida por la ley minera.
La naturaleza jurídica del cateo antes precisada, de modo alguno no ha quedado alterada
con la publicación en el Diario Oficial “El Peruano” el 10 de abril del 2008 de la Resolución
Ministerial N° 167- 2008-MEM/DM que aprueba los Términos de Referencia Comunes para las
actividades de exploración minera Categorías I y II, conforme a los cuales los titulares mineros
deberán presentar la Declaración de Impacto Ambiental y el Estudio de Impacto Ambiental
Semidetalla- do, así como la Ficha Resumen de Proyectos y Normas para la Apertura y Manejo
de Trinchera y Calicatas.
Las personas naturales o jurídicas que, para fines de cateo, prospección o exploración
minera, requieran excavar calicatas o trincheras, deberán realizarlas de conformidad con las
siguientes normas:
26. PROSPECCIÓN
Etimológicamente deriva del latín pro spectatio que significa mirar esperando algo; aun
cuando hay autores que establecen que deviene de prospectio onem que refiere acción de mirar y
tratar de descubrir algo,'124' e incluso encuentran su origen en el sajón pi'ospect y se critica la
variación o el uso como sinónimo de cateo por no obedecer históricamente a nuestro idioma.<13S)
Con la radomancia o predicción del futuro, de depósitos de agua, tierra y minerales por
medio de varas como la llamada “adivinadora” de sauce y otros en forma de “Y”, según se
observa en los gráficos del libro “De Re Mettalica” de Georgius AGRICOLA publicado en 1556.
Asimismo, con el péndulo mágico o “pendule explateur”, llamado "schumfell” en la minería
peruana, el mismo que se dice permite descubrir minerales, tesoros o "tapados” en luna llena. El
procedimiento del péndulo mágico consiste:
Si una persona, sobre la que el instrumento actúa por simpatía, hace oscilar el péndulo,
se supone deletrea palabras y contesta preguntas.
Esos péndulos o plomadas se han utilizado en época reciente para localizar yacimientos,
en forma muy parecida a como se emplea la vara adivinadora. El operario observa la dirección
de las oscilaciones del péndulo y por este medio establece una línea de dirección. Luego se pone
a la izquierda o a la derecha de esta línea y dirige otra en forma análoga. El yacimiento se
supone que está en el punto de intersección de las dos líneas ,(12S)
Con el arte denominado docimacia en cuanto se determina por medio de ensayos variados
hechas en pequeñas muestras, la naturaleza y proporción del metal contenido en un mineral.
Uniendo la redomancia con la docimacia, nos lleva a inferir que los instrumentos empleados en
la prospección y en el cateo son los mismos; por ello, la prospección como institución jurídica
tiene como antecedente las labores de cateo.
del Título Preliminar del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por
Decreto Supremo N° 014-92-EM.
1) En particular es modalidad del cateo
Actividades
realizan labores de prospección; esto en razón que, entendido mineras
el cateo como trabajos
necesarios para ubicar indicios de mineralización en lugar determinado o no, en la
prospección también se persigue lo mismo; pero con indicaciones físicas y químicas
medidas con instrumentos y técnicas de precisión. Investigación que se hará en lugar o
área determinada.
Por ende, como labor minera, la prospección es una modalidad del cateo, siendo especie
y género, respectivamente; y, como no hay separación de actividad o labor, tampoco hay se-
paración conceptual, porque el cateo es extensivo y la facultad de realizar esta actividad
permite la prospección.<129)
(128)
ROBILLIAR, Rex; EXPLOTACIÓN Y VALUACIÓN DE PROSPECTOS, p. 5.
(12S)
ABREGU GALVAN, Juan; “El Permiso de Prospección: Una figura jurídica inoperante en el D. L. N° 18880”,
III SIMPOSIUM NACIONAL DE MINERÍA, Ponencias - Resúmenes, Cerro de Pasco, 26 - 30 de noviembre
de 1979, p. 101.
se calicatas, zanjas, galerías, socavones, etc/15®’ concluyéndose en si los minerales son
de interés explotables (estudio de factibilidad). Empero, es común a estas actividades,
servir de antesala a la explotación, reduciendo los caracteres de aleatoriedad y onerosidad
que son inherentes a la industria minera.10
10
Cfr. SILENZI DE STAGNI, Adolfo; Art.. cit. p. 888.
132
< > SILENZI DE STAGNI, Art. cit., p. 882.
Para el ejercicio de esta actividad minera sobre área determinada, debe saberse quién será
el titular: ¿los particulares o el Estado?; y, las consecuencias jurídicas de su ejercicio: ¿derecho
real o personal? o simplemente es la delimitación de una atribución, de un derecho preexistente
o preconstituido?. Asimismo, el acto administrativo del cual se deriva este derecho: ¿permiso,
Actividades mineras
autorización o licencia?
Autorización temporal para catear en cualquier terreno li bre, sin que confiera exclusividad
ni preferencia.
Licencia de cateo para investigar toda clase de minerales, incluidos los de interés nacional
que el Estado los hubiera reservado o solo los que expresamente faculta.
Previa a la autorización de cateo debe obtenerse un certificado de aprobación que vale para
todos o ciertos minerales; equivale a una licencia que habilita a desarrollar la actividad minera de
búsqueda.
Autorización temporal de cateo para las entidades estatales en área definida. La ejecución de
la prospección es directa por el ente estatal o indirectamente por los particulares, previo contrato
con dichos entes.
En efecto, el Artículo VI del Título Preliminar del Texto Unico Ordenado de la Ley
General de Minería considera a la prospección como actividad minera. Su ejercicio es el
derecho minero a cargo del Estado a través del INGEMMET. Comprende la generalidad
de las sustancias ubicadas en el área de investigación o sobre determinadas sustancias,
como resolvió el Consejo de Minería en Resolución N° 094-83-EM/CM,
El Estado tiene la facultad, al igual que los particulares, de realizar el cateo en áreas
libres. Empero, dicha facultad o atribución tiene como fuente la noción de atribución de
la norma contenida en los Artículos 1 y 25 del Texto Único Ordenado de la Ley General
de Minería.
El acto administrativo por cual se reconoce y delimita el derecho pre existente del
Estado a favor de INGEMMET, PROINVERSIÓN o el Gobierno Regional es la
autorización, aun cuando es necesario señalar que en la legislación comparada se usa
indistinta o simultáneamente como sinónimos los términos permiso, autorización o
licencia para catear, los mismos que responden a actos administrativos restringidos
(134
> GARCÍA MAYNEZ, Eduardo; INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO, p. 91.
<i3s> Cfr> vÁSQUEZ DEL MERCADO, Alberto; CONCESIÓN MINERA Y DERECHOS REALES, p, 8.
Cada una de estas áreas no podrá comprender más de cien mil (100,000) hectáreas.
El inciso a) del Artículo 25 de la ley minera con carácter excepcional y por ello no siendo la regla
general, ha introducido la atribución y posibilidad de la Agenda de Promoción de la Inversión
Privada -PROINVERSIÓN-, en convenio con los Gobiernos Regionales, de encargarse del
proceso de la promoción de la inversión en todo o parte de las áreas de no admisión de denuncios
y/o petitorios y de celebrar contratos con terceros respecto a la autorización de áreas de no
admisión ele denuncios y/o petitorios.
Autorización que si bien es cierto es otorgado por Decreto Supremo al Instituto Geológico,
Minero y Metalúrgico -INGEMMET- por el plazo máximo de cinco años calendario, el plazo de
dicho acto administrativo por imperio de la ley y solo cuando PROINVERSIÓN a través de su
Consejo Directivo hubiese acordado encargarse del proceso de promoción en todo o en parte de
las áreas (la que deberá haberse aprobado dentro de los dos años de la autorización), ratificado
por Resolución Suprema y fijado el mecanismo de compensación al INGEMMET por los estudios
realizados, queda sujeto a condición: la suscripción del contrato de transferencia o el contrato de
opción minera dentro del plazo de cinco (5) de emitida la Resolución Suprema.
La clase o tipo de contrato a celebrarse con el inversionista o inversor en el marco del proceso
de promoción a cargo de PROINVERSIÓN, expresamente es señalado en el Inciso a) del Artículo
25. Se trata de dos contratos típicos en el derecho minero peruano: el contrato de transferencia
o el contrato de opción minera. Contratos típicos que, sin embargo, están reservados solo y
exclusivamente al titular de concesiones en los Artículos 164 y 165 del Texto Único Ordenado
de la Ley General de Minería. De donde resulta que, con la modificación realizada al primigenio
Artículo 25 por Ley N° 28196, que denota limitación de concepto, conexión y organicidad,
INGEMMET con intervención de PROINVERSION podría suscribir contratos de transferencia
o de opción minera, respecto a la autorización de no admisión de denuncios y/o petitorios
mineros.
Contrato que de modo derivado otorgaría solo el derecho de realizar prospección al inversor
nacional o extranjero.
El supuesto jurídico contenido en los incisos b) y c) del Artículo 25 del Texto Único
Ordenado, son complementarios entre sí y distintos ai supuesto previsto en el Inciso a). En los
Incisos a) y b) no importa la existencia previa de una autorización de áreas de no admisión de
denuncios y/o petitorios a favor de INGEMMET, sino está sujeto primero, a la existencia de
concesiones mineras incluidas en el proceso de promoción a cargo de PROINVERSIÓN o quien
haga sus veces; y, segundo, a la dación de Decreto Supremo, con el voto aprobatorio del Consejo
de Ministros, que apruebe la incorporación de áreas contigua(s) a la(s) concesión(es) minera(s)
hasta de cien mil (100,000) hectáreas de acuerdo a los estudios técnico-económicos del proyecto.
Las áreas contiguas a las concesiones mineras de acuerdo a la modificación realizada, que
refiere a radio sin indicar la distancia del mismo, tendrán la condición de áreas de no admisión
de denuncios y/o petitorios por el plazo de cinco (5) años de expedido el Decreto Supremo. Plazo
en el cual deberá haberse suscrito el contrato de transferencia o contrato de opción minera.
Los Incisos de la norma minera en examen, también tienen carencia de concepto, conexión y
crganicidad.
En efecto, se dispone que las áreas contiguas a las concesiones mineras tienen la condición
de áreas de no admisión de denuncios y/o petitorios, sin indicar que el acto administrativo que
así lo dispone es una autorización. De estimarse lo contrario, no requería que el Poder Ejecutivo
fuese habilitado por ley para la expedición de un Decreto Supremo. El problema existente en la
ley minera es dar el carácter de áreas de no admisión de denuncios y/o petitorios a las áreas
contiguas, las que están asociadas a un acto administrativo o categoría jurídica denominada
autorización que faculta el ejercicio de la prospección. Sin autorización de prospección en áreas
de no admisión de denuncios y/o petitorios, de modo derivado no podría celebrarse contrato de
transferencia o contrato de opción minera. Adviértase, además, que el mismo Artículo 25 de la
ley minera en su primer párrafo apropiadamente emplea el instituto jurídico de la autorización
que, como se dijo, no es supuesto jurídico para celebrar contrato de transferencia o contrato de
opción en los Artículos 164- y 165 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería.
28. EXPLORACIÓN
Los antecedentes legales de esta institución tienen relación directa con el cateo. En las
Ordenanzas de Birbiesca, dadas en 1387 por don Juan I, se reconoció a los particulares la facultad
Actividades mineras
de buscar minas.(137)
Del mismo modo, en la Ordenanza XVI de Minas del Nuevo Cuaderno, se estableció el
principio de exploración sin limitación alguna.(138) No obstante lo dicho, hay autores que afirman
que en la antigüedad no se la conoció como institución especial previa al descubrimiento de las
minas.(139) Por ello inferimos que la exploración como institución jurídica autónoma es de reciente
data, aun cuando es cierto que sus primeros rezagos se encuentran en el cateo.
Por lo tanto, la exploración (...) comprende no solo las pequeñas labores, desatierres y
recolección de muestras de minerales, sino también la ejecución de galerías y socavones en
profundidad, las perforaciones y son- dajes, los estudios geológicos y geofísicos (...), el
levantamiento de planos y perfiles y el ensayo de las muestras recogidas en laboratorios
químicos y plantas experimentales de beneficio.<141)
Bajo del nomen iuris de concesión minera, el Artículo 20, Inc. a) del Decreto Legislativo
N° 708 otorga el derecho a realizar las actividades mineras de exploración y explotación en un
mismo acto administrativo, el que constituye un cambio radical en la regulación de dos etapas
distintas de la industria minera.
En efecto, tanto los Códigos de Minería de 1900 y 1950, así como el Decreto Ley N°
18880 y el Decreto Legislativo N° 109, regulaban el ejercicio de la actividad de exploración y
explotación en concesiones distintas, las que respondían más a la técnica del laboreo minero que
fue recogida en la doctrina generalizada del Derecho minero que contempla las fases definidas
de exploración, explotación y beneficio.
Por lo dicho, la concesión minera de la que trata el Artículo 29, Inc. a) del Decreto
Legislativo N° 708, recogido en el Artículo 9 del Texto Único Ordenado de la Ley General de
Minería, resulta una expresión tautológica en comparación con las demás concesiones.
Actividades
Este derecho, obviamente, comprende el de propiedad sobre la mineras
totalidad de las
sustancias extraídas en ¡a actividad de explotación, así como el de disponer de los minerales que
se extraigan con motivo de la actividad de exploración. C143)
En efecto, acerca del sustento de estos atributos de derecho real de que está investido el
concesionario, señala Julio RUIZ BOUR- GEOIS, que:
<143)
“Notas para una modificación del Régimen Legal de las Concesiones de exploración y explotación”,
REVISTA DEL FORO, Colegio de Abogado de Lima, Enero - Junio, 1988, p. 259.
30. EXPLOTACIÓN
Para los Incas, la explotación de sustancias minerales no era una actividad económica
fundamental. Si bien fueron eminentemente agraristas, también conocieron el oro y la plata a los
que llamaron “con”y “collque”. La explotación minera se limitó a los depósitos detríticos y a las
partes superficiales ricas.12
<«*> VON HESSE B., Milton; 400 AÑOS DE LA MINERÍA EN EL PERÚ - Crónica Informativa, p. 11.
El oro se ubicaba en los ríos Sandia, Carabaya y Apurímac en la sierra; en la costa, en el
Santa, Macará y Tumbes. La plata era proveniente de las vetas que serpenteaban los suelos de
Cajamarca, Huánuco Viejo, Huamanga, Cuzco y Charcas, lugar último donde se escondía el
legendario Potosí.13
Conforme al Artículo 8, segundo párrafo, del Texto Único Ordenado de la Ley General
de Minería, la explotación es la actividad de extracción de los minerales contenidos en un
yacimiento. En este concepto legal no se aprecia dónde comienza y donde termina esta actividad.
En tanto que desarrollo es la operación que se realiza para hacer posible la explotación
del mineral, el mismo que tiende a determinar las reservas que sustituyen a los minerales
extraídos del yacimiento en explotación. De acuerdo a lo expresado, se tiene como inicio de la
explotación el momento desde el cual se investigan y extraen los minerales o “testigos”. Al
respecto, Alfredo SOLF y MURO acertadamente señala que la explotación es un proceso que
comienza con la investigación y arranque de los minerales.(14S) Conjunción que indica el inicio
En la industria minera existen dos formas de explotación: por socavón y tajo abierto.
La explotación a tajo abierto, cielo abierto o rajo abierto, término último como referían
la legislación de la colonia, consiste en la extracción del cuerpo mineralizado descendiendo por
labores en forma de cono invertido formando ángulos de 45 a 60 grados en función de la
consistencia del terreno. Por este método acceden vehículos de gran tamaño a las labores mineras.
Minería, establece que la concesión minera otorga a su titular el derecho a explotar las sustancias
minerales concedidas, dentro del área de la concesión. Este derecho comprende la propiedad
sobre las sustancias extraídas, las que por su naturaleza son productos, pues hasta antes de su
extracción son “cosas” y pertenecen al dominio del Estado. Su extracción por concesión o
furtivamente, llamada “explotación clandestina”, no implica alteración en que las sustancias
extraídas mantengan la calidad de productos. Indudablemente lo expresado tiene un sentido
económico, sustantivo, porque el Derecho minero participa con este contenido dándole forma, de
donde resulta que corresponde el derecho de propiedad de las sustancias extraídas, productos, al
concesionario minero (Artículo 9 del Texto Unico Ordenado de la Ley General de Minería), no
al que explota clandestinamente, porque aun en ese supuesto el “producto” seguirá perteneciendo
al Estado (Artículo II del Título Preliminar del Texto Unico Ordenado de la Ley General de
Minería).
(,S0)
Op. cit., p. 203.
Es la actividad minera por la que se presta servicios auxiliares tales como ventilación,
desagüe, izaje o extracción a dos o más concesiones (Artículo 19 del Texto Único Ordenado de
la Ley General de Minería).
Es decir, estas labores al ser útiles para la extracción o izaje, ventilación y desagüe de las
minas de los particulares y de todas las minas circundantes, eran labores de utilidad pública.
El Código de Minería de 1950, al igual que las Ordenanzas de Toledo, denominó a estas
labores mineras como “socavón” o “galería” (Artículo 9). ■
Socavón en sentido amplio es la galería subterránea que se hace de afuera hacia adentro.
En sentido restringido, según Jorge BASADRE AYULO, es ¡a galería o túnel con declive abierto
en la corteza terrestre para facilitar ¡a eliminación, ventilación, acarreo de minerales, paso de
personas o bestias, maquinarias y filtración.íl51>
Atendiendo a los beneficiarios de estas labores auxiliares, pueden ser labores particulares
o labores generales.
Serán labores particulares aquellas que realiza el mismo concesionario minero dentro del
área de su concesión. Es el derecho que tiene para desarrollar y preparar las sustancias minerales
concedidas que se encuentran dentro de su concesión (Artículo 8, tercer párrafo, del Texto Único
Ordenado de la Ley General de Minería).
En cambio, son labores generales, los servicios auxiliares que se prestan a dos o más
concesiones de distintos concesionarios, tales como ventilación, desagüe, izaje o extracción.
(,S0)
36. BENEFICIO
Op. cit., p. 203.
Hemos precisado que la industria minera es extractiva. Esto no es del todo absoluto
porque los minerales al ser extraídos o izados no se encuentran puros en el yacimiento minero,
sino que están asociados con rocas u otros materiales estériles.
a) Preparación mecanizada
<1.53) £on relación ¿1 “pallaqueo”, según Carlos STUBBE (VOCABULARIO MINERO ANTIGUO, Talleres
Gráficos de Miguel Violetto S. R. L., Tucumán, 1945, p. 137): “Este nombre se deriva de la palabra quichua
paliani, que significa escoger. PALLAQUEAR, mina. La preparación a que los pirquineros sujetaban el
metal sacado de la mina es triple. La primera es el respaldeo; esta operación consiste en separar tanto como
sea posible la piedra sin ley del metal. La operación se hace sobre una piedra con un combo, para romper
los trozos mayores, tirar la broza y pasar el metal respaldado al pallaque. El pallaqueo es la separación fina
del material de ley de la piedra, y en la perfección de esta manipulación consiste el verdadero arte del
pirquinero como cancha minero. El material pallaqueado se chanque, quiere decir se rompe sobre una
piedra, la chanquera (...), por medio de un combo. La habilidad de los pallaqueadores y chanqueadores es
efectivamente admirable. Ver jóvenes de 15 y 16 años pallaquear cálidos enredos es interesante y ningún
muchacho europeo sería capaz de eso (Ave Lalleman)”.
(1S4>
SAMAMÉ BOGGIO, Mario; EL MUNDO DE LA MINERÍA, II Fascículo, Cen- tromín Perú, p. 39.
Proceso por el cual se reduce de tamaño, se clasifica y/o lava un mineral.
b) Metalurgia
Conjunto de procesos físicos, químicos y/o físico - químicos que se realizan para
concentrar y/o extraer las sustancias valiosas de los minerales.
c) Refinación
Proceso para purificar los metales de los productos obtenidos de los procedimientos
metalúrgicos anteriores.
En los albores de la colonia los “apires” en sus “capachos” o bolsas, eran los que izaban
los minerales a la superficie, a la boca mina o al “canchón*; lugar donde los minerales eran
depositados para ser transportados a las haciendas de beneficio para ser “pallaqueados”o
beneficiados.
das) PROCTOR, Robert; "Cerro de Pasco y la Explotación Minera -1823”, EL PERÚ VISTO POR VIAJEROS,
N° 33, T. II, Ediciones Peisa, Lima, 1973, p. 24.
constantes asaltos en la ruta; esto motivó el inicio de la construcción del ferrocarril central en
1870. Sin embargo, los trabajos fueron abandonados por la guerra de 1879 en Chicla, y se
reiniciaron para ser entregados al tráfico en 1892 hasta Casapalca. Posteriormente, en 1893 el
segmento Casapalca - Oroya, que originó el incremento de la industria minera en la región central
del país. No obstante, persistíala dificultad en transportar los minerales de Cerro de Pasco al
puerto del Callao.
El conocimiento que se tenía de las minas de Cerro de Pasco, que se trataba de un emporio
de plata, bonanza que se debió al agotamiento del potencial plata de Santa Bárbara en
Huancavelica, motivó que en setiembre de 1901, según Carlos P. JIMÉNEZ,(156> un grupo de
capitalistas norteamericanos, presididos por Mr. James B. Haggin, comprara de golpe las 2/3
partes de las propiedades ubicadas alrededor de Cerro de Pasco; asimismo, adquiriera de don
Ernesto Thorn- dike, la transferencia de la concesión para la construcción del ferrocarril de La
Oroya a Cerro de Pasco.
En efecto, se organizó para ello la Cía Minera “Cerro de Pasco Mining Company” para
la explotación de los depósitos minerales; y, la Cerro de Pasco Rüilwüy Co’, subsidiaria, para
la construcción del ferrocarril, el mismo que empezó en 1902 y terminó en 1905. Por lo dicho,
hasta antes de 1905 el transporte en la región central se hacía por caminos de herradura. No existía
propiamente la carretera central hasta que, siendo Director de Obras y Caminos el Ing. Federico
Basadre, se iniciaron los trabajos de penetración a la selva, hace más de 80 años.
Como es de observar, las formas de transporte antes referida son formas convencionales,
ajenas a la regulación en la legislación minera.
El transporte minero es definido en el Artículo 22, primer párrafo, del Texto Único
Ordenado de la Ley General de Minería, como todo sistema utilizado para el transporte masivo
continuo de productos minerales, por métodos no convencionales; de donde se descarta que el
transporte de productos minerales sea referido al transporte terrestre, aéreo, marítimo, fluvial o
ferroviario, donde resulta aplicable la legislación comercial, aérea o ferroviaria.
El Artículo 22 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería establece que los
sistemas a utilizarse podrán ser:
a) Fajas transportadoras.
b) Tuberías; o
c) Cables carriles.
42. COMERCIALIZACIÓN
El Artículo 3 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, declara que la
comercialización de productos minerales es libre, interna o externamente y para su ejercicio no
se requiere el otorgamiento de una concesión minera.(157> La interrogante que surge que siendo
la comercialización una etapa final de toda actividad productiva: ¿por qué la comercialización de
minerales se encuentra subsumida como actividad minera en la norma minera, cuando en rigor
corresponde al Derecho Comercial o Mercantil?
as?) ^un cuan¿0 se ha promulgado la Ley N° 27977, Ley para la Manufactura y Atesoramiento del Oro, la
comercialización del oro sigue siendo libre y solo se ha establecido como requisito para realizar las
operaciones de venta, que los productores mineros de oro estén registrados en el Ministerio de Energía y
Minas; y, que los compradores especifiquen el destino del oro adquirido para comercializar con fines de
joyería interna o externa, así como para atesoramiento (Artículo 2). Con la referida Ley se ha modificado
el Artículo 5 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería.
marco de la legislación minera; aun cuando es cierto que técnicamente corresponde su regulación
a la norma sustantiva del Derecho Comercial o Mercantil y no del Derecho Minero. Se explica,
además, la inclusión de la comercialización de minerales en la legislación minera, por la gran
influencia que marcó la Ley de Minas de Napoleón de 21 de abril de 1810 en los países
latinoamericanos, al estatuir esta la inclusión de la comercialización de minerales en el Derecho
Minero; Ley de Napoleón que, posteriormente por Ley de 9 de setiembre de 1919, fue modificada
y excluida a la comercialización del Derecho Minero al considerar que se trata de un “acto de
comercio”.(15S) En la doctrina nacional, Enrique LASTRES BÉRNINZON, desde otra visión,
señala que: En verdad, resulta un artificio considerar al acto de comercio de productos minerales
como una actividad minera, a la cual el TUO no le da ningún contenido. Se trata más bien de un
rezago de la época del intervencionismo estatal en la comercialización de sustancias mineras
(1970-1980), de modo que no hay razón actual para que se considere a ¡a comercialización como
una actividad minera.(159)
Sin embargo y de acuerdo al Artículo 4 del Texto Único Ordenado de la Ley General de
Minería, así como el Artículo 6 del Decreto Supremo N° 03-94, Reglamento de los Diversos
Títulos del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, en los contratos de compra
venta de productos mineros, ambas partes, bajo responsabilidad, están obligadas a precisar la
procedencia de dichos productos, identificando el Derecho minero del cual ha sido extraído y/o
especificando, en el caso de los productos metalúrgicos, el certificado de Planta de Beneficio.
den) “£a adjunción, la mezcla y la confusión constituyen tres casos de accesión de cosa mueble en provecho de otra cosa
mueble. En ¡a adjunción ¡as cosas muebles se unen sin confundirse; existe entre las mismas adherencia y se trata
de substancias sólidas. En ¡a mezcla la unión es más íntima; se trata igualmente de substancias sólidas que se
confunden. Cuando se unen líquidos se produce la confusión". CASTAÑEDA, Jorge Eugenio;
INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL. Los Derechos Reales, Tomo I, Segunda Edición, Editorial P. L.
Villanueva S. A., Lima, 19S7, p. 198.
<161> Cfr. PRINCIPIOS DE ECONOMÍA MINERA, Editorial Selección Contable, Primera Edición, Buenos
Aires, 1961, pp. 68-81.
ensaye de comprobación así como de los que se hagan para fines arbitrales; derechos de aduana
u otros tributos que afecten la importación de minerales.
1) Plazo
La cantidad de mineral objeto del contrato debe estipularse con toda precisión y
definirse el tipo de unidad de volumen empleado en el convenio: si se trata de tonelada
larga, métrica o corta por ejemplo.
4) Punto de entrega
I. F.).
6) Pagos
7) Programa
Ya se ha señalado las complejidades que son las que más confunden al minero: el
programa de entregas del contrato. Es aquí, en efecto, que están señalados los gastos de
fundición y las multas. Hay considerable variación en estos cargos de acuerdo con las
características de los minerales o concentrados. Una baja tarifa de fundición o tratamiento
puede ser muy engañosa, por lo que conviene tomarla en relación con las demás
estipulaciones, pues lo que por tal concepto el productor piense que ha de ahorrar acaso
desaparezca y vea más bien abultada su cuenta, con mayores castigos o multas por impu-
rezas y materiales no deseados. No hay que olvidar además que el fundidor paga
únicamente el metal que efectivamente recobra al cabo del proceso de tratamiento y que
la proporción de esa recuperación puede ser sospechada pero no exactamente conocida
por el vendedor o el minero. He ahí uno de los gruesos filones de ganancias de la
fundidora, que generalmente estipula coeficientes inferiores de recuperación a los que en
efecto obtiene.
43. ALMACENAMIENTO DE CONCENTRADOS DE MINERALES
Es el mismo dispositivo legal que, además, ha establecido que esta actividad se encuentra
“(...) regulada por las normas y procedimientos previstos por el Ministerio de Energía y Minas,
así como por ¡as disposiciones vigentes en materia ambiental, y de seguridad e higiene minera,
en ¡os aspectos que le resulten aplicables”.
Por mandato contenido en el Artículo 2 del Decreto Legislativo N" 1048, es titular de la
actividad de almacenamiento de concentrados de minerales en depósitos ubicados fuera de las
áreas de las operaciones mineras, toda persona natural y/o jurídica nacional o extranjera, que
realice dicha actividad bajo cualquier título.
Los Artículos 2 y 8 del Reglamento, establecen que los Almacenes General de Depósito
se constituyen como sociedades anónimas y su objeto social principal es el desarrollo de la
actividad de almacenamiento de bienes (en la Tabla A, Codificación de Mercancía, aparece con
el N° 21, minerales concentrados y refinados) estando autorizados a realizar las operaciones y/o
prestar servicios de:
El Almacén General de Depósito podrá prestar los servicios señalados en los literales d),
e), f), g), h) e i) a terceros diferentes de sus depositantes, siempre que la prestación de dichos
servicios no afecte el normal desarrollo de las actividades a que se refieren los literales a), b) y
c), ni asuma obligaciones o incurra en responsabilidades que afecten su liquidez y solvencia.
Se denomina Almacén Propio al recinto que de manera exclusiva está en posesión y uso
del Almacén General de Depósito, sea como propietario, arrendatario, comodatario o en virtud
de cualquier otro título, en el cual se pueden realizar las operaciones y prestar los servicios
propios de su giro, establecidos por el órgano social competente del Almacén General de
Depósito para cada Almacén Propio. En caso la posesión y uso del Almacén Propio sea a título
distinto al de propietario, el Almacén General de Depósito puede recibir en depósito, en ese
almacén, bienes del propietario del mismo, siempre y cuando dichos bienes estén sujetos a todas
las medidas de seguridad y control del Almacén General de Depósito que corresponden a un
Almacén Propio.
Almacén Propio de propiedad del Almacén General de Depósito, definido como tal por
el órgano social correspondiente del Almacén General de Depósito, en el cual se pueden realizar
todas las operaciones y servicios propios del giro del Almacén General de Depósito y que cuenta
con la infraestructura necesaria para el almacenamiento de bienes.
En conformidad con la Sección Sexta del Libro Segundo de la Ley de Títulos Valores,
Ley Nc 27287, los almacenes generales de depósito pueden emitir Certificados de Depósitos y
Warrant, a fin de respaldar diversas transacciones comerciales que se realicen sobre diversos
bienes depositados y en particular de concentrados de minerales.
(109)
La Ley del Sistema de Seguridad y Defensa Nacional, Ley N° 28478, tampoco hace precisión alguna.
(ni) cfr BASADRE AYCJLO, Jorge; “El Cateo Minero. El Permiso de Prospección en la Actividad Minera.
Introducción al Régimen de Concesiones”. En: REVISTA DEL FORO, Lima, Enero-Junio, N° 1, 1989, p.
171.
(11S)
Op. cit., p. 75 y mantiene tal concepto en su DERECHO MINERO COMÚN, Edición 1999, pp. 54 y 55.
(120)
Op. cit., pp. 82, 83.
(123)
Cfr. REVISTA DE DERECHO Y CIENCIAS POLITÍCAS, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Año III, T. III, Lima, 1939, pp. 438-699.
(124
> Carlos RODRÍGUEZ ESCOBEDO, Op. cit., p. 84.
(12S)
SILENZI DE STAGNI, Adolfo; “Principios Generales del Derecho de Exploración de Minas”, REVISTA
JURÍDICA ARGENTINA LA LEY, T. 37, Enero- Marzo, Buenos Aires, 1945.
(126) H00VER, Theodore Jesse; ECONOMÍA MINERA, Edición Fondo de Cultura Económica, Versión
española de Anselmo Ortiz, México D. F., 1946.
<127> Ibid.
<133> GARCÍA MONTÜFAR; Guillermo; Op. cit., pp. 53, 54; y, RODRÍGUEZ ES- COBEDO, Carlos; Op.
cit. pp. 81, 82.
li40
> GARCÍA MONTÚFAR, Guillermo; Op. cit., pp. 13.
<145> Expresa Julio RUIZ BOURGEOIS; Op. cit., T. I., p. 14, que: “Descubierto un yacimiento, por azar o como
fruto de una investigación, se hace necesario trabajar con labores adecuadas a él, como piques, socavones
y galerías, si es una veta o un manto o subterráneo. Es esta la fase más importante de la industria minera,
la que constituye su verdadero centro, porque en ella se separan o arrancan del subsuelo o de la tierra las
substancias minerales que interesan al individuo y a la colectividad, Recibe el nombre de explotación y sus
caracteres son bien diferentes de la agricultura y otras industrias, porque ellos están impuestos
directamente..., por la naturaleza del yacimiento minero”.
<159> LASTRES BÉRNINZON, Enrique; DERECHO DE MINERÍA Y ENERGÍA, Primera Edición, Talleres
T Copia, Edición Postuma, Lima, 2009, p. 85