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21.

CONCEPTO GENÉRICO

Actividad es la facultad de obrar o conjunto de actividades propias de una persona o una


actividad, según la definición dada por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española. Haciéndola extensiva a la industria minera, es la acción humana en el conjunto de
labores o tareas relativas a la industria minera, anterior o posterior a la explotación minera y para
el cual se cuenta con el auxilio de la ciencia y de la técnica.

22. CONCEPTO JURÍDICO

Desde el punto de vista jurídico, el concepto de actividad minera reviste mayor amplitud
que la corrientemente aceptada como explotación minera. Puede haber actividad minera antes
del conocimiento de la existencia de una mina, como también después de su agotamiento o
extinción, Esta reflexión de carácter interpretativo general, da la pauta orientadora de las diversas
gamas o enfoques que sobre el tema pueden existir, pues desde el punto de vista jurídico, por
actividad minera debe comprenderse todo lo relativo a la geología en relación con la existencia
de los minerales como componentes de este reino. Buscar minerales sin conocer su existencia,
comprende una de las facetas de lo que damos en llamar actividad minera; y, por consiguiente,
se encuentra comprendido dentro de esta específica rama del derecho público, el Derecho Minero.

(92)
DE PABLOS, Tomás; CÓDIGO DE MINERÍA DE LA REPÚBLICA DE ARGENTINA COMENTADO,
p. 248.
Como la industria minera tiene un contenido económico y el Derecho Minero es el ropaje
o la forma de ésta, antes o después de la explotación de los recursos minerales, habrán actividades
mineras. Así, el cateador con el solo hecho de observar las rocas que han sufrido variaciones
durante la formación de los minerales útiles por la presencia de aureolas (halos) de difusión,
afloramientos de los minerales útiles o por el estudio de tipos especiales de plantas que crecen en
los depósitos mineros, realiza actividad minera anterior a la explotación minera.<93)

Del mismo modo, descubierto y evaluado el yacimiento minero, como verificado su


agotamiento o extinción; por ende, su explotación, en la superficie de la mina o en el socavón se
realizarán actividades mineras de seguridad, consistente en la clausura y voladura de los accesos,
o de protección ambiental, como es el caso de la elaboración del plan de cierre.

El término actividad minera no estuvo contemplado en el Código de Minería peruano de


1900 ni en el Código de Minería de 1950. Es recién con el Artículo 3 del Decreto Ley Normativo
de la Industria Minera N° 18225, que aparece por vez primera su utilización legislativa, aun
cuando en el Glosario del referido Decreto Ley no se señalaba qué se entendía por actividad
minera. Esta tendencia fue seguida por la Ley General de Minería, Decreto Ley N° 18880, de 8
de junio de 1971; tanto en el Título Preliminar como en la parte relativa a las definiciones.
Asimismo, se mantuvo en el Título Preliminar y en el Listado de Definiciones de la Ley General
de Minería de 12 de junio de 1981, Decreto Legislativo N° 109, y se mantiene en el Título Preli-
minar del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por Decreto Supremo
N° 014-92-EM. Empero, en el Artículo VI del Título Preliminar del Texto Único Ordenado de la
Ley General de Minería, establece mediante una enumeración enumerativa:

(9i)
MAKS1MOV, A. y Otros; BREVE CURSO DE PROSPECCIÓN GEOLÓGICA, p. 187.

'
'
Son actividades de la industria minera, las siguientes: cateo, prospección,
exploración, explotación, labor general, beneficio, comercialización y transporte
minero.

Señala, además, que la calificación de las actividades mineras corresponde


al Estado y que el Estado o los particulares para ejercer ¡as actividades antes
mencionadas, deberán dar cumplimiento a las disposiciones establecidas en Ia
presente ley.

Dichas actividades son definidas en el Texto Único Ordenado de la Ley


General de Minería, excepto la comercialización. Error que debe superarse. En su
lugar se define el desarrollo minero; pero esta actividad minera, como institución
jurídica, no se encuentra subsumida en el Título Preliminar del Texto Único Ordenado
de la Ley General de Minería, porque forma parte de la explotación minera.

A) ACTIVIDADES MINERAS

23. CATEO

El término cateo proviene de cata, que significa excavaciones

o corte de prueba indagatoria que se hacen en las tierras o canteras para reconocer la
existencia y clase de minerales; al que antiguamente llamaron catas a los primeros
placeres de oro en el Brasil.

En España, siguiendo a ESCRICHE Y MARTÍN<94) y ARANDA,<9S) se usa


cala y cata. Uniendo estas palabra se forma calicata, la misma que origina el verbo
catear; denominándose cateador al sujeto que tiene por oficio catear. Cateo es la
acción de catear y catear es buscar depósito mineral. Indudablemente, catear es un
verbo anticuado; <96) pero es una institución jurídica minera vigente desde la colonia.

<94> ESCRICHE Y MARTÍN, Joaquín; DICCIONARIO RAZONADO DE LEGISLACIÓN Y


JURISPRUDENCIA, T. II, p. 1239.

<9S) ARANDA, Ricardo; COLECCIÓN DE LEYES..., 1786-1890, p. 305

<98> PASAPERA, Manuel Santos; LA NOVÍSIMA LEGISLACIÓN PERUANA DE MINAS,


Tomo I, p. 90.
El Código de Minería de 1900 no definía el cateo, usaba como sinónimos investigación
y reconocimiento en los Artículos 13 y 15. El Código de 1950 siguió la tendencia de su antecesor;
pero en su Exposición de Motivos, informaba de la investigación como sinónimo de cateo,
exploración y reconocimiento.

Es con el Decreto Ley Normativo de la Industria Minera N” 18225, que encontramos una
definición legal de cateo como acción de poner en evidencia indicios de mineralizaáón por medio
de labores mineras elementales.

El Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por Decreto Supremo
N° 014-92-EM, cuyo antecedente inmediato es el D. L. N° 18880, derogado, define el cateo,
agregando el término “conducente”, como: Acción conducente a poner en evidencia indicios de
mineralización por medio de labores mineras elementales.

De la definición dada es menester precisar que evidencia, según el Diccionario de la Real


Academia de la Lengua Española, es toda certeza clara, manifiesta, patente, indudable de una
cosa. En cambio, indicios o rastros, son las señales directas que indican la existencia de
yacimientos útiles.

MAKSIMOVfí97) citando a V. Y. SMIRNGV, divide los indicios para la exploración -


válido para el cateo y la prospección- - en “naturales”, ligados con la formación y destrucción del
yacimiento, e “históricos-populares’' al que denominaremos catastrales, ligados a su vez con la
actividad de los descubridores de yacimientos minerales del pasado.

Dentro de los “indicios naturales” se cuentan: Io Las zonas de rocas que han sufrido
variaciones durante la formación de los minerales útiles; 2o Aureolas (halos) de difusión; 3o
Afloramientos de los minerales útiles a la superficie; 4) Tipos especiales de vegetales que

(97)
MAKSIMOV, A. y otros; Op. cit., p. 187.

crecen en los yacimientos. En los "indicios históricos-populares” se encuentran: Io Viejas labores


mineras y derrumbaderos; 2o Restos de antiguas instalaciones enriquecedoras; 3o Datos
arqueológicos e históricos, incluso, los contenidos en los expedientes de derechos mi- ñeros
antiguos extinguidos.<9a)

El cateo como actividad minera es una labor muy antigua vinculada a la radomancia o
predicción del futuro por medio de varas.
En minería el uso de la vara adivinadora en forma de “Y” de árboles y plantas como el
avellano o el sauce llorón, parece ser el antecedente más remoto en la búsqueda de depósito de
minerales, según se desprende de los gráficos de labores mineras en el medioevo y contenidos en
el libro De Re Mettalica, publicado en 1556 por Georgius AGRÍCOLA, padre de la metalurgia.
Con tal propósito, también se empleaban despabiladeras, tijeras, cuchillo y tenedor; un libro
abierto, el asa de un cubo, pinzas, alambre galvanizado, tenazas, pedazos de hierba, un bastón;
inclusive, aunque cause hilaridad, salchichas.

En el listado de instrumentos enumerados por Iheodore J. HOOVER,(99> resalta el


“pendules explorateur” o el “péndulo mágico”, consistente en un anillo y otro peso suspendido
en un hilo. En el Perú, creemos que este péndulo o plomada es el llamado

(98)
Respecto a esta forma de ubicar indicios de mineralización, Raúl Sánchez Díaz Llerena, poseía información
de los denuncios abandonados desde el año 1932 hasta el año 1991, así como de las concesiones caducas
por falta de pago del canon minero desde el año 1915 hasta el año 1992, publicadas de libre denunciabilidad.
Estas publicaciones indican la clase de sustancia específica y concreta del derecho minero revertido al
Estado peruano. Luego de solicitar y estudiar los expedientes de los derechos mineros del archivo del
Instituto Geológico Minero y Metalúrgico -INGEMMET, proporcionan valiosa información al inversor
nacional o extranjero. Son varios los casos en la praxis minera que ha posibilitado ubicar sustancias
minerales en área determinada.

(,9)
HOOVER, Iheodore J.; ECONOMÍA MINERA, pp. 380-383.

“schumfell” en honor a su inventor Karl SCHUMFELL; cuyos procedimientos para descubrir


tesoros escondidos, fuentes subterráneas, yacimientos de carbón, petróleo, minerales diversos y
otros han sido descritos por Daniel DE ROLTZ en su libro LOS TESOROS DESCONOCIDOS.

El sujeto que realizaba el cateo con la vara adivinadora, era llamado “zahori” y el
procedimiento consistía en:

Al hacer un estudio del terreno, el zahori sostiene uno de los extremos de la vara con
cada mano, manteniendo la parte más larga para arriba, y marcha a través del terreno. Cuando
se aproxima a una corriente de agua se ve que la rama se inclina hacia el suelo, a veces con tal
fuerza que la vara se rompe total o parcialmente.

Se asegura que el mismo fenómeno se repetirá siempre que se cruce el mismo punto,
incluso si el buscador Ueva los ojos vendados o si se emplea otro zahori experto; y que, si se
cava un pozo en el lugar indicado, se encontrará agua. El zahori se queja a menudo de
agotamiento y de vértigo y en algunos casos, las sensaciones internas que sufre al aproximarse
a un lugar determinado son tan notables, que desecha y se fía de sus sensaciones únicamente
para descubrir la supuesta localización de las fuentes subterráneas y las corrientes de agua.
Algunos pretenden también que son capaces de descubrir la situación de yacimientos minerales
de toda clase.(100'1

Actualmente, son escasos los testimonios de la existencia del zahori, debido a que el
hombre conoce cada día más la estratificación y las características geológicas de la tierra. Tal
conocimiento es más científico por la óptima formación de los Ingenieros Geólogos y de Minas,
estudiosos del potencial minero del Perú. Empero, existen personas que, si bien no tienen una
formación académica, tienen un conocimiento práctico adquirido en las páginas del libro de la
vida: la naturaleza. A estas personas se les llama en el Perú

UOO) HOOVBR, Theodore J.; Op. cit, pp. 379, 380.

mineros artesanales, curiosos o cateadores; en Brasil, garimpeiros, término que designa al


buscador de placeres de oro; y, en México, gambusinos. 1

24. SISTEMAS DE CATEO

En el Cateo hay tres elementos inseparables entre sí: uno subjetivo, el hombre; y otros
dos objetivos, la zona o superficie a catear y los trabajos o labores para lograr tal propósito.
Ninguno de estos elementos podría separarse uno del otro, aun cuando haya presencia de
afloramientos, halos u otros indicios.

El cateador, garimpeiro o gambusino (sujeto) siempre realizará esfuerzo y derroche de


energías. Al escalar las faldas de un cerro, cruzar ríos, cargar sus aparejos e instrumentos o al
pernoctar expuesto a las inclemencias y peligros de la naturaleza. Este desplazamiento libre o
reglamentado del minero sobre la superficie o genéricamente sobre el territorio patrio, además de

<101)
La importancia de estos personajes ha sido descrito por Benjamín VICUÑA MACKENNA, EL LIBRO DEL
COBRE Y DEL CARBÓN DE PIEDRA EN CHILE, Imprenta Cervantes, Santiago de Chile, 1883, pp. 430
y 431, quien decía; “E) cateador antiguo y espontáneo y valiente, privado de todo estímulo, echado ahora
de cabeza al pozo de ordenanza, ha desaparecido de esta manera; y por semejante causa ya no se descubren
minas en Chile sino por sociedades anónimas, esto es por colectividades, que en el acto se resuelven en
pleito por el reparto, si el hallazgo resulta bueno; por los gastos, si se trueca en broza.
Y sin embargo de esto, según lo afirma nuestra experiencia casera y un divulgador ilustre (Simonin), es el
humilde labriego, guiado por su instinto o por la antorcha sorda de la casualidad, quien ha descubierto en
todas partes las más ricas minas del universo. No fueron Colón, ni Pizarro, ni Diego de Almagro, ni Hernán
Cortes los que en el Nuevo Mundo descubrieron a Potosí ni a Chanarcillo, a Guanajuato y Agua Amarga o
Cerro de Pasco. El que descubrió a Potosí era un indio cazador. El que descubrió a Pasco fue un pobre
pastor de llamas. El que descubrió a Chanarcillo era un arreador de borricos”.
las labores y trabajos que realiza, está regulado por la ley.

A esta regulación en el Derecho Minero se denomina sistemas, los mismos que responden
a criterios de libertad, autorización, restricción, libertad relativa o reglamentación; y, mixto, que
resulta de la yuxtaposición de las anteriores.

En la doctrina hay diversas clasificaciones del sistema de cateo. Estas responden a


criterios legislativos y de interpretación de los mismos. Isaías PACHECO JIMÉNEZ distingue el
cateo libre, el prohibido y reglamentado; Jorge BASADRE AYULO, en libertad absoluta,
libertad relativa y cateo autorizado; J. Moisés SOTOMOYOR OLIVERA, en cateo libre, cateo
autorizado y cateo mixto; Guillermo GARCÍA MONTÚFAR, en cateo libre, cateo autorizado y
cateo mixto; y, Armando URIBE HERRERA, en cateo libre y reglamentado.

La clasificación que asumimos, con reparos, es la que resulta de integrar las realizadas
por Isaías PACHECO y Armando URIBE. La misma tiene como sustento instituciones jurídicas
administrativas como el permiso, licencia, autorización y concesión.

Clasificamos dicha institución jurídica en cateo libre y cateo restringido o reglamentado


al recoger éste último instituciones que responden a actos administrativos por el cual se levanta
una prohibición. El permiso se halla en el sistema de cateo restringido. La licencia, autorización
y concesión al sistema de cateo reglamentado. Por

lo dicho, no concebimos la existencia de un sistema mixto, porque entendemos por sistema al


conjunto ordenado de cosas, reglas o principios sobre una materia.

El Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, al establecer que
el cateo es libre sobre todo el territorio nacional, hace suyo el sistema de cateo libre. Como
excepción, hace suyo el sistema de cateo reglamentado o restringido,2 al señalar prohibiciones
para catear en áreas donde existen derechos mineros, áreas de no admisión de denuncios y
terrenos cercados o cultivados, sobre zonas urbanas o de expansión urbana, en zonas reservadas
para la defensa nacional, en zonas arqueológicas y sobre bienes de uso público.

Por ello, podemos decir que es propio del sistema de cateo libre la institución jurídica del
cateo propiamente dicho y del sistema de cateo restringido o reglamentado, la prospección y la
exploración; entendida estas, para los fines de su clasificación, como instituciones jurídicas

2 PADILLA, Francisco E.; CURSO DE DERECHO MINERO ARGENTINO,


resultantes de un acto administrativo: permiso, autorización o concesión.

a) Sistema de Cateo Libre

La inaplicabilidad del principio de inviolabilidad de la propiedad superficial con fines de


utilidad pública, interés público o interés nacional, es lo que caracteriza a este sistema. Faculta a
toda persona natural o jurídica, incluido el Estado a realizar indagaciones, investigaciones o
reconocimientos de los “indicios” de mineralización sin acto administrativo previo.

Por este sistema empieza la relación del dominio minero con el dominio común, civil o
superficial. Se puede catear por este sistema en terreno propio o en terreno ajeno; pero limitándose
en terrenos cercados o cultivados y en las demás previstas en la ley, que dicen relación con el
sistema de cateo restringido o reglamentado. Asimismo, se puede catear sobre terrenos baldíos o
eriazos regulados por el Decreto Ley N° 11061 de 15 de julio de 1949, que dispone que el Estado
entra en posesión de dichos terrenos.

b) Sistema de Cateo Restringido o Reglamentado

Faculta al cateador a realizar labores propias a tal actividad; pero

derivado su ejercicio de un acto administrativo: permiso, licencia, autorización, contrato o


adjudicación. Cada país, de acuerdo a su potencial minero, adopta por lo menos uno de estos actos
administrativos.

En este sistema también hay una relación directa o indirecta entre los elementos que
componen el cateo: el área geográfica o territorio; los instrumentos necesarios; el cateador; y, el
acto administrativo. El acto administrativo ha de referirse al área geográfica donde existen
indicios de mineralización o puede darse el caso que, emanado el acto administrativo, con
posterioridad se encuentren los indicios o posibilidades de mineralización. Este acto otorga al
sujeto la facultad de realizar labores de cateo en áreas prohibidas o restringidas, denominándose
prospección; utilizándose para tal efecto, instrumentos elementales como el cincel, soplete y
martillo o combinándose estos con los métodos de prospección magnéticos, gravimétri- cos,
eléctricos, sísmicos, térmicos, radiactivos, aero-fotográficos y/o vía satélite, así con técnicas
avanzadas.(1M) Métodos de cateo técnico que la legislación peruana no ha previsto como sí lo
hacen los Códigos de Minería boliviano y brasilero. Empero, el empleo de instrumentos
elementales o técnicas depuradas, no varía el objeto de esta institución jurídica minera: ubicar
depósitos de mineralización.
Habíamos precisado que el Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de
Minería, establece que el cateo es libre en todo el territorio nacional (sistema de cateo libre); pero,
excepcionalmente, faculta a realizar esta actividad en la forma precisada, donde existan con-
cesiones mineras, áreas en las que se haya declarado la no admisión de denuncios, en las áreas
de reserva nacional, sobre bienes de uso público, terrenos cercados o cultivados, en zonas urbanas
o de expansión urbana, en zonas reservadas para la defensa nacional y en zonas arqueológicas.
Resulta importante explicar cada una de estas restricciones.

1) Concesiones Mineras

Las supuestas áreas de mineralización o las mineralizadas, son otorgadas a los


particulares y al Estado a través del sistema de concesiones mineras.

<103)
BALDEÓN RlOS, Juan Francisco; LA PROSPECCIÓN MINERA, Tesis de Bachiller en Derecho y Ciencia
Política, con recomendación de publicación, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de
Derecho y Ciencia Política, Lima, 1992, 357 pp.

El Título Segundo, Capítulos í al IV del Texto Único Ordenado de la Ley General de


Minería, trata de las Concesiones Mineras, las mismas que son de Exploración-Explotación
Minera (Artículos 8 y 9), Beneficio (Artículos 17 y 18), Labor General (Artículos 19, 20 y 21)
y Transporte Minero (Artículos 22 y 23).

Por el cúmulo de derechos reales que otorgan dichas concesiones mineras para el fin
económico que se haya concedido en el área determinada, hay restricciones a terceros, incluido
el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico -INGEMMET-, de realizar labores de cateo; aun
cuando su ejercicio sea con el objeto de buscar indicios de mineralización de sustancia distinta
a la otorgada (Artículos 8 y 9 del Reglamento de Procedimientos Mineros, aprobado por
Decreto Supremo N° 018-92-EM).

En la época colonial, siguiendo el criterio de exclusividad de la concesión minera, según


expresa Isaías PACHECO JIMÉNEZ, no cabía la posibilidad de catear en pertenencia ya
concedida al tener el minero el derecho de explotar todo el mineral que se hallara en las
entrañas de la tierra. 3 Cita para ello dicho autor boliviano, Las Ordenanzas del Perú (II, Título
VIII) y Las Ordenanzas de Nueva España (Artículos XVII, Título VII).

DERECHO MINERO DE BOLIVIA, p. 204.


El Código de Minería peruano de 1900, Título II, Artículo

17, que trataba sobre el Cateo y Reconocimiento, no facultaba catear en área común sobre
sustancia diferente; más aun, no diferenciaba las sustancias concesibles.

En cambio el Código de Minería de 1950, entendía que el concesionario de sustancias


metálicas podía catear libremente sobre concesiones de sustancias no-metálicas o
carboníferas, si se hallasen en área común (Artículos 29 al 32); criterio que fue seguido por el
Decreto Ley N° 18880 y el Decreto Legislativo N° 109, éste último en el Artículo 70 hacía
extensivo a los desmontes, relaves y escoriales; para luego ser derogado por el Decreto
Legislativo N” 708.

2) Áreas de No Admisión de Denuncios

A tenor del Artículo 25 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado
por Decreto Supremo N° 014- 92-EM, el Ministerio de Energía y Minas solo podrá autorizar
áreas de no admisión de denuncios, al Instituto Geológico Minero y Metalúrgico - INGEMMET,
por plazos máximos de cinco años calendario, con la exclusiva finalidad de que dicha institución
realice trabajos de prospección minera regional, respetando derechos adquiridos y áreas
colindantes a las zonas arqueológicas del país.

Esto significa excluir la posibilidad de catear libremente sobre Áreas Declaradas de No


Admisión de Denuncios, debido a que el Estado realizaría directamente a través del INGEMMET
labores de prospección sin importar la clase de sustancia otorgada mediante autorización.

La Declaración de No Admisión de Denuncios con fines de prospección (cateo técnico),


sobre área determinada mediante Coordenadas U. T. M. y sustancias que se encontrase en dicha
área, es dada por Decreto Supremo (Artículos 8, 9 y 10 del Reglamento de Procedimientos
Mineros, aprobado por Decreto Supremo N" 018-92-EM); cuyo único solicitante como se dijo
antes es el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico-INGEM- MET, descartándose que la
Empresa Minera del Perú realice dicha actividad, debiendo interpretarse restrictivamente ei Ar-
tículo 27 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, en cuanto establece que las
actividades mineras estatales, con excepción de la comercialización, serán ejercidas por la

Empresa Minera del Peni directamente y/o a través de filiales o subsidiarias. Los particulares no
tienen tales atribuciones porque la misma ley solo faculta al INGEMMET.
La Declaración de No Admisión de Denuncios tiene tres elementos constitutivos e
inseparables entre sí: subjetivo, objetivo y temporal. Por el primero, el sujeto hábil para solicitar
las áreas de no admisión de denuncios es el INGEMMET. Segundo, la Declaración de No
Admisión de Denuncios recae sobre algo tangible o sensible como es el medio geográfico en
donde se realizarán únicamente labores de prospección, las mismas que también se refieren a
todas las sustancias que se encontrasen en él. Tercero, se refiere a que el área excluida de libre
denunciabilidad será por cinco (5) años calendario y sin posibilidad de solicitarse la ampliación
o prórroga del plazo en razón que actualmente la industria minera tiene el carácter de interés
nacional, limita al Estado a no declarar indefinidamente la no admisión de denuncios por los
particulares que cuentan muchas veces con mayores posibilidades económicas y financieras para
la exploración y explotación de los recursos minerales.

Como antecedentes en el Perú de la Declaración de Áreas de No Admisión de Denuncios,


tenemos:

Por Ley N° 13769 las minas, aguas, tierras de montaña, petróleo e hidrocarburos que estaban
sujetos a la zona de influencia del sistema eléctrico del Mantaro, entre los meridianos 72 y 73 de
longitud oeste y los paralelos 10 y 15 de latitud sur, fueron declarados como no admisibles de
denuncios, quedando incluso suspendidos los expedientes administrativos en trámite. Con dicha
ley se creó la Corporación de Energía Eléctrica del Mantaro como persona jurídica de derecho
público interno.

El Decreto Supremo N” 015-69-EM/DGM, en su Artículo Unico, suspendía por el plazo de


dos (2) años la admisión de denuncios mineros en la zona comprendida entre los paralelos: por
el norte 13 grados con 00’ y por el oeste 74 grados 00’; área cuya parte oeste estaba comprendida
en la rovincia de La Mar (Ayacucho) y Andahuaylas (Apurímac); la parte este de dicha área en
la provincia de La Convención (Cuzco).

El Artículo 75 del Código de Minería de 1950, aun cuando no establecía la suspensión de


admisión de denuncios señalaba que el Poder Ejecutivo podía declararla exploración de zona

0 regiones mineras.

Por Ley N° 16066 fue modificado el Artículo 75“ del Código de Minería de 1950,
señalándose que la suspensión de no admisión de denuncios sobre área determinada, tenía por
objeto prospectar dichas zonas por un plazo de dos (2) años para luego ser de libre
denunciabilidad.
Por Decreto Supremo N° 011-81-EM/VM, teniendo por sustento el Inc. a) del Artículo 29°
del Decreto Ley N° 18880 y su modificatoria contenida en el Artículo 29, Inc. a) del Decreto
Legislativo N° 35, se declaró la no admisión de denuncios mineros en todo el territorio nacional
hasta el 31 de julio de 1981, fecha en la que se promulgó la Ley General de Minería, mediante
Decreto Legislativo N° 109,

3) Tej'j'enos Cercados o Cultivados

Existe prohibición en el Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de


Minería, Decreto Supremo N° 014- 92-EM, de realizar labores de cateo en terrenos cercados o
cultivados. Tal prohibición tiene como antecedente el Artículo

1 del Decreto Ley N° 18880, que con el mismo criterio usaba dicha disyunción.

Los Códigos de Minería de 1900 y 1950 en sus Artículos

11 y 2, respectivamente, señalaban que todo individuo o sociedad, persona natural o jurídica,


podían catear libremente en terrenos “que no estuviesen cercados ni cultivados'1. Dicha expresión
era confusa y con toda razón Manuel Santos PASAPERA criticaba la negación “ni” que hacía el
Artículo 11 del Código de 1900 y que resultaba válida con relación al Artículo 2 del Código de
Minería de 1950, al afirmar que:

Aquello de en terrenos que no esten cultivados ni cercados es ambiguo. Puede entenderse


que es permitido en terrenos no cultivados; en terrenos no cercados; o en terrenos que no estén
ni cercados ni cultivados. Tratándose de cultivo y cerco de terrenos, puede ocurrir cuatro casos:
1.- Terreno, no cercado ni cultivado; 2.- Terreno no cercado, pero cultivado; 3.- Terreno no
cultivado, pero cercado; y 4.- Terreno cultivado y cercado.(105)

Interpretando el Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería,


aprobado por Decreto Supremo N° 014-92-EM, no es factible catear en terrenos cercados no
cultivados; terrenos cultivados y no cercados; terrenos cercados y cultivados. El cerco puede ser
de alambre con púas y palos, según Jorge BASADRE AYULO, o piedras solas o con barro,
superpuestas y alineadas llamadas “pircas” en la región central del país. Asimismo, conforme al
Artículo 504°-Inc. 3-del Código Procesal Civil, los mojones o hitos, derivados de una sentencia
firme en un proceso de deslinde, constituyen una forma de cerco reconocido por el derecho.

Resulta importante resaltar que cuando la ley señala que el cateo y la prospección no podrán
efectuarse por terceros en áreas donde existen derechos mineros, áreas de no admisión de
denuncios y terrenos cercados o cultivados, salvo permiso escrito de su titular o propietario,
según sea el caso, no escapa a la crítica por utilizar dos institutos jurídicos: autorización a favor
del INGEMMET y permiso a favor del particular. En efecto, la ley al emplear la
expresión, permiso, que se formulará ante el titular de la concesión minera o
del propietario de terrenos cercados o cultivados, resulta
Actividades inadecuada y
mitieras
defectuosa.

Es inadecuado, porque conforme a la doctrina, el permiso es un acto


administrativo discrecional, voluntario o gracioso de la administración
pública para remover una prohibición. Siendo así, el permiso referido en el
Texto Unico Ordenado de la Ley General de Minería, con el que se deja a
voluntad del titular de la concesión minera y del Área de No Admisión de
Denuncios, así como del propietario del terreno cercado o cultivado, resulta
contrario a dicha institución jurídica. Además, porque en realidad la ley minera
estaría otorgando competencia o aptitud legal a los titulares de derechos
mineros otorgados por concesión, así como a los propietarios de los terrenos
cultivados o cercados para remover un obstáculo o prohibición, sustituyendo
la jurisdicción minera.

A lo expresado se añade el hecho que, cuando el Estado a través del


INGEMMET decidiera realizar actividades de cateo y prospección, sin que
mediara declaración de Área de No Admisión de Denuncios, resultaría
inadecuado que tuviese que pedir “permiso previo” al titular del derecho
minero o superficial. Por ello, dicha expresión y no institución jurídica minera,
debería ser modificada por los términos “acuerdo”, “convenio” o “aviso”, en
atención a que las partes podrían acordar el monto de la indemnización por

los posibles daños en la ejecución de las referidas actividades mineras


(Artículo 48 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, y
Artículo 7 de la Ley de Tierras).

Es defectuosa, al establecer que las labores de cateo y prospección se


podrán hacer por “permiso” en áreas en las que hay presunción de la existencia
de depósitos de minerales, y porque en un mismo régimen de excepción se
subsume a un acto administrativo-minero: autorización, con otro que no tiene
tal carácter: permiso.

El “permiso” consagrado en nuestra vigente legislación minera, tiene como fuente inmediata
en la legislación comparada, el Código de Minería de Chile de 1983 al establecer el Artículo 15
que se podrá catar y cavar, libremente, en terrenos abiertos e incultos, quienquiera sea su dueño.
En los demás terrenos, será necesario el permiso escrito del dueño o de su poseedor o
tenedor. Cuando el dueño sea ¡a Nación o la Municipalidad, el permiso deberá solicitarse del
gobernador o alcalde que corresponda.

En los casos de negativa de la persona o del funcionario a Actividades minerasotorgar el


quien corresponda
permiso, o de obstáculos ai ejercicio de ¡a facultad señalada en el primero, podrá recurrir al
juez para que resuelva. Con todo, tratándose de casas y sus dependencias o de terrenos plantados
de vid o de árboles frutales, solo el dueño podrá otorgar el permiso.

4) Zonas Urbanas o de Expansión Urbana

H. CASTRO-POZO DÍAZ, señala que:

El crecimiento de la ciudad demanda la utilización intensiva de ¡a arena, piedras y el


cemento que producen ¡as concesiones no metálicas, y en este sentido, se complementan. Pero,
en determinado momento el propio crecimiento urbano entra en contradicción con estas, desde
que dicha expansión debe realizarse básicamente, sobre los terrenos eriazos, por manifiesto
interés público y social, que se origina en la política de preservación de las áreas agrícolas
circundantes a las ciudades.

(...)

Y por ende, los planes de desarrollo municipal abarcan todo lo concerniente a sus
respectivas jurisdicciones, que incluye las áreas

factibles de explotaciones mineras y las destinadas a proyectos de vivienda de interés


social.<106)

Entonces, la cuestión que se presenta es respecto a la aplicación del Artículo 2C -in


fine- del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, cuando declara que: “Es
prohibido el cateo y la prospección en zonas urbanas o de expansión urbana...; salvo
autorización previa de la entidad competente.

Es de observar que la fórmula adoptada por el legislador para remover la prohibición


de catear en zonas urbanas o de expansión urbana mediante “autorización de ¡a entidad
competente”, no es afortunada. Como expresamos antes, conforme a la doctrina el
permiso es un acto administrativo discrecional, voluntario o gracioso de la
administración pública para remover una prohibición. En realidad, tal como está
redactado el Artículo 2, quien otorga el permiso y no una autorización (acto adminis-
trativo unilateral, de reconocimiento de un derecho pre-exis- tente y por el cual solo se
delimita o encuadra el mismo y que es personal), sería la Municipalidad.

La solución legislativa a adoptarse con la cual no se haría otra cosa que reconocer la
casuística existente, materializada en la jurisprudencia uniforme y reiterada del Consejo
de Minería, es indicar que las Municipalidades carecen de competencia para delimitar
áreas factibles de explotación minera; asimismo, introduciendo una modificatoria al
Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería a fin de que la
Dirección General de Minería otorgue permisos para realizar labores de cateo y
prospección en zonas urbanas o de expansión urbana. Si pensáramos en otra alternativa,
podría adoptarse la prohibición de realizar actividades mineras en determinadas zonas
urbanas, como declara la Resolución Suprema de fecha 13 de abril de 1928,4
estableciendo que no podrá formularse denuncios mineros en el Cerro San Cristóbal de
Lima y en un radio de 1 Km. respecto a la cruz que se halla en dicho Cerro y evitarse
problemas como los generados al expedirse la Resolución Jefatural N° 00238-98-RPM
de fecha 30 de enero de 1998, que aprueba el título de concesión “EL ORIENTE”, Código
Nc010377897, de sustancias metálicas, ubicado en el distrito de La Molina, Lima, sin que
existiera prohibición legal alguna al aprobarse el titulo.

Finalmente, si bien la actividad minera se puede desarrollar en zonas urbanas o de


expansión urbana, originando serias críticas como las de CASTRO-POZO DÍAZ; también es
cierto que la industria minera contribuye, precisamente, al desarrollo y expansión urbana, no
la restringe. Así, construyendo carreteras, puentes, conjuntos habitacionales, centros de
recreación, hospitales, etc. Por ello, apunta Javier BARCO SARAVÍA:

De este proceso han surgido núcleos humanos, villas, pueblos y hasta ciudades o han
crecido y prosperado otros centros ya existentes.Tal es por ejemplo, el caso de la ciudad de
Huancavelica, centro de explotación minera que data desde la colonia; igualmente ¡o es
Cerro de Pasco que, en una relación más estrecha, moderna y planificada se encuentra en un
actual proceso de transformación para convertirse en una ciudad moderna de nuestra
serranía. Otras ciudades como lio, San Juan de Marcona, Morococha, Casapalcci y muchas
más, son vivos ejemplos de lo expuesto.5

POSADAS, Efrén y Tobías; LEGISLACIÓN MINERA (1924-1942), p. 71.


Op. cit., p. 4.
5) Zonas Reservadas para la Defensa Nacional

El Artículo 2°-in ñne- del Texto Unico Ordenado de la Ley General de Minería, establece
la prohibición de realizar cateo y prospección en zonas reservadas para la defensa nacional,
Actividades
salvo autorización previa de la entidad competente. De dicha norma mineras
la cuestión que surge es
saber qué es lo que se entiende por Zonas Reservadas para la Defensa la Nacional.

Una primera aproximación a la interpretación de la norma minera nos lleva a pensar que,
conforme declara el Artículo 71 de la Constitución de 1993:

Dentro de cincuenta kilómetros de ¡as fronteras, los extranjeros no pueden adquirir ni


poseer, por título alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes de energía,
directa ni indirectamente, individualmente ni en sociedad, bajo pena de perder, en beneficio del
Estado, el derecho así adquirido. Se exceptúa el caso de necesidad pública expresamente
declarada por Decreto Supremo aprobado por el Consejo de Ministros conforme a ley.

Es decir, dicha extensión se consideraría como Zona de Reserva para la Defensa Nacional
donde estaría prohibido realizar labores de cateo y prospección.

Sin embargo, aun cuando la norma constitucional se refiere exclusivamente a extranjeros, la


extensión de 50 Km. de frontera escapa a la prohibición de realizar labores de cateo y prospección
en dichas áreas, tanto por nacionales y extranjeros, porque el ejercicio de dichas labores,
conforme a su naturaleza jurídica, constituyen una facultad encaminada a buscar indicios de
mineralización y no otorga derecho alguno, menos el de posesión; por lo dicho, los 50 Km. de
fronteras no sería considerado como Zona Reservada para la Defensa Nacional.

Una segunda interpretación de la norma minera llevaría a manifestar que constituyen Zonas
de Reserva para la Defensa Nacional, el radio de influencia de extensión determinada medidos
desde cuarteles, fuertes, bases, puestos de vigilancia, puertos, campos y otros de uso militar; tal
como disponía el Artículo 14 del Código de Minería de 1900 y el Decreto Supre-

mo de fecha 10 de noviembre de 1961. Este último declaraba:

1. -Está prohibido en las vecindades de las bases aéreas o militares, arsenales,


cuarteles, escuelas militares y dependencias administrativas de las Fuerzas Armadas,
construir centros fabriles a una distancia de su perímetro menor de 50 metros en las
zonas urbanas, 200 metros en ¡as zonas suh-urbanas y de 1,000 metros en ¡as zonas
rústicas.

Aun cuando no hay definición legal algunaíl0B), entendemos por Zonas Reservadas
para la Defensa Nacional, sobre las cuales no es posible realizar labores de cateo,
prospección, expío- ración-explotación, beneficio y transporte minero, de acuerdo a una
interpretación lata del Artículo 22 del Reglamento de Procedimientos Mineros,
modificado por Decreto Supremo N° 022-94-EM, las obras e infraestructuras que
conforman el Sistema de Defensa Nacional.

El Reglamento de Procedimientos Mineros, al no indicarla distancia respecto a las


obras e infraestructura del Sistema de Defensa Nacional sobre las cuales está prohibido
realizar actividades mineras, en la práctica imposibilita realizar labores de cateo y
prospección próximos o contiguos a dichas zonas, que en verdad están fuera de los
alcances de toda prohibición. Asimismo, al formularse petitorios mineros que cubran par-
cialmente dichas zonas y de aprobarse el título de concesión minera indicando el respeto
de las mismas, solución que plantea el Artículo 22 del Reglamento de Procedimientos
Mineros, resultaría imposible respetar en el terreno las Zonas de Defensa Nacional;
debiendo, en todo caso, legislarse precisando el radio de influencia de extensión
determinada, aun cuando el Consejo de Minería mediante Resolución N° 134-93-EM/CM,
ha considerado que no procede realizar diligencia de relaciona-

miento entre un denuncio minero y una base militar o áreas de defensa nacional.

6) Zonas Arqueológicas

De acuerdo a recomendaciones internacionales, precisa la Resolución Suprema N° 559-85-


DE de fecha 11 de setiembre de 1985, Reglamento de Exploraciones y Excavaciones Ar-
queológicas, que el patrimonio inmueble del Perú se clasifica en: 1.- Ambientes; 2.- Monumentos
Arqueológicos o Pre-His- tóricos; 3.- Monumentos de la Época Colonial y Republicana. Y, Los
Monumentos Arqueológicos o Prehistóricos con fines de investigación, conservación y defensa,
se dividen en: a) Zonas Monumentales; b) Áreas de Investigación; y, c) Zonas de Reserva
Arqueológica.

Las Zonas Monumentales -señala el Reglamento-, son los conjuntos arqueológicos cuya
magnitud los hace susceptibles de trato especial en lo que a investigación se refiere, pues su
fisonomía debe conservarse por razones de valor urbanístico de conjunto, valor documental
histórico-artístico y porque encierran un número apreciable de monumentos y/o ambientes
urbano-monumentales.

Las Áreas de Investigación son cualquiera de los sitios o áreas arqueológicas no


Actividades mineras
consideradas como Zonas Monumentales o Zonas de Reserva Arqueológica.

Finalmente, Zonas de Reserva Arqueológica, son aquellas que al no haber sido investigadas
intensivamente deben reservarse para el futuro, en tanto se desarrollen nuevas técnicas de
investigación.

El Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por Decreto Supremo
014-92-EM, al restringir la actividad de cateo en zonas arqueológicas, prohibiéndolo, se refiere
únicamente a las Zonas de Reserva Arqueológica. En efecto, como las Zonas Monumentales casi
siempre están ubicadas en Zonas Urbanas o de Expansión Urbana y las Zonas de Reserva
Arqueológica muchas veces en zonas no urbanas o de expansión urbana; resulta lógica la
prohibición que hace la ley minera.

Como antecedentes legislativos de protección a Zonas Arqueológicas, tenemos:

- La Ley N° 6634, de fecha 17 de agosto 1929, que creó el Patronato Nacional de


Arqueología y prohibía, bajo sanción de multa de 100 libras peruanas y responsabilidad
penal, todo acto de exploración o excavación en los yacimientos arqueológicos
(Artículos 5° y 13°).
- La Ley N° 8853, de fecha 9 de marzo de 1939, que creó el Consejo Nacional de
Conservación y Restauración de Lugares Históricos y Monumentales, establecía que era
obligación del Consejo, dictar las disposiciones pertinentes a fin de impedir que se
destruyan o alteren los lugares, edificios, monumentos, u objetos de valor artístico o
histórico (Artículo 3°-inc.4).
- La Resolución Suprema N° 16, de fecha 31 de enero de 1940, que dispuso: No son
materia de denuncios mineros dentro de las prescripciones del Código de Minería y
Leyes N° 4452, N° 8527, N° 6611, N° 7601 y N° 6588, los yacimientos que pueden
ubicar o ubiquen en los mismos lugares ocupados por los monumentos históricos
denominados huacas y que corresponden a templos y tumbas de las épocas antiguas del
Perú, ni sobre los restos de poblaciones de las mismas épocas (Artículo 1°).
- Ley N° 24047, de fecha 3 de enero de 1985, sobre Amparo al Patrimonio Cultural de la
Nación; y, la modificación introducida por Ley N° 24193, de fecha 19 de junio de 1985.
- El Código Penal peruano, Decreto Legislativo N° 635, modificado por el Artículo Unico
de la Ley N° 28567, publicado en el Diario Oficial “El Peruano” el 2 de julio de 2005,
establece:

El que se asienta, depreda o el que, sin autorización, explora, excava o remueve


monumentos arqueológicos prehispá- nicos, sin importar la relación de derecho
real que ostente sobre el terreno donde aquel se ubique, siempre que conozca el
carácter de patrimonio cultural del bien, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de tres ni mayor de seis años y con ciento veinte a trescientos
sesenta y cinco días multa (Artículo 226°).

7) Bienes de Uso Público

El Artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, prohíbe el


cateo sobre bienes de uso público. Estos bienes se encuentran en la esfera del derecho
público, debido a que su uso es de todos y no es objeto de derecho privado.

La vigente Constitución Política de 1993, establece que: Los bienes de dominio


público son inalienables e imprescriptibles. Los bienes de uso público pueden se
concedidos a particulares conforme a ley, para su aprovechamiento económico (Artículo
73).

MARIENHOFF, citado por Alberto RUIZ ELDREDGE, expresa que:

Son clase de dominio público en particular: el terrestre, calles y caminos;


cementerios y sepulturas; universidades públicas; edificios; dominio público de la
defensa nacional; dominio aéreo; dominio público de las aguas e instituciones vinculadas
a ellas.am

<110
> MANUAL DE DERECHO ADMINISTRATIVO, p. 230.

c) Sistema de Cateo Mixto

Llamado también sistema de libertad relativa, es sostenida en la doctrina nacional por


RODRÍGUEZ ESCOBEDO, GARCÍA MQNTÚFAR y BASADRE AYULO; por este sistema,
los terrenos quedan divididos en terrenos de cateo libre o autorizado al igual que las sustancias
minerales. Es decir, dichos autores consideran como un sistema más a los anteriormente tratados,
que resulta de yuxtaponer el sistema de cateo libre con el sistema restringido o reglamentado.<lll>
25. NATURALEZA JURÍDICA DEL CATEO

Tratar acerca de la naturaleza jurídica del cateo, es pretender determinar a qué rama del
derecho pertenece, y si el ejercicio de esta actividad minera (derecho minero) es de naturaleza
Actividades mineras
real, personal o solo es una mera facultad. En la doctrina se explica utilizándose conceptos de
derecho civil y derecho público.

Desde que el Derecho Minero es considerado como un Derecho especial que regula las
relaciones en la industria minera, debido a que, como enseña Alfredo SOLF y MURO: el Derecho
común o civil resulta deficiente para regular ¡as relaciones derivadas de dicha industria, 6 las
actividades mineras reguladas por este derecho especial público, aun cuando se apliquen
supletoriamente normas de derecho civil para las relaciones contractuales, son instituciones de
Derecho Minero.

Para determinar qué dase de derechos origina el cateo, en la doctrina se establece que
constituye un derecho real de posesión, de servidumbre legal de superficie, servidumbre de
carácter personal o genéricamente como un jus in re reducido a un jus tollendi (Jorge BASADRE
AYULO, Alfredo SOLF y MURO, Tomás DE PABLOS y Attilio

VIVACQUA, respectivamente). A este primer grupo llamamos teoría civilista.

En contrapartida, la teoría pública o de derecho subjetivo -ala que nos alineamos-, es


seguida por Guillermo GARCÍA MONTÚFAR, Julio RU1Z BOURGEOIS, Carlos
RODRÍGUEZ ESCOBEDO y Juan Luis OSSA BULNES.

a) Teoría Civilista

Denominamos teoría civilista porque para explicar la naturaleza jurídica del cateo, se
utilizan instituciones de derecho civil: posesión, servidumbre, propiedad inmobiliaria, superficie
o jus in re.

1) El Cateo como ejercicio del derecho de posesión Afirma Jorge BASADRE


AYULO, que esta actividad de búsqueda involucra un derecho real de posesión a tenor
del Artículo 896 del Código Civil, por ¡a existencia de uno o más poderes inherentes a
la propiedad: el uso, el disfrute y la disposición del bien; por ello, la ejecución de estas

6 PROGRAMA DE DERECHO DE MINERÍA., p. 6.


facultades es de derecho real porque la ley descarta el elemento intencional. Señala -
además el autor- que basta el ejercicio fáctico para que exista posesión y que el elemento
"animus" defendido por Savigny y que consiste en "actuar como propietario” no tiene
vigencia actual. (llí>

Discrepamos con lo expresado por el autor citado, porque el cateo involucra la


existencia de tres elementos: geográficos, la tierra o superficie; sujeto, el cateador;
material, los instrumentos o herramientas con los cuales se persigue el objeto; y el objeto
propiamente dicho, buscar indicios de mineralización sobre el primer elemento.

(113
> Artículo cit., pp. 174, 175.

La relación del sujeto con sus herramientas sobre el medio geográfico para buscar indicios
de mineralización no siempre es directa. A la relación directa el autor llama derecho real de
posesión, definido en el Artículo 896 del Código Civil como el ejercicio del hecho de uno o más
poderes inherentes a la propiedad. Por ello, al realizarse cateo aéreo-fotográfico, como informaba
el Código de Minería Boliviano de 1965, en tal caso no puede decirse que hay posesión directa o
de hecho sobre el área del terreno y tampoco el ejercicio fáctico del derecho de propiedad referido
al cateo, porque el mismo no siempre se hará sobre la superficie, sino, generalmente, sobre el
subsuelo donde se encuentra la esfera del dominio estatal.

En el Derecho Minero los depósitos minerales que se hallan dentro o sobre la tierra
pertenecen al dominio del Estado. ¿De qué dominio trata el autor?, ¿del minero o superficial?,
¿se puede decir que el cateo es un derecho real de posesión cuando el cateador se encuentra parado
sobre un bloque de roca mineralizada?. Además, olvida el autor que el objeto del cateo es la
búsqueda e investigación de la existencia de un depósito mineral y no en sí la posesión del área.

2) El Cateo como servidumbre legal de superficie

En concepto de Alfredo SOLF Y MURO, el cateo es: Una

verdadera servidumbre legal de superficie, aun cuando falta el pre dio dominante, pues el subsuelo

mientras en él no se descubren sustancias mineras no constituye propiedad aparte de la del suelo.


Es un derecho real y sujeto a la legislación inmobiliaria.(114)

Alo expresado manifestamos que en el vigente Código Civil no hay servidumbre sin la
existencia de un predio dominante, si no hay éste menos puede haber predio sirviente. De aceptar-
se que el cateo es una servidumbre legal de superficie, sobre la misma no podrían realizarse
labores que alteren la superficie; por tanto, siendo objeto del cateo la búsqueda e investigación de
indicios de mineralización, deviene en inconsistente lo expresado por el autor citado.
Actividades mineras

3) El Cateo como derecho real inmobiliario de carácter personal

Tomás DE PABLOS, dentro de la misma teoría civilista, invocando el Artículo 2503


del Código Civil argentino, señala, aun no encontrándose en la enumeración de bienes
inmuebles, que se trata de un verdadero derecho real inmobiliario de carácter personal;
más estrictamente, que la institución del cateo es una verdadera servidumbre de carácter
personal. 7

Respecto a lo expresado por este autor, tenemos también reparos cuando pretende
explicar la naturaleza jurídica del cateo como servidumbre de carácter personal. Esto
porque la servidumbre, como institución jurídica, no se da en atención a una. persona,
sino en atención al predio y reviste una limitación del derecho de propiedad por razón de
vecindad o colindancia. Al parecer el autor hace suya la doctrina de la servidumbre de
carácter administrativo, invocando una norma de derecho privado, por la cual es aceptada
la existencia de una servidumbre personal; pero dependiendo de un acto administrativo
que no es necesario en el cateo.

4) El Cateo coyno jus tollendi

Finalmente, otra definición de carácter civilista del cateo es dada por Attilio
VIVACQUA. Establece el autor brasilero que la actividad del cateo tiene el carácter de
un jus in re, reducido

(11S>
Op. cit., pp. 24, 25.
a un jus tollendi: o direitto de faiscar e garimpar ñao tem caráter dejus in re. Reduzse a
um mérojus tollendi:(llí)

Enseña Eugéne PETIT, que el jus tollendi faculta: Si se ha hecho construcciones o


reparaciones necesarias, se le permite entregar el fundo, nada más a condición de ser
indemnizado. Si eran solamente útiles, posée el jus tollendi, es decir, el derecho de levan-
tar sus materiales antes de entregar el inmueble con tal que no ¡o haga sin deterioración.8

Observamos que el autor brasilero no considera el objeto del cateo: buscar, hurgar o
investigar depósitos minerales. Sería aplicable tal definición, si al dominio predial
también comprendiese el subsuelo, propio del sistema de accesión del dominio minero.
Esto no se da en el moderno Derecho Minero que hace suyo el sistema dominial del
Estado; por tanto, de aceptarse el cateo como un jus in re, jus tollendi o como derecho
real, implicaría aceptar que nuestro sistema de dominio minero es de accesión.

b) Teoría pública o de derecho subjetivo Establece dicha teoría que la naturaleza


jurídica del cateo no denota características de derecho real ni personal. No es un derecho real
porque no es exclusivo, excluyente, transmisible; y porque su objeto es descubrir un yacimiento
minero. No es un derecho personal porque no se da a determinada persona, sino que su ejercicio
está facultado al que sea o no dueño del terreno. Por tanto, es un derecho que todos gozan por
imperio de la ley al ser una facultad al igual que tienen todas las personas para transitar por
las calles o cazar en tierras ajenas, abiertas e incultas,9 y según establecen los Artículos 930 y
931 del Código Civil.

En la doctrina nacional, Guillermo GARCÍA MONTÚFAR prefiere denominar a tal


facultad como derecho público de la clase de derechos subjetivos, haciendo suyo lo expresado
por RECASENS SI- CHES, que todo derecho subjetivo es una conducta propia jurídicamente
autorizada y protegida/1191 En el mismo sentido, Carlos RODRÍGUEZ ESCOBEDO es del mismo
parecer y añade que es un derecho subjetivo protegido por la ley.<12#)

Entendido derecho público como la suma de facultades que los particulares tienen frente
al poder público y que representa una serie de limitaciones que el Estado se impone a sí mismo;
(121,
creemos que no debe considerarse a las labores de cateo sobre terrenos de dominio privado o

(11B
> A NOVA POLÍTICA DO SUBSOLO E O REGIMEN LEGAL DAS MINAS, p. 594.
ll7
< > TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO ROMANO, p. 255.
<118> RUIZ BOURGEOIS, Julio; INSTITUCIONES DE DERECHO MINERO CHILENO, T. II, p. 83.
público, como actos perturbatorios o delito de usurpación. Por ello, adhiriéndonos a la teoría que
considera el cateo como una mera facultad de derecho público, no como derecho subjetivo que
es genérico, pues dice relación con un derecho real o personal; decimos siguiendo a Julio RUIZ
BOURGEOIS, Juan Luis OSSA BULNES,*12® el Proyecto del Código de Minería de 1950 del
Actividades mineras
Dr. Raúl NORIEGA(123> y Guillermo GARCÍA MONTÚFAR, el cateo es la facultad que tiene
toda persona de realizar labores de búsqueda o investigaciones encaminadas a determinar indicios
de la existencia de un depósito mineral, siendo de naturaleza pública, intransferible e
intransmisible al constituir una mera facultad reconocida por la ley minera.

La naturaleza jurídica del cateo antes precisada, de modo alguno no ha quedado alterada
con la publicación en el Diario Oficial “El Peruano” el 10 de abril del 2008 de la Resolución
Ministerial N° 167- 2008-MEM/DM que aprueba los Términos de Referencia Comunes para las
actividades de exploración minera Categorías I y II, conforme a los cuales los titulares mineros
deberán presentar la Declaración de Impacto Ambiental y el Estudio de Impacto Ambiental
Semidetalla- do, así como la Ficha Resumen de Proyectos y Normas para la Apertura y Manejo
de Trinchera y Calicatas.

La Resolución Ministerial N° 167-2008-MEM/D constituye un dispositivo legal de


carácter instrumental y moderno de medidas de seguridad y ambiental en las actividades de cateo,
prospección o exploración, por la que se aprueba el Anexo IV, Normas para la Apertura y Manejo
de Trincheras y Calicatas:

Las personas naturales o jurídicas que, para fines de cateo, prospección o exploración
minera, requieran excavar calicatas o trincheras, deberán realizarlas de conformidad con las
siguientes normas:

o En calicatas y trinchera de más de 1 m. de profundidad excavadas manualmente y


sin sostenimiento, toda persona que ingrese a la excavación deberá estar prevista de
arnés y cuerda de vida y será asistida por otra persona en superficie, quien tirará de
la cuerda indicada en caso ocurriera un derrumbe de las paredes de la excavación.
o No está permitida ¡a excavación manual de calicatas y trincheras de más de 2 m. de
profundidad. En suelos poco cohesivos el límite de profundidad podrían ser menor
si se evidencian ries gos de derrumbe de las paredes,

o En suelos pocos cohesivos que indiquen riesgo de derrumbe de las paredes de


calicatas y trincheras serán reforzadas con tabiques de madera y puntales durante
la excavación y muestreo.
o En la excavación de calicatas y trincheras deberá llevarse un registro de las
diferentes capas del suelo y subsuelo y su grado de compactación. Asimismo, se
deberá reservar por separado y en lugar adecuado y seguro la capa de suelo
orgánico y las capas del subsuelo subyacentes. Los materiales extraídos serán
acumulados a una distancia no menor a Im del borde de ¡a excavación.
o Si el terreno es inclinado y las trincheras son perpendiculares a la pendiente, las
capas de materiales del subsuelo subyacente se cumularán en el lado pendiente
arriba a la excavación, mientras que el suelo orgánico será acumulado en el lado
pendiente abajo y será cubierto con plásticos de manera adecuada y segura, para
evitar su pérdida por acción de la lluvia y/o escorrentía.
o Las trincheras no tendrán una longitud mayor a 10 m. En el caso que se requiera
excavar una trinchera de mayor longitud, esta deberá ser excavada en tramos de 10
m de longitud como máximo, dejando tabiques o intervalos de separación en suelo
intacto de una longitud no menor de 1 m. Los tramos deberán ser excavados de
manera alterna, debiendo remediar la primera serie antes de iniciar la excavación
de la serie alterna.
o Las calicatas y trincheras deberán cubrirse y remediarse lo más pronto posible,
manteniendo el orden y el grado de compacta- ción originales de las diferentes capas
del suelo. En ningún caso una calicata o trinchera permanecerá abierta por más de
una semana. Si la excavación permanecerá abierta por más de un día, esta deberá
cubrirse con una barrera o cerco, delimitando con cinta reflectiva para evitar la
caída accidental de transeúntes o animales,
o Cuando en terrenos inclinados se excavasen trincheras en el sentido de la pendiente,
la remediación deberá realizarse por capas compactadas y finalmente, incluirá la
colocación de bermas de suelo transversales a la pendiente, de 30 cm de acho y 15
cm de altura ubicadas cada 1.5 m, con el fin de prevenir la erosión del suelo
rehabilitado.
o La revegetación para la recuperación de la cobertura vegetal, se realizará
exclusivamente con especies locales (herbáceas, arbustivas o arbóreas, según
corresponda). Si el área a excavar se encontraba originalmente cubierta por
vegetación de tipo pastizal, se deberán preservar las champas de pastos para su
colocación durante la remediación del sitio. En otros casos la revegetación
comprenderá la adición de semillas o plantones de las especies presentes en el
entorno.
o De acuerdo a la naturaleza del caso, se tiene la responsabilidad de adoptar otras
medidas de control de erosión cuando la complejidad del caso lo requiera.
Asimismo, se es responsable de asegurar que, luego de realizados los trabajos de
excavación de calicatas y trincheras, el área excavada no presente mayor
Actividades mineras
vulnerabilidad a la erosión que el resto del suelo no alterado.

26. PROSPECCIÓN

Etimológicamente deriva del latín pro spectatio que significa mirar esperando algo; aun
cuando hay autores que establecen que deviene de prospectio onem que refiere acción de mirar y
tratar de descubrir algo,'124' e incluso encuentran su origen en el sajón pi'ospect y se critica la
variación o el uso como sinónimo de cateo por no obedecer históricamente a nuestro idioma.<13S)

El origen de esta institución jurídica se encuentra vinculada con el cateo, en cuanto


actividad minera para ubicar indicios de mi- neralización en un área determinada, a fin de precisar
la naturaleza y proporción del metal contenido en los indicios. Asimismo, en su origen también
se halla ligada con el cateo a través de la radomanda y docimacia.

Con la radomancia o predicción del futuro, de depósitos de agua, tierra y minerales por
medio de varas como la llamada “adivinadora” de sauce y otros en forma de “Y”, según se
observa en los gráficos del libro “De Re Mettalica” de Georgius AGRICOLA publicado en 1556.
Asimismo, con el péndulo mágico o “pendule explateur”, llamado "schumfell” en la minería
peruana, el mismo que se dice permite descubrir minerales, tesoros o "tapados” en luna llena. El
procedimiento del péndulo mágico consiste:

Si una persona, sobre la que el instrumento actúa por simpatía, hace oscilar el péndulo,
se supone deletrea palabras y contesta preguntas.

Esos péndulos o plomadas se han utilizado en época reciente para localizar yacimientos,
en forma muy parecida a como se emplea la vara adivinadora. El operario observa la dirección
de las oscilaciones del péndulo y por este medio establece una línea de dirección. Luego se pone
a la izquierda o a la derecha de esta línea y dirige otra en forma análoga. El yacimiento se
supone que está en el punto de intersección de las dos líneas ,(12S)

Con el arte denominado docimacia en cuanto se determina por medio de ensayos variados
hechas en pequeñas muestras, la naturaleza y proporción del metal contenido en un mineral.
Uniendo la redomancia con la docimacia, nos lleva a inferir que los instrumentos empleados en
la prospección y en el cateo son los mismos; por ello, la prospección como institución jurídica
tiene como antecedente las labores de cateo.

La prospección como institución jurídica de Derecho Minero, aparece en la Ley de


Petróleo N° 11780, aun cuando el nomen iuris prospección era ya conocido en la Resolución
Legislativa N° 5968 de fecha 31 de diciembre de 1927, por la cual el Congreso de la República
resolvió autorizar al ejecutivo la apertura de un crédito extraordinario de seis mil quinientas
libras (Lp. 6,500) para cubrir los gastos que demandaban los trabajos de prospección geológica
del subsuelo del país.

27. NATURALEZA JURÍDICA DE LA PROSPECCIÓN

Tratar la naturaleza jurídica de la prospección implica determinar si como labor o


actividad minera es autónoma o independiente del cateo y de la exploración o si es implícita a
estos. Debe referirse también, si el ejercicio de dicha actividad es libre o a través de permiso,
autorización, licencia o contrato; y, finalmente, si constituye un derecho real, personal o el
ejercicio es una mera atribución.

a) Como labor minera

Hemos precisado antes que actividad es la facultad de obrar o es conjunto de operaciones


o tareas propias de una persona. Esta acción humana contando con el auxilio de la ciencia y de la
técnica, se da antes o después de la explotación de los recursos minerales, debido al contenido
económico de la industria minera. Por ello al decir de Tomás DE PABLOS,<127) actividad o labor
minera desde el punto de vista jurídico, reviste mayor amplitud que la corrientemente usada como
explotación minera.

El concepto de labor minera es más restringido o específico. V. gr. en la explotación se


realizan labores mineras específicas para determinar las reservas probables llamada “desarrollo”,
y si no hubiese explotación se denomina “exploración”.

Por lo dicho, la prospección como actividad minera autónoma e independiente, es una


institución jurídica regulada en el Artículo VI

del Título Preliminar del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por
Decreto Supremo N° 014-92-EM.
1) En particular es modalidad del cateo

Al realizarse la actividad de cateo, ínsitamente también se

Actividades
realizan labores de prospección; esto en razón que, entendido mineras
el cateo como trabajos
necesarios para ubicar indicios de mineralización en lugar determinado o no, en la
prospección también se persigue lo mismo; pero con indicaciones físicas y químicas
medidas con instrumentos y técnicas de precisión. Investigación que se hará en lugar o
área determinada.

No obstante, no hay separación de labores o actividades, porque realizado el cateo,


premunido el cateador de un martillo y un cincel de acero; aquel llevará luego la muestra o
los indicios al laboratorio o, in situ, determinará con un soplete o reactivos químicos la
existencia de mineralización. Por eso es común escuchar que los pequeños mineros
(cateadores por excelencia) son en realidad grandes prospectores.(12S)

Por ende, como labor minera, la prospección es una modalidad del cateo, siendo especie
y género, respectivamente; y, como no hay separación de actividad o labor, tampoco hay se-
paración conceptual, porque el cateo es extensivo y la facultad de realizar esta actividad
permite la prospección.<129)

2) En general es modalidad de la exploi ación

La prospección como labor destinada a investigar, hurgar o buscar las posibilidades de


mineralización en área determinada; como tal es siempre el aspecto preliminar de la explora-
ción. Es una modalidad restringida de la exploración y potenciada del cateo.

La prospección se diferencia de la explotación en cuanto la primera tiene por objeto


determinar áreas con expectativas mineras; mientras que la última, dice relación con el estudio
detallado y completo de mineralización o yacimientos cuya existencia se ha determinado en
un área específica, utilizándo-

(128)
ROBILLIAR, Rex; EXPLOTACIÓN Y VALUACIÓN DE PROSPECTOS, p. 5.
(12S)

ABREGU GALVAN, Juan; “El Permiso de Prospección: Una figura jurídica inoperante en el D. L. N° 18880”,
III SIMPOSIUM NACIONAL DE MINERÍA, Ponencias - Resúmenes, Cerro de Pasco, 26 - 30 de noviembre
de 1979, p. 101.
se calicatas, zanjas, galerías, socavones, etc/15®’ concluyéndose en si los minerales son
de interés explotables (estudio de factibilidad). Empero, es común a estas actividades,
servir de antesala a la explotación, reduciendo los caracteres de aleatoriedad y onerosidad
que son inherentes a la industria minera.10

De facttum o de hecho, la prospección es una labor ínsita a la exploración al


establecer el Artículo 69 del Decreto Supremo N° 03-94-EM, que reglamenta el Artículo
41 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, que la inversión comprende
estudios topográficos, geodésicos, geoquímica, geofísicos y de factibilidad en labores
consistentes en trincheras y otros.

Sin embargo, no debe interpretarse que la prospección es una etapa acabada de la


industria minera, sino debe entendérsela como una actividad o labor, aun cuando se derive
de un “permiso”, “autorización” o “contrato”, comprendida en la etapa de exploración.
Además, por concepto, la prospección consiste en los trabajos conducentes a descubrir un
criadero mineral y ponerlo en condiciones para su explotación es exploración en sentido
genérico.11

b) Como institución jurídica

Al ejercicio fáctico de la prospección puede denominarse labor minera de prospección,


debido a que es consecuencia de la actividad de cateo restringido o reglamentado; cuyo objeto es
buscar indicios de mineralización. En la prospección se toman en cuenta los indicios in situ, o
derivados de informes catastrales de mineralización elaborado por el Instituto Geológico Minero
y Metalúrgico -INGEMMET, así como en fuentes históricos populares vinculados a zonas
indeterminadas o por determinarse.

La prospección entendida como actividad minera, genera en el derecho minero peruano


situaciones y consecuencias jurídicas especiales. Esta actividad apareja el ejercicio de labores de
cateo en área restringida o reglamentada; pero potenciada a investigar y estudiarse las
posibilidades de mineralización sobre dicha área, la que será demarcada, determinada y ubicable.
Actividad que se ejecuta en forma exclusiva sin importar las sustancias ubicadas en el área, con
el auxilio de la ciencia y de la técnica.

10
Cfr. SILENZI DE STAGNI, Adolfo; Art.. cit. p. 888.
132
< > SILENZI DE STAGNI, Art. cit., p. 882.
Para el ejercicio de esta actividad minera sobre área determinada, debe saberse quién será
el titular: ¿los particulares o el Estado?; y, las consecuencias jurídicas de su ejercicio: ¿derecho
real o personal? o simplemente es la delimitación de una atribución, de un derecho preexistente
o preconstituido?. Asimismo, el acto administrativo del cual se deriva este derecho: ¿permiso,
Actividades mineras
autorización o licencia?

1) Es modalidad del cateo restringido o reglamentado El Artículo 1 del


Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, señala que el cateo es libre en todo
el territorio nacional; pero es restringido o reglamentado en áreas donde existen derechos
mineros y áreas en las que se hayan declarado la no admisión de denuncios. Dichas
restricciones no se refieren a las labores de cateo como atributo del ejercicio del derecho
que otorga la concesión minera, sino que la referida actividad sobre área restringida o
reglamentada asume la denominación de prospección por el empleo de técnicas geológi-
cas, geofísicas, geoquímicas y otros, convirtiéndose en modalidad del cateo.

La prospección como modalidad del sistema de cateo restringido o reglamentado,


siguiendo la doctrina nacional, se clasifica en;(133)

Autorización temporal de cateo exclusivo sobre un área determinada, concomitantemente se


encuentra el derecho preferente a que se otorguen con posterioridad concesiones de exploración
o explotación.

Autorización temporal para catear en cualquier terreno li bre, sin que confiera exclusividad
ni preferencia.

Licencia de cateo para investigar toda clase de minerales, incluidos los de interés nacional
que el Estado los hubiera reservado o solo los que expresamente faculta.

Autorización temporal de cateo sobre área determinada, sin señalarse su utilidad y


preferencia.

Previa a la autorización de cateo debe obtenerse un certificado de aprobación que vale para
todos o ciertos minerales; equivale a una licencia que habilita a desarrollar la actividad minera de
búsqueda.

Autorización temporal de cateo para las entidades estatales en área definida. La ejecución de
la prospección es directa por el ente estatal o indirectamente por los particulares, previo contrato
con dichos entes.

A través de una comunicación dirigida a la autoridad minera se indica el propósito de catear,


señalándose las áreas donde los particulares no podrán hacerlo.

2) Es el ejercicio de una actividad minera

En el derecho minero peruano la prospección es una actividad minera; su ejercicio es el de


un derecho minero atributivo. Tiene como único titular al Estado y su objeto es la investigación
conducente a determinar posibilidades de mineralización en área determinada, por medio de
indicaciones químicas y/o físicas medidas con instrumentos y técnicas de precisión.

En efecto, el Artículo VI del Título Preliminar del Texto Unico Ordenado de la Ley
General de Minería considera a la prospección como actividad minera. Su ejercicio es el
derecho minero a cargo del Estado a través del INGEMMET. Comprende la generalidad
de las sustancias ubicadas en el área de investigación o sobre determinadas sustancias,
como resolvió el Consejo de Minería en Resolución N° 094-83-EM/CM,

3) Directo u originario por autorización

El Estado tiene la facultad, al igual que los particulares, de realizar el cateo en áreas
libres. Empero, dicha facultad o atribución tiene como fuente la noción de atribución de
la norma contenida en los Artículos 1 y 25 del Texto Único Ordenado de la Ley General
de Minería.

Esta atributividad de la norma, que es llamada también positiva, atribuye a un sujeto


(Estado) ¡a facultad de hacer o de omitir aZgo.(134> Es decir, por esta noción de la norma,
el Estado se atribuye el derecho de catear en áreas restringidas a los particulares con el
fin de inventariar y evaluar los recursos minerales; atribución al que se denomina
prospección al recaer en área determinada llamada de no admisión de denuncios
(AMAD), la que será reconocida, delimitada y asignada en un acto administrativo.

El acto administrativo por cual se reconoce y delimita el derecho pre existente del
Estado a favor de INGEMMET, PROINVERSIÓN o el Gobierno Regional es la
autorización, aun cuando es necesario señalar que en la legislación comparada se usa
indistinta o simultáneamente como sinónimos los términos permiso, autorización o
licencia para catear, los mismos que responden a actos administrativos restringidos
(134
> GARCÍA MAYNEZ, Eduardo; INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO, p. 91.

o graciosos como el permiso o reglados como la autorización y la licencia.

El Artículo 25 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería,


Actividades minerasmodificado
por Ley N° 28196, esta última sustituida por Decreto Legislativo N° 1010, utiliza con
rigor doctrinario el instituto de la autorización como acto administrativo por el cual el
INGEMMET, PROINVERSIÓN o el Gobierno Regional tiene la atribución de realizar la
actividad de prospección.

La autorización en la doctrina na sido definida como el acto mediante el cual se hace


desaparecer un obstáculo que impide el ejercicio de un derecho ya existente, el mismo
que transforma este de potencial en actual o en forma restringida, se denomina
autorización a los actos de la administración pública que hacen desaparecer los obstáculos
impuestos por la ley.<135)

Asimismo, sobre la autorización ha escrito Enrique SAYA- GUES LASO, que:

La autorización puede definirse como el acto de la administración que habilita a una


persona física o jurídica, privada o pública, para el ejercicio de un poder jurídico o un
derecho preexistente. Supone, pues, poder o derecho anterior, cuyo ejercicio está
subordinado a la obtención previa de un acto habilitante de la administración, que
remueve el obstáculo jurídico establecido por el derecho subjetivo.

Las autorizaciones pueden otorgarse a los particulares como a personas públicas.


En el primer caso la exigencia de la autorización responde generalmente a necesidades
de policía, en sentido amplio; en el segundo, a razones de contralor administrativo, sobre
todo respecto de los órganos y entes descentralizados. Habilitan indistintamente para
desarrollar una actividad jurídica o una actividad material.

<i3s> Cfr> vÁSQUEZ DEL MERCADO, Alberto; CONCESIÓN MINERA Y DERECHOS REALES, p, 8.

El acto de autorización es unilateral, aunque se dicta a instancia del interesado. Es


también necesariamente previo al cateo o hecho que realizará la persona autorizada. (136>

4) Derivado por Contrato

El Artículo 25 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, con la


modificación introducida por Ley N° 28196 a fin de hacer viable el Proyecto Las Bambas,
dispuso:

El Ministerio de Energía y Minas solo podrá autorizar áreas de no admisión de


denuncios, al Instituto Geológico Minero y Metalúrgico - INGEMMET, por plazos
máximos de dos años calendario, con la exclusiva finalidad de que dicha institución
realice trabajos de prospección minera regional, respetando derechos adquiridos y áreas
colindantes a las zonas arqueológicas del país.

Cada una de estas áreas no podrá comprender más de cien mil (100,000) hectáreas.

INGEMMET, bajo responsabilidad, pondrá a disposición del público, a título


oneroso, los estudios que contengan la información contenida en sus trabajos de
prospección regional, un mes antes del vencimiento del plazo concedido, al término del
cual estas quedarán de libre disponibilidad; con las excepciones siguientes:

a) La Agencia de Promoción de la Inversión Privada - PROINVERSIÓN o


quien haga sus veces, en convenio con los Gobiernos Regionales podrá
encargarse del proceso de promoción de la inversión en todo o parte de dichas
áreas, cuando dentro del plazo de dos años señalado en el primer párrafo del
presente artículo así lo apruebe su Consejo Directivo, ratificado por resolución

<13S) TRATADO DE DERECHO ADMINISTRATIVO, T. I, pp. 414, 415.

suprema; estableciéndose el mecanismo de compensación de los gastos efectuados por


INGEMMET. En este caso, las áreas incorporadas tendrán la condición de áreas de no
admisión de denuncios y/o petitorios y se mantendrán como tales en función al resultado
del proceso, hasta que se otorgue la titularidad de la conce sión minera. El Instituto
Nacional de Concesiones y Catastro Minero - INACC, otorgará las concesiones mineras
respecto de dichas áreas al adjudicatario de la buena pro que adquiera la titularidad o
ejerza la opción, de acuerdo a lo establecido en el contrato. De no suscribirse el contrato
de transferencia o el contrato de opción minera dentro del plazo de dos (2) años de
emitida la resolución suprema indicada, las áreas respectivas serán declaradas de libre
disponibilidad.

b) PROINVERSIÓN o quien haga sus veces, podrá solicitar al Ministerio de Energía y


Minas la incorporación en el proceso de promoción de la inversión la extensión de hasta
cien mil (100,000) hectáreas de acuerdo a los estudios técnico-económicos del proyecto
y dentro del radio respecto de las concesiones mineras incluidas en dicho proceso de
promoción, respetando derechos adquiridos. Estas áreas incorporadas tendrán la
condición de áreas de no admisión de denuncios y/o petitorios hasta que se otorgue la
Actividades mineras
titularidad de la concesión minera.
c) La incorporación a que se refiere el párrafo anterior se aprobará por decreto supremo
con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros y por un plazo de dos (2) años. Vencido
el plazo indicado, de no haberse suscrito el contrato de transferencia o el contrato de
opción minera dentro del plazo previsto en las bases, las áreas serán declaradas de libre
disponibilidad.»

El inciso a) del Artículo 25 de la ley minera con carácter excepcional y por ello no siendo la regla
general, ha introducido la atribución y posibilidad de la Agenda de Promoción de la Inversión
Privada -PROINVERSIÓN-, en convenio con los Gobiernos Regionales, de encargarse del
proceso de la promoción de la inversión en todo o parte de las áreas de no admisión de denuncios
y/o petitorios y de celebrar contratos con terceros respecto a la autorización de áreas de no
admisión ele denuncios y/o petitorios.

Autorización que si bien es cierto es otorgado por Decreto Supremo al Instituto Geológico,
Minero y Metalúrgico -INGEMMET- por el plazo máximo de cinco años calendario, el plazo de
dicho acto administrativo por imperio de la ley y solo cuando PROINVERSIÓN a través de su
Consejo Directivo hubiese acordado encargarse del proceso de promoción en todo o en parte de
las áreas (la que deberá haberse aprobado dentro de los dos años de la autorización), ratificado
por Resolución Suprema y fijado el mecanismo de compensación al INGEMMET por los estudios
realizados, queda sujeto a condición: la suscripción del contrato de transferencia o el contrato de
opción minera dentro del plazo de cinco (5) de emitida la Resolución Suprema.

La clase o tipo de contrato a celebrarse con el inversionista o inversor en el marco del proceso
de promoción a cargo de PROINVERSIÓN, expresamente es señalado en el Inciso a) del Artículo
25. Se trata de dos contratos típicos en el derecho minero peruano: el contrato de transferencia
o el contrato de opción minera. Contratos típicos que, sin embargo, están reservados solo y
exclusivamente al titular de concesiones en los Artículos 164 y 165 del Texto Único Ordenado
de la Ley General de Minería. De donde resulta que, con la modificación realizada al primigenio
Artículo 25 por Ley N° 28196, que denota limitación de concepto, conexión y organicidad,
INGEMMET con intervención de PROINVERSION podría suscribir contratos de transferencia
o de opción minera, respecto a la autorización de no admisión de denuncios y/o petitorios
mineros.

Contrato que de modo derivado otorgaría solo el derecho de realizar prospección al inversor
nacional o extranjero.

El supuesto jurídico contenido en los incisos b) y c) del Artículo 25 del Texto Único
Ordenado, son complementarios entre sí y distintos ai supuesto previsto en el Inciso a). En los
Incisos a) y b) no importa la existencia previa de una autorización de áreas de no admisión de
denuncios y/o petitorios a favor de INGEMMET, sino está sujeto primero, a la existencia de
concesiones mineras incluidas en el proceso de promoción a cargo de PROINVERSIÓN o quien
haga sus veces; y, segundo, a la dación de Decreto Supremo, con el voto aprobatorio del Consejo
de Ministros, que apruebe la incorporación de áreas contigua(s) a la(s) concesión(es) minera(s)
hasta de cien mil (100,000) hectáreas de acuerdo a los estudios técnico-económicos del proyecto.

Las áreas contiguas a las concesiones mineras de acuerdo a la modificación realizada, que
refiere a radio sin indicar la distancia del mismo, tendrán la condición de áreas de no admisión
de denuncios y/o petitorios por el plazo de cinco (5) años de expedido el Decreto Supremo. Plazo
en el cual deberá haberse suscrito el contrato de transferencia o contrato de opción minera.

Los Incisos de la norma minera en examen, también tienen carencia de concepto, conexión y
crganicidad.

En efecto, se dispone que las áreas contiguas a las concesiones mineras tienen la condición
de áreas de no admisión de denuncios y/o petitorios, sin indicar que el acto administrativo que
así lo dispone es una autorización. De estimarse lo contrario, no requería que el Poder Ejecutivo
fuese habilitado por ley para la expedición de un Decreto Supremo. El problema existente en la
ley minera es dar el carácter de áreas de no admisión de denuncios y/o petitorios a las áreas
contiguas, las que están asociadas a un acto administrativo o categoría jurídica denominada
autorización que faculta el ejercicio de la prospección. Sin autorización de prospección en áreas
de no admisión de denuncios y/o petitorios, de modo derivado no podría celebrarse contrato de
transferencia o contrato de opción minera. Adviértase, además, que el mismo Artículo 25 de la
ley minera en su primer párrafo apropiadamente emplea el instituto jurídico de la autorización
que, como se dijo, no es supuesto jurídico para celebrar contrato de transferencia o contrato de
opción en los Artículos 164- y 165 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería.
28. EXPLORACIÓN

Los antecedentes legales de esta institución tienen relación directa con el cateo. En las
Ordenanzas de Birbiesca, dadas en 1387 por don Juan I, se reconoció a los particulares la facultad
Actividades mineras
de buscar minas.(137)

Del mismo modo, en la Ordenanza XVI de Minas del Nuevo Cuaderno, se estableció el
principio de exploración sin limitación alguna.(138) No obstante lo dicho, hay autores que afirman
que en la antigüedad no se la conoció como institución especial previa al descubrimiento de las
minas.(139) Por ello inferimos que la exploración como institución jurídica autónoma es de reciente
data, aun cuando es cierto que sus primeros rezagos se encuentran en el cateo.

La exploración como labor minera e institución jurídica es la actividad encaminada a


demostrar las dimensiones, posición, características mineralógicas, reservas y valores de los

yacimientos minerales; por lo mismo, es anterior a la existencia de la mina, entendida como


acumulación de minerales en proceso de extracción. Se desprende de esta definición que, después
de realizarse las labores de cateo o prospección para poner en evidencia indicios o áreas de posible
mineralización, respectivamente, la exploración es la fase o etapa ñnal que comprende en sí
misma a estas actividades. Como labores de la industria minera, está íntimamente ligada. De
donde resulta que el cateo y la prospección son el contenido de la exploración, en tanto que esta
última es el continente, fase, etapa o consecuencia del cateo y/o prospección.<14C)

Empero, no debe entenderse que el cateo y la prospección no poseen autonomía como


instituciones jurídicas de derecho minero. Al respecto afirma CATALANO:

La exploración (...), abarca aquellos trabajos manuales o mecánicos, superficiales o


subterráneos, tendientes a descubrir minerales y a establecer sus principales características
técnicas y económicas, de ¡as cuales resultará la conveniencia de explotarlos.

Por lo tanto, la exploración (...) comprende no solo las pequeñas labores, desatierres y
recolección de muestras de minerales, sino también la ejecución de galerías y socavones en
profundidad, las perforaciones y son- dajes, los estudios geológicos y geofísicos (...), el
levantamiento de planos y perfiles y el ensayo de las muestras recogidas en laboratorios
químicos y plantas experimentales de beneficio.<141)

En igual forma, señala Adolfo SILENZI DE STAGNI:


La exploración significa investigar la existencia de minerales, su cantidad y calidad en un radio determinado de
terreno y en un tiempo dado.

Conforme con esta definición, no solo comprende la exploración las averiguaciones


tendientes al descubrimiento de minerales, vale decir el cateo, sino también aquellos
trabajos que comprueban la importancia del yacimiento, su firmeza; los de calicatas y
aun, ¡os socavones de exploración.(142)

El Artículo 69 del Decreto Supremo N° 03-94-EM, que reglamenta el Artículo 41 del


Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, establece que la exploración consiste en
estudios topográficos, geodésicos, geológicos, geoquímicos y de factibilidad, y en labores
consistentes en trincheras, trabajos subterráneos y construcción de vías de acceso.

29. NATURALEZA JURÍDICA DE LA EXPLORACIÓN

El ejercicio de la actividad minera de exploración a cargo de los particulares o de las


empresas del Estado, se deriva del acto administrativo minero denominado concesión minera,
conforme al Artículo 9 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, el mismo que
es un derecho real.

Bajo del nomen iuris de concesión minera, el Artículo 20, Inc. a) del Decreto Legislativo
N° 708 otorga el derecho a realizar las actividades mineras de exploración y explotación en un
mismo acto administrativo, el que constituye un cambio radical en la regulación de dos etapas
distintas de la industria minera.

En efecto, tanto los Códigos de Minería de 1900 y 1950, así como el Decreto Ley N°
18880 y el Decreto Legislativo N° 109, regulaban el ejercicio de la actividad de exploración y
explotación en concesiones distintas, las que respondían más a la técnica del laboreo minero que
fue recogida en la doctrina generalizada del Derecho minero que contempla las fases definidas
de exploración, explotación y beneficio.

Por lo dicho, la concesión minera de la que trata el Artículo 29, Inc. a) del Decreto
Legislativo N° 708, recogido en el Artículo 9 del Texto Único Ordenado de la Ley General de
Minería, resulta una expresión tautológica en comparación con las demás concesiones.

El antecedente de los artículos citados se encuentra en la propuesta de sustitución del


régimen de concesiones de exploración y explotación por una sola: la concesión minera, realizada
por César POLACK ROMERO:
Esta concesión, que podría denominarse “concesión minera”, otorga a su titular el
derecho a explorar y explotar, todas las sustancias minerales que hubiesen dentro del perímetro
de ¡a concesión, incluidos los desmontes, relaves y escoriales.

Actividades
Este derecho, obviamente, comprende el de propiedad sobre la mineras
totalidad de las
sustancias extraídas en ¡a actividad de explotación, así como el de disponer de los minerales que
se extraigan con motivo de la actividad de exploración. C143)

La concesión minera se materializa, según el Artículo 9 del Texto Único Ordenado de la


Ley General de Minería, en un sólido de profundidad indefinida, limitado por planos verticales
correspondientes a los lados de un cuadrado, rectángulo o poligonal cerrada, cuyos vértices
estarán referidos a coordenadas Universal Transversal Mercator (UTM).

Si bien en la legislación minera peruana y en la doctrina, uniformemente se acepta que el


titular de la concesión está investido de la suma de atributos del derecho real sobre el área de la
concesión, que es un inmueble, hay autores que pretenden establecer que la esencia de ese
derecho es un jus in re aliena o una servidumbre personal.

En efecto, acerca del sustento de estos atributos de derecho real de que está investido el
concesionario, señala Julio RUIZ BOUR- GEOIS, que:

La concesión minera, dentro del sistema de dominio radical del Estado, no es


propiamente un derecho de propiedad privado, sino que es un “jus in re aliena, un derecho real
para ejercitar en el bien corporal denominado yacimiento, determinadas actividades de
exploración y ex- plotación.^v

<143)
“Notas para una modificación del Régimen Legal de las Concesiones de exploración y explotación”,
REVISTA DEL FORO, Colegio de Abogado de Lima, Enero - Junio, 1988, p. 259.

30. EXPLOTACIÓN

Para los Incas, la explotación de sustancias minerales no era una actividad económica
fundamental. Si bien fueron eminentemente agraristas, también conocieron el oro y la plata a los
que llamaron “con”y “collque”. La explotación minera se limitó a los depósitos detríticos y a las
partes superficiales ricas.12

<«*> VON HESSE B., Milton; 400 AÑOS DE LA MINERÍA EN EL PERÚ - Crónica Informativa, p. 11.
El oro se ubicaba en los ríos Sandia, Carabaya y Apurímac en la sierra; en la costa, en el
Santa, Macará y Tumbes. La plata era proveniente de las vetas que serpenteaban los suelos de
Cajamarca, Huánuco Viejo, Huamanga, Cuzco y Charcas, lugar último donde se escondía el
legendario Potosí.13

En la Colonia la actividad de explotación minera no fue exitosa, porque las labores


mineras estuvieron marcadas de un pragmatismo y empirismo; resaltaron la construcción de
“socavones” que servían no tanto para la explotación, sino para hacer drenaje por gravitación. El
izamiento de los minerales a la superficie era tormentoso y estaban a cargo de los “japiris”,
"apires” o "hapirespersonas que cargaban el mineral sobre sus espaldas en bolsas de cuero de
auquénido o res denominadas “capachos” .<147)

La explotación del nitrato de soda (guano) de Tarapacá, marca en la República el inicio


de esta actividad minera; se intenta volver a explotar la mina de azogue de Huancavelica, se
inician los primeros trabajos de explotación en el centro del Perú: Casapalca, Morococha y

Matucana. Resalta en importancia la construcción del ferrocarril que une Lima-Oroya y


posteriormente Oroya-Cerro de Pasco.

En este período se inicia la explotación a “cielo abierto” o "rajo abierto”, en donde el


minero progresivamente realízala extracción del mineral descendiendo por una carretera en
forma de espiral y que de lejos parecen inmensas tribunas de un estadio de fútbol.

Conforme al Artículo 8, segundo párrafo, del Texto Único Ordenado de la Ley General
de Minería, la explotación es la actividad de extracción de los minerales contenidos en un
yacimiento. En este concepto legal no se aprecia dónde comienza y donde termina esta actividad.

En tanto que desarrollo es la operación que se realiza para hacer posible la explotación
del mineral, el mismo que tiende a determinar las reservas que sustituyen a los minerales
extraídos del yacimiento en explotación. De acuerdo a lo expresado, se tiene como inicio de la
explotación el momento desde el cual se investigan y extraen los minerales o “testigos”. Al
respecto, Alfredo SOLF y MURO acertadamente señala que la explotación es un proceso que
comienza con la investigación y arranque de los minerales.(14S) Conjunción que indica el inicio

<í46> VON HESSE B„ Milton; Op. cit., p. 12.


(J47) Actualmente el término "capacho" es adjetivo del estudiante del Colegio Industrial N° 3 de Cerro de Pasco.
Sobre estos personajes Cfr. JIMÉNEZ, Carlos; “Reseña Histórica de la minería en el Perú”, SÍNTESIS DE
LA MINERIA EN EL CENTENARIO DE AYACUCHO, T. I, pp. 33; y, VELARDE, Carlos E.;
HISTORIA DEL DERECHO DE MINERIA..., pp. 97.
de la etapa de explotación que individualizada es denominada actividad. La explotación termina
como actividad o fase con el beneficio o eliminación de sustancias inútiles o desmontes.(119>

31. CLASES DE EXPLOTACIÓN

En la industria minera existen dos formas de explotación: por socavón y tajo abierto.

La explotación por socavón es mediante la construcción de túneles o socavones, que son


verdaderas obras de ingeniería, que generalmente sigue el rumbo u orientación de la veta. Este es
el método de explotación de la minería tradicional o también llamada minería subterránea,
utilizada por la mediana y la pequeña minería.

La explotación a tajo abierto, cielo abierto o rajo abierto, término último como referían
la legislación de la colonia, consiste en la extracción del cuerpo mineralizado descendiendo por
labores en forma de cono invertido formando ángulos de 45 a 60 grados en función de la
consistencia del terreno. Por este método acceden vehículos de gran tamaño a las labores mineras.

32. NATURALEZA JURÍDICA DE LA EXPLOTACIÓN

El Artículo 9 del Texto Unico Ordenado de la Ley General de

Minería, establece que la concesión minera otorga a su titular el derecho a explotar las sustancias
minerales concedidas, dentro del área de la concesión. Este derecho comprende la propiedad
sobre las sustancias extraídas, las que por su naturaleza son productos, pues hasta antes de su
extracción son “cosas” y pertenecen al dominio del Estado. Su extracción por concesión o
furtivamente, llamada “explotación clandestina”, no implica alteración en que las sustancias
extraídas mantengan la calidad de productos. Indudablemente lo expresado tiene un sentido
económico, sustantivo, porque el Derecho minero participa con este contenido dándole forma, de
donde resulta que corresponde el derecho de propiedad de las sustancias extraídas, productos, al
concesionario minero (Artículo 9 del Texto Unico Ordenado de la Ley General de Minería), no
al que explota clandestinamente, porque aun en ese supuesto el “producto” seguirá perteneciendo
al Estado (Artículo II del Título Preliminar del Texto Unico Ordenado de la Ley General de
Minería).
(,S0)
Op. cit., p. 203.

Se explica el otorgamiento del derecho de propiedad de los productos al concesionario,


porque al extraerlos le otorga un contenido económico a lo que antes eran cosas y porque las
labores son públicas. Por el título de concesión minera, el concesionario está facultado a hacer
suyo lo extraído que, de acuerdo a la doctrina, el concepto de explotación minera debe ser
equiparado a legalidad, y cuando hablamos de explotación clandestina de minas deberemos
asimilarlo a extracción indebida.

En resumen, el concesionario está investido del cúmulo de atributos que otorga un


derecho real sobre el yacimiento minero, concepto que ahora sí podrá ser sustituido por el término
mina, que es dinámico, por la extracción de los minerales; por lo mismo que es un inmueble.

33. LABOR GENERAL

Es la actividad minera por la que se presta servicios auxiliares tales como ventilación,
desagüe, izaje o extracción a dos o más concesiones (Artículo 19 del Texto Único Ordenado de
la Ley General de Minería).

Esta institución en antaño se denominó “socavón” o “galería”. En efecto, en las


Ordenanzas de Toledo era una forma de exploración de los yacimientos mineros de Porco, Potosí
y Berenguela. Como era costoso labrar las minas por socavones, mayormente después que ván
tan hondas que con dificultad se entran en ellas, y saca el metal y desmontes por escaleras y
considerando, que son tan costosos, se ha entendido, cuan justo es darles favor y ayuda a tan
buena obra, pues de ello no solamente resulta la utilidad privada de los que en ellos gastan las
haciendas (sic).(150)

Es decir, estas labores al ser útiles para la extracción o izaje, ventilación y desagüe de las
minas de los particulares y de todas las minas circundantes, eran labores de utilidad pública.

El Código de Minería de 1950, al igual que las Ordenanzas de Toledo, denominó a estas
labores mineras como “socavón” o “galería” (Artículo 9). ■

Socavón en sentido amplio es la galería subterránea que se hace de afuera hacia adentro.
En sentido restringido, según Jorge BASADRE AYULO, es ¡a galería o túnel con declive abierto
en la corteza terrestre para facilitar ¡a eliminación, ventilación, acarreo de minerales, paso de
personas o bestias, maquinarias y filtración.íl51>

34. CLASES DE LABOR

Atendiendo a los beneficiarios de estas labores auxiliares, pueden ser labores particulares
o labores generales.
Serán labores particulares aquellas que realiza el mismo concesionario minero dentro del
área de su concesión. Es el derecho que tiene para desarrollar y preparar las sustancias minerales
concedidas que se encuentran dentro de su concesión (Artículo 8, tercer párrafo, del Texto Único
Ordenado de la Ley General de Minería).

En cambio, son labores generales, los servicios auxiliares que se prestan a dos o más
concesiones de distintos concesionarios, tales como ventilación, desagüe, izaje o extracción.

35. NATURALEZA JURÍDICA DE LA LABOR GENERAL

Otorgada la concesión de labor general a las personas naturales o jurídicas (Artículo


20 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería), recién el concesionario podrá
prestar servicios auxiliares en el área de influencia. Esta podrá recaer, total o parcialmente,
sobre el área de dos o más concesiones distintas o sobre áreas libres.

En el primer supuesto no podrá hablarse de superposición, porque la concesión de labor


general es de distinta naturaleza. Estos

servicios auxiliares no afectan a las concesiones de diferente naturaleza ubicadas en el área de


influencia, muy por el contrario, las benefician (Artículo 13 del Texto Unico Ordenado de la Ley
General de Minería).

Finalmente, no es aplicable el principio de prioridad en el procedimiento minero, por su


naturaleza, no compiten con otras sino son medios para lograr un fin: la explotación minera; así
como no son materia de cancelación (Artículo 64 del Texto Único Ordenado de la Ley General
de Minería).

La concesión de labor general vincula el elemento subjetivo, el concesionario, con el


elemento objetivo, el área de influencia cuyo sustento material es el suelo, tratándose del
almacenamiento de desmonte o el subsuelo en caso de exploración o explotación. Esta vincu-
lación origina un derecho real que otorga al titular de la concesión de labor general, la suma de
atributos inherentes a dicho derecho.

(,S0)
36. BENEFICIO
Op. cit., p. 203.

Hemos precisado que la industria minera es extractiva. Esto no es del todo absoluto
porque los minerales al ser extraídos o izados no se encuentran puros en el yacimiento minero,
sino que están asociados con rocas u otros materiales estériles.

A la labor minera de separación del mineral económicamente explotable de los


desmontes, se le denomina beneficio. Es una actividad manufacturera porque interviene el
ingenio humano ideando, en un principio, varios artificios. Uno de estos, según Carlos P.
JIMÉNEZ(1S2), tiene su origen en tiempo de la colonia: “el pallaqueo”, que consistía en la
separación manual con una comba y cincel lo útil de lo inútil; y, la amalgamación con azogue
(mercurio), cal, orines, magistral, cieno podrido y otros secretos que se hacían en los hamados
“circos”, “patios” o “haciendas de beneficio”. Otros

lograban la destilación en porongos o alambiques, extrayendo la “piña” o plata pura.14

El beneficio, según el Artículo 17 del Texto Unico Ordenado de la Ley General de


Minería, es el conjunto de procesos físicos, químicos y/o físico - químicos que se realizan para
extraer o concentrar las partes valiosas de un agregado de minerales y/o purificar, fundir o refinar
metales.

Como labor es eminentemente técnica; por lo mismo, también se denomina concentración


al realizarse en instalaciones especiales denominadas concentradoras en las cuales el mineral es
separado, concentrado por un lado las partes de contenido útil, en tanto que el mineral sin valor,
o sea el relave, es descartado.15

37. ETAPAS DEL BENEFICIO

Asimismo, precisa el Artículo 17 del Texto Unico Ordenado de la Ley General de


Minería, que el beneficio comprende las siguientes etapas:

a) Preparación mecanizada

<1.53) £on relación ¿1 “pallaqueo”, según Carlos STUBBE (VOCABULARIO MINERO ANTIGUO, Talleres
Gráficos de Miguel Violetto S. R. L., Tucumán, 1945, p. 137): “Este nombre se deriva de la palabra quichua
paliani, que significa escoger. PALLAQUEAR, mina. La preparación a que los pirquineros sujetaban el
metal sacado de la mina es triple. La primera es el respaldeo; esta operación consiste en separar tanto como
sea posible la piedra sin ley del metal. La operación se hace sobre una piedra con un combo, para romper
los trozos mayores, tirar la broza y pasar el metal respaldado al pallaque. El pallaqueo es la separación fina
del material de ley de la piedra, y en la perfección de esta manipulación consiste el verdadero arte del
pirquinero como cancha minero. El material pallaqueado se chanque, quiere decir se rompe sobre una
piedra, la chanquera (...), por medio de un combo. La habilidad de los pallaqueadores y chanqueadores es
efectivamente admirable. Ver jóvenes de 15 y 16 años pallaquear cálidos enredos es interesante y ningún
muchacho europeo sería capaz de eso (Ave Lalleman)”.
(1S4>
SAMAMÉ BOGGIO, Mario; EL MUNDO DE LA MINERÍA, II Fascículo, Cen- tromín Perú, p. 39.
Proceso por el cual se reduce de tamaño, se clasifica y/o lava un mineral.

b) Metalurgia

Conjunto de procesos físicos, químicos y/o físico - químicos que se realizan para
concentrar y/o extraer las sustancias valiosas de los minerales.

c) Refinación

Proceso para purificar los metales de los productos obtenidos de los procedimientos
metalúrgicos anteriores.

38. NATURALEZA JURÍDICA DEL BENEFICIO

El titular de una concesión de beneficio ostenta la suma de atributos inherentes al derecho


real derivados de la concesión, la misma que es un inmueble distinto y separado de la superficie
donde está ubicada sus partes integrantes y accesorias que siguen la condición de inmueble
(Artículos 9, segundo al cuarto párrafo y, 18 del Texto Único Ordenado de la Ley General de
Minería).

39. TRANSPORTE MINERO

En los albores de la colonia los “apires” en sus “capachos” o bolsas, eran los que izaban
los minerales a la superficie, a la boca mina o al “canchón*; lugar donde los minerales eran
depositados para ser transportados a las haciendas de beneficio para ser “pallaqueados”o
beneficiados.

El medio de transporte para esos menesteres, al igual que en los inicios de la


independencia, fue la llama y la mula.16 A los sujetos que realizaban esta actividad se les
denominaba arrieros, quienes transportaban en el lomo de sus bestias un promedio de 4 a 5
arrobas de mineral. La presencia de estos personajes en la minería peruana, no solo está vinculada
con el transporte de minerales, sino también con el comercio y el arte.

Como en los inicios de la República, el transporte de minerales se realizaba con llamas,


muías, carretas tiradas por caballos o bueyes, resultaba tardío y peligroso el mismo por los

das) PROCTOR, Robert; "Cerro de Pasco y la Explotación Minera -1823”, EL PERÚ VISTO POR VIAJEROS,
N° 33, T. II, Ediciones Peisa, Lima, 1973, p. 24.
constantes asaltos en la ruta; esto motivó el inicio de la construcción del ferrocarril central en
1870. Sin embargo, los trabajos fueron abandonados por la guerra de 1879 en Chicla, y se
reiniciaron para ser entregados al tráfico en 1892 hasta Casapalca. Posteriormente, en 1893 el
segmento Casapalca - Oroya, que originó el incremento de la industria minera en la región central
del país. No obstante, persistíala dificultad en transportar los minerales de Cerro de Pasco al
puerto del Callao.

El conocimiento que se tenía de las minas de Cerro de Pasco, que se trataba de un emporio
de plata, bonanza que se debió al agotamiento del potencial plata de Santa Bárbara en
Huancavelica, motivó que en setiembre de 1901, según Carlos P. JIMÉNEZ,(156> un grupo de
capitalistas norteamericanos, presididos por Mr. James B. Haggin, comprara de golpe las 2/3
partes de las propiedades ubicadas alrededor de Cerro de Pasco; asimismo, adquiriera de don
Ernesto Thorn- dike, la transferencia de la concesión para la construcción del ferrocarril de La
Oroya a Cerro de Pasco.

En efecto, se organizó para ello la Cía Minera “Cerro de Pasco Mining Company” para
la explotación de los depósitos minerales; y, la Cerro de Pasco Rüilwüy Co’, subsidiaria, para
la construcción del ferrocarril, el mismo que empezó en 1902 y terminó en 1905. Por lo dicho,
hasta antes de 1905 el transporte en la región central se hacía por caminos de herradura. No existía
propiamente la carretera central hasta que, siendo Director de Obras y Caminos el Ing. Federico
Basadre, se iniciaron los trabajos de penetración a la selva, hace más de 80 años.

use) Artícui0 pp_ 53^ 57 y 5g_

Como es de observar, las formas de transporte antes referida son formas convencionales,
ajenas a la regulación en la legislación minera.

El transporte minero es definido en el Artículo 22, primer párrafo, del Texto Único
Ordenado de la Ley General de Minería, como todo sistema utilizado para el transporte masivo
continuo de productos minerales, por métodos no convencionales; de donde se descarta que el
transporte de productos minerales sea referido al transporte terrestre, aéreo, marítimo, fluvial o
ferroviario, donde resulta aplicable la legislación comercial, aérea o ferroviaria.

40. SISTEMAS DE TRANSPORTE MINERO

El Artículo 22 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería establece que los
sistemas a utilizarse podrán ser:
a) Fajas transportadoras.
b) Tuberías; o
c) Cables carriles.

La autoridad minera con informe favorable del Ministerio de Transportes y


Comunicaciones y opinión del Consejo de Minería podrá agregar nuevos sistemas a esta
definición.

41. NATURALEZA JURÍDICA DEL TRANSPORTE MINERO

En el Código de Minería de 1950 el transporte minero era una actividad implícita de la


concesión de galería o socavón general (labor general). Como concesión no existía en el Código
referido.

El Artículo 23 del Texto Único Ordenado de la Minería trata de la concesión de transporte


minero, confiriéndole a su titular el derecho a instalar y operar sistemas de transporte masivo
continuo de productos entre un centro minero y un puesto, una planta de benefi- cío o uno o más
tramos de estos trayectos. Como ejemplo tenemos el cable carril que operaba la empresa
Centromín Perú S. A., que recorría 12.5 kilómetros accionando 118 "baldes" transportando
mineral e insumos de la mina San Cristóbal a la concentradora de Mahr Túnel.

42. COMERCIALIZACIÓN

Coyunturalmente el Perú se encuentra en una economía de mercado, caracterizado por la


libertad de contratación y la no intervención del Estado en las actividades económicas.

El Artículo 3 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, declara que la
comercialización de productos minerales es libre, interna o externamente y para su ejercicio no
se requiere el otorgamiento de una concesión minera.(157> La interrogante que surge que siendo
la comercialización una etapa final de toda actividad productiva: ¿por qué la comercialización de
minerales se encuentra subsumida como actividad minera en la norma minera, cuando en rigor
corresponde al Derecho Comercial o Mercantil?

Nosotros creemos que por la importancia económica que tiene la comercialización de


minerales para el Estado peruano, actividad que le genera ingentes divisas, constituye una
decisión soberana de incluir a la comercialización de minerales dentro de un régimen jurídico
que otorgue libertad y seguridad jurídica al empresario minero o dentro de un régimen jurídico
intervencionista y de dirigismo contractual que otorgue al Estado las seguridades de participar
monopólicamente en la síntesis del proceso productivo minero, en ambos casos dentro del

as?) ^un cuan¿0 se ha promulgado la Ley N° 27977, Ley para la Manufactura y Atesoramiento del Oro, la
comercialización del oro sigue siendo libre y solo se ha establecido como requisito para realizar las
operaciones de venta, que los productores mineros de oro estén registrados en el Ministerio de Energía y
Minas; y, que los compradores especifiquen el destino del oro adquirido para comercializar con fines de
joyería interna o externa, así como para atesoramiento (Artículo 2). Con la referida Ley se ha modificado
el Artículo 5 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería.

marco de la legislación minera; aun cuando es cierto que técnicamente corresponde su regulación
a la norma sustantiva del Derecho Comercial o Mercantil y no del Derecho Minero. Se explica,
además, la inclusión de la comercialización de minerales en la legislación minera, por la gran
influencia que marcó la Ley de Minas de Napoleón de 21 de abril de 1810 en los países
latinoamericanos, al estatuir esta la inclusión de la comercialización de minerales en el Derecho
Minero; Ley de Napoleón que, posteriormente por Ley de 9 de setiembre de 1919, fue modificada
y excluida a la comercialización del Derecho Minero al considerar que se trata de un “acto de
comercio”.(15S) En la doctrina nacional, Enrique LASTRES BÉRNINZON, desde otra visión,
señala que: En verdad, resulta un artificio considerar al acto de comercio de productos minerales
como una actividad minera, a la cual el TUO no le da ningún contenido. Se trata más bien de un
rezago de la época del intervencionismo estatal en la comercialización de sustancias mineras
(1970-1980), de modo que no hay razón actual para que se considere a ¡a comercialización como
una actividad minera.(159)

Sin embargo y de acuerdo al Artículo 4 del Texto Único Ordenado de la Ley General de
Minería, así como el Artículo 6 del Decreto Supremo N° 03-94, Reglamento de los Diversos
Títulos del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, en los contratos de compra
venta de productos mineros, ambas partes, bajo responsabilidad, están obligadas a precisar la
procedencia de dichos productos, identificando el Derecho minero del cual ha sido extraído y/o
especificando, en el caso de los productos metalúrgicos, el certificado de Planta de Beneficio.

Los productos minerales comprados a personas autorizadas no son reivindicables


(Artículo 4 del Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería); es decir, realizada la venta
del producto minero, no se podrá reclamar la propiedad del mineral en bruto o concentrado al
entrar éste al tráfico comercial interna o externamente, descartándose por ello la acción
reivindicatoría.
A esto se añade otra explicación con consecuencias jurídicas. El mineral que se
comercializa es casi siempre en lotes acumulados por el mismo acopiador con minerales
provenientes de la producción realizada por los titulares de las distintas concesiones mineras;
generándose con esto la mezcla de los minerales.(160)

La comercialización de los minerales no es cosa sencilla. Se suelen sacar ventajas de las


intricadas modalidades de los contratos de compra venta de minerales con sus castigos por
impurezas o por contenidos metálicos de más o de menos y toda la compleja gama de escalas,
bonificaciones y deducciones. De ahí es conveniente que el minero se familiarice con los métodos
y con las estipulaciones contenidas en estos contratos, sobre todo si cubren la totalidad de su
producción por un lapso de tiempo más o menos largo.

René BALLIVIÁN CALDERÓN/17' decía hace más de 50 años y cuyos conceptos se


mantienen vigentes, que las empresas bien organizadas y de cierta importancia cuentan con
adecuados servicios de asesoramiento, pero el pequeño productor carece de esa protección y está
por entero a merced del concesionario de beneficio, sobre todo si éste, como frecuentemente
ocurre, le ha hecho anticipos de dinero sobre su producción futura. Lo mismo ocurre en el caso
de intermediarios que actúan a manera de habilitadores o financistas de pequeños mineros que
suelen ser víctimas así de su propia impotencia cuanto de su ignorancia.

a) Contrato de Compra Venta de Minerales

Los contratos de compra venta de minerales a favor de los titulares de concesiones de


beneficio contemplan los siguientes gastos que el minero está obligado a cubrir y que el
beneficiador deduce del valor bruto del contenido metálico en los minerales objeto del contrato
conforme a los resultados de ensayes oportunamente practicados: gastos de fundición o de
beneficio; deducciones por concepto de pérdidas metalúrgicas, respecto de los resultados del
ensaye; deducciones por humedad; castigos o multas por impurezas contenidas en proporciones
superiores a las estipuladas o toleradas; fletes del mineral desde la mina hasta la fundición
(cuando han sido pagados por cuenta del minero por el fundidor); gastos de pesada, muestreo y

den) “£a adjunción, la mezcla y la confusión constituyen tres casos de accesión de cosa mueble en provecho de otra cosa
mueble. En ¡a adjunción ¡as cosas muebles se unen sin confundirse; existe entre las mismas adherencia y se trata
de substancias sólidas. En ¡a mezcla la unión es más íntima; se trata igualmente de substancias sólidas que se
confunden. Cuando se unen líquidos se produce la confusión". CASTAÑEDA, Jorge Eugenio;
INSTITUCIONES DE DERECHO CIVIL. Los Derechos Reales, Tomo I, Segunda Edición, Editorial P. L.
Villanueva S. A., Lima, 19S7, p. 198.
<161> Cfr. PRINCIPIOS DE ECONOMÍA MINERA, Editorial Selección Contable, Primera Edición, Buenos
Aires, 1961, pp. 68-81.
ensaye de comprobación así como de los que se hagan para fines arbitrales; derechos de aduana
u otros tributos que afecten la importación de minerales.

Estos cargos resultan inevitables, pero interesará al minero analizarlos cuidadosamente a


fin de satisfacerse que no excedan de lo justo ni vulneren las estipulaciones del convenio.

b) Elementos del contrato

El contrato de compra venta de minerales contiene los siguientes elementos:

1) Plazo

Es frecuente que un minero venda la totalidad o determinados tonelajes de su


producción por un tiempo, asimismo, prefijado, como puede ocurrir que el contrato cubra
un determinado número de lotes de mineral de ciertas características y especificaciones
particularizadas.

2) Características del mineral

El contrato debe prefijarlas de manera muy clara y precisa. Entre las


estipulaciones de este género estarán las que señalan los límites mínimos y máximos
del contenido fino, así como las tolerancias de impurezas o de materiales no
deseables.

3) Tonelaje del mineral

La cantidad de mineral objeto del contrato debe estipularse con toda precisión y
definirse el tipo de unidad de volumen empleado en el convenio: si se trata de tonelada
larga, métrica o corta por ejemplo.

4) Punto de entrega

Hay que fijarlos con precisión. Si el mismo es en la fundición, en el puerto de


embarque (F.O.B.) o en el de destino (C.

I. F.).

5) Pesaje, muestreo y ensaye


El acto de pesar y muestrear el mineral tiene lugar, comúnmente, ante
representantes del comprador y vendedor y los métodos a emplearse deben aparecer
claramente descritos en el contrato. En cuanto al ensaye conviene dejar preestablecido
el nombre del ensayador así como los métodos químicos que han de utilizarse para
este fin.

6) Pagos

En el contrato se indicará cual ha de ser la modalidad, plazos y lugares en los que


los pagos tendrán lugar, así como las cotizaciones que servirán de base al cálculo de
los mismos. Se suele estipular pagos a cuenta, los mismos que tienen lugar al recibo
de documentos de embarque o de almacenamiento y luego otras a la llegada de los
minerales, y cubriéndose el saldo después de los ensayes. Es obvio que las alzas de
los precios de los minerales durante el proceso de su tratamiento, una vez sa-

flBf ' "

tisfechos los derechos del minero, benefician exclusivamente al fundidor o beneficiador.


También es frecuente que los contratos establezcan de antemano el precio o los precios
que han de pagarse.

7) Programa

Ya se ha señalado las complejidades que son las que más confunden al minero: el
programa de entregas del contrato. Es aquí, en efecto, que están señalados los gastos de
fundición y las multas. Hay considerable variación en estos cargos de acuerdo con las
características de los minerales o concentrados. Una baja tarifa de fundición o tratamiento
puede ser muy engañosa, por lo que conviene tomarla en relación con las demás
estipulaciones, pues lo que por tal concepto el productor piense que ha de ahorrar acaso
desaparezca y vea más bien abultada su cuenta, con mayores castigos o multas por impu-
rezas y materiales no deseados. No hay que olvidar además que el fundidor paga
únicamente el metal que efectivamente recobra al cabo del proceso de tratamiento y que
la proporción de esa recuperación puede ser sospechada pero no exactamente conocida
por el vendedor o el minero. He ahí uno de los gruesos filones de ganancias de la
fundidora, que generalmente estipula coeficientes inferiores de recuperación a los que en
efecto obtiene.
43. ALMACENAMIENTO DE CONCENTRADOS DE MINERALES

Mediante Decreto Legislativo N° 1048, publicado en el diario oficial “El Peruano” el 26


de junio de 2008, se ha establecido que el almacenamiento de concentrados de minerales en
depósitos ubicados fuera de las áreas de las operaciones, constituye actividad del sector minero
que no se realiza bajo el sistema de concesiones (Artículo 1).

Es el mismo dispositivo legal que, además, ha establecido que esta actividad se encuentra
“(...) regulada por las normas y procedimientos previstos por el Ministerio de Energía y Minas,
así como por ¡as disposiciones vigentes en materia ambiental, y de seguridad e higiene minera,
en ¡os aspectos que le resulten aplicables”.

Por mandato contenido en el Artículo 2 del Decreto Legislativo N" 1048, es titular de la
actividad de almacenamiento de concentrados de minerales en depósitos ubicados fuera de las
áreas de las operaciones mineras, toda persona natural y/o jurídica nacional o extranjera, que
realice dicha actividad bajo cualquier título.

El Ministerio de Energía y Minas, a través de la Dirección General de Asuntos


Ambientales Mineros, es la autoridad competente para evaluar y aprobar o desaprobar, según
corresponda, los instrumentos de gestión ambiental para el desarrollo de las actividades de
almacenamiento de concentrados de minerales en depósitos ubicados fuera de las áreas de las
operaciones mineras. El Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería
(OSINERGMIN) es la autoridad competente para supervisar, fiscalizar y sancionar, en el ámbito
nacional, el cumplimiento de las disposiciones legales y técnicas referidas a la conservación y
protección del ambiente, seguridad e higiene, así como el cumplimiento a los instrumentos de
gestión ambiental aprobados por el Ministerio de Energía y Minas, para el desarrollo de las
actividades de almacenamiento de concentrados de minerales en depósitos ubicados fuera de las
áreas de las operaciones mineras (Artículo 3).

Además, el titular de la actividad de almacenamiento de concentrados de minerales en


depósitos ubicados fuera de las áreas de operaciones mineras, para el inicio de sus operaciones,
está obligado a contar con el respectivo Estudio de Impacto Ambiental aprobado por el
Ministerio de Energía y Minas, aún en los casos en que realice dicha actividad conjuntamente
con otras actividades económicas (Artículo 4); siendo responsable del manejo, almacenaje y
manipuleo de tales concentrados, así como de las emisiones, vertimientos, ruidos, manejo y
disposición final de residuos sólidos y disposición de desechos al ambiente que se produzcan en
sus instalaciones (Artículo 5).

Sin embargo, en la Tercera Disposición Final y Complementaria de la Ley General del


Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y
Seguros, Ley N° 26702, se establece que los Almacenes Generales de Depósito se rigen por sus
leyes propias en todo lo que no ha sido derogado por dicha Ley General y se encuentren bajo la
autoridad y control de la Superintendencia de Banca y Seguros.

Según información pública de la Superintendencia Nacional de Banca, Seguros y AFP


del Perú, dicha institución ha aprobado el funcionamiento de cuatro (4) almacenes generales de
depósitos: Almacenera del Perú S. A., ALMAPERU; Cía. Almacenera S. A., CASA; Depósitos
S. A.; y, Almacenes Financieros S. A., ALMAFIN.

En efecto, por Resolución N° 040-2002 de la Superintendencia Nacional de Banca,


Seguros y AFP de 16 de enero de 2002, se ha aprobado el Reglamento de Almacenes Generales.

Los Artículos 2 y 8 del Reglamento, establecen que los Almacenes General de Depósito
se constituyen como sociedades anónimas y su objeto social principal es el desarrollo de la
actividad de almacenamiento de bienes (en la Tabla A, Codificación de Mercancía, aparece con
el N° 21, minerales concentrados y refinados) estando autorizados a realizar las operaciones y/o
prestar servicios de:

- Recibir bienes en almacenamiento.


- Emitir Certificados de Depósito y Warrants conforme las disposiciones de la Ley de
Títulos Valores, Ley N° 27287 y las disposiciones emitidas por la Superintendencia.
- Establecerse y operar como Almacén Aduanero, previo cumplimiento de los
requisitos legales exigidos por las normas especiales sobre la materia.
- Inspección de prendas agrícolas o industriales.
- Inventario de Bienes.
- Servicio de pesaje.
- Transporte o distribución de bienes por cuenta de sus clientes.
- Manipuleo de carga.
- Otros servicios vinculados a la actividad de almacenamiento.

El Almacén General de Depósito podrá prestar los servicios señalados en los literales d),
e), f), g), h) e i) a terceros diferentes de sus depositantes, siempre que la prestación de dichos
servicios no afecte el normal desarrollo de las actividades a que se refieren los literales a), b) y
c), ni asuma obligaciones o incurra en responsabilidades que afecten su liquidez y solvencia.

El Artículo 3 del Reglamento de Almacenes Generales define el almacén propio, almacén


principal, almacén de campo, almacén de campo múltiple y almacén múltiple compartido.

Se denomina Almacén Propio al recinto que de manera exclusiva está en posesión y uso
del Almacén General de Depósito, sea como propietario, arrendatario, comodatario o en virtud
de cualquier otro título, en el cual se pueden realizar las operaciones y prestar los servicios
propios de su giro, establecidos por el órgano social competente del Almacén General de
Depósito para cada Almacén Propio. En caso la posesión y uso del Almacén Propio sea a título
distinto al de propietario, el Almacén General de Depósito puede recibir en depósito, en ese
almacén, bienes del propietario del mismo, siempre y cuando dichos bienes estén sujetos a todas
las medidas de seguridad y control del Almacén General de Depósito que corresponden a un
Almacén Propio.

Almacén Propio de propiedad del Almacén General de Depósito, definido como tal por
el órgano social correspondiente del Almacén General de Depósito, en el cual se pueden realizar
todas las operaciones y servicios propios del giro del Almacén General de Depósito y que cuenta
con la infraestructura necesaria para el almacenamiento de bienes.

En tanto que, Almacén de Campo, es el recinto respecto al cual el depositante tiene


derecho de posesión y uso, sea como propietario, arrendatario, comodatario o por cualquier otro
título, y que es cedido en uso, total o parcialmente, a un Almacén General de Depósito con la
finalidad de que almacene bienes de propiedad del depositante, bienes cuyo traslado fuera de las
bodegas o locales originales no es conveniente. La condición de Almacén de Campo debe
indicarse en el rubro de “modalidad de depósito” de los títulos respectivos.

Almacén de Campo Múltiple es el constituido por un Almacén General de Depósito en


locales utilizados por diversos depositantes, destinado al almacenamiento financiero de sus
productos. En estos almacenes, los bienes deben ubicarse en lotes separados por cada depositante,
indicándose en el rubro de “modalidad de depósito” de los títulos respectivos, la referencia
“Almacén de Campo Múltiple”. Están sujetos a las normas generales de los Almacenes de Campo.

Y, el Almacén de Campo Múltiple Compartido, está constituido por más de un AGD en


locales utilizados por diversos depositantes, destinado al almacenamiento financiero de sus
productos. La condición de almacén de campo múltiple compartido debe indicarse en el rubro de
“modalidad de depósito” de los títulos respectivos. Están sujetos a las normas generales de los
Almacenes de Campo.

En conformidad con la Sección Sexta del Libro Segundo de la Ley de Títulos Valores,
Ley Nc 27287, los almacenes generales de depósito pueden emitir Certificados de Depósitos y
Warrant, a fin de respaldar diversas transacciones comerciales que se realicen sobre diversos
bienes depositados y en particular de concentrados de minerales.

(109)
La Ley del Sistema de Seguridad y Defensa Nacional, Ley N° 28478, tampoco hace precisión alguna.

(ni) cfr BASADRE AYCJLO, Jorge; “El Cateo Minero. El Permiso de Prospección en la Actividad Minera.
Introducción al Régimen de Concesiones”. En: REVISTA DEL FORO, Lima, Enero-Junio, N° 1, 1989, p.
171.

(11S)
Op. cit., p. 75 y mantiene tal concepto en su DERECHO MINERO COMÚN, Edición 1999, pp. 54 y 55.

(120)
Op. cit., pp. 82, 83.

<121> GARCÍA MAYNEZ, Eduardo; INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO, p. 201.

<122) LOS CONTRATOS PREPARATORIOS EN EL DERECHO DE MINERÍA, p. 52

(123)
Cfr. REVISTA DE DERECHO Y CIENCIAS POLITÍCAS, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Año III, T. III, Lima, 1939, pp. 438-699.

(124
> Carlos RODRÍGUEZ ESCOBEDO, Op. cit., p. 84.

(12S)
SILENZI DE STAGNI, Adolfo; “Principios Generales del Derecho de Exploración de Minas”, REVISTA
JURÍDICA ARGENTINA LA LEY, T. 37, Enero- Marzo, Buenos Aires, 1945.

(126) H00VER, Theodore Jesse; ECONOMÍA MINERA, Edición Fondo de Cultura Económica, Versión
española de Anselmo Ortiz, México D. F., 1946.

<127> Ibid.

<130> DE PABLOS, Tomás; Op. cit., p. 147.

<133> GARCÍA MONTÜFAR; Guillermo; Op. cit., pp. 53, 54; y, RODRÍGUEZ ES- COBEDO, Carlos; Op.
cit. pp. 81, 82.

<137> RUIZ BOURGEOIS, Julio; Op. cit., T. I, p. 81.


(13S)
SILENZI DE STAGNI, Adolfo; “Principios Generales del Derecho de Exploración", LA LEY, Enero-
Marzo, T. 37, Buenos Aires, 1945, p. 888.

<139) SILENZI DE STAGNI, Adolfo; Artículo cit., pp. 881, 882.

li40
> GARCÍA MONTÚFAR, Guillermo; Op. cit., pp. 13.

<141> CURSO DE DERECHO DE MINERÍA Y RÉGIMEN LEGAL DEL PETRÓLEO

Y LOS MINERALES NUCLEARES, pp. 91, 92.

Artículo cit. pp. 882, 883.

<14S) Op. cit., p. 4.

<145> Expresa Julio RUIZ BOURGEOIS; Op. cit., T. I., p. 14, que: “Descubierto un yacimiento, por azar o como
fruto de una investigación, se hace necesario trabajar con labores adecuadas a él, como piques, socavones
y galerías, si es una veta o un manto o subterráneo. Es esta la fase más importante de la industria minera,
la que constituye su verdadero centro, porque en ella se separan o arrancan del subsuelo o de la tierra las
substancias minerales que interesan al individuo y a la colectividad, Recibe el nombre de explotación y sus
caracteres son bien diferentes de la agricultura y otras industrias, porque ellos están impuestos
directamente..., por la naturaleza del yacimiento minero”.

<151> DERECHO MINERO, pp. 144, 145.

(isa) RIPERTi Georges; TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO COMERCIAL, T. I, Tipográfica Editora


Argentina, Buenos Aires, 1954.

<159> LASTRES BÉRNINZON, Enrique; DERECHO DE MINERÍA Y ENERGÍA, Primera Edición, Talleres
T Copia, Edición Postuma, Lima, 2009, p. 85

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