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Venimos de una sociedad en la que desde hace mucho tiempo el aborto está legalizado y la decisión

depende únicamente de la mujer.

Es claro que sólo una mujer, que al fin de cuentas es la persona que “da a luz”, es quien puede
decidir si es capaz o no de producir una nueva vida, independientemente de los argumentos que se
esgriman, de parte de un grupo o de otro, para que lo haga o no. Su cuerpo es el productor. Ella es
quien por nueve meses estará embarazada, y por lo mismo, quien tendrá todo el riesgo y la
responsabilidad. Decir que una mujer es suficientemente hábil y responsable para tener hijos y
negar al mismo tiempo que es suficientemente hábil y responsable para saber cuándo no tener hijos
nos parece más que contradictorio.

El objetivo es suscitar reflexión sobre esta práctica y el valor que tiene la vida, dando una
interpretación alterna de moral y derecho, ya que se enfoca principalmente en la discusión que
existe entre la facultad que tiene la mujer de decidir sobre su cuerpo, y el derecho de la vida de un
nuevo ser, (constitución política, derechos del hombre y ciudadano), así como los designios que
conforme a la doctrina clásica tiene DIOS ante los asuntos de vida y muerte (Biblia).

En nuestro concepto, la vida es sagrada siempre que sea dignificante, siempre que se pueda
disfrutar plenamente de ella, siempre que se pueda receptar las enseñanzas de ésta y, a su vez,
contribuir desde ella, en sanidad, en integridad.

El aborto es un tema que polariza a grandes sectores de la población en contra de una minoría; hoy
en día sigue siendo más la gente que vive y aboga por la penalización del aborto que los que
apuestan por su despenalización; esto es debido principalmente a la formación conservadora que
predomina en todo el mundo, y que se encuentra al paralelo de las religiones y sus doctrinas
morales.

Es después de la revolución francesa, que con el nombre de izquierda o liberalismo, han surgido
algunas minorías que apuestan por el aborto, la eutanasia y la unión de parejas del mismo sexo.

Estos temas tabú, se han recrudecido en las últimas décadas, por el apoyo que algunas naciones han
dado a las mismas, como sucedió en algunos estados de EE.UU. y de las cuales toman como apoyo
y guia.

Los mismos defensores de los derechos humanos (hombusman) han caído en contradicciones
doctrinales ante este tema, pues existen los que apoyan la “libertad de la mujer a decidir sobre su
cuerpo” y los que “apoyan el derecho a la vida de alguien indefenso”.

La discusión se cierne esencialmente en dejarle el control absoluto sobre la decisión a la madre,


ignorando de facto los derechos del menor y del padre, (en caso de oponerse), estableciendo como
ley la permisividad del acto de legrado.

Es después de una interpretación alterna de la moral y el derecho, la que en algunos lugares del
mundo ha establecido el derecho a cuartar una vida, y despenalizarlo como homicidio, al quitarle
la dignidad humana al infante, y poner un deseo volitivo de la madre como un derecho superior.
Han existido desde el inicio de la discusión, grandes roces intelectuales entre ambas partes y de las
cuales trataremos de explicar las principales:

1.- La moral.

La discusión moral, se da principalmente entre las iglesias y los grupos liberales pro derechos de las
minorías: “aborto” “Nupcias del mismo genero”, “Adopción de niños por homosexuales” etc.

En el aborto en específico se enfoca principalmente en la discusión que existe entre la facultad de


la mujer de decidir sobre su cuerpo y el derecho de vida del nuevo ser así como de los designios que
conforme a la doctrina clásica tiene dios ante los asuntos de vida y muerte.

2.- El derecho.

Existe otro aspecto importante, que es el derecho, pues los individuos y asociaciones pro aborto,
solo quieren ver el derecho a desarrollarse profesionalmente de las mujeres, o se asumen a un
aspecto meramente económico o social, así como el de hacer lo que ella considere con su cuerpo,
desconociendo claramente el derecho del padre a que se conserve la vida de su hijo, así como la del
niño de poder ejercitar su existencia.

3.- Explosión Demográfica

No menos importante, que aducen las asociaciones pro aborto, es la sobrepoblación y el derecho
de selección de las madres a la maternidad, la cual, a criterio de estos grupos, pueden hacer uso
del aborto para ejercerlo llegando a exigir que se deje de considerar al feto como poseedor de
derechos y carente de vida, así como el que no se le cancele a quienes abortan en forma voluntaria
el derecho de tener más hijos.

4.- Psicológica

El daño mental que se causa en las madres abortistas, es en muchos casos irreparable, pues una
mujer se puede recuperar de una tragedia (aborto espontáneo e involuntario) que de uno inducido,
en el que puede existir una serie de complicaciones que pueden llevar hasta el suicidio.

Durante mucho tiempo, ha existido una disputa entre asociaciones de derechos humanos, pues
unas protegen la vida a toda costa, incluso sobre la calidad de la vida, y otras de éstas asociaciones
protegen el derecho a una vida socialmente solventada por encima de de la moral y el derecho.

Al final de cuentas, la decisión final termina por ser del individuo mismo, pues en términos morales,
es la conciencia misma la que limita la acción u omisión en el individuo pues la moral se encuentra
ajena a una coerción por medio del estado y se limita a la decisión del individuo su cumplimiento u
omisión.
En términos de derecho, los pro abortistas, han conseguido en los últimos años, algunos escaños
políticos, que les han permitido imponer sus teorías sociales, como el matrimonio entre personas
del mismo género, la eutanasia y el aborto, despenalizando actos que tradicionalmente se
consideraban un delito en contra de la esencia humana.

De todas las imposiciones, que estas contiendas han presentado, es precisamente el aborto que se
encuentre en un caso ajeno las violaciones sexuales y a enfermedades que pongan en riesgo la vida
de la madre los que han causado más polémica en todo el mundo.

Culturalmente algunas sociedades lo prohíben casi por completo, mientras que otros lo permiten
en ciertos casos. Tales sociedades por lo general establecen una edad máxima después de lo cual el
feto no debe ser abortado, independientemente de las circunstancias. En algunas sociedades se ha
permitido por algunas de estas razones:

 En aras de la salud de la madre, incluyendo la salud mental.

 Cuando el embarazo es el resultado de un crimen como: violación, incesto o abuso infantil.

 Cuando el niño tendría una “calidad de vida inaceptable“, tales como: graves minusvalías
físicas, serios problemas genéticos y graves defectos mentales.

 Por razones sociales, incluyendo la pobreza.

 Incapacidad de la madre de hacer frente a un niño, ya sea por su edad o por su condición
mental.

 Cuando es parte de la política de un gobierno.

 Para regular el tamaño de la población.

 Para regular los grupos dentro de una población.

 Para mejorar la población.

La mayoría de quienes se oponen a su legalización, están de acuerdo que si es por el bien de la salud
de la madre puede ser moralmente aceptable si hay un riesgo real de efectos graves para ella.

Existen algunos textos argumentativos donde se expone que este es considerado como un sustituto
para la anticoncepción. Algunos métodos anticonceptivos suponen una acción en una etapa muy
temprana del embarazo.

Algunas sociedades lo han utilizado para la adecuada prestación de anticoncepción o para regular
el tamaño de la población.

Aunque parezca insólito, en 1965, una Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Población
Mundial en Belgrado, se dijo que “el aborto era el principal método de control de natalidad en el
mundo en ese momento”. Algunos médicos argumentan que debe ser parte de la política de
anticonceptivos de un país.
Dicen que una sociedad que cree que la gente debe planificar sus familias, debería permitir que las
mujeres pusiesen fin a sus embarazos no deseados, con el fin de hacer frente a fallos de control de
la natalidad.

Por otro lado, el debate no se detiene. Hay que tomar en cuenta un aspecto muy interesante de
este tema y es el que tiene que ver con la relación existente con la discapacidad. Algunos expertos
en ética no están de acuerdo con el argumento de que debe permitirse cuando el feto, si nace,
podría sufrir de discapacidades físicas o mentales. Dicen que permitir esto, como una razón, es
ofensivo para las personas con discapacidad; porque implica que tanto ellos y como sus vidas, son
de menor valor si se les compara con la vida de las personas consideradas “normales”.

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