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Clase 4. Al principio fue la experiencia lectora del Otro. Michate Petit Sito: FLACSO Virtual Curso: Diploma Superior en Lectura, Esortura y Educacién - Cohorte 14 Clase: Clase 4. AI principio fue ta experiencia lactora del Oto. Impreso por: PAOLA LETICIA ANTUNEZ Dia martes, 3 de diciembre de 2019, 10:59 Tabla de contenidos + Presentacién * Introduecién + |. Una experiencia envidiada y temida + II En busca de ecos + Ill. Explorar la interioridad del Otro + IV. Una experiencia + V, Elarte de los mediadores + Clerre * Bibliografia Citada + Cémo citar esta clase + Bibliogratia obligatoria * Bibliografia de lectura optativa + tinerarios de lectura iniversal’... y no obstante poco compartida Presentacién ‘Subrayar la clave que ofrece el titulo de esta clase - “Al principio fue la experiencia lectora del Otro (Ref: Este texto recupera unos trozos de exposiciones anteriores, particularmente de una conferencia le/da en México en el marco de un seminario de la FILIJ sobre la experiencia lectora (noviembre de 2008),)", de la profesora Michéle Petit", es nuestra propuesta para iniciar su recorrido. Asi, el esfuerzo por comprender la lectura podria comenzar, desde la perspectiva de Petit, con el intento de desentrafiar qué les pasa a los otros cuando len, en qué consiste la experiencia lectora de los otros. Un intento que suele llevar a descubrir el misterioso encuentro de los otros con los libros y luego al deseo de apropiarse del embeleso o el fervor que provoca tal encuentro, ‘Avanzando en ese esfuerzo podriamos dar con otra clave, La lectura posibilta una “subconversacién” con los libros, esto es, na biisqueda de ecos de lo vivido que los textos revelan o explicitan, Pero estos ecos nos son mera homologacién entre lo vivide y Io leido sino transposiciones, desplazamientos, metaforas, versiones deslumbrantes de nuestra experiencia. El resultado de esa busqueda, no con todas los libros ni en todas las situaciones pero si cuando “encontramos sitio” en lo que leemos, es el encuentro con nosotros mismos, la transformacién a través de la experiencia lectora, la construccién subjetiva Y desde este formidable efecto de la lectura arribamos a una tercera clave del texto, que interroga por cierto nuestra tarea y la de nuestros contextos pedagégicos. El encuentro de una persona consigo mismo a través del leer se hace posible de la mano de un mediador, un faciltador que “fortalecido por su propia experiencia, ha reconstituido un marco y una almésfera susceptibles de volver la cultura escrita deseable”. Ahora bien, zqué tensiones supone pensar la lectura como un arte que mas que ensefiarse se transmite? cY cudles aquellas que implica considerar nuestra tarea como la de quienes ofrecemos la escucha, la atencién a los matices, la hospitalidad a otros que estén transitando su camino como lectores y no como la de quienes repartimos porciones de tiempo y espacio sometidos a una “rentabilidad escolar inmediata"? ;Sera que vincular la lectura en los émbitos educativos con las vivencias, las experiencias, las sensaciones de quienes leen conlleva el riesgo de perder el control de la experiencia y, por tanto, el quiebre entre el mundo de la inteligencia, de la razén, y el de la sensibilidad? Hasta aqui unas primeras ideas o claves para abordar el texto, unos interrogantes inquietudes para explorar eso que denominamos lectura, sin olvidar su contracara (o el otro lado de la moneda) la escritura Introducci6n “La literatura esté mas cerca de la vida que de la academia.” Beatriz Helena Robledo En un texto titulado El caballero de los brezos (Ref: Garzo, G., 2001, “EI caballero de los brezos", En El hilo azul. Madrid, Aguilar, pp. 21-31.), el escritor espafiol Gustavo Martin Garzo* relata un recuerdo que es como la escena inaugural de su vida de lector. A los seis afios, regresando de la escuela, encuentra a su madre en la cocina, sola, leyendo, “en medio de un circulo encantado’. El chico se queda ahi parado, fascinado por la Visién de su madre que, al darse cuenta de su presencia, le dice que esté leyendo un libro de amores desgraciados. No obstante, en su rostro hay una expresién de felicidad como sie ocultara algo, algo relativo a los secretos mas hondos de su vida, Ella le lee en voz alta un pasaje que describe a una joven, a su ‘cuerpo, a su rostro, pero el enigma no se despeja. Varias veces, el nifio va a robar El caballero de los brezos u otras novelas, para leerlas en un pequefio cuarto bajo las escaleras, sin lograr adentrarse al misterio, sorprender en si mismo el embeleso, la ‘emocién, que ha visto en el rostro de su madre: "Busco esa emocién, el sentimiento de estar traspasando una frontera, pero no lo consigo.’ La experiencia lectora vivida por su madre la desconoceré mucho tiempo, y durante toda su vida sus lecturas no serdn, segiin 61, mAs que una tentativa de elucidar el misterio de la escena inaugural: “Esos libros son entonces el que ella estaba leyendo. Todos os libros EI caballero de los brezos. Lo he tomado en secreto (de hecho durante un tiempo nada me gusté mas que robar los libros que iba a leer) y vuelve a estar escondido en el cuarto que habia bajo las escaleras. Eso es leer para mi, estar escondido. Tados los libros son ese Linico libro, y yo me inclino sobre sus paginas tratando de adivinar los pensamientos de mi madre joven y hermosa. Alleer Ei caballero de los brezos me volvié un recuerdo de mi propia infancia, cuando tenia ocho 0 nueve atios. Veo @ mi madre sumergida en un libro, 0 en hojas que cubre de palabras. Menos precisa es la imagen de mi padre, cautivado también por el soporte impreso que tiene entre las manos (los dos fueron grandes lectores, curiosos de todo, y mi madre lo sigue siendo, a los 89 afios). En mi memoria, de vez en cuando, ella levanta la cabeza del libro que esté leyendo, o del que esté escribiendo, con la mirada perdida a lo lejos. Esa obra a la que parece estar tan inlimamente ligada tiene el poder de levarla a un sitio donde inlensamente esld viviendo algo que no sé qué es. Sus pensamientos y sus sensaciones son casi palpables, pero me escapan. Estoy a las puertas de un mundo a cuya entrada no tengo acceso “Nia leyendo" Franz Eyl, 1860 Tal vez para resolver ese misterio empecé a aventurarme en los libros cuando era nifia, para conocer los pensamientos de mi madre joven y hermosa, como bien lo dice Martin Garzo, o de mi padre joven y hermoso. Y tal vez también a eso se debié que, muchos afios después, me haya convertido en antropéloga de la lectura, Mis preocupaciones infantiles se transformaron en temas de investigacién: queria comprender qué es lo que desencadena el encuentro con un libro o un fragmento de texto, qué es la experiencia lectora La intriga forma parte, creo, de lo mas profundo de nuestra relacién con la lengua escrita y los libros. Pienso también en otro recuerdo, de un profesor mexicano (Ref: Agradezco a Rigoberto Gonzalez Nicolas el haberme hecho llegar esta autobiografia de lector), Anibal Luis Meléndez. Cuenta la llegada a su casa, cuando era nifio, de un libro "azul come el cielo” que su padre “sostenia entre sus manos, mirandole fijamente, acostado en la hamaca que colgaba de las paredes en el cuarto donde dormiamos, Alcancé a ver algunos dibujos y un montén de cosas raras, mas tarde supe que eran letras, Ese libro me caus curiosidad, pues la actitud de mi padre cambiaba cuando se enfrentaba a 61, no se comportaba como todos Ios dias [...] Mi curiosidad por saber qué decian aquellas letras no tenfa limites, aun cuando no supiera leer, queria mirar los dibujos. Sobre todo ese barco que estaba a punto de hundirse en medio de la tempestad, en un mar embravecido y de olas enormes, que estaba a punto de tragarse a un hombre que flotaba desvalido en la superficie [...] mi papa nunca me dijo lo que estaba leyendo. El padre guardaba ese objeto fascinante en un ropero, siempre bajo llave, y un dia, en su ausencia, el nifio robara las llaves para acercarse a ese libro que, mucho mas tarde, se revelara como una historia religiosa, Como dice Ema Well’, “nadie desea algo que carece de misterio". Lo que encontré en muchos recuerdos de lectura transcritos en obras literarias o relatados por lectores “ordinarios”, es que el gusto por la lectura nace frecuentemente del deseo de robar el objeto que embelesaba al otro, para reunirse con él, conocer su secreto, aduefiarse del poder, del encanto que se le atribula, ‘cuando é1- 0 ella, ya que es a menudo de la madre de quien se trata - estaba ahi, inaccesible, lejano(a), perdido(a) en sus pensamientos. Seamos o no conscientes de ello, la busqueda de un secreto se encuentra en el corazén de la lectura, a lo largo de la vida. La busqueda de un secreto dificil de situar, en las letras enigméticas y en nosotros mismos. En la voz de la madre 0 a veces del padre - 0 de un docente, un bibliotecario -, y en ese lugar tan lejano al que ella, 0 él, parece volver sus pensamientos. En su cabeza y en su cuerpo, en lo mas profundo de su cuerpo, |. Una experiencia envidiada y temida ‘A\ principio fue, pues, la experiencia del Otro, de mi madre, a veces de mi padre, y fue un misterio tanto mas fascinante cuanto que, al igual que el joven Martin Garzo, sentia que atafiia al cuerpo, a las emociones, al deseo. Por lo demds, por “experiencia suele entenderse el hecho de experimentar, de sentir algo (estamos de entrada del lado del cuerpo) y de verse transformado, fen mayor o menor medida, Porque después de una experiencia ya no seriamos exactamente los mismos, habriamos adquirido Un conocimiento ~con Io que este término sugiere de inicidtico~ mas que un saber — que puede ser objetivizado y ensefiarse. Quien, é1 0 ella, se supone que tiene experiencia suscita sentimientos ambivalentes. Se le suele arrogar un poder gracias a una sabiduria, a un arte 0 a ese conocimiento adquirido por las pruebas a que se vio sometido, como si se hubiera aproximado, 0 hubiera visto, lo que queda valado a los ojos de los demas. Aun cuando a muchos de nosotros nos parezca banal, la experiencia de la lectura puede suscitar en los no lectores tales sentimientos de envidia marcados por el temor o la rabia. Los que no la han experimentado, aquellos a los que los libros no les inspiran mas que aburrimiento, se sienten excluidos de algo que se les escapa. Camo el joven chofer de taxi que me dijo un dia: "En la escuela, les pegabamos a quienes les gustaba leer. Creo que en el fondo era envidia: nos preguntabamos qué es lo que podia haber en los libros.” En Ia desconfianza de quienes parecen tener un vinculo casi canal con lo escrito es posible que entren otras inquietudes, como ‘esta que menciona Jean-Louis Baudry (Ref: Baudry, J-L, 2000, L'age de fa lecture. Galimard/Haute enfance, Paris.): “Ver a alguien leer es de inmediato presumir que detenta un don que le permitira leer en nosotros". Baudry observa también, a propésito de sus recuerdos de la nifiez: “La lectura me parecia una actividad destinada especificamente a las mujeres, como el baile, por ejemplo. Los hombres sélo tomaban parte de ellas para acercarse mas diractamente a las mujeres. Leer un libra permitia convertirse en galan, en caballero acompafiante de placeres que eran ante todo placeres de expresién. Por otra parte la lectura era tan femenina que feminizaba a los que se dedicaban a ella, como mi padre. Los feminizaba hasta el punto de que gracias a ella podian reflejar la luz de esas virtudes que hacian resplandecer a las mujeres, virtudes asociadas al ejercicio y al dominio del lenguaje: inteligencia, sutileza, fineza, imaginacién, y un don que ellas parecian poseer, el de ver mas alld de las, apariencias. Pero sobre todo, y quizés paradgjicamente, la lectura constituia uno de los atributos de la autonomia que yo les adjudicaba" En muchas sociedades contempordneas las mujeres leen mas que los hombres, pero sobre todo se atribuye a las mujeres una cierta experiencia de la lectura suscitada por la literatura - aun si hay muchos hombres que la conocen, por supuesto-, Existe la idea de un conocimiento un poco misterioso y de un goce particular en el que las mujeres descuellan, lo que seria el encanto de esta lectura para algunos y su indole angustiosa para otros. Manguel, en su Historia de la lectura (Ref: Manguel, A., 1998, Une histoire de la lecture. Paris, Actes Sud, p. 37.), hace notar: ‘La inquietud comin respecto a lo que podria hacer un lector entre las paginas de un libro se parece al temor eterno que sienten los hombres ante la idea de lo que las mujeres podrian hacer en los lugares secretos de su cuerpo, de lo que podrian realizar en la oscuridad brujas y alquimistas detras de sus puertas cerradas con triple llave". No es sorprendente que muchos se hayan esforzado por poner orden en estas zonas de sombra, por controlar esta experiencia: autoridades morales, religiosas, politicas, pero también investigadores y pedagogos. En general, os cientificos desconfian de la experiencia, imprevisible y siempre singular, aun cuando compartida. Ellos prefieren la experimentacién, repetible a voluntad, cuyo marco, desarrollo y resultados pretenden dominar. Recuerdo el asombro de mis colegas cuando les dije un dia que lo que me interesaba eran las experiencias de los lectores y de las lectoras, a veces en las franjas de lo indecible, pero que tratan de encontrar forma de modo fragmentario durante una entrevista o una autoficcién. “g'Experiencias'? No prefieres utlizar otra palabra?" Retrocedian como si hubiera pronunciado palabras obscenas, luego preguntaban, nerviosos: “Y cémo vas a aprehender estas ‘experiencias’, siguiendo qué método?” Su desconfianza redoblaba cuando les decia que iba a escuchar a las personas hablar, o leer lo que hablan escrito, a prestar atencién a estos actos de narracién por medio de los cuales intentaban transmitir una vivencia que se resiste o se evade. AA igual que los cientificos, muchos pedagogos desconfian de la experiencia, de lo que los lectores experimentan. Como escribe Jorge Larrosa (Ref: Larrosa, J., 2003, La experiencia de la lectura. México, Fondo de Cultura Econémica, 2003, p. 41,), "la pedagogia (quiz toda pedagogia) ha intentado siempre controlar la experiencia de la lectura, someterla a una causalidad técnica, reducir el espacio en el que podria producirse como acontecimiento, capturarla en un concepto que imposibilite lo que podria tener de pluralidad, prevenir lo que tiene de incierto, conducirla hacia un fin preestablecido. Es decir, convertirla en experimento..." Pierre Bourdieu (Ref: Pierre Bourdieu y Roger Chartier Roger. Entrevista (1993). En Pratiques de lectura. Paris, Payot, p. 279.), Por su parte, observé que la escuela destruye una cierta experiencia popular, erradica una cierta necesicad de lectura, en la que al libro es percibido como depositario de secretos magicos y del arte de vivir, para crear otra necesidad, de forma diferente. En este sentido, lo que me sorprendié mucho cuando empecé a trabajar sobre la lectura fue descubrir que una parte de quienes, hombres y mujeres, estan encargados de ensefiar la lengua y la literatura parecian no haber tenido acceso a esta experiencia lectora personalmente, 0 bien la habian olvidado, perdido, reprimido. Hablaban de literatura como una persona frigida dando un discurso sobre el amor carnal. Con los libros no tenian mas que una relacién de dominio: el texto era algo que habia que disecar con ayuda de escalpelos tomados de la critica textual, de las teorias de la enunciacién, de la retérica. En Francia quizé ms que en otros paises, hace ya largo tiempo que se consumé la ruptura entre el mundo de la inteligencia, de la razén, y el de la sensibilidad. En la escuela, durante mucho tiempo se estudié la literatura como algo externo a si mismo, que no tiene que ver con las vivencias, las experiencias o las sensaciones, Algunos enfoques se han afanado en ahondar la distancia con el cuerpo, en repudiar cualquier emocién, la cual era vista como un riesgo de perderse. Y durante mucho tiempo el cuerpo ha sido lo olvidado, lo impensado en las investigaciones sobre la lectura, reducida a una actividad mental pese a que se trata de una actividad psiquica que involucra de manera indisolublemente ligada tanto el cuerpo como la mente. Lo que se experimenta no se evaltia, supone también tiempos de silencio: quizés haya una gran dificultad para trabajar con la experiencia lectora en el espacio de la clase. No tengo la competencia para hablar de esto porque no he trabajado en el Universo escolar, pero me parece que al menos podria uno imaginar dispositivos para que los profesores tengan acceso por si mismos a esta experiencia, o que no la repriman. Traeré a colacién otro recuerdo personal, el de un profesor con quien aprendi sgfiego moderno. Es alguien cuya ensefianza cambié completamente mi vida y mi pensamiento, al igual que los de la mayorfa de los que me rodeaban. En las asociaciones sabias y posticas que le inspiraba un texto, todo nos decia que lo vivia intensamente, ‘con sus sentidos y su inteligencia. Elaboraba frente a nosotros un pensamiento vivo, alejado de dogmas, de sistemas rigidos. No daba muerte al texto sino que tenia con é! una de las conversaciones mas sutlles que pueda haber. Sus hallazgos del ‘momento, sus intuiciones, se enriquecian con su erudicién. Tejfa mil lazos, reformulaba pensamientos anteriores, los reavivaba. Al hacerlo, agudizaba mucho nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de pensar. A\ salir de su curso velamos el mundo con otros ojos, mas intenso, mas fino, y tenfamos ganas de correr a leer mil libros. Il. En busca de ecos Porque tuve oportunidad de toparme, desde la infancia, con personas que lefan con fervor, porque excitaron mi curiosidad y porque el mundo entero me intrigaba, pasé muchas horas en los libros. Desde muy pronto senti que entre ellos habia compatieros que me hacian refr, sofiar, que me daban calor, que me embarcaban con ellos hacia tierras lejanas. En ellos descifraba secretos, indagaba sobre lo que me rodeaba y lo que yo sentia. Encontraba sitio. Me pasé la vida rodeada de libros, ero era como una evidencia, Curiosamente, incluso cuando estuve en psicoanalisis hablé muy poco de la importancia que siempre tuvo la lectura, Con el transcurso de los aiios se dio, gracias a los libros, esa otra recomposicién constante de mi historia, esa otra elaboracién simbélica, psiquica, diferente de la inducida por la escucha de un psicoanalista, esa otra ‘medicina lingUistica” que me acompaiié siempre, ese didlogo continuo, pero eso ocurrié “naturalmente”, sin que me tome el tiempo de pensar, Fue cuando escuché a las personas contar sus recuerdos de lectura, o cuando lef obras en las que los escritores habian transcrito escenas fundadoras de su propia relacién con los libros, cuando mis propios recuerdos empezaron a surgi. Escribi entonces “Una infancia en el pais de los libros (Ref: Petit, M. 2008, Una infancia en el pais de los libros. México, Océano- Travesia,)" para acercarme a lo que yo buscaba entre lineas cuando era nifia, para hacer explicita esta experiencia, Al flo de las paginas que escribia me i cuenta de que esos recuerdos eran la cara oculta de mis investigaciones y que un trabajo “cientifico” era una autobiografia disfrazada, Muchos lectores viven asi en compaiiia de los libros sin preguntarse por lo que sienten, sin tratar de hacer explicita la forma en. que se tejen la vida, las sensaciones, el pensamiento, la lectura. A veces lanzan una frase que aclara un poco qué pasa entre ellos y las paginas leidas. En las entrevistas que realicé es a estas frases a las que presté atencién, para comprender cémo se habia modificado el mundo interior gracias al encuentro con un texto, incluso con una simple frase. Para alcanzar la “subconversacién” que desencadena un libro. Y en ocasiones aproximarse ao indecible, a lo que transcurre fuera del lenguaje. A ofr hablar a los lectores comprendi que las tierras desconocidas, inquletantes, a las que se aproximaban no tenfan que ver mas que con la parte de uno que es la mas secreta, la mas singular, la mejor compartida: la de nuestros deseos, nuestras sensaciones, nuestras emociones, Me di hasta qué punto estamos en busca de ecos de lo que hemos vivido de manera oscura, confusa, y que algunas veces se revela, se explicta de manera luminosa y se transforma gracias a una historia o un fragmento. LLlega a ocurrir que un desconocido, en ta calle, en un café, en la televisi6n, pronuncie una 0 dos frases 0 cuente una anécdota ue ilumina una regién en nosotros que no habiamos podido expresar, No obstante, la cultura -y especialmente la lteratura- prodiga ecos, recursos inigualables, Los escritores se toman el tiempo necesario para dotar de significado a un acontecimiento individual o colectivo, a una experiencia singular y universal, Profesionales de la observacién escriben muy de cerca con un pensamiento préximo all inconsciente y sus mecanismos: la condensacién, el desplazamiento. Desempolvan la lengua de sus clichés. Muchas de las obras que crean han nacido del deseo de dilucidar una faceta de lo que ellos mismos han vivido. En resonancia, las palabras, leldas confieren inteligibilidad e incluso alegria -mas ain cuando se propone aos lectores no una copia de su propia historia sino una trasposicién, un desplazamiento, una metafora-. Como lo escribe Pierre Bergounioux (Ref: Bergounioux, P. 2002, “Comme des petits poissons”. En La itérature dés Falphabet, Paris, Gallimard, p. 42.) los buenos libros nombran las cosas que nos ocurren y nos afectan, sobre todo en la medida en que no las comprendemos verdaderamente. Al lado de la esfera del sentido comin, del comentario apresurado, aproximalivo, cuyo destelloincierto guia nuestros pasos en el camino de cada dia, existen versiones aproximadas, amplias, ins6ltas, deslumbrantes de nuestra experiencia: aquellas que la Iteratura, y slo ella, es capaz de dar” Proust (Ref: Proust, M., 1988, Surla lecture, Actes Sud, p. 37.), por su parte, decia de la lectura que es “Ia iniciadora cuyas claves magicas nos abren, en el fondo de nosotros mismos, la puerta de las moradas donde no habriamos podido penetrar’ Evoca asi la figura de un éngel que abre puertas y al instante se echa a volar, momentos de gracia en los que tocarfamos la quintaesencia de la vida. Para él son los pensamientos que despierta la lectura los que la dotan de dignidad. Y se burla del letrado para quien (Ref: Op. cit, pag. 40,) “el libro no es el angel que se echa a volar apenas acaba de abrir las puertas del jardin celeste, sino un idolo inmévil al que adora por si mismo...". Y prosigue (Ref: Citado por J. Larrosa, Op. cit, pag. 240,): "El supremo esfuerzo del escritor como el del artista no alcanza mas que a levantar parcialmente en nuestro honor el velo de miseria y de insignificancia que nos deja indiferentes ante el universo*. En ese momento es cuando nos dice [...] jObserval iAprende a verl Y en ese mismo instante desaparece” ‘Ahi donde la experiencia de la lectura tal vez sea irremplazable es cuando abre los ojos o suscita ese pensamiento vivo, cuando hace que surjan ideas, sugiere asociaciones insélitas, cuando inspira, despierta. El valor de la lectura son esos momentos en que surgen palabras, en que se tejen lazos, en que somos como fecundados -y he aqui de nuevo alos lectores del lado de la feminidad-. A esto se debe que tantos escritores lean antes de ponerse a escribir, que a tantos sabios les guste leer poesia o Una novela para dar un nuevo impulso a su actividad inventiva, para que emerjan conexiones inesperadas. No han hecho mas que pasar por el libro que los lanzé a aventurarse hacia otra escena. Esa experiencia no nos es dada cada vez que tomamos un libro, pero tal vez es lo que mas o menos conscientemente buscan los lectores fervientes, esos momentos de revelacién, siempre fugaces, en que el mundo es como nuevo, intenso, en que encontramos lugar en él poéticamente, en que vernos lo que no velamos, en que somos receptivas a lo que nos rodea asi como a los pensamientos que nos vienen. Espera a menudo frustrada, pero volvemos a leer en busca del angel que nos abriré las, puertas, Puertas que son también las de nuestro mundo interior, una de cuyas facetas se dibuja, se revela de repente. Ill. Explorar la inte En el curso de mis trabajos me he nutrido mucho de los recuerdos de los lectores. Por ese sesgo pude entrar en contacto con las sensaciones que habian experimentado, con los pensamientos que nacieron gracias a un libro, con los vinculos secretos que urdieron con historias, personajes, frases imagenes: todo ese mundo interior que se me escapaba cuando era nifia y que intufa en los adultos sumergidos en los libros. Estaba en todo mi derecho, ‘clentifico”, para plantear, por caminos indiractos, esas preguntas que solian venir a mi, que incluso me taladraban cuando era pequefia: "ZQué es lo que hay en este libro, qué es lo que te hace? 2Por qué parece que estas en otro lado? JA dénde te lleva? LDénde esté tu cabeza, en qué estas Pensando?" Por medio de mis investigaciones pude aventurarme en esa interioridad del Otro que nos fascina y que tememos -y aqui pienso en un texto bello de David Grossman*, Dans la peau de Gisela (Ref: Paris, Seuil, 2008. [En la piel de Gisela}.). Grossman dice que llegé a la conclusién de que “nos ponemos fuera del alcance -en otras palabras, nos protegemos- de quien sea; de la proyeccién de su interioridad en nosotros”, de aquello que llama “el caos que reina en el préjimo’. Incluso en las parejas que viven en felicidad relativa es posible que haya, instintiva, inconscientemente, un acuerdo técito que consiste en no conocer a fondo al cényuge. Lo mismo ocurre entre padres e hijos. Y lo mismo ocurre con el Otro en nosotros, naturalmente. "Lo que ‘ocurte realmente en el fuero interno del Otro nos asusta” escribe Grossman y segtin él la esoritura seria, entre otras cosas, “un acto de protesta, de resistencia, hasta de rebelién en contra de este miedo", A medida que escribe, al escritor se le impondrla la necesidad de conocer al Otro del interior, de contactar este misterio humano, La escritura seria el Unico medio de lograrlo, mucho mas que la fusién fisica, erética, en la que a veces imaginamos que conocemos al Otro como nadie lo conoce. La ensefianza de la literatura seria, entonces, una calidad de escucha, de atencién a los matices, a las singularidades, a “ese mmilagro nico que representa cada ser humano’. Haciendo eco a la escritura, sin duda la lectura de obras literarias es también un medio para conocer al Otro del interior, para deslizarse en su piel, en sus pensamientos, sin que su caos nos inquiete demasiado, sin que nos amedrente demasiado que nos invada, sin que nos atemorice demasiado la proyeccién de su interioridad en nosotros. Es un medio no solamente de rebelarse contra el temor del Otro, como dice Grossman a propésito de la escritura, sino también de domesticarlo, de suavizarlo, El valor dela lectura de obras Iterarias es que ésta nos permite no solamente elucidar nuestra experiencia singular, sino también expandir los limites infiitamente, permitiéndonos entrar en la piel de Gisela, de un hombre si soy mujer, del cuidador brasilefio de un rebafio o de una mujer de letras japonesa si soy europeo, de un loco si me creo sablo o de una santa si soy atea, Blanca Calvo" dice que si se topara con un genio y pudiera pedir tres deseos elegiria la facultad de volverse invisible a voluntad, la aptitud de hablar a la perfeccién veinte lenguas, y la capacidad de transportarse en cualquier momento del pasado o del futuro. Pero este genio, observa Blanca (Ref: ‘Deseos ‘, en Javier Pérez Iglesias, 2007, Palabras por la lectura. Plan de lectura/Castilla—La Mancha.), se encuentra en los libros: invisibles, podemos evolucionar al lado del Quijote o de Emma Bovary, pasearnos por Macondo y conversar con escritores que hayan concebido sus obras en lenguas indescifrables para nosotros. Inmenso tesoro del arte y de la cultura en el que podemos abrevar cuanto nos plazca, por poco que poseamos las llaves, por poco que no nos asuste. IV. Una experiencia “universal”... y no obstante poco compartida ‘Ahi donde la lectura nos habla de lo mas hondo de la experiencia humana en forma condensada y estética, donde la esclarece, donde despierta el deseo y el pensamiento, no hay motivo alguno para que no conmueva a cualquiera, Cualquiera tiene sed de inteligencia de si mismo y de! mundo, de belleza, de poesia. Cualquiera se siente atraido, siendo nifio, por esa interioridad fascinante e intrigante, ese sitio de tantos secretos. Ahi lo mds intimo es lo mas compartido, lo que nos acerca los unos a los otros. Por lo demas, los trabajos que realicé en entomos inicialmente alejados de la cultura escrita pronto me ensefiaron que la experiencia de la lectura, cuando se accedia a ella, no diferia ni por pertenencia social ni por generacién. En las zonas rurales francesas tanto como en los barrios marginados escuché a personas procedentes de medios de pobreza que habian tenido esta experiencia en toda su amplitud, en especial que se habian encontrado con palabras que las habian "movido", cautivado, despertado, revelado, que habian reactivado su pensamiento, transformado su representacién de si mismas y de lo que las rodeaba, ‘Sin embargo, son una minoria los que conocen esta experiencia, que leen libre, intensa y vividamente. Y en su mayoria se trata de mujeres y de hombres que tuvieron contacto con Ios libros desde su mas tierna edad 0 que, al menos, fueron introducidos. precozmente en los usos de la cultura escrita, La lectura es un arte que, mas que enseflarse, se transmite, y la transmisién en el seno de la familia es la mas frecuente: lo mas comin es que alguien se vuelva lector porque de nifio vio a su madre, a su padre 0 a su abuela con la nariz metida en los libros, porque los oyé leer historias 0 porque las obras que habia en casa eran temas de conversacién, En esas familias, las posibilidades de conocer esta experiencia lectora se dan desde el nacimiento, 0 casi En otras, por el contrario, las prohibiciones culturales se suman a las dificultades econémicas y a la lejania de lugares donde se pueda encontrar apoyo escrito. Si los nifios o los adultos llegan a leer, y mas alin a vivir la lectura venturosamente, es entonces gracias a un encuentro, a un faclitador que tiene aficién a los libros y que, fortalecido por su propia experiencia, ha reconstituido un marco y una atmésfera susceptibles de volver la apropiacién de la cultura escrita deseable, Puesto que la lectura es una apropiacién singular, y sino los libros son letra muerta. Notemos de paso que incluso en familias en donde se propone libros a los nifios éstos sienten la necesidad de reapropidrselos, haciendo ostentacién de preferencias que irrtan el gusto familar, o leyendo debajo de las sbanas, con la lémpara de mano, para preservar la parte clandestina, transgresiva de la lectura; o hurtandolos: recordemos a Martin Garzo de nifio, robando EI caballero de los brezos u olras novelas para leerlas a escondidas. Pero insisto: apropiarse de textos supone encontrar a alguien que ha hecho entrar libros, relatos, poesias, palabras dispuestas de manera estética, en su propia experiencia, Alguien que permite reencontrar la voz singular de un escritor, de un narrador. ‘Aiguien que abre espacios, tiempos, no somatidos a una rentabilidad escolar inmediata y que manifiesta al nifio, al adolescente, al adulto, asimismo, una disponibilidad, una acogida, una presencia de calidad, una escucha. Lo que dicen los jévenes que han vivido lo més lejos posible de los libros y que un dia los consideran objetos préximos, compafieras, es que todo comienza por encuentros, por situaciones de intersubjetividad gratificantes que la biblioteca, o la escuela, o un centro de lectura, una ONG, hacen posibles. V. El arte de los mediadores Ya habia yo abservado esto en Francia cuando realicé investigaciones en barrios marginados o en el medio rural: los jévenes lectores que encontraba se habian beneficiado con regularidad de intercambios gralificantes con personas que habian tenido tuna experiencia feliz con la lectura. En los afios posteriores y al compas de mis viajes a América latina, conoci a un gran nlimero de maestros, bibliotecarios, promotores de lectura, escritores, psicoanalistas, etc., con los que dialogué. Descubri otras lexperiencias lectoras, sorprendentes experiencias literarias compartidas, desarrolladas en espacios que son objeto de contfictos armados, de crisis econémicas intensas, de movimientos forzados de poblaciones o de gran pobreza. Puestas en practica por diversos profesionales, se proponen a jévenes procedentes de las filas de la guerrilla o de grupos paramiltares, a drogadictos que viven en la calle, a adolescentes detenidos, a nifios maltratados, o a personas que han perdido su lugar de morada, etc. En. pocas palabras, a nifios, adolescentes y adultos provenientes de entomnos pobres, marginados, cuya cultura ha sido soluzgada y que han crecido muy alejados de los libros. En tales contextos, el arte de los mediadores es en primer lugar un arte de la recepcién, una hospitalidad. Es también una aptitud para interrogarse sobre si mismo, para pensar en su propio recorrido, en su propia relacién con los libras; para reflexionar en su propia experiencia. El atte de los mediadores es una calidad de presencia, una capacidad de estar ahi con sus, cuestionamientos, su propio mundo, su estilo, su cuerpo, su energia, su voz que da vida a los textos. Es una mafia para suscitar, idas y venidas entre lo sensible y el lenguaje, recuperar, ras el texto, la tierra adentro de sensaciones, de emociones, un ‘movimiento, un ritmo; permit a los presentes entrar a la danza (Ref: Pelil, M., 2009, El arte de la lectura en tiempos de crisis. México, Océano-Travesia, col. Agora.) ‘Al asi hacer, éstos se apoderan de fragmentos de obras leidas para apuntalar un trabajo de construccién o de reconstruccién de si, aun si crecieron ajenos a los libros. No necesariamente se convertiran en grandes lectores, pero los libros ya no les repelen, ya no les asustan. Los ayudan a poner en palabras su propia historia, a ser un poco mas sujetos. Descubren que gracias a ellos, pueden aprender mucho sobre ellos mismos, sobre ciertas regiones de ellos mismos que no sabian expresar, La lectura deja de ser un desciframiento fastidioso, la austera faena a la que es necesario someterse para satisfacer a los adultos. Se vuelve experiencia, intima y compartida, Por todas partes tuve ejemplos de jévenes que habian podido, gracias a un mediador atento e imaginativo, descubrir que un libro podia ser fuente de pensamiento, apaciguamiento, exaltacién, de placer, y no de humillacién. De nifos que hasta entonces parecian ausentes y que “aterrizaban’, por fin, cuando tenfan la posibilidad de ir lejos con la imaginacién, de embarcarse en Una historia que alguien les lefa. Adolescentes que, al encontrar en un libro una metafora que iluminaba su propia experiencia, se reconciliaban con esos objetos que hasta entonces consideraban “cosas de marcas” De una manera més amplia, cuando perciben a la lectura como una tarea de la que siempre deben dar cuenta, algo que los obliga a estar inméviles, una ocupacién del gusto de padres y maestros que les roba el tiempo que se supone es libre, muchos adolescentes terminan odiando los libros. En camibio, cuando estos objetos les permiten investigar sobre los enigmas del amor © del poder, aclarar aspectos de si mismos que los inguietan, pueden encontrar un lugar, junto con otros objetos, en su A estudiar estas experioncias desarrolladas en contextos de crisis pude medir hasta qué punto la apropiacién de textos escritos, o de fragmentos de textos, contribuye de manera remarcable a la produccién de sentido, a la simbolizacién de la experiencia, a la integracién de la historia personal, a la recomposicién de las pertenencias, inclusive para hombres o mujeres que se aduefian de ellos de manera ocasional. En esa contribucién se encuentra, me parece, lo decisivo de la lectura de libros hoy, en esta época donde le incumbe a cada persona, mucho més que en el pasado, construir la propia identidad y el sentido de la vida. Otros medios de comunicacién pueden informarnos o distraemos; pero en el campo de la construccién de si, 0 de la reconstruccién de si, el libro conserva actualmente una ventaja especifica Hoy en dia, cantidad de emisiones de radio o de tele-realidad, de ficciones televisivas concebidas a medida, proponen a los niifos, a los adolescentes, a los adultos, comentarios de sus experiencias, Y es tal la sed de palabras de los seres humanos que estos intentan acomodarse a un material a menudo mediocre para formular sus deseos, sus fantasmas o sus miedos. Pero las confesiones a toda velocidad y exhibicionistas de la tele-realidad no nos devuelven el mismo eco que una obra sacada del trabajo lento, en recagimiento, de un escritor o un artista. En el primer caso, estamos mas ante un modo de formatear la experiencia que en el desvelamiento de una verdad singular. Ya que decir, transmit, lo que uno experimenta es una tarea mucho mas compleja de lo que parece. No tenemos mas que pensar en lo pasmados que nos quedamos tras haber vivido algo que nos ha afectado, incapaces de comunicar cualquier cosa. Para deci la experiencia humana, todas las sociedades han recurrido a especialistas, a “traductores” profesionales, narradores, poetas, dramaturgos, artistas, o -en modo distinto- psicoanalistas, todos los cuales trabajan lentamente, a clerta distancia Los jévenes que escuché en los suburbios franceses, los que enconiré en América latina, hallaron en la apropiacién de la cultura escrita no tanto un trampolin decisivo para ascender en la escala social -aunque con frecuencia les sirvié para evitar los peores escollas-, sino mas bien varios caminos para que el mundo sea un paco mas habitable. Entendieran que fo que se trata de leer entre las paginas cubiertas de simbolos es a uno mismo y a este mundo. Entonces, la lectura no se presenté mas como la ingestion penosa de férmulas impuestas por una autoridad, o como un privlegio propio de los poderosos, sino como un medio de incentivar sin cesar un pensamiento, una curiosidad, de vivir de manera mas liicida, més intensa, mas divertida, algunas veces. Y de participar de algo que va mas alld de si mismo, como ese joven brasilefio que me dijo: "Lo mas importante, quizés, es que me senti formando parte de algo mas extenso, que iba més allé de mi" Entendemos cuan importantes son los mediadores de libros y de historias, cudn precioso es enfocarse alo que el psicoanalista René Diatkine* llamaba “Ia persistencia de ciertos elementos discretos que aportan algo diferente y que tienen efectos considerables para el futuro del mundo: la capacidad de reflexién, la elaboracién en segundo grado y una dimensién postica mantienen encendida una llamita que no se apaga y que le permite sobrevivir ala especie humana, aun cuando se halle sometida a las peores atrocidades". Y afiadia (Ref: Citado por Rémy Puyuelo, 2002, L'enfant du jour, ‘enfant de la nuit. Paris, Dolachaux et Niestlé, pp. 36-36.): "Cada vez estoy mas convencido de que son los efectos discretos los que permiten a la especie humana sobrevivir, ain sila eficacia no es percibida inmediatamente.” Estos efectos discretos son precisamente los que los mediadores de libros, particularmente en los espacios en crisis, tratan de suscitar. Cierre Tratar de suscitar “efectos discretos’ en relacién con la lectura, y también con la escritura. Una propuesta sugestiva para hacer resonar, levantando la vista de la pantalla o el papel una vez terminada la lectura de esta clase. Sila pedagogia condensa la intencionalidad de producir efectos sobre el otro, quizas la medida de lo discreto sea un buen parametro para plantearnos lo posible, lo alcanzable pero no resignable en relacién con el leer y el escribir. Se trata de un horizonte alejado de los grandes mandatos o imposiciones acriticas hoy tan presentes sobre la ensefianza de la lectura y la escritura. Se trata, mas bien, de pequefios gestos que permiten adecuar la accién teniendo en cuenta a quienes esperan aprender a leer y a escribir. Una calidad de escucha, decia Michale Petit, cierta atencién a los matices, a las singularidades. De esto nos ha hablado en su clase que, por su tono y su propuesta, esperamos haya causado en ustedes lo mismo que ella revaloriza de un buen mediador: salir de su clase y ver el mundo con otros ojos, mas intenso, mas fino, y con ganas de correr a leer mil libros. Si eso sucede, les proponemos sostener esa mirada compartiendo una videoconferencia de la autora de la clase, material incluido en la bibliografia obligatoria. Luego, come bibliografia de lectura optativa, un texto de Jorge Larrosa* quien nos invita a adentramos en el concepto de “experiencia” tomado en la clase y central para pensar la practica de la lectura. Bibliografia Citada Bergounioux, Pierre (2002) “Comme des petits poissons”. En La littérature dés alphabet. Paris, Gallimard. Baudry, Jean-Louis (2000) Lage de la lecture. Gallimard/Haute enfance, Paris. Calvo, Blanea (2007) “Deseos *. En Pérez Iglesias, Javier (2007) Palabras por la lectura, Plan de lectura/CastillaLa Mancha Garzo, Martin (2001) “EI caballero de los brezos”. En E/ hilo azul. Madrid, Aguilar. Grossman, David (2008) Dans la peau de Gisela. Paris, Seuil Larrosa, Jorge (2003) La experiencia de la lectura, México, Fondo de Cultura Econémica. Manguel, Alberto (1998) Une histoire de la lectura. Paris, Actes Sud Petit, Michéle (2008) Una infancia en 6! pais de fos libros. México, Océano-Travesia, col. Agora Petit, Michéle (2009) E/ arte de Ja lectura en tiempos de crisis. México, Océano-Travesia, col. Agora, Pierre Bourdieu y Roger Chartier Roger. Entrevista (1993). En Pratiques de lectura. Paris, Payot. Proust, Marcel (1988) Sur a lectura, Actes Sud. Puyuelo, Rémy (2002) l'enfant du jour, enfant de la nui. Paris, Delachaux et Niesté Como citar esta clase Potit, M. (2011). Clase 4. AI principio fue la experiencia lectora del Otro. En Diploma Superior en Lectura, escrtura y educacién. Buenos Aires: Flacso Virtual, Argentina. COIS) saints Bibliografia obligatoria Petit, Michale (2015). "Las palabras habitables y las que no lo son’. Conferencia dictada en la 42 Feria Intemacional del Libro de Buenos Aires, mayo 2016, Disponible en fundacionluminis.org.ar [fecha de consulta: mayo, 2017]. Disponible en Videoteca/Videos del Bloque 1 0 haciendo clic aqui. Bibliografia de lectura optativa Larrosa, Jorge (2003) "La experiencia y sus lenguajes". En Seminario Internacional La formacién docente entre el siglo XIX y el siglo XXI. (Buenos Aires, noviembre 2003). Buenos Alres: Direccién Nacional de Gestién Curricular y Formacién Docente, Ministerio de Educacién de la Nacién Itinerarios de lectura 1) Si desean profundizar en las investigaciones y reflexiones de la autora de esta clase les proponemos: Petit, Michéle (1999) Nuevos acercamientos a los jévenes y la lectura. México, Fondo de Cultura Econémica. Resultado de su investigacién realizada en Francia con jévenes de barrios marginales, la autora sistematiza sus reflexions trabaja a partir de las experiencias de lectura que impactaron de modo significative en sus vidas. De este modo discute con los diagnésticos acerca de la pérdida del valor de la lectura para las jévenes generaciones y aborda los efectos subjetivos de esta practica cultural. La distancia de la calificacién sobre los buenos o malos lectores o de la poca 0 mucha lectura como asi también de la prescripcién sobre la educacién lectora no sin antes analizar los implicitos de las resistencias a la lectura constituyen, entre otros, las virtudes de un abordaje particular desarrollado en este libro. Potit, Michéle (2001) Lecturas: de! espacio intimo al espacio puiblico. México, Fondo de Cultura Econémica. En didlogo con la obra anterior, en este libro la autora profundiza en el andlisis de la experiencia lectora, particularmente en los efectos en la construccién de uno mismo y, también, en la construccién social en tanto sujetos. En sus propias palabras: “En Lecturas: def espacio intimo al espacio publico cuento cémo a los trece aiios, recién legada a Colombia, aprendi a "ver" lo que me rodeaba gracias a la lectura de las cartas que mi madre escribfa a su familia y a sus amigas. En esas cartas yo descubria cantidad de detalles que no habia visto, incluso si habiamos recorrido los mismos paisajes, las mismas calles. Cuando ella los describia, los nombraba, esos paisajes se animaban, tomaban vida. Un mundo pintado por Un miniaturista sustitula a la neblina en la que yo avanzaba. Dia tras dia, la lectura hizo que yo “levante los ojos" y considere | mundo de una manera un tanto diferente,” Petit, Michéle (2008) Una infancia en el pals de los libros. BarcelonalMéxico, Océano-Travesia Abriendo a la lectura de esta obra, la autora plantea: “Escribi Una infancia en el pals de los libros porque deseaba comprender qué era lo que buscaba entre lineas cuando yo misma fui nifia. Esos recuerdos son la cara oculta de mis Investigaciones, en particular de las que hablan sobre la lectura en "espacios en crisis". Al publicarlos, no hago sino pagar parte de mi deuda con aquellos y aquellas que nutrieron mis trabajos al contarme su historia‘. Espero que los titulos o los autores desconocidos que encontraran en estas paginas tengan para ellos el mismo encanto exético que tuvo para mi el Tesoro de la Juventud, de nombre tan acertado. Y espero también que sigan enviéndome sus propios recuerdos para que juntos exploremos ese misterio: el ni que lee". De este modo, reencontrando sus emociones de infancia, Michéle Petit ‘comparte sus encuentros con las palabras y las imagenes invitando a ensayar y reconstruir esta experiencia propia en la cexploracién de uno mismo, Petit, Michéle (2009) €/ arte de la lectura en tiempos de crisis. Barcelona/México, Océano. Desde Ias experiencias tragicas del siglo XX, por ejemplo las querras mundiales, hasta momentos sociales de fuerte convulsién como los mas recientes vividos en otros paises, la autora analizar el valor de la lectura lteraria en tiempos de crisis. En este marco recupera la importancia de la lectura colectiva en tanto, a partir del intercambio, la lectura permite procesar situaciones dificiles y atravesarlas de otro modo. “En contextos de crisis, leer tiene mas valor porque nos da otro lugar, otro tiempo. Se trata de la apertura de un espacio que permite la ensohacién, el pensamiento, y que da ilacion a las, experiencias', dice la autora. Petit, Michéle (2015). Leer el mundo. Experiencias actuales de transmisién cultural. México, Fondo de Cultura Econémica. La literatura, oral y escrita, y también el arte, sirven para interponer entre lo real y cada uno de nosotros un tejido de palabras, de conocimientos, de historias y de fantasias, sin el cual el mundo seria inhabitable. Leer el mundo es un alegato ppara que tengan un lugar en la vida cotidiana, particularmente en la de los nifios y adolescents. Este libro surgié como un acto de rebeldia ante la necesidad cada vez mas acuciante, si se defienden las artes y las letras, de exhibir pruebas de su rentabilidad inmediata, como si esa fuera su Unica razén de ser. {Para qué sive leer? Por qué leer hoy? {Por qué incitar a los niffos a que lo hagan? {Qué relacién puede haber entre las paginas y las pantallas? {Cémo transmit el gusto por la lectura y las practicas culturales? Reanimar la interioridad, movilizar el pensamiento y suscitar intercambios son algunas de las respuestas que ofrece Michéle Petit en los ensayos reunidos en este volumen. Asi, narra experiencias entre libros y palabras para desmontar prejuicios culturales y revelar el acto de leer como la creacién de un mundo més habitable. La apuesta, afirma la autora, "es forjar un arte de vivir cotidiano que escape a la obsesién de la evaluacién cuantitativa, es forjar una atencién. Es llegar a componer y preservar un espacio muy diferente que privilegie el juego, los intercambios poélicos, la curiosidad, el pensamiento, la exploracién de si y de lo que nos rodea. Es mantener Viva una pare de libertad, de suefio, de algo inesperadi 2) Si estén interesados en recorter sitios web referidos a la promocién de la lectura y la escritura, les recomendamos: Centro Regional para 6! Fomento def Libro en América Latina y el Canibe: https:/iwww.cerlale.org/ EI CERLALC es un organismo internacional e intergubernamental que presta asesoria técnica a los gobiemos iberoamericanos en la definicion y aplicacién de politicas, programas, proyectos y acciones para la promocién del libro, la lectura y ef derecho de autor. Fue creado en 1971 por medio de un acuerdo bilateral entre el gobierno de la Republica de Colombia y la UNESCO. En la actualidad, se han adherido al convenio original 19 palses de la regién beroamericana, Promocién de la lectura en nifios y jévenes: https:liwaw.bancodellibro.org.vel EI Banco del Libro es una Asociacién Civil venezolana privada, sin fines de lucro, que investiga, experimenta, innova y divulga acciones dirigidas a nifios y jévenes para su formacién como lectores, Para lograr esto, estudia, evaliia, recomienda y distribuye libros y otros materiales de lectura en espaol, destinados a nifios y jévenes. Ademas, produce, recopila y difunde informacién util sobre lectura y libros para nifios; disefia, realiza y asesora servicios y programas de promocién de lectura; desarrolla actividades y programas de formacién para adultos promotores de lectura: padres, docentes, bibliotecarios, especialistas, editores, libreros y otros. Organizacién internacional para ef Libro Juvenil (IBBY): https:/hwwwribby.orgl EI IBBY es un colectivo compuesto por asociaciones y personas de todo el mundo comprometidas con Ia idea de propiciar el encuentro entre los libros y la infancia, IBBY se fundé en Zurich (Suiza) en 1953 y esté constituida por mas de sesenta Secciones Nacionales. Algunas de ellas representan a paises con politicas de alfabetizacién* y publicacién altamente desarrolladas; otras cuentan, en cambio, con escasos profesionales, comprometides por lo general en una labor pionera de publicacién y promocién de libros para nifios. Los miembros de las distintas Secciones Nacionales representan todos los campos de actividad relacionados con los libros para nifios: autores e ilustradores, traductores, editores, periodistas y crlticos, maestros, profesores y estudiantes universitarios, bibliotecarios y libreros, padres y asistentes sociales. Centro Intemacional del libro infantil y juvenil de la de la Fundacién German Sanchez Ruipérez: hitps:lfllj.undaciongsr.com! El Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil es la unidad de la Fundacién especializada en el émbito de la literatura infantil y juvenil y de la promocién de la lectura entre niffos y j6venes. Sus actividades tienen como objetivos: fomentar y estimular los habitos lectores desde las primeras edades, formar profesionales de la promocién de la lectura y de ta corganizacién y dinamizacién de las bibliotecas infantiles y escolares, promover estudios de investigacién en los campos de la literatura infantil, la lectura y las bibliotecas, asi como prestar asistencia técnica a organismos publicos y privados, interasados en la dotacién y organizacién de bibliotecas infantiles y escolares.

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