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Agosto-Diciembre 2019
Ingeniería de costos.
Catedrático: Margarito Manuel Desales
Investigación:
La amortización facilita el cálculo de los gastos, cuya diferencia con los ingresos
contribuye a obtener el cálculo del resultado de explotación y valorar
el patrimonio de una compañía. A través de este término se añade a los productos
el gasto de la depreciación.
Por tanto, en el ejemplo en cuestión, se puede ver que no existe un modelo único
o estándar de contabilizar la depreciación de un activo.
Es el método más fácil de utilizar. Para calcularlo, únicamente hay que dividir el
valor original del activo a depreciar entre sus años de vida útil.
Por lo tanto, para calcularlo lo primero que hay que hacer es calcular la vida útil
del activo que va a depreciarse.
Por ley, a los bienes inmuebles se les suele aplicar una vida útil de 20 años, 10
años a los bienes de mobiliario y maquinaria y algunos transportes (trenes,
aviones y barcos), y 5 años a los vehículos y equipos informáticos.
Además de la vida útil, hay que tener en cuenta otro dato denominado el valor
residual o de salvamento de los activos. Este valor es el que se calcula que tendrá
el activo una vez finalizada su vida útil; es decir, cuánto dinero se podrá obtener
del mismo. Este valor no es obligatorio en el cálculo.
Una vez sabemos los años de vida útil y el valor residual del activo en cuestión, se
puede realizar el cálculo de la depreciación.
Ejemplo.
Dividiendo, nos sale que 30 000/5 = 6 000 €, lo que sería la depreciación anual. Si
se quiere conocer la depreciación mensual, únicamente hay que dividir esta cifra
entre los 12 meses del año, o la original entre los 60 meses de los 5 años. Esto
nos daría un resultado de 500 € por mes.
Ejemplo:
Esto quiere decir que el primer año la depreciación de la furgoneta sería de 10 000
€, y no de 6000 como en el método de línea recta.
En cambio, para el segundo año la vida útil pasaría a ser 4 años en vez de 5;
luego el cálculo varía. Al hacer los cálculos, en este otro año nos daría: (4/15)*30
000= 8 000 €.
Lo mismo haríamos con el resto de años, que van teniendo una depreciación cada
vez menor.
Ejemplo.
Una vez con este dato, se aplica al valor original del activo:
Para el segundo año, el valor será (30 000 -11 071,2) = 18 928,8
Por lo tanto, la depreciación del segundo año será la siguiente:
Y así sucesivamente, teniendo cada año una menor depreciación hasta el fin de la
vida útil del vehículo.
Este método, al igual que el de la línea recta, realiza una distribución equitativa de
la depreciación todos los años de vida útil. Como indica su nombre, tiene en
cuenta las unidades producidas por el activo, con lo que es un sistema adecuado
para calcular la depreciación de maquinaria o equipos que producen unidades. En
el caso anterior de la furgoneta sería más complicado, ya que habría que calcular
cuántas unidades ayuda a fabricar la misma.
Para calcularlo, en primer lugar hay que dividir el valor del activo por el número de
unidades que produce en el total de su vida útil. Una vez hecho esto, en cada
periodo se tiene que multiplicar el número de unidades de ese periodo por la
depreciación correspondiente de cada unidad.
Ejemplo.
Esta vez tenemos una máquina con un valor de 100 000 €, que en toda su vida
produce 2000 unidades.
Por lo tanto, 100 000 /2000 = 500. Esto significa que cada unidad producida tiene
un coste de depreciación de 500 €.
Y así lo haríamos de forma sucesiva para el resto de los 10 años útiles que posee
la máquina.
Bibliografía.
Raymond H. Peterson, Depreciación, John Wiley and Sons, Inc., 2002. Recuperado de:
https://www.lifeder.com/metodos-depreciacion/