Sunteți pe pagina 1din 5

¿Cuál es el origen de la Globalización?

En el origen de la Globalización hay variados criterios, algunos opinan que surge desde el
mismo desarrollo del hombre y su expansión, otros consideran que fue producto del
desarrollo de los antiguos imperios, hay quienes hablan del encuentro entre dos culturas,
otros argumentan que es un proceso complejo que tiene su surgimiento y desarrollo en el
siglo XX. Lo cierto es que el origen histórico de la globalización puede verse al tiempo que
hacemos una interpretación de lo “global” y lo comparamos con lo Mundial o internacional.

Nadie se cuestiona que estamos viviendo la sociedad de la información con carácter


Global, esto es una realidad nueva y diferente para la historia de una economía mundial en
la que la acumulación del capital ocurre en todo el mundo; esta ha existido en Occidente al
menos desde el siglo XVI. Una economía global es algo con características diferentes; es
una economía con la capacidad de funcionar como una unidad en tiempo real a escala
planetaria y trasmitir información de la economía, las finazas, un tsunami, o un ciclón como
el Katrina;al tiempo que puede proyectar en tiempo real las vivencias de las locuras
terroristas o el fenómeno del terremoto de Cachemira y Pakistán.

Existen tres grandes impulsos históricos asociados a la Globalización; estos se encuentran


asociados a:

La conquista, colonización e integración en el mercado mundial de América.

La generalización de la Revolución Industrial y la expansión colonial del siglo XIX.

Al desarrollo y generalización de los aspectos culturales que fueron favorecidos por los
medios de comunicación; básicamente después de la Segunda Guerra Mundial y en especial
a partir de la década de los setenta hasta nuestro días.

La globalización en el entorno
latinoamericano
Manuel Andrés Guerrero Marín

 Economía
 20.05.2001
 3 minutos de lectura

economía latinoamericanaglobalización
Desde La Web

El taxista siguió su instinto cuando una niña de 13 años se subió a su taxi y eso cambió el
curso de su vida para siempreEasyviajar
El era hermoso, no vas a creer cómo se ve hoyRefinance Gold

Santa Cruz desde $b190! ¡Vuelos baratos aquí!jetcost.com.bo

El nuevo amplificador WiFi del que habla todo el mundo en nuestro paísWIFI Booster
por Taboola
Enlaces Patrocinados

La globalización tal como se ha planteado superfluamente por los medios resulta ser la
nueva forma de vida a la que los seres humanos nos hemos confinado, y la cual contiene
una extensa serie de factores que aún cuando muchos son imperceptibles para el descuidado
ojo del ciudadano promedio , inciden fuerte y constantemente en el transcurso de nuestra
cotidianidad

Joaquín Estefanía, define la globalización económica como «aquel proceso por el cual las
economías nacionales se integran progresivamente en el marco de la economía
internacional, de modo que su evolución dependerá cada vez mas de los mercados
internacionales y menos de las políticas gubernamentales». Sobre esta concepción y en la
medida de las posibilidades de espacio me propongo observar el fenómeno de la
globalización en su frente práctico más reconocido «El Neoliberalismo», sobre las
economías de la periferia, más exactamente sobre las economías Latinoamericanas.

uís Javier Garrido señala acertadamente que «El problema del estado se halla en el centro
del debate de las políticas neoliberales, pues estas han tendido a reconvertir a los viejos
estados nacionales, sustentados en la tutela de los derechos sociales y de las políticas del
bienestar, en estados subordinados a los centros de poder financiero internacional y
funcionales a las nuevas políticas que tienden a la reducción del ser humano en función de
los intereses económicos de las grandes corporaciones».

Así encontramos como desde los primeros años de la post-guerra las potencias triunfantes
(USA, UK, Francia, etc.) tratan de imponer a los piases de la periferia sus políticas de
mercados abiertos, mientras lo que estos necesitaban era un apoyo decidido para el
desarrollo de sus economías mediante modelos como el de sustitución de importaciones.
Casos como este se han repetido incontables veces en el panorama latinoamericano, ya que
la vecindad con los Estados Unidos nos condiciona a tener su presencia constante en los
foros continentales y como es bien sabido hoy mas que nunca las pretensiones imperialistas
yankees se han visto reforzadas tras la caída de su opositor ideológico.

La situación de nuestras economías es claramente desventajosa desde muchos puntos de


vista; en primer lugar -y solo como referencia- es claro que la tercera ola no ha llegado con
la suficiente contundencia a nuestros pueblos, lo que nos coloca muy por debajo de la
competitividad de otras economías.

Por otra parte resulta impresionante la forma tan rápida como el modo de vida, las
costumbres, las tradiciones y demás herencias culturales son cambiadas, erradicadas,
modificadas, y en fin invadidas por la postura global, todo esto gracias a la ayuda de las
elites nacionales que en definitiva son las beneficiadas tras el desmonte del estado social.
La «verdad duradera» con la que los países poderosos tratan de convencer a la opinión
pública mundial no es aquella en que ellos como paladines de la justicia y la libertad
defienden los intereses mundiales y la democracia para que ningún opresor robe el derecho
de los seres humanos civilizados a la vida digna.

La cruel realidad es como se ha podido observar, que antes que ser los protectores
planetarios son los explotadores y los usurpadores de la democracia; y no es para menos la
observación cuando encontramos que nuestro bienestar depende del bienestar de ellos y
nuestra seguridad de la de ellos también, es decir que la imposición es absoluta cuando de
defender la seguridad y los intereses nacionales se trata, los de ellos.

En los últimos años hemos podido asistir a la confirmación del capitalismo como sistema
económico mundial, salvo en algunos puntos donde aún no se ha impuesto, este fenómeno
trae consigo otro fenómeno que es la toma del poder por las compañías transnacionales que
finalmente son el poder detrás de los gobiernos, pero que muy inteligentemente toman a
estos como escudos para luego sacrificarlos como chivos expiatorios frente a la masa.

El poder de los entes económicos internacionales poco a poco ha caído en manos de estos
nuevos amos que no son ni de aquí ni de allá, pero que tienen sus intereses en todas partes,
estos son el verdadero germen de la globalización que pocas veces nos es mostrado a favor
de quienes nuestros estados sucumben y a quienes se brindan los países en bandeja de plata
sin la menor posibilidad de reclamación salvo las vías de hecho como en México a propicio
de los 90s.

Globalización y homogenización cultural:


tensiones y resistencias
La globalización en su dimensión cultural, o mundialización de la cultura (Tulio
Hernández, 2010), ha generado nuevas realidades y situaciones. A la par de los
impresionantes cambios que han ocurrido en las tecnologías de información y
comunicación y en los dispositivos de base digital, determinados productos culturales
relacionados con la literatura, la música o las artes escénicas pueden circular al mismo
tiempo, y con gran rapidez en varios países e incluso en varias regiones mundiales de
manera simultánea. Las estrategias de diseño y promoción del consumo de los productos
culturales se vuelven cada vez más sofisticadas y complejas, pues no solo tienen que
competir con otros productos de naturaleza distinta o similar por la colonización de
determinados segmentos de mercado, sino que tienen que adecuar constantemente sus
productos a múltiples y variables fuentes de referencia y construcción de identidades
sociales hoy por hoy en curso.

Existe una tendencia de concentración en grandes empresas monopólicas de determinados


bienes y productos generados por las industrias culturales vinculadas al cine, a los
audiovisuales, a la música y al libro, principalmente. Lo que supondría la posibilidad de la
amenaza del mundo previsto por el novelista Aldous Huxley en su obra publicada en 1932
Un Mundo Feliz, de uniformidad del pensamiento y de configuración de una única forma y
estilo de vida. La cultura ha perdido, cada vez más, su capacidad de crítica y emancipación
del ser humano para convertirse en espectáculo de entretenimiento y adormilamiento de la
conciencia. Las vanguardias artísticas, otrora activas y propositivas para generar propuestas
de transformación social, han perdido vigencia y han sido reemplazadas por el anodino
concepto de “innovación cultural” (Josep Fontana, 2011).

Nos encontramos, según algunos autores, en medio de un momento de inflexión del sistema
capitalista caracterizado por el debilitamiento de la idea de modernidad y de
desestructuración del Estado-Nacional (Tulio Hernández, 2010; Zigmunt Bauman, 2013);
de una forma de consumo con capacidad de “devorarlo todo”, explicada por la teoría del
ovnivorismo cultural (Zymunt Bauman,2013; Joaquín Rius y Matías Zarlenga, 2010) y de
procesos de inclusión y exclusión, al mismo tiempo, en donde el capitalismo globalizado ha
entregado al mercado mundial la función de evaluar la calidad artística y de definir, por lo
tanto, lo que vale la pena conectar y lo que hay que desconectar o desechar porque no sirve
a los intereses de rentabilidad y reproducción del capital.

Uno de los debates más importantes es si la globalización, actualmente en curso, trae


consigo la homogenización de la cultura. Es decir, la pérdida o el debilitamiento de los
rasgos singulares y particulares de las personas y colectivos humanos como el idioma, sus
prácticas y comportamientos, sus elementos de representación simbólica y la construcción
de identidades sociales, en las que el sentido de pertenencia e identificación se fue
estructurando en relación con el Estado-Nación.

La globalización, de manera contradictoria y paradójica, ha significado la des-globalización


de vastos sectores geográficos y sociales del mundo, bien porque no han podido
incorporarse a las dinámicas de conexión e inter-comunicación (piénsese por ejemplo en
determinadas regiones y países africanos o en territorios latinoamericanos en donde la
presencia de ordenadores, telefonía móvil y otros dispositivos de base digital resulta
todavía una excepción); bien porque el mundo no los necesita pues no resultan mercados
atractivos (García-Canclini, 2004).

Por otra parte, y a pesar de que en la construcción de los procesos identitarios el sentido de
pertenencia y de referencia de los individuos y colectivos humanos con el Estado se han ido
debilitando para dar paso a una multiplicidad de referentes desde los cuales se construyen y
configuran identidades, las personas siguen manteniendo fuertes lazos de cohesión e
identificación con la idea o la percepción de lo que conciben como “nacional”. En un
estudio recientemente publicado sobre las poblaciones latinoamericanas consolidadas y las
industrias culturales en español en los Estados Unidos, se concluye que en una alta
proporción los poblaciones denominadas como “hispanas”, tienden a identificarse con el
país de origen más que con categorías pan-étnicas como “latino” o “hispano” y encuentran
en el idioma español una señal de identidad compartida (Jessica Retis y Ángel Badillo,
2015).

S-ar putea să vă placă și