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Entrevistas

En esta sección podrán encontrar distintas entrevistas a personas que generan y generarán
siempre distintas emociones dentro nuestro que perdurarán en el tiempo, y que aportan un
montón a lo que llamamos arte como tal… Esperamos que las puedan disfrutar como
nosotros cuando las hicimos!

ARTISTAS CALLEJEROS.
Entrevistamos a dos chicos que estaban compartiendo su arte en el semáforo
de la esquina resultante de las calles Gral. Mansilla y Gral. Las Heras, frente a la
plaza “20 de febrero”, Ituzaingo.
Juan Zerpa: Faro, HIP – HOP, Freestyle.
¿Cómo te llamas?
● Hola, soy Juan Manuel Zerpa, tengo 24 años, fui a la EESTNº8, donde me
apodaron “Juanma” o “Juan” y en la movida me dicen “BBOY” o “RIDE”.
¿Qué es lo que haces?
● Referido al ámbito del HIP – HOP lo que hago es comprender el día a día,
es decir, desde que este llego a mi puerta me plantee ¿Qué es lo que
estoy haciendo con mi vida?, si realmente estoy viviendo, sintiendo o me
estoy dejando consumir por lo que hago en la cotidianeidad… y bueno
entre tantas ideas enquilombadas y nosotros peleando por ver cuál es la
que gana, es como que surge esa necesidad de entender un poco más, la
mía en lo personal es participar en algo tan básico como hacer un taller
en un centro cultural o hacer faro en la calle, porque en un principio es
eso, hacer cultura y que ese fuego, que nace con el aire no se apague, y
para conseguir eso hay que soplar muy fuerte.
¿Cuándo arranco el deseo de hacer esto?
● Bueno, saltando un montón de vivencias, a los 19 años, me reencontré
con el breaking en otro momento de mi vida, en un contexto y lugar muy
distinto al que solía ir, un gimnasio donde solo interactuábamos entre
los que íbamos ahí.
Cuando fui a este supuesto training, fue un “Cypher” (Colaboración
espontanea de freestylers para improvisar en público) de BBOYS, estaban
dialogando con movimientos, bailando, y bueno eso me otorgo una visión
distinta, me expandió los horizontes, nunca había visto a tanta gente
reunida compartiendo un sentimiento, es algo que puede hacer todo el
mundo, de hecho se extendió muchísimo el HIP – HOP, está en todos lados,
supongo que es un poco también gracias a la tecnología y las nuevas
posibilidades de comunicación.
¿Qué te llevo a hacerlo en la calle?
● Para que entre tanto caos se respire un poco de HIP – HOP, en pocas
palabras es por eso, es movimiento consciente, “HIP” es la acción de
moverse, pero con consciencia, y esto último seria el “HOP” somos
mentes que se mueven y tenemos que ayudar a los demás a encontrar el
motivo por el que vinieron al mundo, y lo hacemos por medio del baile.
El HIP – HIP me ayudó mucho a relacionarme con muchas personas,
contaminar y contaminarme de ideas y así expandir mis puntos de vista.
¿Alguna vez viajaste con esto?
● Si obvio, fue el único medio que encontré para sentir que realmente es
cultura viva, la sensación que te deja en el cuerpo te hace creer en el HIP
– HOP como la mayoría de la gente en Dios, sin fronteras, te resguarda y
ayuda a seguir.
Los lugares más cercanos fueron Jujuy, La Quiaca y Abra Pampa, ahí empecé
a dar clases, en La Paz, Bolivia, hay una plaza central en San Francisco, le
dicen “Zanfra”, en la que nos juntábamos a bailar, y ahí empezamos a hacer
shows en la calle, y ganábamos bien, nos alcanzaba para mantenernos y
pasarla bien, éramos un grupo de siete venezolanos, argentinos, peruanos y
bolivianos unidos por el baile.
Después nos fuimos a Chile, nos manteníamos haciendo Faro bailando y
nos quedábamos en la casa de un amigo.

Daniel Infran: Malabarista


¿Cómo te llamas?
● Me llamo Daniel Infran, tengo 33 años y me dicen “Apus”, es mi apodo
digamos.
¿Por qué empezaste con esto?
● Empecé a hacer malabares para independizarme y poder viajar, hago
malabares con pelotitas, clavas, bastones de manipulación (incluso con
fuego), antorchas, pelotitas de fuego y huevos, son elementos poco
comunes en los malabares, por eso me gustan tanto, es distinto.
¿Hace cuánto lo haces?
● Hace 12 años hago malabares.
¿Tuviste la oportunidad de viajar, como querías, haciendo malabares?
● Si! viaje hasta Bolivia, Paraguay y Brasil, malabarear me hace bien, me
genera sensaciones muy lindas y distintas, me gusta el factor sorpresa y
ser una especia de bufón.

El Payaso de los ojos doblados:


¿Qué edad tenes?
● 31 años
¿Qué es lo que haces?
● Soy payaso, hago humor, magia, malabares con diábolo y globologia.
¿Qué te motivo a hacerlo?
● Al principio fue por diversión, después empezó a interesarme más
transmitir un mensaje en el show o espectáculo.
¿A qué edad arrancaste?
● A los 17 años
¿Viajaste con lo que haces?
● Si, por toda Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Ecuador.
¿Tu sostén es exclusivamente este? ¿O tenes otro?
● Si, solo este y es el mío y el de mi familia, mi mujer y dos hijos.
Salgo todos los días a la calle de 10 a 12 y de 14 a 20 hs.
¿Cómo te podemos encontrar en las redes sociales?
● En el instagram como “El payaso de los ojos doblados”.
Actores de Hamlet

“...siempre se debe ofrecer un buen teatro”


¿Cómo fue el proceso de estudio de la letra?

JF (Joaquín Furriel): Mucho sacrificio… Sentarse y leer una y otra vez. En algún momento dudé si
estaba en condiciones de poder afrontar este desafío… Consulté al neurólogo para descartar que no
se tratara de una secuela del ACV que sufrí hace tiempo atrás.

CD (Claudio Dapasano): Hace años que estudio textos y tengo un entrenamiento. Aunque no hay
ningún secreto es más fácil cuando estudiás con tus compañeros.

BB (Belén Blanco): Grabo los diálogos y los escucho con los auriculares mientras hago ejercicios.

¿Qué opinión podés dar sobre la respuesta del público a la propuesta Hamlet?

JF: Es necesario ofrecer opciones teatrales clásicas a precios populares. La economía debe ser tenida
en cuenta al momento de poner en escena una obra.

CD: Cuando el producto es bueno, el público levanta el pulgar.

BB: La gente ama ver teatro, pero siempre se debe ofrecer un buen teatro (texto, vestuario, puesta,
dirección…)

Parte del ETI

“Quise ser actor desde que tenía 7 años”


Ernesto Sigaud nació el cuatro de enero en Encarnación del Paraguay actualmente vive en
la localidad de Ituzaingó de la provincia de Buenos Aires.Es parte de la obra “padre pedro” y
fue director de la escuela municipal de teatro Leopoldo Marechal.

- ¿Dónde nació?
Nací en el dormitorio de mis padres. Papá alumbraba con un sol de noche, mientras

alentaba a mí madre para que no pierda las fuerzas necesarias en el pujo final. Doña
Stefania, partera familiar, me tomo de la cabeza y me enfrento a una nueva realidad.
¡Ernestito a vivir tu vida!
Esto ocurrió un cuatro de enero a la madrugada, en una hermosa ciudad de tierra muy
colorada, Encarnación del Paraguay.

-¿Cuándo se dio cuenta que quería ser actor?

Tome conciencia que quería ser actor a los siete u ocho años, cuando la maestra solicitó
voluntarios para hacer una obra de teatro en un acto escolar. Fui el primero en levantar la
mano y decir “yo”..

-¿Donde estudió teatro?

Seguramente habrás escuchado decir, a) Esta persona tiene ángel, o b) Esta persona no
sirve para el teatro. Yo me encuadro dentro la “b”, porque un día el ángel se te vuela y te
quedas sin herramientas para actuar.
Hoy por suerte se legitimó el arte del teatro, es otra rama dentro de los múltiples lenguajes
artísticos, el que debemos conocer y actualizarnos sistemáticamente. Por otro lado como
nuestro instrumento de expresión es el propio cuerpo debemos estar siempre en sintonía, y
todo eso conlleva a trabajo, trabajo y más trabajo.
Durante una carrera como la actuación, uno explora con muchos maestros y pasa por
diferentes instituciones.
Recuerdo el primer director y maestro importante que tuve, fue Ismael Fernández, un
director de teatro de La casa de la Cultura de Posadas, Misiones. Ya radicado en Ituzaingó,
empecé a estudiar en el estudio de Alejandra Boero, allí tuve la suerte de conocer a la que
considero “LA GRAN MAESTRA” de toda mi carrera: Marta Sánchez. Ella dictaba la
materia Liberación de la Voz, Marta es investigadora del trabajo vocal, desarrollo este
método al que llamó “Liberación la Voz”, consideraba que la persona para poder
proyectarse debe desprenderse de las corazas defensivas de las que nos armamos a los
largo de nuestra existencia – Destrababa con su método esa corazas, teniendo
consecuencias positivas en la voz.
También estudié mimo con dos grandes maestros Igor Lerchundi y Roberto Escobar. He
realizado curso y seminario de clown, entrenamiento actoral constantemente.
En cuanto al estudio formal la carrera de “Profesor de Juegos Dramáticos” , la de “Profesor
de Teatro” y” Licenciado en Teatro” la curse en la Facultad de Arte de la Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

-¿Tuvo alguna crisis mientras estudiaba la carrera?

Las crisis son señales de crecimiento. Por suerte aparecen para desacomodarnos y
sacarnos de nuestro espacio de confort, situación que nos lleva a encontrar un nuevo
equilibrio para poder avanzar.
Particularmente las mayores crisis la viví siendo joven en la escuela de Alejandra Boero,
tuve muchos intentos de abandono, por suerte no lo hice.
Otro tipo de crisis la viví cuando estudiábamos en la Universidad en Tandil, en ese entonces
cursábamos la carrera de manera semi presencial, teníamos que viajar todos los viernes a
medianoche y volver el sábado también a medianoche (750 kilómetros ida y vuelta),
éramos varixs compañerxs quienes hacíamos esta travesía.
A veces las fuerzas flaqueaban, el desgano, cuestiones económicas para afrontar el viaje.
Pero en estas crisis aparecía algo maravilloso que nos impulsaba para adelante, y el deseo
de abandono se disipaba: era el grupo.

-¿Qué consejos puede darle a los estudiantes de teatro sobre como poder ser un
buen actor/actriz?

No sé si existe alguna fórmula para ser buen actor o actriz, al menos yo la desconozco.
Lo único que diría es ser disciplinado, estudiar siempre para sostener con fundamentos el
paso por el escenario, y sobre todo cuidar y tener siempre afinado nuestro instrumento de
expresión.

“El actor debe dominar las acciones, trabajar su


instrumento y cuando hablo de instrumento hablo
también de la voz”

Lorena Serra nació en Buenos Aires desde muy chiquita se mudaron a Tandil
allí cursó todos sus estudios primario , secundario y la facultad, actualmente es
docente de la escuela municipal Leopoldo Marechal de la carrera actriz/actor.

● ¿Dónde naciste sos de Buenos Aires?


Nací acá, pero me fui de muy chiquita a Tandil, mi primaria y secundaria las hice en Tandil.

● ¿Cuándo te diste cuenta que querías ser actriz?


En esos términos siendo grande, a los 27 años.

● ¿Habías hecho otra carrera antes?


Sí varias, empecé con diseño industrial porque me gustaba dibujar y como mis padres me decían
que haga una carrera universitaria, la única carrera universitaria que tenía a mano que tenía
dibujo era diseño industrial, duré 2 años y me fui, después hice derecho otros tres años y junto con
eso empecé teatro, y como con los dos no podía elegí teatro finalmente, pero hago teatro desde
que tengo ocho años.

● ¿Tuviste alguna crisis cuando estudiabas la carrera de actuación?


Cuando estudiaba no porque estaba demasiado ocupada cursando y llevando adelante la
carrera, en realidad la crisis la tuve cuando me recibí.

La primer carrera tenía 2 títulos el primero era uno a los 3 años y luego el otro si continuabas ,
cuando me recibí de profesora de juegos dramáticos no entendía muy bien pero seguí
estudiando, pero cuando me recibí de profesora de teatro y se terminó la facultad, ahy recién me
vino la crisis de ¿ahora qué hacemos?, tenía la sensación de que había aprendido muy poco , y
de que iba a dar clases y no entendía muy bien lo que iba a enseñar, casi retomo derecho para
ser abogada.

● ¿Sentiste presión de parte de tu familia para estudiar otra cosa? Ya que a


veces hay una presión social o familiar de que uno tiene que estudiar una
carrera universitaria convencional.
En casa había una presión, pero no manifiesta de que haga teatro, pero como hobbie, y
estudiara algo más formal “que me dé de comer”, como ser ingeniera o algo así.

Entonces a los veintisiete años por mi cuñada, me entero que en la universidad de


Tandil estaba la carrera de teatro, entonces ahí fue como dejarlos un poco contentos de que
iba a profesionalizarme y estudiar en la universidad.

● ¿Qué consejos o herramientas para el actor le darías a una actriz/tor que


recién está empezando?
Por un lado, trato de transmitir y enseñar técnicas que conozco como si fuera una caja de
herramientas, para que ellos estén siempre en la búsqueda, trato que los alumnos de la carrera
sean artistas conscientes y responsables por ellos mismos para tomar decisiones, ya que no va a
venir nadie a decirles cómo deben hacer las cosas, si está bien o está mal, los docentes solo les
abrimos las puertas y caminos, sobre todo porque estamos hablando de arte, no medicina.

Más allá de todas las técnicas que podamos sumar creo que uno no tiene que plantarse en las
emociones, sino en las acciones, en ese sentido es una decisión personal y de muchos docentes,
que el actor no necesita tomar el camino de querer dominar las emociones, creo que a el único
camino al que le puede llevar es a ser un buen mentiroso y no me parece que el arte pase por ese
lado, entonces ahí los caminos que se eligen son como trampas, las emociones serían como el
agua en nuestras manos que no las podemos agarrar.
Lo que podemos hacer a través de nuestro cuerpo que es el soporte material, es crear desarrollar
y explorar qué formas pueden tomar esas emociones para que corran y fluyan, las emociones
serían ese cauce y nosotros siempre vamos a trabajar con una forma que nos contenga y que nos
dé un marco para no desbordarnos y que no se caiga la escena.

Pero es una posición personal determinada.

● ¿Qué técnicas utilizas, o tratas de transmitir a la hora de enseñar teatro?


El actor trabaja con las emociones, y como profesional yo y otros grupos de profesionales,
creemos que el actor debe dominar las acciones, trabajar su instrumento y cuando hablo de
instrumento hablo también de la voz.

En cuanto a técnicas que se utilizan para trabajar con las emociones es, cuantas veces podés
trabajar con esas emociones si tenés que hacer veinte funciones en un año o cincuenta, o la
misma obra cinco años ya que en la vida pasan cosas y vamos cambiando de estado. Por eso
cuando me ocupo del material concreto del cuerpo también puedo enlazar el cerebro y traerlo
acá conmigo cuando este en escena y no estén esas mismas emociones.

● ¿Cómo ves al teatro Argentino ya que a veces en el arte se cree que lo


mejor viene del exterior, tenés alguna expectativa?
Bueno a mí no me pasa eso, soy muy crítica del teatro y no me gusta cuando veo un mal teatro
sea cual sea el lugar, yo hace 11 años vine a capital y me parece que tenemos una efervescencia
de búsqueda y exploración constante, a veces infructuosa y a veces muy buena, las búsquedas
son así.

lo que y desearía para el teatro en general , es que la gente sea honesta con lo que hace, y en la
honestidad de la búsqueda y no en la copia de lo que ya pasó, o lo que hubo y descubrieron otros,
ni en a novedad por la novedad misma, que se vuelve muy “snob” por querer ser moderno y
novedoso ;me parece que el ancla más fuerte que podemos tener ya sea que haga retrospectiva
o cosas nuevas, lo mejor es ser honesto con la búsqueda de lo que a uno le interesa , también
respetando lo que otros hicieron y lo que otros siguen haciendo en la actualidad.

"Dirigir es más bien observar y poder sacar lo mejor de cada quien,


permitir que cada quien pueda crear y ayudar a enlazar esa trama que se
va gestando con todos"
Claudia Inés Giombini fue docente de jardín infante y profesora de teatro en el Leopoldo
Marechal de la tecnicatura de actuación teatral.

-¿Qué te inspiró a estudiar teatro?


-Siempre me gustó mucho leer y poder entrar en otras verdades, historias… Comencé de
grande, la docencia y el juego ya venían desde antes, pero empecé a estudiar teatro a los
25 años, cuando sentí que me estaba apagando y que todo lo que hacía pasaba solo por mi
cabeza, entonces sentí que necesitaba movimiento y jugar con la palabra desde otros
lugares más sensibles. De todas maneras, recuerdo que en la secundaria, con una profe de
música fuimos a un par de escuelas/ hospital llevando una obra con canciones y juegos,
eran grupos de personas relacionados con alguna particularidad (trastornos sociales, con
alguna discapacidad). El encuentro y lo que se creó en ese estar con otros desde la humilde
producción que hicimos seguro que fue una semilla (aunque me diera cuenta mucho
después).

-¿Por qué ésta profesión?


-Porque sí, jaja... Porque mucho tiempo creí en el poder transformador de la educación,
pero también me encontré con algunas cuestiones muy estáticas, muy como “ya
establecidas” dentro del sistema y eso me generó (y me genera aún) muchas
contradicciones. A la par, sentí esa necesidad personal que mencionaba, de hacer algo
diferente, sobre todo algo que rompiera con los cuerpos quietos… Empecé un taller en
“Vuelos” (Castelar) y desde el primer día supe que no iba a dejar de vivir con el teatro. Ahí
fue arrancar el camino de un montón de cambios, y también fue empezar a pensar que el
teatro y la docencia eran un combo muy hermoso para modificar alguito, sobre todo porque
me llevan hacia la comunicación conmigo y con otros, y porque me exige de veras estar
dispuesta a cambiar yo… y sin eso nada puede transformarse.
Y la sigo eligiendo porque, además, creo que es una tarea que recupera la sensibilidad, que
nos permite expresarnos, conectar con lo que sentimos, respetar a los otros, construir con lo
diferente, aprender a aceptar y también a proponer y defender algo que sentimos hondo,
que creemos. Porque nos ayuda a encontrarnos con mucha verdad y porque al estar el
teatro tan juntito con el juego, nos ayuda a recuperar la vitalidad y la alegría de los días… y
como dijo el poeta Mario Benedetti, ¡hay que defender la alegría! Es una herramienta de
mucho poder para cambiar un poquitín de mundo.
…Porque agradezco que en cada encuentro con los grupos vuelve a tener valor el tiempo,
la lentitud, la mirada a los ojos, el fastidio de sentir que el otro quiere algo diferente y la
valentía de aceptarlo, porque aprendo a hacer un bollo cuando una propuesta no resuena
con un grupo y me rabio, y de ahí debo encontrar un nuevo punto de partida… Porque son
espacios donde cultivamos la libertad, el amor, la paciencia, la convivencia y el
entendimiento profundo, y porque esto es la vida… no solo en el teatro…

-¿Hace cuántos años das clases?


-Comencé en jardines de infantes (espacio maravilloso, si supiéramos como sociedad darle
el valor que merecen nuestros primeros años de vida…) en el año 2000, y como profe de
teatro desde el año 2007. Año en que también dejé los jardines formalmente, y seguí
participando desde la expresión corporal y los juegos teatrales.

-¿Qué se siente dirigir una obra de teatro?


- Ay… miedo, ante todo, incertidumbre. Es poner en juego algo muy interno propio y un
esfuerzo muy grande por aprender a leer lo que los actores/actrices quieren hacer con el
personaje al que le van dando vida. Me gusta pensar que dirigir es más bien observar y
poder sacar lo mejor de cada quien, permitir que cada quien pueda crear y ayudar a enlazar
esa trama que se va gestando con todos. No me sale tener todo ya armado en mí, se va
creando en la interacción con los grupos, en el seguir desentrañando un autor cuando se
trata de poner en escena un texto ya escrito, de mediar entre ese mensaje y lo que, en un
tiempo y espacios presentes, un grupo va queriendo decir. Me gusta que haya lugar para la
sorpresa, el azar, la aparición de nuevos sentidos que se develan en el hacer mismo.
Claro… hay un momento en que hay que definir, querer y creer en eso que va naciendo y
alimentarlo con mucho trabajo.
Creo que tanto dirigir como ofrecer un espacio de taller donde compartir elementos del
lenguaje son, en el fondo, momentos de mucha comunicación y entrega, animarnos a
mostrarnos, a fabricar algo y luego dejarlo, a amasar algo nuevo, a equivocarnos y que del
error brote algo, incluso el enojo, que será parte de la creación… cómo no… y todo ese
proceso es tantísimo más rico que el resultado final…

-¿Seguís actuando?
-Sí, hubo un momento después de un par de años de mucho trabajo con un grupo, en que
necesité detenerme, guardarme un ratito. Igual siempre necesito estar tomando algún taller/
seminario porque creo que eso me ayuda a no olvidarme qué se siente estar de ese lado, y
sobre todo porque me despierta y me mantiene viva. Este año retome ensayos y creaciones
con muchas ganas y felicidad.

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