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La libertad es un valor primordial, ya que permite que los demás valores existan.

Aunque los medios de


comunicación, los políticos o la escuela hablen sobre este valor, definirlo no es tan fácil pues existen distintas
formas de concebirlo y ejercerlo.

La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o cualquier otra
diferencia de cualquier índole. Gracias a la libertad podemos realizar aspiraciones: un mejor
nivel de vida, formar a los hijos para que aprendan a tomar mejores descisiones, buscar un
lugar adecuado para vivir, participar de manera activa en beneficio de la sociedad, llevar una
vida congruente con la moral y la ética en todo el quehacer profesional, buscar una educación de
calidad... pero estos son los efectos de la libertad, no la libertad misma.

La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal


responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder
de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión
de un impulso o del instinto.

En principio, la libertad es la situación donde uno tiene la posibilidad de actuar o no sin interferencias,
presiones, ni constricciones.A partir de esta concepción se plasman en las leyes los derechos fundamentales
de los individuos que les garantizan las libertades de expresión, culto religioso, asociación, tránsito,
pensamiento, entre otras. Estas libertades constituyen a base misma de las sociedades democráticas.

Ahora bien, la libertad no puede ser absoluta o ilimitada. ¿Estás de acuerdo? El propio marco legal que
establece y garantiza las libertades es, al mismo tiempo, uno de sus límites. Pero las leyes no son las malas
de la película; no existen para darnos dolores de cabeza, ni estorbarnos; existen para demarcar el sentido y
alcances de las libertades mismas, para que su ejercicio por parte de unos no menoscabe el derecho de otros;
existen, pues, para que podamos convivir los unos con los otros en libertad. Por eso no se vale evadir el
cumplimiento de la ley.

En otro sentido, la libertad significa que cada quien puede decidir por sí mismo obedeciendo sólo a su propio
criterio y no determinado por otros. Esta definición se orienta más hacia la autonomía que cada uno tenemos,
por ejemplo: la de vestir como me gusta o elegir el credo que quiera. Así, mientras que en el terreno
individual la libertad entraña la capacidad de autodeterminarnos y autogobernarnos, en el ámbito
social la libertad remite al derecho y a la consiguiente responsabilidad de participar en las decisiones
colectivas, como la formación de gobiernos, la discusión de las leyes y la elaboración de las políticas públicas;
sólo participando de esta manera puede decirse que al obedecer las leyes y a nuestras autoridades nos
estaremos obedeciendo a nosotros mismos.

La Libertad no se construye. No es como en el caso de virtudes como la perseverancia, la


fortaleza o la paciencia que requieren de un esfuerzo constante y continuo para hacer de ellas
una parte integral de nuestra vida. La libertad se ejerce de acuerdo con los principios
fundamentales que nacen en la conciencia, en la familia y en la sociedad, es ahí donde este valor
se orienta, forma, educa y respalda, forjando personas íntegras

Las diferentes formas de la libertad están estrechamente vinculadas entre sí: no es casual que los gobiernos
autoritarios las restrinjan por igual.

Libertad de pensamiento y la libertad de expresión

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