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Tom zuidema
zuidema R. Tom. El Juego de los ayllus y el amaru. In: Journal de la Société des Américanistes. Tome 56 n°1, 1967. pp. 41-51.
doi : 10.3406/jsa.1967.2270
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/jsa_0037-9174_1967_num_56_1_2270
EL JUEGO DE LOS AYLLUS Y EL AMARU
« El amor grande que ténia el Inca a esta Sefíora Guayro, solicitaba su ánímo para
que buscase trazas cómo dejar a su hijo bien remediado. Pues con este fin, siendo ya
el mozo de edad para ser armádo caballero, introdujo entre los seňores de su corte e
juego de los ayllos (16), que antes era sólo de las naciones del Gollao ; y asi, llegada
la fiesta del Guarachico, en que su hijo se habia de armar caballero con otros hijos
de grandes senores, pidio el Inca a los de su consejo que, para más solemnizar la fiesta,
queria jugar con su hijo algunos pueblos de su senorio. Ellos, por complacerle, consin-
tieron con lo que pedia y la respondieron que jugase Su Alteza en hora buena todo
lo que fuese servido. Senalaronse jueces y padrinos para los juegos, y para mas auto-
ridad de la fiesta, dio licencia el rey para que entrasen en ellos Ios senores que qui-
siesen ; y era ley que se habia de jugar joya о presea de mucho valor, о cierta can-
tidad de oro o plata. LIegado el dia seňalado. dieron principio a Ios juegos los s
enores de la corte, y iritimamente entraron en ellos el rey y su hijo. El rey. como vale-
roso y diestro en este juego, hacia maravillas de sus ayllos, y el mozo no se descui-
daba, antes jugaba con tanta destreza, que en muy brève tiempo gano la apuesta a
su padre y pidiô a Ios jueces se la diesen. Ellos, maravillados desto y sospechando no
fuese cautela el haber perdido el rey, fueron de parecer que volviesen al juego ; pero
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el hijo lo renusaba, si priraero no te daban lo que habia ganado. Viendo los jueces que
team razon, le promet ieron dar lo que pedia con que prosiguiese el juego. Volvieron
a jugar padre e hijo, y fué tau venturoso el hijo, que torno a ganar par segunda vez.
No eonsintieron los del consejo que pasase adelante el juego, porque llevaba el mozo
talle de ganar a su padre todo el reino. Preguntaronle los jueces que queria por la ga-
nancia, y el mozo pidio la provincia de Urcosuyu, y asi le fueron dados los einco pue
blos délia : Nunoa. Oruro. Asillo, Asangaro y Pucará ; y cstos son los pueblos que Ha
inan Aylluscas, en memoria des ta historia. »
Y la tercera historia es :
« Mucho tiempo se le paso al Inca sin salir de su corte, ocupado en ilustrarla con
grandes edifîcios ; porque por su orden se prosiguio el soberbio edificio de la fortaleza,
que su padre habia dejado coinenzado, y se edifiVaron los palacios de Tambo, cuyas
ruinas durau todavia, y otras casas de placer en la comarca del Cuzco ; y jugando
que convema salir a visitar a sus vasallos, apercibiô su partida, y bien aeompanada
de seňores y geate de guerra, salio del Cuzco por el camino de Chinchaysuyu, llevando
consigo a la Coya su mujer, que gusto ver su reino en compania del rev su marido.
Llegados a un lugar llamado Yanayacu, en los términos de Vilcas, nombro el Inca
por visitador do las provincias de la costa de la mar a un hermano suyo que se de-
cia Apu Achachť, hombre de mucho valor y consojo ; el cual se partíó delante a en-
tender en su visita, por haber deterniinado el Inca hacer su camino por el valle de
Jauja, a pedimento de los caciques dél. Llegado el visitador al Guarco, la seňora dél,
que era viuda, se puso a impedirle la visita y que empadronase sus vasallos, diciendo
que tio habia de consentir que el Inca senorease sus estados. Diô cuenta el visitador al
Inca de lo que pasaba, preguntandole lo que habia de hacer en aquel caso. El Inca,
recebida esta nueva, se rió y dijo que las mujeres le seguian. Preguntóle la Coya que
que mujeres ; y él le respondio : « Tu y esta viuda. que si no fuera por ti, yo le hi-
ciera que no tuviera tantos brios. » La Goya erttonces pidió al Inca que le dièse licen
cia,que ella se proponia de sujetarle aquella mujer sin que le costase un soldado ; res-
pondióle el Inca, que en hora buena, que hiciese lo que quisiese. Tomô a su cargo
la Coya este negocio y despaeho al visitador, dándole parte del camino donde pen-
saba guiarlo, y mandàndole que dijesen a aquella cacica, como él ténia aviso del Inca
y de la Goya que querian reservar toda aquella provincia para ella, y que en albricias
le pidiese le mandase hacer una fiesta solemne en la mar.
La viuda. creyendo ser verdad la niieva que le diô el visitador, coneediô lo que lo
pedia y mando para cierto dia que le senaló el mismo visitador, que todos los pueblos
saliesen a la mai* en sus balsas a festejarle ; lo cual todo se efectuô ; y estando los indios
en la mar con sus instrumentos mûsicos y mucho regocijo bien seguros de la cautela
y engaňo del visitador, entraron en el pueblo dos capitanes del Inca y se apoderaron
dél ; lo cual visto desde la mar por la cacica y sus vasallos, no tuvieron otro medio
que rendirse. Prendieron los capitanes a la cacica y llevàronsela a presenter a la Coya. »
Esta ultima historia la cuenta solamente Cobo ; sin embargo tiene varios
elementos en comim con otra que se encuentra en la « Historia de los In-
cas » de P. Sarmiento de Gamboa y que por esta razón parece ser una va
riante de ella. La referiré por eso también, esta historia de Sarmiento, como
la cuarta que vamos a considerar. Dice Sarmiento en el capitulo 51 sobre
« Topa Inga háce los yarayacos » lo siguiente :
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« Entre los hermanos que Topa Inga ténia, era uno llamado Topa Câpac, bombre
principal y a quien Topa Inga habia dado muchos criados para le hacer sus chácaras
y servirle en sus heredades. Y es de saber cómo Topa Inga Yupangui hizo a su her-
mano Тора Gápac visitador general de to da la tierra que hasta entonces tenia con-
quistada, y Topa Gápac, andando haciendo la visita, llegó (a) aquella parte donde su
hermano le habia dado aquellos criados, y so color de aquéllos, allegó a si otros muc
hos, diciendo que todos eran yanaconas, que asi llaman a sus criados. Y éstos encu-
briólos de la vista, tratando con ellos que se queria engrosar y levantarse contra su her
mano, y les haria grandes mercedes si le ayudasen. Y con esto vino al Cuzco muy rico
y poderoso, adonde diô muestras de su intente
Y por secreto que lo trató, se supo, y fué Topa Inga avisado dello y vino al Cuzco,
que fuera estaba armando caballero a su hijo llamado Ayar Mango. Y hecha infor-
mación, halló ser verdad, y mato a su hermano Тора Сарае у a todos sus consejeros
favorecedores. Y sabido cômo habia dejado fuera de la visita muchas gentes para el
efeto, salio Topa Inga en persona del Cuzco, visitando y haciendo pesquisa dellos.
Haciendo lo cual llegó a un asiento que llaman Yanayaco, que quiere decir « agua
negra », porque pasa por aquel valle un rio de agua muy negra, y llaman al rio y
al valle Yanayaco por esto. Hastalli iba haciendo un cruelisimo castigo, sin perdonar
a ninguno que hallase culpado en dicho ni hecho. Y en este valle de Yanayaco, su
hermana y mujer légitima Mama Ocllo le rogo que no passe adelante tanta crueldad,
que era ya mas carnicerla e inhumanidad que castigo, y que no matase mâs, sino que
los perdonase, aplicándolos para su camara por criados. A cuyo ruego cesô Topa Inga
de las muertes y dijo que los perdonaba generalmente. Y porquel perdon se hizo en
Yanayaco, mandô que todos los perdonados se llamasen yanayacos. A los cuales noto,
para que fuesen conocidos, con que no entrasen en el numero de los criados del Sol
ni en los de la visita. Y asi, se quedaron los curacas con ellos. Y esto acabado, diô por
ninguna la visita que su hermano Topa Inga (debe ser Сарае y no Inga) habia hecho
y tornôse al Cuzco, con propósito de mandar hacer de nuevo la visita.
Que esta historia de verdad tenía relación con la tercera mencionada por
Gobo, lo atestigua el mismo Sarmiento también, pues el siguiente capitulo
(Cap. 52) principia asi, hablando del mismo Achachi que Gobo :
« Como la visita que cometiô a su hermano Topa Capac no fué de su gusto y la
revoco, nombro a otro su hermano llamado Apo Achachi por general visitador. Y le
mando no metiese en la visita que hiciese a los yanayacos, porque no merecian entrar
en el numero de los demàs, por lo que hablan hecho. Y asi, fué Apo Achachi y hizo su
visita general y redujo muchos de los indios a pueblos y casas ; porque antes Vivian
en cuevas y cerros y a la(s) riberas de los nos, cada uno por si. Y pasó los que es-
taban en Iugares fuertes a los llanos, por que no tuviesen sitio que les hiciesen con-
fiar en su fortaleza para se rebelar. Y los redujo a provincias, dandoles sus curacas
por la orden que arriba es dicho. »
CHINC H A Y S U Y U
(tribus yanacuna = tribus
de Incas de privilégie)
/ HANAN-CUZCo\
/ (nobleza alta) \
С U N T I S U Y U^J-i
■Л /Ïl\
UNC A/ \,'
T- ^ %JINTISUYU
\ HURIN-CUZCO /
\^ (nobleza baja) /
COLLASUYU
(tribus de Incas de privilegio)
Dibujo esquemático de la organización del Cuzco.
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de las mugeres capac ome y de uayro », siendo estas las mujeres nobles del
Collasuyu (Poma de Ayala, f. 77, 143, 178). Notamos pues una relación entre
Gollasuyu, esposa secundaria del Inca y mujer quien рог el amor influye
a su esposo y otra entre Chinchaysuyu, esposa principal (= Cuya) y mujer
quien por su propia descendencia real puede influir a su esposo. Las cuatro
historias son respectivamente ubicadas en Collasuyu y Chinchaysuyu por
razones estructurales de la misma organización del Cuzco. Además parece
que el juego de los ayllus, como consecuencia del otro juego de huayru, de-
rivó su importancia de estos mismos hechos estructurales, pues Poma (f. 2
4 3) en su descripción del calendario Inca dice de la fiesta del Inca raymi
(fiesta del Inca), en Abril, que « todo el mes juegan los sres prencipales al
juego — de riui — choca (— echar dados) — al uayro de ynaca — pichisa
(= pichca) de hilancula... ». « Iňaca » indicaba la mujer secundaria del Inca,
y la palabra hilanculo mencionada en relación al juego de la pichca (de que
trata la primera historia), seguramente se dériva de hilanco, que, según Ber-
tonio (1608), indicaba « principal del ayllu » en la lengua Aymara hablada
en Collasuyu. El Inca raymi fue princip almente una fiesta de las nuevas
cosechas, en que le Inca invitaba en un banqueté a todas las clases so
ciales y en que se horadaba las orej as de los muchachos, constituyéndose
en una fiesta que expresaba asi la existente organización social y politica.
Pero podemos ir todavía más lejos en esta interpretación estructural. Dije
que Hanan — Cuzco y el barrio de Chinchaysuyu estaban relacionados tam-
bién con la clase de los yanaconas y Hurin — Cuzco y el barrio de Collasuyu,
en especial con los « Incas de privilegio ». Aqul debemos buscar la razón
porqué la cuarta historia, sobre el origen de los yanaconas, tiene como esce-
nario el rio Yanayaco, cerca de Vilcas Huaman, una capital incaica de Chin
chaysuyu. También podemos suponer que el pacto que hizo el Inca con otros
pueblos por medio del juego de los ayllus, como lo describen Albornoz y
Cobo, fue princip almente una confirmación del rango de los Incas de pri
vilegio para estos pueblos. Hay dos datos que indican esto :
1) Tupac Yupanqui jugó a los ayllus con su hijo secundario tenido en
una seňora extranjera y de este juego resultó el pacto entre el Inca y la pro-
vincia de los « aylluscas ». Los Incas de privilegio tenian — como vimos
antes — el estatus de hijos secundarios de los Incas.
2) Poma de Ayala menciona especialmente (f. 85) a la tribu de los Pu-
quina como una de los Incas de privilegio. Todas estas tribus vivian en los
alrededores del Cuzco con algunas excepciones, según Poma de Ayala, siendo
los Puquina una de ellas. Ellos tenian su centro justamente en los pueblos
de las « aylluscas ».
Tenemos que contestar ahora la pregunta de cuál es el simbolismo del
juego de los ayllus. El ayllu como arma, especialmente el de très bolas, fue
un símbolo fálico о sea maculino (Zuidema, 1964, p. 72 (Nota. — En una
reseňa de mi libro sobre el sistema de ceques, Hammel (A.A. vol 67, p. 783)
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LITERATURA