EL PENSAMIENTO POLÍTICO INDEPENDENTISTA.
La emancipación del Perú fue impulsada,
principalmente por los sectores criollos. Para
alcanzar ese objetivo, el pensamiento político de los
criollos tuvo dos fases: en la primera se planteó la
reforma del régimen político; en la segunda, la
separación política de la metrópoli española.
El reformismo y separatismo en el Perú fueron
posiciones opuestas que se mantuvieron durante la
independencia.
Cada una con sus diferencias va a contribuir a la
gesta de emancipación del Perú. En ellas, existen
características económicas y sociales que marcan la
diferencia en sus planteamientos.
El reformismo criollo
Los reformistas basaban sus acciones y pensamiento
en la idea de que debía mantenerse el apego a la
legislación de la corona española. Las leyes eran
buenas y proveían el marco legal para la convivencia
en sociedad.
Los cambios que debían darse en los sectores menos
privilegiados de Perú se lograrían mediante la
aplicación de reformas por parte de la corona. No
promovían la independencia o ruptura alguna con el
orden establecido.
Doc.1. Pasquines críticos a la monarquía
En 1782, en la iglesia de Santa Catalina de Arequipa,
aparecieron los siguientes versos:
“Al Rey, Vuestra Majestad, señor, es quien inquieta los
pueblos [...] vuelvo a decir causa efectos, ajenos a un fiel
vasallo con riesgos del alma y del cuerpo. ¿Por qué, señor, no
averiguas a quienes das los empleos? Si los hombres indignos
envías, ¿quieres que se pierda el Reino?”.
Citado en José Agustín de la Puente, Notas sobre la causa de
la independencia del Perú.
Quienes formaban parte mayoritaria de la posición
reformista eran principalmente criollos ricos o
personas de acomodada situación económica.
Los reformistas estaban principalmente en Lima,
donde la alta élite proponía ajustes para el
mantenimiento del aparato político y
administrativo.
Aunque plantearon críticas contra el sistema
colonial, creían que no había necesidad de romper
lazos con España para el progreso y bienestar de la
gente.
Los principales exponentes del reformismo peruano
fueron: José Baquíjano y Carrillo, Hipólito Unanue y
Mariano Alejo Álvarez.
La propuesta separatista
La posición separatista es considerada por
historiadores y analistas como la posición radical.
Ésta planteaba que el momento de conquistar la
independencia había llegado y por tanto, debían
romperse los lazos con España.
Fundamentalmente, el separatismo era un
movimiento político que promovía la autonomía.
Aunque tenía una estructura ideológica, la toma de
las armas era uno de sus principales métodos
propuestos, bien fuese a través de conspiraciones o
revoluciones.
La gesta revolucionaria era para los separatistas la
meta que los llevaría a la independencia. Sus ideas
fueron propagadas por todo el territorio peruano,
muchas veces bajo la premisa de que los procesos
pacíficos y los trámites ante las autoridades no
llevaban a ningún lado.
Según los separatistas, el sistema colonial español
estaba basado en la explotación y el dominio. La
única forma de terminar con años de opresión era a
través de la gesta independentista.
El separatismo era básicamente la expresión política
de las clases no privilegiadas del Perú. Se
conformaba especialmente de artesanos,
profesionales, comerciantes y personas que no
tenían acceso a puestos relevantes en la burocracia
de la colonia.
Los principales ideólogos separatistas fueron: Juan
Pablo Vizcardo, José de la Riva Agüero, José Faustino
Sánchez Carrión.
Doc.3. Carta a los españoles americanos
“Queridos hermanos y compatriotas [...]. El mismo gobierno
de España os ha indicado ya esta resolución considerándonos
como un pueblo distinto de los españoles europeos, y esa
distinción nos impone la más ignominiosa esclavitud. [...]
Consintamos por nuestra parte a ser un pueblo diferente;
renunciemos al ridículo sistema de unión y de igualdad con
nuestros amos y tiranos; renunciemos a un gobierno, cuya
lejanía tan enorme no puede procurarnos, aun en parte, las
ventajas que todo hombre debe esperar de la sociedad de que
es miembro; a este gobierno que, lejos de cumplir con su
indispensable obligación de proteger la libertad y seguridad
de nuestras personas y propiedades, ha puesto el más grande
empeño en destruirlas, y que en lugar de esforzarse a
hacernos dichosos, acumula sobre nosotros toda especie de
calamidades”.
Juan Pablo Vizcardo y Guzmán.