Moléculas Orgánicas e Inorgánicas

La química distingue entre dos tipos de moléculas de la materia, de acuerdo al tipo

de átomos que los constituyen: moléculas orgánicas y moléculas inorgánicas.
La diferencia fundamental entre ambos tipos de molécula (y entre las sustancias
que de ellas se componen) se fundamenta, más que nada, en la presencia de
átomos de carbono (C) formando enlaces covalentes con otros átomos de
carbono o con átomos de hidrógeno (H), así como con otros elementos
frecuentes como el oxígeno (O), nitrógeno (N), Azufre (S), Fósforo (P) y muchos
otros.
A las moléculas que tienen esta estructura fundamentada en el carbono se las
conoce como moléculas orgánicas y son las esenciales para la vida tal y como
la conocemos.
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inorganicas/#ixzz5uM8BGqLw

Las moléculas orgánicas

Una de las principales características de las sustancias orgánicas es
su combustibilidad, es decir, que pueden quemarse y perder o variar su
estructura original, como es el caso de los hidrocarburos que integran
los combustibles fósiles. Por otro lado, existen dos tipos de sustancias
orgánicas, atendiendo a su origen:

Moléculas orgánicas naturales. Aquellas que son sintetizadas por los seres
vivientes y que constituyen los bloques fundamentales para el funcionamiento y
crecimiento de sus cuerpos. Se las conoce como biomoléculas.

Moléculas orgánicas artificiales. Deben su origen a la mano del hombre, ya

que no existen en la naturaleza como tales. Es el caso de los plásticos, por
ejemplo.
Cabe anotar que a grandes rasgos existen apenas cuatro tipos de moléculas
orgánicas integrando el cuerpo de los seres
vivos: proteínas, lípidos, carbohidratos, nucleótidos y moléculas pequeñas.
Las moléculas inorgánicas
Las moléculas inorgánicas, por otro lado, no tienen como base el carbono,
sino otros variados elementos, por lo que deben su origen a fuerzas ajenas a la
vida, como la acción del electromagnetismo y las distintas uniones nucleares que
permiten las reacciones químicas. Los enlaces atómicos en este tipo de
molécula pueden ser iónicos (electrovalentes) o covalentes, pero su resultante no
es nunca una molécula viva.
La línea divisoria entre las moléculas orgánicas e inorgánicas ha sido a menudo
cuestionada y tenida como arbitraria, ya que muchas sustancias inorgánicas
contienen carbono e hidrógeno. Sin embargo, la regla establecida apunta a
que todas las moléculas orgánicas se fundamentan en carbono, pero no
todas las moléculas con carbono son orgánicas.

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Ejemplos de moléculas inorgánicas

Monóxido de Carbono (CO). A pesar de consistir en apenas un átomo de

carbono y otro de oxígeno, se trata de una molécula inorgánica y
un contaminante ambiental sumamente tóxico, es decir, de presencia
incompatible con la mayoría de los seres vivos conocidos.
El agua (H2O). Si bien es esencial para la vida y quizá de las moléculas más
conocidas y abundantes, el agua es inorgánica. Es capaz de contener seres vivos
en su interior, como los peces, y está en el interior de los seres vivos, pero no está
viva propiamente.
Amoníaco (NH3). Gas incoloro de olor repulsivo, cuya presencia en los
organismos vivos es tóxico y letal, a pesar de que es un subproducto de muchos
procesos biológicos. Por eso es excretado de sus cuerpos, en la orina, por
ejemplo.
Cloruro de sodio (NaCl). La molécula de la sal común, soluble en agua y
presente en los organismos vivos, que lo ingieren a través de su dieta y desechan
el exceso mediante diversos procesos metabólicos.
Óxido de calcio (CaO). Conocida como cal o cal viva, proviene de rocas
calizas y ha sido largamente empleado en la historia en labores de construcción o
en la fabricación del fuego griego.
Ozono (O3). Sustancia largamente presente en la parte elevada de la
atmósfera (la capa de ozono) cuyas condiciones especiales que le permiten existir,
pues normalmente sus vínculos decaen y recuperan la forma diatómica (O 2). Se
emplea para purificación de aguas, pero en grandes cantidades puede resultar
irritante y ligeramente tóxico.
Óxido férrico (Fe2O3). Óxido del hierro común, metal largamente empleado en
diversas industrias humanas, es de color rojizo y no es un buen conductor de la
electricidad. Es estable al calor y se disuelve fácilmente en los ácidos, dando
lugar a otros compuestos.
Helio (He). Gas noble, junto al argón, neón, xenón y kriptón, de bajísima o nula
reactividad química, que existe en su fórmula monoatómica.
Dióxido de carbono (CO2). Molécula resultante de la respiración, que lo
expulsa, pero necesaria para la fotosíntesis vegetal, que lo toma del aire. Es una
sustancia vital para la vida, pero incapaz de construir moléculas orgánicas, a pesar
de contar con un átomo de carbono.
Hidróxido de sodio (NaOH). Cristales blancos sin olor, conocidos como soda
cáustica, son una base fuerte, es decir, una sustancia altamente desecante, que
reacciona exotérmicamente (generando calor) cuando se la disuelve en agua. En
contacto con sustancias orgánicas genera daño por corrosión.

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Ejemplos de moléculas orgánicas

Glucosa (C6H12O6). Uno de los principales azúcares (carbohidratos) que sirven de
base a la construcción de los diversos polímeros orgánicos (de reserva energética
o de función estructural), y de su procesamiento bioquímico obtienen los animales
su energía vital (respiración).
Celulosa (C6H10O5). Biopolímero indispensable para la vida vegetal y la
biomolécula más abundante del planeta. Sin ella sería imposible construir la pared
celular de las células vegetales, por lo que se trata de una molécula de funciones
estructurales irremplazables.
Fructosa (C6H12O6). Una azúcar monosacárida presente en las frutas, vegetales
y la miel, posee la misma fórmula pero distinta estructura de la glucosa (es su
isómero). Junto con esta última, forma la sacarosa o azúcar común de mesa.
Ácido fórmico (CH2O2). Ácido orgánico más simple que existe, empleado por las
hormigas y las abejas como sustancia irritante para sus mecanismos de defensa.
También es segregado por las ortigas y otras plantas urticantes, y forma parte de
los compuestos que integran la miel.
Metano (CH4). El hidrocarburo alcano más sencillo de todos, cuya forma
gaseosa es incolora, inodora e insoluble en agua. Es el componente mayoritario
del gas natural y un producto frecuente de los procesos de digestión animal.
Colágeno. Una proteína necesaria para la formación de fibras, común a todos los
animales y que compone los huesos, tendones y la piel, lo cual suma el 25% de
las proteínas totales del cuerpo de los mamíferos.
Benceno (C6H6). Hidrocarburo aromático compuesto por seis átomos de carbono
en un hexágono perfecto y unido por enlaces de hidrógeno, es un líquido incoloro
de aroma dulce sumamente inflamable. Se le conoce como la molécula básica de
toda la química orgánica, ya que es el punto de partida en la construcción de
numerosas sustancias orgánicas complejas.
ADN. El ácido desoxirribonucleico es un polímero de nucleótidos y la molécula
básica del material genético de los seres vivientes, cuyas instrucciones permiten la
replicación de todo el material necesario para su creación, funcionamiento y
eventual reproducción. Sin ellos sería imposible la transmisión hereditaria.
ARN. El ácido ribonucleico es la otra molécula indispensable en la síntesis de las
proteínas y sustancias que integran a los seres vivientes. Formada por una
cadena de ribonucleótidos, se apoya en el ADN para la ejecución y reproducción
del código genético, clave en la división celular y en la constitución de toda forma
de vida compleja.
Colesterol. Lípido presente en los tejidos corporales y plasma sanguíneo de
los vertebrados, esencial en la constitución de la membrana plasmática de las
células, a pesar de que sus niveles muy elevados en sangre puede conducir a
problemas en la circulación sanguínea.

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