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Rae jurisprudencia ESPECIAL DE JURISPRUDENCIA

Facultades legislativas del Presidente de la República

progresiva, a tal punto que pudo haber esperado el procedimiento Congreso de la República debe ejercer sobre todos los actos del
regular para afrontar el tramite regular en la expedición de una me- Ejecutivo y de la administración en general, como garantía de la
dida. Eso y no otra cosa es lo que propone.“Las medidas extraordi- existencia real de un régimen democrático. Es más, aún cuando el
narias y los beneficios que su aplicación produzcan deben surgir del Presidente de la República no cumpliera su obligación impuesta
contenido mismo del decreto de urgencia y no de acciones diferidas en por el art. 118, numeral 19 de nuestra primera Carta Política de “...
el tiempo o, menos aún, de delegaciones normativas, pues ello sería in- dar cuenta al Congreso” del decreto de urgencia expedido, y en
congruente con una supuesta situación excepcionalmente delicada” (18). consecuencia no remitiera el decreto al Presidente del Congreso
de la República, o este no enviara a la Comisión de Constitución y
4. La necesidad del control parlamentario de Reglamento del Congreso de conformidad con la letra b) del art.
los decretos de urgencia 91º del Reglamento del Congreso, para su estudio dentro del plazo
improrrogable de quince días útiles, el Presidente de dicha Comi-
El control parlamentario de los decretos de urgencia es una de sión, podría avocarse de inmediato y por sí sólo al tratamiento del
las expresiones específicas de la función general de control que el tema, pudiendo proceder a su aprobación o rechazo.

(18) Ibídem.

LOS DECRETOS DE URGENCIA


César Landa Arroyo*

* Profesor de Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Ex Presidente del Tribunal Constitucional.

1. Poder Ejecutivo y potestad legislativa fruto de una vida política inestable de un choque con-
tinuo de intereses y de pasiones, pero, en nuestro con-
En el marco del modelo presidencial atenuado de gobierno, cepto revela, también, algo más profundo: que el país
con algunas instituciones parlamentarias, se mantiene la división no ha logrado encontrarse a sí mismo, y que ha puesto
y el control de poderes. Sin embargo, el ejercicio presidencialista más esperanzas en caudillos transitorios y en las leyes
del poder no solo impide que se cumpla con esta matización par- dadas por estos que en el esfuerzo colectivo y perseve-
lamentaria, sino que muchas veces cuestiona la propia división rante de sus hombres a través de la historia. Por eso,
y balance de poderes(1). Por ello, en épocas del presidencialismo cada vez que cayeron los caudillos desaparecieron con
autocrático, se mantuvo la impunidad frente a la corrupción gu- ellos sus constituciones(3).
bernamental. Elemento que se convirtió en consustancial a esa
forma degenerada de gobierno presidencial, sobre todo, en sus Un efecto propio del populismo, también, ha sido el abuso le-
relaciones con los poderes fácticos, públicos y privados(2). gislativo del Poder Ejecutivo, con la excepción de los gobiernos
de la transición democrática. Ello es así, desde que en la Consti-
Esa herencia política no pudo ser extirpada durante la transición tución de 1979 y 1993, el Presidente de la República puede dictar
política, sino que ha llegado a gatopardearse en el propio gobierno normas con fuerza de ley —decretos de urgencia— y decretos le-
democrático, así como, en algunas instituciones constitucionales gislativos, por delegación de facultades del Congreso, en ámbitos
encargadas del control. Motivo por el cual se personaliza la política de decisión política marcadamente discrecionales(4). Por ello, du-
en el Presidente de la República, con la esperanza que resuelva di- rante los picos del gobierno presidencialista, el Presidente no solo
cha crisis. Este viejo fenómeno, según se ha sostenido, es sin duda: contó con el apoyo de la mayoría en el Congreso Unicameral, sino

(1) Linares Quintana, Segundo. Tratado de la ciencia del Derecho Constitucional argentino y comparado. T. VIII. Buenos Aires: Editorial Alfa,
1963, pp. 140-147.
(2) Rose-Ackerman, Susan. “Democracia y “alta” corrupción”. RICS, N.º 149, setiembre 1996, en http://www.Unesco.org/issj/rics149/acker-
man149.htm; asimismo, Aron, Raymond. Démocratie et totalitarisme,Paris: Gallimard, 1965, pp. 111 ss. y 225 ss
(3) Echecopar García, Luis. «Prólogo”. En Manuel Vicente Villarán. Exposición de motivos del anteproyecto de constitución de 1931. Lima 1962, p. 8.
(4) Alonso García, Enrique. “El ámbito de decisión política y técnica del gobierno exento de control jurisdiccional”. En Bar Cendon, Montero,
Pérez Royo, Schneider, Sole Tura, Spagna Musso y otros. El Gobierno. Diputación de Barcelona. Barcelona, 1985, pp. 51 ss

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que, también, gozó de un poder incontrolado y tan opresor como Ello ha llevado a que, a finales del siglo XX, la sobrecarga del
el de una dictadura parlamentaria(5). Poder Ejecutivo se exprese, contemporáneamente, a través de de-
terminadas vías. Por un lado, en la despolitización y desparlamen-
Por eso se ha llegado a doblegar tanto a las instituciones tarización de los asuntos de interés público y, simultáneamente,
parlamentaristas, como a los organismos judiciales encarga- en la economización del interés general, y, la atribución del rol
dos del control. En efecto, el Poder Judicial, el Tribunal Consti- gestor del Presidente, en la transferencia de la economía pública
tucional y el Jurado Nacional de Elecciones fueron intervenidos a los grupos privados y las cargas públicas a los ciudadanos.
o sometidos a los intereses del Presidente en gobiernos hiper
presidencialistas. Situación que se expresó en la resolución Proceso para el cual, el principio de legalidad y el de la ley
judicial emitida a favor de su reelección presidencial, a pesar constituyen las categorías básicas del ordenamiento jurídico, en
de la prohibición constitucional y la propia decisión de tres función del cual se organiza el Estado, la sociedad y la econo-
magistrados del TC que declaró la inaplicación de dicha ley a mía(8). Sin embargo, ello ya no ha sido posible debido a la ines-
este mandatario(6). tabilidad social originada por la crisis económica. De allí que, “el
nuevo papel del Estado no puede basarse en normas generales
En el actual proceso democrático, se puede afirmar que los formales y universales elaboradas por el Parlamento. La función
presupuestos del control constitucional del Poder Ejecutivo pasan de mantenimiento y reproducción de las condiciones generales de
por definir los alcances de la función legiferante de este Poder, la producción exige reglamentaciones particulares adaptadas a
las características de estas normas legales —decretos legislati- la coyuntura y a intereses muy concretos”(9).
vos, decretos de urgencia y los decretos leyes— y por analizar las
principales resoluciones de la jurisdicción constitucional, recaídas De esta manera, se creó la figura de las leyes singulares o le-
sobre estas normas del Poder Ejecutivo, a fin de que podamos in- yes medida, que el Poder Ejecutivo ha desarrollado profusamen-
ferir, inductivamente, las relaciones entre el Tribunal Constitucio- te, mediante los decretos legislativos y los decretos de urgencia;
nal y el Poder Ejecutivo. desde que en la Constitución de 1979 y 1993 se consagraron.

Para tal cometido, cabe señalar, previamente, que desde fi- Pero, fue el ex Presidente Alan García quien se sirvió de las facul-
nales del siglo XIX, el desarrollo del Estado democrático ha de- tades legiferantes de que goza el Poder Ejecutivo, para dictar decre-
mostrado la necesidad de que el poder público participe en el fo- tos legislativos y decretos de urgencia, en detrimento del Congreso.
mento y promoción del bienestar económico y social de todos los Así como también el ex Presidente Fujimori ejerció la espuria facultad
ciudadanos. Lo cual ha sido el motivo para que el Poder Ejecutivo, de dictar decretos leyes, durante su gobierno de facto, orientados a
antes que el Parlamento, sea quien se encargue de llevar a cabo la liberalización económica y al desmantelamiento del Estado Social.
el desarrollo social y económico.
Ese proceso se realizó, debido al férreo presidencialismo es-
Se ha dado ese proceso, por cuanto dicho Poder posee com- tablecido, sin mayores parámetros constitucionales, rechazando
petencia gubernamental, mayor dinamismo y recursos técnicos. el control y sin que se asuma responsabilidad pública alguna. Lo
Arropándose de instituciones y prerrogativas legislativas, que han cual contrasta, claramente, con el ponderado ejercicio de dicha
llevado, incluso, a replantear la teoría de la división de poderes y facultad legiferante, realizada durante los gobiernos democráti-
de la forma de gobierno, así como el rol del control judicial. Esto cos, transitorio de Paniagua y del Presidente Toledo(10). En cual-
último porque el problema ya no es, realmente, si corresponde quier caso, es importante caracterizar la facultad legislativa del
delegar facultades legislativas al Ejecutivo, sino, más bien, radica Presidente, en el modelo de gobierno presidencial atenuado, el
en encontrar los medios para impedir que se haga un uso abusivo mismo que, a continuación, se analiza.
de esta facultad(7).

(5) Leibholz, Gerhard. Problemas fundamentales de la democracia moderna Madrid: IEP, 1971, pp. 41 ss.
(6) Tribunal Constitucional. Exp. N.º 002-96-I/TC, sentencia del tribunal constitucional. EL PERUANO. Lima, 17 de enero de 1997, pp. 146048–
146050; La República. Corte suprema falla a favor de reelección de Fujimori al 2000, declara fundada acción de amparo contra sentencia del
TC, en www//larepublica.com.pe/1998/ENERO/ pdf17/home.html.
(7) Giraud, Émile. Le pouvoir exécutif dans les démocraties d´Europe et d´Amérique. Paris: Sirey, 1938, pp. 17 ss.; Linares Quintana, Segundo.
Tratado de la ciencia del Derecho Constitucional argentino y comparado. T. VIII. Buenos Aires: Editorial Alfa, 1963, p. 131; asimismo, Cappe-
lletti, Mauro. Necesidad y legitimidad de la justicia constitucional. En Favoreu, Luchaire, Schlaich , Pizzorusso, Ermacora, Goguel, Rupp,
Zagrebelsky, Elía, Oehlinger, Rideau, Dubois, Cappelletti y Rivero. Tribunales constitucionales europeos y derechos humanos. Madrid:
CEC, 1984, pp. 604 ss.
(8) Pérez Royo, Javier. “La distribución de la capacidad normativa entre el Parlamento y el Gobierno”. En Bar Cendon, Montero, Pérez Royo,
Schneider, Sole Tura, Spagna Musso y otros. El Gobierno. Diputación de Barcelona. Barcelona, 1985, p. 93–143; asimismo, Ferrajoli, Luigi.
Diritto e ragione. Roma: Laterza, 1996,pp. 911 ss.
(9) De Cabo Martín, Carlos. Contra el consenso. Estudios sobre el Estado constitucional y el constitucionalismo del Estado social y el constitucio-
nalismo del Estado social, México D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México, 1997, p. 208; en el mismo, sobre las leyes medida ver
pp. 312 ss.; asimismo, Verdú, Pablo Lucas. Crisis del Estado social de Derecho e imaginación constitucional, En: La crisis del Estado y Europa
(Actas del Congreso sobre La Crisis del Estado y Europa ,celebrado en el seno del II Congreso Mundial Vasco, en Vitoria-Gasteiz, entre los
días 19 y 23 de octubre de 1987). Oñati: HAEE / IVAP, 1988, pp. 159 ss.
(10) Durante la autocracia de Fujimori, el Poder Ejecutivo dictó 1539 normas con fuerza de ley y el Congreso expidió 1345. Mientras que, en el
gobierno transitorio de Paniagua el Poder Ejecutivo dictó 132 normas legales y el Congreso 139; así como, en el gobierno del Presidente
Toledo, el Ejecutivo ha dictado normas legales y el Congreso.

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2. La constitucionalización de los decretos Lo cierto es que la experiencia del uso y abuso en la dación
de urgencia de estas medidas extraordinarias con fuerza de ley, por parte
del Presidente Belaunde (1980-1985) y del Presidente García
La Constitución de 1979 abrió la práctica y el debate en torno (1985-1990) fue in crescendo, y, a partir del Presidente Fujimori
a los decretos de urgencia. Mientras que la Constitución de 1993 (1990-2000) se incrementó significativamente. En rigor, lo que
los consagró normativamente y, debido al presidencialismo, los se produjo, tempranamente durante la primera década, fue un
convirtió en un cómodo instrumento de dirección política y de acelerado proceso de mutación constitucional de las medidas ex-
gestión de la crisis económica (temas sobre los cuales se han he- traordinarias en decretos de urgencia, generándose una desvia-
cho algunos trabajos dogmáticos(11) y de investigación empírica(12), ción entre el derecho constitucional y la realidad constitucional
conforme al derecho constitucional comparado)(13). —Verfassungsrecht/Verfassungswirklichkeit(14).

CUADRO N° 1
Producción Legislativa Ejecutivo/Congreso
(1980-2015)
O. Humala
F. Belaunde A. García A. Fujimori V. Paniagua A. Toledo A. García
2011-2015 Totales
1980 -1985 1985-1990 1990-2000 2000-2001 2001-2006 2006-2011
Agosto
Decretos de Urgencia 667 1033 571 120 207 393 53 3044
Decretos Legislativos 348 204 260 12 43 172 112 1151
Leyes 1080 551 950 115 1131 771 394 4492
Fuente: Elaboración propia.

Mientras que, con el restablecimiento de la democracia con el el gobierno de Fernando Belaunde se dictaron 667 decretos de
gobierno provisorio de Paniagua (2000-2001) y los gobiernos cons- urgencia —además de 348 decretos legislativos—, que sumados
titucionales de los Presidentes Toledo (2001-2006), García (2006- hacen 1015 normas legales con fuerza de ley, mientras que el Con-
2011) y Ollanta Humala (2011-2015) los decretos de urgencia han greso solo dictó 1080 leyes. Durante el gobierno de Alan García se
constituido un instrumento de gobierno subsidiario a la labor legisla- dictaron 1033 decretos de urgencia —además de 204 decretos le-
tiva del Congreso, para atender asuntos de emergencia. Aunque, no gislativos—, mientras que el Congreso dictó solo 980 leyes y; du-
siempre, se haya operado con regularidad debido a la falta de defini- rante el gobierno constitucional de Fujimori, bajo la Constitución
ción, acerca del momento, las causas y la temporalidad de su uso(15). de 1979 —es decir hasta su golpe de Estado en 1992— se dictaron
562 decretos de urgencia —además de 156 decretos legislativos—
Por ello, se puede diferenciar dos períodos. Uno, durante la mientras que el Congreso solo dictó 140 leyes. Confirmándose así
vigencia de la Constitución de 1979, en el Perú, el Poder Ejecuti- el abuso de la legislación de urgencia y delegada, la misma que,
vo legisló casi tanto o a veces más que el Congreso. Así, durante en la práctica, no estuvo sujeta a control(16).

CUADRO N° 2
Producción Legislativa durante  la Constitución de 1979 y la Constitución de 1993
CONSTITUCION 1979 CONSTITUCION 1993
F. Belaunde A. García A. Fujimori A. Fujimori V. Paniagua A. Toledo A. García O. Humala
GOBIERNOS
1980 -1985 1985-1990 Hasta 5 abril 1992 1992 2000-2001 2001-2006 2006-2011 2011-2015
Decretos de Urgencia 667 1033 562 714 120 207 393 53
Decretos Legislativos 348 204 156 138 12 43 172 112
Total (Du+Dl) 1015 1237 718 852 132 250 565 165
Leyes 1080 980 140 1205 139 1350 771 394
Fuente: Elaboración propia.

(11) Bernales, Enrique. El funcionamiento del sistema político de la Constitución de 1979. En VVAA, La Constitución diez Años después. Lima:
ICS, Fundación F. Naumann, 1989, pp. 149 ss.; asimismo, Eguiguren, Francisco. “Legislación delegada y los decretos de urgencia en la
Constitución de 1993”. LTC, N.º 10. Lima: CAJ, 1994, pp. 183 ss.
(12) Velazco, Ana. “La Constitución Peruana de 1979; atribuciones legiferantes de los órganos ejecutivo y legislativo”. Tesis (Br.). Lima, PUCP,
1988; Castillo, César. “Los decretos presidenciales de urgencia en el Perú y en la Constitución de 1993”. Tesis (Lic.). Lima, PUCP, 1996;
asimismo, Ruiz, Juan. “El control parlamentario de los decretos de urgencia”. Tesis (Lic.). Lima, PUCP, 1998.
(13) Santolaya Machetti, Pablo. El regimen constitucional de los decretos-leyes. Madrid: Tecnos, 1988, pp. 270; Huarte-Mendicoa, Astarloa.
“Teoría y práctica del Decreto-Ley en el ordenamiento español”. RAP, N.º 106, enero-abril, Madrid, 1985, pp. 97 ss.
(14) Hesse, Konrad. Escritos de derecho constitucional, Madrid: CEC, 1983, pp. 87 ss.; asimismo, Pérez Royo, Javier. La distribución de la capa-
cidad normativa entre el Parlamento y el Gobierno. En BAR Cendon, Montero, Pérez Royo, Schneider, Sole Tura, Spagna Musso y otros. El
Gobierno. Diputación de Barcelona. Barcelona, 1985, pp. 142 ss.
(15) Landa, César. “Los decretos de urgencia en el Perú”. Pensamiento Constitucional, N.º 9, Año IX, Lima, PUCP-MDC, Fondo Editorial, 2003,
pp. 131-148.
(16) La República. Decretos vs. Leyes. Edición del 25 de octubre de 1998.

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Por estas razones, el 9 de febrero de 1992, el Congreso dic- a) Requisitos Formales:


tó la Ley N.º 25397, Ley de Control de los Actos Normativos del
Presidente, donde se establecieron los parámetros del control   El referendo del Presidente: Según el artículo 123º inciso
parlamentario sobre los decretos de urgencia, entre otras nor- 3 de la Constitución, el Presidente del Consejo de Ministros debe
mas legales que el Presidente podía expedir(17). Dicha ley, fue refrendar los decretos de urgencia (…) y deben ser firmados por el
uno de los pretextos para el autogolpe del 5 de abril de 1992, Presidente de la Republica, constituyéndose como un requisitos
en la medida que esta suponía el control del presidencialismo. ex ante para su emisión.
Desde entonces, su aplicación ha devenido en nula, no obstan-
te que el Congreso estableció en su Reglamento cuatro artícu-   El cargo de dar cuenta al Congreso; El art. 118 inc. 19 de
los sobre el control parlamentario de los decretos de urgencia, la Constitución se contempla el deber de dar cuenta al Congreso
de los decretos legislativos y de los tratados simplificados del o la Comisión permanente del Congreso. Tal como lo ha señalado
Poder Ejecutivo. el Tribunal Constitucional se configura como un requisito ex post
y se realiza en concordancia del procedimiento del control a cargo
Durante la vigencia de la Constitución de 1993 se produce una del Parlamento contemplado en el artículo 91 del reglamento del
clara diferencia entre el régimen autocrático y el régimen demo- Congreso.(19)
crático, en relación al uso de los decretos de urgencia. Así, duran-
te el gobierno de Fujimori se dictaron 714 decretos de urgencia   Fundamentar los decretos de urgencia de forma expresa
—además de 138 decretos legislativos— que sumados hacen 852 y escrita:
normas con fuerza de ley; mientras que el Congreso dictó 1205
leyes; pero, no controló la expedición de los decretos de urgencia Si bien este requisito no se encuentra formalmente legislado,
que disponía el Reglamento del Congreso. se hace necesario, pues según señala Juan Carlos Ruiz Molle-
da(20) es la única manera de conocer cuáles fueron las motivacio-
En el periodo de la transición democrática, con el Presidente nes y los fundamentos del Poder Ejecutivo, para la expedición de
Paniagua, se dictaron 120 decretos de urgencia y 12 decretos le- los decretos de urgencia. Puede que haya una causa, que real-
gislativos, mientras que el Congreso dictó 139 leyes. Por su parte, mente justifique sobradamente la expedición del decreto, pero
en el gobierno del Presidente Toledo se dictaron 207 decretos que como consecuencia de su desconocimiento, el Congreso lo
de urgencia y 43 decretos legislativos, en tanto que el Congreso derogue, no por culpa de la ausencia de requisitos, sino del pro-
aprobó 1350 leyes. Mientras que el segundo gobierno de Alan pio silencio del Ejecutivo.
García, el Ejecutivo dictó 393 decretos de urgencia y 172 decretos
legislativos, mientras que el Congreso dictó 771 leyes, y; durante Explicar los fundamentos de la expedición de los decretos de
el gobierno de Ollanta Humala. Se dictaron 53 decretos de urgen- urgencia, supone algo más que la simple invocación de las nor-
cia, 112 decretos legislativos, y, el Congreso 394 leyes. Con lo cual, mas pertinentes, implica explicar y justificar la concurrencia de
no solo cuantitativamente el Congreso ha retomado su posición todos y cada uno de los requisitos que la Constitución exige. No
legislativa, sino que, como característica del régimen democrá- basta decir que es una situación urgente y extraordinaria. No es
tico, también su función de control de los decretos de urgencia. posible ese tipo de argumentos falaces.

En consecuencia, resulta necesario identificar cuál es la po- b) Requisitos Sustanciales:


sición constitucional de la jurisdicción constitucional respecto
a los decretos de urgencia, en tanto instrumento normativo del  Endógenos: La materia económica
régimen presidencial. Cabe recordar que mientras el Tribunal de
Garantías Constitucionales se abstuvo de pronunciarse sobre la Según el artículo 118 inc. 19 el Presidente de la Republica pue-
materia, el Tribunal Constitucional lo ha realizado incidental- de dictar medidas extraordinarias, mediante decretos de urgencia
mente en una oportunidad. Lo que lleva a abordar el tema de con fuerza de ley, en materia económica y financiera, cuando así
los decretos de urgencia en el derecho constitucional peruano, a lo requiere el interés nacional y con cargo de dar cuenta al Con-
la luz del derecho comparado(18). greso. El Congreso puede modificar o derogar los referidos de-
cretos de urgencia. Por ello es necesario determinar cuando es-
2.1. Aspectos Generales de los Decretos de Urgencia: tamos ante materia económica y financiera a efectos de tener un
adecuado criterio para realizar un control sobre los decretos de
La Constitución Política de 1993 establece ciertos requi- urgencia que se emitan.
sitos formales y sustanciales para la emisión de los decretos
de urgencia de los cuales se puede desprender su utilidad y La interpretación de los alcances de materia económica no
naturaleza como instrumento legislativo dentro de nuestro es algo definitivo o acabado en la doctrina y tal como lo seña-
ordenamiento. la Ruiz Molleda el problema entonces será, qué entendemos

(17) Delgado Guembes, César. El debate parlamentario de la Ley N.º 25397. En Pensamiento Constitucional, Lima, 1995, pp. 278-286.
(18) Badeni, Gregorio. “Los decretos de necesidad y urgencia”. El Derecho, N.º 138, Buenos Aires, 1990, pp. 926 ss., asimismo, Pérez Royo,
Javier. Las fuentes del derecho, Madrid: Tecnos, 1985, pp. 104-107.
(19) Sentencia del TC recaído en el exp. Nº 0008-2003-AI/TC .F.j. 58.
(20) Ruiz Molleda, Juan Carlos. “Naturaleza, finalidad y requisitos para expedir Decretos de Urgencia” ideas desarrolladas en “El con-
trol parlamentario de los decretos de urgencia”. Tesis para optar el Título de Abogado. Lima: Pontificia Universidad Católica del
Perú, 1998.

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por materia económica financiera a partir de esta norma. Para 2.2. Posición del Tribunal de Garantías Constitucionales so-
ello será necesario indagar sobre los orígenes y antecedentes bre los decretos de urgencia
de esta norma.(21) En el trabajo del mismo autor, la conclusión
de sus investigaciones señala que la materia económica y fi- Durante la vigencia del Tribunal de Garantías Constitucionales,
nanciera fue desarrollada con mucha precisión en el artículo solo hubo una sentencia sobre la constitucionalidad de un decreto
4º de la ley Nº 25397(22) y que en consecuencia, constituye la de urgencia. La misma que fue desestimada bajo el argumento de
única definición auténtica del ámbito financiero económico que este Tribunal no tenía competencia constitucional para resolver
existente en nuestra legislación(23) Es decir, en la única pauta una acción de inconstitucional contra un decreto de esta naturale-
legal existente a seguir en la interpretación del contenido de za(26). Es necesario mencionar que el artículo 211 de la Constitución
las normas en materia financiera y económica sin olvidar su de 1979, al tratar las atribuciones del Presidente de la República,
carácter ilustrativo y no vinculante. La definición del ámbito estableció en su inciso 20 que este podía “dictar medidas extraordi-
económico y financiero puede también buscarse en el propio narias en materia económica y financiera, cuando así lo requiere el
texto constitucional. interés nacional, y con cargo a dar cuenta al Congreso”(27).

Frente a ello el Tribunal Constitucional en STC exp. Nº 00008- Al amparo de esta potestad presidencial, por un lado, y acor-
2003-AI/TC, f. j. 59 señala respecto a la materia económica que dadas las radicales medidas económicas por el gobierno para
“dicha materia sea el contenido y no el continente de la disposi- controlar la hiperinflación, por otro lado, el 17 de agosto de 1990
ción”(24), pues agrega que en sentido estricto, “pocas son las cues- el recién electo Presidente Fujimori dictó el Decreto Supremo N.º
tiones que, en última instancia, no sean reconducibles hacia el 057-90-TR. Este Decreto prohibía el incremento de los salarios y
factor económico” Es decir para el Tribunal la materia económica la mejora de las condiciones de trabajo, para las negociaciones
y financiera debe ser transversal dentro del contenido de cual- colectivas de los sindicatos de las empresas públicas, sujetos al
quier decreto de urgencia. régimen laboral de la actividad privada, que habían logrado in-
dexar el aumento de salarios de los trabajadores al costo de vida.
 Exógenos: Esta norma fue dada conforme al referido artículo 211 entonces
vigente. Así, veinte senadores interpusieron una acción de incons-
Tal como se explicará más adelante, el Tribunal Constitucio- titucionalidad contra dicho Decreto.
nal ha desarrollado las circunstancias fácticas como “ajenas al
contenido propio de la norma” y que sirvieron de justificación Los demandantes cuestionaron el decreto presidencial, por
a su promulgación. Estas son exigencias previstas por el inciso cuanto violaba: el derecho a la protección del trabajo, consagrado
19) del artículo 118° de la Constitución, interpretado sistemá- en el artículo 42 de la Constitución y el derecho a la negociación
ticamente con el inciso c) del artículo 91° del Reglamento del colectiva, recogido en el artículo 52 de la Constitución. En con-
Congreso”. Por ello el Tribunal Constitucional ha señalado los secuencia, demandaron que, en vía del control difuso de consti-
siguientes criterios: Excepcionalidad, necesidad, temporalidad, tucionalidad de las leyes del artículo 236 de la Constitución, el
conexidad, generalidad. Tribunal de Garantías Constitucionales declarase la inconstitucio-
nalidad del mencionado Decreto. Sin embargo, no cuestionaron
Los decretos de urgencia se pueden entender por tanto temas centrales para la dación de las medidas extraordinarias.
como aquellos que “reciben la denominación de reglamentos de Como por ejemplo, si se cumplía el presupuesto habilitante de
necesidad y urgencia aquellos actos que dicta el Poder Ejecutivo su carácter extraordinario, la naturaleza económica y financiera
referidos a materias que -según como se encuentran repartidas directa —no indirecta— de la medida, si era de interés nacional
las funciones de poder del Estado- deben ser reguladas por la la restricción de los salarios de un sector de los trabajadores del
ley formal, haciendo uso de una prerrogativa derivada de pode- Estado y, la temporalidad de la medida.
res inherentes a él, para enfrentar situaciones cuya gravedad no
permite remitir la solución al procedimiento ordinario previsto El 3 de octubre de 1990, el referido Tribunal falló en mayo-
por la Constitución”(25) ría por siete votos conformes, con solo un voto discrepante y

(21) Ibíd.
(22) “Artículo 4.- Los Decretos Supremos Extraordinarios tienen vigencia temporal, expresamente señalada en su texto, por no más de 6 me-
ses y pueden suspender los efectos de la ley cuando sea necesario dictar medidas económicas y financieras sobre los siguientes aspectos:
a) Reestructurar los gastos del Gobierno Central y las empresas del Estado, establecidas en la Ley Anual de Presupuesto, siempre que las
disposiciones presupuestarias impidan la aplicación de las medidas extraordinarias;
b) Modificar o suspender tributos en forma temporal;
c) Disponer operaciones de emergencia en materia de endeudamiento interno y externo, para proveer de recursos financieros al Estado
destinados a la atención y satisfacción impostergable de necesidades públicas;
d) Intervenir la actividad económica de conformidad con el artículo 132o. de la Constitución Política
(23) Íbíd.
(24) Tribunal Constitucional. Exp. Nº 00008-2003-AI/TC, FJ. 59.
(25) Guillermo A. Oddonne, Administración y División de Poderes. El caso de los decretos de Necesidad y Urgencia, Editorial B de F, Buenos
Aires, 1995, p.49-50.
(26) Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución en el proceso por inconstitucionalidad del Decreto Supremo N.º 057-90-TR. Arequipa, 3
de octubre de 1990.
(27) García Belaunde, Domingo. La Constitución en el péndulo. Arequipa: UNSA, 1996, p. 100; asimismo, Eguiguren, Francisco. “La legislación
delegada y los decretos de urgencia en la Constitución peruana de 1993”…, Op. cit., p. 189.

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dos votos concurrentes, por la inadmisibilidad de la menciona- En otro voto concurrente, el magistrado Pelayo Samanamud
da acción. Expuso fundamentos constitucionales estrictamente también reconoció que la acción popular, ante la vía judicial ordi-
positivistas, derivados de una interpretación literal y restrictiva naria, era el proceso adecuado para incoar un decreto supremo de
de la norma constitucional. Así, la mayoría de los magistrados urgencia. No obstante, desde una interpretación sistemática, se
razonaron de la manera siguiente: de conformidad con el artículo pronunció en el sentido de que el mencionado Decreto Supremo
298-1 de la Constitución de 1979 solo se puede: Declarar, a peti- N.º 057-90-TR no tenía fuerza de ley y que, en todo caso, las nor-
ción de parte, la inconstitucionalidad parcial o total de las leyes, mas o actos jurídicos —como el convenio colectivo— con fuerza de
decretos legislativos, normas regionales de carácter general y ley eran jerárquicamente inferiores a la ley. Ello, en la medida que
ordenanzas municipales que contravienen la Constitución por la la ratio legis del artículo 211-20 de la Constitución no les otorgaba,
forma o por el fondo(28). expresamente, ese carácter.

Así, como en esta enumeración taxativa no era posible incoar Sin embargo, cabe recordar que este Decreto Supremo de ur-
una acción de inconstitucionalidad contra un decreto supremo de gencia dejaba sin efecto los convenios colectivos de trabajo, que
urgencia, dictado al amparo del artículo 211-20 de la Constitución habían indexado, automáticamente, el incremento de los salarios
de 1979, en consecuencia, para la mayoría de los magistrados al costo de vida, siendo que el artículo 54 de la Constitución de
constitucionales, el TGC no podía pronunciarse sobre la constitu- 1979 estableció que “los convenios colectivos de trabajo entre tra-
cionalidad del Decreto Supremo N.º 057-90-TR. bajadores y empleadores tienen fuerza de ley entre las partes”.
Lo que suponía que la referida norma, expedida al amparo de las
Sin embargo, la sentencia del Tribunal no consideró ni siquie- medidas extraordinarias constitucionales, deviniese en una nor-
ra el hecho de que el Decreto incoado fue dictado como una me- ma con fuerza de ley, para poder suspender los efectos de dichos
dida extraordinaria en materia económica y financiera, en mérito convenios. Característica propia de las normas legales sobre las
del interés nacional y con cargo de dar cuenta al Congreso, como cuales el Tribunal de Garantías Constitucionales era competente
dispuso el referido artículo 211-20 de la Constitución de 1979(29). para ejercer su jurisdicción constitucional.
Es decir, frente a la paradoja de encontrarse ante un Decreto Su-
premo por la forma, pero con fuerza de ley por sus efectos, prefi- Finalmente, el único voto discrepante o dissenting opinion fue
rieron ignorar el problema constitucional planteado y denegar de el del magistrado Efraín Espinal, quien se pronunció a favor de
plano la adminisibilidad de dicha acción de inconstitucionalidad. la admisibilidad de la acción de inconstitucionalidad de la norma
Lo que constituye una posición aislada en la doctrina(30). incoada. Desplegando una interpretación basada, fundamental-
mente, en la doctrina nacional sobre la materia(32). En efecto, el
No obstante, la falta de argumentación constitucional, propio magistrado argumentó que si bien era cierto que la norma cues-
del positivismo jurídico, sobre la naturaleza del mencionado artí- tionada tenía la forma de decreto supremo, le alcanzaba la fuerza
culo 211-20 hubieron dos votos singulares o concurring opinions, y el efecto de una ley. Materia a juzgar por el TGC, como órgano
que fueron más explícitos en denegar la admisibilidad de la nor- de control de la Constitución.
ma objeto de análisis. Así, el magistrado Diez-Canseco opinó
que los decretos supremos de urgencia, no obstante esta última Más aún, en su voto discrepante, el magistrado interpreta
condición, debían ser incoados vía la acción popular en un pro- sistemáticamente el artículo 211 referido a las atribuciones del
cedimiento ordinario ante el Poder Judicial. Este proceso de ac- Presidente de la República. Ello, para luego concluir que no es
ción popular se interpone, antes y ahora, contra los reglamentos posible admitir que en el mismo artículo 211 se reitere la facultad
y contra las resoluciones de carácter general que expide el Poder reglamentaria de dictar decretos supremos, en los incisos 11 y 20.
Ejecutivo, los gobiernos regionales y locales y demás personas De modo que, siguiendo al razonamiento del magistrado, era de
de Derecho Público. Asimismo, este voto singular observó que el entender que se trataba de dos normas distintas. En tal sentido,
TGC tampoco podía pronunciarse, aún cuando el Decreto Supre- los decretos de urgencia del inciso 20, como los decretos legisla-
mo N.º 057-90-TR tuviera fuerza de ley. Por cuanto la acción po- tivos del inciso 10, gozaban de una naturaleza jurídica distinta a
pular era el proceso adecuado. Precisamente, sobre el tema de la la de los simples decretos supremos. Configurando los primeros
fuerza de ley de los decretos supremos de urgencia, el magistrado una actividad legislativa del Presidente, mientras que los segun-
Diez-Canseco no se pronuncia(31). dos eran producto de una actividad administrativa del mismo(33).

(28) Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución en el proceso por inconstitucionalidad del Decreto Supremo N.º 057-90-TR. Arequipa, 3
de octubre de 1990, p. 2.
(29) Cantuarias, Luis y Oquendo, Sergio. “Acerca de los decretos llamados de urgencia”. Derecho, N.º 45, PUCP, Lima, 1991, pp. 351-418; asi-
mismo, Planas, Pedro. “Decretos de urgencia y medidas extraordinarias”. Ius et Praxis, N.º 7, Lima, 1993, pp. 133-158.
(30) Rubio, Marcial. “El sistema legislativo en la Constitución de 1993”. LTC, N.º 10.Lima:_ CAJ, 1994, p. 175; asimismo, Eguiguren, Francisco.
Funciones legislativas del Poder Ejecutivo. En F. Eguiguren (editor). La Constitución Peruana de 1979 y sus problemas de aplicación. Lima:
Editorial Cuzco, 1987, pp. 443 y 451.
(31) Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución en el proceso por inconstitucionalidad del Decreto Supremo N.º 057-90-TR, Arequipa, 3
de octubre de 1990, pp. 3. ss.
(32) García Belaunde, Domingo. La Constitución en el péndulo. Arequipa: UNSA, 1996, p. 98 ss.; Eguiguren, Francisco. Funciones legislativas
del Poder Ejecutivo. En F. Eguiguren (editor). La Constitución Peruana de 1979 y sus problemas de aplicación. Lima: Editorial Cuzco, 1987,
pp. 433 ss.; Landa, César. “El control parlamentario”. LA REPÚBLICA. Lima, 24 de setiembre de 1990.
(33) Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución en el proceso por inconstitucionalidad del Decreto Supremo N.º 057-90-TR, Arequipa, 3
de octubre de 1990, pp. 8. ss.

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En consecuencia, podemos afirmar que el Tribunal de Garan- España e Italia, donde se regula la figura de los decretos de ur-
tías Constitucionales se autolimitó al interpretar positivistamente gencia o decreto-ley, como así denominan a este instituto(36). Así,
la Constitución. Desconociendo la existencia constitucional de los “lo característico del Decreto-ley es, ante todo, el hecho de ser
decretos de urgencia y, en todo caso, su carácter de fuerza de ley, una norma con fuerza de ley que emana directamente del Gobier-
a pesar del uso y abuso que el presidencialismo hacía de ellos. no y sobre la que el Parlamento solo se pronuncia a posteriori”(37).
Lo que no fue óbice para que, en un voto singular discrepante, se
reconociese la existencia constitucional de los mismos, en virtud Sin embargo, durante el período de gobierno de Fujimori, bajo
de una interpretación dogmática de la Constitución. Con lo cual, la Constitución de 1993, entre enero de 1994 y noviembre de 2000
el TGC aseguró el no control constitucional de los decretos de ur- se dictaron 714 decretos de urgencia. Uso y abuso que se debió
gencia del Presidente. fundamentalmente, a la falta de lealtad del Poder Ejecutivo con
la Constitución de 1993, sin fiscalización. Pese a que el control de
2.3. Posición del Tribunal Constitucional sobre los decretos los decretos de urgencia se podía realizar no solo a través del Tri-
de urgencia bunal Constitucional, sino, también, del Congreso; instituciones
que se encontraban subordinadas.
La Constitución de 1993 ha establecido en su artículo 118, inci-
so 19, que corresponde al Presidente de la República “dictar me- En efecto, durante dicho período gubernamental ninguno de
didas extraordinarias, mediante decretos de urgencia con fuerza los decretos de urgencia fue declarado inconstitucional por el Tri-
de ley, en materia económica y financiera, cuando así lo requiere bunal Constitucional en cautiverio, no obstante lo dispuesto en el
el interés nacional y con cargo de dar cuenta al Congreso. El Con- artículo 200-4 de la Constitución; debido a que no se plantearon
greso puede modificar o derogar los referidos decretos de urgen- demandas de inconstitucionalidad contra los mismos. Pero, si
cia”, y; en el artículo 74 que “los decretos de urgencia no pueden bien el artículo 118-19 de la Constitución obliga al Presidente a dar
contener materia tributaria (...)”. cuenta de los decretos de urgencia al Congreso y, a este órgano
político a controlar la constitucionalidad de los mismos, el control
Estas normas abiertas permiten el uso discrecional de dichos fue también prácticamente nulo. No obstante que, Fujimori dictó
conceptos jurídicos al ser indeterminados en la norma suprema, normas de urgencia, como aquellas que no fueron publicadas en
como son el carácter extraordinario, el interés nacional, la materia el diario oficial, al considerarlas arbitrariamente como secretas,
económica o financiera(34). Con lo cual se puede traspasar fácilmen- en expresa violación de la Constitución(38).
te el principio de división de poderes, por cuanto su interpretación
queda a merced de la discreción del Presidente de la República. 2.3.1. Control jurisdiccional nulo y/o débil

De otro lado, el constituyente ha dispuesto expresamente en el Se puede afirmar que durante la década de los noventa no se
artículo 200-4 de la Constitución que contra las normas con rango produjo, prácticamente, el control parlamentario que dispone la
de ley, como el decreto de urgencia, cabe interponer una acción de Constitución. Esto se debió a que, la mayoría parlamentaria de
inconstitucionalidad, por violar la Constitución por el fondo o por la entonces fue renuente a desarrollar una política de efectivo con-
forma. Asimismo, el artículo 135 ha dispuesto que cuando el Con- trol sobre dichas normas legales del Presidente, aunque fuesen
greso sea disuelto por el Presidente, por haber negado confianza inconstitucionales.
a dos Consejos de Ministros, en ese interregno, el Poder Ejecutivo
legislará mediante decretos de urgencia, hasta por cuatro meses. Tan solo, el control parlamentario se realizó sobre tres decre-
tos de urgencia: DU N.º 029-97, N.º 030-97 y N.º 031-97, de un
Estas normas, por un lado, otorgan rango de ley a los decre- total de 714 que dictó. Al respecto, el artículo 91 del Reglamento
tos de urgencia y, por otro lado, les otorgan también fuerza de del Congreso tenía dispuesto, escuetamente, el procedimiento
ley(35). Con lo cual gozan de los atributos fundamentales de una respectivo. Dicha norma señala, expresamente, que dentro de
ley, aunque estén reducidos a la materia económica y financiera. las veinticuatro horas posteriores a la publicación del decreto de
Pero, dado el carácter abierto de la norma, los decretos de ur- urgencia, el Presidente de la República debe remitir al Congreso
gencia han constituido el instrumento legal por excelencia de los dicho decreto.
regímenes presidencialistas llegando a ser utilizados de 1985 al
2000 abusivamente. Ello para que la Comisión de Constitución se aboque a dicta-
minar si este versa sobre materia económica o financiera y si se
Pero, los decretos de urgencia constituyen también un instru- da el supuesto habilitante de “situaciones extraordinarias e im-
mento de gobierno democrático. Tal como lo son en países como previsibles cuyo riesgo inminente de que se extiendan constituye

(34) García de Enterría, Eduardo, Democracia, jueces y control de la administración. Madrid: Civitas, 1996, pp. 219 ss.
(35) Sandulli, Aldo. Legge, forza di legge, valore di legge, en Rivista Trimestrale di Diritto Pubblico, Anno VII. Milano: 1957, pp. 269 ss.; Gutiérrez
Gutiérrez, Ignacio: Los controles de la legislación delegada. Madrid: CEC, 1995, pp.109 ss.; asimismo, Rubio Llorente, Francisco. “Rango de
ley, fuerza de ley, valor de ley”. RAP, N.ºs 100-102, pp. 417 ss.
(36) Santolaya Machetti, Pablo. El régimen constitucional de los decretos-leyes, Madrid: Tecnos, 1988, pp. 232; Cruz Villalón, Pedro. “Tres sen-
tencias sobre el decreto-ley (STC 29/1982, 6 y 111/1983)”. En Bar Cendon, Montero, Pérez Royo, Schneider, Sole Tura, Spagna Musso y
otros. El Gobierno, Diputación de Barcelona. Barcelona, 1985, pp. 145 ss.
(37) Pérez Royo, Javier. Las fuentes del derecho, Madrid: Tecnos, 1985, p. 102; asimismo, Huarte-Mendicoa, Astarloa. Teoría y práctica del De-
creto-Ley en el ordenamiento español. En RAP, N.º 106, Madrid, 1985, pp. 137 ss.
(38) Castillo, César. Los decretos presidenciales de urgencia en el Perú y en la Constitución de 1993. Tesis (Lic.). PUCP, Lima, 1996, pp. 455, 459 y 460.

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un peligro para la economía nacional o las finanzas públicas”. No expreso mandato del tercer párrafo del artículo 74 de
obstante, únicamente en el caso de que se viole lo prescrito, dicha la Constitución.
Comisión se pronunciará y recomendará su derogación al Congre-
so, quien debe aprobarla por ley, señala la norma(39). Que la norma sea exigida por el interés nacional(41).

Por ello, a pesar de las exigencias de la norma, se puede afir- Como es de entender el Tribunal Constitucional de entonces
mar que, en dicho período operó como regla un silencio conva- planteó sucintamente un marco de control jurisdiccional que se
lidante de la mayoría parlamentaria; la cual, en el mejor de los basa prácticamente en la literalidad de la norma constitucional,
casos procedió a realizar un control oblicuo. Este consistió en la sin llegar a establecer un canon razonable, previsible y por tanto
presentación de proyectos de leyes modificatorios o derogatorios controlable de interpretación constitucional para la expedición y
encubiertos sobre aquellos decretos de urgencia o, en su caso de- revisión de los decretos de urgencia. Así por ejemplo, el Tribunal
cretos legislativos. De esta forma se evitaba la finalidad y función Constitucional dejó pendiente la posibilidad de establecer en su
de la dación de cuenta, que es el control parlamentario directo a jurisprudencia: 1) ¿Qué se debe entender por la necesidad y ur-
los actos normativos del Presidente de la República. Lo cual fa- gencia de una medida extraordinaria? 2) ¿Cuál es el alcance de la
cilitó el establecimiento de un gobierno de los hombres y no un materia económica y financiera? 3) ¿Qué vigencia temporal tienen
gobierno de la Constitución(40). los decretos de urgencia y cuáles son sus efectos en el tiempo? 4)
¿Cuál es el grado de provisionalidad de los mismos? 5) ¿Cuáles
Sólo, durante la transición democrática, por un lado, el Con- son los alcances de la fuerza de ley de los decretos, con relación a
greso de la República y, por otra parte, el Tribunal Constitucional, las demás normas legales?
han empezado a ejercitar a veces débil y difusamente el control
parlamentario y jurisdiccional sobre los decretos de urgencia, de Dichas interrogantes tampoco quedaron plenamente resuel-
la forma siguiente: tas con el control parlamentario realizado sobre dichas normas(42);
a pesar que el Poder Ejecutivo dio cuenta al Congreso sobre la
A raíz que en el año de 1998 el Poder Ejecutivo aprobó la va- expedición de los decretos de urgencia de conformidad con el ar-
lorización y los alcances del saldo de la reserva del Sistema Na- tículo 118-19 de la Constitución y el artículo 91 del Reglamento
cional de Pensiones mediante el Decreto de Urgencia N.º 067-98. del Congreso, que establecen expresamente los mecanismos au-
Contra dicha norma con fuerza de ley, el Colegio de Abogados tomáticos de su control parlamentario.
de Lima (CAL) presentó una acción de inconstitucionalidad, debi-
do a que los decretos de urgencia están condicionados a que se Así, del análisis sobre los Decretos de Urgencia se pueden ob-
legisle materia económica y financiera, tenga carácter urgente y servar datos reveladores acerca de la utilización de los mismos en
lo requiere el interés nacional, supuesto que a juicio del CAL no nuestro sistema constitucional.
existían para la expedición de dicho decreto de urgencia.
En primer lugar, en cuanto a la necesidad que la causa obje-
Tanto el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo no ab- tiva de los decretos de urgencia corresponda a medidas de emer-
solvieron el trámite de contestación de la demanda. El Tribunal gencia; esta no se ha constatado en todos los casos, ya que las
Constitucional fundamentó su fallo —desestimatorio— estable- causas que han dado lugar a dichos Decretos no siempre han sido
ciendo como parámetro de control constitucional, que las condi- originadas por hechos urgentes. En ninguna disposición ni consti-
ciones de validez de los decretos de urgencia, conforme al artículo tucional ni legal se delimita lo que podría, en términos generales,
118-19 de la Constitución debían ser las siguientes: considerarse como indicador de una situación urgente.

Que los decretos de urgencia tengan el carácter de ex- En el caso del DU N.º 017-2002, resultaba poco claro que el
traordinario, esto es, que se expidan cuando se presen- equilibrio financiero de distritos que habían cedido territorio para
ten situaciones objetivas excepcionales, que obliguen al la creación de un nuevo distrito constituyera una situación de ur-
Ejecutivo, en la administración de la res pública, a emitir gencia. En todo caso, era una situación previsible que no podía
una regulación ad hoc, sin seguir los trámites ordinarios generar una situación de urgencia, salvo por la propia lenidad
previstos en la Constitución y el reglamento parlamenta- administrativa o gubernamental; lo cual no es un supuesto que
rio para la aprobación y sanción de las leyes. habilite indirectamente la expedición de los decretos de urgencia.

Que versen estrictamente sobre materia económica y De esta manera, la calificación de un asunto como urgente, da
financiera, con exclusión de la materia tributaria, por lugar a una valoración subjetiva por parte del Poder Ejecutivo; la

(39) Reglamento del Congreso de la República. Texto Único Ordenado, Oficialía Mayor, Dirección General Parlamentaria, Área de Relatoría y
Agenda, supervisión de la edición Sr. Hugo Rovira, elaboración y revisión Juan Huarcaya y Estuardo Morales. Elaboración del Índice Ana-
lítico: Carlos Maguiña. Documento, Lima, s/f., p. 51.
(40) Spiro, Herbert. Government by Constitution. New York: Random House, 1959, pp. 361 ss.
(41) Tribunal Constitucional, Decreto de urgencia que aprueba la valorización y alcances del saldo de la reserva de la ONP, en “Diálogo con la
Jurisprudencia” Año 8, N.º 45, Lima, Junio, 2002, p. 226.
(42) García de Enterría, Eduardo. Democracia, jueces y control de la administración, Madrid: Civitas, 1996, pp. 134 ss.; Segura, Luis. El control
de los decretos-ley por el Tribunal Constitucional, RAP N.º104, mayo-agosto, Madrid, 1984, pp. 362 ss.; Huarte-Mendicoa, Astarloa. Teoría y
práctica del Decreto-Ley en el ordenamiento español. RAP, N.º 106, enero-abril, Madrid, 1985, pp. 142 ss.; asimismo, Alvarez Conde, Enri-
que. Curso de Derecho Constitucional, Vol. 1, Madrid: Tecnos, 2a.ed.1996, pp. 234-235.

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que será a su vez, objeto de una valoración —también subjetiva— Otro defecto que se produjo en la expedición de los Decretos
por parte del Poder Legislativo. En ambos casos, los problemas de Urgencia que se emitieron, por ejemplo durante el año 2002,
que se pueden producir parecen ser evidentes: al no tener pará- fue la mención de la transitoriedad de la norma —de 26 Decretos,
metros claros acerca de la “urgencia” de una tema en particular, sólo siete de ellos disponen con claridad que se trata de medidas
en teoría, el Poder Legislativo podría observar todos los decretos extraordinarias—. En otros casos, se indicó el carácter extraordi-
de urgencia emitidos por el Poder Ejecutivo, ya que —valorativa- nario de la medida; pero se omitió la alusión acerca del plazo en
mente— podría considerar un asunto como no urgente. que estas medidas debían regir.

Un error común en la formulación de los Decretos de Urgen- En cuanto al requisito de que dichos decretos se circunscriban
cia, se produce desde entonces al confundir las situaciones ex- a materia económica y financiera; éste sí se cumplió en la mayoría
tremas o preocupantes que requieren una actuación previsible y de los casos.
permanente del Estado, en materias como infraestructura o edu-
cación— con temas que por su impacto al ocurrir —por ser inespe- No obstante lo anterior, cabe resaltar que, en ciertos casos —
rados— puedan calificar de urgentes; problema que se presenta como el del Decreto de Urgencia N.º 007-2002— lo que se hace
también en otras latitudes(43). en realidad es legislar sobre materia propiamente administrativa.
Asimismo, se constata que en otros casos, se instituye la contra-
De otro lado, así como se puede constatar que en ocasiones la tación de bienes y servicios en formas distintas señaladas por la
delimitación de lo que es “urgente” no existe; ha sido pasado por Ley —tal es el caso del DU 027-2002, que fuera observado por el
alto la delimitación de uno de los elementos de la urgencia: la im- propio Congreso—, lo que se reiterará más adelante.
previsibilidad. Así se emiten Decretos de Urgencia para solucionar
problemas que se han producido por descuidos del legislador —al De otro lado, otro concepto totalmente indefinido en la for-
no cumplir con su deber de dar desarrollo a una norma, haciéndo- mulación de dichos instrumentos legales es la determinación del
la inaplicable en la práctica— o en situaciones que parece no estar interés nacional; ya que, en la práctica, muchas de las actuaciones
justificada objetivamente. Precisamente, porque los hechos obje- estatales pueden calificar como de “interés general”; pero que no
tivos que dan lugar a la emisión de dichos Decretos constituyen son producto de situaciones extraordinarias, sino ordinarias.
materias que han podido ser previsibles por el legislador.
Con este balance, lo que se intenta determinar es que no bas-
Si bien es cierto que la facultad de la legislación delegada en ta que los mencionados instrumentos legales cumplan formal-
manos del Poder Ejecutivo es una prerrogativa constitucional que mente con los requisitos establecidos en la Constitución, como lo
se le otorga al mismo, para que sea capaz de actuar con rapi- ha señalado el Tribunal Constitucional; sino que lo hagan sustan-
dez en ciertas situaciones de crisis, se debe resaltar el carácter cialmente. Pues el afirmar que se regula materia económico-fi-
extraordinario de dicha facultad(44). Es, pues, por ello cuestionable nanciera, sin dar mayor explicación en qué consiste la misma,
constitucionalmente que el Poder Ejecutivo utilice la legislación puede dar lugar a que bajo este título se regule otras materias,
delegada para llenar los vacíos que el legislador o la administra- no autorizadas; como ocurrió durante la década de los noventa.
ción produce con su inacción.
Cabe resaltar la posición adoptada por el Congreso en la ob-
En cuanto a la peligrosidad que puede verificarse por la si- servación de los Decretos de Urgencia cuya nulidad ha declara-
tuación que necesita ser regulada; ésta sólo se ha demostrado do. Así, en el caso del DU 007-2002, se observa que, una vez
motivadamente en casos excepcionales, como en el del DU 003- derogado, se otorga eficacia jurídica a los actos y medidas dicta-
2002, en el que la actuación de la administración pública podría das durante su vigencia. Posición que resulta incompatible con
verse entorpecida por la aplicación inmediata de una norma le- la Constitución; pues si ha sido declarada la nulidad del acto, se
gal; que no preveía originalmente un período de adecuación de debe entender que las relaciones jurídicas que se han producido
sus disposiciones. y desarrollado al amparo de una norma nula, estarían viciadas
de la misma nulidad que aqueja a la norma de base. Salvo que
Inclusive, el Poder Ejecutivo ha pretendido legislar median- se hubiere precisado que la invalidez del DU no vincula a las si-
te Decretos de Urgencia sobre materias que deben ser parte de tuaciones y hechos jurídicos que se hayan producido, cuando se
su actividad diaria, tales como las labores de planeamiento e trate de evitar de manera adecuada, necesaria y proporcional un
infraestructura o la implementación de programas sociales; los mayor daño al bien constitucional que se pretende proteger; el
cuales, por su propia naturaleza, deben corresponder a un pla- mismo que se produciría con la anulación ad integrum del texto
neamiento legislativo previo para su desarrollo administrativo. del DU y sus efectos jurídicos.

(43) Para conocer la experiencia europea de la actividad legislativa del gobierno, revisar Pizzorusso, Alessandro. “Actes législatifs du Gou-
vernement et rapports entre les pouvoirs: aspects de droit comparé”, pp. 677 ss.; Paladin, Livio. “Actes législatifs du Gouvernement et
rapports entre les pouvoirs: l´expérience italienne”, pp. 693 ss.; Favoreu, Louis. “Le pouvoir nortmatif primaire du Gouvernement en droit
français”, pp. 713 ss.; Díez-Picazo, Luis María. “Actes législatifs du Gouvernement et rapports entre les pouvoirs: l´expérience espagnole”,
pp. 727 ss., y; Baudre, Maryse. “Décrets-lois réitérés en Italie: l´exaspération mesurée de la Cour constitutionnelle en 1996”, pp. 745. En:
Revue Français de Droit Constitutionnel, N.º 32, Paris: Presse Universitaires de France, 1997. Así, por ejemplo, mientras que en el primer
semestre de 1994 en Italia se dictaron 400 decretos de urgencia, en Francia en casi cuarenta años se dictaron solo 170.
(44) Santolaya Machetti, Pablo. El régimen constitucional de los decretos-leyes. Madrid: Tecnos, 1988, pp. 103 ss.; López Calvo, José. Organiza-
ción y funcionamiento del Gobierno, Madrid: Tecnos, 1996, pp. 320 ss.; asimismo, Alvarez Conde, Enrique. Curso de Derecho Constitucional.
Vol. 1, Madrid: Tecnos, 2a.ed.1996, pp. 231–233.

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2.3.2. Control jurisdiccional intermedio alcanza especial relevancia en el caso de los decretos de urgen-
cia, pues tal como  lo prescribe el inciso 19) del artículo 118° de
El Tribunal Constitucional más adelante tuvo la oportunidad la Constitución, debe ser el “interés nacional” el que justifique la
de revertir esta situación de control abierto al pronunciarse sobre aplicación de la medida concreta. Ello quiere decir que los benefi-
los criterios de validez del Decreto de Urgencia N.º 140-2001 so- cios que depare la aplicación de la medida no pueden circunscri-
bre la importación de vehículos usados para el transporte público bir sus efectos en intereses determinados, sino, por el contrario,
de pasajeros, tanto en la sentencia N° 008-2003-AI/TC y en la deben alcanzar a toda la comunidad.
sentencia N.º 017-2004-AI/TC, en las que hace consideraciones
sobre su naturaleza y alcances de los decretos de urgencia, que e) Conexidad: Debe existir una reconocible vinculación inme-
constituyen el parámetro de control jurisprudencial por la forma: diata entre la medida aplicada y las circunstancias extraordinarias
existentes. En tal sentido, este Tribunal comparte el criterio de su
Al inicio de la transición democrática, el Tribunal Constitucio- homólogo español cuando afirma que la facultad del Ejecutivo de
nal consideró que el Decreto de Urgencia N.° 140-2001 versaba expedir decretos de urgencia no le autoriza a incluir en él “cual-
sobre materia económica, pues adoptaba medidas que incidían en quier género de disposiciones: ni aquellas que, por su contenido y
el mercado (suspensión de importación de vehículos de determi- de manera evidente, no guarden relación alguna (...) con la situa-
nadas características y establecimiento de tarifas mínimas), con el ción que se trata de afrontar ni, muy especialmente aquellas que,
propósito de alcanzar mejoras en la seguridad y proteger la salud por su estructura misma, independientemente de su contenido, no
de los usuarios del transporte público. En tal sentido, la norma tra- modifican de manera instantánea la situación jurídica existente,
taba sobre la materia económica y financiera, constitucionalmente pues de ellas difícilmente podrá predicarse la justificación de la
exigida en el inciso 19 del artículo 118° de la Constitución. extraordinaria y urgente necesidad” (STC N.° 29/1982, F.J. 3)(45).

No obstante, lo definitivo era determinar si las circunstancias Ahora bien, las medidas extraordinarias y los beneficios que
fácticas justificaban el contenido propio de la norma, y, en conse- su aplicación produzcan deben surgir del supuesto de hecho que
cuencia respondían a las demás exigencias previstas por el inciso da lugar al contenido normativo del decreto de urgencia y no de
19) del artículo 118° de la Constitución, interpretado sistemática- vacios legislativos o administrativos encubiertos que con el tiem-
mente con el inciso c) del artículo 91° del Reglamento del Congreso. po producen embalses normativos de emergencia; pues ello sería
De dicha interpretación el Tribunal Constitucional desprendió que incongruente con una supuesta situación constitucional excep-
el decreto de urgencia debía responder a los siguientes criterios: cional y urgente. Para el caso concreto, el Tribunal Constitucional
consideró que el Decreto de Urgencia N.° 140-2001 era inconsti-
a) Excepcionalidad: La norma debe estar orientada a revertir si- tucional por los siguientes motivos:
tuaciones extraordinarias e imprevisibles, condiciones que deben ser
evaluadas en atención al caso concreto y cuya existencia, desde lue- a)  Aun cuando este Colegiado reconozca que la situa-
go, no depende de la “voluntad” de la norma misma, sino de datos ción del transporte público nacional requiere de medidas
fácticos previos a su promulgación y objetivamente identificables. Ello orientadas a su formalización y a la mejora de la calidad
sin perjuicio de reconocer, tal como lo hiciera el Tribunal Constitucio- y la seguridad del servicio brindado al usuario, ella, en el
nal español -criterio que este Colegiado sustancialmente comparte- particular caso que nos ocupa, dista mucho de ser una que
que “en principio y con el razonable margen de discrecionalidad, es ostente las características de excepcionalidad, imprevisibi-
competencia de los órganos políticos determinar cuándo la situación, lidad y urgencia a las que se ha hecho referencia.
por consideraciones de extraordinaria y urgente necesidad, requiere
el establecimiento de una norma” (STC N.° 29/1982, F.J. N.° 3). b) Ello, a su vez, supone la irrazonabilidad de afirmar que,
en este caso, constituía un eventual peligro esperar la
b) Necesidad: Las circunstancias, además, deberán ser de aplicación del procedimiento parlamentario para regular
naturaleza tal que el tiempo que demande la aplicación del pro- las medidas idóneas orientadas a revertir la situación(46).
cedimiento parlamentario para la expedición de leyes (iniciativa,
debate, aprobación y sanción), pueda impedir la prevención de En otra causa, los trabajadores interpusieron una demanda que
daños o, en su caso, que los mismos devengan en irreparables. tenía por objeto que se declare la inconstitucionalidad del Decre-
to de Urgencia Nº 025-2008, dispositivo que fue modificado por
c) Transitoriedad: Las medidas extraordinarias aplicadas no el DU Nº 026-2009, el cual se declaró inconstitucional en la STC
deben mantener vigencia por un tiempo mayor al estrictamente 0007-2009-PI, al hacer observaciones en torno a la técnica de ex-
necesario para revertir la coyuntura adversa. pulsión del ordenamiento jurídico de la disposición impugnada(47).

d) Generalidad: El principio de generalidad de las leyes que, Tal como en la sentencia mencionada, en el presente caso la
conforme se ha tenido oportunidad de precisar en el Caso Cole- mayoría advertía que el Decreto de Urgencia impugnado ado-
gio de Notarios de Lima (Exps. Acums. Nros. 0001-2003-AI/TC lecía de un vicio formal de inconstitucionalidad, puesto que no
y 0003-2003-AI/TC, F.J. N.° 6 y ss.), puede admitir excepciones, cumplía con los presupuestos de excepcionalidad, necesidad,

(45) Tribunal Constitucional. Exp.N.º 017-2004-AI/TC. Acción de Inconstitucionalidad contra el DU N.º 140. Lima, 6 de Julio de 2005. Ver:
http://www.tc.gob.pe/gaceta.
(46) Ibídm.
(47) Tribunal Constitucional. Exp.N.º 025-2008-AI/TC. Acción de Inconstitucionalidad contra el DU N.º 025-2008.

Agosto 2015 Nº 86 27
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transitoriedad, generalidad y conexidad, mas no se pronuncia so- diario oficial “El Peruano”. Sin embargo, tres días después (el 5 de
bre la constitucionalidad de fondo. septiembre de 2010) fue publicado en “El Peruano” el Decreto de
Urgencia N° 061-2010, que, bajo la apariencia de determinar los
Al respecto, el Tribunal Constitucional (en específico, la mayoría) alcances de los numerales 54.1 del artículo 54º y del numeral 66.7
no debió circunscribirse a un análisis puramente formal del Decreto del artículo 66º del Código de Protección y Defensa del Consumi-
de Urgencia impugnado, sino también debió ingresar al análisis de dor, dispuso la modificación de dicho Código.
fondo de dicho Decreto desde el canon material de la Constitución.
Ello hubiera permitido advertir no sólo que si bien el Decreto de Ur- De esta forma, según los demandantes, el Decreto de Urgencia
gencia N.º 025-2008 lleva como nomen iuris el de “establecer dispo- cuestionado había realizado dos modificaciones al Código de Protec-
siciones complementarias para la aplicación de las leyes N.º 27803 ción y Defensa del Consumidor, bajo el “eufemismo” de “determi-
y N.º 29059”, también dicho Decreto comportaba, en realidad, una nación de alcances”: en el numeral 54.1 del artículo 54º, referido a
sustitución peyorativa para los trabajadores cesados irregularmente la aprobación administrativa de cláusulas generales de contratación
que no fueron incluidos en las tres primeras listas emitidas previa- en contratos de consumo celebrados por las empresas prestadoras
mente al Decreto de Urgencia cuestionado, pues se restringía a la de servicios públicos; y en el numeral 66.7 del artículo 66º, referido a
compensación económica la ejecución de los beneficios establecidos los derechos de endoso, transferencia y postergación de boletos en el
por la Ley Nº. 27803 (así como su modificatoria, Ley N.º 28299). servicio de transporte público de pasajeros de cualquier modalidad.

Además, en relación a los efectos de la declaración de incons- Alegan los demandantes que el citado Decreto de Urgencia
titucionalidad, debe recordarse que el último párrafo del artículo fue expedido sin cumplir los supuestos habilitantes previstos en
83º del Código Procesal Constitucional establece que “[p]or la de- el inciso 19 del artículo 118° de la Constitución, dado que no exis-
claración de (…) inconstitucionalidad de una norma no recobran tía una circunstancia extraordinaria, imprevisible y que pusiera en
vigencia las disposiciones legales que ella hubiera derogado”. Y peligro la economía nacional o las finanzas públicas.
aun cuando en el presente caso aparentemente no se estaba ante
un supuesto de “derogación expresa”, lo cierto era que material- También, los demandantes sustentaron que el Decreto de Ur-
mente sí se había producido una derogación de las normas regu- gencia Nº 061-2010 no cumplía con los criterios para el dictado
ladas por la Ley N.º 27803 (y su modificatoria, Ley N.º 28299) y la de decretos de urgencia señalados en la Sentencia recaída en el
Ley N.º 29059, por tanto el DU 025-2008 constituía una limita- Expediente Nº 0025-2008-PI/TC. Entre otros criterios, mencio-
ción a los beneficios previstos en las mencionadas leyes. nan la transitoriedad, para indicar que el Decreto de Urgencia Nº
061-2010 no cumplía con ello, pues su contenido normativo no era
Con ello la sentencia de la mayoría, en los términos que argu- transitorio, sino por el contrario, tenía “vocación de permanencia
mentó y decidió formalmente, suprimió el régimen legal aplicable en el ordenamiento jurídico, es decir presentaba un ánimo de modi-
para los trabajadores de la cuarta lista con derechos disminuidos ficar inconstitucionalmente lo regulado por el Código de Protección
que los ponía en una situación más perjudicial si se les comparaba y Defensa del Consumidor, de manera permanente e indefinida”.
con los trabajadores comprendidos en las tres primeras listas. Así, la
expulsión del ordenamiento jurídico del Decreto de Urgencia cues- Por su parte, el demandado consideraba que la excepcionali-
tionado conllevó a una violación del principio de igualdad ante la ley. dad se justificaba en que el Decreto de Urgencia Nº 061-2010 “está
orientado a revertir una situación extraordinaria e imprevisible que se
2.3.2. Control jurisdiccional fuerte genere debido a que en la fórmula legal del Código de Protección y
Defensa del Consumidor aprobada por el Parlamento, se han incor-
El ejercicio de las potestades legislativas presidencialista du- porado disposiciones, que no corresponde a la finalidad del Código
rante el segundo quinquenio del presente siglo el Poder Ejecu- antes aludido y que afectaría negativamente la eficiencia y el creci-
tivo pretendió legislar en materia de promoción de la inversión miento de uno de los sectores más dinámicos de nuestra economía
privado, a despecho de las potestades legislativa del Congreso, como es el transporte de pasajeros, que a su vez tiene un impacto
generando los siguientes casos ante el Tribunal Constitucional. directo en otros sectores económicos como el turismo y hotelería (…)
con la dación del Decreto de Urgencia Nº 061-2010, se determinó
a. Código de Protección y Defensa del Consumidor ciertos criterios para ser aplicados de manera adecuada y urgente, sin
retrasar la vigencia del Código de Protección y Defensa del Consumi-
En el año 2010, un veinticinco por ciento del número legal de dor, a fin de evitar consecuencias de imposible reparación ulterior”.
congresistas, demandaron la inconstitucionalidad del Decreto de
Urgencia Nº 061-2010, que determinó los alcances del numeral Respecto al criterio de  transitoriedad, el demandado sostu-
54.1 del artículo 54º y del numeral 66.7 del artículo 66º de la Ley vo que las medidas extraordinarias aplicadas por el Decreto de
Nº 29571, Código de Protección y Defensa del Consumidor, por Urgencia Nº 061-2010 “no deben mantenerse vigente por un
considerar que vulneraba el inciso 19 del artículo 118º de la Cons- tiempo mayor al estrictamente necesario para revertir la coyun-
titución; así como el inciso 1) del artículo 102º, sobre la atribución tura adversa. En este aspecto, las (…) disposiciones (del Decreto
del Congreso de dar leyes; el artículo 65º que establece el deber de Urgencia Nº 061-2010) tendrán vigencia en tanto se mantenga
del Estado de defender el interés de los consumidores y usuarios; la situación adversa que las originaron, a fin de evitar un perjuicio
entre otras disposiciones constitucionales. grave e irreparable al mercado de transporte de pasajeros, así como
también al sector de turismo y hotelería. Es por tal razón, que el
Señalaban los demandantes que el Presidente de la Repúbli- Poder Ejecutivo remitirá al Congreso de la República, “iniciativas
ca promulgó el 1 de septiembre de 2010 el Código de Protección y legislativas” tendentes a reglamentar y efectuar las modifica-
Defensa del Consumidor, que fue publicado al día siguiente en el ciones a las que hubiera lugar para complementar el Código de

28 Agosto 2015 Nº 86
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Consumo y asegurar el eficaz y correcto desarrollo del mercado en Urgencia cuestionado, conteniendo las medidas que, a juicio
los sectores transporte de pasajeros, turismo y hotelería”. del Ejecutivo, perfeccionan dicho Código.

También, respecto al criterio de generalidad, el demandando b) Estas circunstancias hacen que las medidas adoptadas
señaló que se cumplía con este requisito, ya que “es de interés por el Decreto de Urgencia Nº 061-2010 no cumplan con
nacional y no de ciertos grupos económicos, como mal se podría las características de excepcionalidad, imprevisibilidad y
especular, la ejecución de medidas inmediatas para prevenir la urgencia a las que se ha hecho referencia.
afectación negativa a la competitividad del mercado de transportes
de pasajeros, con las consiguientes consecuencias irreparables en En efecto, no pueden resultar excepcionales e imprevisibles
los sectores de turismo y hotelería”. las consecuencias de una ley debatida y aprobada por el
Congreso, que el Poder Ejecutivo conocía antes de su pro-
Al respecto el Tribunal Constitucional señaló que: mulgación y estuvo en posibilidad de observarla conforme
al artículo 108º de la Constitución.
[L]la legitimidad de los decretos de urgencia debe ser deter-
minada sobre la base de la evaluación de criterios endógenos c) No siendo ni extraordinarias ni imprevisibles las disposi-
y exógenos a la norma, es decir, del análisis de la materia que ciones del Código de Protección y Defensa del Consumidor,
regula y de las circunstancias externas que justifiquen su dic- no es razonable afirmar que constituye un peligro esperar la
tado. En cuanto al primer tópico, el propio inciso 19 del artícu- aplicación del procedimiento parlamentario legislativo para
lo 118° de la Constitución establece que los decretos de urgen- evitar los supuestos daños que el Poder Ejecutivo intenta evi-
cia deben versar sobre “materia económica y financiera(48). tar con el dictado del Decreto de Urgencia aquí impugnado.

Del análisis conjunto de las disposiciones del Decreto de Ur- d) Del mismo modo, el Decreto de Urgencia Nº 061-2010
gencia Nº 061-2010, el TC concluyó que éste versaba sobre materia no cumple con el criterio de transitoriedad. En efecto, del
económica, pues adoptaba medidas que inciden en el mercado (de texto del Decreto de Urgencia cuestionado no se advierte
prestación de servicios públicos y de servicios de transporte nacio- cuál es el tiempo estrictamente necesario para revertir la
nal), con el propósito de la “protección y defensa de los consumido- coyuntura adversa que justifique la vigencia de dicho De-
res”. Asunto distinto, sin embargo, era determinar si las circunstan- creto. Más bien, el Decreto de Urgencia interpreta -según
cias fácticas que, aunque ajenas al contenido propio de la norma, analizaremos más adelante- dos disposiciones del Códi-
sirvieron de justificación a su promulgación, respondían a las exi- go de Protección y Defensa del Consumidor, teniendo tal
gencias previstas por el inciso 19 del artículo 118° de la Constitución. interpretación apartemente carácter indefinido (“voca-
ción de permanencia” le llaman los demandantes).
De dicha interpretación se desprende que el decreto de urgencia
debe responder a los presupuestos habilitantes de: excepcionali- e) Una prueba de la falta de transitoriedad de las medidas
dad, necesidad, transitoriedad, generalidad y conexidad. En este en- adoptadas por el Decreto  de Urgencia Nº 061-2010, es que
tendido, las medidas extraordinarias y los beneficios que su aplica- el Poder Ejecutivo señale, al contestar la demanda, que
ción produzcan deben pues surgir del contenido mismo del decreto “remitirá” al Congreso de la República “iniciativas legisla-
de urgencia y no de acciones diferidas en el tiempo, pues ello sería in- tivas tendentes a reglamentar y efectuar las modificacio-
congruente con una supuesta situación excepcionalmente delicada. nes a las que hubiera lugar para complementar el Código
de Consumo”. Como puede apreciarse, para el  Ejecutivo
En ese entendido a juicio del Tribunal Constitucional,  el De- no parecen ser transitorias las medidas adoptadas con el
creto de Urgencia Nº 061-2010, demostró que era inconstitucio- Decreto de Urgencia cuestionado, pues no indica que “ha
nal por los siguientes motivos: remitido”, sino que “remitirá” iniciativas legislativas al
Congreso, y ni siquiera para recoger en una ley el contenido
a) La Ley N° 29571, Código de Protección y Defensa del Con- del Decreto de Urgencia Nº 061-2010, sino para las mo-
sumidor, fue debatida y aprobada en el Congreso de la Repú- dificaciones “a las que hubiera lugar para complementar
blica y luego remitida al Presidente de la República para su el Código de Consumo”. Con ello puede concluirse que las
promulgación -como ordena el procedimiento constitucio- disposiciones del Decreto de Urgencia Nº 061-2010 revis-
nal-, por lo que el Poder Ejecutivo tuvo pleno conocimiento ten un carácter indefinido, contrario a la transitoriedad que
de su contenido y sus consecuencias antes de su promulga- debe caracterizar a todo decreto de urgencia(49).
ción. Previamente a  promulgar tal Código, si el Presidente
de la República tenía objeciones sobre la ley aprobada -como Sin perjuicio de la inconstitucionalidad del Decreto de Urgen-
las que le han llevado a dictar el cuestionado Decreto de Ur- cia impugnado por incumplimiento de los mencionados presu-
gencia Nº 061-2010- pudo presentar sus observaciones al puestos habilitantes, en tanto que los demandantes alegan que
Congreso, en ejercicio de la facultad presidencial prevista en éste estaría  modificando el Código de Protección y Defensa del
el artículo 108º de la Constitución. No obstante, el Presidente Consumidor, se hace necesario comparar ambas normas, a fin de
de la República promulgó el Código de Protección y Defensa poder advertir la real incidencia que tiene el Decreto de Urgencia
del Consumidor, para, tres días después, dictar el Decreto de materia del presente proceso de

(48) Tribunal Constitucional. Exp. N.º 00028-2010-AI/TC. Acción de Inconstitucionalidad contra el DU N.º 061-2010. FJ 4.
(49) Tribunal Constitucional. Exp. N.º 00028-2010-AI/TC. Acción de Inconstitucionalidad contra el DU N.º 061-2010. FJ 7.

Agosto 2015 Nº 86 29
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De conformidad con las citadas disposiciones del Reglamento lo señalado en el Decreto de Urgencia Nº 121-2009 y reposaban
de la Ley Marco para la Producción y Sistematización Legislativa en el mismo fundamento de excepcionalidad: la incertidumbre
(artículos 6º y 23º), el Decreto de Urgencia Nº 061-2010 -por su tí- que se había generado en la economía nacional a raíz de la crisis
tulo y los epígrafes de sus artículos 1º y 2º- no modifica el Código de financiera internacional.
Protección y Defensa del Consumidor, sino que hace una determi-
nación de sus alcances, que, en rigor, no es otra cosa que una inter- Frente a ello el Tribunal Constitucional se manifestó sobre los
pretación del numeral 54.1 del artículo 54º y del numeral 66.7 del principales puntos:
artículo 66º del Código de Protección y Defensa del Consumidor.
a) Sobre el control político de los actos legislativos del
De modo que, al no presentarse los presupuestos habilitantes Presidente:(51)
para la expedición del Decreto de Urgencia N° 061-2010, la interpre-
tación que el Tribunal Constitucional hace del Código de Protección y Al pronunciarse respecto a la “convalidación tácita” de los de-
Defensa del Consumidor resulta, consecuentemente, inconstitucional, cretos impugnados, señaló que no era posible hablar de un “de-
ya que, en tal escenario, dicho Decreto usurpa una competencia pro- ber” del Parlamento de realizar el control político. Ello se debía
pia del Congreso de la República, organismo al que compete dar una que la democracia constitucional asegura a favor del Parlamento (y,
ley que interprete otra ley (como el Código de Protección y Defensa especialmente, de sus minorías parlamentarias) una serie de medi-
del Consumidor), conforme al artículo 102º, inciso 1, de la Constitución. das institucionales mediante los cuales pueda controlar y fiscalizar
al Poder Ejecutivo. No le impone la obligación de hacerlo. El tribu-
b. Decretos de promoción de la inversión privada nal rechazó por tanto que exista una convalidación tácita de las
normas impugnadas por no haberse realizado control político so-
Otro caso, en el año 2011, un veinticinco por ciento de congre- bre ellas, y enfatizó que la opinión institucional del Congreso no
sistas de la República presentaron una acción de inconstituciona- afecta la competencia del Tribunal Constitucional para declarar la
lidad contra los Decretos de Urgencia Nº 001-2011 y Nº 002-2011 inconstitucionalidad de una norma:
que mediante el expediente N.° 00004-2011-PI/TC el Tribunal
Constitucional resolvió.(50) Ello es así porque en las democracias constitucionales la úl-
tima palabra sobre la validez jurídica de las normas legales se
El Decreto facilita la promoción de la inversión privada en de- encuentra en manos de los tribunales de justicia y, en particular,
terminados proyectos de inversión, asociaciones público-privadas de este Tribunal, al que el artículo 201º de la Constitución le confía
y concesión de obras públicas de infraestructura y de servicios pú- la tarea de ser el órgano de control de la Constitución. De modo
blicos por parte del Gobierno Nacional. pues, que el resultado del control político de constitucionalidad
de las leyes no vincula jurídicamente a este Tribunal.
Los argumentos de los demandantes se basaban principal-
mente en que las normas impugnadas se habían expedido sin Señalo a su vez que el ejercicio de la legitimidad procesal de
cumplir los supuestos habilitantes del inciso 19 del artículo 118º las minorías parlamentarias no está condicionado a que se realice
de la Constitución, ya que no existía una circunstancia extraordi- (o no) el control parlamentario correspondiente y ni siquiera, en
naria, imprevisible y que ponga en peligro la economía nacional o caso de llevarse a cabo, al resultado de éste.
las finanzas públicas; por el contrario la promoción de la inversión
privada en proyectos de inversión eran asuntos públicos y ordi- En síntesis el Tribunal Constitucional señala que el control
narios. Asimismo, consideraban que los decretos vulneraban los parlamentario sobre los actos legislativos del Presidente es un
principios de separación de poderes y seguridad jurídica. mecanismo de control político y que este tipo de control es muy
diferente al control jurídico que evalúa la invalidez o validez de
Frente a ello el Ministerio de Justicia por medio del Procurador una norma. El control político se basaba en los criterios de simple
Público se manifestaron contestando que se declare infundada la oportunidad y de conveniencia/inconveniencia.
demanda debido a que se había realizado una convalidación tácita
de los decretos impugnados y que estos se limitan a reiterar una De simple oportunidad, pues encontrándose facultados para
regulación ya prevista expresamente en el Decreto de Urgencia Nº realizar el control respecto de cualquier medida gubernamental,
121-2009 para la mayoría de proyectos de inversión contenidos en depende de la decisión política del Parlamento y, en particular de
los decretos impugnados. A su vez que el Decreto de Urgencia Nº las relaciones entre minoría y mayorías políticas, el que lo quiera
121-2009 fue expedido debido a la situación de excepcionalidad ejercer. Y se realiza bajo el criterio de conveniencia/inconvenien-
originada por la crisis financiera internacional y que por tanto las cia ya que, una vez que se ha decidido llevarlo a cabo, las críticas
normas impugnadas solo se limitarían a reiterar la sujeción a esas al Ejecutivo pueden tener al derecho como fundamento, pero tam-
condiciones para la ejecución de los proyectos de inversión que a bién sustentarse en razones económicas, financieras, sociales, de
dos años de su expedición (2011) aún no se había ejecutado. orientación política o por puros argumentos de poder. Puesto que
no existe un catálogo de criterios limitados o delimitados para el
Sin embargo, los demandados señalaron que si bien se habían escrutinio político, la subjetividad y disponibilidad de su paráme-
incorporados nuevos proyectos de inversión, estos se sujetaban a tro son algunos de los factores que singularizan al control político.

(50) Tribunal Constitucional. Exp. N° 004-2011-AI/TC Acción de Inconstitucionalidad contra el DU N.º 001- 2011 y N° 002-2011. Ver: http://
www.tc.gob.pe/gaceta.
(51) Tribunal Constitucional. Exp. N°004-2011-AI/TC Acción de Inconstitucionalidad contra el DU N.º 001- 2011 y N° 002-2011. FFJJ 2-10.

30 Agosto 2015 Nº 86
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b) Decreto de Urgencia y Estado Constitucional:(52) para la promulgación de los decretos impugnados puesto que si
bien Decreto de Urgencia Nº 047-2008 y Decreto de Urgencia
El Tribunal Constitucional recogiendo lo resuelto anteriormente Nº 121-2009 hubiesen facilitado la inversión privada en determi-
en la STC 0008-2003-AI/TC, fundamento 57 en el que el principio nados proyectos de crisis financiera internacional, casi tres años
de separación de poderes no supone una garantía férrea impenetra- después no estaría justificado el argumento. Pues la situación ya
bilidad entre los poderes estatales, sino un equilibrio entre los mismos, no resulta imprevisible y extraordinaria para ser revertida con ta-
expresado en la mutua fiscalización y colaboración. De ahí que el ejerci- les decretos; es más durante estos tres años, señala el Tribunal, el
cio de la función legislativa (por antonomasia, parlamentaria) por parte Ejecutivo pudo haber presentado al Congreso de la Republica los
del ejecutivo, no sea, per se, contraria al Estado social y democrático de proyectos de ley que estime necesarios para sus objetivos.
derecho, siempre que sea llevada a cabo conforme con las reglas que,
para dicho efecto, contemple la propia Carta Fundamental” Respecto a la necesidad, el Tribunal considera que no se jus-
tifica la existencia de un daño que podría ocasionar el seguir el
Resultando de particular relevancia la evaluación constitucio- procedimiento legislativo parlamentario, por tanto no estaría jus-
nal formal, es decir, la adecuación de los criterios de índole proce- tificada la necesidad. 
dimental establecidos en la propia Constitución y que en el caso
concreto determina que si existe una adecuada emisión de los de- Por el contrario, con el proceder que el Poder Ejecutivo ha
cretos impugnados respecto a lo establecido constitucionalmente. venido mostrando al expedir sucesivos decretos de urgencia (a
partir del Decreto de Urgencia Nº 047-2008) con medidas faci-
Respecto a los criterios sustanciales, el Tribunal cita el funda- litadoras para determinados proyectos de inversión, da la impre-
mento 59 de la sentencia citada que claramente señala: “la legi- sión de haber adquirido la práctica de, año a año, ir reiterando
timidad de los decretos de urgencia debe ser determinada sobre la tales medidas de excepción e incluir nuevos proyectos, evitando
base de la evaluación de criterios endógenos y exógenos a la norma, los mecanismos ordinarios de modificación legislativa previstos
es decir, del análisis de la materia que regula y de las circunstancias en la Constitución, desvirtuando así el ejercicio de las facultades
externas que justifiquen su dictado. En cuanto al primer tópico, el legislativas del Poder Ejecutivo mediante decretos de urgencia,
propio inciso 19 del artículo 118° de la Constitución establece que los en clara vulneración del equilibrio de poderes (…)
decretos de urgencia deben versar sobre “materia económica y finan-
ciera”. Y justamente respecto a materia económica se ha estable- Finalmente, el Tribunal aduce que existe incertidumbre res-
cido que el requisito endógeno en materia económica y financiera pecto a la transitoriedad de las normas en el sentido que el Decre-
exige que la materia sea el contenido, quedando proscrita la ma- to de Urgencia Nº 001-2011 señala que sus disposiciones tendrán
teria tributaria (párrafo tercero del artículo 74° de la Constitución) vigencia “hasta el 31 de diciembre de 2011” (artículo 6º) y el Poder
Así mismo para la evaluación de estos criterios debe respetarse Ejecutivo al contestar la demanda afirma que “las medidas facili-
los principios que informan el régimen económico establecido en tadoras para el trámite o ejecución de estos proyectos (de inversión)
la Constitución. por supuesto, el respeto de los derechos constitu- cesará cuando estos sean finalmente adjudicados” apreciándose
cionales, pues  éstos “informan y se irradian por todos los sectores más bien un carácter indefinido.
del ordenamiento jurídico” (STC 976-2001-AA/TC, fundamento 5).
3. Perspectivas
En el caso en concreto los Decretos de Urgencia Nº 001-2011,
y su modificatoria el Decreto de Urgencia Nº 002-2011 cumplirían Dada la corta, pero intensa, aprobación de los decretos de
con los requisitos sustanciales constitucionalmente señalados urgencia en el Perú, se puede concluir que éstos han constitui-
por ser de materia económica, siendo su propósito principal es do el principal instrumento de expedición de normas legales del
facilitar la economía por medio de la promoción de la inversión presidencialismo democrático durante las etapas de los gobiernos
privada, considerándolos como “un mecanismo dinamizador de la democráticos (1980 a 1990); mientras que en el presidencialismo
economía nacional por su alto impacto en la generación de empleo autocrático los decretos de urgencia constituyeron sólo una de las
y en la competitividad del país” (primer párrafo de la parte consi- formas legales que usó el gobierno (1990-2000), junto a los de-
derativa del Decreto de Urgencia Nº 001-2011) cretos leyes de la etapa del gobierno de facto (1992). Mientras que
en el período de la restauración del presidencialismo democrático
A pesar de que los decretos impugnados cumplen con los requi- (2001-2015) ha habido un mesurado uso de los decretos de urgen-
sitos antes señalados, el Tribunal, al determinar y desarrollar las cir- cia, incluso por debajo del período democrático anterior (1980-
cunstancias fácticas que sirvieron de justificación a la promulgación 1990), pero no por ello con la certeza jurídica de su uso adecuado.
de estas normas —que debieron responder a los supuestos habili-
tantes precisados en las STC 0008-2003-AI/TC [fundamento 60] Se podría decir que la práctica y la teoría constitucional de
y STC 00025-2008-PI/TC [fundamento 5], STC 00007-2009-PI/ la expedición por el Poder Ejecutivo de los decretos de urgencia,
TC [fundamento 9]): excepcionalidad, necesidad, transitoriedad, así como su control constitucional esbozado por el Congreso y
generalidad, conexidad señalados líneas arriba— concluyó que los el control jurisdiccional realizado por el Tribunal Constitucional,
decretos impugnados son inconstitucionales. presentan una gran divergencia entre la norma, la doctrina y la
realidad constitucional. En la medida que no obstante sea el Po-
La evaluación de los presupuestos habilitantes que realiza el der Ejecutivo un importante centro de impulsión y expedición de
Tribunal, determinó que no existe justificación de excepcionalidad normas legales, a través de los decretos de urgencia —para no

(52) Tribunal Constitucional. Exp. N° 004-2011-AI/TC Acción de Inconstitucionalidad contra el DU N.º 001- 2011 y N° 002-2011. FFJJ 14-20.

Agosto 2015 Nº 86 31
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mencionar a los decretos legislativos- no se ha producido o no se se refiera extraordinariamente también a temas de finanzas pri-
ha realizado una regulación legal de los mismos. vadas que comprometan a las públicas. La regulación legal de
cualquiera de esas tres sub-materias constituye el objetivo único
Salvo con la Ley N.º 25397, Ley de Control de los Actos Norma- de los decretos de urgencia y no los aspectos suplementario o
tivos del Presidente de la República vigente sólo cuatro semanas accesorio a los mismos.
—debido a que fue derogada por el gobierno de facto en 1992—
y actualmente su regulación parcial y limitada establecida en el Los decretos de urgencia están a condición que lo requiera
Reglamento del Congreso, para efectos del control parlamentario. el interés nacional; que si bien es un concepto jurídico abierto
Motivo por el cual, para la expedición de los decretos de urgen- o indeterminado, no es de carácter discrecional del gobierno;
cia se deberían definir algunos lineamientos gubernamentales, y motivo por el cual, cabe asumir como un criterio delimitador
precisar algunos parámetros de su control parlamentario y juris- que existe interés nacional cuando se haya comprometido el
diccional, en base a los siguientes fundamentos constitucionales: bien común, el interés social, la utilidad pública, la seguridad
pública o el interés general.
Deben ser normas extraordinarias o excepcionales que se dic-
ten ante una especial situación de necesidad o urgencia. Dicha si- Por el control parlamentario el gobierno debe dar cuenta al
tuación debe ser definida o interpretada con la finalidad de resol- Congreso de los decretos de urgencia, lo que supone; por un lado,
ver inmediatamente una grave crisis, que provocaría un mal mayor la remisión fundamentada de los decretos de urgencia con fuerza
para el interés nacional —que no de debe reducirse a lo económico de ley y, por otro lado, el control parlamentario de los mismos,
o financiero— si no interviniese el gobierno inmediatamente(53). convalidándolos mediante el silencio legislativo positivo o, dero-
gándolos expresamente a través de una ley, en tanto incumplan
La validez de los decretos de urgencia debe tener una pe- con el inciso 19 del artículo 118 de la Constitución y lo establecido
riodicidad limitada, debido a que las situaciones de crisis al en el artículo 91 del Reglamento del Congreso.
ser imprevisibles, crean un estado de necesidad y urgencia que
las justifican. Por eso, por regla general siempre son transito- El control judicial lo realiza el Tribunal Constitucional quien es
rias(54); de lo contrario, si esa situación excepcional se prolon- competente para examinar, a través del test de proporcionalidad
gase en el tiempo, el Congreso debería legislar positivamente o razonabilidad, la validez constitucional o no de los decretos de
sobre el tema. urgencia, tanto por el fondo como por la forma; sin perjuicio que
la justicia ordinaria se pronuncie incidentalmente sobre la cons-
Los decretos de urgencia al tener fuerza de ley; gozan de fuer- titucionalidad de su aplicación, en un proceso judicial concreto o
za activa, en tanto pueden modificar o suspender los efectos de en vía de amparo(56).
las leyes ordinarias en el ámbito de su competencia; teniendo
como límites generales la protección de los derechos fundamen- En general, los elementos constitutivos de los decretos de
tales(55) y específicos los que expresamente le queden prohibidos, urgencia y los decretos legislativos deberían ser concurrentes,
como es el caso de la materia tributaria (Constitución art. 74); más para que éstos sean acordes al marco constitucional. Así, las nor-
no deben tener fuerza pasiva, es decir que no puedan resistir una mas que las regulen deben reflejar una posición subordinada a
modificación de una norma de rango legal. la Constitución, antes que al presidencialismo normativo, debido
a que en un Estado de Derecho su expedición no puede quedar
Los decretos de urgencia al ser una atribución del Presi- librada a la voluntad propia del positivismo legalista, sino que
dente de la República que requiere el refrendo del Presidente debe quedar vinculada a las normas constitucionales y legales de
del Consejo de Ministros y la aprobación del Consejo de Mi- naturaleza sustantiva que las desarrollen de manera razonable y
nistros, recae en estas autoridades y órganos de gobierno la previsible, regulando las situaciones necesarias de delegación de
potestad de definir el contenido del interés nacional, decidir facultades legislativas y, sobretodo, de emergencia económicas.
la oportunidad de la medida extraordinaria, declarar la inten-
sidad de la crisis, establecer la temporalidad de estas normas Por cuanto, si bien el Tribunal Constitucional ha declarado
extraordinarias, identificar las normas legales a ser derogadas algunos decretos de urgencia inconstitucionales con cierta ar-
o suspendidas. gumentación, en cambio no ha asumido el reto constitucional a
profundidad de examinar la institución normativa por excelencia
Los decretos de urgencia están reservados para regular sólo del presidencialismo: los decretos de urgencia. En cualquier caso,
materia económica y financiera. La práctica se ha orientado ha- la jurisprudencia del Tribunal Constitucional refleja una posición
cia la intervención en el manejo de los aspectos presupuestales, progresiva de establecer un canon constitucional de control de
financieros y crediticios públicos, que son normados por ley; dichas normas legales del Poder Ejecutivo, como ocurre en otros
pero no sería irrazonable entender que la necesidad y urgencia sistemas constitucionales democráticos.

(53) Santolaya Machetti, Pablo. El régimen constitucional de los decretos-leyes, Madrid: Tecnos,1988, pp. 106 ss.
(54) Al respecto, ver el inciso 20 del artículo 173 del Proyecto de Ley de Reforma de la Constitución, que ha establecido cuarenticinco días de vi-
gencia de los decretos de urgencia, plazo luego del cual caducan, salvo que sean prorrogados por el Congreso o la Comisión Permanente
durante su receso. Ver: Congreso de la República, Proyecto de Ley de Reforma de la Constitución, Lima: Congreso de la República, 2002, p. 79.
(55) Segura, Luis. “El control de los decretos-ley por el Tribunal Constitucional”. RAP N.º104, mayo-agosto, Madrid, 1984, pp. 367 ss.
(56) Soriano José. “Los decretos-leyes en la jurisprudencia constitucional española”. RAP, Núms. 100-102. Madrid, 1983, pp. 465 ss.; asimis-
mo, Cano Mata, Antonio. “Los ciudadanos y su posible intervención en el recurso de amparo y demás impugnaciones residenciadas en el
Tribunal Constitucional”. RAP, N.º 106, enero-abril, Madrid, 1985, pp. 171 ss.

32 Agosto 2015 Nº 86

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