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Antropología Psicológica

403018_220

Unidad 2: Fase 3 - Elaborar resumen y generar estrategias.

Presentado por:

Deiby Johana Hinestroza

Yiseth Karina Moreno

Claudia Patricia Rivas

Tutor:

Segundo Antonio Mena

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD

Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades

Psicología

Colombia

2019
Contenido

Introducción ................................................................................................................ 3

Los nuevos escenarios de la antropología .................................................................. 4

Aproximación a una estrategia conceptual de la cultura. ........................................... 6

La cultura como construcción social ........................................................................ 11

Cultura y Naturaleza ................................................................................................. 13

La cultura como construcción sistémica. .................................................................. 15

La Perspectiva Racionalista De La Ilustración ......................................................... 19

El Intento Por Reconciliar Las Ciencias Naturales Y Culturales: La Psicología De

Los Pueblos .......................................................................................................................... 21

Potencialidades Humanas Y Capacidades Territoriales: Sendas Para El Postconflicto

En Colombia ......................................................................................................................... 25

Conclusión ................................................................................................................ 30

Referencias bibliográficas ........................................................................................ 31


Introducción

En el presente documento encontrará cuáles son los nuevos escenarios que hoy

enfrenta la antropología psicológica. A pesar de que la cultura sea el objeto de estudio de la

Antropología, esta debe empezar a entender la cultura desde nuevas miradas y desde la

perspectiva de una estrategia conceptual que considere la potencialidad histórica de los

sujetos que la construyen.

se exploran los orígenes de una disciplina que en los últimos años ha venido

tomando cuerpo pero que de algún modo estaba ya presente en la antigüedad clásica. Por

una parte, se reconoce que una de las características definitorias de los seres humanos es su

capacidad y necesidad de vivir en contextos culturales.

Se encontrará además un apartado donde se presenta al posconflicto como una

construcción social que, en Colombia, como proceso en marcha, supone que requiere de

unos elementos estratégicos alternos para el balance entre las trasformaciones

socioculturales e institucionales que se configuran durante la profundización y el

fortalecimiento de la paz.
Los nuevos escenarios de la antropología

Antropología y Globalización

La antropología hoy se muestra realmente como la ciencia de las diversidades, de

las pluralidades y de las diferencias humanas, ya no solo como la ciencia del otro, de la

otredad, sino también de la mismidad, de nosotros mismo. Ya que, a través del actual

proceso de la globalización, del capitalismo y del mercado, los antiguos pueblos primitivos

desaparecen como objeto de estudio, debido a que el orden de estos pueblos se encuentra

profundamente alterado.

Una forma de superar la razón colonial con la que la antropología está marcada

desde su nacimiento, para instaurar ahora una razón plural que sea la que oriente su

praxis, el objeto de estudio o foco de interés cambia a ser, las diversidades, alteridades y las

diferencias.

Hoy la antropología puede ayudar a entender los nuevos procesos de una realidad

igualmente nueva, de los mundos nuevos en emergencia, y de los nuevos sujetos e

identidades en insurgencia. La antropología tiene la posibilidad de comprometerse con la

vida, no únicamente para entenderla sino, para transformarla.

Antropología y Contemporaneidad.

La contemporaneidad de la antropología está ligada a la necesidad de plantear una

reflexión sobre el presente, de entender las nuevas situaciones, las nuevas realidades y

problemáticas, los nuevos actores y sujetos, los nuevos escenarios y procesos y tratar de

encontrar una interpretación antropológica a los mismos.


Es importante ver que el proceso histórico que vive la humanidad brinda a la

antropología nuevas posibilidades para que se piense a sí misma y pensaren la multiplicidad

de otras problemáticas, escenarios, actores, que debe interpretarlos, construiros, analizarlos,

desde su especificidad teórica y metodológica, pero partiendo siempre de sus propias

exigencias y realidades. En la actual la unidad y diversidad de la actual contemporaneidad,

la antropología no solo es posible sino necesaria. La antropología tiene la responsabilidad

de contribuir a la construcción de nuevos sentidos de la existencia en función del ser y no

del tener, a forjar un sentido civilizatorio innovador.

Nuevos escenarios de la antropología

Es importante comprender la complejidad política que tiene el proceso de

construcción de identidades reconstruidas en un mundo globalizado.

La antropología tiene como nuevos escenarios y desafíos contradictorios los grandes

fenómenos de la contemporaneidad, la multiplicación de las redes de transporte y

comunicación, los acelerados procesos de cambios tecnológicos, la revolución científico-

técnica, los experimentos de clonación, las revoluciones de la genética, el descubrimiento

del genoma humano, que plantean nuevos retos de sentido, no solo a la antropología sino al

conjunto de la ciencia y a toda la humanidad.

El estudio de pares analizar las construcciones simbólicas de nuestras propias

identidades, de nuestros colectivos de trabajo, resulta un escenario nuevo y necesarios para

una antropología diferente que debe estudiar la conducta de los mismos antropólogos.
De acuerdo con Auge hoy vivimos y enfrentamos una situación de urgencia que

exige la necesidad de una antropología emergente, una antropología de urgencia dada la

crisis de alteridad y de sentido que vive la contemporaneidad.

Por una Antropología Comprometida con la Vida

Es tarea inmediata de la antropología trabajar en la perspectiva de la construcción de

nuevos sentidos de la existencia en función del ser humano de la naturaleza y del cosmos,

en perspectiva de un nuevo orden simbólico, de un nuevo proyecto civilizatorio, de una

humanidad intercultural que se nutra en la riqueza de la diversidad y la diferencia que son

parte de la bondad de la propia vida.

Hoy más que nunca es urgente que nutramos de vida tanto la teoría, las

metodologías como los discursos, quizá esto permita construir una antropología

verdaderamente comprometida con la vida, que no solo se conforme con hablar sobre la

realidad, sino que desde su inserción con la realidad y con la vida misma contribuya a la

necesidad impostergable de su transformación.

Aproximación a una estrategia conceptual de la cultura.

La historia de la antropología deja claro un evidente conflicto en el momento de

buscar una definición de cultura.

Lo que este trabajo plantea es trazar una estrategia conceptual que permita ofrecer

una perspectiva diferente, con mayor poder explicativo de las actualmente existentes, que

implique la necesidad de repensar la cultura desde dimensiones que superen el enfoque

tradicional sobre la misma.


La cultura es posible porque existen seres concretos que la producen desde su propia

cotidianidad, en respuesta a una realidad en continua transformación. Esto implica la

necesidad de analizar la cultura desde la perspectiva de su historicidad, como construcción

dialéctica, sin descuidar su dimensión política.

De acuerdo a la lectura, aproximarnos a una estrategia conceptual de cultura, exige

la necesidad de hacer, inicialmente, una breve aproximación diacrónica a la misma, para

situarla históricamente dentro de las diversas formaciones sociales, ya que las palabras, los

conceptos y los seres humanos tienen s historia y más que eso, hacen la historia.

Breve aproximación diacrónica

La cultura en el mundo Greco Romano.

 Etimológicamente cultura viene del latín colore que significa cultivar, en referencia

a una de las actividades productivas, la agricultura.

 De acuerdo a la lectura, se considera que fue Cicerón quien emplea el vocablo de

cultura por primera vez como concepto.

 La perspectiva aristotélica es vista como ese saber que permite al hombre discernir

acertadamente acerca de todo.

Entre los romanos se acentúa la dicotomía entre una noción subjetiva individual,

cultura animi, y una noción social civitas, que significa ciudadano libre. De ahí surgirá el

termino civilización con el que se hace referencia también a la cultura, que solo logra

realidad propia dentro del hombre. Civilización tiene un sentido político y urbano que

implica un sentido de cultivo social y perfeccionamiento, sentido que se mantendrá en lo

posterior.
La cultura en la Edad Media y el Renacimiento.

En la época medieval la cultura se muestra subordinada a la teología y es definida

con relación al culto de la religión hasta la llegada de Renacimiento, que abre nuevos

horizontes culturales.

En el siglo XVI, en Francia, Alemania e Inglaterra, comienza a usarse la noción de

cultura con el término de civilización, dándole las mismas connotaciones que traían del

pasado.

El concepto de cultura que venía adscrito a la reflexión filosófica va adquiriendo

autonomía gracias a los aportes que hacían posible el nuevo desarrollo de las ciencias.

La cultura según la ilustración.

En el siglo XVIII los iluministas, los románticos y la Ilustración, superan la visión

racionalista y ven a la cultura como una configuración del espíritu humano, como producto

de la razón humana que forma todo el modo de vida de un pueblo. Una muestra evidente de

la postura etnocentrista se encuentra en Hegel, representante del pensamiento ilustrado,

para quien la verdadera cultura se sustenta en la noción de geist (espíritu).

La cultura empieza a ser vista con relación a diversos aspectos, como las

costumbres, el lenguaje, el pensamiento, el genio, el carácter, la familia y la sociedad civil.

En el siglo XVIII se formula una definición de cultura entendida con relación a

costumbres, tradición, herencia social, pero por razones ideológicas se mantiene la

concepción de cultura que reproduce el cultivo de la tierra, con relación al cultivo del

espíritu. La cultura empieza a ser entendida como la posesión de bienes culturales

(espirituales) y se comienza a hablar de:


 Cultura de las artes

 Cultura de las letras

 Cultura de las ciencias

 Cultura como acción: la acción de instruir

 Cultura como estado: estado de la mente cultivada por la instrucción, que le

conduce al individuo a la cultura.

La incorporación definitiva del término cultura, se da en Alemania a partir de 1850,

con una doble acepción: cultura subjetiva y cultura objetiva o historia (civilización).

W. Von Humboldt definió la cultura como el control que podemos hacer de la

naturaleza gracias a la ciencia.

Se reconoce a Voltaire como el iniciador de la preocupación científica en torno a la

cultura, quien rescatara el concepto para la ciencia y la historia y mostrara la interrelación

de las dos. Ahí se comienza a hablar de historia cultural.

Heder: pluralidad y culturas

G. Heder filósofo alemán, representante de la ilustración, sostiene que cada pueblo

desarrolla de manera autónoma e independiente su propia cultura y que ninguna es

históricamente la continuidad de la anterior. Heder aporta una nueva visión que considera la

cultura en plural, habla por primera vez de la existencia de la diversidad de culturas. A

Heder se le considera con justicia el precursor de lo que hoy conoceríamos como una visión

relativista de la cultura, y el primero en haber tomado en consideración la diversidad

cultural.
Heder es el primero que hace la distinción entre cultura y civilización.

 Cultura: según Heder, se refiere a todo progreso intelectual y científico y es

aplicable a todo el género humano.

 Civilización: según Heder, solo se refiere al respecto material de la vida humana.

La cultura como voluntad creadora en Nietzsche.

El concepto de cultura Nietzscheano cuestiona el concepto de cultivo del espíritu.

Cultura, dice, no es sinónimo de saber muchas cosas, o de haber aprendido muchas cosas,

sino que la cultura es el resultado de un acto de voluntad creadora de un pueblo. La cultura

por tanto es todo acto creador y transformador del ser humano y del mundo que el mismo

ha creado.

Otro aporte importante de Nietzsche para el análisis de la cultura es la noción de la

genealogía, mediante la cual se opone al concepto de origen, presente en la explicación de

determinados saberes dominantes.

Un aspecto vital de esa voluntad creadora del hombre, que es razón de la cultura, la

encuentra Nietzsche en el lenguaje, adelantándose así a los enfoques semióticos de la

cultura como comunicación.

La visión evolucionista de la cultura

El interés del estudio de la evolución humana busca coincidir con las descripciones

taxonómicas de las ciencias naturales, que influyen notablemente en las ciencias sociales,

buscara alcanzar iguales niveles de rigor, comprobación, experimentación y objetividad


empírica. Surge así una nueva conciencia de la realidad social a la que Comte llamara

positivismo.

La cultura de los otros se vuelve el objeto de estudio privilegiado de una

antropológica que nace como ciencia de la otredad, y esta ofrecerá las bases teóricas y

metodológicas para la legitimación de la expansión colonial.

B. Taylor define a la cultura como el objeto central de estudio de la antropología y

formula su clásico concepto de cultura, señalando que esta es ese complejo total, que

incluye conocimientos, creencias, artes, leyes, moral, costumbres y cualquier habilidad

adquirida por el hombre como miembro de la sociedad.

La cultura como construcción social

La cultura tiene que ser mirada como una construcción específicamente humana,

resultante de la acción social. Al caracterizarla como construcción social, no decimos que la

cultura es una invención arbitraria o artificial, sino que es el producto de acciones sociales

concretas generadas por actores sociales igualmente concretos y en procesos históricos.

Decir que la cultura es una construcción social no implica confundir la vida social

como tal con los procesos culturales, puesto que la vida social no es solo un patrimonio

humano. Uno de los factores vitales de la cultura como construcción social es el lenguaje

simbólico que da a la comunicación humana una especificidad propia, que hace posible no

solo aprender, sino, también, transmitir, almacenar y planificar lo aprendido, y sobre todo

dar un sentido al ser y estar en el mundo.

La cultura como conducta aprendida.


La cultura es una construcción socia, esta solo puede ser aprendida y transmitida

dentro del seno de una sociedad concreta. La cultura, lo señala Beals Hojier, es una forma

de comportamiento aprendido. La cultura se aprende, se transmite por medio de la

interacción social. En ese sentido constituye una forma de herencia, que se tiene no

genéticamente sino en forma social.

La cultura como conducta aprendida se expresa desde los inicios de la vida del ser

humano, cuyo proceso de aprendizaje de las normas culturales ha sido llamado

socialización, el que, según algunos antropólogos, no empieza con el nacimiento, sino

desde el proceso de la gestación en el que se inicia el camino de la vida, que es el crecer y

aprender. Al proceso de aprendizaje de la cultura de los infantes se ha llamado

endoculturación.

Algunos antropólogos consideran que existen diversas formas de aprendizaje:

 Aprendizaje individual situacional.

 Aprendizaje social situacional

 Aprendizaje cultural.

La cultura como conducta compartida

De acuerdo con la lectura, expresa que la lectura es conducta es una conducta

compartida, esto no quiere decir que todos sus aspectos son compartidos por igual entre los

miembros de una sociedad en un momento determinado. La realidad de las culturas muestra

que se dan aspectos muy particulares y específicos de una cultura, que son compartidos en

forma exclusiva por determinados miembros de dicha sociedad.


Subcultura

Se llama subcultura a un conjunto societal que manteniendo los rasgos de la cultura

global se diferencian de esta y de otros grupos que la integran porque establecen sus

propias áreas de significado y significación diferenciadas.

Es importante señalar que antropológicamente el termino subcultura no se refiere al

hecho de hablar de una cultura que se halla en condiciones de marginalidad o inferioridad

de condiciones frente a otra, desde el punto de vista cultural. El concepto de subcultura nos

abre espacios para el reconocimiento de la diversidad y diferencia al interior de un mismo

espacio global.

Cultura y Naturaleza

La cultura como ecosistema humano.

La naturaleza es el medio ambiente que nos rodea, el contexto amplio donde se

desarrolla la totalidad de la vida. El mismo ser humano como un ser biológico es

naturaleza, en tanto ser de la naturaleza resuelve sus necesidades vitales dentro de la

naturaleza. Pero, a su vez, ese ser algo que es más que naturaleza: cultura. En consecuencia,

la cultura hace posible que los seres humanos y las sociedades puedan construir un segundo

medio ambiente, un ecosistema humano que da sentido a su praxis vital.

Según el texto la naturaleza no le otorga al ser humano todo lo necesario para vivir,

de modo que lo obliga a imaginar y a construir su propio mundo. Al poder modificar el


medio ambiente crea un segundo medio ambiente, un ecosistema humano que se denomina

cultura.

La cultura como instrumento adaptativo

La cultura es la principal construcción humana que orienta, a partir de los

conocimientos y saberes transmitidos socialmente, los procesos de adaptación de los seres

humanos frente a la naturaleza.

El proceso adaptativo está determinado por el conocimiento simbólico socialmente

producido y transmitido y la praxis que ese conocimiento hace posible, lo que implica la

elaboración de representaciones e interpretaciones sobre la naturaleza, que son

compartidos por quienes integran una sociedad y en base a estos se determinan diversas

prácticas sociales, distintas estrategias de acción que regulan las formas de conducta

individual y colectiva frente las diversas constricciones que esta le impone.

La cultura como resultado de las necesidades humanas

De acuerdo con esta lectura, la cultura no es el resultado de la necesidad, no se

niega que la necesidad puede motivar a la acción del ser humano, pero no significa que por

sentir necesidades ya se tenga cultura.

Cultura y conductas "naturales"

La cultura modela no solo los aspectos externos de nuestras conductas, también la

vida interna de los individuos. Lo natural para cada sociedad es percibido acorde a los

patrones culturales que esta ha construido, por lo tanto, está sujeto a una profunda

variabilidad de la conducta, dependiendo de los patrones culturales establecidos.


La cultura como construcción sistémica.

La cultura debe ser considerada como un sistema integrado por dos subsistemas o

campos que son los siguientes:

El campo de las manifestaciones de la cultura

Se refiere al campo de los aspectos manifiestos de la cultura, de las manifestaciones

observables, materiales, evidentes y más fácilmente perceptibles de la cultura, que es al que

más se hace referencia cuando se habla de ella.

El campo de las manifestaciones corresponde al de los objetos, las artesanías, la

música, la danza, las fiestas y ritualidades, la vestimenta, la comida, la vivienda, las

practicas productivas, los juegos, la lengua, las prácticas y discursos sociales, a través de

cuya producción y circulación, se dan las diversas formas de comunicación, de auto

comprensión e interpretación de una sociedad.

Campo de las representaciones de la cultura.

El subsistema de representaciones está sujeto a un proceso de historicidad de más

larga duración, pues es allí donde se estructuran matrices que son más permanentes y cuyo

proceso de cambios en la historia es mucho más lento, lo que hace cultura sea parte de

procesos de más larga duración histórica, pues se nutre de una raíz de ancestralidad que va

configurando ese acumulado social de la existencia de un pueblo, que constituye su

memoria colectiva, que es la que le ha permitido a una sociedad llegar a ser, lo que se ha

construido como pueblo.

Cultura y "habitus"
El concepto de habitus ha sido empleado por Bourdieu cuando busca dar a la cultura

un sentido antropológico.

El habitus posibilita a los actores sociales encontrar su propia trayectoria social,

orientarse en sus propios espacios societales y diferenciarse de otros. El habitus puede ser

entendido en su dialéctica como un principio generador y de estrategia, que permite a los

diversos actores sociales enfrentarse a las nuevas y siempre cambiantes situaciones que son

propias de la dialéctica socio histórica.

La cultura como respuesta contra-hegemónica.

Se proponen algunas reflexiones, que implica analizar a la cultura con relación a

siguientes aspectos.

Cultura e historicidad

Toda cultura es siempre histórica, está cargada de historicidad, pues surge como

respuesta a un determinado proceso del desarrollo de la historia humana. Ninguna

construcción social cultural producida por la humanidad deja de estar atravesada por la

historicidad, todas son el reflejo de condiciones sociohistóricas concretas.

La cultura como construcción dialéctica

Hay que ver la cultura desde la dialéctica de la propia vida y la realidad, como un

resultado, como respuesta, como creación ininterrumpida del ser humano frente a ella, que

los pueblos producen para mantenerse, para recrearse o innovarse acorde a los cambiantes

condicionamientos sociohistóricos.
La cultura hace posible el equilibrio entre el cambio y la permanencia, por ello debe

vérsela no como una esencia, una sustancia, una cosa inamovible, sino como construcción

dialéctica de la creación y producción humana en constante cambio y transformación.

Dimensión política de la cultura

Es importante que consideremos que la cultura no solo se ha convertido en un

problema político, sino que posee una dimensión política vital. Si se considera a la cultura

como una construcción, como un proceso y producto de la sociedad, pero, además, si la

vemos y sabemos constructora de sentido de lo social, por tanto, la cultura es un escenario

de luchas de sentido por la vida y por cambiar la vida.

Lo anterior plantea la necesidad de que la discusión sobre la cultura deba hacérsela

en relación con el conjunto de los hechos sociales, de los actores societales que construyen

y de los procesos socio políticos que están llevando adelante.

La usurpación simbólica

De acuerdo con la lectura, sin símbolos no es posible construir un sentido construir

un sentido de lo social, un sentido de la existencia.

Mediante la usurpación se los símbolos y los significados, si bien se construye un

sentido de lo real, este sentido es transfigurado, resemantizado: las interacciones simbólicas

se ven alteradas. Todo proceso de usurpación simbólica empobrece, distorsiona, alinea el

significado y la significación de los símbolos, lo que provoca su empobrecimiento y

alteración, su exotización, su folklorizacion y la pérdida de su fuerza constructora de

sentido, lo que trae como consecuencia un profundo déficit simbólico que nos conduce a la

desesperación y la anomia social.


La insurgencia simbólica

En ese sentido se encuentra que a cultura, la diversidad cultural, la diferencia, tienen

un sentido político insurgente y contrahegemónico, pues no solo que hacen posible resistir e

insurgir contra el proyecto homogeneizante de la sociedad dominante que busca construir

una cultura planetaria, que anule la riqueza de la diversidad y la diferencia, sino que,

además, les construye un sentido para seguir luchando en el presente, en la perspectiva de

la materialización de sus proyectos sociales.

Cultura: diversidad, pluralidad, alteridad y diferencia

La perspectiva de la cultura desde la alteridad, la diversidad, la pluralidad y la

diferencia, rompe las visiones funcionalistas y estructuralistas que han buscado construir y

explicar la cultura desde los grandes universales, pluralidad y diferencia quedaba

homogeneizada.

Psicología Cultural una aproximación conceptual e histórica al encuentro entre

mente y cultura.

En este trabajo se exploran los orígenes de una disciplina que en los últimos años ha

venido tomando cuerpo pero que de algún modo estaba ya presente en la antigüedad

clásica. Por una parte, se reconoce que una de las características definitorias de los seres

humanos es su capacidad y necesidad de vivir en contextos culturales.

La Psicología Cultural se ha desarrollado principalmente como una respuesta

alternativa a los proyectos de psicología que no incluían, como elementos claves de sus

agendas, a la cultura y a su relación dialéctica con el individuo, como por ejemplo el

proyecto de la Psicología Cognitiva.


El interés de la Psicología Cultural, más que en las funciones mentales universales,

se centra en los aspectos diferenciales de las mismas.

La Perspectiva Racionalista De La Ilustración

se caracteriza por defender modelos basados en la observación, argumentar a favor

de la misma naturaleza interna y mental de todos los hombres y, sobre todo, por explicar las

diferencias humanas sobre la base de la doctrina o el ideal del progreso.

La Psicología Transcultural, de orientación claramente positivista, podría

considerarse la culminación de esta línea de pensamiento sobre la relación entre mente y

cultura.

Una de las más claras y frecuentemente referenciada es la de Berry, Poortinga,

Segall y Dasen (1992), según los cuales la Psicología Transcultural es: “el estudio de las

similaridades y diferencias en el funcionamiento psicológico individual en varias culturas y

grupos étnicos; de la relación entre variables psicológicas y variables socioculturales,

ecológicas y biológicas; y de los cambios en estas variables.”

los objetivos principales de esta disciplina en tres, a saber:

(a) explorar y descubrir las variaciones de las conductas en otras culturas y buscar

explicaciones para tales variaciones.

(b) poner a prueba lo generalizable que puede llegar a ser la teoría psicológica,

cuando desde ella se proponen hipótesis que se intentan corroborar en otras culturas.
(c) integrar los hallazgos obtenidos de los dos primeros objetivos, para desarrollar

una psicología más universal.

La Rebelión Romántica Contra La Ilustración:

Siguiendo a Albano (1986) y a Berlín (1976) podríamos decir que, entre los autores

más representativos de dicho movimiento, G. Vico y J.G. Herder, hay diferencias

importantes.

autores comparten tres pilares básicos de sus respectivas teorías, las cuales han

dejado profundas huellas en lo que hoy en día es conocido como Psicología Cultural.

Mientras que en la Ilustración la noción de cultura y/o civilización se utilizaba en

singular y la humanidad se conceptualizaba como un todo indiferenciado, Vico y Herder

asumen una idea de cultura en plural que supieron concretar en la existencia de culturas

específicas, a las que denominaron “naciones” y “pueblos” respectivamente.

En segundo lugar, podemos aludir a la crítica explícita de ambos al ideal de

progreso de la humanidad. Crítica que abarca a dos de los implícitos de dicha doctrina. En

primer lugar, se critica el implícito de que sea la humanidad, entendida como un todo, la

que pase por las distintas etapas. Como alternativa se propone que es cada una de las

culturas específicas la que transcurre por sus distintos momentos. El segundo implícito

rechazado es la secuencia fija de etapas inalterables de la evolución de la naturaleza

humana.

El tercer pilar que comparten ambos autores es la potencialidad que otorgaron al

lenguaje, como principal agente de los cambios de valores y modos de pensamiento (Burke,

1985; Cole, 1996/ 1999). Vico consideraba que la historia de las palabras era clave para
rastrear la historia de las mentalidades, ya que en el significado de las palabras se refleja las

maneras de pensar y sentir de una cultura y sus individuos. Así, entendía que de la historia

de la lengua se podían extraer datos sobre qué cualidades y sentimientos eran más

valorados en una cultura y en un momento específico, o cuáles eran sus intereses o juicios

morales, etc.

se atribuye a Herder la formulación inicial del concepto actual de relativismo

cultural, pues él creía que la diversidad de Volk es algo valioso, y afirmó que las naciones

cambian según el lugar, el tiempo y su carácter interno. Tal consideración del papel que

juega el lenguaje en el desarrollo psicológico, junto con su visión sobre la determinación

histórico-cultural de la mente hacen que Vygotski lo considere el más próximo inspirador

de sus ideas sobre la naturaleza del psiquismo (Vygotski, 1930/1981a, 1934/1986, 1991,

1993).

El Intento Por Reconciliar Las Ciencias Naturales Y Culturales: La Psicología De Los

Pueblos

Para la ciencia natural:

a) cualquier pregunta real tiene una única respuesta verdadera

b) el método para responder a los problemas es racional y aplicable universalmente

c) las soluciones a los problemas son verdaderas universalmente.

Para las ciencias histórico-culturales:


a) las respuestas a las preguntas reales dependen de los supuestos y los puntos de

vista particulares proporcionados por la cultura en cuestión

b) tanto el método para llegar a una respuesta como lo que constituye un problema o

una respuesta son localmente contingentes, no universales.

Los dos fundadores de la primera versión de la Psicología de los Pueblos fueron M.

Lazarus y H. Steinthal. Estos autores utilizaron las ideas de Mill, junto con las de Von

Humboldt, con el objetivo de reconciliar las ciencias naturales y las culturales/históricas

(Jahoda, 1992/1995; Krewer & Jahoda, 1990; Whitman, 1984). Su propósito fue el de

explicar las diferencias en el Volkgeist (Espíritu del Pueblo) de manera que fuera

simultáneamente científica e histórica.

La clara orientación social de la Psicología de Lazarus y Steinthal se refleja en su

insistencia en la necesidad de estudiar las conductas, actividades y productos del grupo.

consideraban que los fenómenos mentales colectivos tienen prioridad psicológica y

temporal sobre los fenómenos puramente individuales, sobre el desarrollo de los cuales

influyen decisivamente.

Hipótesis básica del filósofo y psicólogo alemán Herbart: los fenómenos colectivos

deben ser analizados como acontecimientos similares de los que suceden en la mente

individual.

lingüista alemán Humboldt: tomaron su defensa de la estrecha relación existente

entre lenguaje, pensamiento y la mentalidad de los pueblos.


Humboldt, al igual que harán Lazarus y Steinthal, analiza la mente humana a través

del estudio de sus lenguajes, ya que considera que el lenguaje cumple funciones

primordiales tanto en el plano individual como en el social (Cubero, 1999).

Las Dos Psicologías De Wilhelm Wundt

Wundt concebía la psicología como constituida necesariamente por dos partes, cada

una de las cuales se basaba en una capa distintiva de la consciencia humana.

Por una parte, la psicología fisiológica, el estudio experimental de la experiencia

inmediata. La meta de esta mitad de la disciplina sería explicar las leyes que posibilitan que

las sensaciones elementales surjan en la consciencia, y las leyes universales por las que se

combinan los elementos de la conciencia.

Wundt vio la necesidad de contar con una segunda psicología, la Psicología de los

Pueblos. Wundt considera que el objetivo de la Psicología de los Pueblos no es otro que

entender cómo la cultura penetra tanto en los procesos psicológicos colectivos como

individuales, transformándolos (Wundt, 1900-1909/1916).

Mientras la Psicología individual se construía a través del método experimental, la

Psicología de los Pueblos o psicología colectiva, demandaba, métodos observacionales e

históricos. Wundt creía que las dos empresas –la psicología fisiológica y la

Völkerpsychologie debían complementarse entre sí. Sólo por medio de una síntesis de sus

respectivos logros se podría alcanzar una psicología completa.

En Busca De Una Psicología De La Mente Y La Cultura

a pesar de la gran cantidad de autores y trabajos que pueden estar relacionados con

la constitución de una Psicología Cultural, son concretamente una serie de trabajos teóricos,
coincidentes casualmente en su fecha de publicación, los que de alguna manera se han

terminado considerando como marcadores de la emergencia de la Psicología Cultural como

una perspectiva teórica y metodológica con entidad propia.

Richard Shweder (1990) en el que defiende que la Psicología Cultural representa

una aproximación interdisciplinar cuyas asunciones y agenda se derivan de campos

estrechamente relacionados como la psicología general, la psicología transcultural, la

etnopsicología, y la antropología psicológica tradicional.

Michael Cole (1990a) enfatiza las raíces de la Psicología Cultural en la

aproximación sociohistórica asociada a figuras como Vygotski, Luria y Leontiev, y en cuya

aproximación es central una visión de que los procesos psicológicos están culturalmente

mediados, históricamente desarrollados, especificados contextualmente, y derivados de la

actividad práctica.

Jerome Bruner (1991), centrado en la consideración del individuo como participante

en mundos culturalmente constituidos, vitales en el desarrollo de sus capacidades.

suponen un acuerdo generalizado como impulsores de un nuevo modo de hacer

psicología. Un modo de hacer psicología, con el que coincidimos, y que centra la atención

en estudiar la relación entre cultura y mente desplazando el centro de interés desde los

procesos a las prácticas en las que éstos tienen lugar.


Potencialidades Humanas Y Capacidades Territoriales: Sendas Para El Postconflicto

En Colombia

Es importante saber que el posconflicto se entiende como un periodo de tiempo en

el cual se superan los conflictos armados, sea parcial o totalmente.

En Colombia, el proceso de negociación entre el gobierno del presidente Santos y la

guerrilla de las FARC-EP, posibilitan proyectar un periodo constructivo de posconflicto.

el posconflicto en Colombia es importante conocer los temas estratégicos para su

preparación. los componentes, retos, temas estratégicos o caminos del postconflicto deben

contener un alcance socio-político y territorial. Según Ugarriza (2013), la estabilidad

política que se aborda en un proceso de postconflicto debe posibilitar que los ciudadanos

legitimen los mecanismos legales para priorizar, implementar, evaluar alternativas de

solución sobre el agendamiento público.

Sendas del posconflicto:

La construcción de paz. (Peacebuilding “top-down”), es importante identificar la

construcción de paz como un proceso institucional.

modelo Top-Down asume la implementación, de las decisiones del Gobierno o

políticas públicas, desde la administración pública, en la cual ésta se reconoce como el

principal actor y quien ejecuta las decisiones públicas, del centro a la periferia, no permite

delimitar cambios en la política o procesos de aprendizaje, utilizada en los países en vía de

desarrollo “donde no hay canales suficientes de participación y la sociedad civil está poco

organizada” (Ordoñez-Matamoros, 2013).


modelo Botton-up, no valida la jerarquización ni centralización de las decisiones, la

ciudadanía junto a la administración pública actúa coordinadamente desde la situación

problemática, promociona la participación ciudadana desde la construcción de consensos,

pero, según Ordoñez, predomina en países desarrollados donde la “sociedad civil aporta

organizadamente” (p. 216).

los procesos de Construcción de Paz dependen de la consolidación del posconflicto,

así sea en algunos territorios, regiones o municipios. La construcción de paz según

Angelika Rettberg (2012) es un proceso en el que las acciones y escenarios, principalmente

institucionales e institucionalizadas, buscan evitar la recaída en el conflicto armado

propiciando el reconocimiento de las causas del conflicto y atendiendo o superando las

consecuencias de este.

Otros de los atributos que toman forma dentro del proceso de construcción de paz,

más allá del cese bilateral del fuego y la reducción de homicidios por el conflicto armado,

según Rettberg (2012)son: el DDR (desarme, desmovilización y reintegración de

excombatientes), la reconciliación, la atención a población vulnerable, la construcción de

memoria y verdad, la justicia transicional y la reparación, la prevención de la violencia y el

crimen, la reforma de las Fuerzas Armadas y de Policía, la reconstrucción y el desarrollo

económico, la estabilización política y la participación del sector privado, la sociedad civil

y la comunidad internacional.

Senda de la reconciliación social, es una base originaria de procesos a largos plazo;

según la CNRR (2006) es mirar la realidad por fuera de la violencia, es fomentar la

construcción de las relaciones sociales por medio de una convivencia pacífica y una

proyección de país alejado del conflicto.


Para Brounéus (2007) la reconciliación es un proceso social que guarda relación con

la historia y que se erige desde la transformación de los individuos hacia la afirmación de

intereses colectivos, bajo unos principios que proyecten una paz duradera.

La reconciliación social y las potencialidades humanas. Un aspecto esencial, es la

reivindicación de las potencialidades humanas, entendidas como los valores, habilidades

sociales o las connotaciones positivas del ser.

Orozco (2003) sostiene que, la reconciliación debe afrontar dos procesos, uno

horizontal y otro vertical. El vertical representa un vínculo entre víctima y victimario donde

se enfatiza en la iniciativa del perdón. En el horizontal se enfatiza en la búsqueda de

confluencia de realidades y de comprensión de las mismas, con el fin de trazar parámetros

de proyección hacia futuro. Para ello se debe afianzar en la construcción de imaginarios

desde la familia, el barrio y la escuela como escenarios de enseñanza para la promoción de

la paz.

Senda de diseño institucional. Esta senda prioriza la necesidad de una estabilidad

política que se estructure a partir del proceso de transición hacia el postconflicto y de

acuerdo con ello a partir de un diseño institucional que abarca la construcción de “la

redacción constitucional, la ingeniería de sistemas electorales, la implementación de

mecanismos de representación y participación, la cesión de autonomías y la composición de

los poderes del Estado” (Ugarriza, 2013, p 147).

La descentralización como aumento de capacidades políticas para afrontar el

postconflicto desde y en las “entidades subnacionales excluidas”. Entender la

descentralización como aumento de capacidades permitiría focalizar positivamente las


nuevas potencialidades, como, por ejemplo, de excombatientes que se integran a la vida

civil y diseñaran su proyecto personal y familiar en un territorio determinado

(departamento, municipio o vereda). La Reconciliación Social, por lo tanto, requiere que las

entidades subnacionales, así como el sistema de partidos, figuren en dicho proceso como

“buenos componedores” o garantes de su reinserción, con nuevas oportunidades para no

caer en la pobreza y exclusión generadas, entre otras causas, por la desintegración regional,

y que podrían arrojar al individuo, posiblemente, a vincularse nuevamente a grupos

armados, como única opción de sustento e incluso de “arraigo”.

Contexto: la descentralización y el sistema político. Los autores definen tres

partes de la descentralización: la Política que es la capacidad y posibilidad de que los

niveles de gobierno sean conformados o elegidos por voto popular directo, lo que

propiciaría una apertura de nuevos espacios para la competencia nacional y subnacional,

entendido esto en que, los espacios de poder se multiplican. La Económica-fiscal,

asignándole recursos propios a los entes subnacionales para el cubrimiento de sus propios

gastos y la Administrativa, por lo que se optimizarían los servicios.

La descentralización y las privaciones políticas subnacionales. Existen para el

autor tres elementos dentro de un régimen político: la legitimidad o el sistema de creencias

de que para un país, ningún otro régimen podría asegurar un mayor éxito de los objetivos

colectivos; la Eficacia o la capacidad del régimen para encontrar soluciones a problemas

básicos con los que se enfrenta todo sistema político que son percibidos más como

satisfactorios que insatisfactorios por los ciudadanos; y la efectividad o la capacidad para

poner en práctica las medidas formuladas con el resultado deseado.


Para un periodo de postconflicto es necesario fundamentar los cimientos desde la

interpretación de un ethos no violento que fluye de aquellos grupos originarios fincados en

el medio tropical, un ethos no violento que comparte la sabiduría contextual y experiencial

y la defensa autonómica de sus sociedades y territorialidades. Las sendas para el

postconflicto deben estructurarse bajo estos elementos estratégicos.


Conclusión

Una vez terminado este trabajo podemos concluir que La antropología política nos

abre una puerta de discusión para analizar desde lo contemporáneo debe hacer un análisis

desde la dimensión política desde una nueva perspectiva de análisis de la cultura, pero

también debemos utilizar la antropología como ese instrumento que aporte a la

comprensión de la complejidad de la unidad y la pluralidad de las sociedades humanas

como aporte a la construcción de una sociedad que se funde en el respeto a la deferencia y

que ayude a convivir pacíficamente en la diferencia.

La antropología y la psicología son grandes aportantes en la construcción de una

sociedad y una cultura diversa, que busca entender los pensamientos humanos, pero

también ideales que de una manera u otra también puede hacer parte de la conformación de

una sociedad respetuosa y democratizadora que brinde los espacios necesarios para

conformar un país de progreso.


Referencias bibliográficas

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postconflicto en Colombia. Universidad de Nariño. DESBORDES - Revista de
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Guerrero, P. (2002). Estrategias conceptuales para entender la identidad, la diversidad y la


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