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Co n s e j o E d i to r i a l
Jean Pierre Baca Balarezo
Alunmo PUCP
Armando Guevara Gil
Catedrático PUCP
Margarett Matos Ortega
Alumna PUCP
Iván Meini Méndez
Catedrático PUCP
Félix Morales Luna
Catedrático PUCP
Ana Teresa Revilla Vergara
Catedrática PUCP
César San Martín Castro
Magistrado Titular de la Corte Suprema de Justicia del Perú
Juan Gorelli Hernández
Catedrático de la Universidad de Huelva
Antonio Ojeda Avilés
Catedrático de la Universidad de Sevilla
Manuel Atienza
Catedrático de la Universidad de Alicante
Juan María Terradillos Basoco
Catedrático de la Universidad de Cádiz
Umberto Romagnoli
Universidad de Bologna
E q u i p o E d i to r i a l
Luciana Guerra Rodríguez
Luis Mendoza Choque
C o n s u lt o r e s t e m át i c o s
Ana Teresa Revilla Vergara y Ricardo Salazar Chávez
A s i s t e nt e A d m i n i s t r at i va
Manuela Fernández Castillo
Co n s e j o Co ns u lt i v o I n t e r n ac i o n a l
9 Editorial
contrataciones y adquisiciones
del estado
Entrevista
13 Entrevista al doctor Ricardo Salazar Chávez,
ex presidente del Consejo Superior de Contrataciones
y Adquisiciones con el Estado
ANA TERESA R e v i l l a
Artículos de investigación
29 Los principios del Derecho global de la contratación
pública
Jaime Rodríguez-Arana
claustro pleno
Informe
491 Lecciones y aportes del claustro pleno de Derecho 2010
Wa lt e r A l b á n P e r a lta
Editorial
El editor general
A.T. Revilla: Usted ha sido una persona clave en este proceso. Fue nom-
brado presidente del anterior Consejo Superior de Contrataciones y Adqui-
siciones del Estado y ha sido el artífice de lo que hoy tenemos como un gran
espacio virtual: el Sistema de Electrónico de Contrataciones del Estado. ¿En
qué situación nos encontramos actualmente en todo este proceso de contrata-
ciones gubernamentales?
Ricardo Salazar: La evolución de un sistema de contratación pública,
más aún ahora en que el mundo entero está en un proceso de interac-
ción permanente, implica la necesidad de combinar análisis y propues-
tas en función a nuestra realidad, y conocer también experiencias que
se aplican en otros países. En ese sentido, la evolución del régimen de
contratación del estado en el Perú ha combinado las respuestas a te-
mas nuestros con la asimilación de otras experiencias. Eso ha hecho que
nuestro sistema contractual sea muy completo hoy.
A.T. Revilla: ¿De qué otros países se ha tomado elementos o se ha conocido
prácticas en cuanto a contrataciones?
R.S.: Principalmente de los que a inicios de la década de 2000 mos-
traban avances significativos en la línea de modernizar su sistema de
contrataciones: México, Brasil, Chile, algunos países de la Comunidad
Europea, Australia, Corea, Canadá y algunos estados de Estados Unidos
de Norteamérica. Al estudiar estas experiencias, encontramos que hay
determinados temas comunes que reafirmaban la necesidad de encon-
trar algunas vías para asimilar esas experiencias. Pero también éramos
conscientes en ese momento de que el Perú tiene características propias.
A.T. Revilla: ¿Hoy el Perú es visto con buenos ojos en la comunidad inter-
nacional?
R.S.: En cuanto al modelo, así es. Hay que distinguir acá dos temas:
una cosa es el modelo y otra cosa es quienes lo operan, quienes lo llevan
adelante. En cuanto al modelo, el nuestro es uno de los más completos
en el mundo. Tenemos, por ejemplo, el sistema clásico de contratación
como lo tienen en otros lados. Tenemos el sistema de subasta inversa y
de convenio marco. Gran parte de los países solo tienen una de ellas, no
ambas. Hemos ingresado con mucha fuerza a la contratación electrónica
y esto también es un modelo muy completo. Trabajamos en diferentes
temas simultáneamente, contamos con una entidad rectora, que,
14 en este caso, es el Organismo Supervisor de las Contrataciones del
Estado (osce), y existe un conjunto de elementos en nuestro sistema
que son los más recomendados a nivel mundial. En el tema de los
operadores es donde tenemos que trabajar más, porque hay dos temas
siempre presentes. Por un lado, el de las capacidades técnicas; es decir,
que las personas conozcan de contratación pública, de modo que
puedan utilizar adecuadamente los diferentes instrumentos que ya están
en nuestro modelo. Y el otro tema es el de la prevención y lucha contra
la corrupción, que es un tema transversal a toda la actividad pública y
privada y que hay que trabajar a todo nivel.
A.T. Revilla: ¿En qué consisten las nuevas modalidades recogidas de otros
países?
R.S.: Se tienen tres modalidades básicas de contrataciones: el sistema
clásico, el Convenio Marco y la Subasta Inversa. El sistema clásico opera
fundamentalmente y sin mayor problema para bienes o servicios disími-
les, muy diferentes entre sí, que requieren necesariamente una compara-
ción de las propuestas en los aspectos técnicos. Ya en la parte económica
es inevitable esa comparación. Entonces, en el caso de bienes o servicios
de esta naturaleza, debemos ir por el sistema clásico. El Convenio Marco
está pensado para bienes o servicios similares, en los que la funcionali-
dad perseguida es exactamente la misma, pero el bien o servicio que sa-
tisface se diferencia en temas de detalles no determinantes. Por ejemplo,
en útiles de oficina. En papelería en general, como normalmente son
estandarizados, la funcionalidad es la misma: pueden ser diferentes mar-
cas, pueden ser diferentes modelos. Ahí lo que interesa es evaluar que la
funcionalidad sea la que se requiere por parte del Estado y ya no fijarse
tanto en el detalle no determinante. Eso queda para el Convenio Marco.
Mientras tanto, la Subasta Inversa es para los bienes o servicios iguales,
en los que íntegramente todos los aspectos son cubiertos por los bienes o
servicios que se ofertan y donde solamente se compite por precio. Según
sean los bienes o servicios que contrata cada Estado en un año determi-
nado y las características que ofrece el mercado. El comportamiento del
mercado va definiendo qué bienes o servicios deben mantenerse en el
sistema clásico —que es el que siempre hemos aplicado—, cuáles deben
ir a Convenio Marco y cuáles deben ir a Subasta Inversa. Específicamen-
a NA t ERESA r e v i l l a
indeci. Los técnicos nos han dado una relación de bienes y de servicios
que se requieren para casos de emergencia y desastres naturales, y
hemos identificado cerca de cuarenta productos que son los que suelen
utilizar inmediatamente.
A.T. Revilla: Una ventaja de ello será evitar la corrupción que podrían gene-
rar malos funcionarios que se aprovechan situaciones de este tipo, ¿no es así?
Marco que también es cero, pues en ese caso la entidad escoge y compra,
al ya estar precalificadas las empresas. En el caso de la Subasta Inversa,
se ha hecho el acto en público, y entre los proveedores han ido bajando
su precio hasta que quede uno solo.
Durante el 2010, hemos incrementado el número de fichas técnicas.
La ficha técnica es aprobada por osce e incorpora las características de los
bienes que se someten a subasta inversa. De 800 fichas aproximadamente
que había a inicios de año, se han aprobado aproximadamente
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
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500 más, y la idea es seguir aprobando 100 fichas mensuales, hasta cubrir
todos los bienes o servicios que puedan ingresar a esta modalidad. Es
importante destacar esto, porque en la estrategia de implantación del
modelo peruano es importante ser muy activos en la identificación de
17
aquellos bienes o servicios que deben ir a Convenio Marco y a Subasta Entrevista
al doctor
Inversa. Debido a los grandes beneficios que crean estas modalidades,
Ricardo
en el sistema clásico quedarán solamente aquellos bienes o servicios que
Salazar Chávez,
necesiten comparación entre sí.
ex presidente
A.T. Revilla: ¿Qué ventajas tiene actualmente la subasta inversa para las del Consejo
pequeñas y micro empresas? Superior de
Contrataciones
R.S.: El tema de fondo que se plantea a través de su pregunta es un tema y Adquisiciones
de política económica y eso va a depender mucho de la decisión final con el Estado
que tomen los gobiernos en general respecto de cómo fomentar el desa-
rrollo de las mype. La tendencia, cuando se elaboró la nueva versión de
las normas de Subasta Inversa, era que en el ambiente había prosperado
la decisión política de asignar un porcentaje adicional no a las mype, sino
a los nacionales. En ese momento era para los nacionales. Y, respecto de
las mype, estaba vigente el mecanismo de reserva del 40% de las contra-
taciones exclusivamente para las mype. Esto ha sido suspendido por otra
decisión política, pero, últimamente, en los últimos meses sobre todo, se
ha reabierto la discusión política a efectos de procurar dar beneficios a la
contratación pública respecto de las mype. Entonces, en este momento
todavía no se ha decidido finalmente el tema. Tenemos entendido que
hay un decreto supremo en proyecto, con miras a hacer la reserva del
40% en favor de las mype, porque así lo ordena la legislación. Pero le
falta esta reglamentación.
A.T. Revilla: En relación con el procedimiento clásico, ¿qué cambios impor-
tante se han presentado?
R.S.: El procedimiento clásico es pertinente para todo aquello que im-
plique la necesidad de comparar la parte técnica. En esa línea siempre
hay que ser cuidadoso en que los criterios de esa diferenciación o eva-
luación sean muy objetivos. En consecuencia, en lo que se ha trabajo
mucho durante estos años es en mejorar los criterios de evaluación y en
estandarizarlos. Por eso es que osce, en 2010, aprobó 33 bases estanda-
a NA t ERESA r e v i l l a
de manera corporativa. Aquí hay que ser cuidadosos, porque hay bie-
nes y servicios que sí deben adquirirse por compra corporativa. En tal
sentido, es un tema siempre abierto a la evaluación, pero muy útil
como modalidad incorporada en el país. Una compra en situación de
desastre natural es distinta a una compra regular cuando no hay desas-
tres naturales: los sentidos de urgencia, los sentidos de necesidad y de
oportunidad son distintos. Hay que aplicar aquellos criterios que sean
pertinentes para cada situación.
A.T. Revilla: ¿Qué nuevas acciones ha realizado osce? ¿Cómo están mi-
diendo el nivel de satisfacción de los usuarios?
R.S.: El usuario se convierte para osce en un agente estratégico por
21
excelencia. De ahí que el estilo que estamos aplicando desde osce es Entrevista
el acercamiento al usuario, a fin de generar una oferta lo más amplia al doctor
posible en materia de orientación. En temas de consultas, supera las 65 Ricardo
mil consultas por año; en materia de consultas telefónicas, llega a cerca Salazar Chávez,
de 150 mil consultas que se absuelven por año; en atención presencial, ex presidente
miles de personas son atendidas a través de las oficinas desconcentradas del Consejo
o desde la sede. Superior de
Contrataciones
Osce participa en experiencias como el proyecto mac sobre mejor aten- y Adquisiciones
ción al ciudadano —conducido por la Presidencia del Consejo de Mi- con el Estado
nistros—, que reúne a diversas entidades para una atención integral.
Y osce es una de las entidades que participa ahí. Eso es importante
como concepto para nosotros, el acercamiento al usuario, por eso he-
mos implantado el lema “osce a tu lado”, de modo que tú sientas que
te acompañamos, de manera amigable, de manera segura. Obviamente
siendo firmes cuando hay que ser firmes, pero siempre te acompañamos.
En el tema de desconcentración, hemos creado oficinas adicionales. Te-
níamos 10 a inicios de 2010, a lo que se suma que, desde septiembre
hasta enero, hemos abierto 6 más en todo el país. Y esto tiene como pro-
pósito llegar a las 25 regiones; es decir, la idea es inaugurar por lo menos
una cada mes. También queremos expandirnos en tema de capacitación.
Ahí ya hemos hecho un crecimiento importantísimo. Osce venía capa-
citando aproximadamente 15 mil personas por año, y ahora, tan solo
durante el año 2010 y enero de 2011, estamos cerrando con cerca de
45 mil personas capacitadas. Esto lo hemos hecho de diferente manera.
En primer lugar, hemos mantenido y ampliado nuestra oferta directa,
cuando osce ofrece directamente cursos, seminarios, talleres. Hemos
pasado de cerca de diez aliados estratégicos —de empresas o universi-
dades— a más de cincuenta durante el año, en todo el país. Eso nos ha
permitido llegar a muchas zonas en el país; y, por otro lado, hemos dado
mucha prioridad a mecanismos virtuales y semipresenciales.
En el tema virtual, por ejemplo, hemos abierto un curso gratuito de 85
a NA t ERESA r e v i l l a
horas que las personas pueden empezar en cualquier momento, sin lí-
mites, y van estudiando, dan sus exámenes y reciben un certificado de
osce por 85 horas sobre el decreto legislativo 1017. Lo simpático de
esta experiencia es que en 30 días se han matriculado 19 500 personas
que ya están siguiendo el curso. Y esto sigue creciendo. Estimamos su-
perar los 20 mil en breve, lo que hace que, con mayor razón, se asuma
la responsabilidad de generar mecanismos masivos de capacitación.
¿Por qué? Porque el universo de personas capacitadas en el Estado
es de 40 mil; si multiplicas 10 personas por 4 mil unidades ejecutoras
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
22 aproximadamente, y le agregas a eso las personas que tienen que saber
por obligación, así como si tienes en cuenta que en el sector privado el
universo es de 210 mil proveedores inscritos —de los cuales por lo me-
nos una persona de cada uno debe saber contratación y sus específicos
procedimientos y lógica—, pues entonces el universo es enorme. Hay
que seguir en esta línea de capacitación masiva de calidad, y eso sí es po-
sible hoy si aprovechamos las tecnologías de la información, los escena-
rios de capacitación presencial en los casos en que eso sea conveniente y
cuanto mecanismo hubiera, como publicaciones, etcétera.
Precisamente, en el tema de publicaciones hemos abierto una biblioteca
virtual donde volcamos toda la información que se requiere en tema de
contratación pública. Uno accede libremente. Asimismo, hemos pro-
gramado la realización de una convocatoria para contar con 60 investi-
gadores seleccionados que, en el lapso de 8 ó 10 meses, serán acompa-
ñados por tres especialistas en metodologías de investigación. La idea es
que en 8 meses tengamos, si todo sale bien, 60 investigaciones debida-
mente sustentadas, las cuales serán colgadas en la página de osce para
que cualquier persona del país o del mundo las pueda leer íntegramente.
¿Cuál es el propósito estratégico? Que dentro de unos años, tanto a nivel
del Perú como a nivel del extranjero, la gente pueda preguntar “¿Qué
piensa la doctrina peruana sobre ese tema?” y tener ahí un conjunto de
personas que hablen sobre los diferentes temas de contratación. Enton-
ces, la política de atención al usuario es estar al lado de él, muy al lado
de él, con una actitud muy proactiva en favor de su mejora de capaci-
dades, de su orientación en los procesos de contratación y, lógicamente,
también de los límites adecuados cuando hubiera riesgos de desviación.
A.T. Revilla: Una de las principales herramientas que tiene el Estado peruano
hoy en día, para el tema de transparencia, uniformidad de criterios y demás
vacíos, justamente es el seace. ¿Cómo va el seace?, ¿qué ajustes tiene para el
futuro?, ¿qué es lo que se ha pensado en lo referido a contrataciones electrónicas?
R.S.: Cuando nos preguntamos qué debe contener el seace, la respues-
ta es una sola palabra: todo. El seace tiene dos grandes componentes
ante el mundo: una parte de información y una parte de transacciones.
En el tema de información, la política del osce es que allí esté todo
aquello que pueda estar. Y eso hace que la información esté en todo
a NA t ERESA r e v i l l a
es técnica, lo que hace que sus aportes sean de carácter técnico. Asimis-
mo, cuenta con el apoyo de la OEA, que ejerce la secretaría técnica, y
con apoyo de entidades como el BID, el Banco Mundial, la Cooperación
Canadiense, entre otras entidades internacionales que, como estas, es-
tán interesadas en promover las contrataciones en el mundo.
Quisiera agregar algo interesante: la idea originaria comprendía tanto
la generación de la Red Interamericana como la generación de redes a
I n t r o d u cc i ó n
La globalización es un fenómeno que también ha llegado al Derecho pú-
blico. En efecto, la realidad nos demuestra que en determinados sectores
del Derecho administrativo existen normas y actos con pretensión de
validez supranacional. Son normas que se elaboran al poner en cuestión
la teoría clásica de las fuentes del Derecho y el sistema de producción
normativa. Como el Derecho administrativo global está in fieri, este es,
*
Presidente del Foro Iberoamericano de Derecho administrativo y catedrático de Derecho
administrativo en la Universidad de La Coruña.
30 en mi opinión, un Derecho principial. Un Derecho en construcción,
que asegura que los poderes públicos globales se ejercen al servicio del
interés general global y de acuerdo con la justicia. Ni hay todavía una
administración pública global, ni un poder ejecutivo global, ni un po-
der judicial global, así como tampoco disponemos de una constitución
global. Sin embargo, la realidad nos demuestra que en algunos sectores
—el de la contratación pública especialmente— los principios generales
ayudan sobremanera a construir un Derecho administrativo global de la
contratación administrativa que parta precisamente de los postulados
del Estado de Derecho.
La ausencia, en ocasiones, de legitimidad de estas nuevas fuentes del
Derecho —a veces compuestas por grupos de expertos, por especialis-
tas en determinadas materias que se reúnen a nivel global, o también
por tradicionales entes públicos, semipúblicos, e incluso en ocasiones
conformadas por entes privados— hace preciso que en estos primeros
tiempos el levantamiento del nuevo edificio jurídico-administrativo se
realice sobre bases sólidas. En materia de contratos, son los entes públi-
cos supranacionales o globales quienes, a partir de la objetividad, trans-
parencia, igualdad de trato y prohibición de discriminación por razón
de nacionalidad, han construido un ordenamiento jurídico comunitario
europeo que, por mor de las características de la integración comunita-
ria europea, obliga a los Estados miembros.
En esta intervención me propongo reflexionar sobre un fenómeno de
rabiosa y palpitante actualidad como es el del Derecho administrativo
global analizando un sector concreto: la contratación pública. Un sec-
tor al cual, efectivamente, el Derecho que lo disciplina es de contenido
prudencial y consecuencia de la fuerza de la integración; en este caso,
de la integración comunitaria. Además, y es importante destacarlo, los
principios generales que presiden el régimen de la contratación pública
en Europa surgen de la metodología del pensamiento abierto, dinámico
y complementario. En este sentido, los principios que vamos a analizar
comparten la misma base que un fenómeno de integración en el que la
libertad, la competencia, la igualdad de trato, la no discriminación, la
Jaime Rodríguez-Arana
I . E l D e r e ch o a d m i n i s t r a t i v o g l o b a l
La existencia del Derecho administrativo global es, a día de hoy, una rea-
lidad indudable. Poco a poco va inundando los sectores tradicionales del
Derecho administrativo interno o nacional. Esto es así, entre otras razo-
nes, porque las categorías y las instituciones del Derecho administrativo
no están limitadas a unas determinadas y concretas coordenadas espa-
cio-temporales. Más bien, se trata de categorías y conceptos de validez
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
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sector. Sin principios, que además son globales, no hay sistema global de
contratación pública global.
Es verdad que ahora se pone el acento en la rendición de cuentas, en
la transparencia, en la racionalidad, en la evaluación, en la legalidad y,
entre otros paradigmas, en la participación. Estos son los nuevos princi-
pios que ahora están de moda en los estudios de Derecho administrativo
global. Ahora bien, al ser muy importante que las formas de producción
de actos administrativos y de normas de la administración global estén
inspirados en el primado de estos principios, no podemos olvidar que el
Estado de Derecho trae consigo, además, como conquista irrenunciable,
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
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II . L o s p r i n c i p i o s g e n e r a l e s y e l D e r e ch o
a d m i n i s t r at i v o g l o b a l
El Derecho administrativo global es un Derecho principial que al día de
hoy progresa a partir de principios de Derecho que, además de propor-
Jaime Rodríguez-Arana
III . Lo s p r i n c i p i o s g e n e r a l e s d e l a co n t r at ac i ó n
p ú b l i c a e n e l D e r e ch o a d m i n i s t r at i v o
g lo b a l
Si hubiera que elegir un sector concreto del Derecho administrativo
global para explicar el sentido de los principios generales en su confor-
mación, ese sector bien podría ser el de la contratación administrativa.
Por muchas razones, pero sobre todo porque se puede afirmar sin riesgo
que en esta materia los principios generales ya mencionados han sido los
que han hecho posible la elaboración de normas relativas a las compras
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
44 públicas, a través de las cuales se ha instaurado un verdadero Derecho
administrativo global de la contratación pública.
En efecto, la existencia de la contratación pública en los espacios supra-
nacionales debe su razón de ser a la relevancia de los principios gene-
rales de la contratación pública. En efecto, la contratación pública no
adquiere carta de naturaleza normativa multilateral o global en el seno
de los intercambios comerciales de la OMC hasta el 15 de abril de 1994
en Marrakech, cuando, en el seno de esta organización internacional
de comercio, se firma el acuerdo sobre contratación pública que hace
hincapié en la necesidad de evitar la discriminación en ella. Al mismo
tiempo, este convenio constituye el corolario de la proyección del prin-
cipio de igualdad de trato en los contratos que se realicen entre el sector
público y las empresas de los diferentes países en lo que a realización de
obras y servicios públicos de relevancia se refiere. El pacto mencionado
figura en el anexo 4 del Acuerdo de Marrakech y obliga a los países que
lo rubricaron.
Este acuerdo contiene los más fundamentales principios generales de la
contratación pública que pasan del nivel interno al plano supranacional:
– el principio de trato no menos favorable que el otorgado a pro-
ductos, servicios y proveedores nacionales;
– el principio de licitación pública con selección competitiva de
los contratistas como regla con algunas excepciones para proce-
dimientos restringidos en función de la naturaleza del contrato,
principio de imparcialidad, principio de equidad, principio de
transparencia;
– el principio de la cláusula de progreso científico o tecnológico,
etcétera.
Es decir, se incorpora al Derecho administrativo global el conjunto de
principios que rigen y han regido desde hace tiempo el ámbito de la
contratación pública nacional.
Jaime Rodríguez-Arana
2 Moreno Molina, José Antonio y Francisco Pleite Guadamillas. La nueva Ley de contratos del
sector público. Estudio sistemático. Madrid: La Ley, 2010.
que no es fácil ni sencillo que los Estados miembros dejen sin contratar
a las empresas nacionales; así se generan efectos de proteccionismo y
nacionalización, que en esta materia echan tantas veces por tierra los
principios de igualdad y no discriminación, así como los de transparencia
y objetividad.
Las razones que se aducen para justificar estas prácticas nacionalistas
o proteccionistas, como señala Moreno Molina, son de diverso tipo.
Se argumenta, por ejemplo, que por su envergadura, la contratación
pública es una derivación de la política económica nacional; que a
través de ella se puede intervenir en la vida política, económica y
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
46 social de los diferentes países; que se puede ayudar a la reconversión
industrial en determinados sectores; que es un instrumento de apoyo al
empleo en industrias en crisis; que afecta el prestigio nacional, etcétera.
En realidad, contemplamos en la cotidianeidad que el principio de
igualdad de trato cede en numerosas ocasiones por estas y otras
argumentaciones. En ocasiones, incluso, nos encontramos —como
señala nuevamente Moreno Molina— con prácticas difíciles de imaginar
en un mercado que se califica de competitivo, tales como el reparto de
mercados tácitos.
En los acuerdos y tratados firmados por la UE con otros países, nos halla-
mos también en presencia de principios. El acuerdo entre la UE y Chile
de 2002 tiene un título dedicado a las compras públicas. En él ocupan
un lugar muy destacado los principios de transparencia, racionalidad, no
discriminación, igualdad de trato, competitividad abierta y efectiva, en-
tre otros. Asimismo, el Tratado de Libre Comercio entre la UE y México
de 2000 reconoce, en el apartado correspondiente a las compras públi-
cas, el principio de trato nacional y de no discriminación. Cabe señalar
que la UE tiene acuerdos comerciales, de asociación y cooperación con
países vecinos y con países de Asia que igualmente incorporan los prin-
cipios básicos de la contratación pública europea.
Es verdad que en el Tratado de la Comunidad Europea no hay preceptos
específicos en materia de contratación pública, pero la razón es senci-
lla: en 1950 la contratación pública era una actividad poco relevante.
Además, en esta materia y en el seno de la UE nos encontramos con
dos tradiciones jurídicas bien distintas y dispares que dificultaban una
solución unitaria. Mientras que en los países del régimen de Derecho
administrativo francés la doctrina del contrato administrativo inspiraba
los derechos en la materia, en el mundo anglosajón los contratos cele-
brados por las autoridades públicas eran simples contratos civiles regula-
dos por el Derecho privado, como toda la actividad administrativa que
en el Reino Unido no es más que una persona jurídica privada especial
—pero a fin de cuentas, una persona jurídico privada—.
En reformas posteriores se incluyó un artículo 163 por el cual se decidió
Jaime Rodríguez-Arana
IV . R e f l e x i ó n c o n c l u s i v a
El Derecho administrativo global es un Derecho in fieri, en formación,
que no está sistematizado, que todavía no se ha estudiado con
pretensiones sistémicas, aunque se admite su existencia al igual que se
reconoce que la globalización también alcanza, —cómo no— al campo
del Derecho administrativo. Los autores que en mi opinión más
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
66
que el Derecho administrativo sea lo que debe ser: el Derecho del poder
para la libertad.
Agustín Gordillo nos recuerda que son precisamente los principios de
seguridad jurídica y de justicia aquellos que deben presidir esta nueva
expresión de la tendencia permanente a la unidad del ordenamiento
jurídico que hoy, para el caso del Derecho administrativo, denomina-
mos “Derecho administrativo global”. En ese sentido, si proyectamos
ambos principios sobre la realidad económica, el principio de racionali-
dad —del que hemos tratado extensamente en estas líneas bajo la de-
nominación de “objetividad” o “igualdad de trato con prohibición de
de turno.
Abstract: This article studies the economic balance principle in the adminis-
trative contracts, as a specific principle of this kind of contracts in compara-
tive law and in Colombian law. For this purpose, the concept will be specified
and the historical precedents and the origin of the figure will be analyzed,
the justification of the existence of the principle, the general conditions that
allow its application, the juridical instruments available for its claim, and the
specific grounds that permit the breach of the economic balance.
Key words: Administrative contracts – economic balance – financial balance –
contractual equation
1 Esta estructura metodológica para el estudio de los contratos administrativos es aplicada, entre
otros libros, en Rivero, Jean y Jean Waline. Droit administratif. Décimo séptima edición. París:
Dalloz, 1998, pp. 123 y siguientes, y en Escola, Héctor Jorge. Tratado integral de los contratos
administrativos. Tomo I. Buenos Aires: Editorial Depalma, 1977.
2 Véase De Laubadère, André, Franck Moderne y Pierre Delvolvé. Traité des contrats administratifs.
Volumen I. Segunda edición. París: LGDJ, 1983, pp. 699 y siguientes.
4 De Laubadère, André e Yves Gaudemet. Traité de droit administratif. Tomo I. Décimo sexta edición.
París: LGDJ, 2001, p. 706.
5 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 26 de
febrero de 2004, expediente 1991-07391 (14.043).
6 Ibíd.
7 Ibíd.
8 Véase Benavides, José Luis. El contrato estatal. Segunda edición, número 156. Bogotá: Universidad
Externado de Colombia, 2004.
12 Véase Ariño Ortíz, Gaspar. Teoría del equivalente económico en los contratos administrativos.
Madrid: Instituto de Estudios Administrativos, 1968, pp. 19 y siguientes, así como las diversas fuentes
de Derecho romano allí citadas.
16 Véase Villar Palasí, José Luis. Lecciones sobre contratación administrativa. Madrid: Sección de
publicaciones de la Universidad de Madrid, 1969, pp. 161 y siguientes.
17 García de Enterría, Eduardo y Tomás Ramón Fernández. Curso de Derecho administrativo I.
Décimo segunda edición. Madrid: Editorial Civitas, 2004, p. 749.
18 El texto de las conclusiones del comisario de gobierno, así como del fallo del Consejo de Estado,
puede consultarse en Marceau Long et al. Les grands arrêts de la jurisprudence administrative.
Décimo quinta edición. París: Dalloz, 2005, pp. 131 y siguientes.
lex contractus y el principio del pacta sunt servanda hacían que fuera poco
menos que imposible la revisión de los contratos por alteración en las
circunstancias tomadas en consideración al momento de celebrar los
contratos.
Los primeros intentos normativos por romper con el principio de
riesgo y ventura empezaron en la década de 1960. En primer lugar, con
19 Idéntica conclusión es expuesta por Gaspar Ariño Ortíz en la página 241 de su libro Teoría del
equivalente económico en los contratos administrativos.
20 Un estudio sobre la evolución de esta figura en el derecho colombiano, puede verse en Escobar Gil,
Rodrigo. Teoría general de los contratos de la administración pública. Ob. cit., pp. 417 y siguientes.
21 En relación con algunos aspectos históricos de los contratos administrativos en Colombia, véase
Vidal Perdomo, Jaime. “La noción de contrato estatal en Derecho colombiano”. En Homenaje a
Dalmacio Vález Sarsfield. Tomo V. Córdoba: Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales
de Córdoba, 2000, pp. 457 y siguientes; y Rodríguez Rodríguez, Libardo. Derecho administrativo.
General y colombiano. Décimo sexta edición. Bogotá: Editorial Temis, 2008, pp. 415 y siguientes.
22 “Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil” (concepto de 11 de marzo de 1972). En Anales
del Consejo de Estado. Tomo LXXXII, números 433-434, primer trimestre de 1972, p. 25.
23 “Tribunal de Arbitramento de Imprese Italiane All “Estero SPA”, Impresit del Pacífico S.A., Octavio
Bertolero Cía., y Contratistas Generales S.C. de R.L contra Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá”.
En Laudos arbitrales – versión cd (laudo del 11 de diciembre de 1972). Bogotá: Cámara de Comercio
de Bogotá, septiembre de 2005.
24 Como expresiones de la jurisprudencia sobre el principio del equilibrio económico, véanse “Tribunal
de Arbitramento de Termocolombia contra Instituto Colombiano de Energía Eléctrica –ICEL” (laudo
entre particulares29.
26 Una exposición del sistema contractual administrativo de 1983, incluido el principio del equilibrio
económico del contrato, puede consultarse en Rodríguez, Gustavo Humberto. Contratos
administrativos. Tercera edición. Bogotá: Librería Jurídica Wilches, 1988; y en González Rodríguez,
Miguel. La contratación administrativa en Colombia. Bogotá: Librería Jurídica Wilches, 1990.
27 Véase Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia de 4 de
septiembre de 1986, expediente 1.677.
28 Véase la exposición de motivos del proyecto de ley 149 de 1992, que diera lugar a la expedición
de la ley 80 de 1993 en Betancur Cuartas, Jaime. Nuevo estatuto general de la contratación
administrativa. Medellín: Biblioteca Jurídica Diké, 1993, pp. 97 y siguientes.
29 Véase Rodríguez Rodríguez, Libardo. Derecho administrativo. General y colombiano. Ob. cit., pp.
420 y siguientes. La doctrina colombiana ha coincidido en afirmar que la consagración legal de los
llamados “contratos estatales”, aunque tienen un régimen jurídico mixto, no implica la supresión de
la figura del contrato administrativo, la cual no ha desaparecido del derecho colombiano. Con este
fin, véase Vidal Perdomo, Jaime. “La noción de contrato estatal en derecho colombiano”. Ob. cit., p.
465 y siguientes; Benavides, José Luis. El contrato estatal. Ob. cit., p. 489; y Expósito Vélez, Juan
Carlos. La configuración del contrato de la administración pública en derecho colombiano y español.
Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2003, pp. 253 y siguientes, y 329 y siguientes.
Finalmente, desde el punto de vista del Derecho positivo, vale decir que
de conformidad con el artículo 28 de la citada ley: “en la interpretación
de las normas sobre contratos estatales... se tendrán en consideración
los fines y principios de que trata esta ley, los mandatos de la buena fe
y la igualdad y el equilibrio entre prestaciones y derechos que caracteriza los
contratos conmutativos” (mis subrayados).
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
68 Resulta, pues, evidente que, en la actualidad, la normatividad positiva
reconoce —con una precisión incuestionable— el derecho de las partes
de un contrato administrativo al mantenimiento de su equilibrio econó-
mico, esto es, al mantenimiento de la equivalencia entre las prestaciones
pactadas. Igualmente, como lo veremos más adelante, la jurisprudencia,
además de aplicar consistentemente la figura del equilibrio económico,
la ha ido modelando y transformando para darle la fisonomía de la cual
goza hoy en día, al punto de reconocer que se trata de un imperativo
legal que no puede ser dejado simplemente a la voluntad contractual
de las partes; es decir, que se aplica en todos los eventos en que se sus-
criben contratos administrativos conmutativos de tracto sucesivo o de
ejecución diferida, que son, precisamente, los negocios jurídicos respec-
to de los cuales tiene vigencia el principio del equilibrio económico y
financiero.
Esta postura ha sido ampliamente desarrollada por el Consejo de Estado
en su jurisprudencia reciente, en la cual se ha sostenido al respecto que:
[…] la ecuación financiera del contrato es una figura de imperativo
legal, que se aplica con independencia de que las partes la hubieran
pactado o no. En otros términos la sala reitera que es el propio legis-
lador quien fija las reglas tendientes a procurar el equilibrio financiero
del contrato conmutativo cuando este se rompa por aquellos casos no
imputables al contratista, por distintas circunstancias […].
III . J u s t i f i c a c i ó n d e l a e x i s t e n c i a d e l p r i n c i p i o
d e l e q u i l i b r i o e co n ó m i co e n lo s co n t r ato s
a d m i n i s t r at i v o s
Teniendo en cuenta que el principio del equilibrio económico de los
contratos administrativos nació como un derecho exclusivo del cocon-
tratante de la administración, las primeras justificaciones de su existen-
cia —las cuales aún mantienen vigencia— se orientaron a demostrar la
razón de ser de ese derecho del cocontratante particular.
En primer lugar, desde la misma formulación del principio por parte del
comisario de gobierno Leon Blum, la teoría del servicio público ha ju-
gado un papel trascendental. En efecto, frente a la necesidad de una
prestación continua y eficiente del servicio público, que obligaba al co-
contratante de la administración a no suspender la ejecución del con-
trato en aquellos eventos en que —por circunstancias de hecho sobrevi-
nientes e imprevistas— se alteraran las condiciones tenidas en cuenta al
momento de configurar el negocio, el contratista debía tener el derecho
a ser resarcido por los mayores valores en que incurrió para la efectiva
colaboración en la prestación del servicio público32.
Libardo Rodríguez Rodríguez
34 Véase Escola, Héctor Jorge. Tratado integral de los contratos administrativos. Ob. cit., volumen I,
número 104. En igual sentido, puede consultarse a la Corte Constitucional en su sentencia C-892 de
2001.
35 Esta fundamentación es expuesta en Escobar Gil, Rodrigo. Teoría general de los contratos de la
administración pública. Ob. cit., pp. 427 y siguientes. La doctrina argentina comparte parcialmente
esta justificación, específicamente en cuanto a la aplicación del principio de igualdad en las cargas
públicas. Para esto, véase Cassagne, Juan Carlos. “El equilibrio económico-financiero del contrato
administrativo”. Ob. cit., p. 137; y Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho administrativo. Ob. cit.,
tomo III-A, número 761.
36 Consejo de Estado francés, fallo del 21 de marzo de 1910: Compagnie Générale Française des
Tranways.
37 Véase Benavides, José Luis. Ob. cit., pp. 565 y siguientes.
38 Sobre la justicia contractual como fundamento del equilibrio económico del contrato administrativo,
puede verse Cárdenas Mejía, Juan Pablo. “La justicia contractual”. En Ensayos jurídicos. Liber
amicorum en homenaje al profesor Carlos Holguín Holguín. Bogotá: Ediciones Rosaristas, 1996,
pp. 301 y siguientes. Igualmente, puede verse Emili, Eduardo O. “El equilibrio contractual”. En Ismael
Farrando (coordinador). Contratos administrativos. Buenos Aires: Abeledo-Perrot, 2002, p. 621.
39 Véase Dromi, Roberto. Derecho administrativo. Quinta edición. Buenos Aires: Ediciones Ciudad
Argentina, 1996, p. 558. En igual sentido, puede consultarse a la Corte Constitucional en su sentencia
C-892 de 2001, y a la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de
Estado en sus sentencias del 24 de octubre de 1994, expediente 11.632, y del 2 de febrero de 1996,
expediente 8.385.
40 En relación con esta condición, véase González-Varas Ibáñez, Santiago. El contrato administrativo.
Madrid: Editorial Civitas, 2003, p. 274; y Bustelo, Ernesto. “Derechos y obligaciones del contratante
particular”. En Ismael Farrando (coordinador). Contratos administrativos. Buenos Aires: Abeledo-
Perrot, 2002, p. 602.
41 Sobre este punto, véase Chapus, René. Droit administratif générale. Décimo quinta edición. Tomo
I, números 1382 y 1383. París: Montchrestien, 2001. Se distinguen los eventos en que la ruptura
proviene de un hecho externo a las partes y de un hecho externo al cocontratante de la administración.
42 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 18 de
septiembre de 2003, expediente 1996-05631 (15.119).
43 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 20 de febrero
de 1998, expediente 11.101. En el mismo sentido, puede consultarse Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 2 de febrero de 1996, expediente 8.385.
44 La doctrina francesa ha resaltado el carácter posterior del hecho perturbador. Sobre este tema, véase
De Laubadère, André e Yves Gaudemet. Traité de droit administratif. Óp. cit., tomo I, número 1482. La
doctrina latinoamericana también ha coincidido en resaltar el carácter posterior del hecho que altera las
condiciones contractuales: véase Sayagués Laso, Enrique. Tratado de Derecho administrativo. Octava
edición. Tomo I. Montevideo: Fundación de Cultura Universitario, 2002, p. 564.
45 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 4 de
septiembre de 2003, expediente 1989-05337 (10883).
46 Sobre el deber de soportar el riesgo normal —pero no el anormal o extraordinario— que supone
la ejecución de un contrato administrativo, véase Escola, Héctor Jorge. Tratado integral de los
contratos administrativos. Ob. cit., tomo I, número 104; y Parada, Ramón. Derecho administrativo I.
Parte general. Décimo segunda edición. Madrid: Editorial Marcial Pons, 2000, p. 346.
47 Dávila Vinueza, Luis Guillermo. Régimen jurídico de la contratación estatal. Segunda edición.
Bogotá: Legis Editores, 2003, pp. 492 y 493.
48 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 2 de
septiembre de 2004, expediente 1996-04029 (14.578).
49 En relación con la carga probatoria en materia de responsabilidad del Estado, véase Henao, Juan
Carlos. El daño. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1998, pp. 39 y siguientes.
50 En este sentido puede, verse García de Enterría, Eduardo y Tomás-Ramón Fernández. Curso de
Derecho administrativo I. Ob. cit., p. 756.
51 Por ello Escola sostiene al abordar esta temática: “En consecuencia, si el cocontratante debe
soportar, como en todo contrato, el riesgo normal propio de cualquier negocio, no debe cargar con
un riesgo anormal, que lo privaría de las ganancias razonables que hubiera obtenido si la relación
contractual hubiera podido cumplirse en las condiciones tenidas en cuenta inicialmente” (Tratado
integral de los contratos administrativos. Ob. cit., volumen I, número 104).
52 Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho administrativo. Ob. cit., tomo III-A, números 761 y 789.
53 Véase Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 29
de abril de 1999, expediente 14.855.
54 En relación con esta condición, véase González-Varas Ibáñez, Santiago. El contrato administrativo.
Ob. cit., p. 275; y Escola, Héctor Jorge. Tratado integral de los contratos administrativos. Óp. cit.,
volumen I, número 104.
58 Sobre las diversas clases de mecanismos convencionales, véase Ariño Ortíz, Gaspar. Teoría del
equivalente económico en los contratos administrativos. Ob. cit., pp. 346 y siguientes y Palacio
Hincapié, Juan Ángel. La contratación de las entidades estatales. Quinta edición. Medellín: Librería
Jurídica Sánchez R., 2005, pp. 364 y siguientes.
59 En relación con esta cláusula, véase Ghestin, Jacques y Marc Billau. El precio en los contratos de
larga duración. Buenos Aires: Zavalia, 1994, pp. 184 y siguientes.
61 Véase, entre muchas providencias que asumen esta posición, Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, sección tercera: auto del 6 de noviembre de 1996, expediente 11.696;
sentencia del 20 de agosto de 1998, expediente 4.370; auto del 7 de octubre de 1999, expediente
16.165; auto del 31 de julio de 2003, expediente 2002-0166 (22.767); y auto del 2 de octubre de 2003,
expediente 2002-00776 (24.024).
VI . C au s a l e s e s p e c í f i c a s q u e d a n lu g a r a l a
r u p t u r a d e l e q u i l i b r i o e co n ó m i co e n lo s
co n t r ato s a d m i n i s t r at i v o s
El equilibrio económico del contrato puede alterarse por diversas razo-
nes o causales, sobre las cuales no existe uniformidad ni acuerdo en la
doctrina, no obstante lo cual, como pasamos a exponerlo, es posible es-
tablecer una clasificación que comprenda las diferentes situaciones que
pueden dar lugar a esa ruptura.
Al respecto, debe señalarse que la importancia de realizar un análisis de-
tallado y específico de las mismas radica no solo en su concepto, origen,
evolución y justificación, sino, especialmente, en las particularidades
que cada una presenta en relación con las condiciones que debe com-
portar la alteración de las circunstancias existentes al momento de con-
tratar y en la diversidad de efectos jurídicos que su aplicación genera.
Para comprender la diversidad de tesis expuestas, debemos comenzar
por un primer sector de la doctrina que clasifica las casuales según la
clase de álea que afecte la ejecución del contrato: de una parte, los áleas
administrativos, que son aquellos originados en la acción unilateral de
la administración, ya sea por la expedición de un acto general (factum
principis o fait du prince) o de un acto contractual (potestas variandi o ius
variandi); de otra parte, puede tratarse de áleas empresariales, que son
los riesgos internos del negocio, entre ellos los errores de cálculo (error
calculi), los daños o destrucción de las cosas (periculum rei) o las dificulta-
des materiales de ejecución del proyecto (sujetions materiales imprevues);
Libardo Rodríguez Rodríguez
62 Para extenderse sobre la solución judicial de las controversias contractuales, puede consultarse
González Rodríguez, Miguel. El contencioso contractual. Pereira: Universidad Libre, 2000; así como
también Betancur Jaramillo, Carlos. Derecho procesal administrativo. Sexta edición.Medellín:
Señal Editora, 2002, pp. 503 y siguientes.
63 Esta clasificación es presentada por Gaspar Ariño Ortíz en las páginas 7 y 8 de su libro Teoría del
equivalente económico en los contratos administrativos, ob. cit.
64 Véase Dávila Vinueza, Luis Guillermo. Régimen jurídico de la contratación estatal. Segunda edición.
Bogotá: Legis Editores, 2003, pp. 496 y siguientes.
65 Véase Escola, Héctor Jorge. Tratado integral de los con tratos administrativos. Ob. cit., tomo
I, número 104; y Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho administrativo. Ob. cit., tomo III-A,
números 761 y siguientes.
66 Véase a De Laubadère, André, Franck Moderne y Delvolvé. Traité des contrats administratifs.
Ob. cit., volumen II, números 1273 y siguientes; y Richer, Laurent. Droit des contrats administratifs.
Ob. cit., números 351 y siguientes.
67 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sección tercera: sentencia del 2
septiembre de 2004, expediente 1996-04029 (14.578).
68 Véase Ariño Ortíz, Gaspar. Teoría del equivalente económico en los contratos administrativos.
Ob. cit., pp. 133 y siguientes y 146 y siguientes.
mico del contrato radica no solo en las particularidades que cada una
ofrece en relación con las condiciones que debe comportar la alteración
de las circunstancias tenidas en cuenta al momento de contratar, sino
también con la diversidad de efectos que su aplicación supone70.
VII . C o n c l u s i o n e s
Como resultado de los análisis y comentarios expresados en las páginas
anteriores, podemos extraer las siguientes conclusiones:
Preliminar
Las cuestiones relativas a la contratación del Estado —o al Estado— se
nos presentan como un asunto cargado de cotidianidad, por lo usual de
presencia en la rutina práctica de la burocracia pública, lo que permite
dejar de lado —sin que ello pueda tomarse como una posición de
1 Tal es el término por igual ilustrativo y preciso que emplea el maestro Eduardo García de Enterría en
su ensayo “La figura del contrato administrativo”. Revista de Administración Pública (RAP), Nº 41,
1963, p. 100, Madrid.
A su vez, ello hace dirigir la mirada hacia los “aspectos funcionales” que
operan jurídicamente para la construcción, expresión y ejecución de la
voluntad de los sujetos: lo que en espacio del Derecho administrativo
se patentiza en la noción del “procedimiento”. El procedimiento como
categoría impregna la totalidad del actuar administrativo o, para ser más
preciso en la afirmación, impregna la totalidad de las actuaciones del
Estado, pero con la connotación de garantía en favor del ciudadano
al cual sirve. Por ello, la existencia de las exigencias procedimentales,
como requisito esencial de validez de las decisiones públicas, es un dato
que también aparece en el escenario de la complejidad, unido a una de
sus principales consecuencias prácticas y jurídicas, el cual es el “control”
sobre las contrataciones —tanto en lo que concierne a sus formalidades,
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
92 como en lo que atañe a la ejecución, apuntando a los mecanismos de
responsabilidad—.
A través de la revisión de los aspectos más destacados sobre tales datos,
se propone el ejercicio de reflexión que se consigna en los términos que
siguen.
I . E l e s ta d o y s u s c o m p l e j i d a d e s
No es despreciable ni superfluo indagar sobre el sentido histórico de las
palabras, ya que, en muchas ocasiones, este se encuentra estrechamente
atado al sentido mismo de las ideas o instituciones cuyo significado ex-
presan o designan, tal como sucede en el caso del “Estado”. Así, pues,
resulta interesante y útil para el análisis realizar una breve referencia a
este punto, como primer movimiento hacia el objetivo que nos hemos
trazado.
El uso de la palabra “Estado”, con la connotación que universalmente
se le atribuye en la actualidad, se ubica durante los inicios del siglo XVI,
y la iniciativa de su empleo se atribuye a Nicolás Maquiavelo (en El
príncipe, de 1513). El autor la emplea para identificar “los dominios que
han tenido y continúan teniendo imperio sobre los hombres”. De este
modo, se acuña un neologismo para identificar a un fenómeno nuevo y
novedoso. Como explica Moles:
La aparición del Estado constituye, la gran novedad de la época mo-
derna, que precisamente se caracteriza por producirse en ella la gran
constelación de los Estados europeos […] Evidentemente el nombre de
Estado habría de servir para designar una formación política original, sin
identidad con otras anteriores (Reinos, Principados, Imperios). De esta
manera registraba una unidad política cuya existencia y persistencia era
independiente de la figura del Príncipe y del Rey, e incluso de las colec-
tividades sociales tales como la Iglesia, la Aristocracia o las Oligarquías,
Armando Rodríguez García
2 Véase Moles Caubet, Antonio. “Estado y Derecho (configuración jurídica del Estado)”. En Estudios
de Derecho público. Caracas: Universidad Central de Venezuela, Instituto de Derecho Público, 1997,
p. 79.
3 Heller, Hermann. Teoría del Estado. Sexta reimpresión. México D.F.: Fondo de Cultura Económica,
1971, p. 171.
4 El Derecho civil en la génesis del Derecho administrativo. Sevilla: Instituto García Oviedo, Universidad
de Sevilla, 1960, p.7.
5 Sobre el tema, se sugiere la lectura de dos obras de Manuel García-Pelayo que ofrecen una
visión integral del fenómeno: Las transformaciones del Estado contemporáneo (Alianza Editorial) y
El Estado de nuestro tiempo (Caracas: Fundación Manuel García-Pelayo, 2007).
6 Kingbury, Benedict, Nico Krisch y Richard B. Stuart. “El surgimiento del Derecho administrativo
global”. En El nuevo Derecho administrativo global en América Latina. Buenos Aires: Editorial Res
Publica Argentina (RPA), 2009, pp. 25 y 37.
8 Farías Mata, Luís Enrique. La teoría del contrato administrativo en la doctrina, legislación y
jurisprudencia venezolanas. Caracas: Gobernación del Distrito Federal, 1968, p. 15.
10 Meilán Gil, José Luis. “Para una reconstrucción dogmática de los contratos administrativos”. Anuario
da Facultade da Dereito da Universidade da Coruña, Nº 8, 2005, p. 510, La Coruña.
13 García de Enterría, Eduardo. Prólogo a la obra de M. Chinchilla, B. Lozano y S. Del Sanz. Nuevas
perspectivas del Derecho administrativo. Tres estudios. Madrid: 1992.
14 El Derecho administrativo y las relaciones entre particulares. Sevilla: Instituto García Oviedo,
Universidad de Sevilla, 1969, p. 15.
15 Meilán Gil, José Luis. El proceso de la definición del Derecho administrativo. Madrid: Escuela
Nacional de Administración Pública, 1967, p. 47.
16 Véase: Moles Caubet, Antonio. “Lecciones de Derecho administrativo”. Revista de la Facultad
de Ciencias Jurídicas y Políticas. Número 84, Universidad Central de Venezuela, 1992, p. 83 y
siguientes, Caracas.
Resumen: Los contratos públicos han sido objeto de recientes reformas lega-
les que han contribuido a consolidar que el hecho de que la administración
pública, para satisfacer el interés general, realice la actividad administrativa
con sujeción a la ley y al Derecho, y así ejerza las potestades atribuidas en el
ordenamiento jurídico, lo que supone que en unos casos pueda actuar con
aplicación preeminente del Derecho público y en otros casos actúe con apli-
cación preponderante del Derecho privado, con independencia del objeto del
contrato (obras, bienes o servicios) y que este se encuentre en soporte físico,
de papel, o en soporte electrónico, digital.
Palabras clave: Contratos – públicos – potestades administrativas – personas
públicas
Abstract: Public procurement has been the subject of recent legal reforms that
have helped to strengthen the Civil Service to meet the general conduct of
administrative activity subject to the law and the law, exercising the powers
conferred on the law and implying that in some cases can act pre-eminent
application of Public Law and in other cases leading acts of private law
enforcement, regardless of the contract (works, goods or services) and it is in
support of physical, paper, or electronic, digital.
Key words: Contracts – publics – administrative powers – public figures
I n t r o d u cc i ó n
Hace escasamente tres años, el Ejecutivo Nacional expidió el decreto
con rango, valor y fuerza de Ley de Contrataciones Públicas1, que vino
a llenar parcialmente un vacío en la regulación sobre los actos jurídicos
contractuales de los órganos del Estado, en virtud que tal marco norma-
tivo de origen jurisprudencial2, se había construido durante medio siglo,
10 Hernández-Mendible, Víctor R. “El régimen jurídico del procedimiento de selección y del expediente
administrativo de contratación”. En Ley de contrataciones públicas. Segunda edición actualizada y
aumentada. Caracas: Editorial Jurídica Venezolana, 2009, pp. 69-71.
11 Gaceta Oficial, Nº 5.394, 25 de octubre de 1999.
12 Hernández-Mendible, Víctor R. “Los contratos de obra pública, concesión de obra pública y
concesión de servicio público en Venezuela”. Revista de Derecho Público, 2007-1, 2007, pp. 343-
376, Buenos Aires.
13 Artículo 16 de la Constitución.
14 Artículo 162.1 de la Constitución.
15 Artículo 164.9 de la Constitución.
16 Artículo 164.8 de la Constitución.
17 Artículo 5 del decreto con rango, valor y fuerza de Ley de Promoción de la Inversión Privada bajo el
Régimen de Concesiones.
18 Artículo 16 de la Constitución y 2 de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, publicada en
Gaceta Oficial, Nº 6.015, de 28 de diciembre de 2010.
29 Artículo 37 del decreto con rango, valor y fuerza de Ley de Promoción de la Inversión Privada bajo el
Régimen de Concesiones.
30 Artículo 112 de la Ley de Contrataciones Públicas.
31 Artículo 38 del decreto con rango, valor y fuerza de Ley de Promoción de la Inversión Privada bajo el
Régimen de Concesiones.
32 La Corte Federal y de Casación en Sala Federal, a través de su sentencia del 18 de enero de 1937,
ha sostenido que la interpretación de un contrato debe regirse por el sentido de sus cláusulas, según
la legislación vigente al momento de ejecutarse.
33 Araujo-Juárez, José. Derecho administrativo general. Actos y contratos administrativos. Caracas:
Ediciones Paredes, 2011, p. 275.
34 La Corte Suprema de Justicia en Sala Político Administrativa, en su sentencia del 27 de enero de
1993, expresó: “La potestad de modificación unilateral, con el debido respeto al principio de la llamada
ecuación o equilibrio económico, fue también colocada dentro de la posibilidad de la Administración
de ejercer su supremacía en el negocio jurídico, por cuanto a través de ella la Administración puede
cambiar, de acuerdo con sus propios intereses, alguno o algunos de los elementos del contrato, no
solamente en sentido cuantitativo, sino también en ciertos casos, en sentido cualitativo”.
35 Artículo 39 del decreto con rango, valor y fuerza de Ley de Promoción de la Inversión Privada bajo el
Régimen de Concesiones.
36 Artículo 140 de la Constitución.
37 Artículo 106 de la Ley de Contrataciones Públicas.
54 Artículo 24 de la Constitución.
55 Artículo 49.1 de la Constitución.
56 Artículo 143 de la Constitución.
57 Artículo 143 de la Constitución.
58 Artículo 12 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
59 Artículo 70 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
60 Artículo 127 de la Ley de Contrataciones Públicas.
61 Artículo 190 de la Ley de Contrataciones Públicas.
62 Corte Federal y de Casación en Sala Federal, sentencia de 5 de diciembre de 1944.
63 Corte Federal y de Casación en Sala Federal, sentencia de 12 de noviembre de 1954.
II . L o s p r o b l e m a s e n l a c o n t r a t a c i ó n c o n
e l E s ta d o
El tema de la contratación con el Estado puede conducir a la aparición
de una multiplicidad de dificultades cuyo análisis excedería la extensión
de este trabajo. No obstante, en este subepígrafe se van a mencionar
algunos aspectos controversiales en dicha contratación. El primero, re- V í c t o r R a fa e l H e r n á n d e z - M e n d i b l e
lacionado con el aspecto subjetivo: quiénes pueden contratar por el Es-
tado; el segundo, vinculado con el aspecto material: cuál es el objeto que
persigue el contrato; el tercero, atinente al régimen jurídico aplicable a
los contratos; y, por último, la modalidad de procedimientos electróni-
cos de contratación.
los contratos que celebran son atribuibles a esta, como sujeto de derechos
y obligaciones.
Los órganos que ejercen el poder público estatal, actúan en nombre de
121
las entidades territoriales intermedias en la organización estatal y unidos Los avances y
integran la Federación de Estados81 —que tienen autonomía del Poder problemas de la
Federal y del Poder Municipal— y cada uno de ellos son personas ju- contratación
rídicas plenas, conforme a lo establecido en la Constitución82. En vir- con el Estado
tud de ello, sus órganos, el Ejecutivo Estatal, el Legislativo Estatal y el Progress and
Contralor Estatal, actúan en nombre del respectivo Estado, a quien le problems of
son imputables los derechos y las obligaciones y, por ende, quien es el contracting
responsable de los contratos que celebren dichos órganos. with the State
Los órganos que ejercen el poder público municipal, que constituye el
Poder Local, constitucionalmente representan a las entidades territo-
riales menores que son los municipios, que también tienen atribuida
autonomía y personalidad jurídica propia83. Estos actúan a través de sus
órganos Ejecutivo Municipal, Legislativo Municipal y Contralor Muni-
cipal, pero en todo caso serán los municipios los sujetos a quienes se
les imputan los derechos y las obligaciones, y serían, en consecuencia,
quienes asumen las obligaciones, deberes y derechos derivados de los
contratos que suscriben dichos órganos.
Todos los órganos antes mencionados ejecutan función administrativa a
los efectos de la contratación pública que será atribuible a la república,
el estado o el municipio respectivo.
Por otra parte, la administración pública existe en los tres niveles de
división territorial: nacional, regional o local y puede ser central o des-
centralizada funcionalmente. La central no tiene personalidad jurídica,
pues esta únicamente se encuentra atribuida a las entidades político- V í c t o r R a fa e l H e r n á n d e z - M e n d i b l e
territoriales de las que ellas son parte. En cambio, la descentralizada
funcionalmente se encuentra presente en cada uno de los mencionados
niveles y se manifiesta a través de los institutos autónomos, las socieda-
des mercantiles, las asociaciones y sociedades civiles, las fundaciones, las
cuales, aunque se consideran como integrantes de la administración pú-
blica, tienen atribuida personalidad jurídica propia y autonomía, en los
términos establecidos en los actos jurídicos de creación, de conformidad
con el ordenamiento jurídico.
En tal caso, estos entes descentralizados funcionalmente, al poseer per-
sonalidad jurídica, pueden ser titulares de derechos y adquirir obliga-
ciones, de manera independiente a los órganos de las personas morales
81 Artículos 4 y 16 de la Constitución.
82 Artículo 159 de la Constitución.
83 Artículo 168 de la Constitución.
93 Brewer-Carías, Allan R. “Nuevas consideraciones sobre el régimen jurídico de los contratos del
Estado en Venezuela”. En Los contratos administrativos. Contratos del Estado. Tomo I. Caracas:
Funeda, 2006, p. 464.
94 Corte Federal y de Casación en Sala Federal, sentencia del 5 de diciembre de 1944.
95 Respecto a este histórico debate, véase José Araujo-Juárez. Derecho administrativo general. Actos
y contratos administrativos. Caracas: Ediciones Paredes, 2011, pp. 257-259.
104 Hernández-Mendible, Víctor R. “La regulación para la consecución de objetivos de interés general
en el Estado de Garantía de Prestaciones, Derecho Administrativo y Regulación Económica”. En
Liber Amicorum en honor a Gaspar Ariño Ortíz. Granada: Comares, 2011.
V í c t o r R a fa e l H e r n á n d e z - M e n d i b l e
I . ¿ Q u é e s u n p r o c e s o d e s e l e cc i ó n ?
El anexo de Definiciones del Reglamento de la Ley de Contrataciones
del Estado1, en adelante el reglamento, conceptúa el proceso de selec-
ción como un procedimiento administrativo especial conformado por
un conjunto de actos administrativos, de administración o de hechos
administrativos que tienen por objeto la selección de la persona natural
o jurídica con la cual las entidades del Estado van a celebrar un contrato
para la contratación de bienes, servicios u obras.
Por su parte, la doctrina define un proceso de selección como “el proce-
dimiento administrativo de preparación de la voluntad contractual, por
el que un ente público en ejercicio de la función administrativa invita
a los interesados para que, sujetándose a las bases fijadas en el pliego
de condiciones, formulen propuestas de entre las cuales seleccionará y
aceptará las más convenientes”2.
Estos procedimientos, conforme con la Ley de Contrataciones del Es-
Sofía Prudencio Gamio
II . L a r e a l i d a d
Sofía Prudencio Gamio
II.1. Bases
El reglamento define las bases como aquellos documentos que contie-
nen el conjunto de reglas formuladas por la entidad convocante y que
especifican el objeto del proceso, las condiciones a seguir en la prepara-
ción y ejecución del contrato, y los derechos y obligaciones de los parti-
cipantes, postores y el futuro contratista.
Esta definición es compartida a nivel internacional, al considerarse las
bases como reglamentos a cuyas disposiciones deben sujetarse tanto el Es-
tado como los proveedores interesados. De esta manera, las bases se con-
vierten en el parámetro para medir la actuación de ambos protagonistas:
9 Casagne, Juan Carlos. El contrato administrativo. Segunda edición. Buenos Aires: Abeledo – Perrot,
2005, p. 98.
II.2. Convocatoria
Una vez que ha quedado claro que las bases son las reglas del proceso,
resulta lógico que estas deban ser conocidas para poder surtir efectos.
Esta difusión se denomina en doctrina “llamado” y resulta fundamental
pues “a través de él nace jurídicamente el procedimiento administrativo
en su faz externa a la administración y pone en vigencia toda la norma-
tiva que […] necesitaba de la publicación para su eficacia”10.
Ahora bien, el artículo 51 del reglamento establece que las bases deben
ser publicadas en el seace con ocasión de la convocatoria, bajo sanción
de nulidad.
Podría resultar curioso que una situación lógica como la indicada deba
ser protegida con la sanción de nulidad; sin embargo, casos como el que
veremos a continuación parecen sustentar la necesidad de precisar el
grave efecto de no registrar las bases en la misma oportunidad de la
convocatoria:
Otra variante es que el archivo que contiene las bases sea registrado
cifrado, o que las bases sean publicadas en forma incompleta. En este
escenario, los proveedores se ven obligados a recurrir a la entidad con-
vocante para solicitar la documentación faltante. Esta situación no solo
137
encarece la participación de postores, sino que limitaría la competencia. ¿Qué se requiere
realmente
En efecto, si bien formalmente se registró información, esta no puede ser para contar
conocida en su integridad o no se corresponde con el objeto contractual, con compras
lo que trasgrede el principio de publicidad, consagrado no solo en la nor- gubernamentales
mativa nacional sino también por la legislación comparada: más eficientes?
15 Morón Urbina, Juan Carlos. Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General. Octava
edición. Lima: Gaceta Jurídica, 2009, p. 60.
16 Comisión de Alto Nivel Anticorrupción. Lineamientos de trabajo… Ob. cit., p. 19.
III . C o n c l u s i o n e s
Las compras gubernamentales nunca serán solo un conjunto de pro-
cedimientos. En la medida en que deben ser articulados por personas,
este se constituye en factor vital para el éxito de aquellas. Si se tiene
eso en cuenta, y dada nuestra realidad, no es suficiente simplificar re-
glas o ajustar tiempos para obtener resultados eficientes en el corto
plazo. Por el contrario, los ejemplos mostrados permiten concluir que
los mayores esfuerzos deben apuntar a asegurar que el Estado cuente
con funcionarios técnicamente idóneos, conscientes del reto que supo-
ne invertir adecuadamente los recursos estatales. Elaborar la estrategia
de compra, preparar bases, conducir un proceso de selección, verificar
el cumplimiento del contratista y generar retroalimentación para evitar
Sofía Prudencio Gamio
19 El Índice de Percepción de Corrupción es un ranking que mide, sobre una escala del 0 (percepción de
muy corrupto) al 10 (percepción de ausencia de corrupción), los niveles de percepción de corrupción
en el sector público de cada país. Se trata de un índice compuesto, que se basa en diversas
encuestas a expertos y empresas acerca de qué tan profunda perciben la corrupción en funcionarios
y actores de la vida política de cada país. <http://www.transparency.org>.
* Es doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Mayor de la República Oriental del
Uruguay, profesor de Derecho Administrativo, de Informática Jurídica y de Derecho Telemático, y
director del Instituto de Derecho Administrativo en la Facultad de Derecho de dicha universidad.
También es profesor de Derecho Administrativo, director del Programa Master de Derecho
Administrativo Económico (PMDAE), profesor de Derecho Informático en la Facultad de Derecho
de la Universidad de Montevideo, profesor invitado del Instituto Nacional de Administración Pública
(España), visitante de la especialización en Derecho Administrativo de la Universidad de Belgrano
(Argentina), extraordinario visitante de la Universidad Católica de Salta (Argentina). Es autor de varios
libros y múltiples trabajos sobre temas de su especialidad, miembro del Instituto Uruguayo de Derecho
Administrativo, del Instituto de Derecho Administrativo de la Universidad Notarial Argentina, de la
Asociación Argentina de Derecho Administrativo, de la Asociación de Derecho Público del Mercosur,
de la Asociación Andrés Bello de juristas franco latino americanos, de la Asociación Iberoamericana
de Derecho Administrativo y de la Asociación Internacional de Derecho Administrativo, además de
secretario general del Foro Iberoamericano de Derecho Administrativo.
148 I n t r o d u cc i ó n
Es una realidad indiscutible que asistimos a transformaciones actuales
en la contratación del sector público1 determinadas principalmente por
la “convergencia tecnológica” de la informática y de las telecomunica-
ciones2 por un lado, y por la “convergencia jurídica” de los Derechos
administrativos3 por otro.
Dos aspectos de tales transformaciones que merecen especial atención
son el tránsito de los contratos administrativos a los contratos públicos y
la progresiva migración de la contratación convencional a la electrónica.
En cuanto al pasaje de los contratos administrativos a los contratos pú-
blicos, este implica dar vuelta definitiva a la página de la historia acerca
de la vieja oposición de origen francés entre los contratos administra-
tivos y los contratos privados de la administración. Para soslayar dicha
cuestión, sostuve siempre4, en concordancia con la más calificada doc-
trina uruguaya5, que era más apropiado hablar de contratos de la admi-
nistración o de contratación administrativa que de contratos adminis-
trativos, ya que esta última designación trae reminiscencias de la teoría
de la doble personalidad del Estado y no es útil ni desde el punto de
vista conceptual ni del Derecho positivo cuando no existen problemas
de jurisdicción.
La introducción de la categoría del contrato público tiene por objeto
aportar mayor amplitud que la que ofrece la del contrato de la admi-
nistración, entendido este como una forma de la actividad administra-
tiva cuyas notas específicas respecto al género contractual derivan de la
singularidad de la administración y de la presencia del fin público que
caracteriza su actuación.
Así, con firme apoyatura en el Derecho comunitario europeo
antecedente6, la nueva ley española 30/2007, del 30 de octubre de 2007,
establece en su artículo 2 que son contratos del sector público “los
informático. Tomo III. Montevideo: F.C.U, 2003, pp. 311 y siguientes; y “Acerca de la contratación
administrativa electrónica”. Revista Peruana de Derecho Administrativo Económico, Nº 1, Lima,
2006, pp. 153 y siguientes.
2 Delpiazzo, Carlos E. “Derecho de la informática y las telecomunicaciones”. En XXIX Curso de
Derecho Internacional (Organización de Estados Americanos). Washington, 2002, pp. 395 y
siguientes.
3 Cassese, Sabino. “El problema de la convergencia de los Derechos administrativos”. Revista
Actualidad en el Derecho Público, Nº 5, Buenos Aires, 1996, pp. 3 y siguientes.
4 Delpiazzo, Carlos E. Manual de contratación administrativa. Tercera edición actualizada. Tomo I.
Montevideo: Editorial Universidad, 1996, pp. 19 y 20; y “Contratación Administrativa”. Reedición
2004. Montevideo: U.M., 1999, pp. 13, 14 y 241.
5 Sayagués Laso, Enrique. Tratado de Derecho administrativo. Tomo I. Montevideo, 1963, p. 537; y
Prat, Julio A. Derecho administrativo. Tomo 3, vol. 2. Montevideo: Acali, 1978, pp. 209 y siguientes.
6 Razquin Lizárraga, Martín M. Contratos públicos y Derecho comunitario. Pamplona: Aranzadi, 1996,
pp. 243 y siguientes.
I. Convergencia jurídica
Para poner de manifiesto el fenómeno de la convergencia jurídica en
materia de contratación pública, se hará referencia a los acuerdos alcan-
zados en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC),
de la Unión Europea (UE) y del Mercado Común del Sur (Mercosur).
10 Delpiazzo, Carlos E. y María José Viega. Lecciones de Derecho telemático. Montevideo: F.C.U.,
2004, pp. 53 y siguientes.
11 Delpiazzo, Carlos E. “Adecuación del Derecho uruguayo a los requerimientos del comercio
electrónico”. En Derecho informático. Tomo II. Montevideo: F.C.U., 2002, pp. 83 y siguientes;
“Adecuación del Derecho a la necesidad de la firma electrónica”. Revista Informática y Derecho, vol.
7, Buenos Aires, 2001, pp. 113 y siguientes; y “Oportunidades y obstáculos del e-commerce”, en
Derecho informático. Tomo II. Montevideo: F.C.U., 2002, pp. 221 y siguientes.
12 Vigente desde el 1 de enero de 1996 (artículo 24, numeral 1).
13 Vigente desde el 30 de abril de 2004, fecha de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea
(artículo 83).
14 Medina, Teresa. “La contratación pública electrónica: balance actual de su regulación en Europa”.
En Fernando Galindo (coordinador). Gobierno, Derecho y tecnología: las actividades de los poderes
públicos. Ob. cit., pp. 535 y siguientes.
I.3. Mercosur
El Mercado Común del Sur fue fundado el 26 de marzo de 1991 como
un ámbito de integración intergubernamental (sin supranacionalidad)
mediante el tratado de Asunción suscrito por los representantes de Ar-
gentina, Brasil, Paraguay y Uruguay15.
En virtud de la Decisión del Consejo del Mercado Común 27/04, del 9
de diciembre de 2004, se aprobó el Protocolo de Contrataciones Públi-
cas del Mercosur16.
Interesa destacar que su artículo 1, numeral 2, destaca la importancia de
los principios generales de Derecho en la materia17, al prever que “Los
procesos de contrataciones públicas de bienes, servicios y obras públicas
deberán ser realizados de forma transparente, observando los principios
básicos de legalidad, objetividad, imparcialidad, igualdad, debido pro-
ceso, publicidad, vinculación al instrumento de la convocatoria, con-
currencia y los demás principios que concuerden con ellos”. A ellos se
agregan los de no discriminación (artículos 5 y 19, numeral 1) y defensa
de la competencia (artículo 28).
En cuanto a su ámbito de aplicación, el artículo 2 dispone que “El Proto-
colo se aplica a las contrataciones públicas que las entidades de todos los
niveles de gobierno federales y sub federales celebren para la adquisición
de bienes y servicios, cualquiera sea su combinación, incluidas las obras
C a r lo s E. D e l p i a z zo
15 Gros Espiell, Héctor; Carlos E. Delpiazzo y otros. El Derecho de la integración del Mercosur.
Montevideo: U.M., 1999, pp. 35 y siguientes.
16 No vigente en virtud de que, conforme al numeral cuarto de la Decisión del CMC, su efectiva aplicación
“estará subordinada a la aprobación de su Reglamento… y a su incorporación a los ordenamientos
jurídicos nacionales de los Estados Partes”, lo que no ha ocurrido.
17 Delpiazzo, Carlos E. Normas y principios de la contratación administrativa. Montevideo: F.C.U., 2002,
pp. 28 y siguientes; “Eficacia aplicativa de los principios generales de Derecho en la contratación
administrativa”. En Derecho administrativo. Tomo XIII, pp. 65 y siguientes; y “Los principios
generales en la contratación pública”. En Juan Carlos Cassagne y Enrique Rivero Isern (directores).
La contratación pública. Tomo I. Buenos Aires: Hammurabi, 2007, pp. 543 y siguientes.
18 Vicente Blanco, Dámaso Javier. “Administración electrónica y regulación estatal: problemas de
Derecho internacional privado contractual en materia de contratos electrónicos de consumo”. En
Fernando Galindo (coordinador). Gobierno, Derecho y tecnología: las actividades de los poderes
públicos. Ob. cit., pp. 562 y 563.
19 Delpiazzo, Carlos E. “Regulación del procedimiento administrativo electrónico”. En Procedimiento
administrativo electrónico. Montevideo: O.N.S.C., 1998, pp. 151 y siguientes; “Nuevo horizonte para
la automatización administrativa en Uruguay. A propósito de la aprobación del decreto 65/998 sobre
procedimiento administrativo electrónico”. Revista Derecho de la Alta Tecnología, Año X, Nº 116,
Buenos Aires, 1998, pp. 24 y siguientes; e “Informatización del procedimiento administrativo común”.
En VI Congreso Iberoamericano de Derecho e Informática. Montevideo, 1998, pp. 776 y siguientes.
20 Delpiazzo, Carlos E. y María José Viega. Lecciones de Derecho telemático. Ob. cit., pp. 79 y
siguientes.
21 Delpiazzo, Carlos E. Oportunidades y obstáculos del e-commerce. Ob. cit., pp. 221 y siguientes.
C a r lo s E. D e l p i a z zo
37 Sánchez Jiménez, Enrique. “El razonamiento cibernético como sistema de ayuda a la decisión
jurídica”. En Informática y Derecho, Nº 12-15, Mérida, 1996, pp. 1671 y siguientes; Guibourg, Ricardo
A. Informática jurídica decisoria. Buenos Aires: Astrea, 1993, pp. 215 y siguientes; y Guerrero,
María Fernanda. “Los sistemas jurídicos expertos: la inteligencia artificial aplicada al Derecho”. En III
Encuentro sobre la informática en las facultades de Derecho. Madrid, 1989, pp. 193 y siguientes.
38 Delpiazzo, Carlos E. Derecho informático uruguayo. Montevideo: Idea, 1995, pp. 45 y siguientes; “El
documento y la firma ante las N.T.I. en Uruguay”. En XVIII Jornadas iberoamericanas y XI jornadas
uruguayas de Derecho Procesal. Montevideo: F.C.U., 2002, pp. 734 y siguientes; “El documento
electrónico frente a la integración”. En VI Congreso Iberoamericano de Derecho e informática.
Montevideo, 1998, pp. 333 y siguientes; y “Documentación electrónica de los negocios en internet”.
En VIII Congreso Iberoamericano de Derecho e informática. México, 2000, pp. 462 y siguientes.
39 Delpiazzo, Carlos E. “Autenticación de las operaciones en internet”. En Derecho informático. Tomo I.
Montevideo: F.C.U., 2001, pp. 253 y siguientes; “Validez y eficacia de la firma electrónica”. En Tribuna
del abogado, Nº 117, Montevideo, 2000, pp. 16 y 17; “De la firma manuscrita a la firma electrónica:
un caso de impacto de la tecnología sobre el derecho”. Revista de Antiguos Alumnos del Instituto de
Estudios Empresariales de Montevideo, Año 4, Nº 1, Montevideo, 2001, pp. 76 y siguientes; “De la
C a r lo s E. D e l p i a z zo
42 Delpiazzo, Carlos E. “Derecho informático uruguayo”. Ob. cit., pp. 211 y 212.
43 Delpiazzo, Carlos E. y María José Viega. Lecciones de Derecho telemático. Ob. cit., pp. 119 y
siguientes.
44 Rico Carrillo, Mariliana. “Comercio electrónico, internet y Derecho”. Ob. cit., pp. 123.
45 Fernández, Gabriel. “Algunas reflexiones acerca del momento y lugar en que se constituye el
consentimiento. El sistema de la recepción y el del conocimiento”. Revista de la Asociación de
Escribanos del Uruguay, Tomo 81, Nº 1-6, Montevideo, 1995, pp. 53 y siguientes.
46 Mantero, Elías. “Perfeccionamiento del contrato y responsabilidad estatal en el procedimiento
licitatorio”. Revista de Derecho de la Universidad de Montevideo, Año II, Nº 4, Montevideo, 2003,
p. 129.
47 De Miguel Asensio, Pedro Alberto. Derecho privado de internet. Segunda edición. Madrid: Civitas,
2001, pp. 321 y 388 y siguientes.
48 Delpiazzo, Carlos E. y María José Viega. Lecciones de Derecho telemático. Ob. cit., pp. 141 y
siguientes.
49 Davara Rodríguez, Miguel Ángel. Manual de Derecho informático. Sexta edición. Navarra: Thomson
Aranzadi, 2004, pp. 227 y siguientes.
50 Guisado Moreno, Ángela. Formación y perfección del contrato en internet. Madrid: Marcial Pons,
2004, pp. 173 y siguientes.
IV . C o n c l u s i ó n
A modo de conclusión, cabe expresar que las nuevas tecnologías de la
C a r lo s E. D e l p i a z zo
51 Sayagués Laso, Enrique. “Tratado de Derecho administrativo”. Tomo I. Ob. cit., pp. 555 y siguientes.
52 Carbajal Victorica, Juan José. Consulta publicada en la Revista de Derecho Público y Privado,
Tomo 41, Montevideo, 1958, pp. 282 y siguientes.
53 Delpiazzo, Carlos E. “Regulación jurídica de las transferencias electrónicas de fondos”. Revista de
la Facultad de Derecho, Nº 2, Montevideo, 1992, pp. 11 y siguientes; “Transferencias electrónicas
de fondos. Los medios de prueba”. Revista Tributaria, Tomo XVI, Nº 90, Montevideo, 1989, pp. 216
y siguientes, y en Revista Felaban, Nº 74, Bogotá, 1989, pp. 73 y siguientes; y Derecho informático
bancario. Montevideo: IEEM, 1990, pp. 27 y siguientes.
C a r lo s E. D e l p i a z zo
54 Delpiazzo, Carlos E. “¿Hacia dónde va el Derecho de internet?”. En Derecho informático. Tomo IV.
Montevideo: F.C.U., 2004, pp. 247 y siguientes.
Abstract: The present work studies if the principle of the pacta sunt servanda
in public contracts has priority over the ius variandi (or the modification of
public contracts) principle. The objective is to achieve a synthesis of both
principles, through the study of the comparative law and doctrine that was
the origin of both principles. So, by mean of application of the legality prin-
ciple, the author tries to achieve a balance between both, notwithstanding
the preeminence of the principle of contract as a law, as he affirms.
Key words: Administrative contracts – Public contracts – Contract as a law –
Ius variandi – Principle of legality
I n t r o d u cc i ó n
Una nota apreciable en el estudio de la ejecución y la interpretación
de los contratos administrativos o de la administración es la puja que
se presentaría entre el principio lex inter partes, propio de todo acuerdo
* Es abogado y doctor en Derecho por la Pontificia Universidad Católica Argentina. Integró la sala I de
la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal durante quince años
y, en la actualidad, es juez de cámara retirado. Asimismo, es profesor titular ordinario de Derecho
Administrativo y director de la carrera de especialización de Derecho Administrativo Económico de
la Pontificia Universidad Católica Argentina. También ejerce como director del suplemento “Derecho
Administrativo” de la revista El Derecho de dicha facultad.
170 jurídico, y del ius variandi. En más de un caso, cuando de un contrato
público se trata, parecería que el principio liminar y preponderante
sería este último. Aquí se tratará de indagar el grado de inciden-
cia que dichos principios tienen en la referida materia, así como de
determinar si se puede llegar a un prudente criterio jurídico en su
aplicación, habida cuenta de que, si el contrato lo celebra el Esta-
do, se encuentra allí presente un componente fundamental de toda
actuación estatal: la observancia estricta del principio de legalidad
administrativa1.
Destaco que si bien utilizo la locución “contrato administrativo”, la
tomo como sinónima de la más moderna de “contrato público”2, co-
mún en los ordenamientos europeos, en el Derecho norteamericano y
en los modelos de contratos de organismo internacionales. Se trata de
una expresión que no solo comprende los típicos contratos administra-
tivos, sino también aquellos que se rotulaban de “Derecho privado de
la administración” (en realidad, la denominación correcta sería “con-
tratos regidos parcialmente por el Derecho privado”, porque el compo-
nente iuspublicístico nunca dejará de estar presente)3.
Mas no cabe duda de que, si el contrato está regido fundamentalmente
por el Derecho público, es ahí donde aparecerá en forma marcada la
prerrogativa del ius variandi.
1 Coviello, Pedro José Jorge. “Los contratos de Derecho privado de la Administración”. En Cuestiones
de contratos administrativos en homenaje a Julio Rodolfo Comadira. Buenos Aires: Ediciones RAP,
2007, pp. 225 y siguientes.
2 Coviello, Pedro José Jorge. “El criterio determinante del carácter administrativo de los contratos”.
En Autores varios. La contratación administrativa en Iberoamérica. Junta de Castilla y León,
2008. Véase también Benavides Russi, José Luis. “La internalización de los contratos públicos”. El
Derecho, diciembre de 2010; y Aguilar Valdez, Oscar. “Sobre las fuentes y principios del Derecho
global de las contrataciones públicas”. Artículo próximo a ser publicado en el número de aniversario
de la Revista de Derecho Administrativo publicada por la editorial Abeledo Perrot.
3 Coviello, Pedro José Jorge. Los contratos de Derecho privado de la administración. Véase también
¿Contratos administrativos o contratos públicos? La actualidad jurídica de los contratos estatales.
IV Congreso Internacional de Derecho Administrativo de Mendoza, celebrado del 15 a 17 de sep-
tiembre de 2010.
4 Dabin, Jean. Teoría general del Derecho. Edición en español. Madrid: Editorial Revista de Derecho
Privado, 1955, p. 41. Véase también del mismo autor La philosophie de l’ordre juridique positif. París:
Sirey, 1929, pp. 40 y siguientes, donde signó a la regla jurídica solo emanante de la autoridad estatal
y no de la voluntad de los particulares. Esta última obra fue, años más tarde, una de las bases
mencionadas al inicio de la nota, según así lo advirtió el autor. Es interesante señalar que Renard
escribió que “la ley y el contrato son las dos grandes fuerzas [ressorts] de la vida jurídica” (Renard,
Georges. La valeur de la loi. París: Sirey, 1928, pp. 81-82).
5 Coviello, Pedro José Jorge. “El acto administrativo a la luz de las fuentes del Derecho y como
sustento fundamental de la legalidad administrativa”. En El acto administrativo como fuente
del Derecho administrativo en Iberoamérica. Actas del VIII Foro Iberoamericano de Derecho
Administrativo. Florida: Congrex S.A., 2009, pp. 17 y siguientes.
P e d r o J o s é J o r g e Co v i e l lo
6 Sobre el carácter normativo del Derecho, véase el trabajo y las citas en Coviello, Pedro José
Jorge: “El Derecho: norma o realidad moral. A propósito de la tesis de Michel Villey”. Prudentia Iuris,
números 29-49.
7 Artículo 1134, primer párrafo: “Les conventions légalemente formées tiennent lieu de loi à ceux qui
les ont faites”.
8 Artículo 1091: “Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes y deben cumplirse al tenor de los mismos”.
9 Artículo 1372: “Il contratto ha forza di legge fra le parti”.
10 Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho administrativo. Tomo III-A. Cuarta Edición. Buenos Aires:
Abeledo Perrot, 1994, p. 440; Berçaitz, Miguel Ángel. Teoría general de los contratos administrativos.
Segunda edición. Buenos Aires: Desalma, 1980, pp. 347 y siguientes; Escola, Héctor Jorge. Tratado
integral de los contratos administrativos. Tomo I. Buenos Aires: Desalma, 1977, pp. 371 y siguientes;
y Mairal, Héctor A. La doctrina de los propios actos y la administración pública. Primera Edición.
Buenos Aires: Depalma, 1988, pp. 108 y siguientes.
11 Garrido Falla, Fernando. Tratado de Derecho administrativo. Volumen II. Décima edición. Madrid:
Tecnos, 1992, pp. 86-87; Santamaría Pastor, Juan Alfonso y Luciano Parejo Alfonso. Derecho
administrativo. La jurisprudencia del Tribunal Supremo. Primera edición. Primera reimpresión.
Madrid: Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, 1992, p. 413.
12 Véanse los autores y las obras citadas en las dos notas precedentes.
13 Mairal, Héctor A. “De la peligrosidad o inutilidad de una teoría general del contrato administrativo”.
El Derecho, septiembre de 1998.
14 Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho…Ob. cit., pp. 333-334.
15 Berçaitz, Miguel Ángel. Teoría… Ob. cit., p. 351.
16 Ibíd., pp. 391 y siguientes.
17 Mairal, Héctor A. La doctrina de los propios actos y la administración pública. Buenos Aires:
Depalma, 1988, pp. 108.
18 Cassagne, Juan Carlos. El contrato administrativo. Tercera edición. Buenos Aires: Abeledo Perrot,
2009, pp. 3-5.
19 Escola, Héctor Jorge. Tratado… Ob. cit., pp. 371 y siguientes.
20 Comadira, Julio Rodolfo y Héctor Jorge Escola. Derecho administrativo argentino. México: Porrúa,
2006, p. 673.
28 Benoit, Francis Paul. Le droit administratif français. Dalloz: 1968, pp. 655-659.
29 Ibíd., pp. 591-592.
30 En “Les contrats administratif tiennet-ils lieu de loi à l’Administration”. Recueil Dalloz, 24e, Cahier –
Chronicle, 1953, pp. 87-90.
31 París: Presses Universitaires de France (PUF), 1976.
32 Droit administratif, pp. 248-250.
33 Tomo I. Décimo segunda edición. París: PUF, 1992, pp. 410-411.
34 Moderne, Franck y Pierre Delvolvé. “Las transformaciones contemporáneas del contrato
administrativo en el Derecho francés”. Revista de Derecho Administrativo, 1991, números 7 y 8,
mayo-diciembre.
35 Garrido Falla, Fernando. Tratado de Derecho administrativo. Ob. cit., pp. 85-89.
36 Boquera Oliver, José María. Poder administrativo y contrato. Madrid: Escuela Nacional de
Administración Pública, 1970, p. 83.
37 García de Enterría, Eduardo y Tomás-Ramón Fernández. Curso de Derecho administrativo. Tomo
I. Quinta edición. Quinta reimpresión. Madrid: Civitas, 1991, pp. 662-663.
38 Ibíd., p. 664. El artículo del Código Civil español reza: “También quedará liberado el deudor en las
obligaciones de hacer cuando la prestación resultare legal o físicamente imposible”.
39 Meilán Gil, José Luis. La estructura de los contratos públicos. Norma, acto y contrato. Madrid: Iustel,
2008, pp. 185 y siguientes.
40 Ibíd., p. 243.
que tiene el Estado. Esto como consecuencia de que aquel es ley para
las partes, sin perjuicio de señalar la posibilidad de modificación unilate-
ral del contrato y, asimismo, como contrapartida, señala el principio del
equilibrio económico-financiero en favor del contratista43. En igual línea
177
puede situarse a Rodríguez Rodríguez, quien, al tratar los principios de El contrato
administrativo:
la contratación estatal, se remite, en primera instancia, a los principios
¿lex inter partes
generales del Derecho que guían la actuación administrativa en general.
o ius variandi?
Entre ellos, el principio de legalidad y el de equilibrio entre garantías y
prerrogativas, así como también los principios específicos de la mate- The
ria contractual, como son los de transparencia, los de economía, los de administrative
responsabilidad, los de ecuación contractual, el de interpretación de la contract: ¿Lex
contratación estatal y el de selección objetiva44. inter partes o
ius variandi?
En el Derecho peruano (ley 26850 o Ley de Contrataciones y Adqui-
siciones del Estado, texto ordenado por el decreto supremo 012-2001-
PCM) no se contiene un principio en favor o en contra de uno u otro
principio mencionado, aunque ciertas normas contenidas tanto en
aquella ley (artículo 42), como en el reglamento de la Ley de Contrata-
ciones y Adquisiciones del Estado (artículos 135 y 136, decreto supremo
013-2001-PCM) habilitarían la posibilidad del ejercicio del ius variandi
al reconocer la potestad de introducir adicionales, reducciones y amplia-
ciones a las prestaciones. Lo cierto es que, a mi juicio, el principio del
pacta sigue vigente en primer término.
En efecto, en primer término, el artículo 117 del reglamento establece
en uno de sus párrafos que “el contrato es obligatorio para las partes y se
regula por las normas de este Título y, supletoriamente, por las normas
del Código Civil”. Y, precisamente, el Código Civil peruano establece
sobre la ejecución de los contratos: “Artículo 1361.- Fuerza vinculatoria
del contrato. Los contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado
en ellos.” Y seguidamente se establece: “Artículo 1362.- Buena fe y co-
mún intención de las partes. Los contratos deben negociarse, celebrarse
y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común intención de las
partes”.
P e d r o J o s é J o r g e Co v i e l lo
43 Vidal Perdomo, Jaime. Derecho administrativo. Décima edición. Bogotá: Temis, 1994, pp. 198-199.
44 Rodríguez Rodríguez, Libardo. Derecho administrativo. General y colombiano. Décimo quinta
edición. Bogotá: Temis, 2007, pp. 424-425.
45 Me remito a Sanz Rubiales, Íñigo. “Algunos problemas de la regulación de los contratos públicos en
el Derecho peruano”. En Autores varios: Derecho administrativo. Lima: Jurista Editores, 2004, pp.
647 y siguientes.
46 Danós Ordoñez, Jorge.“El régimen de los contratos estatales en el Perú”. En Autores varios:
Derecho administrativo contemporáneo. Ponencias del II Congreso de Derecho administrativo. Lima:
Palestra Editores, 2007, pp.63 y siguientes, especialmente pp. 95-96.
47 Fraga, Gabino. Derecho administrativo. Trigésimo tercera edición. México: Porrúa, 1994, p. 402.
48 Prat, Julio A. Derecho administrativo. Tomo III, volumen II. Montevideo: Acali, 1978, pp. 300-301.
49 Delpiazzo, Carlos E. Derecho administrativo uruguayo. México: Porrúa, 2005, pp. 221-223.
50 Lopes Meirelles, Hely. Direito administrativo brasileiro. Vigésimo segunda edición. São Pablo:
Malheiros, 1998, p. 202.
51 Bandeira de Mello, Celso Antônio. Curso de direito administrativo. Cuarta edición. São Pablo:
Malheiros, 1993, pp. 287-289.
52 En “La contratación administrativa: un retorno a las fuentes clásicas del contrato (a propósito de
la distinción contrato administrativo /contrato civil de la administración)”. Revista de Administración
Pública. Centro de Estudios Constitucionales, 1978, número 86, mayo-agosto, pp. 569 y siguientes,
Madrid.
53 Wehberg, Hans. “Pacta sunt servanda”. American Journal of International Law, 1959, p. 775.
54 Di Matteo, Larry A. “The history of natural law theory: transforming embedded influences into a
fuller understanding of modern contract law”. University of Pittsburgh Law Review, 1999, pp. 839 y
siguientes, especialmente la página 884.
55 Sharma, K. M. “From ‘sanctity’ to ‘fairness’: an uneasy transition in the law of contracts”. New York
Law School Journal of International Law and Comparative Law, 1999, pp. 95 y siguientes.
56 Foulkes, David. Administrative law. Octava edición. Londres: Butterworths, 1995, pp. 440 y
siguientes.
57 Keyes, W. Noel. Goverment contracts. Segunda edición. St. Paul: West Publishing Co, 1990,
especiamente las páginas 432 y siguientes; y Foulkes, David. Administrative Law (cita).
58 “No State shall [...] pass any [...] law impairing the obligations of contracts”.
59 17 U.S. (4 Wheaton) 518, 1819.
60 25 U.S. (12 Wheaton) 213, 1827. Véase Nowak, John E. y Ronald D. Rotunda. Constitutional Law.
West St. Paul, Minnesota: 1991, p. 397.
61 He seguido, aparte de la exposición de Nowak y Rotunda, la del profesor Laurence H. Tribe. American
constitutional law. Segunda edición. Nueva York: Mineola, 1988, pp. 618-619.
69 Ibíd., p. 39.
70 Nassar, Nagla. Sanctity of contracts revisited: a study in the theory and practice of long-term
international commercial transactions. Dordrecht, Boston: M. Nijhoff, 1995, pp. 142-143.
71 “Intecar S.C.A. c/ Ferrocarriles Argentinos s/ cobro ordinario sobre mayores costos”, del 28 de junio
de 1979.
72 “Marocco y Cía. S.A.C.I.F.I.C.A. c. Dirección Nacional de Vialidad s. ordinario”, sentencia del 9 de
febrero de 1989.
73 “NECON S.A. c. Dirección Nacional s. ordinario”, sentencia del 4 de junio de 1991, fallos: 314:491.
74 “Montes, José Antonio y Empresa Hidráulica Argentina (INHAR) c. Municipalidad de Quilmes”,
sentencia del 25 de agosto de 1992, fallos: 315:1760.
75 “Pradera del Sol c/ Municipalidad de General Pueyrredón”, del 2 de diciembre de 2004, fallos:
327:5356.
brevinientes, dado que muchos de los contratos a los que nos referimos
son de larga extensión temporal. Por ejemplo, una concesión de servicio
público o un contrato de obra pública.
81 Hauriou, Maurice. La jurisprudente administrative de 1892 à 1929. Tomo III. París: Sirey, 1929,
pp. 470-481.
82 Long, M., P. Weil, G. Braibant, P. Delvolvé y B. Genevois. Les grands arrêts de la jurisprudence
administrative. Décima edición. París: Sirey, 1993, pp. 125 y siguientes.
83 Marienhoff. Óp.cit. Tomo III-A, pp. 395-396.
84 Ibíd., pp. 398-400.
85 Cassagne, Juan Carlos. El contrato administrativo. Tercera edición. Buenos Aires: Abeledo Perrot,
2009, p. 94.
86 Véase también del mismo autor “Las prerrogativas de poder público en los contratos administrativos”.
En Autores varios. La contratación administrativa en España e Iberoamérica. Junta de Castilla y
León. Londres, 2008, pp. 49 y siguientes.
87 Mata, Ismael. “Prerrogativas de la administración en la contratación pública”. En Autores varios.
La contratación administrativa en España e Iberoamérica. Junta de Castilla y León. Londres, 2008,
pp. 25 y siguientes.
88 La cita provine de Comadira y Escola. Derecho administrativo argentino, p. 679.
89 Como escribió Farrando, “dentro de esos límites se encuentran aquellas premisas fundamentales
que circunscriben a toda la actividad administrativa discrecional: límites técnicos, razonabilidad,
buena fe y abuso o desviación de poder” (Potestades y prerrogativas en el contrato administrativo,
p. 766).
90 Reglamento de contrataciones del Estado, aprobado por el decreto 5720/72, inciso 84.
91 Ley de obras públicas número 13.653, artículos 29, 30 y 38.
98 Causa E.286.XXII: “Espacio S.A. c. Ferrocarriles Argentinos s. cobro de pesos”, sentencia del 22 de
diciembre de 1993, fallos: 316:3157.
99 “Carl Chung Ching Kao c/ Provincia de La Pampa”, del 25 de septiembre de 2001.
100 “El Rincón de los Artistas c/ Htal. Nac. Alejandro Posadas”, del 30 de septiembre de 2003.
101 “Cardiocorp SRL c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires”, del 27 de diciembre de 2006. En
una disidencia del juez López en la causa “Credimax” (fallos: 317:1340), se dijo que el principio de
legalidad “importa la vinculación y sujeción de la Administración Pública al bloque de la legalidad,
[principio] que se integra no solo con las normas de rango jerárquico superior —a partir de la
Constitución, artículo 31— y reglamentos que emite, sino también con los actos unilaterales y
bilaterales que, ceñidos a las normas mencionadas, dicta o asume” (énfasis añadido).
102 De Laubadère. Óp.cit., pp. 406-407.
103 Rivero, Jean. Droit administratif. Octava edición. París: Dalloz, 1977, p. 51. Otra edición que he
utilizado es la décimo octava, escrita con la colaboración de Jean Waline (París: Dalloz, 2000).
109 Ibíd.
110 González-Varas-Ibáñez, Santiago. Ob. cit., pp. 29-63, pp. 67 y siguientes, entre otras. Asimismo,
del mismo autor, El Derecho administrativo europeo. Sevilla: Instituto Andaluz de Administración
Pública, 2000, pp. 53 y siguientes.
111 Ibíd., pp. 67 y siguientes.
I n t r o d u cc i ó n
La inexistencia de un buen sistema de vigilancia en el uso de los re-
cursos públicos coadyuva a la creación de ambientes propicios para la
corrupción. La Ley de Contrataciones del Estado ha introducido im-
portantes mecanismos que permiten una adecuada supervisión, pero en
otros casos los cambios producidos no favorecen la transparencia en las
adquisiciones del Estado.
La construcción de un sistema de contrataciones en nuestro país ha per-
mitido empezar a sentar las bases para facilitar el control social y reducir
parcialmente la corrupción y orientación de los procesos de selección
por parte de funcionarios del Estado encargados de las compras públicas.
Este es un camino en el que hay mucho por hacer. Lo avanzado hasta el
Ana Teresa Revilla Vergara
1 En <http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/ApoyComisiones/informes.nsf/InformesPorComisionEspecial
/449CFC9835F6BF300525784F005D43B7/$FILE/ATTLIHH3.pdf>.
2 En <http://www3.weforum.org/docs/WEF_GlobalCompetitivenessReport_2010-11.pdf>.
3 El nombre del indicador es institutions.
4 Schwab, Klaus. “World Economic Forum. The Global Competitiveness Report 2010 –2011”, p. 368.
En <http://www3.weforum.org/docs/WEF_GlobalCompetitivenessReport_2010-11.pdf)>.
opinión:
¿En su país, cuán común es para las firmas hacer pagos adicionales o
sobornos vinculados con?:
− importaciones y exportaciones;
− utilidades públicas;
− pago del impuesto anual;
− concesión de contraltos públicos y licencias;
− obtención de decisiones judiciales favorables.
5 Ibíd., p. 370.
39 España 5,0
66 Perú 4,1
71 Brasil 4,0
74 El Salvador 3,9
90 Colombia 3,6
91 México 3,6
6 Ibíd., p. 372.
1 Suecia 6,0
21 Chile 44,3
24 Uruguay 4,1
57 España 3,2
73 Perú 2,9
74 Brasil 2,9
83 México 2,8
Este es un tema sobre el que nos queda todavía mucho por recorrer. A
Ana Teresa Revilla Vergara
7 Ibíd., p. 373.
II . L e y d e C o n t r a t a c i o n e s d e l E s t a d o
El sistema de contrataciones que se ha venido impulsando en el país
durante los últimos años intenta ordenar el tema de las adquisiciones
para garantizar imparcialidad, transparencia y publicidad de los proce-
sos de selección para adquirir bienes, servicios u obras8. Si bien en esto
8 El artículo 4 de la Ley de Contrataciones (decreto legislativo 1017) recoge los principios de promoción
del desarrollo humano, moralidad, libre concurrencia y competencia, imparcialidad, razonabilidad,
eficiencia, publicidad, transparencia, economía, vigencia tecnológica, equidad y sostenibilidad
ambiental.
9 Tomamos como referencia las ideas del ingeniero Luis de la Flor, de la osce.
10 Este fue el caso de un ex ministro de Economía, quien tenía una empresa que se benefició con
importantes procesos de selección mientras ejercía el cargo.
2002 387
2003 805
Ana Teresa Revilla Vergara
2004 987
2005 1592
2006 1941
2007 2348
2008 2534
2009 2585
2010 2603
2011 2492*
Fuente: Elaboración propia sobre datos del seace.
* Al 10 de mayo de 2011.
Suministros
consultoría
Servicio de
Servicios
Seguros
Totales
Bienes
bienes
Obras
Año
2004 334 18 719 850 6 030 306 2 130 11 229 1 365 3 182 44 145
2005 1 284 46 979 1 887 10 281 534 7 144 4 807 31 945 408 105 269
2006 1 526 59 714 2 923 11 757 560 9 884 5 922 43 535 0 135 821
2007 1 537 74 041 5 152 16 181 564 11 266 98 45 869 0 154 708
2008 1 711 94 378 7 972 18 131 563 15 337 2 486 58 254 0 198 834
Ana Teresa Revilla Vergara
16 En <http://www.seace.gob.pe/Default.asp?_pageid_=20&_contentid_=79>.
17 Como mínimo, el Plan Anual de Contrataciones debe contar con el siguiente contenido: el objeto de
la contratación, la descripción de los bienes, servicios u obras a contratar y el correspondiente código
asignado en el catálogo, el valor estimado de la contratación, el tipo de proceso que corresponde al
objeto y su valor estimado —así como la modalidad de selección, la fuente de financiamiento, el tipo
de moneda, los niveles de centralización o desconcentración de la facultad de contratar, y la fecha
prevista de la convocatoria (artículo 7 del reglamento de la Ley de Contrataciones, decreto supremo
184-2008-EF).
18 La cuarta disposición complementaria final señala que “Las entidades comprendidas en la presente
norma quedan prohibidas en lo sucesivo de suscribir o prorrogar contratos de servicios no personales
o de cualquier modalidad contractual para la prestación de servicios no autónomos. Las partes están
facultadas para sustituirlos antes de su vencimiento, por contratos celebrados con arreglo a la
presente norma”.
19 En <http://www.seace.gob.pe/Default.asp?scriptdo=PKU_PROCESOS_PLAN_ANUAL.doview&ag_
eue_codigo=6&ag_anho=2011&ag_codigo=1&_CALIFICADOR_=PORTLET.1.103.0.20.79&_
REGIONID_=1&_PORTLETID_=103&_ORDERID_=0&_PAGEID_=20&_CONTENTID_=79&_
USERID_=<!--USERID-->&_PRIVILEGEID_=1>.
20 En <http://www.seace.gob.pe/Default.asp?_CALIFICADOR_=PORTLET.1.103.0.20.79&_
REGIONID_=1&_PORTLETID_=103&_PRIVILEGEID_=1&_ORDERID_=0&_PAGEID_=20&_
CONTENTID_=79&_USERID_=%3C%21--USERID--%3E&_EVENTNAME_=&_OBJECTFIRE_=&_
OBJECTEVENT_=&scriptdo=PKU_PLAN_ANUAL.doview&ag_anho=2011&ag_desc=gobierno+regi
onal+de+ancash>.
208
Valor estimado de los procesos de selección en los planes anuales de contrataciones de las entidades del sector público
Arrendamiento Consultorías Servicio de Servicios en
Año Bienes Obras Seguros Servicios Suministros Totales
de bienes obras consultoría general
2004 38 740 062 5 651 697 195 204 252 788 2 436 206 052 162 101 842 243 486 011 2 646 938 920 825 435 889 1 252 010 882 13 460 869 641
2005 78 697 715 8 711 271 974 200 615 950 3 749 941 370 284 354 564 369 506 281 473 383 376 2 815 669 789 79 699 934 16 763 140 952
2006 81 667 882 16 067 603 284 268 756 056 6 269 986 456 293 431 506 444 907 303 329 987 908 3 468 046 480 0 27 224 386 875
2007 98 320 153 13 454 497 868 465 914 921 7 812 888 946 234 953 553 579 654 144 4 116 373 5 447 766 032 0 28 098 111 991
2008 130 934 535 34 201 538 356 603 474 333 10 565 130 073 306 080 167 692 202 013 205 977 047 11 528 146 153 0 58 233 522 696
2009 0 28 594 110 804 1 027 895 487 18 155 950 025 0 0 10 359 667 193 0 0 58 137 623 509
2010 0 17 278 522 477 961 358 505 18 039 771 098 0 0 9 519 773 796 0 0 45 799 425 877
2011 0 14 002 638 423 461 972 400 9 070 975 525 0 0 5 811 875 650 0 0 29 347 461 998
21 Entre ellas, pueden citarse el mejoramiento de la capacidad resolutiva de los servicios del puesto
de salud (Jimbe) del distrito de Cáceres del Perú (Santa, Ancash), por un valor estimado de
S/. 2 501 595,25; la construcción y el mejoramiento de la infraestructura educativa del Instituto Superior
Tecnológico Eleazar Guzmán Barrón (Huaraz, Ancash), por un monto estimado de S/. 4 337 211,85;
la reconstrucción y el equipamiento de la institución educativa pública Santa Inés (distrito de Yungay,
Ancash), por un monto estimado de S/. 11 203 387,80; el mejoramiento y la ampliación del sistema
de riego Ruricocha (distrito de Acochaca, provincia de Asunción en la región Ancash), por un monto
estimado de S/. 5 135 355,58; el mejoramiento del sistema de irrigación Mishacocha-Cashan-Allma
(provincia de Huaraz, Ancash), por un monto estimado de S/. 4 726 293,62. En <http://www.seace.
gob.pe/Default.asp?scriptdo=PKU_PROCESOS_PLAN_ANUAL.doview&ag_eue_codigo=33&ag_
anho=2011&ag_codigo=1&ag_desc_proc=%&av_proc_name=&ag_currenpage=1&_CALIFIC
ADOR_=PORTLET.1.103.0.20.79&_REGIONID_=1&_PORTLETID_=103&_ORDERID_=0&_
PAGEID_=20&_CONTENTID_=79&_USERID_=<!--USERID-->&_PRIVILEGEID_=1>.
muchos los casos en los que los periodistas de investigación han identi-
ficado “procesos dirigidos” o a un postor beneficiado, de un momento a
otro, con muchos procesos.
211
La ley obliga a las entidades públicas a utilizar el seace “sin perjuicio La transparencia
de la utilización de otros regímenes especiales de contratación estatal, en la ley de
según se establezca en el Reglamento” (artículo 68). contrataciones
del Estado
Señala además que “El Reglamento establecerá los criterios de incor-
poración gradual de las Entidades al Sistema Electrónico de Contrata- The
ciones del Estado (seace), considerando la infraestructura y condicio- transparency
nes tecnológicas que éstas posean o los medios disponibles para estos in state
efectos” (artículo 68). En el seace aparece el registro de la cantidad de procurement
procesos convocados desde 2005 a la fecha. law
* Estas cifras corresponden a los procesos convocados, no a los que fueron adjudicados.
** No se registran datos.
*** al 10 de mayo de 2011.
2005 4 897 749 658 1 136 831 576 954 656 351 531 560 860 9 728 521 750 485 439 651 066 532 3 213 746 788 12 145 825 723
2006 5 540 624 166 1 389 178 081 1 511 202 482 1 041 752 228 25 314 775 1 515 821 404 1 152 833 157 6 472 136 653 18 648 862 946
2007 6 374 737 875 1 775 159 010 2 916 282 602 1 703 315 146 14 448 787 1 730 004 591 992 259 103 3 433 299 384 18 939 506 498
2008 6 364 899 002 2 317 080 737 5 122 069 678 2 214 031 867 20 132 775 2 444 622 440 616 492 154 22 752 547 974 41 851 876 628
2009 14 697 893 962 2 753 280 148 7 537 982 242 3 226 656 886 18 493 228 5 349 723 371 1 295 138 079 20 259 889 908 55 139 057 823
2010 12 564 672 863 3 169 096 673 6 316 587 738 3 470 450 546 47 074 536 7 504 531 351 2 549 244 599 5 039 882 152 40 661 540 458
2011 5 713 473 306 902 966 177 649 377 312 287 099 302 3 597 969 376 625 117 92 412 180 2 500 881 939 10 526 433 302
Licitación pública
Concurso público
Bienes
= 400 000
Obras
Adjudicación directa Pública < de 400 000 < de 400 000 < de 1 800 000
Selectiva <= de 200 000 <= de 200 000 <= de 900 000
28 “Artículo3 inc.3.3 […] la presente norma no es de aplicación para: […] h) Las contrataciones cuyos
montos, sean iguales o inferiores a tres (3) Unidades Impositivas Tributarias, vigentes al momento de
la transacción; salvo que se trate de bienes y servicios incluidos en el Catálogo de Convenios Marco”.
29 Córdova Schaefer, Jesús. La nueva ley de contratación del Estado. Lima: Ediciones Caballero
Bustamante, 2009, pp. 38-39.
Año
ADP
ADS
AMC
BP
CMA
CME
CONV
CP
CPI
CPN
DIR
DU 020-2009
DU 041-2009
DU 078 2009 (AD)
DU 078 2009 (AMC)
DU 078 2009 (CP)
DU 078 2009 (LP)
EXO
INTER
LP
LPI
LPN
PES
PFN
RES
RES
SEIPS
TOTALES
2005 2 485 12 932 110 111 0 0 0 991 969 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 157 0 989 5 194 0 0 0 0 3 129 836
2006 3 044 17 223 143 141 0 12 217 7 047 1 227 0 0 101 0 0 0 0 0 0 1 503 79 1 393 2 63 61 237 0 0 0 175 350
2007 3 225 21 680 177 418 0 83 1 467 2 236 1 162 0 0 951 0 0 0 0 0 0 1 757 948 1 734 0 0 183 72 0 0 0 212 916
2008 4 025 29 967 234 021 0 54 972 2 533 1 302 0 0 854 0 0 0 0 0 0 1 963 1 197 2 244 0 0 14 0 0 0 0 279 146
2009 6 282 37 188 78 250 0 303 1 125 1 648 1 901 0 0 882 3 619 2 363 533 255 187 2 434 1 200 3 469 0 0 14 0 0 0 0 138 656
2010 6 058 34 607 57 023 0 75 1 064 433 1 967 0 0 973 1 823 3 215 608 397 234 2 083 56 3 255 0 0 6 0 0 702 0 113 580
2011 1183 6 754 12 255 0 32 332 203 364 0 0 359 0 6 8 0 0 4 591 410 751 0 0 1 0 0 281 0 23 534
35 Cuando la apelación se haya interpuesto ante el Tribunal de Contrataciones del Estado, el titular de
la entidad está obligado a remitir el expediente correspondiente dentro del plazo máximo de tres días
desde que esta ha sido requerida. El incumplimiento de dicha obligación por parte de la entidad será
comunicado a la Contraloría General de la República.
III . C o n c l u s i o n e s y r e c o m e n d a c i o n e s
1. Al encontrarse en una situación intermedia en comparación con los
otros países del mundo en relación con los indicadores de “desviación
de fondos públicos”, “pagos irregulares y sobornos”, “despilfarro del
Ana Teresa Revilla Vergara
36 Artículo 105, decreto supremo 184-2008-EF (reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado).
37 Córdova Schaefer, Jesús. Ob. cit., p. 188.
I . E s ta d o d e l a c u e s t i ó n
I.1. El contrato administrativo, una figura controvertida
El contrato ocupa un lugar destacado en la ciencia del Derecho, tam-
bién en el ámbito del Derecho administrativo. No es necesario insistir
en su razonamiento. Por lo que a este se refiere, la categoría del contrato
administrativo ha sido objeto de polémica que ha llegado hasta nuestros
días1. Desconocida o negada en diferentes ordenamientos públicos, con
regímenes jurídicos no coincidentes de carácter sustantivo o jurisdiccio-
nal, el titular del poder, a lo largo de la historia, ha utilizado la técnica
4 En nuestros días, la figura del comisario del gobierno en el contencioso ha causado perplejidad en la
Unión Europea, que ha acogido la de abogado general inspirado en aquella.
5 Confróntese en ese sentido Wade, H. Administrative law. Sexta edición. Oxford University Press,
1989, p. 26.
6 Procurement regulations.
7 G.L. Christian & Associates v. United States, 1963, 1965.
8 Confróntese Villar Palasí y Villar Ezcurra. Principios de Derecho administrativo. Tomo III. Madrid:
Universidad de Madrid, 1983, p. 22.
9 García de Enterría-Fernández, T-R. Curso de Derecho administrativo. Tomo I. Sexta edición.
Madrid: Civitas, 1993, pp. 659 y siguientes.
del de la civil14.
II . U n a a p r o x i m a c i ó n d e s d e l a p e r s p e c t i v a
d e l D e r e ch o p ú b l i c o
II.1. Elementos para reformulación de las categorías
Para un jurista, se ha dicho, el contrato administrativo es un desafío
permanente porque requiere una continua reconstrucción jurídica,
tanto legal como jurisprudencial26. Incluso para quienes sostienen que
la sustantividad del contrato administrativo —en singular— es un “fal-
so problema planteado por la doctrina”, no deja de reconocerse que
“los contratos de la Administración tienen una serie de connotaciones
J o s é Lu i s M e i l á n G i l
23 Confróntese Meilán Gil, J. L. La estructura…, pp. 21-22, con citas de Belluga, Vázquez de Menchaca,
Dou y Basiguientesols.
24 Como ejemplo, véase Laubadére, Moderne y Devolvé. Traité des contrats administratifs. Segunda
edición. París : L.G.D.J., 1983, p. 29.
25 Confróntese Martín Retortillo, S. El Derecho civil en la génesis del Derecho administrativo y sus
instituciones. Sevilla: Instituto García Oviedo, 1960, pp. 173 y siguientes, que se refiere al oberbegriff
del contrato y razona con la desigualdad de posiciones —existente también en algunos casos de la
contratación civil—.
26 Ariño, G. “El enigma…”., p. 101. Confróntese Meilán Gil, J. L. “Para una reconstrucción dogmática
de los contratos administrativos”. En Anuario de la Facultad de Derecho, Nº 8, 2005, pp. 505 y
siguientes, Universidade da Coruña.
Todos los contratos del sector público en una parte y los administrativos
en su totalidad están predeterminados normativamente. El principio de
38 El artículo 2 declara que los contratos del sector público “están sometidos a la presente ley en la
forma y términos previstos en la misma [sic]”.
39 Confróntese Memoria, 2004, p. 104.
40 STS del 25 de julio de 1989 (artículo 6114). Ponente: excelentísimo señor Francisco González
Navarro.
41 Artículo 22.
42 Artículo 93.
47 Artículo 74.
48 Artículo 75. Recogiendo una sugerencia del Consejo de Estado, se mantiene una referencia al
mercado mediante la correcta estimación para el efectivo cumplimiento del contrato.
49 Artículo 76.
50 Artículos 77 a 82.
51 Artículos 83 a 92.
52 Artículo 122.
53 Artículo 164.
54 Confróntese Meilán Gil, J. L. La distinción entre norma y acto administrativo. Madrid: ENAP, 1967,
pp. 45 y siguientes.
55 Confróntese Meilán Gil, J. L. La estructura…, pp. 171 y siguientes.
56 En ese sentido, véase el dictamen del Consejo de Estado de 16/11/1995.
57 La ley 7/1998 del 13 de abril, que traspuso la directiva 93/13/CEE del Consejo del 5 de abril, no es de
aplicación a los contratos administrativos, modificada puntualmente por la ley de enjuiciamiento civil.
Confróntese Martínez de Aguirre Aldaz. Curso de Derecho civil. Derecho de obligaciones. Madrid:
Colex, 2000, pp. 389 y siguientes.
58 Artículo 134. Es una constante de la regulación de los contratos administrativos, como se expuso en
anterior apartado.
59 Artículo 193.
60 Artículo 194.
61 Se prescinde aquí del examen del completo bloque normativo que responde al proceso de desarrollo
de la LCSP. Confróntese Meilán Gil, J. L. La estructura…, pp. 167 y siguientes.
62 Confróntese Meilán Gil, J. L. La estructura…, pp. 19-52.
66 Boquera Oliver, J. M. La selección de contratistas. Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1963, pp.
153.
67 Monedero Gil, J. I. Doctrina del contrato del Estado. Madrid: Instituto de Estudios Fiscales, 1977.
68 Ibíd., p. 255.
69 Ibíd., p. 256.
70 Artículo 27,1 de la LCSP. En análogos términos se expresaba el artículo 54 de la ley 13/1995 del 18
de mayo de contratos de las administraciones públicas.
71 Confróntese Martínez López y Muñiz, J. L. “Naturaleza de los contratos públicos a la luz del Derecho
español: su fundamento y consecuencias”. En Derecho administrativo. Homenaje al profesor M. J.
Marienhoff. Buenos Aires: 1998, pp. 947-969.
72 Confróntese J. L. Martínez López y Muñiz. Ibíd., pp. 953.
73 Confróntese J. L. Martínez López y Muñiz. “La adjudicación…”, p. 700.
74 Ibíd., p. 713.
75 Véase Martínez López y Muñiz. “La adjudicación…”; y Casagne y Rivero Ysern (directores). La
contratación pública… Para los primeros resulta ilustrativa la teoría del acto condición. (Véase Jèze,
G. Los principios generales del Derecho administrativo. C. García Oviedo [traductor]. Madrid: Reus,
1928, pp. 55-58). Para los otros, la teoría del acto necesitado de aceptación, supra.
76 Confróntese J. L. Martínez López y Muñiz, “Los contratos…”, p. 955.
77 Crítica de Ariño (“El enigma…”, p. 88) a la tesis de López y Muñiz que, entiendo, no se ajusta al
contenido de esta.
78 El artículo 79,1 del TRLCAP y el 129 de la LCSP dicen que “las proposiciones de los interesados
deberán ajustarse al pliego de cláusulas administrativas particulares”.
mo, indivisible, del ente jurídico que llamamos “contrato”, que deviene
ley entre las partes. La voluntad del particular, en este caso, es condición
de validez.
82 J. Tornos, en su Comentario…, primera edición, p. 275, hablaba de “dos actos jurídicos que se
producen en un mismo momento (acto unilateral de adjudicación y negocio contractual), actos que
suponen la finalización del procedimiento administrativo y el nacimiento de la relación contractual”.
En la segunda edición (pp. 294-295), reconociendo su problematicidad dogmática, habla de un acto
que “posee una doble eficacia. Por un lado es el acto final del expediente administrativo y, por otro,
es el acto que perfecciona una relación contractual que inicia en este momento su vida jurídica”.
83 Confróntese Meilán Gil, J. L. “Para una reconstrucción dogmática de los contratos administrativos”.
Anuario de la Facultad de Derecho, Nº 8, 2005, pp. 505-518, Universidad de A Coruña.
84 Confróntese Baca Oneto, V.S. La invalidez de los contratos públicos. Cizur Menor, Navarra:
Thomson-Civitas, 2006, en la literatura reciente.
85 La STJCE del 3 de abril de 2008 (asunto C-444/06) resolvió que no es conforme al Derecho
comunitario que no se prevea “un plazo de espera obligatorio entre la adjudicación del contrato y
su celebración”. Resulta discutible la identificación que hace entre formalización —posterior a la
adjudicación— y celebración. Esta se encuentra subsumida en la adjudicación. En ese sentido,
véase Meilán Gil, J. L., en su prólogo a Pernas García, J. J. Las operaciones in house y el Derecho
comunitario de contratos públicos. Madrid: Iustel, 2008.
86 Confróntese Laubadere, A., F. Moderne y P. Devolvé. Traité des contrats administratives. Tomo 2.
Vigésimo quinta edición. París : L.G.D.J, 1984, pp. 1035 y siguientes.
87 Confróntense Boquera “La selección…”, p. 182 y siguientes; Solas. Contratos…, pp. 231 y
siguientes; Macera. “La teoría…”, p. 62 y siguientes, todos con amplia exposición de la doctrina y la
jurisprudencia.
88 Boquera, “La selección…”, p. 209.
89 Confróntese Meilán. “El proceso de la definición del Derecho administrativo”. Administración pública
en perspectiva. Madrid: ENAP (1967) y Universidad de A Coruña (1996), pp. 39-41.
La cláusula de progreso de los servicios públicos. Madrid: I.E.A., 1968; sobre las respuestas del
Derecho español, francés e italiano al conflicto del gas y la electricidad en el siglo XIX.
94 STS del 27 de marzo de 1986.
95 Confróntese Meilán Gil. “Sobre el acto administrativo y los privilegios de la administración”.
Administración pública en perspectiva. Universidade da Coruña, 1996, pp. 391 y siguientes.
96 Confróntese Ariño, Teoría…, pp. 229-230, con cita de doctrina francesa sobre el changement de
nature.
97 Ibíd., p. 225.
98 STS del 11 de octubre de 1979 (RJ 1979/3448).
99 Confróntese Villar Excurra y Martí Badaroux en los Comentarios… de Ariño, p. 800.
100 Confróntese Meilán. Progreso tecnológico y servicios públicos. Thomson-Civitas, 2006.
101 Confróntese STS del 11 de abril de 1984 (RJ. 1984/1920)
102 El residuo de desigualdad posicional dentro del contrato evidenciado por la potestad —mejor que
prerrogativa y más todavía que privilegio— que reconoce la ley en los contratos administrativos se
contrapesa por el juego del equivalente económico. En ello consiste, en palabras de Ariño, una de
las peculiaridades del contrato administrativo: “la reconstrucción de la igualdad contractual por la vía
económica”. En El enigma… p. 16.
103 En el dictamen 1629/91 de 23-I-92 se dice que “gran parte de las modificaciones contractuales son
referibles a motivaciones que desnaturalizan la institución”.
104 STS del 22 de junio de 1982 (artículo 2323). En la STSJ Madrid del 9 de marzo de 2001 (RJ
2001/909) se dice que esa potestad “concebida en salvaguarda del interés general, ha devenido
frecuentemente, por causa de un empleo indebido, en conveniencia para el contratista”.
I n t r o d u cc i ó n
Cuando celebramos nuestro cumpleaños o cuando se produce un acon-
tecimiento trascendente en nuestras vidas, nuestros amigos y familiares
suelen darnos regalos. Muchas veces, los regalos son de nuestro agrado,
* Es abogado de la Pontificia Universidad Católica del Perú y especialista en Contratación Pública.
Además, es ex funcionario del osce, de la Contraloría General de la República y consultor BID.
Actualmente, se desempeña como asesor legal del Programa de Apoyo a la reforma del Sector Salud.
248 pero otras tantas no —a pesar de que nos puedan ser útiles—. Lo cierto es
que algunos de estos regalos terminan en el armario sin que les demos uso,
hasta que, un día y por casualidad, los encontramos y nos damos cuenta
de que nos pueden servir de alguna u otra manera, por lo que procedemos
a desempolvarlos y emplearlos de diversas o particulares formas.
Algo similar ocurre con las compras corporativas: se incorporaron a la
normativa, fueron novedad en su momento —e incluso materia de dis-
cursos presidenciales—, pero luego se dejaron de utilizar porque no nos
dimos cuenta de su real utilidad —las “guardamos en el armario”—, y
ahora nos corresponde sacarlas nuevamente, hacer notar su utilidad en
las compras públicas y darles el lugar que debieron tener desde un inicio.
Durante la década de los noventa, en el Perú existía una serie de normas
que regulaban la contratación pública; sin embargo, no contábamos con
un real sistema de contrataciones y adquisiciones del Estado. Por el con-
trario, la disparidad de las normas —muchas de ellas emitidas atendiendo
a situaciones específicas— no permitían que existiera un control adecua-
do del gasto público en lo que a bienes, servicios y obras públicas se refiere,
y sirvieron para disfrazar los actos de corrupción en el sector público.
Recién en el año 1998 entró en vigencia la ley 26850 (Ley de Contra-
taciones y Adquisiciones del Estado), con lo que se dio inicio al proceso
de unificación de la normativa y de los regímenes coexistentes hasta en-
tonces y se creó el Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones
del Estado (consucode).
La contratación pública supone un mecanismo por el cual el Estado se
relaciona con terceros a efectos de obtener servicios, bienes u obras para
el cumplimiento de sus objetivos, metas o funciones. Esta relación se
plasma mediante un contrato denominado “contrato administrativo” o
“de la administración”.
Según Dromí1, “los contratos de la administración resultan: a) del ob-
jeto del contrato, es decir, las obras y los servicios públicos cuya realiza-
ción y prestación constituya precisamente los fines de la administración;
Sandro Hernández Diez
1 DROMÍ, Roberto. Derecho Administrativo. Décima edición. Buenos Aires: Editorial Ciudad, 2004,
pp. 474-475.
2 Los márgenes de negociación que podría tener el Estado serán tratados en el desarrollo de este
trabajo, como parte de las ventajas que otorgan las compras corporativas al Sistema de Compras
Públicas.
3 Un ejemplo sencillo es el siguiente: al momento de adquirir computadoras, las entidades suelen exigir
que tengan determinadas características —como, por ejemplo, determinado número de puertos,
quemadores, altas capacidades de memoria, etcétera—, lo que, evidentemente, tienen incidencia en el
precio. El asunto es que, en estricto, los usuarios finales de las referidas computadoras no requieren de
dichos instrumentos o capacidades debido a la naturaleza de sus funciones y al volumen de información
que procesan. Incluso, por razones de seguridad, las áreas de sistemas de las entidades en cuestión
desactivan dichas funciones en los equipos, con lo cual se demuestra que la real necesidad no fue bien
determinada y que el Estado terminó comprando bienes innecesarios y caros.
I . D e l a s c o m p r a s c o r p o r at i va s
Por definición, la compra corporativa es la modalidad de selección me-
diante la cual las entidades del Estado —ya sea a través de un convenio
interinstitucional (facultativa) o por mandato legal (obligatoria)— se
agrupan para adquirir bienes o contratar servicios de manera conjunta,
al aplicar un proceso de selección único y centralizado, con el objeto de
reducir los costos de transacción y aprovechar las economías de escala4.
4 Hernández, Sandro. “Compras corporativas: alternativa para el ahorro y uso eficiente de los recursos del
Estado”. Comunicando. Boletín Virtual de Contratación Estatal, 2005. En <www.consucode.gob.pe>.
5 Extraído de Compras corporativas: alternativa para el ahorro y uso eficiente de los recursos del
Estado, propuesta peruana presentada por el autor de este artículo en la Conferencia Internacional
“Modernización y retos de la contratación pública en el Perú ante los procesos de integración”,
organizada por el consucode en 2005.
6 Los procedimientos establecidos con ocasión del Plan Piloto del decreto supremo 046-2006-PCM
deberían ser retomados y mejorados, a fin de la eficiente determinación de los bienes o servicios y
las entidades que deben formar parte de una compra corporativa obligatoria.
7 Algunos operadores ven las compras corporativas como un proceso complejo sin que esto sea cierto.
Además, no cuentan con la experiencia ni los conocimientos necesarios para manejar un proceso de
esta naturaleza. Por su parte, la falta de planificación de las entidades es quizás el principal escollo
que debemos solucionar para aprovechar al máximo esta modalidad. Basta con detenernos en lo
que a compras estatales se refiere para entender que esta falta de planificación ha significado una
inadecuada determinación de los bienes y servicios que debieron ser considerados en los procesos
de compras corporativas.
8 Claro ejemplo de la necesidad de un liderazgo para el éxito de las compras corporativas es la función
que viene desempeñando el Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del
Estado (fonafe), el cual agrupa a las empresas estatales bajo su respectivo ámbito y establece
procedimientos específicos — que incluyen lineamientos para la programación y ejecución de las
compras corporativas— que favorecen el desarrollo de las compras.
11 El presente artículo constituye una actualización del artículo “Compras corporativas: alternativa para
el ahorro y uso eficiente de los recursos del Estado”, publicado por el mismo autor en Comunicando.
Boletín Virtual de Contratación Estatal en 2005 y en la página web del entonces consucode.
Asimismo, aquel texto tuvo como base la propuesta peruana “Compras corporativas: alternativa
para el ahorro y uso eficiente de los recursos del Estado”, presentada por el autor de este artículo
en la Conferencia Internacional “Modernización y retos de la contratación pública en el Perú ante los
procesos de integración”, organizada por el consucode en 2005.
Abstract: The bidding procedure is the general rule in contracts with the
Government, through competition among different offers the Administra-
tion can get the best products (goods, services, work) at the most conve-
nient price. That contractual bond must respond to certain general principles,
mainly focused on public transparency. Society has the right to know what
is contracted, with whom, under what conditions. For that reason, legality,
advertising, access to the information and bona fide are established nowadays
as columns of the contractual structure. A summary of the main rules and
interpretations is due to understand what in practice has been given to these
principles.
Key words: Bidding – administrative – contracts – tendered procedure – good
faith – public procurement
1 Comadira, Julio. Licitación pública. Segunda edición. Buenos Aires: Lexis Nexis, 2006, p. 117
2 Ibíd., pp. 117 y 118.
3 Ibíd., pp. 130-139; Fiorini, Bartolomé. Derecho administrativo. Tomo I. Buenos Aires: Abeledo
Perrot, 1976, pp. 607-608; Gordillo, Agustín. Tratado de Derecho administrativo. Parte general,
tomo I, décima edición. Buenos Aires: FDA, 2009, capítulo VII-43. / Bandeira de Mello optó por
esta interpretación, al señalar que, al contrario de los particulares que disponen de amplia libertad
para adquirir, enajenar, arrendar, contratar la ejecución de obras o servicios, el poder público, para
hacerlo, debe adoptar necesariamente un procedimiento preliminar determinado rigurosamente y
preestablecido legalmente. En Curso de Derecho administrativo. México DF: Porrúa –unam, 2006, p.
459.
4 Comadira, Julio R. Derecho administrativo. Buenos Aires: Lexis Nexis, 2003, p. 275; Farrando,
Ismael. “La contratación administrativa: normas y principios”. Documentación y Administración N°
267-268, inpa, septiembre 2003-2004, pp. 313 y siguientes, Madrid; Salomoni, Jorge Luis. “El
instituto de la licitación pública en el sistema de derecho positivo argentino: sus principios rectores”.
Revista de Actualidad de Derecho Público, Nº 10, 1999, p. 95, Buenos Aires.
II . E f e c t o s d e l a o m i s i ó n d e l p r o c e d i m i e n t o
l i c i tat o r i o
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha utilizado la categoría del
“acto inexistente” en el análisis de diversos casos en los que los contra-
tos administrativos se celebraron sin cumplir el procedimiento previo, al
atribuirle a la forma el carácter de “requisito esencial de su existencia”.
Es el medio elaborado por el ordenamiento jurídico para garantizar el
regular cumplimiento de interés público que justifica la actividad pú-
blica, y para hacer efectivas las garantías que protegen a los derechos e
intereses de los ciudadanos respecto de aquel comportamiento.
Por ello, la contratación como una expresión más del actuar jurídico
de la administración configura el resultado de un procedimiento que
se articula mediante diferentes etapas: es el procedimiento contractual
administrativo el que, al proyectarse sobre la esfera jurídica de los parti-
culares, debe desenvolverse con estricta sujeción a las garantías de igual-
dad y debido proceso legal11.
Las particularidades del Derecho administrativo concuerdan con el
principio general vigente en el Derecho privado, en el sentido de que los
contratos que tengan una forma determinada por las leyes no se juzgarán
M i r i a m M a b e l I va n e g a
13 En cuanto a la publicidad, puede verse Ivanega, Miriam M. “Apuntes de la licitación pública”. Revista
de Derecho Público, 2006-I, Santa Fe; Rubinzal Culzoni, 2006, p. 127. También CSJN, fallos: 311:750
y causa Finmecánica Spa Aérea Alenia Difesa c/ Ministerio de Defensa, de la CNFed.CAdm., sala I,
M i r i a m M a b e l I va n e g a
con la cual el demandante no había celebrado ningún convenio– y no se ofreció prueba sobre los
registros contables”. Fallos 326:1280.
18 Canda, Fabián O. La importancia del elemento… Ob. cit., p. 46.
19 En similar sentido véase Canda, Fabián. Ibíd., p. 51.
20 Acerca de la revocación en sede administrativa del contrato celebrado en violación a las formas
legales, puede verse Warning SA c/ Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), CNFed
C.Adm., sala IV, del 5 de noviembre de 2002.
21 Gordillo, Agustín. Tratado de Derecho administrativo. Tomo III. Buenos Aires: Fundación de
Derecho Administrativo, 2004, p. XI-22 y siguientes.
22 Christe, Graciela E. y Ramiro Sánchez Correa. “Nuevamente en torno al precedente de Ingeniería
Omega S.A.”. JA. Suplemento Derecho Administrativo, 2007-IV, Lexis Nexis, p. 17 y siguientes.
23 El artículo 7 de la ley 19.549 (Ley Nacional de Procedimientos Administrativos, después de la reforma
introducida por el decreto 1.036/2001) establece: “Los contratos que celebren las jurisdicciones
y entidades comprendidas en el Sector Público Nacional se regirán por sus respectivas leyes
especiales, sin perjuicio de la aplicación directa de las normas del presente título, en cuanto fuere
pertinente”. Comadira ha señalado que la aplicación directa dispuesta por esa norma, refuerza el
criterio según la cual los contratos son concebidos por la ley como actos administrativos. Véase
Comadira, Julio R. Derecho administrativo. Buenos Aires: Lexis Nexis, 2002, pp. 46-47.
24 Suárez, Gladys G. “Acerca de la inexistencia contractual y sus consecuencias jurídicas”. Revista
Argentina del Régimen de la Administración Pública –Rap, Nº 344, pp. 105-113.
M i r i a m M a b e l I va n e g a
25 Entre los autores que rechazan la figura de la inexistencia en el Derecho argentino, véase Marienhoff,
Miguel S. El Derecho administrativo argentino hoy. Ciencias de la administración. Buenos Aires:
1996, p. 21; Escola, Héctor J. Compendio de Derecho administrativo. Volumen I. Buenos Aires:
Depalma, 1984, p. 530; Comadira, Julio R. Procedimientos administrativos. Ley de Nacional de
Procedimientos Administrativos, anotada y concordada. Tomo I. Buenos Aires: La Ley, 2003, p. 279
y sigueintes; Cassagne, Juan C. Derecho administrativo. Tomo II. Buenos Aires: Abeledo-Perrot,
1998, p. 184 y siguientes; Hutchinson, Tomás. Ley Nacional de Procedimientos Administrativos.
Ley Nº 19.549. Comentada, anotada y concordada. Tomo I. Buenos Aires: Astrea, 1997, p. 310. Los
que aceptan esta teoría en el Derecho administrativo son Fiorini, Bartolomé. Derecho administrativo.
Tomo I. Buenos Aires: La Ley, 1968; Gordillo, Agustín. Tratado de Derecho administrativo. Tomo
III. Buenos Aires: Fundación Derecho Administrativo, 2004.
26 Comadira, Julio R. La licitación pública. Buenos Aires: Lexis Nexis, 2006, p. 271.
27 Coincidimos con Gladys Suárez en que “el argumento central del precedente de la Corte no se
asienta en la nulidad de la contratación sino en su inexistencia. Sin embargo, el a quo soslaya tal
circunstancia, al equiparar ambos institutos para aplicar los efectos del primero”. Suárez, Gladys.
“Acerca de la inexistencia contractual…”. Ob. cit.
III . T r a n s pa r e n c i a y p u b l i c i d a d
Estos principios, como todos los que informan el procedimiento licita-
torio, trascienden esta etapa y se proyectan sobre la vigencia de todo
el contrato administrativo. Sin perjuicio de ello, en la formación de
la voluntad administrativa cobran una especial virtualidad en cuanto
constituyen los cimientos sobre los que debe reposar las interpretaciones
posteriores entorno al alcance de prorrogativas y derechos.
Los contratos administrativos en su formación y ejecución constituyen
uno de los ámbitos más vulnerables en materia de corrupción; confluyen
M i r i a m M a b e l I va n e g a
28 Considerando 4.
29 En sentido similar, Suárez, Gladys G. “Acerca de la inexistencia contractual…”. Ob. cit. La citada
autora propicia la aplicación a los contratos administrativos del criterio civilista defendido por Borda,
en el sentido de que la obligación de restituir no proviene de la nulidad en sí misma, sino del título
que invoque cada parte sobre la cosa entregada. El fundamento de la restitución reposa en la
subsistencia del derecho preexistente al acto nulo.
32 Los reglamentos generales son (1) de Audiencias Públicas, (2) para la Publicidad de la Gestión de
Intereses, (3) para la Elaboración Participativa de Normas, (4) del Acceso a la Información Pública y
(5) de Reuniones Abiertas de los Entes Reguladores de los Servicios Públicos.
33 La norma también contempla los casos que pueden exceptuarse de proveer la información requerida:
si una ley o decreto así lo establece; si fuera expresamente clasificada como reservada (seguridad,
defensa o política exterior); que pudiera poner en peligro el correcto funcionamiento del sistema
M i r i a m M a b e l I va n e g a
34 Comadira, Julio R. La licitación pública. Ob. cit., p. 9. También Fiorini Bartolomé e Ismael Mata.
Licitación pública, selección del contratista estatal. Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1972.
35 En ese sentido, véase Sayagues Lazo, Enrique. La licitación… Ob. cit., p. 101.
36 PTN dictámenes 177:78; 252:183. El decreto 1023/01 prevé en su artículo 8 que, cuando la
complejidad o el monto de la contratación lo justifique, a juicio de la autoridad competente, el llamado
deberá prever un plazo previo a la publicación de la convocatoria, para que los interesados formulen
observaciones al proyecto de pliego de bases y condiciones particulares.
37 Dictámenes PTN 207:343; 233:525.
38 Dictámenes PTN 178:127.
V. E l p r i n c i p i o d e l a b u e n a f e
El principio cardinal de la buena fe hace exigible, por un lado, a la admi-
nistración que no incurra en prácticas que impliquen comprometer los
intereses superiores que ella está obligada a preservar y, como contrapar-
tida, el contratista debe comportarse con diligencia, prudencia y buena
fe, habida cuenta de su condición de colaborador de la administración
en la realización de un fin público.
Estas expresiones, vertidas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación
en la causa Actuar Agrupación Consultores Técnicos Universitarios
Argentinos S.A. y otros c/ Agua y Energía Eléctrica Sociedad del Estado
s/ contrato administrativo47 del año 2002 son reflejo del significado que
cabe asignar a ese principio en materia contractual.
Está enraizado en las más sólidas tradiciones éticas y sociales de nuestra
cultura, y una de sus derivaciones es el derecho de todo ciudadano a
la veracidad ajena y al comportamiento leal y coherente de los otros.
Así, el ejercicio de todo derecho debe tener lugar dentro de los límites
impuestos por dicho principio, traspasados los cuales aquel deviene abu-
sivo y, por ende, no resulta amparado por la justicia48.
M i r i a m M a b e l I va n e g a
49 CSJN, fallos 305:1011; 311:971; 315:158; 319:469; 326:2625; 326:2686; 326:3135; 328:2004;
329:809.
50 CSJN, fallos 327: 4723.
51 CSJN, fallos 329:4944.
52 Ivanega, Miriam Mabel. Instituciones de Derecho administrativo. Bogotá: UEC, 2011.
53 En ese sentido, véase también PTN, dictámenes 163:477; 213:147; 251:283.
pretativo62.
Bajo ese enfoque, se rechazó la interpretación que convalida una mo-
dificación unilateral de los términos contractuales, cuando su alcance
no se compadece con la conducta observada por la administración con
58 CSJ de Santa Fe, Cía. Estudios y Construcciones Ingeniero Rodolfo José Cornero c/Provincia de
Santa Fe s/Recurso contencioso administrativo de plena jurisdicción, del 27 de mayo de 1987.
59 CSJN, fallos 307:2216; 314:363.
60 CSJN, fallos 329:809.
61 PTN, dictámenes 262:548.
62 CSJN, fallos 300:273; 322:2966; 327: 4723 (dictamen del procurador).
69 CSJN, fallos 300:909; 307:1602; 308:72; 308:191; 310:2117; 323:3035; 329:755; 329:5793.
70 CSJN, fallos 325:1787. En sentido similar, CSJ de Santa Fe, Construcciones Río Paraná SRL c/
Provincia de Santa Fe s/ Recurso contencioso administrativo de plena jurisdicción, del 29 de
diciembre de 2004.
71 Fallos 327:5073 (dictamen Procuración General de la Nación).
72 Fallos 329:3986; disidencia de los doctores Elena I. Highton de Nolasco y Ricardo Luis Lorenzetti del
dictamen de la Procuración General, al que remitió la disidencia.
73 PTN, dictámenes: 213:314.
74 Cnacaf, sala II, 26 de octubre de 1999, Universal Services S.A. c/ Banco Central de la República
Argentina s/ proceso de conocimiento.
* Es subdirector de subasta inversa del Organismo Supersivor de las Contrataciones del Estado
(OSCE).
278 I n t r o d u cc i ó n
En diciembre de 2004, con la entrada en vigencia del Reglamento de la
Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, aprobado por el de-
creto supremo 084-2004-PCM, se introducen en la legislación nacional
las modalidades de selección por subasta inversa y el Convenio de Mar-
co de Precios, con el fin de modernizar la gestión del Estado, de hacer
más eficientes las compras estatales, de simplificar los procedimientos y
de garantizar su transparencia.
La subasta inversa tiene origen en Brasil, en el modelo del pregón elec-
trónico1, aunque ha sido adaptada a la realidad peruana; busca utilizar
un proceso público expeditivo en el que solo se califique el precio que
ofrecen los postores.
En el Perú, desde noviembre de 2005, cuando se realizó la primera su-
basta inversa, a diciembre de 2010, se han adjudicado por esta modali-
dad 30 mil procesos2 que suman un monto de S/. 5 416 millones, y han
generado ahorros por más de S/. 385 millones.
Cabe indicar que varios países de la región, como Paraguay, Ecuador,
Colombia, México y Panamá, en los últimos años vienen implemen-
tando esta modalidad con muy buenos resultados: han generado mayor
transparencia y eficiencia en sus contrataciones.
1 Cabe indicar que el pregón electrónico es una modalidad de contratación de bienes y servicios que
se viene aplicando con éxito en Brasil desde los últimos diez años. En tal período se han convocado
alrededor de 173 mil procesos con transacciones por un monto total de US$ 50 mil millones, que han
generado ahorros por US$ 12 500 millones.
2 Aproximadamente 23 mil subastas inversas presenciales y 7 mil electrónicas.
3 Licitaciones Públicas, Concursos Públicos, Adjudicaciones Directas Públicas, Adjudicaciones
Directas Selectivas y Adjudicaciones de Menor Cuantía.
6 El catálogo electrónico está a cargo del OSCE. Es publicado y difundido a través del sease y contiene
las fichas con las características de los bienes y servicios en las que son ofertados bajo la modalidad
del Convenio Marco.
II . S u b a s t a i n v e r s a p r e s e n c i a l
La subasta inversa presencial se desarrolla a lo largo de tres etapas: la
Convocatoria, el Registro de Participantes, y el Acto Público de Presen-
tación de Propuestas, Puja y Otorgamiento de Buena Pro.
7 En el Sobre de Habilitación deberá presentarse toda aquella documentación requerida para participar
y que se indica en las Bases y en la Convocatoria del proceso. Los Requisitos de Habilitación
dependen del bien o del servicio común y tienen como finalidad verificar que el postor esté legalmente
habilitado para proveerlos.
III . S u b a s t a i n v e r s a e l e c t r ó n i c a
La subasta inversa electrónica se desarrolla en cuatro etapas: la
Convocatoria, el Registro de Participantes, Registro y Presentación
de Propuestas, la Apertura de Propuestas y Período de Lances, y el
Otorgamiento de Buena Pro.
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
284 En el caso de Licitaciones Públicas y Concursos Públicos, la etapa de Re-
gistro de Participantes, Registro y Presentación de Propuestas no podrá
ser de un plazo menor de ocho (08) días hábiles; en el de Adjudicaciones
Públicas y Selectivas, no menor de cinco (05) días hábiles y, en el de
Adjudicaciones de Menor Cuantía, no menor de dos (02) días hábiles.
Dicha etapa se realiza desde el día siguiente de la convocatoria hasta la
fecha y la hora señaladas en el calendario para tales efectos, y se efectua-
rá a través del seace.
Lo innovador de la subasta inversa electrónica es el hecho de que los
proveedores ingresen al sistema a través de una contraseña que se les
asignó al inscribirse en el Registro Nacional de Proveedores. Así pueden
registrarse como participantes en el proceso y registrar y presentar su
propuesta sin la necesidad de acudir personalmente al local de la entidad
La Apertura de Propuestas y Período de Lances se realizará a través del
seace. Una vez culminada dicha etapa, el sistema registrará los resulta-
dos y el orden de prelación de los postores, y se generará y publicará el
acta electrónica con el detalle del desarrollo de dicha etapa. En el acta
se consignan los lances en línea que realizan los postores con el fin de
mejorar sus ofertas en el lapso de tiempo establecido en las bases —no
puede ser menor de dos horas—, así como los mensajes que el sistema
ha enviado durante la mejora de precios.
Un aspecto que merece resaltarse es el hecho de que, una vez publicada
el acta, esta es de acceso público: a través del seace se pueden ver los
documentos presentados por cada uno de los postores en el sobre de
habilitación.
Es posible que dos o más postores ofrezcan el menor precio. Si esto su-
cede, el sistema realiza un sorteo para determinar el orden de prelación,
es decir, para definir cuál de los postores empatados se constituye como
Lu i s M i g u e l B o s s a n o Lo m e l l i n i
ganador.
Luego el comité especial deberá proceder a la apertura del sobre de habi-
litación del postor ganador y verificar que la documentación presentada
sea la exigida en las bases; si esto fuese así, a continuación deberá proce-
der de la misma forma con el sobre del segundo postor y, de encontrarlo
conforme, otorgará la buena pro al primero de ellos.
Es importante recalcar que se requieren como mínimo dos propuestas
válidas para otorgar la buena pro. En caso contrario, se debe declarar
desierto el ítem o el proceso, según corresponda.
El comité especial deberá elaborar y publicar el Acta de Otorgamiento
de la Buena Pro o la Declaración de Desierto, según corresponda, en
la fecha indicada en el calendario del proceso. En el acta se deben
Lu i s M i g u e l B o s s a n o Lo m e l l i n i
Abstract: The article departs from the premise that the problematic of the
employment in Peru can principally be recounted to underemployment. Fur-
ther it analyzes the impact of the micro-enterprises in the creation of employ-
ment and realizing a normative analysis from the first law of promotion of
the small enterprise up to the in-force procedure. The author comments on
some of the aspects of the politics to facilitate the access of the SME (Small
and Medium Size Enterprises) to the state market since they are: the new
regulations of contracting, SME’s new definition and finally, the new govern-
ing entity, which will have new perspectives and approach in how applying
suitably the politics. The article concludes with some suggestions to promote
the participation of the SME.
Key words: SME – state purchases – small enterprise – contracting with the
State.
* Es licenciado en Economía por la Universidad del Pacífico y magíster en Gerencia Social por la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Fue jefe de Compras Estatales en la dirección de Desarrollo
de Promoción de Mercados de prompyme entre 2004 y 2006. Actualmente, es subdirector de Estudios
Económicos y de Mercado del OSCE (ex consucode). El presente ensayo ha sido elaborado sobre
la base de la tesis para optar el grado de magíster en Gerencia Social por la PUCP, sustentada en
octubre de 2010.
288 I n t r o d u cc i ó n
La problemática del empleo en el Perú está referida, principalmente, al
subempleo. En efecto, cientos de miles de personas se encuentran traba-
jando en condiciones laborales inadecuadas —entre ellas, algunas con
ingresos tan bajos que no les permite salir de la pobreza—. Dado que
la micro y pequeña empresa (mype) emplea al 62,1% de la población
económicamente activa (PEA) del país, la promoción de este sector
empresarial tiene importantes efectos sobre la generación de empleo
decente: es decir, con respeto a los principios y a los derechos laborales
fundamentales.
Sobre la base de esta lógica, a inicios de 2000, el Estado peruano im-
plementó la política de promoción mype en las compras estatales a fin
de facilitar su acceso a este importante mercado. El objetivo era que se
mejorasen los ingresos, se generase empleo y se redujese la pobreza a
través de ella.
En el presente ensayo, se confrontará la compatibilidad conceptual de la
política, especialmente en la determinación de qué mype apoyar. Tam-
bién se analizará si lo que se ha implementado es relevante para la faci-
litación del acceso de la mype a las compras estatales y, por consiguien-
te, para acarrear efectos sobre la generación de empleo. Finalmente, se
evaluará si la política requiere una redefinición de acuerdo con el nuevo
escenario, planteando algunas medidas.
Pequeña Hasta 50 Hasta 850 UIT Hasta 100 Hasta 1 700 UIT
Sector público
7,4%
Micro empresa
Independientes
54,7%
18,4%
M i g u e l C a r o y Z e l aya
Trabajadores
del hogar
3,8%
3 Ley de Formalización y Promoción de la Micro y Pequeña Empresa, vigente desde junio de 2003
hasta septiembre de 2008.
4 Actualización de Estadísticas de la mype – 2007. Dirección Nacional de la mype – Ministerio de
Trabajo y Promoción del Empleo
crecimiento de la empresa.
Sobre la base de este criterio, y considerando los resultados de las
estadísticas de la microempresa elaboradas por la dnmype8 en 2005
y actualizadas en 2007, el Consorcio de Organizaciones Privadas de
Promoción al Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa (copeme)
76,1%
* El parámetro para considerar mype ha sido el consignado en la ley 28015, vigente hasta septiembre de 2008. A
partir de la vigencia de la modificatoria de dicha ley, los parámetros de venta han sido incrementados.
Régimen de Regímenes
Petroperú especiales - Otros
S/. 13 563,43 S/.
2 435,21
33% 6%
Regímenes temporales
S/. 1 923,73
5%
Exoneraciones
S/. 2 257,39
Modalidad 5%
clásica Subasta
S/. 19 710,52 inversa
48% S/. 1 075,16
3% Régimen
general
IV . L o q u e s e i m p l e m e n t ó y s u r e l e v a n c i a
Del análisis de la Ley de Contrataciones y de la Ley mype, se desprenden
seis mecanismos para promover la participación de este sector empre-
sarial:
295
Redefiniendo
1. lotización; la política de
2. reserva del 40% para las mype (antes era “separar”: ahora es promoción de
“programar”); las mype en
las compras
3. preferencia en caso de empate; Estatales
4. preferencia en mype regional (bonificación por provincia
Redefining SMEs
colindante);
promotion
5. alternativa a la garantía de fiel cumplimiento; y policy in
6. subcontratación. government
procurement
En la siguiente tabla se presenta un breve resumen de lo que consiste
cada una de estas medidas:
Por su parte, el Reglamento
complementa que dicho D.S.
deberá contar con el refrendo
del MEF (Art. º 36 del Regla-
mento)
Reserva del
Lo que dispone la norma
anterior a la vigente
Preferencia a La Ley MYPE indica que se Mantiene lo señalado La mayor parte de las
MYPE regional dará preferencia a las MYPE anteriormente contrataciones se dan
(Bonificación regionales y locales del lugar en Lima. Según datos
por provincia donde se realizan las compras del OSCE, solo el 8%
colindante) estatales. del valor adjudicado
(Ley MYPE y en el 2009 corresponde
Ley de Contra- a obras del interior del
Por su parte, el Reglamento
taciones) país y 6% a servicios
de la Ley de Contrataciones
complementa que es solo
para el caso de Obras y Ser-
vicios y cuyo monto corres-
ponda hasta Adjudicaciones
Directas Selectivas.
Se otorga un 10% de bonifi-
M i g u e l C a r o y Z e l aya
Mecanismo
Alternativa a la
Lo que dispone la norma
anterior a la vigente
Lo que dispone la
norma vigente
Comentarios u
observaciones
6.- Subcontratación
1.- Lotización 3.- Preferencia en
2.- Reserva de 40% caso de empate
4.- Preferencia a
MYPE regional
5.- Alternativa a la
garantía de fiel
cumplimiento
V. C o n c lu s i o n e s y r e c o m e n d a c i o n e s
Dado el incremento del parámetro mype, y de acuerdo con el objetivo
principal de la política, es necesario segmentar la intervención estatal
en cuanto a la promoción y establecer un tratamiento diferenciado tan-
to para la pequeña empresa como para la micro empresa. La primera
M i g u e l C a r o y Z e l aya
M i g u e l C a r o y Z e l aya
Abstract: This article analyzes the relation between the Peruvian legal frame-
work applicable to government procurement and the United States - Peru
Trade Promotion Agreement in a context of legal globalization. This article
emphasizes that the decisions of domestic administrators are increasingly con-
strained by regulations established on the global level, limiting the decision
making process of local authorities. This means that in a legal globalized world
the role of the Government and its sovereignty have changed.
Key words: Global administrative law – sovereignty – state – government
recruitments – Trade Promotion Agreement – open tendering procedure –
limited tendering
sus características y las normas que del APC se derivan como vincu-
lantes para nuestro Estado, con énfasis en el problema sobre las con-
trataciones públicas de nuestro país y su ubicación en el contexto de
la globalización jurídica a través del acuerdo de promoción comercial
(Tratado de Libre Comercio, en adelante TLC)3 suscrito con los Estados
Unidos de América.
1 Cassese, Sabino. La globalización jurídica. Primera edición. Madrid: Marcial Pons, 2006, p. 13.
2 Ibíd., p. 9.
3 Si bien el nombre legal es Acuerdo de Promoción Comercial firmado entre la República del Perú y los
Estados Unidos de América, nos referiremos a él como TLC (Tratado de Libre Comercio) a lo largo
de la investigación, de la misma manera en que se lo denominó desde un inicio de las negociaciones.
El cambio del nombre se debió a razones políticas del presente gobierno, el cual buscó desviar la
atención de una opinión pública con grandes resistencias a un TLC entre Perú y Estados Unidos.
Otros autores sostienen que hay hasta cinco tipos de entidades interna-
cionales, pero bastan estas dos clases de entidades transgubernamenta-
les “verticales” y “horizontales” como categorías gruesas, ya que se en-
cargan de agrupar la amplia gama de organizaciones. Entre las entidades
transgubernamentales “verticales” tenemos a la Unión Europea como
organización supranacional y a la Organización Mundial del Comercio
en su calidad de organismo internacional. Para el caso de las “horizon-
tales”, que no están integradas por Estados, sino por diversas entidades
privadas, podemos ubicar entre ellas a la International Association of
Classification Societies LTD., la cual establece reglas y estándares téc-
nicos comunes dedicados a asegurar que los bancos sean seguros, o el
Basel Committee on Banking Supervision, organización que agrupa a
los bancos de los trece países más desarrollados y poderosos económica-
mente, aquellos que establecen reglas comunes para el funcionamiento
de los bancos en todo el mundo.
En tercer término, la enorme gama de temas tratados globalmente
—ambiente, derechos de propiedad intelectual, comercio, banca, segu-
ridad marítima, salud, alimentación, biodiversidad, telecomunicaciones,
calidad, entre otros— genera una prolífica normativa global que se com-
bina en los múltiples espacios de regulación internacional; ello ocasiona
que esta normativa global se complemente, superponga o contradiga,
de modo que se terminen por generar conflictos que se solucionan en
el seno de cada organización internacional, cuando en realidad estos
Verónica Rojas Montes
4 Cassese, Sabino et al. Global administrative law. Cases, materials, issues. Segunda edición. Istituto
di Ricerche sulla Pubblica Amministrazione e Institute for International, Law and Justice of the New
York University School of Law, 2008. <http://www.iilj.org/GAL/documents/GALCasebook2008.pdf>.
8 De nada serviría un sistema global que pretenda pautar las soluciones a los problemas causados
por el cambio climático si todos los países no ratifican el convenio —como Estados Unidos, que no
ha ratificado el Protocolo de Kioto—, si los países que son parte no demuestran que han cumplido
con introducir y aplicar los mecanismos propuestos por las normas, o si las decisiones tomadas en
un asunto de importancia mundial no han tenido en cuenta las opiniones y el sentir de la humanidad
organizada con asociaciones privadas (ONG y otros).
II . C o n t r a t a c i o n e s e s t a t a l e s p e r u a n a s y e l
TL C P e r ú - E s t a d o s U n i d o s d e A m é r i c a
A esto hay que agregar que todos los documentos y las etapas del proce-
so deben responder a los principios de transparencia, publicidad y libre
competencia consagrados en la Ley de Contrataciones y Adquisiciones
del Estado.
Sin embargo, este poder de autodeterminación de la normativa, apli-
cable a los procesos de selección, está limitado a las reglas establecidas
de mutuo acuerdo en el TLC entre Perú y Estados Unidos de América.
Esto en varios aspectos en los que el TLC determina el contenido de la
legislación nacional, como se verá a continuación.
11 Ibíd., p. 277.
Cuando una entidad contratante solicite que los proveedores deban sa-
tisfacer ciertas condiciones de participación, la entidad deberá, sujeta a
las demás disposiciones de este Capítulo: [...]
c) no impondrá como condición de participación en una contratación
pública, que a un proveedor se le hubiese sido adjudicado uno o más
contratos por una entidad contratante de la Parte de la entidad con-
tratante o que el proveedor posea experiencia previa de trabajo en el
territorio de la Parte […].
9.5 Plazos para presenta- 40 días para presentación de propuestas, reducible a 30 días
ción de ofertas o menos. Nunca menos de 10 días
9.7 Condiciones de parti- Criterios objetivos para valorar: capacidad legal, comercial,
cipación técnica, financiera, incluyendo actividades en nuestro te-
rritorio y en el de la otra parte. Prohibido exigir contrato
anterior en el Perú o que posea experiencia en el país. Lista
Multi-Usos de proveedores
Primer supuesto
Si hubo una convocatoria o invitación realizada con anterioridad y su-
cedió lo siguiente:
– no se presentó oferta alguna;
– ninguna oferta cumplió los requisitos esenciales; o
– ningún proveedor cumplió con las condiciones de participación.
Segundo supuesto
Es el caso del proveedor único o el bien o servicio que no admite susti-
tuto debido a que:
317
– el objeto es la compra de una obra de arte; Acuerdos de
– se protegen los patentes del autor o de otros derechos exclusivos; promoción
o comercial y
contrataciones
– existe ausencia de competencias por razones técnicas.
estatales:
especial
Tercer supuesto
referencia a los
No requieren de proceso de licitación pública los adicionales a los con-
límites de los
tratos de mercancías y servicios.
poderes públicos
en el espacio
Cuarto supuesto jurídico global
Considerado para mercancías adquiridas en el mercado de productos
Commercial
básicos.
marketing
agreements and
Quinto supuesto states contracts
Adquisición de un prototipo o de una primera mercancía o servicio que
es desarrollado a solicitud de la propia entidad.
Sexto supuesto
En la medida en que sea estrictamente necesario: cuando, por ejemplo,
por razones de extrema urgencia ocasionadas por acontecimientos im-
previstos por parte de la entidad contratante, no se pueda obtener las
mercancías o servicios a tiempo y mediante procedimientos consistentes
con los artículos del 9.4 hasta el 9.7. Asimismo, cuando el uso de esos
procedimientos podría ocasionar un grave perjuicio para la entidad con-
tratante o la parte correspondiente.
Esta causal es semejante a la de emergencia contemplada por nuestra
legislación12.
Séptimo supuesto
Verónica Rojas Montes
12 Decreto legislativo 1017, Ley de Contrataciones del Estado: “Artículo 23.- Situación de emergencia.
Se entiende como situación de emergencia aquella en la cual la Entidad tenga que actuar de manera
inmediata a causa de acontecimientos catastróficos, de situaciones que supongan grave peligro,
o que afecten la defensa y seguridad nacional. En este caso, la Entidad queda exonerada de la
tramitación del expediente administrativo y podrá ordenar la ejecución de lo estrictamente necesario
para remediar el evento producido y satisfacer la necesidad sobrevenida, sin sujetarse a los requisitos
formales del presente Decreto Legislativo. El Reglamento establecerá los mecanismos y plazos
para la regularización del procedimiento correspondiente. Las demás actividades necesarias para
completar el objetivo propuesto por la Entidad no tendrán el carácter de emergencia y se contratarán
de acuerdo a lo establecido en la presente norma”.
III . R e f l e x i ó n f i n a l
Luego del análisis del presente trabajo, queda claro que las reglas del
TLC imponen las normas en el ordenamiento nacional. El punto a resal-
tar es que el poder de autodeterminación normativa del país se ve relati-
vizado por el mencionado acuerdo o por cualquier otro TLC o acuerdo
internacional celebrado sobre la materia. Esta situación es la expresión
de la globalización jurídica, así como de una de sus características: la
relativización de la soberanía nacional.
Cualquier cambio en la legislación nacional —tales como la emisión
de decretos de urgencia para establecer contrataciones directas o como
los procesos especiales de selección para proyectos de inversión priori-
zados— solo podrá ser emitido siempre que se enmarque en el TLC. En
caso contrario, se expondrían a un incumplimiento del contrato, y las
consecuencias de ello las sufriría el país.
Como cuestión final, debemos mencionar que para las contrataciones
estatales no solo debe tenerse en cuenta la Ley de Contrataciones del
Estado y su reglamento, sino este TLC entre Perú y Estados Unidos de
América y los demás tratados que se aprueben e incluyan un capítulo
sobre la materia. Además, claro, de los diversos decretos de urgencia y
Verónica Rojas Montes
las leyes que a lo largo de estos cinco años han expedido el gobierno y
el congreso, respectivamente. Todo esto representa una verdadera com-
plicación para el operador jurídico, tanto del lado de la administración
pública como para el del empresariado, dado que existen alrededor de
cinco regímenes paralelos creados por ley o decretos de urgencia que,
en lugar de simplificar y transparentar el sistema, lo tornan extremada-
mente complejo.
Abstract: This wording begins remembering that article 41 of the former law
of Contracts and Acquisitions with the State, Law 26850 enacted in 1998, pro-
vided that —for the first time— an arbitration clause be included as a compul-
sory clause in the Contracts to be executed with the State, in order to find out
a solution and settlement of the controversies arisen between the parties. With
regard to goods and services, the additional issues that do not exceed the 25%
of the total amount contracted originally are subject to arbitration, and in cases
referred to contracting works (i.e., building, construction and any other kind of
work) those additional issues that do not exceed the 15% of the total amount
contracted originally. When the additional issues exceed the percentages men-
tioned in the precedent paragraph, then the parties will have to ask for the
prior consent of the General Comptroller of the Republic. Such cases are not
subject to arbitration. The reason to consider that those matters are not subject
to arbitration is because the authority estimates that through those possible or
eventual additional matters, any party could be pretending to attempt against
the General Budget of the Republic. Therefore, the government provides such
rules that, obviously, are addressed to preserve the public order.
Key words: Additional work – arbitration – contracting with the State – matter
subject to arbitration – General Comptroller of the Republic
* Es magíster y doctor en Derecho, abogado en ejercicio, socio del estudio que lleva su nombre y
miembro de la Academia Peruana de Derecho. También se desempeña como profesor principal de
Obligaciones y Contratos en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Femenina
del Sagrado Corazón. Asimismo, es catedrático de las materias nombradas en la Universidad de
Lima y director de las bibliotecas de Arbitraje y de Derecho de su estudio.
** Es abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, profesora de Obligaciones en la Facultad
de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, miembro del área de Arbitraje del estudio
Mario Castillo Freyre y secretaria arbitral en procesos ad hoc.
320 CONTENIDO: INTRODUCCIÓN.– I. MATERIA ARBITRABLE EN LA LEY DE
CONTRATACIONES DEL ESTADO.– II. CONCLUSIONES.
I n t r o d u cc i ó n
No cabe duda de que los inversionistas extranjeros que llegaron a Amé-
rica Latina estimularon el uso de los mecanismos alternativos de resolu-
ción de conflictos, ya que exigían la inclusión de algún tipo de cláusula
de conciliación y/o arbitraje en los contratos que suscribían con, por
ejemplo, los estados.
Sin embargo, por tradición, una América Latina apegada profundamen-
te al concepto de soberanía del Estado ha visto grandes inconvenientes
en que este o las entidades que forman parte de él se sometan a arbitraje.
Al respecto, Bernal Gutiérrez1 señala que esta circunstancia se ha hecho
evidente en dos frentes: el interno, donde la reticencia y resistencia
—movidas por intereses de diversa índole— han sido férreas y
sostenidas; y el externo, donde, a pesar de estar casi sin excepción
vinculados y adheridos a los tratados más importantes, se desconocen
estos mecanismos en nombre de la soberanía y la preponderancia de la
Constitución, como consecuencia del fanatismo y la ignorancia.
En este ambiente no era raro encontrar, como hace un par de décadas,
que la normativa latinoamericana vigente en materia de solución de
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
1 Bernal Gutiérrez, Rafael. “El arbitraje del Estado: la regulación en Latinoamérica”. Revista
Internacional de Arbitraje. Legis, junio-diciembre 2004, pp. 123-124, Bogotá.
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
mayoritaria— cuenta con una completa legislación sobre la materia.
En efecto, el tercer párrafo del artículo 63 de la Constitución Política
del Perú establece que “el Estado y las demás personas de derecho
público pueden someter las controversias derivadas de relación con-
tractual […] a arbitraje nacional o internacional, en la forma en que
lo disponga la ley”.
Esta referencia constitucional a una ley nos conduce al decreto legisla-
tivo 1071 de la Ley de Arbitraje (en adelante, Ley de Arbitraje), cuyo
artículo 4, inciso 2, establece que “las controversias derivadas de los
contratos y convenios celebrados entre estas entidades estatales pue-
den someterse también a arbitraje nacional”, mientras que el inciso 3
señala claramente que “el Estado puede someter a arbitraje nacional las
controversias derivadas de los contratos que celebre con nacionales o
extranjeros no domiciliados en el país”.
Como se puede apreciar, en la Ley de Arbitraje, el Estado y sus entidades
están considerados en un plano de igualdad con las partes, en virtud de
un convenio arbitral. Cabe recordar que uno de los aspectos que revolu-
cionó la administración de justicia en el país fue la disposición contenida
en el artículo 41 de la antigua Ley de Contrataciones y Adquisiciones del
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
322 Estado (ley 26850 del año 1998)2 que estableció —por primera vez— la
solución de controversias como una de las cláusulas obligatorias en los
Contratos de Adquisiciones y Contrataciones, y señaló que “cuando en
la ejecución o interpretación del contrato surja entre las partes una dis-
crepancia, ésta será definida mediante el procedimiento de conciliación
extrajudicial o arbitraje, según lo acuerden las partes”3.
Las posteriores leyes y reglamentos (decreto supremo 012-2001-PCM,
decreto supremo 013-2001-PCM, decreto supremo 083-2004-PCM,
decreto supremo número 084-2004-PCM, decreto legislativo 1017 y de-
creto supremo 184-2008-EF) han mantenido la regla de incluir la cláu-
sula obligatoria de solución de controversias.
En efecto, como sostenemos a lo largo de los últimos años, estas dis-
posiciones transformaron radicalmente la administración de justicia en
el Perú en la medida en que introdujeron la conciliación y el arbitraje
obligatorios como mecanismos de solución de controversias en todos los
conflictos suscitados en los contratos que el Estado celebra con parti-
culares, ya sea con respecto a la adquisición de bienes y servicios o con
respecto a la ejecución de obras y a su supervisión.
Se trata de una situación especial en el contexto de América Latina,
porque no solo se implantó el arbitraje obligatorio, sino que, además,
ello significó que el Estado peruano era consciente de que no necesaria-
mente el propio Estado resultaba ser el más indicado para administrar
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
I.1. Los adicionales de obra y la Contraloría General de
la República
Los presupuestos adicionales representan un incremento del monto
contractual que se deriva de mayores bienes y servicios o de mayores
trabajos —en el caso del contrato de obra— no considerados en el con-
trato original.
Campos Medina5 señala que los trabajos adicionales de obra —o,
simplemente, los adicionales de obra— generan costos inicialmente
no previstos para la entidad propietaria y, por tanto, representan un
desafío de especial complejidad para el Derecho. Recordemos que en la
contratación del Estado está en juego el dinero público y la transparencia
de los procesos de selección por los cuales se adjudican los contratos.
5 Campos Medina, Alexander. “Limitación de resolver mediante arbitraje obras adicionales y mayores
prestaciones en contratos de obra pública: ¿prohibición de arbitrar o licencia para incumplir?”.
Arbitraje On Line. Boletín Jurídico del Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio
de Lima, N° 4, p. 1, 2004. <http://www.camaralima.org.pe/arbitraje/boletin/edic_ant/4/voz_arbitro1.
htm>.
6 Linares Jara, Mario. “Adicionales de obra pública. Obra pública y contrato, adicionales. Función
administrativa, control público, arbitraje y enriquecimiento sin causa”. Revista de Derecho
Administrativo, Nº 7, 2009, p. 180, Lima.
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
Cabe señalar que la citada disposición final fue modificada por la única
disposición complementaria modificatoria de la Ley de Contrataciones
del Estado.
Antes, la Ley General del Sistema Nacional de Presupuesto establecía el
10% como límite máximo para la aprobación de obras adicionales —sin
autorización de la Contraloría General de la República—, lo que impli-
caba la existencia de dos normas incompatibles: por un lado, la antigua
Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, que establecía en
15% el límite máximo; por el otro, la Ley General del Sistema Nacional
de Presupuesto, que lo establecía en 10%7.
Al mismo tiempo, es pertinente anotar que tanto el citado artículo
41 de la Ley de Contrataciones del Estado como la quinta disposición
final de la Ley General del Sistema Nacional de Presupuesto están en
En esta directiva se señala expresamente que “para los fines del control
gubernamental, se considera prestación adicional de obra a la ejecución
de trabajos complementarios y/o mayores metrados no considerados en
las bases de la licitación o en el contrato respectivo, y que resultan indis-
327
pensables para alcanzar la finalidad del contrato original”. En ese senti- El arbitraje y
los adicionales
do, el presupuesto adicional de obra es el “mayor costo originado por la
de obra
ejecución de prestaciones adicionales de obra”.
Arbitration
Ahora bien, para el cálculo del porcentaje de incidencia acumulado, and additional
la directiva 01-2007-CG/OEA señala que “las Entidades acumularán work
el monto total de los presupuestos adicionales de obra autorizados, in-
cluyendo el que se encuentra en trámite, y el monto de aquellos presu-
puestos deductivos derivados de las sustituciones de obra directamente
vinculadas con las partidas de obras adicionales, siempre que ambas res-
pondan a la misma finalidad programada”.
Otro aspecto importante que regula la referida directiva es el de las cau-
sales de procedencia de las prestaciones adicionales de obra, al indicar
que:
[…] procede la autorización previa a la ejecución y al pago de presu-
puestos adicionales de obra, sólo en casos originados por la cobertura de
mayores costos orientados a alcanzar la finalidad del contrato y siempre
que sean derivados de:
Hechos por su naturaleza imprevisibles al formularse las bases de la lici-
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
tación o celebrarse el correspondiente contrato, y hechos fortuitos o de
fuerza mayor producidos con posterioridad a la suscripción del contrato
de obra.
Errores, omisiones o deficiencias en el expediente técnico de la obra.
vez deben contar con su propio supervisor para cada obra a ejecutar— lo
que, en opinión de los autores citados, originaría un importante sobre-
costo para la ejecución de cualquier obra pública.
Ahora bien, para el contratista resultará más adecuado que tanto la eje-
cución como el pago del adicional que supera el porcentaje establecido
por el artículo 41 de la Ley de Contrataciones del Estado estén sujetos
a la aprobación previa de la Contraloría General de la República. Ello
en comparación a que sea solo el pago el que esté sujeto a dicha aproba-
ción previa, ya que, en este último caso, el contratista podría ejecutar el
adicional —ordenado por la entidad— y luego la Contraloría General
de la República podría no aprobar el pago del referido adicional, lo que
—obviamente— implicaría que el contratista asuma todo el riesgo14.
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
se podría estar modificando los montos autorizados por el organismo de
control. La Contraloría General de la República refiere que los recursos
invertidos por el Estado no son de libre disposición de las partes contra-
tantes, debido a que por ley se dispone que será —precisamente— dicho
la República […]” (el subrayado es nuestro). La norma guardaba absoluto silencio sobre cuál era la
consecuencia en caso la Contraloría General de la República denegara el pago del adicional, a pesar
de que el adicional ya se había ejecutado. Ello generó que luego se modificara la normativa y se
estableciera que la aprobación previa de la Contraloría General de la República era no solo para el
pago del adicional, sino también para la ejecución misma del adicional.
15 Cabe señalar que este tema también estuvo regulado por el artículo 41 de la antigua Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado, decreto supremo 083-2004-PCM, que establecía
que “Dicha disposición [la de la cláusula de solución de controversias] no resulta aplicable a las
controversias surgidas en la ejecución de adicionales de obra, metrados no previstos contractualmente
y mayores prestaciones de supervisión, respecto de las cuales la Contraloría General, ejerce el
control previo y serán resueltas por ésta de acuerdo a los procedimientos establecidos por el indicado
Organismo Supervisor de Control para el efecto”. Ahora bien, tanto la actual como la antigua Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado se diferencian del decreto supremo 012-2001 en que este
solo especificaba la obligatoriedad del arbitraje como mecanismo de solución de controversias para
los contratos con el Estado y no excluía a los adicionales de obra como materia arbitrable cuando la
Contraloría General de la Republica ejercía el control previo.
16 A entender de Campos Medina, la intención de la administración de prohibir el uso del arbitraje
para resolver este tipo de controversias demuestra que la referida administración no se encuentra
satisfecha con los resultados de estos procesos. Más allá de los argumentos esgrimidos para intentar
justificar esta prohibición, queda claro —a entender del citado autor— que la administración no
adoptaría una medida tan radical si los tribunales arbitrales conformados para resolver este tipo
de controversias estuvieran en su mayoría respaldando la posición del Estado. Campos Medina,
Alexander. Ob. cit., p. 3.
17 Arrarte Arisnabarreta, Ana María y Carlos Paniagua Guevara. Ob. cit., p. 189.
18 Ortega Piana, Marco Antonio. Ob. cit., p. 434.
19 Campos Medina, Alexander. Ob. cit., p. 2.
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
varios años —dados los problemas que todos conocemos— y será toma-
da por jueces que nada o poca experiencia tienen en esta materia.
Si el propósito fue permitir que el Estado contrate con particulares en
igualdad de condiciones y, en función de ello, se determinó la pertinencia
de recurrir a un mecanismo alternativo de solución de controversias,
nada obsta a que los adicionales que superen cierto porcentaje también
puedan ser materia arbitrable, sin perjuicio de que para estos casos
pueda disponerse que la Contraloría General de la República intervenga
en los procesos arbitrales cuando estos adicionales estén en discusión.24
Al respecto, nos parece interesante la propuesta de Cantuarias,25 quien
señala que, si lo que reclama la Contraloría General de la República es no
poder defender —en sede arbitral— su evaluación técnica del adicional
—ya que no forma parte del convenio arbitral—, lo más conveniente
hubiese sido una norma expresa que le permitiera participar en los
26 Arrarte Arisnabarreta, Ana María y Carlos Paniagua Guevara. Ob. cit., p. 188.
27 Recordemos que el artículo 63 de la Ley de Arbitraje establece las causales de anulación del laudo
cuando indica que “1. El laudo sólo podrá ser anulado cuando la parte que solicita la anulación
alegue y pruebe: […] e. Que el tribunal arbitral ha resuelto sobre materias que, de acuerdo a ley, son
manifiestamente no susceptibles de arbitraje, tratándose de un arbitraje nacional […]” (el subrayado
es nuestro).
28 En el numeral 22.1. de la directiva 01-2007-CG/OEA se establece que “contra la resolución emitida
por la CGR respecto a la solicitud de autorización previa a la ejecución y al pago de presupuestos
adicionales de obra, la Entidad puede interponer únicamente el recurso de apelación”.
M a r i o C a s t i l l o F r e y r e / R i ta S a b r o s o M i n aya
cios, y, al tratarse de obras, cuando dichos adicionales no superen el 15%
del monto total del contrato original.
En los otros casos, cuando superen estos porcentajes y hasta los límites
señalados por la propia Ley de Contrataciones del Estado, tales adicio-
nales requerirán la aprobación previa de la Contraloría General de la
República, al tratarse —conforme al quinto párrafo del citado artículo
41 de la Ley de Contrataciones del Estado— de materias no arbitrables.
La razón por la cual tales materias no son arbitrables es que se considera
que —en tanto se trate de porcentajes mayores a los señalados, es decir,
25% en bienes y servicios y 15% en obras— a través de estos posibles o
eventuales adicionales se podría estar modificando o alterando el Pre-
supuesto General de la República, razón por la cual se establecen estas
normas de evidente orden público.
1 Foy Valencia, Pierre. “En busca del Derecho ambiental”. En Derecho y ambiente: aproximaciones y
estimativas. Lima: Fondo Editorial PUCP, 1997, pp. 37-170.
2 Una expresión la encontramos en el ya lejano trabajo colectivo tributo al insigne doctor D. Ramón
Martín Mateo, coordinado por Sosa Wagner, Francisco. El Derecho administrativo en el umbral del
siglo XXI: homenaje al profesor Dr. D. Ramón Martín Mateo. Valencia: Tirant lo Blanch 2000, 3 v.
3 Ortega Álvarez, Luís Ignacio et al. Lecciones de Derecho del medio ambiente. Valladolid: Lex Nova,
2005.
P i e r r e F o y Va l e n c i a
4 Mora Ruiz, Manuela. “Tendencias del Derecho administrativo ambiental: análisis de legislación y
jurisprudencia”. Derecho y Conocimiento: Anuario Jurídico sobre la Sociedad de la Información y
del Conocimiento, Nº 2, 2002, pp. 419-436. Véase también en <www.uhu.es/derechoyconocimiento/
DyC02/DYC002_C04.pdf>.
5 Por “contrato de Estado” se entiende aquel celebrado entre el Estado o una entidad estatal, que,
en el contexto del documento de la unctad, puede definirse como cualquier organización creada
en virtud de la ley en un Estado a la que se confiere el control de una actividad económica, y un
nacional extranjero o una persona jurídica de nacionalidad extranjera. Los contratos de Estado
pueden abarcar una amplia variedad de temas, incluidos los acuerdos de préstamos, los contratos
de adquisición de suministros o servicios, de empleo o grandes proyectos de infraestructura, como
la construcción de autopistas, puertos o presas. Una de las más habituales formas de contratos de
Estado consiste en el contrato de explotación de recursos naturales, a veces denominado “contrato
de concesión”, aunque, según Brownlie (2003: 522), no sea este un término técnico riguroso en la
materia. Estos acuerdos ocupan un importante lugar en los sectores de los recursos naturales de
los países en desarrollo. Tradicionalmente, dichos sectores han representado la principal fuente de
ingresos de las economías nacionales, a menudo sujetos al control estatal, de manera de que los
nuevos agentes extranjeros para ingresar al sector debieron celebrar contratos con la entidad estatal
que ejercía el control. Véanse al respecto las conferencias de las Naciones Unidas sobre Comercio y
P i e r r e F o y Va l e n c i a
I.2. España
Mediante la orden PRE/116/2008 del 21 de enero se publicó el Acuerdo
de Consejo de Ministros, por el que, a su vez, se aprobó el Plan de Con-
tratación Pública Verde de la Administración General del Estado y sus
339
Consideraciones
Organismos Públicos, y las Entidades Gestoras de la Seguridad Social.
sobre la
Su objetivo general consistía en articular la conexión entre la contra-
contratación
tación pública y la implantación de prácticas respetuosas con el medio
pública
ambiente, de forma que se alcance antes de 31 de diciembre de 2010 la sostenible
meta establecida por la Comunidad Europea en la Estrategia Revisada (“verde”)
para un Desarrollo Sostenible. Sus objetivos específicos radicaban en
establecer metas cuantificadas para los grupos de productos, servicios y Considerations
obras considerados como prioritarios para la incorporación de criterios on sustainable
ambientales por la Comisión Europea —que se incluían en un anexo public
específico—, así como establecer directrices para la incorporación de procurement
criterios ambientales en las distintas fases de la contratación. (“green”)
I.3. Chile
La directiva de contratación pública 9, Instrucciones para la Contrata-
ción de Bienes y Servicios Incorporando Criterios de Eficiencia Energé-
tica (Santiago, 14 de marzo de 2008), está orientada a distintos organis-
mos para que consideren como variable en los procesos de adquisición
la inversión inicial de un determinado bien o servicio, así como, en for-
ma adicional, los costos de pago mensual de los servicios energéticos
(iluminación, climatización, transporte, etcétera). Recomienda a los
compradores evaluar las compras de productos tanto por las inversiones
iniciales como por los costos de operación a lo largo de la vida útil de los
productos y en los plazos totales de los contratos de servicios de electri-
cidad, gas, transportes u otros, siguiendo las pautas que se presentan a
continuación.
12 Carmen, Alfonso. “Plan de contratación pública verde. La compra sostenible”. Ambienta, febrero
de 2008, p 54. El objetivo del Plan de Contratación Pública Verde es articular la conexión entre
la contratación pública y la implantación de prácticas respetuosas con el medio ambiente. Véase
también en <http://www.mma.es/secciones/biblioteca_publicacion/publicaciones/revista_ambienta/
n74/pdf/55contratpublicaverde742008.pdf>.
13 Ibíd., p. 58.
14 Puede hallarse más información sobre esta herramienta en <www.cec.org/eco-sat/Home.aspx>.
Véase también el Manual para la Implementación de Compras Verdes en el Sector Público de Costa
Rica. Cegesti. San José: cegesti, 2008, p. 30.
15 Puede hallarse más información sobre la declaración y esta iniciativa en <www.igpn.org/>.
18 Véase de Foy Valencia, Pierre. “Consideraciones sobre ética, Derecho y ambiente”. Derecho PUCP,
Nº 62, 2010, pp. 247-262, Lima.
P i e r r e F o y Va l e n c i a
19 Compras Públicas y Ética y Sostenible. Guía para Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha,
Red de Comercio Justo y Consumo Responsable de Castilla-La Mancha, 2007. En <http://pagina.
jccm.es/consumo/informes/Guia_compra_publica_etica_y_sostenible.pdf>.
20 “¿Qué son las compras públicas sustentables?”. En Melina García Luciani, Diana Segovia y Ezequiel
Gaspes (editores). Manual de compras públicas sustentables. Buenos Aires: iclei-Argentina y apra,
2010. También en <http://www.iadsargentina.org/pdf/Manual_CPSGCBA_ctapas.pdf>.
21 El tema de licitaciones y adquisiciones públicas sustentables viene ganando espacio en los debates
de sectores de gobierno, academia y sociedad civil en América Latina. Desde de 1996, sin embargo,
el iclei actúa en Europa a través de búsquedas y programas pilotos para fortalecer el papel de
liderazgo de autoridades locales en el consumo y la producción sustentables. Actualmente, el
secretariado europeo viene se destacando con una campaña pionera Procura+ (o Adquiera Plus),
que cada día recibe adhesiones de importantes ciudades europeas. En América Latina, una
iniciativa pionera incluye a São Paulo como una de las ciudades piloto. Se trata de un proyecto
de capacitación para promover las compras sustentables, que pretende aprovechar el poder de
compra de los gobiernos locales para garantizar la implementación del desarrollo sustentable. Su
objetivo incluye demostrar que vale la pena adquirir con criterios de sustentabilidad; con ello se
garantizan ganancias ambientales y sociales y se economizan recursos públicos. Iclei fue creado
como el Consejo Internacional para las Iniciativas Ambientales Locales (International Council for
Local Environmental Initiatives) en 1990. Contó con el patrocinio del Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (pnuma) y de la Unión Internacional de las Autoridades Locales (iula). En
<http://www.iclei.org/index.php?id=518>.
22 Agencia de Protección Ambiental – apra. Compras públicas sustentables. Manual para Incorporar
Criterios de Sustentabilidad en las Compras. Buenos Aires: 2010, pp. 12-13. Véase también <http://
www.iadsargentina.org/pdf/Manual_CPSGCBA_ctapas.pdf>.
23 Por ejemplo, en Europa todas las autoridades públicas cuentan con un poder de compra de 1 trillón
de euros, equivalente a cerca del 15% del PBI de toda la Unión Europea. Hasta un 75% de ese valor
es utilizado en la compra de materiales de consumo y contratación de servicios.
IV . B a r r e r a s y r e t o s pa r a l a i m p l e m e n ta c i ó n
d e l a s c o m p r a s s u s t e n ta b l e s
La literatura sobre compras sostenibles presta mucha atención a este
aspecto, que puede convertir todo el enfoque en un mero discurso pro-
posicional sin plasmación concreta. Por ende, es determinante sindicar
a modo de tendencia en dónde radican las barreras y los desafíos de las
políticas de compras “verdes”. Veamos algunos alcances25:
– Falta de definiciones claras. En los procesos de compras públicas
sustentables, suelen ofrecerse confusiones técnicas en la identi-
ficación de si un producto es o no ambientalmente amigable o
socialmente respetuoso.
– El precio es lo que importa. Tradicionalmente, en la mayoría de los
casos el criterio principal de elección para adquirir o no un pro-
ducto o servicio ha sido su costo o precio. Estamos, pues, ante un
reto de prácticas que actúan a modo de frenos e inercias; revertir
tales concepciones es todo un reto en las instituciones públicas.
La lógica del costo-beneficio de un producto tendría que reorien-
tarse, por ejemplo, hacia la preferencia de aquel producto que
tenga un mayor ciclo de vida y que, por ende, resultaría ser más
económico en el tiempo.
– Sistema interno de compras. Por lo general, las entidades públicas
cuentan con sistemas operativos e informatizados que les permi-
ten operar un proceso de compras públicas más rápido; lo impor-
tante radica en cómo insertar criterios de sostenibilidad en estas
dinámicas.
P i e r r e F o y Va l e n c i a
24 Foy Valencia, Pierre. “Bases conceptuales a modo de fuentes materiales para juridificar los negocios
ambientales”. Ius et Praxis. Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima, Nº 40,
2009, p. 357.
25 Apra. Ob. cit.
V . C o n s i d e r a c i o n e s s o b r e c o n t r a t a c i o n e s
y compras en nuestro sistema legal
Podemos derivar la base legal ambiental general para la actuación públi-
ca de los alcances constitucionales, de la Ley General Ambiental, de la
Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, de la Ley de Bases de la Descentrali-
zación, de la Ley Orgánica de los Gobiernos Regionales, de la Ley Orgá-
nica de Municipalices, de la Ley Marco del Sistema Nacional de Gestión
Ambiental y su Reglamento, de la Ley del Ministerio del Ambiente y sus
Reglamento, por citar solo lo esencial26 y que, por motivos de espacio,
no podemos desarrollar.
Sin embargo, sí cabe anotar algunos alcances legales:
Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, Ley Nº 29158
TÍTULO PRELIMINAR
Artículo II.- Principio de servicio al ciudadano
P i e r r e F o y Va l e n c i a
26 Foy Valencia, Pierre. “El Derecho ambiental peruano y la Ley General del Ambiente, Ley 2861: un
estado de la cuestión”. En Alberto Bolívar et al. Ensayos jurídicos contemporáneos: testimonio de una
huella académica. Lima: Pacífico Editores, 2006.
VI . E p í l o g o
Como refiere Romero Pérez, el consumo de los gobiernos representa
una gran parte del consumo total mundial (se afirma que representan
aproximadamente 15% del PIB en países occidentales). De allí la impor-
tancia de que los gobiernos, en tanto cumplen su rol de consumidores,
apliquen criterios ambientales dentro de sus procesos de contratación,
debido a que sirven como modelos de comportamiento para otros acto-
res socioeconómicos29. Sobre esta línea, consideramos que en nuestro
sistema legal hay que entronizar estos enfoques en el marco de aplica-
ción de las políticas ambientales nacionales, regionales y locales30.
P i e r r e F o y Va l e n c i a
29 Romero Pérez. “Las compras verdes. Enfoque ambiental en la contratación pública”. Revista de
Ciencias Jurídicas, Nº 120, septiembre-diciembre de 2009, p. 136.
30 Cabe tener presente que los beneficios de las compras públicas sustentables se pueden clasificar en:
lo social: a) garantizar adecuadas condiciones laborales para los contratistas y obreros que trabajan
en obras públicas; b) garantizar que se está adquiriendo un bien y/o servicio de calidad; c) asegurar
el acceso a la gente con capacidades diferentes a iguales condiciones y oportunidades laborales;
d) dar nuevas oportunidades de trabajo a grupos marginales; e) apoyar acciones de comercio justo.
Estos requisitos se pueden establecer en los pliegos de condiciones o carteles, para la compra
del bien o del servicio en cuanto a: beneficios políticos y salud: a) cumplimiento de la legislación
ambiental; b) el Estado se ocupa de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos; c) predicar con el
ejemplo en lo sustentable y en lo ambiental; d) se demuestra el compromiso de la autoridad pública
con el desarrollo sustentable a través de acciones concretas y efectivas; e) mejoría en la imagen de
la institución estatal ante la sociedad.
Anexo
Resumen: Este trabajo trata sobre los límites teóricos, normativos y jurispru-
denciales generales del Contrato Administrativo en Brasil, e intenta formular
algunas críticas a su aplicación.
Palabras clave: contrato administrativo – fuentes normativas – fuentes
jurisprudenciales.
Abstract: The object of this work concerns with the general theoretical, nor-
mative and jurisprudential limits of the Administrative Contract in Brazil, as
well as it seeks to establish some critical aspects of its application.
Key words: Administrative Contract – Normative Matrices – Jurisprudential
Matrices.
N o ta s i n t r o d u c t o r i a s
Pretendo en este ensayo abordar de manera panorámica algunos aspectos
referidos a los contratos administrativos en Brasil, para verificar, en un
primer momento, la regulación nacional y, en un segundo momento, las
cuestiones jurisprudenciales que vienen orientando el debate jurídico
nacional.
* Es juez de la Corte del Estado de Rio Grande do Sul, doctor en Derecho y profesor de la Universidad
de Santa Cruz do Sul. También es profesor visitante en la Università Tulio Ascarelli - Roma Trè, en
la Universidad de La Coruña (España) y en la Universidad Buenos Aires, además de profesor en la
Escuela Nacional de Formación de la Magistratura (Escola Nacional de Formação e Aperfeiçoamento
da Magistratura – enfam), miembro de la Red de Derechos Fundamentales (redir) del Consejo
Nacional de Justicia de Brasilia, coordinador científico del Núcleo de Investigación Judicial de la
Escuela Nacional de Formación de la Magistratura (Brasilia) y Consejero del Observatorio Brasileño
de Justicia.
352 I . La naturaleza jurídica del contrato administrativo
en cuanto institución jurídica
Hay un problema histórico y preliminar en la discusión sobre el contrato
administrativo en cuanto institución jurídica, que consiste en la identifi-
cación o no de la singularidad de su objeto, de los sujetos que lo compo-
nen y de la naturaleza de la manifestación de voluntad de estos sujetos.
Antes de todo, conviene señalar que, en Brasil, la administración públi-
ca en cuanto contratante puede ser el gobierno federal, los estados, los
municipios, el distrito federal, los territorios y todos los entes jurídicos
que proveen servicios públicos. La parte contratista puede ser una per-
sona física o jurídica que se dedique a cualquiera actividad de interés
público y que goce de capacidad jurídica para contratar de acuerdo con
las normas del Derecho civil.
El concepto de contrato administrativo en el Derecho administrativo
brasileño es muy complejo. Comprende las relaciones o acuerdos que
establezca la administración pública o quien haga sus veces con otro
ente de la administración pública o con un particular. En estos casos,
por fuerza de ley, de las cláusulas contractuales o del propio objeto de
la relación jurídica, y con vistas a la protección del interés público, se
privilegia al primero al otorgarle, bajo circunstancias muy especiales,
la facultad de modificar unilateralmente la vigencia o las condiciones
de ejecución del contrato, excepto en los casos en que el interés de la
contraparte también sea público o se produzca un perjuicio económico
desproporcionado1.
Bajo este marco conceptual, es interesante observar cómo Celso An-
tonio Bandeira de Mello2 distingue entre los contratos administrativos
propiamente dichos y los contratos de Derecho privado de la adminis-
tración; los primeros se rigen por el Derecho administrativo y los segun-
dos por las normas del Derecho privado. Como ejemplo de un contrato
administrativo propiamente dicho, cita la concesión de un servicio pú-
blico y, como ejemplo de un contrato de Derecho privado de la adminis-
tración, menciona la compra-venta3.
Ya Maria Sylvia Zanella Di Pietro ha sustentado la existencia de contra-
tos administrativos en el sentido amplio empleado por la ley 8.666/93
R o g é r i o G e s ta L e a l
1 En este sentido, véanse los trabajos de Lima, Ruy Cirne. Princípios de Direito administrativo. Porto
Alegre: Globo, 1984; Martins, Lúcio. Reforma da administração pública e cultura política no Brasil:
uma visão geral. Brasilia: Enap, 1997; Medauar, Odete. Direito administrativo moderno. São Paulo:
Revista dos Tribunais, 1998.
2 Bandeira de Mello, Celso Antônio. Curso de Direito administrativo. São Paulo: Malheiros Editores,
2006, p. 439.
3 Lúcia Valle Figueiredo sostiene la posibilitad del ordenamiento nacional de contar con modalidades
distintas de contratos administrativos, pues existen los llamados “contratos da administración pública”
que están bajo una mayor influencia de las normas Derecho privado, aunque aún sufran fuerte
interferencia del derecho público; y los llamados “contratos administrativos”, que están enteramente
sujetos al Derecho público. En Figueiredo Valle, Lúcia. Curso de Direito administrativo. São Paulo:
Malheiros, 1999, p. 467.
4 Di Pietro, Maria Sylvia Zanella. Direito administrativo. São Paulo: Atlas, 2001, p. 241.
5 Sundfeld, Carlos Ari. Licitação e contrato administrativo. São Paulo: Malheiros, 1995, p. 204.
6 Hago referencia a ley federal 8666/93 y sus modificaciones.
7 Meirelles, Hely Lopes. Licitações e contratos administrativos. São Paulo: Malheiros, 2004, p. 156.
8 Cretella Jr., José. “Os cânones do Direito administrativo”. Revista de Informação Legislativa, Nº 97,
Janeiro/Março de 1988, pp. 05/52, Brasilia.
9 En este sentido, véase Figueiredo, Lucia Valle. Curso de Direito… Ob. cit., p. 63. De igual modo,
Alessi, Renato. Instituciones de Derecho administrativo. Buenos Aires: Casa Editorial, 1990; Bielsa,
Rafael. Derecho administrativo. Buenos Aires: La Ley, 1975; Bonnard, Roger. Précis de Droit
administratif. París: Libraire du Recueil Sirey, 2001; Cavalcanti, Themístocles Brandão. Tratado de
Direito administrativo. São Paulo: Freitas Bastos, 1986.
10 He tratado este tema en mi libro Estado, administração pública e sociedade: novos paradigmas.
Livraria do Advogado, 2008.
11 Conforme discutí en mi libro Teoria do Estado: cidadania e poder político na modernidade. Porto
Alegre: Livraria do Advogado, 2001.
12 Que se define aquí como pertenecientes a la supremacía del interés público de la mayor parte de la
población y su indisponibilidad.
13 El Consejo de Estado francés, al tratar de cuestiones administrativas desde esta perspectiva, ya
ha señalado que un acto administrativo o reglamento que viola un principio jurídico configura el
mismo tipo de invalidez que la violación de una norma positiva. En este sentido, véase la obra de
Rivero, Jean. Droit administratif. París: Dalloz, 1981, p. 135. En Brasil, por ejemplo, el Tribunal
Superior de Justicia ha afirmado que los principios y derechos fundamentales a la vida y la salud
son derechos subjetivos inalienables, reconocidos constitucionalmente, cuya primacía, en un Estado
democrático de Derecho como el nuestro, que reserva especial protección a la dignidad humana,
debe superar cualquier tipo de restricciones legales. Recurso especial 836913/RS, recurso especial
2006/0067408-0, 1ª Turma, relator Min. Luiz Fux, juzgado el 08 de mayo de 2007 y publicado en el
Diário de Justiça del 31 de mayo de 2007.
II . L a d i f í c i l c o m p r e n s i ó n d e l a s c l á u s u l a s
institucionales de los c o n t r at o s
a d m i n i s t r at i v o s e n B r a s i l
En Brasil, hace mucho tiempo, la interpretación doctrinal más tradi-
cional sobre los contratos administrativos ha sostenido que, por involu-
crar intereses públicos indisponibles y contar con el poder público como
contratante, sus cláusulas reclaman un carácter peculiar, que en nada
desbordan el sistema jurídico nacional, sino, por el contrario, se encuen-
tran regulado por este. Considerando que la administración pública, por
lo general, solo posee poderes institucionales como herramienta para
realizar la finalidad a la cual está inseparablemente vinculada —de ahí
la afirmación de que desempeña un munus público—, tiene, en realidad,
deberes-poderes y encuentra la tónica, conforme lo señalan Bandeira de
R o g é r i o G e s ta L e a l
17 Me voy a referir a lo que la doctrina brasileña del Derecho administrativo —arriba citada— llama de
“cláusulas exorbitantes”. Yo prefiero tratarlas como preceptos de regulación institucional, pues fueron
normativamente establecidos por ley federal, a toda la administración pública en Brasil, como petición
R o g é r i o G e s ta L e a l
de principio en la gestión de un interés que reclama trato y protección especiales en vista de sus
peculiaridades.
18 Se refiere al artículo 58 de la ley 8666/93, que dispone: “El régimen jurídico de los contratos
administrativos establecido por esta Ley a la Administración, con relación a ellos, la prerrogativa
de: I - modificarlos, unilateralmente, para adaptarse mejor a los fines del interés público, respetando
los derechos del contratista; II – rescindirlos de manera unilateral en los casos especificados
en el numeral I del artículo 79 de esta Ley; III – supervisar su ejecución; IV - aplicar sanciones
motivadas por el incumplimiento total o parcial del contrato; V – en los casos de servicios esenciales,
ocupar temporalmente los bienes muebles, inmuebles, personal y servicios vinculados al objeto del
contrato, en la hipótesis de que haya la necesidad de garantizar la apuración de faltas por parte
del contratista, así como en la hipótesis de rescisión del contrato administrativo. § 1o Las cláusulas
económico-financieras y monetarias de los contratos administrativos no podrán ser alteradas sin
previo consentimiento del contratista. § 2o En la hipótesis del numeral I de este artículo, las cláusulas
económico-financieras del contrato deberán ser revisadas para mantener el equilibrio contractual”.
económico-financiero de la relación.
Esta recomposición está prevista en la Ley de Licitaciones para las situa-
ciones en las que exista una modificación del plazo contractual (artículo
57, párrafo 1, numeral I); para los casos en los que la administración
utiliza su prerrogativa de modificar unilateralmente el contrato dentro
21 Resp 275820/DF RECURSO ESPECIAL 2000/0089438-9 STJ – Relator Ministro Franciulli Netto
(1117) – Órgão Julgador T2 – SEGUNDA TURMA – Data do Julgamento 09/09/2008.
adquirido del contratista, que no podrá ser afectado por las normas que
lo regulan.
Se trata de un principio que protege el valor reajustado en un contrato a
fin de mantener el equilibrio que debe guiar la actividad contratada ante
la carga financiera correspondiente: “El tiempo no tiene la capacidad de
modificar o eliminar esta relación de adecuación; sin embargo, podrán
23 Gomes de Matos, Mauro Roberto. O Contrato administrativo. Río de Janeiro: América Jurídica, 2002.
p. 55.
24 Bandeira de Mello. Curso de Direito… Ob. cit., p. 587.
25 Meirelles, Hely Lopes. Ob. cit., p. 205.
26 Autos do ROMS 15154 / PE; DJ :02/12/2007; Relator Min. LUIZ FUX; PRIMEIRA TURMA.
27 Antiguo artículo 1.058 del Código Civil Brasileño de 1916. Alerta el dispositivo actual, en su párrafo
único, que el caso fortuito y de fuerza mayor se verifican en el hecho necesario, cuyos efectos no se
podrían evitar o impedir.
28 En este sentido, véase la obra de Pereira, Caio Mário da Silva. Instituições de Direito civil. Volumen
1. Forense. Río de Janeiro: 2003, p. 88 y siguientes. Asimismo Lopes, Miguel Maria de Serpa. Curso
de Direito civil. Volumen 1. Freitas Bastos. Río de Janeiro: 2001, p. 118 y siguientes.
29 Por consiguiente, si el contrato no establece el reajuste y si no ocurriera ninguno de los supuestos
fijados en el artículo 65, II, “d”, o en el párrafo 5 del mismo dispositivo, es decir, el aumento de
impuestos o tasas legales, con demostrado impacto sobre los precios, la revisión no será posible y,
por lo tanto, los precios se mantendrán inmodificables.
30 Debe advertirse que, si bien la ley otorga al contratista la facultad de suspender la ejecución
del contrato después de transcurridos más de 90 días sin que la administración pague el precio
contratado, se trata en realidad de un derecho del contratista, a pesar de que algunos autores vean
como necesaria la intervención judicial.
31 Justen Filho, Marçal. Comentários à lei de licitações e contratos administrativos. São Paulo:
Dialética, 2002, p. 528 y siguientes.
32 Bandeira de Mello. Curso de Direito… Ob. cit.
33 Diniz, Maria Helena. Tratado teórico e prático de contratos. Volumen 5. São Paulo: Saraiva, 1996,
p. 334.
34 Gasparini, Diogenes. Direito administrativo. São Paulo: Saraiva, 1993, p. 427.
36 Debe anotarse que, a pesar de que la Constitución Brasileña de 1988 no trata explícitamente sobre
este principio —como sí lo hace la Constitución de Portugal— existen mención implícita en diversos
dispositivos: (a) el principio de adecuación de los medios, en el artículo 138, que se refiere a las
R o g é r i o G e s ta L e a l
garantías constitucionales que quedaron suspendidas durante el Estado de Sitio; (b) el principio
de necesidad, en el artículo 37, IX, sobre la contratación por tiempo determinado de personal para
atender a necesidades transitorias de excepcional interés público; (c) el principio de proporcionalidad
en sentido estricto, en el artículo 173, que señala que, además de los casos previstos en la
Constitución, una explotación directa de actividad económica por parte del Estado solo será permitida
cuando resulte necesaria según a los imperativos de la seguridad nacional o un relevante interés
colectivo, conforme lo defina la ley.
37 Canotilho, José J. Gomes. Direito constitucional. Coímbra: Almedina, 1998, p. 386. El autor advierte
que, en general, no se discute la adopción de la medida en sí misma, pero sí opina que la autoridad
pública pudo haber adoptado otra medida igualmente eficaz y menos perjudicial para los ciudadanos.
Mientras tanto, Larenz insiste en el hecho que ponderar y sopesar es solamente una imagen. No se
trata de grandezas cuantitativamente medibles, sino el resultado de valoraciones que —ahí está la
mayor dificultad— no solo deben dirigirse a una pauta general, sino también a la situación concreta en
cada caso (Larenz, Karl. Metodologia da ciência do Direito. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian,
1997, p. 574). De todos los modos, el autor recuerda que esa ponderación puede estar basada en los
principios de Derecho fundamental y en los principios del Estado de Derecho, y la llamada práctica
judicial y el concepto de justicia (p. 576). En el mismo sentido escribe Alexy, Robert. Teoría de los
derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1997, p. 265.
38 Ob. cit., p. 74.
R o g é r i o G e s ta L e a l
39 RESP 579541 / SP; DJ:19/04/2004; Relator Min. JOSÉ DELGADO; Primeira Turma. El relator enfatiza
que la nulidad de la licitación o del contrato no podría oponerse a los demandantes que actuasen
de buena fe. En el caso, por las conductas descritas, se verifica que hubo concurrencia entre los
demandantes para concretar el acto de forma viciada, es decir, con su conocimiento. Por otra parte,
la corte sostuvo que “[…] la indemnización por los servicios prestados requiere que el contratista
haya actuado de buena fe, lo que no ocurrió en el caso. Los demandantes no son terceros de buena
fe, pues participaron del acto, aprovechándose de su irregularidad. Lo que debe ser protegido es el
interés de terceros que de cualquier modo se involucraron o contrataron con la administración en
virtud del servicio prestado. La administración sólo tiene el deber de indemnizar el contratista si este
no ha contribuido a los daños causados. El principio de la prohibición del enriquecimiento sin causa
se basa en la equidad y en la moralidad, y, por ello, no puede ser invocado por quien celebró contrato
con la administración violando el principio de la moralidad, actuando con comprobada mala fe”.
Abstract: The guaranty trust of the concessionaire company’s shares has al-
lowed the borrowers to hold step in rights in concession projects in Costa Rica.
Key words: Guaranty trust – project finance – step in rights – concession of
public works and public services
* Es socio del bufete BLP Abogados y especialista en Derecho público, regulación económica y
servicios públicos. Se desempeña como profesor de la Maestría en Derecho Público del Instituto
de Enseñanza de Postgrado e Investigación de la Universidad Autónoma de Centroamérica y de la
Facultad de Derecho de la Universidad Latina. Asimismo, es representante del país en la Asociación
Iberoamericana de Estudios de Regulación (asier) y presidente de la Asociación Costarricense de
Estudios de Regulación Económica (acere). E-mail: lortiz@blpabogados.com.
372 Introducción
Hasta hace muy poco tiempo se hacía imposible la existencia de ver-
daderos step in rights1 por parte de los acreedores en los proyectos de
concesión de obra pública con servicios públicos en Costa Rica. De tal
forma, el financiamiento de estos contratos en nuestro país comprendía
un gran riesgo para los acreedores, toda vez que la única garantía con la
que contaban eran los flujos mismos del proyecto, sin que fuera posible
constituir garantías que les sirvieran para tomar el control del proyecto
en caso de incumplimiento por parte de los sponsors o de la sociedad
concesionaria.
No obstante, como paliativo a ese defecto congénito de nuestro ordena-
miento jurídico, en el caso del Contrato de Concesión del Corredor San
José-Caldera se logró constituir un fideicomiso de garantía con el cien
por ciento de las acciones de la sociedad concesionaria.
En las siguientes líneas analizaremos, pues, su fundamento legal.
I . L a co n c e s i ó n d e o b r a co n s e r v i c i o p ú b l i co
e n Co s ta R i c a
1 Los acuerdos directos (step in rights) son acuerdos en los que las entidades financieras se reservan
el derecho a subrogarse en la posición de la sociedad vehículo o a designar un tercero que la
sustituya en caso de incumplimientos. Esto con el fin de garantizar el buen fin del proyecto hasta
su entrega total y sin que sea necesario esperar a su finalización. De esta manera, se pretende
conservar los contratos fundamentales del proyecto en caso de incumplimiento o quiebra, así, el
contrato de construcción, de suministro, de compraventa, y el de explotación y mantenimiento. Véase
Vañó Vañó, M.J. El contrato de project finance. Valencia: Tirant Lo Blanch, 2002, pp. 204-205.
2 Anteriormente vigente en nuestro país, el contrato-ley se definía como “el acto creador de relaciones
jurídicas patrimoniales, suscrito entre el gobierno y un sujeto particular, que es aprobado o ratificado
por la Asamblea Legislativa, y que no puede ser modificado en virtud de ley posterior, sino únicamente
por acuerdo de partes” (Woodbridge, P. El contrato ley. San José: Editorial Costa Rica, 1972, p. 114).
3 Procuraduría General de la República. Contratos Northern Railway Co: resumen de conceptos. San
José: Autor, 1983, pp. 26- 28 y 33.
4 Santos Castro, A.M. “La garantía de acuerdos directos bajo el modelo de financiamiento de
proyectos y la cesión en contratos de concesión de obras públicas”. Tesis para optar por el grado de
licenciada en Derecho (no publicada). Universidad de Costa Rica, 2004.
nalmente lo ha caracterizado.
De esta forma, el contrato de concesión de obra con servicio público
se caracteriza por ser personalísimo, lo que implica que las condiciones
del oferente son determinantes para su selección. En razón de ello, el
concesionario es seleccionado por la administración pública en virtud
10 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, resolución 2101-91 de las 08:45 horas del 18 de
octubre de 1991.
11 A diferencia de otros ordenamientos jurídicos donde la figura de la especial sujeción o supremacía
especial ha sido incorporada a base de jurisprudencia, en Costa Rica la figura es parte del Derecho
positivo por disposición del artículo 14 de la Ley General de la Administración Pública (ley 6227) que,
a la letra, dice: “Artículo 14.- 1. Los principios generales de derecho podrán autorizar implícitamente
los actos de la Administración Pública necesarios para el mejor desarrollo de las relaciones especiales
creadas entre ella y los particulares por virtud de actos o contratos administrativos de duración. 2.
Las limitaciones y las sanciones disciplinarias, en este caso, podrán alcanzar hasta la suspensión
temporal de los derechos y bienes creados por la Administración dentro de la relación especial, pero
no la negación ni la supresión de los mismo, ni de los otros propios del particular. 3. El Juez tendrá
contralor de legalidad sobre los actos de la Administración dentro de este tipo de relaciones”.
Abstract: This article tries to explain the determinants of collusion and its
economic consequences for public procurement. Employing a wide variety of
models econometric collusion, this paper concludes that collusion is generat-
ed mainly by the productive sector, the independence of the buyer, amount of
money involved, the possibility of outsourcing, the number of bids and award-
ing scheme. After this research, a standard econometric approach to OLS
was implemented, Probit and Logit for determinants, their significance and
magnitude. The independent and dependent variables were chosen following
a thorough literature review, along with consultation with experts in the Chil-
ean procurement agency. The results of this study are not fully conclusive,
because it is considering possibilities of collusion, without proper legal trial.
Key words: Procurement – collusion – corruption – competence
* Los autores pertenecen a la división de Mercado Público del departamento de Investigación, Dirección
de Compras y Contratación Públicas de Chile Compra, como parte del Ministerio de Hacienda de
Chile.
386 I n t r o d u cc i ó n
La Dirección de Contratación y Compras Públicas es la institución res-
ponsable de proveer una exclusiva y centralizada plataforma para ejecu-
tar todas las compras que requieren los organismos públicos en Chile.
En este sentido, uno de los principales objetivos de esta institución es
generar las condiciones para un mercado eficiente y no discriminatorio.
Así, esta entidad busca proporcionar los medios para lograr la transpa-
rencia, y por lo tanto es fundamental preguntarse cómo lograr la libre
competencia y el comportamiento no-coludido.
Según su experiencia en el trabajo cotidiano, nuestros funcionarios sa-
ben que la colusión puede afectar a los procesos de dos maneras princi-
pales. Por un lado, la colusión no permite la libre competencia o inter-
cambio necesarios para obtener precios eficientes; es decir, ella genera
graves pérdidas económicas a través de pagos excesivos o injustificados
—especialmente en el caso de la colusión entre proveedores—. Por otro
lado, daña seriamente la percepción de transparencia —especialmente
en el caso de la colusión entre un proveedor y un comprador público—.
La colusión se previene y detecta utilizando algunas herramientas prin-
Juan Francisco Martínez S. / David Escobar / Claudio Loyola
I . H e ch o s e s t i l i z a d o s d e c o l u s i ó n
La colusión en las licitaciones públicas se produce en dos dimensiones.
La primera es cuando las empresas se ponen de acuerdo para aumen-
tar sus ganancias de manera ilícita. En las licitaciones públicas, estas
se ponen de acuerdo para aumentar sus ofertas para obtener beneficios
adicionales al proporcionar el bien o servicio requerido. En este caso, los
Tabla 3
Región % <3 Ofertas
Arica y Parinacota 40,60%
Tarapacá 39,62%
Antofagasta 41,25%
Atacama 37,93%
Coquimbo 39,90%
Valparaíso 31,17%
Metropolitana 30,18%
Lib. Gral. Bdo. O’higgins 30,67%
Maule 31,04%
Bío-Bío 30,60%
Araucanía 34,68%
Los Ríos 31,01%
Los Lagos 37,14%
Aysén 48,54%
Magallanes y Antártica 35,28%
Total 32,67% Elaboración propia.
| | |
-.5 0 .5
Elaboración propia.
II . E v i d e n c i a e m p í r i c a
La metodología de esta investigación consiste en regresiones de corte
transversal MCO y un análisis de regresión binaria probabilística. Esta
metodología permitirá explicar los efectos causales relacionados con la
colusión. Buscaremos los determinantes de la posible colusión y descri-
biremos las explicaciones de los patrones de comportamiento. Este en-
foque es muy simple; sin embargo, ofrece perspectivas extremadamente
poderosas.
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
66
8 Con el primer componente principal, explicamos el 31% de la variación. Al incluir los primeros y
segundos componentes, explicamos el 56% de esta variación.
(*) Mean first row, sd second row, all data is percentage of the total.
Tabla 5
Dummy Difference adj/ New Prov Excessive difference
Region
bids eval price awarded at 1st adj/eval price (cases)
Antofagasta 30,8% 9,8% 5,2% 0,9%
Juan Francisco Martínez S. / David Escobar / Claudio Loyola
(*) Mean first row, sd second row, all data is percentage of the total.
Possibility of
subcontracting
Dummy
bids
Difference
Tabla 6
adj/eval price
New Prov
awarded at 1st
Excessive difference
adj/eval price (cases)
395
No 46% 11% 4% 2% Sobre los
183% 19% 19% 13% determinantes
Yes 30% 10% 4% 1% de la colusión
120% 18% 19% 12% en las compras
Total 44% 11% 4% 2% públicas: el caso
174% 19% 19% 13% de Chile
(*) Mean first row, sd second row, all data is percentage of the total. The determinants
of Collusion
Tabla 7 in public
Enterprise size
Dummy Difference adj/ New Prov Excessive difference procurement:
bids eval price awarded at 1st adj/eval price (cases)
the case of Chile
Food beverage 16% 25% 3% 7%
74% 27% 17% 26%
Fuel lubricant 17% 12% 2% 3%
69% 21% 13% 16%
Manufacturing comp & supp 25% 11% 1% 0%
62% 15% 10% 0%
(*) Mean first row, sd second row, all data is percentage of the total.
análisis: en vez de trabajar con las ofertas como datos atómicos indivi-
duales, utilizamos el proceso de licitación y sus características. Por eso
utilizamos el estándar MCO, Probit y Logit en datos de corte transversal,
pero de todas maneras controlamos por tendencias de tiempo con la
variable independiente fecha de publicación. La siguiente tabla resume el
primer conjunto de regresiones.
La primera y segunda columna de este conjunto de regresiones incluye
un modelo en que el patrón de colusión está relacionado con el hecho
de que hay nuevos proveedores que han sido adjudicados en la primera opor-
tunidad en que ingresan una oferta. La variable dependiente es binaria, y
ejecutamos un modelo Probit y Logit para este conjunto de regresiones.
La tercera columna ofrece una estimación de la colusión cuando hay
ganadores repetidos: la variable toma el valor de la cantidad de procesos
adjudicados al mismo proveedor por una unidad de compra específica.
La cuarta columna representa las ofertas falsas. En este caso, la varia-
ble considera el valor de la cantidad de ofertas que son más del doble
del precio adjudicado —solo para el caso de procesos adjudicados a un
solo proveedor—. La quinta columna representa la regresión cuando la
10 Se trata de la Unidad Tributaria Mensual, con un valor aproximado de US$ $57 a diciembre de 2008.
11 Podríamos haber estimado un modelo estructural. Esto resolvería preguntas relacionadas con el
carácter óptimo de los precios de reserva o los precios inflados impuestos por los oferentes. Dejamos
este tipo de estimación para investigaciones futuras por dos razones principales: primero, nuestro
análisis se centra exclusivamente en el aspecto de la colusión; segundo, la naturaleza de corte
transversal de nuestros datos y la complejidad del entorno de la generación de datos sugieren evitar
un enfoque estructural complejo.
12 Como en Bajari, Patrick y Garret Summers. “Detecting collusion in procurement auctions”, 2002,
entre otros.
Subcontratación (0,1) 0.001 0.063 1,790 0.010 -0.012 -0.002 -0.170 0.054 -0.037
(0.86) (1.10) (2.95)*** (0.59) (1.40) (0.96) (0.95) (1.41) (1.01)
Fecha de publicación (# de logs) -0.224 -11,970 52,216 2,859 -0.638 -0.156 -11,714 -0.489 1,831
(7.36)*** (7.48)*** (3.23)*** (6.64)*** (2.55)** (2.44)** (2.36)** (0.45) (1.74)*
Cantidad de ofertas -0.001 -0.077 -0.426 0.032 0.001 -0.000 -0.011 0.015 0.030
(6.78)*** (7.12)*** (7.14)*** (19.79)*** (0.51) (0.51) (0.45) (2.41)** (5.08)***
Cantidad de proveedores adjudicados 0.001 0.066 1,341 -0.027 -0.001 -0.003 -0.230 -0.049 -0.081
(3.64)*** (4.20)*** (10.92)*** (8.15)*** (0.04) (0.69) (0.68) (2.08)** (3.61)***
in public
Sobre los
66
399
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
-0.000
(2)
at1st_logi
-0.002
(3)
repeated_
-0.070
(4)
dummybi
-0.001
(5)
diff_ols
0.000
(6)
ediff_pro
0.000
(7)
ediff_log
0.003
(8)
O-O
0.001
400
(9)
O-D
-0.000
(4.15)*** (4.57)*** (18.13)*** (6.86)*** (6.53)*** (2.74)*** (2.84)*** (3.41)*** (0.27)
Tarapacá (0,1) 0.001 0.064 6,417 0.002 -0.028 -0.007 -0.757 -0.025 0.220
(0.30) (0.26) (2.83)*** (0.04) (0.91) (1.46) (1.47) (0.18) (1.65)*
Antofagasta (0,1) 0.013 0.528 2,430 -0.046 -0.048 -0.011 -1,559 -0.244 0.017
(2.29)** (2.31)** (1.09) (0.76) (1.64) (2.83)*** (2.75)*** (1.79)* (0.13)
Atacama (0,1) 0.004 0.236 1,633 0.019 -0.062 -0.011 -1,566 -0.212 0.021
(0.76) (0.97) (0.70) (0.31) (2.01)** (2.46)** (2.31)** (1.51) (0.15)
Coquimbo (0,1) 0.019 0.706 -0.292 -0.013 -0.089 -0.011 -1,821 -0.369 0.078
(3.16)*** (3.10)*** (0.12) (0.21) (2.78)*** (2.47)** (2.30)** (2.50)** (0.55)
Valparaíso (0,1) 0.005 0.271 11,101 -0.002 -0.052 -0.011 -1,160 -0.061 -0.031
(1.19) (1.28) (5.64)*** (0.04) (2.05)** (2.87)*** (2.84)*** (0.53) (0.28)
Metropolitana (0,1) 0.003 0.183 18,626 0.158 -0.042 -0.011 -0.905 -0.103 -0.006
(0.90) (0.90) (9.90)*** (3.13)*** (1.76)* (2.42)** (2.48)** (0.94) (0.05)
O’Higgins (0,1) 0.009 0.376 -2,408 0.013 -0.093 -0.012 -1,728 -0.198 0.157
(1.82)* (1.72)* (1.13) (0.24) (3.39)*** (3.19)*** (3.04)*** (1.57) (1.29)
Maule (0,1) 0.012 0.516 2,252 -0.135 -0.059 -0.010 -1,114 -0.150 -0.005
(2.37)** (2.36)** (1.07) (2.40)** (2.13)** (2.31)** (2.23)** (1.18) (0.04)
Bío-Bío (0,1) 0.004 0.199 6,073 -0.079 -0.019 -0.009 -0.860 -0.115 -0.002
(0.90) (0.95) (3.11)*** (1.51) (0.74) (2.25)** (2.20)** (0.99) (0.02)
Araucanía (0,1) 0.005 0.252 -0.034 -0.053 -0.002 -0.001 -0.036 -0.043 0.094
Los Ríos (0,1) 0.014 0.534 -6,610 -0.080 -0.084 -0.370 -0.039
(2.26)** (2.18)** (2.63)*** (1.20) (2.12)** (1.99)** (0.22)
Los Lagos (0,1) 0.014 0.559 -5,695 -0.007 -0.054 -0.009 -0.928 -0.117 0.155
(2.74)*** (2.65)*** (2.80)*** (0.13) (2.01)** (2.14)** (2.07)** (0.95) (1.32)
Magallanes (0,1) 0.009 0.385 0.871 0.006 -0.082 -0.010 -1,365 -0.232 -0.108
(1.67)* (1.58) (0.37) (0.09) (2.53)** (2.32)** (2.23)** (1.61) (0.78)
Aysén (0,1) 0.013 0.552 -4,997 -0.080 -0.008 -0.007 -0.599 -0.181 0.005
(2.40)** (2.42)** (2.15)** (1.28) (0.26) (1.39) (1.27) (1.35) (0.04)
in public
Sobre los
66
401
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
Subcontratación (0,1) 0.000 0.036 -0.323 0.002 -0.006 -0.001 -0.117 -0.020 0.002
(0.47) (0.78) (0.68) (0.17) (1.12) (0.87) (0.74) (0.74) (0.07)
Fecha de publicación (# de log) -0.216 -10.285 52.648 2.117 -0.502 -0.124 -10.942 -1.159 0.746
(7.60)*** (7.82)*** (4.10)*** (6.18)*** (2.93)*** (2.69)*** (2.50)** (1.44) (1.06)
Cantidad de ofertas -0.001 -0.072 -0.488 0.042 0.001 0 -0.016 0.027 0.047
(7.69)*** (7.87)*** (9.48)*** (30.18)*** (2.04)** (0.64) (0.67) (5.57)*** (11.25)***
Cantidad de proveedores adjudicados 0.001 0.074 1.013 -0.020 -0.009 -0.004 -0.361 -0.063 -0.059
(4.49)*** (5.03)*** (9.54)*** (6.85)*** (0.71) (1.13) (1.29) (3.02)*** (3.23)***
Adjudicaciones múltiples (0,1) -0.001 -0.010 3.244 -0.102 0.204 0.008
in public
Sobre los
66
405
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
(1)
at1st_probit
(2)
at1st_logit
(3) (4)
repeated_ols dummybids_ols
(5)
diff_ols
(6)
ediff_prob
(7)
ediff_log
(8) 406
(9)
O-O component O-D component
Cantidad de unidades de compra del 0.000 -0.001 -0.043 -0.001 0.000 0.000 0.002 0.000 0.000
organismo
(2.50)** (2.88)*** (13,50)*** (6.03)*** (2.48)** (2.15) (2.27)** (0.43) (0.38)
Tarapacá 0.003 0.132 5.508 -0.001 -0.029 -0.004 -0.325 -0.066 0.127
(0.63) (0.72) (3,11)*** (0.03) (1.38) (0.86) (0.74) (0.66) (1.44)
Antofagasta 0.013 0.492 4.347 -0.030 -0.035 -0.009 -1.618 -0.274 0.073
(2.72)*** (2.86)*** (2.51) (0.65) (1.77)* (3.21)*** (3.07)*** (2.84)*** (0.86)
Atacama 0.005 0.237 1.076 0.004 -0.037 -0.007 -1.024 -0.219 0.086
(1.07) (1.29) (0.60) (0.08) (1.77)* (2.00)** (2.01)** (2.17)** (0.97)
Coquimbo 0.011 0.423 -0.108 -0.018 -0.049 -0.009 -1.687 -0.273 0.052
(2.34)** (2.44)** (0.06) (0.37) (2.36)** (2.72)*** (2.52)** (2.69)*** (0.59)
Valparaíso 0.005 0.264 0.911 -0.008 -0.036 -0.008 -1.015 -0.087 -0.012
(1.43) (1.65)* (5.91)*** (0.20) (2.09)** (2.69)*** (2.63)*** (1.02) (0.16)
Metropolitana 0.003 0.157 14.380 0.136 -0.022 -0.006 -0.553 -0.117 0.028
(0.86) (1.02) (9.78)*** (3.43)*** (1.33) (1.68)* (1.60) (1.45) (0.40)
O’Higgins 0.003 0.154 -1.342 0.003 -0.050 -0.009 -1.486 -0.111 0.146
(0.83) -0.92 (0.81) (0.08) (2.68)*** (3.17)*** (2.93)*** (1.22) (1.82)*
Maule 0.007 0.31 -0.587 -0.125 -0.033 -0.006 -0.807 -0.151 0.029
(1.62) (1.85)* (0.36) (2.82)*** (1.74)* (1.94)* (1.81)* (1.65)* (0.37)
Bío-Bío 0.002 0.13 3.791 -0.066 -0.020 -0.007 -0.716 -0.149 0.017
(0.55) (0.82) (2.48)** (1.61) (1.18) (2.12)** (1.94)* (1.17)* (0.23)
Araucanía 0.002 0.14 0.826 -0.040 -0.004 0.000 0.027 -0.094 0.078
Los Ríos (0,1) 0.009 0.364 -5.652 -0.045 -0.061 -0.009 -2.063 -0.362 0.084
(1.84)* (1.88)* (2.86)*** (0.86) (2.27)** (2.20)** (1.95)* (2.71)*** (0.72)
Los Lagos (0,1) 0.008 0.344 -3.137 -0.003 -0.042 -0.007 -0.788 -0.185 0.153
(2.12)** (2.15)** (1.98)** (0.06) (2.32)** (2.07)** (1.88)* (2.11)** (1.98)**
Magallanes 0.008 0.34 2.127 -0.016 -0.070 -0.009 -1.606 -0.255 -0.018
(1.77)* (1.83)* (1.16) (0.33) (3.28)*** (2.83)*** (2.65)*** (2.47)** (0.20)
Aysén 0.009 0.388 -2.188 -0.069 -0.014 -0.004 -0.364 -0.227 0.055
(2.03)** (2.20)** (1.20) (1.40) (0.71) (1.00) (0.85) (2.38)** (0.66)
Tamaño de la licitación (1 si es entre
0.002 0.073 -7.126 0.127 -0.041 -0.019 -1.556 -0.122 -0.054
100-1000 UTM
(1.80)* (1.53) (14.84)*** (9.86)*** (6.87)*** (8.49)*** (8.62)*** (4.20)*** (2.10)**
in public
Sobre los
66
407
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
eqsupclean
(1)
at1st_probit
-0.013
(2)
at1st_logit
-1.128
(3)
-6.821
(4)
repeated_ols dummybids_ols
0.341
(5)
diff_ols
-0.061
(6)
ediff_prob
-0.009
(7)
ediff_log
-1.796
(8)
408
(9)
O-O component O-D component
-0.263 -0.025
(2.86)*** (2.66)*** (3.06)*** (5.71)*** (1.54) (1.90)* (1.74)* (1.37) 5
machaccmining 0.014 0.485 -8.139 0.101 -0.122 -0.007 -1.056 -0.665 0.189
(2.00)** (1.94)* (2.61)*** (1.20) (3.20)*** (1.06) (1.01) (3.52)*** (1.14)
machaccconstr -0.001 -0.036 -1.287 0.105 0.044 -0.004 -0.385 0.020 0.144
(0.25) (0.16) (0.60) (1.81)+ (1.27) (0.75) (0.75) (0.12) (0.98)
machaccengen 0.001 0.055 -11.505 0.175 0.010 -0.003 -0.276 -0.099 0.196
(0.11) (0.20) (4.67)*** (2.65)*** (0.27) (0.48) (0.49) (0.57) (1.30)
machaccmatsto -0.001 -0.086 -9.005 0.234 -0.007 -0.008 -1.516 0.047 0.08
(0.15) (0.29) (3.41)*** (3.32)*** (0.13) (1.60) (1.47) (0.22) (0.42)
macheqservind 0.000 -0.049 -14.637 0.231 -0.039 -0.003 -0.366 -0.180 0.455
(0.05) (0.10) (3.71)*** (2.19)** (0.97) (0.46) (0.48) (0.91) (2.62)***
maccplantanim 0.023 0.743 -8.158 0.133 -0.086 -0.008 -1.643 -0.443 0.035
(3.03)*** (3.20)*** (2.73)*** (1.66)* (2.26)** (1.66)* (1.59) (2.43)** (0.22)
matprodpaper -0.010 -0.774 -9.406 0.136 -0.016 0.000 -0.020 0.096 0.365
(2.04)** (2.08)** (4.45)*** (2.39)** (0.51) (0.08) (0.04) (0.61) (2.63)***
matminerplanim -0.002 -0.048 -9.378 0.152 -0.072 -0.009 -1.913 -0.241 -0.032
(0.49) (0.25) (5.15)*** (3.12)*** (2.78)*** (2.76)*** (2.55)** (1.91)* (0.29)
pharmprod -0.016 -1.829 44.074 0.175 -0.064 -0.007 -1.184 0.684 -0.556
(4.18)*** (3.95)*** (34.31)*** (5.08)*** (2.76)*** (2.45)** (2.48)** (6.66)*** (6.16)***
furnit -0.009 -0.580 -9.877 0.153 -0.058 -0.007 -1.004 -0.335 -0.023
(2.69)*** (2.64)*** (5.97)*** (3.44)*** (2.28)** (2.11)** (2.13)** (2.72)*** (0.22)
in public
Sobre los
66
409
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
(1)
at1st_probit
(2)
at1st_logit
(3) (4)
repeated_ols dummybids_ols
(5)
diff_ols
(6)
ediff_prob
(7)
ediff_log
(8) 410
(9)
O-O component O-D component
Subcontratación (0,1) 0.000 0.024 -0.446 0.011 -0.012 -0.002 -0.119 -0.024 0.013
(0.19) (0.41) (0.76) (0.68) (1.45) (0.73) (0.64) (0.64) (0.36)
Fecha de publicación (# de log) 0.188 -11.592 69.708 2.956 -0.695 -0.150 -12.407 -0.285 1.445
(7.04)*** (7.11)*** (4.47)*** (6.85)*** (2.88)*** (2.49)** (2.45)** (0.27) (1.35)
Cantidad de ofertas 0.001 -0.053 -0.580 0.033 0.001 0.000 0.000 0.015 0.031
(4.79)*** (4.99)*** (9.97)*** (20.08)*** (0.75) (0.09) (0.00) (2.58)*** (5.18)***
Cantidad de proveedores adjudicados 0.000 0.038 1.169 -0.028 0.009 -0.001 -0.120 -0.057 -0.065
(1.87)* (2.36)** (9.75)*** (8.53)*** (0.48) (0.33) (0.35) (2.56)** (2.88)***
Adjudicaciones múltiples (0,1) 0.001 -0.029 2.572 -0.280 0.000 0.104 -0.160
(0.62) (0.38) (3.98)*** (15.52)*** (.) (1.51) (2.30)**
in public
Sobre los
66
411
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
Tarapacá
(1)
at1st_probit
0.001
(2)
at1st_logit
0.088
(3)
6.340
(4)
repeated_ols dummybids_ols
0.013
(5)
diff_ols
-0.051
(6)
ediff_prob
-0.007
(7)
ediff_log
-0.770
(8)
412
(9)
O-O component O-D component
-0.101 0.220
(0.18) (0.36) (2.91)*** (0.21) (1.75)* (1.56) (1.47) (0.77) (1.65)*
Antofagasta 0.010 0.559 2.659 -0.055 -0.045 -0.010 -1.564 -0.230 0.043
(2.20)** (2.42)** (1.24) (0.92) (1.61) (2.85)*** (2.73)*** (1.77)* (0.33)
Atacama 0.002 0.241 0.850 0.014 -0.058 -0.010 -1.641 -0.209 0.062
(0.56) (0.98) (0.38) (0.22) (1.99)** (2.48)** (2.39)** (1.57) (0.46)
Coquimbo 0.015 0.692 -0.705 -0.012 -0.060 -0.010 -1.779 -0.279 0.105
(2.90)*** (3.01)*** (0.31) (0.18) (1.98)** (2.40)** (2.24)** (1.98)** (0.74)
Valparaíso 0.005 0.331 0.750 -0.011 -0.042 -0.009 -1.068 -0.066 0.014
(1.23) (1.55) (5.67)*** (0.20) (1.76)* (2.57)** (2.56)** (0.59) (0.12)
Metropolitana 0.002 0.208 16.161 0.147 -0.033 -0.009 -0.795 -0.103 0.035
(0.74) (1.01) (8.93)*** (2.92)*** (1.44) (2.15)** (2.13)** (0.98) (0.33)
O’Higgins 0.006 0.357 -1.691 -0.001 -0.079 -0.010 -1.619 -0.195 0.210
(1.45) (1.62) (0.83) (0.01) (3.04)*** (2.98)*** (2.81)*** (1.61) (1.72)*
Maule 0.009 0.527 -0.665 -0.149 -0.041 -0.008 -0.972 -0.162 0.043
(2.12)** (2.39)** (0.33) (2.64)*** (1.56) (1.97)** (1.91)* (1.33) (0.35)
Bío-Bío 0.003 0.241 4.851 -0.085 -0.033 -0.009 -0.866 -0.207 0.051
(0.83) (1.14) (2.58)*** (1.62) (1.36) (2.30)** (2.16)** (1.87)* (0.46)
Araucanía 0.003 0.229 0.913 -0.061 -0.011 -0.002 -0.102 -0.081 0.099
(0.79) (1.05) (0.46) (1.10) (0.45) (0.35) (0.26) (0.73) (0.87)
Los Ríos (0,1) 0.011 0.517 -6.647 -0.087 -0.075 -0.390 -0.006
(2.04)** (2.08)** (2.75)*** (1.29) (2.00)** (2.21)** (0.03)
Los Lagos (0,1) 0.010 0.548 -3.802 -0.013 -0.050 -0.008 -0.849 -0.144 0.221
(2.44)** (2.56)** (1.94)* (0.23) (1.96)* (1.97)** (1.87)* (1.23) (1.87)*
Magallanes 0.007 0.388 2.350 0.000 -0.092 -0.010 -1.446 -0.232 -0.107
(1.48) (1.58) (1.04) (0.01) (3.02)*** (2.45)** (2.33)** (1.69)* (0.77)
Aysén 0.012 0.599 -2.692 -0.088 -0.024 -0.006 -0.641 -0.237 0.031
(2.37)** (2.60)*** (1.20) (1.42) (0.86) (1.47) (1.33) (1.86)* (0.24)
Tamaño de la licitación (1 si es entre
100-1000 UTM 0.002 0.100 -7.487 0.170 -0.045 -0.019 -1.460 -0.125 0.021
(1.80)* (1.64) (12.39)*** (10.10)*** (4.51)*** (6.83)*** (6.88)*** (2.76)*** (0.45)
Tamaño de la licitación (1 si es > 1000
UTM) 0.003 0.154 -7.894 0.287 -0.063 -0.013 -2.351 -0.221 0.238
(1.34) (1.27) (6.90)*** (9.02)*** (3.17)*** (5.43)*** (5.44)*** (2.42)** (2.58)***
Coeficiente de variación (ofertas stdev/
media) 0.004 0.226 0.120 0.560 0.011 0.005 0.355 0.244 0.602
(5.07) ***(4.99) ***(0.25) (42.35)*** (1.18) (2.48)** (2.27)** (6.16)*** (15.04)***
in public
Sobre los
66
413
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
machaccengen
(1)
at1st_probit
0.000
(2)
at1st_logit
-0.024
(3)
-11.250
(4)
repeated_ols dummybids_ols
0.203
(5)
diff_ols
0.055
(6)
ediff_prob
0.002
(7)
ediff_log
0.102
(8)
414
(9)
O-O component O-D component
-0.021 0.141
(0.01) (0.07) (3.78)*** (2.46)** (1.20) (0.21) (0.17) (0.10) (0.67)
machaccmatsto 0.000 -0.105 -7.969 0.329 0.053 -0.008 -1.083 0.170 0.119
(0.01) (0.29) (2.42)** (3.61)*** (0.75) (1.12) (1.04) (0.63) (0.44)
maccplantanim 0.014 0.605 -7.122 0.169 -0.046 -0.008 -1.186 -0.328 0.092
(1.99)** (2.06)** (1.95)* (1.67)* (0.84) (1.14) (1.13) (1.35) (0.38)
matminerplanim 0.002 -0.138 8.168 0.272 -0.041 -0.009 -1.435 -0.163 0.091
(0.61) (0.59) (3.66)*** (4.38)*** (1.18) (1.96)* (1.87)* (1.03) (0.57)
pharmprod 0.012 -1.734 43.689 0.094 -0.051 -0.008 -1.204 0.740 -0.605
(3.86)*** (3.70)*** (28.80)*** (2.23)** (1.67)* (2.05)** (2.13)** (5.95)*** (4.81)***
furnit 0.008 -0.839 -8.833 0.193 -0.045 -0.007 -0.907 -0.283 -0.035
(3.13)*** (3.13)*** (4.59)*** (3.60)*** (1.40) (1.67)* (1.71)* (1.93)* (0.23)
accfurnelectr 0.009 -0.988 -14.701 0.145 -0.008 -0.006 -0.633 -0.120 0.036
(2.69)*** (2.62)*** (6.86)*** (2.43)** (0.24) (1.17) (1.19) (0.82) (0.24)
socorg 0.046 1.184 -0.227 0.139 -0.160 -0.353 -0.197
(1.84)* (1.76)* (0.02) (0.40) (0.89) (0.41) (0.23)
polsocconsult 0.031 1.010 -8.508 0.053 -0.174 -0.010 -2.204 -0.901 0.066
(5.76)*** (5.66)*** (3.48)*** (0.78) (6.41)*** (2.22)** (2.10)** (7.24)*** (0.53)
prodpublicpre 0.009 -0.961 -10.986 0.223 0.056 0.002 0.087 -0.099 0.019
(2.68)*** (2.68)*** (4.67)*** (3.42)*** (1.17) (0.21) (0.15) (0.47) (0.09)
rubmat 0.039 1.097 1.097 0.074 -0.127 -0.300 -0.149
(1.96)** (1.73)* (0.13) (0.31) (0.71) (0.35) (0.17)
healthfood 0.015 0.599 -5.640 0.032 -0.147 -0.009 -1.472 -0.744 -0.053
fooddrinkser 0.004 0.135 2.056 0.198 -0.170 -0.012 -2.994 -0.463 -0.159
(1.38) (0.84) (1.06) (3.68)*** (7.09)*** (3.19)*** (2.86)*** (4.31)*** (1.46)
servagrfish 0.009 0.381 -5.666 0.232 -0.109 -0.009 -1.280 -0.510 0.086
(2.93)*** (2.61)*** (3.60)*** (5.30)*** (4.50)*** (2.84)*** (2.93)*** (4.65)*** (0.78)
servconstr 0.003 -0.209 -1.131 0.274 0.023 -0.004 -0.386 0.071 0.084
(1.27) (1.51) (0.83) (7.25)*** (1.02) (1.04) (1.17) (0.70) (0.81)
servperscare 0.019 0.743 -10.849 -0.024 0.015 -0.004 -0.629 -0.352 -0.091
(2.87)*** (2.95)*** (2.98)*** (0.23) (0.22) (0.39) (0.60) (1.13) (0.29)
servindclean 0.010 0.432 -6.297 0.133 -0.088 -0.007 -0.835 -0.583 -0.184
(2.72)*** (2.55)** (2.97)*** (2.25)** (2.23)** (1.20) (1.08) (3.15)*** (0.98)
servpublicit 0.005 -0.356 -9.429 0.335 -0.093 -0.008 -1.135 -0.279 0.254
in public
Sobre los
66
415
of Collusion
procurement:
de la colusión
determinantes
en las compras
the case of Chile
públicas: el caso
The determinants
ejecutamos regresiones sin constante pero con todas las variables ficticias
para verificar si la constante agrega información o no. Este análisis se
ejecuta para todas las especificaciones que tenemos. Las regresiones no
varían con respecto a los resultados que obtuvimos en la sección anterior;
obviamente, está aun más claro el efecto de cada variable ficticia.
En segundo lugar, ejecutamos regresiones (tabla 8b) y agregamos el
coeficiente de variación de las ofertas como una variable explicativa
para detectar si esta nos ayuda a explicar la colusión. Finalmente, los
resultados confirman la teoría porque, a mayor variación entre ofertas
—controlando por todas las demás variables—, existen mayores proba-
bilidades de colusión. Los resultados no varían mucho con esta nueva
especificación.
Por último, probamos los residuales de regresión lineal para verificar que
todas las regresiones contienen ruido blanco. El análisis gráfico se mues-
tra en el apéndice 2. Claramente, no hay preocupaciones sobre el sesgo
de nuestros residuales de regresión; estos siguen la línea estándar de los
supuestos de regresión.
IV . C o n c l u s i o n e s
Al utilizar un enfoque estándar de análisis MCO, Probit y Logit, pode-
mos encontrar patrones de comportamiento que indican la presencia de
colusión. La variabilidad explicada no es demasiado grande, debido a
que es un fenómeno sutil. Sin embargo, este análisis nos permite obtener
Resumen: El Código de los Contratos Públicos (CCP) regula, por un lado, los
procedimientos de formación de la generalidad de contratos públicos y, por otro
lado, establece el régimen aplicable a la generalidad de los contratos administra-
tivos. En atención a ello, un contrato celebrado por una entidad pública podrá
no ser un contrato administrativo y, sin embargo, tampoco será un contrato de
derecho privado, mas sí un contrato público. En estos casos, a pesar de no tratarse
de un contrato de Derecho administrativo, su relevancia pública lo somete a un
procedimiento de formación regulado por normas propias del Derecho adminis-
trativo, de donde resulta que es calificado como un contrato público, en el senti-
do y para el efecto en que el Derecho de la Unión Europea utiliza esta expresión.
Palabras clave: Contratos públicos – contratos administrativos – Derecho
administrativo – contratación con el Estado
Abstract: The Public Contract Code (PCC) regulates, on the one hand,
the training procedures of the general public contracts and on the other
hand, establishes the regime applicable to the generality of administrative
contracts. In view of this, a contract concluded by a public entity may not be
an administrative contract and, however, will not be a private law contract, but
it can be public contract. In these cases, despite not being a administrative law
contract, the public relevance submit it to a training procedure regulated by
rules of Administrative Law, where it is classified as a public contract within the
meaning and the effect that the law of the European Union uses this expression.
Key words: Public procurement – administrative contracts – administrative
law – contracting with the State
1 El Código de los Contratos Públicos fue aprobado por el decreto ley 18/2008, del 29 de enero, y
modificado por el decreto ley 223/2009, del 11 de septiembre, y por el decreto ley 278/2009 del 2 de
octubre.
2 Confróntese Caetano, Marcello. Manual de Direito administrativo. Volumen I. Coimbra: 1984, pp. 579
y siguientes.
3 Para la revisión de este concepto, confróntese, por todos, Correia, Sérvulo. Legalidade e autonomia
contratual nos contratos administrativos. Coimbra: 1987, pp. 418-420; Freitas do Amaral, Diogo.
Curso de Direito administrativo. Volumen II. Coimbra: 2001, p. 558; Gonçalves, Pedro. O contrato
administrativo – uma instituição do nosso tempo. Coimbra: 2003, pp. 64-65.
4 Para la caracterización del estatuto de sujeción o subordinación del contratante privado en el ámbito
Mario Aroso de Almeida
8 Nos referimos al Estatuto de los Tribunales Administrativos y Fiscales de 2002, aprobado por la
ley 13/2002 del 19 de febrero y modificado por la ley 107-D/2003 del 31 de diciembre; así como al
Código de Procesos en los Tribunales Administrativos, aprobado por la ley 15/2002 del 22 de febrero
y modificado por la ley 4-A/2003 del 19 de febrero.
9 Confróntese Aroso de Almeida, Mário, “Implicações de direito substantivo da reforma do contencioso
administrativo”. Cadernos de Justiça Administrativa, Nº 34, p. 78.
10 Confróntese Freitas do Amaral, Diogo y Mário Aroso de Almeida. Grandes linhas da reforma do
contencioso administrativo. Tercera edición. Coimbra: 2005, p. 44.
11 No podemos dejar de destacar esta concepción, que vino al encuentro de lo que por nuestra parte
veníamos preconizando. Por razones de índole sustantiva, fundadas en la necesidad de introducir
un mínimo de seguridad en lo que respecta a la intrincada cuestión de la delimitación del ámbito de
aplicación del régimen sustantivo aplicable a los contratos administrativos en general, habíamos
admitido, en nuestro escrito “Implicaciones del Derecho sustantivo…”, ob. cit., pp. 78-79, que la
nueva formulación introducida por el literal f) del numeral 1 del artigo 4 del etaf podría proporcionar
“una pista para que, en el plano sustantivo, se avanzase hacia la delimitación de la figura del contrato
administrativo en los mismos términos”.
12 En el mismo sentido, confróntese, por todos, Rebelo de Sousa, Marcelo y André Salgado de Matos.
Contratos públicos. Lisboa: 2008, pp. 40-41.
13 Se defiende también que la calificación de un contrato como administrativo debe hacerse con base
en datos seguros y, por tanto, la necesidad de claridad en la determinación de las especies de
contratos a someter al régimen de los contratos administrativos. Confróntese Gonçalves, Pedro.
Ob. cit., pp. 57 y 105; Caupers, João. Introdução ao Direito administrativo. Lisboa: 2009, p. 302.
14 Asumimos, pues, aquí, nuestro desacuerdo con relación a lo que, en este punto, sustentan Rebelo
de Sousa y Salgado de Matos, ob. cit., pp. 30-31 y 35-36. Por otra parte, se hace notar que la
necesidad a la que hacen referencia estos autores de asegurar que la administración se encuentre
en condiciones de liberarse de los vínculos asumidos siempre que el interés público lo exija no está
implicada en todos los contratos que la administración celebre, pero sí en los contratos administrativos
por naturaleza, que son los contratos de objeto público, que hoy se encuentran cabalmente cubiertos
por las previsiones del numeral 6 del artículo primero del CCP. Confróntese Pedro Gonçalves.
Ob. cit., p. 104.
15 Sobre esta categoría de contratos, en la doctrina portuguesa, confróntese, por todos, Correia,
Sérvulo. Legalidade… Ob. cit., pp. 428 y 752; Freitas do Amaral. Ob. cit., p. 563; Gonçalves, Pedro.
Ob. cit., pp. 76 siguientes; Bobela-Mota Kirkby, Mark. Contratos administrativos de subordinação
(natureza, funções e limites). Lisboa: 2002, pp. 75 siguientes.
16 Para la respectiva crítica, confróntese Gonçalves, Pedro. “A relação jurídica fundada em contrato
administrativo”. Cadernos de Justiça Administrativa, Nº 64, p. 39 y la nota 13.
17 Aspecto que el literal e) del numeral 1 del artículo 4 del etaf no atiende; se presenta, por eso, como
un complemento a los criterios —aquellos, sí, sustantivos— previstos en el literal f) del mismo artículo
y numeral. Para la contraposición entre el criterio del procedimiento precontractual y el criterio del
régimen sustantivo, tal como los literales e) y f) del numeral 1 del artículo 4 del etaf los configuran, en
cuanto criterios de delimitación del ámbito de la jurisdicción administrativa en materia de contratos.
Confróntese Freitas do Amaral Diogo y Mário Aroso de Almeida. Ob. cit., pp. 41-44.
20 En este sentido, confróntese Gonçalves, Pedro. O contrato administrativo. Ob. cit., pp. 59-60.
21 No se tienen, pues, en vista las situaciones de contratos de Derecho privado, celebrados entre
entidades privadas, en los que las partes remiten ciertos aspectos de la respectiva disciplina para
regímenes substantivos de Derecho público, como frecuentemente sucedía, por lo menos hasta aquí,
en los contratos civiles de contratos que las partes sometían al régimen de los contratos de obras
públicas.
22 Sobre la definición de contratantes públicos no CCP, confróntese Guerra Tavares y Monteiro
Dente. Código dos Contratos Públicos: Âmbito da sua aplicação. Coimbra: 2008, pp. 99 siguientes.
23 La solución no parece una consecuencia del Derecho comparado sobre la materia. A título de
ejemplo, puede verse la ley española de los contratos del sector público (ley 30/2007 del 30 de
octubre), que, al ser contemporánea del CCP, ha tenido, como este, que realizar la transposición de
las directivas 2004/17 y 2004/18. Esta ley fue muy clara en separar el ámbito subjetivo de aplicación
de los regímenes precontractuales y el del régimen de los contratos administrativos, asumiendo, en
el artículo 20º, que tienen naturaleza de contratos privados los celebrados por entes, organismos y
entidades del sector público que, a pesar de estar sujetos a los regímenes precontractuales públicos,
no tengan un estatuto de administraciones públicas; luego califica exclusivamente como contratos
administrativos, en el artículo 19, un conjunto de contratos típicos de aquellos que satisfagan “de
forma directa o inmediata una necesidad pública”.
importa subrayar que esa condición, al ser necesaria, puede no ser, solamente por sí, suficiente.
26 Confróntese, a propósito, Correia, Sérvulo. “Contrato administrativo”. Separata do Dicionário Jurídico
da Administração Pública. Coimbra: 1972, pp. 28-29, y Legalidade… Ob. cit., pp. 562 y siguientes,
618 y siguientes, y 676 y siguientes. Si, como explica el ilustre autor en esta última obra, la libertad
de las entidades públicas para calificar sus contratos como “administrativos” o “privados” pasa por
un juicio de compatibilidad entre la causa-función del contrato y su sometimiento a los principios
generales del Derecho de los contratos administrativos, en ese contexto se admite, en la tradición
francesa, que las entidades públicas sean libres de colocar los contratos que celebran sobre la efigie
del Derecho público o del privado. Se entiende que eso resulta de la conjugación de las normas que
confieren a los órganos administrativos el poder de celebrar contratos administrativos atípicos como
las normas que fijan las atribuciones de las personas colectivas públicas, al colocar a su cargo la
satisfacción de necesidades de interés público cuya eficiente prosecución puede, supuestamente,
justificar que la entidad pública asegure la titularidad, en el ámbito de la relación contractual, de las
prerrogativas que derivan de la calificación del contrato como administrativo. Por consiguiente, este
ingrediente fundamental, la titularidad de atribuciones públicas, direccionadas a la satisfacción de
necesidades de interés público, también debe, a nuestro parecer, existir en las entidades referidas
en el numeral 2 del artículo 2 y en el artículo 7 para que pueda serles legítimamente reconocida la
facultad de calificar sus contratos como administrativos.
27 Se acoge a la formulación de Rebelo de Sousa y Salgado de Matos (ob. cit., pp. 27-28) para describir
el criterio de grado de intensidad de interés público perseguido por el contrato, que estos autores
consideran correspondiente a la “aplicación del criterio general de distinción entre los actos de
gestión pública y de gestión privada bajo el dominio de la contratación administrativa” y, como tal,
sería el único criterio de distinción entre contratos administrativos y contratos de derecho privado
prima facie aceptable a la luz de la teoría general da la actividad administrativa, y que, por eso, nos
parece adecuado utilizar a efectos del presente texto.
28 Confróntese Gonçalves, Pedro. Entidades privadas con poderes públicos. Ob. cit., p. 1064, a pesar,
como es evidente, de que el autor no se pronuncie por referencia al régimen introducido por el CCP.
29 En el título II, el código califica y regula —y, de ese modo tipifica— como administrativos los
contratos de obras públicas y de concesión de servicios públicos, así como, con carácter innovador,
los contratos de locación y adquisición de bienes muebles y de adquisición de servicios que sean
celebrados por contratantes públicos: los contratos de locación y adquisición de bienes muebles y de
adquisición de servicios que sean celebrados por contratantes públicos pasarán a ser, pues, solo por
ese hecho, contratos administrativos típicos, como hoy claramente lo dispone el CCP en sus artículos
431, 437 y 450.
30 También en sentido crítico con relación a lo que califica de un retroceso, en lo que respecta a la
regla consagrada en el artículo 307 del ejercicio de poderes unilaterales de autoridad en el ámbito
de las relaciones contractuales administrativas, concretizado en la práctica de actos administrativos
impugnables por la vía de la acción administrativa especial y que considera incompatible con
verdaderas relaciones jurídicas contractuales, confróntese Caupers, João. Ob. cit., pp. 307-308.
31 El código consagra que las declaraciones del contratante público, tanto sobre interpretación
y validez como sobre la ejecución del contrato, tienen la naturaleza de meras declaraciones
negociales. Exceptúa, sin embargo, los actos administrativos practicados en ejercicio de los poderes
mencionados en el texto.
32 Para mayor desarrollo, con indicación de referencias doctrinales y jurisprudencia, confróntese Aroso
de Almeida, Mário. “Contratos administrativos e poderes de conformação do contraente público no
novo Código dos Contratos Públicos”. Cadernos de Justiça Administrativa, Nº 66, pp. 10-12. También
en sentido crítico en relación con la orientación asumida por el CCP, confróntese Vieira de Andra
de. “A propósito do regime do contrato administrativo no Código dos Contratos Públicos”. Estudos
comemorativos dos 10 anos da Faculdade de Direito da Universidade Nova de Lisboa. Volumen I.
Coimbra: 2008, pp. 348-349 e 361-362. Y, ya antes, sobre la misma línea, a justiça administrativa.
Novena edición. Coimbra: 2007, p. 194.
33 A pesar de que este punto no pueda ni deba ser aquí desarrollado, no dejaremos de señalar que, bajo
nuestra opinión, incluso en el ámbito de los contratos en que particulares se asocian al desempeño
de las atribuciones de entidades públicas, la afirmación de un cuerpo de principios aplicables a las
relaciones emergentes de contratos administrativos, en un moderno Estado de Derecho democrático,
no debe ser dirigida a exacerbar el estatuto de autoridad del contratante público en el ámbito de
la relación contractual administrativa, de acuerdo con una concepción de contrato administrativo
como instrumento de sometimiento de los particulares al poder de la administración. Sin embargo,
inconscientemente, tal solución se asienta en una concepción autoritaria de las relaciones jurídico-
administrativas y del rol que debe corresponder a las entidades públicas y a los particulares en el
cuadro de esas relaciones, y tienen, a nuestro modo de pensar, el inconveniente de limitar el papel
Mario Aroso de Almeida
que el recurso a la vía contractual puede y debe desempeñar hoy en la construcción de un Derecho
Administrativo más paritario, en cuyo marco de relaciones las entidades administrativas sólo deben
figurar como un Poder y ser, como tales, investidas de la titularidad de poderes de autoridad cuando
ello sea indispensable para la adecuada prosecución de sus fines. En esta perspectiva, el contrato
administrativo puede ser encarado como un instrumento privilegiado para hacer evolucionar el
modelo clásico (autoritario) de relacionamiento de la Administración con los particulares en un nuevo
patrón de relaciones, en el cual solo en circunstancias excepcionales, específicamente previstas por
la ley y conforme a los concretos tipos de contratos, haya lugar a la práctica de actos administrativos
en el ejercicio de poderes de autoridad del contratante público sobre el contratista. Y para demostrar
el sustento de esta concepción, tenemos la lección del derecho comparado que evidencia que la
titularidad del poder de emitir actos administrativos en el ámbito de la relación contractual no deriva
de la naturaleza de los contratos administrativos, como algo indispensable para que estos puedan ser
normalmente utilizados como una forma de prosecución de las atribuciones de las entidades públicas
que los celebran.
34 Sobre este punto, y para una apreciación crítica, confróntese Gonçalves, Pedro. “Cumprimento e
incumprimento do contrato administrativo”. Estudos de contratação pública. Tomo I. Coimbra: 2008,
pp. 624-626.
35 Como juiciosamente lo hace notar C.H. Guettier (Droit des contrats administratifs. París: 2004, pp.
27-28), el Consejo de Estado francés procedió a la construcción de una pretendida “teoría general
del contrato administrativo […] generalizando [sic] al conjunto de los contratos administrativos las
soluciones que habían sido desarrolladas para ‘el más administrativo de los contratos administrativos’,
a saber, la concesión de servicio público”. Y agrega, citando a Hubrecht: “todo lleva a pensar que la
doctrina clásica tituló ‘teoría general del contrato administrativo’ a una pura y simple transposición de
las reglas que se imponen en un contrato muy particular, porque es un contrato de servicio público,
la concesión”. Ahora, como hace notar el mismo autor, de ese modo “el árbol ocultó el bosque”, dado
que “con esa teoría general el trazo fue forzado porque existían, de hecho, en la aplicación de las
reglas desarrolladas diferencias conforma a la naturaleza de los contratos administrativos”, tanto más
que “si la concesión del servicio público era el más administrativo de los contratos administrativos,
esta no era tal vez el más contractual de esos contratos”, por pertenecer “a una categoría toda par
ticular”, por lo que “podía configurarse como bastante peligroso querer generalizar las soluciones
desarrolladas”.
36 Para recurrir a la síntesis de Gonçalves, Pedro. O contrato administrativo…Ob. cit., pp. 33-34.
37 Como, en verdad, y con mucha agudeza notó Sérvulo Correia (Legalidade…Ob. cit., pp. 365-366 y
392) “o corpo de princípios do contrato administrativo” —históricamente construido por referencia a
la teoría de la subordinación que Marcello Caetano sintetizó tan bien al explicar que, en el contrato
administrativo, “el acuerdo tiene como efecto principal (si no exclusivo) someter al particular una
voluntad de Estado en una relación de subordinación especial” mediante el cual “el particular se
obliga a colaborar con el Estado en todo cuanto sea necesario para la realización de cierto interés
público, sujetando las órdenes que para ese efecto reciba, y el Estado en cambio le promete apoyo,
protección jurídica y, normalmente, remuneración” (Manual de Derecho administrativo. Volumen I, p.
576)— fue concebido por referencia a un grupo reducido de contratos, todos caracterizados por la
asociación de un particular a la realización de atribuciones de la Administración. Se cuestionaba, por
eso, el ilustre administrativista: “Está por verificar en qué medida esos principios serán aplicables a
un conjunto mucho más amplio y diversificado de contratos”.
38 Sobre la definición de contrayentes públicos no CCP, confróntese Guerra Tavares y Monteiro Dente.
Ob. cit., pp. 99 y siguientes.
39 De algún modo, en ese sentido, véanse Rebelo de Sousa y Salgado de Matos (ob. cit., pp. 31 y
siguientes, y 39-40) y João Caupers (ob. cit., pp. 302-303).
40 En este sentido, confróntese Aroso de Almeida, Mário. “Contratos administrativos e poderes de
conformação do contraente público no novo Código dos Contratos Públicos”, pp. 9 y siguientes. En
el mismo sentido escribe también Vieira de Andrade que “la razón de ser de la construcción de una
Mario Aroso de Almeida
figura específica de contratos de derecho administrativo como ‘una institución de nuestro tiempo’ —al
presuponer poderes especiales de autoridad, al establecer deberes especiales ante los particulares
(de imparcialidad, de legalidad, de garantía y protección de derechos fundamentales), al sujetar la
actuación de las entidades públicas a la realización de intereses públicos— impone la conclusión
de que no puede haber un régimen único aplicable a todos los tipos de contratos. En verdad, no se
pode dejar de tener en cuenta las diferencias significativas existentes entre los contratos administra
tivos cuanto en varios aspectos de los que destacamos algunos: la medida de la densidad normativa
legal (a mayor o menor vinculación), el grado de importancia de la realización del interés público
(en cuanto causa-función del contrato), las partes concretamente envueltas (también hay contratos
administrativos entre entes administrativos y entre entes privados), la posición relativa de las partes
en la relación jurídica tal como resulta de las normas legales (si es pasible de regulación por acto
administrativo, si hay subordinación efectiva), el objeto (si se objetiva la atribución de derechos o
la colaboración en tareas administrativas, si la prestación principal es la del particular o la de la
Administración, cual es el tipo de prestación, material o intelectual), el tipo de relación contractual
(si el contrato versa sobre un ámbito en el que haya libertad de los particulares, si hubo libertad de
estipulación, si la relación es duradera o instantánea”. En “Princípio da legalidade e autonomia da
vontade na contratação pública”. La contratación pública en el horizonte de la integración europea.
Madrid: 2004, p. 69.
Por ende, infelizmente, respecto del régimen del título I de la parte III
del CCP, continúan siendo justificados los reparos que Mark Kirkby diri-
gió a la legislación anterior cuanto sobre el tema tratado43 señalaba que
el régimen jurídico de los contratos administrativos:
IV . R é g i m e n c o n t e n c i o s o d e l o s c o n t r a t o s
a d m i n i s t r at i v o s
Trazamos una última anotación con relación al régimen contencioso de
los contratos administrativos para señalar que, de conformidad con lo
dispuesto en los literales e) y f) del numeral 1 del artículo 4 del etaf,
pertenece al ámbito de la jurisdicción de los tribunales administrativos
la apreciación de todos los litigios relativos a todos los contratos admi-
nistrativos. El alcance de la jurisdicción de los tribunales administrati-
vos en materia de contratos no se agota, sin embargo, en las acciones
relativas a contratos administrativos, ya que también se extiende a las
acciones relativas a los contratos públicos en general, en el sentido que
Mario Aroso de Almeida
I . E f i c a c i a v i n c u l a n t e d e l o s c o n t r a t o s d e
l a s e n t i d a d e s e s tata l e s
No requiere mayor fundamentación, porque es casi intuitiva, la afirma-
ción de que los contratos vinculan a las partes, les confieren derechos y
les imponen obligaciones2. La convicción social predominante en nues-
tro ámbito cultural, que lleva a que esa idea se perciba hoy como una
verdad evidente que se alcanza intuitivamente, conduce a considerarla
un “principio general de Derecho”3, que desde otro punto de vista po-
dría verse como derivado del “Derecho natural”4. El Código Civil uru-
guayo dispone que “los contratos —convenciones por las cuales una
parte se obliga para con la otra o ambas partes se obligan recíprocamente
a una prestación cualquiera— legalmente celebrados forman una regla a
la cual deben someterse las partes como a la ley misma” (artículos 1247
y 1291). Por su parte, el Código de Comercio prevé que “Las conven-
ciones legalmente celebradas son ley para los contrayentes y para sus
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
5 En nuestra doctrina, esta tendencia estuvo representada por Aparicio Méndez, quien sostuvo que el
contrato como instituto “lo creó el derecho privado y no tiene sentido aplicarlo fuera de él”, y agregó:
“Decir que un instituto es el mismo luego de demostrar cómo ha cambiado todo en él, es jurídica y
filosóficamente una inconsecuencia”. En Derecho administrativo, parte 1, tomo III. Montevideo: 1950,
pp. 133, 136 y 137. Confróntese en Contribución al estudio del Derecho administrativo. Montevideo:
1952, p. 175; y en Lo contencioso de anulación en el Derecho uruguayo. Montevideo: 1952, p. 117.
6 La Constitución de la República alude, a distintos efectos, a contratos celebrados por entidades estatales
o por sus órganos, en los artículos 85 Nº 7), 124 Nº 1), 185 inciso 4º, 188 inciso 3º, 213, 289, 290 y 291 Nº
1). Por supuesto, también a nivel legal está consagrado que las entidades estatales celebran contratos.
Baste citar las disposiciones legales recogidas en los artículos 33 y siguientes del tocaf.
7 Toda la doctrina que admite la existencia de contratos de la administración respalda esta afirmación
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
muchas veces como un sobreentendido. Dentro de los límites de la doctrina nacional, debe señalarse,
por supuesto, a Enrique Sayagues Laso, quien da por supuesto el efecto vinculante de los contratos:
Tratado de Derecho administrativo, tomo I, séptima edición puesta al día por Daniel H. Martins.
Montevideo: 1998, párrafos 348 y siguientes, pp. 439 y siguientes. Consideran explícitamente la cuestión
Delpiazzo, Carlos E. Contratación administrativa. Montevideo: 1999, pp. 241-247; y “Contencioso de
los contratos administrativos”, en Anuario de Derecho Administrativo, tomo VIII, Montevideo, 2000, pp.
162-167; Durán Martínez, Augusto. “Ejecución de los contratos administrativos. Eficacia vinculante.
El contrato como regla de Derecho. Mutabilidad del contrato”. En Instituto Uruguayo de Derecho
Administrativo. Contratación administrativa. Montevideo: 1989, pp. 59-75.
8 La Ley Orgánica del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, decreto ley 15.524 del 9 de enero de
1984, artículo 23 apartado a), recogiendo la solución que ya había consagrado la ley 13.318 del 28
de diciembre de 1964, artículo 345, dispone que se considerarán objeto de la acción de nulidad “Los
actos administrativos unilaterales, convencionales o de toda otra naturaleza dictados con desviación,
abuso o exceso de poder, o con violación de una regla de derecho, considerándose tal, todo principio
de derecho o norma constitucional, legislativa, reglamentaria o contractual”.
9 Sentencia 417 del 22 de agosto de 1988, transcrita por Durán Martínez, A., en “Ejecución de los
contratos administrativos”, Ob. cit. p. 69; y por Cajarville Peluffo, Juan Pablo, en “Extinción de los
contratos de la administración”. En Instituto de Derecho Administrativo. Contratación administrativa.
Montevideo: FCU, 1989, p. 123. Confróntese la sentencia 964 de primero de septiembre de 1999 del
mismo tribunal.
10 El Tribunal de Cuentas es un órgano de control externo de la gestión financiera de todas las
entidades estatales, independiente de los tres poderes del Estado, creado por la propia Constitución
de la República (sección XIII, artículos 208-213), que actúa “con autonomía funcional” consagrada
en la propia carta (artículo 210). Le compete, en cuanto ahora interesa, “intervenir en todo lo relativo
a la gestión financiera” de todas las entidades estatales y en especial “intervenir preventivamente en
los gastos y pagos” de esas entidades (artículo 211); sus potestades se limitan, en el primer caso,
a “denunciar, ante quien corresponda, todas las irregularidades en el manejo de fondos públicos e
infracciones a las leyes de presupuesto y contabilidad”; y, en el segundo, a formular “observaciones”
sobre la legalidad de los gastos y pagos que, si no fueran atendidas, se comunicarán a la Asamblea
General “a sus efectos”.
servanda de acuerdo con el Artículo 1291 del Código Civil que estable-
ce, que los contratos legalmente celebrados forman una regla a la cual
deben someterse las partes como a la ley misma (considerando 4).
447
Mutabilidad
de los
II . L a m u t a b i l i d a d d e l o s c o n t r a t o s d e l a contratos de la
administración administración
En verdad, esa rígida posición del Tribunal de Cuentas era difícilmente en el
conciliable con lo sostenido por la abrumadora mayoría de la doctrina Derecho
nacional y comparada, que, no obstante afirmar la eficacia vinculante de uruguayo
los contratos en que es parte una entidad estatal, no la identifican con
la de los celebrados entre sujetos privados, al punto de proclamarse por Mutability of
management
algunos autores como principio el de la mutabilidad de los contratos de la
contracts in
administración11.
Uruguayan law
La doctrina incluye generalmente entre las llamadas “prerrogativas”
de la administración contratante la de modificar los contratos que ha
celebrado, razones de interés público de por medio. Así lo hacen, natu-
ralmente, los autores que sostienen como principio general el de muta-
bilidad de los contratos de la administración, pero también aquellos que
no proclaman expresamente ese principio e incluso los que lo rechazan y
mantienen para estos contratos el principio de inmutabilidad12.
11 Así lo proclaman, por ejemplo, Garrido Falla, Fernando. Tratado de Derecho administrativo,
volumen II. Madrid: 1992, pp. 87-88; Barra, Rodolfo Carlos. Contrato de obra pública, tomo I. Buenos
Aires: 1984, pp. 54-56; Dromi, Roberto. Licitación pública. Buenos Aires: 1995, pp. 29, 505 y 519;
Escola, Héctor Jorge. Tratado integral de los contratos administrativos, volumen I. Buenos Aires:
1977, pp. 391-396; y Brewer-Carias, Allan R. Contratos administrativos. Caracas: 1997, p. 160.
Por su lado, García de Enterría y Fernández concluyen que, en la contratación administrativa, “la
inmutabilidad del contrato no es una inmutabilidad del contenido, sino del fin, que prima en todo
caso sobre aquél”. García de Enterría, Eduardo y Tomás-Ramón Fernández. Curso de Derecho
administrativo, volumen I. Madrid: 2002, p. 740. Conformes con este enfoque existen sentencias del
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
Tribunal Supremo español; véase Santamaría Pastor, Juan Alfonso y Luciano Parejo Alfonso.
Derecho administrativo. La jurisprudencia del Tribunal Supremo. Madrid: 1992, p. 412, nota 60, y p.
417, notas 70 y 71.
12 Sobre el tema en la doctrina uruguaya, véase Sayagués Laso, E. Tratado …, tomo I. Ob. cit., párrafos
389 y 390, pp. 473-475; Delpiazzo, C.E. Contratación administrativa. Ob. cit., pp. 216-219; Durán
Martínez, A. “Ejecución de los contratos administrativos”. Ob. cit., pp. 63-75; Vázquez, Cristina.
Modalidades de ejecución de la obra pública. Montevideo: 1992, pp. 74-76; Cajarville Peluffo, J.P.
“Extinción de los contratos…”. Ob. cit., pp. 123 y siguientes. En la doctrina extranjera, véase Jeze,
Gastón. Principios generales del Derecho administrativo, tomo IV. Buenos Aires: 1950, pp. 230-
235; De Laubadere, André, Jean-Claude Venezia e Yves Gaudemet. Traité de Droit Administratif,
tomo I. París: 1996, pp. 768-770 y 772; Rivero, Jean. Droit Administratif. París: 1975, pp. 123-124 y
126; Vedel, Georges. Droit Administratif. París: 1976, pp. 252-253 y 255-256; Chapus, René. Droit
Administratif Général, tomo 1. París: 1988, pp. 748-749; Garrido Falla, F. Tratado de Derecho
administrativo. Ob. cit., pp. 91-92; García de Enterría, E. y R. Fernández. Curso de Derecho
administrativo. Ob. cit., pp. 692-693, 732-733 y 735-743; Parada, Ramón. Derecho administrativo,
tomo I. Madrid: 1993, pp. 280-283; Santamaría Pastor, J.A. y L. Pareja Alfonso. Derecho
administrativo. La jurisprudencia… Ob. cit., pp. 417-420; Bandeira de Mello, Celso Antonio. Curso de
Direito Administrativo. São Pablo: 2004, pp. 579-580; Brewer-Carias, A.R. Contratos administrativos.
Ob. cit., pp. 48-49, 160 y 169-182; Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho administrativo, tomo
III-A. Buenos Aires: 1974, pp. 314, 395-403; Cassagne, Juan C. “La sustantividad del contrato
administrativo y sus principales consecuencias jurídicas”. En Estudios de Derecho público. Buenos
Aires: 1995, pp. 128-129; Dromi, R. Licitación pública. Ob. cit., pp. 29, 505-506 y 519; y Escola, H.J.
Tratado integral de los contratos… Ob. cit., pp. 391-400.
Bidart Campos, Germán J. El Derecho constitucional del poder, tomo I. Buenos Aires: 1967, pp. 348-
350; Bianchi, Alberto A. La delegación legislativa. Buenos Aires: 1990, pp. 52-56.
15 El argumento a contrario solo es procedente cuando se está interpretando una norma que hace
excepción a un principio general. Véase Cajarville Peluffo, Juan Pablo. “Contencioso administrativo
de reparación patrimonial”. Revista Uruguaya de Derecho Procesal, Nº 1-1989, Montevideo, p. 25;
y Recursos administrativos. Montevideo: 2000, pp. 32-33, así como la bibliografía que allí se cita.
Además, Carnelutti, Francesco. Sistema de Derecho procesal civil, tomo I. Buenos Aires: 1944, p.
126; Cassinelli Muñoz, Horacio. “La apelación para ante la Asamblea General según el artículo 303
de la Constitución”, Revista D.J.A., tomo 55, Montevideo, p. 133; Kalinowsky, Georges. Introducción
a la lógica jurídica. Buenos Aires: 1973, pp. 176-179; y Klug, Ulrich. Lógica jurídica. Bogotá: 1998,
pp. 176-184.
16 La Constitución uruguaya recoge en el artículo 311 el concepto de “buena administración” para
conferir “efectos generales y absolutos” a la sentencia anulatoria de un acto administrativo ilegítimo
por violatorio de una regla de Derecho. “Buena administración significa perseguir los fines objeto de
la función pública, del modo más idóneo y más conveniente. Esto es, la actividad debe cumplirse en la
forma más oportuna y más adecuada para la obtención de aquellos fines”. Giorgi, Héctor. “El mérito y
la validez del acto administrativo. El concepto de buena administración en la Constitución”. En Escritos
jurídicos. Montevideo: 1976, p. 92.
17 Delpiazzo, Carlos E. “Renegociación de las tarifas de los servicios públicos concedidos”. Anuario de
Derecho Administrativo, tomo XI, Montevideo, 2004, pp. 21-30.
según expresa previsión del decreto ley 15.524, “Orgánico del TCA”,
artículo 23, apartado b), a instancia del titular de un derecho o de un in-
terés directo, personal y legítimo violado o lesionado por el acto, por las
mismas causales de ilegitimidad que habilitan la anulación de cualquier
451
acto administrativo (Constitución, artículos 309 y siguientes)18. Mutabilidad
de los
Particular interés reviste, en este aspecto, la existencia de motivos que, contratos de la
como presupuestos de hecho, justifiquen razonablemente el dictado del administración
acto que disponga o admita la modificación del contrato, y la legitimidad en el
de la finalidad o del designio perseguido por la administración al dictarlo. Derecho
La administración no puede disponer ni consentir una modificación del uruguayo
contrato sin motivos o por motivos falsos con la exclusiva finalidad de Mutability of
favorecer al cocontratante o con cualquier otra finalidad que no sea pro- management
pia del servicio, todo lo cual no es sino aplicación de principios generales contracts in
que rigen la actividad administrativa. Uruguayan law
La modificación por acto jurisdiccional ocurrirá cuando ella sea debida
en virtud de circunstancias de hecho ocurridas y la administración se
resista a disponerla o acordarla.
La modificación de pleno derecho ocurrirá, por ejemplo, cuando una
obligación de alguna de las partes se extinga por la ocurrencia de un
caso de fuerza mayor insuperable que haga imposible su cumplimiento,
siempre que esa extinción no acarree la del contrato en sí mismo.
18 Giorgi, Héctor. El contencioso administrativo de anulación. Montevideo: 1958, pp. 55-58; Méndez,
A. Lo contencioso de anulación en el Derecho uruguayo. Ob. cit., pp. 117 y 201-202; Real, Alberto
R. “Contencioso de los contratos administrativos”. En Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, año XVIII, Nº 1-2, Montevideo, 1967, p. 297 y siguientes; Sayagués Laso, Enrique. Tratado
de Derecho administrativo, tomo II. Montevideo: 1998, pp. 468-469; Cajarville Peluffo, Juan P.
Recursos administrativos. Ob. cit., pp. 104-105; Hutchinson, Tomás. Ley nacional de procedimientos
administrativos, tomo II. Buenos Aires: 1988, p. 266. Sobre el concepto de “acto separable” del
Tribunal de lo Contencioso Administrativo, véase la sentencia de 11-XII-985, L.J.U., tomo 93, caso
10.572, p. 24; la sentencia 1071 de 13-X-95 en el Anuario de Derecho Administrativo, tomo VII, Nº
100, Montevideo, 1999, pp. 233-234. Sobre la admisión por el tribunal de la procesabilidad de “actos
separables”, véase la sentencia 343 de 29-IX-86 en el Anuario de Derecho Administrativo, tomo
I, Nº 72 y 73, 1987; la sentencia 512 de 27-VI-94, también en el Anuario, tomo VI, Nº 184, 1998;
la sentencia de 23-II-94 en L.J.U., tomo 112, caso 12.871, p. 105; la sentencia 599 de 1998 en el
Anuario, tomo IX, Nº 291, 2002; y las sentencias 381 y 585 de 2002, Anuario, tomo XI, Nº 281 y 282,
2004.
19 Sayagués Laso, E. Tratado de Derecho administrativo. Ob. cit., párrafos 277 y 278, pp. 369 a 372;
Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los actos…”. Ob. cit., pp. 85-86.
20 Decreto ley 15.524 del 9 de enero de 1984, Ley Orgánica del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo, artículo 23 apartado a). Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los actos…”. Ob.
cit., pp. 95-96, 109-117 y 114-115. Nuestra doctrina no ha acordado sobre el criterio para distinguir
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
el “abuso” del “exceso” de poder; véase Durán Martínez, Augusto. “Desviación, abuso y exceso
de poder”. En Estudios de Derecho administrativo. Montevideo: 1999, pp. 131-134; Cagnoni, José
A. “Desviación, abuso y exceso de poder como causas de nulidad de los actos administrativos”; y
Cassinelli Muñoz, Horacio. Intervención en el tema “Desviación, abuso y exceso de poder como
causas de nulidad de los actos administrativos”. Ambos en Tercer coloquio. Contencioso de Derecho
público. Responsabilidad del Estado y jurisdicción. Montevideo: 1997, pp. 45 y siguientes, y p. 58
respectivamente. El tema reviste interés tan solo académico y carece de toda relevancia práctica
porque ambos vicios producen las mismas consecuencias jurídicas.
21 En materia de sanciones, véanse las sentencias de 1991 y 1992 en el Anuario de Derecho
administrativo, tomo V, Nº 142, 224, 422, 424, 426, 429, 430, 483-486, 488-495, 1996; las sentencias
de 1993 y 1994 en el tomo VI, Nº 267-289, 327-333; las sentencias de 1995 en el tomo VII, Nº 145, 146,
150 y 151; las sentencias de 1996 y 1997 en el tomo VIII, Nº 306-311, 313-321, 361, 363-368, 370-375 y
621; las sentencias de 1998 y 1999 en el tomo IX, Nº 308-318, 355, 357, 358, 360-363; y las sentencias
de 2000 en el tomo X, Nº 114, 201-205, 259, 261, 264, 266, 269, 270 y 272. En otras materias, y siempre
en el Anuario, véanse las sentencias de 1991 y 1992 (tomo V, Nº 128, 131, 140, 487, 974, 977 y 978),
de 1993 y 1994 (tomo VI, Nº 77, 84, 85, 633, 634, 636 y 637), de 1998 y 1999 (tomo IX, Nº 140, 142,
149, 151 y 592) y la de 2000 (tomo X, Nº 112 , 113, 492, 495-497).
22 Sayagués Laso, E. Tratado… Ob. cit., p. 341, nota 4; Gianola Martegani, Ariel. “Los límites de
la potestad disciplinaria: razonable adecuación de la sanción a la falta” y “Nuevamente sobre el
control del grado de la sanción”. Ambos textos en Revista D.J.A., tomo 72, Montevideo, 1972,
p. 155 y siguientes, y tomo 73, 1973, p. 150 y siguientes respectivamente; Cajarville Peluffo, J.P.
“Invalidez de los actos…”. Ob. cit., p. 106. En la doctrina y jurisprudencia extranjeras puede verse
Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. Sentencia de 22.VI.1960, caso del Cine Callao (en
relación con la constitucionalidad de la ley). En Gordillo, Agustín. Tratado de Derecho administrativo,
tomo II. Buenos Aires: 1975, pp. XII-35-50; Durán Martínez, Augusto. “Proporcionalidad entre la falta
y la sanción”, comentando jurisprudencia del Consejo de Estado francés sobre el error manifiesto
de apreciación. Revista Uruguaya de Estudios Administrativos, Nº 1-1980, Montevideo, pp. 127 y
siguientes; García de Enterría, E. y R. Fernández. Curso de Derecho administrativo, tomo I. Ob. cit.,
pp. 476-477. Refiriendo a la jurisprudencia del Tribunal Supremo, véase Gordillo, Agustín. Tratado de
Derecho administrativo, tomo III. Buenos Aires: 1979, pp. VIII-14-16; y Linares, Juan F. Razonabilidad
de las leyes. Buenos Aires: 1970, p. 151.
23 Delpiazzo, C.E. “Renegociación de las tarifas…”. Ob. cit., p. 26.
24 Justino Jiménez de Arechaga señala que todos los poderes de todos los órganos del Estado están
sometidos a limitaciones de competencia, forma, fondo y fines, que resultan del fundamento mismo
del régimen institucional: artículos 4 y 82 (numeración de la Constitución de 1967). En La Constitución
Nacional, tomo I, Montevideo: 1992, p. 182; tomo II, Ob. cit., p. 48; tomo VIII, p. 151; y tomo X,
p. 7. Cassinelli Muñoz, Horacio. “El ajuste de la administración a las sentencias jurisdiccionales”.
Revista D.J.A., tomo 55, 1957, Montevideo, p. 70-71; intervención en Jornadas Latinoamericanas de
Derecho Procesal. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, año IX, Nº 1, Montevideo,
1958, p. 151; y “El interés legítimo como situación jurídica garantida en la Constitución uruguaya”.
En Perspectivas del Derecho público en la segunda mitad del siglo XX, tomo III. Madrid: 1969,
p. 299. También véase Sayagués Laso E. Tratado de Derecho… Ob. cit., p. 373; Méndez, A. Lo
contencioso… Ob. cit., p. 171-172; Zanobini, Guido. Corso di Diritto Amministrativo, tomo I. Milán:
1947, pp. 24-26; Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los actos…”. Ob. cit., pp. 81-82.
25 García de Enterría, E. y R. Fernández. Curso de Derecho… Ob. cit., p. 552; Prat, Julio A. De la
desviación de poder. Montevideo: 1957, p. 149; 1976, pp. 46-47 y 63.
26 Por ejemplo, los artículos 33, 34, 40, 41, 45, 47, 50, 53, 85, Nº 3º, etcétera, de la Constitución.
27 No se habla aquí del efecto o resultado inmediato del acto, que se confunde con su eficacia formal.
El efecto o resultado inmediato de una destitución es la desinvestidura del funcionario, la extinción de
la relación funcional. El efecto o resultado final de que se habla en el texto (fin querido) puede ser el
mantenimiento de la disciplina en el servicio, la obtención de economías presupuestales, el beneficio al
funcionario que le sigue en el escalafón o la satisfacción de una inquina personal.
28 Sayagués Laso E. Tratado de Derecho… Ob. cit., pp. 373-380; Prat, J.A. De la desviación de poder.
Ob. cit., 1957, pp. 182-187 y 370, y 1976, pp. 45-49 y 169; Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los
actos…”. Ob. cit., p. 90.
29 Confróntese Frugone Schiavone, Héctor. “Control de la discrecionalidad administrativa, principios
generales de derecho y abuso de poder”. Revista D.J.A., tomo 72, Montevideo, 1972, pp. 155-168; y
“La discrecionalidad administrativa”. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, año XXVI,
Nº 1, Montevideo, 1982, p. 103; además, Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los actos…”. Ob. cit.,
pp. 96 y 107-109.
30 Cajarville Peluffo, J.P. “El Poder Ejecutivo como conductor de políticas sectoriales en la legislación
uruguaya”. En Estudios de Derecho administrativo. Publicación en homenaje al centenario de la
creación de la Cátedra, tomo II. Montevideo: 1979, pp. 101-103.
31 Confróntese Brito, Mariano. “De la naturaleza y objeto del control a cargo del Tribunal de lo Contencioso
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
Administrativo”. Revista D.J.A., tomo 73, Montevideo, 1973, pp. 55-56; y “De la razonabilidad del acto
administrativo: la cuestión de su contralor jurisdiccional anulatorio”. Revista de la Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales, año XXIII, Nº 3-4, Montevideo, 1975, pp. 171-183.
32 En cuanto a esto último, confróntese Cassinelli Muñoz, H. “El interés legítimo…”. Ob. cit., p. 299.
33 Decreto ley 15.524 del 9 de enero de 1984, “Ley Orgánica del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo”, artículo 23 apartado a). En Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los actos…”.
Ob. cit., pp. 96 y 109-115.
34 Confróntese Frugone Schiavone, H. “La discrecionalidad administrativa”. Ob. cit., p. 104. Véase Brito,
Mariano. “La aptitud del acto administrativo para el fin debido: supuesto de principio en que reposa la
discrecionalidad”. En Estudios de Derecho administrativo, tomo II. Montevideo: 1979, pp. 29-42; Corte
Suprema de la Nación Argentina, sentencia de 22.VI.1960, caso del Cine Callao (en relación con la
constitucionalidad de la ley). En Gordillo, A. Tratado…, tomo II. Ob. cit., pp. XII-35-50; Forsthoff,
Ernst. Tratado de Derecho administrativo. Madrid: 1958, pp. 336-337; García de Enterría, E. y R.
Fernández. Curso…, tomo I. Ob. cit., pp. 552-556; Gordillo, A. Tratado…, tomo III. Ob. cit., pp. VIII-
14-15 y 30; Haro, Ricardo. “Control de razonabilidad y poder de policía”. En Estudios de Derecho
administrativo, tomo I. Ob. cit., p. 202; Linares, J. F. Razonabilidad… Ob. cit., pp. 137-139; Wolf, H.J.
“Fundamentos del Derecho administrativo de prestaciones”. En Perspectivas del Derecho público en la
segunda mitad del siglo XX, tomo V. Madrid: 1969, p. 382.
35 Brewer-Carias, A.R. Contratos administrativos. Ob. cit., p. 176.
36 García De Enterría, E. y R. Fernández. Curso de Derecho… Ob. cit., p. 733. Dicen los autores: “Si
para conseguir estos fines, implícitos en el contrato y connaturales al mismo, es necesario adaptar a
las nuevas necesidades los términos de lo pactado, esta adaptación es obligada. La inalterabilidad
del fin impone o puede imponer la alteración parcial o, mejor aún, la adaptación del objeto”.
37 Barra, Rodolfo C. Contrato de obra pública, tomo 3. Buenos Aires: 1988, p. 1071.
38 Sayagués Laso E. Tratado de Derecho administrativo… Ob. cit., p. 338; Cajarville Peluffo, J.P.
“Invalidez de los actos…”. Ob. cit., pp. 83-85 y 100.
39 Cajarville Peluffo, J.P. Ibíd., p. 100. Confróntese, específicamente en cuanto a los límites de la
modificación unilateral de los contratos, Brewer-Carias, A.R. Contratos administrativos. Ob. cit. pp.
175 y 180-182.
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
40 Constitución, artículo 332; Código Civil, artículo 16; decreto ley 15.524 del 9 de enero de 1984,
artículo 23 apartado a), que repite la solución de la ley 13.318 del 28 de diciembre de 1964, artículo
345. En la doctrina nacional, véasde Real, Alberto Ramón. “Los principios generales de derecho
en la Constitución uruguaya”. Revista de Derecho Público y Privado, tomo 40, Montevideo, 1958,
pp. 195-247. Se publicó en apartado una versión actualizada y con un apéndice: “Los principios
generales de Derecho en la Constitución Uruguaya – Principio de igualdad de remuneración por igual
trabajo” (1965), reproducido en Estado de Derecho y humanismo personalista. Montevideo: FCU,
1974, pp. 5-93; “Los principios generales de Derecho…”. Ob. cit., pp. 173-223; “Los principios del
procedimiento administrativo en el Uruguay”. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales,
año XXIII, Nº 3-4, Montevideo, 1975, pp. 347-374; y Nuevos estudios de Derecho administrativo.
Montevideo: Acali, 1976, pp. 5-40. También véase Barbe Pérez, Héctor. “Los principios generales
de Derecho como fuente de Derecho administrativo en el Derecho positivo uruguayo”. En Estudios
jurídicos en memoria de Juan José Amézaga. Montevideo: 1958, pp. 35-55; Cajarville Peluffo,
J.P. Reflexiones sobre los principios generales… Ob. cit., pp. 155-179. Todos los trabajos anteriores
se publicaron conjuntamente por la edición F.C.U. en un volumen: Los principios generales de Derecho
en el Derecho uruguayo y comparado. Segunda edición. Montevideo: 2005; conjuntamente con tres
estudios de Daniel H. Martins: “Introducción. Derecho positivo y doctrina nacional posteriores a 1958” y
“Reseña de la actual doctrina administrativista iberoamericana”.
41 Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los actos…”. Ob. cit., pp. 102-109.
42 Ibíd., pp. 109-115.
43 Por ejemplo, la ley 15.903 del 10 de noviembre de 1987, artículo 517 (redición ley 16.320 del primero
de noviembre de 1992, artículo 400), tocaf, artículo 63, transcrito en una nota anterior, limita las
modificaciones cuantitativas de las prestaciones objeto de los contratos.
VII . M o d i f i c ac i o n e s i m p u e s ta s p o r e l D e r e ch o
Sin perjuicio de esa discrecionalidad de principio, en ciertos casos la mo-
dificación del contrato se produce de pleno derecho, con prescindencia
44 García de Enterría, E. y R. Fernández. Curso de Derecho administrativo. Ob. cit., pp. 737-738;
Escola, H.J. Tratado integral de los contratos… Ob. cit., p. 399; Dromi, R. Licitación pública. Ob. cit.,
pp. 506; Marienhoff, M.S. Tratado de Derecho administrativo… Ob. cit., p. 399.
45 Sayagués Laso, E. Tratado… Ob. cit., párrafos 389 y 390, pp. 474-475; Delpiazzo, C.E. Contratación
administrativa. Ob. cit., pp. 216 y 222-223. A. Durán Martínez afirma más rígidamente en nuestro
Derecho la inmutabilidad de principio del contrato de la administración, salvo ley formal habilitante
de la mutación unilateral. En “Ejecución de los contratos…”. Ob. cit., pp. 67-75. En la doctrina
extranjera, véase Jeze, Gastón. Principios generales del Derecho administrativo, tomo V. Buenos
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
Aires: 1950, p. 191 sobre el contrato de obra pública y pp. 324 y 333-334 sobre el contrato de
suministros; De Laubadere, A. et al. Traité de Droit Administratif. Ob. cit., pp. 769-770 y 772-
773; Rivero, J. Droit Administratif. Ob. cit., pp. 124 y 126; Vedel, G. Droit Administratif. Ob. cit.,
pp. 252-253 y 255-256; Chapus, R. Droit Administratif Général, tomo 1. Ob. cit., p. 749; García
de Enterría, E. y R. Fernández. Curso de Derecho… Ob. cit., pp. 733, 740 y 742-743; Garrido
Falla, F. Tratado de Derecho… Ob. cit., p. 91; Parada, R. Derecho administrativo. Ob. cit., pp.
281-282; Santamaría Pastor, J.A. y L. Pareja Alfonso. Derecho administrativo… Ob. cit., pp. 419-
420; Bandeira de Mello, C.A. Curso de Direito… Ob. cit., pp. 577-579 y 596; Brewer-Carias, A.R.
Contratos administrativos. Ob. cit., pp 176-180 y 202-218; Marienhoff, M.S. Tratado de Derecho
administrativo. Ob. cit., pp. 399-403, 449, 453 y 475; Cassagne, J.C. La sustantividad del contrato…
Ob. cit., pp. 128-129; Dromi, R. Licitación pública. Ob. cit., pp. 505 y 519; Escola, H.J. Tratado
integral… Ob. cit., pp. 396-398 y 452-454. Confróntese la sentencia Tribunal de lo Contencioso
Administrativo Nº 964 del primero de septiembre de 1999.
46 Sayagués Laso, E. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 545 y 546, pp. 90-92 (obra pública);
Delpiazzo, C.E. Contratación administrativa. Ob. cit., pp. 220, 287 (obra pública), 330 (suministros);
Jeze, G. Principios generales…, tomo V. Ob. cit., pp. 89-92; Chapus, R. Droit Administratif…, tomo
1. Ob. cit., p. 747; Parada, R. Derecho administrativo, tomo I. Ob. cit., pp. 342 (obra pública);
Brewer-Carias, A.R. Contratos administrativos. Ob. cit., pp. 186-192; Marienhoff, M.S. Tratado de
Derecho… tomo III-A. Ob. cit., pp. 449 y 453, y tomo III-B. Buenos Aires: 1970, pp. 551 (obra pública)
y 657 (suministro); Dromi, R. Licitación pública. Ob. cit., pp. 515-518; Escola, H.J. Tratado integral…,
volumen I. Ob. cit., pp. 444; Pérez Hualde, Alejandro. Renegociación de contratos públicos. Buenos
Aires: 2002, pp. 70-71.
47 Delpiazzo, C.E. “Renegociación de las tarifas…”. Ob. cit., pp. 28-29.
48 Cajarville Peluffo, J.P. “Invalidez de los actos…”. Ob. cit., pp. 107-108.
49 Levrero Bocage, Constancio. “Fuerza mayor, ‘sujétions imprévues’, ‘fait du prince’, imprevisión”.
Revista D.J.A., tomo 57, Montevideo, pp. 120-121 y 126-127; Escola, H.J. Tratado integral… Ob. cit.,
pp. 430-433; Marienhoff, M.S. Tratado de Derecho…, tomo III-A. Ob. cit., pp. 355-369.
50 Sayagués Laso, E. Tratado…, tomo I. Ob. cit., párrafos 391, p. 476, nota 3, y tomo II, ob. cit.,
párrafos 546, pp. 91-92 (obra pública); Delpiazzo, C.E. Contratación administrativa. Ob. cit., pp. 330
(suministros); Chapus, R. Droit Administratif…, tomo 1. Ob. cit., p. 747; Garrido Falla, F. Tratado
de Derecho…, volumen II. Ob. cit., p. 97-99; García de Enterría, E. y R. Fernández. Curso de
Derecho…, volumen I. Ob. cit., pp. 718-720; Parada, R. Derecho administrativo, tomo I. Ob. cit., pp.
345-346; Santamaría Pastor, J.A. y L. Pareja Alfonso. Derecho administrativo… Ob. cit., pp. 441-
453; Bandeira de Mello, C.A. Curso de Direito… Ob. cit., pp. 571-573 y 589-593; Brewer-Carias,
A.R. Contratos administrativos. Ob. cit., pp. 195-199 y “Algunas consideraciones sobre las cláusulas
de variación de precios en los contratos administrativos”. En Estudios de Derecho administrativo…
tomo I. Montevideo: 1979, pp. 55-67; Marienhoff, M.S. Tratado de Derecho…, tomo II-B. Buenos
Aires: 1970, pp. 556-563; Gordillo, Agustín A. “Mayores costos, imprevisión, indexación”. En Vs.
autores, contratos administrativos. regímenes de pago y actualización, tomo I. Buenos Aires: 1968,
pp. 103-111.
51 Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., p. 92. Confróntese Brewer-Carias. Contratos
administrativos. Ob. cit., p. 200, y “Algunas consideraciones sobre…”. Ob. cit., p. 60; Marienhoff.
Tratado de Derecho…, tomo II-B. Ob. cit., p. 563; Gordillo. “Mayores costos, imprevisión…”.
Ob. cit., pp. 108-110.
52 Laubadere et al. Traité de Droit Administratif, tomo I. Ob. cit., pp. 773-774; Parada. Derecho
administrativo, tomo I. Ob. cit., pp. 345; Bandeira de Mello. Curso de Direito… Ob. cit., p. 592.
53 La bibliografía sobre estos temas es inagotable; si nos limitamos a la nacional, podemos señalar
Sayagués Laso. Tratado de Derecho…, tomo I. Ob. cit., párrafos 391, pp. 475-477, y tomo II. Ob. cit.,
párrafos 512-514, pp. 56-62 y párrafos 548-550, pp. 93-95; Levrero Bocage. “Fuerza mayor…”. Ob.
cit., p. 121-130; Ruocco, Graciela. “Ejecución de los contratos. Alteración de la ecuación económico
financiera del contrato. Teorías del hecho del príncipe, imprevisión y sujeciones imprevistas”. En
Instituto de Derecho administrativo. Contratación administrativa. Montevideo: FCU, 1989, pp. 77-93;
Delpiazzo, C.E. Contratación administrativa. Ob. cit., pp. 222-225.
54 Levrero Bocage. “Fuerza mayor…”. Ob. cit., p. 125-126; Delpiazzo. Contratación administrativa. Ob.
cit., pp. 217 y “Renegociación de las tarifas…”. Ob. cit.; Laubadere et al. Traité de Droit Administratif,
tomo I. Ob. cit., p. 784; Chapus. Droit Administratif… Ob. cit., pp. 751-752. Sobre la compensación de la
mayor onerosidad mediante modificaciones de tarifas, del precio pactado, subvenciones, cambios del
canon o cualquier otra compensación económica, véase Brewer-Carias. Contratos administrativos.
Ob. cit. p. 229; García de Enterría y Fernández. Curso de Derecho… Ob. cit., p. 747; Santamaría
Pastor y Pareja Alfonso. Derecho administrativo… Ob. cit., p. 436.
VIII . L a s “ t e o r í a s ” s o b r e e l m a n t e n i m i e n t o
de la ecuación económico-financiera
d e l o s c o n t r at o s d e l a a d m i n i s t r a c i ó n
La jurisprudencia francesa y la doctrina sobre sus pasos han elabo-
rado un conjunto coherente de “teorías” que contemplan diversas
circunstancias que pueden alterar la ecuación económico-financiera
prevista por las partes al contratar, en un contrato en que sea parte
una administración estatal. Su universal aceptación en el Derecho
comparado contemporáneo inducen a considerarlas principios ge-
nerales de la contratación de la administración, integrantes del or-
denamiento jurídico uruguayo. Así las expone la doctrina nacional
y las recoge la relativamente escasa jurisprudencia de los tribunales
estatales y arbitrales.
Las diversas teorías se distinguen por los supuestos de hecho que con-
templan cada una de ellas y, determinado cuál es aplicable según esos
supuestos, divergen en las consecuencias jurídicas que producen.
55 Sobre la noción de imprevisibilidad a estos efectos, véase Levrero Bocage, C. “Fuerza mayor…”. Ob.
cit., pp. 129-130. Sobre la huelga como acontecimiento que no puede considerarse razonablemente
como imprevisible en la realidad social actual, véase la Sentencia del Tribunal Supremo Español
del 3 de junio de 1985, según la exponen Santamaría Pastor y Pareja Alfonso en Derecho
administrativo… Ob. cit., p. 466; la Jurisprudencia del Consejo de Estado Francés, ob. cit., en De
Laubadere et al. Traité de Droit…, tomo I. Ob. cit., p. 778; Barra, R.C. Contrato de obra pública,
tomo 3. Ob. cit., p. 1196.
56 Sayagués Laso. Tratado de Derecho administrativo, tomo II. Ob. cit., párrafos 521, p. 68, párrafos 551,
p. 96 y párrafos 557, p. 98. El autor admite la rescisión del contrato por fuerza mayor sin responsabilidad
para ninguna de las partes como un principio general de Derecho. También, Levrero Bocage. “Fuerza
mayor…”. Ob. cit., p. 120-121 y 126-127; Delpiazzo. Contratación administrativa. Ob. cit., p. 250;
Cajarville Peluffo. “Extinción de los contratos…”. Ob. cit., p. 119.
57 Gamarra, Jorge. Tratado de Derecho civil uruguayo, tomo XVII, volumen 1, Montevideo: 1976,
pp. 142-143.
58 Levrero Bocage. Ob. cit., p. 120-121 y 126-127; Cajarville Peluffo. “Extinción de los contratos…”.
Ob. cit., pp. 117 y siguientes.
59 Sayagués Laso. Tratado… Ob. cit., párrafos 391, pp. 475-477, y tomo II, ob. cit., párrafos 514, pp. 61
y 62, y párrafos 550, p. 95; Levrero Bocage. Ob. cit., pp. 124-126; Delpiazzo. Ob. cit., pp. 224-225;
Ruocco. Ob. cit., pp. 84-91.
60 Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 514, p. 62; Levrero Bocage. Ob. cit., p. 125.
61 Delpiazzo. Ob. cit., p. 225; Ruocco. Ob. cit., p. 86-87.
62 Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 512, p. 57 y párrafos 514, p. 62.
63 Levrero Bocage. Ob. cit., p. 125-126; Delpiazzo. “Renegociación de las tarifas…”. Ob. cit.
64 Es el fundamento que recogen Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 514, p. 61; y
Levrero Bocage. Ob. cit., p. 124.
65 Delpiazzo. Ob. cit., p. 225. También se ha fundamentado la teoría en la necesidad de asegurar el
buen funcionamiento del servicio, por ende en razones de interés general y en la tutela y garantía
plena del derecho de propiedad del cocontratante. Véase Ruocco. Ob. cit., p. 87-91.
66 La doctrina nacional es incluso más terminante, pues sostiene que “las cláusulas convencionales no
pueden prever todas las situaciones que en los hechos pueden tener lugar y que la existencia de
las mismas [sic] no constituye obstáculo suficiente para la aplicación de las soluciones de la teoría
de la imprevisión”. Levrero Bocage. Ob. cit., p. 130. Confróntese el Tribunal de lo Contencioso
Administrativo, sentencia Nº 160 de 28-4-986, en el Anuario de Derecho administrativo, tomo I, Nº 118,
Montevideo, 1987, p. 27.
IX . A d m i s i ó n d e l a m u t a b i l i d a d d e l o s
c o n t r at o s d e l a a d m i n i s t r a c i ó n p o r e l
T r i b u n a l d e C u e n ta s d e l a R e p ú b l i c a
Antes se señaló la posición singularmente rígida adoptada por el Tribu-
nal de Cuentas de la República sobre el “principio de inmutabilidad”
de los contratos celebrados por la administración. Se aludió allí al caso
sin duda más notorio en que el tribunal cuestionó, el 3 de diciembre de
2003, la legitimidad de las modificaciones acordadas por las partes a una
concesión de uso de un hotel municipal.
En virtud de una solicitud de reconsideración formulada por la autori-
dad municipal, con agregación de nuevos antecedentes, el 13 de julio
73 Durán Martínez. “Ejecución de los contratos…”. Ob. cit., pp. 65-66; Ruocco. Ob. cit., pp. 79-80. Si se
actuara ejerciendo facultades contractuales, la hipótesis se regiría por los principios del cumplimiento de
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
los contratos.
74 Sobre la unilateralidad del acto de la administración motivante de la alteración perjudicial para el
contratista, la doctrina y la jurisprudencia nacional y comparada son unánimes y terminantes. En cuanto
a la doctrina y jurisprudencia nacionales, véase la unánime citada en la nota siguiente. En cuanto a la
extranjera más reciente, cabe citar a Chapus, R. Droit Administratif…, tomo 1. Ob. cit., pp. 748-750, y
De Laubadere et al. Traité de Droit Administratif, tomo I. Ob. cit., pp. 778-780.
75 Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 513, p. 59; Levrero Bocage. Ob. cit., p.
122-123, formulando salvedades; Delpiazzo. Ob. cit., p. 224; Ruocco. Ob. cit., p. 82. El Tribunal
de lo Contencioso Administrativo recibe la teoría del factum principis, pero la limita a las medidas
administrativas imprevisibles y generales, objetivas: sentencias Nº 807 del 15 de octubre de 1997 y
Nº 8-98 del 4 de febrero de 1998; sentencia Nº 3, del primero de febrero de 2001, todas en Anuario de
Derecho Administrativo, tomo X, Nº 190, Montevideo, 2003.
76 Levrero Bocage. Ob. cit., p. 122; Delpiazzo. Ob. cit., p. 224; Ruocco. Ob. cit., p. 80.
77 Levrero Bocage. Ob. cit., p. 122; Ruocco. Ob. cit., p. 80.
78 Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 512 y 513, pp. 56-61, y párrafos 548 y 549, pp.
93-95; Levrero Bocage. Ob. cit., pp. 122-124 y 128-129; Ruocco. Ob. cit., pp. 79-84; Delpiazzo. Ob.
cit., p. 224.
79 Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 513, p. 60; Levrero Bocage. Ob. cit., p. 123;
Delpiazzo. Ob. cit., p. 224.
80 Sin embargo, Levrero Bocage (ob. cit., p. 124) admite que, en ciertos casos, el hecho de la administración
puede justificar el incumplimiento del contratista.
81 Sayagués Laso. Tratado…, tomo II. Ob. cit., párrafos 513, pp. 60-61; Delpiazzo. “Renegociación de las
tarifas…”. Ob. cit.
X. Conclusión
A semejanza de la solución vigente en el Derecho comparado, también
en el Derecho positivo uruguayo debe admitirse, aun en ausencia de
norma expresa, la mutabilidad de los contratos celebrados por la admi-
nistración cuando sus estipulaciones obsten al debido cumplimiento de
sus cometidos conforme con el Derecho y los principios de buena admi-
nistración y en virtud de circunstancias supervinientes a la celebración
del contrato o, en su caso, a la presentación de las ofertas en el procedi-
miento competitivo previo, con la finalidad de posibilitar la satisfacción
del interés público perseguido al contratar.
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
468 Pero de ninguna manera la admisión de tal solución como un princi-
pio propio de la contratación de la administración puede justificar la
modificación de un contrato cuya ecuación económico-financiera haya
sido inviable ab initio, como consecuencia de errores del cocontratante
en que haya incurrido por su propia culpa o, como suele ocurrir, de la
presentación de ofertas formuladas de mala fe con el único propósito
de triunfar en el procedimiento competitivo y con la premeditada in-
tención de pretender su modificación favorable durante la ejecución de
contrato. En tal caso, solo será lícito a la administración exigir el cumpli-
miento en los términos pactados y aplicar todas las sanciones y reclamar
la reparación de todos los daños y perjuicios causados, si el cocontratan-
te no cumpliera con sus obligaciones tal como fueron asumidas.
Si en tales oportunidades la administración admitiera la modificación
del contrato, su decisión sería ilegítima porque las circunstancias de he-
cho o los motivos de su actuación no conducirían razonablemente a
esa solución e incurriría en desviación de poder por utilizar su potestad
modificatoria con una finalidad que no es la debida.
J u a n Pa b l o C a j a r v i l l e P e l u f f o
Abstract: The article begins with the premise that there is a lack of fairness in
the allocation and contracting in the public sector. At the light of the Inter-
American Convention against Corruption, it develops a critical analysis of
the Mexican legislation on hiring and procurement with the State. The con-
clusions argue that there are still huge gaps in public procurement.
Key words: Public procurement – public sector – public corruption – public
procurement
I n t r o d u cc i ó n
El Estado requiere con frecuencia de la activa participación de los par-
ticulares, a efecto de lograr sus fines y satisfacer sus necesidades, ya para
la realización de obras públicas, o bien para proveerse de bienes y ser-
vicios mediante la celebración de negocios contractuales —a menudo
de carácter administrativo—, cuya adjudicación y condiciones suelen
verse trastocadas por el cáncer de la corrupción expresado bajo las más
diversas formas y modalidades.
La reiterada falta de rectitud en la adjudicación y celebración de con-
tratos del sector público se ha convertido en un hábito que predica la
corrupción de la administración pública en México. Los vicios de la
contratación administrativa se incuban en la normativa jurídica que la
regula, la que se reforma con frecuencia para hacer creer que se trata
I. La corrupción
Al igual que el crimen organizado, la corrupción y la impunidad son
fenómenos que se registran tanto en los países pobres como en los ricos,
en detrimento de la administración pública y de la sociedad. Se trata de
una expresión peculiar de la economía globalizada: el dinero sucio viaja
por los mismos ductos que los de las finanzas especulativas. Uno y otro
requieren de la reducción de la regulación y del control del Estado para
su expansión, por lo que se sustentan y apoyan mutuamente.
Un factor de la inestabilidad estatal es la corrupción: en lo político, des-
truye la credibilidad de las autoridades y corroe las entrañas mismas del
Estado al sobreponer el interés particular —oscuro, ilegítimo e incon-
fesable— del funcionario público que participa en la celebración de los
contratos administrativos al interés del ente estatal, de la nación y de
la comunidad; en otras palabras, en detrimento de la democracia, de la
justicia y del Derecho.
En el ámbito económico, la corrupción distorsiona la oferta, la deman-
da, los precios y, en general, las condiciones del mercado; asimismo,
desestimula la inversión, incrementa la desconfianza para realizar ope-
raciones bancarias, bursátiles y comerciales; en general, eleva los costos
de operación de las empresas, lo que redunda en perjuicio del desarrollo
sustentable.
Un estudio realizado por una institución particular de educación supe-
Jorge Fernández Ruiz
sir John Emeric Edward Dalberg Acton, “el poder corrompe y el poder
absoluto corrompe absolutamente”.
Ningún ámbito del sector público es inmune a la corrupción. Así, es mo-
tivo de escándalo el cabildeo realizado cotidianamente en el congreso
estadounidense por profesionales del lobbing en los pasillos del senado
y de la cámara de representantes para lograr los votos de los legislado-
res y favorecer a sus clientes —los grandes consorcios empresariales—,
3 Amparo en revisión 237/94 Federico Vega Copca y otro del 23 de octubre de 1995. Unanimidad de
once votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Adriana Campuzano de Ortiz. En Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo III, abril de 1996, p. 128.
II . L a c o n t r a t a c i ó n a d m i n i s t r a t i v a
Cabe señalar que en el orden jurídico mexicano el contrato administra-
tivo no constituye un acto administrativo aislado, sino que se inscribe
como la culminación de un proceso entre cuyas etapas figura la ejecuti-
477
va que incluye la selección del cocontratante de la administración pú- Los vicios de la
contratación
blica en la cual se inserta la licitación.
pública en
México
II.1. Etapas de la contratación administrativa The vices of
Como es fácil advertir, en el proceso de contratación se pueden distin- government
guir tres etapas: la preliminar, la ejecutiva y la final o complementaria. procurement
in Mexico
ordenamientos jurídicos.
II.2.1.La licitación
Constituye la licitación la otra forma de selección del proveedor o con-
tratista de la administración pública, aun cuando también se le conoce
bajo distintas denominaciones que, en algunos casos, tienen especiales
connotaciones. Así, cuando se trata de seleccionar cocontratante com-
prador, se suele hablar de “subasta”, “remate” o “almoneda”. Al escoger
al cocontratante vendedor, es frecuente emplear el vocablo “concurso”;
para escoger al cocontratante de un contrato de obra se opta por la pa-
labra “licitación”; sin embargo, cualquiera que sea la denominación em-
pleada para esta forma de selección, se alude a una competición en la
que contienden varios aspirantes a cocontratantes de un contrato de la
administración.
Jorge Fernández Ruiz
4 Gordillo, Agustín. Después de la reforma del Estado. Segunda edición. Buenos Aires: Fundación de
Derecho Administrativo, 2002, pp. 1-2.
5 Véase Aranha Bandeira de Mello, Oswaldo. Da licitacäo. São Paulo: Forense, 1978, p. 38.
Es preciso que toda licitación se desarrolle bajo un procedimiento trans- The vices of
parente que permita conocer a todos los interesados, no solo las condi- government
ciones y requisitos bajo los cuales se celebra, sino las causas, razones y procurement
motivos de las resoluciones recaídas sobre él, en todas y cada una de sus in Mexico
diferentes etapas, merced a una clara, suficiente y eficiente información.
Permite el principio de publicidad la transparencia del procedimiento de
licitación, lo que —como bien hace notar la profesora María Gabriela
Ábalos— propicia la crítica pública, la participación ciudadana y el con-
trol judicial6.
El principio de publicidad tiene un doble aspecto en la licitación, pues
atañe tanto a la convocatoria de la licitación cuando esta es pública,
como a la posibilidad de que sus participantes puedan conocer las ofer-
tas de los demás licitantes, así como todo el trámite posterior a la aper-
tura de los sobres que contengan las ofertas, incluidos los dictámenes de
evaluación, los fundamentos y motivos de la resolución que adjudica el
contrato o lo declara desierto, y la resolución misma. Como dijera Mi-
guel S. Marienhoff: “una licitación pública realizada a hurtadillas sería
un absurdo jurídico, un contrasentido; de ahí la fundamental importan-
cia del adecuado cumplimiento del requisito de publicidad”7.
6 Ábalos, María Gabriela. “La licitación y otros procedimientos de selección del cocontratante”. En
Ismael Farrando (director). Contratos administrativos. Buenos Aires: Abeledo-Perrot, 2002, p. 92.
7 Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho administrativo. Tomo III-A. Buenos Aires: Abeledo-
Perrot, 1983, p. 135.
Según el doctor Luis Enrique Chase Plate: “No cabe duda que el pro-
cedimiento de licitación es obligatorio y no facultativo para la Admi-
nistración. No puede prescindirse del procedimiento sino cuando la ley
lo autorice expresamente. No es conveniente dejar al capricho de la
autoridad decidir cuándo debe llamarse a licitación y cuándo no. Su
conducta debe estar categóricamente tasada y mensurada por la ley”9.
8 Comadira, Julio Rodolfo. La licitación pública. Buenos Aires: Depalma, 2000, pp. 3- 4.
9 Chase Plate, Luis Enrique. Los contratos públicos. Asunción: Editora Intercontinental, 1998, p. 202.
por el interesado.
La inexistencia de un padrón de posibles cocontratantes de la adminis-
tración pública repercute en un procedimiento de licitación más lento y
laborioso, por cuanto exige en cada caso el examen y análisis de la ido-
neidad de los oferentes, que podría obviarse si estos ya la hubieran acre-
ditado previamente mediante su inscripción en el padrón respectivo; y,
lejos de disminuir la corrupción, la propicia al permitir la proliferación
de cocontratantes no idóneos, especialmente en los casos de licitaciones
mediante invitación restringidas y de adjudicaciones directas.
Derecho PUCP, N° 66, 2011 / ISSN 0251-3420
66
III . A m a n e r a d e e p í l o g o
Las múltiples reformas realizadas durante las dos últimas décadas a la
legislación que regula la contratación de obra pública y de adquisición
de bienes y servicios por parte del sector público parecen ejercicios de
“gatopardismo”, cuya fórmula, expuesta por Giuseppe Tomasi de Lam-
pedusa en su célebre novela El gatopardo, consiste en cambiar todo para
que todo quede igual, toda vez que, a pesar de las escasas y modestas
mejorías logradas mediante tales reformas, la actual regulación jurídica
Jorge Fernández Ruiz
11 “Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, Artículo 26 Ter. En las
licitaciones públicas, cuyo monto rebase el equivalente a 5 millones de días de salario mínimo general
vigente en el Distrito Federal y en aquellos casos que determine la Secretaría de la Función Pública
atendiendo al impacto que la contratación tenga en los programas sustantivos de la dependencia o
entidad, participarán testigos sociales conforme a lo siguiente: I. La Secretaría de la Función Pública
Jorge Fernández Ruiz
tendrá a su cargo el padrón público de testigos sociales, quienes participarán en todas las etapas de
los procedimientos de licitación pública, a los que se refiere esta Ley, con voz y emitirán un testimonio
final que incluirá sus observaciones y en su caso recomendaciones, mismo que tendrá difusión en
la página electrónica de cada dependencia o entidad, en CompraNet y se integrará al expediente
respectivo. II. Los testigos sociales serán seleccionados mediante convocatoria pública, emitida por
la Secretaría de la Función Pública. III. La Secretaría de la Función Pública, acreditará como testigos
sociales a aquéllas personas que cumplan con los siguientes requisitos: a) Ser ciudadano mexicano
en ejercicio de sus derechos o extranjero cuya condición migratoria permita la función a desarrollar;
b) Cuando se trate de una organización no gubernamental, acreditar que se encuentra constituida
conforme a las disposiciones legales aplicables y que no persigue fines de lucro; c) No haber sido
sentenciado con pena privativa de libertad; d) No ser servidor público en activo en México y/o en el
extranjero. Asimismo, no haber sido servidor público Federal o de una Entidad Federativa durante
al menos un año previo a la fecha en que se presente su solicitud para ser acreditado; e) No haber
sido sancionado como servidor público ya sea Federal, estatal, municipal o por autoridad competente
en el extranjero; f) Presentar currículo en el que se acrediten los grados académicos, la especialidad
correspondiente, la experiencia laboral y, en su caso, docente, así como los reconocimientos que
haya recibido a nivel académico y profesional; g) Asistir a los cursos de capacitación que imparte
la Secretaría de la Función Pública sobre esta Ley y Tratados, y h) Presentar manifestación escrita
bajo protesta de decir verdad que se abstendrá de participar en contrataciones en las que pudiese
existir conflicto de intereses, ya sea porque los licitantes o los servidores públicos que intervienen en
Jorge Fernández Ruiz
las mismas tienen vinculación académica, de negocios o familiar. IV. Los testigos sociales tendrán
las funciones siguientes: a) Proponer a las dependencias, entidades y a la Secretaría de la Función
Pública mejoras para fortalecer la transparencia, imparcialidad y las disposiciones legales en materia
de adquisiciones, arrendamientos y servicios; b) Dar seguimiento al establecimiento de las acciones
que se recomendaron derivadas de su participación en las contrataciones, y c) Emitir al final de su
participación el testimonio correspondiente del cual entregarán un ejemplar a la Secretaría de la
Función Pública. Dicho testimonio deberá ser publicado dentro de los diez días naturales siguientes
a su participación en la página de Internet de la dependencia o entidad que corresponda. En caso de
que el testigo social detecte irregularidades en los procedimientos de contratación, deberá remitir su
testimonio al área de quejas del órgano interno de control de la dependencia o entidad convocante
y/o a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Se podrá
exceptuar la participación de los testigos sociales en aquéllos casos en que los procedimientos de
contrataciones contengan información clasificada como reservada que pongan en riesgo la seguridad
nacional, pública o la defensa nacional en los términos de las disposiciones legales aplicables. El
Reglamento de esta Ley especificará los montos de la contraprestación al testigo social en función
de la importancia y del presupuesto asignado a la contratación”.
I . E l C l au s t r o, s u d e f i n i c i ó n y s u i m p o r ta n c i a
La idea del claustro, de modo general, evoca un contexto de reunión
entre miembros de una unidad, quienes participan en un debate sobre
asuntos que suscitan especial interés y, tras exponer sus puntos de vista,
sus diferencias y similitudes, alcanzan acuerdos.
II . P r i m e r C l a u s t r o P l e n o d e l a F a c u lt a d d e
D e r e ch o e n 1 9 8 9
Como se ha mencionado en líneas anteriores, hace veinte años se
realizó el Primer Claustro Pleno de Derecho1, que fue convocado por
el entonces decano, el profesor Jorge Avendaño Valdez, con la ayuda
de la Comisión Organizadora de ese entonces; reunió a los profesores
Marcial Rubio, Domingo García, César Luna-Victoria, Lorenzo Zolezzi,
Juan Luis Avendaño y Armando Zolezzi, en calidad de presidentes de
Comisión.
Según la referencia histórica con la que se cuenta, este primer claustro
fue ideado durante el primer y segundo Encuentro de Estudiantes de
Derecho en 1983 y 1987, respectivamente, pues tanto en aquella opor-
tunidad como ahora los estudiantes comprendieron cuán importante es
la coordinación y el trabajo en conjunto para la toma de decisiones res-
pecto a la conducción de su Facultad, y por ello impulsaron el desarrollo
de un Claustro Pleno.
En dicha oportunidad, se conformaron cuatro comisiones de trabajo:
plan de estudios, proyección social, investigación académica, y métodos
M a r g a r e t t M at o s O r t e g a
1 Para mayor información de este Primer Claustro Pleno, revisar: ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA,
Eloy. “Reseña sobre el Primer Claustro Pleno de Derecho en la Pontificia Universidad Católica Del
Perú. Publicado en Internet http://claustropleno.pucp.edu.pe/index.php?option=resena.
III . E l C l a u s t r o P l e n o e n D e r e ch o
El Claustro Pleno de Derecho de 2010 surgió a partir de un proyecto
presentado por entusiastas estudiantes de Derecho que pertenecieron
al tercio estudiantil durante el período 2008-2009. Aquel grupo estu-
495
vo conformado por Alberto Cruces Burga, Andrés Dulanto Tello, José Enclaustrados
por el Derecho:
Humberto Saldaña Cuba y Daniel Elías Torres Cox; fueron ellos quie-
memorias del
nes, bajo la experta guía y colaboración de los profesores César Delgado
Claustro Pleno
Barreto y César Fernández Arce, entre otros, presentaron una propuesta
de Derecho 2010
ante Consejo de Facultad en diciembre de 2008.
Memories of the
Esta propuesta consistía, en líneas generales, en propiciar el Claustro Claustro Pleno
Pleno para retomar el espacio de introspección y discusión abierta so- 2010
bre las implicancias de lo que significa enseñar y aprender el Derecho
en el Perú. A partir de ello, identificaron algunos temas que, por sus
falencias o por la controversia en sus lineamientos, suscitaban gran
interés en ser discutidos, lo que generó una propuesta de las siguientes
comisiones que correspondían a los siguientes tópicos: responsabili-
dad social e investigación, prácticas preprofesionales, ética y respon-
sabilidad profesional, y plan de estudios. Asimismo, se propuso contar
con una Comisión Permanente de Organización, que se encargaría de
convocar al claustro, supervisar el trabajo de las comisiones y dirigir la
labor logística.
Presentada la propuesta ante Consejo de Facultad 2008-2009, se con-
vino en formar un grupo de trabajo denominado Comisión de Claustro
Pleno, que se encargaría de evaluar la sostenibilidad de la puesta en mar-
cha de un Claustro Pleno en la Facultad de Derecho de la PUCP. Esta
comisión estuvo compuesta por los profesores Alfredo Bullard, Elmer
Arce, Iván Meini y Ricardo León, y por los alumnos Alberto Cruces,
Alberto de Belaúnde y Renzo Román.
En el informe que este grupo presentó, se sustentaba la necesidad del
claustro en la inclusión de todos los involucrados en la reflexión de cier-
tos cambios en las políticas de nuestra Facultad; estos se habían oca-
sionado con el devenir del tiempo y se habían adoptado sin contar con
M a r g a r e t t M at o s O r t e g a
2 Para mayor información, revisar: “El Segundo Claustro Pleno de Derecho ya tiene representantes”.
En: PUNTO EDU, versión WEB.
Disponible en: http://www.pucp.edu.pe/puntoedu/index.php?option=com_content&task=view&id=3039.
En este enlace web, podrá descargar la Convocatoria a Elecciones Estudiantiles, el Reglamento de
Elecciones y el Cronograma de Actividades del Claustro Pleno 2010.
3 Idem.
4 Javier Andre Murillo Chavez, Rodrigo Andres Freitas Cabanillas, Nuria Jimena Allemant Arteta, Sylvia
Patricia Chauca León, Ahmed Manyari Zea, Chantal Marie Deleplanque Sánchez, Fabio Núñez Del
Prado Chaves, Talia Rosa Diaz Rodríguez, Guisela Carolina Camacho Mejía, Rodrigo Daniel López
Villanueva, Waldo Borda Gianella, Keyla Jennipher Carcausto Romero, Jhosselyn Jheydi Quiroz
Palacios.
5 Garrido-Lecca Palacios, Mijael Hernán, Navarro Lostaunau, Cecilia Carolina Moreno Millán, Marco
Antonio Atencio Suárez, Yolanda Gisella Rodríguez Vasquez, Julio Alberto Matos Ortega, Margarett
Sifuentes Perea, Jade Almendra Shulca Romero Estefanía María Nila y Hermoza Reyes, Raúl Arturo.
6 Podrá revisar los documentos completos de los dictámenes de las diferentes Comisiones del
Claustro en el siguiente enlace web: http://www.pucp.edu.pe/puntoedu/index.php?option=com_
content&task=view&id=3039
Ricardo León, Theo Briolo, por el egresado Rafael Rodríguez, y por los
alumnos Margarett Matos, Patricio Ato, Rodrigo López, Sylvia Chauca
y Julio Rodríguez.
Esta comisión basó sus propuestas en la importancia de la investigación
como parte de la formación jurídica y en el reconocimiento de la in-
vestigación como una competencia central para el futuro abogado en
cualquiera de sus disciplinas o roles. Para tal efecto, plantearon tres ejes
temáticos: la transversalidad de la investigación, el impulso a la investi-
gación y las tesis.
Por último, con respecto a las tesis, la comisión opinó que resulta nece-
sario agilizar el trámite administrativo en la Facultad e impulsar cual-
quier otra medida que genere incentivos para la elaboración de tesis.
V. C o lo f ó n
Una historia es más fácil de entender si media una relación de
compromiso. La idea del Claustro Pleno podría resumirse en el
compromiso por el trabajo conjunto en pos de una mejor Facultad. Por
ello, comprender la importancia de este relato amerita involucrarse
con esta empresa, pues este, en realidad, es un trabajo inacabado. Y
no solo por encontrarnos en la etapa de ejecución de propuestas, sino
porque se requiere de toda la comunidad de la Facultad para logar que
las propuestas no sean solo ello y se conviertan en realidad. Se trata,
entonces, de tomar como referencia el momento actual, lo que tenemos,
M a r g a r e t t M at o s O r t e g a
I . Ac t i v i d a d e s d e l a F a c u lt a d
II . Ac t i v i d a d e s d e l D e pa r t a m e n t o
III . Ac t i v i d a d e s d e p r o s o d e
Es importante resaltar que, durante el segundo período del año 2010,
hemos contado con la participación de 63 estudiantes matriculados
en el curso. Asimismo, se contó con la participación de 14 estudiantes
colaboradores (voluntarios) que hicieron un total de 77 estudiantes
participando en el curso. Gracias a ellos, se posibilitaron las siguientes
actividades:
Área
Total de Atenciones Atenciones Procesos Demandas Demandas
Asesoría CJG Alumnos
atenciones antiguas nuevas en trámite ingresadas fundadas
Legal
Recoleta
Callao 117 87 30 25 5 2 0
Asesoría
Legal
Casos por temas vistos de los consultorios jurídicos
Canto 84 91 2 10 20 5 -- -- CLAUSTRO
Grande
Recoleta 71 71 19 19 18 16 -- 3
Callao 13 8 2 1 1 -- -- 5
Barranco 100 12 -- -- -- 3 -- 5
“El Derecho a
tu alcance”
Total de
programas
Total de
llamadas
Promedio
Agosto –
diciembre TOTAL 17 102 6,0
2010
SEMESTRE 2010-II
517
participación ciudadana
CRÓNICAS
Beneficiarios 2010-II
Derechos humanos DEL
Medio ambiente
Carabayllo 1 y 2
Taller Lomas de
Trabajo infantil
Democracia y
CLAUSTRO
Talleres
Grupo 1 10 8 6 4 5
Fe Y Alegria N°1
Grupo 2 10 4 9 9 6
Grupo 3 11 7 6 6 6
Grupo 4 10 7 13 11 12 73
Grupo 5 10 7 8 9 6
Subtotal de
51 33 42 39 35 77
beneficiarios
Grupo 1 14 13 8 10 7
Juan Pablo II
Grupo 2 16 14 13 7 11
Grupo 3 15 7 8 10 10
Grupo 4 11 8 10 2 2
119
Grupo 5 12 6 8 4 10
Grupo 6 8 7 8 6 5
Subtotal de
76 55 55 39 45
beneficiarios
Total de
269
beneficiarios
Casos patrocinados
2010-II
Delitos
Procesados Sentenciados
Tráfico de drogas 1 1
Contra el patrimonio (robo) 2
Contra la indemnidad sexual 1 2
Otros
TOTAL 2 5
IV.4. Themis
– Creación de cuatro talleres de difusión de cultura jurídica en
personas de escasos recursos. Las fechas de estos talleres fueron
las siguientes:
1. Sábado 16 de octubre: El DNI y el Documento de
Identificación de Discapacidad, también conocido como el
Carné de Discapacidad.
2. Sábado 6 de noviembre: El Derecho de paternidad y de
alimentos.
3. Sábado 20 de noviembre: La seguridad ciudadana.
4. Martes 7 de diciembre: Los seguros públicos de salud.
– Investigación respecto al funcionamiento del sistema pro bono
a un año de su establecimiento en el Perú. La investigación fue
realizada desde el mes de agosto hasta el mes de octubre.
– Seminario “Prensa juzgada”. Las conversaciones tuvieron lugar los
días lunes 15 y martes 16 de noviembre. El primer día del seminario
se ejecutó el relanzamiento de “Enfoque de Derecho”, que fue
producto del trabajo de la Comisión de Actualidad Jurídica.
– “Acércate a Themis”. El evento fue organizado por la Comisión
de Marketing y Ventas el jueves 25 de noviembre.
– “Moot Lima”. El evento, organizado por el Estudio Echecopar y
por Themis, tuvo inicio el viernes 24 de septiembre y finalizó el
sábado 20 de noviembre.
IV.5.2. Publicaciones
– Publicación de la edición número 41 de la revista Ius et Veritas,
diciembre de 2010.
– Lanzamiento de la segunda edición de Mercado de valores y de la
523
CRÓNICAS
segunda reimpresión de Responsabilidad civil contemporánea. DEL
CLAUSTRO
IV.5.3. Eventos
– “Seminario de Derecho de minería e hidrocarburos”. Tuvo lugar
los días 19 y 20 de noviembre en el Paraninfo de la Universidad
Nacional San Antonio de Abad del Cusco.
– “Seminario de alternativas de inversión y financiamiento en el
mercado de valores”, con el soporte de la Comisión Nacional
Supervisora de Empresas y Valores (conasev). El evento se llevó
a cabo el 17 y 18 de noviembre en el anfiteatro Armando Zolezzi.
– “Curso de capacitación de Derecho Procesal Laboral”, en
conjunto con la Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y la
Seguridad Social (spdtss). Las charlas se desarrollaron los días 25
de septiembre y 2, 9, 16 y 23 de octubre en el anfiteatro Armando
Zolezzi.
IV.5.4. Concursos
– “Abogados al banquillo”. Octava contienda de ética y
responsabilidad profesional, cuya audiencia pública se realizó el
19 de octubre.
– Concurso de ensayos de Derecho procesal constitucional.
IV.5.5. Auspicios
– “Seminario internacional sobre enseñanza del Derecho”,
organizado por la Facultad de Derecho de la PUCP los días 9, 10
y 11 de agosto.
– Seminario “Educando en derechos y divirtiendo a los niños a
través de la televisión”, organizado por la Facultad de Derecho de
la PUCP. El seminario contó con la exposición de los especialistas
canadienses Carmen Bourassa y François Côté.
– Auspicio del “Seminario de bioética y derechos humanos”,
organizado por el Observatorio de Bioética. El seminario contó
con la exposición del especialista argentino Juan Carlos Tealdi.
Honorarios
José Félix Aramburú
Víctor Andrés Belaunde
Daniel O. Bernstine
Paolo Grossi
Gustavo Noboa Bejarano
Raúl Noriega Ayarza
Jiang Ping
Carlos Roberto Reina
Mozart Víctor Russomano
Tomás Salvador Vives Antón
Eméritos
Jorge Avendaño Hübner
Rosendo Badani
Héctor Cornejo Chávez
José Dammert Bellido Bellido
Miguel de Althaus Guarderas
Luis Echecopar García
Domingo García Rada
Carlos Rodríguez Pastor
Fidel Tubino Mongilardi
Guillermo Velaochaga Miranda
F a c u lt a d d e D e r e ch o d e l a P o n t i f i c i a
U n i v e r s i d a d C at ó l i c a d e l P e r ú
Principales
Abad Yupanqui, Samuel Bernardo
Albán Peralta, Walter Jorge
Avendaño Arana, Francisco Javier
Avendaño Valdez, Jorge
Avendaño Valdez, Juan Luis
Bernales Ballesteros, Enrique Martín
Blancas Bustamante, Carlos Moisés
Boza Pró, Guillermo Martín
Bramont-Arias Torres, Luis Alberto
Bullard González, Alfredo José
Cárdenas Quirós, Carlos
Castillo Freyre, Mario Eduardo Juan Martín
Danós Ordóñez, Jorge Elías
De Althaus Guarderas, Miguel
De Belaunde López de Romaña, Javier Mario
De Trazegnies Granda, Fernando
Delgado Barreto, César Augusto
Eguiguren Praeli, Francisco José
Fernández Arce, César Ernesto
Fernández Cruz, Mario Gastón Humberto
Fernández Sessarego, Carlos
Ferro Delgado, Víctor
Forno Flórez, Hugo Alfieri
García Belaunde, Domingo
Gonzales Mantilla, Gorki Yuri
Guzmán-Barrón Sobrevilla, César Augusto
Hernández Berenguel, Luis Antonio
Kresalja Rosselló, Baldo
Landa Arroyo, César Rodrigo
528 Llerena Quevedo, José Rogelio
Lovatón Palacios, Miguel David
Medrano Cornejo, Humberto Félix
Méndez Chang, Elvira Victoria
Montoya Anguerry, Carlos Luis
Neves Mujica, Javier
Novak Talavera, Fabián Martín Patricio
Ortiz Caballero, René Elmer Martín
Osterling Parodi, Felipe
Pasco Cosmópolis, Mario Martín
Peña Jumpa, Antonio Alfonso
Prado Saldarriaga, Víctor Roberto
Quiroga León, Aníbal Gonzalo Raúl
Ramírez Díaz, Jorge Gregorio
Revoredo Marsano, Delia
Rodríguez Iturri, Róger Rafael Estanislao
Rubio Correa, Marcial Antonio
Ruiz de Castilla Ponce de León, Francisco Javier
Salas Sánchez, Julio Moisés
Salmón Gárate, Elizabeth Silvia
San Martín Castro, César Eugenio
Solís Espinoza, Alejandro Juvenal
Toyama Miyagusuku, Jorge Luis
Ugaz Sánchez – Moreno, José Carlos
Viale Salazar, Fausto David
Villanueva Flores, María del Rocío
Villavicencio Ríos, Carlos Alfredo
Villavicencio Terreros, Felipe Andrés
Zolezzi Ibárcena, Lorenzo Antonio
Zusman Tinman, Shoschana
Asociados
Aguilar Llanos, Benjamín Julio
Arana Courrejolles, María del Carmen Susana
Arce Ortiz, Elmer Guillermo
Auxiliares
Abugattas Giadalah, Gattas Elías
Aliaga Farfán, Jeanette Sofía
Alvites Alvites, Elena Cecilia
Barboza Beraun, Eduardo
Bardales Mendoza, Enrique Rosendo
Barletta Villarán, María Consuelo
Beltrán Pacheco, Jorge Alberto
Benavides Torres, Eduardo Armando
Bermúdez Valdivia, Violeta
Blume Fortini, Ernesto Jorge
Bustamante Alarcón, Reynaldo
Candela Sánchez, César Lincoln
Castro Otero, José Ignacio
Cornejo Guerrero, Carlos Alejandro
Cubas Villanueva, Víctor Manuel
De La Jara Basombrío, Ernesto Carlos
Del Águila Ruiz de Somocurcio, Paolo
Delgado Silva, Angel Guillermo
Escobar Rozas, Freddy Oscar
Espinoza Goyena, Julio César
Ezcurra Rivero, Huáscar Alfonso
Falla Jara, Gilberto Alejandro
Guzmán Napurí, Christian
Haro Seijas, José Juan
Hernando Nieto, Eduardo Emilio
Herrera Vásquez, Ricardo Javier
REVISTAS