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ANTECEDENTES

En el pasado, la actividad agrícola era el resultado de una experiencia empírica, basada

en un cierto equilibrio entre la fertilidad del medio natural, las técnicas conocidas y las

circunstancias económicas y sociales. Las prácticas culturales respetaban reglas absolutas

que valorizaban en el contexto regional concernido, una división pedo-climática.

Cualquiera modificación era riesgosa, debido a la ignorancia de los mecanismos de las

interrelaciones entre el medio (climático, edáfico y biológico), las técnicas culturales y la

población vegetal cultivada. A fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el

crecimiento demográfico, el desarrollo de una economía de mercado, el nacimiento de la

industria, los nuevos conocimientos sobre química, han contribuido a cambiar, en

Francia, la actividad agrícola y los discursos sobre agricultura.

Los científicos se esforzaban entonces por determinar, comparar, clasificar los diversos

modos de explotación agrícola. En 1848 por ejemplo, GASPARIN, en su curso de

agricultura, define el sistema de cultivo como “la elección que hace el hombre, de los

procedimientos mediante los cuales explota la naturaleza”. Distingue tres tipos en

función del grado de artificialización para restablecer la fertilidad: el primero corresponde

a un sistema de recolección (la naturaleza actúa sola), el segundo a un sistema de barbecho

(uno o varios años de cultivo seguidos por un período sin cultivo) y el tercero a un sistema

de cultivo continuo.

La definición de GASPARIN se acerca mucho a la de los economistas contemporáneos

que denominan “Sistema de Cultivo”, la organización técnica de la explotación agrícola.

N.GERMAN HEUZE en el año 1862, distingue los sistemas de cultivo a partir de la

elección de las rotaciones culturales, de la importancia de las superficies y de los

capitales, de la mano de obra necesaria, de la proporción de cada cultivo en el territorio


de la finca. Su definición privilegia la explotación agrícola y no separa los aspectos

económicos de los aspectos agronómicos. Recalca que pueden existir varias

organizaciones dentro de una misma región, para el mejoramiento del medio, y que el

mantenimiento de la fertilidad a nivel de explotación no se maneja únicamente a partir de

las rotaciones de cultivo.

SEBILLOTTE, en el año 1975, describe el sistema de cultivo de una explotación

agrícola considerando: la distribución espacial de los cultivos y la sucesión de los

cultivos, los niveles de producción alcanzados y el destino de los productos y residuos de

cultivo, así como las diferentes técnicas utilizadas. En el mismo año, un grupo de trabajo,

integrado por investigadores del INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN

AGRONÓMICA Y DEL INSTITUTO NACIONAL AGRONÓMICO DE PARIS-

GRIGNON (con SEBILLOTTE y su laboratorio) define el sistema de cultivo como “un

sub-conjunto del sistema de producción, definido -para una superficie de terreno

tratada de manera homogénea, -por los cultivos vegetales en su orden de sucesión y las

técnicas utilizadas”. Este mismo grupo en los años 80, modifica su definición.

Reemplaza “las técnicas utilizadas” por “los itinerarios técnicos”, término definido por

SEBILLOTTE en 1978(a) como “una combinación lógica y ordenada de técnicas

culturales”, a fin de recalcar la interdependencia entre dos técnicas sucesivas, la

dimensión previsional y el aspecto coyuntural. Actualmente, esta definición es autoridad

en las esferas agronómicas francesas.


PARTE EXPERIMENTAL ( GLORIA Y NICOL )

. 1: CON AYUDA DE LOS POSTULADOS TEÓRICOS DE LA ESCUELA

AMERICANA O FRANCESA DE SISTEMAS, PARA FORMALIZAR UN

MODELO GRAFICO DE SISTEMAS:

Análisis de los sistemas agrarios en el Perú

EI uso del concepto de sistema agrario es actualmente poco frecuente en el Perú. Lo

utilizaron MAYER E. y FONSECA C. en la cuenca del Cañete, sin definir en forma

precisa, pero construyendo un enfoque reuniendo análisis geoecológico con un estudio de

las organizaciones sociales.

Los trabajos sobre sistemas de producción han tomado importancia luego de una fase en

la cual se precisó el análisis de la comunidad. La referencia al sistema de producción

puede ser directa (GRESLOU F. y NEY B.) o implícita (FIGUEROA A.). Algunos

estudios han utilizado el análisis de la unidad de producción familiar con el de la

comunidad pero generalmente desde una perspectiva disciplinaria (GONZALES E.)

La Universidad Nacional Agraria, en colaboración científica con el Instituto Francés de

Estudios Andinos (IFEA) y el Instituto Francés de Investigación Científica para el

Desarrollo en Cooperación (ORSTOM), realiza una investigación en la cuenca de Cañete.

En base a esta experiencia y en forma de conclusión, se propone seguir ciertos pasos para

el análisis de los sistemas agrarios en el Perú.

El primero consiste en esbozar el sistema agrario antes de su transformación a partir de

la inserción al mercado nacional o internacional con el fin de poner en evidencia sus

cambios posteriores.

EI segundo aborda la evolución de los sistemas técnicos de producción, buscando hacer

aparecer las tendencias a la especialización o a la diversificación así como los factores


pesados que intervienen en la plasticidad o rigidez de los mismos. Entre estos factores

destacan la influencia de los elementos físicos-bióticos, la evolución de la población

viviendo en el sistema, la integración al mercado, la competencia entre producciones,

regiones y países. Estos factores se pueden analizar a partir del concepto de renta que los

sintetiza.

El tercer paso enfoca la reproducción y la diferenciación de los sistemas de producción

durante el período histórico analizado. En particular, para el período más actual, busca

poner en evidencia la reproducción anual de los sistemas, la acumulación del patrimonio

en el curso del ciclo de vida de la familia y la transmisión de este patrimonio de una

generación a la otra.

El cuarto paso analiza el rol de la organización social local (comunidad, organización de

productores) sobre la evolución de los sistemas de cultivos y de crianza y sobre los

sistemas de producción. Allí se manifiestan los conflictos entre los diferentes grupos que

imprimen su dinámica al conjunto de la sociedad local. A este nivel también, se pueden

tomar en cuenta el rol de los lazos de parentesco y del imaginario social.

El quinto paso, aborda las consecuencias locales de las políticas que, por su continuidad

y rupturas, marcan el ritmo de las transformaciones agrarias.

Bibliografía
POUPON, E. M. (Marzo de 1987). Sistemas agrarios en el Perú. Obtenido de
http://horizon.documentation.ird.fr/exl-
doc/pleins_textes/pleins_textes_7/b_fdi_03_01/26992.pdf

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