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DEL CURARAY
EL P R O C E S O
DE FORMACION
D E LA
IDENTIDAD
cu
005320
LOS QUICHUA
DEL CURARAY
Mary-Elizabeth Reeve
El proceso de formación
de la identidad
Cocdición
ABYA
YALA
la edición
Ediciones ABYA-YALA
Casilla 8513
Quilo, Ecuador
Banco Central del Ecuador-Guayaquil
F i n a l m e n t e , e s t e e s t u d i o h u b i e r a s i d o i m p o s i b l e r e a l i z a r l o s i n el a p o y o
que me o f r e c i e r o n los R u n a del Curaray, quienes no solamente me
p e r m i t i e r o n a m í y a mi e s p o s o vivir d e n t r o de su c o m u n i d a d s i n o q u e
t a m b i é n f u e r o n q u i e n e s m e t u t e l a r o n e n el u s o del q u i c h u a d e e s t a r e g i ó n ,
e d u c á n d o n o s e n la v i d a r u n a , c o n p a c i e n c i a y c o n u n h u m o r i n f a t i g a b l e . L o s
R u n a , por sus p r o p i o s e s f u e r z o s , m e e n s e ñ a r o n a pensar, vivir y ver - a lo
m e n o s un p o c o - c o m o runa. E s p e r o q u e los resultados de su a p o y o t e n g a n
v a l o ry u t i l i d a d t a m b i é n p a r a e l l o s .
S
CAPITULO I
INTRODUCCION
1. Cuando no» referimos • los Záparos, incluimos entra e»to» también al grupo da Gayas.
Los Quichua dal Ñapo incluyen a todos los Quichua del área del río Ñapo, incluyendo a
los Quijos-Quichua.
10
Organización de la comunidad
La llacta incluye aquel segmento del ayllu de Ego que comparte una
misma área residencial, además de todos aquellos sujetos que se hallan
vinculados por matrimonio con el ayllu, en el caso de haberse producido
intercambios matrimoniales entre dos ayllus distintos. Cuando uno o más
ayllus poseen miembros en llactas adyacentes, el área que ocupan es
conceptualizada como un sector claramente delimitado y denominado por la
comunidad asentada a lo largo del Curaray o del Villano. Algunas áreas a lo
largo de las riberas se hallan habitadas por familias nucleares que no
pertenecen ni a un sector ni a una llacta. Estos hogares "están asentados sin
razón" (yanga tianaun), y por lo general se trata de familias que han migrado
recientemente desde otras comunidades.
Aparte de esta distinci >n existe aquella que separa a la comunidad como
un tndo y sus territorios de p u r i n a de todas las otras comunidades runa. Por
lo general cada individuo se identifica a sí mismo con su comunidad de
origen. Existen ligeras diferencias lingüísticas entre personas de distintas
comunidades, diferencias que permiten identificar la residencia "correcta"
que corresponde a cada sujeto. Cuando una persona migra de una
comunidad a otra, es de rigor que se esfuerce por adquirir los modismos y la
forma de hablar de su nueva comunidad.
Sinopsis histórica
QUITO • E C U A D O R
« cuestionar nuestras ideas sobre la naturaleza de las fronteras inter-
culturales. Cabe, por ejemplo, preguntarse si la transculturación es un efecto
de la labor misionera de los europeos, y del impacto de las epidemias traídas
por el hombre blanco, o, si por el contrario se trata de un proceso cuyos
orígenes anteceden a la expansión europea en la r e g i ó n . A s i m i s m o , es
posible discutir si la transculturación es un proceso intrínseco de los pueblos
de la selva baja amazónica, y, en caso afirmativo, cómo pueden explicarse en
este caso particular las influencias andinas. ¿Cuál es la naturaleza de una
adaptación cultural que promueve la etnogénesis en áreas periféricas a un
sistema estatal, sea este indígena o europeo? Finalmente, ¿Cuáles son las
características que definen la rigidez o la permeabilidad de las fronteras
culturales? La información que presentamos aquí ofrece algunas guías o
indicios que podrían servir para replantear y contestar estas preguntas más
generales.
El estudio
3. Los AhuaJIacU son a veces denominados hulragucha por los Runa del Curaray, término
derivado de V i r a c o c h a , usado tanto para designar al Inca como a un ser milico.
Probablemente esta palabra se usó originalmente para designar a la nación Inca. En la
cultura Andina, Viracocha se refiere a la estación lluviosa, a la noche, a lo exterior, a
las regiones deshabitadas (Zuidema 1982).
Definición étnica de las categorías nina
Ahu al lacla
R e l a c i o n e s de i n t e r c a m b i o m a t r i m o n i a l
LA SUBSISTENCIA Y EL CICLO
ECONOMICO ANUAL
En los ríos Curaray y bajo Villano quedan los centros de población más
septentrional dentro del territorio de los Canelos-Quichua. Esto la convierte
en una de las más remotas regiones pobladas del Oriente central.
Ecológicamente, se halla ubicada en la biosfera alto-amazónica ribereña y se
caracteriza por poseer dos estaciones muy marcadas: una húmeda y una seca,
y por la presencia de inundaciones anuales de la planicie aluvial colindante
con el río. El serpenteante y lodoso río Curaray contrasta marcadamente con
los rápidos y pedregosos ríos que fluyen desde las estribaciones de los
Andes por altas, escarpadas y frescas regiones que constituyen la cuenca
superior de los ríos Bobonaza y Pastaza.
Ix>s Runa consideran que una existencia completa es imposible sin las
c o n t r i b u c i o n e s e s p e c í f i c a s c o n c u r r e n t e s de a m b o s sexos. Esta
complementariedad en los intercambios de trabajo no solo asegura la
supervivencia física, sino también la mantención y estabilidad de la
continuidad social, o sea, la supervivencia de los individuos en tantos
seres sociales. El resultado neto del intercambio entre hombres y mujeres
es la reproducción social. A lo largo de este trabajo me referiré a dicha
matriz de reciprocidad c o m o un m o d e l o que me permitirá aclarar
numerosos datos sobre organización social, ritual y cosmología.
El ciclo ecológico
Ix>s Runa del Curaray se han adaptado a su medio ambiente por medio
de un método de subsistencia ajustado a las variaciones estacionales en la
disponibilidad de recursos vegetales y animales. La abundancia de muchas
especies que son vitales para los Runa está ligada al ciclo de las estaciones
seca y húmeda y a las fluctuaciones consiguientes en el nivel de las aguas del
río y en la claridad de éstas. En la región del río Curaray y Bajo Villano, abril
señala el comienzo de una estación relativamente más fresca y sumamente
húmeda que dura hasta mediados de julio o agosto. En agosto se produce
una rápida transición a una estación seca, y ya en septiembre el clima se ha
tornado muy seco y caluroso. Este período dura hasta noviembre o
diciembre, en que vuelven a producirse frecuentes lluvias. Entre diciembre y
marzo predominan temperaturas moderadas y un régimen pluvial intermedio.
Los Runa del Curaray conceptualizan este período como parte de la estación
seca, la cual llega a su fin a mediados de marzo o a principios de abril con la
llegada de la primera de varias inundaciones del río, la que señala el retorno
de la estación lluviosa y muy húmeda.
Hacia el final del período seco, las palmeras y otros árboles comienzan
a dar sus frutos. Las frutas de palmeras como el C h o n t a d u r o ( B a c t r i s
Gasipaes) y de la C h a m b i r a (Astrocaryum Chanibirá) maduran en enero,
mientras que otros frutales como la guama (Inga spp.), la uva ( P o u r o m a
cecrop ¡folia) y el caimito cultivado (Pouteria Caimito) también fructifican. En
febrero la fruta del chontnduro se hace abundante así como otras frutas de
árbol como la chirimoya (Anona spp), el caimito selvático y dos variedades
de cacao silvestre (Thtobrotna spp.). En esta misma época y hasta marzo, la
miel es muy dulce y abundante. La guama, el caimito cultivado, la uva y la
chambita se mantienen hasta abril, mientras que otras pocas frutas como el
chontaduro (durazno de palmera, pejibaye) siguen siendo abundantes hasta
el comienzo de la estación lluviosa. Las nueces de palmera llamadas
u n g u r a h u a (Jcsscnia batana) maduran en junio, y se pueden obtener hasta
septiembre.
Las crías que sobreviven sus primeras semanas de vida en dichos lagos
proceden entonces a regresar río arriba a partir de agosto y hasta octubre
impelidos por la disminución del nivel de las aguas en dichos meses. El
bocachico y sobre todo sus huevos son alimentos altamente apreciados. Las
pautas migratorias del bocachico son similares a la de muchos peces
amazónicos (ver Smith 1981: 21-22).
2. Este fenómeno, causado por los vientos que avanzan desde el Atlántico hacia el oeste,
a través del Amazonas, ocurre lodos los aftos a lo largo de toda esa región (Jackson
1983: 16).
3. Los peces probablemente buscan estas aguas para alimentarse. El Fitoplancton casi no
se desarrolla en la aguas muy turbias del Curaray y Bajo Villano. Los peces encuentran
alimento en las flores, hojas y destritus que se acumulan a lo largo de las riberas de
los ríos, y en los insectos acuáticos, o aquellos que caen en el agua, así como en los
restos orgánicos que son drenados desde las lagunas por los afluentes de estas.
varios lagos en los bosques cercanos a la comunidad de Curaray, y donde es
posible capturar pirañas, barbos y otros tipos de pescado. En todos los
lagos se encuentran anacondas. También se aprovecha una especie de caracol
gigante que puede llegar a medir 30 c m que constituye un m a n j a r muy
apreciado. Durante la estación seca las mujeres aprovechan el nivel bajo de
las aguas para almacenar la arcilla arenosa que utilizan para fabricar t i n a j a s
(recipientes para guardar pasta de mandioca). Al llegar agosto y septiembre
todos los hogares que necesitan t i n a j a s se ponen a fabricarlas. A mediados de
septiembre o principios de octubre hace su aparición la hormiga voladora
d e n o m i n a d a u c t u n , que se considera un fino manjar. Los e n j a m b r e s de
u c t u n , normalmente hacen su aparición justo antes del alba, y los Runa se
organizan en pequeños grupos a fin de capturarlas en las áreas donde estos
enjambres se concentran.
El sistema de purina
Los Runa sostienen que van de p u r i n a para poder "comer carne fresca",
ya que la caza y la pesca son mucho más abundantes en zonas alejadas de los
centros poblados. D e este modo, cuando los Runa están de p u r i n a , siempre
les es posible conseguir algo de carne o pescado fresco para suplementar sus
reservas de pescado ahumado o salado y de carne seca. Los Runa también
aprovechan los períodos de p u r i n a para iniciar a los niños en el ñ u c a n c h i j
y a c h a n a ("nuestros conocimientos culturales"), que incluye conocimientos
sobre los ecosistemas de la selva amazónica y del pie de monte, así c o m o
sobre el u n a i (el tiempo/espacio mítico: sobre como se originó el mundo tal
c o m o lo c o n o c e m o s hoy en día) y las relaciones de los Runa con los
dominios de la naturaleza, de lo sobrenatural y con otros pueblos.
Hoy en día existe una red de sendas que unen a las misiones situadas
en las cuencas de los ríos Curaray y Bobonaza. Existen sendas que unen
Villano a Chambira vía cabeceras del Curaray, otras que van directamente de
Villano a Canelos, de Villano a Pacayacu y de Villano a Sarayacu. Partiendo
de Sarayacu hay una senda que llega a Montalvo. También existe otra desde
l\s cabeceras del Curaray hasta Arajuno. Las principales rutas unen a las
poblaciones sobre los n o s Curaray y Villano con las que están sobre el
Bobonaza, pero en cambio no existe unión directa entre los asentamientos de
los Curaray Runa con las comunidades Quichua del Ñapo, o con los ríos
Cononaco y Tinguino, que están ocupadas por los Waorani.
La chacra
Cada hogar tiene por lo menos una chacra pudiendo su número total
llegar a seis, en distintas fases de producción. En las chacras se cultivan los
alimentos básicos: plátanos y yuca, de los dos el más importante es la yuca
siendo considerada bajo la forma de asua como el alimento básico en cuya
ausencia se produce la muerte de hambre.
6 Esto es similar a la pauta encontrada por Jackson (1983: 183) en la región d«l
Vaupés.
Las actividades cotidianas de la mujer en la chacra incluyen deshierbe,
quema de la maleza, cosechar la yuca, pelarla para hacer asua, recolectar y
partir leña cerca de la chacra o de árboles caídos en la chacra, cosechar
plátanos y otras frutas y transportarlas a la casa.
Tabla 1
Maíz Yuca
Plátanos Taro
Caña de azúcar Zapote
Barbasco Granos varios 8
Cacao Camote
Capsicum Maní
Tabaco Hierbas medicinales
Naranjilla Plantas que ayudan en
el crecimiento de la Yuca
Banana Piña
Papayas
Arboles frutales
7. De todos los cultivos enumerados, solo el cacao posee valor comercial para los Runa.
Algunos Runa han experimentado el cultivo del cacao con el exclusivo propósito de
venderlo en el mercado, y los recientes aumentos del precio de este producto han
estimulado el interés por su producción. Los Runa han introducido algunas variedades
de cacao desde la Costa, y algo de cacao fue traído desde la región del Alto Villano
cuando los Runa se trasladaron desde allí hasta el Curaray.
8. Ciertos granos pueden plantarse a fin de mejorar la fertilidad del suelo fijando el
nitrógeno. Hasta donde yo sé, estos granos no son consumidos por la gente, pero
constituyen un cultivo muy apreciado. Los Runa también cultivan granos en las áreas
de selva alta del Puyo y el Alto Bobonaza (Whitten 1976, informe personal).
Foto 6: Una nueva chacra. (Curaray, Agosto 1981)
en forma de una pasta que luego es disuelta en agua obtenida de algún arroyo
cercano, y que se consume en los períodos de descanso durante el día.
9. La lista de estas variedades incluye (de manera no exhaustiva): mica mama (mama en
Achuar significa yuca), papaya lumu, atalla lumu, cusca tullu lumu, ucucha lumu, rita
lumu, (chilla lumu, auca o puca lumu, huanduj lumu y andoas lumu. Cada una de estas
variedades recibe un nombre referente a su origen, por ejemplo: "desde Andoas".
También ciertas propiedades físicas muy notables de la variedad pueden servir para
darles un nombre, como por ejemplo, el caso de la cusca tullu lumu que es llamada así
por su forma recta, o de la puca lumu cuyo nombre hace referencia al color rojizo
(puca) de sus hojas.
10. Es importante, en este contexto, recordar que tanto la yuca como la alfarería
constituyen el dominio de Chagra Amu.
11. El tabaco es usado por los Runa exclusivamente para actividades ligadas al
shamanismo.
12. El maní lo plantan exclusivamente las mujeres viejas. Quien siembra debe abstenerse
de comer carne de animales que comen maní, tales como la capybara o el agouti.
Foto 7: Una chacra d e s p u é s de seis m e s e s de ser cultivada. (Curaray 1981)
dietéticas que les impiden comer ciertos tipos de monos. Estas restricciones
se mantienen vigentes por un período de alrededor de una semana. La
puntillosa observancia de estas prohibiciones rituales proporcionan la
tranquilidad de saber que se ha hecho todo lo posible para lograr una buena
cosecha, y en caso contrario, proporciona un marco explicativo sobre las
razones del fracaso.
Sin embargo, los Runa no solo explican las malas cosechas por razones
sobrenaturales, existe un conjunto de explicaciones que dicen relación con el
tipo y fertilidad de los suelos. Si algún producto no se da bien en algún sitio,
no vuelve a ser sembrado allí. Los Runa sostienen que el tipo de suelos en
ese lugar no da para sostener ese tipo particular de especie, y que insistir en
plantarla allí solo puede conducir a peores fracasos. Se cree que son el maíz
y el fréjol las especies que mejor se dan en los fértiles suelos de las llanuras
inundables, mientras que la pina y el maní se dan mejor en las tierras altas
arenosas o en las islas de los ríos. La yuca se da mejor en suelos fértiles pero
bien drenados. La estrategia de los Runa consiste en plantar yuca en los dos
tipos de suelo: inundable y arenoso-alto. De esta manera logran equilibrar
los rendimientos que se dan en ambos tipos de suelo. La yuca demora nueve
meses en madurar, pero puede ser dejada en el suelo hasta dos años antes de
ser cosechada a menos que la pudran las inundaciones.
Cada familia de una llacta recibe un espacio para hacer una chacra en
terrenos reservados por la llacta. Ocurre a veces, que los cultivos sean
resembrados simultáneamente con la cosecha; esto ocurre en especial con la
yuca, aprovechando el hecho de que los tallos que quedan en el suelo,
pueden con frecuencia hechar nuevas raíces.
A medida que las partes más antiguas de una chacra son asfixiadas por
las hierbas, y la yuca se hace demasiado vieja para ser de utilidad, estas
partes se abandonan mientras que nuevas áreas se incorporan a la c h a c r a ,
esto tiene por resultado darle a la c h a c r a una especie de movimiento
direccional a lo largo de los años. La chacra va cambiando de ubicación y de
forma con el tiempo.
13. Ver Roosevelt (1983), donde hay un tratamiento sobre la importancia de la protelna de
los peces en la adaptación ecológica de las poblaciones ribereñas amazónicas.
proteína animal en cantidades mínimamente interesantes es necesario hacer
viajes de cierta duración. Solo muy ocasionalmente llega cerca de las casas
de los Runa en la comunidad alguna manada de pécaris, pero cuando esto
ocurre se pueden llegar a capturar entre 5 a 8 animales.
Los Runa se quejan de la escasez de carne, pero también parece ser que
esta queja sirve de metáfora para hablar de las tensiones en la vida social.
Por ejemplo, ocunre que alguien explique que su familia haya abandonado la
comunidad donde residía aduciendo que en ella "solo había pescaditos para
comer". Los Runa involucrados en tratar de establecer las todavía frágiles y
embrionarias relaciones comerciales con los Waorani de río arriba, se quejan
de que en su sector no hay nada que comer, porque los Waorani se "están
comiendo toda la carne" ellos solos.
El río
Resumen
La zona bajo control español se expandió a partir del siglo XVII desde
los asentamientos iniciales en las estribaciones orientales de los Andes,
abarcando un amplio territorio desde el río Ñapo al río Marañón. Esta región
se hallaba habitada por numerosos grupos indígenas de distinto origen
étnico. El surgimiento de una cultura étnica diferenciada entre los
Canelos-Quichua en el área del Bobonaza-Curaray fue simultáneo con el
desarrollo y profundización de la hegemonía del poder colonial en dicha
región. Motivados por las presiones de las epidemias, la trata de esclavos,
las expediciones militares, los abusos del sistema colonial español de la
encomienda, y posteriormente, durante el auge cauchero en la Amazonia, por
el reclutamiento forzado de trabajadores para las labores extractivas; los
pueblos que conformarían el grupo Canelos-Quichua interactuaron a lo largo
de este inmenso y culturalmente diverso territorio, logrando de este modo
expandir una cultura étnicamente dominante.
2. Naranjo 1977: 126) señala que los Muratos conforman una parcialidad de la "nación"
Andoana. Ver Taylor y Descola, 1981, donde se discute esta controvertida
clasificación.
4. Peeke (1954: 171) dice que: "Los Andoanos refieren al antiguo idioma de la tribu con
la denominación Shimigae, o Andoa, pero afirman que éste vino solo del nombre de la
tribu, pues el andoano verdadero hablado por sus padres fue semejante al Murato,
lengua Candoshi".
5. Chantre y Herrera (1901: 239) anota que los Oas y los Abijiras poseían el "mismo"
lenguaje.
vivían en el B a j o Ñapo, en torno a la confluencia del Ñapo con el Amazonas.
Estaban e m p a r e n t a d o s con el grupo de lengua tupí de los O m a g u a - Y e t e s del
Alto Ñ a p o (Grohs 1 9 7 4 ; 2 1 - 2 5 ) y d e Tiputini (Loukotka 1968: 117; Oberem
1981). L o s O m a g u a estaban r e l a c i o n a d o s lingüísticamente con los Cocama
del U c a y a l i y los C o c a m i l a d e H u a l l a g a , a m b o s también de lengua tupí
( L o u k o t k a 1968: 117; S t e w a r d 1963: 687; S t o c k s 1981), el C o c a m a era el
l e n g u a j e c o m e r c i a l u s a d o por los O m a g u a del Ñ a p o (Oberem 1981: 370) y
p r o b a b l e m e n t e también por otros grupos ribereños del río Tigre.
Según Metraux ( 1 9 4 8 (1963): 861-7) los Waorani podrían ser los restos de un
antiquísimo pueblo amazónico que en otros lugares ha sido destruido o asimilado por
el avance hacia el este y hacia el sur de los pueblos horticultores sedentarios.
Entrada, misión y e n c o m i e n d a
Entrada
En 1619 el área del Marañón fue incorporada por Diego Vaca de Vega
su primer gobernador, bajo el nombre de Provincia de Mainas, centrada en
torno a la villa de San Francisco de Borja en el río Marañón. Esta área fue
subsecuentemente dividida en 21 encomiendas (Grohs 1974: 17).
Misionalización 1638-1892
En 1665, Cueva, sin amilanarse por sus anteriores fracasos, viajó por
el río Curaray, atravesando primero el territorio de los Abijiras (Awashiris),
a quienes describió como divididos en tres grupos, cada uno dirigido por su
propio c a c i q u e . Entre este territorio y la desembocadura del Nogino
(Nushiño o Nasino) tomó contacto con un grupo que era desconocido
incluso para sus intérpretes indígenas. Sus integrantes huyeron apenas
divisaron a la comitiva del misionero, pero Cueva ordenó que se capturara a
un cierto número de individuos a fin de utilizarlos como intérpretes. Este
grupo fue bautizado por Cueva con el nombre de "Ardas" (Jouanen 1941:
444). Después de este incidente Cueva penetró en el territorio de los
Semigayes. Los Semigayes ocupaban la orilla sur del Curaray, viviendo
entre los "Ardas" al este, los Záparos al oeste y los Gayes al sur. Los
Záparos emprendieron la fuga al divisar a la expedición (Grohs 1974: 66).
Cueva siguió su marcha, cruzando el Nogino, al cual denominó "río de los
8. Los Oas y los Coronados estaban estrechamente emparentados (Jouanen 1941: 401).
Ambos pueblos originalmente vivían juntos en las orillas del Arrabima, un tributario
del Pastaza. En 1661 muchos Oas habían ya sucumbido víctimas de la< epidemias
(Grohs, 1974: 64).
Oas", y río arriba por el Villano, adentrándose en el territorio de los Gayes.
Sin embargo, no le fue posible ubicar a estos últimos, quienes habían huido
adentrándose en la selva a fin de eludir los ataques de soldados españoles
enviados desde Borja. Los Gayes, estaban por ese entonces, sometidos a las
cacerías de esclavos que llevaban a cabo los españoles y por ello,
aparentemente los habían obligado a desplazarse hacia el norte. Los Gayes
atacaron a los Oas la en misión fundada a orillas del Villano en 1665
(Heredia 1940: 18, o a orillas del Nogino ver Jouanen 1941: 445), así como
el poblado de Santa Rosa del Ñapo (Grohs 1974: 67, 68). Por lo que parece
los Gayes llegaron hasta Archidona en 1669, con el fin de comerciar
(Velasco 1941: 359). En 1668 el Padre Feijoo intentó restablecer las
misiones del Pastaza donde se habían tratado de agrupar a los Roamainas,
Zapas y Coronados, pero no tuvo éxito en este empeño.
10. Castrucci, un fraile franciscano, durante sus viajes por el Pastaza, proveniente de Lima
entre 1845-49 informó que en Andoas tres personas habían muerto víctimas de los
ataques de los Jívaros de los alrededores. Todos los 450 habitantes de Andoas habían
abandonado el poblado debido a los continuos ataques de los Jívaros (Shuar), de los
Muratos y de los "Machines" (Izaguirre 1925: 158).
los dominicos. Su táctica consistió en instruir a las gentes de Canelos,
Pacayacu y Sarayacu para que huyeran a la selva, internándose en ella con la
justificación -según fuentes dominicas- de que los indígenas realmente
deseaban a los franciscanos ya que según ellos, los franciscanos vinieron
solamente cuando se les necesitaba sin tener casas, ni poseer chacras o
ganado en la comunidad* l. Los habitantes de Pacayacu hicieron oídos
sordos a las palabras de Peíate. En Sarayacu, solo encontró audiencia entre
los habitantes del p a r t i d o b a j o (sector bajo del poblado). Tanto Pacaya-
cu, como un sector de Sarayacu estaban habitados solamente por
Záparos. En 1897 los dominicos solicitaron apoyo del Ministerio de
Gobierno en Quito contra las "autoridades locales aliadas con los
descontentos". Finalmente Peíate depuso su revuelta en un discurso
pronunciado en Canelos, en el que acusó de traidores a los Canelos-
Quichua del Villano (Valladares 1912: 10-11; Pierre 1983: 11-13). El
resultado de este conflicto sugiere que los antagonismos entre los Achuar
y los Záparos eran lo suficientemente poderosos como para destruir lo
que podría considerarse como un movimiento de "revitalización", a pesar
del avance del proceso de conformación de una identidad runa común.
11. En 1802 las misiones jesuítas estaban en manos de los franciscanos. En 1808 el P.
Sánchez Rangel se convirtió en el primer obispo franciscano de Mainas. La diócesis
comprendía lodo el territorio que iba desde las cabeceras del Ñapo hasta lo que ahora
es el departamento de Loreto en el Perú. La sede de los franciscanos, sin embargo
estaba situada en Ocopa, Perú, en una ubicación muy alejada del Ñapo (Spiller 1974:
13-14). La imensidad de la Diócesis la hacía ingobernable para cualquier autoridad
central, lo cual permitía los generalizados abusos por parte de los colonos etpaAoles
quienes gozaban de gran libertad de acción. En 1814 las antiguas misiones jesuítas
hablan sido totalmente abandonadas.
entonces era la provincia de Napo-Pastaza García Moreno nombró
Gobernador al superior de la misión, "dándole autorización del Supremo
Gobierno para tomar las medidas que sean necesarias para el correcto y
conveniente gobierno, tanto civil como eclesiástico, de la provincia"
(Muratorio 1982: 58). Esta autoridad permitía a los jesuitas nombrar
tenientes políticos, les permitía fundar escuelas, prohibir a los comerciantes
la venta a los indígenas de ciertos productos, como por ejemplo, el
aguardiente, por lo general fabricado con caña, y aplicar sanciones legales y
castigos a los habitantes de la provincia (Jouanen 1977: 33-34).
12. La misión estaba ubicada río amba de la actual posición en la confluencia del Villano
y del Curaray.
Resumen
Encomienda y hacienda
En la región del Ñapo, al comenzar el siglo XVIII, los Quijos huían del
maltrato de los encomenderos refugiándose en el área del Curaray y entre el
Curaray y Canelos en la región del Bobonaza ( A N H Oriente 1714-VIII-10).
Además, los indígenas que habían permanecido en las misiones jesuitas de
Loreto en el Suno, La Concepción, en el Guataraco y Santa Rosa en el
Ñapo, sufrieron por aquellos años el ataque de los Omaguas (ANH Oriente
1729-2-XI). Un pequeño grupo de Omaguas y Yetes de lengua tupí, restos
de un grupo mucho mayor que antiguamente ocupara el Coca, el Payamino,
el Aguarico y el Ñapo, se establecieron en el río Tiputini 1 4 . (Grohs 1974:
21-22; Oberem 1981). Durante el siglo XVIII se produjeron grandes
disminuciones en Ja población, así como importantes movimientos
migratorios masivos que tuvieron como efecto la generalizada relocalización
de pueblos provenientes de otros territorios. Estos procesos fueron
13. Por aquellos años, la esclavitud de los indios había sido prohibida en casi toda la
América española, incluida el área que nos concierne aquí (Oberem 1980: 100).
14. En 1738 los Omagua estaban divididos en 4'parcialidades situadas sobre el río Tiputini
hasta donde habían huido a partir del río Suno, un tributario del Ñapo (Oberem 1981:
361, 375). Otro grupo de Omaguas permaneció entre el Coca y el Aguarico. En esta
región se siguieron produciendo ataques contra los europeos y los Quichua
cristianizados de Quijos hasta 1760 (Oberem 1981: 369).
provocados principalmente por las epidemias y por las luchas interétnicas
promovidas por las incursiones de los españoles.
La e r a del a u g e del c a u c h o
Los detalles del impacto que la extracción del caucho ocasionó sobre
los indígenas se han preservado, al menos parcialmente, en un documento
encontrado en los archivos de los Padres Josefinos en Roma y publicados
por Porras (1979). Un cauchero que estuvo activo aproximadamente entre
1890 y 1920 y era propietario de la hacienda "La Mascotta" (J/C) situada en
la confluencia del Villano y del Curaray reclutó a la fuerza a indígenas de
Archidona, Puerto Ñapo, Tena, Aguano, San Javier de Pucaurcu y Santa
Rosa, obligándolos a trabajar en su hacienda de Curaray. Es posible que
también haya reclutado a Záparos de los alrededores de la hacienda con los
mismos fines. En su manuscrito el autor señala que la cosmología de los
Quijos "presentaba una gran similitud con la de los Záparos... la afinidad
entre las creencias (de los Quijos) y las de los Záparos crea fuertes lazos
entre ambos grupos..." (Porras 1979: 21).
El río Curaray fue por un breve lapso el centro más importante de la
explotación cauchera. Magalli anota que en 1889, la hacienda San Antonio
ubicada a una hora de travesía río abajo desde la desembocadura del Villano,
de propiedad del Sr.Luis Felipe Garcés, tenía 29 Záparos trabajando a sus
órdenes. Más abajo se encontraba la hacienda "Nauta" de un italiano, el Sr.
Romagnoli, donde laboraban 26 Záparos. A dos días de viaje río abajo,
estaban las propiedades de empresarios franceses, ingleses, italianos y
peruanos, quienes extraían caucho con aproximadamente 40 Záparos en cada
hacienda, a los que se agregaban cierto número de peones de distintas
nacionalidades europeas. Estos peones, durante sus c o r r e r í a s por los
tributarios del Curaray entraban en contacto con otros pueblos a los que
atacaban tratando de capturar (Magalli 1890: 28, 29). En 1907, sin embargo,
en todo el curso del Curaray solo quedaban dos haciendas caucheras, la del
Sr. Arcos en la desembocadura del río Ñamo y la del Sr. Garcés en San
Antonio. En el río Ñapo, en cambio, habían en aquel año, un total de 24
haciendas, situadas entre Copalurcu (cerca de Puerto Ñapo) y la
desembocadura del Aguarico (Bravo 1907: 61).
Los Canelos
17. Ynmunda, aunque lalvez deriva de un nombre con que los españoles bautizaron a los
indígenas durante la epidemia, también e s apellido frecuente entre los Runa de
Bobonaza-Curaray.
Los Gayes
18. La misión de los Gayes era crucial para el control que los jesuitas deseaban establecer
sobre la región de Bobonaza y Alto Pastaza. Los dominicos se opusieron a estas
pretensiones en 1681 (González Suárez 1901: 194) así como también hizo lo propio
el gobierno secular con sede en Archidona (Velasco 1941: 359). En 1683 el rey de
España puso el territorio de los Gayes bajo control de los jesuítas, dejando la misión
de los Canelos en manos de los dominicos. (ANII Quito, Legajo 213, 1683) Esta
acuerdo se mantuvo en vigencia hasta 1803, año en el cual las misiones jesuítas
fueron traspasadas e incorporadas a la Diócesis de Mainas que estaba en manos de loa
franciscanos (González Suárez 1901: 194).
Algunos Gayes permanecieron entre los C a n e l o s - Q u i c h u a del
Bobonaza llegando a constituir el elemento mayoritario en la población de
Pacayacu.
Los Semigayes
Conclusiones
Los Runa del Curaray distinguen tres conceptos diferentes del tiempo:
unai que podemos traducir como espacio-tiempo mítico; callari u r a s , los
tiempos del inicio de la historial y el cunan uras, los tiempos presentes. Es
posible interpretar tanto los tiempos míticos, como el principio de los
tiempos históricos y el presente como si derivaran linealmente a partir del
origen de la vida hasta la actualidad, en el sentido de que el conocimiento
obtenido a partir del unai y en el callari u r a s es transmitido a lo largo del
tiempo. Así mismo podemos decir que ambas temporalidades existen
simultáneamente en el presente en forma no lineal y se encuentran ubicadas
en los sistemas de conocimiento de los Runa contemporáneos.
1 i '¿¡«i * ( jj A j41 i ¿ • i Jw.I»i .lu i»» .h ^1 ki jti'J . ¿U > • ^
Aumentando esta interpretación podemos decir que también todos los
tiempos existen simultáneamente, refiriéndose cada uno de ellos a un sistema
particular de conocimiento. Existen muchos tiempos presentes distintos dado
que también existen muchos pueblos distintos, cada uno de los cuales posee
un sistema propio de conocimiento. No existe ningún presente que no sea
una prolongación del pasado... los ancianos, por ejemplo, viven en un
tiempo presente viejo debido a que poseen conocimientos sobre aquello que,
para la mayoría de los Runa, es el pasado.
1. Los Runa de la misión de Canelos incluyen en esta designación también a los míticos
tiempos del origen, callari uras.
textos, constituye el punto de inflexión a partir del cual callari uras se
transforman en el tiempo presente o actual.
Los textos enmarcados por el callari uras son al mismo tiempo míticos e
históricos, en tanto tratan de eventos históricos específicos en un marco de
referencia mítico. El narrador se mueve alternativamente entre la descripción
del acontecimiento y la descripción de las fuerzas sobrenaturales eficazmente
presentes en el evento. Este proceso de tránsito entre callari uras y unai en
tanto formas de conocimiento, es el mismo proceso que aquel por el cual los
Runa entran en unai a través de los sueños, cantos, visiones y del ritual.
U n a i m a n d a : r e f e r e n t e al espacio-tiempo mítico
2. El relato según el cual los Runa son descendientes de una unión incestuosa entre Luna
y su hermana, es común a varios pueblos de la Amazonia noroccidental desde el
Vaupés en Colombia hasta la montaña peruana y hacia el este hasta el Brasil (ver
Bidou 1982: 129-151; Roe 1982: 245; Hugh-Jones: 1979: 157; Levi-Strauss 1969b:
312).
seres que caracteriza al unai y la diferencia del tiempo lineal que une a los
tiempos de los orígenes históricos con el presente. La unión de la luna y de
su hermana es fértil (de ella descienden los Runa), pero socialmente
imposible debido a que la unión es incestuosa. La Luna y su hermana se ven
separados para siempre tan pronto como ella descubre la verdadera identidad
de su hermano (pinta su rostro con la pintura facial denominada genipa para
poder identificarlo al amanecer).
Texto Nfi 1
Se dice que Luna tenía una mujer perezosa. Ella no le preparó comida y
Luna tuvo que comer solo; ella se vio impedida de comer porque le cosieron
la boca. Por esta razón ella se convirtió en el Jilucu y él en la Luna.
Alrededor de su pico es todavía posible ver las marcas de los puntos de la
sutura.
Los textos N' 1 » N' 6 fueron traducidos del quichua por la autora.
Se refiere sobre todo al contraste, dentro de la esfera de lo humano, entre las
relaciones de afinidad y de consanguinidad y con la importancia del principio
de la exogamia para definir una plena condición humana. La acción de los
protagonistas genera la diferenciación en el tiempo actual.
Texto Nfl 2
4. Esto, de hecho, significó le mué Me del hermano menor debido a que loe Kua* c m n que
el alma de una persona está localizada en su pierna derecha (WhiUen 197o 33)
pueblas que vivían mucho más al Este y al Sur de ellos.
Texto N» 3
5. Al igual que el caimán y el jaguar, la oruga tiene el status de apamama (abuela) de los
Runa actuales. Whitten observa que durante el relato de un mito el uso del término
apamama para designar al caimán y de apayaya para el jaguar, indica el paso de unai a
un relato centrado en callari thnpu rucuguna (que equivale a callari uras). En ese
momento comienzan el tiempo lineal y sus dominios fijos.
el menor, pero como éste es más fuerte que el mayor, abre los ojos antes de
llegar al pie de la colina. Por dicha causa, la oruga resbala y al caer se rompe
la espalda. El menor de los jóvenes cae en medio del río y es arrastrado por
la corriente. El mayor entonces sale en busca de su hermano. Camina hasta
llegar a una playa cubierta de troncos caídos. Los troncos están cubiertos de
hongos. Como está muy hambriento, el muchacho trata de comerse algunos
de los hongos, uno de estos alcanza a gritar: "Yo soy tu hermano perdido" 6 .
Entonces el mayor reconoce a su hermano. Como ambos peleaban mucho
subieron al cielo por extremos opuestos. La estrella de río abajo es el
hermano mayor y brilla al atardecer, el menor es la estrella que puede verse
río arriba".
Ver a Whitten (1976: 53) para una discusión del rol del hongo alas convo hermano
jaguares 7 , los cuales acuden en ayuda del humano y matan al Sacha Runa
(jaguar), permitiendo al humano ponerse a salvo. El texto N° 2 proporciona
una matriz para este estrecho lazo entre los jaguares y los humanos, al
plantear una vinculación de afinidad entre ambos, pero al mismo tiempo hace
explícita una diferencia fundamental de naturaleza entre ambas especies
debido a que el esposo jaguar mata a su esposa, la madre de los dos
hermanos.
7. Ver Whitten (1976: 112-113) para un relato de Runa del Puyo en el cual también se
habla de un ancestro jaguar. Los Runa de Canelos cuentan que ellos tomaron la forma
de jaguares para ir a traer montados sobre sus lomos a los frailes, y que desde entonces
se formaron las misiones en sus territorios.
estos animales (la abuela jaguar que se "convierte" en antepasado humano) o
humanos (el hombre-Luna y su hermana, así como sus descendientes, se
transforman en no-humanos).
La tradición oral de los Runa registra hechos tales como las guerras
intra o interétnicas, las duras condiciones que trajo aparejado el auge del
caucho, las migraciones y la desaparición a través del exterminio y la
transculturación, de dos grupos étnicos: los Záparos y lo Gayes. Los Runa
definen y refuerzan su identidad en relación a los grupos indígenas no-runas
y a los europeos, por medio de relatos que describen los encuentros entre
todos estos pueblos. El tema central de estos relatos es la naturaleza de la
reciprocidad entre los protagonistas. Los textos de este tipo están siempre
enmarcados dentro de callari uras, aunque también contienen un sistema
narrativo paralelo situado en unai. De este modo el narrador se mueve
continuamente entre los dos tipos de temporalidad. Para los Runa, el ámbito
semántico del callari uras se extiende desde los orígenes de los pueblos Runa
hasta, e incluyendo, a todos aquellos tiempos distintos al presente. Callari
uras abarca el período del auge cauchero. En este contexto, se lo denomina a
veces callari cauchu uras.
El c o n t e x t o histórico de callari u r a s y a c h a n a
Los Runa sostienen que antes y durante el período del auge cauchero,
los pueblos llamados Záparos» habitaban las riberas del río Curaray inclu
yendo parte del río Villano. Para mantenerse en estos territorios debían de
continuo repeler los ataques de los Waorani, quienes por aquel entonce*
habitaban la región del Ñapo. Tanto el Curaray como el Ñapo *c convuucion
en grandes centros de explotación cauchera, tcUiinoniado por el »urgimic*uo
de hasta diez, h a c i e n d a s a lo largo del río, en el tramo que va desde la
confluencia del Villano hasta lo que hoy es el área fronteriza con el Perú.
Algunos Záparos y Quichua de Quijos traídos desde el Ñapo, fueron
seducidos u obligados a prestar servicios en las labores de recolección de
caucho a la que se dedicaban los hacendados. Los trabajadores penetraban en
sus correrías hasta las fuentes de ríos tales como el Marmu, el Jandiayacu y
el Cononaco. Esporádicamente debieron enfrentarse con los Waorani
quienes controlaban parte de dichas áreas.
Tanto los Andoanos como los Muratos que se casaron con mujeres
Achuar/Canelos-Quichua en Sarayacu, comerciaban activamente en
productos tales como la sal y el jambi (veneno curare para los dardos). Estos
intercambios crearon un área de interacción que iba desde Sarayacu hacia el
oeste, río abajo por el Bobonaza, hasta el Pastaza y desde allí hasta los
territorios en torno al río Tigre bajo control de los pueblos de lengua cocama.
Algunos Runas sostienen que los habitantes del Tigre eran Runas como los
Canelos-Quichua y que hablaban un dialecto del quichua selvático. La citada
ruta comercial seguía su trayecto hacia el sur y hacia el este, llegando a
Lamas sobre el Huallaga y hasta Iquitos en el Amazonas, probablemente
incorporando también en su esfera a los Tucuna.
Los Záparos nunca intentaron penetrar esta área. Las familias extensas
de los Runa de Canelos vivían cada una en una colina. Sin embargo, a
medida que la misión fue creciendo, comenzaron a alternar este patrón de
asentamiento con la residencia en un poblado misionero. Los Runa de
Canelos, junto con otros pueblos que vivían río abajo, participaban en el
tráfico del curare: según Pierre (1983: 189), viajaban hasta el Amazonas para
comerciar con los Tucunas, trayendo de retorno un veneno llamado ticuna en
referencia al pueblo del cual era obtenido 8 . Este producto era a su vez
vendido a las otras comunidades misionales.
8. Steward (1963: 713) considera Ticuna como forma correcta del término Tucuna.
y gran pane de la población zápara del Conambo fueron exterminadas como
resultado de las intensas luchas inter-grupales que enfrentaron a unas
familias con otras, y también a los Záparos del Curaray con los del
Conambo. A consecuencia del exterminio de los Záparos del Curaray, los
Waorani ocuparon la región que perteneciera a los anteriores. Esto tuvo
como resultado, a su vez, que comenzaran a producirse choques con los
Canelos-Quichua que mientras tanto habían ocupado las riberas del Villano y
el área en torno a la confluencia del Villano con el Curaray. Los remanentes
de la población de Záparos del Curaray fueron posteriormente absorbidos
por transculturación por los ayllus de los Runa asentados en el Villano y
Curaray Alto, ahora formando el pueblo runa del Curaray y Villano.
Los Runa afirman que los Záparos ya no existen como grupo étnico
independiente, habiéndose exterminado mutuamente durante el callari u r a s ,
hasta el punto que solo quedaron unos pocos sobrevivientes. Estos últimos,
se casaron con Runa de las misiones y se convirtieron en Runa ellos
mismos. Aprendieron a hablar quichua, enseñaron a sus hijos dicha lengua,
y adoptaron apellidos runa, los cuales fueron heredados por sus hijos. Los
Runa consideran que esta transformación ha permitido a los Záparos
"ocultarse de sus enemigos".
Los antiguos grupos záparos a orillas del Villano incluían los de las
riberas de los ríos Lahuano, Tzapino y Nushiño, en tanto que los de Curaray
incluían a los Auricuri que vivían en las proximidades de la desembocadura
del Villano y los Guanino del río Ñamo quienes controlaban un territorio que
se extendía río abajo por lo menos hasta el actual e m p l a z a m i e n t o de
Lorocachi. Sobre el Conambo vivía un grupo muy distinto, que, según los
descendientes de los Záparos del Curaray-Villano, habían surgido del
matrimonio entre los pueblos Runa y Záparo, habiendo adoptado el lenguaje
záparo, transformándose por lo tanto, en tales. Otro grupo independiente de
los Záparos, los Gayes, viven en la región al norte de Montalvo; otro grupo
Záparo ocupaba y aún habita sobre un tramo del río Tigre. L a
transculturación ha causado que las áreas al oeste del río Tigre,
ancestralmente territorio Záparo, sean ahora territorio runa. Los Záparos
orientales parecen haberse aliado matrimonialmente con los Andoas y los
Achuar. Los Záparos del Curaray acostumbraban emprender largos viajes
para visitar al grupo residente al norte de Montalvo donde realizaban diversas
transacciones comerciales y donde además tomaban esposas andoas y,
posiblemente, también Gayes y Achuar orientales.
Texto N 8 4 J'
"En las cabeceras del río Villano existe una alta colina llamada
M a n g a p a q u U r c u . En Montalvo, por su parte, existe otra colina llamada
M a n g a U r c u . Hubo una guerra cón las gentes que habitaban aquel lugar.
Combatimos contra los Gayes armados de lanzas y escudos. Muchos
murieron allí. Después vinieron muchos enemigos y atacaron M a n g a Urcu y
las cabeceras del Villano. Mataron a uno, caminando de la manera como
nosotros hacemos ahora durante la j i s t a , tocando tambores, comieron,
devorando a los pecaríes muertos (los enemigos derrotados) 9 . En la jungla
había una gran cancha, una cancha hecha para la guerra, muy grande.
Lucharon allí, y después volvieron a luchar, una y otra vez, repetidamente.
Así vivían aquellas gentes. Así era como guerreaban. Entonces, como en los
sueños, apareció una guacamaya, como una premonición, en medio de la
oscuridad, profetizando el fin de la guerra. Viendo esto, construyeron una
trampa para el enemigo, utilizando un gran árbol u c h u p u t u . Esperaron a
orillas del camino escondidos en una gruta. Entonces apareció el enemigo
haciendo gran estruendo con sus tambores. Cuando estaban a mitad del
camino en la pendiente de la colina, hicieron caer la trampa; ahí fue cuando
murieron todos los guerreros, menos uno que pudo escapar. Esta es la triste
historia de la guacamaya. Ese fue el fin de un pueblo. Así fue como terminó
aquella guerra, una guerra ya dejada".
9. Esta transformación de animal a humano concuerda con la idea de que ciertos animales
como el mono arafta, el mono peludo así como el pécari, son "vistos" como si fuesen
personas cuando se los está cazando (ver también Taylor 1981: 665). Salomón (1981)
sefiala que en un ritual yumbo (cerca de Quito) se sacrifica ritualmente a un hombre que
hace las veces de pécari. En el relato, se produce también una transformación similar.
Segunda Versión:
Texto N° 5
10. L o s T a y a j Auca parecen representar el relomo de los viejos y poderoaoa espíritus, loa
cuales emergieron de las grandes pilas de piedras en el nacimiento de un arroyo
cercano a Canelos (Whitten; informe personal).
conflicto. En la segunda sección, se relata el conflicto mismo, con
referencias a la estructura mítica paralela a los acontecimientos. La guerra es
análoga a la cacería en el pensamiento de los Runa, de tal manera que los
guerreros son transformados a lo largo del texto en animales: los vencedores
son presentados como jaguares y los perdedores como pecaríes. El desenlace
es prefigurado a través de visiones en las que los animales sirven de
mensajeros para los humanos. Al tener la visión, los guerreros se "ubican"
en el espacio-tiempo mítico. En la tercera sección del relato, el marco
temporal es llevado al presente, incluyendo un comentario del narrador con
respecto al resultado final del conflicto en este caso, la desaparición de un
grupo étnico específico.
"¿Cuánto era el valor del caucho en callari uras? ¿Cuánto valían esa
bolas de caucho? Recordando esos tiempos como si fuesen ahora ¿Cuánto
valía el caucho? Los Runas nos endeudamos sin motivo valedero,
cambiábamos cinco o seis bolas de caucho por dos varas de tela. Como
estábamos endeudados, nos pagaban solo la mitad, y seguíamos
endeudados, las viejas deudas nunca podían saldarse. Nunca nos libramos
de ellas. Nos robaron sin provocación. Así fue como tuvimos que trabajar
extrayendo caucho en callari uras".
Foto 10: Recordando Callari Cauchu L r a s : una m u c a h u a con representación de una de las lanchas que
viajaron por el río Curaray durante el auge cauchera (Curaray 1982)
Durante el apogeo de la prosperidad cauchera y hasta los inicios de la
década de los años 40, existieron unas 10 haciendas en las riberas del rio
Curaray. Estas fueron establecidas por personas de origen europeo o por
ecuatorianos serranos que llegaron con la intención de hacer fortuna a costa
de los recursos humanos y naturales de este inmenso territorio sin gobierno.
El recurso natural más preciado era el caucho, y el método favorito para
extraer ganancias de la fuerza de trabajo era hacerles endeudar por el
concertaje. Los indígenas trabajaban en la extracción de savia para la
fabricación de caucho comercial y en la de otros tipos de látex tales como la
b a l a t a , . hiringa y la lechehuayo. La producción era llevada hasta el Perú,
transportada por comerciantes peruanos que recoman el Curaray en barcas
cargadas de bienes durables. Estos bienes eran comprados a cambio de
caucho por los hacendados y luego entregados a los trabajadores indígenas a
cambio del fruto de su trabajo extractivo. El concertaje establecía el nexo
entre el hacendado y el trabajador nativo. Los hacendados o "señores"
también vendían pieles y animales selvícolas a los comerciantes. Además
criaban ganado vacuno, cerdos y cultivaban café y algodón. La caña de
azúcar se cultivaba para fabricar aguardiente, que se vendía no solo a los
comerciantes sino también a los obreros indígenas cuando estos retornaban
de la selva para hacer sus entregas de caucho al hacendado.
J
entre Runa y europeos no beneficia a nadie.
Texto N® 6
11. Este texto sugiere que los Runa se hallan familiarizados, y posiblemente, comparten
algunos elementos con la cosmología andina. Con toda seguridad estas creencias no
fueron transmitidas por loa misioneros jesuitas o dominicos. Alt mismo, su preaencta
indica un prolongado y antiguo contacto entre los habitantes de la legión aiulitu y los
de la Amazonia.
todo extranjero proveniente del altiplano andino y que son llamados
ahuallacta (que quiere decir "otros pueblos de la sierra"); y por esa vía se
realiza el contraste entre el sistema de conocimiento runa y el europeo
(expresado en lo que ve en su visión el hijo del hacendado).
12. Para una descripción etnográfica de los Waorani ver Yost (1978, 1981a, 1981b).
13. Ver Jackson (1983) y C. Hugh-Jones (1979) para una presentación de materiales
comparativos con los Makú. Jackson sostiene que cuando los miembros de un grupo
tucano quieren distinguirse de los Makú, usan como criterio de primera importancia la
diferencia entre los habitantes de las riberas y los de la selva profunda. Al igual que
los Waorani, los Makú son un pueblo interfluvial que usan una o más lenguas sin
parentesco conocido, y que truecan carne y otros productos de la selva, a cambio de,
en el caso de los Makú, productos agrícolas, y en el caso de los Waorani, por bienes
manufacturados occidentales. Es importante señalar, sin embargo, que, contrariamente
a los Makú, los Waorani no tienen un rol subordinado semejante al papel de sirvientes
que cumplen los Makú.
d e c a c e r í a m á s distantes. Estas sendas atraviesan, en algunos casos, los
territorios d o n d e cazan y recolectan frutos los Runa. Los Waorani mantienen
a l g u n a s r u t a s propias en las inmediaciones de los ríos Villano y Curaray.
M a s r e c i e n t e m e n t e han imitado la costumbre runa de dirigirse río abajo
durante los m e s e s de noviembre y diciembre con el propósito de recolectar
h u e v o s de la tortuga c h a r a p a en las playas del Bajo Curaray (Yost: informe
personal).
Cuando este grupo realizó sus primeras visitas a los Runa, existía en
ambos grupos una considerable ansiedad y suspicacia mutuas. Sin embargo,
el grupo waorani, que vivían rio arriba fue invitado a la celebración de la jista
anual que se realizaba en la comunidad de Curaray. A partir de ese convite
iniciaron intercambios comerciales con algunos Runa. En estos intercam-
bios se trocaban productos de la selva tales como carne fresca y ahumada,
l o r o s y monos domesticados para servir de mascotas, lanzas y
t a h u a s a m b a (coronas de plumas) a cambio de telas y ollas que los Runa
obtenían a través de los comerciantes del Curaray.
Los Runa, a medida que se han ido fortaleciendo las relaciones con los
Waorani, a la vez que han reconocido a los Waorani como Runa, también
han comenzado a reflexionar sobre la diferencia entre mutuas. Dicen que los
Waorani no usan la pintura facial genipa "porque no son Runa", y aunque
también fabrican asua, la de ellos "siempre es dulce", y no la hacen fermentar
hasta llegar al estado de ucui yacu, como lo hacen las mujeres runa con
ocasión de las celebraciones rituales y para los trabajos comunitarios
(minga). Así, los elementos de c u n a n uras, son tomados en cuenta para
mantener las distinciones entre los dos grupos étnicos, recordando al mismo
tiempo los lazos de amistad.
Conclusiones
11
Renovación ritual
0
Geertz (1917) sostiene que el ritual puede ser visto como un texto a
través del cual los actores descubren y dramatizan su situación política y
1. Los dalos que aquí se presentan fueron recogidos durante mi participación en trei
Jlstas, una en Canelos (en 1982) y dos en Curaray (en 1981, 1982). En la segunda
jista observada en Curaray, mi marido y yo fuimos invitados a participar como
ayudantes de la pareja auspiciadora de la casa ceremonial femenina del cuno superior
del río. Estas funciones las cumplimos lanío durante el periodo preparatorio como
durante la fiesta misma.
La mayor pane de la información que se presenta en este capítulo dice relación con lo
observado en esta última Jista. Incluidos son algunos deialles de « a a J U U q u e debe »«r
entendida como representación de un patrón general.
El texto del ritual expresa las relaciones de intercambio que los Runa
desarrollan entre sí. Estas relaciones de intercambio son presentadas
idealmente como simétricas en contraste con las relaciones entre r u n a p u r a y
ahuallacta, que son caracterizadas por la asimetría. El intercambio simétrico
se produce entre los dos sectores de la comunidad en los que ésta es dividida
durante el período que dura el ritual. Un sector femenino identificado con el
curso superior del río, y un sector masculino identificado con su curso
Foto 11: Los lanceros, con sus macanas,bailanenlaplazaduran
(Canelos, Diciembre 1981)
inferior. Estas divisiones son explicitadas al escogerse las dos casas que
serán destinadas a la fiesta, cada una de ellas corresponde a uno de los dos
sectores antes nombrados. Los dos sectores se identifican geográficamente,
en el caso de Curaray con las áreas que se supone son ocupadas por los
Runa cuyos ayllus son o bien de origen canelo o achuar (estos constituyen el
sector masculino, ubicado sobre el curso inferior del río) o bien de origen
záparo o quichua del Ñapo (el sector femenino o situado sobre el curso
superior del río). Durante el ritual, la interacción entre estas dos casas
cons ; ste en una serie de intercambios simétricos e idénticos previamente
estipulados. Cada casa provee asua y carnes en cantidades más que
suficientes para satisfacer las necesidades de los de la casa del sector
opuesto.
L
identificados con los dos ríos y están situados en lugares alejados de la plaza
central y de la misión. Este ámbito es análogo al espacio propio de unai
(espacio-tiempo mítico), mundo selvático y fluvial en el que las
transformaciones humanas y animales son posibles y del cual deriva buena
parte del saber propio de los Runa. Temporalmente, los Runa del Curaray
celebran la jista, la transición de la estación seca a la lluviosa, que coincide,
por lo demás con la celebración de la Pascua de Resurrección cristiana por
parte del cura. Tanto en la tradición indígena, como en la europea, este
momento se asocia con el renacer de todas las cosas.
2. Los Waorani también hacen coincidir el fin de año con la maduración del fruto de la
chonta (Davis y Y o s t m j 16). C. Hugh-Jones señala que los Barasana llevan a cabo
los rituales de iniciación de los jóvenes de sexo masculino durante marzo o abril
"cuando las Pléyades descienden sobre el horizonte indicando el inicio del punto focal
del ciclo anual: el fin de la estación seca y el inicio de la temporada de lluvias
prolongadas" (1979: 142).
Teóricamente la celebración de lajista comienza en el mes de noviembre
en la zona del Puyo y se traslada hacia el oriente llegando a fines de
diciembre hasta la comunidad de Canelos, simultáneamente con la
intensificación de las lluvias en aquella región de selva alta. El cura llega a
Canelos para celebrar la jista durante la Navidad. A partir de entonces l a j i s t a
debe ir siendo celebrada en cada comunidad sucesiva en dirección este, río
abajo por el Bobonaza, a donde llega en enero y en febrero (para el
Carnaval), hasta que finalmente el ciclo de l a j i s t a culmina en Curaray a
mediados de marzo, cuando se celebra la Pascua de Resurrección. El inicio
de la estación lluviosa se presenta en fechas variables a lo largo del territorio
runa, c o m e n z a n d o primero en las partes más altas de las c u e n c a s
hidrográficas.
3. Los Runa del Curaray sostienen que los lanceros lucharon contra los Achual (el grupo
Achuar que vivía sobre el curso inferior del río). Los Runa de Canelos dicen que la
danza del lancero es una danza preparatoria para la guerra. Los pasos del baile
representan el ataque: los lanceros parados en posición que evoca el relámpago,
después como la culebra venenosa lista para atacar, luego los movimientos del ataque
con la macana, el cuchillo de palo usado en las guerras de callari uras.
La fiesta de cuatro días, que incluye la danza del lancero, se efectúa en
las comunidades del Alto Bobonaza (Canelos, Pacayacu, Sarayacu),
mientras que la jista de tres días de duración se celebra en Curaray, y
probablemente en la localidad de Montalvo sobre el Bajo Bobonaza. Las
comunidades que llevan a cabo la jista del lancero pueden hacerlo porque
según este análisis poseen residentes que pertenecen a los a y l l u s
originariamente involucrados en la alianza contra los "Shirapas".
La jista de C u r a r a y
Una vez que se han completado las divisiones, las distinciones entre lo
femenino y lo masculino y entre los conceptos de curso superior y curso
inferior del río, toman en Curaray, una dimensión adicional que se suma a
las anteriores: la separación conceptual de la comunidad en su conjunto entre
aquellas personas que descienden de ayllus originarios de la región del rio
Ñapo hacia el norte, incluyéndose aquí a los de origen quijo y záparo (los
autóctonos del río Curaray mismo), los cuales son incorporados en la
división correspondiente a la mitad femenina y al curso superior del rio; y
aquellas personas que descienden de ayllus originarios del B o b o n a z a ,
especialmente los que pertenecen al territorio de Canelos, el cual contiene un
fuerte componente de origen achuar; quienes son identificados con la mitad
masculina y correspondiente al curso inferior del rio de la división bipartita
que hemos presentado.
4. Pierre, en 1887, señalaba que el río Villano es el límite entre el territorio de Canelos
y el territorio de Curaray. "Este río (el Villano) pertenece al territorio de Canelos, y lo
separa del territorio záparo que queda hacia el norte, de igual manera como el Pastaza
Los participantes en la jista intentan trascender los horizontes del
sentido común cotidiano consumiendo enormes cantidades de asua al mismo
tiempo que se explícita colectivamente todo el acervo de conocimientos
colectivos sobre unai y callari uras. En dicha ocasión las divisiones permiten
realizar un conjunto de oposiciones conceptualmente equivalentes que se
enumeran de la siguiente manera:
Femenino/masculino
Rojo/Amarillo
Río arriba/Río abajo
Este (Norte)/Oeste (Sur)
Jilucu/Luna
Yuca(asua)/carne
Curaraymanda/Villanomanda
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separa (a los Runa Canelos) de los Jívaros del sudeste" (1983: 92). Jackson (1983:
135) seftala que los Tucanos solo hacen una excepción a las reglas de residencia
exogámica, y ella se produce "en las misiones, donde se ha inducido a miembros de
distintos grupos lingüísticos a vivir juntos... en el plano de estas localidades cada
grupo lingüístico y de parentesco ocupa distintos territorios".
Los varones ayurantes de cada sector salen a cazar juntos para abastecer
el gran banquete que tiene lugar durante la celebración, mientras que sus
esposas trabajan juntas preparando las mucahuas (vasijas de cerámica usadas
para servir las bebidas) y el asua (chicha de yuca) que se consumirá durante
la fiesta. Otros ayudantes que son denominados con el vocablo español
( a y u d a n t e s ) , actúan como tambor principal y flautista durante el festival
mismo, o sino como asistentes de cocina o de limpieza. Todos los a y u r a n t e s
y a y u d a n t e s tienen que ser parientes del auspiciador y parientes entre sí en
grados tales c o m o h e r m a n o / h e r m a n o ; cuñada/cuñado; madre/hija o
padre/hijo. Cada grupo de jisteros se esmera en hacer énfasis en los lazos
familiares que los unen en el seno del ayllu o familia extensa (ser ayllupura);
el período de quince días de trabajos preparatorios realizados en conjunto
provee la ocasión concreta para reafirmar estos lazos. En este período se
generan tensiones sociales entre los ayllus representados por la casa para la
jista ubicada río arriba (femenina) y aquella situada río abajo (masculina).
Estas tensiones son provocadas por la competencia en la cacería y en la
producción de asua entre los dos grupos, y se expresan en el temor a no
poder reciprocar adecuadamente las prestaciones que el grupo opuesto realiza
en el período preparatorio de la jista. En el citado lapso estas tensiones van
aumentando progresivamente.
5. En Canelos, los cazadores emprenden sus correrías por el Copataza y en las fuentes del
Bobonaza o del Villano.
auspiciados La minga tiene por objetivo recoger la leña 6 necesaria para la
fabricación de cerámicas y de asua; actividades a las cuales las mujeres se
dedican durante los siguientes quince días. Apenas se termina la minga los
hombres parten en una expedición que dura también quince días, mientras
las mujeres se quedan preparando la casa para la fiesta. En el día señalado
para el inicio de ésta los hombres retornan y el cura llega a la misión, lo que
da la señal para el inicio de lajista. (Para información comparativa referente
al Puyo y al Alto Bobonaza ver Whitten 1976: 165-202; 1985:187-212).
P r e p a r a t i v o s p a r a la jista
Varios de los hombres toman a sus hijos y se los ponen sobre sus
espaldas, mientras la mujeres entre tanto han terminado con la labor de
maquillaje; entregan a los hombres las ramas de ortiga, azotando con ellas a
los niños para hacerlos gritar como lo hacen los monos lanudos. Esto tiene
por objeto conseguir que los cazadores puedan encontrar un buen número de
estos monos, con cuyas pieles se confeccionan prendas de vestir.
i ¡ '. n ' 'xifno'J
Toda la ceremonia en torno a la partida de los hombres está dirigida a
asegurar una buena cacería, haciendo que los animales se sientan atraídos
hacia los expedicionarios. Una vez que los hombres y el último de los
visitantes han partido, las mujeres retornan a los quehaceres que las
mantendrán ocupadas durante los siguientes quince días. Las mujeres se
mantienen reunidas en las casas ceremoniales trabajando del amanecer hasta
la noche, fabricando la vajilla ceremonial que será usada exclusivamente para
la jista, y enormes cantidades de chicha de yuca.
Al llegar el cuarto día, los hombres han terminado su arduo viaje río
arriba y se hallan ya instalados en la rutina del campamento. En los días
sucesivos se consagrarán a la cacería, mientras el amu y sus ayudantes se
dedican a asar y ahumar la carne, a secar las pieles, a cocinar y a recoger
leña. Las mujeres, por su parte disminuyen el ritmo de sus actividades,
alternando entre la fabricación de asua y de cerámicas. Al cabo de unos días
las mujeres empiezan a dar señales de cansancio, pero no podrán tomarse un
respiro sino hasta muy poco antes del inicio de la j i s t a . Las mujeres
chismean, y a veces cantan, o hacen comentarios respecto a la vajilla que se
hallan fabricando. Las mujeres dirigen sus pensamientos hacia las fuerzas
cosmológicas que tratan de representar en sus pinturas, las cuales pueden
representar a los espíritus de aquellos animales cuya ayuda invocan en las
canciones. Estas canciones normalmente giran en torno a las propias
experiencias vitales de la mujer. A su vez, los hombres fuman y aspiran
tabaco proporcionado todas las noches por el a m u . La inhalación del tabaco
está destinada a inducir sueños en los que el cazador encuentra abundantes
presas. De este modo los hombres intentan atraer a los espíritus de los
animales habitantes de la selva.
Cuando las cerámicas están casi listas, la amu organiza una minga para
recoger y secar un tipo especial de junco que se encuentra a orillas del rio, el
p i n d u j yanda, y que se utiliza para cocer los purus. Antes de la llegada de las
trabajadoras de la minga, el área de la casa donde se guardan las t i n a j a s es
clausurada mediante un enrejado de hojas de palmera. De esta forma se
configura un pequeño recinto cerrado dentro de la casa, al cual solo hay
acceso por medio de una pequeña abertura. Este recinto llamado tinaja huasi,
tiene por objeto mantener el asua fuera de la vista de los visitantes y de los
miembros del otro sector de la jista a quienes se supone envidiosos de la
cantidad de asua que la respectiva casa se halla fabricando. Se parte del
supuesto de que entre las dos casas hay una competencia por ver quien es
capaz de hacer una cantidad mayor de este producto. En cuanto a los
visitantes, se teme que su presencia pueda arruinar al asua.
En el octavo día, cada mujer contribuye con una pequeña cantidad del
asua que ha fabricado, la cual es embarcada en dos grandes canastos
cubiertos de hojas que son enviados río arriba para el consumo de los
hombres. Junto con el asua se les envía nuevas provisiones consistentes en
plátanos y yuca. El portador de estas vituallas es el tamboril oficial
n o m b r a d o para la jista. Las mujeres comienzan a probar sus recién
Koto 13: Ayudantes en uno de los dos jista huasis pintando un p u r u y c o r n e t a para la j i s t a . La ayudante
pintando una c o r n e t a , la regalará al esposo a su regreso dc la j i s t a caza.
confeccionadas cornetas soplando en ellas para que toda la comunidad pueda
oír su sonido. Esta ocasión, y aquella que coincida con el retorno de los
cazadores son las dos únicas veces en que las mujeres pueden tocar dichos
instrumentos. El uso de los instrumentos musicales, incluyendo flautas,
tambores y cornetas es una actividad exclusivamente masculina.
Ahora los hombres buscan solo ciertas presas específicas, tales como el
sicuanga (tucán). Además dedican una cierta parte de su tiempo a permanecer
en el campamento para preparar y perfeccionar sus disfraces hechos con
pieles de pájaros y monos, en alistar su tocado hecho de plumas de sicuanga,
que cada hombre fabrica para ser usado durante la jista (sobre el significado
del simbolismo asociado al sicuanga, ver Whitten: 1985).
A medida que se acerca el día de la jista, las visitas entre las dos casas
ceremoniales se intensifican, y buena parte de las tardes se invierte en
atender a los visitantes de paso, o a otros que llegan expresamente a
presentar sus respetos. A todos se les sirve asua sin distingos. El trabajo de
las mujeres está casi terminado. Los últimos dos días son de descanso, y las
mujeres los aprovechan para quedarse más tiempo en casa preparando asua
para el retorno de sus maridos. Conscientes de que los hombres ya vienen de
vuelta por el río, proceden a vaciar el montón de basura acumulado en el
centro de las casas, que son cuidadosamente limpiadas para tenerlas listas
para la jista.
El campamento dc los ayudantes río arriba en un tributario. Consiste en un dormitorio y una casita
para ahumar carne (Challua Yacu, marzo 1982)
Hacia el final de la tarde en la víspera de la jista las mujeres acuden a la
casa ceremonial para dejar lista el asua que se consumirá al día siguiente. Se
agrega agua a la pulpa de yuca que ha estado fermentando en cada tinaja, y
se saca el aire que pueda aún quedar debajo del filtro, a fin de facilitar la
filtración final. Este proceso se llama talina (ventilación) y siempre se realiza
en las últimas horas de la tarde del día anterior a aquel en que se servirá el
ucui yacu. Después de esto se debe dejar tranquilas a las t i n a j a s hasta el
momento en que se las abra para sacar el ucui yacu. Al anochecer de este
último día, las mujeres se pintan con h u i t u j , y se retiran sigilosamente a
descansar hasta las 3 de la madrugada, hora en la cual se levantan para
esperar la llegada de los cazadores.
Las cerámicas pintadas por las mujeres expresan las relaciones entre
selva, agua y tierra. Las jista p u r u s reciben formas que representan frutos,
semillas, las crías de aves y animales diversos y a las fuerzas regenerativas
del u n i v e r s o . Cada m u j e r expresa ciertos p r i n c i p i o s b á s i c o s ,
incorporándolos a su manera en la versión personal y propia que de ellos da
en la ejecución que hace del motivo. Cada pieza de cerámica es un símbolo
multivocálico que comunica a cada Runa un cierto mensaje referente a las
fuerzas regenerativas del universo, y a algunos individuos próximos a la
mujer que lo ha diseñado, alguna información respecto a su situación
concreta en la vida. Juntos, estos poderosos símbolos masculinos y
femeninos representan las fuerzas vitales del cosmos runa (Whitten 1976;
Whitten y Whitten 1978 y D. Whitten 1981).
Poco después, los cari jista jisteros salen a visitar la huarmi jista huasi y
esta es la primera de las cuatro visitas recíprocas que se realizan durante este
día. Los dos grupos de jisteros intercambian visitas y roles como anfitriones
y como invitados a beber asua, yendo y viniendo durante todo el día entre las
esferas huarmi y cari, río arriba-río abajo. (En Canelos, los lanceros realizan
estas visitas alternadas entre las cuatro casas ceremoniales de lanceros, en un
ciclo que es completamente independiente al de los jisteros).
Al entrar a cada jista huasi, el sacerdote invoca el poder del Señor para
bendecir la carne selvática, y dentro de la iglesia misma, para bendecir a los
Runa. Mediante estos rituales, contribuye a fortalecer la presencia de los
poderes sobrenaturales y omnímodos que presiden la fiesta. La invasión
recíproca que Runa y no-Runa realizan de sus respectivas esferas de poder y
por medio de los intercambios en los Runa y entre Runa y no-Runa se halla
cargada de tensión.
Mientras las cerámicas son arrojadas contra el techo los hombres gritan
"termina la fiesta" ("Jista t u c u r i n " ) . Cuando ya se han roto todas las
cerámicas de la h u a r m i jista huasi, todo el mundo se dirige a la cari jista
huasi, donde las respectivas cerámicas son quebradas de la misma manera.
Una vez terminada esta parte de la ceremonia, los hombres empiezan a tocar
7. Este intercambio es similar al que ocurre en la ceremonia del dabucurí descrita por
Jactson (1983: 59, 203) que ooruiste en un intercambio de carne o pescado (traída por
los propios invitados) a cambio de chicha (aportada por los anfitriones). "Antes del
d a b u c u r í , (os futuros anfitriones se sienten muy comprometidos y deben obtener
suficientes cantidades de carne y pescado ahumados para evitar la vergüenza que
significa no disponer de suficiente llegado el momento. EsU obligación es una buena
ilustración de la presión y la responsabilidad que traen aparejadas las relaciones de
afinidad entre distintos participantes" (1983: 203).
sus tambores. El sonido de los tambores es ahora muy apagado debido a que
se hallan empapados en asua. Las mujeres bailan en un piso que ya no es
más que barro de asua mezclado con fragmentos de cerámica. La cerámica
aún restante es utilizada para seguir sirviendo hasta que el asua se haya
consumido en su totalidad.
Análisis
El hombre comunica a su mujer que planea viajar por dos meses a fin
de visitar a otros miembros de su ayllu en otro territorio. La mujer debería
por su parte permanecer en casa. Le dice que mientras dure su ausencia otras
mujeres le darán asua. Cuando vuelve a casa de su mujer, ella le ofrece asua.
Ayllu
Entre los Runa del Curaray, existe un concepto de ayllu más amplio, el
de a y l l u p u r a , que incluye a todos aquellos a quienes el ego da el trato de
masha o cachun. Los Runa sostienen que el verdadero ayllu (quiquin ayllu)
de cada individuo esta constituido tanto por la familia nuclear como por los
parientes paralelos por el lado del padre. Este sesgo patrilineal une a grupos
de hermanos, que aunque no viven juntos, forman una entidad social
fuertemente unida y que se extiende por toda la aldea y entre las distintas
aldeas runa. Este sistema de residencia de los varones contrasta vivamente
con la mayor parte de los sistemas tanto andinos como amazónicos. En los
Andes, la norma es la residencia virilocal (Webster 1977: 39; Mayer 1977:
62). Entre los pueblos selváticos amazónicos, es habitual que grupos de
hermanos residan juntos constituyendo una verdadera unidad territorial.
Los Runa del Curaray clasifican a los primos paralelos como hermanos
y hermanas, mientras que los primos cruzados - e n contraste con los Runa
del Puyo (ver Whitten 1976)- caen en una categoría de parentesco lejano que
es vista como remontándose a los distantes "tiempos de los orígenes". Estos
últimos son denominados con las palabras españolas p r i m o o p r i m a . Esta
distinción entre parientes paralelos y cruzados, no se expresa en la
terminología del parentesco en el caso de la primera generación ascendente.
Todos los hermanos de los padres son clasificados como miquia (hermana
del padre o de la madre) 1 , o jachi (hermano del padre o de la madre).
1. La distinción entre parientes cruzados y paralelos ha sido encontrada entre los pueblos
andinos por Webster (1977). Sin embargo, a diferencia del sistema de los Runa del
Curaray, en la Sierra la distinción abarca la primera generación ascendente. La madre y
sus hermanas son denominadas mamay (mama), y el padre y los hermanos varones del
padre son llamados tatay (yaya). Los hermanos hombres de la madre y las hermanas
del padre son kakay e ipay. Al igual que en el sistema de los Runa del Curaray, los
primos cruzados no tienen una denominación quichua, y se los trata mediante el
término hispanizado prlmu (Webster 1977: 30).
Sugiero que eMi tendencia a considerar a los parientes paralelos por el lado
del padre como formando parte del verdadero ayllu, puede remontarse al
Mvtemi patnlocal, que según los Runa del Curaray, era característico de los
p u c b ^ Záparos. Al igual que muchos pueblos amazónicos, los Záparos
parecen haber acostumbrado a mantener casas colectivas patrilocales, donde
residían dos o más hermanos con sus esposas. Los Runa dicen que entre los
Záparos las mujeres "provinieron de otros lugares, de cualquier parte".
2. Los hijos de las hermanas de la madre y los hijos del hermano del padre son
considerados hermanos, el sufijo pura puede también ser glosado como huauqui primo
y, contrastado con huauqui propio que se usa en el lenguaje hispanizado.
3. Aunque los hijos de las hermanas de la madre son considerados hermanos, el par
constituido por el padre y los hermanos del padre son considerados quiquin ayllu.
2. Ver Whitten (1976: 114) donde se discuten otras estrategias de este tipo utilizadas por
los Runa del Puyo.
huauquipura o turípura. En dicho caso, se constata un aumento del número
de afines a los cuales ego está subordinado. En cualquier caso, las ventajas
que se desprenden para el varón de la aplicación de la estrategia de
intercambio matrimonial, consistente en los matrimonios simultáneos de dos
hermanos con dos hermanas o de una pareja de hermano/hermana con otra
similar, pueden también ser provechosas para ego femenino, ya que en
dichos casos tanto ella como su hermana o su hermano vendrían a quedar
subordinados al mismo grupo de afines 3 .
Matrimonio
Los matrimonios son arreglados por los padres de los dos potenciales
cónyuges. Teóricamente el propósito de estos arreglos es el de mantener
lazos de alianza o de establecer otros nuevos con gentes de áreas más
alejadas. Una vez terminada la negociación entre los padres, el virtual novio
realiza la petición formal de la mano de la novia a su padre, petición que va
acompañada de un obsequio de aguardiente de caña. Los nuevos esposos
también intercambian regalos entre ellos. La mujer se casa por lo general
entre los 14 y los 18 años, y los hombres tienden a casarse entre los 18 y 25.
Aunque ya no se lleva a cabo esta práctica, entre los antiguos Záparos, el
matrimonio consistía en un intercambio de regalos, para lo cual el hombre
salía de caza por varios días, obsequiando los resultados de dicha expedición
a su futura esposa, mientras que ésta preparaba asua que ofrecía al novio a su
retorno de la selva. La ceremonia matrimonial misma incluía un rito en el que
los nuevos esposos se tendían juntos con una yuca o un plátano envueltos en
corteza colocado entre los dos, como símbolo de las esperanzas de la familia
que el matrimonio produjera -según el caso-una hija o un hijo.
3. Entre lo6 pueblos andinos, los lazos de parentesco asimétricos se expresan en el rol
del masa (masha) afín, mientras que la simetría se expresa en la preferencia por loe
intercambios de parejas de hermanos entre los ayllus (Isbell 1977: 104). La relación
asimétrica entre dador de mujeres/receptor de mujeres se convierte en una alianza
simétrica en el caso en que las dos familias intercambien cónyuges (Zuidema 1977a:
259).
recientemente formadas son casadas en masa en una ceremonia colectiva que
se realiza en la iglesia. Después de esto suele realizarse una pequeña
celebración dentro de los dos ayllus.
Llacta
4. El contnisie entre el ayllu como familia extensa, y la llacta como unidad residencial no
parece darse en la Sierra, donde el ayllu es también una unidad territorial y se refiere
no solo a los parientes, sino que también a cualquier grupo social o político que retida
dentro de los limites que separan lerntorialmente al grupo del espacio exterior.
Fig. 7: Terminología de parentesco por afinidad
son conceptaalmente diferentes a los generados por la división cuatripartita
de la comunidad para los efectos del cumplimiento de los cargos que define
la división del trabajo de la misión en tanto entidad dependiente de la Iglesia
Católica. Son así mismo distintos a las dos mitades que se generan con
ocasión de l a j i s t a . Fuera de la comunidad se encuentran los distantes
territorios de expedición ( p u r i n a ) propiedad de cada ayllu. En estos
territorios los individuos provenientes del mismo ayllu, aunque muchas
veces de diferentes llactas o incluso de diferentes comunidades, establecen
residencias conjuntas.
5. Para un análisis del entrenamiento de los shamanes ver Whitten (1976: 141-162).
168
Llacta A Llacta B
H o g a r - Familia
Principales s e g m e n t o s del Ayllu
Personas casadas en la Llacla
Personas casadas fuera de la llacla
Los compadres pueden ser escogidos para reforzar los lazos dentro del
propio ayllu. Lo más habitual es que se escojan para reforzar la afinidad con
un m a s h a , y menos habitualmente para consolidar un vínculo con una
c a c h u n . El objetivo es "el de ligar al padrino más estrechamente con la
familia". Esto tiene además el efecto de disminuir la subordinación del
padrino. También es frecuente que los lazos de compadrazgo se establezcan
con personas ajenas al ayllu. Normalmente se trata de personas con las
cuales los padres desean establecer vínculos sociales dentro de la
comunidad, o también pueden ser no-Runa: otros indígenas pertenecientes a
etnias como los Achuar, Waorani, Quichua del Ñapo, e incluso gentes
no-indígenas tales como maestros de escuela, comerciantes o militares 6 .
6. Esle patrón coincide con aquel que ha sido descrito por Mintz y Wolf en las
comunidades indígenas serranas. "En aquellos casos en que la comunidad es una clase
autocontenida, o tribalmente homogénea, el compadrazgo constituye un lazo
predominante intra-clasista (horizontal). En los casos en que la comunidad contiene
distintas clases interactuantes, el compadrazgo estructurará dichas relaciones de manera
vertical (inter-clasista) (Mintz y Wolf 1950: 366).
características de los lazos de amigru y de compadre. Los Runa del Curaray
han mantenido tradicionalmente numerosos vínculos comerciales y amistades
formales consagradas ritualmente con los Quichua del Ñapo y con los
Achuar. Actualmente, en la región del Curaray los Runa están en el proceso
de incluir a los Waorani en lazos de amistad formal.
7. Esto es similar al compadrazgo andino, por medio del cual un compadre permite el
acceso a terrenos de cultivo situados en una zona ecológica diferente (Lambert 1977:
19).
tiempo necesario para completar las transacciones, retornando a sus territorio
al día siguiente de su llegada.
R e c i p r o c i d a d y j e r a r q u í a : el sistema de la m i n g a
Las mingas constituyen entre los Runa del Curaray, sistemas de trabajo
cooperativo en las cuales el intercambio de trabajo reviste además la función
simbólica de reforzar los lazos sociales al interior de la llacta, del ayllu y de la
comunidad. Aunque el trabajo ofrecido en la minga es una ayuda real para el
auspiciador, los verdaderos ejes de la minga son la acción de intercambio
mismo y la reunión que se realiza después del trabajo y en la que se ofrece
asua a los asistentes. En esta sección analizaré dos tipos de minga: la minga
familiar, o "minga solo entre nosotros" basada en los conceptos Runa
respecto al intercambio de trabajo entre parientes, y la v a r a y u j minga
encaminada a mantener la misión, basada en los cargos obligatorios de la
Iglesia Católica. En estos dos tipos de minga se hace patente la diferencia
que hay entre el intercambio simétrico que realizan los Runa entre sí, y e l ,
asimétrico que efectúan los Runa con la Iglesia Católica. Este contraste se
hace explícito de varias maneras: la naturaleza del rol que juega el
auspiciador de la minga, el tipo de prestigio ganado por el auspiciador, y el
tipo de unidad territorial involucrado en cada tipo de minga.
L a minga familiar
9. La minga familiar es análoga al sistema del aynl andino. Este último es un sistema de
intercambio de trabajo en el cual se intercambian servicios (trabajos laborales)
equivalentes a lo largo del tiempo, entre parejas que se consideran parientes cercanos
(incluyendo a los compadres y afines) (Lambeit 1977: 18; Mayer 1977: 63).
yacu para ser servido durante la minga. Uno de los hombres debe salir de
caza por unos días para obtener la carne que servirá para alimentar a los
concurrentes y para balancear el trabajo de la mujer en la fabricación de
asua. Si bien la provisión de asua es esencial para la minga, puede ocurrir
que el hombre no consiga suficiente carne. En ese caso se sirve asua sin
tener una comida con la minga.
Los invitados a la minga familiar son tan solo los miembros de la llacta
y del ayllu, y los compadres. Los individuos que no tienen este tipo de lazo
con la familia no son incluidos en la esfera del sistema de intercambio de
trabajo propio de la minga familiar.
La minga de los v a r a y u j
Aunque son los varones quienes detentan el bastón de mando, los Runa
del Curaray en realidad nombran a una pareja para cada cargo. Tanto el
hombre como su esposa deben estar de acuerdo con aceptar el puesto, y si
alguno de los dos rehusa, la pareja no aceptará el cargo. En ocasiones, los
familiares más cercanos harán el intento de convencer al cónyuge
recalcitrante para que deponga su actitud, pero este intento no siempre tiene
éxito. El carácter dual de la función pública se ciñe al principio de la división
sexual del trabajo. De este modo, es la esposa la encargada de proveer el
asua para la celebración de las mingas, y es a ella también que le corresponde
dirigir a las mujeres durante los trabajos mismos en la minga.
Conclusiones
1. Siguiendo a León & Leons (1977: 571), una lociedad plural está definida como "donde
las secciones sociales verticales coexisten con los estratos sociales horizontales
como determinantes significativos del orden sociul y la acción social".
"nacional" no indígena. La ideología, definida como imágenes esquemáticas
del orden social (Geertz 1973: 218), se vuelve importante en este proceso
donde las categorías simbólicas se manipulan y se reconstruyen (Whitten y
Ohnuki-Tierney 1982: 823).
2. Los negros son ambiguos en las clasificaciones que los Runa establecen de otras
gentes. Los soldados negros en Curaray eran tratados como mestizos, mientras que la
imagen del esmeraldeño (negro costeño) caracterizada como un tipo de gente separado
que se comporta agresiva y explotadoramente en el mercado. Los hijos de los negros
que se casaron con Runa, cuando son sujetos de crítica (por ejemplo cuando se vuelven
poderosos como intermediarios) se alude a ellos según sus características del fenotipo no
Runa. Los Runa reconocen a los blancos (europeos de pura sangre) y también a la
clase alta ecuatoriana, pero es un término usado pocas veces y podría incorporarse
dentro del término mestizo.
Hoy día los Runa están marginados de la economía nacional mientras
que su subsistencia, representada por la tenencia indígena de tierras, está
amenazada por la colonización. La respuesta indígena a esta amenaza
inmediata y a la posición como gente marginada ha cristalizado un
movimiento que procura confederar a todos los Runa del Oriente. Algo que
es importante en el diálogo entre los indígenas y el Gobierno es un asunto
que tiene que ver con la asimetría social y las relaciones económicas.
Los jóvenes o las familias que viajan a la costa desde el Curaray van
por lo regular a Santo Domingo. Allí consiguen trabajo en las plantaciones
donde están trabajando otros Runa. Las plantaciones están esparcidas en
toda el área, cada una con un centro comunitario pequeño y una tienda
cercana. Cortar caña u otro trabajo agrícola se paga aproximadamente la
mitad del salario dado por las compañías petroleras y mucho de lo cual se
emplea en la subsistencia. A menudo los Runa regresan al Curaray con muy
poco dinero ahorrado.
Cuando las familias salen, tienen que abandonar sus chagras y cuando
regresan no les queda más que depender de sus parientes para contar con
yuca y plátano antes de que una nueva chagra entre en producción. Otros
Runa del Curaray se trasladan permanentemente a la costa, abandonando sus
viviendas y chagras en la selva y combinan la actividad de subsistencia con el
trabajo en las plantaciones. Podría ser esta situación, una transformación de
la modalidad anterior de la actividad de subsistencia combinada con el trabajo
en la hacienda o la recolección del caucho para estas mismas familias runa a
lo largo del Ñapo y el río Curaray.
Los i n t e r m e d i a r i o s indígenas
3. Este modelo no es privativo de los Runa. Entre los Kofán, los hijos de los granjeros
comerciantes de caucho y las mujeres indígenas se han vuelto poderosos shamanes
aprendiendo y desarrollando el shamanismo kofán más allá de su papel tradicional en
la cultura (Taussig 1980b: 267).
La mayoría de oportunidades vienen y van. Esta es la tarea del
intermediario económico y cultural para aprovechar cada oportunidad y
convertirla en una ventaja social, no necesariamente monetaria, y con cada
actividad aumentan más el prestigio y el poder dentro de la comunidad como
un portavoz conocedor de la sociedad nacional. Sus esposas desempeñan un
papel paralelo con otras mujeres, como fuentes de conocimiento y como
líderes de opinión sobre las repercusiones de la interacción social
mestizo-runa y los efectos de la política nacional en la integridad del modo
de vida de los Runa.
Los intermediarios que ostentan riqueza o influencia son mal vistos por
los otros miembros de la comunidad y pueden ser sujetos a la burla soterrada
de hombres y mujeres, de acusaciones como "no son Runa" (especialmente
cuando son descendientes, en parte, de no Runa). Los Runa expresan su
descontento indirectamente, por ejemplo, quejándose de que la persona está
cazando demasiado, solamente para vender la carne en beneficio de los no
Runa. La intermediación es, además, una posición difícil de mantener para
cualquier líder, como ocurre en toda sociedad egalitaria, los seguidores del
líder son rápidos en criticar y dejar a un lado su apoyo 4 .
Los intermediarios que ostentan riqueza o influencia son mal vistos por
los otros miembros de la comunidad y pueden ser sujetos a la burla soterrada
de hombres y mujeres, de acusaciones como "no son Runa" (especialmente
cuando son descendientes, en parte, de no Runa). Los Runa expresan su
descontento indirectamente, por ejemplo, quejándose de que la persona está
cazando demasiado, solamente para vender la carne en beneficio de los no
Runa. La intermediación es, además, una posición difícil de mantener para
cualquier líder, como ocurre en toda sociedad egalitaria, los seguidores del
líder son rápidos en criticar y dejar a un lado su apoyo 4 .
Han surgido ocasionalmente conflictos entre los intereses de los indígenas y los
colonos. En octubre de 1980, un desacuerdo de proporciones se produjo cerca del Puyo
cuando los Runa sacaron a los colonos de la tierra que les habían vendido
individualmente por pretender el no pago de lo que adeudaban (El Comercio, 24 de
octubre 1980). El incidente llamó la atención de todo el país sobre el transcurso del
movimiento étnico en el Oriente y fue solucionado solamente con la mediación del
ministro de gobierno (El Comercio, 25 de octubre, 1980).
Sin este desarrollo infraestructura!, el mantenimiento de las estrategias
tradicionales de subsistencia es actualmente la única alternativa para los
Runa, quienes continúan participando en la economía nacional como una
sociedad que compra.
La federación indígena
6. Por ejemplo, un shamán invocó la ayuda de las fuerzas sobrenaturales del dominio de
la selva tropical y también del dominio cristiano de santos y ángeles, para curar a un
chiquito que creyó debilitarse debido al contacto con el sistema escolar y debido a no
tener igual contacto con la sabiduría propia de los Runa.
selva, una visión que ellos transplantan en su opuesto: la invalorable
contribución a la identidad nacional y al patrimonio cultural debido al
mantenimiento de su idioma y su cultura, una idea que también tiene
importancia en la posición nacional. Esta idea ha sido establecida una y otra
vez por los líderes indígenas.
Conclusiones
A lo largo de toda la exposición se han analizado los datos para que nos
digan algo acerca del sistema de identidad Runa del Curaray. Una inclusión
jerárquica de los contrastes de identidad, las sustituciones en la identidad a
través del matrimonio, y el desarrollo de una identidad común que trasciende
las divisiones étnicas locales son características de este sistema.
La pregunta que se hace a los datos para ilustrar este modelo, es ¿qué
pueden decirnos acerca de la identidad como proceso? Para contestar hemos
visto las relaciones entre un modelo ideal y la acción social en la cual el
modelo, como estructura se manipula, crece, se reafirma o revee. Se ve la
identidad como proceso -formulado y reformulado en la interacción
humana- porque es en el proceso, el modo en que las personas dan sentido a
su universo social y a su lugar en él, un proceso particularmente evidente
para ellos en las situaciones de interacción continua con otros grupos
étnicos.
Los mitos y la tradición oral de los Runa del Curaray tratan los temas
de la diferenciación de clases simbolizándose en la reciprocidad. Los textos
sitúan en el una! (tiempo y espacio mítico) el conocimiento runa de la primera
diferenciación entre humanos y no humanos. Los textos sitúan en el callari
u r a s las relaciones interétnicas entre distintos grupos y entre los Runa y los
que no lo son. Sitúan en el c u n a n u r a s la capacidad de transformar lo no runa
en runa y en particular la interacción Waorani-Runa de los últimos tiempos.
Todos los textos son parte de lo que los Runa dicen es "nuestro propio
conocimiento" en contraposición al conocimiento de las personas de afuera.
L o s R u n a del C u r a r a y r e a f i r m a n la identidad c o n t r a s t a n d o el
simbolismo de los cambios simétricos y asimétricos. El carácter de un
c a m b i o señala el g r a d o de distancia social entre las dos partes. La
complementaridad y la oposición varón/mujer se discute en términos de la
cosmología, la división del trabajo, el intercambio simbólico de asua y carne,
la división ritual dual, y la exogamia como una característica de la conducta
humana (no animal). La complementaridad y oposición varón/mujer sirve
como el aspecto clave de un patrón simbólico en un sistema de intercambio
idealmente simétrico entre r u n a p u r a . En el ritual de l a j i s t a , la reciprocidad
redefine y reafirma la separación apropiada y el intercambio entre los
dominios masculino y femenino y entre los Runa de distintos orígenes,
contrastándose con el intercambio entre los r u n a p u r a y la Iglesia Católica
(como representante de los no Runa). El ritual asegura que la separación
entre estos dos dominios no sea demasiado grande, donde la reciprocidad
sea imposible, y también evita la interacción cerrada, donde se disolverían
las diferencias, provocando el caos.
CAPITULO 5
LA JISTA 121
CAPITULO 6
ORGANIZACION SOCIAL: PARENTESCO, TERRITORIO
Y TRABAJO COOPERATIVO 157
CAPITULO 8
CONCLUSIONES 200
Coedición
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Ecuador 1331