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ESCUELA SUPERIOR DE FORMACIÓN DE MAESTROS

“MARISCAL ANDRÉS DE SANTA CRUZ Y CALAHUMANA”

ENSAYO
“INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA”

ESTUDIANTE: Ivan Chavez Roque

DOCENTE: Lic. Leon

AÑO DE FORMACIÓN: 1er Año de formación

ESPECIALIDAD: Electricidad Electrónica

UNIDAD DE FORMACIÓN: Investigación Educativa

LA PAZ – BOLIVIA

2019
INDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................................... 3

DESARROLLO .................................................................................................................................................. 4

CONCLUSION..................................................................................................................................................13

BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................................................16
INTRODUCCIÓN

El presente ensayo se centró en una revisión de la literatura de la investigación acción


participativa.

Partimos que la investigación forma parte del conocimiento humano en general y por tanto
el conocimiento se ha definido como un proceso que relaciona a quien conoce y aquello que
se conoce que al final produce un nuevo conocimiento. De igual manera designamos un
proceso y resultado, es decir cómo se hace y lo que se conoce.

Se ha escrito mucho sobre investigación acción como metodología con la potencialidad no


sólo de mejorar o transformar prácticas, sino también de generar conocimientos, tanto del
saber popular con científico propiamente dicho.

Ese tipo de investigación acción se llama investigación acción participativa (IAP) y proviene
de una tradición latinoamericana de Paulo Freire (1968) y Orlando Fals Borda (1991). Freire
agrega una dimensión emancipatoria a la IAP con la idea de empezar la investigación, no
desde preguntas del investigador, sino desde los “temas generadores” de los participantes.
Algunos investigadores han aplicado esta metodología al desarrollo curricular y profesional
y a la evaluación educativa (Achilli, 2000; Batallan y García, 1988; Sirvent, 1993). Al mismo
tiempo, y sobre todo en campos como la educación, la enfermería y el trabajo social, se ha
desarrollado un tipo de investigación acción hecho por los mismos docentes o profesionales
dentro de sus propias escuelas, salones de clase, hospitales, universidades o agencias
sociales (Elliott, 1993; Latorre, 2003; López Gorriz, 1993; Martínez, 2,000; Olson, 1991;
Pérez Gómez, 1990).
DESARROLLO

Partimos que la investigación forma parte del conocimiento humano en general y por tanto
el conocimiento se ha definido como un proceso que relaciona a quien conoce y aquello que
se conoce que al final produce un nuevo conocimiento. De igual manera designamos un
proceso y resultado, es decir cómo se hace y lo que se conoce.

Sin embargo, para conocer es necesario un método o un camino sistémico que nos permita
aprehender la realidad. Este método tiene que tener en cuenta la subjetividad y dinámica de
los sujetos que conocen y la objetividad de lo ya conocido.

Se ha escrito mucho sobre investigación acción como metodología con la potencialidad no


sólo de mejorar o transformar prácticas, sino también de generar conocimientos, tanto del
saber popular con científico propiamente dicho.

Ese tipo de investigación acción se llama investigación acción participativa (IAP) y proviene
de una tradición latinoamericana de Paulo Freire (1968) y Orlando Fals Borda (1991). Freire
agrega una dimensión emancipatoria a la IAP con la idea de empezar la investigación, no
desde preguntas del investigador, sino desde los “temas generadores” de los participantes.
Algunos investigadores han aplicado esta metodología al desarrollo curricular y profesional
y a la evaluación educativa (Achilli, 2000; Batallan y García, 1988; Sirvent, 1993). Al mismo
tiempo, y sobre todo en campos como la educación, la enfermería y el trabajo social, se ha
desarrollado un tipo de investigación acción hecho por los mismos docentes o profesionales
dentro de sus propias escuelas, salones de clase, hospitales, universidades o agencias
sociales (Elliott, 1993; Latorre, 2003; López Gorriz, 1993; Martínez, 2,000; Olson, 1991;
Pérez Gómez, 1990).

La investigación-acción se propone la mejora mediante el cambio. Sin embargo, advierten


de la importancia de no considerar simplemente la investigación-acción como una resolución
de problemas, sino en la búsqueda de una mayor comprensión del mundo a través de
cambios y del aprendizaje. Se debe conocer, por tanto, qué es lo que se está haciendo y
cómo la actuación viene modelada por una teoría particular, cuáles son los valores
educativos, cuál es el contexto social e histórico, cuál es la trayectoria educativa a través de
la cual se han ido forjando las ideas y formas de intervención concretas. En este orden de
ideas, Elliott, J. (1990).

Señala que: La investigación-acción es un proceso sistemático de aprendizaje desde un


enfoque crítico orientado a la búsqueda de vías de mejora y superación de las propias
limitaciones. Para ello, induce a las personas a teorizar acerca de sus prácticas, analizando
las circunstancias en las que se desarrolla la acción, la acción misma y las consecuencias
que se derivan, para establecer posteriormente relaciones entre estos elementos.

De modo que, la Investigación - Acción como contrapartida de la investigación tradicional


permitirá la construcción de un proceso de transformación de la educación con participación
real y compromiso ético de los actores e instituciones involucrados en ella.

El Diseño de Investigación- Acción Participativa (IAP), propuesto por Kemmis y Mctagart


(1992) establecen cuatro momentos básicos de investigación como: la Identificación de una
preocupación temática, la elaboración de un plan para su abordaje, la puesta en marcha de
ese plan y la evaluación de los resultados monitoreados por una acción crítica y reflexiva
constante. También Astorga y Van Der Bilj (1990) establecen cinco Etapas como lo son:
Diagnóstico participativo, en el que juega un papel preponderante la inserción al contexto
educativo; Planificación, Ejecución y Sistematización.

En este sentido, la investigación participativa, como nuevo enfoque en las ciencias sociales,
ha sido objeto en los últimos años de un gran interés en diferentes ámbitos de trabajo, tales
como programas de desarrollo rural integrado, políticas de planificación participativa, la
educación no formal, la capacitación campesina, entre otros.

Frente a la concepción tradicional del conocimiento, se presenta la que ofrece la


Investigación Acción Participativa como una nueva alternativa de investigación, dentro del
marco del paradigma cualitativo, que surge para satisfacer la necesidad que emerge de la
incapacidad de los enfoques tradicionales, en dar respuestas satisfactorias, así como por el
carácter deshumanizado de la investigación social.

Existe coincidencia por parte de varios autores quienes se refieren a la Investigación-Acción


Participativa como una estrategia cuya orientación se dirige al ser humano ubicado en un
determinado contexto social, con un inmenso potencial creador, con vocación de realizar
acciones transformadoras, enfocados en un contexto de crítica a los modelos tradicionales
de investigación por la necesidad de los investigadores en la búsqueda de nuevas
metodologías para investigar que permitan una comprensión más real y profunda de la
realidad y sus diferentes ámbitos.

A continuación esbozaremos a partir de algunos conceptos que nos proponen diferentes


autores, para posteriormente hacer algunos comentarios.

Según Pinto Contreras (1986:7) la Investigación-Acción Participativa se define como: "una


actividad cognoscitiva con tres vertientes consecutivas: es un método de investigación social
que mediante la plena participación de la comunidad informante se proyecta como un
proceso de producción de conocimientos; es un proceso educativo democrático donde no
só1o se socializa el saber hacer técnico de la investigación, sino que se constituye en una
acción formativa entre adultos, y es un medio o mecanismo de acción popular en una
perspectiva para transformar la realidad y humanizada".

De Schutter (1983:173) dice: La Investigación Acción Participativa pone el énfasis en la


participación de la población para producir los conocimientos y los puntos de vista que nos
llevara a tomar las decisiones y a ejecutar una o mas fases en el proceso de investigación.

Según Fals Borda (1981) la Investigación-Acción Participativa: "se relaciona más con una
actividad de investigación propia de la base popular sobre su realidad, que con una acción
receptiva de investigaciones realizadas por é1ites de intelectuales ajenas a ellas. En la
Investigación-Acción Participativa, el científico social se enfrenta a la necesidad de compartir
los objetivos y los métodos mismos con la base social. Ya no es investigación para" las
masas, sino que surge de la base social misma".

Según Miguel Martínez (2009, p. 240), la investigación-acción ha tomado dos vertientes: una
más bien sociológica desarrollada principalmente a partir de los trabajos de Kurt Lewin
(1946/1992, 1948), Sol Tax (1958) y Fals Borda (1970), y otra más específicamente
educativa, inspirada en la ideas y prácticas de Paulo Freire (1974), Hilda Taba (1957),
Lawrence Stenhouse (1988), John Elliot (1981, 1990) y otros. Ambas vertientes han sido
exitosas en sus aplicaciones.
Cada uno de los anteriores conceptos llevan implícito un lugar común respecto al proceso
de producción del conocimiento, por parte de los grupos populares; la forma como éste se
genera, su concepción, y el propósito de transformar la realidad. Desde este Angulo
transformador se visualizan implicaciones políticos por lo que pueden considerarse como
epistemológicos políticos los planteamientos teóricos de la Investigación-Acción
Participativa.

La concepción de la Investigación Acción participativa como una metodología de


investigación ha cambiado de acuerdo a la época y las características particulares de las
experiencias en las que se ha utilizado.

En relación con la tendencia educativa, en ella se han desarrollado algunas denominaciones,


tales como investigación-acción participativa, educativa, pedagógica, en el aula,
dependiendo de los autores que las practiquen.

Colombia ocupa uno de los lugares privilegiados dentro de Latinoamérica, en donde se ha


desarrollado más esta tendencia educativa; numerosos investigadores y educadores, entre
ellos Bernardo Restrepo, María Cristina Salazar, José Federman Muñoz Giraldo, Josefina
Quintero Corzo, Raúl Munévar Molina, de la Universidad de Antioquia, han desarrollado
densos trabajos de investigación bajo las orientaciones de la investigación-acción educativa.

En Argentina encontramos también importantes estudios con el desarrollo de la metodología


investigación-acción participativa, especialmente en educación de adultos, realizados por
Marta Iovanovich.

En Europa existen relevantes desarrollos en investigaciones desplegadas por intelectuales


como Pérez Serrano (1998), en España. En los años setenta se evidencia un renacer en esta
metodología; entre las razones mencionadas por Carr y Kemmis (citados por Suárez, 2002)
se encuentra la reivindicación de la docencia como profesión; emerge también un interés por
lo práctico y por los procesos deliberativos; aunado a ello, se agudiza la crisis en la
investigación social, dando paso a nuevas maneras de entender el conocimiento social y, por
ende, educativo; entra en escena lo interpretativo, se privilegia la voz de los participantes;
todo esto favorece el surgimiento de una nueva etapa en la investigación-acción.
Las fases implican un diagnóstico, la construcción de planes de acción, la ejecución de
dichos planes y la reflexión permanente de los involucrados en la investigación, que permite
redimensionar, reorientar o replantear nuevas acciones en atención a las reflexiones
realizadas.

La Fase I, relacionada con descubrir una preocupación temática, se puede lleva a cabo con
la búsqueda de testimonios, aportes y consideraciones de los investigadores interesados en
la misma; además, con la práctica de un diagnóstico planificado y sistemático que permita la
recolección de la información necesaria para clarificar dicha temática o problemática
seleccionada. Al respecto, Antonio Latorre (2007, p. 41) señala que esta metodología de
investigación conlleva “establecer nuevas relaciones con otras personas. Así pues, conviene
desarrollar algunas destrezas respecto a saber escuchar a otras y otros, saber gestionar la
información, saber relacionarse con otras personas, saber implicarlas en la investigación y
que colaboren en el proyecto”.

La co-construcción del plan de acción, como Fase II, implica algunos encuentros con los
interesados, a fin de delinear las acciones acordadas por consenso que el grupo considere
más acertadas para la solución de la situación identificada o los problemas existentes en un
área de conocimiento, en una comunidad, una organización, en fin, en una realidad
seleccionada.

La Fase III se corresponde con la ejecución del plan de acción que previamente se ha
coconstruido y que representa las acciones tendientes a lograr las mejoras, las
transformaciones o los cambios que se consideren pertinentes.

Por último, pero no menos importante, ni de carácter terminal, la Fase IV comprende


procesos de reflexión permanente, durante el desarrollo de la investigación, además de la
sistematización, codificación, categorización de la información, y la respectiva consolidación
del informe de investigación que da cuenta de las acciones, reflexiones y transformaciones
propiciadas a lo largo de la investigación.

CARACTERÍSTICAS DE LA IAP

En la investigación participativa no se rechaza el papel del especialista pero sí plantea el


para qué y el para quién de la investigación como primer problema a resolver.
Otro presupuesto fundamental es la participación de los investigados en el proceso de
construcción y sistematización de un conocimiento, tanto en relación con el objeto de
transformación, como en la interpretación e intereses que dirigen la investigación y al
compromiso de diseñar acciones tendientes a la transformación de una situación.

Los procesos de reflexión que propone este método necesariamente son colectivos.

La dimensión participativa de ésta metodología se refiere a la integración de todos lo


protagonistas de la investigación, en función de la construcción de acuerdos, expectativas,
intereses y objetivos que regulen todo el proceso de investigación.

Esta metodología se propone analizar y comprender los fenómenos o situaciones sociales a


partir de escuchar distintas voces, para ello se plantea la problematización de la realidad.

La IAP se realiza con una óptica desde dentro y desde abajo: desde dentro de la comunidad
estudiada; desde abajo, pues lleva a la participación incluso a quienes no han podido
estudiar.

La IAP desconoce la neutralidad de las ciencias sociales, no sólo por considerar que sus
manifestaciones intelectuales repercuten en la vida material y simbólica de las sociedades,
sino que también al asumir que el propio investigador se enfrenta ante la situación a
investigar desde una valoración previa de la misma, partiendo de que él mismo, como sujeto
social, se compromete ideológicamente con el “objeto de estudio”, su pasado, su presente y
su futuro.

En el marco de la IAP el proceso de investigar deja de ser un acto unidireccional para


constituirse como concepto que define, ya no una acción en si misma, sino un proceso de
reflexión-acción-reflexión encaminado por actores que comparten, debaten y “extienden” a
los otros saberes particulares.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA

Propone la socialización de los procesos de generación de conocimientos entre aquellos


grupos sociales que pueden utilizarlos para transformar una realidad social.

La IAP quiere superar la investigación al servicio de unos pocos (una clase privilegiada), y la
investigación para las universidades.
Propone que la investigación y la ciencia deben estar al servicio de la comunidad; ayudarla
a resolver sus problemas y necesidades y a planificar su vida.

Generar un conocimiento liberador a partir del propio conocimiento popular, que va


explicitándose, creciendo y estructurándose mediante el proceso de investigación llevado por
la propia población y que los investigadores simplemente facilitan aportando herramientas
metodológicas.

Como consecuencia de ese conocimiento, dar lugar a un proceso de empoderamiento o


incremento del poder político (en un sentido amplio) y al inicio o consolidación de una
estrategia de acción para el cambio.

Conectar todo este proceso de conocimiento, empoderamiento y acción a nivel local con
otros similares en otros lugares, de tal forma que se genere un entramado horizontal y vertical
que permita la ampliación del proceso y la transformación de la realidad social.

EXPERIENCIAS CON LA IAP

Durante la primera década del siglo XXI desarrollé algunas experiencias investigativas que
he clasificado en tres tipos, a saber: experiencias pedagógicas en el aula, investigaciones
con fines de titulación e investigaciones dentro de los proyectos institucionales. A
continuación describo brevemente las principales experiencias.

Experiencias pedagógicas en el aula: durante los años antes mencionados he incursionado


en experiencias con estudiantes de los cursos que administro en la Universidad, además de
algunas experiencias con docentes con quienes he compartido algunas actividades de
formación permanente. Entre ellas destaco la desarrollada en 2007 y 2008 con secciones,
conformadas por aproximadamente 35 estudiantes de la Especialidad Inglés y Geografía e
Historia, en el Curso Evaluación de los Aprendizajes, a los cuales les apliqué un diagnóstico
reflexivo para evidenciar las necesidades de aprendizaje en el referido curso; por consenso
acordamos desarrollar algunas actividades de carácter investigativo y organizar un plan de
acción; en cada actividad evaluativa se entregaban registros para la autoevaluación, la
coevaluación de pares y la evaluación del docente; se triangulaba dicha información y los
resultados atendían al promedio que resultaba de dicha triangulación; luego de la evaluación
se abrían espacios para conversación y la reflexión sobre los procesos y resultados. Entre
los principales hallazgos puedo señalar que la experiencia resultó muy fructífera, toda vez
que los estudiantes se familiarizaron con los procesos evaluativos y se hicieron responsables
de su autoevaluación y de evaluar a sus compañeros; internalizaron la importancia de su
futuro rol como evaluadores, de ser justos y sinceros en los procesos autoevaluativos y
coevaluativos. Además, asumieron posturas claras y fundamentadas frente a la evaluación
y comprendieron las estrategias para desarrollar en el aula la evaluación formadora, una de
las nuevas concepciones que trabajamos.

Experiencias pedagógicas con pares docentes: durante dos cursos ofertados tanto por la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), formadora de docentes, como por
la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA), ambos sobre el uso de
plataformas con fines educativos, desarrollé experiencias indagadoras bajo las orientaciones
de la metodología investigación-acción participativa; moderé durante dos meses foros y
chats sobre la evaluación de los aprendizajes con los profesores adscritos al Departamento
de Formación Docente, tiempo durante el cual desarrollamos discusiones y participaciones
que conllevaron realimentar los conocimientos, reflexionar sobre cómo estábamos
desarrollando nuestras prácticas evaluativas; aspectos que debíamos mejorar, elementos
por incorporar, revisión de experiencias de otros docentes, instituciones y latitudes, consulta
de bibliografías actualizadas, entre otros. Durante el desarrollo de la experiencia, y al
finalizarla, se recogieron testimonios tanto escritos como orales que daban cuenta del
desplazamiento en el pensamiento de los docentes respecto a la visión de la evaluación de
los aprendizajes y las estrategias evaluativas, para consolidar una nueva manera de asumir
sus funciones como evaluadores.

ALCANCES Y LIMITES DE LA IAP.

Hemos visto cómo la investigación-acción, que más que una técnica es una metodología y
una teoría crítica para el estudio de la realidad social, es la manera cómo la realidad de
victimación se vincula con el aporte de las ciencias sociales. No es desde la pregunta del
investigador, el lugar exclusivo desde donde se parte para generar conocimiento sino, de
manera privilegiada, desde la realidad de v de victimación y de la posición ética frente a ella.

Otro de los grandes aportes de la investigación-acción a la epistemología es el


replanteamiento de la relación sujeto-objeto, que llevaría más allá de una nueva concepción
teórica a una cosmovisión, donde el tema adquiere un nuevo significado con la categoría de
co-sujeto. La clave de la compresión no es el sujeto sino la comunidad y, de esta manera, la
verdad se hace objetiva porque es intersubjetiva.

El sujeto olvidado y despreciado por la academia es el tema necesario de ser problematizado


por parte del pensamiento crítico, se logra que eventualmente haya un encuentro entre esos
dos conocimientos: el de la ciencia tecnológica que nos está llevando a la destrucción
mundial, y el de la ciencia del pueblo.

No se trata sólo de un conocimiento de los sujetos en sus procesos contradictorios de

victimación, sino de asumir sus prácticas para la transformación de las formas en que se dan
las rupturas de la vida humana. Esto significa un compromiso ético que le da rigor al
pensamiento crítico en el reconocimiento de la implicación por la vida de toda la humanidad.

Respecto a las limitaciones que podemos observar en la investigación acción participativa


trataré de explicar algunas de ellas.

Uno de los problemas que presenta la IAP lo encontramos en el tránsito de la teoría a la


praxis, de la reflexión a la acción. El investigador tiene, que alejarse para ver el conjunto,
reflexionar y contribuir con teorías que expliquen los fenómenos sociales. El investigador ha
de tener la sensibilidad para escoger las técnicas apropiadas a cada problema, y sobre todo
traducir los enunciados científicos al lenguaje popular, haciéndolos más sencillos, pero nunca
simplificándolos.

Otra limitante se relaciona con el hecho de que ni la participación en sí, ni la investigación


por sí sola pueden producir cambios estructurales, o que el problema de la investigación
participativa no es que no constituya una alternativa de investigación válida u objetiva, sino
que pueda fracasar en su carácter verdaderamente participativo.

Finalmente, una limitación seria del método investigación participativa es la necesidad de un


compromiso de participación por parte de la comunidad durante un período más amplio que
en otros métodos. Lo único que puede justificar y hacer exitosa tal solicitud es la perspectiva
de obtener mayores beneficios directos, como pueden ser más amplios conocimientos sobre
su comunidad y sobre las relaciones de la sociedad global, mayor grado de organización,
poder de decisión y definición conjunta en las acciones que van en beneficio de sus propios
intereses.
CONCLUSION

Para finalizar planteo que la Investigación-Acción Participativa, se considera muy útil e


interesante alternativa de investigación con referencia al paradigma cualitativo.

Requerimos de nuevas formas del conocimiento para la interpretación crítica de la


trasformación social. Sólo si alcanzamos a vislumbrar esta crisis de modelos de
conocimiento, no solamente por razones epistemológicas sino también por razones
históricas y sociales, donde la pregunta se revitaliza: ¿Conocimiento para qué? ¿Cuáles son
los nuevos sentidos para la investigación social? Esto significa aspirar a un futuro diferente
y a una crítica al pasado, permitiéndonos combinar nuestra memoria con la reapropiación de
los saberes para nuestro futuro.
ANEXOS.

Fig. 1 – Fases de la investigación acción participativa.

Fig. 2 – Investigación acción participativa


Fig. 3 – Investigación Acción Participativa.

Fig. 4 – Actores Investigación acción Participativa.


BIBLIOGRAFÍA

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Quinto Centenario.

Mendoza Martínez Víctor Manuel

Nuevos horizontes de diálogo para el modelo de Investigación-Acción en el campo de la


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Kemmis, S. (1988). El currículum: va más allá de la teoría de la reproducción. Madrid:


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