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La importancia de la ética pública en la prevención


de la corrupción
Sitio: Campus Virtual INAP
Curso: Pautas para la gestión de los conflictos de intereses (IN-IT-36071)
Libro: La importancia de la ética pública en la prevención de la corrupción
Imprimido por: JUAN MAXIMILIANO VERON
Día: martes, 3 de diciembre de 2019, 19:26

Tabla de
contenidos
Algunas La ética pública y Legislación Autoridad de
Actividad Unidad
reflexiones la prevención de básica sobre Marco normativo aplicación en el Recapitulación
1
introductorias la corrupción ética pública ámbito de la APN

Cuando pensamos en la ética pública no estamos refiriéndonos a una ciencia abstracta. Por el contrario, se trata de una ciencia práctica que se
ocupa, fundamentalmente, de la conducta libre del hombre que desempeña una función pública, proporcionándole las normas y los criterios para
actuar bien1. Tiene como objetivo fomentar la sensibilidad y el compromiso de los funcionarios hacia los valores que constituyen las actividad del
servicio público.

Es importante destacar que la ética, en el sentido presentado, no busca mejorar ni ahondar en el conocimiento técnico de las leyes y los
procedimientos. Más bien procura que sus destinatarios internalicen ciertos valores y que puedan efectuar juicios íntegros.

Partiendo de la idea de servicio a la comunidad, es fundamental que quienes desarrollan actividades en el Estado respeten estos principios y
contribuyan a su difusión, con el objetivo de la realización del bien común.

1 Jaime Rodríguez Arana Muñoz, “La dimensión ética de la función pública”, Madrid, INAP, pág. 28.

La idea de la corrupción como un problema, que debe ser abordado por los Estados, es reciente y ha adquirido significación en las últimas
décadas.

En los inicios de la década del noventa, a partir de la transformación de las políticas económicas de varios países latinoamericanos, se vivieron
diversos fenómenos significativos para pensar la materia en cuestión. La desregulación y la liberalización del comercio, la eliminación de
restricciones para la entrada y la salida de capitales, la privatización de servicios públicos, la globalización y el aumento de las inversiones
extranjeras, dieron lugar a múltiples casos de corrupción trasnacional con importantes consecuencias sobre estos países. 

Este contexto permitió ver a la corrupción como un fenómeno estructural que socava las instituciones democráticas e impacta en la generación de
desigualdad y empobrecimiento. Además puso la cuestión de la ética pública y la transparencia en el centro de las agendas de los Estados y los
organismos internacionales.

A partir de esta idea de la corrupción como un fenómeno complejo, surgió la necesidad de su abordaje a través de soluciones también complejas,
que integren las medidas para sancionar las prácticas corruptas con iniciativas de prevención y de transparencia en la gestión. 

Dentro de las medidas preventivas, el régimen de conflictos de intereses actúa objetivamente evitando la configuración de situaciones fácticas
propicias para que el funcionario desvíe la función pública con el fin de obtener un beneficio personal. La transparencia, por su parte, favorece el
control no sólo de los órganos con competencia para hacerlo sino también de la ciudadanía. 

En este sentido, los regímenes de Ética Pública (entendiendo como tal al conjunto de normas, sistemas y mecanismos de aplicación y control de
dichas normas) se presentan como valiosos instrumentos de prevención que, además, tienen por efecto fortalecer la confianza de la ciudadanía —y
del resto de las naciones— en nuestras instituciones públicas.

En este apartado, nos interesa conocer la normativa que regula específicamente la ética pública: 

Ley 25188, de Ética en el Ejercicio de la Función Pública


Código de Ética de la Función Pública, aprobado por el Decreto 41/99.

Como ilustra la infografía, que presentamos a continuación, el marco normativo básico debe ser interpretado y aplicado a la luz de las disposiciones
contenidas en la Constitución Nacional y en las Convenciones Internacionales de la Lucha contra la Corrupción aprobadas por la Argentina, que
poseen rango superior a las leyes (conforme al artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional).

/
Descargá la infografía «Pirámide Legislación básica en materia de Ética Pública».

Además de estas normas, existen decretos que regulan cuestiones específicas como el régimen de obsequios a funcionarios públicos (Decreto
1179/2016) los conflictos de intereses en los juicios en los que el Estado es parte (Decreto 201/2017) y en las contrataciones y otros procedimientos
públicos (Decreto 202/2017). Podés consultar su alcance en el siguiente enlace:

Oficina Anticorrupción / Prevención

La Ley 25188, de Ética en el Ejercicio de la Función Pública, y el Código de Ética de la Función Pública, aprobado por el Decreto 41/1999, prevén un
conjunto de deberes y prohibiciones aplicables, sin excepción, a todas las personas que se desempeñen en la función pública. 

En efecto, el artículo 2° de la Ley 25188 establece que los sujetos comprendidos en la ley se encuentran obligados a respetar una variedad de
deberes y pautas de comportamiento ético.  El Decreto 41/1999, por su parte, aporta un detallado catálogo de principios generales y particulares
en los Capítulos III y IV de su parte general, aplicable a quienes ejercen funciones públicas en el Poder Ejecutivo Nacional. 

La Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública también contiene un régimen de obsequios, de declaraciones juradas patrimoniales y se refiere
puntualmente a los conflictos de intereses, en sus artículos 12 al 17.

La siguiente infografía presenta el marco normativo completo y los decretos reglamentarios correspondientes:

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A continuación, podrás acceder al texto completo de: 

Ley 25188, de Ética en el Ejercicio de la Función Pública

Código de Ética de la Función Pública, aprobado por el Decreto 41/99

La Convención Interamericana contra la Corrupción en su artículo III establece, entre las medidas preventivas que los Estados se comprometen a
aplicar, la creación, mantenimiento y fortalecimiento de “Órganos de control superior, con el fin de desarrollar mecanismos modernos para prevenir,
detectar, sancionar y erradicar las prácticas corruptas”. Por la Ley 25233 se creó la Oficina Anticorrupción en el ámbito del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, con la misión de elaborar y coordinar programas de lucha contra la corrupción en el Sector Público Nacional, con
competencias y atribuciones concurrentes —en algunos aspectos— con la Fiscalía de Investigaciones Administrativas —hoy Procuraduría de
Investigaciones Administrativas—. 

La Oficina Anticorrupción se encuentra organizada en dos Subsecretarías: la Subsecretaría de Investigaciones Anticorrupción (SSIA), cuya función
principal es fiscalizar el cumplimiento de los deberes de los agentes y el debido uso de los recursos estatales, y la Subsecretaría de Integridad y
Transparencia (SSIyT), que es responsable de la elaboración de políticas estatales contra la corrupción en el Sector Público Nacional.

La SSIyT analiza —de oficio, por denuncia o por consulta de los funcionarios o sus superiores jerárquicos— situaciones concretas en las que podría
existir una infracción a la normativa sobre ética pública o resulta previsible que se produzca si no se adoptan las medidas necesarias. En los
supuestos señalados, procede a la formación de actuaciones administrativas en las que se evalúa la información inicial, se produce la prueba que se
estime pertinente y, previo traslado al funcionario a efectos de que formule su descargo —si lo considera necesario—, se emite un informe o
resolución. En el marco de los referidos procedimientos, impulsa la ejecución de las consecuencias por la infracción a las normas sobre ética
pública, remitiendo las actuaciones al organismo donde cumple tareas el funcionario infractor a fin de que se instruya el sumario disciplinario y/o
de que —si así correspondiese— se decrete la nulidad de los actos celebrados en conflicto de intereses y se inicien las acciones de responsabilidad
patrimonial tanto contra este como contra los terceros involucrados.

La Oficina Anticorrupción es autoridad de aplicación de la Ley 25188 en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional (Decreto 174/18).

La actuación de la Oficina Anticorrupción en el marco de sus atribuciones no excluye las competencias e intervención de otros organismos de
control superior con los que debe coordinar su accionar. Ellos son: 

Sindicatura General de la Nación (SIGEN)


Unidad de Información Financiera (UIF)
Auditoría General de la Nación (AGN)
Procuraduría de Investigaciones Administrativas
/
Defensor del Pueblo

Comenzamos esta unidad revisando el concepto de ética pública, como ciencia práctica que se ocupa de la conducta libre del hombre que
desempeña una función pública, proporcionándole las normas y los criterios para actuar bien.

Luego hicimos hincapié en la relación de la ética pública con la prevención de la corrupción, repasamos la legislación básica y el marco normativo
vigente y presentamos a la Oficina Anticorrupción como autoridad de aplicación en el ámbito de la Administración Pública Nacional. 

Para finalizar, recomendamos las siguientes lecturas:

Descargá los capítulos 1 «La importancia de la ética pública en la prevención de la corrupción», 2 «Las
normas sobre ética pública y su autoridad de aplicación» y 3 «El rol de los códigos de ética en materia de
conflicto de intereses» del documento Ética pública y conflictos de intereses, elaborado por la Oficina
Anticorrupción y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

En la sección «Síntesis y evaluación final», podrás acceder al documento completo.

Sugerimos revisar los siguientes sitios relacionados:


Ley 25188, de Ética en el Ejercicio de la Función Pública 
Código de Ética de la Función Pública, aprobado por el Decreto 41/99
Ley 25233, de creación de la Oficina Anticorrupción 
Decreto 174/18

Actividad Unidad 1

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