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DEMASIADO CULTO PARA TAN POCOS HÉROES

Desde fines del siglo XVIII y principios del XIX, , el mundo occidental vibró con los
ideales de la Revolución Norteamericana y la Francesa, y los deseos de independencia del
Imperio Británico y del Español se tradujeron en guerras libertadoras. En tales
circunstancias, algunos luchadores, principalmente militares, adquirieron la gloria de ser
distinguidos como los nuevos héroes y mártires de una nueva sociedad.
Todo se justificaba en aras de una identidad por construir, de un patrimonio cultural que
conservar, de un imaginario con qué identificarse la nación, para contrarrestar las visiones e
intereses localistas, el peligro de la fragmentación, así como para reforzar la soberanía ante
las amenazas exteriores.
La historia nos enseña que en los pueblos, el culto a los héroes contribuye a tener una
disciplina social cohesionada a una identidad nacional. A través de la exaltación del héroe se
busca un modelo de conducta que debe ser admirado sin límite, imitado; pues es exaltado
como un ser abnegado, fiel y leal al servicio de los principios de libertad y grandeza de los
pueblos. El héroe es considerado como un modelo de conducta a seguir por los
ciudadanos, nos han sembrado el culto a los héroes.
De alguna manera los héroes eran, sin duda, superiores al promedio de los seres humanos
y, por su origen, eran considerados semidioses. El consuelo de los envidiosos era que por
muy especiales que fueran, tenían un final común al resto de los hombres y mujeres, pues
morían o podían ser vencidos.
Desde hace mucho tiempo, los pueblos han necesitado de los mitos y héroes, como
medios incentivadores para sobrevivir; es decir, la exaltación de éstos es lo que los motiva e
incentiva para realizar grandes actos. En Venezuela también ha ocurrido esto, el Estado
siempre ha sido el principal promotor de este culto, con la finalidad de mantener la
presencia histórica del héroe para que sirva de motivación de nuestras acciones; pero,
también ha sido usado como compensación de nuestras diferencias. El culto heroico es la
tierra patria. Con este culto se trata de buscar en el pasado los hechos heroicos para
justificar las deficiencias del presente. La historia de Venezuela se ha construido sobre la
base de un conjunto de hechos gloriosos llevados a cabo por hombres guerreros, forjados
en la guerra por la independencia, los cuales han sido deshumanizados para convertirlos en
héroes:
En la mentalidad tradicional, la acción guerrera se valora más que la acción civil:
destacados científicos, literarios, políticos, comerciantes, maestros, no serán considerados
<héroes> aunque hayan contribuido a construir, a valorar y a comprender la sociedad de la
que forman parte. Se privilegia a los guerreros porque a través de las batallas, la nación se
unificara en contra de un enemigo.1
Imposible es dar un paso por la vida venezolana sin tropezar con la presencia de algún
héroe. Es inevitable la pasarela hacia y desde muchos temas de nuestra historia, la salida y la
entrada de las grandes verdades en las diferentes etapas de nuestra vida republicana. Es así
como se configura entonces en nuestra realidad los héroes que son los actores alrededor de
los cuales se desarrolla nuestro modo de enfocar nuestra vida diaria, en la sociedad

1
MICHAELLE ASCENCIO. GRACIAS, MI GENERAL, POR LOS FAVORES RECIBIDOS, p.120
venezolana esto nos podría llevar a pensar que la necesidad de creer es la esperanza de las
respuestas simples.
Aunque el origen del culto no se le puede atribuir exclusivamente a Venezuela, ya que
también se encuentra en diversas sociedades del mundo contemporáneo; sin embargo, el
uso indiscriminado, exacerbado y en ocasiones irresponsable, de dicho fenómeno durante
distintas etapas de la historia de Venezuela, inclusive en el presente, ha sido una de las
principales razones de crítica y hastió colectivo en la actualidad. Dicho culto ha sido una
parte importante de la construcción de la sociedad desde épocas que se remontan a las
contiendas emancipadoras, y se ha mantenido en la conciencia colectiva desde entonces.
Pero el culto a Bolívar es un caso particular, ya que al considerarse por muchos el padre
de la patria, le otorga un carácter de singularidad e importancia que no poseen otros
próceres de la Independencia. Se trata de un procedimiento, en que los principios e ideales
de una población, son denotados y resumidos en la figura del personaje heroico. Por
consiguiente, dentro de este personaje se plasman una serie de imágenes simbólicas que
reflejan los inicios de una sociedad, siendo estas nutridas día tras día.
Aunque es solo en Venezuela que esta tan arraigado el culto por el Libertador, ya que en
otros países liberados por Bolívar no pasa esto, ya que sus próceres son venezolanos, por
eso en estos países este tipo de culto no sucede en otros países de Latinoamérica, ya que a
pesar de los méritos que tuvo el Libertador en esos lugares, Bolívar fue un hombre que
vino de afuera.
Fue durante el periodo de Páez que el culto a Bolívar llega a convertirse en religión de
Estado, José Antonio Páez quien fue su sucesor como presidente de Venezuela, usó la figura
del libertador de América para conseguir prestigio ante la sociedad, a pesar de que cuando
Simón Bolívar vivía, tuvieron muchos enfrentamientos,”…apelo a la esperanza contenida en ese
Bolívar predestinado y sobrenatural de raíz popular, como elemento cohesionador en los trances difíciles de
su gobierno.”2 Llegando incluso a ordenar el traslado de los restos del Libertador de regreso a
Venezuela. Todo esto con el fin de utilizar al más importante prócer entre todos, como
factor de legitimación, “Desgraciadamente Bolívar fue un factor de legitimación para lo que pudiéramos
llamar la derecha venezolana, a lo largo de dos siglos. Era el prócer de la derecha.”3
Desde la repatriación de los restos de Bolívar desde Santa Marta, en 1842, según decreto
del general Páez, la figura del mantuano caraqueño iba en ascenso y recuperando el buen
nombre que tuvo hasta dos años antes de su muerte en 1830. Sin embargo, la historiografía
venezolana establece que es sólo a partir de Guzmán Blanco se impulsa un culto selectivo y
discriminatorio que hace de su figura el prototipo del héroe clásico, es decir, un semidiós.
La Plaza Bolívar, la estatua ecuestre, la moneda nacional, el cenotafio con sus restos
trasladados de la Catedral al altar mayor del templo de la Santísima Trinidad convertido en
Panteón Nacional, su onomástico como fiesta nacional (desde Páez) y, por encima de todo,
la presentación del propio gobernante como una especie de continuador de su obra
política, social y económica y cultural.

2
MIGUEL ÁNGEL PERERE. La patria indígena de el Libertador. (Bolívar, Bolivarianismo e Indianidad),
p.138
3
INÉS QUINTERO. LA REPÚBLICA ALUCINADA. CONVERSACIONES SOBRE NUESTRA INDEPENDENCIA.
Entrevistas de Maye Primera, p.106
Todo se justificaba en aras de una identidad por construir, de un patrimonio cultural que
conservar, de un imaginario con qué identificarse la nación, para contrarrestar las visiones e
intereses localistas, el peligro de la fragmentación, así como para reforzar la soberanía ante
las amenazas exteriores “…se transformó de un culto del pueblo a un culto para el pueblo…”4
Chaves supo traer de vuelto el mito de Bolívar a la actualidad, aprovechando la caída de
Pérez Jiménez y la crisis que atravesaba Venezuela en ese momento, en momentos así “No
le fue difícil a Chávez apelar con éxito al mito. En un momento de crisis como el que atravesaba el país,
hablar con la cruz del credo bolivariano por delante, devolvió la fe perdida de los venezolanos.”5
Aunque no fue hasta el gobierno Chávez que el culto a Bolívar se usó a todo su potencial,
absurdamente creo un movimiento político del siglo XXI con el pensamiento del siglo
XIX, el cual estaba en otro contexto histórico, otra realidad, una cultura diferente. Chávez
trajo consigo algo nunca antes visto, un Bolívar de izquierda; el cual utilizo como respaldo
ideológico de su régimen. Incluso llegando a crear una imagen moderna de lo que fue el
libertador.
En los libros de historia, se rinde tributo a la figura del Libertador, romantizando sus
acciones y dejando casi completamente por fuera a las otras figuras Independentistas,
“Sucede con la figura histórica de Bolívar igual que con la de todos los grandes soldados, santos y estadistas:
yace bajo un impresionante túmulo de lucubraciones, ficciones e incluso consejas, poco menos que imposible
de remover.”6 Y es imposible de remover porque después de tantos años de manipulaciones
en nuestra historia como nación de parte del gobierno, esas mentiras o ficciones se han
convertido en ciertas, “El peso que tiene el mito independentista entre nuestra población y la
manipulación que de ese mito se ha hecho explican la potencia que este tiene en lo que podríamos llamar el
espíritu de la nación.”7
Chávez dividió al pueblo, llenándolo de odio, de resentimiento, inculpando “al imperio”,
poniéndolo como los culpables de todo lo que sucede en nuestro país, “El discurso
bolivariano se ha hecho divisionista, discriminador, antagonista y generador de violencia, emulando en
alguna forma el Decreto de Guerra a Muerte.”8 Con la ayuda de este discurso y la invención de un
enemigo externo, capaz de intervenir en todos los aspectos de la nación (el imperialismo
norteamericano y su modelo económico), todo esto para crear una mentalidad cerrada al
pueblo y lograr su unión en contra de esta amenaza. Para lograr esta mentalidad, el
chavismo utilizando la tradición militar del siglo XIX, enlazándolo con la amenaza de los
Estados Unidos.
Sin mencionar el enfoque totalitario a lo militar, dejando de lado a los héroes civiles que
ayudaron a crear a nuestra nación, como si toda nuestra historia no fuera más que peleas y

4
MIGUEL ÁNGEL PERERA. La patria indígena de el Libertador. (Bolívar, Bolivarianismo e Indianidad),
p.137
5
GERMÁN CARRERA DAMAS Y OTROS. Mitos políticos en las sociedades andinas. Origines, invenciones y
ficciones. P.367
6
GERMÁN CARRERA DAMAS. El Culto a Bolívar, p.47
7
INÉS QUINTERO. LA REPÚBLICA ALUCINADA. CONVERSACIONES SOBRE NUESTRA INDEPENDENCIA.
Entrevistas de Maye Primera, p.109
8
MIGUEL ÁNGEL PERERA. La patria indígena de el Libertador. (Bolívar, Bolivarianismo e Indianidad),
p.150
guerras, omitiendo los procesos pacíficos de creación y desarrollo y dejando únicamente las
“matazones republicanas.”9
Chávez, logro lo que los demás presidentes no lograron, convertirse en un mito, teniendo
un perfil que encajaba con el concepto de <héroe> , tanto fue que se le comenzó a
comparar con bolívar llegándolo a llamar su descendiente, y aun hoy en día la presencia del
“Comandante Supremo” sigue presente en las calles de Venezuela, ya sea en eslogan,
murales, estatuas, discursos; incluso llegando a reemplazar parcialmente el propósito de
Bolívar en los discursos políticos, y convirtiéndose en el nuevo héroe de la patria.
Incluso hoy en día, a más de 6 años de su fallecimiento, las semillas plantadas por el
presidente Chávez aún están firmemente presente en el día a día del venezolano, ya sea por
parte del gobierno, o en las calles por seguidores o chavistas.
Con todo lo anteriormente dicho, se ve difícil dejar de lado el culto a Bolívar, y más en el
gobierno actual, en todo caso, pareciera que el culto este transformándose en un culto a
Chávez mas que a Bolívar, y es que los tiranos “…dentro de lo mágico-religioso, exhiben el poder,
un poder que los diferencia del resto de sus semejantes y los mantiene <aparte>, <separándolos> del resto
de las gentes a las que dominan.”10 Todo esto gira en torno al principio de poder, quien acumula
poder se considera un ser extraordinario, y es que dicho poder atrapa al dictador, el cual
cree que puede poner a los héroes a su servicio.
Este homenaje al héroe se puede dar en cualquier lugar, es parte de un rito colectivo. Los
rituales políticos existen en todas las culturas y en todos los países, dichos ritos sirven para
cohesionar a los ciudadanos y creyentes, “Todo el mundo se siente unido, participando de lo mismo,
y eso refuerza el vínculo social.”11 Son sumamente importantes para reavivar la memoria y
reafirmar la pertenencia nacional y cultural. Pero una cosa completamente diferente es
cuanto los gobernantes se identifican con los próceres.
Hay que ser muy consiente la diferencia entre homenajear algo, a creerse el objeto
homenajeado. Y eso es lo que sucede en la actualidad, las líneas se cruzan y el pueblo no
hace nada para evitarlo, “…es un problema de sociedad. Es la sociedad la que va a reaccionar contra
esta manipulación indecente de la que ha sido víctima ahora.”12
Confundimos a Bolívar con la clase de héroes que cuentan las leyendas, cuando en
realidad, era todo lo contrario, solemos olvidar al hombre detrás del mito, un hombre con
vicios y virtudes, que cometía errores; y solo apreciamos al mito creado alrededor de él,
poniéndolo en un pedestal imposible de alcanzar.
Y lo más importante, olvidamos que “…Venezuela no es una creación de Bolívar, sino que se
formó contrariando la voluntad del libertador.”13
A pesar de todo lo explorado en este trabajo, el culto a Bolívar no desaparecerá de la
noche a la mañana, es algo que tomara tiempo, lo ideal sería “…que se lleve a Bolívar al

9
MIGUEL ÁNGEL PERERA. La patria indígena de el Libertador. (Bolívar, Bolivarianismo e Indianidad),
p.154
10
MICHAELLE ASCENCIO. GRACIAS, MI GENERAL, POR LOS FAVORES RECIBIDOS, p.121
11
Ibídem, p.128
12
INÉS QUINTERO. LA REPÚBLICA ALUCINADA. CONVERSACIONES SOBRE NUESTRA INDEPENDENCIA.
Entrevistas de Maye Primera, p.116
13
MANUEL CABALLERO. LA HERENCIA DE BOLÍVAR, p.21
Panteón, y se le deje allí tranquilo, que los escolares lo visiten cuando quieran, y el Presidente cada 19 de
abril, el 5 o el 24 de julio, o el 17 de diciembre.”14
Pero es mucho pedir, bastara con que el estado y el gobierno no usen y manipulen el
nombre de Bolívar más allá de lo que se deba, por ejemplo en las celebraciones patrias,
pero sin darle el toque de culto que le han dado desde el gobierno de Chávez hasta ahora.
Ya la sociedad venezolana se encargara de trazar reevaluar todo el proceso a través del
tiempo, de los partidos y de las instituciones.
Ya con que los futuros gobernantes del país no destruyan o alaben a Bolívar de manera
desmesurada, si no el trato normal de un prócer militar o civil de cualquier país.

14
MANUEL CABALLERO. LA HERENCIA DE BOLÍVAR, p.26
BIBLIOGRAFÍA.

ASCENCIO, Michaelle. GRACIAS, MI GENERAL, POR LOS FAVORES


RECIBIDOS.
CABALLERO, Manuel. LA HERENCIA DE BOLÍVAR. En especial: “POR QUÉ NO
SOY BOLIVARIANO”.
CARRERA DAMAS, Germán. (2008). El Culto a Bolívar. Caracas. ALFA. 2008. En
especial: “La figura histórica de Bolívar, significados atribuidos y reales”.
CARRERA DAMAS, Germán y otros. (2006). Mitos políticos en las sociedades andinas.
Orígenes, invenciones y ficciones. Caracas. Equinoccio/ Université de Marmé la Vallée/ IFEA/
2006. 420 pp. En especial: “Nelly Arenas. Los círculos bolivarianos: el mito de la unidad de pueblo”.
PERERA, Miguel Ángel. La patria de el libertador. (Bolívar, Bolivarianismo e Indianidad).
Caracas. DEBATE. 2009. En especial: “El bolivarianismo como ideología. La construcción de una
religión de Estado”.
QUINTERO, Inés. LA REPÚBLICA ALUCINADA. CONVERSACIONES SOBRE
NUESTRA INDEPEDENCIA. Entrevistas de Maye Primera. EDITORIAL ALFA. 2010. En
especial: “BOLÍVAR, EL PRÓCER AMBIDIESTRO”.

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