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CAMBIO CLIMATICO

SOLO EL SOL NOS SALVARA

FOTOSINTESIS ARTIFICIAL : PANASONIC YA LA INVENTO


EL MUNDO ES ASOMBROSA Y PROFUNDAMENTE ANALOGO, DEBIDO A QUE TODOS
ESTAMOS EN LA CURVATURA QUE EL SOL PROVOCA EN SU ESPACIO-TIEMPO. TODO
LO QUE SE PRODUCE SOBRE LA TIERRA, LLEVA LA IMPRONTA DEL SOL.

Hablar del medio ambiente en estos días es enfocar el tema en términos


negativos: contaminación ambiental, contaminación de las cuencas hidrográficas,
efecto invernadero, calentamiento global, polución etc., es decir hay una alarma
general en toda la especie humana por el descuido de su entorno y que le puede
acarrear graves consecuencias si no se pone control a los estragos que el desarrollo
humano ocasiona en la naturaleza.

Los organismos internacionales no cesan de encender sus alarmas, pero


no se ha pensado en un enfoque positivo, es decir en el enriquecimiento de nuestro
medio ambiente como la mejor manera de prevenir los desastres. Un enfoque positivo
nos llevará directamente al inicio de la vida, al útero primigenio que se formó
alrededor del globo para recibir a la especie humana. Hay que regresar a los primeros
juegos de la vida en los que, hace 3,500 millones de años, las cianobacterias
inventaron la FOTOSINTESIS, que luego copiaron las especies vegetales que cubrieron
de verde el planeta. Era el sol, que desde lejos inventaba la vida alrededor de un
planeta rico en mantos acuíferos y con un circuito del carbono que provenía de las
emisiones de los volcanes. La luz del sol, la energía de nuestra estrella realizaba un
milagro químico sobre el desolado planeta. Al descomponer las moléculas del dióxido
de carbono en oxígeno, que a través de los milenios fue formando la atmósfera
propicia para la respiración de las especies animales, y carbono, que los vegetales
convirtieron en su alimento. Era el sol que nos estaba inventando. Es el sol que nos
salvará ahora.

Lovelock en su libro GAIA trata a la tierra como un todo orgánico, como


un ser viviente en el que todas las especies están conectadas con su entorno. Todas
dependen de todas, es decir la tierra es un ecosistema en el cual el todo es mayor que
la suma de sus partes, y éstas no pueden desarrollarse independientemente de las
demás, en el que todos somos el entorno de los demás.

En la actualidad el desarrollo del cerebro está provocando un desorden


en el reino del sol, sobre todo por el afán de permanecer ligado a fuentes energéticas
alternativas a la energía del sol, pero que son abiertamente nocivas para el desarrollo
de la biosfera como son las que obtiene de los fósiles (el reciente descubrimiento de
las luctitas en Estados Unidos, es más de lo mismo).

La Segunda Ley de la Termodinámica establece que toda transformación


de energía en trabajo produce un desorden o pérdida de energía que en física se
denomina entropía. Todo sistema termodinámico, y la tierra lo es, va aumentando
inexorablemente su entropía conforme avanza y la cual se manifiesta en forma de
calor, calentamiento global, hasta llegar a un límite en el que el sistema colapsa y se
produce su muerte térmica.

Nuestro maravilloso y formidable planeta, llevando a cuestas millares de


especies que se alimentan para vivir, y cuyo alimento también contiene energía, que al
metabolizarse, al transformase en trabajo, en fuerza para los músculos, produce
calentamiento en el globo, y son millares. Pero si a esto añadimos el impacto que está
sufriendo la biosfera con el desarrollo espectacular del cerebro que ha plagado en
estos últimos siglos el entorno con máquinas y artefactos por doquier, desde los
trasatlánticos que se deslizan por los mares hasta los Smartphones que se deslizan
entre nuestros dedos. Todos ellos necesitan transformar la energía en trabajo, pero
que de acuerdo a la Segunda Ley están aumentando considerablemente el
calentamiento global, y peor aún si la energía que usan no es la más apropiada como
ocurre hoy con las fuentes fósiles que elevan dramáticamente la temperatura del
planeta y lo colocan en la flecha de una alta entropía.

El sol, nuestra fulgurante estrella con plasma para irradiar a sus planetas
por otros cinco mil millones de años más, calienta la tierra que se ha enfriado durante
la noche, provocando también entropía. La tierra se protege, reflejando sus rayos al
espacio exterior para no recalentarse, pero es el mismo sol que hace 3,500 millones de
años inventó la FOTOSINTESIS sobre la tierra para salvarla de la entropía que amenaza
a todo el universo. Fueron las cianobacterias las que la iniciaron, luego aprendieron el
juego las plantas sobre la superficie terrestre y las algas en el mar. En ellas la clorofila
transforma la energía lumínica del sol no en trabajo como las máquinas sino en energía
química, o ATP, la cual aliada con una molécula de agua ( por eso las plantas necesitan
que las rieguen ) desdobla el dióxido de carbono de la atmósfera, que contamina
nuestro entorno ,en dos átomos de oxígeno que los envía al aire para la respiración de
especies superiores que vendrán después y un átomo de carbono que lo convierte en
clorhidrato de carbono o glucosa para su alimentación.

Hoy prácticamente toda la energía que consume la biosfera (plantas y


animales) procede de la FOTOSINTESIS, procede de los rayos del sol. Las plantas
guardan en su interior la energía que proviene del sol.
Con la FOTOSINTESIS la vida hace su aparición sobre un planeta
desolado como un portentoso e irrepetible milagro que lo cubrió de verde. El sol la
inventó para salvar a un universo que marchaba hacia su entropía, que iba del orden
hacia el desorden para terminar en su muerte térmica como todo sistema
termodinámico. La vida emerge como una paradoja, yendo del desorden hacia el
orden, de lo simple a lo complejo, enfrentándose a la entropía mediante la replicación
del ADN, en la dirección de la inmortalidad. (En laboratorio se ha comprobado que las
células se reproducen sin límite alguno)

A partir de la vida ya no serán las leyes ciegas de la termodinámica del


universo que lo condenan a su entropía, sino las leyes descubiertas por el cerebro para
evitarla, las que regirán sobre la tierra. El homo Faber con los pies hundidos en el limo
de la tierra, se convierte en el homo creator al descubrir las estrellas. Con su obra
creadora el hombre se salvará sí mismo, y salvándose, habrá salvado al universo. Los
individuos perecerán, son parte de la entropía, no así la Vida, cuyas células apuntan a
la eternidad. En la reproducción celular el hombre encontrará el camino para
perpetuar su obra y ponerla a salvo de la entropía.

Hoy, más que nunca es urgente la investigación de nuestros científicos


de la física y de la biología quánticas para descubrir cómo se estremece la intimidad
física o química de una partícula elemental impactada por un fotón que ha viajado
sobre un rayo proveniente de las dantescas fusiones nucleares del sol. Esto abrirá las
puertas a la humanidad para crear la FOTOSINTESIS ARTIFICIAL, y proveernos de
energía limpia, a la mano y sin límite alguno. En eso estaremos siguiendo las reglas del
juego que el sol inventó, y estaremos escapando de la entropía.

Las plantas no producen calor, al contrario, refrescan el planeta y lo


cubren de oxígeno. No producen la entropía que producen los animales. Ellas son el
camino inmediato a seguir hasta que los científicos encuentren un atajo. La salud de la
biosfera y su entorno está en proporción directa a los mantos verdes que cubran el
planeta.

Hoy cuando se viaja por las autopistas de Europa, se pueden ver a


diestra y siniestra centenares de paneles solares. En Brasil se están produciendo
grandes cantidades de biocombustibles como el etanol para mover los automóviles.
Son las pequeñas respuestas que el hombre inteligente está dando en su búsqueda de
fuentes energéticas dirigiendo su mirada hacia el sol, pero que en absoluto, ni paneles
solares ni biocombustibles serán la solución definitiva, y mientras tanto la energía solar
cae a raudales sobre el planeta, pero la tierra la pierde reflejándola hacia el espacio
exterior de la misma manera que pierde el agua dulce devolviéndola al mar en los
deltas.
Urge pues la solución que dé la ciencia, mientras tanto las Naciones
Unidas deben aumentar su vigilancia sobre el correcto uso de la energía, sobre todo en
los países grandes. Japón, país que tiene un desarrollo equivalente al de Estados
Unidos, usa porcentualmente la mitad de energía que los norteamericanos. Se deben
castigar seriamente los crímenes ecológicos que hoy se dan por todas partes.

No podremos detener la proliferación de automóviles, pero sí grabar


con altos impuestos a los de alto octanaje, premiando a los ecológicos, eléctricos y
ahorradores de gasolina, pero sobre todo hay que abrir un nuevo frente, un frente
positivo para curar en salud al medio ambiente. La sociedad puede exigir a las
ensambladoras que por cada auto fabricado se siembre un árbol. A su vez la
mercadotecnia también puede hacer su trabajo amarrando astutamente la ecología al
automóvil.

La siembra de árboles debe ser de ahora en adelante una obsesión de


los gobiernos para grabarla no sólo a las ensambladoras sino a todos los grandes
fabricantes como un impuesto al medio ambiente. GREENPEACE tiene el apoyo de
todo el planeta pero debe ampliar sus horizontes y no sólo perseguir a los barcos
balleneros sino acrecentar la siembra de árboles. Mientras escribo esto me llega la Eco
noticia de que los árboles secoya son prodigiosos en la reducción del carbono de la
atmósfera, que lo convierten en madera. Hay que plagar de secoyas el planeta. Pero
me llega también la noticia de que las plantas actuales están evolucionando para
absorber mayor cantidad de carbono, dada la gran cantidad que existe en la
atmósfera.

Una y otra vez, la ciencia debe tornar hacia las fuentes de la vida, pero
también el hombre con sus organismos internacionales debe tornar hacia ellas, y este
es el aspecto positivo, en el que insistimos que se debe considerar el medio ambiente.
Hay que expandir con nuestra tecnología actual el juego del sol sobre el planeta:
millares de robots expandiendo la simiente alrededor del globo para se produzca una
nueva y vigorosa explosión de fotosíntesis como la que se produjo en el Cámbrico con
las especies, pero esta vez comandada por el cerebro. Hay que llenar de árboles el
planeta. Hay que teñirlo de verde. Hay que seguir la ruta del sol. Este es el enfoque
positivo que necesitamos.

PROF. EDUARDO PEREZ-ALBELA F.

DNI 08697824 epaoberti@gmail.com

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