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Guanajuato, Gto.

06 de diciembre de 2019

MANIFIESTO DE APOYO A LA COMUNIDAD ESTUDIANTIL UG

Los abajo firmantes, profesoras y profesores del Departamento de Filosofía de la


Universidad de Guanajuato, quienes tenemos la preocupación por la construcción
de espacios seguros para la convivencia, expresamos nuestro interés por contribuir
al diálogo y a la toma de acuerdos encaminados a erradicar las manifestaciones de
violencia y agresión que se han presentado dentro de los espacios universitarios.
Tenemos la firme intención de colaborar con la comunidad estudiantil al
cumplimiento de su pliego petitorio e impedir que crezca este fenómeno que
amenaza su estabilidad y desarrollo físico y emocional. Actualmente son
numerosos los casos de niños y jóvenes estudiantes que han padecido entornos y
actos de agresión, mismos que se hubieran evitado con una estrategia de
prevención y fomento de iniciativas para una convivencia pacífica y solidaria.
También la agresión específica hacia las mujeres nos ha colocado en una situación
límite, que ha generado una respuesta enérgica de la comunidad estudiantil, la
cual ha despertado y merece nuestra más profunda solidaridad. En este sentido,
nos manifestamos alarmadas y alarmados por la situación de crueldad que
actualmente vivimos.

Como personas interesadas en alcanzar una buena formación social e individual en


las nuevas generaciones, el propósito que guía esta declaración es colaborar con la
Comunidad Estudiantil UG y construir colectivamente espacios que fomenten un
trato interpersonal sin agresiones. Por lo que hemos podido apreciar en las últimas
horas, pese a que en sus espacios se ha reproducido la violencia endémica, estamos
convencidos de que la universidad sigue siendo el sitio más propicio para revertir,
en nuestro contexto, las condiciones actuales de coexistencia y empezar a crear
otras circunstancias para una vida libre de violencia y miedo. Somos conscientes
de la responsabilidad que como profesorado tenemos en nuestras manos y
deseamos coadyuvar en el logro de un espacio educativo exento de ese penoso
síntoma hoy caracterizado por la agresión generalizada. Creemos que las
situaciones deleznables de violencia como las que han motivado la enérgica
respuesta de las y los estudiantes se mantienen e incrementan debido a
la ignorancia, pasividad y hasta indiferencia de las personas que rodean a los
agresores y a las víctimas sin intervenir directamente y no deseamos que esta
situación se mantenga. Es un hecho que no queremos una universidad así, en la
que su comunidad experimente miedo y el consiguiente rechazo a su centro escolar
porque al interior de él sufre maltratos. Tampoco que pierda la confianza en sí
misma y en la sociedad, ni que su rendimiento escolar disminuya debido a esta
causa; si las personas que observan este urgente problema no actúan para evitarlo,
penosamente estamos ante una total falta de sensibilidad respecto a las
necesidades de las y los jóvenes y a su derecho a una vida sin violencia.

Con el ejemplo que ahora da el estudiantado se manifiesta la exigencia de


contribuir a un mundo diferente al que caracteriza a la sociedad actual marcada
por la destructividad. Más allá de reconocer que no son tiempos para albergar
alguna brizna de optimismo porque sería una falta de respeto a los millones de
víctimas de la violencia y la crueldad imperantes en todo el mundo, la presente
expresión de la comunidad estudiantil ofrece una luz de esperanza porque registra
la generosidad y el compromiso de la juventud con la sociedad. Por voz de sus
estudiantes, en esta coyuntura la Universidad de Guanajuato ha ganado un lugar
específico en el seno de la sociedad como espacio multidisciplinario que no sólo
divulga y contribuye al avance del conocimiento, sino que ha vuelto a recordarnos
que la universidad ha tenido también, a lo largo de los siglos, una tarea social y
política primordial, la cual se asienta fundamentalmente en la defensa de la
autonomía de la razón, el derecho a la libre búsqueda de la verdad y el respeto que
entre sí se deben las personas. Hacemos votos porque en esta situación asumamos
una actitud constructiva, que tenga por meta seria y de fondo, la formación de una
verdadera voluntad colectiva frente a este tipo de problemas que atañen no tan
sólo a la universidad ni a la sociedad de Guanajuato, atañen al país entero y en
última instancia, a la humanidad tal como la conocemos actualmente. El enemigo
real es la violencia, la violencia desatada en todos los planos. No gastemos nuestras
energías y nuestra capacidad de acción en un conflicto interno, ya que estamos
ante un conflicto de la sociedad en su conjunto. Seamos lo suficientemente
universitarios para enfrentar con medidas consistentes este problema.

ATENTAMENTE

Mónica Uribe Flores, Paloma Sierra Ruiz, Abril Saldaña Tejeda, María Teresa
Sánchez Mier, Jesús Miguel Rodríguez Ramírez, Javier Corona Fernández, Rodolfo
Cortés del Moral, Aureliano Ortega Esquivel, Patricia Castillo Becerra, Patricia
Muñoz Martínez, Luis Fernando Macías García, María Luján Christiansen Renaud,
Liliana García Rodríguez, Cuauhtémoc Nattahí Hernández Martínez, Francisco
Manuel López García, Francisco Lara Salazar, Beatriz Tovar Hernández, Genaro
Martell Ávila.

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