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Prácticá #1
Cuarto Nivel
Contabilidad y Auditoria
Uno de los primeros pasos que se lograron conseguir fue dentro de la segunda
constitución del Ecuador en el año 1835 donde se detallaba claramente en su
artículo 98 que las personas no estaban sujetas y tampoco obligadas a trabajar
con un solo patrono determinado, dándoles la libertad de ejercer su trabajo
deliberadamente siempre y cuando no sean actividades ilegales o que no vayan
de acuerdo a las buenas costumbres. Años más tarde surgió la revolución
marcista, en el año 1845, donde se expresó dentro de la constitución de ese año
en su artículo 107 que ningún extranjero podría ejercer un cargo público,
limitando los cupos laborales en ésa área netamente a ciudadanos ecuatorianos.
Además, dentro del mismo artículo se enmarca el fin del esclavismo al momento
de mencionar que ninguna persona nace siendo esclavo y tampoco puede ser
introducido en ese mundo sin quedar libre. Años más tarde se eliminó la
esclavitud en su totalidad con la constitución de año 1852 bajo el mandato de
José María Urbina, surgiendo así un nivel alto de consideración de los derechos
humanos en el país.
Partiendo del año 1897 surge una nueva constitución, donde se señala en su
artículo 23 que nadie se encuentra obligado a prestar servicios, por ende, los
artesanos y jornaleros no serán obligados a trabajar bajo ningún concepto, por
ello laborarían bajo un contrato legal. En el artículo 24 se detallan derechos
laborales como el tener un salario básico y trabajar solamente 8 horas diarias
como jornada. Con el pasar de los años surgieron los primeros grupos de
acuerdo a las profesiones laborales, un ejemplo era la organización de los
sastres, los mismos que exigían una jornada de 9 horas diarias. Otra asociación
era la de los trabajadores del Ferrocarril, quienes luchaban por el mejoramiento
de los salarios y el respeto de la jornada laboral legal.
Durante el año 1945 surge una nueva constitución donde se manifiestan varias
garantías laborales como la obligatoriedad del contrato y la legitimidad del
mismo, enmarcando así que los contratos colectivos son especialmente
protegidos y que los contratos que atenten contra los derechos humanos y de
los trabajadores serán nulos. Además, se renovó y ajusto el salario familiar, de
acuerdo al trabajo que se realice; así como la imposición de la jornada máxima
de 8 horas diarias, y cuarenta semanales. También se impusieron temas como
el reconocimiento sindical de patronos y trabajadores, el derecho a la huelga y
el paro, los días libres y los descansos no planeados tanto antes y después del
parto, etc. En 1967 se crea una nueva Constitución en la que se reformaron
temas como los créditos para los patronos con el fin de que puedan cubrir las
deudas que tienen a favor de sus trabajadores. También se dio a conocer la
participación de los empleados de las utilidades de las empresas con un
porcentaje no menor al 10% de las mismas, así como la creación del fondo de
reserva para los trabajadores en el seguro social.