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de la
Sociedad Venezolana de Geólogos
Volumen 1 Septiembre - Diciembre 1965 NO. 1
CONTENIDO:
Pág.
EDITORIAL . . . . . . . . . . . . . . . A-3
Caracas - Venezuela
Sociedad Venezolana de Geólogos
JUNTA DIRECTIVA 1965-66
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FUENTE M.M.H.
4Q Ingreso de Divisas.-El total de divisas ingresadas en
Venezuela durante el año 1962, fue de 1.603 millones de dólares,
de los cuales 1.255 millones (78 ¼), provinieron de la industria
petrolera, o sea, el sector de la economía nacional que genera
la mayor parte de medios de cambio extranjero.
3
El valor agregado es "La diferencia entre el valor de ven
ta de la producción y el de las compras que se hacen a otras
empresas". En otros términos, el valor agregado es el ingreso
generado por Ja propia empresa; en consecuencia, no incluye el
valor de la materia prima, energía, lubricantes, etc., y si, los
renglones de sueldos, salarios, alquileres, intereses, deprecia
ción y utilidad de las empresas.
El capital fijo está constituido por la suma de los valores
depreciados de los ecJuipos y maquinarias, edificios, instalacio
nes, equipos de oficina y medios de transporte. En la industria
extractiva petrolera el coeficiente Producto-Capital fue el si
guienk:
5
intrínseco de la materia prima, especialmente en la industria
petrolera y minera.
En lo que respecta a la refinación de petróleo, la relación
fue como sigue:
7
Velocidad de Rotación del Capital.-Es la relación entre el
valor bruto de la producción y el capital neto promedio. Este
coeficiente mide la productividad del capital, pero no en tér
mínos de utilidades, sino en valor bruto de producción. Cons
tituye un índice para medir el volumen de negocios con una
inversión determinada, el cual es más elevado en las industrias
livianas que en las industrias pesadas.
La velocidad de rotación puede servir para establecer re
laciones entre proyectos con fines de desarrollo, pues en caso
de que la disponibilicad de capital sea limitada, puede ser más
viable hacer aquellas inversiones en las cuales el valor de su
producto anual sea alto con respecto al capital invertido.
La velocidad de rotación del capital en nuestra industria
petrolera es inferior a la unidad, lo que pone de relieve el alto
volumen de las inversiones en activos fijos.
Capital 9.533
Intensidad de Capital = ------------ = --- := 121 ';¡-
Valor Bruto de la Producción 7.860
8
Naciones Unidas, cuando existe problema de desempleo, la can
tidad de personal que logre ocupar por unidad de capital puede
ser un coeficiente de alta ponderación. La disminución de este
coeficiente puede indicar un descenso en el empleo.
9
c10n de la actividad exploratoria y la creciente mecanizac1on
de la industria. Para dar una idea de su relativa poca importan
cia desde el punto de vista ocupacional, basta anotar que la
industria de alimetnos en Venezuela, emplea más trabajadores
que la gigante industria extractiva petrolera venezolana, por lo
que la solución al grave problema del desempleo deberá bus
carse en la industria manufacturera, la única capaz de dar ocu
pación a la mayor parte de la población activa en un país civili
zado.
10
bajador, en comparac10n con 59.000 bolívares de la industria
fabril venezolana, es decir, que fue casi cuatro veces superior.
Ello es debido, entre otras causas, al alto grado de capitaliza
ción de la industria petrolera, a su mayor escala de operaciones,
al mayor valor uni!ario del petróleo, y al progreso registrado en
la capacidad del trabajador venezolano. En la refinación de pe
tróleo, la productividad de la mano de obra fue aún superior,
al alcanzar Bs. 350.000 por trabajador.
11
Evaluación de la recarga de los acuíferos
de una cuenca para la explotación
racional del agua subterránea 1
INTRODUCCION
13
extraerse de los acuíferos cada año sin agotarlos a largo plazo,
el cual equivale al volumen de recarga potencial por año. Se
entiende por recarga potencial el agua infiltrada naturalmente
e incorporada a los acuíferos antes de desarrollar la cuenca,
más el agua que no llega a infiltrarse por saturación de los
acuíferos, pero que puede llegar a infiltrarse cuando el nivel
freático baje, más el agua que pueda introducirse en el subsue
lo por métodos artificiales de recarga. Sin embargo, el único
valor que puede ser determinado con suficiente exactitud y
con el cual deberán hacerse los cálculos de disponibilidad, es
el volumen de recarga anual efectiva, el cual puede ser calculado
por métodos indirectos o directos, es decir, por métodos hidro
lógicos y geohidrológicos. El primer método consiste en la
estimación de la recarga de los acuíferos por ohsf'rvaciones hi
drológicas de superficie, esto es, precipitación, escurrimiento e
infiltración, y requiere la disponibilidad de datos de pluvio
metría y de escurrimiento representativos de toda la cuenca
durante diez años, por lo menos; el segundo método consiste
en la evaluación del volumen de recarga por medición directa
de la variación del nivel freático, y requiere la existencia de
pozos o piezómetros distribuidos en toda la cuenca con datos
de variación del nivel freático diario, semanal o mensual, to
mados durante un año por lo menos, en el caso de tener datos
de la pluviometría sobre toda la cuenca correspondientes al
período de observación de los niveles freáticos.
14
blecido, en base a los datos de disponibilidad, la conveniencia
de seguir los estudios para la explotación racional de los acuífe
ros.
Por lo tanto:
15
El agua de las precipitaciones (P), después de haber su
frido pérdidas por evapotranspiración (Et) y absorción de la
capa vegetal (v), alcanza la superficie del suelo propiamente
dicha donde se reparte en dos fracciones: el escurrimiento su
perficial (Qc), y la infiltración (lp). La infiltración representa
la cantidad de agua que penetra en el suelo y en el subsuelo
donde alimenta las aguas subterráneas, y se constituye en agua
de retención (e), escurrimiento hipodérmico y escurrimiento
subterráneo (Qs), y reconstitución de las reservas de los acuí
feros (dS). Por lo tanto solo una fracción de las precipitacio
nes llega a incorporarse a los acuíferos: el escurrimiento subte
rráneo (Qs) y la reconstitución de las reservas (dS), y llama
remos a esa, infiltración eficaz "le", lo cual representa la can
tidad total df' agua infiltrada hasta los acuíferos; por lo tanto:
16
tracción artificial de agua subterránea, la suma de los valores
dS anuales tenderá a cero, debido a que la recarga de los acuí
feros varía muy estrechamente con la desviación anual del pro
medio real de la precipitación sobre la cuenca. En el caso de
existir una explotación de las aguas subterráneas, deberá in
cluirse en el balance hidrológico la cantidad de agua extraída
del subsuelo cada año como factor de descarga, y la cantidad
de agua de riego o de aguas servidas reinfiltradas, como factor
de recarga.
Quedan por determinar los drenajes superficial y subte
rráneo de los acuíferos. No existe ningún método directo para
medir la cantidad de agua drenada por los acuíferos a lo largo
de un año, pero existen métodos indirectos que han dado buenos
resultados en regiones semiáridas o en climas tropicales.
17
Barnes (1939) estableció que le recesión de cada compo
nente del hidrógrafo puede ser expresado empíricamente por
la ecuación general de regresión:
(1)
donde:
Q0 = descarga del río en cualquier momento.
Qt descarga del río un tiempo "t" después de Qº
K. factor de recesión diaria.
intervalo de tiempo.
V t p =.f Q dt
donde:
Q = rata de descarga
t = tiempo
18
La rata de descarga "Q" varía continuamente en forma de
creciente durante el período de descarga, de acuerdo a la fórmu
la de Barnes:
(1)
Vtv
(2)
t/M
10
donde:
(3)
0/�t
10
en donde la primera fracción es igual a cero y la segunda se
reduce a:
(4)
2,3
en donde:
19
En condiciones normales el acuífero no se descarga total
mente durante el período de sequía y el río sigue escurriendo,
y el tiempo "ti'' es igual al período de recesión "t", en días.
Por lo tanto la fórmula (3) quedaría expresada en los siguien
tes términos:
-Qº A t/2,3
t/At t/ At
10 10
donde:
(*) Nota del Editor: El término "verano" se usa en este trabajo como
sinónimo de época de sequía como comúnmente se emplea en Vene
zuela y no en su verdadero sentido climatológico.
20
APLICACION DEL METODO EN EL VALLE DEL RIO
TUCUTUNEMO
21
Cura. La estación de Aguacates, cercana a la de Ancón, fun
cionó durante el período comprendido entre enero de 1948 y
marzo de 1949. El escurrimiento promedio del río comenzó a
decrecer a partir del año climático 1956-57, en el cual se regis
tró un volumen escurrido de 3.562.000 m 3 con un gasto máxi
mo de 2,75 m 3 /seg., en el mes de octubre y un gasto mínimo
de 0.03 m 3 /seg., durante los meses de enero, febrero y marzo.
En el año climático 1957-58 se registraron los primeros gastos
nulos durante los meses de enero, febrero y marzo. En ese
año el volumen escurrido fue de 2.665.000 m 3• Entre los años
1959 y 1962, el volumen escurrido se estabilizó con un prome
dio de 1.043.000 m 3 anuales, con gastos nulos o casi nulos du
rante los meses de diciembre, enero, febrero, niarzo, abril, 1na
yo y junio. Estos descensos en el gasto del río Tucutunemo coin
ciden con el increnwn lo de la extracción de aguas subterráneas
para fines de riego.
Los gastos medios diarios del río en Tucutunemito, entre
los años climáticos 1947-48 y 1957-;")8 han sido llevados al grá
fico N<? 2 con el objeto de determinar la pendiente "ut" de la
recta de estiaje, el gasto inicial "Q,i'' y el tiempo "t" del período
de recesión del río cada año. Con estos datos se calculó el vo
lumen total potencial al comienzo del período de recesión, '·\\/',
el volumen remanente "V/', el volumen descargado durante el
período de recesión, "Ve'', y la recarga del acuífero, "R'', para
cada año, con las siguientes fórmulas:
-Q 0 M/2,3
Ve
10t/�t
22
VARIACIONES MENSUALES DE LLUVIA EN EL VALLE DEL RIO TUCUTUNEMO
aoo-1 AGUACATES ESTACION PLUVIOMETRICA DE ANCON o)
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24
CALCULO DE LA RECARGA DE LOS ACUIFEROS SUPERFICIALES CUADRO "'J2 1
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FECHA t (d l
25 ABRIL 1951
1 78, 75 1172 17 t, 54
8 NOVIEMBRE 1.951 1 53 192, 35
ABRIL 1.952 13,60
9
11 O ,90 111, 30 867 1 1 9,69
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3 OCTUBRE 1.952 220 :24,90
11 MAYO 1.953 2, 51 ...
101, 63 102, 41 73 3 96,91
29 SEPTIEMBRE 1 953 200 104, 92
ABRIL 1 954 3, 29
17
1 27, 14 131, 61 9 61 1 35,67
1 4 l'JOVIEMBRE 1954 205 134,90
1 JUNIO 1 955 3, 76
11 5,1 2 116,15 8 14 1 1 0,68
9 l'JOVIEMBRE 1 955 1 86 11 9, 91
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17 ABRIL 1957 3, 50 ---
·- 121, 2?
876
25 l'JOVIEMBRE 1 957 ---
'958 -------- 782 105,24
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1 959 ------- 704 9 1, 98
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864 11 9, 18
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6 63 85 · º 1
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1962
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1953
RM , 112,77Ha-m
NOTA - LOS VALORfS ENTRE PllRENTESIS SON ESTIMADOS
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CONDICIONES BAJO LAS CUALES FUNCIONA EL METODO
26
ga que puede ser incluido dentro del volumen total de agua ex
traída del subsuelo.
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28
puntos forman aproximadamente una recta, cuya fórmulo exac
ta fue obtenida por medio de la siguiente fórmula:
ny X(--- + + ..... + +
Xn-1-----
donde:
n = número de puntos
x 1, x 2 , Xn _ 1 , Xn = valores de las abscisas, en orden de 1nenor
a mayor.
Y1, Y2, .... Y11-1 Yn = valores de las ordenadas de los puntos, en
el mismo orden que las abscisas corres
pondientes.
donde:
29
En el cuadro N9 1 aparecen los volúmenes de recarga corre
gidos, para los años durante los cuales fue posible calcularlos
en base al flujo de base, y los volúmenes de recarga calculados
en base a los datos de pluviometría conocidos. En los años cli
máticos anteriores al 1951-52 no fue posible calcular la re
carga debido a que durante el año 1949-50 no funcionó el limni
grafo, y en los años posteriores al 1956-57, el río se ha secado
durante el verano.
De la fórmula para calcular la recarga en función de la
pluviometría, la cual también puede ser expresada así:
P = 5,77R + 160
1
(P - lfü))� - =R
G,77
H = 0,17 (P - - lfü))
30
período del año. Por lo general, estos son acuíferos superficia
les y no confinados, cuya capacidad productiva bien podría ser
aprovechada por medio de pozos poco profundos o aljibes. En
los casos en los cuales los acuíferos superficiales están comu
nicados con otros más profundos y actúan como una sola uni
dad hidrológica con características hidráulicas comunes e in
terdependientes, tal como se advierte en la condición cuarta
del párrafo "Condiciones bajo las cuales funciona el método",
los resultados obtenidos siguen siendo válidos para todo el acuí
fero, aunque a menudo la variación anual del volumen de al
macenamiento resultante represente una fracción muy peque
ña del volumen total de agua almacenada. Es de advertir en
estos casos que, al contrario de lo que es creencia muy difun
dida entre los contratistas y los propietarios o los usuarios, la
disponibilidad a largo plazo de agua subterránea no tiene rela
ción alguna con el volumen total de agua almacenada.
BIBLIOGRAFIA
31
Novedades en las Ciencias Geológicas
33
-LA LUNA TIENE ESTRUCTURA DE BLOQUE. SE SABE QUE DU
RANTE SU HISTORIA HAN OCURRIDO MOVIMIENTOS A LO
LARGO DE FRACTURAS PROFUNDAS.
Khodak, Yu. A., 1963, vresenta un interesante traba.io sobre la estruc
tura de La Luna en comparación con la de La Tierra. Incluye mapa..;;
estructurales, tanto de la parte visible como del reverso de La Luna.
Ref: Glavneyshiye strukturneyge elementy Luny i zacheniye geografo
geologicheskikh metodov yeye izucheniya (Principales elementos es
tructurales de La Luna y significado de los métodos geológico-geográ
ficos de estudiarlos): Akad. Nauk SSSR IZV. Ser. Geol., N9 8, p.
11-22, 1963.
34
Contratos de servicio en el Mundo 1
35
Desde luego que esta relación entre el dueño del recurso
y quien lo puede explotar varía mucho de un sitio a otro y de
pende, en primer lugar, del titular de la propiedad de los mine
rales en el subsuelo. Como es conocido, en los países anglo
sajones el estatuto legal está basado en que el propietario del
suelo es también el propietario de los minerales o de las rique
zas que pueda contener el subsuelo. En contraste con esta doc
trina, existen otros países en los cuales el propietario del suelo
no lo es del subsuelo, la propiedad del cual, junto con todos
sus recursos, pertenece a la Nación. Aunque en ,el primer gru
po de países se suscitan relaciones de mucho interés entre el
propietario individual y quien puede explotar los recursos del
subsuelo por contar con la técnica y el capital apropiados, el
segundo caso, donde el Estado es una de las partes contratantes,
tiene mayor interés para Venezuela y puede dar lugar a infi
nidad de modalidades tanto en la forma de contratación, la
cual varía de una región a otra, como en los cambios que pue
den ocurrir en un mismo país con el correr del tiempo.
A lo largo de esta disertación espero poder destacar como
Venezuela, en una u otra forma, a veces quizás hasta por
accidente, o bien conscientemente, ha estado a la vanguardia
en muchos e importantes aspectos en el vasto campo de la
contratación petrolera. Así desde principios de siglo, Venezuela
ha venido creando nuevas modalidades en la contratación, que
luego han sido acogidas por otros países que se encontraban
en circunstancias más o menos similares al caso de Venezuela.
Esta situación dinámica ha subsistido hasta la mitad de la
década de los 50, y de allí en adelante se observa un cambio
radical en esta actitud ya que Venezuela, en lo que a contra
tación petrolera se refiere, ha permanecido a la expectativa,
mientras otros países marcaban nuevos rumbos. Esta circuns
tancia le imprime un especial interés al caso venezolano por
la cantidad de interrogantes que sugiere: ¿Qué va a suceder
en Venezuela? ¿Qué camino vamos a tomar? ¿Qué derrotero
vamos a seguir? ¿ Vamos a ser imitados, como lo fuimos ante
riormente, o vamos a ser nosotros los imitadores de otros?
Estas interrogantes debemos planteárnoslas todos nosotros, ya
que, como personas que laboramos dentro de la industria petro
lera y que conocemos sus particularidades, tenemos el deber
36
de aportar nuestro concurso para contribuir a enrumbar a
Venezuela por un camino firme, pero todavía por definirse, que
garantice al país los mejores frutos de la explotación de sus
recursos petroleros.
Para el ordenamiento de esta exposición me voy a propo
ner, en primer lugar, hacer un breve recuento de la evolución
de lo que pudiéramos llamar el sistema venezolano de contra
tación entre el Estado propietario del recurso y las empresas
privadas que lo desarrollan y explotan comercialmente. Luego
de analizar la evolución y la meta alcanzada por el sistema
venezolano, trataremos de traer ante Uds. el paralelismo que
existe entre lo ocurrido en Venezuela y lo que fue sucediendo
con posterioridad en los países del Medio Oriente, nuestros
principales competidores en el mercado petrolero internacional.
En tercer lugar, estudiaremos la situación venezolana después
del año de 1958 cuando, como todos sabemos, ocurrió un pro
fundo cambio en el país y en su política petrolera. Para ter
minar, examinaremos algunas de las nuevas formas de aso
ciación entre el capital privado y el Estado propietario de los
recursos naturales en otros países, y finalmente nos dedica
remos a esbozar las alternativas que se le ofrecen a Venezuela
ante la situación planteada.
Los textos antiguos informan que en el siglo XI la Real
Corona de España emitió un decreto en estos términos: "todas
las minas de plata, oro, plomo y otras clases de metales o cual
quier otra cosa semejante que pueda haber en nuestro dominio
real le pertenece a la Corona, y por tanto nadie debe atre
verse a explotar tales minas sin nuestra licencia u orden espe
cial". Este simple y antiguo enunciado representa el punto
de partida de la legislación hispánica en cuanto a los recursos
no renovables se refiere.
Más adelante, en el año de 1602 se promulgaron las leyes
de Indias que autorizaban a los gobernadores de las colonias
españolas para aplicar las leyes de minas de España en todas
esas dependencias, es decir, que el principio español de con
tratación con el propietario del subsuelo, la Corona española,
que databa desde la Edad Media, atravesó el Atlántico, y se
aplicó en la América Hispánica.
37
En el año 1783 las Ordenanzas de Minas de Nueva España
declaraban como propiedad de la Real Corona los depósitos de
petróleo en las colonias españolas del Nuevo Mundo. Final
mente, en el año de 1829 por decreto del propio Libertador, la
Ordenanza antes nombrada, fue sancionada como ley en la
Gran Colombia; o sea, que como país independiente hereda
mos de España esta particularidad de que la propiedad de los
depósitos de hidrocarburos radicaba en el Estado, el cual podía
contratar o negociar con otras personas que de por sí no tenían
otra posibilidad de explotar tales recursos, sino mediante una
negociación con el propio Estado.
Así pasaron los años, y a través de nuestros primeros lus
tros de nación independiente las diferentes leyes de minas que
fueron sancionadas abarcaban también a los hidrocarburos; no
existiendo, por lo tanto, ningún estatuto legal especial que
reglamentase específicamente la explotación de los hidrocar
buros. Este estado de cosas persistió hasta el año de 1918 cuan
do se promulgó el primer Decreto de Hidrocarburos de Vene
zuela, en el cual se disponía que los derechos para la explo
ración y explotación de "asfalto, petróleo y otros hidrocarbu
ros" podían ser adquiridos solamente a través de contratos
especiales otorgados por el Ejecutivo Federal. Esta fecha, final
de la primera guerra mundial, marca un paso de primera im
portancia en nuestro ordenamiento legal por el hecho de con
ferírseles a los hidrocarburos, un rango especial y diferente al
de los demás recursos naturales. Dos años más tarde, en el
año de 1920, surge la primera Ley de Hidrocarburos de Vene
zuela, la cual, como cosa interesante, concedía al te:rrateniente
y por un período de un año a partir de su promulgación, el
derecho de obtener una licencia para explotación petrolera y el
derecho subsiguiente a obtener una concesión sobre el área
cubierta por su propiedad.
38
cho del concesionario de elegir, al cabo de tres años, parcelas
de explotación de 500 hectáreas hasta por la mitad de la super
ficie otorgada originalmente durante un período de cuarenta
años, mientras que el resto de la concesión se devolvía a la
nación pasando a ser reserva nacional. Estos principios junto
con otros más como el pago de una regalía o impuesto de explo
tación, contenidos en la Ley de 1922, se han venido conser
vando a través de los años hasta la Ley de Hidrocarburos del
año 1943 vigente en la actualidad. Con posterioridad a 1922 se
promulgaron nuevas leyes de hidrocarburos en los años 1925,
1928, 1935, 1936 y 1938; pero ninguna d.e estas leyes se puede
decir que modificó radicalmente la estructura de la ley del
año de 1922. Una característica fundamental de este período
fue el hecho de que cada concesión se regía por las disposicio
nes vigentes para el momento de su otorgamiento, lo que dio
como resultado que para la década de 1940 existían concesio
nes petroleras en el país que se regían por una serie de diver
sas ordenanzas desde la Ley de Minas en las concesiones otor
gadas antes del año 1918 hasta las varias leyes de hidrocarbu
ros promulgadas a partir de 1920. De modo que los diversos
concesionarios dentro de la industria estaban sujetos a moda
lidades legales diferentes, lo cual los colocaba .en situaciones
también diferentes ante el Estado en lo tocante a importantes
obligaciones contractuales, tales como el pago de impuestos
y otras de índole operacional. Este mosaico legal, a todas luces
poco práctico, fue corregido con la Ley de Hidrocarburos de
1943 a cuyas estipulaciones se convirtieron todas las conce
siones entonces vigentes.
Esta ley que hoy rige las actividades petroleras en Vene
zuela es bastante conocida de todos y sólo nos detendremos en
recordar algunos de sus principios básicos. Las concesiones de
exploración tienen tres años para ser exploradas al cabo de
los cuales se devuelve la mitad como mínimo a la Nación y pasa
a formar las reservas nacionales, aunque existen concesiones
que pueden ser directamente explotadas sin pasar por el perío
do de exploración. Entre los pagos que, según la Ley de Hidro
carburos, tiene que hacer el concesionario a la Nación, el prin
cipal está constituido por la regalía, la cual monta a un 16 2/3 %
del petróleo explotado, pudiendo la Nación tomarla en especie
39
o recibir su equivalente en metálico. Además, existen los im
puestos superficiales y las reglamentaciones tendientes a evi
tar todo desperdicio ,en las explotaciones, modalidades que
todos conocemos.
Es interesante observar cómo desde su propia promulga
ción la Ley de Hidrocarburos del año de 1943 contemplaba la
división, por igual, de los beneficios. Este principio, que pasa
ría a ser famoso, queda expresado en la exposición de motivos
de la Ley en la cual se dice que el objetivo de aquella ley, con
la nueva escala de regalías y los nuevos pagos, era el de lograr
que el Estado venezolano recibiese exactamente lo mismo que
recibían las empresas por concepto de utilidades. Esto, por
multitud de factores, no pudo ser obtenido con la simple apli
cación de la nueva ley, y así para lograrlo, se dictaron ciertos
decretos y, finalmente, en 1948, mediante una legislación espe
cial, se estableció el concepto de un impuesto adicional por
encima del impuesto sobre la renta que permitiera al Estado
percibir, por lo menos, una cantidad equivalente a la perci
bida por la industria. Con este nuevo instrumento, el Estado
tenía la plena seguridad de que los ingresos fiscales provenien
tes de la explotación petrolera, iban a ser por lo menos iguales
a las ganancias netas de la industria. Este es el conocido prin
cipio de lo que se llamó el "fifty-fifty", el "cincuenta-cincuen
ta" o "mitad y mitad" que se ha hecho tan famoso en el
mundo, y el cual es definitivamente una concepción venezo
lana que data desde el año de 1943 con la promulgación de la
Ley de Hidrocarburos de este año. Este principio de la división
por igual de las ganancias como mínimo, en la forma como se
aplica en Venezuela, produjo al país ingresos anuales que
superaban las utilidades de las empresas y a partir de 1958 con
la modificación de las tasas del impuesto sobre la renta de ese
año ha dejado de tener vigencia en la práctica, puesto que los
ingresos que recibe la Nación a través del impuesto de explo
tación y de las nuevas tasas del impuesto sobre. la renta sobre
pasan por mucho en todos los casos las utilidades netas de cada
empresa. Las estadísticas demuestran que mientras el impuesto
adicional era aplicable la división Estado-empresa se situó en
54/46 a favor del Estado, pero después de 1958 esta proporción
ha subido a valores del orden 65/35 o más, a favor de la Nación.
40
Como se recordará esta elevación de los ingresos se logró por
medio de un aumento en la tasa del impuesto complementario;
o sea que mediante la combinación de los impuestos prescritos
en la Ley de Hidrocarburos que data de 1943, y los mayores
impuestos surgidos de la modificación de una ley nacional de
aplicación general, Venezuela ha llegado a esos altos niveles
de percepción todavía no igualados por ningún otro país expor
tador de petróleo.
Este breve recuento resume la evolución ocurrida en
Venezuela en lo que a contratación petrolera se refiere; parti
mos de las leyes de Minas sancionadas por los reyes de España
y adoptadas gradualmente en nuestro país. Vimos después que
ya para el año 1918 había una conciencia de la importancia de
los hidrocarburos y se sancionó el primer Decreto de Hidrocar
buros o sea el primer estatuto especializado que iba a regla
mentar la explotación de aquél recurso en el país, y luego obser
vamos cómo a través de la aplicación combinada de la Ley de
Hidrocarburos de 1943 junto con la Ley de Impuesto sobre la
Renta, Venezuela ha llegado a un alto nivel de percepciones
fiscales y ha desarrollado un marco propio en el aspecto de sus
relaciones contractuales con las empresas petroleras privadas.
Después de analizar la experiencia venezolana, debemos
volvernos al otro lado del mundo, al Hemisferio Oriental, a
examinar lo ocurrido en la contratación petrolera en ese otro
gran polo petrolero constituido por los países que bordean el
Golfo Pérsico. Al revisar la historia petrolera del Medio Orien
te, salta a la vista en primer lugar el hecho de que allí no se
promulgaron leyes especializadas de hidrocarburos, sino que
simplemente la explotación se realizaba mediante contratos
que se concertaban entre las empresas interesadas y el gobierno
de turno en aquellos países. Una comparación de esos contra
tos con lo que pudiéramos llamar una ley primitiva venezolana
como sería la Ley del año 1922, nos demuestra que dichos con
tratos son elementalmente simplistas si tomamos en cuenta
lo que debe ser un texto legal que ha de reglamentar una rela
ción económica de tanta importancia como la explotación pe
trolera. Estos contratos, por ejemplo, en su forma típica se
limitaban a enunciar en el campo económico de que habría
41
un pago fijo de tantos centavos o peniques por tonelada de
petróleo producido. El primer país que otorgó una concesión
en el Medio Oriente fue Irán que en aquel tiempo se llamaba
Persia. La concesión le fue otorgada a la compañía Anglo-Per
sian que era una empresa privada cuyo control fue adquirido
en 1914 por el gobierno inglés y fue la antecesora de la actual
British Petroleum. Después de la Primera Guerra Mundial
vienen los contratos de Irak con un consorcio europeo, y final
mente después de 1930 los contratos en la Arabia Saudita con
compañías norteamericanas y, más tarde, los contratos más
importantes de Kuwait y otros en los pequeños países situados
alrededor del Golfo Pérsico. Todos estos contratos, con ciertas
variantes, contemplaban básicamente un pago fijo por unidad
de petróleo explotada.
Esta situación persistió hasta finales de la última guerra
mundial. En esa época, para el año de 1948, ocurrieron tres
acontecimientos que tuvieron una gran influencia en los gobier
nos del Medio Oriente y los indujeron hacia una renegociación
de los contratos para entonces vigentes. En primer lugar, se
destaca la consolidación del reparto por igual de las ganan
cias que ocurre en Venezuela con la legislación del impuesto
adicional promulgada en 1948. Esta situación, sin lugar a dudas,
dio pie para que los países del Medio Oriente aspiraran a la
introducción en sus respectivos contratos de modalidades que
les llevaran a percibir ingresos semejantes a los obtenidos por
Venezuela. El segundo acontecimiento fue un convenio que
propuso la Unión Soviética al gobierno de Irán, por medio del
cual se le proponía al gobierno iraniano de que se asociase por
partes iguales con una compañía estatal soviética para la ex
plotación de los recursos petroleros en ciertas áreas del país.
Este convenio que nunca llegó a firmarse y que fue rechazado
por el parlamento iraniano, sin embargo, tuvo su influencia
en el sentido de que indicaba de que había posibilidades de
negociar en términos más favorables que los existentes. Final
mente, un tercer hecho de interés fueron las negociaciones por
las concesiones de la llamada Zona Neutral situada entre Ku
wait y Arabia Saudita y cuya administración comparten ambos
países. Allí entraron dos empresas a negociar y acordaron con
diciones con uno y otro gobierno por la parte que le corres-
42
pondía a cada uno de ellos y las cuales resultaron sensiblemen
te más favorables que los contratos tradicionales que ampa
raban las concesiones en Arabia Saudita y Kuwait respectiva
mente.
La concurrencia de estos tres factores: el régimen de par
tes iguales en Venezuela, la oferta soviética a Irán y la cele
bración de contratos con percepciones más elevadas en la Zona
Neutral, hizo ver a los gobiernos del Medio Oriente la existen
cia de posibilidades reales de mejorar sus condiciones de con
tratación.
Esta tendencia hacia la mejora se fija definitivamnte en
el año de 1950, cuando la Arabian American Oil Company
(Arameo) y el gobierno de la Arabia Saudita renegocian los
términos de su concesión a base de una regalía e impuestos
para garantizarle al gobierno que obtendría, a semejanza del
gobierno de Venezuela, el 50 % de los beneficios con la impor
tante diferencia de que la legislación venezolana, como apun
tamos anteriormente, garantizaba al gobierno nuestro por lo
menos el 50 % . De modo que la forma de contratación que se
escogió en el Medio Oriente garantizaba al gobierno exacta
mente el 50 % , ni más ni menos, en cambio en el sistema vene
zolano el Estado se aseguraba por lo menos el 50 % , lo que le
proporcionó una ventaja no despreciable como ha quedado
demostrado con las estadísticas citadas anteriormente.
El año de 1950, cuando Arabia Saudita renegoció su con
trato, marca la introducción en el Medio Oriente del reparto
de las ganancias por igual. Mas luego, uno tras otro, los demás
convenios fueron modificados bajo términos más o menos seme
jantes. Ante estos hechos creo que no es pretensión decir que
Venezuela exportó al Medio Oriente el principio del reparto
por igual de las ganancias el cual se extendió rápidamente
aunque no en forma idéntica al concepto venezolano. Además,
de la diferencia anotada había otras variantes. Así, la regalía
sólo montaba al 12½ 7c en comparación al 16% en Venezuela;
al mismo tiempo ella se imputa como un crédito contra los
impuestos y no como un gasto según se usa en Venezuela. Por
otro lado, los impuestos se calculaban a base de los precios co
tizados, es decir, el precio publicado por las ,empresas en los
43
puertos de embarque del Medio Oriente, a diferencia de Vene
zuela donde el impuesto sobr.e la renta se calcula a base del
precio efectivo de venta, el cual puede ser mayor o menor que
el precio cotizado según sea la situación circunstancial del
mercado.
Las consid.eraciones hechas hasta ahora, nos indican que
para 1954 nos encontramos con que tanto Venezuela como el
Medio Oriente, bajo términos algo diferentes, han adoptado el
concepto de la división por igual de las ganancias. La demanda
de petróleo en .el mundo sigue creciendo, hay otros países que
van entrando en el panorama petrolero, algunos de ellos con
leyes diferentes, otros, con leyes similares, pero había un prin
cipio de casi general aplicación, en la repartición por igual de
las ganancias, en una u otra forma. En todo caso, debemos re
calcar el hecho de que Venezuela había dado un paso al frente:
nosotros marcábamos la pauta, y otros la habían seguido
después.
En 1958 con el cambio de gobierno en Venezuela surgen,
una serie de nuevos planteamientos y nuevas ideas en cuanto
a política petrolera se refiere. En primer lugar se d.estaca el
hecho de que nuestro gobierno adopta ló. política de que no
habrá más concesiones del tipo contemplado en la Ley de Hidro
carburos de 1943. Durante casi tres años persiste esta idea de
no más concesiones a la empresa privada, sin indi�ar si ésta
contaría con otras posibilidades, distintas del sistema de con
cesiones, para la eventual explotación de otras áreas del país
no cubiertas por las concesiones vigentes. Luego, más adelan
te, en 1961, surge la tesis de que la empresa privada continua
ría teniendo un papel que llenar en la futura explotación pe
trolera del país en aquellas regiones hoy no explotadas, pero
esta concurrencia del capital privado no sería a través del
régimen de concesiones, sino a través de un nuevo sistema al
cual se le dio el calificativo de "contratos de servicio". De ahí
nace esta denominación de la cual estamos hablando ,esta noche,
del contrato de servicio, frase esta que estaba en boga en ese
momento debido a la firma de verdaderos contratos de servicio
en la República Argentina. Es decir, que sin mayor definición
se escogió un calificativo para una nueva y vaga forma de
asociación entre el Estado como propietario del recurso y .el
44
capital privado, con medios técnicos y financieros, para ex
plotarlo.
Esta designación tuvo aceptación general y ha pasado a
constituir, a pesar de la falta de definición que persiste hasta
el día de hoy, el sustituto de las concesiones. Ahora bien, desde
el anuncio por primera vez en 1961 de los contratos de servi
cio a esta parte ya han transcurrido cuatro años, se sigue ha
blando en Venezuela de contratos de servicio cuando en ver
dad se ha definido más bien poco lo que se entiende por esta
denominación. Al mismo tiempo se lee con frecuencia en la
prensa de que se están estudiando los contratos de servicio,
de que se van a publicar y discutir las condiciones mínimas de
los contratos de servicio, de que hay reuniones de técnicos para
determinar cuales deben ser las condiciones mínimas de nego
ciación. Por otro lado, se ha publicado una lista con más de
doce empresas que ya han hecho proposiciones de contratos
de servicio al gobierno. Ante todas estas referencias y pro
nunciamientos, en realidad, el público y el país en general
sabe muy poco de cual es el verdadero alcance de lo que se
ha venido designando como contratos de servicio en el país,
existiendo hoy día por lo tanto bastante confusión sobre todo
lo relacionado con ellos.
Para estudiar mejor el tema, en primer lugar debemos
analizar qué es lo que en otros países del mundo se conoce
como contratos de servicio, y para eso tenemos que examinar
lo sucedido en este campo a partir del año 1956. Antes de co
menzar hay que recordar que mientras en Venezuela pasamos
la página y cerramos el libro al decir no más concesiones a la
.empresa privada, en otros países esto no ha ocurrido sino, por
el contrario, se han abierto nuevas páginas y se han escrito
nuevos textos que a nosotros nos conviene estudiar cuidadosa
mente, ya que es un hecho que nuestra anterior posición de
vanguardia ha sido tomada por otras regiones. Por lo tanto, nos
interesa observar lo que está sucediendo en nuestros alrede
dores para quizás orientarnos un poco acerca del posible con
tenido de esas páginas que forzosamente tendremos que escri
bir en el futuro una vez tomada la decisión de abrir de nuevo
el libro. Entre los acontecimientos sucedidos fuera de Vene-
45
zuela que debemos reseñar se destaca en primer lugar el con
tinuo otorgamiento de nuevas concesiones en otras regiones,
mientras en Venezuela nos adheríamos a la política de no más
concesiones a la empresa privada. Por otro lado, se iniciaban
también en otras r.egiones una serie de nuevas modalidades de
asociación, no bajo el sistema de concesión sino por el sistema
de asociación financiera, de asociación como socios en una
empresa, entre el Estado como propietario del recurso y la
empresa técnica y financieramente capaz de explotarlo. Por
ser de interés enumeraremos y describiremos brevemente algu
nos de los contratos más importantes suscritos en los últimos
ocho años, con el fin de determinar su posible aplicación al
caso venezolano.
En el año 1957 Irán otorga concesiones en el Golfo Pérsico
a una empresa mixta formada por la AGIP Mineraria (subsi
diaria de la empresa estatal italiana E. N. l.) y la National
Iranian Oil Company, empresa estatal iraniana. También, en
ese mismo año, en la famosa Zona Neutral de que hablamos
anteriormente y que dio la pauta en 1948, entran los japone
ses (Arabian Oil Company) a negociar con los gobiernos de
Kuwait y de Arabia Saudita, y obtienen bajo concesión un
área submarina de gran riqueza.
En el año 1958 de nuevo Irán negocia otro contrato, simi
lar al del año anterior, con la Pan American Oil Company, sub
sidiaria de la Standard Oil of Indiana. También en 1958 la
Argentina firma una serie de contratos de servicio con varias
empresas internacionales para la explotación de los recursos
petroleros argentinos bajo una multitud de modalidades.
En el año de 1960, Egipto suscribe contratos con tres em
presas: la Phillips, la Pan-American y el E. N. I. En el mismo
año 1960 Kuwait negocia con la Shell un contrato con carac
terísticas sumamente interesantes y novedosas que cubre la
mayor parte de las aguas territoriales de Kuwait en el Golfo
Pérsico.
En 1962 y de nuevo en 1963 Indonesia suscribe nuevos
contratos con las viejas empresas concesionarias del país (La
Standard Vacuum, la Caltex y la Shell) a la vez que pactaba
46
con la Pan-American que iniciaba operaciones en Indonesia.
En ambos casos los contratos muestran también nuevas e inte
resantes condiciones.
En 1964, Inglaterra otorga extensas concesiones que cubren
gran parte del Mar del Norte y que han recibido tanta publici
dad. Finalmente, en 1965 tenemos dos casos de gran importan
cia. El primero corresponde de nuevo a Irán el cual otorga una
serie de contratos en la plataforma continental del Golfo Pér
sico. El segundo caso ocurrido hace unos pocos días .es el con
trato suscrito entre la Arabia Saudita y una compañía estatal
francesa, cubriendo parte de las aguas territoriales árabes en
el Mar Rojo.
De este recuento se despr.ende que mientras Venezuela
permanecía con el libro cerrado o quizás entreabriéndolo, se
marcaban nuevos rumbos en la contratación petrolera en otros
países del mundo. Estos nuevos contratos ya no se hacían a
base del "50-50" que, como dije anteriormente, Venezuela ex
portó al mundo, sino en otros términos, por lo cual se hace
interesante estudiar estas nuevas modalidades de contratación
de posible aplicación en los contratos de servicio de Venezuela.
Entre los contratos de mayor interés se encuentra el cele
brado por la compañía estatal petrolera de Irán en 1957 con la
AGIP Mineraria, la cual es el órgano exploratorio del ENI
(Ente Nazionali Idrocarburi) que es la compañía estatal ita
liana. Quizás muchos de Uds. recordarán que este contrato fue
bautizado como el famoso contrato del "75-25", aludiendo al
hecho de que la compañía estatal iraniana, la NIOC (National
Iranian Oil Company) entraba a contratar a nombre del Esta
do con una empresa, en este caso la AGIP Mineraria, en tér
minos de igual participación, tanto en el capital como en las
ganancias. De esta manera, el Estado recibía el impuesto nor
mal del 50 % que habría de pagar la empresa mixta concesio
naria y además, como socio capitalista, recibiría la mitad de
las ganancias netas de la compañía para lo cual tenía primera
mente que haber suscrito su parte correspondiente del capital
e inversiones de la empresa. Este tipo de asociación es la que
se ha venido a llamar contrato tipo iraniano.
47
Dentro del modus operandi de esta clase de contratos, se
funda una empresa mixta la cual en el caso descrito pertenecía
por partes iguales a ambos socios, es decir la compañía estatal
iraniana (NIOC) y la AGIP Mineraria. Esta empresa tenía la
autorización del gobierno de .efectuar trabajos de exploración,
de producción, refinación, transporte y venta. El área que se
le asignó a esta empresa para desarrollar sus actividades era
de 2.300.000 hectáreas en el Golfo Pérsico, superficie bastante
extensa si la comparamos con las 3.200.000 hectáreas que cu
bren las concesiones hoy vigentes en Venezuela. También, hay
que notar que el Fisco iraniano .en este caso no recibió ningún
pago inicial por la asignación de tan vasta extensión en con
traste con la práctica usual del pago de primas elevadas al
momento del otorgamiento de una concesión.
El 50% de las ganancias de esa empr.esa conjunta sería
pagado al gobierno de Irán por concepto de impuestos, o sea
que el principio del "50-50" se respetaba en cuanto a la par
ticipación del Estado como propietario del recurso. Además,
Irán como copropietario en la empresa, recibiría la mitad de
aquella parte de las utilidades que pudiera ser declarada como
dividendo. Por lo tanto, sólo en el supuesto de que todas las
utilidades de la empresa, después de haber pagado los impues
tos, fuesen declaradas como dividendo, la participación del
Fisco, en su doble capacidad de propietario del recurso y de
socio capitalista en la empresa que lo explota, podría alcanzar
el máximo teórico de 751/, . Como es bien conocido, raro es el
negocio que puede dars.e el lujo de declarar como dividendo el
monto total de sus ganancias netas, puesto que deben hacerse
toda clase de apartados que una sana práctica contable reco
mienda además de la suma considerable que hay que dedicar
a nuevas inversiones y lo cual incide especialmente en la indus
tria petrolera.
Al año siguiente Irán celebró otro contrato similar esta vez
con una .empresa americana, la Pan-American, subsidiaria de
la Standard Oil Company of Indiana. Ese contrato tenía más
o menos las mismas características del anterior, sin embargo,
en él se estipulaba el pago de una prima inicial de $25.000.000.
En el área bajo contrato con el ENI se encontró petróleo en
48
cantidades relativamente modestas con capacidad de produ
cir alrededor de unos 20.000 barriles diarios. El área de la Pan
American ha tenido más suerte habiendo sido localizados dos
grandes campos capaces de producir hoy día unos 200.000 ba
rriles diarios. Muy pronto se espera el inicio de las exporta
ciones de estos dos campos bautizados con los nombres de los
famosos reyes persas de la antigüedad, Ciro y Darío.
En síntesis, en los años 1957-1958 vemos a una empresa
estatal actuando en función del Estado, o sea que el gobierno
propietario del recurso designa una .empresa de su plena pro
piedad para que negocie con quien pueda explotarlo, llegán
dose a un entendimiento a base de una asociación por partes
iguales, en la cual la .empresa conjunta paga al gobierno im
puestos a base del régimen de "50-50', y a la vez el gobierno
recibe los dividendos que le corresponden como inversionista
después de haber invertido y después de haber arriesgado cier
ta parte de capital. El riesgo en estos casos es relativo porque
en ambas negociaciones se contempla que los trabajos explo
ratorios, es decir, la parte verdaderamente riesgosa del nego
cio los emprende el otro socio a sus propias expensas sin tener
el gobierno que participar en estos desembolsos a menos que
surgiera de esa exploración un descubrimiento comercial, en
cuyo caso el gobierno tendría que pagar la parte que le corres
pondiera de los trabajos exploratorios ya realizados.
En el año de 1960, Egipto concluye negociaciones bajo tér
minos muy semejantes a los contratos de Irán. En estos casos
Egipto otorga una concesión a la empresa interesada y no a una
empresa conjunta como en el caso de Irán. Esta empresa, por
ejemplo la Phillips Petroleum, emprende los trabajos explora
torios y si se produce un descubrimiento comercial se constituye
una empresa explotadora por partes iguales y el estado como
socio capitalista aporta la mitad de lo inv.ertido hasta la fecha
en los trabajos exploratorios. De ahí en adelante la explotación
la realiza la empresa conjunta en forma mancomunada. En
ese mismo año en que Egipto sigue el ejemplo de Irán .en mate
ria de contratación, la Shell obtiene de Kuwait la buena pro
en una licitación por una concesión comprendida en sus aguas
territoriales sobr.e el Golfo Pérsico. Esta negociación no en-
49
vuelve una compama estatal de por medio como en los casos
precedentes, sino que se asemeja mucho a una concesión tra
dicional salvo algunas variantes de interés. En primer lugar s.e
nota que las primas a pagar son bastante elevadas llegando
a un total de $74.000.000 de los cuales $20.000.000 se abonaban
al otorgarse la concesión y el resto a medida que fueran alcan
zados ciertos niveles de producción. Además, el contrato con
tiene una cláusula en la cual se le otorga al gobierno la posibi
lidad de adquirir una participación hasta del 20% en la em
presa explotadora, o sea que surge aquí otra vez el principio
de asociación del Estado en la explotación del recurso como
socio capitalista.
En Indonesia surge otra nueva mcdalidad en el año 1962
que se repite al año siguiente. Allí desde el año de 1960, el
gobierno había hecho una declaración algo similar a la del
gobierno de Venezuela en el sentido de no más concesiones.
En los años aludidos el gobierno creó tres empresas estatales
las cuales a su vez negociaron con las empresas concesionarias
existentes en el país y con otras empresas nuevas, un tipo de
contrato bastante similar a los contratos de servicio tipo argen
tino en el sentido de que las compañías, mediante ciertos pagos
estipulados, trabajan a la manera de contratistas de la empresa
estatal designada por el Gobierno. Como hecho interesante hay
que destacar que en algunos de esos contratos se estipula que
los beneficios han de repartirse no a base del tradicional "50-
50", sino a base de "60-40" a favor del Estado.
En 1964, y a título de ilustración únicamente, tenemos los
contratos del Mar del Norte en Inglaterra en los cuales se otor
garon en concesión la considerable extensión de 7 .500 .000 hec
táreas a 22 diferentes concesionarias por un período de 40
años y bajo condiciones similares a las concesiones venezo
lanas, es decir pagos por regalías más impuesto sobre la renta.
En este año, en Irán ocurre una repetición de los mismos
contratos de 1957, aunque con algunos refinamientos. Estos
nuevos contratos se han celebrado con cinco grandes consorcios
entre cuyos miembros se cuentan empresas norteamericanas,
inglesas, francesas, alemanas y una empresa española, además
del gobierno hindú. El área otorgada, ubicada dentro de las
50
aguas territoriales de Irán en el Golfo Pérsico, cubre una super
ficie de aproximadamente 3.000.000 de hectáreas, o sea una
extensión equivalente a todas las concesiones hoy día vigentes
en Venezuela. Los grupos contratantes se han comprometido a
abonar a Irán por concepto de primas un total de $241.000.000
de los cuales $190.000.000 deben abonarse al firmar los con
tratos. En todos ellos se creará desde el comienzo una empresa
mixta por partes iguales con la compañía estatal iraniana
(NIOC) en forma similar a los contratos de 1957 y 1958. Hay
otros puntos de interés en estos nuevos contratos que sería muy
largo enumerar, pero sí conviene recalcar que ellos le añaden
mayor vigencia al tipo de asociación iniciado en Irán en el
año de 1957 con el contrato de la AGIP Mineraria.
El último caso que mencionaremos es historia verdadera
mente reciente, tratándose de la negociación entre Arabia Sau
dita y la empresa estatal francesa, Regie Autonome de Petroles
(RAP), por una concesión en aguas territoriales sauditas en el
Mar Rojo. En esta negociación se contempla de nuevo, seme
jante a los casos egipcios, de que la empresa interesada con
duzca a sus expensas las labores de exploración y después el
Estado si le interesa puede entrar al negocio como socio capi
talista. En este caso se prevé una participación estatal de hasta
el 40% pero recibiendo el 50% de las utilidades netas una
vez pagados los impuestos que comprende una regalía de 20%
más impuestos sobre la renta de 50 'l. Además, el Estado tiene
una representación en la Junta Directiva de la empresa supe
rior a la que le daría su 40 7c, de participación como socio capi
talista.
Sintetizando el recuento anterior, se puede observar que
en estos últimos siete u ocho años, mientras en Venezuela he
mos estado en un compás de espera, primero formulando una
política y luego modelando la misma, en otras regiones del
mundo no han permanecido estáticos, sino que por el contrario
han estado actuando bajo formas que, para nosotros en Vene
zuela, hoy resultan novedosas.
Habiendo llegado a este punto en la exposición, quizás con
vendría hacer un análisis muy rápido de lo logrado por Vene
zuela en el campo de la contratación petrolera a través de la
51
aplicación combinada de la Ley de Hidrocarburos y la Ley del
Impuesto sobre la Renta. Al mismo tiempo, para ser justos,
hay que examinar cuales logros o aspiraciones ya alcanzados
en otros países, son imposibles de alcanzar en Venezuela a tra
vés de los instrumentos legales existentes para así quizás en
cuadrar, de la mejor manera posible, el contenido de futuros
"contratos de servicio".
En primer lugar la Ley de Hidrocarburos le proporciona
al Estado venezolano la potestad de otorgar o no concesiones.
Si el Estado se decide a otorgar puede negociar su otorgamiento
entre un sinnúmero de postores, tratando en todo caso de ob
tener para la Nación ventajas especiales de toda índole, bien
sea bajo la forma de mayores proventos fiscales o cualquier
otro tipo de ventaja que el gobierno juzgue conveniente para
los intereses del país.
La Ley de Hidrocarburos permite al Estado ejercer un con
trol efectivo de la explotación de los yacimientos, desde el
punto de vista técnico. También, la misma ley, mediante el re
quisito de la aprobación previa de memorias descriptivas de
los proyectos de inversión de las empresas concesionarias, le
proporciona al Estado una medida de control sobre el monto
de las inversiones necesarias para la eficiente explotación de
los yacimientos.
La Ley del Impuesto sobre la Renta capacita al Estado para
realizar toda clase de exámenes y auditorías sobre todos aque
llos elementos que puedan afectar en una u otra forma la renta
gravable. Bajo este precepto el Estado ejerce control y vigilancia
sobre los gastos, costos y precios de venta de las empresas.
A través del funcionamiento de organismos especializados
como la Comisión Coordinadora para la Conservación y el
Comercio de los Hidrocarburos, el Estado cuenta con infor
mación precisa y al día de todas las actividades de la industria,
desde los niveles programados de producción y refinación,
hasta los precios de venta y destino de las exportaciones de
petróleo del país.
Por último, lo más importante, el Estado venezolano a tra
vés de la aplicación de estas dos leyes ha logrado obtener una
52
participación fiscal más alta que cualquier otro país productor,
siendo necesario destacar que estas leyes también le han pro
porcionado al Estado un vehículo idóneo para variar esta par
ticipación de acuerdo con los intereses del país. De esta manera,
en Venezuela no es necesario renegociar contratos, pues tanto
la Ley de Hidrocarburos como la del Impuesto sobre la R.enta
contienen provisiones que permiten al Estado aumentar o dis
minuir la presión fiscal según convenga a las intereses nacio
nales.
Veamos ahora cuales aspectos de los contenidos en esos
contratos celebrados por otros países con posterioridad a 1957
no pueden lograrse en Venezuela bajo el marco legal a cuyo
amparo se ha venido desarrollando hasta la fecha la explotación
petrolera en el país.
El primero que consideraremos es la imposibilidad hoy día
para el Estado venezolano de acelerar o retardar la explota
ción, pues aunque ese no haya sido mayor problema en Vene
zuela, sí lo ha sido en otros sitios. En algunas de las concesio
nes y contratos recientes de los cuales hemos hablado, el con
cesionario contratante se compromete a un determinado ritmo
de inversión. Así, por ejemplo, en Egipto la Phillips bajo su
contrato tiene la obligación de gastar en cinco años $30.000.000
en la búsqueda de petróleo.
Bajo el sistema venezolano el Estado no tiene una partici
pación directa en las decisiones empresariales en el momento
en que éstas se tomen dentro de las empresas concesionarias.
Esta situación cambia naturalmente cuando el Estado como
socio capitalista en una empresa productora de petróleo, desde
luego, participa activamente en todas las decisiones que toma
la empresa.
Finalmente el Estado, en el caso nuestro, no participa ac
tivamente en el mercado de los productos refinados o del pe
tróleo crudo en los mercados de exportación, mientras que en
los contratos que describimos el Estado puede colocar en el
mercado su parte correspondiente de la producción.
Este es, señores, el panorama que se nos presenta en la
actualidad. Durante los últimos ocho años en el campo de la
53
contratación petrolera, otros países han tomado la posición
de vanguardia que anteriormente ej.ercía Venezuela. Han sur
gido en los nuevos contratos fórmulas nuevas que quizás llenen
aspiraciones venezolanas. Aquí en Venezuela estamos por ne
gociar. ¿ Cómo vamos a negociar? ¿ Qué debemos tratar de
negociar? Al país no se le ha presentado todavía en forma
clara qué .es lo que se pretende lograr con la celebración de con
tratos de servicio.
Nos cabe preguntarnos cuáles son los objetivos o aspira
ciones de la Nación.
¿Es nuestro objetivo una mayor participación fiscal?
¿Es nuestro objetivo una mayor participación en las deci
siones empresariales?
¿Es nuestro objetivo una mayor intervención en los mer
cados mundiales?
¿Es nuestro objetivo ,el que el Estado llegue a vender
petróleo en el mercado internacional e invierta fuera de Vene
zuela en instalaciones de refinación y venta?
¿Es nuestro objetivo más bien el que nuestra producción
crezca poco dejando que se produzca en otras parte para luego
entrar nosotros más adelante al mercado con nuestro petróleo?
Todas estas preguntas y muchas más constituyen interro
gantes que debemos despejar, y hay que hacerlo pronto, pues
sinceramente creo que cualquiera que sea la solución que
vayamos a adoptar los venezolanos para la explotación de nues
tros recursos petrolíferos ubicados fuera de las concesiones
vigentes, no puede retardarse demasiado a riesgo de poner en
peligro la posición futura del país dentro del concurso de país.es
que concurren y concurrirán al mercado internacional de pe
tróleo. Así como se están trillando nuevos caminos dentro de
la contratación, la propia estructura de la industria ha venido
cambiando; nuevos países y áreas productoras vienen a sumarse
a los ya tradicionales, y nuevas empresas de variadas naciona
lidades están ansiosas de proveers.e. de reservas propias. Nos debe
inquietar el que Venezuela con una producción de 3,5 millones
de barriles diarios sólo tenga en funcionamiento de 20 a 25
54
taladros perforando pozos nuevos, bien sean de exploración
o de desarrollo. Este esfuerzo es desde luego exiguo desde cual
quier punto de vista que se le mire. Todos estos hechos repre
sentan oportunidades y riesgos que hay que tener muy en cuenta
en la decisión que nos toca tomar y que ya hemos debatido
suficientemente.
El panorama que a grandes rasgos hemos contemplado
esta noche nos lleva a reflexionar que cualquiera que sea el
camino que vaya a escogerse en Venezuela, la selección debe
efectuarse pronto y a través de un análisis frío y sincero de las
alternativas reales, con un claro concepto de cuáles deben ser
nuestros objetivos a largo plazo. Debemos saber a conciencia
cierta lo que queremos y por qué lo deseamos para así guiarnos
mejor en la selección de fórmulas y soluciones que le ase
guren al país un futuro petrolero apoyado en bases sólidas
que nos permitan un óptimo ritmo de crecimiento cónsono con
nuestras reservas y posibilidades de mercadeo.
Este es el reto al que nos enfrentaremos en esta encruci
jada del desarrollo petrolero del país. A nosotros los profesio
nales del petróleo nos toca, como a ningún grupo, meditar sobre
estas cuestiones básicas que afectan el porvenir de la indus
tria en que laboramos y de cuya solución favorable dependerá
tanto el futuro económico de la patria.
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