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Boletín

de la
Sociedad Venezolana de Geólogos
Volumen 1 Septiembre - Diciembre 1965 NO. 1

CONTENIDO:
Pág.

EDITORIAL . . . . . . . . . . . . . . . A-3

La productividad en [unción social de la In­


dustria Petrolera Venezolana, Por César Ba-
lestrini C. . . . . . . . . . . . . .. . . .

Evaluación de la recarga de Íos acuíferos de


una cuenca para una explotación racional
del agua subterránea, Por Rodolfo Sancio T. 13

Novedades en las Ciencias Geológicas . 33

Contratos de Servicio en el Mundo, Por Gui-


llermo Rodríguez Eraso . . . . . . . . . . 35

Publicación Cuatrimestral auspiciada por el Colegio de Ingenieros

Caracas - Venezuela
Sociedad Venezolana de Geólogos
JUNTA DIRECTIVA 1965-66

PRESIDENTE: Carlos Ramirez Castillo


VICE PRESIDENTE: Georgias Garriga
SECRETARIO: Rodolfo Sancio Traostino
TESORERO: José Burgos Alvarez
PRE\IER VOCAL: Mario V ignali Calasso
SEGUNDO VOCAL: Tito Mejía Pérez
TERCER VOCAL: Sergio Bajetti Bianchi

COl\lISION DE REDACCION DEL BOLETIN


Ernesto Alcaíno Alarcón e Nicolás Gerardo l\foñoz J.
Manuel Méndez Arocha

La Junta Directiva de la Sociedad Venezolana de Geólogos sólo se


hace responsable de las notas editoriales.
Los propios autores son responsables de lo expuesto en sus artículos

Este Boletín es el Organo Oficial de la Sociedad Venezolana de Geó­


logos y será publicado cuatrimestralmente en los meses de Abril, Agosto
y Diciembre de cada año.
Toda correspondencia relacionada con el Boletín debe dirigirse a la
Sociedad Venezolana de Geólogos - BOL. - Apartado 2006 - Caracas.

SE SOLICITA CANJE - ON A BESOIN D'UN ÉCHANGE


EXCHANGE IS SOLICITED
La productividad en función social de
la Industria Petrolera Venezolana. 1

Por César Balestrini C. '2

Hasta ahora se ha estudiado la importancia de la industria


petrolera venezolana en la economía nacional, a través de los
siguientes indicadores económicos:

1 c.> Participación Fiscal.-Los ingresos fiscales provenien­


tes de la industria petrolera en 1962, representaron el 561/o de
los ingresos nacionales, los cuales totalizaron Bs. 5.903 millones.

29 Contribución al Producto Nacional Bruto.-La contribu­


ción total de la industria petrolera al P.N.B. fue de Bs. 5.197
millones, equivalente al 20 11¡ del total.

39 Exportaciones.- El valor total de las exportaciones de


Venezuela en 1962, fue de Bs. 7 .fü50 millones, de los cuales
Bs. 7 .000 millones (92 �/c,), correspondieron a las exportaciones
petroleras.

1. Manuscrito recibido en Mayo de 1964.


2. Economista, Abogado. Ministerio de Minas e Hidrocarburos. Profesor
en la U.C.V. y U Santa María.
� DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES PETROLERAS
1917-1962
1.200 - �.----· --,--


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1.000
PROOUCCION
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1920 1925 1930 1935 1940 194 5 1950 1955 1960

FUENTE M.M.H.
4Q Ingreso de Divisas.-El total de divisas ingresadas en
Venezuela durante el año 1962, fue de 1.603 millones de dólares,
de los cuales 1.255 millones (78 ¼), provinieron de la industria
petrolera, o sea, el sector de la economía nacional que genera
la mayor parte de medios de cambio extranjero.

59 Inversión.-La inversión bruta extranjera en Venezue­


la, alcanzó un total acumulado de Bs. 21.500 millones, de los
cuales Bs. 18.700 millones (87 % ), corresponden a la industria
petrolera.

69 Ocupación.-�La industria petrolera venezolana emplea


en su fase extractiva y de refinación 35.000 trabajadores, equi­
valente al 22¼ del total de 157.000 personas que ocupa la in­
dustria fabril en Venezuela y al 1,3% de la población activa de
Y enczuela que fuc de 2,6 millones en 1863.

79 Producción y consumo de energía.-El petróleo y el


gas natural aportan más del 99 <1 tanto de la producción como

del consumo de energía en Yenezue]a.


Sin embargo, y a manera de modesta contribución, el pre­
sente estudio tiene por finalidad primordial enfocar la signi­
ficación de la industria petrolera bajo el aspecto de su pro­
ductividad en función social. Con este objeto los siguientes coe­
ficientes: Producto-Capital, Valor Agregado-Producción Bruta,
Coeficiente de Capital, Velocidad de Rotación, Intensidad de
Capital, Coeficiente de Ocupación y Densidad de Capital, se
han determinado siguiendo las normas del :Manual de Proyectos
de Desarrollo Económico de las Naciones Unidas y las utilidades
en "Venezuela, Encuesta Industrial 1961" realizada por COR­
DIPLAN para la industria manufacturera nacional.

Prodneto-Capital. - Es la relación entre el valor agre­


gado al Producto Nacional Bruto y el Capital Fijo. Este coefi­
ciente mide la productividad social de una empresa, asi como
la rentabilidad del capital determina la productividad desde el
punto de vista del empresario. Puede o no incluir la deprecia­
ción, lo que da base para considerar a dicha relación como
bruta o neta, según sea el caso.

3
El valor agregado es "La diferencia entre el valor de ven­
ta de la producción y el de las compras que se hacen a otras
empresas". En otros términos, el valor agregado es el ingreso
generado por Ja propia empresa; en consecuencia, no incluye el
valor de la materia prima, energía, lubricantes, etc., y si, los
renglones de sueldos, salarios, alquileres, intereses, deprecia­
ción y utilidad de las empresas.
El capital fijo está constituido por la suma de los valores
depreciados de los ecJuipos y maquinarias, edificios, instalacio­
nes, equipos de oficina y medios de transporte. En la industria
extractiva petrolera el coeficiente Producto-Capital fue el si­
guienk:

Valor Agregado 1 6.890


Producto Capital ---- = 81%
Capital Fijo:.! 8.505

En la industria ex lractiva petrolera venezolana, la relación


Producto-Capital pasó de 741/t en 1953, al 81 % en 1962, lo que
refleja el notaHe aumento experimentado en el valor agregado
y la alta productividad de la industria petrolera en la última dé­
cada. Conviene advertir, que a los fines de medir la contribu­
ción de esta industria a la economía nacional, en la obtención
del valor agregado deben excluirse las utilidades, ya que éstas
son trarisferidas al exterior por las empresas petroleras; sin
embargo, deben tomarse en cuenta para fines comparativos con
otras industrias. Obsérvese, por otra parte, que el valor agregado
de la industria extractiva petro!era es superior en un 60% al
total de la industria fabril venezolana, la cual utiliza un capital
fijo de Bs. 6.:H6 millones y emplea 157.000 trabajadores. Un

l. Se hizo equivalente la contribución total de la industria al P.N.B.


2. Igual al monto de la inversión neta.

5
intrínseco de la materia prima, especialmente en la industria
petrolera y minera.
En lo que respecta a la refinación de petróleo, la relación
fue como sigue:

Valor Agregado 514


---= 21%
Valor Producdón 2 454,4

El valor agregado de la industria venezolana de la refina­


ción del petróleo, fue de 514 millones de bolívares en 1961, y
representó el 13¼ del total del valor agregado de la industria
fabril en Venezuela, el cual alcanzó a Bs. 4.300 millones. A su
vez, éste fue el 43¼ del valor de la producción bruta de la in­
dustria fabril a precio de fábrica que fue de Bs. 10.000 millo­
nes aproximadamente. La relativa poca contribución del valor
agregado de la industria de refinación se debe al alto valor
(70%) de los insumos materiales.

Coeficiente de Capital. ·� Es la relación entre el capital


fijo y el valor agregado. Es el recíproco del coeficiente produc­
to-capital.

Capital Fijo 8.505


Coeficiente de Capital 1,23
Valor Agregado 6.890

El coeficiente de capital de la industria petrolera pasó de


1,35 en 1953, a 1,23 en 1962. Este descenso fue debido, funda­
mentalmente, al aumento del 81 % de la producción petrolera
venezolana en dicha década, lo cual originó un incremento con­
comitante en el valor agregado.

7
Velocidad de Rotación del Capital.-Es la relación entre el
valor bruto de la producción y el capital neto promedio. Este
coeficiente mide la productividad del capital, pero no en tér­
mínos de utilidades, sino en valor bruto de producción. Cons­
tituye un índice para medir el volumen de negocios con una
inversión determinada, el cual es más elevado en las industrias
livianas que en las industrias pesadas.
La velocidad de rotación puede servir para establecer re­
laciones entre proyectos con fines de desarrollo, pues en caso
de que la disponibilicad de capital sea limitada, puede ser más
viable hacer aquellas inversiones en las cuales el valor de su
producto anual sea alto con respecto al capital invertido.
La velocidad de rotación del capital en nuestra industria
petrolera es inferior a la unidad, lo que pone de relieve el alto
volumen de las inversiones en activos fijos.

Valor Producción 7.860


Velocidad de Rotación ---= 0,82
Capital 9.533

Intensidad de Capital. -� Es la relación entre el capital


neto promedio y el valor bruto de producción. Es el recíproco
de la velocidad de rotación y se refiere al mayor o menor uso
del capital en una empresa. También puede concebirse como ,21
insumo de capital, o sea, la inversión necesaria por unidad de
producción bruta, y se expresa en porcientos.

Capital 9.533
Intensidad de Capital = ------------ = --- := 121 ';¡-
Valor Bruto de la Producción 7.860

Coeficiente de Ocupación. - Es la relación entre el nú­


mero de trabajadores y el capital fijo. Según los técnicos de las

8
Naciones Unidas, cuando existe problema de desempleo, la can­
tidad de personal que logre ocupar por unidad de capital puede
ser un coeficiente de alta ponderación. La disminución de este
coeficiente puede indicar un descenso en el empleo.

No. Trabajadores 34.819


Coeficiente de Ocupación --- = 4,09
Capital Fijo 8.505

El coeficiente de ocupac10n de la industria petrolera bajó


de 8 trabajadores por cada millón de bolívares en 1953, a 4 en
19'12, lo que refleja el descenso de la ocupación en la última
dPcada.

Densidad Capital. - Es la relación entre el capital fijo


y el número de trabajadores. Es el recíproco del coeficiente
de ocupación y expresa el capital requerido para dar ocupación
a un trabajador.

Capital Fijo 8.505 millones


Densidad Capital --- = 244.263 Bs.
No. Trabajadores 34.819

La densidad de capital en la industria extractiva petrole­


ra venezolana es de Bs. 244.263 por trabajador y de 323.000 en
la refinación, al paso que en la industria fabril venezolana es
de Bs. 40.000. Ello indica las cuantiosas inversiones requeridas
por dicha industria y su poca capacidad de absorción de mano
de obra. En este sentido, la industria petrolera venezolana, que
dio empleo a 45.000 trabajadores en 1953 ocupa hoy solamente
35.000, es decir, que ha despedido 10.000 trabajadores en los
últimos diez años, siendo las causas de este descenso, la contrae-

9
c10n de la actividad exploratoria y la creciente mecanizac1on
de la industria. Para dar una idea de su relativa poca importan­
cia desde el punto de vista ocupacional, basta anotar que la
industria de alimetnos en Venezuela, emplea más trabajadores
que la gigante industria extractiva petrolera venezolana, por lo
que la solución al grave problema del desempleo deberá bus­
carse en la industria manufacturera, la única capaz de dar ocu­
pación a la mayor parte de la población activa en un país civili­
zado.

Productividad. En la industria petrolera, la productividad


de la mano de obra, se puede determinar en función de los ba­
rriles producidos por cada trabajador, o bien en términos mo­
netarios. El primer procedimiento es más exacto, ya que se
eliminan las fluctuaciones de los precios del petróleo y del tipo
de cambio.
Medida en términos físicos, se observa que la produc­
tividad de la mano de obra de nuestra industria petrolera, pa­
só de 45 barriles diarios por trabajador en 1953, a 116 barriles
diarios en 1962, lo que representa un aumento de 158%, es de­
cir, que durante la última década, la industria dio ocupación
a menos trabajadores pero con una productividad dos veces y
media mayor.

Productividad de Producción 3.199.771 B/d.


mano de Obra 116 B/d
en la industria No. de Trabajadores 27.519
extractiva

En la refinación de petróleo, la productividad física de la


mano de Obra acusó un ascenso semejante al experimentado en
la industria petrolera extractiva, al pasar de fl6 barriles diarios
por trabajador en 1953, a 140 en 1962, equivalente a 150%.
Finalmente, en términos monetarios la productividad de la
industria petrolera extractiva fue de 219.000 bolívares por tra-

10
bajador, en comparac10n con 59.000 bolívares de la industria
fabril venezolana, es decir, que fue casi cuatro veces superior.
Ello es debido, entre otras causas, al alto grado de capitaliza­
ción de la industria petrolera, a su mayor escala de operaciones,
al mayor valor uni!ario del petróleo, y al progreso registrado en
la capacidad del trabajador venezolano. En la refinación de pe­
tróleo, la productividad de la mano de obra fue aún superior,
al alcanzar Bs. 350.000 por trabajador.

11
Evaluación de la recarga de los acuíferos
de una cuenca para la explotación
racional del agua subterránea 1

Por Rodolfo Sancio Traostino 2

INTRODUCCION

Para explotar racionalmente y con criterio conservacionis­


ta el agua subterránea de una cuenca geo-hidrológica para cual­
quier propósito, siempre deben tomarse en cuenta los siguien­
tes factores:

1) Disponibilidad del agua en función de la recarga na­


tural anua] de los acuíferos.
2) Cualidades químicas, físicas y bacteriológicas del agua
subterránea.
:J) Producción máxima probable por pozo.

Lo primero que debe determinarse es el volumen de agua


disponible por año, es decir, el volumen de agua que puede

l. Manuscrito recibido en Marzo de 1964.


2. Geólogo al servicio del Instituto Agrario Nacional, Caracas, Venezuela.

13
extraerse de los acuíferos cada año sin agotarlos a largo plazo,
el cual equivale al volumen de recarga potencial por año. Se
entiende por recarga potencial el agua infiltrada naturalmente
e incorporada a los acuíferos antes de desarrollar la cuenca,
más el agua que no llega a infiltrarse por saturación de los
acuíferos, pero que puede llegar a infiltrarse cuando el nivel
freático baje, más el agua que pueda introducirse en el subsue­
lo por métodos artificiales de recarga. Sin embargo, el único
valor que puede ser determinado con suficiente exactitud y
con el cual deberán hacerse los cálculos de disponibilidad, es
el volumen de recarga anual efectiva, el cual puede ser calculado
por métodos indirectos o directos, es decir, por métodos hidro­
lógicos y geohidrológicos. El primer método consiste en la
estimación de la recarga de los acuíferos por ohsf'rvaciones hi­
drológicas de superficie, esto es, precipitación, escurrimiento e
infiltración, y requiere la disponibilidad de datos de pluvio­
metría y de escurrimiento representativos de toda la cuenca
durante diez años, por lo menos; el segundo método consiste
en la evaluación del volumen de recarga por medición directa
de la variación del nivel freático, y requiere la existencia de
pozos o piezómetros distribuidos en toda la cuenca con datos
de variación del nivel freático diario, semanal o mensual, to­
mados durante un año por lo menos, en el caso de tener datos
de la pluviometría sobre toda la cuenca correspondientes al
período de observación de los niveles freáticos.

Las recargas adicionales podrán hacerse efectivas una vez


que se haya iniciado la explotación de las aguas subterráneas, y
por lo tanto podrán ser calculadas "a posteriori", aunque es de
advertir que el valor de esas recargas representará, por regla
general, una fracción muy pequeña del volumen de la recarga
total de los acuíferos, por lo cual podrá ser tomado más bien
como margen de seguridad para el cálculo de volumen dispo­
nible por año de agua subterránea, mientras que el factor de­
terminante para la evaluación de la disponibilidad de agua se­
guirá siendo la recarga efectiva anual.

Las cualidades del agua y la producción por pozo son fac­


tores que podrán ser determinados una vez que se haya esta-

14
blecido, en base a los datos de disponibilidad, la conveniencia
de seguir los estudios para la explotación racional de los acuífe­
ros.

BALANCE HIDRAULICO DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS

El principal problema que se presenta al hidrogeólogo


cuando estudia una cuenca hidrográfica, es de despejar lás
incógnitas del balance hidráulico anual de las aguas subterrá­
neas, el cual puede ser expresado en los siguientes términos:

HECARGA = DESCARGA ± CAMBIO E� EL AL�1ACENA­


:.\HENTO

La recarga de los acuíferos depende de:

Ip infiltración directa de las precipitaciones en el acuífero.


t1 infiltración de las aguas de los ríos y quebradas.

La descarga se produce por:

Qc escurrimiento superficial del agua de los acuíferos.


Qs drenaje subterráneo del agua de los acuíferos, fuera de
la cuenca.

Por lo tanto:

siendo dS la variación del almacenamiento del agua en los acuí­


feros.

15
El agua de las precipitaciones (P), después de haber su­
frido pérdidas por evapotranspiración (Et) y absorción de la
capa vegetal (v), alcanza la superficie del suelo propiamente
dicha donde se reparte en dos fracciones: el escurrimiento su­
perficial (Qc), y la infiltración (lp). La infiltración representa
la cantidad de agua que penetra en el suelo y en el subsuelo
donde alimenta las aguas subterráneas, y se constituye en agua
de retención (e), escurrimiento hipodérmico y escurrimiento
subterráneo (Qs), y reconstitución de las reservas de los acuí­
feros (dS). Por lo tanto solo una fracción de las precipitacio­
nes llega a incorporarse a los acuíferos: el escurrimiento subte­
rráneo (Qs) y la reconstitución de las reservas (dS), y llama­
remos a esa, infiltración eficaz "le", lo cual representa la can­
tidad total df' agua infiltrada hasta los acuíferos; por lo tanto:

Resulta prácticamente imposible medir experimentalmente


por métodos directos, la infiltración eficaz en un terreno na­
tural. Los métodos experimentales de alimentación de suelos
por trincheras y los lisímetros, solo pueden dar valores muy lo­
cales de infiltración total del agua de escurrimiento o de preci­
pitación a través de una sección reducida de suelo.
Existe sin embargo métodos indirectos que nos permiten
llegar a resultados satisfactorios.
Lo que nos interesa es conocer la cantidad de agua que
se puede extraer del subsuelo sin agotar los acuíferos, por lo
cual la cantidad de agua extraída deberá ser menor o igual a
la recarga anual de los acuíferos en la cuenca estudiada, es de­
cir, menor o igual a "le". Siendo L = Q c + Q s ± dS nos será
más fácil medir o calcular el escurrimiento superficial del agua
de los acuíferos, el drenaje subterráneo fuera de la cuenca y la
variación de almacenamiento del acuífero.
La variación anual de dS se calcula con la variación anual
del nivel piezométrico o de la mesa de agua. Si no existe ex-

16
tracción artificial de agua subterránea, la suma de los valores
dS anuales tenderá a cero, debido a que la recarga de los acuí­
feros varía muy estrechamente con la desviación anual del pro­
medio real de la precipitación sobre la cuenca. En el caso de
existir una explotación de las aguas subterráneas, deberá in­
cluirse en el balance hidrológico la cantidad de agua extraída
del subsuelo cada año como factor de descarga, y la cantidad
de agua de riego o de aguas servidas reinfiltradas, como factor
de recarga.
Quedan por determinar los drenajes superficial y subte­
rráneo de los acuíferos. No existe ningún método directo para
medir la cantidad de agua drenada por los acuíferos a lo largo
de un año, pero existen métodos indirectos que han dado buenos
resultados en regiones semiáridas o en climas tropicales.

METODO PARA CALCULAR LA RECARGA DE


LOS ACUIFEROS POR EL ESCURRIMIENTO DEL RIO
COLECTOR DE LAS AGUAS DE UNA CUENCA.

Según Barnes ( rn�m) y Ylcyer (19 to). el escurrimiento de


un río consiste de tres componentes:

1) Flujo directo de las aguas de lluvia;


2) Flujo subálveo, entendiéndose como tal el flujo de agua
a través de las gravas y arenas del lecho del río, pero
no como parte integrante de la lámina de agua medible
con fluviógrafo o limnígrafo, y
3) Flujo de base o sea, la descarga al río de las aguas sub­
terráneas propiamente dichas.

El flujo directo se mantiene hasta poco después de las llu­


vias; el flujo subálveo se mantiene un tiempo más largo, pero
durante la época de sequía el río sigue escurriendo exclusiva­
mente por la descarga de las aguas subterráneas.

17
Barnes (1939) estableció que le recesión de cada compo­
nente del hidrógrafo puede ser expresado empíricamente por
la ecuación general de regresión:

(1)

donde:
Q0 = descarga del río en cualquier momento.
Qt descarga del río un tiempo "t" después de Qº
K. factor de recesión diaria.
intervalo de tiempo.

En un hidrógrafo de un río se observa una curva que en tér­


minos generales es ascendente durante los meses de lluvia, y
una curva deseendiente durante los meses de sequía. Esquema­
tizando los datos de gastos medios diarios en papel semilogarít­
mico, con el gasto en m :� /seg. en escala logarítmica, y el tiem­
po en días, en escala lineal, teóricamente, de acuerdo con la
fórmula antes expuesta, los puntos de descarga media diaria du­
rante la recesión deberán estar alineados a lo largo de una recta;
las desviaciones por encima de la recta teórica son debidas a los
aportes de agua de manantiales y lluvias ocasionales, mientras
que las desviaciones por debajo de la recta teórica son debidas
a extracciones artificiales de agua del río o de agua subterránea.
para riego o para usos diversos.
Butler (1957) estableció que se podía calcular el volumen
total descargado por los acuíferos al río durante la época de
recesión partiendo de la ecuación general:

V t p =.f Q dt

donde:

Q = rata de descarga
t = tiempo

18
La rata de descarga "Q" varía continuamente en forma de­
creciente durante el período de descarga, de acuerdo a la fórmu­
la de Barnes:

(1)

Desarrollando la integral, Butler estableció la siguiente


fórmula general:

Vtv
(2)
t/M
10
donde:

�t = incremento del tiempo por ciclo logarítmico.


Para la descarga total teórica de los acuíferos los límites
de la ecuación infinitesimal varían de tº = O a t1 = oo, por lo
cual la ecuación quedaría expresada así:

(3)
0/�t
10
en donde la primera fracción es igual a cero y la segunda se
reduce a:

(4)
2,3

en donde:

Q 0 = descarga al comienzo del período de recesión en


m 3 /seg.
V tv = volumen total potencial en m 3
6t = intervalo de tiempo por ciclo logarítmico, en seg.

19
En condiciones normales el acuífero no se descarga total­
mente durante el período de sequía y el río sigue escurriendo,
y el tiempo "ti'' es igual al período de recesión "t", en días.
Por lo tanto la fórmula (3) quedaría expresada en los siguien­
tes términos:

-Qº A t/2,3
t/At t/ At
10 10

donde:

Y., = volumen descargado por los acuíferos durante el


período de recesión, en m =1•
t = duración del período de recesión, en días.

La diferencia entre Y tp, es decir el volumen que teórica­


mente es capaz de descargar el acuífero, y Y e, es decir el volu­
men que realmente descargó el acuífero durante el verano, nos
da un volumen remanente V r, o sea el volumen que no se ha
descargado debido a que el proceso ha sido interrumpido. Si
substraemos el Valor V r de un año, al volumen total potencial
del año siguiente, obtendremos la recarga del acuífero. Esta
recarga, como hemos visto, es igual a l µ + 14 , y es el volumen
de agua máximo que podemos extraer del acuífero sin agotarlo,
debido a que es el volumen de agua que iría a alimentar al río
para el próximo verano.{*)
Los datos de Qº y de M son obtenidos en el hidrógrafo se­
milogarítmico. El tiempo "t", duración del período de recesión,
se determina mejor en el histograma con datos de precipita­
ción diaria.

(*) Nota del Editor: El término "verano" se usa en este trabajo como
sinónimo de época de sequía como comúnmente se emplea en Vene­
zuela y no en su verdadero sentido climatológico.

20
APLICACION DEL METODO EN EL VALLE DEL RIO
TUCUTUNEMO

El curso del río Tucutunemo está incluido en su totalidad


dentro del estado Aragua, y pertenece a la cuenca del río Guá­
rico. Nace en el cerro Paraguatán (1.392 m.) en el Distrito
San Sebastián, corre cerca de la población de Villa de Cura,
y desemboca en el río Guárico en el sitio llamado Boca Chica,
en el límite entre los estados Aragua y Guárico.
En el sitio llamado Tucutunemito, a 6 Km., al noreste de
Villa de Cura, ha estado funcionando un limnígrafo a partir
del mes de abril de 1947. La superficie de la cuenca del río aguas
arriba de Tucutunemito es de 99 Km 2 • Los gastos medios men­
suales del río en este sitio, expresados en m 3 /seg., están esque­
matizados en el gráfico (N 9 lb), donde la abscisa representa
el tiempo en meses y en años, y la ordenada, el gasto medio
mensual.
La única estación pluviométrica en el valle del río Tucutu­
nemo se encuentra en el sitio llamado Ancón, a 2 Km. al este
de Villa de Cura. Los totales de las precipitaciones mensuales,
expresados en milímetros de lluvia, están esquematizados en el
hietograma del gráfico (la) donde la abscisa representa el tiem­
po en meses y en años, y la ordenada, la profundidad de lluvia
en milímetros.
El promedio anual de lluvia en Ancón es 826,3 ± 62,0 mm.,
el mes de máxima precipitación es junio con 146,3 mm., y fe­
brero es el mes de mínima precipitación con 2,7 mm. Los me­
ses de lluvia son los comprendidos entre mayo y octubre ambos
inclusive, con precipitaciones mensuales entre 96 y 146 mm. El
período de sequía o "verano" es el comprendido entre los meses
de noviembre y abril ambos inclusive, con precipitaciones men­
suales entre 2,7 y 61,5 mm. Estos datos estadísticos pueden
considerarse representativos de toda la parte llana del valle,
no disponiéndose de más datos pues no existen otras estaciones
pluviométricas en la cuenca del río aguas arriba de Villa de

21
Cura. La estación de Aguacates, cercana a la de Ancón, fun­
cionó durante el período comprendido entre enero de 1948 y
marzo de 1949. El escurrimiento promedio del río comenzó a
decrecer a partir del año climático 1956-57, en el cual se regis­
tró un volumen escurrido de 3.562.000 m 3 con un gasto máxi­
mo de 2,75 m 3 /seg., en el mes de octubre y un gasto mínimo
de 0.03 m 3 /seg., durante los meses de enero, febrero y marzo.
En el año climático 1957-58 se registraron los primeros gastos
nulos durante los meses de enero, febrero y marzo. En ese
año el volumen escurrido fue de 2.665.000 m 3• Entre los años
1959 y 1962, el volumen escurrido se estabilizó con un prome­
dio de 1.043.000 m 3 anuales, con gastos nulos o casi nulos du­
rante los meses de diciembre, enero, febrero, niarzo, abril, 1na­
yo y junio. Estos descensos en el gasto del río Tucutunemo coin­
ciden con el increnwn lo de la extracción de aguas subterráneas
para fines de riego.
Los gastos medios diarios del río en Tucutunemito, entre
los años climáticos 1947-48 y 1957-;")8 han sido llevados al grá­
fico N<? 2 con el objeto de determinar la pendiente "ut" de la
recta de estiaje, el gasto inicial "Q,i'' y el tiempo "t" del período
de recesión del río cada año. Con estos datos se calculó el vo­
lumen total potencial al comienzo del período de recesión, '·\\/',
el volumen remanente "V/', el volumen descargado durante el
período de recesión, "Ve'', y la recarga del acuífero, "R'', para
cada año, con las siguientes fórmulas:

-Q 0 M/2,3
Ve
10t/�t

R V tv (del año siguiente) - Vr (del año ant.)

Los resultados para cada año, expresados en Hás-m, están


dados en el cuadro N<? 1, donde aparece además el total de preci­
pitación "P" en mm. del año climático correspondiente.

22
VARIACIONES MENSUALES DE LLUVIA EN EL VALLE DEL RIO TUCUTUNEMO
aoo-1 AGUACATES ESTACION PLUVIOMETRICA DE ANCON o)

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194_1 1 19-41, 1 1980

HIDROGRAFO DEL RIO TUCUT-lJNl:MO EN TUCUTUNEMITO


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GRAFICO N! Z • HIDROGRAFO DEL RIO TUCUTUNEMO EN TUCUTUNEMITO

24
CALCULO DE LA RECARGA DE LOS ACUIFEROS SUPERFICIALES CUADRO "'J2 1

Vtp (Ha-m) Vr V@ R p Fl e
FECHA t (d l

3 NOVIEMBRE 1947 19 2 83,44 ---------'-


13 MAYO 1.94 8
--
--
20 ·NOVIEMBRE 1.948 (1 6 2) 27,98
1 MAYO 1949
1 DICIEMBRE 1.949 (1 59) 161, 95) ·---
9 MAYO 1950
2 2 DICIEMBRE 1950 1 24 74,94

25 ABRIL 1951
1 78, 75 1172 17 t, 54
8 NOVIEMBRE 1.951 1 53 192, 35
ABRIL 1.952 13,60
9
11 O ,90 111, 30 867 1 1 9,69

--
3 OCTUBRE 1.952 220 :24,90
11 MAYO 1.953 2, 51 ...
101, 63 102, 41 73 3 96,91
29 SEPTIEMBRE 1 953 200 104, 92
ABRIL 1 954 3, 29
17
1 27, 14 131, 61 9 61 1 35,67
1 4 l'JOVIEMBRE 1954 205 134,90
1 JUNIO 1 955 3, 76
11 5,1 2 116,15 8 14 1 1 0,68
9 l'JOVIEMBRE 1 955 1 86 11 9, 91

13 MAYO 1 956 4,79


60, 70 65,15 632 79, 74
31 OCTUBRE 1 956 168 69,94

,,____
17 ABRIL 1957 3, 50 ---
·- 121, 2?
876
25 l'JOVIEMBRE 1 957 ---
'958 -------- 782 105,24
1 958 -- ---- ·
1 959 ------- 704 9 1, 98
----- _,_ ---- �--
1--------

1 959
1 CJ60 ---- -t---- ------ -- -- t----- - ---- --- .. ----
864 11 9, 18
1 9150 ---- �-- --- ----�---------•--�-- ·- ----------
1 961
6 63 85 · º 1
1 961 ------�--
1962
840 1 16, 4G
1 962 --1---

1953
RM , 112,77Ha-m
NOTA - LOS VALORfS ENTRE PllRENTESIS SON ESTIMADOS

CONDICIONES BAJO LAS CUALES FUNCIONA EL METODO

Para que este método dé buenos resultados, se requiere unas


condiciones naturales y artificiales poco comunes:

19 Un valle cerrado, es decir que las divisorias de aguas


superficiales y subterráneas estén bien definidas.

29 Que las rocas que componen los cerros y el basamento


sean prácticamente impermeables, que no existan ma­
nantiales que broten de la roca.

39 Que existan acuíferos de aluvión sujetos a recarga por


el río y por el agua de lluvia durante el período de llu­
vias, y capaces de alimentar el río durante la estación
seca.

49 Que los acuíferos estén intercomunicados, es decir, que


actúen todos como una sola unidad.

59 Que no haya flujo subálveo ni subterráneo fuera <le la


cuenca estudiada.

69 Que exista un limnígrafo con un registro continuo de


diez años como mínimo, en un punto del valle donde
la sección de aluviones permeables sea mínima, o don­
de exista una barrera geológica subterránea que no
permita el flujo de agua subterránea.

79 Que existan buenos datos pluviométricos para todo el


valle aguas arriba del limnígrafo.

En el caso de que exista un flujo de aguas subterráneas


fuera de la cuenca, éste debera ser determinado por medio de
pozos de prueba y perforaciones de sondeo. El flujo total anua]
de agua subterránea fuera de la cuenca es un factor de desear-

26
ga que puede ser incluido dentro del volumen total de agua ex­
traída del subsuelo.

PREVISION DE LAS RECARGAS ANUALES EN FUNCION


DE LA PLUVIOMETRIA

La variac10n del volumen total anual de recarga de los


acuíferos varía muy estrechamente con el volumen total anual
de precipitaciones sobre la cuenca; por lo tanto es posible es­
quematizar los datos de recarga obtenidos por el método ante­
rior en función de la precipitación anual correspondiente, y los
puntos obtenidos deberán quedar alineados apróximadamente a
lo largo de una recta. La fórmula de la recta permitirá determi­
nar la recarga correspondiente a cualquier año con solo conocer
la precipitación anual correspondiente, sin necesidad de recu­
rrir a la construcción de hidrógrafos. Este gráfico de recarga
en función de la pluviometria es particularmente útil cuando
existen años en los cuales ha existido alguna derivación del río
con fines de riego, represamiento del río aguas arriba del limní­
grafo, o extracción de aguas subterráneas en la cuenca estu­
diada. En algunos casos, el represamiento de las aguas de los
manantiales ha favorecido la construcción de hidrógrafos ca­
paces de dar datos fieles para calcular la recarga de los acuí­
feros, debido a que ha eliminado una de las fuentes de error.

En el caso práctico del río Tucutunemo, se esquematizaron


los valores de recarga "R" obtenidos entre los años climáticos
1952.-53 y 1956-57, en función del total de precipitación del año
correspondiente, lo cual aparece en el gráfico N9 3. Los cinco
!.
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28
puntos forman aproximadamente una recta, cuya fórmulo exac­
ta fue obtenida por medio de la siguiente fórmula:

ny X(--- + + ..... + +

Yn-Yl Y1-Y:; Y2-Yi


+ -�- ) - (Xi------ + X:¿ --- + .... +
X1- -X2

Xn-1-----

donde:

n = número de puntos
x 1, x 2 , Xn _ 1 , Xn = valores de las abscisas, en orden de 1nenor
a mayor.
Y1, Y2, .... Y11-1 Yn = valores de las ordenadas de los puntos, en
el mismo orden que las abscisas corres­
pondientes.

Sustituyendo a x 1 , x 2 , . . . . Xn-i, Xu por valores de precipita­


ción anual dispuestos en orden creciente, y a Y1, Y2, .... Yn-1, Yn
por valores de la recarga "R" calculada, en el mismo orden que
las precipitaciones correspondientes, se obtuvo la fórmula de
la recta representada en el gráfico � 9 3:

X ,-------- 5,77 y + 160

donde:

x = P = total de precipitación anual en mm.


y = Re = Recarga calculada en base al total de precipitación
anual, en Hás-m.

29
En el cuadro N9 1 aparecen los volúmenes de recarga corre­
gidos, para los años durante los cuales fue posible calcularlos
en base al flujo de base, y los volúmenes de recarga calculados
en base a los datos de pluviometría conocidos. En los años cli­
máticos anteriores al 1951-52 no fue posible calcular la re­
carga debido a que durante el año 1949-50 no funcionó el limni­
grafo, y en los años posteriores al 1956-57, el río se ha secado
durante el verano.
De la fórmula para calcular la recarga en función de la
pluviometría, la cual también puede ser expresada así:

P = 5,77R + 160

se deduce lflle cuando ""P" es igual o 1nenor a 1 fiO 1nm. no


se produce recarga de los acuíferos, y cuando es mayor que ese
valor, sólo la diferencia P-1 fü) está sujeta a recargar los acui­
feros, debido a que el resto se pierde por evapotranspiración
y escurrimiento superficial. La fracción de ese valor P-160 que
efectivamente va a recargar los acuíferos también está presen­
tada en la fórmula:

1
(P - lfü))� - =R
G,77

H = 0,17 (P - - lfü))

por lo cual se deduce que solo el 17% del volumen de agua de


precipitación que se infiltra, llega a incorporarse a los acuífe­
ros; el resto se pierde por evapotranspiración, escurrimiento hi­
podérmico y subterráneo.

LIMITACIONES DEL METODO

La recarga calculada por este método es válida únicamente


para los acuíferos que descargan agua a la superficie en algún

30
período del año. Por lo general, estos son acuíferos superficia­
les y no confinados, cuya capacidad productiva bien podría ser
aprovechada por medio de pozos poco profundos o aljibes. En
los casos en los cuales los acuíferos superficiales están comu­
nicados con otros más profundos y actúan como una sola uni­
dad hidrológica con características hidráulicas comunes e in­
terdependientes, tal como se advierte en la condición cuarta
del párrafo "Condiciones bajo las cuales funciona el método",
los resultados obtenidos siguen siendo válidos para todo el acuí­
fero, aunque a menudo la variación anual del volumen de al­
macenamiento resultante represente una fracción muy peque­
ña del volumen total de agua almacenada. Es de advertir en
estos casos que, al contrario de lo que es creencia muy difun­
dida entre los contratistas y los propietarios o los usuarios, la
disponibilidad a largo plazo de agua subterránea no tiene rela­
ción alguna con el volumen total de agua almacenada.

BIBLIOGRAFIA

1. Butter, Stanley S.-Engineering Hydrology Prentice Hall, Inc. 1957.


2. Castany, G.-Traité Pratique des Eaux Souterraines - Dunod, París
1963.
3. Meybomn, P.-Estimating Ground Water Recharge from Stream Hy­
drographs - J ournal of Geophysical Research - Vol. 66, NQ 4, Abril
1961.

31
Novedades en las Ciencias Geológicas

En esta Sección se publicarán los últimos adelantos


en las Ciencias Geológicas en forma resZLmida, tomados
de las revistas más conocidas.

Se agradecerá cualquier contribución, la cual de­


berá ser enviada conjuntamente con la re{erencia de
donde fue tomada.

-A PARTIR DE LA GLAUCONITA SE PUEDE DETERMINAR LA


EDAD ABSOLUTA EN ROCAS SEDIMENTARIAS.
Sardayov, S.S., 1963, ha demostrado que el argón de origen radiactivo
se encuentra cm:;i totalmente retenido en glauconitas.
Ref: Sokhrannost' radio gennogo argona V glaukonitakh ( con Resumen
en inglés) : Geokhimiya, N<? 10. p. 905 - 911.

--SE CREE QUE LA ATMOSFERA DE VENUS ES UN REMANENTE


DE LA PRIMITIVA NEBULOSA SOLAR.
Cameron, A.G.W., 1963, húce una 1 éVÚ;iún de evidencias sobre la at­
mósfera terrestre de la 1n·imitiva nelwlo�a ,-;alar y concluye qut' 110
existen trazas reconocibles de la misma sobre nuestra atmósferrt. En
cambio la atmósfera de Venus, cou 100 veces más nitrógeno que la
terrestre y con cantidades insignificantes de vapor de agua parece .c;er
iut remanente de la primitiva nebulosa solar.
Se cree que la desaparición en la atmósfera terrestre de los gases primi­
tivos se efectuó durante el período de inestabilidad rotacional de La
Tierra.
Ref: The Origen of the atmosphere (Venus and the Earth: Icarus, v. 2,
N9 3, p. 249-257, 1963.

33
-LA LUNA TIENE ESTRUCTURA DE BLOQUE. SE SABE QUE DU­
RANTE SU HISTORIA HAN OCURRIDO MOVIMIENTOS A LO
LARGO DE FRACTURAS PROFUNDAS.
Khodak, Yu. A., 1963, vresenta un interesante traba.io sobre la estruc­
tura de La Luna en comparación con la de La Tierra. Incluye mapa..;;
estructurales, tanto de la parte visible como del reverso de La Luna.
Ref: Glavneyshiye strukturneyge elementy Luny i zacheniye geografo­
geologicheskikh metodov yeye izucheniya (Principales elementos es­
tructurales de La Luna y significado de los métodos geológico-geográ­
ficos de estudiarlos): Akad. Nauk SSSR IZV. Ser. Geol., N9 8, p.
11-22, 1963.

-LA FUERZA PRINCIPAL MODELADORA DE LA SUPERFICIE DE


LA LUNA SE CREE QUE FUE VOLCANICA.
Chemla-Lamech, Félix, 1959,estudia la naturaleza y distribución de las
manchas blancas y zonas oscuras de La Luna concluyendo que fue vol­
ránica la fuerza que esculpió la superficie ele La Luna.
Ref: Les Taches blanches et les zones sombres sur La Luna ( Con resúme­
nes en Español y Alemán). Interna t. Lunar Soc. Jour., V. 1, N9 4, p.
100-103, 1959.

-LA NATURALEZA FISICA DEL INTERIOR DE LA LUNA ES SE­


MEJANTE A LA DEL MANTO TERRESTRE.
Hérdervári, Peter, 1961, considera los proble,nas de distribuciones de
presión y densidad en el interior de La Luna y concluye que ella no
tiene núcleo central. Se a.,;;unie que ayJroximadamente 45 Km., es el
e.,;;pesor promedio de la corteza .,;;ólida de La Luna.
Ref: The interna! composition of the Moon and structure of ist solid crust
(Resúmenes en Espanol, Francés y Alemán): Internat, Lunar Soc.
Jour., V. 2, N9 I, p. 6-20, 1961.

De la Revista GEOPHYSICAL ABSTRACTS


Recopilado por NGMJ.

34
Contratos de servicio en el Mundo 1

Por Guillermo Rodríguez Eraso 2

El tema que nos proponemos desarrollar esta noche tiene


que ver con las relaciones que unen al propietario de un recurso
natural y quien lo explota. En nuestro caso nos referimos al
recurso petrolero y cuando hablamos del propietario de los re­
cursos petroleros nos estamos refiriendo al propio Estado. En
cuanto a quién lo explota, sabemos que en la gran mayoría de los
casos esta explotación es efectuada por empresas internaciona­
les, técnica y financieramente capacitadas para llevar a cabo
el cúmulo de actividades que comprende la explotación moder­
na del petróleo. De modo que esta noche trataremos de analizar
las diversas modalidades que pueden tomar las relaciones entre
dos entidades que deben ponerse de acuerdo, ya que se nece­
sitan mutuamente, para poder llevar a feliz término la explo­
tación en gran escala de un recurso que, como el petrolero,
es exigido cada día en cantidades crecientes por la humanidad.

1) Conferencia dictada ante la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Pe­


tróleo y Profesiones Afines (Capítulo Zulia). Lagunillas, 22 de abril
de 1965.
2) Geólogo. Directivo de la Creole Petroleum Corporation, Caracas.

35
Desde luego que esta relación entre el dueño del recurso
y quien lo puede explotar varía mucho de un sitio a otro y de­
pende, en primer lugar, del titular de la propiedad de los mine­
rales en el subsuelo. Como es conocido, en los países anglo­
sajones el estatuto legal está basado en que el propietario del
suelo es también el propietario de los minerales o de las rique­
zas que pueda contener el subsuelo. En contraste con esta doc­
trina, existen otros países en los cuales el propietario del suelo
no lo es del subsuelo, la propiedad del cual, junto con todos
sus recursos, pertenece a la Nación. Aunque en ,el primer gru­
po de países se suscitan relaciones de mucho interés entre el
propietario individual y quien puede explotar los recursos del
subsuelo por contar con la técnica y el capital apropiados, el
segundo caso, donde el Estado es una de las partes contratantes,
tiene mayor interés para Venezuela y puede dar lugar a infi­
nidad de modalidades tanto en la forma de contratación, la
cual varía de una región a otra, como en los cambios que pue­
den ocurrir en un mismo país con el correr del tiempo.
A lo largo de esta disertación espero poder destacar como
Venezuela, en una u otra forma, a veces quizás hasta por
accidente, o bien conscientemente, ha estado a la vanguardia
en muchos e importantes aspectos en el vasto campo de la
contratación petrolera. Así desde principios de siglo, Venezuela
ha venido creando nuevas modalidades en la contratación, que
luego han sido acogidas por otros países que se encontraban
en circunstancias más o menos similares al caso de Venezuela.
Esta situación dinámica ha subsistido hasta la mitad de la
década de los 50, y de allí en adelante se observa un cambio
radical en esta actitud ya que Venezuela, en lo que a contra­
tación petrolera se refiere, ha permanecido a la expectativa,
mientras otros países marcaban nuevos rumbos. Esta circuns­
tancia le imprime un especial interés al caso venezolano por
la cantidad de interrogantes que sugiere: ¿Qué va a suceder
en Venezuela? ¿Qué camino vamos a tomar? ¿Qué derrotero
vamos a seguir? ¿ Vamos a ser imitados, como lo fuimos ante­
riormente, o vamos a ser nosotros los imitadores de otros?
Estas interrogantes debemos planteárnoslas todos nosotros, ya
que, como personas que laboramos dentro de la industria petro­
lera y que conocemos sus particularidades, tenemos el deber

36
de aportar nuestro concurso para contribuir a enrumbar a
Venezuela por un camino firme, pero todavía por definirse, que
garantice al país los mejores frutos de la explotación de sus
recursos petroleros.
Para el ordenamiento de esta exposición me voy a propo­
ner, en primer lugar, hacer un breve recuento de la evolución
de lo que pudiéramos llamar el sistema venezolano de contra­
tación entre el Estado propietario del recurso y las empresas
privadas que lo desarrollan y explotan comercialmente. Luego
de analizar la evolución y la meta alcanzada por el sistema
venezolano, trataremos de traer ante Uds. el paralelismo que
existe entre lo ocurrido en Venezuela y lo que fue sucediendo
con posterioridad en los países del Medio Oriente, nuestros
principales competidores en el mercado petrolero internacional.
En tercer lugar, estudiaremos la situación venezolana después
del año de 1958 cuando, como todos sabemos, ocurrió un pro­
fundo cambio en el país y en su política petrolera. Para ter­
minar, examinaremos algunas de las nuevas formas de aso­
ciación entre el capital privado y el Estado propietario de los
recursos naturales en otros países, y finalmente nos dedica­
remos a esbozar las alternativas que se le ofrecen a Venezuela
ante la situación planteada.
Los textos antiguos informan que en el siglo XI la Real
Corona de España emitió un decreto en estos términos: "todas
las minas de plata, oro, plomo y otras clases de metales o cual­
quier otra cosa semejante que pueda haber en nuestro dominio
real le pertenece a la Corona, y por tanto nadie debe atre­
verse a explotar tales minas sin nuestra licencia u orden espe­
cial". Este simple y antiguo enunciado representa el punto
de partida de la legislación hispánica en cuanto a los recursos
no renovables se refiere.
Más adelante, en el año de 1602 se promulgaron las leyes
de Indias que autorizaban a los gobernadores de las colonias
españolas para aplicar las leyes de minas de España en todas
esas dependencias, es decir, que el principio español de con­
tratación con el propietario del subsuelo, la Corona española,
que databa desde la Edad Media, atravesó el Atlántico, y se
aplicó en la América Hispánica.

37
En el año 1783 las Ordenanzas de Minas de Nueva España
declaraban como propiedad de la Real Corona los depósitos de
petróleo en las colonias españolas del Nuevo Mundo. Final­
mente, en el año de 1829 por decreto del propio Libertador, la
Ordenanza antes nombrada, fue sancionada como ley en la
Gran Colombia; o sea, que como país independiente hereda­
mos de España esta particularidad de que la propiedad de los
depósitos de hidrocarburos radicaba en el Estado, el cual podía
contratar o negociar con otras personas que de por sí no tenían
otra posibilidad de explotar tales recursos, sino mediante una
negociación con el propio Estado.
Así pasaron los años, y a través de nuestros primeros lus­
tros de nación independiente las diferentes leyes de minas que
fueron sancionadas abarcaban también a los hidrocarburos; no
existiendo, por lo tanto, ningún estatuto legal especial que
reglamentase específicamente la explotación de los hidrocar­
buros. Este estado de cosas persistió hasta el año de 1918 cuan­
do se promulgó el primer Decreto de Hidrocarburos de Vene­
zuela, en el cual se disponía que los derechos para la explo­
ración y explotación de "asfalto, petróleo y otros hidrocarbu­
ros" podían ser adquiridos solamente a través de contratos
especiales otorgados por el Ejecutivo Federal. Esta fecha, final
de la primera guerra mundial, marca un paso de primera im­
portancia en nuestro ordenamiento legal por el hecho de con­
ferírseles a los hidrocarburos, un rango especial y diferente al
de los demás recursos naturales. Dos años más tarde, en el
año de 1920, surge la primera Ley de Hidrocarburos de Vene­
zuela, la cual, como cosa interesante, concedía al te:rrateniente
y por un período de un año a partir de su promulgación, el
derecho de obtener una licencia para explotación petrolera y el
derecho subsiguiente a obtener una concesión sobre el área
cubierta por su propiedad.

En el año de 1922, surge una nueva Ley de Hidrocarburos


donde asoman por primera vez muchos de los principios bási­
cos de la legislación de hidrocarburos venezolana como la cono­
cemos hoy día. Así esta ley, por ejemplo, estipulaba el otor­
gamiento de concesiones de exploración sobre una superficie
sólo de 10.000 hectáreas, las cuales llevaban aparejado el dere-

38
cho del concesionario de elegir, al cabo de tres años, parcelas
de explotación de 500 hectáreas hasta por la mitad de la super­
ficie otorgada originalmente durante un período de cuarenta
años, mientras que el resto de la concesión se devolvía a la
nación pasando a ser reserva nacional. Estos principios junto
con otros más como el pago de una regalía o impuesto de explo­
tación, contenidos en la Ley de 1922, se han venido conser­
vando a través de los años hasta la Ley de Hidrocarburos del
año 1943 vigente en la actualidad. Con posterioridad a 1922 se
promulgaron nuevas leyes de hidrocarburos en los años 1925,
1928, 1935, 1936 y 1938; pero ninguna d.e estas leyes se puede
decir que modificó radicalmente la estructura de la ley del
año de 1922. Una característica fundamental de este período
fue el hecho de que cada concesión se regía por las disposicio­
nes vigentes para el momento de su otorgamiento, lo que dio
como resultado que para la década de 1940 existían concesio­
nes petroleras en el país que se regían por una serie de diver­
sas ordenanzas desde la Ley de Minas en las concesiones otor­
gadas antes del año 1918 hasta las varias leyes de hidrocarbu­
ros promulgadas a partir de 1920. De modo que los diversos
concesionarios dentro de la industria estaban sujetos a moda­
lidades legales diferentes, lo cual los colocaba .en situaciones
también diferentes ante el Estado en lo tocante a importantes
obligaciones contractuales, tales como el pago de impuestos
y otras de índole operacional. Este mosaico legal, a todas luces
poco práctico, fue corregido con la Ley de Hidrocarburos de
1943 a cuyas estipulaciones se convirtieron todas las conce­
siones entonces vigentes.
Esta ley que hoy rige las actividades petroleras en Vene­
zuela es bastante conocida de todos y sólo nos detendremos en
recordar algunos de sus principios básicos. Las concesiones de
exploración tienen tres años para ser exploradas al cabo de
los cuales se devuelve la mitad como mínimo a la Nación y pasa
a formar las reservas nacionales, aunque existen concesiones
que pueden ser directamente explotadas sin pasar por el perío­
do de exploración. Entre los pagos que, según la Ley de Hidro­
carburos, tiene que hacer el concesionario a la Nación, el prin­
cipal está constituido por la regalía, la cual monta a un 16 2/3 %
del petróleo explotado, pudiendo la Nación tomarla en especie

39
o recibir su equivalente en metálico. Además, existen los im­
puestos superficiales y las reglamentaciones tendientes a evi­
tar todo desperdicio ,en las explotaciones, modalidades que
todos conocemos.
Es interesante observar cómo desde su propia promulga­
ción la Ley de Hidrocarburos del año de 1943 contemplaba la
división, por igual, de los beneficios. Este principio, que pasa­
ría a ser famoso, queda expresado en la exposición de motivos
de la Ley en la cual se dice que el objetivo de aquella ley, con
la nueva escala de regalías y los nuevos pagos, era el de lograr
que el Estado venezolano recibiese exactamente lo mismo que
recibían las empresas por concepto de utilidades. Esto, por
multitud de factores, no pudo ser obtenido con la simple apli­
cación de la nueva ley, y así para lograrlo, se dictaron ciertos
decretos y, finalmente, en 1948, mediante una legislación espe­
cial, se estableció el concepto de un impuesto adicional por
encima del impuesto sobre la renta que permitiera al Estado
percibir, por lo menos, una cantidad equivalente a la perci­
bida por la industria. Con este nuevo instrumento, el Estado
tenía la plena seguridad de que los ingresos fiscales provenien­
tes de la explotación petrolera, iban a ser por lo menos iguales
a las ganancias netas de la industria. Este es el conocido prin­
cipio de lo que se llamó el "fifty-fifty", el "cincuenta-cincuen­
ta" o "mitad y mitad" que se ha hecho tan famoso en el
mundo, y el cual es definitivamente una concepción venezo­
lana que data desde el año de 1943 con la promulgación de la
Ley de Hidrocarburos de este año. Este principio de la división
por igual de las ganancias como mínimo, en la forma como se
aplica en Venezuela, produjo al país ingresos anuales que
superaban las utilidades de las empresas y a partir de 1958 con
la modificación de las tasas del impuesto sobre la renta de ese
año ha dejado de tener vigencia en la práctica, puesto que los
ingresos que recibe la Nación a través del impuesto de explo­
tación y de las nuevas tasas del impuesto sobre. la renta sobre­
pasan por mucho en todos los casos las utilidades netas de cada
empresa. Las estadísticas demuestran que mientras el impuesto
adicional era aplicable la división Estado-empresa se situó en
54/46 a favor del Estado, pero después de 1958 esta proporción
ha subido a valores del orden 65/35 o más, a favor de la Nación.

40
Como se recordará esta elevación de los ingresos se logró por
medio de un aumento en la tasa del impuesto complementario;
o sea que mediante la combinación de los impuestos prescritos
en la Ley de Hidrocarburos que data de 1943, y los mayores
impuestos surgidos de la modificación de una ley nacional de
aplicación general, Venezuela ha llegado a esos altos niveles
de percepción todavía no igualados por ningún otro país expor­
tador de petróleo.
Este breve recuento resume la evolución ocurrida en
Venezuela en lo que a contratación petrolera se refiere; parti­
mos de las leyes de Minas sancionadas por los reyes de España
y adoptadas gradualmente en nuestro país. Vimos después que
ya para el año 1918 había una conciencia de la importancia de
los hidrocarburos y se sancionó el primer Decreto de Hidrocar­
buros o sea el primer estatuto especializado que iba a regla­
mentar la explotación de aquél recurso en el país, y luego obser­
vamos cómo a través de la aplicación combinada de la Ley de
Hidrocarburos de 1943 junto con la Ley de Impuesto sobre la
Renta, Venezuela ha llegado a un alto nivel de percepciones
fiscales y ha desarrollado un marco propio en el aspecto de sus
relaciones contractuales con las empresas petroleras privadas.
Después de analizar la experiencia venezolana, debemos
volvernos al otro lado del mundo, al Hemisferio Oriental, a
examinar lo ocurrido en la contratación petrolera en ese otro
gran polo petrolero constituido por los países que bordean el
Golfo Pérsico. Al revisar la historia petrolera del Medio Orien­
te, salta a la vista en primer lugar el hecho de que allí no se
promulgaron leyes especializadas de hidrocarburos, sino que
simplemente la explotación se realizaba mediante contratos
que se concertaban entre las empresas interesadas y el gobierno
de turno en aquellos países. Una comparación de esos contra­
tos con lo que pudiéramos llamar una ley primitiva venezolana
como sería la Ley del año 1922, nos demuestra que dichos con­
tratos son elementalmente simplistas si tomamos en cuenta
lo que debe ser un texto legal que ha de reglamentar una rela­
ción económica de tanta importancia como la explotación pe­
trolera. Estos contratos, por ejemplo, en su forma típica se
limitaban a enunciar en el campo económico de que habría

41
un pago fijo de tantos centavos o peniques por tonelada de
petróleo producido. El primer país que otorgó una concesión
en el Medio Oriente fue Irán que en aquel tiempo se llamaba
Persia. La concesión le fue otorgada a la compañía Anglo-Per­
sian que era una empresa privada cuyo control fue adquirido
en 1914 por el gobierno inglés y fue la antecesora de la actual
British Petroleum. Después de la Primera Guerra Mundial
vienen los contratos de Irak con un consorcio europeo, y final­
mente después de 1930 los contratos en la Arabia Saudita con
compañías norteamericanas y, más tarde, los contratos más
importantes de Kuwait y otros en los pequeños países situados
alrededor del Golfo Pérsico. Todos estos contratos, con ciertas
variantes, contemplaban básicamente un pago fijo por unidad
de petróleo explotada.
Esta situación persistió hasta finales de la última guerra
mundial. En esa época, para el año de 1948, ocurrieron tres
acontecimientos que tuvieron una gran influencia en los gobier­
nos del Medio Oriente y los indujeron hacia una renegociación
de los contratos para entonces vigentes. En primer lugar, se
destaca la consolidación del reparto por igual de las ganan­
cias que ocurre en Venezuela con la legislación del impuesto
adicional promulgada en 1948. Esta situación, sin lugar a dudas,
dio pie para que los países del Medio Oriente aspiraran a la
introducción en sus respectivos contratos de modalidades que
les llevaran a percibir ingresos semejantes a los obtenidos por
Venezuela. El segundo acontecimiento fue un convenio que
propuso la Unión Soviética al gobierno de Irán, por medio del
cual se le proponía al gobierno iraniano de que se asociase por
partes iguales con una compañía estatal soviética para la ex
plotación de los recursos petroleros en ciertas áreas del país.
Este convenio que nunca llegó a firmarse y que fue rechazado
por el parlamento iraniano, sin embargo, tuvo su influencia
en el sentido de que indicaba de que había posibilidades de
negociar en términos más favorables que los existentes. Final­
mente, un tercer hecho de interés fueron las negociaciones por
las concesiones de la llamada Zona Neutral situada entre Ku­
wait y Arabia Saudita y cuya administración comparten ambos
países. Allí entraron dos empresas a negociar y acordaron con­
diciones con uno y otro gobierno por la parte que le corres-

42
pondía a cada uno de ellos y las cuales resultaron sensiblemen­
te más favorables que los contratos tradicionales que ampa­
raban las concesiones en Arabia Saudita y Kuwait respectiva­
mente.
La concurrencia de estos tres factores: el régimen de par­
tes iguales en Venezuela, la oferta soviética a Irán y la cele­
bración de contratos con percepciones más elevadas en la Zona
Neutral, hizo ver a los gobiernos del Medio Oriente la existen­
cia de posibilidades reales de mejorar sus condiciones de con­
tratación.
Esta tendencia hacia la mejora se fija definitivamnte en
el año de 1950, cuando la Arabian American Oil Company
(Arameo) y el gobierno de la Arabia Saudita renegocian los
términos de su concesión a base de una regalía e impuestos
para garantizarle al gobierno que obtendría, a semejanza del
gobierno de Venezuela, el 50 % de los beneficios con la impor­
tante diferencia de que la legislación venezolana, como apun­
tamos anteriormente, garantizaba al gobierno nuestro por lo
menos el 50 % . De modo que la forma de contratación que se
escogió en el Medio Oriente garantizaba al gobierno exacta­
mente el 50 % , ni más ni menos, en cambio en el sistema vene­
zolano el Estado se aseguraba por lo menos el 50 % , lo que le
proporcionó una ventaja no despreciable como ha quedado
demostrado con las estadísticas citadas anteriormente.
El año de 1950, cuando Arabia Saudita renegoció su con­
trato, marca la introducción en el Medio Oriente del reparto
de las ganancias por igual. Mas luego, uno tras otro, los demás
convenios fueron modificados bajo términos más o menos seme­
jantes. Ante estos hechos creo que no es pretensión decir que
Venezuela exportó al Medio Oriente el principio del reparto
por igual de las ganancias el cual se extendió rápidamente
aunque no en forma idéntica al concepto venezolano. Además,
de la diferencia anotada había otras variantes. Así, la regalía
sólo montaba al 12½ 7c en comparación al 16% en Venezuela;
al mismo tiempo ella se imputa como un crédito contra los
impuestos y no como un gasto según se usa en Venezuela. Por
otro lado, los impuestos se calculaban a base de los precios co­
tizados, es decir, el precio publicado por las ,empresas en los

43
puertos de embarque del Medio Oriente, a diferencia de Vene­
zuela donde el impuesto sobr.e la renta se calcula a base del
precio efectivo de venta, el cual puede ser mayor o menor que
el precio cotizado según sea la situación circunstancial del
mercado.
Las consid.eraciones hechas hasta ahora, nos indican que
para 1954 nos encontramos con que tanto Venezuela como el
Medio Oriente, bajo términos algo diferentes, han adoptado el
concepto de la división por igual de las ganancias. La demanda
de petróleo en .el mundo sigue creciendo, hay otros países que
van entrando en el panorama petrolero, algunos de ellos con
leyes diferentes, otros, con leyes similares, pero había un prin­
cipio de casi general aplicación, en la repartición por igual de
las ganancias, en una u otra forma. En todo caso, debemos re­
calcar el hecho de que Venezuela había dado un paso al frente:
nosotros marcábamos la pauta, y otros la habían seguido
después.
En 1958 con el cambio de gobierno en Venezuela surgen,
una serie de nuevos planteamientos y nuevas ideas en cuanto
a política petrolera se refiere. En primer lugar se d.estaca el
hecho de que nuestro gobierno adopta ló. política de que no
habrá más concesiones del tipo contemplado en la Ley de Hidro­
carburos de 1943. Durante casi tres años persiste esta idea de
no más concesiones a la empresa privada, sin indi�ar si ésta
contaría con otras posibilidades, distintas del sistema de con­
cesiones, para la eventual explotación de otras áreas del país
no cubiertas por las concesiones vigentes. Luego, más adelan­
te, en 1961, surge la tesis de que la empresa privada continua­
ría teniendo un papel que llenar en la futura explotación pe­
trolera del país en aquellas regiones hoy no explotadas, pero
esta concurrencia del capital privado no sería a través del
régimen de concesiones, sino a través de un nuevo sistema al
cual se le dio el calificativo de "contratos de servicio". De ahí
nace esta denominación de la cual estamos hablando ,esta noche,
del contrato de servicio, frase esta que estaba en boga en ese
momento debido a la firma de verdaderos contratos de servicio
en la República Argentina. Es decir, que sin mayor definición
se escogió un calificativo para una nueva y vaga forma de
asociación entre el Estado como propietario del recurso y .el

44
capital privado, con medios técnicos y financieros, para ex­
plotarlo.
Esta designación tuvo aceptación general y ha pasado a
constituir, a pesar de la falta de definición que persiste hasta
el día de hoy, el sustituto de las concesiones. Ahora bien, desde
el anuncio por primera vez en 1961 de los contratos de servi­
cio a esta parte ya han transcurrido cuatro años, se sigue ha­
blando en Venezuela de contratos de servicio cuando en ver­
dad se ha definido más bien poco lo que se entiende por esta
denominación. Al mismo tiempo se lee con frecuencia en la
prensa de que se están estudiando los contratos de servicio,
de que se van a publicar y discutir las condiciones mínimas de
los contratos de servicio, de que hay reuniones de técnicos para
determinar cuales deben ser las condiciones mínimas de nego­
ciación. Por otro lado, se ha publicado una lista con más de
doce empresas que ya han hecho proposiciones de contratos
de servicio al gobierno. Ante todas estas referencias y pro­
nunciamientos, en realidad, el público y el país en general
sabe muy poco de cual es el verdadero alcance de lo que se
ha venido designando como contratos de servicio en el país,
existiendo hoy día por lo tanto bastante confusión sobre todo
lo relacionado con ellos.
Para estudiar mejor el tema, en primer lugar debemos
analizar qué es lo que en otros países del mundo se conoce
como contratos de servicio, y para eso tenemos que examinar
lo sucedido en este campo a partir del año 1956. Antes de co­
menzar hay que recordar que mientras en Venezuela pasamos
la página y cerramos el libro al decir no más concesiones a la
.empresa privada, en otros países esto no ha ocurrido sino, por
el contrario, se han abierto nuevas páginas y se han escrito
nuevos textos que a nosotros nos conviene estudiar cuidadosa­
mente, ya que es un hecho que nuestra anterior posición de
vanguardia ha sido tomada por otras regiones. Por lo tanto, nos
interesa observar lo que está sucediendo en nuestros alrede­
dores para quizás orientarnos un poco acerca del posible con­
tenido de esas páginas que forzosamente tendremos que escri­
bir en el futuro una vez tomada la decisión de abrir de nuevo
el libro. Entre los acontecimientos sucedidos fuera de Vene-

45
zuela que debemos reseñar se destaca en primer lugar el con­
tinuo otorgamiento de nuevas concesiones en otras regiones,
mientras en Venezuela nos adheríamos a la política de no más
concesiones a la empresa privada. Por otro lado, se iniciaban
también en otras r.egiones una serie de nuevas modalidades de
asociación, no bajo el sistema de concesión sino por el sistema
de asociación financiera, de asociación como socios en una
empresa, entre el Estado como propietario del recurso y la
empresa técnica y financieramente capaz de explotarlo. Por
ser de interés enumeraremos y describiremos brevemente algu­
nos de los contratos más importantes suscritos en los últimos
ocho años, con el fin de determinar su posible aplicación al
caso venezolano.
En el año 1957 Irán otorga concesiones en el Golfo Pérsico
a una empresa mixta formada por la AGIP Mineraria (subsi­
diaria de la empresa estatal italiana E. N. l.) y la National
Iranian Oil Company, empresa estatal iraniana. También, en
ese mismo año, en la famosa Zona Neutral de que hablamos
anteriormente y que dio la pauta en 1948, entran los japone­
ses (Arabian Oil Company) a negociar con los gobiernos de
Kuwait y de Arabia Saudita, y obtienen bajo concesión un
área submarina de gran riqueza.
En el año 1958 de nuevo Irán negocia otro contrato, simi­
lar al del año anterior, con la Pan American Oil Company, sub­
sidiaria de la Standard Oil of Indiana. También en 1958 la
Argentina firma una serie de contratos de servicio con varias
empresas internacionales para la explotación de los recursos
petroleros argentinos bajo una multitud de modalidades.
En el año de 1960, Egipto suscribe contratos con tres em­
presas: la Phillips, la Pan-American y el E. N. I. En el mismo
año 1960 Kuwait negocia con la Shell un contrato con carac­
terísticas sumamente interesantes y novedosas que cubre la
mayor parte de las aguas territoriales de Kuwait en el Golfo
Pérsico.
En 1962 y de nuevo en 1963 Indonesia suscribe nuevos
contratos con las viejas empresas concesionarias del país (La
Standard Vacuum, la Caltex y la Shell) a la vez que pactaba

46
con la Pan-American que iniciaba operaciones en Indonesia.
En ambos casos los contratos muestran también nuevas e inte­
resantes condiciones.
En 1964, Inglaterra otorga extensas concesiones que cubren
gran parte del Mar del Norte y que han recibido tanta publici­
dad. Finalmente, en 1965 tenemos dos casos de gran importan­
cia. El primero corresponde de nuevo a Irán el cual otorga una
serie de contratos en la plataforma continental del Golfo Pér­
sico. El segundo caso ocurrido hace unos pocos días .es el con­
trato suscrito entre la Arabia Saudita y una compañía estatal
francesa, cubriendo parte de las aguas territoriales árabes en
el Mar Rojo.
De este recuento se despr.ende que mientras Venezuela
permanecía con el libro cerrado o quizás entreabriéndolo, se
marcaban nuevos rumbos en la contratación petrolera en otros
países del mundo. Estos nuevos contratos ya no se hacían a
base del "50-50" que, como dije anteriormente, Venezuela ex­
portó al mundo, sino en otros términos, por lo cual se hace
interesante estudiar estas nuevas modalidades de contratación
de posible aplicación en los contratos de servicio de Venezuela.
Entre los contratos de mayor interés se encuentra el cele­
brado por la compañía estatal petrolera de Irán en 1957 con la
AGIP Mineraria, la cual es el órgano exploratorio del ENI
(Ente Nazionali Idrocarburi) que es la compañía estatal ita­
liana. Quizás muchos de Uds. recordarán que este contrato fue
bautizado como el famoso contrato del "75-25", aludiendo al
hecho de que la compañía estatal iraniana, la NIOC (National
Iranian Oil Company) entraba a contratar a nombre del Esta­
do con una empresa, en este caso la AGIP Mineraria, en tér­
minos de igual participación, tanto en el capital como en las
ganancias. De esta manera, el Estado recibía el impuesto nor­
mal del 50 % que habría de pagar la empresa mixta concesio­
naria y además, como socio capitalista, recibiría la mitad de
las ganancias netas de la compañía para lo cual tenía primera­
mente que haber suscrito su parte correspondiente del capital
e inversiones de la empresa. Este tipo de asociación es la que
se ha venido a llamar contrato tipo iraniano.

47
Dentro del modus operandi de esta clase de contratos, se
funda una empresa mixta la cual en el caso descrito pertenecía
por partes iguales a ambos socios, es decir la compañía estatal
iraniana (NIOC) y la AGIP Mineraria. Esta empresa tenía la
autorización del gobierno de .efectuar trabajos de exploración,
de producción, refinación, transporte y venta. El área que se
le asignó a esta empresa para desarrollar sus actividades era
de 2.300.000 hectáreas en el Golfo Pérsico, superficie bastante
extensa si la comparamos con las 3.200.000 hectáreas que cu­
bren las concesiones hoy vigentes en Venezuela. También, hay
que notar que el Fisco iraniano .en este caso no recibió ningún
pago inicial por la asignación de tan vasta extensión en con­
traste con la práctica usual del pago de primas elevadas al
momento del otorgamiento de una concesión.
El 50% de las ganancias de esa empr.esa conjunta sería
pagado al gobierno de Irán por concepto de impuestos, o sea
que el principio del "50-50" se respetaba en cuanto a la par­
ticipación del Estado como propietario del recurso. Además,
Irán como copropietario en la empresa, recibiría la mitad de
aquella parte de las utilidades que pudiera ser declarada como
dividendo. Por lo tanto, sólo en el supuesto de que todas las
utilidades de la empresa, después de haber pagado los impues­
tos, fuesen declaradas como dividendo, la participación del
Fisco, en su doble capacidad de propietario del recurso y de
socio capitalista en la empresa que lo explota, podría alcanzar
el máximo teórico de 751/, . Como es bien conocido, raro es el
negocio que puede dars.e el lujo de declarar como dividendo el
monto total de sus ganancias netas, puesto que deben hacerse
toda clase de apartados que una sana práctica contable reco­
mienda además de la suma considerable que hay que dedicar
a nuevas inversiones y lo cual incide especialmente en la indus­
tria petrolera.
Al año siguiente Irán celebró otro contrato similar esta vez
con una .empresa americana, la Pan-American, subsidiaria de
la Standard Oil Company of Indiana. Ese contrato tenía más
o menos las mismas características del anterior, sin embargo,
en él se estipulaba el pago de una prima inicial de $25.000.000.
En el área bajo contrato con el ENI se encontró petróleo en

48
cantidades relativamente modestas con capacidad de produ­
cir alrededor de unos 20.000 barriles diarios. El área de la Pan­
American ha tenido más suerte habiendo sido localizados dos
grandes campos capaces de producir hoy día unos 200.000 ba­
rriles diarios. Muy pronto se espera el inicio de las exporta­
ciones de estos dos campos bautizados con los nombres de los
famosos reyes persas de la antigüedad, Ciro y Darío.
En síntesis, en los años 1957-1958 vemos a una empresa
estatal actuando en función del Estado, o sea que el gobierno
propietario del recurso designa una .empresa de su plena pro­
piedad para que negocie con quien pueda explotarlo, llegán­
dose a un entendimiento a base de una asociación por partes
iguales, en la cual la .empresa conjunta paga al gobierno im­
puestos a base del régimen de "50-50', y a la vez el gobierno
recibe los dividendos que le corresponden como inversionista
después de haber invertido y después de haber arriesgado cier­
ta parte de capital. El riesgo en estos casos es relativo porque
en ambas negociaciones se contempla que los trabajos explo­
ratorios, es decir, la parte verdaderamente riesgosa del nego­
cio los emprende el otro socio a sus propias expensas sin tener
el gobierno que participar en estos desembolsos a menos que
surgiera de esa exploración un descubrimiento comercial, en
cuyo caso el gobierno tendría que pagar la parte que le corres­
pondiera de los trabajos exploratorios ya realizados.
En el año de 1960, Egipto concluye negociaciones bajo tér­
minos muy semejantes a los contratos de Irán. En estos casos
Egipto otorga una concesión a la empresa interesada y no a una
empresa conjunta como en el caso de Irán. Esta empresa, por
ejemplo la Phillips Petroleum, emprende los trabajos explora­
torios y si se produce un descubrimiento comercial se constituye
una empresa explotadora por partes iguales y el estado como
socio capitalista aporta la mitad de lo inv.ertido hasta la fecha
en los trabajos exploratorios. De ahí en adelante la explotación
la realiza la empresa conjunta en forma mancomunada. En
ese mismo año en que Egipto sigue el ejemplo de Irán .en mate­
ria de contratación, la Shell obtiene de Kuwait la buena pro
en una licitación por una concesión comprendida en sus aguas
territoriales sobr.e el Golfo Pérsico. Esta negociación no en-

49
vuelve una compama estatal de por medio como en los casos
precedentes, sino que se asemeja mucho a una concesión tra­
dicional salvo algunas variantes de interés. En primer lugar s.e
nota que las primas a pagar son bastante elevadas llegando
a un total de $74.000.000 de los cuales $20.000.000 se abonaban
al otorgarse la concesión y el resto a medida que fueran alcan­
zados ciertos niveles de producción. Además, el contrato con­
tiene una cláusula en la cual se le otorga al gobierno la posibi­
lidad de adquirir una participación hasta del 20% en la em­
presa explotadora, o sea que surge aquí otra vez el principio
de asociación del Estado en la explotación del recurso como
socio capitalista.
En Indonesia surge otra nueva mcdalidad en el año 1962
que se repite al año siguiente. Allí desde el año de 1960, el
gobierno había hecho una declaración algo similar a la del
gobierno de Venezuela en el sentido de no más concesiones.
En los años aludidos el gobierno creó tres empresas estatales
las cuales a su vez negociaron con las empresas concesionarias
existentes en el país y con otras empresas nuevas, un tipo de
contrato bastante similar a los contratos de servicio tipo argen­
tino en el sentido de que las compañías, mediante ciertos pagos
estipulados, trabajan a la manera de contratistas de la empresa
estatal designada por el Gobierno. Como hecho interesante hay
que destacar que en algunos de esos contratos se estipula que
los beneficios han de repartirse no a base del tradicional "50-
50", sino a base de "60-40" a favor del Estado.
En 1964, y a título de ilustración únicamente, tenemos los
contratos del Mar del Norte en Inglaterra en los cuales se otor­
garon en concesión la considerable extensión de 7 .500 .000 hec­
táreas a 22 diferentes concesionarias por un período de 40
años y bajo condiciones similares a las concesiones venezo­
lanas, es decir pagos por regalías más impuesto sobre la renta.
En este año, en Irán ocurre una repetición de los mismos
contratos de 1957, aunque con algunos refinamientos. Estos
nuevos contratos se han celebrado con cinco grandes consorcios
entre cuyos miembros se cuentan empresas norteamericanas,
inglesas, francesas, alemanas y una empresa española, además
del gobierno hindú. El área otorgada, ubicada dentro de las

50
aguas territoriales de Irán en el Golfo Pérsico, cubre una super­
ficie de aproximadamente 3.000.000 de hectáreas, o sea una
extensión equivalente a todas las concesiones hoy día vigentes
en Venezuela. Los grupos contratantes se han comprometido a
abonar a Irán por concepto de primas un total de $241.000.000
de los cuales $190.000.000 deben abonarse al firmar los con­
tratos. En todos ellos se creará desde el comienzo una empresa
mixta por partes iguales con la compañía estatal iraniana
(NIOC) en forma similar a los contratos de 1957 y 1958. Hay
otros puntos de interés en estos nuevos contratos que sería muy
largo enumerar, pero sí conviene recalcar que ellos le añaden
mayor vigencia al tipo de asociación iniciado en Irán en el
año de 1957 con el contrato de la AGIP Mineraria.
El último caso que mencionaremos es historia verdadera­
mente reciente, tratándose de la negociación entre Arabia Sau­
dita y la empresa estatal francesa, Regie Autonome de Petroles
(RAP), por una concesión en aguas territoriales sauditas en el
Mar Rojo. En esta negociación se contempla de nuevo, seme­
jante a los casos egipcios, de que la empresa interesada con­
duzca a sus expensas las labores de exploración y después el
Estado si le interesa puede entrar al negocio como socio capi­
talista. En este caso se prevé una participación estatal de hasta
el 40% pero recibiendo el 50% de las utilidades netas una
vez pagados los impuestos que comprende una regalía de 20%
más impuestos sobre la renta de 50 'l. Además, el Estado tiene
una representación en la Junta Directiva de la empresa supe­
rior a la que le daría su 40 7c, de participación como socio capi­
talista.
Sintetizando el recuento anterior, se puede observar que
en estos últimos siete u ocho años, mientras en Venezuela he­
mos estado en un compás de espera, primero formulando una
política y luego modelando la misma, en otras regiones del
mundo no han permanecido estáticos, sino que por el contrario
han estado actuando bajo formas que, para nosotros en Vene­
zuela, hoy resultan novedosas.
Habiendo llegado a este punto en la exposición, quizás con­
vendría hacer un análisis muy rápido de lo logrado por Vene­
zuela en el campo de la contratación petrolera a través de la

51
aplicación combinada de la Ley de Hidrocarburos y la Ley del
Impuesto sobre la Renta. Al mismo tiempo, para ser justos,
hay que examinar cuales logros o aspiraciones ya alcanzados
en otros países, son imposibles de alcanzar en Venezuela a tra­
vés de los instrumentos legales existentes para así quizás en­
cuadrar, de la mejor manera posible, el contenido de futuros
"contratos de servicio".
En primer lugar la Ley de Hidrocarburos le proporciona
al Estado venezolano la potestad de otorgar o no concesiones.
Si el Estado se decide a otorgar puede negociar su otorgamiento
entre un sinnúmero de postores, tratando en todo caso de ob­
tener para la Nación ventajas especiales de toda índole, bien
sea bajo la forma de mayores proventos fiscales o cualquier
otro tipo de ventaja que el gobierno juzgue conveniente para
los intereses del país.
La Ley de Hidrocarburos permite al Estado ejercer un con­
trol efectivo de la explotación de los yacimientos, desde el
punto de vista técnico. También, la misma ley, mediante el re­
quisito de la aprobación previa de memorias descriptivas de
los proyectos de inversión de las empresas concesionarias, le
proporciona al Estado una medida de control sobre el monto
de las inversiones necesarias para la eficiente explotación de
los yacimientos.
La Ley del Impuesto sobre la Renta capacita al Estado para
realizar toda clase de exámenes y auditorías sobre todos aque­
llos elementos que puedan afectar en una u otra forma la renta
gravable. Bajo este precepto el Estado ejerce control y vigilancia
sobre los gastos, costos y precios de venta de las empresas.
A través del funcionamiento de organismos especializados
como la Comisión Coordinadora para la Conservación y el
Comercio de los Hidrocarburos, el Estado cuenta con infor­
mación precisa y al día de todas las actividades de la industria,
desde los niveles programados de producción y refinación,
hasta los precios de venta y destino de las exportaciones de
petróleo del país.
Por último, lo más importante, el Estado venezolano a tra­
vés de la aplicación de estas dos leyes ha logrado obtener una

52
participación fiscal más alta que cualquier otro país productor,
siendo necesario destacar que estas leyes también le han pro­
porcionado al Estado un vehículo idóneo para variar esta par­
ticipación de acuerdo con los intereses del país. De esta manera,
en Venezuela no es necesario renegociar contratos, pues tanto
la Ley de Hidrocarburos como la del Impuesto sobre la R.enta
contienen provisiones que permiten al Estado aumentar o dis­
minuir la presión fiscal según convenga a las intereses nacio­
nales.
Veamos ahora cuales aspectos de los contenidos en esos
contratos celebrados por otros países con posterioridad a 1957
no pueden lograrse en Venezuela bajo el marco legal a cuyo
amparo se ha venido desarrollando hasta la fecha la explotación
petrolera en el país.
El primero que consideraremos es la imposibilidad hoy día
para el Estado venezolano de acelerar o retardar la explota­
ción, pues aunque ese no haya sido mayor problema en Vene­
zuela, sí lo ha sido en otros sitios. En algunas de las concesio­
nes y contratos recientes de los cuales hemos hablado, el con­
cesionario contratante se compromete a un determinado ritmo
de inversión. Así, por ejemplo, en Egipto la Phillips bajo su
contrato tiene la obligación de gastar en cinco años $30.000.000
en la búsqueda de petróleo.
Bajo el sistema venezolano el Estado no tiene una partici­
pación directa en las decisiones empresariales en el momento
en que éstas se tomen dentro de las empresas concesionarias.
Esta situación cambia naturalmente cuando el Estado como
socio capitalista en una empresa productora de petróleo, desde
luego, participa activamente en todas las decisiones que toma
la empresa.
Finalmente el Estado, en el caso nuestro, no participa ac­
tivamente en el mercado de los productos refinados o del pe­
tróleo crudo en los mercados de exportación, mientras que en
los contratos que describimos el Estado puede colocar en el
mercado su parte correspondiente de la producción.
Este es, señores, el panorama que se nos presenta en la
actualidad. Durante los últimos ocho años en el campo de la

53
contratación petrolera, otros países han tomado la posición
de vanguardia que anteriormente ej.ercía Venezuela. Han sur­
gido en los nuevos contratos fórmulas nuevas que quizás llenen
aspiraciones venezolanas. Aquí en Venezuela estamos por ne­
gociar. ¿ Cómo vamos a negociar? ¿ Qué debemos tratar de
negociar? Al país no se le ha presentado todavía en forma
clara qué .es lo que se pretende lograr con la celebración de con­
tratos de servicio.
Nos cabe preguntarnos cuáles son los objetivos o aspira­
ciones de la Nación.
¿Es nuestro objetivo una mayor participación fiscal?
¿Es nuestro objetivo una mayor participación en las deci­
siones empresariales?
¿Es nuestro objetivo una mayor intervención en los mer­
cados mundiales?
¿Es nuestro objetivo ,el que el Estado llegue a vender
petróleo en el mercado internacional e invierta fuera de Vene­
zuela en instalaciones de refinación y venta?
¿Es nuestro objetivo más bien el que nuestra producción
crezca poco dejando que se produzca en otras parte para luego
entrar nosotros más adelante al mercado con nuestro petróleo?
Todas estas preguntas y muchas más constituyen interro­
gantes que debemos despejar, y hay que hacerlo pronto, pues
sinceramente creo que cualquiera que sea la solución que
vayamos a adoptar los venezolanos para la explotación de nues­
tros recursos petrolíferos ubicados fuera de las concesiones
vigentes, no puede retardarse demasiado a riesgo de poner en
peligro la posición futura del país dentro del concurso de país.es
que concurren y concurrirán al mercado internacional de pe­
tróleo. Así como se están trillando nuevos caminos dentro de
la contratación, la propia estructura de la industria ha venido
cambiando; nuevos países y áreas productoras vienen a sumarse
a los ya tradicionales, y nuevas empresas de variadas naciona­
lidades están ansiosas de proveers.e. de reservas propias. Nos debe
inquietar el que Venezuela con una producción de 3,5 millones
de barriles diarios sólo tenga en funcionamiento de 20 a 25

54
taladros perforando pozos nuevos, bien sean de exploración
o de desarrollo. Este esfuerzo es desde luego exiguo desde cual­
quier punto de vista que se le mire. Todos estos hechos repre­
sentan oportunidades y riesgos que hay que tener muy en cuenta
en la decisión que nos toca tomar y que ya hemos debatido
suficientemente.
El panorama que a grandes rasgos hemos contemplado
esta noche nos lleva a reflexionar que cualquiera que sea el
camino que vaya a escogerse en Venezuela, la selección debe
efectuarse pronto y a través de un análisis frío y sincero de las
alternativas reales, con un claro concepto de cuáles deben ser
nuestros objetivos a largo plazo. Debemos saber a conciencia
cierta lo que queremos y por qué lo deseamos para así guiarnos
mejor en la selección de fórmulas y soluciones que le ase­
guren al país un futuro petrolero apoyado en bases sólidas
que nos permitan un óptimo ritmo de crecimiento cónsono con
nuestras reservas y posibilidades de mercadeo.
Este es el reto al que nos enfrentaremos en esta encruci­
jada del desarrollo petrolero del país. A nosotros los profesio­
nales del petróleo nos toca, como a ningún grupo, meditar sobre
estas cuestiones básicas que afectan el porvenir de la indus­
tria en que laboramos y de cuya solución favorable dependerá
tanto el futuro económico de la patria.

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