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1. [Saber hacia dónde se va: empezar por el final] "En la manera habitual de
estructurar un relato se comete un error radical... El autor se pone a combinar
acontecimientos sorprendentes que constituyen la base de su narración, y se promete
llenar con descripciones, diálogos o comentarios personales todos los huecos que a
cada página puedan aparecer en los hechos... Por mi parte, prefiero comenzar con el
análisis de un efecto. Me digo en primer lugar: de entre los innumerables efectos de
que son susceptibles el corazón, el intelecto o el alma, ¿cuál elegiré en esta ocasión?"
2. [Un solo efecto, una sola impresión] "El punto de mayor importancia es la
unidad de efecto o impresión"
3. [Concebir todos los elementos del cuento en función del efecto final] "Luego
de escoger un efecto novedoso y penetrante, me pregunto si podré lograrlo mediante
los incidentes o por el tono general... entonces miro en torno de mí, en procura de la
combinación de sucesos o de tono que mejor me ayuden en la producción del efecto.
Si el artista literario es prudente... después de concebir cuidadosamente cierto efecto
único y singular, inventará los incidentes, combinándolos de la manera que mejor lo
ayude a lograr el efecto preconcebido".
8. [Importancia del final] "La mayoría de nuestros cuentistas parecen empezar sus
relatos sin saber cómo van a terminar; y, por lo general, sus finales parecen haber
olvidado sus comienzos".
9. [Funcionalidad de todos los elementos] "No debería haber una sola palabra en
toda la composición cuya tendencia, directa o indirecta, no se aplicara al designio
prestablecido".
10. [El poema (el ritmo) de ocupa de lo Bello; el cuento (la prosa), de todo lo
demás] "El autor que en un cuento en prosa apunta a lo puramente bello, se verá en
manifiesta desventaja, pues la Belleza puede ser mejor tratada en el poema. No ocurre
esto con el terror, la pasión o multitud de otros elementos..."
CLARICE LISPECTOR
Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y
X. Mientan siempre.
Cuarto. Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras;
lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás
escribas nada con cincuenta palabras.
Noveno. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando
sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única
verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
ANDRÉS NEUMAN
1. Si no emociona, no cuenta.
2. La brevedad no es un fenómeno de escalas. La brevedad requiere sus
propias estructuras.
3. En la extraña casa del cuento los detalles son los pilares y el asunto
principal, el tejado.
4. Lo bello ha de ser preciso como lo preciso ha de ser bello. Adjetivos:
semillas del cuentista.
5. Unidad de efecto no significa que todos los elementos del relato deban
converger en el mismo punto. Distraer: organizar la atención.
6. Anillo afortunado: a quien escribe cuentos le ocurren cosas, a quien le
ocrurren cosas escribe cuentos.
7. Los personajes aparecen en el cuento como por casualidad, pasan de largo
y siguen viviendo.
8. Nada más trivial, narrativamente hablando, que un diálogo demasiado
trascendente.
9. Los buenos argumentos jamás pierden el tiempo argumentando.
10. Adentrarse en lo exterior. Las descripciones no son desvíos, sino atajos.
11. Un cuento sabe cuándo finaliza y se encarga de manifestarlo. Suele
terminar antes, mucho antes que la vanidad del narrador.
12. Un decálogo no es ejemplar ni necesariamente transferible. Un
dodecálogo, muchísimo menos.
KURT VONNEGUT
1. Utiliza el tiempo de un completo desconocido de forma que él o
ella no sienta que lo está malgastando.
2. Dale al lector al menos un personaje con el que él o ella se
pueda identificar.
3. Todos los personajes deben querer algo, aunque sea un vaso de
agua.
4. Cada frase debe hacer una de estas dos cosas: revelar un
personaje o hacer que la acción avance.
5. Empieza tan cerca del final como te sea posible.
6. Sé sádico. No importa cuán dulces e inocentes sean tus
protagonistas, haz que les pasen cosas horribles (para que el
lector compruebe de qué madera están hechos).
7. Escribe para contentar únicamente a una persona. Si abres la
ventana para hacerle el amor al mundo, o lo mismo para hablarle,
tu historia cogerá una neumonía.
8. Dale a tus lectores toda la información posible lo más rápido
posible. Para mantener el suspense. Los lectores deben tener una
idea general de lo que está pasando, cómo y porqué, de modo que
puedan acabar la historia ellos mismos; las cucarachas pueden
comerse las últimas páginas.