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TEXTO KATRINA EEUU

1) Impacto del Huracán Katrina

El ciclón golpea como huracán de clase 4 en el golfo de México el lunes 29 Arrasando ciudades
enteras a un costo elevado en vidas y daños materiales. En Mississippi son miles los que se quedan
sin vivienda y otros miles los que pierden sus únicas fuentes de trabajo en la costa. Hoteles, casinos
locales, de la noche a la mañana desaparecen. La violencia de los vientos inutiliza plataformas de
petróleo provocando una crisis laboral con incidencia en el precio del crudo. Casi la mitad de la nafta
de todo el país proviene del Golfo. Katrina destroza rutas, arranca árboles, postes de alumbrado,
aísla poblaciones enteras y deja sin luz a millones de personas. Los miembros del cartel de petróleo
en Estados Unidos, amistades de la familia de Bush, tienen una nueva preocupación, las eventuales
pérdidas económicas del sus referías.
Ese día la advertencia de posibles grietas en los diques que contienen al lago de Nueva Orleans
círculo. Michael Brown, el hombre a cargo de la respuesta al desastre, se apuró a avisarle a Bush y le
advirtió dos cosas, que el Gobierno podía no tener capacidad de respuesta para una catástrofe
dentro de las catástrofes y que el Superdome no estaba capacitado para ser el último recurso.
El agua filtra los diques de Pontchartrain y comienza a deslizarse por los barrios bajos de la ciudad,
los más pobres. El alcalde se ocupa de vociferar que los bloques de cemento que debían proteger la
ciudad están siendo sobrepasados por la tormenta.
En la noche del lunes los diques están cediendo y la gobernadora Blanco vuelve a pedir socorro.
Blanco no consigue hablar con Bush por lo que no hay respuesta.
El martes 30 de agosto los diques de cuatro canales ceden en Nueva Orleans hasta el centro de la
ciudad. Sin luz el Súperdome se convierte en un horno gigante, la seguridad está a cargo de
militares, hay filtraciones en techos y paredes, la humedad es insoportable. Comienzan los rumores
de violaciones y asesinatos, un hombre se tira al vacío ante la vista de todos, la gente orina y defeca
en el piso donde duermen niños. Hay gente que se angustia porque olvidó sus remedios en el apuro
por salir, otros se lamentan porque no pudieron traer consigo a todos sus familiares. Ya casi no hay
agua ni comida, adictos con síntomas de abstinencia circulan por los estadios cómo zombis. Grupos
de adolescentes comienzan a saquear los negocios abandonados por la súbita evacuación, en las
terrazas de todas las ciudades hay gritos de los rezagados que no pudieron salir a tiempo y claman
por ayuda, también florecen francotiradores alucinados convertidos en amos del lugar. En medio del
apocalipsis, las autoridades de las cárceles salen corriendo y no tienen remordimientos por dejar
atrás a los prisioneros. Los internos que pueden, saltan por las ventanas, pero caen sobre alambres
de púas, muchos, cientos terminan ahogados o muertos de sed y hambre.
Los medios intentan acercarse a Nueva Orleans pero las rutas están inutilizadas, muchos consiguen
ingresar, otros nunca pueden salir. Los reporteros locales siempre contenidos en la crítica, ahora
podían ver cadáveres flotando, gente nadando entre basura para salvar sus vidas, aguas sin control y
la incomprensible falta de respuesta del gobierno. Se pudo ver a varios periodistas indignados y con
los pies bajo el agua reclamándole a alguna autoridad la solución que no llega.
Los atentados del 11 de septiembre del 2001 habían tomado a todos por sorpresa, pero la Casa
Blanca rápidamente había podido hallar un culpable a dónde desviar la atención para que nadie
husmeara demasiado en la falla de los servicios de inteligencia. Esta vez no era posible ponerle el
traje de culpable a un fenómeno natural y no había manera de explicar porque nadie había
escuchado las advertencias de los expertos. Desde el gobierno la estrategia fue derivar la
responsabilidad a los funcionarios locales.

2) Acción del Estado

La casa blanca presionó para que los medios pusieran el acento en la delincuencia común desatada
tras la catástrofe, muchos compraron, pero la gran mayoría en poco tiempo comenzó a apuntar a
Washington por la falta de respuesta.
La Casa Blanca no envía refuerzos y el 30 y el 31 se dice que están llegando las fuerzas nacionales
pero nadie las ve. Las ambulancias no pueden entrar a buscar ni a muertos ni heridos, los autos
quedan a mitad de camino, el agua llega hasta el techo de las casas en varios vecindarios y hay zonas
en donde alcanzan los siete metros. La estrategia oficial parece dar resultados cuando los medios
solo muestran como reina el delito en la tierra negra del sur.
En el superdome la gente sobrevive en el grado cero de la escala humana y Bush siguen sin dar los
miles de militares para contener el drama y ordena tolerancia cero con la delincuencia. Los diarios y
los canales de TV muestran docenas, cientos, miles de personas desesperadas en busca de agua o
comida. El alcalde Ray Nagin abandonó la diplomacia e increpó las autoridades nacionales se
muevan y hagan algo durante una entrevista radial, el alcalde olvido las formas y buscó también que
todos olvidaron que él mismo se había demorado en evacuar la ciudad. Nagin dice que la mayoría de
la gente que está en la ciudad no delinque que está desesperada por la falta de hogar, agua potable
y comida.
El superdome también comienza a inundarse y los damnificados deben volver a ser evacuados,
diferentes organismos asistenciales participan, se lanzan a buscar gente que quedó atrapada entre
las aguas, la mayoría trepada en los techos de las casas, muchos se niegan a abandonar sus pocas
pertenencias por miedo a los saqueos o imploran en vano por subir a los vehículos de emergencia
con sus mascotas. Las guardias nacionales, policías, bomberos anotan en los frentes de las casas
signos de diferentes colores que conforman el código de la emergencia, tantos muertos, tantos
heridos, tantos evacuados. Las coberturas periodísticas del Katrina sacuden con acusaciones al
gobierno de Bush, con críticas duras al presidente.
Era hacia Irak donde había desviado los fondos recortados en las obras de ingeniería preventiva en
Nueva Orleans y también donde se encontraron en gran parte de los miembros de las fuerzas de
seguridad al igual que los tanques anfibios disponibles para las evacuaciones.
Cien países ofrecieron ayuda y a todos se le dijo que no. El 7 de septiembre el departamento de
estado distribuyó entre sus embajadas un comunicado informando que el país no precisaba
asistencia, sin embargo, las ayudas llegaban en dinero y en petróleo. Hugo cargamentos enteros de
barcos enviados con medicinas y otros elementos que fueron directamente destruidos.
De los 850 millones de dólares que llegaba de afuera de Estados Unidos, el Gobierno Federal sólo
reenvío 40 millones para los damnificados en Katrina, el resto o bien se retiró o fue redireccionado a
grupos privados como la Cruz Roja que fueron protagonistas de durísimas críticas durante las tareas
de emergencia y rescate por su ineficiencia y por sospechas en el manejo de los fondos para la
ayuda.
Las autoridades nacionales se desempeñaban en su discurso contradictorio, por un lado,
reconociendo que efectivamente el huracán había provocado un daño mayúsculo, pero por el otro
lado, aseguraban que todo está bajo control.
El viernes 2 de septiembre el equipo de asesores del presidente Bush comienza la tarea de desvío de
atención y responsabilidad hacia las autoridades locales para evitar que la imagen de Bush siga
siendo afectada por el desastre. Los miles de sobrevivientes comienzan a ser evacuados en cientos
de ómnibus, que parten desde Nueva Orleans hasta refugios de todo tipo: escuelas religiosas,
organizaciones humanísticas, clubes deportivos. El diagrama de emergencia para la evacuación es
otro desastre, familias separadas por la fuerza, gente obligada a subir a los empujones a los micros.
Jordán Flaherty periodista y uno de los evacuados en el Katrina, busca palabras para explicar cómo el
gobierno de Bush prefiere mirar al costado cuando la historia pasa acerca de negros y pobres.
“Nuestro gobierno nos abandonó y toda la gente con la que hable siente que, de ninguna manera el
gobierno había actuado así si las víctimas hubiesen sido blancos”. Flaherty denunció que en el
campo de refugiados casi no le daban bebida ni comida. Éramos miles de personas, el 90 % negro y
pobres sentados en medio de la basura, bajo el sol furioso y con militares armados hasta los dientes
custodiando. “Fuimos abandonados por un gobierno que nunca nos necesitó, salvo cuando
buscaban vacaciones o entretenimiento barato”. “Nosotros ya éramos refugiados antes del Katrina.
El 5 de septiembre Nagín y la gobernadora Blanco se reúnen con Bush. Bush le asegura a Nagin que
su gobierno ofrece asistencia temprano pero que el funcionario demócrata había dicho que
necesitaba pensarlo. Nagin concluye públicamente; “Blanco demoró el rescate”.
La Casa Blanca destina fondos comienzan a diseñar planes para la futura reconstrucción y para
subsidiar a los evacuados. En la investigación parlamentaria que sucedió Katrina, Browne se
mantuvo firme al asegurar que el presidente estuvo desde el principio informado sobre los peligros
que se avecinaban.

3) Medidas tomadas a mediano y largo plazo

George Busch prometió que la operación de restauración sería “uno de los esfuerzos de
reconstrucción más grandes que el mundo haya visto”. Claramente, la promesa de Bush, se demora
y se complica por las redes burocráticas, en donde la sensibilidad es materia pendiente.
Con altísimas tasas de corrupción y criminalidad y en el marco de un Estado también corrupto y que
carga con el dudoso privilegio de ser el mayor porcentaje de presos per capita del mundo, 816
presos cada 100mil habitantes, con índices penosos de analfabetismo, deserción escolar, desempleo
y contaminación ambiental y siempre con el juego político entre gobierno federal y los gobiernos
locales, por lo tanto, con una indiferencia desde el poder central, la derecha reaccionaria y religiosa
buscaba la catástrofe de Katrina como un castigo divino.
Luego de recomponerse en tiempo récord, según la promesa presidencial, un año y medio después
de la tragedia la ciudad había recuperado apenas la mitad de sus habitantes.
Mientras los habitantes originales habían sido dispersados por 44 estados, 100mil trabajadores
inmigrantes habían ingresado al Golfo de México, para trabajar en la reconstrucción de la ciudad.
La nueva esclavitud en el sur de Estados Unidos, hoy es protagonizada por los “sin papeles”, se trata
de obreros de la construcción, en su gran mayoría latinos.
Hay que destacar, negativamente, que las advertencias por el Huracán Katrina, fueron hechas en
inglés y la mayoría de latinos que hay en Estados Unidos, no saben el idioma, por lo tanto, no hay
número certero de la cantidad de muertos latinos que hubo, ya que los familiares que quedaron, no
denuncian la desaparición, por temor a que los expulsen del país.

 SALUD PÚBLICA
En septiembre de 2005, un 40% de la población de N.O. no contaba con seguro médico, los latinos
que llegaron a trabajar en la reconstrucción, difícilmente podían contar con alguna clase de
seguridad en el rubro. La destrucción de los hospitales y las salas de primeros auxilios más la falta de
personal médico y paramédico afectaron seriamente la salud pública en el Golfo.
Luego del Katrina, crecieron las enfermedades mentales y las producidas por la contaminación, así
también los suicidios.

 EDUCACIÓN
De las 126 escuelas solo 16 quedaron intactas y para diciembre de 2006, mientras el 74% de las
escuelas del golfo ya había reabierto apenas el 49% estaba en condiciones de dar clases.
N. O., se convirtió en una ciudad sin niños, dado que no había lugar para estudiar, y se deduce que
más de 20mil niños, no están inscriptos en ninguna escuela del país.

 NADIE PUEDE PAGAR UN ALQUILER


Las pérdidas y destrozos que dejó Katrina, dejaron gastos millonarios.
Cuando se reconstruyo, los alquileres fueron mucho más caros, con el objetivo de que los negros no
puedan alquilar en ese lugar y se vayan de N. O.
Se vio una gran discriminación dado que el comité encargado en observar los proyectos que había
para la reconstrucción de N. O., aconsejaba convertir los barrios que fueron inundados en parques,
ya que no era fiable hacer edificios seguros. Antes de Katrina, el 70% del vecindario era de
afroamericanos. (Hoy solo cuenta con un 30%)

 JUSTICIA AMBIENTAL
Después del desastre aparecieron desde diversos sectores gran cantidad de planes para volver a
levantar N.O. que van desde pensar en una ciudad más pequeña hasta levantarla más grande de lo
que era. Están los que prefieren una ciudad más desarrollada y otros una ciudad más económica,
resignando calidad en las construcciones, pero que les permita volver rápidamente a quienes se
fueron y así reactivar la economía del lugar y la generación de empleo.
Los que tomaron como prioridad la vulnerabilidad de la ciudad por su ubicación física, pelean por
reconstruir una N.O., más verde, menos contaminada, tomando en cuenta el concepto de Justicia
Ambiental, que se basa en el principio de que todas las personas deben ser protegidas de la
polución.
En Estados Unidos, hay oficinas dependientes del Departamento de la Salud que garantizan el trato
justo y lo que llaman participación útil de todas las personas, sin depender de ruza, color, país de
origen y nivel de ingreso. Toda oficina federal debe incluir la justicia ambiental en sus acciones,
obviamente no todos la respetan.
Los peligros ambientales se encuentran hace tiempo en N. O., algunos sectores de la ciudad se hacen
llamar “el callejón cáncer”. Con Katrina, pudieron demostrar los daños del calentamiento global y la
falta de justicia ambiental que hay en Estados Unidos.

4) Racismo en los estados del sur

Luego de salir a la luz las primeras imágenes del huracán Katrina, surgieron las acusaciones al
Gobierno Federal por racismo y discriminación. La comunidad negra abandono su perfil bajo y puso
en acción una furia exprimida por siglos de vejaciones y abusos.
Luego de la inundación de New Orleans y cuándo se hizo pública la falta de una diagramación de
emergencia decente, que obligo a pasar mucho tiempo a la gente en refugios más precarios, los
negros de Estados Unidos gritaron su indignación al sentirse una vez más víctimas de una trama de
desidia, inoperancia y discriminación por raza, pero también por clase social.
Hay una larga historia de decisiones políticas y económicas que dejaron deliberadamente afuera de
derechos básicos y de todo tipo de privilegios a la comunidad negra, aún después de que sus
miembros se convirtieran por Ley en hombres libres. Ser negro en Estados Unidos, implica ser
protagonista de una larga tradición de prejuicios, destrato y abusos, cuando no víctima de abierta
criminalidad.
Sin embargo, existía una gran paradoja, los compromisos de la nación con la justicia universal y la
igualdad se contradecían abiertamente con la manera en que se trataba a la entonces principal
minería, fronteras adentro.
Hoy por hoy ser negro en Estados Unidos, arrastra el sello de la esclavitud, los negros siguen siendo
vistos como una especie inferior, que ni siquiera merece la posibilidad de exigir sus valores.
Esta calidad de infra ciudadanos alejados de cualquier decisión y derecho es palpable en cada rasgo.
Clase social y raza en este caso tienen una única dirección, las políticas, dejaron fuera de toda
posibilidad de progreso a los afroamericanos.
Los negros pobres son el único grupo demográfico en Estados Unidos, que se distingue por un grado
de segregación, que los demógrafos llaman y hipersegregación, vecindarios extremadamente
aislados, en las que más del 40% de los habitantes vive bajo la línea de pobreza, ningún otro grupo
de blancos pobres, latinos, asiáticos e indígenas nativos, experimenta tal grado de aislamiento de la
corriente dominante en el país.
En una conferencia de prensa Bush, Presidente, dijo: “esta gente no son refugiados son
norteamericanos”, dando a entender que debían ser atendidas como ciudadanos de primera. Pero al
decir esto, dejo implícito que los refugiados no necesariamente merecen tal tratamiento. La cuestión
del uso de la palabra refugiados durante el Katrina, fue una compleja discusión, que incluyó al
reverendo Jackson, pidiendo que se les llamará evacuados, precisamente porque se trataba de
ciudadanos norteamericanos, a partir de esto la prensa dejó de llamar refugiados a los damnificados
y pasaron a ser sobrevivientes o simplemente evacuados.
En un artículo del diario más importante de Estados Unidos, el legislador republicando de Louisiana
dijo: “Finalmente se pudo limpiar la vivienda pública de N.O., nosotros no pudimos, pero Dios si”.

 RACISMO ESTRUCTURAL
El Katrina demostró que las leyes solas no terminan con el racismo. El racismo estructural deja
afuera de las ventajas sociales a la comunidad negra en términos económicos, de educación, salud,
trabajo y vivienda. Llevar a cabo una exclusión social y económica de una comunidad, por su
condición racial, se realiza desde una posición dominante.
La expulsión de los beneficios económicos dejó históricamente afuera de la prosperidad a los negros,
pero la educación fue el brazo armado de una política empeñada en desterrar toda posibilidad de
progreso de esa comunidad.
En 1896, por un juicio, se celebró la famosa frase “Separados pero Iguales”, una frase con mucha
hipocresía, ya que según el tribunal federal los blancos y negros debían tener acceso a diferentes
escuelas y servicios públicos, aunque de la misma calidad.
Esto, en realidad no era así, ya que, en las escuelas de blancos, se desembolsaban U$S 10,- por
alumno, cuando en las escuelas de negros U$S 2.89. Lo mismo ocurría con los hospitales.
Negros y blancos, estaban separados en cabinas de teléfono, restaurantes y transporte público. No
podían juntarse en parques, clubes ni taxis. Los negros no podían entrar por la puerta principal de
los edificios públicos y debían ceder el paso o el asiento a una persona blanca.
Además del difícil acceso a los beneficios que tenían los negros, existía el miedo, ya que había una
organización racista, llamada Ku Klux Klan, que estaba compuesta por cuatro o cinco millones de
miembros, los cuales defendían la supremacía blanca, y tenían el objetivo de matar negros, judíos,
inmigrantes y homosexuales.
La Segunda Guerra Mundial, movió las estructuras sociales y económicas al punto de mejorar
objetivamente las condiciones de vida de los negros, por ejemplo, la movilidad social, laboral,
mudanzas y creación de empleos, las diferencias en los ingresos por raza siguieron existiendo.
En 1954, otro célebre fallo judicial, revierte el “separado pero iguales”, por inconstitucional y ordena
terminar con la segregación, pero “progresivamente”.

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