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Otro de los principales trastornos del lenguaje oral es las dislalia. Se entiende como tal aquellos
trastornos en los que se producen diferentes errores en la articulación de las palabras, siendo la
más frecuente la sustitución de sonidos, distorsiones de los correctos o la falta (omisión) o
añadidura (inserción) de éstos. Por ejemplo, un problema en la forma de la lengua puede producir
dislalia.
Si bien es frecuente que haya este tipo de problemas en la infancia, para que sea considerada
dislalia los errores cometidos deben ser impropios del nivel de desarrollo del infante, interfiriendo
con el rendimiento social y académico.
La disfemia suele vivirse con vergüenza y ansiedad (cosa que empeora a su vez la ejecución) y
dificulta la comunicación y la adaptación social. Este problema solo aparece cuando se habla con
alguien, pudiendo hablar con normalidad en completa soledad, y no se debe a lesiones cerebrales
o perceptivas.
El trastorno disfémico suele iniciarse entre los tres y ocho años de edad. Ello es debido a que en
esta edad empieza a adquirirse el patrón normal del habla. En función de su duración pueden
encontrarse varios subtipos de disfemia: de tipo evolutiva (dura unos pocos meses), benigna (dura
unos pocos años) o persistente (siendo esta última la crónica que puede observarse en adultos).
4. Disartria
El trastorno del habla conocido como disartria hace referencia a la dificultad para articular
palabras debido a un problema neurológico que causa que la boca y los músculos que emiten el
habla no presenten el debido tono muscular y por tanto no respondan correctamente. Así pues, el
problema no está tanto en los tejidos musculares (si bien estos también se resienten a la larga por
su mal uso) sino en el modo en el que los nervios se conectan con ellos. Es uno de los tipos de
trastornos del habla más conocidos.
Quienes padecen este trastorno tienen problemas para adecuar la comunicación al contexto en el
que se encuentren, así como para entender el significado metafórico o implícito de lo que se les
dice e incluso para cambiar la forma de explicar algo, regular la conversación con otros elementos
como los gestos o respetar los turnos de palabra.
6. Disglosia
Al igual que la disartria, la disglosia es un trastorno que causa una severa dificultad en la
articulación de los sonidos que configuran el habla. En este caso, sin embargo, el problema se
encuentra en la presencia de alteraciones en los propios órganos bucofonatorios tales como
malformaciones congénitas. Así pues, aquí ya hay fallos fácilmente identificables en la morfología
de partes del cuerpo bien delimitadas.
7. Taquifemia o farfulleo
8. Afasias
Uno de los grupos de trastornos más conocidos y estudiados referentes al lenguaje es el de las
afasias. Entendemos por afasia aquella pérdida o alteración del lenguaje en sujetos adultos (en
niños estaríamos ante las anteriormente mencionadas disfasias) debida a la presencia de una
alteración o lesión cerebral. En función de la localización o estructura cerebral dañada los efectos
en el lenguaje van a ser diferentes, permitiendo su estudio encontrar diversas tipologías.
Tipos de afasias
Afasia de Broca: Caracterizada por provocar una elevada dificultad para producir lenguaje y
expresarse, pero manteniendo un buen nivel de comprensión. Sin embargo, las personas con este
tipo de afasia por lo general no son capaces de repetir lo que se les dice. Es debida
fundamentalmente a una lesión o aislamiento del área de Broca.
Afasia motora transcortical: Al igual que en la afasia de Broca, se produce una dificultad para
emitir un lenguaje fluido y coherente mientras que la comprensión del lenguaje se mantiene. La
gran diferencia es que en este caso el sujeto es capaz de repetir (y con buen nivel de fluidez) lo
que se le dice. Se produce por una lesión en las pars triangularis, región cercana al área de Broca y
conectada con esta.
Afasia de Wernicke: En esta afasia el paciente muestra un elevado nivel de fluidez en el lenguaje, si
bien lo que dice puede no tener gran sentido. La principal característica de esta afasia es que
provoca que haya severas dificultades para comprender la información auditiva, cosa que a su vez
provoca que se sea incapaz de repetir la información procedente del exterior. La lesión cerebral se
hallaría en el área de Wernicke. En pacientes con esquizofrenia que tienen afectación en el
lenguaje es frecuente encontrar alteraciones parecidas a las propias de esta afasia.
Afasia sensorial transcortical: Provocada por lesiones en el área que une los lóbulos temporal,
parietal y occipital, esta afasia es semejante a la de Wernicke salvo por el detalle de que la
repetición sí está preservada.
Afasia de conducción: Las áreas de Broca y Wernicke están conectadas entre ellas por un haz de
fibras nerviosas denominado fascículo arqueado. En este caso tanto expresión como comprensión
verbales son relativamente correctas, pero la repetición estaría muy perjudicada Hay que tener en
cuenta que para repetir algo primero tenemos que comprender lo que nos llega y a continuación
re-expresarlo, con lo que si la conexión entre ambas áreas está deteriorada la repetición se ve
perjudicada.
Afasia global: Este tipo de afasia se debe a un daño masivo del hemisferio especializado en el
lenguaje. Todas las vertientes del lenguaje se verían severamente perjudicadas.
Afasia transcortical mixta: Los daños en los lóbulos temporal y parietal pueden provocar un severo
déficit en casi todos los aspectos del lenguaje. Básicamente se produce un aislamiento del
lenguaje, afectando a expresión y comprensión, si bien la repetición se mantiene e incluso es
posible que la persona sea capaz de acabar frases.
Causas nerviosas.
Exceso de frío; (beber líquidos muy fríos, helados …)
Diferentes tipos
Se pueden realizar distintas clasificaciones de la disfonía:
Clasificación etiológica:
Disfonías orgánicas: cuando existe una lesión en los órganos de fonación, ya sea de
tipo congénito (malformaciones, parálisis…), inflamatorio (laringitis), o traumático
(lesiones, quemaduras…).
Disfonías funcionales: cuando se deben a un mal un mal uso de la voz, se
distinguen dos tipos, las hipertónicas y las hipotónicas. Las hipertónicas se producen
por una excesiva tensión de las cuerdas vocales durante la fonación, normalmente, este
tipo se da en niños hiperactivos o coléricos, que gritan continuamente, hasta que sus
cuerdas vocales terminan debilitándose. Por otro lado, las hipotónicas, se deben a que
las cuerdas vocales no cierran totalmente la glotis, por falta de tensión muscular, y se
suele dar en niños más tímidos.
Disfonía de causa psiquiátrica: se refiere a cuadros de disfonía en el contexto de
síntomas o signos evidentes de una alteración psiquiátrica, ya sea diagnosticada o no, y
corresponde a un grupo de pacientes bien definido.
Disfonías mixtas: hace referencia a trastornos vocales en los que se encuentran
alteraciones estructurales a nivel glótico asociado a trastornos del comportamiento o
funcionamiento.
Además, existe una clasificación clásica de tipos de voces disfónicas que se pueden
aprenciar, como son las siguientes:
. Voz sofocada: buena vibración glótica, pero mala resonancia debido a una tumoración
que ocupa el vestíbulo laríngeo.
. Voz leñosa: voz con timbre áspero, que se atribuye al cáncer glótico.
. Voz bitonal: debida a una vibración anómala de las cuerdas causada por
una parálisis recurrencial o la presencia de una tumóración glótica que se interponga de
forma inconstante en el cierre vocal.
DISARTRIA
¿QUÉ ES LA DISARTRIA?
Etimológicamente el término disartria se deriva del griego dys = defecto y arthon = articulación.
Así pues definimos disartria como una alteración de la articulación propia de lesiones en el sistema
Nervioso Central (SNC), así como de enfermedades de los nervios o de los músculos de la lengua,
faringe y laringe, responsables del habla. Por tanto, la disartria es una dificultad de la expresión
oral del lenguaje debida a trastornos del tono y del movimiento de los músculos fonatorios,
secundaria a lesiones del SNC.
En la disartria no existe trastorno en el ámbito lingüístico, sino tan solo afectación del componente
motor lo que repercute en la articulación del sujeto.
Cuando existe una imposibilidad de articular distintamente los sonidos nos encontramos con una
ANARTRIA.