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Reinhardt Magnus

Vives para amar el paisaje

Caracas-Venezuela
En honor a la existencia o Dios
Prologo.

Mi Muchacho la vida es difícil y hermosa, por encima de todos los problemas


debes entender que todo depende de ti, te recomiendo que aprendas de los libros: todo, y
que camines por ti mismo, pues estarás solo en los momentos más difíciles, nadie podrá
entender mejor cómo te sientes, si no tú. No busques el amor, el mismo ya está en tu
corazón. Y llegara otro para acompañarte a su debido momento. El conocimiento es
refugio y vida, mientras espera con paciencia prepararte bien. Te recomiendo la literatura
es bálsamo y elixir que cura. No esperes enfermarte para leer mi Chamaco. Solo es feliz
en el mundo quien crea y se aleja de la destrucción, te animo a describir escenarios muy
bien y gozar, imagina y confunde tu mente entre la realidad y la fantasía, esa sensación
en el que escribe, por unos segundos, le hace sentir que no es de este planeta. Somos
literatura y acción, la filosofía está cargada mucho de ella, que viceversa, cuando la
segunda se desprende de idealismos, se esteriliza del hermoso germen de la fantasía, se
enfoca en el fenómeno y es filosofar, pasa al plano de la abstracción y hace ciencia,
comprobando con la realidad dichos resultados. En vida somos 50% literatura, 50%
actitud simia. Buena vida tiene el que asegura lo necesario para vivir y todo lo demás lo
dedica a estudiar. Para ello existe la literatura y tiene su mística. La mística te enseña el
arte (desvela tu alma) lo que está en tu corazón, dicha fantasía te permite apreciar la
belleza en las cosas, siendo esta inmediata para llevarte a curiosear la verdad (ciencia o
espíritu) encendiendo el foco de tu mente, cuando unas el arte y la ciencia en ti, tendrás
la verdad de tu espíritu. Por eso la literatura libera de prejuicios, expande la visión del
mundo y es la entrada al conocimiento científico. Te ruego carajito que tengas
pensamientos elevados, lo único que importa de un ser humano, ya lo dijo Lovercraft:
Son sueños y sus pensamientos. Te ira muy bien en la vida, quedando para mí la
satisfacción de mi lectura, que sea de tu agrado y disfrute.
El Amor

Ha llegado a su hogar el sabio del bosque, las aves le visitan, comen el alpiste que les
deja y se alzan al vuelo, las ardillas hurtan las nueces que coloca para ellas en un canasto
cerca de sus libros antiguos. El anciano nunca conoció el amor de la mujer a la que amaba
con locura, desde muy joven reconoció que él no podía protegerla, un individuo
biológicamente inepto para tal fin, su amada inclino su corazón a un fornido leñador más
eficiente cerca de los Alpes, un bebedor serio y amante de los festines, que pudo darles la
descendencia que la hermosa mujer ansiaba, niños fuertes y preciosos. Merlín decidió
desde muy temprano ante este rechazo normal del mundo natural, irse al bosque, amar la
vida, tocarla más allá de donde el arcoíris descubre el cielo. Sus libros los escribía con
singular peculiaridad, si la estética superaba su expectativa aquel débil señor lloraba
amargamente de alegría, en las tardes luego de hacer los nidos para las aves, cercana a su
casa de árbol. El mago viajaba en secreto a los Alpes a ver a su gran amor, como estaba,
eso era lo que importaba. Cuando se enfermaban ella o los niños, dejaba cercano a las
ventanas leche con miel y galletas de jengibre. Siempre lo hacía el viejito loco y
considerado. Era su menester ver en buenas condiciones aquello que amaba, de forma
sobrenatural cuando alguna enfermedad hacía estragos al leñador, un abracadabra era
suficiente para desearle curación, él sabía que, sin la fuerza de su adversa competencia,
era imposible ver retoñar el aliento de su corazón. Cuando Merlín escribía y cocía sus
libros, un vapor salía de su diafragma, entraba a un espacio tiempo detenido, todas las
imágenes creadoras alentaban su ideal y dejaba impregnado el lugar, colores mezclados
rozaban lo increíble en la visión eléctrica precisa de su arte. Tenía su propio paraíso, se
cuenta inclusive que cada vez que ese espíritu elevado desarrollaba una obra nueva,
lloviznaba con brisa muy fuerte, refrescando todo el ambiente, entre luciérnagas, ranas, y
bichos que postrados en el árbol le daban relieve, el árbol tenía el rostro de un abuelo
feliz. El lugar estaba embrujado por la maravillosa magia del genio, todo el que se
acercaba de los pueblos al lugar, les brindaba propiedades curativas. Una noche el anciano
se hizo energía, elevándose desde el suelo, y un fuerte viento le impulsaba, para
convertirse en cometa mientras se diluía en el cielo. Sin antes despedirse pasando por la
casa de su amada, que ese día había fallecido por senectud, los hijos de la señora y el
ahora viejo leñador sin músculos, erguido y lento, divisaba con sus muchachos aquel
fenómeno, y pidieron un deseo a la cometa. El anciano mago tomo ese gesto como un
agradecimiento. Al irse para siempre detrás de su amada por toda la eternidad, el árbol se
entristeció, introdujo sus ramas a la ventana del hogar y abrazo sus libros con fuerza,
sellando para siempre con cuidado los logros de su preciado amigo. Los animales
continuaron su vida, y a veces extrañados observaban el lugar mágico y maravilloso,
como si recordasen algo que había sido importante en sus vidas.
Cosmos

Eterno circulo donde tu radio es cualquier punto y la circunferencia infinita, las


horas transcurren con su tic tac particular, a esta hora mi corazón alcanza las cumbres
inimaginables del vértigo, y palidecen mis manos tiritando el vacío en la morada de los
astros, que danzan y me iluminan sin pedírselo. Se muestran ante mis ojos el reto de
soportar todos los desmanes y desvaríos por encima de mi individuo, millones de estrellas
con fecundas civilizaciones se posan como presagio en mis sentidos, limitados, con un
profundo amor y temor que no alcanzan explicación alguna. Milenios invaden mi juicio,
y mi sentencian a crear para no ser condenado por la naturaleza del mundo. Y allí
insignificante una sensación adentro de mis emociones me recibe, a superar los límites
que tengo. Algo más grande que yo en el infinito me atrapa, y al mismo tiempo me
sostiene, para saber realmente quien soy en relación a todo: la existencia. La naturaleza
hecha sujeto: mi persona (el ser), me lleva a perseverar y contemplar la vida en sí misma,
partículas y átomos me cuentan la historia, mi ADN se excita, y me asombro, sin mayor
relevancia, el cerebro se expande, objeto de evolución, muchas cosas que me antecedieron
se muestran ante mí, seres unicelulares convergen en su forma y divergen en su
profundidad, se conjugan con otros individuos, se relacionan, los que quedan solos
mueren, y proveen la energía que el medio necesita, tomándola las supervivientes, el cielo
relampaguea y tocando los océanos incide mutación, transformación apresurada que se
administra en otras células multitudinarias y unidas. El reloj continua agitando el péndulo
de la historia animal, que terminará precipitándose en mi consciencia, y sin palabras las
lágrimas en honor a la estructura disipativa de la materia resbalan en mi rostro, haciéndose
cada vez más eficiente, alternando los mismos principios biológicos, aunque cambie por
completo el fenómeno, las primeras algas elevan al cielo oxígeno, el ozono asoma el
preludio, sin tedio la consideración que hago evalúa los cimientos de lo extraordinario,
miles de especies son visibles, medusas, y peces, lucha constante por definirse. El
resplandor me ciega, aunque queriendo ver más, logro ajustarme, y capto cuando el pez
se alza a las primeras orillas, el alimento es una necesidad, el miedo arremete ante sus
depredadores obligándolo a salir y respirar lo suficiente para alimentarse de una planta, y
luego volver, este fue el primer paso, la reproducción renueva el contraste, la división
mitótica y meiótica, los nuevos individuos y sus habilidades, el anfibio, luego el reptil,
por consiguiente el ave, la consecuencia es generativa y no diferencial sobre una base ya
estructurada, el acto especifico concede a los múridos el premio, la escalada a los árboles
en busca del sustento, procediendo los homínidos, para entonces entrar en escena el simio,
padre de los nuestros. La grandeza no acaba, la historia humana empieza. El origen, el
peligro, la muerte, el renacer, de nuevo se anteponen aquí, primero la necesidad de contar,
lo que se necesitaba, luego la necesidad le permite andar, andar le da herramientas, las
herramientas cambian su futuro, y el excedente es apropiado, con el que comienzan los
atropellos y los conflictos, sin buena distribución, se justifica la opresión, otros hechos
evalúan que la simbiosis y el buen trato son posibles, la ciencia y la tecnología alcanzan
cimas insospechables, ya se puede curar todo, ya se puede cambiar todo, pero, la
propiedad privada sobre los medios económicos de vida en sociedad y los egoísmos,
suponen un fin a todas las relaciones, la trama se aduce nefasta, y con esperanza se
combate el vacío y el sin sentido interesado de la verdad. Más que eso, el sueño de
millones de años, me superan, apuran y las cosas merecen más de lo que aspiraba.
Aspiraciones que no mueren, e imaginando más sonrío, porque va ir mejorando, aunque
a estas horas me pierda entre el espectáculo de luces por el incomprensible universo.
El árbol muerto.

En un valle, no se sabe a fin de cuentas porque se sostiene un árbol fenecido, los


insectos revolotean en él o le dan el relieve allí donde reposan sus ruinas con la empolvada
madera, en las noches las luciérnagas taciturnas alaban el cielo con su luz. Sin duda parece
que aquellos elementos se niegan a morir, pero siguen dando al paisaje majestuosa
fantasía y magia. La reflexión nos comenta sobre aquel árbol, como sigue brindando
nutrientes a las plantas más jóvenes. En un lamentable invierno, los leñadores cortaron el
ser de este sin mediar permiso, solo para cubrirse del calor agradable que desprendía su
grandeza. El gélido viento no arruino la esencia del mutilado vegetal. Más, sin embargo,
de este, nuevas generaciones de plantas germinaron, todos los bichos en su interior
curaban las heridas en la forma más precisa de amor que posee la naturaleza: La simbiosis.
Las raíces en relación a los sentimientos más nobles, aún, sin asomarse nutren el suelo de
su savia, con que se mantienen vivas las demás. Durante años aquel árbol soportó con
mucha fuerza la soledad y el infortunio, y de pronto para el asombro de todos los aldeanos
una comunidad florece respectivamente donde se posan los rayos del sol, sobre el milagro
de un bosque, donde solo existía un suelo estéril. Los más sabios recomendaron a los
leñadores no cortar el árbol, ya que este mantiene unido a todo el ecosistema. En su vida
no había logrado elevarse a las alturas, pero lo que podía ser, brindo a las nacientes, la
promesa inconclusa de su reconocimiento. El árbol fenecido supone la vida de los que
siguen adelante y su sagrada divinidad recae en el mantenerse firme ante cualquier
adversidad, guardando sus pequeñas fuerzas para la posteridad de la creación. Así como
este árbol algunos hombres entendieron que, aunque la vida condena, solo remitirse a la
creación y a las grandes empresas son el verdadero sentido de ser y de vivir, aunque ya
por fuera estemos muertos para el resto.
Pequeño mundo Metafísico.

Un atormentado sin remedio, entre la sombría estela de la infancia y la adultez,


que medita su estancia, el punto azul insignificante del universo, donde el ego y el yo son
tan grandes como el vasto vacío que nos cubre, donde burlarse de sí mismo es síntoma de
alguna enfermedad psíquica, vista así, a la vez que nadie se expone. El inconsciente
maneja las telas con que se van tejiendo nuestras vidas exiguas y efímeras. El atormentado
conoce una de las realidades que suponen su contemplación, desesperación y salvación,
un conocimiento sustraído de la consciencia del fin. Fin que para nada parece sospechar
la multitud en jubilo con el drama humano. Sin resistir el sujeto se adviene de todos sus
esfuerzos para explicar el suceso. El remanente de Uróboros, inaceptable por los tabúes,
dando valor a la vida solo por encima de ella. Y así todos los días se está naciendo y
muriendo para constantemente renacer, la psique y su potencia recrean el sentido existente
del atormentado. Los altibajos, dictaminan que el enfrentamiento del ser con su funesto
desenlace, se compensa con la búsqueda de reconocimiento con sus semejantes,
reconocimiento que se busca muchas veces en inclinaciones criminales, de justicia,
conocimientos, tonterías o la dicha por lo materialmente construido ante las tramas que
emergen de otros hombres... Cultura al fin que parece regularlos. No es peripecia, el
latente acontecer que afirma la totalidad, la necesidad de trascendencia psicológica, que
hemos dado con el nombre de creador. Notoria es la verdad del espíritu, algo más elevado
dentro de nosotros, porque solo existe allí, en el ánimo de la creación artística y científica,
saliendo a la escena con la dicha de llenar de alegría lo que de manera invisible enciende
el fuego de pasión de la poderosa mente humana. El atormentado se encuentra con una
prodigiosa verdad que para bien o para mal es una síntesis a veces auto destructiva y auto
constructiva para consigo y para los demás. Se erige ante los ojos de la joven mente un
titán de hielo, diciéndole: La sensación verdadera de tu perturbación es la portentosa y
sólida soledad a la que estas expuesto, nadie puede entender el significado de tus más
profundos sentimientos. aunque así lo quisieran, el idioma que hablan es el de la condena
mítico babilónica de los intereses, dando la espalda todos se alejan de la desgracia, y la
desgracia es el vivo ejemplo de la advertencia de que nuestros semejantes siempre la
pasan inadvertida, para evadirla, ¿es ese el tabú de la muerte? Todos los más profundos
temores dilucidan en una constante lucha por acondicionarse, aprovecharse y muy pocas
veces compartir a causa de la supremacía. La bondad elemento sensible es favorecer la
dicha de sentirnos partes del entorno y de la vida. Habéis dado los días más dichosos a el
corazón, bondad que salva de perturbación alguna. Y esta mientras duré es sincera. El
atormentado sentía su libertad fuera de la influencia del resto, que tendía a supeditar su
voluntad a las decisiones individuales e incluso colectiva sin algún consentimiento.
Atormentando eres libre por lo que hace mientras lo amas. Calamitosa naturaleza nuestra
la de los prejuicios y los hedonismos en exceso, la búsqueda de placer, para soportar las
miserias a causa del temor o del temblor cuando nos encontramos con la consciencia del
morir. Vértigo y vacío profundo. A dios se le conoce por el conocimiento y la forma de
vida (libre de contradicciones en el mundo de las contradicciones). Quien lucha contra
las contradicciones expone su divinidad consciente, de otra forma es palabra vacía y letra
muerta con que creyentes y ateos se inquietan la vida. Solo teniendo consciencia de que
todo está muriendo y naciendo constantemente en la naturaleza y en nosotros, podemos
llegar a sentir amor en este mundo. ¿Así piensas atormentado? dice retando el coloso de
hielo. Al mismo paso que todo será entendible en una mirada más compasiva con la
esencia de las cosas que subyace en el espíritu. En la naturaleza: la esencia es la vida, en
el ser humano es su espíritu. espíritu del hombre que le salva cuando le permite crear,
crear que está empollando el nido de la existencia y su embrión fecundado es la cultura
(aquello con que el hombre le da sentido a su realidad desde el conocimiento producido
por sí mismo). Nunca entenderás su locura llena de brillantez excelsa, apagada por la
opinión turbia. Sus emociones trasnochadas son la muestra de ello. las mismas adolecen
en el regazo de sus sentires, emocionalmente inestable. Habéis conocido su rostro afable
en sus mejores tiempos. Y ahora empiezas a curarte. Culminando por derretirse el gigante
con una carcajada que de forma muy tenue se va apagando. Antes de irse en el suelo con
el agua escurrida se quedó la sentencia: «si nadie puede sentir tus miserias», el mal de
que sirve, de que sirve hacer daño a otras personas, si están solas en sus vidas, ¿Qué
mayor mal que ese? De qué sirve hacer un bien ¡si al sentirse solas jamás van a entender
lo que hicisteis por ellas! Y el atormentado sin hacer esfuerzo despidió de una vez y para
siempre su malestar, diciendo: Gigante ya no importa, puede ser cierto, pero en este
mundo psicológico y metafísico que me atormenta, agradezco a los otros y al entorno,
porque en ellos puedo reconocerme y existo. Agradezco a las condiciones en que me ha
puesto la vida porque yo no elegí nacer, y ante la condición de la muerte, solo la observo
con detenimiento, con total indiferencia la tomo, ella no es una opción ha estado latente
siempre en mi sistema orgánico, que en su momento degenerara y dejara de renovarse.
Ya me es indiferente. Mi organismo se complace en saber que es compartido y que
depende con todos, aunque seamos separados como individualidad, en cada una de sus
angustias están las mías, de sus dolores las mías le son parte, lo que me disgusta de ellos,
está en mí ¿Cómo puedo señalarlos entonces? Del amor, de sus lágrimas, de lo perdido,
ganado y aprendido. Yo existo en ellos y ellos en mí como pasado, presente y futuro. En
aprendizaje mutuo. Relativo a ellos empiezo a ser libre en la totalidad sin dejarme poseer.
Con las aspiraciones más grandes del corazón es que vamos transcendiendo. Soy todo y
nada a la vez. Soy la vida y la muerte. Soy un organismo, soy un ser humano. Soy un
hombre. Es en el desenlace que colocamos nuestra fe en otra vida aferrándonos a ella.
El albañil

Durante años hombre fornido te he visto envejecer construyendo tu hogar, batir


el cemento y colocar en cada peldaño los ladrillos sobre los cimientos, en tu rostro las
gotas de sudor parecen advertirte entre el cansancio y una que otras lágrimas, que no has
de culminar la obra que con esfuerzo entre los días más ávidos de sol te trazaste. Igual
que tú me hubiera imaginado mirar la luna abrazando mis rodillas desde la ventana,
esperando un último suspiro. En tus pasos cansados te confundes con los transeúntes que
sin dirigirte la mirada y corroborar tu presencia te hacen correr el riesgo de algún tropiezo.
Con tu morral a cuestas polvoriento, los Jean arremangados y en mocasines, te sacudes la
camisa de líneas horizontales ya manchada y desgastada por gran labor que ejecutas.
Hogar que ha mitad de ejecución no le has dado buen término. ¿Dime el motivo? Tus
compañeros de labor dicen que es debido al material que intentando adquirir no te alcanza
y la edad con las facturas que trae, te impide valerte de otro empleo para adquirir dichos
materiales. La desesperación por culminar es comprensible, nada es mejor que aquello
que construiste por tus esfuerzos, razones para elogiarte más cuando buscando los
conocimientos ayudaste a otros a construir la suya sin importar cuanto te retribuyeran…
Ayer en la tarde me comentaron de ti, y te busqué, me conseguí con que una infección en
los pulmones por silicosis te permitió acelerar el atardecer de tu vida. Es natural que los
valientes padezcan en soledad muchas calamidades y ni si quiera muestren alguna queja
o debilidad… Así eras para ganarte el sustento viejo albañil. No todos tienen la misma
suerte. Mayor prueba de ello es el mundo de las dificultades a la que como vos otros se
enfrentan, con la dignidad y entereza aceptan el reto de sus vidas. Importancia de luchar,
aunque no se llegue a ningún lugar. ¿Cuántos viven nadando para morir en la orilla?
¿Cuántos viven buscando el éxito, convirtiéndolo en una meta inalcanzable? El éxito se
vive en lo que se ama hacer, y como el albañil algún motivo de sonrisa fue culminar otras
viviendas y concebir la propia. Así también los buenos escritores se aprecian más después
de muchos años. Muchos no llegan a saber la dicha de quienes lo leen, por haber partido.
No es una carrera solo es un paseo. Sin dudas nos queda de reflexión que el esfuerzo es
la única razón de nuestro paso por el mundo, que sin estar inerte obliga a todos a una
lucha acérrima por permanecer, y eso lo es todo, para quienes cuentan con sus propias
fuerzas. Muchas veces se padece la miseria en el ser (la naturaleza hecha sujeto), por la
necesidad que es el único imperativo que arrincona nuestros ideales postergando en la
cima las aspiraciones. Son tantos los que han heredado la fortuna, de sus antepasados, que
acondicionados por la intriga lograron conservar bienes materiales a su estirpe. Más
ninguno de ellos logrará entender el verdadero significado del vivir, del luchar por el
bocado que amerita su espíritu para dar parte de la creación. El trabajador si lo conoce,
cual albañil construye sin casa, padece la ironía de ser sometido por el beneficio de su
propia mano. El trabajo no es solo adquirir voluntades para el provecho de quien nos
emplea, es ganarse una parte de nosotros mismos, del cuanto valemos para alzarnos en
las alturas. La nada no puede arrebatar a la consciencia de la experiencia de nuestro valor
en la sociedad, sin la aplicación de hombres y mujeres no existiría civilización humana
posible. La historia solo sería vagancia a tal punto, que de la edad de piedra no se hubiese
avanzado, ninguna de las grandes empresas de nuestra especie se habría logrado. No
existirían eruditos ni grandes obras, no habría ciencia ni técnica, algunos conocimientos
empíricos tendrían parte en el arte de la inmediatez ante los problemas que suponen la
naturaleza para asegurar los víveres. La realidad no puede degradar el trabajo, así como
era visto en la edad media, como algo oneroso y repulsivo, mejor dicho, repugnante para
quienes solo han administrado ese bien. Se es libre con el trabajo y el estudio, cuando
ambas cosas nos llevan a mejorar nuestra vida y nuestros conocimientos. Es bien sabido
por todas las sociedades. No imagináis el gusto y el placer de alimentarte y vestirte
diariamente producto de un esfuerzo que nace de ti. En el que la experiencia y la relación
con los demás han permitido perfeccionar los métodos. Por eso la muerte, el fin de forma
tajante jamás podrá arrebatar la satisfacción del deber. Intentamos tener muchas opciones
para emplearnos, buscando en ellas, la que mejor se inclina a nuestra vocación, pues en
caso contrario, sentiremos el tedio y disminuiremos nuestra salud y buen humor. El
albañil es un ejemplo concreto, quizás no era lo que amaba, aun siendo su sueño construir
una vivienda, porque de tal manera, intentamos permanecer alegres, por conservar eso
que contenta el corazón. El mundo actual no acepta ninguna opinión, no escatima en
preguntar que trabajo gusta o cual puedes elegir. Cada día las opciones disminuyen para
los trabajadores no calificados o sin experiencia, por tanto, todas las opciones deben ser
aprovechadas. Subsistir y contemplar nuestras vidas es lo más importante, siempre se
puede ser valioso, sin esperar nada de condescendencia de los demás. Laborar implica esa
madurez, el encaminar nuestras acciones, en la consecución de nuestras prioridades más
importantes, adaptarse a los cambios permaneciendo principalmente fuertes y erguidos,
porque constantemente hay oportunidades, además de esperanza para mejorar, siempre
podemos aligerar las cargas y comenzar de nuevo, sin perder el horizonte que nos
trazamos alguna vez, ya que, en el mundo laboral estamos solos, contamos nada más con
la salud y nuestros talentos, hay otros iguales a nosotros y aprendemos de ellos,
posiblemente adivinando que no hay ningún fracaso para quien hace el intento, y es aquí
que sabemos: ¡ Que realmente estamos vivos!
Oscuro día de lluvia

Caminando por la calle Estrada, se elevaba sobre mí, la lúgubre imagen de un


atardecer sombrío en presencia de los mayores estruendos y relámpagos, de pronto ante
mis ojos, las gotas empezaron a resbalar en mi pupila, luego de inclinar la cabeza para
alzar la vista en dirección al cielo. Ese día los transeúntes apuraban el paso con sus
sombrillas, otros trotaban para evitar el chapuzón que suponían con su riego
característico, el baño de agua, en cascadas desprendidas por si andaba algún automóvil.
Las miradas eran tristes, quizás por un día de trabajo agotador.

No había tiempo para los caminantes, como si una fuerza inconsciente impidiese
que vieran semejante escenario frío, solitario, necesario y reconfortante. Al verme allí, yo
si podía disfrutarlo, sin empleo, ese día de lluvia, me venía como una bendición. La ropa
toda empapada no me disgustaba, era dichoso de sentirme uno con la naturaleza esa tarde.
Habiendo empezado a caminar, lograba sentir el viento gélido rozando mi ser, y
enfurecido el aire vespertino se condensaba haciéndome retroceder con mucha fuerza,
mis ligeros pies dieron vuelta ante aquella brisa, y prefiriendo sentirla para impulsarme
la seguí hasta donde culminase.

La calle era una aventura, el aroma a cochino frito, unido al producido por las
ventas del maíz con mantequilla y queso, no podían darme más regalo que presenciarlo.
Saqué mi cartera del saco, poseía unos billetes, y con ellos pedí una pieza de cerdo. El
vendedor, me entrego una bolsa, en la que estaba envuelta en hoja reciclable aquel
apetitoso manjar, este en pocos minutos lo probé. Fue en la calle Estrada, donde el
atardecer no podía divisarse, solo las lágrimas del cielo interrumpían con las nubes
oscuras el paisaje. Sin estar acostumbrado a divagar, mi mente seguía la aventura de
aquella imprevista salida. Que se grabaría para siempre en mi memoria. No tenía nada de
especial la triste puesta de sol, la libertad de viajar sin mayores responsabilidades durante
horas conmigo mismo, era a simple vista, la más hermosa experiencia de ese día tan
milagroso.
Ningún solitario contemplaba con disfrute, el goce de mis horas de ensueño,
aferrado a sentarme mirando los manantiales de agua discurridos hasta desaparecer en las
alcantarillas. Solo necesitaba un sorbo de café o de chocolate caliente, para darle una
perfección a semejante obra divina, porque ningún otro paisaje podía causarme tanta
emoción. El frío de la tarde me abrazaba como una amante que me cortejaba a tenerla.
Por tanto, sin dar más vueltas observaba el tiempo mientras empezaba a despejar y las
ultimas gotas tocaban el techado de un kiosco de periódicos que entonces estaba cerrado.

Solo quedaba el frío, la tierra había adquirido una singular frescura, yo estaría
encantado si el clima residual del lugar estuviera inmerso entre algún bosque. Me levante
con mis pantalones helados y húmedos, del escalón donde reposaba, colocándome de
nuevo el saco, que yacía en el suelo hace un instante. Y proseguí con mi destino, era la
hora de volver a casa, a reposar el alimento con el deleite de poder aun saborearlo. Un
viaje muy existencial, para un solitario que se regocija en sí mismo.

Atravesando la calle Estrada hacia la avenida, en una de las aceras, pude vigilar a
dos niños con botas y sobretodo de hule jugando en los charcos, mientras sus padres le
retenían con palabras, para que no fueran a enfermarse, parece mentira que cosas tan
sencillas generan tanta felicidad, y que los lugares más tristes y fríos pudieran darme
gratas sensaciones de satisfacción, pues igual que los niños, me sentía bien, así fuera que
mis semejantes sintieran desmoronarse por temor a pescar una neumonía, mi cuerpo
sentía como tierra árida, obteniendo el elixir de la vida con la lluvia que había cubierto
todo mi cuerpo, exhalando el estrés y los vapores, llevándoselo por el cauce que a su paso
escribiera en el pavimento. El tráfico extenuante no era visible, y me alegraba desde mi
profundo corazón, los sonidos graves de las bocinas, eran inexistentes a esa hora,
exactamente a las 7:00 pm, unas que otras motos maniobraban el suelo resbaloso, sin
hacer bullicio en su proceder.

¡Qué noche tan magnifica! Las ranas empezaron su velada orquestal, y el croar le
daba una imagen más íntima a la misma. Yo metí mis manos en los bolsillos del saco
mientras la acera solitaria y oscura, iba ganando algo de brillo en uno de los faroles que,
impulsado a no desfallecer encendía y disminuía su luminiscencia.

Todo era maravilloso, cerca estaba el edificio donde me apartaba de aquellos


instantes, abrí la puerta de mi departamento, seque mis zapatos, me quite el saco, la llave
quedo empañada en mi bolsillo, con un pañito las seque de la mugre para evitar que se
me oxidará, y sin más me quite la ropa y fui a ducharme, de mi mente no lograba eliminar
ese día triunfal. Me sequé, y me vestí. Calenté en el hornillo un café, que me esperaba
desde que le había preparado antes de salir. Apagué la estufa, disfrute de mi cafecito
recalentado, abrí la ventana tropezándome de nuevo con mi amiga la brisa, adiviné que
eran como las 8:00 pm, en unas horas ya debía irme a la cama, no sabía qué hacer para
generar tiempo.

Pensé mucho, era lo único que siempre me venía bien, no quería encender el
infernal aparato imbécil que con su cara de vidrio podía tentarme a ver su estúpida
programación degradante de la esencia humana, y detractor del espíritu. Se me ocurrió la
brillante idea y saqué un hermoso invento con cara rectangular, allí ante el lomo plateado
le alcé de la mesita donde abundan las revistas culinarias, extrayéndole con especial amor,
y así me senté en el sofá de la casa, para nuevamente viajar, al centro de la tierra con el
libro de Julio Verne que reposaba sobre mis piernas. ¡Oh que día tan espléndido! Cultura
solemne traída por los tiempos, afortunada noche de gala donde cada escena y personajes
eran cerradas leyendo.
Un caballero son sus sueños y pensamientos.

La semana pasada estuve conversando con un joven discapacitado del corazón,


estudiante de medicina, él me explicaba que su pasión era curar a otros de su enfermedad,
ya que no podía hacerlo por sí mismo. Las fuerzas de sus palabras me daban tamaña
emoción, y no pude evitarlo, le pedí permiso sin que él lo supiera, para irme al baño a
llorar. Cuando salí mantuve la sonrisa con que empezamos la conversación. Le pregunte:
¿puedes morir a causa de ese mal? El me respondió de lo más calmado: Sí.

Aunque no importa realmente, el milagro de la vida es a donde he llegado, disfruto


lo que hago, y cada día que puedo me satisface ver el paisaje, en donde hoy estamos los
dos. Mi madre murió de la misma condición que yo. Y algo dentro de mí, imagina que la
volverá a ver, empero, si no hay nada experimentare lo que ella vivió y eso es igual a estar
con ella. Yo me prometí que haría feliz a otros, como también lo soy.

El joven se llamaba Simón, andaba en silla de ruedas con su bata de laboratorio,


delgadito, de veintidós años, canoso para ser tan joven.

Ambos nos quedamos viendo a los jóvenes jugar baloncesto, me dijo: ¡Por favor
me puedes ayudar con la silla, debajo de ella, poseo dos chocolates! Agarra uno para ti.

Continuamos hablando, mientras la brisa nos arropaba fuertemente a los dos, sus
cabellos se deslizaron en su frente, y tuvo que apartarlos.

Él me explica: Mañana haré una operación para colocar un bypass, el paciente se


llama Luis, está muy aterrado, más el señor quiere que lo opere yo.

Cuenta con que trato a los pacientes de manera muy especial.

“Pienso que la vida no tiene un significado verdaderamente, solo el paisaje es lo que me


gusta”.

En todas las operaciones me encomiendo a mi madre para que salga bien. Aún
recuerdo los años de estudio encerrado en mi cuarto con mi máscara de oxígeno,
estudiando tejidos y conceptos dentro de esos textos, que si por alguna razón se los
avientas a una ventana, revientas los cristales.

Y cuéntame ¿Qué haces tú? Hablar de mí nada más, eso me aburre.


Estudio matemáticas y soy un escritor amateur.

¿Qué es un escritor amateur?

Bueno, es una persona que se inspira con la naturaleza, las conversaciones de los
demás, y las historias épicas como lo es, tu vida. Realmente disfruto escribir, y a veces
canso a los demás con mis temáticas y mis dramas. Pero consciente de eso, quien sabe
contar historias domina el mundo, y la importancia de mi oficio, es contar buenas
historias.

Oye, que bien. Me parece mucha casualidad, el haberte encontrado.

La dicha es mía Simón.

Y, ¿Qué piensas hacer con tu vida?

No tengo ni idea, pero seguiré escribiendo, eso me contenta y me alienta


muchísimo.

Y tu cuéntame ¿Qué harás con tu vida?

Seguir viniendo al parque, después del agotador trabajo que tengo, sentarme y
mirar a las ardillas risueñas comerse el pan, que les obsequie.

Los dos tenemos pasiones muy peculiares. Pero, dime ¿Qué seriamos sin ellas?

Nada realmente, eso lo es todo. Una pasión es una razón para querer seguir estando
en un lugar. No se vive de a gratis, eso llena de esperanza. Y realmente a las personas
todo les disgusta, mientras no se trate de ellas. Para evitar caer en la discordia, cada uno
consigue en su camino, aquello que le permite sobrellevar el presente.

Realmente Simón eres un tipo extraordinario.

¿Me podrías dar tu número?

Ay vale… Jajaja. Es broma. Tenlo.


Muchas Gracias Simón, es posible que nos veamos en otra oportunidad, yo traeré
chocolates, como los que me has brindado. También si necesito un favor tuyo en el
hospital, me gustaría que me echaras una mano.

Claro, Colega. Sabes que el juramento hipocrático está por encima de todo.

Llama en el núcleo siempre estamos a la orden.

¡De verdad Gracias!

Simón se despidió de mí, movió sus manos y las coloco en los cauchos de su
móvil, se voltea y mirando hacia lo lejos, con su mirada profunda se entretenía con sus
pensamientos.

Yo, sin embargo, volvía a casa, compre la prensa Tribuna Popular para leerla en
el camino y pan para degustarlo con café. Sin olvidarme de ese majestuoso encuentro.
Infancia Solitaria

Juan como no recordarlo. Hablamos mucho en clase de primarias, le decíamos


saco e coba, siempre nos contaba historias fantásticas sobre él Un joven como cualquier
otro, lleno de sueños, realidad es que no todos en la vida tenemos un guía, ni alguien que
nos muestre afecto o que se alegre de nuestro éxito, en tanto su padre lo amaba. Todo se
relata a veces, en: come, duerme, levántate sabandija vas para la escuela, tienes que llegar
más lejos que tus padres. A donde dejaron la sensibilidad, algunos padres. ¿Cuándo se
tiene un hijo se tienen todos los hijos del mundo? Andrés Eloy, estaría orgulloso, si en
cada momento de la vida, guiaras al muchacho.

El juego, el alcohol, las palizas o la indiferencia, están sobrando, no todo en la


realidad se trata de sí mismo. Muchos grandes corazones pueden inclinar la balanza a la
monstruosidad si no se evita a tiempo estas actitudes propias de la autoridad de los padres.
La psicología humana, no existe para soportar tanto atropello.

Las condiciones golpearon a mi viejo amigo. Pues, ya él no está, y yo inmaduro


no podía comprender su situación, y menos ayudarlo. Es ahora que lo entiendo, la gente
quiere solo le cuesta expresarlo, cree que, en una realidad hostil, está bien siempre actuar
de esa manera.

A veces uno hereda eso, si es que el no decir lo que sentimos o no sentirlo, termine
por acortarnos el camino a transitar. Esa es la realidad del proletariado hijo, tus padres
te quieren, aunque no sepan expresarlo o demostrarlo. Tu deber es hacerte valer, y no
arrinconarte. Todo eso parece que es reconocible con el tiempo, después de tanto malestar
quebrantando el corazón.

Es necesario que estudies para que seas feliz, importa más eso, que cualquier otra
cosa, caminando entenderás para que naciste, solo ten paciencia y busca en el corazón
que lo agita, si lo consigues. Date con todo, pues ese es tu motivo para vivir.

En las labores diarias de la ciudad, obtendrás un salario que se va como sal con
agua, solo tu verdadero sueño, puede permitirte que ese flagelo no te afecte como si lo
hace con millones.

No necesitas ser tan inteligente, más que inteligencia, necesitas saber que eres
como persona, que te satisface y tener mucho orgullo, sin orgullo no puedes vivir.
Inclinar la cabeza no por necesidad, es mejor inclinarla por compasión consigo mismo o
con los demás.

Los niños felices no existen, nadie puede ser realmente feliz en este mundo. A
menos que sea injusto, a todos nos entristece lo que vemos. No se puede ser ciego todo
está en constante reconstrucción, así como el alma del ser humano.

Cuando me refiero al alma son a sus auténticos sentimientos, estos no los podemos
romantizar, pero a veces nos sorprenden. Por lo demás adáptate, no permitas que la
realidad te golpee.
Brinda tu amistad a los libros

José es un niño curioso, no deja de preguntar, es un fastidioso, desde que aprendió


hablar no descansa con señalar y decir: ¿Qué es eso? La mamá le da una palmada en la
mano soltando entre sus labios: Deje de hacer eso muchacho pendejo y no saqué la mano
por la ventana del bus. José no se cansa, se baja y sube del asiento, vigila debajo de los
mismos, a ver si una araña le es posible jorungar. En sus tiempos libres, molesta a los
bachacos con un palito, y les tira piedras a las avispas. Se cree el Zorro, Superman y
Ultraman. Muchacho si echa vaina, dice: la abuela. José les saca la lengua a las niñas, y
voltea los ojos cuando le disgusta que le injurien sus gustos. Las pequeñas le dicen: Idiota,
mongolo, el niño Jesús no te va a traer regalos. El precoz le dice: ¡Claro es un bebe, como
me va a traer juguetes! Las chiquillas no saben que decir, y se van. El Chico agarra un
palo y lo amarra con otro, con pedazo de trenza de sus zapatos y empieza a darle vida a
un avioncito. Mientras murmura: fu, fu, fuuuuu. Surcando los cielos el capitán va a salvar
el mundo, va a llevarle regalos a todos los niños.

Ese era su pensar, inquieto como todo pequeño.

No descansa este carricito dice la mamá. Llama a tu hermano a comer Ligia. Ya


voy mamá. Dile a Doris que no se pegue tanto de la tv.

José no se contentaba, cada nuevo juego, era motivo de aburrimiento, tedio luego
de cumplir todos los cometidos y llevar a buenos términos su empresa de salvador.

Las malas eran siempre las avispas o los bachacos.

Contento, él bebe y muy inteligente se lee todas las novelas de la hermana, que en
una repisa se encuentran. Y con ello comienza la preguntadera.

Ay, mamá no lo soporto, José es muy parlanchín, es mejor que le des algo mejor
o se va a convertir en un ocioso.

La Madre Anita, piensa que su niño está enfermo de la mente y decide ese mismo
día ir a una librería a preguntar y saber cómo ayudarlo.

¿Señor tiene algo para un niño con estas características?

Dígame las características. Le dice el comerciante,


Pregunta mucho, molesta a las hermanas, no reza cuando le digo que ore a los
Santos.

Él dice que son muñecos, se pasa preguntando ¿Dónde está Dios?

Yo le digo que en el cielo. Sale de las puertas de la iglesia, mira hacia las cumbres
del firmamento, y dice mamá aquí no veo a Dios. Y eso me molesta mucho. Varias veces
lo he halado por las orejas, como me hace pasar pena. Y cuando medita ve cosas en su
cabeza, se relaja y se levanta con más energía a joder.

Realmente no sé qué hacer con él, debe estar poseído.

Mire señora su hijo esta poseído de curiosidad, eso es un indicio de una mente
brillante. En los casos como el suyo, que mal que usted no sabe tratar con niños como él.

Le recomiendo que le lleve este libro de José Saramago. El evangelio según


Jesucristo.

No señor, quiero algo más dinámico para mi niño.

Llévele este de ciencias naturales, se lo agradecerá.

Se lo agradezco mucho Señor. Realmente me ha ayudado mucho.

El muchacho se contenta con su libro, no lo deja en ningún lugar, lee imagina y


habla solo sobre sus descubrimientos. Ni para ir al baño a desechar sus miserias se permite
abandonar el libro. De allí se debe esa costumbre lo acompañe para toda la vida.

El burlista de José, no se cansa, de burlarse del mundo, cada día aumenta su


fijación por los libros, duerme con ellos, horas largas se la pasa leyendo a los
Revolucionarios, se cree en las montañas peleando los derechos del pueblo contra la
explotación. Es todo un pensador.

Crece con los mismos problemas de un joven de su edad, se desarrolla sin la


imagen de su padre, en la pobreza, pero disfrutando buenas lecturas. Y a veces fantásticas.
Unos años lee a Conny Méndez, y luego lanza esos libros al rincón del olvido por jugar
con su ignorancia.

Otras veces lee a J.J Benítez, lo alaba y luego pasa a la basura de la historia por
considerarlo pésimo escritor. Y así es que va aprendiendo a descartar lo bueno de lo malo.
Sus mejores amigos, lo han hecho reír, llorar, dudar. Y como todo niño eso le dio
la dicha de una gran vida y un mejor futuro tratándose de él.

Ahora le preguntan a él, cuando no saben nada, y lo consideran loco o nerdo. Pero
jamás les niega su respuesta sincera. Mi chamaco los libros son amigos en la noche más
oscura y en nuestros días más tristes o felices, vale la pena olerlos y leerlos. Es magistral
como se ilumina la mente de las personas.
Techos de Cartón

Es la temporada de Lluvias en mayo, el gotear desde las bolas de algodón en el cielo,


cubre los barrios de Petare.

¡Miguel! Anda a buscar las ollas para que no se moje todo el suelo. No ves que se filtra
todo en la casa de tu tía.

¡Ya va mamá! dice Miguel.

Bendito techo de zinc, cuando será el día que podamos colocar petróleo a esa porquería

Lang, lang, lang suenan varios disparos.

¡Miguel escóndete bajo la cama!

¡Ay! Esos muchachos hirieron a Rafael, por Dios. No hacen caso vale.

Miguel no se advierte de los imprevistos, la dificultad le sobresalta el modo de vida.

Día después del incidente va a clases.

Finales de Julio y a todos les rayan la camisa. El no cambia de opinión y me pide a gritos
a mi ventana: Amigo raya mi camisa.

Le doy sin reprocharle mi dedicatoria

A principios de septiembre empieza bachillerato.

En la entrada de la institución, venden sustancias ilícitas. Miguel solo fuma cigarros, no


sabemos con certeza si ha probado el fruto prohibido.

En casa su madre le apoya en todo y su padre le da algo de dinero.

Pasa las tardes con su mejor amigo "el gordo perrón", jugando videojuegos, escuchando
Metal Power, divagando, fumando y bebiendo. Se dicen así mismos los Alfaman menudo
par de saboteadores. Bullicio hasta las 10:00 pm y cada quien para su casa.

Buenos tiempos para Miguel.

La vida en el barrio es difícil, el ajetreo por la bombona, el sueldo de la quincena, el


uniforme, los útiles, el fíame allí bodeguero, los borrachos, las cualquiera y las ráfagas de
plomo. Todos tienen su expediente oscuro, sin embargo, como en cualquier lugar fingen
una sonrisa como quien dice, aquí no pasa nada.
Miguel deja los estudios y años más tarde los culmina en un para-sistema. Muchos de sus
amigos de la infancia murieron llenos de sueños y ansiosos de amor. Adoloridos pasan
los recuerdos en su mente.

Ni en el cyber y las jugadas online logramos olvidarnos, muchachos al fin creemos que
nos comemos el mundo y que este es nuestro.

Miguel una noche, uno de sus tantos amigos le invita a una fiesta, para hacer sus locuras
en las matinés. Miguel y yo hablábamos sobre el rap, escribíamos, nos sentíamos los
Sandy y Papo de esta generación. Si ese día no hubiésemos hablado juntos y no le retengo,
Miguel estuviera muerto.

Yo permanezco mirando hacia las estrellas, con una mirada esperanzada en un planeta en
agonía, bostezo el aire gélido que se disuelve entre mis labios, en estas noches de Julio.

Miguel está en Colombia con su bebe muy contento, yo le deseo lo mejor.

Salir del barrio es extrañarlo, mi martirio estuvo siempre conmigo, mi mente no es para
esta época y mi conducta tampoco, está por encima de las salvajadas en las que habito.
El Valiente Leñador

Aldo es un fornido y maduro trabajador de las montañas Andinas venezolanas,


postrado ante las incesantes temporadas de hambruna, recurre a su ingenio para sobrevivir
diariamente sin un objetivo.

Colgado en la pared observa el ultimo calendario que adquirió en una rifa bajo
domingo festivo, la fecha 1986 permanecía invariable 33 años más tarde, en frente un
reloj antiguo con péndulo averiado cerca de la mesa de noche.

Su mujer en cama posee dos años así luego de sufrir una hemiplejia, su marido
plancho hace la comida, lava, barre, y vive gracias a la máquina de coser de la infortunada.
Aprendió a tejer y remendar y ahora con grandes pliegos de tela realiza proezas en el
ensamblaje de ropa, dándole una gran entrada de dinero, en las tardes corta madera y las
vende en el pueblo.

Labora de limpiabotas y de plomero, una vida sin descanso para sostener su hogar,
y animar a su esposa a seguir viviendo, en las noches ven juntos sus fotos de bodas, y
antes de orar dan de cenar a su perro, San Bernardo que yace en el patio descansando todo
el día o lamiendo huesos.

Rezan antes de dormir y apagan la lámpara de Kerosene.

Lluvioso y frío día Pedro el Leñador debe ir a cortar chamizas para cumplir el
cometido que está en el prado, más allá del pueblo.

En el camino:

Epa Pedro ¿Cómo estás?

Chévere, Luis ¿Cómo te va a ti?

Aquí vale, voy a buscar a los nietos al colegio.

Me los saludas, pues.

A lo mejor los visito un día de estos.

Seguro, nos estamos viendo.


Apura el paso Pedro, se dice a sí mismo, pronto va hacer más frío. MI esposa está sola
en casa y las ventanas están abiertas. Antes me tomo una cerveza.

Glu, glu, glu… Sabrosa. Quédese con el cambio. Le dice al bodeguero.

A lo lejos se ve la gente, viendo tv en comunión con los vecinos, las temporadas


de futbol se hacen sentir.

Las casas anticuadas del siglo XIX, tejados rotos, majestuosas puertas y ventanas,
acabados de madera comidos por las polillas, y las paredes clamando auxilio contra la
humedad y la pintura desecha.

Bueno se dice el viejo, le da un machetazo al árbol y corta varios trozos grandes

Entre sus labios canta:

Aún recuerdo tu rostro

Mi muchacho querido

Tu afable sonreír

Saludabas en tu jeep,

Para que un día como estos,

Unos cobardes te hicieran partir.

La vida no es justa,

Para quien no se cuida,

Me he cuidado tanto

Para vivir agonías.

Se sube al espaldar un morral de nylon, todos los trozos de madera, se asoman a


la vista de los transeúntes, mientras caminando vuelven a casa.

Enciende su improvisada chimenea con un poco de gasoil, prende la tv y abraza


a su mujer en su pecho. Mientras los dos esperan dormirse al terminar los noticieros.
Gaviota

Alzando la vista pude apreciarla, un recuerdo efluvio divinizaba su imagen


con el sol, imaginación difusa que escapándose igual que la vida terminaba en nada,
apareciendo entre las nubes la gaviota, llevándose, me propino moralejas en mi corazón.
El amor del otro termina, el amor de las propias entrañas como la creación permanece.

Por tanto, sin amor no hay creación que valga, pues se desploma. El amor es
transcendental, entregándose a quienes continuaran el camino empinado que transitamos
luchando contra nuestra condición humana y las relaciones.

La gaviota se eleva anunciando determinación, la aspiración de nuestros


imposibles.

El agotado día culmina, el ocaso recoge el silencio y cada una de las pretensiones
esperan la madrugada, el nuevo día teje los hilos de la comedia.

No bendigo la desgracia que me separa de ti, blanca Gaviota.

No me anticipo, ni me escurro, como queriendo dejar mi último aliento entre tus


brazos.

Una posibilidad hecha honor, el dolor de dejarte ir, los rutinarios días
presentándose como nuevos.

Estoy convencido del camino solitario de la vida, el camino del alma que busca
purificarse o ensuciarse, junto a otras que le acompañan, siendo mejor no aferrarse a nada.

Igual que la Gaviota, alza tus alas y compromete a dejar en tu vuelo una gran obra.

Protegida estas en mí, Blanca Gaviota.


Venimos a mirar el paisaje

Vienar estudiante de quinto año, ha recibido a causa de una caída, una


lesión interna en la cabeza, sin embargo, sobrevivió al incidente. Su vida parece marcada
con esta calamidad, impidiéndole correr y caminar con destreza. Mira el futuro como un
ciego a oscuras. Todas las mañanas al levantarse mira hacia el cielo y las montañas con
la determinación de cada día observarlo.

En su diario cada detalle nuevo lo expone como promesa de que será posible que
con el tiempo todas las heridas cicatricen.

El malestar le impone un dormir a medias, un comer a medias, un sufrir


insospechado pero evidente.

La tristeza es constante luego de haber agotado todas sus lágrimas que captaron
en un breve lapso del tiempo no lograr graduarse. Aun así, culmino en un parasistema
con todo el peso de vivir así, empezó la universidad y la dejo en el quinto semestre. Sigue
amando las matemáticas.

El único objetivo es sobrevivir. Ya no ve la fecha, ni los años, los sucesivos le


permiten conocer su alma y su espíritu. Como bajan y aumentan sus deseos de superar
la lesión, ya que ningún médico le da importancia a ese mal.

En las noches paso a pasito, arrastra sus pies para acostarse porque es imposible
comprender las razones de no sanar y apreciar todo en un estado anterior.

Los recuerdos abundan como videos que se repiten una y otra vez.

La vida me ha hecho pagar caro, la idiotez de sentirla eterna, de creerme de acero


y solo deseo sentirme sin alguna preocupación.

A mirar el cielo, y las aves, mientras mi cuerpo va muriendo concibo tener una
apreciación de la belleza en la que permanezco efímero y propio a desaparecer.
Astro humano

Muchos siglos preparan el lugar, el tiempo y la hora del nacimiento de un nuevo


individuo, ni sigue ni lo siguen, conoce muy bien su insignificancia en el universo, y he
allí su mente le hace soberano del cosmos, su fin es apropiarse de todo el saber posible y
construir una civilización digna de equilibrio e imperfección, los placeres tienen
fundamental importancia, pero los mismos tienen una carga de responsabilidad, como
todo tiene su efecto. Dicho hombre astro no le importa lo que tenga, lo que coma y lo que
vista, su refinado sentir no se enmarca en las resoluciones de la época, ni en el hedonismo
apocalíptico por su miserable condición de la decadencia y un final, su único objetivo es
la especie, permitir que esta se apropie del saber y sin buscar ser superior a nadie, quien
siendo humano no puede ser superior, dictamina su única sentencia: La crisis existencial
será superada al mismo paso que los sujetos pensantes usen el conocimiento en beneficio
de la especie. El sistema económico dominante no es humano, es ridículo.

Jacinto Convite fue un gran médico, descubrió la cura contra una forma de cáncer,
y contra la lepra, en su ideal los médicos no debían cobrar por ejercer la medicina, en el
hospital Vargas, su legado continuo y se realiza el proceso de sanación de forma gratuita.

Humberto Fernández Moran, era un gran científico venezolano, famoso por


inventar el cuchillo de diamante. Descartó la nominación al Premio Nobel por parte de
los EE.UU., la cual se niega dado a querer mantener su nacionalidad venezolana.

Marie Curie, sacrifico su vida por los estudios junto a su esposo, murieron a causa
de la radiación que permite saber sobre las enfermedades o lesiones internas para
cualquier organismo humano, comían muchas veces pan y vivían miserablemente estas
mentes brillantes.

Marx el genio de Tréveris vivió en las peores condiciones con su familia, logro
consolidar la economía como una ciencia, que no lo usen como es debido es la injusticia
y el capricho de la clase dominante, inhumana y repugnante.

Stephen Hawking uso lo único que le quedaba su mente por darle definición a la
crisis e incertidumbre en que ha caído la física.

Y así existen miles que lo dieron todo por el futuro.


Hospital

En el clínico universitario las condiciones y el estado de las instalaciones,


están en la más deplorable situación. Las inmediaciones carecen de personal y quienes
se esfuerzan de manera titánica lidian con los pacientes en una clase de sorteo a turno
porque quien se salva y quién no. Una tarde Adonis joven de 20 años, se encuentra
dando a clases de Matemáticas, el chamo no tenía marcadores, porque ser maestro es
incursionar en un valor desvalorizada por la sociedad capitalista venezolana.

Jóvenes siéntense saquen el libro en la página 23 del libro de matemática.

Estamos por ver funciones, presten atención.

Profesor no escuchamos nada decían los neófitos en los asientos de atrás.

Repito: Una función es una relación que define un factor con otro, y el lapso o
intervalo entre la conexión genera un fenómeno, que es el estudio para el matemático.

En ese momento Adonis pierde el conocimiento, suelta el borrador intentando


agarrar con su mano la pizarra y observando el techo cierra sus ojos, las manos frías y los
latidos son a frecuencia mínima.

Los estudiantes le observan y uno con lápiz lo toca diciendo: ¡Se murió!

Unos se alegran y correteando por el salón dicen: no hay clases.

Otros lloran a su maestro.

Y Luisito el más valiente llama a emergencia mientras sostiene la mano de Adonis.

La ambulancia llega y toma el pulso y aún vive, en estado de coma Adonis es


ingresado a emergencias.

El hospital está vacío y oscuro, los roedores caminan entre algunas paredes. Es
pura soledad entre la suciedad y la intermitente luz que por la ventana incide en el cuarto
de Adonis.

Allí esta postrado en la cama, sin lograr escuchar a nadie y sin un familiar.

Adonis inquieto con la bata de dormitorio, ve todo oscuro y abre la puerta.

Una niña llorando es observada al final del pasillo, sus manitas se limpian el
rostro, mientras con sus manos acurruca sus rodillas para consolar la tristeza.
Adonis se acerca poco a poco con el temor de no asustarla en aquel sombrío y frío
lugar.

Tocando con su mano se agarra de la pared, hasta llegar a la niña, el hombro de la


nena ya no está sola.

Adonis pregunta. ¿Qué haces aquí?

Estoy perdida responde.

¿Y tus padres?

Aquí siempre es de noche, ellos no están.

Caramba. Dice afligido Adonis.

Mantente en silencio dice ella.

¿Por qué?

Aquí las sombras buscan acechando alimentarse de ti y es posible que te absorban


destruyendo tu esencia.

Adonis a su cabeza tenía una cuerda dorada de la que no respondía conocimiento


alguno, se alargaba mediante los pasos que daba con la niña, sostenido por su ombligo.

La niña comenta mientras lloraba que las sombras le acechaban y no conseguía


salida, estaba atrapada en el mismo hospital que él, pero en otra dimensión.

Adonis dice que puede ayudarla.

Le explica que en su cuarto aún, hay una luz intermitente donde puede huir.

Ambos huyen de las sombras, una de estas intenta arrancar el cordón de Adonis,
el hombrecito se agarra con fuerza el cordón de la nuca para no comprometer su glándula
pineal.

La nena se discurre entre las puertas oscuras en el clínico intentando no ser


atrapada.

Adonis y la chiquilla tomados de la mano llegan al cuarto 530, un cuadro de un


barbudo está colgado de la pared y la luz entrando en la ventana.
La niña abre sus brazos y se eleva, el viento sopla a sus pies, y por una pendiente
se inclina mientras se va.

Adonis se despide, ella le dice:

Vuelve a clase, y dales un cogotazo a los que se fueron a casa felices por tu recaída.

En ese instante Adonis regresa consciente al desolado hospital, los médicos no


entienden su tan rápida recuperación. Adonis emprendió de significado a su vida: Ayudar
a otros, aunque no quiera, ese es el verdadero propósito de los grandes. Especialmente
cuando comprenden como funciona todo.
Black Power.

El blanco más puro nace en el cimarrón y se extiende por las llanuras de la madre
África.

Ogbe Yonu surgió en el mundo siendo Albino, su madre tan linda como el Cacao,
debía ocultarlo, pues los diferentes lo pagan caro, entre el rebaño o las multitudes.

Ogbe no podía ver el sol era demasiado sensible, para su madre es sagrado, aunque
para los brujos de su pueblo fuera un anatema. Corriendo con el riesgo de ser mutilado
en ofrenda a los dioses, ella lo escondía de la población, ya que una sola boca abierta y la
algarabía presionaba la felicidad de su hogar, su familia: él y ella. Un mundo, una sola
madre.

Ogbe Yonu intenta salir de su casa en Mogadiscio, Somalia, empero recuerda las
palabras de su sol eclipsado: ¡Si sales del hogar, te pueden raptar los militares para
experimentar con tu cuerpo o los brujos de por aquí! Él interioriza.

Ogbe Yonu logra hacer amistad con una niña, y desde la ventana de barro, todo
cubierto de trapos, se oculta con que es musulmana. Logrando solo asomar su vista.
Nasha sorprendida, necesita mirar su rostro. Y él dice: ¡no puedo cumplir tu petición!

Anda no me burlare de ti. Tienes unos hermosos ojos y ocultas el resto de mí.
Alegaba Nasha. Eres injusto.

Ogbe Yonu piensa: Tu capricho puede acabar conmigo.

En la noche regresa la madre de Ogbe, luego de caminar kilómetros para llevar


agua a casa, el alimento con que sobreviven son frijoles, intercambio producto de los
latones, con que los malvados hacen sus municiones.

Ogbe Yonu juega con el chivo que su madre obtuvo cuando la última familia que
coincidía en su vecindad, se fue por falta de alimento.

Ogbe es muy educado a pesar de no saber jamás lo que es una escuela. Valora su
existencia, aunque está condenado por la sentencia de los brujos, y por su diferencia.

En Somalia y en otras regiones de África, la piel de los Albinos tiene un precio


nefasto, por más sagrado que sea ser diferente.
La patria es el hombre

Sentimos profundamente la esencia de nuestro creador templarse entre los que


yacen sin desanimar, preciso instante que nos hace caminar orgullosos, el albañil
construye con sus manos los cimientos de la vida y los expresa con total detenimiento
mientras observa la obra que jamás podrá disfrutar.

El medico salva a los afortunados del dolor, aplazando la muerte. Es el acto de


amor más sublime, cuando realmente les preocupa el malestar de sus pacientes, y no
cobran a quien no tiene sosteniendo el juramento hipocrático.

El maestro enseña su amor a la sabiduría y fomenta las bases para influir en los
estudiantes profundamente.

El campesino labra la tierra para adquirir los alimentos y nutrir la vida desde la
creación en sí misma.

El obrero es el apasionado hombre o mujer que establece las condiciones


materiales de la vida de los individuos.

El científico desarrolla ciencia y tecnología suficiente para acelerar la producción


y su fin es buscar disminuir las dificultades a los trabajadores.

El artista hace crecer los sentimientos más nobles en las personas, describiendo la
belleza que nutre el porvenir en las relaciones.

Todos tienen su misión, son creadores de la sociedad humana los aquí nombrados,
el mayor respeto, ya que ellos representan a la patria en la que has nacido, siendo la
facción trabajadora la que ha permitido el mundo y sus hazañas.
Nipón Feudal

Año 300 después de nuestra era, Japón se encontraba revestida del poder ejercido
por la familia Imperial, en la dinastía Yamato. Incontables revueltas cercenaban a las
divididas poblaciones rurales. El campesinado sufría los imprevistos malestares
populares, el pueblo sufría los imprevistos malestares populares, el pueblo tenía la Fe de
esperar una respuesta divina al problema ocasionado por el lord.

Las humillaciones hacían referencia a los periodos más largos de opresión


conocido en las aldeas.

Los casos orientales aguardan la calidez propia de la isla, los peces multicolores
son un capricho y lujo de las familias empoderadas.

El humilde campesino, mal herido por la katana recuerda cómo se llevaron a su


mujer y a su hija en venta para los explotadores sexuales.

Ninguna hora lograba ser cómoda los guerreros, aldea que tocaban la convertían
en nada, un sin número de guerras, atesoraban las riquezas de los amos.

Los esclavos eran depuestos de funciones cuando no tenían fuerzas ni labores en


común además del maltrato.

En el seno de los samuráis, emergían los renegados, que, viendo el derecho de los
lords y el derroche de las ladys, se organizan para robar lo que les pertenecía y repetirla
entre los pobladores.

Las organizaciones ninjas eran para entonces perseguidas y los monjes renegados
se ocultaban el conocimiento de los grupos inclusive reclutaban a futuros combatientes.

Hamachi presencia como decapitan a un campesino por tomar mayor producto de


la cosecha que le correspondía.

Aniquilado decía un general por orden del emperador.

Hamachi visualiza la horrible escena mientras el campesino con fuertes alaridos


dice:

¡No me mates! Señor mi familia necesita sustento, mi hijo menor está enfermo.

Aun así, en los ojos del emperador era necesario ver decapitado aquel hombre.
Hamachi recuerda la expresión del hombre justo antes del homicidio.

Decide en la madrugada dejar el palacio e irse con los rebeldes.

Estoy equivocado, el emperador es un enfermo aquí no existe honor.

Golpea a los centinelas de las puertas principales y avienta a los que vigilan en las
casas de campaña.

Recoge su katana y suelta la cinta blanca que posee en su cabello recogido.

En el largo camino recurre a los monjes renegados. Allí da clases de grafía y del
arte poético japonés además del uso del ninjustsu y uso de las espadas.

Una tarde es apresado por los oficiales del ejército de la prefectura de Yamato, es
torturado hasta llegar al borde de la muerte.

Le cortan con la hoja en la cabeza, extremidades inferiores, le lastiman el brazo y el pecho.

Nuestro valiente ninja permanece quieto entre la incertidumbre de su vida y recuerda la


historia del clan de los cerezos, a saber, que toda la vida es efímera, exclamando:

Sobreviviré gracias a mi voluntad y determinación, y si era peligroso, ahora herido soy


peor mi última herramienta de combate son las ideas.

Luego de anunciar mi último manifiesto, uno de los aldeanos lo curan, el ninja decide
escribir todos los tratados en los pergaminos, organiza a los renegados para enfrentar al
señor feudal, mientras el pueblo sigue queriendo los tributos de su lord.
Lucha de Clases

Para un pobre su única opción es trabajar y estudiar, su lucha manifiesta la


precisión de la constante redención contra la injusticia de la tragedia humana.

Es impostergable nuestro esfuerzo en busca del devenir, te permite representar el


hacer, fomentar la inclusión de los sentimientos más nobles con la precaución de siempre
entender que se vive una guerra contra la condición humana (bestialidad), el arte del
engaño (la razón), solo las acciones del alma, de la profundidad del corazón pueden
dictaminar el cómo son nuestros andares en este camino tortuoso que te obliga a
continuar.

Indivisible es el determinar la concepción que tenemos respecto de nuestro


mundo.

Sin esperar un establecimiento del prescindir de las migajas por compasión.

Un esfuerzo sin jamás olvidar de donde viniste y sin dejar de ayudar a los demás
que han de merecerlo por su sinceridad. Es en el momento más definitivo de nuestro
proyecto que mejor acontece la realidad de nuestros propios esfuerzos en el aprendizaje
y la sabiduría.

Contemplad el estandarte y renueva tu existir mediando la continuación del placer


en tu tránsito.

Es innecesario presionarte por el atenuante infringido del corazón, pero no para


atormentarte sino para aprender.

Debes decir la verdad al incauto, amar es evitarle todo el dolor. Pero decírsela
desde el corazón no desde la mente, pues esta última solo sentencia al individuo,
terminando sin entender el porqué de esas palabras, lastimando su perspectiva haciéndole
culpable de su propio defecto, al final es el corazón el que salva.

Ambos trabajan en equipo corazón y cerebro, alma y espíritu, peleando por la


dignidad y la igualdad.
Axioma

Se cumple que: “las galaxias se unen para destruirse o constituir algo nuevo igual
sucede con las personas”.

Immanuel es un niño que anhela ser matemático, no posee los libros, sus maestros
no le enseñan casi nada en clase, solo le enseñan a contar de dígitos en dígitos. El
muchacho quiere descubrir la magia que habita en él, pero no sabe cómo.

Un día Farabundo su maestro le regala un libro y le dice: Lee el libro e imagina la


respuesta allí está todo.

Aquí no se aprende nada y es irónico lo poco que aprendes es a repetir no a


imaginar.
Nadando contra la corriente

En los atardeceres que son los lugares donde mejor me siento a esperar el próximo
día, anida la inspiración y mi coraje como los relámpagos de señales vibratorios en mi
cerebro.

Me he sentido como un germinado creciendo sin agua, a punta de sol, solo para
producir una pequeña caraota, que indulgencia y yo queriendo producir un granero.

Es esa corriente la que impulsa hacia la caída de una catarata, yo como ajolote,
peleo con todo para quedarme en el mismo lugar, los peces felices, tristes y agresivos, me
observan e incluso se burlan y se preguntan que más resiste.

Resistir es luchar contra todo, tambalearlo y tambalearse.

Es aquí donde más se aprende a ser y dar con las manos llenas de agradecimiento.
La revelación

Es la propensión a la acción más exacta del querer que cuestiona como se puede
saber de la fuente que tiene un individuo en él.

En el pasado los indios Siux sabían que la tierra era redonda, por semejanza con
la luna, también sabían que todo está conectado: una idea central de la ciencia, el corazón
logra captar la intuición en comprensión. Y es la intuición en la ciencia la que desvela
secretos que se descubren porque se entregan a los humanos, de la misma forma que la
lluvia regala a los bosques frescura.

Vivimos en un planeta en el que nuestros dos grandes objetivos son los sueños y
la muerte, en el transito nuestra acción genera sabiduría.

El pecado es la muerte antes de tiempo, no es inmoralidad.

Todo lo que no hacemos con amor es pecado para el alma, amar a los demás sin amarnos
a nosotros mismos, también lo es.

El deseo sin amor lleva a la muerte, el orgullo lleva a la muerte de quien no desea
ayuda por más que lo necesite, el ego es la causa de todos los males y discordia (sentirse
superior a otros es el motivo de todas las ruinas), solo somos especiales.

Amar es dar conocimiento, apoyar, guiar, educar y curar.

El problema del hombre es espiritual en un mundo maldito a causa del yoismo.

El mundo es caos el espíritu es orden.

Conocerse a sí mismo es conocer al espíritu y sus poderes ocultos.

Todo lo bueno que hagamos por colaborar con el Dharma, generara un futuro
mejor para las venideras generaciones, y para nosotros mismos.

Encarnamos buenos corazones los espíritus elevados que se han sentido


pisoteados, por demonios inmundos manipuladores e hipócritas.

La vida siempre ha sido mística, todos las fuerzas universales, psíquicas y


energéticas se unen en ella, nuestra realidad deber ser tomada como una incomprensión
del fenómeno, la naturaleza es sagrada. Y debemos agradecer siempre dando felicidad en
nuestras acciones a las generaciones futuras
Mística

Millones de años se relacionaron en el ADN para dar simetría a tu existencia, la


morada del espíritu, mismo que combate sin detenimiento en una sociedad Yoista y
Egoísta, sin embargo, existe dentro del individuo una fuerza inmanente como un océano
de pasiones que se agita mientras creas en ti.

Tu eres el mundo, el único posible, tu decisión influye de forma negativa o


positiva en el planeta, nada más importa solo tu juicio y bondad, existirá maldad en tu
alrededor, discordia y envidia, pero mientras eso no esté dentro de ti, eres el elegido para
crear algo nuevo de la basura, en la que estamos inmerso todos, en la ignorancia, la
ceguera y el ajetreo.

Este es el plano de la aventura, de la regeneración y de las posibilidades. Esa es tu


única esperanza, con la condición de que estas solo, con la convicción de que solo existes
para quienes te aprecian, aquí donde todos imponen su razón y nadie la tiene, aquí donde
el ego y los bajos sentires abundan.

La mística es la flor del loto brillando abriéndose para dar con su fragancia hacia
aquellas que no han emergido del fondo de sí.

·El conocimiento es tu refugio gran creador, depende de ti como lo uses, espero


que la compasión y el amor caminen siempre a tu lado.

El universo no elige a nadie y nadie es casualidad, solo eres una consecuencia,


espero que nadie decida por ti, pues nadie morirá en tu nombre.

La mística de mi vida ha logrado dejarte parte de mis sueños, en este libro.

Todo es ilusión menos tu persona, y no temas, el mundo es un desierto, el valor


de todos es hallar el oasis dentro de nosotros mismos.
Llanero

Son las 4:30 am del nuevo día con los problemas de las zonas rurales, la falta de
médicos y de escuelas, el embarazo precoz y las dificultades de vivir de una tierra rica
con una población en la miseria.

Se enciende el fogón, se coloca la ollita para el café, el queso e mano, en la mesa


improvisada, unas patas en bloque sostenidas por gaberas de cerveza. Luis se prepara
para un día de sudor, sangre y a veces lágrimas. Sé nutre con los bocados de arepa y se
lanza a labrar la tierra en espera de la cosecha de maíz.

Les das la bendición a sus dos niñas, y le dice chao a su concubina.

Luis advenido por circunstancias agobiantes prestaba gran atención a como los
terratenientes cometían sus fechorías en el lugar, algunos compañeros temían por sus
vidas ya que los vándalos estaban organizados para apropiarse de las reservas de alimento,
en orden del dueño de las tierras.

Sin contemplaciones sabía muy bien asumir del lugar donde residen los
abusadores por tanto Luis inmóvil entre las cosechas, decía a sus compañeros que era
mejor dialogar con calma y no elevar la voz allí donde existían grandes desventajas.

Muchachos guardemos reservas para nosotros es mejor repartirlas para evitar que
nuestras familias mueran de hambre, el patrón nos roba y nos exige, es menester nuestro
aprender analizar sus manipulaciones e hipocresías.

Los campesinos junto a Luis se encargaban de un solo hecho, velar a uno de los
agricultores, caídos a causa del homicidio de los amos de la tierra, la sociedad de
cómplices y la delincuencia organizada.

En el mundo los sobrevivientes, los que aman la tierra y a los demás, siendo la
tierra la única que lo merece, están determinados a morir jóvenes, debido al descuido de
como realmente funcionan las cosas, vivimos entre malhechores y entre nosotros parece
mejor evitar el dolor y tomar consejo, nuestra sociedad es inmoral, por más reprimido que
se encuentren los hombres en ella, y total los hombres de poder que escriben y dictaminan
reglamentos jamás se adhieren , pues ellos establecieron las cosas así.

Luis llega a casa y sus familiares están sin vida, incluso entre los mismos
campesinos se infiltran quienes jamás entenderán las causas populares.
Luis llorando amargamente los entierra en el patio de la casa y diariamente espera,
vivir hasta su vejez, si su salud se lo permite, aunque el trabajo le dé una miseria de lo
que entrega a la podrida sociedad.
La tormenta

Martin es un existencialista declarado profesor con doctorado en la


Institución práctica de filosofía y medicina.

Su residencia marca lugar en la calle 213 de la ciudad, con tan solo 35 años es
eminente, un erudito con diferentes diplomas por tan prodigioso talento en el manejo de
los saberes y lenguajes, además de una excelsa gama de intervenciones en el área de la
Medicina, toda una autoridad.

Martin no tuvo concubina ni hijos toda su vida la dedico al estudio, sus padres lo
elogiaban por su cerebro, gran admiración causa los hombres, sin esperar una gran
oportunidad, un imprevisto le sometió a la desgracia, sucede que siempre había vivido en
ella, pero no lo sospechaba.

Luego de enfermarse de cáncer en el organismo, el doctor recuerda al estrés al que


sometió a su cuerpo, para complacerse a sí mismo y principalmente para complacer a los
padres.

Ya enfermo y en cama, las alimañas de sus familiares le dieron la espalda, la


mayor preocupación de este, no era estar enfermo, sino que había perdido el tiempo
queriendo a quien no le quería igualmente, la más grave noticia que puede conocer un
desdichado.

Martin decidió salir al parque, llorar en la solitaria arboleda y acostarse en la


grama a mirar el cielo, pensando: Yo también soy pasajero como estas nubes, igual que
mis problemas, porque es así yo soy mi propio problema, descartados por todos a
desaparecer.

Mis compañeros de trabajos parecen alegrarse por mi enfermedad, no parecen se


alegran porque la vida continua y recuerdan que ellos también están condenados.

En esta noche solitaria sin ninguna opción permanezco con gran esfuerzo ante el
devenir de la nada.

Hubiera sido mejor saber la verdad desde el principio, para estar prevenido por la
ilusión, que ha precipitado mi ser a un ocaso temprano.

Amo el conocimiento porque he luchado toda mi vida para conquistarlo. Sin servir
de nada ahora.
Solo deseo mirar las estrellas por una noche más y ser capaz de presenciar mi
amor por la existencia, tal cual como el recuerdo que me llena y el sueño del que jamás
despertare.

Martin fallece con una sonrisa, su ilusión termino al ver sus allegados con miedo,
la prominente boca, que sutilmente se despedía agradeciendo al universo y para nada al
hombre. Con la consciencia tranquila de que, en él, su individualidad no marco la
hipocresía pues aquellos que aman son extraños en tierra de nadie.
Las almas en la tierra.

Mirando las estrellas las almas de fuego, se apasionan, se acarician, y se dicen


entre sí, muy bajito, en voz tenue como el viento: "estamos en el universo, descubriendo
entre cada mundo un reto, que nos acerque más a la comprensión de nosotras mismas".
Cada una por separada es la providencia, cada una es una deidad, el mal es no lograr
entendemos, si cada una vivieran en eterna comunión conectadas, supiéramos todas las
verdades, no tendríamos que ir a cada mundo aprender un poco de sí y de todas. Todas
las almas de fuego admiraban el hermoso caos del universo, y se decían no miren la tierra,
allí se sufre, ese es el gran reto. Cuando llegamos allí padecemos, pues, nuestra existencia
acarrea en la necesidad y está marcada por ella, siendo una gran miseria, para todas las
clases, y la misma nos enloquece. El dolor es superior a todos los dolores, allí se nace
solo para que el hombre descubra que tiene alma, cuando descubre que tiene alma, para
él no existen clases, y en ese devenir más se sufre, porque todos siguen en su espectáculo,
de muertes, de engaños y robos para proteger sus propios intereses. El verdadero camino
es conocer nuestras almas, y con ello la de los demás, pero todos creyentes y ateos, en su
estupidez se dañan entre sí, creyentes que no creen en dios, ateos que creen en dios,
negando lo primordial: la existencia de su propia alma, un regalo inusual del universo a
la consciencia, y el hombre no puede verlo. No puede vislumbrarlo, pocos han recorrido
ese camino y han padecido para liberarse de ese mundo cruel, los hombres dicen creer en
dios, pero niegan la existencia de las otras almas, sin saber que todas nosotras juntas
podríamos ser eso que llama dios. Cuando el ser humano nace, también está marcado por
la necesidad de amar como forma más plena de nuestra esencia. El alma humana nace
odiando su mundo, y odia el peso de su cuerpo, llevándolo inevitablemente al odio de
unos con otros. Convirtiéndose, lo hermoso de ser, en terror. Quienes no conocen su
esencia, no han logrado superar el reto, y tendrán que repetir la historia tantas veces sea
necesario para comprender su error. en el mundo de la materia. El mundo donde todo lo
que el hombre haga de sí se hará realidad. Y las diminutas amiguitas, dieron con su fuego
un gran minuto de silencio, por todas las diminutas almas caídas en la tierra.
Las tulpas demoniacas robaron del alma, el amor de un hombre.

Desde la antigüedad, los pueblos orientales han tenido una gran superstición y un
encuentro posible con seres que deambulan de la mente al mundo material, criaturas
infalibles a la hora de agotar el alma de un hombre, con el objeto de quitársela, de darle
muerte. El nido de estas aberraciones son el miedo que es proporcional a la maldad que
hay en los corazones de cualquier ser humano, su mayor acto es el suicidio, y se consuma
a quienes ya no soportan como se proyectan los seres nauseabundos, oscuros y grotescos
distorsionando la realidad. Estas perversidades ganan vida independientemente de sus
creadores y se advierte de que surgen de lo más profundo de la psique, más si esta
atormentada. El odio, el celo y todas las bajas pasiones, parecen darle forma a lo
desconocido. De nuestro mundo sagrado, actualmente profanado, los reveses y las
abominables sombras, discurren entre las alcantarillas, en la suciedad, entre lugares
contaminados y abandonados. Como si más bien nos quisieran dar un mensaje,
aconsejándonos de que cambiemos, o el mundo será de ellos, y nuestros lamentos y
padecimientos para el próximo siglo serán de abundante locura. Ni los diablos y toda
falacia sobrenatural en las religiones podrán contra el poder que se le está dando a la
oscuridad en todas las regiones del mundo. Y así contemplamos a las malditas tulpas de
la que tanto hablan los monjes budistas del Tíbet. Un día lluvioso, gris y gélido acariciaba
las ventanas del psiquiátrico Sagradas Escrituras. Radames un enfermo mental de 41 años
de edad, abraza sus rodillas, y con mucho frio por los baños helados del sanatorio, tiembla
mientras derrama gotas por todo su rostro, ojos de contornos rojos, tristeza que
empalidece el corazón de cualquier ser humano, y una mirada a lo lejos desde la ventana
de aquella cárcel. Radamés antes de todo ese padecimiento, tenía una familia, desde muy
joven siempre fue rechazado por su peculiar comportamiento de hombre muy existencial,
de vivida correspondencia en abrazar todas las emociones humanas. Su familia decía
apreciarlo, cuando traía obsequios para todos, parecía que amaban más sus regalos que a
su persona, pero bueno así son los que desconocen el alma. Radamés empieza hablar
solo unas semanas después de que le dicen, que han embarcado todos sus bienes, luego
de que sus hijos los jugaran en una apuesta, pero como avispados al fin, nunca colocaron
en riesgo los suyos. Su mujer lo odiaba, decía que era un pendejo que solo servía para
hacer el trabajo de un burro, en una fábrica de chocolates. En la misma ciudad donde
esperaba su lamentable destino. Su esposa nunca habló bien de él, en muchas
oportunidades, mientras hablaba de estupideces y superficialidades con sus amigas, les
comentaba que el abnegado padre de familia, era de mal sexo, que tantas fueron las veces
que tenía que acostarse con trogloditas para lograr estar satisfecha. Radamés soporto
tanto, desconociendo lo que sucedía; en su expediente, siempre hablaban los que le
conocían, que se le escuchaba recitar poemas tristes, mientras empaquetaba los manjares
de cacao. Es como si su inconsciente, estuviera al tanto del entorno hostil en el que
habitaba, y como a todo el que es víctima jamás podrían decírselo, los cobardes parásitos
que lo frecuentaban. A finales de otoño, Radamés tiene sus primeras crisis, se toma varias
pastillas para el sueño, intentando colocar fin a su pesadilla que ya pesaba en su cuerpo.
Y nadie jamás supo del acto, los siguientes días el pobre hombre no va a su trabajo, y cae
en la soledad mientras delira de ansias y nervios sin saber que le sucede, en el hogar sentía
como le consumía toda esa situación.

Una noche mientras se asoma por la ventana, se lamenta de su vida, observa una sombra
que a lo lejos desde la pared al frente de su casa, lo acecha y sin mediar se le abalanza,
tocándole el pecho, Radamés siente dolor, como si alguien le arrancará el corazón,
evitándole un infarto de tan colosal estrés que experimentaba. Pareciera como si su mente
hubiera creado tal creatura para proteger su propio organismo, ya próximo a un desenlace
fatal. En el tormento de tantos años conviviendo con la gente equivocada. Radames
llora y se calma, balbuceando se afirma: no tengo corazón, me han quitado mi amor, mi
alma es transparente, ya estoy muerto. Se sienta sobre un sillón acerca sus rodillas a la
barbilla mientras dice: estoy muerto. estoy muerto. Su mujer entra y observa la escena,
y con una maliciosa sonrisa, se jacta de decir: lo que me faltaba ahora se ha vuelto loco,
este inútil. El shock del demente no le inquieta para nada las palabras de la víbora que
le llevo a la ruina y la muerte psíquica. Y entonces la desalmada mujer llama al
psiquiátrico cristiano evangélico por nombre, y les comenta: Recojan a este loco de
mierda.

Llegan los enfermeros, lo amarran, el pálido hombre, no pone resistencia como quien
dice, desde hace cuánto ya la he perdido. Le inyectan una droga, dos de sus más lejanos
amigos le lloran, le llaman y aquella despreciable mujer no contesta. Los hijos, se fueron
de rumba y apagaron el celular. Los amigos cercanos, se decían mientras charlaban: Tarde
o temprano tenía que pasar, Radamés era un rarito. Nadie fue auxiliarle. Y así volvemos
a ver a Radamés que viendo las tulpas bailar frente de la ventana en el psiquiátrico,
escucha una voz profunda, salida de sus entrañas, como un leve destello de cordura.
Radamés escúchame soy tu yo “el amor no se pierde, siempre nace uno nuevo cuando lo
expresas, y no estás muerto, tienes más alma de lo que crees, cuando empieces a expresar
tu amor, sin pregonar que lo es, empezarás a entender de qué trata tener alma”. No
escuches a las bestias de la sociedad, ellos no pueden crear nada nuevo, ni saben que
tienen alma, son solo imbéciles, que no se pueden burlar de ellos mismos. Porque tienen
miedo de sentirse imbéciles. A lo que Radamés sonríe y piensa: No hay nada más loco
que escuchar la consciencia, pero no existe nada más sano que hacer de uso de sus
consejos. Pues ella es cordura entre locos. Y los locos no pueden apreciarla. Se levanta
del sillón y sin pensar agarra el teléfono del lúgubre cuarto de hospital en el que se
encuentra recluido y llama a su doctor. Diciéndole: ¡Yo a usted no lo conozco, pero quiero
irme de aquí, no sé qué hago aquí, este es el número de mis mejores amigos! ¡Llámales
que quiero verle! A lo que el doctor dice a las enfermeras: parece haber progresado con
las drogas. Seguro tiene lapsos de esquizofrenias, que se pueden tratar con medicación.
Vamos a verle. Al entrar al cuarto pueden ver a Radamés peinándose y llorando frente
al espejo. ¡Qué feo estoy! El doctor empezó a sentir que era verdad su progreso, que
había que tratársele, para evitar recaídas. Dos años pasan y el hombre triste de Radamés
ya no existía, era más contentó y contaba historias y chistes entre las enfermeras. Una
primavera después de este suceso, Radamés se montaba en un tren para verse con sus
amigos. El doctor había declarado ante sus otros colegas, que él no cree en milagros, pero
que ese hombre había dejado de ser la sombra de lo que el observó, y ante el concejo
medico explico: Ese individuo no necesita medicación, el resiliente con toda su voluntad
dejo de tomar las pastillas y no necesita más medicamentos, parece que se ha curado así
mismo, tuvo un año sin recaídas. Que mente tan poderosa la de aquél sujeto. Espero verle
de nuevo.
Ataraxia

Una noche tempestuosa, fuertes relámpagos hacen estruendo, visibles a mi ventana, las
gotas caen por el cristal transparente, el trueno anuncia que será para siempre, en eso se
me ha convertido lo más preciado. El grisáceo cielo no permite diferir entre el ocaso o el
alba, mientras taciturno ya no existo para el mundo, irremediablemente veo imágenes
difusas de mi mirada tierna, mi sonrisa afable y generosa, que jamás negó su ayuda a otras
manos. El camino del dolor a nublado tanto y tan grande al corazón sumergido en la
tempestad de las pasiones, allí en el fondo una moneda de oro, luce y brilla
resplandeciendo luminosa y dorada imagen a mi encuentro, solo un milagro incide
mientras las mareas de un cuerpo desgastado se calman y la historia deja de girar para
siempre. No puedo hablar, la tristeza carcome en el fruto preciado de mi alma, una lagrima
se derrama en el ojo derecho y en silencio dejando caer mis parpados, me recuesto en la
almohada, abrigando una mano con la otra, y las mismas pálidas intentando calentarse se
soban, mi rostro inerte, ante mis pómulos pulidos no se remiten a una obra más perfecta
del amor, no sostengo nada, y el sueño profundo me lleva a un lugar donde lo impensable
es real, y lo dichoso es una forzada tranquilidad.

A los lejos un gigante elefante de la India se acerca, puedo reconocerlo, porque en su


lomo trae el asiento de campaña y sus adornos particulares, el animal me observa con una
singular curiosidad jamás antes vista, como si un ser humano me divisara para llamarme.
Está más cerca de mí a 20 metros, y avizoro sus ojos, hermosos me miran fijamente, en
ellos me encuentro estupefacto, millones de estrellas en este caos y hostil universo puedo
vislumbrar. El animal me dice con ellos todo, la verdad traída del fuego de la existencia.
El ambiente donde se posa el gigante trompudo, con sus cuernos alados en los extremos
de su boca, son muy blancos más blancos que una rosa del loto. Empiezo a saber en sus
ojos más de lo que imaginaba, en él Shiva y Brahma sentados en el inmenso vacío, dicen
su mensaje en el giro eterno de los planetas, los mismos no intervienen en la creación, allí
donde ni los reconocimientos tienen valor, ante el más preciado regalo, la vida, misma
donde se dan todos los sueños, porque ella es eso, el sueño donde podemos estar
conscientes de nosotros mismos. El camino a devenir de ese pequeño planeta azul, lo
determinará el corazón de los hombres, hacia donde se dirijan sus latidos, hacia allí será
su amanecer. Nadie puede concedernos más de lo que fue dado y muchos menos
ayudarnos, la soledad lastimosa entre las vidas, se cobijan a su permanencia consigo
mismo, un plácido misterio nos abarca, a nosotros los lotos que se van cerrando en el
inmenso lago del existir, algunos brotamos nuestra esencia, y girando, girando nos
desplazamos en el infinito. Hasta llegar al mar. Otros simplemente se quedan en el mismo
lugar enfrentándose al viento que busca sumergirla. Pero ninguna se hunde.

Buda sentado en la piedra, sitial de un hermoso árbol de naranjos, está allí viéndome
desde el ojo izquierdo del hermoso animal, sonríe y una gota en su ojo derecho irradia
con la luz de un astro, imposible de adivinar donde se sitúa. Las ramas se mueven y el
lugar, con el gran paisaje casi escarchado, desprende hojas maravillosas, estaciones que
se encuentran entre ellas, las aves se posan sobre aquel hombrecillo delgado y se dejan
mirar, postradas en sus hombros. Ese señor eleva una de sus manos enseñando la palma,
y con la otra me muestra el manantial que emana entre sus pies, con sus ojos cerrados,
insinuó que, así como él, estoy yo, viendo correr un río sin significado. Allí donde la
realidad es el único lugar que se nos ha dado como descanso, esperando que culmine el
sueño. Ir tan apresurados envuelve toda la magia y le enmaraña como una pesadilla. En
toda la historia del humano, es el humano mismo su gran reto, la realidad parece trágica
y para su mayoría entraña utopía. Pero la verdad es que nadie es de nadie, cada quien es
su propio obsequio, y su soma, el maná es su esencia. La belleza es nuestro clamor, y el
mundo igual es hermoso para quien sabe admirar y ver más allá de una tenue apariencia
que al mover la cortina, depara pequeñas piedras preciosas, que jamás se apagan, aunque
el humo le eclipse. Haz un pequeño paraíso en la tierra y hazle tuyo. La magia es real, y
espera siempre en el mundo de la materia a quien sabe imaginar. El niño no pierde la
magia, es el ejemplo de quien comprende muy bien las cosas. Bendiciones que enaltecen
y esperan conservar ese amor estrenado en el origen.

El mismo elefante no deja de mirarme, yo solo puedo admirarle y divinizarle, un nuevo


ídolo podría ser, si fuera un creyente. El mueve una de sus orejas, y me advierte, que debe
mostrarme la verdad de porque todo termino tan mal, mostrando como ha sido mi fugaz
trajinar.
Mi persona temblorosa, se limpia las lagañas para visualizar mejor el acto, que en breves
instantes empezaría a ver.

Desplomado ante el oscuro firmamento, por encima de éste contemplo, y puedo


perturbarme un poco con mi llanto, un bebe tiritando de frío, ante el aliento de mi madre.
Mi padre en su ausencia, corre contento hacia la maternidad, destino compuesto de
pedrerías y joyas preciosas en emociones, porque no existe otra forma de riqueza. Mamá
parece una ligera pluma en la cama, contenta agarra mis manos, y mientras la enfermera
me rapta entre las cobijitas. Mi mamá se duerme.

El tiempo de empezar a sentir ha comenzado, el leve sollozo de mis otros


contemporáneos, asoma un desfile orquestal de melodramas. Mi padre advenedizo puede
entre las ventanas reconocerme. Un niño blanco con cabellos negros. Y de cuerpo
delgadito como dos panes apretujados en un canasto.

Me llevan del lugar entre sonrisas y apuros, pues ese mismo día, algunos nacieron para
irse de nuevo a la hermosa tranquilidad de la nada. El mundo real el de la vida y la muerte
entre mezclándose, con alegría y dolor, estremecía mi ser y me fascinaba.

Puedo reclamar el menú siempre que quiera sin dejar propina, una cúpula rosada y un
jugoso pezón bordeado de blanco, era el manjar de mis días, y como un frágil
sobreviviente de la guerra, al conseguir agua, yo no dejaba momento para sentirme más
fuerte. Sin embargo, no aprendí a vivir, y no porque fuera un cobarde, es simplemente
que he sido más sensible ante la invisible verdad.

Empecé a crecer justo allí, ante los ojos de la injusticia, que no era visible para mí, el
pesebre con miles de casitas, tenían sus propios dramas, sus propios sueños, sus
exasperantes tragedias. Decepciones tras decepciones. Dificultades que he logrado
superar, algunas, y otras que me han arrastrado hacia el fango de la realidad. Lástima que
la verdad solo es reconocida por quien la sufre, ellos la conocen, porque la viven, los otros
bailan y se desgastan en sus pasiones, derrochando y presionando la dignidad de quienes
no podrán disfrutar la velada. Le llaman especie humana, pero para ellos, son estos los
protagonistas que se conocen a sí mismos como Raza, por tanto, no te dejes engañar
cuando te hablen de salvar a la raza (10 personas inclusive) humana, eso es lo que están
haciendo, mientras el egoísmo, sigue royendo en el destino de los individuos.

No fui producto del amor, como lo pensaba, fui producto de una relación de factores que
encima uno del otro, me dio como resultado. Víctima del egoísmo y de las contradicciones
familiares. Pero aun así mi situación no podía delatarme, la circunstancia de los instintos,
y de razones manipuladas por el yo, que no admite los errores propios, pero si señala a
los demás. Eso sí fue la idiotez más grande que pude cometer, esperar algo de personas
así, ante una realidad materialmente determinada por la naturaleza por más que el hombre
aspiré que las cosas cambien. La mente como consuelo, ese fue el paraíso que se nos
concedió sin manual, solo con una capacidad de observación y en el desentrañar del
lenguaje.

La soledad se ha fanatizado en el mundo humano, la solidaridad es el milagro de los


corazones que intentan recomponer nuestro plano, donde siempre se han asesinado
personas, donde la inteligencia nos ha hecho más eficiente al momento de hacer y más
sutiles para ocultar. La sospecha es el espectáculo que nos hace dudar de los demás. El
silencio es la penitencia que hace a los necios sabios, y que encienden el camino de obrar
por el bien de las almas.

No hay propuestas para quien atesore un acontecer sin demostrarlo.

Dichas y festines, nos conmueven, accidentes y desorden nos alejan unos de otros, aun
así, los seres se reproducen y ganan con ello la responsabilidad que tienen con el futuro.
Ni siquiera con ellos mismos, son capaces de aceptar su propio destino, quieren, pero no
dan a cambio, y si dan es porque ya tienen asegurada la victoria. Eso es el humano. Un
tipo lógicamente acto, e incapaz de comprender a sus semejantes.

Crecí para que, en cada momento, todo me fuera prohibido, menos la perturbación de los
derechos de unos sobre otros, perturbación que escamotea en cada segundo de nuestras
vidas. Luego buscando un momento de tranquilidad, el desgraciado sentimiento de
pérdida, nos asombró a todos, con la partida del hermano mayor. El estrés comenzaba,
sentimientos encontrados, rechazos de amor despampanantes, y una salud desmoronada
por el desconocimiento de mi grandeza, tal que nunca pensó en el yo, pero si en el
nosotros. ¡Que imbécil! El más tonto de todos los hombres, así me reconozco.

Destino que me aguardaba desde siempre y me ha comentado que puedo vivir con ellos
como si no existiera, y así ellos para mí. Esa es la razón social de nosotros, no somos una
gran familia.

Despechada verdad que inunda nuestro patio, mientras sentados presenciamos el cielo
que encima nos cubre. El amor de ella se fue para siempre.

Aquí adulto afligido con un desgarramiento en mi cabeza, hace parecer que pensar no era
suficiente, allí donde las palabras no tienen valor, y su significado ni se siente o se
escucha.

Sin embargo, tengo esperanza.

¿Existen alguna manera para curar y ser curado?

Hallé la respuesta espiritual a semejante problemas, ante quien sufre por amor, ante la
pesada carga de mi persona.

Así aligere mis pormenores espero ser de ayuda todavía.

Ya que nadie es el mismo, ya somos diferentes. Cada mañana nos ha transformado, cada
noche reclama la última.

El elefante me ve y con misericordia, me pide inclinando su cabeza, montarme en su


lomo, para irnos hacia la eternidad. Yo no reclamaba cielos o infiernos, el mundo que
dejaba atrás era lo peor de ambos. Tenía las ganas de en otro plano conseguir una gran
biblioteca donde el conocimiento del bien y el mal no pudieran usarlos. Allí quería
permanecer para siempre en una gran biblioteca como la del relato de Borges. En el
caminar el elefante y yo, nos hicimos menos visibles, como pompas de jabón estallamos
y esfumándonos nos olvidamos de nuestra existencia. En la literatura comprendí la vida
y entendí que la verdad no se busca, se vive en la naturaleza nuestra y de las cosas. En las
matemáticas admiré el universo, y pretendí desentrañarlo. En un plano de decepciones, la
ciencia y el arte son las únicas cosas que valen la pena para nuestra especie.
La Orden de los mentalistas

Todo comienza en el centro de sí mismo y se expande en el infinito, nada puede


delimitarse a su centro e introducirse más en sí o desaparece, ese centro es un punto, que
sostiene la circunferencia donde se encuentran nuestros pensamientos, porque el centro
de la misma es la mente y todo parte de allí para la vida de los seres inteligentes. Desde
tiempos remotos la mente siempre ha sido la llave del conocimiento de la comprensión
de nuestra realidad, antiguas culturas existentes y extintas, han legado a la humanidad
actual como moldearla y vivir con ella, de ella y lograr la armonía de esta en relación a la
naturaleza, la búsqueda de la felicidad, el sentido a la vida, la disciplina, la consciencia y
la razón son determinantes jueces que pueden equilibrar nuestras acciones instintivas,
para evitar errores que nos perjudican a sí y a otros, teniendo como objeto de seguridad
la cultura y el buen uso de esta. Las palabras se quiebran, no consuelan, ante la situación
irregular de las cosas, pues sin mayor remedio, no se escuchan, la entropía decide el curso,
los combates por el poder en el ser humano son definitivos, especialmente luego de saber
que siempre pueden estar vacante los tronos de los dioses. Los hombres subjetivos por
suerte para la vida, saben que este mundo no puede ofrecerles nada, indagan por tal razón
el escenario de la naturaleza, la cuidan, la sienten, y se reafirman al reconocer su
existencia en el otro. Viven con la nostalgia de la utopía, que ya es parte de ellos, y cerrado
para sí como el secreto del universo, se muestra a los hombres solitarios, encienden una
llama de Prometeo para sanar las heridas de su humanidad, de la humanidad. Consciente
de que los días avanzan de forma acelerada, y de que todos los países buscan acelerar su
producción al máximo para competir con el resto, tienen en cuenta de que estamos
determinados alcanzar el desarrollo más alto y posiblemente desaparecer, que el progreso
libera de aprietos al egoísmo y el poder, pero aquellos que no pueden continuar al mismo
nivel, son vistos por los que están en otras cumbres, como simples obstáculos que se dan
el crimen de despejar. Un mundo donde la injusticia se ejerce para vivir a costas de los
demás, una irracionalidad animal que se justifica en la opresión, y en los hombres
subjetivos ( los que sabemos cómo se revela la belleza que hay en cada escenario
armónico, somos humillados, ante los que no tienen piedad arremetiendo con el hambre
y el abandono a los hombres, como no sentirlo en carne propia, la vida natural ha sido
profanada de su divinidad, su templo ha sido olvidado como su propio paraíso, y en
cambio el aprovechamiento utilitarista se observa en todas las esferas de la existencia).
En el principio el devenir era el mito como base para llegar a la ciencia de la vida o la
razón pura. El inconsciente colectivo no es una realidad alterna, es un acceso donde la
consciencia toma visión de sí mismo, de su belleza, del conocimiento propio de todos los
conocimientos de la vida que quedaron olvidados en algún rincón de la mente, incluso
aquellos donde la humanidad es común entre todas las personas. Ningún personaje ha
sido incapaz de sentirse afligido cuando entiende que su situación es oprimida, negado a
toda realización espiritual, intelectual y material. Entonces es aquí, donde comienza la
vida de Reinhartd en el mundo inconsciente, un mundo infinito al que se accede por la
mente, y en el que se guardan los secretos de existir, para aquellos que merecen anunciar
que nunca debemos olvidar quienes somos y de dónde venimos, como hasta ahora desde
muchas épocas se ha venido consolidando este disparate donde abunda la tristeza, el odio,
el miedo, el celo, y el ego unido a ciertos toques de crueldad o de hipocresía. Y en donde
algunos poetas y artistas reivindican la subjetividad en las obras que persigan.

Reinhardt se sienta a mirar el cielo recostado en el suelo, la brisa acaricia su rostro,


despeinándole y tocando sus labios, reflexiona: No encajo, me consideran débil porque
soy distinto, no siento celos, no quiero competir y les soy extraño, cuando hablo me miran,
pero no me ven, me hablan, pero no me dicen nada, me oyen, pero no me escuchan, por
más intensa que sea mi conversación y por más profundos que sean mis contenidos, vacío
el cántaro de mis ideas sin lograr hacer pensar a nadie, al contrario, les fastidia, les
molesta, fingen y a veces muestran su crueldad de que no les importa. ¿Quién soy? ¿Por
qué estoy tan solo? ¿Por qué me duele está situación? Entrando en ensueño y empezando
el viaje en el inconsciente Reinhardt se deja llevar por este relajante acontecimiento.

Todo se oscurece, y una gota cae en el vacío generando una onda que se expande a lo
lejos, allí empieza el viaje, un túnel empedrado con enredaderas iluminadas por algún
astro desconocido, del estrecho lugar; por encima de nuestro viajero, las aberturas
alumbran su devenir acercándose aún lugar utópico, digno de cuentos y fantasías de los
pueblos primitivos, donde se hacen notar aquellos hombres antiguos. El jovencito
exclama con osadía: ¡Me he vuelto loco!¡Que locura tan hermosa! y se pregunta: ¿Será la
locura una respuesta natural de todo organismo a una realidad hostil? ¿Será que es una
liberación inconsciente de tensiones ante praxis incoherentes en el mundo? Esto resulta
tan real. A los lejos los arboles inundan el paisaje, grandes manantiales discurren entre
canales que se revisten de una divina flora.

Hombres, mujeres, niños y ancianos lograban divertirse sin ningún esfuerzo, sus sonrisas
emanan una increíble belleza, que se admiran por los ojos del señorito con llantos de
alegrías. Aquellos seres eran de distintos matices. Un mundo sin necesidades hace del
lugar un poema. Entre tanto el primer mentalista accede a una realidad alterna que permite
converger con otras, un mundo donde los pensamientos sobreviven y la consciencia es un
estado permanente, cuando al contrario en la tierra es sinónimo de interés.

El astro irradiaba sobre un templo con mucha fuerza sin producir efectos de calor, en la
entrada es visible la inscripción: “el verdadero conocimiento no se puede usar para bien
o para mal”. Las formas del templo son grecorromanas y dentro de estas se esconde la
gran biblioteca del mundo cuántico, de la autoconciencia de todas las civilizaciones que
han existido en la tierra, el gran inconsciente colectivo estaba en su estado primigenio.
Reinhardt coloca un pie en aquellos aposentos, su ropa dejo de ser la de un estudiante y
se convierte en una túnica blanca con capucha, similar a la que usaban los antiguos monjes
medievales. Sus ojos se asombraron ante majestuoso lugar y maravillados podían ver al
oráculo del templo. Un hombre de relojería notable, en toda su forma, con posición de
meditación y los ojos cerrados. En cada costado de su torso es visible las ruedas dentadas
como giran, sin producir ningún molesto sonido, suponiendo que se encontrasen bien
lubricadas, el espíritu del tiempo le pidió que se acercará. Sus cabellos blancos y su barba
cubrían todo su pie, su muslo y su vientre, la barba caía hacia su espalda y cubría el suelo,
el color de la piel era como la del cobre y los mecanismos podían asomarse siempre que
quisiera mover sus extremidades, o la brisa levantara dejando en descubierto algunas
partes de su cuerpo a causa de la cabellera, esta como una bandera bailaba en dirección
del viento.

Jovencito puedes venir a sentarte y calma tus angustias por estar aquí, son vanas, aquí no
hay tiempo que perder o ganar.

Qué alivio, debo estar en casa para estudiar, muy pronto.


¿Para qué estudias?

No lo sé, para tener un buen trabajo y dinero supongo.

Muchacho en el estudio se hallan las soluciones a todos los problemas de tu especie. El


problema de ustedes es que no saben lo que son, ni lo que desean ser.

No hables como si supieras mis problemas. Tengo que ser exitoso para vivir y morir
dignamente.

Ese es su problema, han creado toda una cultura del miedo a la muerte que ha degenerado
en un miedo a la vida haciéndola insoportable. La vida y la muerte no son opciones, es
una condición.

¿Cómo puedes pretender conocer al ser humano?

Recuerda que soy el tiempo y todos los pensamientos humanos vienen a mí.

¡Disculpa! ¿Puedes decirme que hago aquí? Dice Reinhardt.

No malinterpretes la función que te ha brindado el universo, es muy importante pero no


te hace especial, si consideras que eres especial, te llenarás de soberbia y no podrás
cumplir con esa misión.

¿De qué hablas anciano?

Hablo de ti. Eres incapaz de ver el valor de las cosas por lo que son, como ser humano
solo puedes ver el valor de las cosas por la función que estas realizan y por lo que poseen.

Eso no responde nada. ¿por qué estoy aquí?

Estás aquí para aprender quien eres y lo que debes hacer. Así como no elegiste tu vida, se
te ha sido confiado para transmitir el conocimiento necesario que haga posible que tu
mundo pueda estar más tranquilo y sepa dirigirse, ya que todos los de tu especie están
desorientados creyendo que hacen bien donde hacen mal. Y creyendo que es malo lo que
es bueno. Generando daño a quien no lo merece.

Ah ya veo. En ese mismo momento Reinhardt, se puso reflexivo y cruzando sus piernas
prefirió guardar silencio ante lo que no entendía.
El espíritu del tiempo hizo un gesto de aprobación, diciendo: “si así fueran en su mundo
no hubiese tantos problemas”. No me agobiarán tanto con sus preocupaciones. Siempre
intento mostrarles el camino, y aun así no observan ni dejan de interrumpir en aquellos
aprendizajes que les da la vida.

El anciano se levantó de su humilde asiento de cerámica, en este habían inscrito un reloj


de arena en forma de dibujo muy bien acabado, gran majestuosidad pictórica propia de
unas bellas artes.

El anciano levanto una esfera pequeña de diez centímetros de radio, un planeta tierra en
miniatura, de pronto surgió de ella una luz azul celeste, y cubriendo toda la sala rocosa
llena de cerámica con acabados de gran hermosura, se proyectaban hologramas con
inscripciones antiguas por toda la pared, con símbolos alquímicos y figuras geométricas
desconocidas para el aprendiz del tiempo. Todo el salón del anciano era un planetario. El
anciano como mendigo que ve comida, sostenía la esfera, se tocaba su barba blanca y sus
cabellos blancos hacía de túnica a la vez que cubrían sus pies y extremidades,
protegiéndole del frío de su ser metálico. Sus ojos miel ahora azules por la luz de la esfera
parecían guardar los secretos más profundos de la existencia.

El vejete señala el lugar de donde proviene el muchacho. Le dice la pequeña Venecia, una
geografía y un destino muy interesante como de gran envidia para todas las tierras, el
maltrato que ha recibido tu tierra es por su grandeza, mientras más maravilloso es algo
más se le ataca.

Escucha Reinhardt La sociedad que ha creado el ser humano es una sociedad parásita,
toda la riqueza, fama, poder, reputación y prestigio se sostiene sobre un huésped
moribundo en la agonía y el desamparo de trabajar y ser dominado hasta su muerte, con
la imposibilidad de no tener ningún papel transformador en la historia, su único rol
transformador es el trabajo y por esa misma razón lo odia, pues hace de él un autómata,
que le impide su función como pensadores y creadores.

Los parásitos quieren hablar de humanidad y sostienen el crimen haciendo silencio de los
problemas, estos parásitos han creado toda una cultura de dominación que hace de la
sociedad como un organismo viviente, la tierna imagen de un organismo enfermo. La
solución que desean imponer es la de matar al huésped o conseguir algo mejor para
abandonarlo y que termine de morir. El parásito quiere independizarse del huésped, y lo
excluye de las riquezas que el huésped ha producido. Este parásito tiene siglos sintiéndose
importante, cuando entre animales los hombres no deben sentir ni orgullo ni vergüenza
unos de otros, peor aun cuando las soluciones que se plantean son la de las bestias,
arrasándose con todo. Los pensamientos del parásito se inclinan al crimen y el asesinato,
y con versatilidad se encubren dentro de la idea del amor y la bondad, peor aun usando la
sagrada racionalidad. Su consciencia es como tú mismo has entendido: el interés y la
hegemonía sobre las formas de vida. Todo un monstruo que no tiene razón de ser y por
tal razón no debe existir. Son parásitos porque sus acciones son las de absorber toda la
vida de la sociedad por su riqueza, y desamparar al huésped del que se nutre su existencia.
Un mundo de semejantes actitudes es locura e irracionalidad en su esencia, detrás de ella
solo existe la guerra y la muerte.

Reinhardt con cara de asombro, y temor pensó. En sus reflexiones cabía la idea de que
los individuos se dañan entre sí, y la idea de dios y el diablo disimula muy bien el
panorama histórico.

Anciano me han engañado… Es terrible. Así advertía el joven con el ceño fruncido.

Pude leer tus pensamientos y has razonado correctamente. Lo que sucede en tu mundo no
es visible a la vista, todo es planificado y de ello se guarda silencio, el poder es eso y en
ello están involucrados religiones como los cerebros que originaron esto, ideologías,
doctrinas, grupos delictivos, políticos, escritores, científicos, en fin, seres humanos que
se benefician de esta injusticia. Que está llevando a la autodestrucción a todos, y que en
su debido momento solo logrará la guerra a muerte entre los intereses de quienes teniendo
poder aspiran sobrevivir.

¿Qué puedo hacer anciano? el niño con rostro de tristeza murmura para volver de nuevo
al silencio.

Simplemente estudiar, meditar el problema con calma y madurar, pues la vida no son unas
vacaciones, este envuelto en un problema que es problema de todos, y el pensamiento,
aquella sagrada herramienta es parte de la solución. Dispón del problema bien, pues en el
mismo está la solución. Recuerda que ustedes mismos son el problema. Solo se entienden
si sus intereses son iguales, y solo se unen para destruirse o crear algo nuevo.

El amor en su mundo es cuidado y no la estética de las bellas palabras. La Consciencia es


la acción y la teoría de que todo puede ser mejor, esa aspiración es su esperanza que los
ayuda a caminar y a eso llaman Utopía. Su mente ha sido inventada para cuidar su cuerpo,
no para que peleen contra él, allí está la felicidad y su vida como tiempo que se agota es
la clave para mejor aprovecharla, el paraíso y la divinidad está dentro de ustedes no
procures que el mundo esté dentro de ti dejando a un lado lo que eres. Nada de esto es
sencillo. Y la mayor historia de amor es la que tienes pendiente contigo mismo y puedes
compartir con los demás.

Recuerda que lo que mueve el mundo es el interés y no la consciencia, las personas en


realidad no te querrán jamás como tú puedes quererte a ti mismo. Y no creas que porque
te escuchen puedan llegar a entenderte, no están en tu cuerpo, por tanto, no los odies, así
es la vida y así como la muerte, esta es una condición. No seas esclavo de nada, y si lo
eres se el libertador de ti mismo, no busques poder, halla poder para controlarte, conócete
a ti mismo y dar lo mejor de ti sin jamás pensar que ya todo lo has hecho. Pues jamás será
suficiente.

Anciano muchas gracias por la sabiduría realmente nos conoces más de lo que imaginaba.

Yo puedo escucharlos, pero no puedo vivir sus vidas, incluso fuera de su condición no
puedo existir, si acaso en su mente, que rompe tiempo y espacio accediendo todas las
dimensiones, entiéndeme yo ni cómo ni bebo, ni tengo necesidades, mi mayor condena
es existir desde siempre y mi única solución es crear lo que soy, tiempo. Igual que ustedes
en la tierra solo pueden crear lo que son, y conocer lo que eres eso es difícil. Yo he existido
siempre y como tú no puedo recordar desde cuándo, aunque ustedes viven una fracción
de mi tiempo. Mi maldición podría ser existir, y eso solo sucede cuando dejo de crear,
dejar de crear me condena, dejar de crear la condena a ustedes, y los contamina.

Es de saber que son la creación en sí misma, y eso es valioso, aunque sean inútiles. Todo
está conectado, por más que sean seres limitados en una mente binaria. Algún día
alcanzaran sus sueños y si no lo logran, al menos sabrán toda la razón de porque no lo
lograron.

Entonces la vida es un reto esa es la condición. Y la muerte es dejar de ser, pero ella no
es una opción por más feo y difícil que se torne el reto. Piensa Reinhartd.

¡Así es pupilo mío! Impresiona lo rápido que aprendes. La muerte no debe ser pensada,
porque igual que el futuro no existe y cuando suceda no podrás sentirla porque dejarás de
ser y de sentir. Y recuerda en el universo todo está en constante cambio, mi costal de
átomos, la muerte es cambio de estado, el universo sigue en constante creación.
El anciano le da vuelta a la esfera y deja la conversación, la luz proyectada vuelve dentro
de la figura, la coloca en un pedestal. Y vuelve a sentarse. Le dice al joven: cuando
llegamos al mundo llegamos a un desierto sin brújula luego vamos dependiendo de hacia
dónde caminamos si salimos del desierto y conseguimos un oasis, del que nutrirnos,
existen seres humanos que jamás consiguen el oasis fuera, en el mundo exterior por más
que deambulen, y dejando de divagar consiguen el oasis en ello mismos.

¿Cómo se llama este templo?

Templo del tiempo le dice la gente, yo le digo templo de la sabiduría, sin este lugar yo no
sería tan feliz y sin ti hermoso estudiante no sería dichoso. Realmente aprendo mucho de
ti, cuando me escuchas, te escuchas a ti mismo, yo realmente solo he dicho lo que has
querido oír, si no jamás me hubieras encontrado, y nunca nos conoceríamos. En este
instante eres mi tiempo y mi sabiduría tú, sin ti no habría referencia y posiblemente no
existiría. ¿Nunca te has preguntado que sin los demás posiblemente tu no existirías?
¿Quién podría notar tu existencia? Si nadie existiese.

Bueno ¿yo? Respondía el participante de aquella clase del tiempo.

¿Por qué dudas?

Tienes razón, si solo existiera yo mi existencia estaría en duda. ¡Que impresionante!

Estimado señorito eso es lo que pasa conmigo. Por eso quien viene a visitarme me hace
feliz. No es bueno saberlo todo, ni responderlo todo, porque empezamos a dudar de
nosotros mismos. Yo no puedo hacerlo, empero, si ustedes dejaran de existir en cualquier
lugar del universo, mi existencia como tiempo estaría en duda. Y así sucede con todas las
cosas que su mente es capaz de pensar y de consolar en sus vidas.

No existen razones para explicar la dialéctica del mundo, la dialéctica posee en ella la
semilla de la acción para transformar el mal que se causan con el egoísmo en el bien de
una vida más justa.

¿Qué hay en esta gran biblioteca? Reinhardt

Jajajaja libros. No preguntes zopenco, revisa, con una condición: No te pierdas en la


biblioteca, es infinita, cada lugar posee tantos libros como no imaginas; están las
civilizaciones que han existido, las ciencias, las artes y las tecnologías que han
desarrollado. Los mundos y sus misterios, la fantasía y el engaño. En fin, es una biblioteca
y se sumerge a la profundidad del nunca acabar ante escaleras de caracol, en piedras por
escalón, a cada nivel, con sus antorchas.

Ya tendré tiempo para revisarlos. Dice con una sonrisa.

Se acerca a los grandes pasillos de la entrada principal, observa una cascada de agua que
surge de una pared y se filtra en la tierra. Mira por las grandes ventanas la luz del sol,
deslizándose en polvo de oro que cubre en lo profundo del templo. A lo lejos el tiempo
con su letargo sin tener que darse cuerda, ensimismado y continuo, parece contemplar
dentro de un sueño los designios de todos los mundos. Reinhardt mira en el techado del
templo, cual capilla fuese, inscripciones de siglos en espiral que en su centro poseen una
escritura más diminuta para perderse en el infinito, como para decirnos en que momento
el tiempo se quedó varado en aquel lugar. Todo lo antiguo, le hacía digno de un museo,
pero su grandeza es indicada en que, en aquel remoto lugar, es la imagen con monjes que
concurren y dialogan sobre cultura e ideas sin ninguna preocupación. Sonriendo piensa
el novato mentalista en esas cumbres astrales. Solo hace falta que la creación diga aquí,
hágase el café y se hará la luz en mi corazón. El sabio en voz baja comenta: solo te falta
que extrañes el pan, intelectual de cafetería. Soltando una breve carcajada.

Este lugar es hermoso, aquí te quiero, sabio espíritu del tiempo, en el mundo real odio
que seas mi verdugo. Refunfuñaba el chico.

Me alegra que estés feliz de estar aquí, y que puedas obtener experiencias valiosas, pero
no olvides de donde provienes para que no confundas lo que eres. Dice el viejo.

No dañes mi ilusión… Sermoneando.

Puedes quedarte el tiempo que gustes mientras no sea siempre. Chiquillo.

¡Me confundes! Anteriormente has dicho que aquí mi noción del tiempo no existe. Y
como lo eres tú, hazme saber cuándo regresar.

Pronto regresaras, prepárate el mundo al que te enfrentas, es el mundo demoníaco, en el


que has nacido, allí todo es irónico, nada será como lo apetezca tu alma, la orden de los
mentalistas es aprender adaptar la mente en ese lugar, donde residen los confundidos que
han de buscar sentido en sus vidas, tu enemigo es el miedo, esa es la causa del infierno.
Espero que alguna vez nos volvamos a ver preciado pupilo. Estaré esperándote siempre:
El tiempo.
El filósofo delincuente.

Cierta mañana de marzo, Manuel Hernández se encuentra envuelto en una situación


extraña y a la vez peculiar en cualquier país civilizado, no posee empleo y no entiende la
razón del porqué. Por haber estudiado una carrera que no le daba garantía en el mercado
laboral. Manuel reflexiona que no estaba mal ser pobre pero feliz respecto a sus
conocimientos de filosofía. Todos sus compañeros de estudio habían elegido ingenierías
y todo lo referido a el tema empresarial, no tenían ni dos meses de graduados, cuando
sorpresivamente sus currículos les resultaban asegurados, siendo los primeros postulantes
entre los miles buscando puestos de trabajos. Ninguno se quejaba de su suerte, pero
Manuel por más que buscaba suspiraba por su destino.

Entregaba documentos en editoriales y nada, en colegios y todo en espera, con la


reconocida frase: “nosotros le llamamos”. En la prensa de la ciudad ninguno necesitaba
de su servicio. Para El joven la vida no era para menos agradable. Las primeras semanas,
conoció lo que es dormir sin cenar. Mientras sus despensas disminuían. El hogar en el
que habitaba era la casa heredada por la abuela, quien reposaba bajo el santo sepulcro
hace unos cinco años de vencida. El dinero que poseía era una inversión que hizo en él
la doña, para que disfrutará de su graduación cuando este culminará la carrera de
medicina, una tradición familiar de los Hernández; y el colmo es que Manuel era un gran
doctor, pero en filosofía. El joven se regocijaba en su saber, para quien la existencia no
era más que un fraude, en una realidad que no era pensada. Durante semanas daba charlas
en las plazas para conseguir algo dinero explicaba que era la retórica, la lógica, el ser, la
nada, la contemplación, la razón y temas afines. Hablaba de los grandes como Sócrates y
Epicuro, de la amistad y de la calma con el fin de la búsqueda de la ataraxia, de Seneca
con la vida y la muerte, del escepticismo para observar y caracterizar los fenómenos.
Cuando más la realidad se comprueba, todo debía dudarse y con ello llega a la cumbre de
decir a sus semejantes, que vean a dios como la voluntad de existir por la naturaleza, de
que la filosofía orienta en las ciencias y la subjetividad de los temas filosóficos, calman
y enriquecen el espíritu. Para unos Manuel era un loco sin remedio, para otros y en su
gran mayoría ancianos una eminencia, y con el dinero que les quedaba luego de comprar
el pan con que alimentan las palomas, los ancianos vacían de sus manos unos cuantos
centavos, que se desplazan por efectos de la gravedad en sentido acelerado hacia la bolsa
del desesperado filosofo.
Manuel le estaba yendo bien podía comer y guardar para comprar víveres. Durante unas
semanas sentía que liberaba a toda la población de la ignorancia que le han incurrido los
poderosos. Un lunes ya nadie le escuchaba, era no más que un majadero molestando
como zancudo en una húmeda noche de mayo. Y todo, ¿porque? En la plaza ahora había
un evangélico recalcitrante, que atacaba todo lo que no convenía a su dios, y a su santa
cartera, pues a la competencia no se le puede dejar, ni respirar. El Evangélico decía: no
escuchen falsos profetas, esos diablos quieren enseñar cuales son los misterios de la vida,
cuando están prohibidos por el pecado original cometido por los seres humanos, ante los
ojos de nuestro señor. Manuel maldecía en sus adentros. Pobre infame, y lo peor es que
le creen. Yo al menos me llevaba unos centavos y les decía conocimientos útiles, en
cambio a él, hasta de a dólar le llegaron a dar los hombres de negocio que, bajando las
ventanas de sus lujosos carros, le entregaron en sus manos lo que no podía tener en un
mes de trabajo. Este centinela de Jesús, era el que cantaba la zona a los ladrones de
cuello blanco, respecto a su competencia policial que les cobraban más por la vacuna.

La gente odiaba a Manuel, después de unos días de ser pastoreados en las palabras que
retenían el legado de Moisés. Sin otra cosa que él infortunio, nuestro Nietzscheano
sentenciaba con sus pensamientos a todos sin excepción. Manuel al día siguiente decide
montar un toldo, y coloca una mesa, con un equipo de sonido de casa, música cultural con
que desborda la crucial antesala que inicia el odio y la guerra. En la mesa estaban a la
venta todos los libros que pertenecían de su propiedad cuando empezó la carrera. Utopía
de Tomas Moro, los escritos de Marx, las tesis de Spinoza, los pensamientos de Descartes
en antología. El zarathustra y el anticristo. Y para la curiosidad del que manipula con la
palabra de Dios, anticristo esa fue la palabra que justificó los daños colaterales. En la
tarde, el evangélico se posiciona en la esquina de la plaza con unos hombres conocidos
como: La cara del crimen, les entrega un dinero, y los maleantes, se preparan. El canalla
con su biblia bajo el brazo apura el paso y se pierde entre los transeúntes. Los trogloditas
como un huracán hacen añicos el toldo. Les disparan a los libros. Y revientan el equipo.
Dicen: mira maldito, el próximo vas a ser tú al que vamos a quebrar, vete de esta mierda.
La cara de terror del filósofo se convirtió en el semblante de Kierkegaard al escribir sus
libros sobre el vértigo y el existir. Un rostro de tragedia lo arrastraba hasta su hogar.
Además de que perdió tiempo, material y dinero, pues se le llevaron el capital de las
ventas. Una semana después, los salmos irrumpían la noble tranquilidad, mientras al
igual que esté las palomas se cagaban el busto ecuestre de un héroe de la patria. Manuel
pasaba por el lugar, y el buen dador de la palabra, hace una sonrisa y dice en voz alta: Eso
les pasa a los que blasfeman a Dios. El joven pensador anhelaba golpearlo. Y conteniendo
la rabia continua su camino.

En la plaza los monigotes con sus pistolas enfundadas en el pantalón y el pastor


dialogaban sobre la nueva fechoría. Pastor: Insisto, en que debemos darle fin al charlatán
ese por anticristiano. Uno de los monigotes dice: si es verdad, además nos vio la cara, es
posible que hable con las autoridades sobre nosotros, pues esta es nuestra plaza y estamos
en riesgo. Segundo Monigote: debemos callarlo, estamos prosperando con la cocaína.
Nadie viene a vigilarnos, gracias a Dios. Uno de los dos monigotes dice: Eso déjamelo
a mí, apenas vea ese pajarito, lo mandaré al infierno.

Ya en abril, Manuel decide ir a buscar empleo en un restaurante y pasa a 20 metros de la


plaza, muy cercana a la residencia del joven filosofo sin catedra. Era miércoles, y la
tarde asomaba la lluvia, el gélido clima congelaba las manos, cual Sartre cavilando en sus
ideas yendo cabizbajo las colocaba en sus bolsillos. En la esquina, los matones se hacen
seña, para iniciar el encargo pastoril. El ser y sujeto de la naturaleza, andando se acercaba
a la nada sin percatarse de sus homicidas. Se plantea ir a su encuentro uno de los maleantes
para propinarle a quema ropa el disparo. En ese instante una rama cae de un árbol que
está arraigado en la acera, le golpea su espalda, Manuel se voltea pensando que alguien
le está llamando de sus extasiados pensamientos, para avocarlo a la realidad apresurada
de la ciudad, con un tiempo agitado y sus gentes, como partículas de agua en olla
hirviendo concurriendo la plaza. En un giro para reconocer el llamado de la rama que
avisaba la mala hora, entre los caminantes sin uniformidad y en pleno caos, como un gato
con la pistola en dirección a las rodillas, el malhechor se mueve en zigzag, y Manuel
puede notar la intención del criminal. Sin cobardía aprieta el paso y corre, para esconderse
en un negocio cercano. El monigote ve el sentido al que se dirige, y dice: ya eres mío
ruiseñor. Manuel saca el pie en el momento que el imbécil cree que va dar la estocada, y
se cae con el revólver, el arma se desliza a medio metro de las manos de la cara de crimen.
Manuel alcanza el artefacto como niño en fiesta recogiendo caramelo, impidiendo que se
queden con el botín de la piñata. Recuerda la imagen de Prometeo robando el fuego de
los dioses y forcejeando con el bárbaro asesino, una ráfaga unida al estruendo horripilante
del fierro, paraliza el tiempo por un momento; todo queda en silencio, los transeúntes
como cucarachas en escaparate no vuelven a notarse, dejando desolada la plaza. Manuel
ve sus manos ensangrentadas y piensa: “los muertos no pueden raciocinar y sonríe”. El
rufián cae, como una hoja que se desliza en el suelo, mientras estamos apurados por
alguna diligencia. Por primera vez había visto a la justicia sin vendas en sus ojos y sin
balanza en sus manos, ni siquiera el derecho penal podía arrebatarle el acontecimiento de
que la presa cazaba a su depredador. Manuel se frota los ojos con sus dedos, analizando
si lo sucedido era un sueño o una pesadilla, y se echa a correr cuando comprueba la
realidad del asunto, empiezan a salir las gentes de los negocios donde se apretujaban unos
a otros, a ver que sucedía. El joven corría como si no hubiera un mañana, por la plaza,
calle en picada, rodando como un balón, se raspa las manos y estirando sus piernitas
vuelve a correr como si hubiera ofertas en el mercado, se cansa y frena para hiperventilar.
Percatándose de que no hay nadie a lo lejos. Llega a casa y se acuesta a pensar en lo
sucedido hasta que se duerme a eso de media noche, cuando su cerebro agotado, no podía
luchar con la angustia. En la mañana a eso de la alborada suena el timbre de la casa de
los Hernández, Manuel mira su teléfono y no es la alarma, se acerca con miedo a la puerta
deseando que fuera un sábado y a su salida fuese el Evangélico bandido que tanto odiaba,
para su mala fortuna no tenía visor con que saber de sus visitantes.

Abriendo la puerta, la policía se muestra con una orden de arresto, el joven no podía hacer
de sus artificios de sofista para zafarse de la autoridad y con esposas en las manos, se lo
lleva la patrulla. 48 horas más tarde, tiene que comparecer con el Juez ante los tribunales,
pues uno de los comerciantes del negocio dio información sobre su persona y dirección.
En la corte Manuel no tiene abogado, decidiendo usar allí su talento de pensador para
defenderse, testigos que nada habían visto, en un ambiente de chisme, dicen que él era el
asesino que tenía azotado toda la zona. El pastor: lo acusa desde uno de sus asientos, lo
extraño es que ahora no habla de dios porque en el recinto no hace prodigios ninguna
deidad, más bien solo defiende su posición como un hombre de honor y reputación.
Diciendo: ¡aquí señores ven ante ustedes al cruel pistolero, la sociedad no puede permitir
que hombres de esta categoría puedan respirar el mismo aire que los inocentes,
especialmente cuando nuestros hijos, corren peligro con su proceder en la zona!

El juez pide que hable el acusado. Manuel sin necesidad de hacerse el importante y con
molestia de ver el profeta de Gomorra hablar. Dice: jamás, quise forcejear con ese
hombre cuando venía a robarme o asesinarme, mejor investiguen a quien acusa, en la
plaza que administra, existen muy buenos artículos profanos a la cristiandad de los santos,
a mí me dañaron mi toldo y me robaron dos hombres y entre ellos uno es la víctima que
buscaba terminar lo que había empezado. El juez decide que el acusado tiene por cargo
de asesinato treinta años de prisión. Manuel levanta su mano como un escolar para pedir
permiso y hablar, la sala atónita se encuentra y su voz reclama: objeción ha sido en
defensa propia. Y si halé el gatillo no fue mi intención, en todo momento pensé que la
víctima era mi persona, podré ser yo el autor manual. Y como filosofo que se respeta
deja la preguntad ante todos los presentes, ni siquiera Sócrates se le hubiera ocurrido
semejante argumento para salvarse de la Cicuta y defender su verdad: Es cierto que me
acusan, entonces ¿Saben ustedes quien es el autor intelectual? Todos se miraban los
rostros, el pastor ya ni hablaba y de su frente un sudor frío humedecía la tela en su camisa.
El juez pregunta: A ver, dinos tu joven, ¿Quién es el culpable que pensó el homicidio?
El pastor dijo: No cállate, no digas nada. A lo que responde el doctor en filosofía,
abusando del existencialismo que conocía: Los autores intelectuales de la muerte de ese
sujeto son sus padres: al darle la vida, así que exijo disminuir mi condena, si tengo culpa
de haberme defendido. A de ser un bien por los muchos inocentes a los que sin intención
alguna hice Justicia. En la sala, se rompe el silencio para terminar en carcajadas, la
gente comenta: que hombre tan payaso y continúan las risas haciendo su eco en el
ambiente. El pastor tiembla de miedo en el suelo, y el jurado decide que se levante la
investigación ante el nuevo sospechoso que conocía a la victima de este extraño suceso.
En la sala un inspector por orden de comisaría pide al Juez palabra. Derecho concedido.
Le dice el Juez.

Y comenta: en la comisaria tenemos los antecedentes de la víctima, era un ladrón de


bancos que teníamos tiempo buscando, este posee un antecedente por ventas de droga y
varios homicidios. El juez dice: y porque nunca se habló de este sujeto si era tan buscado.
El inspector comenta: la culpa ha sido de los muchachos, todas las persecuciones fueron
dadas por fracasos.

Manuel piensa: Esto es puro teatro, los policías viven de las vacunas y son cómplices de
la venta de droga, los jueces están al tanto de esto, empero es necesario un pendejo al que
pueda inculparse todos los delitos. Pero ese hombre no soy yo. Que suerte he tenido.

Se levanta la Sección dice el juez. Este hombre es dado por libertad condicional mientras
se resuelve el caso.

Hernández vuelve a casa, con una experiencia innecesaria pero grata. A los días los
policías le llevan la orden de que esta libre, y su acto le es validado en defensa propia.
La información prestada por la tortura del sospechoso da con otro de los bandidos de la
zona, que sin mediar palabras dijo toda la verdad a cambio de que le disminuyeran la
condena, y se le colocara en una celda individual.

Un lunes haciendo un clima cálido y con leve llovizna Manuel camina por la plaza
dirigiéndose a una tasca para comer, no presume nada, aunque la gente lo ve
(despectivamente), y en sus ojos se refleja la curiosidad por el paradero del profeta. Ya
que, en su ausencia, otras bocas predicaban la palabra.
OVNI

Objeto Volador no identificado.

De donde surgió eso, ¿Por qué ese significado?

Imagínate un día gris como esos que refrescan la tarde. Y presta atención:

Deambulan el cielo algunas civilizaciones, el cosmos, algunos iniciaron un tour espacial,


otros una investigación sin fin, la búsqueda de hospedaje, quien sabe, para algo sirve la
tecnología. Pero para nuestro devenir. ¿Porque necesito saber eso? Quizás un día te
levantes con la extraña impresión del colapso, En la prensa dirán: ¡Nos han abandonado
los que financiaban los proyectos aeroespaciales! Y han dejado una bomba para
acabarnos, porque según ellos, son superiores. Tu posiblemente comiéndote un helado,
no entenderás nada, mientras tanto, te perderás en el camino a tu casa, te acostaras en la
cama, y te colocaras tu cobija. Y de esa forma ya no reclamarás una última noche. Esa
historia no me gusta, idiota. Es lo que veo por dónde vamos. No hables más rolitranco de
imbécil.

Dama

Delgada rosa sin espinas, belleza tenue de agosto, tiempo lluvioso y tranquilo, cándida
eres ternura, los pétalos son como tu sonrisa simple y orgullosa. Apacible magia presente
de un corazón que todo lo sabe, mirando el abismo me encuentras, inalcanzable cima que
posas. Fotografía risueña juventud irradia en tu rostro, necesidad de amores intensos que
se desbordan en ti más allá de los odios. Pausado el juglar declama y como un loco te
acaricia, te sostiene y suelta entre el jardín del que eres parte. No puedes comprender el
bien de tu belleza, lo valiosa que eres, para el botánico que soy mientras alcanzo a
divisarte, riego mis ideas en tu promesa, musa del atardecer, captas con valor lo
desconocido, de los que sienten y se desbordan, porque no le cabe el corazón en el pecho.
El botánico se sacrifica diariamente para verte brillar en el gélido viento de diciembre
cuando te sierras en ti misma. Para deslumbrarnos en enero. Dama eres una Rosa, vales
más que un paisaje para quien jure quererte.
Oda A Paracelso

Oh Hermoso padre del conocimiento espiritual de Oriente y Occidente, conocedor de la


esencia en el corazón humano, tus libros yacen postrados entre los escombros de castillos
y en las catacumbas de las iglesias, apartaste el cristianismo siendo verdadero cristiano,
cimientos de luces que volaron en una época oscura para engendrar el renacimiento, tu
legado son los conocimientos herméticos y los prodigios griegos. Tu nombre tambalea
miles de años entre tan oscuros tiempos, dijiste de la vida sin ser fantasía, la realidad cruel
que se colma de ella, fútil y hostil espacio terrestre donde la magia se tiñe de sueños,
aclamando al hombre en su aprendizaje. Millares de horas han transcurrido para yo
venerarte en un instante superfluo, la fantasía es necesaria para disfrutar el conocimiento,
disfrutar y aprender, disfrutar y aprender en el infortunado tiempo, la sabiduría es un lago
donde podemos sumergirnos, nada puede ser tomado, o se estanca la gota que estuvo entre
el riachuelo, solo vamos a empaparnos para divertirnos, sin ignorar la sonrisa que causa
el entendimiento. Oh padre Paracelso la iglesia estigma tu nombre en el paganismo, para
hacer de tu hijo esclavo. Te distes a tus pacientes entregando cuerpo y alma. Yo solo
puedo decirte lo grande que es todo esto, mañana y siempre sabremos para siempre
Paracelso.

Fractal

En el mundo de las ideas, me senté a escribir, junto a una fuente y me albergue, sacar
lápiz y papel, el cuaderno reposa en mis rodillas, verde grama bajo mis pies, anoto la
primera palabra que en un pensamiento imagine: El fénix va a surgir aquí, no es ordinario
o común, es fuerte y calmada su presencia, ignoto para quien no ve magia en la creación,
esencia de cuentos de caballería. Sale del papel que no puede aguantar el caudal de fuego
frenético, palpito de mi grafito. Fuego inclemente veranea el mágico animal de sueños y
embrujo, típico pico enjuto, raspado y largo agarre, alcance de patas que me tocan en mi
hombro, sin llegarme a quemar. Vuela alto compañero, más alto que el águila, lleva mi
alma al sol, mi padre le necesita, siempre estuvo allí dándome calor, tu viajero, radiante
y fascinante, despliegas tus alas e incendias las praderas donde nuevos frutos verán
retoñar. Tu que vienes del sol y accedes a un portal para esta dimensión que mi lápiz
traza. Nuevamente, mientras haces tú cometido, cierro los pliegues, coloco mis manos
sobre mi cabeza, y mirando al cielo vuelvo a descansar.

Verdugo.

El coloso nos mira, su osamenta es de cobre, y un reloj de arena tiene entre sus manos.
Pregunta: ¿cómo aprovechas tu tiempo? Sin dejarte de mirar, sin espabilar te observa
atento. Dice: Te amo soldado de mimbre, en tu combustión danzas y haces, gritas y
escuchas. En el deambular luchas como luchan todos, los amos porque en sus nombres,
la materia se hace sujeto, anunciando al ser humano el creador de todo esto.
Fenoménico

Ian Colín es hospitalizado por apendicitis, día martes 5 de junio de 2020, el


acontecimiento melodramático asalta a toda la familia. El joven estudiante de pre-grado,
en el área de ingeniería de alimentos, se ausenta de las parciales de su primer semestre
con la que pierde la oportunidad de continuar. Situación penosa y espasmódica, es la
escena de un filme de terror, mientras ha disminuido 8 kilos en una semana, ojeras de
gran profundidad y pómulos hundidos, todos se lamentan de que no exista un cirujano
para realizar la operación. Ian pierde el conocimiento el día 9 de junio, tiempo antes de
este acontecimiento, reflexiona sobre sí: Soy un chico de 22 años porque a mí. Entre
sollozos continua-. Soy atlético, siempre realizo ejercicio, me alimento bien, nada me
molesta. ¿Entonces por qué? Divagando acelera su respiración que inquieta, le prepara un
súbito desmallo. Los médicos aliviados porque pensaban que había muerto, escucharon
los gritos de la familia: ¡Mi muchacho! Esa fue la orden de dichas voces preventivas,
ejecución a la carrera de las enfermeras y el doctor Meléndez Rafael, todo un anciano
conocedor y experto en medicina, dice: ¡Manos a la obra! Pasen un escupidero, toallas,
tapa boquillas, las herramientas pónganlas muy cerca de mí; Ofelia cuando necesite el
escalpelo lo sujetas y me lo entregas, Clara mantén la iluminación, Inés como tienes
semanas como novata ve y aprende, Luisa cierras las cortinas y manda a callar a los
perturbadores de los familiares, Petra aumenta la temperatura del aire acondicionado.
¿Han desinfectado el lugar? Sí doctor. Bueno empezamos. Escalpelo, Inés observa bien
cómo hacemos la incisión, no te distraigas, Ofelia mantén el pulso indicándome los
valores de la pantalla. Luisa en caso de hemorragia, mantén la sangre de repuesto, Petra
pendiente de la máquina de reanimación. ¡Las pinzas por favor! Aquí tiene, doctor: ven
la abertura no se ha reventado, quitaremos ese monstruo que nos pudo matar al chamaco.
Les aseguro chicas que de aquí saldrán rápido, como mínimo 45 minutos, el mismo
tiempo con que hacen sus espaguetis. Mientras suelta una risa ridícula el eminente doctor.
pasada los 50 minutos. Procedían a suturarlos y limpiar la herida. Doctor: Todo está muy
bien, es un éxito. Inés has aprendido, esta semana operas conmigo. Por supuesto (mientras
se sonroja)-. dice la enfermera. Sacan al joven de Quirófano y lo llevan a su cuarto de
descanso. De pronto, la luz empieza irse, y se escuchan estruendos en todo el edificio.
Como si un terremoto acabara con la zona, sucede ningún desplazamiento y no hay lugar
para un desplome en la ciudad. Luego de 3 horas del incidente, el hospital queda en
silencio, y ningún bullicio es audible. Lo último que escucharon, del padre del paciente
fue: ¡Como esta mi niño!

para que la tierra quedara en una especie de sepultura.

Ian mueve un brazo, y levanta sus parpados, como todo un amanecido, se da cuenta del
polvero, porque toce con fuerza, no oye a nadie, pregunta: ¿dónde estoy? Entre la ventana
se ilumina por un orificio de las persianas, un rayo incipiente de energía. era exactamente
las 5:30 pm de la tarde en la clínica, el reloj digital no falla con su exactitud. Ian se saca
la bata arrugada desde su trasero, se sienta en la cama, coloca un pie al suelo, sintiendo
un frío de nevera que le obliga a subirlos e introducirlo en la sabana. Agarra dos bolsas y
se las coloca en los pies, abre la puerta del dormitorio, y no oye nada.

¿Qué está pasando aquí?

Mi familia ¿dónde está?

Sale del hospital y no hay tráfico, el relieve ha arrasado con la calle y el terreno ha sido
tomado por las enredaderas formando un bosque.

No divisa personas, y allí siente un temor espectral en su pecho.

El viento sopla con fuerza la brisa del norte, gélida. Enfriando sus manos y brazos, que
abrazados uno con otro y manoseo con manoseo, eran impotentes para generar calor,
Caminaba encorvado con las manos en su boca para calentarse con el aliento, bajando la
primera cuadra del hospital.

En el camino los automóviles inmóviles, permanecían inertes. Solo uno generaba un


pitido alarmante de la bocina, con una incandescente luz que se proyectaba en los ojos
del joven Ian, fatigado por la falta de visión se aparta y mira ese caos desértico sin ningún
alma. Recuerda que ante tal circunstancia ya era un solitario, si no se hubiera vuelto loco.
Todas las noches investigando durante dos años en el bachillerato sobre la carrera que
aspiraba cursar, en ese zoológico de notas y rostros perdidos, fruncimientos del ceño,
caras de amargura y hastío; para que sucediera esta mierda. Pensaba el chico.

Ni para tanto. Pues el cuestionamiento latente, era ¿Qué había sucedido?

En eso escucha en los callejones, entre las casas juntitas, una voz que le llama: Iaaaaaaan,
leve y aterradora de Ultratumba.
¡Ay carajo! Estoy muerto y he venido a parar al mundo subterráneo de los espectros.
Pensaba el muy tonto.

Iaaaaaaaan. Allí se imaginó todas las películas de magia, conjuros, exorcismos, chuki y
toda esa basura postmoderna que no caga a nadie. Pero esa voz le recordaba a la del sujeto
calvo, que perseguía al chico con el rayo en una parte de su frente. Para que fue eso, el
carajito de 22 años pega una carrera sin saber a dónde se mete, pues no hay nadie que lo
auxilie.

Toca los timbres de las casas y no suenan. Mira por un ventanal un almanaque y cuenta
que tiene 1 día con aquella hambre, abre la puerta y se dirige a la cocina, hartándose de
agua y pan Bimbo con jamón y queso rallado.

Sale de ese lugar y observa que ya son las 7:00 pm. Preguntándose: ¿Dónde voy a dormir
esta noche?

A lo lejos ve salir una sombra de un metro ochenta centímetros arrastrándose desde las
alcantarillas. Y con ella un enjambre de estos entes le vigilan para seguirlo. Ian no se ha
percatado de que es eso, temblando y rezando un Dios te salve maría, pero no hay milagro,
un impulso instintivo le arrebata el momento incomodo, haciéndole correr de nuevo,
dejando la bolsa de pan con el osito tierno de los comerciales. Atragantándose, se mete
uno a la boca y paticas pá que te tengo.

Corre, corre y nada, los desgraciados vienen viento abajo como humo de fumador
compulsivo.

Iaaaaan, Iaaaan. Iaaaan.

¡Ay chucha madre! Se le salía hasta lo peruano de cuando viajo a lima, a especializarse
en matemáticas.

Se talla los ojos, se pellizca, se muerde los brazos, a ver si es una pesadilla. No surte
ningún efecto. No puede despertar.

Uno de los seres esos dice esto, con voz grave y terrorífica:

"Los humanos joden mucho, solo para sentir miedo, tú vas a pagar lo que ellos hacen, sus
consciencias pelean por la superioridad de opiniones, cuando una consciencia adquiere
poder sobre las otras, si se siente amenazada empieza a destruir a diestra y siniestra, si
uno cede poder a otro de los suyos, en su mayoría padece en su existencia."
Iaaaaaan. Vas a morir desgraciado.

Iaaaaaan.

Ian corriendo por toda la calle, se orina y excreta lo indecente del número dos. ¡Ay dios
mío sálvame!

Iaaaan.

Iaaaaaaaaan. Seguía resonando por todo el ambiente.

Al final el joven no puede más, y rueda por el pavimento. Las sombras se lanzan sobre su
cuerpo. Es para pensar que le han matado. El chico se despierta en el dormitorio de los
pacientes, se mueve y manotea a la mamá inconscientemente, que vigilante. le dice:
¡Iaaaaaan Iaaaaan Iaaaaan!

Ian despierta y le dice:

Mamá, vale déjame dormir me vas a matar de un susto. Culminando aquí con el terror, el
horario de las visitas.
El Mito Supremo

Nada se crea ni se destruye todo se transforma, el universo no desecha conocimiento, la


existencia es en esencia: información. La materia no se crea ni se destruye solo degenera,
la energía no se crea ni se destruye se conserva.

Al final los pálidos recuerdos de una vida y diligencias sin hacer, propósitos jamás
llegados a buen término, nunca se olvidan, prestándose para siempre en el corazón que
les encierra.

El reino animal o la comunidad animal, es un estado de la materia. Pero dicho en ella


¿Qué ha de ser la consciencia? Ni el materialismo más ortodoxo, ni el mecanicismo más
clásico han develado el misterio.

Un antiguo texto alquímico responde acerca de la sabiduría que guarda la misma


naturaleza, sabia y sagrada, templo profanado por los hombres:

La mente humana es un foco entre la noche más oscura, su cuerpo se disuelve en el vacío.
Lo primero en apagarse es el foco. Pero quien puede decirnos que dicho foco no pueda
encender en otro lugar, como una llama que vibrando muy bajo, volvió del ensueño a una
realidad alterna.

Las partículas más elementales pueden estar en todas partes de este mundo sin Dios,
teniendo como él, su infinito plano donde las pequeñas rebeldes hacen lo que les plazca.

Mi consciencia es un cetro superior a mi cuerpo, las cumbres de las cumbres, que se abre
de portal a otros mundos, el motor de la imaginación se le rompió un engranaje y ahora
gira y gira para perderse rotando y desprendiendo corrientes sin cesar.

Princesa que tu mente te acompañe y tu corazón te guíe, desviándote del fango de la


realidad, gris y cruel, para los guerreros que cayeron en la vía, y pidiendo clemencia y
una forma de auxilio el mundo los tritura, mientras otros con sus máscaras bailan y
embellecen lo que no posee belleza, absortos y disolutos. Cuídate de las máscaras, para
que mi ira no las rompa con el amargo sabor de la verdad. Tus hermosas palabras me
recuerdan que en tu pecho anida la psicología que debe salvar a los introvertidos, estos
que son los que más sufren, guardan en ellos el soma de la ciencia y el maná del arte.

No desperdicies el tiempo en bagatelas, con mis ojos he visto tu grandeza, que no debe
rebajarse en poca cosa.
Este camino puede ser el mejor de todos y a la vez el peor de los infiernos.

¡Que tu mente te acompañe y tu corazón te guíe!


Regeneración celular.

Donan Willis, una fuerza en el alma de la medicina, joven de treinta años, delgado y
atlético, de perfil griego, simpático silencioso, alto, de cara alargada y corte militar;
notable atuendo es su bata de laboratorio, zapatos converse, jean y camisa blanca de
algodón. Sujeto de gran atractivo, su especialidad es la cirugía.

Tantos son los pacientes que ha salvado, y en ninguno ha cometido error, en sus
proyectos, es una eminencia. Relegando del modo de vida, jamás podría advertirles a sus
compañeros que no tiene casa, y su hospedaje es un hotel de mala muerte, con una casera
que abusa con los precios del lugar, Donan labora en hospitales públicos y privados, viaja
en metro, y es de gustos muy simples. El drama de su vida, es la muerte de su mujer a
causa del cáncer razón por la que decide formarse, y no hay día de descanso, cinco años
de enclaustramiento, estudiando todo sobre medicina que llegase a sus manos. Su sueño
en honor a su chica es una maquina capaz de curar cualquier tejido.

Todas las noches en su dormitorio tipo estudio, chispas, luces encienden y apagan, un
olor de acero y aluminio quemado impregna toda la vecindad, los vecinos se quejan ante
el condominio del extraño demonio que irrumpe en su tranquilidad. Soldadura tras
soldadura, varas tubulares resuenan en la zona. Altas corrientes precisan un zumbido
catastrófico. La gente cansada contra esta copia barata del doctor Frankeistein solo
necesitaba las antorchas y quemarlo vivo. Ni modo, era un perturbador sin oficio según
las Doñas. Aunque nadie se quejaba de las matinés o de los champetazos en la esquina.
Donan se reía de este acontecer, no hay quejas si todos están en la fiesta. Y abre la puerta
de su residencia.

Aparece la jefa comunal de aquella vecindad.

Mira idiota todas las noches haces un bullicio espeluznante, o dejas tu locura o te
mandaremos a desalojar con las autoridades.

Donan: Ustedes también que no me invitan a las matinés. Así yo no les hago ruido.

El Vecino Tomás, malandro viejo de la zona dice: Maldito becerro vas a llevar plomo, pa
que respetes, te voy a quebrar donde te vea.

Donan: Mejor me calló, no vale la pena morir en las manos de un troglodita. Pensaba el
joven científico.
Las mujeres de la matiné: Tomás, vámonos papi. Con esto los embriagados dionisíacos
volvían a sus bacanales.

Donan continuaba con sus investigaciones, ecuaciones de diferentes tamaños llenaban


toda la pared de su cuarto forrada por pizarrones adhesivos para tiza. Mientras a
carcajadas por sus resoluciones no podía entenderse con las champetas africanas y los
vallenatos corta venas en el ambiente. Una especie de contaminación sónica irrumpía en
el lugar. Willis: el ritmo es absorbente. Soltando un swing tipo alguna madurada.

Imaginaba en las noches más tristes a su princesa escandinava, una dulce mujer con una
sonrisa prominente y de labios rojos cautivadores, a la que extrañaba. Ni si quiera los
brebajes del árbol de noni, funcionaron contra esta terrible enfermedad.

Todos los libros de bioquímica, genética humana, química, biología y química orgánica
estaban abiertos ante cualquier circunstancia que se le presentara, una duda, como
plantear una formula, eso era desde el viernes en la noche hasta el domingo, así el día
lunes a volver a trabajar, especialmente con mayor atención a los niños de la sala
oncológica de pediatría.

Donan decía. Hipótesis evolutiva de la función vital: proceso de átomos que se estabilizan
en las moléculas del cuerpo y así mantienen funcionando los órganos permitiendo el
desarrollo de la vida. Hipótesis 2. Función natural: Es el trabajo o la función que realizan
los seres vivos para mantener su existencia acorde a su ambiente generando un ciclo
inconsciente necesario para la vida terrestre, a la que le llaman instintos. Sin dudas las
preguntas empezaban a dimanar en los planteamientos que se hacía.

Planteamiento del problema de la regeneración: Cuando un cuerpo muere la función vital


se pierde, las moléculas se hacen inestables y rompen sus enlaces en relación a sus
átomos, liberando energía.

2 planteamiento: Al dañarse la función vital de dichas moléculas es porque el átomo se


ha vuelto inestable, en su relación molecular.

Tercer planteamiento: Los enlaces forman moléculas de distintos tipos de átomos, dichas
moléculas generan una función vital que forma a la célula, esta necesita energía natural
para consumir y que siga generando la función vital.
¡Eureka! Si esto es cierto la regeneración celular es posible. Una pequeña manipulación
genética adaptándola a las capacidades regenerativas del ajolote, la iguana y la estrella de
mar, darían con la solución a nuestros problemas. En tanto, podre patentar públicamente
el gel de reparación de tejidos a base de células madres, que desempeñaría la función de
originar tejido nuevo a los pacientes oncológicos.

¡Oh Maravilloso! Decía el brillante científico loco, con aires de un gran orgasmo
intelectual, que preñado de buenas ideas e intenciones jamás imaginaría lo que podía
suceder en la vida real.

Otro de los viernes con sus champetazos por todo lo alto, y sus espectáculos grotescos
estilo viña del mar. El científico empezaba a realizar la máquina. Un tubo de vidrio
gigante para meter al sujeto paciente, tres computadoras con una fuente de poder única,
y una capacidad de almacenaje de 30 terabytes. Todo unido a soluciones de suero
intravenoso, y vitamina con ácido fólico y calcio ultra potente (mejor que calcibón y te
devuelve los dientes). En el lugar introducía perros sin cola, y les dejaba como nuevo con
solo accionar un botón, ya el animal podía mover su espíritu con soltura, era un
dignificado, ante su pasado sometimiento de la que fue víctimas, por los caprichos de las
viejas que castran a los gatos y les quitas las colas a los canes. Regeneró los testículos de
los pobres gatos gordos y eunucos, regeneró a varios mendigos del metro de la ciudad,
salvo a más de uno.

Un día el Tomás: llego tiroteado y decía: no me dejes morir causa. Viendo este que era el
científico, entre llantos decía: mano no me dejes morir, yo jamás quise decirte maldito
becerro. Donan, lo ve con compasión, y le dice: ya te curaré becerro. Y se reía. El
malandro viejo curado, volvió con las rumberas con que se las pasaba y les comentaban:
Papi yo sabía que saldrías de esta, tu eres el hombre más fuerte de esta vecindad, ni si
quiera el larguirucho ese de medico se compara contigo, que no se le ocurra hacer más
bulla.

Tomás: Tienen razón mamis, yo le pondré preparo al convivito.

Willis: Se dirigió a su trabajo y le comento a un compañero de su invento, ya eran muchos


días que sabían del invento en la clínica publica, sin embargo, este joven cirujano que era
su confidente trabajaba en la privada, y como amigo de los dueños se los comento.
Jefecito Willis tiene una máquina que cura todo.

¿Qué? ¡Debemos comprarle el invento y privatizarlo o le matamos!

Mejor matemos al iluso ese es más fácil. Decía el compañero a los millonarios dueños.

Por voces, Donan se enteró gracias a uno de sus contactos en el hospital y decidió apurar
el paso para hacer público el invento.

Donan precisaba, que, si por mala suerte caía en manos de la compañía de seguros
internacional Organ spare parts for millionaires, todo estaría perdido.

Lograron con toda la gente de la vecindad, los médicos y la población de trabajadores en


general, hacer marchas multitudinarias para evitar la privatización del invento. Ganaron
en la corte los derechos de autor.

Donan Willis se había convertido en un médico de talla nacional e internacional tan


grande como Jacinto Convite. Y en sus palabras mientras recibía un premio por la
Organización Mundial de la Salud, el soñador dijo:

En honor a la vida nada se debe privatizar, menos un derecho tan fundamental como la
salud, en nombre del juramento hipocrático hemos hechos lo suficiente y lo seguiremos
haciendo. A sus adentros pensó en ella, la razón de su triunfo. Y culmino agregando: Son
tan grandes los sentimientos, que no me ayudan las palabras para expresarlos, siempre se
enredan en mí y terminan por estropearlo todo. Muchas Gracias.

Entre los aplausos de la turba y las luces del escenario, Donan se baja con la satisfacción
de que el premio le dará de comer y pagar en aquel hotel de mala muerte donde se
hospedaba.
El pléroma

Existieron tiempos en que nosotros los humanos, vivíamos la magia que existen en todas
las cosas, nuestro mundo estaba inmerso de espíritus, por ello para cada cosa pedíamos
permiso y sentíamos respeto. Al nacer y al morir un ser, lo celebrábamos, no existían
deidades, teníamos la lucidez y la fantasía de que todo lo que existía poseía esencia y
valor, y al dejar atrás la existencia consciente (intervalo entre el alfa y el omega de estar),
la misma pasaba a tener parte en todas las consciencias, nos aferrábamos a nuestros
antepasados (sagrados) para ese entonces, y como clamábamos para que nos guiaran por
un camino lleno de felicidad, ese respeto hacía de las cosas permitiendo a cada individuo
sentir amor. La idea del superhombre es una idea espectacular, un hombre que nos supera
en bondad, aptitud e imperturbabilidad.

Cuando eres bondadoso e inepto, sientes odio hacia los demás y lo niegas en ti mismo,
inclinas la balanza hacia el daño y te perturbas. El hombre del futuro al que coloco mi fe
y al que toda creación que realice sea en su honor, generará la nueva sociedad, sociedad
que, si no logra desentrañar con calma el sentido psíquico de la vida y la muerte, jamás
podrá darle sentido a su existencia. Y comenzará de nuevo al terror, el reconocimiento no
importa, más nos reconocen por tontos que por otra cosa, el mayor logro había sido existir,
tener una consciencia en la cual consolarnos y regocijarnos, la misma sin manual, busca
hacia el infinito mediante la observación, con mucha curiosidad la belleza de lo insólito.

¡Oh! que sentimiento sobrehumano me supera y adolece en mi espíritu, un dios quiere


nacer en él y no se lo permito a menos que surja en todos, así estamos todos los días.
Sentido de aprecio por el otro, solo se es visible en una consciencia de la vida y la muerte
que nos supera en ternura, en la pasión de ambas condiciones, allí conozco a los
individuos, presentándose con una fachada risible, que esconde sus dificultades y
decepciones, luego por causa del yo o del ego nos presentan sus problemas, pero ellos
esconden el néctar maravilloso de algo superior, de una bien que es compartido por el
hermoso sentimiento de existir.

Aspiramos que en su debido momento el tiempo de la magia vuelva, que los seres busquen
dentro de ellos la fuente de la soberbia providencia y su humildad sea no más que ser el
orgullo de los antepasados que nunca se fueron, que están allí dejando impregnada la
naturaleza de sus enseñanzas, de su consciencia. Las religiones anatemas nos dividieron
y con sus mitos nos cegaron, déjeme decirle, ¿Cuál es el motivo de creer? La razón de
porque la gente cree en esas bagatelas y fatuos dogmas repugnantes creadas por asesinos
nefastos que consideran que la especie humana no debe permanecer, que solo debe
salvarse una raza, aunque sea de diez individuos, en la que solo serán salvados curas,
empresarios, mentes eruditas u otros hombres de poder, emigrantes hacia otro planeta,
titulándose así con el derecho supremo, porque para ellos la vida no tiene valor, más aun
cuando se vive en un universo caótico y hostil, contra esa clase de egoísmo nos
enfrentamos.

«PARA QUIEN NO CREE EN ESTO», Vivimos en un universo inaudito, razón que hace
todo creíble, universo infinito, inmenso, sin origen ni fin, donde la energía y la materia
son la misma cosa, y el universo no las desecha, donde la vida es la naturaleza hecha
sujeto y es un estado intermedio entre la materia y la energía, consistiendo en un sistema
abierto, retroalimentativo, en que cuando una cosa aumenta en nosotros, su opuesto
interno disminuye para prevalecer en equilibrio. Inclinaos a su talento natural, les hará
felices, y llegaran a viejos gracias a él, si la probabilidad se los permite; en esta vida o
mejor dicho en el sueño de polífilo, recordad que la misma es un sueño, y no hacen faltas
los reconocimientos, para solidarios y solitarias consciencias que se comprenden y se
quieren. No apresuréis tu paso, o enmarañaras el sueño haciéndolo una pesadilla como ha
sido testimonio la mía.

Pongo mi fe, en ese futuro, salva a los introvertidos, cuida de los que sufren, y dales las
herramientas para surgir, pues esas mentes que en su dolor todo lo han comprendido,
pueden crear con sus manos un universo. No contempláis la grandeza de esas almas tan
frágiles y diminutas que con su luz intermitente he visto la creación misma. Llegará ese
día en que ese superhombre vendrá a nuestros brazos, y con su ciencia nos dirá que la
muerte no existe, acabando con nuestras angustias, ese día el egoísmo, ni los sistemas
económicos que los promueven tendrán razón de existir, ese día el llanto será de alegría,
el tiempo se detendrá, y comenzará una nueva historia, la fantasía y la realidad se harán
indistinguibles, y el hombre subjetivo y objetivo podrá permanecer tranquilo en el regazo
de este mundo. Escuchad tu corazón que guía tu camino donde los dioses jamás
intervendrán.

Solo sé que ese día no hablaremos utopías ni distopias, no conformaremos con la verdad.
El animal que todos llevan como un cerbero dormirá con la lira de Orfeo y con los
manjares de miel de Hermes, podrá dormir plácidamente. Gloriosa especie humana
cuando sepas tu grandeza, muy en lo profundo de tu ser, incluso individualmente
reclamaras como un Buda lo que te pertenece en calma y en dignidad. Y eso nadie podrá
arrebatártelo. Cuando la ciencia descubra el pléroma será el reset de las mentes, en un
conocimiento de que todo está conectado.
El monje blanco

Me pierdo en el África, sólida en inmensa llanura y la abrazo, suelo donde alguna vez
caminaron mis antecesores, soy su progenie, me llevo toda la expresión en mi rostro de
la satisfacción de ser completamente humano, me elevo a las cumbres de Nepal y entre la
bruma y la neblina me aviento al vacío, permanezco en el más solitario desierto de Arabia,
la noche me permite meditar entre el frío y la arena mientras me desvanezco. Sin agua,
sin nada me apoyo en la luz de mi consciencia, llama que aprecio acariciando fuertemente
las condiciones que me habilitan mi existencia. Navego por los profundos mares del
caribe y visible son las especies que en ellas habitan, su aposento es mi corazón
maravillado. el niño duerme y juguetea con los colores que ve en el sueño. Insignificante
nada que no puede quitarte el perdón que ya tienes, si te liberas de la ignorancia del daño,
y la ceguera del egoísmo. Juntos y revueltos, solos e inmensos. Perennes vamos
martillando el prejuicio. El justo llora cuando aplasta las flores sobre el pasto en el que
camina, es inevitable, pero su lamento cura las heridas de las pequeñitas. Irremediable,
inalcanzable, los aires de superioridad son el miedo a la nada. En estos instantes
permanezco para siempre entre el ser y no ser, mirándolos mientras mi flama caliente de
una carga pesada que ha sido mi mente me muestra el camino a seguir y aceptar sin
renuencias. Soy el monje blanco que dialoga y ama a la Gioconda, mi hermosa princesa
escandinava, reinando para siempre en mis oraciones por verla de nuevo. Donde danza el
indio entretenido con la música de su corazón, allí donde el budista medita sin prestar
atención a sus pasiones brillando mientras el sol ilumina su calvicie, el templo del
conocimiento absoluto y divino por su belleza, que no puede ser usado por el bien y el
mal, allí están las victorianas conversando, intentando recordarme que el dialogo lo
soluciona todo. No soy una excelente persona, tengo mis errores, mientras mi espíritu
permanece quieto y petrificado como hielo. Yo no aprecio el conocimiento más que tu
belleza, ojalá puedas recordarme desde lo más profundo del infinito. Porque soy el escriba
más antiguo de este planeta y no me siento parte de esta época y de ninguna.
Equivocación

Niels asegura que las formidables experiencias dentro del espacio-tiempo le son
considerables, una mente inerte es el vacío atormentando dentro de la tortuosa
consciencia, magnifico sentido inherente al vivir que hiere profundamente en la decisión
de quien desconoce y escucha etéreo al vivo universo, teniendo de manifiesto una
película, repetida, presencia, imposible de rebobinar a un estado anterior.

A Niels se le presenta una situación de gran dificultad. Dos asesinos amenazan de manera
horripilante a una sencilla mujer.

Niels como toda persona de honor, decide entre tres opciones y una sola condición: que
esa hermosa mujer salga con vida del radical inconveniente.

Primera opción: Golpear al maldito y sentenciar al otro con la multi herramienta que
aguarda en su pantalón, mientras ninguno de los dos miserables se percatan de este como
su atacante.

Segunda opción: Pedir a los malhechores que se no hagan daño a la dama, a cambio les
entrega su reloj, teléfono y dinero.

Tercera opción: hacer lo que todo el mundo hace, pasar inadvertido, y hacerse la idea de
que enviaran un llamado de auxilio a las autoridades, para que lleguen a recoger a la futura
occisa. Pues los aciagos vándalos reclaman a la mujer, en acometer el acto que ansían de
su desbordante belleza.

Niels toma la primera opción, golpea a uno de los bandidos en el cuello, desplomando
toda la ferocidad. El segundo se voltea y le propina tres impactos de bala a quema ropa;
sin tardar un segundo, en el callejón Riner Street, tiñendo de vinotinto el pavimento.

Niels no puede imaginar un destino mejor, la resignación de la mente viene al mismo


nivel que el desgasto crónico del organismo. Igual que las futuras edades jamás se viven
hasta que pasamos por ella, cambiando en cada uno para siempre parte de la personalidad
que toda edad trae. En definitiva, Niels entiende que en el infierno se viven de ilusiones,
y son esas ilusiones las que marcan la diferencia para hacernos soportar el cruel e
irremediable peso de nuestra existencia, llena de incertidumbres y con preguntas sin
resolución. Pobrecito nosotros los humanos pensaba el agonizante organismo del héroe
más idiota de aquella generación. Por fin terminaba la inenarrable realidad a soporte de
sueño o pesadilla, Una música de fondo producía su cerebro y solo podía pensar en el
dios que imaginaba, y sacado del fuego del averno pensaba lograr estrechar su mano al
manto más claro mientras era abrazado por el árbol de cerezo que penetraba su vista,
mientras sus pupilas se dilataban.

Era el fin.

Pasaron segundos y Niels estaba de nuevo en la lamentable situación de salvar a la mujer,


se repetía aquel imprevisto que había colocado su comprometida persona con la tragedia.

Optó entonces por la opción numero dos: Hablar con los sádicos asaltantes.

Pedía con un gran alarido recordando desde lo muy profundo con odio, que minutos antes
le habían asesinado. Y entre alaridos y arrodillado se inclinaba diciendo, no la maten,
mientras mentía y lloraba diciendo que era su hermana.

Los repugnantes seres sin ninguna forma de remordimiento o sensibilidad, le dispararon


nuevamente, esta vez directamente al estómago. Niels no podía creerlo, tendría que vivir
en esta realidad alterna y universal, la repetida y concurrida consecuencia de su decisión.
Mientras atormentado tocaba sus rodillas, se ahogaba y el frío recorría el organismo. Solo
un débil puede cometer un acto de valentía, entre las fuertes mierdas parlantes que se
jactan de hablar de la justicia sin esta tener algún valor por ahora en el mundo de los
terrícolas. Vuelve de manera casi masoquista a escuchar la hermosa melodía de la
ascensión del espíritu poético que impregna todo el alrededor de nuestro ecosistema entre
centelleantes recuerdos de la infancia.

Vuelve acontecer en el mismo lugar, recordando muy levemente las dos opciones que
tomo anteriormente, y su raciocinio le embarga a tomar de nuevo las primeras dos
decisiones, el recuerdo del corazón arremetía contra el desesperado Niels en forma de
deja vi. Iniciando así una imagen difusa de las anteriores muertes. El universo reclamaba
la salvación de un vientre que traería algún valor para la comprensión de lo que permanece
inaccesible aun para nosotros.

Toma la tercera opción y no hace nada por la mujer, los malditos se cansan de que su acto
es insospechado y nadie le toma importancia, quieren llevarse a la mujer, pero esta grita
muy alto... Todos los transeúntes se observan mientras la mujer dice que son unos
violadores, los desalmados se alejan ya que esa acusación es la que más odian. Solo por
eso siguen su curso. Los civiles no hacen nada, y todo vuelve a la normalidad. En el
vientre de la mujer va una milagrosa vida, un posible científico o un poeta. Sin saberlo
Niels empieza a entender que sus dos sacrificios giran en torno a otra vida. Su última
decisión le hace pensar que, si debe estar, debe aprovecharse para un acto mayor que el
mismo.

Quedando en su curioso pensamiento ¿Cuántas veces se repite la realidad entre las


alternancias de los distintos universos?
In the Dark

Todo comenzó con una sentencia, siendo esta una entrada directa al Hades.

"Has hecho todo por aburrimiento".

La inocencia no pudo salvarlo de semejante ofensa, ninguno de sus sentimientos pudo


calmar la ira de lord of lords.

Aun con todo lo que se llama amor, fue a parar al infierno. Era la carga más pesada para
los demonios y se mantenía aislado, ninguno le permitía salida de la total y tenebrosa
sombra, con el temor de que semejante carga, pasara a ser parte de ellos.

Allí todo era arsenales, sustancias, placeres, asesinatos, abominaciones, cuadriláteros con
la eterna escena de golpizas voluntarias, apuestas, obscenidades, crueldad desmedida y
sin censura, valor excesivo por el rango, vestimentas extravagantes y prominentes,
grilletes, la libertad a sus anchas para ser malvado. Razón por la que temían de Incent, les
quitaba aquel libertinaje con preguntas descabelladas, que moralmente no tenían
respuesta y estremecía al peor de los peores. Mientras abordaban todas sus actividades en
la luz, donde mejor se ocultaba el mal, Incent tomaba partido por la oscuridad,
reconociendo los fenómenos terrestres, de los que deseaba ser parte. Sentía inútil el lugar
donde la inmundicia. el terror, el fétido olor, los horribles rostros, eran solo
representaciones que no le advertían ningún temor, sino risible gracia y una existencia de
chiste. El absurdo de la superioridad marginada a dañarse a sí misma, sin propiedad para
ganar un sentido. La maldad comparable a su ignorancia, y en igual sentido su estupidez.
Vacilaciones e imbéciles demonios, sobre el velo de una noche sin luna. Para las bestias,
era peculiar que Incent no sufría por nada, no tenía cuernos, cola o coloración Blood. El
lugar temblaba entre el calor más intenso, la constante guerra y discordia, con uno solo
de sus juicios: En el omega, cederán ante el Lord of Lords, volviendo a su unidad y en
cierta medida tendrán mutuamente que ver extinguir su orgullo, en la síntesis del vació.
Y entre el silencio sus consciencias solo recordarán su trágica forma de pensar y como ha
sido una pérdida de tiempo. Las tinieblas no lograban arrebatar la revelación. Su tedio era
no poder apreciar el potencial de sí, en ese lugar tan lúgubre y desgraciado para reclamar
su existencia. Predilección era la suerte terrestre de la que aspiraba tener arte y parte.

Incent no sabía que era, si un demonio, un ángel o un hombre, porque a ninguno de los
tres les gusta reconocer la verdad. Y quien pudiendo contestarla en el recóndito absoluto
universal, no daba signos To Be, un estar misterioso, en silencio. Incent, con sweater y
pantalón oscuro, pálido como la nieve y zapatos negros, deambulaba en búsqueda de
sentido. Infierno temido por diablos y no diablos, en aquel rincón del abismo. Un ser
consumido en la oscuridad, disgusto de claridad astral, indistinguible por cualquier vacío,
la peor de todas las desdichas, aun así, se amaba desde su más profundo dolor,
vilipendiada victima por las manadas de la que no formaba lugar.

En las riñas infernales, las luchas eran libres, siempre ganaba adeptos a su encuentro con
palos, piedras, hachas, espadas, fierro y bombas. Pero jamás discusiones, todos sabían
que sería triunfador, el único que sometía todas las simetrías, lenguajes, conceptos y
emociones. Condenado por esa carga, imploraba al lord ¿Porque? No me odias, pero
desconfías de mí, decía mientras un lagrimal rozaba sus manos y se disgregaba en el
eternal desierto. Desierto que era el mismo, cual sería tan valiente para sentirse en él. Con
una deformación del espacio y el tiempo, un agujero tornaba su corazón a perderse en la
singularidad, gravedad masiva que lo consumía.

Quería al mundo terrestre ir, porque sabía que, en todos los humanos, había un dios
interno, que podía responder todas sus angustias.

Los demonios no le permitían salir del aislado lugar, entre las ultimas pailas, a lo que su
resolución fue simple, si ellos los guardianes del conocimiento misterioso, no podían
responderle su inquietud, eso le permitía abandonar el lugar, y aceptando el reto Incent
obtenía su victoria, con la cuestión:

¿Porque hubo algo en vez de nada?

No pudieron contestarle, teniendo la posibilidad de salir, uno de los nefastos y


despreciables entes, accedió con su báculo, dejarle salir por un portal inter-dimensional a
la tierra, lugar más diverso, y a la vez el más injusto de todos. Él quería saber que existía
desdicha como la de su individuo, para sentirse por primera vez parte de algo.

Llegando conoce a muchas familias en la ciudad de Chicago viviendo entre las


alcantarillas, en la tierra de la libertad, lo sorprendente es que lograba conversar, con
tranquilidad recíprocamente con ellos, no sentían que se perdían en su desierto, podía ser
la tierra el peor y a la vez el mejor lugar para tener una experiencia reveladora sobre la
verdad.
En Asia se consiguió con las sectas budistas y con la realidad de que los sumos sacerdotes
controlan a las bandas delictivas, que entre pandillas impiden el crecimiento de nuevos
centros religiosos, los monjes tibetanos, son los amos de las ciudades allí con sus
modestias y humildades, son los que financian y promueven la prostitución y el trato de
personas. La feligresía perdía un familiar en caso de no adherirse al culto, las pandillas
hacen el trabajo sucio, y la perdida genera la cohesión.

En África, ve el gran laboratorio toxicológico del sistema mundo decadente, allí se hacen
todas las pruebas radioactivas, biológicas y químicas, para la industria de la guerra y la
medicina, las muertes son daños colaterales, la población decrece, entre las enfermedades
a las que son expuestos, con el objetivo de asegurar sus tierras y riquezas.

En Europa los trabajadores son expuestos a modos de vida de consumo exagerados, lo


fundamental inaccesible y la explotación es vista como normal.

América en su extensión, en el norte es árbitro de la descarada burla, y en el sur, de la


expoliación y el laboratorio de la manipulación humana.

Entre tantas visiones comprendió lo fundamental que amaba, a los hombres y mujeres
que lograban amarse en su dolor, aunque no pudieran recibirlo, ni expresarlo, solo al
darlo, había sido un alivio para muchos, al llegar a salvarlos.

Elevándose al cosmos, asciende a la idea del lord of Lords, y dice:

Amo mi oscuridad y odio la luz, en ella todo es bueno, pero es mentira, es en la oscuridad
que se sabe realmente quien es quien, me quedo con quienes sufren con quienes padecen
para ir en su auxilio. Mientras decía sobre el vació absoluto semejantes palabras,
esperando de algún recóndito lugar una respuesta de la que obtuvo silencio, el origen no
fue contestado, la situación más desoladora y desgarradora posible, con el vasto efecto
sin sonido alguno. Muy adentro de sí, en el fondo de su ser aprobaba lo que había dicho
y lo asumía firmemente para la eternidad. Exclamando Incent: Aun en la tristeza o la
imposibilidad de cambiar las cosas, amo a quienes sufriendo se han amado, y han amado
dentro de una gran comprensión a su realidad superándola y superándose a sí mismos con
una magna voluntad creativa. Aunque su existencia no cambie para nada, les veo sentirse
orgullosos de su fortaleza. Desde ese momento paso a ser parte de la humanidad. Algo
que el mismo se había ganado.

Abrazó el cielo mientras te diviso en los recuerdos.


El corazón hierve a fuego lento y se agita, mientras las lágrimas buscan sanar la silueta
que no se desvanece en la imagen difusa de la memoria, la felicidad clama a tu encuentro,
pero la misma se quedó en un espacio tiempo distante, para colmo un lamento, que en
vano te busca, te encuentra en el paisaje que alguna vez concurriste para así coincidir con
los que más próximos fueron parte de lo que una vez era vida. Arrebatada con la partida
de tu persona. Sonámbula vida sin descanso; morir era la meta y la sigue siendo como el
estado natural de las cosas; aconteciendo entre sueños y pesadillas de nosotros los
herederos de Morfeo, los caminantes durmientes, descritos en la lucidez amante de la
existencia que se contempla diurna y se consuela nocturna, a veces embelleciendo el
espíritu en los que se salvan con la poesía. Una ráfaga de disparos de tinta mientras
empuño la pluma, sería todo el anhelo para revivirte en el arte de la escritura, porque la
realidad niega esta posibilidad destruyendo con otras ráfagas individuos, contemplamos
un mundo de sombras. Sin embargo, no han ganado, entregaste la antorcha que debemos
entregar a otros, sirviendo a tu ejemplo. Grande como un árbol tu honestidad y tu
valentía, esas ramas y sus hojas, me dieron cobijo y frescura. Coloso de piedra con un
corazón de gelatina, el sabor siempre fue ternura. Hablar de futuro sin ti, es una falta de
respeto y cortesía. Mereces este tiempo más que aquellos que sin lograr tu genialidad han
logrado tener mayor suerte… Hermano la razón no abarca, el dolor y la sorpresa de tu
ida, arruinando vidas; y dándole fuerzas a los fénix de los corazones, emprendimos el
vuelo renaciendo de las cenizas. Noche oscura y fría, quiso agotarnos el viaje
respondiendo al mensaje de la nada, la misma nada no puede adivinar anterior a su
asombro, lo que es un compartir en la playa. Podría vengarte con palabras, porque tengo
la fuerza de quitar la vida usando palabras si me proponen un duelo. Ojalá pudiera usar
la palabra para dar vida. Y creo que eso hacemos los que tenemos el Don de escribir sin
recibir educación alguna. Frente prominente de ideas, seriedad taciturna, palabras
perennes diluidas en el eco, que levemente resuenan en el infinito. Caballero blanco y
peludo, héroe y silencio de la mejor imagen del hombre. Te extraño, escuchar la sonrisa
pícara e ingenua del más fuerte de los nuestros. Es de saber que sigues siendo necesario.
Vida que quita el valor de lo imprescindible. Para nuestra verdad, no eres un mito, tu
nombre sigue siendo leyenda.
Reencarnación

La peculiar historia de la ladilla de Manuel. Me la comentaron unas abuelas que eran


hermanas del sujeto, una pesadilla dentro de la literatura.

Cierta mañana es castigado Manuel por no hacer los quehaceres del hogar, se comía todo
lo que había en la nevera y era motivo de coñizas por parte de la madre.

La sabandija le encantaba estudiar, era excelente, incluso lo devolvían a casa cuando


padecía de rubéola, sarampión o lechina, el carajito no era de hacer caso.

Manuel: Déjame ir mamá,

¿Cómo vas a salir así loco el coño?

Bueno andando. Ya que en los hospitales o salvan a los ricos parásitos o a los afortunados.
Estoy aquí para guerrear.

A Manuel de siete añitos le enseñaron que siempre debe ayudar a los demás.

Entonces vio a un mendigo y les dio sus zapatos del año antepasado.

Muchacho marico para que regalaste tus zapatos. Le dicen las hermanas. Ayudar es
animar, no dar.

A pues no viste la peli de Mel Gibson de la pasión cristiana.

Cállate muchacho pendejo. Deja de regalar las mierdas.

Manuel no malgastes el agua. No es carnaval.

No has escuchado a Celia Cruz. La vida es un Carnaval. Recibe un cogotazo el jodedor


sin remedio.

Manuel, Manuel, Manuel, por todo se le regaña.

El carajo advierte a todos que le van a empavar el nombre.

Sale de la casa sin permiso a jugar baloncesto.

Mamá dicen las mujeres látigos, el abusador ese no está en la casa.

Tres cogotazos seguros reciben Manuel al volver a su hogar a tomar agua.

En sus horas libres vive de freestyle en freestyle, o escribiendo huevonadas.


Le dice la madre: Sé cómo tus hermanas que hacen los quehaceres y traen dinero para la
casa.

En el barrio de donde proviene Manuel, la música es a todo pulmón y las puñaladas


empiezan cuando algún individuo se le ocurre colocar música llanera. Lo extraño es que,
si hay champeta, reggaetón o vallenato todos entran en trance.

Esos cabrones viven en pura violencia, piensa Manuel.

De vaina lo dejan asomarse a la ventana de su casa.

Un día Manuel sale a comprar arroz en la bodega, y un tiroteo lo sorprende con un disparo
en el estómago, el Manuel en vez de lanzarse al suelo y retorcerse como un gusano, se
levanta, va hasta su casa y les avienta el arroz y se desploma lentamente como quien,
rozando con la pared, espera sentar su trasero en un banco.

Agitado le dice a la madre. No te preocupes por mí, Te amo. Aunque nunca fueras capaz
de decírmelo. Hermanas dejad de llorar por mí, que mi reino no es de este mundo.

Las mujeres soltaron su látigo y se convirtieron en magdalenas, tal suspiro de esclavo les
obligaba arrodillarse por su idiota hermano.

Manuel, coño de la madre. Mientras con lágrimas una llamaba la ambulancia, la otra,
tomaba su mano, con fuerza, para no soltarlo. Ya era caso perdido.

El resistente de Manuel se mantuvo vivo 10 minutos, hablando paja para no dormirse.

La ambulancia dijo: Para allá no nos metemos.

Todos los vecinos que, en tiempos hermosos, le daban la basura a Manuel para que las
arrojara al conteiner, cerraron este día puertas y ventanas. Manuel lloraba por haber
perdido su precioso tiempo.

Mientras decía, aquí las cosas no terminan, y dejen de llorar a los caballeros.

Cerrando sus parpados, la agotada respiración finalizo después de perder su consciencia.

Un año después nace un niño de una de las hermanas antes preñadas.

Pasan seis años más.

Y este carrizo repite las mismas mañas que el tío Manuel.


Y estresa a las hermanas y a la abuela.

Pepé el nuevo familiar. Tiene el mismo carácter sarcástico del difunto.

Pepé levanta la voz y dice:

Yo se los dije que volvería, que ese día lloronas nada terminaba.

Las tres atónitas, abrieron la boca y expulsando sus demonios dijeron:

Coño de la madre es el Manuel.

Y para colmo la misma historia se repitió, respecto al trato de ellas con este. El amor es
solo real para los finales tristes. Mientras en su caminar Pepé, las mujeres no sabían cómo
librarse de esa pesadilla. Y yo que pensaba que lo abrazarían fuertemente.

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