Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Caracas-Venezuela
En honor a la existencia o Dios
Prologo.
Ha llegado a su hogar el sabio del bosque, las aves le visitan, comen el alpiste que les
deja y se alzan al vuelo, las ardillas hurtan las nueces que coloca para ellas en un canasto
cerca de sus libros antiguos. El anciano nunca conoció el amor de la mujer a la que amaba
con locura, desde muy joven reconoció que él no podía protegerla, un individuo
biológicamente inepto para tal fin, su amada inclino su corazón a un fornido leñador más
eficiente cerca de los Alpes, un bebedor serio y amante de los festines, que pudo darles la
descendencia que la hermosa mujer ansiaba, niños fuertes y preciosos. Merlín decidió
desde muy temprano ante este rechazo normal del mundo natural, irse al bosque, amar la
vida, tocarla más allá de donde el arcoíris descubre el cielo. Sus libros los escribía con
singular peculiaridad, si la estética superaba su expectativa aquel débil señor lloraba
amargamente de alegría, en las tardes luego de hacer los nidos para las aves, cercana a su
casa de árbol. El mago viajaba en secreto a los Alpes a ver a su gran amor, como estaba,
eso era lo que importaba. Cuando se enfermaban ella o los niños, dejaba cercano a las
ventanas leche con miel y galletas de jengibre. Siempre lo hacía el viejito loco y
considerado. Era su menester ver en buenas condiciones aquello que amaba, de forma
sobrenatural cuando alguna enfermedad hacía estragos al leñador, un abracadabra era
suficiente para desearle curación, él sabía que, sin la fuerza de su adversa competencia,
era imposible ver retoñar el aliento de su corazón. Cuando Merlín escribía y cocía sus
libros, un vapor salía de su diafragma, entraba a un espacio tiempo detenido, todas las
imágenes creadoras alentaban su ideal y dejaba impregnado el lugar, colores mezclados
rozaban lo increíble en la visión eléctrica precisa de su arte. Tenía su propio paraíso, se
cuenta inclusive que cada vez que ese espíritu elevado desarrollaba una obra nueva,
lloviznaba con brisa muy fuerte, refrescando todo el ambiente, entre luciérnagas, ranas, y
bichos que postrados en el árbol le daban relieve, el árbol tenía el rostro de un abuelo
feliz. El lugar estaba embrujado por la maravillosa magia del genio, todo el que se
acercaba de los pueblos al lugar, les brindaba propiedades curativas. Una noche el anciano
se hizo energía, elevándose desde el suelo, y un fuerte viento le impulsaba, para
convertirse en cometa mientras se diluía en el cielo. Sin antes despedirse pasando por la
casa de su amada, que ese día había fallecido por senectud, los hijos de la señora y el
ahora viejo leñador sin músculos, erguido y lento, divisaba con sus muchachos aquel
fenómeno, y pidieron un deseo a la cometa. El anciano mago tomo ese gesto como un
agradecimiento. Al irse para siempre detrás de su amada por toda la eternidad, el árbol se
entristeció, introdujo sus ramas a la ventana del hogar y abrazo sus libros con fuerza,
sellando para siempre con cuidado los logros de su preciado amigo. Los animales
continuaron su vida, y a veces extrañados observaban el lugar mágico y maravilloso,
como si recordasen algo que había sido importante en sus vidas.
Cosmos
No había tiempo para los caminantes, como si una fuerza inconsciente impidiese
que vieran semejante escenario frío, solitario, necesario y reconfortante. Al verme allí, yo
si podía disfrutarlo, sin empleo, ese día de lluvia, me venía como una bendición. La ropa
toda empapada no me disgustaba, era dichoso de sentirme uno con la naturaleza esa tarde.
Habiendo empezado a caminar, lograba sentir el viento gélido rozando mi ser, y
enfurecido el aire vespertino se condensaba haciéndome retroceder con mucha fuerza,
mis ligeros pies dieron vuelta ante aquella brisa, y prefiriendo sentirla para impulsarme
la seguí hasta donde culminase.
La calle era una aventura, el aroma a cochino frito, unido al producido por las
ventas del maíz con mantequilla y queso, no podían darme más regalo que presenciarlo.
Saqué mi cartera del saco, poseía unos billetes, y con ellos pedí una pieza de cerdo. El
vendedor, me entrego una bolsa, en la que estaba envuelta en hoja reciclable aquel
apetitoso manjar, este en pocos minutos lo probé. Fue en la calle Estrada, donde el
atardecer no podía divisarse, solo las lágrimas del cielo interrumpían con las nubes
oscuras el paisaje. Sin estar acostumbrado a divagar, mi mente seguía la aventura de
aquella imprevista salida. Que se grabaría para siempre en mi memoria. No tenía nada de
especial la triste puesta de sol, la libertad de viajar sin mayores responsabilidades durante
horas conmigo mismo, era a simple vista, la más hermosa experiencia de ese día tan
milagroso.
Ningún solitario contemplaba con disfrute, el goce de mis horas de ensueño,
aferrado a sentarme mirando los manantiales de agua discurridos hasta desaparecer en las
alcantarillas. Solo necesitaba un sorbo de café o de chocolate caliente, para darle una
perfección a semejante obra divina, porque ningún otro paisaje podía causarme tanta
emoción. El frío de la tarde me abrazaba como una amante que me cortejaba a tenerla.
Por tanto, sin dar más vueltas observaba el tiempo mientras empezaba a despejar y las
ultimas gotas tocaban el techado de un kiosco de periódicos que entonces estaba cerrado.
Solo quedaba el frío, la tierra había adquirido una singular frescura, yo estaría
encantado si el clima residual del lugar estuviera inmerso entre algún bosque. Me levante
con mis pantalones helados y húmedos, del escalón donde reposaba, colocándome de
nuevo el saco, que yacía en el suelo hace un instante. Y proseguí con mi destino, era la
hora de volver a casa, a reposar el alimento con el deleite de poder aun saborearlo. Un
viaje muy existencial, para un solitario que se regocija en sí mismo.
Atravesando la calle Estrada hacia la avenida, en una de las aceras, pude vigilar a
dos niños con botas y sobretodo de hule jugando en los charcos, mientras sus padres le
retenían con palabras, para que no fueran a enfermarse, parece mentira que cosas tan
sencillas generan tanta felicidad, y que los lugares más tristes y fríos pudieran darme
gratas sensaciones de satisfacción, pues igual que los niños, me sentía bien, así fuera que
mis semejantes sintieran desmoronarse por temor a pescar una neumonía, mi cuerpo
sentía como tierra árida, obteniendo el elixir de la vida con la lluvia que había cubierto
todo mi cuerpo, exhalando el estrés y los vapores, llevándoselo por el cauce que a su paso
escribiera en el pavimento. El tráfico extenuante no era visible, y me alegraba desde mi
profundo corazón, los sonidos graves de las bocinas, eran inexistentes a esa hora,
exactamente a las 7:00 pm, unas que otras motos maniobraban el suelo resbaloso, sin
hacer bullicio en su proceder.
¡Qué noche tan magnifica! Las ranas empezaron su velada orquestal, y el croar le
daba una imagen más íntima a la misma. Yo metí mis manos en los bolsillos del saco
mientras la acera solitaria y oscura, iba ganando algo de brillo en uno de los faroles que,
impulsado a no desfallecer encendía y disminuía su luminiscencia.
Pensé mucho, era lo único que siempre me venía bien, no quería encender el
infernal aparato imbécil que con su cara de vidrio podía tentarme a ver su estúpida
programación degradante de la esencia humana, y detractor del espíritu. Se me ocurrió la
brillante idea y saqué un hermoso invento con cara rectangular, allí ante el lomo plateado
le alcé de la mesita donde abundan las revistas culinarias, extrayéndole con especial amor,
y así me senté en el sofá de la casa, para nuevamente viajar, al centro de la tierra con el
libro de Julio Verne que reposaba sobre mis piernas. ¡Oh que día tan espléndido! Cultura
solemne traída por los tiempos, afortunada noche de gala donde cada escena y personajes
eran cerradas leyendo.
Un caballero son sus sueños y pensamientos.
Ambos nos quedamos viendo a los jóvenes jugar baloncesto, me dijo: ¡Por favor
me puedes ayudar con la silla, debajo de ella, poseo dos chocolates! Agarra uno para ti.
Continuamos hablando, mientras la brisa nos arropaba fuertemente a los dos, sus
cabellos se deslizaron en su frente, y tuvo que apartarlos.
En todas las operaciones me encomiendo a mi madre para que salga bien. Aún
recuerdo los años de estudio encerrado en mi cuarto con mi máscara de oxígeno,
estudiando tejidos y conceptos dentro de esos textos, que si por alguna razón se los
avientas a una ventana, revientas los cristales.
Bueno, es una persona que se inspira con la naturaleza, las conversaciones de los
demás, y las historias épicas como lo es, tu vida. Realmente disfruto escribir, y a veces
canso a los demás con mis temáticas y mis dramas. Pero consciente de eso, quien sabe
contar historias domina el mundo, y la importancia de mi oficio, es contar buenas
historias.
Seguir viniendo al parque, después del agotador trabajo que tengo, sentarme y
mirar a las ardillas risueñas comerse el pan, que les obsequie.
Los dos tenemos pasiones muy peculiares. Pero, dime ¿Qué seriamos sin ellas?
Nada realmente, eso lo es todo. Una pasión es una razón para querer seguir estando
en un lugar. No se vive de a gratis, eso llena de esperanza. Y realmente a las personas
todo les disgusta, mientras no se trate de ellas. Para evitar caer en la discordia, cada uno
consigue en su camino, aquello que le permite sobrellevar el presente.
Claro, Colega. Sabes que el juramento hipocrático está por encima de todo.
Simón se despidió de mí, movió sus manos y las coloco en los cauchos de su
móvil, se voltea y mirando hacia lo lejos, con su mirada profunda se entretenía con sus
pensamientos.
Yo, sin embargo, volvía a casa, compre la prensa Tribuna Popular para leerla en
el camino y pan para degustarlo con café. Sin olvidarme de ese majestuoso encuentro.
Infancia Solitaria
A veces uno hereda eso, si es que el no decir lo que sentimos o no sentirlo, termine
por acortarnos el camino a transitar. Esa es la realidad del proletariado hijo, tus padres
te quieren, aunque no sepan expresarlo o demostrarlo. Tu deber es hacerte valer, y no
arrinconarte. Todo eso parece que es reconocible con el tiempo, después de tanto malestar
quebrantando el corazón.
Es necesario que estudies para que seas feliz, importa más eso, que cualquier otra
cosa, caminando entenderás para que naciste, solo ten paciencia y busca en el corazón
que lo agita, si lo consigues. Date con todo, pues ese es tu motivo para vivir.
En las labores diarias de la ciudad, obtendrás un salario que se va como sal con
agua, solo tu verdadero sueño, puede permitirte que ese flagelo no te afecte como si lo
hace con millones.
No necesitas ser tan inteligente, más que inteligencia, necesitas saber que eres
como persona, que te satisface y tener mucho orgullo, sin orgullo no puedes vivir.
Inclinar la cabeza no por necesidad, es mejor inclinarla por compasión consigo mismo o
con los demás.
Los niños felices no existen, nadie puede ser realmente feliz en este mundo. A
menos que sea injusto, a todos nos entristece lo que vemos. No se puede ser ciego todo
está en constante reconstrucción, así como el alma del ser humano.
Cuando me refiero al alma son a sus auténticos sentimientos, estos no los podemos
romantizar, pero a veces nos sorprenden. Por lo demás adáptate, no permitas que la
realidad te golpee.
Brinda tu amistad a los libros
José no se contentaba, cada nuevo juego, era motivo de aburrimiento, tedio luego
de cumplir todos los cometidos y llevar a buenos términos su empresa de salvador.
Contento, él bebe y muy inteligente se lee todas las novelas de la hermana, que en
una repisa se encuentran. Y con ello comienza la preguntadera.
Ay, mamá no lo soporto, José es muy parlanchín, es mejor que le des algo mejor
o se va a convertir en un ocioso.
La Madre Anita, piensa que su niño está enfermo de la mente y decide ese mismo
día ir a una librería a preguntar y saber cómo ayudarlo.
Yo le digo que en el cielo. Sale de las puertas de la iglesia, mira hacia las cumbres
del firmamento, y dice mamá aquí no veo a Dios. Y eso me molesta mucho. Varias veces
lo he halado por las orejas, como me hace pasar pena. Y cuando medita ve cosas en su
cabeza, se relaja y se levanta con más energía a joder.
Mire señora su hijo esta poseído de curiosidad, eso es un indicio de una mente
brillante. En los casos como el suyo, que mal que usted no sabe tratar con niños como él.
Otras veces lee a J.J Benítez, lo alaba y luego pasa a la basura de la historia por
considerarlo pésimo escritor. Y así es que va aprendiendo a descartar lo bueno de lo malo.
Sus mejores amigos, lo han hecho reír, llorar, dudar. Y como todo niño eso le dio
la dicha de una gran vida y un mejor futuro tratándose de él.
Ahora le preguntan a él, cuando no saben nada, y lo consideran loco o nerdo. Pero
jamás les niega su respuesta sincera. Mi chamaco los libros son amigos en la noche más
oscura y en nuestros días más tristes o felices, vale la pena olerlos y leerlos. Es magistral
como se ilumina la mente de las personas.
Techos de Cartón
¡Miguel! Anda a buscar las ollas para que no se moje todo el suelo. No ves que se filtra
todo en la casa de tu tía.
Bendito techo de zinc, cuando será el día que podamos colocar petróleo a esa porquería
¡Ay! Esos muchachos hirieron a Rafael, por Dios. No hacen caso vale.
Finales de Julio y a todos les rayan la camisa. El no cambia de opinión y me pide a gritos
a mi ventana: Amigo raya mi camisa.
Pasa las tardes con su mejor amigo "el gordo perrón", jugando videojuegos, escuchando
Metal Power, divagando, fumando y bebiendo. Se dicen así mismos los Alfaman menudo
par de saboteadores. Bullicio hasta las 10:00 pm y cada quien para su casa.
Ni en el cyber y las jugadas online logramos olvidarnos, muchachos al fin creemos que
nos comemos el mundo y que este es nuestro.
Miguel una noche, uno de sus tantos amigos le invita a una fiesta, para hacer sus locuras
en las matinés. Miguel y yo hablábamos sobre el rap, escribíamos, nos sentíamos los
Sandy y Papo de esta generación. Si ese día no hubiésemos hablado juntos y no le retengo,
Miguel estuviera muerto.
Yo permanezco mirando hacia las estrellas, con una mirada esperanzada en un planeta en
agonía, bostezo el aire gélido que se disuelve entre mis labios, en estas noches de Julio.
Salir del barrio es extrañarlo, mi martirio estuvo siempre conmigo, mi mente no es para
esta época y mi conducta tampoco, está por encima de las salvajadas en las que habito.
El Valiente Leñador
Colgado en la pared observa el ultimo calendario que adquirió en una rifa bajo
domingo festivo, la fecha 1986 permanecía invariable 33 años más tarde, en frente un
reloj antiguo con péndulo averiado cerca de la mesa de noche.
Su mujer en cama posee dos años así luego de sufrir una hemiplejia, su marido
plancho hace la comida, lava, barre, y vive gracias a la máquina de coser de la infortunada.
Aprendió a tejer y remendar y ahora con grandes pliegos de tela realiza proezas en el
ensamblaje de ropa, dándole una gran entrada de dinero, en las tardes corta madera y las
vende en el pueblo.
Labora de limpiabotas y de plomero, una vida sin descanso para sostener su hogar,
y animar a su esposa a seguir viviendo, en las noches ven juntos sus fotos de bodas, y
antes de orar dan de cenar a su perro, San Bernardo que yace en el patio descansando todo
el día o lamiendo huesos.
Lluvioso y frío día Pedro el Leñador debe ir a cortar chamizas para cumplir el
cometido que está en el prado, más allá del pueblo.
En el camino:
Las casas anticuadas del siglo XIX, tejados rotos, majestuosas puertas y ventanas,
acabados de madera comidos por las polillas, y las paredes clamando auxilio contra la
humedad y la pintura desecha.
Mi muchacho querido
Tu afable sonreír
Saludabas en tu jeep,
La vida no es justa,
Me he cuidado tanto
Por tanto, sin amor no hay creación que valga, pues se desploma. El amor es
transcendental, entregándose a quienes continuaran el camino empinado que transitamos
luchando contra nuestra condición humana y las relaciones.
El agotado día culmina, el ocaso recoge el silencio y cada una de las pretensiones
esperan la madrugada, el nuevo día teje los hilos de la comedia.
Una posibilidad hecha honor, el dolor de dejarte ir, los rutinarios días
presentándose como nuevos.
Estoy convencido del camino solitario de la vida, el camino del alma que busca
purificarse o ensuciarse, junto a otras que le acompañan, siendo mejor no aferrarse a nada.
Igual que la Gaviota, alza tus alas y compromete a dejar en tu vuelo una gran obra.
En su diario cada detalle nuevo lo expone como promesa de que será posible que
con el tiempo todas las heridas cicatricen.
La tristeza es constante luego de haber agotado todas sus lágrimas que captaron
en un breve lapso del tiempo no lograr graduarse. Aun así, culmino en un parasistema
con todo el peso de vivir así, empezó la universidad y la dejo en el quinto semestre. Sigue
amando las matemáticas.
En las noches paso a pasito, arrastra sus pies para acostarse porque es imposible
comprender las razones de no sanar y apreciar todo en un estado anterior.
Los recuerdos abundan como videos que se repiten una y otra vez.
A mirar el cielo, y las aves, mientras mi cuerpo va muriendo concibo tener una
apreciación de la belleza en la que permanezco efímero y propio a desaparecer.
Astro humano
Jacinto Convite fue un gran médico, descubrió la cura contra una forma de cáncer,
y contra la lepra, en su ideal los médicos no debían cobrar por ejercer la medicina, en el
hospital Vargas, su legado continuo y se realiza el proceso de sanación de forma gratuita.
Marie Curie, sacrifico su vida por los estudios junto a su esposo, murieron a causa
de la radiación que permite saber sobre las enfermedades o lesiones internas para
cualquier organismo humano, comían muchas veces pan y vivían miserablemente estas
mentes brillantes.
Marx el genio de Tréveris vivió en las peores condiciones con su familia, logro
consolidar la economía como una ciencia, que no lo usen como es debido es la injusticia
y el capricho de la clase dominante, inhumana y repugnante.
Stephen Hawking uso lo único que le quedaba su mente por darle definición a la
crisis e incertidumbre en que ha caído la física.
Repito: Una función es una relación que define un factor con otro, y el lapso o
intervalo entre la conexión genera un fenómeno, que es el estudio para el matemático.
Los estudiantes le observan y uno con lápiz lo toca diciendo: ¡Se murió!
El hospital está vacío y oscuro, los roedores caminan entre algunas paredes. Es
pura soledad entre la suciedad y la intermitente luz que por la ventana incide en el cuarto
de Adonis.
Allí esta postrado en la cama, sin lograr escuchar a nadie y sin un familiar.
Una niña llorando es observada al final del pasillo, sus manitas se limpian el
rostro, mientras con sus manos acurruca sus rodillas para consolar la tristeza.
Adonis se acerca poco a poco con el temor de no asustarla en aquel sombrío y frío
lugar.
¿Y tus padres?
¿Por qué?
Le explica que en su cuarto aún, hay una luz intermitente donde puede huir.
Ambos huyen de las sombras, una de estas intenta arrancar el cordón de Adonis,
el hombrecito se agarra con fuerza el cordón de la nuca para no comprometer su glándula
pineal.
Vuelve a clase, y dales un cogotazo a los que se fueron a casa felices por tu recaída.
El blanco más puro nace en el cimarrón y se extiende por las llanuras de la madre
África.
Ogbe Yonu surgió en el mundo siendo Albino, su madre tan linda como el Cacao,
debía ocultarlo, pues los diferentes lo pagan caro, entre el rebaño o las multitudes.
Ogbe no podía ver el sol era demasiado sensible, para su madre es sagrado, aunque
para los brujos de su pueblo fuera un anatema. Corriendo con el riesgo de ser mutilado
en ofrenda a los dioses, ella lo escondía de la población, ya que una sola boca abierta y la
algarabía presionaba la felicidad de su hogar, su familia: él y ella. Un mundo, una sola
madre.
Ogbe Yonu intenta salir de su casa en Mogadiscio, Somalia, empero recuerda las
palabras de su sol eclipsado: ¡Si sales del hogar, te pueden raptar los militares para
experimentar con tu cuerpo o los brujos de por aquí! Él interioriza.
Ogbe Yonu logra hacer amistad con una niña, y desde la ventana de barro, todo
cubierto de trapos, se oculta con que es musulmana. Logrando solo asomar su vista.
Nasha sorprendida, necesita mirar su rostro. Y él dice: ¡no puedo cumplir tu petición!
Anda no me burlare de ti. Tienes unos hermosos ojos y ocultas el resto de mí.
Alegaba Nasha. Eres injusto.
Ogbe Yonu juega con el chivo que su madre obtuvo cuando la última familia que
coincidía en su vecindad, se fue por falta de alimento.
Ogbe es muy educado a pesar de no saber jamás lo que es una escuela. Valora su
existencia, aunque está condenado por la sentencia de los brujos, y por su diferencia.
El maestro enseña su amor a la sabiduría y fomenta las bases para influir en los
estudiantes profundamente.
El campesino labra la tierra para adquirir los alimentos y nutrir la vida desde la
creación en sí misma.
El artista hace crecer los sentimientos más nobles en las personas, describiendo la
belleza que nutre el porvenir en las relaciones.
Todos tienen su misión, son creadores de la sociedad humana los aquí nombrados,
el mayor respeto, ya que ellos representan a la patria en la que has nacido, siendo la
facción trabajadora la que ha permitido el mundo y sus hazañas.
Nipón Feudal
Año 300 después de nuestra era, Japón se encontraba revestida del poder ejercido
por la familia Imperial, en la dinastía Yamato. Incontables revueltas cercenaban a las
divididas poblaciones rurales. El campesinado sufría los imprevistos malestares
populares, el pueblo sufría los imprevistos malestares populares, el pueblo tenía la Fe de
esperar una respuesta divina al problema ocasionado por el lord.
Los casos orientales aguardan la calidez propia de la isla, los peces multicolores
son un capricho y lujo de las familias empoderadas.
Ninguna hora lograba ser cómoda los guerreros, aldea que tocaban la convertían
en nada, un sin número de guerras, atesoraban las riquezas de los amos.
En el seno de los samuráis, emergían los renegados, que, viendo el derecho de los
lords y el derroche de las ladys, se organizan para robar lo que les pertenecía y repetirla
entre los pobladores.
Las organizaciones ninjas eran para entonces perseguidas y los monjes renegados
se ocultaban el conocimiento de los grupos inclusive reclutaban a futuros combatientes.
¡No me mates! Señor mi familia necesita sustento, mi hijo menor está enfermo.
Aun así, en los ojos del emperador era necesario ver decapitado aquel hombre.
Hamachi recuerda la expresión del hombre justo antes del homicidio.
Golpea a los centinelas de las puertas principales y avienta a los que vigilan en las
casas de campaña.
En el largo camino recurre a los monjes renegados. Allí da clases de grafía y del
arte poético japonés además del uso del ninjustsu y uso de las espadas.
Una tarde es apresado por los oficiales del ejército de la prefectura de Yamato, es
torturado hasta llegar al borde de la muerte.
Luego de anunciar mi último manifiesto, uno de los aldeanos lo curan, el ninja decide
escribir todos los tratados en los pergaminos, organiza a los renegados para enfrentar al
señor feudal, mientras el pueblo sigue queriendo los tributos de su lord.
Lucha de Clases
Un esfuerzo sin jamás olvidar de donde viniste y sin dejar de ayudar a los demás
que han de merecerlo por su sinceridad. Es en el momento más definitivo de nuestro
proyecto que mejor acontece la realidad de nuestros propios esfuerzos en el aprendizaje
y la sabiduría.
Debes decir la verdad al incauto, amar es evitarle todo el dolor. Pero decírsela
desde el corazón no desde la mente, pues esta última solo sentencia al individuo,
terminando sin entender el porqué de esas palabras, lastimando su perspectiva haciéndole
culpable de su propio defecto, al final es el corazón el que salva.
Se cumple que: “las galaxias se unen para destruirse o constituir algo nuevo igual
sucede con las personas”.
Immanuel es un niño que anhela ser matemático, no posee los libros, sus maestros
no le enseñan casi nada en clase, solo le enseñan a contar de dígitos en dígitos. El
muchacho quiere descubrir la magia que habita en él, pero no sabe cómo.
En los atardeceres que son los lugares donde mejor me siento a esperar el próximo
día, anida la inspiración y mi coraje como los relámpagos de señales vibratorios en mi
cerebro.
Me he sentido como un germinado creciendo sin agua, a punta de sol, solo para
producir una pequeña caraota, que indulgencia y yo queriendo producir un granero.
Es esa corriente la que impulsa hacia la caída de una catarata, yo como ajolote,
peleo con todo para quedarme en el mismo lugar, los peces felices, tristes y agresivos, me
observan e incluso se burlan y se preguntan que más resiste.
Es aquí donde más se aprende a ser y dar con las manos llenas de agradecimiento.
La revelación
Es la propensión a la acción más exacta del querer que cuestiona como se puede
saber de la fuente que tiene un individuo en él.
En el pasado los indios Siux sabían que la tierra era redonda, por semejanza con
la luna, también sabían que todo está conectado: una idea central de la ciencia, el corazón
logra captar la intuición en comprensión. Y es la intuición en la ciencia la que desvela
secretos que se descubren porque se entregan a los humanos, de la misma forma que la
lluvia regala a los bosques frescura.
Vivimos en un planeta en el que nuestros dos grandes objetivos son los sueños y
la muerte, en el transito nuestra acción genera sabiduría.
Todo lo que no hacemos con amor es pecado para el alma, amar a los demás sin amarnos
a nosotros mismos, también lo es.
El deseo sin amor lleva a la muerte, el orgullo lleva a la muerte de quien no desea
ayuda por más que lo necesite, el ego es la causa de todos los males y discordia (sentirse
superior a otros es el motivo de todas las ruinas), solo somos especiales.
Todo lo bueno que hagamos por colaborar con el Dharma, generara un futuro
mejor para las venideras generaciones, y para nosotros mismos.
La mística es la flor del loto brillando abriéndose para dar con su fragancia hacia
aquellas que no han emergido del fondo de sí.
Son las 4:30 am del nuevo día con los problemas de las zonas rurales, la falta de
médicos y de escuelas, el embarazo precoz y las dificultades de vivir de una tierra rica
con una población en la miseria.
Luis advenido por circunstancias agobiantes prestaba gran atención a como los
terratenientes cometían sus fechorías en el lugar, algunos compañeros temían por sus
vidas ya que los vándalos estaban organizados para apropiarse de las reservas de alimento,
en orden del dueño de las tierras.
Sin contemplaciones sabía muy bien asumir del lugar donde residen los
abusadores por tanto Luis inmóvil entre las cosechas, decía a sus compañeros que era
mejor dialogar con calma y no elevar la voz allí donde existían grandes desventajas.
Muchachos guardemos reservas para nosotros es mejor repartirlas para evitar que
nuestras familias mueran de hambre, el patrón nos roba y nos exige, es menester nuestro
aprender analizar sus manipulaciones e hipocresías.
Los campesinos junto a Luis se encargaban de un solo hecho, velar a uno de los
agricultores, caídos a causa del homicidio de los amos de la tierra, la sociedad de
cómplices y la delincuencia organizada.
En el mundo los sobrevivientes, los que aman la tierra y a los demás, siendo la
tierra la única que lo merece, están determinados a morir jóvenes, debido al descuido de
como realmente funcionan las cosas, vivimos entre malhechores y entre nosotros parece
mejor evitar el dolor y tomar consejo, nuestra sociedad es inmoral, por más reprimido que
se encuentren los hombres en ella, y total los hombres de poder que escriben y dictaminan
reglamentos jamás se adhieren , pues ellos establecieron las cosas así.
Luis llega a casa y sus familiares están sin vida, incluso entre los mismos
campesinos se infiltran quienes jamás entenderán las causas populares.
Luis llorando amargamente los entierra en el patio de la casa y diariamente espera,
vivir hasta su vejez, si su salud se lo permite, aunque el trabajo le dé una miseria de lo
que entrega a la podrida sociedad.
La tormenta
Su residencia marca lugar en la calle 213 de la ciudad, con tan solo 35 años es
eminente, un erudito con diferentes diplomas por tan prodigioso talento en el manejo de
los saberes y lenguajes, además de una excelsa gama de intervenciones en el área de la
Medicina, toda una autoridad.
Martin no tuvo concubina ni hijos toda su vida la dedico al estudio, sus padres lo
elogiaban por su cerebro, gran admiración causa los hombres, sin esperar una gran
oportunidad, un imprevisto le sometió a la desgracia, sucede que siempre había vivido en
ella, pero no lo sospechaba.
En esta noche solitaria sin ninguna opción permanezco con gran esfuerzo ante el
devenir de la nada.
Hubiera sido mejor saber la verdad desde el principio, para estar prevenido por la
ilusión, que ha precipitado mi ser a un ocaso temprano.
Amo el conocimiento porque he luchado toda mi vida para conquistarlo. Sin servir
de nada ahora.
Solo deseo mirar las estrellas por una noche más y ser capaz de presenciar mi
amor por la existencia, tal cual como el recuerdo que me llena y el sueño del que jamás
despertare.
Martin fallece con una sonrisa, su ilusión termino al ver sus allegados con miedo,
la prominente boca, que sutilmente se despedía agradeciendo al universo y para nada al
hombre. Con la consciencia tranquila de que, en él, su individualidad no marco la
hipocresía pues aquellos que aman son extraños en tierra de nadie.
Las almas en la tierra.
Desde la antigüedad, los pueblos orientales han tenido una gran superstición y un
encuentro posible con seres que deambulan de la mente al mundo material, criaturas
infalibles a la hora de agotar el alma de un hombre, con el objeto de quitársela, de darle
muerte. El nido de estas aberraciones son el miedo que es proporcional a la maldad que
hay en los corazones de cualquier ser humano, su mayor acto es el suicidio, y se consuma
a quienes ya no soportan como se proyectan los seres nauseabundos, oscuros y grotescos
distorsionando la realidad. Estas perversidades ganan vida independientemente de sus
creadores y se advierte de que surgen de lo más profundo de la psique, más si esta
atormentada. El odio, el celo y todas las bajas pasiones, parecen darle forma a lo
desconocido. De nuestro mundo sagrado, actualmente profanado, los reveses y las
abominables sombras, discurren entre las alcantarillas, en la suciedad, entre lugares
contaminados y abandonados. Como si más bien nos quisieran dar un mensaje,
aconsejándonos de que cambiemos, o el mundo será de ellos, y nuestros lamentos y
padecimientos para el próximo siglo serán de abundante locura. Ni los diablos y toda
falacia sobrenatural en las religiones podrán contra el poder que se le está dando a la
oscuridad en todas las regiones del mundo. Y así contemplamos a las malditas tulpas de
la que tanto hablan los monjes budistas del Tíbet. Un día lluvioso, gris y gélido acariciaba
las ventanas del psiquiátrico Sagradas Escrituras. Radames un enfermo mental de 41 años
de edad, abraza sus rodillas, y con mucho frio por los baños helados del sanatorio, tiembla
mientras derrama gotas por todo su rostro, ojos de contornos rojos, tristeza que
empalidece el corazón de cualquier ser humano, y una mirada a lo lejos desde la ventana
de aquella cárcel. Radamés antes de todo ese padecimiento, tenía una familia, desde muy
joven siempre fue rechazado por su peculiar comportamiento de hombre muy existencial,
de vivida correspondencia en abrazar todas las emociones humanas. Su familia decía
apreciarlo, cuando traía obsequios para todos, parecía que amaban más sus regalos que a
su persona, pero bueno así son los que desconocen el alma. Radamés empieza hablar
solo unas semanas después de que le dicen, que han embarcado todos sus bienes, luego
de que sus hijos los jugaran en una apuesta, pero como avispados al fin, nunca colocaron
en riesgo los suyos. Su mujer lo odiaba, decía que era un pendejo que solo servía para
hacer el trabajo de un burro, en una fábrica de chocolates. En la misma ciudad donde
esperaba su lamentable destino. Su esposa nunca habló bien de él, en muchas
oportunidades, mientras hablaba de estupideces y superficialidades con sus amigas, les
comentaba que el abnegado padre de familia, era de mal sexo, que tantas fueron las veces
que tenía que acostarse con trogloditas para lograr estar satisfecha. Radamés soporto
tanto, desconociendo lo que sucedía; en su expediente, siempre hablaban los que le
conocían, que se le escuchaba recitar poemas tristes, mientras empaquetaba los manjares
de cacao. Es como si su inconsciente, estuviera al tanto del entorno hostil en el que
habitaba, y como a todo el que es víctima jamás podrían decírselo, los cobardes parásitos
que lo frecuentaban. A finales de otoño, Radamés tiene sus primeras crisis, se toma varias
pastillas para el sueño, intentando colocar fin a su pesadilla que ya pesaba en su cuerpo.
Y nadie jamás supo del acto, los siguientes días el pobre hombre no va a su trabajo, y cae
en la soledad mientras delira de ansias y nervios sin saber que le sucede, en el hogar sentía
como le consumía toda esa situación.
Una noche mientras se asoma por la ventana, se lamenta de su vida, observa una sombra
que a lo lejos desde la pared al frente de su casa, lo acecha y sin mediar se le abalanza,
tocándole el pecho, Radamés siente dolor, como si alguien le arrancará el corazón,
evitándole un infarto de tan colosal estrés que experimentaba. Pareciera como si su mente
hubiera creado tal creatura para proteger su propio organismo, ya próximo a un desenlace
fatal. En el tormento de tantos años conviviendo con la gente equivocada. Radames
llora y se calma, balbuceando se afirma: no tengo corazón, me han quitado mi amor, mi
alma es transparente, ya estoy muerto. Se sienta sobre un sillón acerca sus rodillas a la
barbilla mientras dice: estoy muerto. estoy muerto. Su mujer entra y observa la escena,
y con una maliciosa sonrisa, se jacta de decir: lo que me faltaba ahora se ha vuelto loco,
este inútil. El shock del demente no le inquieta para nada las palabras de la víbora que
le llevo a la ruina y la muerte psíquica. Y entonces la desalmada mujer llama al
psiquiátrico cristiano evangélico por nombre, y les comenta: Recojan a este loco de
mierda.
Llegan los enfermeros, lo amarran, el pálido hombre, no pone resistencia como quien
dice, desde hace cuánto ya la he perdido. Le inyectan una droga, dos de sus más lejanos
amigos le lloran, le llaman y aquella despreciable mujer no contesta. Los hijos, se fueron
de rumba y apagaron el celular. Los amigos cercanos, se decían mientras charlaban: Tarde
o temprano tenía que pasar, Radamés era un rarito. Nadie fue auxiliarle. Y así volvemos
a ver a Radamés que viendo las tulpas bailar frente de la ventana en el psiquiátrico,
escucha una voz profunda, salida de sus entrañas, como un leve destello de cordura.
Radamés escúchame soy tu yo “el amor no se pierde, siempre nace uno nuevo cuando lo
expresas, y no estás muerto, tienes más alma de lo que crees, cuando empieces a expresar
tu amor, sin pregonar que lo es, empezarás a entender de qué trata tener alma”. No
escuches a las bestias de la sociedad, ellos no pueden crear nada nuevo, ni saben que
tienen alma, son solo imbéciles, que no se pueden burlar de ellos mismos. Porque tienen
miedo de sentirse imbéciles. A lo que Radamés sonríe y piensa: No hay nada más loco
que escuchar la consciencia, pero no existe nada más sano que hacer de uso de sus
consejos. Pues ella es cordura entre locos. Y los locos no pueden apreciarla. Se levanta
del sillón y sin pensar agarra el teléfono del lúgubre cuarto de hospital en el que se
encuentra recluido y llama a su doctor. Diciéndole: ¡Yo a usted no lo conozco, pero quiero
irme de aquí, no sé qué hago aquí, este es el número de mis mejores amigos! ¡Llámales
que quiero verle! A lo que el doctor dice a las enfermeras: parece haber progresado con
las drogas. Seguro tiene lapsos de esquizofrenias, que se pueden tratar con medicación.
Vamos a verle. Al entrar al cuarto pueden ver a Radamés peinándose y llorando frente
al espejo. ¡Qué feo estoy! El doctor empezó a sentir que era verdad su progreso, que
había que tratársele, para evitar recaídas. Dos años pasan y el hombre triste de Radamés
ya no existía, era más contentó y contaba historias y chistes entre las enfermeras. Una
primavera después de este suceso, Radamés se montaba en un tren para verse con sus
amigos. El doctor había declarado ante sus otros colegas, que él no cree en milagros, pero
que ese hombre había dejado de ser la sombra de lo que el observó, y ante el concejo
medico explico: Ese individuo no necesita medicación, el resiliente con toda su voluntad
dejo de tomar las pastillas y no necesita más medicamentos, parece que se ha curado así
mismo, tuvo un año sin recaídas. Que mente tan poderosa la de aquél sujeto. Espero verle
de nuevo.
Ataraxia
Una noche tempestuosa, fuertes relámpagos hacen estruendo, visibles a mi ventana, las
gotas caen por el cristal transparente, el trueno anuncia que será para siempre, en eso se
me ha convertido lo más preciado. El grisáceo cielo no permite diferir entre el ocaso o el
alba, mientras taciturno ya no existo para el mundo, irremediablemente veo imágenes
difusas de mi mirada tierna, mi sonrisa afable y generosa, que jamás negó su ayuda a otras
manos. El camino del dolor a nublado tanto y tan grande al corazón sumergido en la
tempestad de las pasiones, allí en el fondo una moneda de oro, luce y brilla
resplandeciendo luminosa y dorada imagen a mi encuentro, solo un milagro incide
mientras las mareas de un cuerpo desgastado se calman y la historia deja de girar para
siempre. No puedo hablar, la tristeza carcome en el fruto preciado de mi alma, una lagrima
se derrama en el ojo derecho y en silencio dejando caer mis parpados, me recuesto en la
almohada, abrigando una mano con la otra, y las mismas pálidas intentando calentarse se
soban, mi rostro inerte, ante mis pómulos pulidos no se remiten a una obra más perfecta
del amor, no sostengo nada, y el sueño profundo me lleva a un lugar donde lo impensable
es real, y lo dichoso es una forzada tranquilidad.
Buda sentado en la piedra, sitial de un hermoso árbol de naranjos, está allí viéndome
desde el ojo izquierdo del hermoso animal, sonríe y una gota en su ojo derecho irradia
con la luz de un astro, imposible de adivinar donde se sitúa. Las ramas se mueven y el
lugar, con el gran paisaje casi escarchado, desprende hojas maravillosas, estaciones que
se encuentran entre ellas, las aves se posan sobre aquel hombrecillo delgado y se dejan
mirar, postradas en sus hombros. Ese señor eleva una de sus manos enseñando la palma,
y con la otra me muestra el manantial que emana entre sus pies, con sus ojos cerrados,
insinuó que, así como él, estoy yo, viendo correr un río sin significado. Allí donde la
realidad es el único lugar que se nos ha dado como descanso, esperando que culmine el
sueño. Ir tan apresurados envuelve toda la magia y le enmaraña como una pesadilla. En
toda la historia del humano, es el humano mismo su gran reto, la realidad parece trágica
y para su mayoría entraña utopía. Pero la verdad es que nadie es de nadie, cada quien es
su propio obsequio, y su soma, el maná es su esencia. La belleza es nuestro clamor, y el
mundo igual es hermoso para quien sabe admirar y ver más allá de una tenue apariencia
que al mover la cortina, depara pequeñas piedras preciosas, que jamás se apagan, aunque
el humo le eclipse. Haz un pequeño paraíso en la tierra y hazle tuyo. La magia es real, y
espera siempre en el mundo de la materia a quien sabe imaginar. El niño no pierde la
magia, es el ejemplo de quien comprende muy bien las cosas. Bendiciones que enaltecen
y esperan conservar ese amor estrenado en el origen.
Me llevan del lugar entre sonrisas y apuros, pues ese mismo día, algunos nacieron para
irse de nuevo a la hermosa tranquilidad de la nada. El mundo real el de la vida y la muerte
entre mezclándose, con alegría y dolor, estremecía mi ser y me fascinaba.
Puedo reclamar el menú siempre que quiera sin dejar propina, una cúpula rosada y un
jugoso pezón bordeado de blanco, era el manjar de mis días, y como un frágil
sobreviviente de la guerra, al conseguir agua, yo no dejaba momento para sentirme más
fuerte. Sin embargo, no aprendí a vivir, y no porque fuera un cobarde, es simplemente
que he sido más sensible ante la invisible verdad.
Empecé a crecer justo allí, ante los ojos de la injusticia, que no era visible para mí, el
pesebre con miles de casitas, tenían sus propios dramas, sus propios sueños, sus
exasperantes tragedias. Decepciones tras decepciones. Dificultades que he logrado
superar, algunas, y otras que me han arrastrado hacia el fango de la realidad. Lástima que
la verdad solo es reconocida por quien la sufre, ellos la conocen, porque la viven, los otros
bailan y se desgastan en sus pasiones, derrochando y presionando la dignidad de quienes
no podrán disfrutar la velada. Le llaman especie humana, pero para ellos, son estos los
protagonistas que se conocen a sí mismos como Raza, por tanto, no te dejes engañar
cuando te hablen de salvar a la raza (10 personas inclusive) humana, eso es lo que están
haciendo, mientras el egoísmo, sigue royendo en el destino de los individuos.
No fui producto del amor, como lo pensaba, fui producto de una relación de factores que
encima uno del otro, me dio como resultado. Víctima del egoísmo y de las contradicciones
familiares. Pero aun así mi situación no podía delatarme, la circunstancia de los instintos,
y de razones manipuladas por el yo, que no admite los errores propios, pero si señala a
los demás. Eso sí fue la idiotez más grande que pude cometer, esperar algo de personas
así, ante una realidad materialmente determinada por la naturaleza por más que el hombre
aspiré que las cosas cambien. La mente como consuelo, ese fue el paraíso que se nos
concedió sin manual, solo con una capacidad de observación y en el desentrañar del
lenguaje.
Dichas y festines, nos conmueven, accidentes y desorden nos alejan unos de otros, aun
así, los seres se reproducen y ganan con ello la responsabilidad que tienen con el futuro.
Ni siquiera con ellos mismos, son capaces de aceptar su propio destino, quieren, pero no
dan a cambio, y si dan es porque ya tienen asegurada la victoria. Eso es el humano. Un
tipo lógicamente acto, e incapaz de comprender a sus semejantes.
Crecí para que, en cada momento, todo me fuera prohibido, menos la perturbación de los
derechos de unos sobre otros, perturbación que escamotea en cada segundo de nuestras
vidas. Luego buscando un momento de tranquilidad, el desgraciado sentimiento de
pérdida, nos asombró a todos, con la partida del hermano mayor. El estrés comenzaba,
sentimientos encontrados, rechazos de amor despampanantes, y una salud desmoronada
por el desconocimiento de mi grandeza, tal que nunca pensó en el yo, pero si en el
nosotros. ¡Que imbécil! El más tonto de todos los hombres, así me reconozco.
Destino que me aguardaba desde siempre y me ha comentado que puedo vivir con ellos
como si no existiera, y así ellos para mí. Esa es la razón social de nosotros, no somos una
gran familia.
Despechada verdad que inunda nuestro patio, mientras sentados presenciamos el cielo
que encima nos cubre. El amor de ella se fue para siempre.
Aquí adulto afligido con un desgarramiento en mi cabeza, hace parecer que pensar no era
suficiente, allí donde las palabras no tienen valor, y su significado ni se siente o se
escucha.
Hallé la respuesta espiritual a semejante problemas, ante quien sufre por amor, ante la
pesada carga de mi persona.
Ya que nadie es el mismo, ya somos diferentes. Cada mañana nos ha transformado, cada
noche reclama la última.
Todo se oscurece, y una gota cae en el vacío generando una onda que se expande a lo
lejos, allí empieza el viaje, un túnel empedrado con enredaderas iluminadas por algún
astro desconocido, del estrecho lugar; por encima de nuestro viajero, las aberturas
alumbran su devenir acercándose aún lugar utópico, digno de cuentos y fantasías de los
pueblos primitivos, donde se hacen notar aquellos hombres antiguos. El jovencito
exclama con osadía: ¡Me he vuelto loco!¡Que locura tan hermosa! y se pregunta: ¿Será la
locura una respuesta natural de todo organismo a una realidad hostil? ¿Será que es una
liberación inconsciente de tensiones ante praxis incoherentes en el mundo? Esto resulta
tan real. A los lejos los arboles inundan el paisaje, grandes manantiales discurren entre
canales que se revisten de una divina flora.
Hombres, mujeres, niños y ancianos lograban divertirse sin ningún esfuerzo, sus sonrisas
emanan una increíble belleza, que se admiran por los ojos del señorito con llantos de
alegrías. Aquellos seres eran de distintos matices. Un mundo sin necesidades hace del
lugar un poema. Entre tanto el primer mentalista accede a una realidad alterna que permite
converger con otras, un mundo donde los pensamientos sobreviven y la consciencia es un
estado permanente, cuando al contrario en la tierra es sinónimo de interés.
El astro irradiaba sobre un templo con mucha fuerza sin producir efectos de calor, en la
entrada es visible la inscripción: “el verdadero conocimiento no se puede usar para bien
o para mal”. Las formas del templo son grecorromanas y dentro de estas se esconde la
gran biblioteca del mundo cuántico, de la autoconciencia de todas las civilizaciones que
han existido en la tierra, el gran inconsciente colectivo estaba en su estado primigenio.
Reinhardt coloca un pie en aquellos aposentos, su ropa dejo de ser la de un estudiante y
se convierte en una túnica blanca con capucha, similar a la que usaban los antiguos monjes
medievales. Sus ojos se asombraron ante majestuoso lugar y maravillados podían ver al
oráculo del templo. Un hombre de relojería notable, en toda su forma, con posición de
meditación y los ojos cerrados. En cada costado de su torso es visible las ruedas dentadas
como giran, sin producir ningún molesto sonido, suponiendo que se encontrasen bien
lubricadas, el espíritu del tiempo le pidió que se acercará. Sus cabellos blancos y su barba
cubrían todo su pie, su muslo y su vientre, la barba caía hacia su espalda y cubría el suelo,
el color de la piel era como la del cobre y los mecanismos podían asomarse siempre que
quisiera mover sus extremidades, o la brisa levantara dejando en descubierto algunas
partes de su cuerpo a causa de la cabellera, esta como una bandera bailaba en dirección
del viento.
Jovencito puedes venir a sentarte y calma tus angustias por estar aquí, son vanas, aquí no
hay tiempo que perder o ganar.
No hables como si supieras mis problemas. Tengo que ser exitoso para vivir y morir
dignamente.
Ese es su problema, han creado toda una cultura del miedo a la muerte que ha degenerado
en un miedo a la vida haciéndola insoportable. La vida y la muerte no son opciones, es
una condición.
Recuerda que soy el tiempo y todos los pensamientos humanos vienen a mí.
Hablo de ti. Eres incapaz de ver el valor de las cosas por lo que son, como ser humano
solo puedes ver el valor de las cosas por la función que estas realizan y por lo que poseen.
Estás aquí para aprender quien eres y lo que debes hacer. Así como no elegiste tu vida, se
te ha sido confiado para transmitir el conocimiento necesario que haga posible que tu
mundo pueda estar más tranquilo y sepa dirigirse, ya que todos los de tu especie están
desorientados creyendo que hacen bien donde hacen mal. Y creyendo que es malo lo que
es bueno. Generando daño a quien no lo merece.
Ah ya veo. En ese mismo momento Reinhardt, se puso reflexivo y cruzando sus piernas
prefirió guardar silencio ante lo que no entendía.
El espíritu del tiempo hizo un gesto de aprobación, diciendo: “si así fueran en su mundo
no hubiese tantos problemas”. No me agobiarán tanto con sus preocupaciones. Siempre
intento mostrarles el camino, y aun así no observan ni dejan de interrumpir en aquellos
aprendizajes que les da la vida.
El anciano levanto una esfera pequeña de diez centímetros de radio, un planeta tierra en
miniatura, de pronto surgió de ella una luz azul celeste, y cubriendo toda la sala rocosa
llena de cerámica con acabados de gran hermosura, se proyectaban hologramas con
inscripciones antiguas por toda la pared, con símbolos alquímicos y figuras geométricas
desconocidas para el aprendiz del tiempo. Todo el salón del anciano era un planetario. El
anciano como mendigo que ve comida, sostenía la esfera, se tocaba su barba blanca y sus
cabellos blancos hacía de túnica a la vez que cubrían sus pies y extremidades,
protegiéndole del frío de su ser metálico. Sus ojos miel ahora azules por la luz de la esfera
parecían guardar los secretos más profundos de la existencia.
El vejete señala el lugar de donde proviene el muchacho. Le dice la pequeña Venecia, una
geografía y un destino muy interesante como de gran envidia para todas las tierras, el
maltrato que ha recibido tu tierra es por su grandeza, mientras más maravilloso es algo
más se le ataca.
Escucha Reinhardt La sociedad que ha creado el ser humano es una sociedad parásita,
toda la riqueza, fama, poder, reputación y prestigio se sostiene sobre un huésped
moribundo en la agonía y el desamparo de trabajar y ser dominado hasta su muerte, con
la imposibilidad de no tener ningún papel transformador en la historia, su único rol
transformador es el trabajo y por esa misma razón lo odia, pues hace de él un autómata,
que le impide su función como pensadores y creadores.
Los parásitos quieren hablar de humanidad y sostienen el crimen haciendo silencio de los
problemas, estos parásitos han creado toda una cultura de dominación que hace de la
sociedad como un organismo viviente, la tierna imagen de un organismo enfermo. La
solución que desean imponer es la de matar al huésped o conseguir algo mejor para
abandonarlo y que termine de morir. El parásito quiere independizarse del huésped, y lo
excluye de las riquezas que el huésped ha producido. Este parásito tiene siglos sintiéndose
importante, cuando entre animales los hombres no deben sentir ni orgullo ni vergüenza
unos de otros, peor aun cuando las soluciones que se plantean son la de las bestias,
arrasándose con todo. Los pensamientos del parásito se inclinan al crimen y el asesinato,
y con versatilidad se encubren dentro de la idea del amor y la bondad, peor aun usando la
sagrada racionalidad. Su consciencia es como tú mismo has entendido: el interés y la
hegemonía sobre las formas de vida. Todo un monstruo que no tiene razón de ser y por
tal razón no debe existir. Son parásitos porque sus acciones son las de absorber toda la
vida de la sociedad por su riqueza, y desamparar al huésped del que se nutre su existencia.
Un mundo de semejantes actitudes es locura e irracionalidad en su esencia, detrás de ella
solo existe la guerra y la muerte.
Reinhardt con cara de asombro, y temor pensó. En sus reflexiones cabía la idea de que
los individuos se dañan entre sí, y la idea de dios y el diablo disimula muy bien el
panorama histórico.
Anciano me han engañado… Es terrible. Así advertía el joven con el ceño fruncido.
Pude leer tus pensamientos y has razonado correctamente. Lo que sucede en tu mundo no
es visible a la vista, todo es planificado y de ello se guarda silencio, el poder es eso y en
ello están involucrados religiones como los cerebros que originaron esto, ideologías,
doctrinas, grupos delictivos, políticos, escritores, científicos, en fin, seres humanos que
se benefician de esta injusticia. Que está llevando a la autodestrucción a todos, y que en
su debido momento solo logrará la guerra a muerte entre los intereses de quienes teniendo
poder aspiran sobrevivir.
¿Qué puedo hacer anciano? el niño con rostro de tristeza murmura para volver de nuevo
al silencio.
Simplemente estudiar, meditar el problema con calma y madurar, pues la vida no son unas
vacaciones, este envuelto en un problema que es problema de todos, y el pensamiento,
aquella sagrada herramienta es parte de la solución. Dispón del problema bien, pues en el
mismo está la solución. Recuerda que ustedes mismos son el problema. Solo se entienden
si sus intereses son iguales, y solo se unen para destruirse o crear algo nuevo.
Anciano muchas gracias por la sabiduría realmente nos conoces más de lo que imaginaba.
Yo puedo escucharlos, pero no puedo vivir sus vidas, incluso fuera de su condición no
puedo existir, si acaso en su mente, que rompe tiempo y espacio accediendo todas las
dimensiones, entiéndeme yo ni cómo ni bebo, ni tengo necesidades, mi mayor condena
es existir desde siempre y mi única solución es crear lo que soy, tiempo. Igual que ustedes
en la tierra solo pueden crear lo que son, y conocer lo que eres eso es difícil. Yo he existido
siempre y como tú no puedo recordar desde cuándo, aunque ustedes viven una fracción
de mi tiempo. Mi maldición podría ser existir, y eso solo sucede cuando dejo de crear,
dejar de crear me condena, dejar de crear la condena a ustedes, y los contamina.
Es de saber que son la creación en sí misma, y eso es valioso, aunque sean inútiles. Todo
está conectado, por más que sean seres limitados en una mente binaria. Algún día
alcanzaran sus sueños y si no lo logran, al menos sabrán toda la razón de porque no lo
lograron.
Entonces la vida es un reto esa es la condición. Y la muerte es dejar de ser, pero ella no
es una opción por más feo y difícil que se torne el reto. Piensa Reinhartd.
¡Así es pupilo mío! Impresiona lo rápido que aprendes. La muerte no debe ser pensada,
porque igual que el futuro no existe y cuando suceda no podrás sentirla porque dejarás de
ser y de sentir. Y recuerda en el universo todo está en constante cambio, mi costal de
átomos, la muerte es cambio de estado, el universo sigue en constante creación.
El anciano le da vuelta a la esfera y deja la conversación, la luz proyectada vuelve dentro
de la figura, la coloca en un pedestal. Y vuelve a sentarse. Le dice al joven: cuando
llegamos al mundo llegamos a un desierto sin brújula luego vamos dependiendo de hacia
dónde caminamos si salimos del desierto y conseguimos un oasis, del que nutrirnos,
existen seres humanos que jamás consiguen el oasis fuera, en el mundo exterior por más
que deambulen, y dejando de divagar consiguen el oasis en ello mismos.
Templo del tiempo le dice la gente, yo le digo templo de la sabiduría, sin este lugar yo no
sería tan feliz y sin ti hermoso estudiante no sería dichoso. Realmente aprendo mucho de
ti, cuando me escuchas, te escuchas a ti mismo, yo realmente solo he dicho lo que has
querido oír, si no jamás me hubieras encontrado, y nunca nos conoceríamos. En este
instante eres mi tiempo y mi sabiduría tú, sin ti no habría referencia y posiblemente no
existiría. ¿Nunca te has preguntado que sin los demás posiblemente tu no existirías?
¿Quién podría notar tu existencia? Si nadie existiese.
Estimado señorito eso es lo que pasa conmigo. Por eso quien viene a visitarme me hace
feliz. No es bueno saberlo todo, ni responderlo todo, porque empezamos a dudar de
nosotros mismos. Yo no puedo hacerlo, empero, si ustedes dejaran de existir en cualquier
lugar del universo, mi existencia como tiempo estaría en duda. Y así sucede con todas las
cosas que su mente es capaz de pensar y de consolar en sus vidas.
No existen razones para explicar la dialéctica del mundo, la dialéctica posee en ella la
semilla de la acción para transformar el mal que se causan con el egoísmo en el bien de
una vida más justa.
Se acerca a los grandes pasillos de la entrada principal, observa una cascada de agua que
surge de una pared y se filtra en la tierra. Mira por las grandes ventanas la luz del sol,
deslizándose en polvo de oro que cubre en lo profundo del templo. A lo lejos el tiempo
con su letargo sin tener que darse cuerda, ensimismado y continuo, parece contemplar
dentro de un sueño los designios de todos los mundos. Reinhardt mira en el techado del
templo, cual capilla fuese, inscripciones de siglos en espiral que en su centro poseen una
escritura más diminuta para perderse en el infinito, como para decirnos en que momento
el tiempo se quedó varado en aquel lugar. Todo lo antiguo, le hacía digno de un museo,
pero su grandeza es indicada en que, en aquel remoto lugar, es la imagen con monjes que
concurren y dialogan sobre cultura e ideas sin ninguna preocupación. Sonriendo piensa
el novato mentalista en esas cumbres astrales. Solo hace falta que la creación diga aquí,
hágase el café y se hará la luz en mi corazón. El sabio en voz baja comenta: solo te falta
que extrañes el pan, intelectual de cafetería. Soltando una breve carcajada.
Este lugar es hermoso, aquí te quiero, sabio espíritu del tiempo, en el mundo real odio
que seas mi verdugo. Refunfuñaba el chico.
Me alegra que estés feliz de estar aquí, y que puedas obtener experiencias valiosas, pero
no olvides de donde provienes para que no confundas lo que eres. Dice el viejo.
¡Me confundes! Anteriormente has dicho que aquí mi noción del tiempo no existe. Y
como lo eres tú, hazme saber cuándo regresar.
La gente odiaba a Manuel, después de unos días de ser pastoreados en las palabras que
retenían el legado de Moisés. Sin otra cosa que él infortunio, nuestro Nietzscheano
sentenciaba con sus pensamientos a todos sin excepción. Manuel al día siguiente decide
montar un toldo, y coloca una mesa, con un equipo de sonido de casa, música cultural con
que desborda la crucial antesala que inicia el odio y la guerra. En la mesa estaban a la
venta todos los libros que pertenecían de su propiedad cuando empezó la carrera. Utopía
de Tomas Moro, los escritos de Marx, las tesis de Spinoza, los pensamientos de Descartes
en antología. El zarathustra y el anticristo. Y para la curiosidad del que manipula con la
palabra de Dios, anticristo esa fue la palabra que justificó los daños colaterales. En la
tarde, el evangélico se posiciona en la esquina de la plaza con unos hombres conocidos
como: La cara del crimen, les entrega un dinero, y los maleantes, se preparan. El canalla
con su biblia bajo el brazo apura el paso y se pierde entre los transeúntes. Los trogloditas
como un huracán hacen añicos el toldo. Les disparan a los libros. Y revientan el equipo.
Dicen: mira maldito, el próximo vas a ser tú al que vamos a quebrar, vete de esta mierda.
La cara de terror del filósofo se convirtió en el semblante de Kierkegaard al escribir sus
libros sobre el vértigo y el existir. Un rostro de tragedia lo arrastraba hasta su hogar.
Además de que perdió tiempo, material y dinero, pues se le llevaron el capital de las
ventas. Una semana después, los salmos irrumpían la noble tranquilidad, mientras al
igual que esté las palomas se cagaban el busto ecuestre de un héroe de la patria. Manuel
pasaba por el lugar, y el buen dador de la palabra, hace una sonrisa y dice en voz alta: Eso
les pasa a los que blasfeman a Dios. El joven pensador anhelaba golpearlo. Y conteniendo
la rabia continua su camino.
Abriendo la puerta, la policía se muestra con una orden de arresto, el joven no podía hacer
de sus artificios de sofista para zafarse de la autoridad y con esposas en las manos, se lo
lleva la patrulla. 48 horas más tarde, tiene que comparecer con el Juez ante los tribunales,
pues uno de los comerciantes del negocio dio información sobre su persona y dirección.
En la corte Manuel no tiene abogado, decidiendo usar allí su talento de pensador para
defenderse, testigos que nada habían visto, en un ambiente de chisme, dicen que él era el
asesino que tenía azotado toda la zona. El pastor: lo acusa desde uno de sus asientos, lo
extraño es que ahora no habla de dios porque en el recinto no hace prodigios ninguna
deidad, más bien solo defiende su posición como un hombre de honor y reputación.
Diciendo: ¡aquí señores ven ante ustedes al cruel pistolero, la sociedad no puede permitir
que hombres de esta categoría puedan respirar el mismo aire que los inocentes,
especialmente cuando nuestros hijos, corren peligro con su proceder en la zona!
El juez pide que hable el acusado. Manuel sin necesidad de hacerse el importante y con
molestia de ver el profeta de Gomorra hablar. Dice: jamás, quise forcejear con ese
hombre cuando venía a robarme o asesinarme, mejor investiguen a quien acusa, en la
plaza que administra, existen muy buenos artículos profanos a la cristiandad de los santos,
a mí me dañaron mi toldo y me robaron dos hombres y entre ellos uno es la víctima que
buscaba terminar lo que había empezado. El juez decide que el acusado tiene por cargo
de asesinato treinta años de prisión. Manuel levanta su mano como un escolar para pedir
permiso y hablar, la sala atónita se encuentra y su voz reclama: objeción ha sido en
defensa propia. Y si halé el gatillo no fue mi intención, en todo momento pensé que la
víctima era mi persona, podré ser yo el autor manual. Y como filosofo que se respeta
deja la preguntad ante todos los presentes, ni siquiera Sócrates se le hubiera ocurrido
semejante argumento para salvarse de la Cicuta y defender su verdad: Es cierto que me
acusan, entonces ¿Saben ustedes quien es el autor intelectual? Todos se miraban los
rostros, el pastor ya ni hablaba y de su frente un sudor frío humedecía la tela en su camisa.
El juez pregunta: A ver, dinos tu joven, ¿Quién es el culpable que pensó el homicidio?
El pastor dijo: No cállate, no digas nada. A lo que responde el doctor en filosofía,
abusando del existencialismo que conocía: Los autores intelectuales de la muerte de ese
sujeto son sus padres: al darle la vida, así que exijo disminuir mi condena, si tengo culpa
de haberme defendido. A de ser un bien por los muchos inocentes a los que sin intención
alguna hice Justicia. En la sala, se rompe el silencio para terminar en carcajadas, la
gente comenta: que hombre tan payaso y continúan las risas haciendo su eco en el
ambiente. El pastor tiembla de miedo en el suelo, y el jurado decide que se levante la
investigación ante el nuevo sospechoso que conocía a la victima de este extraño suceso.
En la sala un inspector por orden de comisaría pide al Juez palabra. Derecho concedido.
Le dice el Juez.
Manuel piensa: Esto es puro teatro, los policías viven de las vacunas y son cómplices de
la venta de droga, los jueces están al tanto de esto, empero es necesario un pendejo al que
pueda inculparse todos los delitos. Pero ese hombre no soy yo. Que suerte he tenido.
Se levanta la Sección dice el juez. Este hombre es dado por libertad condicional mientras
se resuelve el caso.
Hernández vuelve a casa, con una experiencia innecesaria pero grata. A los días los
policías le llevan la orden de que esta libre, y su acto le es validado en defensa propia.
La información prestada por la tortura del sospechoso da con otro de los bandidos de la
zona, que sin mediar palabras dijo toda la verdad a cambio de que le disminuyeran la
condena, y se le colocara en una celda individual.
Un lunes haciendo un clima cálido y con leve llovizna Manuel camina por la plaza
dirigiéndose a una tasca para comer, no presume nada, aunque la gente lo ve
(despectivamente), y en sus ojos se refleja la curiosidad por el paradero del profeta. Ya
que, en su ausencia, otras bocas predicaban la palabra.
OVNI
Imagínate un día gris como esos que refrescan la tarde. Y presta atención:
Dama
Delgada rosa sin espinas, belleza tenue de agosto, tiempo lluvioso y tranquilo, cándida
eres ternura, los pétalos son como tu sonrisa simple y orgullosa. Apacible magia presente
de un corazón que todo lo sabe, mirando el abismo me encuentras, inalcanzable cima que
posas. Fotografía risueña juventud irradia en tu rostro, necesidad de amores intensos que
se desbordan en ti más allá de los odios. Pausado el juglar declama y como un loco te
acaricia, te sostiene y suelta entre el jardín del que eres parte. No puedes comprender el
bien de tu belleza, lo valiosa que eres, para el botánico que soy mientras alcanzo a
divisarte, riego mis ideas en tu promesa, musa del atardecer, captas con valor lo
desconocido, de los que sienten y se desbordan, porque no le cabe el corazón en el pecho.
El botánico se sacrifica diariamente para verte brillar en el gélido viento de diciembre
cuando te sierras en ti misma. Para deslumbrarnos en enero. Dama eres una Rosa, vales
más que un paisaje para quien jure quererte.
Oda A Paracelso
Fractal
En el mundo de las ideas, me senté a escribir, junto a una fuente y me albergue, sacar
lápiz y papel, el cuaderno reposa en mis rodillas, verde grama bajo mis pies, anoto la
primera palabra que en un pensamiento imagine: El fénix va a surgir aquí, no es ordinario
o común, es fuerte y calmada su presencia, ignoto para quien no ve magia en la creación,
esencia de cuentos de caballería. Sale del papel que no puede aguantar el caudal de fuego
frenético, palpito de mi grafito. Fuego inclemente veranea el mágico animal de sueños y
embrujo, típico pico enjuto, raspado y largo agarre, alcance de patas que me tocan en mi
hombro, sin llegarme a quemar. Vuela alto compañero, más alto que el águila, lleva mi
alma al sol, mi padre le necesita, siempre estuvo allí dándome calor, tu viajero, radiante
y fascinante, despliegas tus alas e incendias las praderas donde nuevos frutos verán
retoñar. Tu que vienes del sol y accedes a un portal para esta dimensión que mi lápiz
traza. Nuevamente, mientras haces tú cometido, cierro los pliegues, coloco mis manos
sobre mi cabeza, y mirando al cielo vuelvo a descansar.
Verdugo.
El coloso nos mira, su osamenta es de cobre, y un reloj de arena tiene entre sus manos.
Pregunta: ¿cómo aprovechas tu tiempo? Sin dejarte de mirar, sin espabilar te observa
atento. Dice: Te amo soldado de mimbre, en tu combustión danzas y haces, gritas y
escuchas. En el deambular luchas como luchan todos, los amos porque en sus nombres,
la materia se hace sujeto, anunciando al ser humano el creador de todo esto.
Fenoménico
Ian mueve un brazo, y levanta sus parpados, como todo un amanecido, se da cuenta del
polvero, porque toce con fuerza, no oye a nadie, pregunta: ¿dónde estoy? Entre la ventana
se ilumina por un orificio de las persianas, un rayo incipiente de energía. era exactamente
las 5:30 pm de la tarde en la clínica, el reloj digital no falla con su exactitud. Ian se saca
la bata arrugada desde su trasero, se sienta en la cama, coloca un pie al suelo, sintiendo
un frío de nevera que le obliga a subirlos e introducirlo en la sabana. Agarra dos bolsas y
se las coloca en los pies, abre la puerta del dormitorio, y no oye nada.
Sale del hospital y no hay tráfico, el relieve ha arrasado con la calle y el terreno ha sido
tomado por las enredaderas formando un bosque.
El viento sopla con fuerza la brisa del norte, gélida. Enfriando sus manos y brazos, que
abrazados uno con otro y manoseo con manoseo, eran impotentes para generar calor,
Caminaba encorvado con las manos en su boca para calentarse con el aliento, bajando la
primera cuadra del hospital.
En eso escucha en los callejones, entre las casas juntitas, una voz que le llama: Iaaaaaaan,
leve y aterradora de Ultratumba.
¡Ay carajo! Estoy muerto y he venido a parar al mundo subterráneo de los espectros.
Pensaba el muy tonto.
Iaaaaaaaan. Allí se imaginó todas las películas de magia, conjuros, exorcismos, chuki y
toda esa basura postmoderna que no caga a nadie. Pero esa voz le recordaba a la del sujeto
calvo, que perseguía al chico con el rayo en una parte de su frente. Para que fue eso, el
carajito de 22 años pega una carrera sin saber a dónde se mete, pues no hay nadie que lo
auxilie.
Toca los timbres de las casas y no suenan. Mira por un ventanal un almanaque y cuenta
que tiene 1 día con aquella hambre, abre la puerta y se dirige a la cocina, hartándose de
agua y pan Bimbo con jamón y queso rallado.
Sale de ese lugar y observa que ya son las 7:00 pm. Preguntándose: ¿Dónde voy a dormir
esta noche?
A lo lejos ve salir una sombra de un metro ochenta centímetros arrastrándose desde las
alcantarillas. Y con ella un enjambre de estos entes le vigilan para seguirlo. Ian no se ha
percatado de que es eso, temblando y rezando un Dios te salve maría, pero no hay milagro,
un impulso instintivo le arrebata el momento incomodo, haciéndole correr de nuevo,
dejando la bolsa de pan con el osito tierno de los comerciales. Atragantándose, se mete
uno a la boca y paticas pá que te tengo.
Corre, corre y nada, los desgraciados vienen viento abajo como humo de fumador
compulsivo.
¡Ay chucha madre! Se le salía hasta lo peruano de cuando viajo a lima, a especializarse
en matemáticas.
Se talla los ojos, se pellizca, se muerde los brazos, a ver si es una pesadilla. No surte
ningún efecto. No puede despertar.
Uno de los seres esos dice esto, con voz grave y terrorífica:
"Los humanos joden mucho, solo para sentir miedo, tú vas a pagar lo que ellos hacen, sus
consciencias pelean por la superioridad de opiniones, cuando una consciencia adquiere
poder sobre las otras, si se siente amenazada empieza a destruir a diestra y siniestra, si
uno cede poder a otro de los suyos, en su mayoría padece en su existencia."
Iaaaaaan. Vas a morir desgraciado.
Iaaaaaan.
Ian corriendo por toda la calle, se orina y excreta lo indecente del número dos. ¡Ay dios
mío sálvame!
Iaaaan.
Al final el joven no puede más, y rueda por el pavimento. Las sombras se lanzan sobre su
cuerpo. Es para pensar que le han matado. El chico se despierta en el dormitorio de los
pacientes, se mueve y manotea a la mamá inconscientemente, que vigilante. le dice:
¡Iaaaaaan Iaaaaan Iaaaaan!
Mamá, vale déjame dormir me vas a matar de un susto. Culminando aquí con el terror, el
horario de las visitas.
El Mito Supremo
Al final los pálidos recuerdos de una vida y diligencias sin hacer, propósitos jamás
llegados a buen término, nunca se olvidan, prestándose para siempre en el corazón que
les encierra.
La mente humana es un foco entre la noche más oscura, su cuerpo se disuelve en el vacío.
Lo primero en apagarse es el foco. Pero quien puede decirnos que dicho foco no pueda
encender en otro lugar, como una llama que vibrando muy bajo, volvió del ensueño a una
realidad alterna.
Las partículas más elementales pueden estar en todas partes de este mundo sin Dios,
teniendo como él, su infinito plano donde las pequeñas rebeldes hacen lo que les plazca.
Mi consciencia es un cetro superior a mi cuerpo, las cumbres de las cumbres, que se abre
de portal a otros mundos, el motor de la imaginación se le rompió un engranaje y ahora
gira y gira para perderse rotando y desprendiendo corrientes sin cesar.
No desperdicies el tiempo en bagatelas, con mis ojos he visto tu grandeza, que no debe
rebajarse en poca cosa.
Este camino puede ser el mejor de todos y a la vez el peor de los infiernos.
Donan Willis, una fuerza en el alma de la medicina, joven de treinta años, delgado y
atlético, de perfil griego, simpático silencioso, alto, de cara alargada y corte militar;
notable atuendo es su bata de laboratorio, zapatos converse, jean y camisa blanca de
algodón. Sujeto de gran atractivo, su especialidad es la cirugía.
Tantos son los pacientes que ha salvado, y en ninguno ha cometido error, en sus
proyectos, es una eminencia. Relegando del modo de vida, jamás podría advertirles a sus
compañeros que no tiene casa, y su hospedaje es un hotel de mala muerte, con una casera
que abusa con los precios del lugar, Donan labora en hospitales públicos y privados, viaja
en metro, y es de gustos muy simples. El drama de su vida, es la muerte de su mujer a
causa del cáncer razón por la que decide formarse, y no hay día de descanso, cinco años
de enclaustramiento, estudiando todo sobre medicina que llegase a sus manos. Su sueño
en honor a su chica es una maquina capaz de curar cualquier tejido.
Todas las noches en su dormitorio tipo estudio, chispas, luces encienden y apagan, un
olor de acero y aluminio quemado impregna toda la vecindad, los vecinos se quejan ante
el condominio del extraño demonio que irrumpe en su tranquilidad. Soldadura tras
soldadura, varas tubulares resuenan en la zona. Altas corrientes precisan un zumbido
catastrófico. La gente cansada contra esta copia barata del doctor Frankeistein solo
necesitaba las antorchas y quemarlo vivo. Ni modo, era un perturbador sin oficio según
las Doñas. Aunque nadie se quejaba de las matinés o de los champetazos en la esquina.
Donan se reía de este acontecer, no hay quejas si todos están en la fiesta. Y abre la puerta
de su residencia.
Mira idiota todas las noches haces un bullicio espeluznante, o dejas tu locura o te
mandaremos a desalojar con las autoridades.
Donan: Ustedes también que no me invitan a las matinés. Así yo no les hago ruido.
El Vecino Tomás, malandro viejo de la zona dice: Maldito becerro vas a llevar plomo, pa
que respetes, te voy a quebrar donde te vea.
Donan: Mejor me calló, no vale la pena morir en las manos de un troglodita. Pensaba el
joven científico.
Las mujeres de la matiné: Tomás, vámonos papi. Con esto los embriagados dionisíacos
volvían a sus bacanales.
Imaginaba en las noches más tristes a su princesa escandinava, una dulce mujer con una
sonrisa prominente y de labios rojos cautivadores, a la que extrañaba. Ni si quiera los
brebajes del árbol de noni, funcionaron contra esta terrible enfermedad.
Todos los libros de bioquímica, genética humana, química, biología y química orgánica
estaban abiertos ante cualquier circunstancia que se le presentara, una duda, como
plantear una formula, eso era desde el viernes en la noche hasta el domingo, así el día
lunes a volver a trabajar, especialmente con mayor atención a los niños de la sala
oncológica de pediatría.
Donan decía. Hipótesis evolutiva de la función vital: proceso de átomos que se estabilizan
en las moléculas del cuerpo y así mantienen funcionando los órganos permitiendo el
desarrollo de la vida. Hipótesis 2. Función natural: Es el trabajo o la función que realizan
los seres vivos para mantener su existencia acorde a su ambiente generando un ciclo
inconsciente necesario para la vida terrestre, a la que le llaman instintos. Sin dudas las
preguntas empezaban a dimanar en los planteamientos que se hacía.
Tercer planteamiento: Los enlaces forman moléculas de distintos tipos de átomos, dichas
moléculas generan una función vital que forma a la célula, esta necesita energía natural
para consumir y que siga generando la función vital.
¡Eureka! Si esto es cierto la regeneración celular es posible. Una pequeña manipulación
genética adaptándola a las capacidades regenerativas del ajolote, la iguana y la estrella de
mar, darían con la solución a nuestros problemas. En tanto, podre patentar públicamente
el gel de reparación de tejidos a base de células madres, que desempeñaría la función de
originar tejido nuevo a los pacientes oncológicos.
¡Oh Maravilloso! Decía el brillante científico loco, con aires de un gran orgasmo
intelectual, que preñado de buenas ideas e intenciones jamás imaginaría lo que podía
suceder en la vida real.
Otro de los viernes con sus champetazos por todo lo alto, y sus espectáculos grotescos
estilo viña del mar. El científico empezaba a realizar la máquina. Un tubo de vidrio
gigante para meter al sujeto paciente, tres computadoras con una fuente de poder única,
y una capacidad de almacenaje de 30 terabytes. Todo unido a soluciones de suero
intravenoso, y vitamina con ácido fólico y calcio ultra potente (mejor que calcibón y te
devuelve los dientes). En el lugar introducía perros sin cola, y les dejaba como nuevo con
solo accionar un botón, ya el animal podía mover su espíritu con soltura, era un
dignificado, ante su pasado sometimiento de la que fue víctimas, por los caprichos de las
viejas que castran a los gatos y les quitas las colas a los canes. Regeneró los testículos de
los pobres gatos gordos y eunucos, regeneró a varios mendigos del metro de la ciudad,
salvo a más de uno.
Un día el Tomás: llego tiroteado y decía: no me dejes morir causa. Viendo este que era el
científico, entre llantos decía: mano no me dejes morir, yo jamás quise decirte maldito
becerro. Donan, lo ve con compasión, y le dice: ya te curaré becerro. Y se reía. El
malandro viejo curado, volvió con las rumberas con que se las pasaba y les comentaban:
Papi yo sabía que saldrías de esta, tu eres el hombre más fuerte de esta vecindad, ni si
quiera el larguirucho ese de medico se compara contigo, que no se le ocurra hacer más
bulla.
Mejor matemos al iluso ese es más fácil. Decía el compañero a los millonarios dueños.
Por voces, Donan se enteró gracias a uno de sus contactos en el hospital y decidió apurar
el paso para hacer público el invento.
Donan precisaba, que, si por mala suerte caía en manos de la compañía de seguros
internacional Organ spare parts for millionaires, todo estaría perdido.
En honor a la vida nada se debe privatizar, menos un derecho tan fundamental como la
salud, en nombre del juramento hipocrático hemos hechos lo suficiente y lo seguiremos
haciendo. A sus adentros pensó en ella, la razón de su triunfo. Y culmino agregando: Son
tan grandes los sentimientos, que no me ayudan las palabras para expresarlos, siempre se
enredan en mí y terminan por estropearlo todo. Muchas Gracias.
Entre los aplausos de la turba y las luces del escenario, Donan se baja con la satisfacción
de que el premio le dará de comer y pagar en aquel hotel de mala muerte donde se
hospedaba.
El pléroma
Existieron tiempos en que nosotros los humanos, vivíamos la magia que existen en todas
las cosas, nuestro mundo estaba inmerso de espíritus, por ello para cada cosa pedíamos
permiso y sentíamos respeto. Al nacer y al morir un ser, lo celebrábamos, no existían
deidades, teníamos la lucidez y la fantasía de que todo lo que existía poseía esencia y
valor, y al dejar atrás la existencia consciente (intervalo entre el alfa y el omega de estar),
la misma pasaba a tener parte en todas las consciencias, nos aferrábamos a nuestros
antepasados (sagrados) para ese entonces, y como clamábamos para que nos guiaran por
un camino lleno de felicidad, ese respeto hacía de las cosas permitiendo a cada individuo
sentir amor. La idea del superhombre es una idea espectacular, un hombre que nos supera
en bondad, aptitud e imperturbabilidad.
Cuando eres bondadoso e inepto, sientes odio hacia los demás y lo niegas en ti mismo,
inclinas la balanza hacia el daño y te perturbas. El hombre del futuro al que coloco mi fe
y al que toda creación que realice sea en su honor, generará la nueva sociedad, sociedad
que, si no logra desentrañar con calma el sentido psíquico de la vida y la muerte, jamás
podrá darle sentido a su existencia. Y comenzará de nuevo al terror, el reconocimiento no
importa, más nos reconocen por tontos que por otra cosa, el mayor logro había sido existir,
tener una consciencia en la cual consolarnos y regocijarnos, la misma sin manual, busca
hacia el infinito mediante la observación, con mucha curiosidad la belleza de lo insólito.
Aspiramos que en su debido momento el tiempo de la magia vuelva, que los seres busquen
dentro de ellos la fuente de la soberbia providencia y su humildad sea no más que ser el
orgullo de los antepasados que nunca se fueron, que están allí dejando impregnada la
naturaleza de sus enseñanzas, de su consciencia. Las religiones anatemas nos dividieron
y con sus mitos nos cegaron, déjeme decirle, ¿Cuál es el motivo de creer? La razón de
porque la gente cree en esas bagatelas y fatuos dogmas repugnantes creadas por asesinos
nefastos que consideran que la especie humana no debe permanecer, que solo debe
salvarse una raza, aunque sea de diez individuos, en la que solo serán salvados curas,
empresarios, mentes eruditas u otros hombres de poder, emigrantes hacia otro planeta,
titulándose así con el derecho supremo, porque para ellos la vida no tiene valor, más aun
cuando se vive en un universo caótico y hostil, contra esa clase de egoísmo nos
enfrentamos.
«PARA QUIEN NO CREE EN ESTO», Vivimos en un universo inaudito, razón que hace
todo creíble, universo infinito, inmenso, sin origen ni fin, donde la energía y la materia
son la misma cosa, y el universo no las desecha, donde la vida es la naturaleza hecha
sujeto y es un estado intermedio entre la materia y la energía, consistiendo en un sistema
abierto, retroalimentativo, en que cuando una cosa aumenta en nosotros, su opuesto
interno disminuye para prevalecer en equilibrio. Inclinaos a su talento natural, les hará
felices, y llegaran a viejos gracias a él, si la probabilidad se los permite; en esta vida o
mejor dicho en el sueño de polífilo, recordad que la misma es un sueño, y no hacen faltas
los reconocimientos, para solidarios y solitarias consciencias que se comprenden y se
quieren. No apresuréis tu paso, o enmarañaras el sueño haciéndolo una pesadilla como ha
sido testimonio la mía.
Pongo mi fe, en ese futuro, salva a los introvertidos, cuida de los que sufren, y dales las
herramientas para surgir, pues esas mentes que en su dolor todo lo han comprendido,
pueden crear con sus manos un universo. No contempláis la grandeza de esas almas tan
frágiles y diminutas que con su luz intermitente he visto la creación misma. Llegará ese
día en que ese superhombre vendrá a nuestros brazos, y con su ciencia nos dirá que la
muerte no existe, acabando con nuestras angustias, ese día el egoísmo, ni los sistemas
económicos que los promueven tendrán razón de existir, ese día el llanto será de alegría,
el tiempo se detendrá, y comenzará una nueva historia, la fantasía y la realidad se harán
indistinguibles, y el hombre subjetivo y objetivo podrá permanecer tranquilo en el regazo
de este mundo. Escuchad tu corazón que guía tu camino donde los dioses jamás
intervendrán.
Solo sé que ese día no hablaremos utopías ni distopias, no conformaremos con la verdad.
El animal que todos llevan como un cerbero dormirá con la lira de Orfeo y con los
manjares de miel de Hermes, podrá dormir plácidamente. Gloriosa especie humana
cuando sepas tu grandeza, muy en lo profundo de tu ser, incluso individualmente
reclamaras como un Buda lo que te pertenece en calma y en dignidad. Y eso nadie podrá
arrebatártelo. Cuando la ciencia descubra el pléroma será el reset de las mentes, en un
conocimiento de que todo está conectado.
El monje blanco
Me pierdo en el África, sólida en inmensa llanura y la abrazo, suelo donde alguna vez
caminaron mis antecesores, soy su progenie, me llevo toda la expresión en mi rostro de
la satisfacción de ser completamente humano, me elevo a las cumbres de Nepal y entre la
bruma y la neblina me aviento al vacío, permanezco en el más solitario desierto de Arabia,
la noche me permite meditar entre el frío y la arena mientras me desvanezco. Sin agua,
sin nada me apoyo en la luz de mi consciencia, llama que aprecio acariciando fuertemente
las condiciones que me habilitan mi existencia. Navego por los profundos mares del
caribe y visible son las especies que en ellas habitan, su aposento es mi corazón
maravillado. el niño duerme y juguetea con los colores que ve en el sueño. Insignificante
nada que no puede quitarte el perdón que ya tienes, si te liberas de la ignorancia del daño,
y la ceguera del egoísmo. Juntos y revueltos, solos e inmensos. Perennes vamos
martillando el prejuicio. El justo llora cuando aplasta las flores sobre el pasto en el que
camina, es inevitable, pero su lamento cura las heridas de las pequeñitas. Irremediable,
inalcanzable, los aires de superioridad son el miedo a la nada. En estos instantes
permanezco para siempre entre el ser y no ser, mirándolos mientras mi flama caliente de
una carga pesada que ha sido mi mente me muestra el camino a seguir y aceptar sin
renuencias. Soy el monje blanco que dialoga y ama a la Gioconda, mi hermosa princesa
escandinava, reinando para siempre en mis oraciones por verla de nuevo. Donde danza el
indio entretenido con la música de su corazón, allí donde el budista medita sin prestar
atención a sus pasiones brillando mientras el sol ilumina su calvicie, el templo del
conocimiento absoluto y divino por su belleza, que no puede ser usado por el bien y el
mal, allí están las victorianas conversando, intentando recordarme que el dialogo lo
soluciona todo. No soy una excelente persona, tengo mis errores, mientras mi espíritu
permanece quieto y petrificado como hielo. Yo no aprecio el conocimiento más que tu
belleza, ojalá puedas recordarme desde lo más profundo del infinito. Porque soy el escriba
más antiguo de este planeta y no me siento parte de esta época y de ninguna.
Equivocación
Niels asegura que las formidables experiencias dentro del espacio-tiempo le son
considerables, una mente inerte es el vacío atormentando dentro de la tortuosa
consciencia, magnifico sentido inherente al vivir que hiere profundamente en la decisión
de quien desconoce y escucha etéreo al vivo universo, teniendo de manifiesto una
película, repetida, presencia, imposible de rebobinar a un estado anterior.
A Niels se le presenta una situación de gran dificultad. Dos asesinos amenazan de manera
horripilante a una sencilla mujer.
Niels como toda persona de honor, decide entre tres opciones y una sola condición: que
esa hermosa mujer salga con vida del radical inconveniente.
Primera opción: Golpear al maldito y sentenciar al otro con la multi herramienta que
aguarda en su pantalón, mientras ninguno de los dos miserables se percatan de este como
su atacante.
Segunda opción: Pedir a los malhechores que se no hagan daño a la dama, a cambio les
entrega su reloj, teléfono y dinero.
Tercera opción: hacer lo que todo el mundo hace, pasar inadvertido, y hacerse la idea de
que enviaran un llamado de auxilio a las autoridades, para que lleguen a recoger a la futura
occisa. Pues los aciagos vándalos reclaman a la mujer, en acometer el acto que ansían de
su desbordante belleza.
Niels toma la primera opción, golpea a uno de los bandidos en el cuello, desplomando
toda la ferocidad. El segundo se voltea y le propina tres impactos de bala a quema ropa;
sin tardar un segundo, en el callejón Riner Street, tiñendo de vinotinto el pavimento.
Era el fin.
Optó entonces por la opción numero dos: Hablar con los sádicos asaltantes.
Pedía con un gran alarido recordando desde lo muy profundo con odio, que minutos antes
le habían asesinado. Y entre alaridos y arrodillado se inclinaba diciendo, no la maten,
mientras mentía y lloraba diciendo que era su hermana.
Vuelve acontecer en el mismo lugar, recordando muy levemente las dos opciones que
tomo anteriormente, y su raciocinio le embarga a tomar de nuevo las primeras dos
decisiones, el recuerdo del corazón arremetía contra el desesperado Niels en forma de
deja vi. Iniciando así una imagen difusa de las anteriores muertes. El universo reclamaba
la salvación de un vientre que traería algún valor para la comprensión de lo que permanece
inaccesible aun para nosotros.
Toma la tercera opción y no hace nada por la mujer, los malditos se cansan de que su acto
es insospechado y nadie le toma importancia, quieren llevarse a la mujer, pero esta grita
muy alto... Todos los transeúntes se observan mientras la mujer dice que son unos
violadores, los desalmados se alejan ya que esa acusación es la que más odian. Solo por
eso siguen su curso. Los civiles no hacen nada, y todo vuelve a la normalidad. En el
vientre de la mujer va una milagrosa vida, un posible científico o un poeta. Sin saberlo
Niels empieza a entender que sus dos sacrificios giran en torno a otra vida. Su última
decisión le hace pensar que, si debe estar, debe aprovecharse para un acto mayor que el
mismo.
Todo comenzó con una sentencia, siendo esta una entrada directa al Hades.
Aun con todo lo que se llama amor, fue a parar al infierno. Era la carga más pesada para
los demonios y se mantenía aislado, ninguno le permitía salida de la total y tenebrosa
sombra, con el temor de que semejante carga, pasara a ser parte de ellos.
Allí todo era arsenales, sustancias, placeres, asesinatos, abominaciones, cuadriláteros con
la eterna escena de golpizas voluntarias, apuestas, obscenidades, crueldad desmedida y
sin censura, valor excesivo por el rango, vestimentas extravagantes y prominentes,
grilletes, la libertad a sus anchas para ser malvado. Razón por la que temían de Incent, les
quitaba aquel libertinaje con preguntas descabelladas, que moralmente no tenían
respuesta y estremecía al peor de los peores. Mientras abordaban todas sus actividades en
la luz, donde mejor se ocultaba el mal, Incent tomaba partido por la oscuridad,
reconociendo los fenómenos terrestres, de los que deseaba ser parte. Sentía inútil el lugar
donde la inmundicia. el terror, el fétido olor, los horribles rostros, eran solo
representaciones que no le advertían ningún temor, sino risible gracia y una existencia de
chiste. El absurdo de la superioridad marginada a dañarse a sí misma, sin propiedad para
ganar un sentido. La maldad comparable a su ignorancia, y en igual sentido su estupidez.
Vacilaciones e imbéciles demonios, sobre el velo de una noche sin luna. Para las bestias,
era peculiar que Incent no sufría por nada, no tenía cuernos, cola o coloración Blood. El
lugar temblaba entre el calor más intenso, la constante guerra y discordia, con uno solo
de sus juicios: En el omega, cederán ante el Lord of Lords, volviendo a su unidad y en
cierta medida tendrán mutuamente que ver extinguir su orgullo, en la síntesis del vació.
Y entre el silencio sus consciencias solo recordarán su trágica forma de pensar y como ha
sido una pérdida de tiempo. Las tinieblas no lograban arrebatar la revelación. Su tedio era
no poder apreciar el potencial de sí, en ese lugar tan lúgubre y desgraciado para reclamar
su existencia. Predilección era la suerte terrestre de la que aspiraba tener arte y parte.
Incent no sabía que era, si un demonio, un ángel o un hombre, porque a ninguno de los
tres les gusta reconocer la verdad. Y quien pudiendo contestarla en el recóndito absoluto
universal, no daba signos To Be, un estar misterioso, en silencio. Incent, con sweater y
pantalón oscuro, pálido como la nieve y zapatos negros, deambulaba en búsqueda de
sentido. Infierno temido por diablos y no diablos, en aquel rincón del abismo. Un ser
consumido en la oscuridad, disgusto de claridad astral, indistinguible por cualquier vacío,
la peor de todas las desdichas, aun así, se amaba desde su más profundo dolor,
vilipendiada victima por las manadas de la que no formaba lugar.
En las riñas infernales, las luchas eran libres, siempre ganaba adeptos a su encuentro con
palos, piedras, hachas, espadas, fierro y bombas. Pero jamás discusiones, todos sabían
que sería triunfador, el único que sometía todas las simetrías, lenguajes, conceptos y
emociones. Condenado por esa carga, imploraba al lord ¿Porque? No me odias, pero
desconfías de mí, decía mientras un lagrimal rozaba sus manos y se disgregaba en el
eternal desierto. Desierto que era el mismo, cual sería tan valiente para sentirse en él. Con
una deformación del espacio y el tiempo, un agujero tornaba su corazón a perderse en la
singularidad, gravedad masiva que lo consumía.
Quería al mundo terrestre ir, porque sabía que, en todos los humanos, había un dios
interno, que podía responder todas sus angustias.
Los demonios no le permitían salir del aislado lugar, entre las ultimas pailas, a lo que su
resolución fue simple, si ellos los guardianes del conocimiento misterioso, no podían
responderle su inquietud, eso le permitía abandonar el lugar, y aceptando el reto Incent
obtenía su victoria, con la cuestión:
En África, ve el gran laboratorio toxicológico del sistema mundo decadente, allí se hacen
todas las pruebas radioactivas, biológicas y químicas, para la industria de la guerra y la
medicina, las muertes son daños colaterales, la población decrece, entre las enfermedades
a las que son expuestos, con el objetivo de asegurar sus tierras y riquezas.
Entre tantas visiones comprendió lo fundamental que amaba, a los hombres y mujeres
que lograban amarse en su dolor, aunque no pudieran recibirlo, ni expresarlo, solo al
darlo, había sido un alivio para muchos, al llegar a salvarlos.
Amo mi oscuridad y odio la luz, en ella todo es bueno, pero es mentira, es en la oscuridad
que se sabe realmente quien es quien, me quedo con quienes sufren con quienes padecen
para ir en su auxilio. Mientras decía sobre el vació absoluto semejantes palabras,
esperando de algún recóndito lugar una respuesta de la que obtuvo silencio, el origen no
fue contestado, la situación más desoladora y desgarradora posible, con el vasto efecto
sin sonido alguno. Muy adentro de sí, en el fondo de su ser aprobaba lo que había dicho
y lo asumía firmemente para la eternidad. Exclamando Incent: Aun en la tristeza o la
imposibilidad de cambiar las cosas, amo a quienes sufriendo se han amado, y han amado
dentro de una gran comprensión a su realidad superándola y superándose a sí mismos con
una magna voluntad creativa. Aunque su existencia no cambie para nada, les veo sentirse
orgullosos de su fortaleza. Desde ese momento paso a ser parte de la humanidad. Algo
que el mismo se había ganado.
Cierta mañana es castigado Manuel por no hacer los quehaceres del hogar, se comía todo
lo que había en la nevera y era motivo de coñizas por parte de la madre.
Bueno andando. Ya que en los hospitales o salvan a los ricos parásitos o a los afortunados.
Estoy aquí para guerrear.
A Manuel de siete añitos le enseñaron que siempre debe ayudar a los demás.
Entonces vio a un mendigo y les dio sus zapatos del año antepasado.
Muchacho marico para que regalaste tus zapatos. Le dicen las hermanas. Ayudar es
animar, no dar.
Un día Manuel sale a comprar arroz en la bodega, y un tiroteo lo sorprende con un disparo
en el estómago, el Manuel en vez de lanzarse al suelo y retorcerse como un gusano, se
levanta, va hasta su casa y les avienta el arroz y se desploma lentamente como quien,
rozando con la pared, espera sentar su trasero en un banco.
Agitado le dice a la madre. No te preocupes por mí, Te amo. Aunque nunca fueras capaz
de decírmelo. Hermanas dejad de llorar por mí, que mi reino no es de este mundo.
Las mujeres soltaron su látigo y se convirtieron en magdalenas, tal suspiro de esclavo les
obligaba arrodillarse por su idiota hermano.
Manuel, coño de la madre. Mientras con lágrimas una llamaba la ambulancia, la otra,
tomaba su mano, con fuerza, para no soltarlo. Ya era caso perdido.
Todos los vecinos que, en tiempos hermosos, le daban la basura a Manuel para que las
arrojara al conteiner, cerraron este día puertas y ventanas. Manuel lloraba por haber
perdido su precioso tiempo.
Mientras decía, aquí las cosas no terminan, y dejen de llorar a los caballeros.
Yo se los dije que volvería, que ese día lloronas nada terminaba.
Y para colmo la misma historia se repitió, respecto al trato de ellas con este. El amor es
solo real para los finales tristes. Mientras en su caminar Pepé, las mujeres no sabían cómo
librarse de esa pesadilla. Y yo que pensaba que lo abrazarían fuertemente.