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Discapacidad intelectual y Psicopedagogía

Equipo de Psicopedagogía*

Introducción y de la Salud (CIF) que proporciona un marco


conceptual para codificar un amplio rango de in-
En nuestra labor clínica psicopedagógica, en formación relacionada con la salud, por ejemplo,
reiteradas ocasiones, profesionales del Hospital y de la discapacidad. Dicha clasificación emplea
de instituciones escolares nos convocan para brin- un lenguaje unificado que permite la comunica-
dar nuestra opinión, confirmar o descartar la pre- ción sobre la salud y la atención sanitaria entre
sencia de lo que se explicita como “retardo mental” diferentes disciplinas y ciencias alrededor del
en un niño o adolescente. Tarea difícil cuando se mundo. Esta perspectiva se basa en la integra-
solicita sólo la determinación de un coeficiente ción de dos modelos históricamente opuestos:
intelectual (CI) para confirmar un diagnóstico el modelo médico y el modelo social.
médico u otorgar un certificado de discapacidad.
Dentro del modelo propuesto por la CIF, la
Es así que surgen preguntas, como: ¿cuál es la
clasificación del funcionamiento de un individuo
concepción actual acerca de la discapacidad y
en un dominio es entendido como una relación
la discapacidad intelectual? ¿Cómo se piensa
compleja que se refiere a la interacción entre la
desde el equipo de psicopedagogía el proceso
condición de salud y los factores contextuales
diagnóstico de la discapacidad intelectual?
(ambientales y personales).
Este trabajo constituye un recorte de un
Teniendo en cuenta este marco, pensamos
Ateneo General de la Residencia del Equipo
a la Discapacidad Intelectual desde una concep-
de Psicopedagogía realizado en 2007, cuyo
ción que reconozca al contexto, como un elemen-
título fue: “Un recorrido hacia la complejidad de
to importante en el funcionamiento de las per-
la discapacidad intelectual en la clínica psico-
sonas con limitaciones en sus capacidades. De
pedagógica”.
esta manera, el retraso no estaría en la persona
ni en el entorno, sino que se podría reconocer
en la particular modalidad de funcionamiento
Concepciones sobre la que adoptan las capacidades de la persona en
discapacidad intelectual ese ámbito en que desarrolla su existencia. Ese
particular estado de funcionamiento comienza
Para iniciarnos en la temática, podemos en la infancia.
mencionar que la American Association of
Mental Retardation (Asociación Americana de
Retardo Mental) ha cambiado su nombre por Discapacidad intelectual y
el de American Association of Intellectual and
Developmental Disabilities (AAIDD) (Asocia- diagnóstico psicopedagógico
ción Americana sobre Discapacidad Intelectual
Un diagnóstico psicopedagógico no se reali-
y Desarrollo), cambio que trae aparejada una
za de la misma forma que un diagnóstico médi-
modificación en la conceptualización de la dis-
co. Un diagnóstico psicopedagógico constituye
capacidad intelectual.
un proceso en el que se produce un encuentro
Las primeras definiciones han hecho énfasis con un niño, insertado en una familia, en una ins-
en las características del individuo solamente, titución escolar y en un contexto socio-histórico
mientras que las más recientes, sin dejar de particular. Y, en esos encuentros singulares, se
lado las características individuales, incluyen la irán construyendo hipótesis diagnósticas que
interacción con el medio y cierto grado de res- guiarán las intervenciones.
ponsabilidad social.
Pensar un diagnóstico de esta manera im-
González Castañón señala que coexisten plica pensar qué le pasa a un niño, cuáles son
dos paradigmas en torno a esta conceptualiza- los recursos cognitivos con los que cuenta, sus
ción: el Paradigma del Déficit (hace alusión a lo dificultades y aquellas cuestiones que necesita
que falta) y el Paradigma de la Diferencia (permite para aprender mejor, teniendo siempre en cuenta
identificar a las personas con lo que pueden). una mirada clínica integral. Pensar todo esto es
mucho más que pensar en una simple etiqueta.
En 2000, la Organización Mundial de la Sa-
lud propone el uso de la Clasificación Interna- Llegar a la construcción de una hipótesis diag-
cional del Funcionamiento de la Discapacidad nóstica de discapacidad intelectual no siempre

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Equipo de Psicopedagogía

resulta un proceso sencillo. Cuando se encuentra sólo como objeto de diagnóstico, para encon-
un marcador orgánico (ya sea una lesión cerebral trarnos con un sujeto de deseo y aprendizaje.
o algún síndrome genético, metabólico...) o cuan-
La temática de la discapacidad intelectual
do el grado de discapacidad es muy significativo, reviste cierta complejidad, en la que suele ser
parecería que contamos con mejores condicio- difícil la construcción de criterios unificados y
nes para sostener esta hipótesis diagnóstica. compartidos dentro de las instituciones y de los
Sin embargo, cuando el nivel de “desfasaje” en equipos de trabajo. Pero, justamente por esa
el funcionamiento de la persona en su entorno complejidad, la mirada psicopedagógica aisla-
es leve y no hay factores orgánicos específicos, da no basta, la construcción de esta hipótesis
ingresamos en un campo de mayor controversia. diagnóstica requiere del trabajo conjunto con
Múltiples factores intervienen en el aprendizaje otros profesionales.
de un sujeto, a partir de los cuales es posible
apostar a que algo pueda modificarse y abrir un
amplio abanico de posibilidades. Aspectos del diagnóstico
Otra cuestión por considerar, que se pone psicopedagógico
en juego a la hora del diagnóstico, se relaciona
con la edad. No es lo mismo realizar un diag- En muchas oportunidades, se aprecia cómo
nóstico con un adolescente de 16 años que con algunos profesionales sostienen la idea de que el
un niño de 4 años o con uno de 8 años. En la CI podría funcionar como un único factor deter-
adolescencia, por lo general, no resulta tan difícil minante de la (in)capacidad de aprender. Sin em-
llegar a un diagnóstico. ¿Con qué tiene que ver bargo, ¿será suficiente el CI para diagnosticar la
esto? Muchas veces el panorama resulta más discapacidad intelectual como suele solicitarse?
claro, el “desfasaje” en el funcionamiento de la En relación con el diagnóstico de la disca-
persona en su entorno suele ser más significa- pacidad intelectual, Verdugo Alonso señala que
tivo y algunas cuestiones parecerían estar más es menester tener presentes ciertas premisas
cristalizadas. Por lo tanto, el factor tiempo en el básicas. Por un lado, “las limitaciones en el fun-
desarrollo juega un papel preponderante. cionamiento presente deben considerarse en
el contexto de ambientes comunitarios típicos
Cuando se trata de niños pequeños, que están de los iguales en edad y cultura”. Por otro, “una
en pleno desarrollo, se apuesta a que las intervencio- evaluación válida ha de tener en cuenta la diver-
nes que puedan realizarse generen efectos signifi- sidad cultural y lingüística así como las diferen-
cativos en éste.Por definición, en esta franja etaria, cias en comunicación y en aspectos sensoria-
no se puede hablar de discapacidad intelectual, les, motores y comportamentales”. Por último y
sino de retraso madurativo. Sin embargo, como considerando que, en un sujeto, las limitaciones
expresó la Lic. Fernández, “el diagnóstico de re- coexisten con capacidades, el objetivo de des-
traso madurativo es un diagnóstico con fecha de cribir las primeras es el de desarrollar un plan
vencimiento”. No se puede seguir sosteniendo de intervención, una estrategia acorde a las ne-
este diagnóstico cuando un niño tiene 10 años cesidades que no deje por fuera las habilidades
y mucho menos si tiene 15 años. Es necesario y potencialidades del sujeto.
considerar que, si bien no todo retraso madu-
Por lo tanto, si se pretende que la práctica
rativo luego se termina configurando como una
psicopedagógica esté enmarcada dentro del pa-
discapacidad intelectual, en muchos casos,
radigma de la diferencia, no se puede sostener
según una gran variedad de factores, esto sí
que una persona porta discapacidad intelectual
ocurre.
con sólo observar la edad de inicio anterior a los
Cuando se trabaja con sujetos con una dis- 18 años, el CI significativamente inferior al pro-
capacidad intelectual la apuesta siempre debe medio y el compromiso de la conducta adaptati-
estar presente. El techo no puede estar puesto va al menos en dos áreas de la vida cotidiana, tal
de antemano, ni ser construido desde afuera. como se sugiere en el Diagnostic and Statistical
El aprendizaje de un individuo responde a un Manual of Mental Disorders IV. Circunscribirse
entramado complejo de factores y, desde este a esta forma de llevar a cabo el diagnóstico no
punto de vista, no es posible establecer con cer- ayudaría a poder encontrarse con el sujeto en
teza cuál será el techo, aunque se sepa que tal sí, con su singularidad, con el recorrido históri-
vez exista. La intervención clínica pasa justa- co propio y esas cualidades personales que lo
mente por apostar a su potencial de aprendizaje. hacen único.
Esta apuesta implica no ubicar en primer plano La AAIDD expresa que las tres condiciones
al diagnóstico, poder correrlo de escena (pero enunciadas anteriormente (DSM-IV) sólo esta-
sin desconocerlo), de forma tal que no obture el rían constituyendo la primera de las tres funcio-
despliegue de las estrategias que permitan ope- nes que conforman el proceso de evaluación de
rar. Se trata de no concebir al niño o adolescente la discapacidad intelectual. Si la evaluación se

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Discapacidad intelectual y psicopedagogía

detiene allí, se conseguiría solamente clasificar objetivos de las personas con discapacidades
al paciente dentro de una categoría preestable- o sin ellas, que posibilita el acceso a recursos
cida, adjudicándole un valor cuantificable que e información y que especialmente ayuda a au-
remite a la denominación de leve, moderado, mentar la independencia, la inserción laboral, la
grave o severo. De ocurrir esto último, quedaría integración en la vida comunitaria y la búsqueda
“sostenido”, “avalado” por esa denominación de sus propias satisfacciones personales. Esta
atribuyéndole, de esta forma, al diagnóstico, el instancia implica identificar el tipo de apoyo ne-
carácter de “sello privado y condenatorio”. cesario en cada dimensión, su intensidad y las
personas responsables de brindarlos.
Por esto, la AAIDD propone incluir otras ins-
tancias, otras “funciones” que permitan enrique- Los niveles de apoyo varían desde intermi-
cer la primera y así completar la evaluación de tente (esporádico), limitado (con regularidad y
la discapacidad intelectual (Tabla). por períodos breves), extenso (durante años)
hasta los que se denominan generalizados y
La segunda de estas funciones se refiere a que son de por vida.
la necesidad de clasificar y describir los puntos
fuertes y las limitaciones del sujeto en cada De esta manera, queda evidenciada la limi-
una de las cinco dimensiones que enuncian tación del CI, pues no permite presuponer qué
como: 1) capacidades intelectuales; 2) con- niveles de apoyo necesitará una persona, por-
ducta adaptativa; 3) participación, interacción que, generalmente, las dificultades y las capaci-
y redes sociales; 4) salud (física, mental y etio- dades no se presentan en forma homogénea en
logía); 5) contexto (ambiental y cultura). dos personas diagnosticadas con discapacidad
intelectual y con similar CI.
La última función de la evaluación de la dis-
capacidad intelectual incorpora el concepto de En esta instancia, cabe señalar las palabras
Apoyo, entendido éste como estrategia o recur- de la Lic. Filidoro: El aprendizaje de un sujeto
so que potencializa y desarrolla los intereses y constituye una singularidad en la que “concu-
rren múltiples elementos y tan dispares como la
institución escolar con su proyecto pedagógico,
el tipo de contrato didáctico, la subjetividad del
Tabla. Evaluación de la discapacidad intelectual docente, sus expectativas, sus representacio-
nes del alumno; las características del grupo de
Función 1: Diagnóstico de la discapacidad intelectual pares, las diferentes conceptualizaciones de los
objetos de conocimiento, el niño o el adolescen-
•• Limitación significativa del funcionamiento intelectual
•• Limitación significativa de la conducta adaptativa
te y su estructura biológica, y su desarrollo del
•• Edad de inicio anterior a los 18 años lenguaje, de lo psicomotor, de la inteligencia; su
historia familiar, su posicionamiento subjetivo, el
contexto histórico, social, cultural, político, y la
Función 2: Clasificación y descripción lista continua”. Y todo esto hace al diagnóstico
Identificación de fortalezas y debilidades en las 5 dimensiones: psicopedagógico.
•• Capacidades intelectuales
Por este motivo, en la práctica psicopedagó-
•• Conducta adaptativa
gica que llevamos a cabo, el diagnóstico apunta
•• Participación, interacción y roles sociales
a indagar sobre los procesos de aprendizaje de
•• Salud (física, mental, etiología)
•• Contexto (ambiental y cultural)
una persona y, en este punto, llegar a la cons-
trucción de una hipótesis de discapacidad inte-
lectual es sólo un elemento más entre otros que
Función 3: Perfil de necesidades de apoyo podamos construir.
Identificación de los tipos de apoyos necesarios en cada área,
En el caso particular del diagnóstico de dis-
su intensidad y la persona responsable de proporcionarlos:
capacidad intelectual, el poder conocer y no-
•• Desarrollo humano •• Enseñanza y educación minar estas características nos permite trazar
•• Vida en el hogar •• Vida en la comunidad
líneas de trabajo terapéutico que, como estra-
•• Empleo •• Salud y seguridad
tegia, contemplen la elección y la modalidad de
•• Conductual •• Social
las intervenciones que apuntarán a potencializar
•• Protección y defensa
los recursos del paciente, de su familia y, a su
vez, a provocar la multiplicación y afianzamiento
AAIDD, Verdugo Alonso 2002. de las redes sociales y terapéuticas.

* El Equipo de Psicopedagogía se inserta en la Unidad de Salud Mental del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez” y está integrado por los siguientes
profesionales: Lics. Mariana Bricchi, Marta Caballero, Guadalupe Chanes, Esther Cornejo, Belén González, Belén Kunert, Patricia Logarzo, Eugenia
Maleplate, Verónica Martucci, Romina Pugliese, Celeste Ros Giordano, Luciana Tiscornia, María Susana Toccalino, Paula Ugarte, Ianina Wolff.

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