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Que la riqueza mundial está muy desigualmente repartida es algo que a estas alturas duda

muy poca gente. Sin embargo, cuando te encuentras con una imagen como la que preside el post
es cuando te puedes llegar a plantear que verdaderamente la crisis económica actual no sea más
que una broma pesada que las grandes fortunas del planeta han hecho a las clases medias y bajas.

Basta con decir que el 0,6 % de la población adulta del planeta tiene el 39,3 % de la riqueza
del mundo para echarse las manos a la cabeza: más de una tercera parte de la riqueza del mundo
está controlada por una super élite de apenas 29 millones de personas. Justo por debajo de ellos,
una segunda división de la élite mundial representada por 344 millones de personas (el 7,5 % de
la población mundial) ostenta otro 43,1 % de la riqueza total del globo terráqueo. Sumando
ambos, el 8,1 % de la población mundial posee el 82,4 % de la riqueza del planeta.

Si analizamos la pirámide por la parte baja de la misma las conclusiones son aún más
desoladoras: alrededor de 3.184 millones de personas, el 69,3 % de la población mundial, con
una riqueza inferior a los 10.000 dólares, acumula el 3,3 % de la riqueza del planeta. El dato es
aún más preocupante al descubrir que 4.219 millones de personas, el 91,8 % de la población
adulta mundial, tan sólo acumula el 17,7 % de la riqueza total.

Es obvio que por mucho que pasen los años, avancen las civilizaciones y se acentúe el progreso,
la riqueza mundial sigue siendo controlada por una minoría de personas. El resto, la gran
mayoría de la población mundial, tan sólo hacemos las veces de piezas de un puzzle que
perfectamente encajadas proporcionamos a esta élite la posibilidad de mantener e incrementar su
riqueza con el paso de los siglos. ¿Sigues creyéndote el cuento de la crisis?
Desde que el hombre apareció en su forma actual, hará medio millón de años, prácticamente todo su
esfuerzo y su tiempo lo ha dedicado a procurarse alimentos, vestidos y un refugio donde vivir, y sólo
muy recientemente, hace apenas cien o doscientos años, y en pocos países al principio, una parte de la
población empezó a salir al fin de la extrema pobreza y miseria en la que el hombre ha vivido durante
5.000 siglos. Si a principios del siglo XIX había unos 100 millones de personas que vivían dignamente (el
10 por ciento de la población mundial, que ya es mucho suponer), actualmente entre 3.000 y 4.000
millones tienen cubiertas todas sus necesidades básicas.

El último informe del Banco Mundial calcula que casi 1.200 millones de personas viven
actualmente con una renta máxima de un dólar diario, lo que supone que cerca de la cuarta parte
de la humanidad se encuentra en una situación de extrema pobreza, sin poder cubrir siquiera sus
necesidades nutritivas. El mismo informe estima que, si pobreza es "tener hambre, carecer de
cobijo y ropa, estar enfermo y no ser atendido, y ser iletrado y no recibir formación", el 46 por
ciento de la población mundial padecería estas condiciones ya que 2.800 millones de personas
viven con menos de dos dólares diarios.

Se ha calculado la diferencia de rentas per capita a mediados del siglo XVIII y se estima que la de
Europa occidental era sólo un 30 por ciento superior a la de la China y la India, la misma
desigualdad que existe ahora entre España y Bélgica. Al comenzar el siglo XIX, la diferencia entre
los países más ricos y más pobres del mundo era ya de tres a uno; en 1900, de diez a uno y, en la
actualidad, la desigualdad de rentas llega a ser de 60 a uno. Pero la experiencia enseña también
que es posible abandonar el pelotón de rezagados y unirse a los que van en cabeza, como
recientemente han hecho algunos países del Sudeste asiático e Irlanda.

Actualmente los países con mayor PIB nominal total son los que podemos observar en la siguiente
imagen, puede apreciarse el dominio ejercido por Estados Unidos, así como la progresiva
importancia que está tomando China en la economía global (y que es esperable que se incremente
en el futuro)

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