Sunteți pe pagina 1din 7

Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales

Trabajo práctico para estudiantes


en condición de libre

Cátedra: Análisis Institucional


Profesor: Andrés Borgetto
Estudiante: Carlos Perasso – DNI 35.707.632
Carrera: Profesorado en Historia
Producción escrita monográfica

1) Construya un texto que dé cuenta de los conceptos fundamentales del análisis


institucional planteado por las institucionalistas Lidia Fernández e Ida Butelman.
(Definición de institución, introyección de la ley, componentes, etc.)

2) Analiza la caída de las instituciones y el tipo de subjetividad que se constituye.

3) ¿Por qué será importante abordar, como futuros docentes, un análisis institucional?
Desarrollo

1) El análisis institucional comienza a delinearse con la consecuente


industrialización de las áreas sociales en Argentina como en América Latina,
que configura una sociedad crecientemente industrializada, con una división
del trabajo que requiere de espacios diferenciados (Butelman, 1994:30). El
análisis institucional propiamente en educación es el que aquí nos interesa, y
se vale de diferentes conceptos que atañen a la realidad educativa en la que se
disputan diversas propuestas socio-educativas, o en términos de la
institucionalista Lidia Fernández, “objetos culturales”. Para esta autora, el
término “institución” expresa un objeto cultural con poder social, con la
posibilidad de lo grupal para regular el comportamiento individual, es decir, le
atribuye la importancia de regulador social. (Fernández,1994:17)
Este carácter netamente social de las instituciones también coincide con la
interpretación de Ida Butelman, quien da como ejemplo el lenguaje como
realidad socio-histórica con poder instituyente (Butelman, 1994:23). Y en la
realidad educativa se refiere a la existencia de un “discurso oficial” con un
sistema de normas instituido (Butelman, 1994:26), que es preciso cuestionar y
crear disenso para apartarse de esa universalidad construidas que no tiene en
cuenta la diversidad de sentidos que institucionalmente pueden surgir en el
ámbito educativo, se procura la cohesión y el consenso como forma de
seguridad de ese discurso. Este accionar cuestionador es propio del carácter
político que para Butelman posee el análisis institucional y se dirige hacia el
foco de poder.
Para Lidia Fernández en su uso más antiguo la palabra institución refiere a
normas-valor con amplio alcance en la vida de los individuos.
(Fernández,1994:35) La autora también señala, y a partir de desarrollos más
recientes, “la existencia de instituciones en el nivel simbólico de la vida
social”, a través de la internalización de ciertas representaciones y significados
explicita como implícitamente que operan sobre la intimidad del individuo,
dirigiendo su sentido a lo que consideran “normal y deseable” (Fernández,
1994:36) las instituciones por lo tanto se erigen como custodios del orden
establecido, y todo aquel que se aparte de las pautas de conducta corre el
riesgo de ser sancionado o expulsado, lo que se define como “introyección de
la ley”
La crítica hacia eso instituido, se lo llama instituyente, que la autora lo
menciona como operaciones diferentes de las instituciones y que forma parte
del aporte de las corrientes institucionalistas francesas que distinguen entre, lo
“instituido” (lo fijo, lo estable), y lo instituyente (el cuestionamiento, la crítica
o la propuesta opuesta) (Fernández, 1994:36).
Para Lidia Fernández cada escuela posee un “estilo institucional” que en
alguna medida coincide con el “universal” pero que a su vez constituye un
modo único de producir, producir juicios, resolver conflictos, etc que
caracterizan a cada establecimiento y su concepción institucional, en ese
mundo social que es la escuela (Fernández,1994:41).
Fernández, también realiza un punteo de elementos básicos constitutivos de los
establecimientos, estos serían: 1) Un espacio material. 2) Un conjunto de
personas. 3) Un proyecto vinculado a un modelo del mundo valorado. 4) Una
tarea global vehiculizada por una finalidad y la división del trabajo para esto.
5) Una serie de sistemas de organización que regulan las relaciones.
La interacción de dichos componentes básicos a lo largo del tiempo como
resultado de una serie de productos materiales y simbólicos, es llamado
“cultura insitucional” (Fernández,1994:46)
Estos productos culturales pueden dividirse en niveles de complejidad. El
primero incluye:
-Objetos materiales
-Lenguaje (asigna sentidos propios al lenguaje público)
-Representaciones de distinta figuración acerca de la institución, sus
aspiraciones, fines, logros, valores, tareas, valores y componentes centrales.
-Producciones simbólicas (p.ej. mitos sobre el origen, leyendas, “novelas”
sobre los fundadores)
-Conocimientos derivados de la conceptualización de la experiencia.
-Concepciones sobre los resultados posibles y deseados.
El segundo nivel es:
-El modelo institucional: deriva en parte de los modelos generales. Recibe y
expresa las características elaboradas en la historia propia del establecimiento.
-La ideología institucional: está conformada por la organización de
concepciones y representaciones que justifican el modelo y el estilo que
expresa.
-La novela institucional: es una producción cultural que sintetiza el registro
que se tiene del origen y las vicisitudes sufridas a lo largo del tiempo, haciendo
referencia a acontecimientos críticos y a las figuras de mayor pregnancia en la
vida institucional (personajes, héroes y villanos).
-La identidad institucional: es la definición consensuada de lo que el
establecimiento es, según el modelo institucional, el proyecto, lo que ha sido
(novela) y lo que va siendo según se conforma el estilo.
Este último punto se puede relacionar con el planteo de Butelman de
incorporar como variables de lo institucional lo ideológico y político, en la que
se puede observar el grado de cohesión institucional, como consenso y
disenso. Y la comprensión de ese discurso ideológico, percibe la distancia
entre la institución fantaseada individual y subjetiva y la real, colectiva y
objetiva. (Butelman, 1994:33)
Para ambas autoras lo institucional se va configurando entre las prescripciones
de un “orden establecido” y la posibilidad de una contestación o crítica a dicho
orden.
2) Los autores Duschatzky (2001) y Lewkowicz (2004) coinciden en sus
respectivos análisis acerca de la caída de la institución “escuela”, atribuyendo
la misma a la crisis del Estado-Nación. Para Duschatzky, lo que cae es el
Estado-nación en su capacidad de imponer un orden simbólico y por ende la
ilusión civilizatoria de la escuela que prometía formar un sujeto igual ante la
ley, portados de una moralidad compartida alrededor de los valores nacionales,
de participar del bien común. (Duschatzky, 2001:130) Ese Estado que por
medio de la institución “escuela” erige un orden hegemónico capaz de moldear
la vida de los hombres y forjar un tipo de subjetividad coincidente con los
valores burgueses y una determinada concepción del “ciudadano”, -el
ciudadano es el tipo de sujeto constituido en torno de la ley. Esto se apoya en
dos instituciones primordiales: la familia nuclear burguesa y la
escuela(Lewkowicz, 2004:20)- en un Estado-nación recientemente impuesto
en los siglos XIX y XX, entra en crisis en el siglo XXI, en un contexto
marcado por el mercado y el consumo que forjan nuevas subjetividades y
pierde fuerza la hegemonía estatal y su ilusión “civilizadora”.
Lo nuevo es que la potencia soberana del Estado se muestra impotente frente a
los reclamos o estamos frente a un poder sin autoridad, todos somos
responsables. (Duschatzky, 2001:130) y el mercado libra cada uno a su propia
iniciativa, sin contemplar un proyecto integrador como fue la promesa del
Estado-Nación. Cae la escuela como ilusión forjadora de un sujeto universal, y
con ella surgen nuevas subjetividades y representaciones de los jóvenes
estudiantes como de los docentes y las instituciones educativas mismas. Un
ejemplo es la metáfora de Lewkowicz de referirse a las escuelas como
“galpón” para hacer referencia a la pérdida de lo instituido, del atravesamiento
normativo y la sólo coincidencia material en un espacio, sin cohesión lógica.
En este sentido, la escuela pierde su fuerza instituyente para platearse como
“un servicio” que ya no forja una “subjetividad ciudadana” sino que se abre
paso hacia una subjetividad para el éxito capitalista o ni siquiera, pierde fuerza
como forjadora de cualquier subjetividad.

3) Desde mi subjetividad mediada por las lecturas de la cátedra, puedo afirmar


que me resulta importante como futuro docente un abordaje de análisis
institucional, para plantearnos autocríticamente y en relación con nuestros
colegas docentes, nuestro rol. Teniendo en cuenta un contexto de un rumbo de
país que percibimos que la realidad nos marca, y uno que deseamos, en el que
la realidad educativa sea nuestro centro, tanto en un análisis macro como
micro de cada institución y su propia dinámica. Poder desentrañar el
funcionamiento de la escuela, o las escuelas de la/las que seremos parte,
visualizando un estilo institucional y poder discernir si coincide o no con
nuestro modo de concebir las prácticas educativas, para poder manejarnos en
los intersticios de lo que consideramos válido o no en nuestra formación, y el
poder desnaturalizar el lenguaje, la comunicación, las relaciones que se
constituyen en cada establecimientos, percibiéndolas como propias de una
cultura institucional forjada entre todos los integrantes de la institución de la
que formaré parte.
Creo necesario un análisis institucional cuestionador del poder, que denuncie
desigualdades y abusos de poder, que contribuya a formar instituciones
liberalizadoras que contemplen la diversidad de puntos de vistas.
Bibliografia

• FERNANDEZ, Lidia (1994), “Instituciones educativas”. Introducción. Ed.


Paidós, Buenos Aires.
• BUTELMAN, Ida (1991), “La Institución Educación. Los comienzos
míticos, la palabra” en ACEVEDO, María José; VOLNOVICH, Juan Carlos
(compiladores) “El espacio institucional”, Lugar Editorial, Buenos Aires.
• COREA, Cristina; LEWKOWICZ, Ignacio (2004) “Pedagogía del aburrido.
Escuelas destruidas, familias perplejas”. Cap. 1 “Escuela y Ciudadanía”, Ed.
Paidós, Buenos Aires.
• DUSCHATZKY, Silvia; BIRGIN, Alejandra (comp.) (2001) “¿Dónde está
la escuela? Ensayos sobre la gestión institucional en tiempos de turbulencia”,
Ed. Manantial S.R.L., Buenos Aires.

S-ar putea să vă placă și