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INGENIERÍA MECÁNICA

EN MANTENIMIENTO
INDUSTRIAL

Problemáticas de la educación superior

ALUMNOS: Bruno Bórquez, Cristóbal Fernández, Francisco Morales.


CARRERA: Ingeniería mecánica en mantenimiento industrial.
ASIGNATURA: Administración de recursos humanos.
DOCENTE: Néstor Mardones Gómez.
FECHA: 19 de diciembre del 2017.
Introducción:

El sistema de educación superior existente en Chile se caracteriza por una gran


heterogeneidad en cuanto al tipo de instituciones, su complejidad, sus proyectos
educativos, su nivel de calidad y los estudiantes que ingresan, entre otros temas.
Actualmente, el sistema se compone de 216 instituciones divididas en tres tipos:

Universidades (proveen carreras técnicas, profesionales y grados académicos),


Institutos Profesionales (IP, carreras técnicas y profesionales) y Centros de
Formación Técnica (CFT, carreras técnicas).

Objetivo general:
El objetivo general que se propone alcanzar la presente investigación consiste en
determinar los niveles que alcanza la desigualdad en el acceso a la educación
universitaria y advertir la medid en que los jóvenes efectúan atribuciones internas o
externas para explicar los resultados obtenidos al rendir la Prueba de Actitud
Académica que les permite postular a las diferentes carreras que ofrecen las
universidades chilenas.

Objetivo específico:
Identificar los problemas relacionados con el ingreso a la universidad con la
gratuidad de los liceos públicos.

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Desarrollo del tema.
el sistema actual es de gran diversidad. Además de la distinción entre tipos de
instituciones, dentro de la categoría de universidades existen grandes diferencias
no solo en términos de calidad y del perfil de sus estudiantes, sino también en su
complejidad, así como en su orientación pública. En este sentido, interesa introducir
dos distinciones adicionales.

Una primera distinción es entre universidades complejas y simples. Aunque la línea


divisoria ciertamente no es clara, es posible hacer una diferenciación entre aquellas
instituciones que desarrollan actividades de alta complejidad y otras que se dedican
principalmente a la docencia de pregrado. En términos operativos, las instituciones
complejas pueden distinguirse en el actual sistema en cuanto están acreditadas no
solo en las áreas obligatorias sino también en las electivas de investigación,
docencia de postgrado y vinculación con el medio. Actualmente, estas
universidades complejas son todas universidades pertenecientes al Consejo de
Rectores, aunque ciertamente no es una distinción exclusiva. Múltiples instituciones
privadas han ido avanzando en materia de investigación o docencia de postgrado.

Una segunda distinción relevante se refiere a la orientación o vocación de servicio


público de las universidades. La característica que aquí se busca relevar –
independiente de la propiedad– es la distinción de aquellas instituciones cuyo aporte
al país en las diversas áreas es cuantitativa y cualitativamente significativo y parte
sustantivo de su quehacer institucional. Esta distinción se sobrepone en parte con
la anterior, en cuanto las universidades complejas tienen una orientación pública y
de servicio al país, pero el concepto no se reduce exclusivamente a estas.

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A pesar de que en la discusión actual lo público suele asociarse con lo estatal y lo
privado con lo no estatal, este planteamiento busca reeditar el sentido histórico de
las universidades que no pertenecen al Estado, pero que tienen preocupaciones
universales. Sin entrar en una profunda discusión filosófica y conceptual sobre lo
público y lo privado, esta distinción es posible de apreciar en ciertas cuestiones
concretas del sistema actual. Por ejemplo, las universidades de orientación pública
se distinguen por su mayor apoyo al conocimiento como bien público a través de la
investigación y las patentes; su contribución a la formación de políticas públicas a
través de la actividad académica; su oferta de formación de calidad en una
diversidad de carreras no solo orientadas hacia el mercado sino también a áreas
prioritarias para el país, y sus esfuerzos para lograr mayor equidad en el ingreso de
los estudiantes.

Mejoramiento de calidad de la educación.

El mejoramiento de la calidad de las instituciones de educación superior debiese ser


el punto central de la discusión y el foco de un proceso de reformas. Ciertamente
existen otros objetivos importantes, pero no tiene mayor sentido trabajar por un
mayor y más equitativo acceso, por una tasa de retención más alta, entre otros
elementos, si la educación que se está impartiendo no prepara de manera adecuada
a los estudiantes ni
les entrega las herramientas necesarias para insertarse en el mercado laboral. De
ahí que la calidad ha de ser el eje principal que oriente la discusión. El
aseguramiento de la calidad en la educación superior tiene tres ejes fundamentales
que se abordarán a continuación: acreditación, fiscalización e información. Existe
también un cuarto eje igualmente fundamental y es el aporte que las universidades
pueden realizar al mejoramiento de la calidad escolar, para que los estudiantes que
ingresen a la educación superior lo hagan con una mejor preparación.

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Acreditación.

En materia de aseguramiento de la calidad, se hace cada vez más importante poder


transitar hacia una nueva etapa donde la acreditación se constituya en una real
medida de calidad permita distinguir a las instituciones según su complejidad y
entregue información relevante a los estudiantes y sus familias. Actualmente, las
diferentes áreas de acreditación entregan resultados que son difíciles de
comprender para la población.

Fiscalización.

Para asegurar la calidad es fundamental que todas las instituciones sean sometidas
a una rigurosa fiscalización en todos sus ámbitos de acción. Esto constituye un
aspecto necesario para garantizar el cumplimiento de las normas en un área que ha
sido poco regulada en las últimas décadas, como lo refleja el no cumplimiento de la
normativa referida al lucro en las universidades, el caso más conocido, pero
ciertamente no el único. Otras materias que se relacionan de manera directa con la
calidad, y que actualmente no son reguladas, son las que se refieren al traspaso de
propiedad de una institución, que no implica el traspaso de las competencias y
requisitos necesarios para un mínimo de calidad; la creación de distintas sedes por
parte de instituciones autónomas, que tampoco está sujeta a fiscalización, ni la
creación de nuevas carreras, donde existen casos recientes de programas creados
a pesar de no contar con campo laboral para sus egresados.

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Información.

En tercer lugar, resulta imprescindible contar con información adecuada sobre los
programas que dictan las instituciones y otras características de las mismas,
unificando los distintos sistemas de información hoy existentes. Deben estar
disponibles datos tales como el perfil de los estudiantes que ingresan a un
determinado programa, los puntajes de corte, la formación de los profesores que
imparten clases, el tipo de infraestructura (laboratorios, bibliotecas), las áreas y años
de acreditación con que cuenta la institución y sus programas, los convenios
nacionales e internacionales, la productividad científica, la innovación curricular, las
tasas de deserción, las tasas de empleabilidad, el destino de sus egresados, entre
otros. Esta información debe ser clara para padres y estudiantes, tomando en
cuenta las diferencias de género, edad, nivel socioeconómico y lugar de residencia,
de manera que los interesados puedan tomar decisiones de la manera más
responsable posible.

Respecto de esta información y su relación con la calidad, especial interés merece


el tema de las tasas de deserción, que hoy son cercanas al 50% para el sistema en
su conjunto. En algunas instituciones la deserción llega incluso al 60%. Este
fenómeno es particularmente importante en la educación técnico profesional, pero
ocurre también en instituciones universitarias, y responde a tres factores centrales:
necesidades socioeconómicas de los estudiantes, factores vocacionales y de
orientación, y capacidades y habilidades académicas del alumno.

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Calidad de la formación escolar.

Además de la acreditación, la fiscalización y la información, la calidad, y también un


acceso más equitativo, tiene una fuerte relación con la formación escolar de los
estudiantes que ingresan al sistema, siendo la formación inicial la más crucial a este
respecto. Esto ciertamente supera la discusión sobre educación superior y abarca
al conjunto del sistema educacional en todos sus niveles. Sin embargo, para mejorar
la calidad de la educación escolar, más allá de aspectos relativos a institucionalidad,
financiamiento, regulación u otros, lo fundamental es avanzar en una mejor
formación de profesores y en atraer a los mejores alumnos a estudiar pedagogía.

Acceso.
Un segundo gran tema que debe estar presente en la discusión sobre educación
superior dice relación con el acceso, y más específicamente, con el sistema de
admisión, el financiamiento estudiantil y los aranceles.

Sistema de admisión.
Respecto del sistema de admisión, la Prueba de Selección Universitaria (PSU) en
aplicación desde el año 2003, ha estado sometida a críticas y discusiones respecto
de si aumenta o al menos mantiene la brecha socioeconómica existente en todo el
sistema de educación y en la sociedad en general. Se cuestiona un eventual sesgo
en la selección, puesto que evaluaría contenidos más que aptitudes e influirían en
su buen rendimiento factores como el colegio de proveniencia del estudiante o el
acceso o no a un preuniversitario, y en general, los medios económicos que
favorecen su formación. Este instrumento se encuentra actualmente sometido a una
evaluación internacional de altos estándares por agencias imparciales, la que
debiese entregar resultados concretos que permitirán despejar las interrogantes que
pesan sobre su aplicación.

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Financiamiento y fortalecimiento de instituciones

Otro importante aspecto de la reforma tiene que ver con el fortalecimiento


institucional y los mecanismos de financiamiento a las instituciones por parte del
Estado, lo que a su vez repercute en el tema de los aranceles, que constituye uno
de los nudos del sistema por su elevado valor

En esta materia, resurge con fuerza la distinción entre universidades estatales,


tradicionales no estatales y privadas e instituciones técnico-profesionales.
Igualmente,
cómo se mencionó al inicio, es relevante la diferenciación de universidades con
orientación pública como categoría distinta de la condición de estatal. De entre estas
instituciones, el técnico profesional, así como las privadas, no reciben
financiamiento directo del Estado más que a través de algunos fondos de desarrollo
institucional de carácter concursable.

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Principales problemas a la hora de ingresar a la educación
superior.

Principales antecedentes.

Uno de los aspectos más críticos relacionados al incremento de la matrícula


secundaria y postsecundaria para todos los sectores sociales, es el proceso de
transición de un nivel a otro. Anteriormente, el acceso a la educación superior
estaba restringido a una elite, para la cual la continuidad de los estudios se daba en
un contexto en que los estudiantes tenían mejores condiciones para realizarlos y en
un ambiente relativamente similar al que encontraban en la enseñanza media. Si
bien la actual oferta educativa de nivel terciario chileno tiene una amplia capacidad
de expansión frente a las postulaciones crecientes, es evidente que el incremento
de la demanda se producirá en la próxima década en los quintiles de ingresos medio
bajo y bajo, por lo cual, la población estudiantil que se incorpore en los próximos
años tendrá un menor capital cultural y condiciones aún menos favorables de apoyo
para sus estudios. En ese contexto, un antecedente relevante para comprender
mejor el proceso de transición entre la educación media y superior es el de la visión
de conjunto de las trayectorias educativas de una cohorte que se incorpora al
sistema escolar en primer año básico (309.000 niños por cohorte etaria) y lo que le
va ocurriendo en su avance hacia la educación terciaria (Libro Latorre, Espinoza y
González 2008).

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El gráfico 1 muestra cómo el sistema escolar “filtra” a un contingente no menor de
estudiantes (28% de la cohorte inicial) que no finaliza su enseñanza media, la que
es condición necesaria para postular a los estudios superiores. Ello constituye un
primer nivel de selectividad y discriminación del sistema, el cual excluye a un sector
de jóvenes, que pertenecen mayoritariamente a los quintiles de menores ingresos3.
No obstante, la mayor parte de la cohorte que no continúa estudios superiores
abandona el sistema en el proceso de transición entre la educación media y la
superior. En efecto, de los 224 mil jóvenes que concluyen su educación secundaria,
poco más de 30 mil ingresa a las universidades son proclives a desertar
tempranamente. (CINDA 2010)

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Problemática y reflexiones de la propuesta de una
educación superior universitaria gratuita.

La propuesta de gratuidad en la educación universitaria ha sido tan polémica como


poco debatida. En lugar de discutirse sobre las principales ideas que subyacen a
esta propuesta predominan ejes discursivos de alto contenido ideológico, pero de
escasa racionalidad. El análisis que sigue pretende aclarar algunos aspectos
centrales al proyecto de gratuidad.

En las búsquedas de externalidades.

Impuestos y subsidios gubernamentales son instrumentos útiles para remendar los


denominados” fracasos” de mercado o externalidades. ¿Qué es una externalidad?
Considere el siguiente ejemplo. Cuando un individuo se vacuna contra una
enfermedad contagiosa no solo obtiene el beneficio de no contraer tal enfermedad,
sino que también impide que la misma se disemine a otras personas. Decimos
entonces, que el individuo genera beneficios externos o beneficios sociales de los
cuales no se puede apropiar. Es por ello que los gobiernos actúan subsidiando
parcial o totalmente programas de vacunación para ciertas enfermedades. En este
caso, la gratuidad está claramente justificada dado que la presencia y magnitud de
los beneficios externos está fuera de discusión.

Ahora bien, ¿Puede justificarse la gratuidad universitaria debido a la presencia de


beneficios externos positivos? ¿Qué beneficio social genera un individuo que
adquirió capital humano en una universidad? ¿Qué beneficio le da este individuo a
la sociedad sin recibir a cambio una retribución adecuada?

Por un lado, conceptualmente, es difícil sino imposible, vislumbrar la presencia de


externalidades positivas en la adquisición de educación superior. Nos guste o no, el
capital humano adquirido en la universidad permite recibir mejores retribuciones en
los mercados laborales. Por el otro lado, la evidencia empírica disponible no permite
concluir que la educación superior genere beneficios externos. En otras palabras,
los egresados universitarios se apropian monetariamente de la mayor parte del valor

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que generan sus estudios sin generar “derrames” sociales positivos. (Sí existen, sin
embargo, numerosos estudios que confirman la presencia de importantes beneficios
sociales derivados de la educación básica y media).

¿Desde esta perspectiva, se justifica entonces la gratuidad? No solo es


injustificable, sino que propicia un resultado poco deseado: el tan temido “lucro”,
pero ahora de naturaleza Inter temporal. Más precisamente,
los estudiantes que en el futuro usarán su acrecentado capital humano para generar
ingresos obtendrían tal activo a costo “cero” en el presente.

Acceso al crédito y apoyo a estudiantes pobres.

Si usted deseara comprar una casa y su riqueza actual le permitiera financiarla sin
tener que recurrir a un banco, ni nos preocuparíamos de su caso. Lo mismo debiera
ocurrir, si quisiera que su hijo adquiera educación superior. Los beneficios
económicos de esa educación los disfrutará su hijo y quizás usted si su hijo lo ayuda
en el futuro, y, además, usted ha podido pagarla. ¿Con qué derecho estas familias
“acaudaladas” podrían protestar argumentando que la educación superior es un
“derecho social” y que por lo tanto debe ser gratuita? Más aún, es bastante probable
que esas familias además hayan pagado educación escolar privada a sus hijos.
Entonces, ¿Qué diferencias hay entre la vivienda y la educación superior en este
caso?

Sin embargo, no todos tenemos suficiente dinero como para adquirir una vivienda
sin pedir un préstamo. Y se deben pagar los intereses correspondientes si es que
tiene la suerte de obtener uno. Podría suceder que el banco, al creer que no se
pagará la deuda, decida no otorgarle el préstamo. Lo mismo podría ocurrir en el
caso de tratar de acceder a la universidad.

¿Es injusto que un joven talentoso no pueda acceder a la educación superior por su
situación económico-social?

Justamente el crédito con aval del Estado (CAE) ha buscado ayudar a solucionar
este problema de financiamiento.

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Dicho lo anterior, es posible que el CAE como apoyo financiero a familias de
ingresos bajos no sea suficiente para nivelar oportunidades. Cuando un alumno de
bajos ingresos asiste a la universidad y no trabaja, el sacrificio económico que
enfrentan sus familias puede ser demasiado grande. Para enfrentar tales
situaciones una política de becas de mantención focalizada en los estudiantes de
menores ingresos es una respuesta socialmente deseable y eficiente.

Endeudamiento y problemas de información.

Ahora usted debe pagar su deuda. ¿Fue rentable su adquisición de capital humano?
¿Son los ingresos adicionales atribuibles a su educación lo suficientemente
elevados para cancelar lo adeudado? ¿Tenía suficiente información cuando tomó la
decisión de endeudarse para estudiar tal o cual carrera?

Idealmente, los padres deberían tener una idea aproximada del ingreso futuro de
sus hijos con y sin educación universitaria. Este cálculo es muy complejo,
especialmente para familias de menores recursos donde los hijos son la primera
generación que asiste a la universidad. Este parece ser el caso en Chile donde el
75 por ciento de los estudiantes financiados con el CAE pertenecen a familias de
los tres quintiles de menores ingresos. Si la rentabilidad del capital humano
adquirido fuera menor a la prevista por las familias, se podría llegar a niveles de
endeudamiento prohibitivos para familias de pocos recursos. Este es un problema
social muy delicado que debe encararse.

¿Se justifica entonces la gratuidad por problemas de información?

Creemos que no. La gratuidad no ofrece una solución de fondo a ese problema
porque no ayuda a las familias a tomar decisiones más informadas. Además, es
extremadamente cara puesto que es una medida universal, en vez de ser focalizada
en las familias poco informadas con potenciales problemas de endeudamiento.

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En este sentido, existen alternativas superiores a la gratuidad. Primero, una agencia
de acreditación seria y profesional que asegure el acceso a una educación superior
de calidad. Segundo, un límite a la carga de deuda que puedan afrontar las familias
si la rentabilidad de la educación es menor a la esperada. Esto puede ser mejorable,
pero el CAE actual, ya reformado, incorpora esta característica al limitar el
porcentaje del ingreso que se puede retener para pagar la deuda contraída.

Aranceles universitarios.

Un problema serio y complejo es el nivel de los aranceles universitarios.


Desafortunadamente, la gratuidad ofrecería una solución deficiente e indirecta a
este problema según la información que se maneja hasta ahora. La propuesta de
gratuidad desea eliminar la capacidad de las universidades para fijar aranceles y
reemplazarlos por precios regulados gubernamentalmente. Los precios o aranceles,
aún con ciertos defectos, transmiten y transparentan información sobre los costos
universitarios y las valoraciones de las distintas carreras por los potenciales
estudiantes. Reemplazar precios de “mercado” por precios “administrativos” no
parece demasiado convincente. Los burócratas a cargo de esta formidable tarea
deberían conocer los costos de cada carrera para cada universidad, los costos de
ampliación de la capacidad instalada de las universidades, los costos de adquirir
nuevas tecnologías, la rentabilidad futura de las distintas carreras, la calidad de
cada establecimiento, etc. Es soberbio pensar que esta información pueda ser
conocida adecuadamente por un puñado de individuos. Además, es claro que las
universidades tendrían fuertes incentivos a desperdiciar recursos para influenciar y
convencer a los burócratas de que sus aranceles debieran ser más elevados.

Existen distintas propuestas que pueden ayudar en este asunto sin caer en la
regulación o eliminación de aranceles. Una de ellas, es separar el financiamiento de
la investigación del de la docencia y reemplazar asignaciones de fondos basados
en la antigüedad de la universidad por un proceso competitivo con reglas claras.

No hay argumentos serios que permitan defender la gratuidad en la educación


superior. A lo sumo se pueden encontrar justificaciones bien intencionadas, pero

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superficiales y que claramente no sobreviven a análisis rigurosos. Existen
alternativas que pueden obtener mejores resultados con menores costos sociales;
pero desafortunadamente no son consideradas ya sea por ignorancia o razones
meramente ideológicas.

Articulo extraído (revista Observatorio Económico Nº 97, 2015).

Las acciones implementadas por las universidades para


mejorar la transición entre la educación media y Superior
universitaria.

Frente al escenario antes descrito, las instituciones han realizado un conjunto de


acciones que se sistematizan en los capítulos posteriores del libro.

Entre las diversas acciones llevadas a cabo por las universidades, ya sea en forma
institucional o a través del sistema, se pueden distinguir a lo menos tres
dimensiones: La primera, de diversificación de las vías de selección y acceso, la
segunda, de diagnóstico previo para detectar vulnerabilidades y la tercera, de
intervención proactiva.

Diversificación de los procesos de selección y admisión de los postulantes.

Para el caso de la educación superior se puede señalar que ello difiere según el tipo
de institución a la cual se postula, distinguiéndose situaciones regulares y
especiales. En el caso de las universidades del CRUCH la selección está normada
a través de la PSU12. Las 25 universidades del CRUCH exigen como mínimo 475
puntos en la PSU para postular a sus instituciones y alrededor del 15% de los
jóvenes inscritos cada año para rendir la PSU, se matricula finalmente en las
universidades del CRUCH. En las 35 universidades privadas nuevas existe una
diversidad de criterios para la selección. En efecto, algunas de ellas seleccionan a
sus estudiantes con los mismos parámetros que las entidades del CRUCH y se

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guían igualmente por los puntajes de las notas de la enseñanza media y los
resultados de la PSU. Otras instituciones tienen un cupo fijo para el ingreso y llenan
sus vacantes por orden de llegada de sus postulantes, sin importar el puntaje PSU.
Un tercer grupo establece un número tentativo de vacantes, pero tiene una oferta
relativamente elástica en función de la cantidad de postulantes.

Además de las vías de admisión regular, las universidades del CRUCH consideran
diversos mecanismos de admisión especial, sobre los cuales no necesariamente
hay información centralizada en todas ellas, según lo muestran los estudios
realizados. Entre las vías de admisión especial están las que consideran los
estudios superiores previos, las destinadas a postulantes provenientes del
extranjero, los discapacitados, los destacados en alguna disciplina, los estudiantes
de transferencia intra o interuniversitarios, los postulantes de pueblos originarios,
los postulantes con experiencia laboral, y los hijos de funcionarios u otros casos
especiales.

Cabe hacer notar que si bien la diversificación de las vías de acceso ofrece mayores
oportunidades a una población estudiantil diversa también generan el riesgo de que
operen factores exógenos, como pueden ser las redes de influencia, que en
definitiva benefician a los sectores mejor relacionados, en desmedro de los más
vulnerables.

Actividades de diagnóstico previo.

Están destinadas a detectar debilidades que puedan ser trabajadas y superadas.


Existe una creciente preocupación de las universidades por precisar e identificar el
perfil de sus estudiantes que ingresan a primer año. A través del estudio realizado
en este libro, se identificaron 145 iniciativas en las universidades del Grupo
Operativo, con un promedio aproximado de diez por universidad. De estas acciones,
113 se aplican al ingreso del año académico y 19 durante todo el transcurso del
primer año. Entre las acciones diagnósticas se encuentran test, talleres y otros. De
estos instrumentos 80 han sido validados por el ministerio de educación de chile.

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La Prueba de Selección Universitaria (PSU) es una prueba nacional estandarizada,
la cual se construye sobre la base de los contenidos de la enseñanza media (prueba
estandarizada con, un promedio de 500 puntos, + 100 puntos de desviación
estándar). Se caracteriza por jerarquizar a los postulantes en función del puntaje
obtenido, que para los efectos de la selección a las universidades del CRUCH se
promedia en forma ponderada con las calificaciones de la educación media. 13

Opiniones sobre el tema:

Educación chilena universitaria

La educación universitaria en chile ha crecido mucho en los últimos años, hay


variada oferta en precio y calidad lo que brinda oportunidades para un gran número
de personas por lo que la necesaria oferta de estudios está bastante cubierta, los
problemas comienzan al hablar de equidad. Para la mayoría de las personas que
no pueden acceder a la gratuidad o becas suficientes. Llegar a una institución de
calidad resulta inaccesible y aquellas instituciones a las que si pueden acceder no
cuentan con la calidad suficiente. Esto crea una gran brecha social haciendo que
ciertos sectores más acomodados se perpetúen. Los estudiantes terminan siendo
clasificados por el sistema por motivos diferentes a sus propias capacidades lo que
resulta extremadamente injusto.

Con respecto a la calidad me parece que esta pasa principalmente por la calidad
del profesorado. Al ser una actividad que no está entre las profesiones mejores
pagadas, las personas más talentosas escogen otras profesiones. Si se convierte a
la profesión de profesor en una de las mejores pagadas rápidamente los más
talentosos van a optar por ser profesores y en un tiempo prudente desplazaran a
los menos talentosos y subirá el nivel de la educación.

Francisco Morales.

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Injusticias de la educación superior en chile

A mi parecer el sistema actual de educación superior en Chile es injusto,


principalmente relacionado a un tema económico, hay muchas universidades que
buscan el lucro con el dinero de los estudiantes de qué forma, con los altos
aranceles que cobran por distintas carreras según lo que elijan los estudiantes que
ingresan por primera vez a la universidad siento este uno de los principales
impedimentos a la hora de decidir estudiar, sin ir más lejos en nuestra propia
universidad (Inacap) no estoy de acuerdo con el sistema de que hay que pagar
matricula dos veces al año no me parece lo correcto creo que solo se busca ganar
dinero, la mensualidad igual es alta (170.000 aproximadamente) ya sea carrera
técnica o universitaria lo que me parece muy costosa poniéndose en el caso de
alguien de escasos recursos económicos que tenga familia y un trabajo con un
sueldo mínimo, sus ganas de ser alguien mejor en la vida se ven truncadas por no
tener los medios económicos para poder pagar una carrera universitaria más aún si
no se tiene alguna ayuda financiera la cual es difícil de conseguir con el sistema
actual de becas de financiamiento para la educación.
La clase media y la de mayor porcentaje en nuestro país muchas veces no son
seleccionados para obtener becas ya que para el sistema son de buena situación
económica cuando muchas veces no es así, el principal tema de la educación
superior es en el ámbito económico, pero no hay que olvidar también muy
importante la calidad educativa que se entrega a los alumnos en muchos casos no
es la mejor, imposibilitando que se puedan desenvolver de la mejor manera posible
en el mundo laboral.

Cristóbal Fernández

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Conclusiones.
Cabe destacar que en los últimos años en Chile ha habido un incremento en la
probabilidad que los jóvenes de los quintiles más pobres completen la enseñanza
secundaria y puedan ir a la universidad incluyendo a los provenientes de hogares
rurales, lo cual podría explicarse por el esfuerzo por extender la cobertura y por
evitar la deserción temprana. En términos concretos, se puede sostener que la
probabilidad que un joven urbano pobre tenía para completar su enseñanza
secundaria en 1990 era de un 40% y en el año 2003 era de un 70%. Si bien, en
general, de acuerdo con el modelo utilizado, la ocupación del jefe de hogar no incide
en la probabilidad de terminar de la enseñanza secundaria, se puede inferir que, en
los hogares dependientes de trabajadores manuales, casi se ha triplicado dicha
probabilidad en el periodo 1990-2003 (25% a 70%, respectivamente). Este aumento
en la probabilidad de completar la enseñanza secundaria podría ser una de las
causas del aumento en las posibilidades de acceso al sistema postsecundario para
jóvenes de menores recursos. Las probabilidades de acceso a la educación superior
para los jóvenes más desaventajados socialmente son tres veces mayores en el
año 2003 en comparación con el año 1990. El estudio revela además que la
probabilidad de acceso al sistema terciario de los jóvenes de 18 a 24 años
provenientes de hogares dependientes de trabajadores no manuales es mayor que
en aquellos hogares donde predomina la presencia de trabajadores manuales. Ello
indica que la probabilidad de acceso a la educación terciaria en los sectores de
mayores ingresos continúa situándose muy por arriba de la observada en las
familias de menores recursos. El mayor acceso de los distintos sectores ha
redundado en que la matrícula en la educación superior se haya duplicado entre los
años 1990 y 2003.

hoy en día se puede establecer que gracias a la gratuidad una mayor cantidad de
estudiantes talentos pobres, pueden ir a la universidad y ayudar a sus familias
económicamente y servir de ejemplo que si se puede salir adelante con estudio y
perseverancia hacia sus familiares, logrando el gran cambio en Chile.

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