Sunteți pe pagina 1din 14

“Año de la Promoción de la Industria Responsable y del

Compromiso Climático”

Características o Cualidades
del Deber
Ética y Deontología Profesional

INTRODUCCIÓN

En la antigüedad y en la Edad Media la preocupación se centraba


en aquello que es debido; y la razón era que casi todas las morales de
esa época eran morales concretas en las que importaba más el
contenido de los mandatos que la forma.

Sin embargo, siempre ha habido alguna conciencia de la


diferencia fundamental entre el deber ser y el ser puro y simple.

En filosofía suele distinguirse el deber ser del ser. Esta distinción es


ontológica, pero desde el punto de vista lingüístico existen dos tipos de
lenguaje: el lenguaje indicativo y el prescriptivo y con frecuencia se
supone que el ser corresponde al reino de la realidad en cuanto tal (a
veces sólo al reino de la naturaleza) y el deber ser al reino de la moralidad
que expresa lo que debe hacerse u omitirse.

1
Ética y Deontología Profesional

CONCEPTO

El deber que tiene el ser, es forjarse día a día y mentalizarse que en


esta vida no se regalan las cosas y que las aptitudes de cada uno solo las
puede conseguir uno mismo, a veces puede ser ayudado por alguien e
ir adquiriendo unas bases del conocimiento y hasta puede que a uno les
sea más fácil que a otros, pero lo que es seguro es que todos tenemos
que poner esfuerzo y si nos caemos debemos levantarnos una y otra vez.
Seguramente es la mejor forma de aprender, basándonos en nuestros
errores conseguiremos al final evitarlos.

Pero la gran debilidad del ser humano es la pereza y la falta de


constancia y esto nos hace decrecer en nuestro ritmo de vida
impidiéndonos dar el 100% de lo que somos, y si no llegamos a una meta
que realmente merezca la pena, será realmente difícil llegar a ser un ser
humano, en lo que moral y éticamente se refiere.

Si no conseguimos esto, querrá decir que prácticamente somos


unos mediocres y que nuestra vida tiene poco sentido porque nos
dejamos llevar por la corriente y cuando encontramos un obstáculo nos
cuesta tanto saltarlo y resolverlo que seguramente la decisión que
tomemos será la de desviarnos de nuestro camino original y verdadero e
iremos dejando a un lado nuestros problemas y habrá un momento en
nuestra vida, en el cual será tan grande la montaña de faltas y errores
cometidos que nos derrumbaremos con ellos y entraremos en un bucle

2
Ética y Deontología Profesional

del que no podremos salir, puesto que no sabremos resolverlos y


acabaremos siendo unos renegados que van de la mano de una
sociedad como la actual que lo único que pretende es acabar con los
que allí habitamos y destrozar nuestro conocimiento, conciencia y razón
de ser, volviéndonos de esta forma en unos sin sentido de la vida.

HISTORIA

El deber se deduce del bien


supremo para las morales de tipo
material. Para los estoicos el
deber es principalmente vivir de
acuerdo a la naturaleza, o sea
con la razón universal. En cambio,
para las morales de tipo formal, el
deber se deduce del imperativo
categórico supremo,
independiente de los fines
concretos.

Para Kant, el deber es la forma de la obligación moral por respeto


al deber y no solo en cumplimiento del deber, que equivale a identificar
el deber con el soberano bien.

En las éticas de tipo material es el mandato sobre la conciencia


moral por cierto número de valores.

Se puede admitir que la intuición de los valores supremos produce


en ciertos casos la conciencia del deber, de hacer y cumplir lo que es
valioso. Desde el Psicoanálisis, el deber ser es la conciencia moral, una de

3
Ética y Deontología Profesional

las funciones del Superyo, instancia del aparato psíquico que actúa
como censor con respecto al yo.

El Superyo se forma mediante la incorporación de las exigencias y


prohibiciones parentales. Parece dominar al yo y adquiere para el
sujeto valor de modelo y función de juez.

El Superyo comprende dos instancias: el ideal del yo y una instancia


crítica. Desde esta teoría, la interiorización de las prohibiciones se
produce en una etapa precoz, muy temprana.

Según Melanie Klein existiría un Superyo desde la etapa oral del


desarrollo psicosexual en la que el objeto del deseo erótico es el pecho
materno; mediante la introyección de objetos buenos y malos (pecho
bueno pecho malo).

Freud precisa la idea de que el Superyo del niño no se forma a


imagen de los padres sino a imagen del Superyo de los padres, o sea que
es una identificación con el contenido que se convierte en el
representante de la tradición, o sea, de todos los juicios de valor que
persisten a través de las generaciones.
El Superyo freudiano comprende principalmente representaciones
de palabras cuyos contenidos provienen de las percepciones auditivas,
de los preceptos, y de la lectura.

CUALIDADES

El concepto de deber ocupa uno de los lugares centrales de


nuestro lenguaje moral. Nos referimos con él a los mandatos y
obligaciones mediante los cuales modificamos nuestra conducta y, en

4
Ética y Deontología Profesional

general, al conjunto de exigencias que conforman nuestra praxis


cotidiana. Añadir el predicado moral implica introducir un factor
diferenciador esencial: se trata ahora de una auto-obligación, de una
autolimitación, que, a diferencia de otro tipo de coacciones, se enfrenta
sólo a las sanciones internas derivadas de nuestra propia conciencia de
la responsabilidad de la acción.

Como todas las formas de obligación, el deber moral limita el


ámbito posible de elección y, por tanto, de actuación. Pero aquí nos
encontramos con una obligación libre, es decir, voluntaria
y reflexivamente aceptada.

La existencia de este tipo de actuaciones la


encontramos directamente reflejada en nuestra capacidad de realizar
juicios morales. De ahí que podamos afirmar que estamos ante un hecho
o factum que no admite discusión. Las dificultades aparecen más
bien cuando dejamos el nivel intuitivo de nuestro propio lenguaje moral
y nos comprometemos a explicar el sentido de este tipo de acciones.

Esta ha sido y es, precisamente, una de las tareas básicas de


la filosofía moral o ética: dar razones del porqué de esta peculiar
forma de obligación y, de esta forma, hacerse cargo de los fundamentos
de la actuación moral. Dentro de esta tarea, la tematización del
concepto deber apunta hacia las posibles respuestas a la pregunta «¿Por
qué ser moral?», esto es, «¿por qué actuar moralmente?».

Detrás de estas cuestiones no se esconde sino la necesidad


de orientación de la acción que caracteriza al actuar humano.
La distinción entre ser y deber ser no viene impuesta por la reflexión
ética, sino que la reflexión ética intenta responder a esta escisión

5
Ética y Deontología Profesional

inherente a nuestra praxis social. Tales respuestas forman parte, como


nos recuerda Aranguren, de esa necesidad de ajustamiento, de
iustum facere de justificar nuestros actos, sin la cual perdería la conducta
su sentido y razón de ser.

De tal necesidad ya se habían dado perfecta cuenta los


pensadores estoicos cuando adelantaron las palabras que después
Toulmin convertiría en tema central de la ética: deber hacer algo implica
tener buenas razones para hacer algo. A la ética, como teoría de la
moral, le corresponde averiguar qué convierte a una razón en «buena
razón» para justificar nuestra conducta.

En la historia de la ética encontramos dos respuestas globales


al tema del deber en este sentido general. En primer lugar,
aquellas posiciones que ven en el deber un medio para alcanzar el fin
propio del hombre. Son las denominadas éticas teleológicas (telos = fin),
para las cuales lo moral tiene que ver con los resultados de la acción,
según se acerquen o se alejen de ese fin. En segundo lugar, aquellas
posiciones que encuentran en el deber mismo el elemento moral de la
acción. Son las denominadas éticas deontológicas (deon = deber),
encargadas de definir lo debido o correcto para todos y, por tanto, de
establecer el marco normativo de lo justo.

El propósito de este artículo es mostrar cómo el concepto de deber


se ha ido paulatinamente convirtiendo en el lugar básico de referencia
para la conducta moral y, por consiguiente, para la reflexión ética. La
razón de ello, así reza la tesis, es que la dimensión deontológica puede
abarcar los principales rasgos de la actuación moral (autoobligación y
universalidad), sin perder la posibilidad de una justificación
intersubjetivamente válida. Para lo cual, sin embargo, el concepto de

6
Ética y Deontología Profesional

deber tiene que saber incorporar también las referencias a la acción y


alejarse, de esta forma, de las propiedades de dogmatismo y rigorismo
con las que generalmente se le asocia.

DEBER, VIRTUD Y FELICIDAD

Si nos centramos en esta necesidad de justificación, podemos analizar el


concepto de deber siguiendo tres grandes etapas. El hilo conductor
consiste en la radicalización de los criterios de justificación, derivada a su
vez de la progresiva separación entre vigencia y validez, entre lo
socialmente dado y lo moralmente correcto.

El precio de esta separación, como tendremos ocasión de


comprobar, es la correspondiente escisión entre lo bueno y lo correcto,
entre la felicidad y el deber. Un ejemplo claro lo constituye la polis
griega. Si bien el concepto de deber como concepto aislado y
referente básico de la conducta moral no aparece hasta los estoicos,
podemos encontrar en Platón (por ejemplo en los diálogos Apología y
Critón) una explicitación clara del problema al plantear la cuestión de
la obligación de obedecer la ley que se acepta libremente.

También Aristóteles tematiza la obediencia a la ley (nomos), canon


tanto de la conducta individual como de la social y, por tanto, núcleo
básico de la vida en común. Sin embargo, con la estoa entramos en
una concepción radicalmente nueva del deber.

7
Ética y Deontología Profesional

El motivo no es otro que el derrumbe del modelo ontológico que


servía de marco normativo de referencia: la polis.

Al igual que en Aristóteles, la ética estoica se preocupa por el


bien, por el modo de vida adecuado para el hombre, por la felicidad.
El cambio de concepción no debemos buscarlo en la delimitación
del ámbito moral, sino en las coordenadas desde las que se
intenta ofrecer una respuesta. Lo propio del hombre, la naturaleza
humana y, por tanto, las normas con las que ordenar una sociedad
conforme a ella, ya no pueden derivarse de una imagen del mundo cuya
validez es ahora «una entre otras». Sin este contexto normativo previo no
puede definirse la virtud, como termina haciendo Aristóteles, por
referencia al «hombre prudente».

El bien supremo del hombre, la felicidad, depende de la virtud, y


ésta de ese razonable cálculo del «justo medio». Pero sin la «facticidad
normativa» que representa la polis, ya no es posible mantener, por así
decirlo, un referente objetivo del uso correcto de la razón.

La ruptura de la unidad social de la polis y la


consiguiente difuminación de las normas e ideales compartidos
conducen a la necesidad de construir un concepto de naturaleza
humana sin el apoyo de ninguna «comunidad de origen». Y esto sólo es
posible si consideramos una instancia separada, independiente de la
misma esfera social. Aparece de esta forma la escisión entre la vida
privada y la vida pública y, consecuentemente, la aparición de la
conciencia individual. La demarcación entre intención y acción,
ingrediente esencial del concepto actual de deber, pasa a constituir así
un elemento imprescindible de la reflexión moral.

8
Ética y Deontología Profesional

Zenón (322-264 a. C.) utiliza el concepto de deber (kathekón)


para referirse a lo adecuado, lo conveniente, lo exigible; pero
recogiendo a su vez el matiz de que tales propiedades lo son por
cualquier motivo y en cualquier situación. Más tarde será Cicerón (106-43
a. C.) quien restituya este significado con la palabra latina officium,
siendo Ambrosio (340-397) el encargado de introducirla en el cristianismo.

En el caso de Cicerón, disponemos de una obra titulada Sobre


los deberes, en la que podemos encontrar una buena sistematización
de la ética-estoica. Antes de entrar en ella, sin embargo,
sería conveniente apuntar algunas de las ideas básicas de esta doctrina.

Los estoicos dividían la filosofía en tres disciplinas básicas: la


lógica, dedicada al estudio de la relación entre lenguaje, pensamiento
y realidad; la física, encargada del estudio del ser dado del logos en
la realidad misma; y, por último, la ética, centrada en el estudio de lo
que este logos o ley natural nos ordena hacer.

9
Ética y Deontología Profesional

La escuela mantendrá a lo largo de la historia esta triple distinción,


estructurada en torno al fin eminentemente práctico que caracteriza al
sistema del saber: la lógica es necesaria para la física, y ésta para la
ética.

El fin de la filosofía, del saber científico, no es otro que la orientación


de la conducta social e individual de los hombres. La «seguridad» que
ofrecen estos conocimientos, apoyada en su pretensión de
universalidad, tiene que llenar el lugar normativo que ocupaba la polis.
De ahí la estricta relación entre teoría y praxis, de ahí también que la
filosofía tenga como objetivo último «el uso correcto de la razón prestada
por la naturaleza a todos los hombres».

Desde estos presupuestos es lógico que Zenón defina la


virtud como la «conducta regida por la recta razón», y deber como «lo
que es conforme a la naturaleza y puede justificarse con buenas
razones». La moral socrática vuelve a resurgir con esta asimilación de
virtud y conocimiento que, a diferencia de Aristóteles, no deja espacio
alguno para elementos «externos» a la propia acción.

10
Ética y Deontología Profesional

CARACTERÍSTICAS DEL DEBER

A. AUTONOMÍA

No es impuesta, surge de la persona misma. A diferencia de la


NORMA JURÍDICA que sí debe cumplirse o sufrir un castigo o pena.

B. INCOERCIBILIDAD

La norma moral no tiene capacidad de castigo.


Lo denominado “sanción moral” es la desaprobación de la
conducta por el grupo. Puede llegar hasta el aislamiento del individuo.

C. UNILATERAL

Consiste en que la norma moral implica deber pero no crea


derecho. Puede haber consejo, exhortación pero no obligación. La
norma jurídica sí implica deber y derecho. Cuando se altera la norma
jurídica el juez restablecer el equilibrio.

D. NO SON OBJETO DE COMPETENCIA

Ningún organismo del Estado tienen competencia en la moral.


Surge en la sociedad y puede desaparecer.

11
Ética y Deontología Profesional

CONCLUSIONES

Por eso el objetivo básico de la filosofía es el conocimiento de la


razón, de la ley que la naturaleza ha depositado en los hombres, al igual
que lo ha hecho en el resto de los seres. No obstante, los hombres son los
únicos que pueden acomodarse o resistirse a esta ley natural, aunque la
felicidad sólo es posible por el camino de la conformidad.

Es la naturaleza, la razón, la que se convierte en regla y norma


del actuar humano, y es con referencia a ella como las acciones
alcanzan un determinado valor. El reconocer esta ley natural es cosa de
cada uno, pues todos la tenemos depositada en nuestro interior por
el hecho mismo de ser humanos. El logos, como capacidad de hablar,
es la prueba fehaciente de esta facultad de autorreconocimiento.

Con esta participación en la razón toma cuerpo teórico, por


primera vez, la idea de una comunidad universal. Roto el marco
tradicional de la polis, el estoicismo ofrece, de ahí su significación
histórica, una explicación del sentido del actuar humano más allá de
contextos socio-históricos concretos.

Cosmopolitismo e individualismo parecen constituir, de esta forma,


una y la misma respuesta ante la necesidad de una justificación de la
conducta que sea capaz de mantenerse independientemente de los
cambios históricos. El paso fundamental que aporta la ética estoica
consiste en la «interiorización» del concepto de deber: lo que determina
el deber está en nosotros mismos, en nuestra actitud, en nuestra propia
voluntad.

12
Ética y Deontología Profesional

BIBLIOGRAFÍA

http://deconceptos.com/ciencias-sociales/deber-moral

http://filosofia.laguia2000.com/los-valores/el-deber-moral

http://www.mercaba.org/Filosofia/deber.htm

 Deber - Domingo García Marzá

13

S-ar putea să vă placă și