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Recordemos que desde una perspectiva histórica del derecho procesal penal el sistema
inquisitivo se concentra en aspectos negativos como: acentuado bloqueo del derecho de
defensa del imputado, investigación secreta o reservada, escritural y uso de la violencia o
coacción para arrancar la confesión del procesado . De este momento viene la trillada frase “ a
confesión de parte relevo de prueba” convirtiéndose esta autoinculpación en la reina de las
pruebas, acompañada de la valoración legal o prueba tasada que realizan los jueces para
sentenciar.
Existe de manera predominante en el mundo, sobre todo en países con Estado de Derecho, la
tendencia hacia modelos procesales de corte acusatorio donde al Ministerio Público se le
asigna un rol protagónico en el proceso penal siendo la más relevante la dirección de la
investigación y el monopolio de la carga de la prueba.
No existe voluntad política en el Congreso y en el actual gobierno para disponer que entre en
vigencia total el Código Procesal Penal de 1991. Se han conformado nuevas Comisiones
Revisoras con proyectos y públicos criterios divergentes lo que permite inferir que esta
anómala situación procesal, coexistencia de dos normas inconstitucionales: Código de
Procedimientos Penales de 1940 y Decreto Legislativo 124, con proceso ordinario y sumario,
seguirá prolongándose por mucho tiempo cuando lo más sencillo es que entre en vigencia
plena el Código Procesal Penal de 1,991 por haber sido aceptado por la comunidad jurídica y
si hay necesidad de realizar alguna modificaciones se hará una vez esté vigente en todo su
articulado.
Goldschmidt sostiene que “ el proceso penal de una nación es el termómetro de los elementos
autoritarios de la Constitución”. A su vez Claus Roxin, agrega “ el proceso penal es el
sismógrafo de la Constitución de un país”.
En la medida que el actual proceso penal ordinario, diseñado en el Código de 1,940, y el
proceso penal sumario normado por el Decreto Legislativo Nro. 124 de 1,981, no se
subordinan a la Constitución de 1,993, podemos concluir señalando que el diseño del actual
proceso penal peruano es inconstitucional, más aún si se tiene en cuenta que el 90% de los
procesos penales se siguen en la vía sumaria incluido el delito de homicidio simple. Sólo con
la aplicación total del Código Procesal Penal de 1,991 tendremos un diseño constitucional.
Mediante la Ley 27454, del 23 de mayo del 2001, se modificó el art. 300 del C. De P. P.
recogiéndose el viejo clamor de la doctrina nacional e internacional de lo irracional de la
aplicación de la reforma en peor cuando el impugnante es sólo el agraviado con una
resolución judicial dictada en la jurisdicción penal.
Con la modificación del art. 300 del C. de P. P se obliga también a los sujetos procesales que
impugnen un fallo: Ministerio Público, sentenciado y parte civil, a fundamentar el recurso
dentro de 10 días de interpuesto, caso contrario se declara inadmisible. Así como al órgano
jurisdiccional se le obliga por mandato constitucional a motivar o fundamentar sus decisiones,
igualmente quienes las impugnan ahora deben sustentarlas.
Con la Ley 27226, del 17 de diciembre de 1999, se modifica el art. 135 del C. P. P por el cual
el juez, por su propia iniciativa o a pedido de parte, podrá variar el mandato de detención
cuando nuevos actos de investigación debiliten las pruebas que dieron lugar a la detención.
Con la Ley 27753, del 9 de junio del 2002, que modifica los arts. 111, 124 y 274 del Código
Penal referidos a homicidio culposo, lesiones culposas y conducción en estado de ebriedad o
drogadicción también se modifica el art. 135 del C. P. P permitiendo que se pueda dictar
prisión preventiva no sólo para delitos dolosos sino también para los culposos, por cuanto al
elevarse las penas, no menor de 4 ni mayor de 8, en un pronóstico de pena superior a los 4
años el juez puede ordenar mandato de detención.
Este plazo se puede duplicar en caso de delitos de TID, terrorismo, espionaje y otros de
naturaleza compleja seguidos contra más de 10 imputados o en agravio de igual número de
personas. Anteriormente en los procesos ordinarios el plazo máximo de detención preventiva
era de 15 meses.
Esta misma ley concede la facultad al juez para ampliar por 8 meses más el plazo de la
investigación en los procesos ordinarios con lo cual la fase indagatoria tendrá una duración de
14 meses, más de un año, hecho que vulnera el principio procesal penal referido al imputado a
ser juzgado en un plazo razonable, ni muy largo ni muy corto.
Mediante la Ley 27664, del 7 de febrero del 2002, se modifica el art. 2 del C. P. P referido al
principio de oportunidad, estableciendo en su parte final que el juez puede dictar el auto de
sobreseimiento no sólo a petición del Ministerio Público sino de la propia parte agraviada
bajo los supuestos que prevé el mencionado artículo.
A través de la Ley 27833, del 21 de septiembre del 2002, se modificó el art. 9 del Decreto
Legislativo Nro. 124 que regula el proceso sumario, disponiéndose que cuando se declara
fundada una queja por denegatoria del recurso de apelación si se declara fundada el superior
concederá el recurso y una vez cumplida la instancia plural no procede ningún recurso.Ya no
se admite quejas por denegatoria de recurso de nulidad en los procesos sumarios.
La instancia plural que consagra el numeral 6 del art. 139 de la Constitución la precisa el art.
11 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que dispone que lo resuelto en segunda instancia
constituye cosa juzgada, es decir sólo hay dos instancias. La pregunta es: acaso prima el
principio de la desconfianza en el sentido que los magistrados de segunda instancia son
incapaces hasta para resolver vía apelación un proceso sumario y que todos deben conocerse
en la Corte Suprema, como tercera instancia, incrementando más su carga procesal.
Con la Ley 27934, del 12 de febrero del 2002, durante la investigación preliminar, en casos de
urgencia y peligro en la demora, el fiscal penal podrá pedir la detención preliminar al Juez
hasta por 24 horas, cuando se dan cualquiera de los tres supuestos de flagrancia, medida
diferente a la detención preventiva que la dicta el juez en el auto apertorio de instrucción.
Cuando el Juez autorice esta detención preliminar se comunicará a la policía por correo
electrónico, facsímil, teléfono u otro medio que garantice la veracidad del mandato.
La Ley 27994, del 6 de junio del 2003, ha derogado el art. 200 del C.de P.P que facultaba al
Juez otorgar libertad al imputado con prisión preventiva por informes finales coincidentes de
los magistrados de primera instancia, juez y fiscal, cuando éstos se pronunciaban por su
inocencia.
Con esta norma ya no existe la obligación del Fiscal y del Juez de emitir informes finales con
opinión sobre la responsabilidad o irresponsabilidad del encausado, lo que constituía una
suerte de prejuzgamiento. Ahora el informe sólo consignará un resumen de diligencias,
incidencias y la situación jurídica del inculpado, si está en cárcel o está como ausente o
contumaz. Luego se elevará el expediente a la Sala Penal.
Con otra resolución signada con el N° 112-2003 se dispone que las apelaciones en los
procesos sumarios serán resueltas por la Sala en pleno cuando:
- El delito imputado esté sancionado con pena mayor a los seis años.
- Haya pluralidad de agentes con más de tres encausados.
- Haya pluralidad de delitos.
En los demás casos las apelaciones serán vistas por un integrante de la Sala Penal quien
actuará como Tribunal Unipersonal. Estos criterios rigen para las Cortes que cuenten con tres
o más Salas Penales.