Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Como una respuesta a ello a mediados de los 80 surgió el concepto de ecodesarrollo, que
considera que "se deben cambiar ciertos modelos y estrategias de desarrollo por otros que
permitan el uso sostenido de los recursos, respetando los plazos de los ecosistemas para
su regeneración biológica" (Crespo, 1994).
Una de las fallas más grandes de los modelos de desarrollo imperantes se deriva del hecho
de que la contaminación y la degradación ecológica son causadas por una minoría de
grupos o países, que usufructúan la mayor parte de los RR.NN., mientras que la limpieza y
restauración ecológica son realizados por otros grupos o países no vinculados con ella.
Un modelo más apropiado implicaría que la rectificación del daño fuera parte del propio
plan de desarrollo, y que se realizará por el mismo grupo de personas o países que
usufructúan los beneficios de la explotación de los recursos. En las áreas forestales se de
una situación que ejemplifica esto claramente.
La solución a los problemas ocasionados por el manejo de los recursos está prevista en el
desarrollo sostenible, ya que se concibe como respuesta ética y racional del compromiso
de mantener el recurso y su entorno, y garantizar su accesibilidad a las futuras
generaciones.
Los ecosistemas son proveedores de recursos y el sistema socioeconómico lo transforma
en satisfactores, calor, desperdicios, materias degradadas y contaminantes, entre otros. De
esta manera, el sistema socioeconómico es el que resulta responsable de la
ecodegradación. Si la degradación del ecosistema es mayor que su capacidad de
regeneración el resultado es un desarrollo no sostenible
Haciendo un repaso histórico de la relación del hombre con la naturaleza vemos que las
antiguas tribus nómadas, e incluso las sedentarias, hacían un uso de los recursos de “bajo
perfil”. Este uso se caracterizaba por:
Provocar una modificación ligera en el ecosistema.
Emplear pocos insumos.
Realizar una explotación moderada.
Mantener una regeneración elevada
En estas condiciones, el ser humano era una especie más, los residuos eran biodegradables,
la contaminación muy baja y el impacto al ecosistema prácticamente inapreciable.
En este ecosistema socioeconómico actual pareciera que el ser humano es la única especie
importante y dominante. El elemento de sostenibilidad es muy bajo en el sistema
socioeconómico actual
Obviamente, la solución no es plantear el regreso a la vida natural, sino en sentido contrario,
reconocer que resulta primordial que los frutos de la modernidad alcancen a los grupos
económicamente menos favorecidos de nuestra sociedad, y no sólo reciban los impactos
negativos de ella.
Para esto se debe tener en cuenta a los Principios ecológicos y elementos de sostenibilidad
(Tabla 1 y 2).
b. Metas que hay que alcanzar (I.E.E.P.): Las prácticas de manejo deben contemplar
Crear un Sistema de Áreas Naturales Protegidas que sea extenso y efectivo
Manejar especies arbóreas
Conservar suelo y agua
Concesionar el manejo y la capacitación, de acuerdo con las capacidades locales
Determinar las prohibiciones que deben regir la replantación y el manejo
Producir planes de manejos detallados y concretos
Establecer una política clara para concesiones, restricciones, exportaciones,
control e impuestos.
Evitar las condiciones económicas que conducen a un uso destructivo de las
selvas.
Promover el uso de la diversidad y conservación.
DESDE EL PUNTO DE VISTA BIOLOGICO – ECOLOGICO
Los conceptos de sostenible y sostenido en agricultura
En términos generales, SOSTENIDO se aplica al tipo de agricultura cuya producción se
mantenga mediante la adición de insumos externos al sistema.
En cambio, SOSTENIBLE se aplica a la agricultura que se perpetúa por sí misma por factores
internos al sistema, sin la necesidad de adiciones externos. La agricultura sostenible no sólo
vale la pena, sino que es inevitable
Ésta no excluye el uso de combustibles fósiles y productos químicos; sólo requiere que se
apliquen en forma adecuada y a favor de la sostenibilidad. La agricultura orgánica o
biodinámica, es la práctica más extendida de alternativas sostenibles y se basa en el
mantenimiento de la fertilidad del suelo, sin la adición de agroquímicos, utilizando rastrojos
y plantas en la elaboración de compost y humus.
Un consenso común hoy en día es que la agricultura industrial es ineficiente e insostenible
a largo plazo.
El reto inmediato consiste en determinar cuáles son los cambios básicos que se deben
introducir en los sistemas agrícolas para alcanzar la sostenibilidad.
El concepto de sostenibilidad, y cualquier definición que se le aplique, no es nuevo, más
bien es un concepto que ha sido mal interpretado, permanentemente a través de la historia
de la humanidad.
Un ejemplo más clásico lo tenemos en la agricultura nómada o trashumante, sistema en
que se cultivaba una temporada – sin la necesidad de usar de insumos externos – y se dejaba
descansar el terreno para que recuperara su fertilidad.
Este sistema opera en condiciones de baja presión demográfica, ya que no rompe con el
equilibrio ecológico y es un modelo viable para no sobreexplotar ni destruir los ecosistemas.
El éxito futuro de las estrategias nacionales de conservación para el desarrollo sostenible se
requiere de paz, justicia social, democracia, avance científico y tecnológico, una economía
saludable y una ética de responsabilidades individuales y colectivas que fomente la
solidaridad humana, la participación ciudadana y la estabilidad ambiental en el planeta.
Para ser sostenible la agricultura debe ser ecológicamente sensata, económicamente viable,
socialmente justa y políticamente apoyada.
PRINCIPIOS ECOLOGICOS PARA EL DESARROLLO DE AGROECOSISTEMAS.
• Se enuncian algunos principios ecológicos que sirven para delimitar una estrategia
general que conduzca hacia la sostenibilidad, aunque existen algunos vacíos o
lagunas en el conocimiento:
1. Calidad del suelo.
• En el diseño de los agroecosistemas debe tenerse en cuenta el mantener el suelo
fértil y con una cobertura vegetal la mayor parte del tiempo; los cultivos perennes y
múltiples llevan a cabo esto en forma eficiente.
• Las especies con raíces profundas crean un movimiento neto de nutrientes hacia la
superficie, haciéndolos disponibles.
• Debe existir un reciclamiento de materia orgánica y de fuentes de nutrimentos
biológicos en el suelo
2. Eficiencia ecológica
• Los sistemas que utilizan mejor la energía y que reciclan nutrimentos en forma
efectiva, ahorran dinero y evitan la contaminación.
• Deben utilizarse mecanismos de uso de la energía eficientes, por ejemplo, sistemas
poliestratificados, uso de la fuerza animal, calendarización de las actividades, etc.
• El uso de actividades resistentes, fuentes orgánicas de nitrógeno, entre otras,
minimizan los gastos de insumos
3. Estabilidad del agroecosistema
• Los balances internos dependen de la retroalimentación, ya sea positiva o negativa,
y de la longitud del ciclo, siendo los ciclos cortos los que dan más estabilidad al
sistema.
• Es decir, las acciones de manejo deben tomar en cuenta combinaciones de especies
y los ciclos sucesionales de la vegetación natural.
• Las acciones preventivas deben ponerse y llevarse a cabo en cuanto se identifica un
problema, lo que permite un ajuste fino a las condiciones locales
• Para esto se requieren métodos de monitoreo de los agroecosistemas que
determinen el estado del cultivo, suelo, pestes, etc.
Hay ecosistemas más frágiles que otros, y cada bosque o selva puede reaccionar de manera
diferente, dependiendo de si rebasan o no los límites de tolerancia.
Al respecto se conocen tres tipos de reacción:
a. Autorrenovación: En el momento en que una degradación moderada es eliminada,
el ecosistema puede renovarse por sí sólo, más o menos rápidamente, y alcanzar el
estado en que se encontraba antes de la intervención humana.
b) Rehabilitación: Sí la degradación es más fuerte, el sistema natural puede exigir tiempos
más prolongados de recuperación natural, susceptibles de ser acortados por la intervención
del hombre.
c) Restauración: Cuando la alteración ha degradado severamente el ambiente, el cambio
que se produce es irreversible, al menos en tiempos de una vida humana, pues se
caracteriza por una pérdida de la cobertura forestal, de especies y de suelo.
Bajo estas condiciones extremas la recuperación puede tardar siglos si se deja esta labor
sólo a la naturaleza, sin embargo con la intervención del hombre esta labor puede
lograrse en decenios.
No se puede hablar de un desarrollo sostenible si no se mantienen reservas ecológicas
de bosques representativos como base de comparación.