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net/publication/323226360
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Marco Ornelas
Cooperación para la Investigación, A. C.
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Evolución de la comunicación religiosa: Un estudio sociológico de la misa tridentina, 1517-1570 View project
All content following this page was uploaded by Marco Ornelas on 19 February 2018.
Escribimos este artículo para dar a conocer un nuevo entendimiento del maestro
espiritual Swami Muktananda (1908-1982), quien fuera famoso y muy influyente
en su tiempo, pero cuyo legado fue luego mancillado por una serie de casos
documentados de contacto sexual con mujeres jóvenes de su comunidad
(Caldwell, liga 4 y Rodarmor, liga 2).
Creemos que nuestro punto de vista es importante por las razones que
explicaremos más adelante. A nuestro leal saber y entender no existe un punto de
vista similar sobre los últimos seis años de vida de Muktananda en ninguna
publicación en papel o en Internet, a pesar de todo lo que se ha escrito sobre su
persona.
También debemos dejar clara nuestra relación con el tema: los dos hemos sido
parte de la comunidad de Siddha Yoga –nombre que dio Muktananda a su
1
https://www.elephantjournal.com/2014/09/swami -muktananda-and-stroke-the-untold-medical-
story-of-a-brilliant-gurus-tarnished-legacy/. Último acceso: 6 de febrero de 2018. La traducción
española es de Marco Ornelas.
2
Este artículo no fue en forma alguna sancionado por Siddha Yoga ni ha sido escrito en
colaboración con ningún otro miembro oficial o no oficial de Siddha Yoga.
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tradición espiritual– desde temprano en los años 1990, bajo uno de los sucesores
dejados por Muktananda, Gurumayi Chidvilasananda.
Nuestra hipótesis central sobre Muktananda fue primero concebida por Fishelman
a mediados de los años 1990, pero ahora ha sido puesta en papel motivada por la
reciente aparición del artículo de Karen Schaefer (Swami Dayananda; liga 1),
quien fue una discípula cercana a Muktananda en sus últimos años de vida. En él,
ella ha proporcionado un recuento muy detallado de la vida de Muktananda y en
especial de su salud física a partir de 1975 y hasta su muerte en 1982.
Muktananda fue, según la mayoría, no solo un gurú más de Oriente que se daba a
conocer en un nuevo y abierto mundo occidental posterior a los años 1960. Más
bien fue considerado por muchos como el “gurú de gurúes”, como una persona
con energía, carisma y habilidades de enseñanza extraordinarias, quien tuvo una
capacidad notable para catalizar un intenso crecimiento espiritual en todos
aquellos que buscaron su compañía.
Ellas no duraban solamente lo que las reuniones cargadas con alta energía, sino
que con frecuencia continuaban desdoblándose con el tiempo y daban por
resultado muchos de los entendimientos superiores y cambios espirituales que él
argumentaba habían sido claramente descritos en las escrituras yóguicas y
védicas.
Todo esto ha hecho que los asuntos relacionados con su conducta sean más
inquietantes y hayan impactado profundamente a muchos.
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¿Cómo es posible que alguien con un récord de celibato prolongado e intenso
repentinamente, alrededor de la edad sexualmente disminuida de 68 años,
comenzara a tener contactos sexuales con mujeres jóvenes?
Del otro lado del espectro, algunos han argumentado que en los últimos años de su
vida Muktananda estaba secretamente involucrado en prácticas sexuales tántricas
no convencionales, que podían encontrarse en su tradición tántrica, pero que
regularmente eran escondidas del público, quien recibía a cambio enseñanzas
espirituales más ortodoxas. Algunos otros han intentado tejer admirablemente una
especie de versión media entre estas dos perspectiva s, incluyendo a Sarah
Caldwell (liga 4), Karen Schaefer (Swami Dayananda; liga 1) y en menor medida
Lis Harris (liga 3).
Es así que todo esto nos conduce a la larga y no contada historia médica de Swami
Muktananda.
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Aunque, según los reportes, se tratara de un hombre con energía y vigor inusuales
bien entrados los 60 años, sufría de diabetes. Y siendo diabético acrecentaba
significativamente –tanto como doblar– las oportunidades de que una persona
tuviera enfermedad cardiaca o accidentes cerebrovasculares. Esto se debe a que el
cuerpo diabético tiene una capacidad disminuida para manejar el azúcar en el
sistema sanguíneo. Ello conlleva el incremento de depósitos grasos en las paredes
arteriales. La diabetes también aumenta el riesgo de infartos.
De acuerdo con esto, Muktananda tuvo el primer problema médico serio en 1975.
Experimentó varios infartos y un accidente cerebrovascular que lo llevó al
hospital. Después de su recuperación, en 1977 sufrió de angina de pecho aguda
(dolor del corazón) y ese mismo año tuvo un ataque cardiaco masivo que también
requirió de larga hospitalización.
A esto siguieron cinco años de lucha continua con su salud cardiovascular que
culminaron con un ataque cardiaco definitivo en 1982 que lo llevó a la muerte.
Mientras la naturaleza general y esbozo de sus problemas de salud eran conocidos
en la comunidad Siddha –no eran ningún secreto– sólo recientemente uno de sus
discípulos cercanos en aquel entonces, Karen Schaefer (Swami Dayananda; liga
1), ha publicado un recuento mucho más detallado de sus avatares médicos con las
subsecuentes acciones positivas y negativas durante esos años.
Esto nos lleva al asunto que queremos tratar. En la ciencia médi ca es un hecho
bien conocido que los infartos y el daño cerebral pueden causar cambios
dramáticos en la personalidad y en la conducta del afectado.
Si bien los impactos varían dependiendo del área o áreas del cerebro más dañadas
por los infartos, tienden a tener consecuencias relacionadas con:
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De acuerdo con Stan Trout (Swami Abhayananda; liga 2), quien fue pieza clave en
primero exponer las conductas sexuales de Muktananda a inicios de los años 1980,
los primeros reportes de las indiscreciones sexuales de Muktananda sucedieron en
1976, un año después de su accidente cerebrovascular. Los asuntos que se refieren
a su temperamento en este período han sido ampliamente reportados y son parte
también de la leyenda comunitaria, aunque el comienzo exacto de estos desplantes
no es tan claro.
Esto nos lleva al corazón de nuestro argumento, uno hipotético pero que está
fundado en un conocimiento médico bien aceptado y cauteloso. Muktananda
probablemente estaba sufriendo señales tempranas de daño cerebral, debidas a
múltiples infartos cerebrales. Un infarto es una lesión del teji do debida a la
pérdida de flujo sanguíneo después de un accidente cerebrovascular o ataque al
corazón (un ataque cardiaco es conocido por los médicos como “IM” o infarto al
miocardio). Usualmente el daño es silencioso (pasa desapercibido) aunque con
frecuencia lleva a una discapacidad en el juicio y en la regulación emo cional hasta
desembocar en un tipo de demencia llamado demencia multi -infarto.
Como ha sido sugerido por Karen Schaefer (Swami Dayananda; liga 1) maestros
tántricos varones más ancianos –tanto hinduistas como budistas– con frecuencia
han tomado consortes mujeres más jóvenes como una manera de potenciar su
energía espiritual mientras envejecen. Según el reporte de Schaefer , Muktananda
habría tenido episodios sexuales antes de participar en eventos en los que
necesitaba enseñar y transmitir tal energía.
Obviamente que esta creencia está muy lejos de cualquier tradición espiritual con
la que los occidentales estamos familiarizados, a menos que conozcamos el tantra.
Y ni siquiera planteamos la pregunta de si tal creencia conlleva mérito real o se
trata sólo de superstición tántrica. Para nuestros propósitos sólo queremos
argumentar que el involucramiento de Muktananda en estas actividades sexuales
pudo haber hecho sentido para él, aunque hubiesen sido practicadas con sus
facultades comprometidas ya en ese entonces.
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Lo trascendente vs. el cerebro
Esta idea de que la mente puede permanecer imperturbada ante estas condiciones
médicas también parece haber sido una percepción generalizada entre quienes le
rodeaban. Para quienes argumentan que Muktananda estaba llevando a cabo en ese
tiempo ritos sexuales tántricos, parecen creer que su decisión de llevarlos a cabo
era la opción (buena o mala) enteramente consciente de una mente totalmente
intacta.
Es probable que haya confusión para un lego, y probablemente para muchos que
estaban alrededor de Muktananda en ese momento, sobre nuestra hipótesis . ¿No
parecía estar bien, aunque un poco debilitado, después de estos problemas de
salud? No pareció sufrir cambios externos drásticos después de su accidente
cerebrovascular, como los que han afectado a Ram Dass. Pero los accidentes
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cerebrovasculares y las enfermedades del corazón no afectan a dos personas de la
misma manera. Las áreas exactas del cerebro que sufre infartos pueden ser muy
diferentes y gran parte de lo que hace a la persona ser “quien es” puede
permanecer intacto para un extraño mientras que otras áreas del cerebro son
dañadas. En el caso de Muktananda, parece que gran parte de su inteligencia
verbal y lo que podría llamarse su “inteligencia cristalizada”, no fueron dañadas
–gracias al conocimiento que había acumulado a través de años de entrenamiento
espiritual, estudio y repetición de tareas.
Obviamente, nuestra perspectiva sobre este tema también plantea preguntas más
amplias sobre si la mente trasciende el cuerpo. ¿Es el cerebro simplemente un
conducto para la conciencia y, por lo tanto, la conciencia lo trasciende, o no hay
conciencia aparte del cerebro? No vamos a tratar de responder es ta vieja pregunta
aquí. Pero desde nuestra perspectiva, realmente no importa . Incluso si el cerebro
es simplemente un conducto para la conciencia –como una radio que recibe ondas
de radio– cuando estamos aquí, en este cuerpo, en este plano, lo que sucede con el
cerebro parece funcionar claramente en conjunto con lo que le sucede a la mente.
Y dado que gran parte del funcionamiento mental no es consciente, podemos tener
cambios en nuestro funcionamiento mental y no verlo realmente, ya sea porque
somos obstinados o porque la lesión en sí misma ha comprometido nuestra
capacidad de tener la autoconciencia que podríamos haber tenido anteriormente .
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No hacer caso del daño cerebral orgánico como un posible factor que contribuye a
la mala toma de decisiones o en cualquier caso al comportamiento extraño, y
menos en alguien con problemas de salud tan severos como Muktananda, sería
considerado profundamente desinformado, poco ético y poco pro fesional. Entre
las primeras preguntas que le hacemos a cualquier persona que informe cambios
de comportamiento, tienen que ver con sus condiciones de salud y con cualquier
lesión anterior en la cabeza.
Las personas tienen una cierta imagen de los maestros espirituales en la que los
convierten casi en súper-héroes. Existen claras tradiciones en torno a no criticar al
maestro y tratar de ver todas sus acciones como signos de su enseñanza espiritual.
Los maestros a veces pueden ayudar a esto. El mismo Muktananda transmitió un
mensaje mixto sobre estos temas. A veces enfatizaba la humanidad y la naturaleza
moralmente compleja del gurú y la realidad, y en otros momentos parecía
enfatizar la infalibilidad del gurú y rechazar todas las críticas. Cualquiera que sea
el caso, parece que tanto sus partidarios como sus detractores han ignorado por
completo los potenciales impactos cognitivos de sus graves problemas de salud, y
tomaron su grandeza o su falibilidad durante este período al pie de la letra.
Desde nuestra perspectiva, creemos que podemos hacerlo mejor y creemos que
debemos considerar nuevos puntos de vista, especialmente dado nuestro
conocimiento actual de la conexión entre la mente, el cuerpo y el cerebro.
Podemos reconocer que los maestros espirituales pu eden poseer una verdadera
medida de genio y cualidades espirituales inusuales, mientras que también
reconocen que sus cuerpos y mentes (y cerebros) están sujetos a las mismas
flaquezas de cualquier persona típica aquí en la tierra. Por lo tanto, cuando
consideramos la conducta de Muktananda hacia el final de su vida, debemos
considerar esta realidad y tomarla muy en serio desde una perspectiva médica.
Pasó de ser un maestro de inteligencia, sabiduría y habilidad de vida práctica
ampliamente aceptado a alguien que estuvo involucrado en acciones muy
controvertidas e imprudentes.
Es nuestra esperanza que este artículo ofrezca a las víctimas una perspectiva
diferente y permita a los estudiantes entender mejor las muchas bendiciones que
Muktananda ofreció, así como los inquietantes eventos que caracterizaron el final
de su vida.
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Ligas:
Liga 1:
http://dayananda-lifewithandafterbaba.blogspot.com/2013/07/how-accomplished-
yogi-faces-challenges.html
Liga 2:
http://www.leavingsiddhayoga.net/abhayananda_st.htm
Liga 3:
http://www.ex-cult.org/Groups/SYDA-Yoga/leave.txt
Liga 4:
http://www.leavingsiddhayoga.net/caldwell.sarah.pdf
Liga 5:
http://www.amazon.com/Play-Consciousness-A-Spiritual-
Autobiography/dp/0911307818/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1407973670&sr=8 -
1&keywords=play+of+consciousness
Referencias:
Caldwell, Sarah (2001). “The Heart of the Secret: A Personal and Scholarly
Encounter with Shakta Tantrism in Siddha Yoga” (PDF). Nova Religi, 5(1), 9–51.
Harris, Lis (14 November 1994). “O Guru, Guru, Guru”. The New Yorker.
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